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Miguel Najdorf - El Hijo de Caissa - Nicolás Capeika - Prof.

José Luis Matamoros

Miguel Najdorf
El Hijo de Caissa
Nicolás Capeika Calvo

PARTIDA N° 9 defender el peón conquistado, lisa y llanamente,


Análisis de Miguel Czerniak por 4.£d5. La teoría en cambio recomienda de-
volver el peón aprovechando ese tiempo para
Torneo Internacional del Círculo de lograr ventajas de posición.»
Ajedrez, Buenos Aires, 1939 4... ¥b4
«También se juega 4...¤c5; por ejemplo:
Blancas: Najdorf 5.¤gf3 ¤c6 6.a3 (mejor 6.g3), 6...£e7 7.g3
Negras: Czerniak (si 7.b4? ¤xe5!), 7...¤xe5 8.¤xe5 d6 9.¥g2
Gambito de Budapest dxe5;= (Koch-Richter, Swinemunde, 1931).»
Variante Fajarovitch 5.¤f3 ¤c6
6.g3 d6!
1.d4 ¤f6
2.c4 e5
3.dxe5 ¤e4
«En la variante común, con 3...¤g4, las
blancas generalmente logran juego superior. Por
eso prefiero la jugada del texto, que menos co-
nocida, crea en todo momento una lucha aguda
e interesante.»

«Por fin un verdadero gambito! Con


6...£e7, podía recuperar el peón, pero a cambio
de una posición que no me agradaba, por ejem-
plo: 7.¥g2 ¤xe5 8.¤xe5 £xe5 9.O-O ¤xd2
10.¥xd2 ¥xd2 11.£xd2 +-.»
7.exd6 £xd6
8.a3! ...
«Necesario. 8.¥g2? ¥g4 9.O-O O-O-O!;
4.¤d2 ... y las blancas no pueden evitar pérdidas mate-
«En mi opinión las blancas deberían riales.»
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8... £c5 16. ... ¤d3+
9.e3 ¥xd2+ 17.£xd3 £xb4+
10.¤xd2 ¤xd2 18.axb4 ¦xd3
11.¥xd2 ¥e6 19.¦xa7 ¦hd8
12.£c2 ... 20.¦a8+ ¢d7
21.¦xd8+ ¢xd8
22.¢e2 ¦b3
23.¦d1+ ¢e7
24.¦d2 ¦xb4
25.¢d3 ...

En la partida Sthalberg-Ritcher, Zoppot,


1935, se jugó 12.£a4 O-O-O; según Euwe las
negras tienen buena posición que compensa el
peón entregado.
12... ¥f5?
«Maniobra equivocada. Alekhine, presente 25. ... ¦a4
durante la partida, sugirió una interesante «La torre debe colocarse en la retaguardia
combinación: 12...¥d5!? 13.b4 ¤d4! 14.£a4+ del enemigo.»
(si 14.exd4? £e7+), 14...b5 15.cxd5! £xd5 N. del A.: Las blancas quedaron con peón de
16.¥xb5+ ¤xb5; y las blancas quedarían con un más como consecuencia del gambito, pero todavía
peón de más. O bien 16...¢f8 17.exd4 £xh1+ es difícil hacerlo valer en un final de torres, y con
18.¥f1. Probablemente, lo mejor era 12...a5; el rey negro en la posición defensiva frente al peón
y luego, según contesten las blancas, 13. ... de más, si bien Najdorf le va a encontrar la vuel-
O-O-O; o 13...O-O.» ta, mejorando su rey.
13.¥d3 ¥xd3 26.¢d4! ¦a1
14.£xd3 ¤e5 27.e4 ¦e1
15.£e4 O-O-O 28.b4 ¢d6
16.¥b4! ... 29.f3 f6
«Recién ahora me di cuenta de que si 16. ... 30.f4 b6
¤d3+ 17.£xd3 £xb4+ 18.axb4 ¦xd3; se per- 31.c5+ bxc5+
dería el peón a7. Más desafortunadamente, no 32.bxc5+ ¢c6
hay nada mejor.» 33.¦c2 ...

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¢d5 39.¦d2+ ¢e6;=. Y si 36.¢g4 ¦b5 37.¢f5
¦xc5+ 38.¦xc5+ ¢xc5 39.e5 fxe5 40.¢xe5!
40...¢b4; y ambos bandos coronan nuevas da-
mas. Pero Najdorf tiene una feliz ocurrencia.»
N. del A.: malo sería 40.fxe5? debido a 40. ...
¢d5!, y las negras consiguen cambiar el peón e
blanco por su peón c dama, llegando antes a ata-
car a los peones blancos del flanco de rey.
36.¦d2! ...
N. del A.: las blancas devuelven el peón de-
más, para obtener un peón libre próximo a co-
ronar, mejorar aún más la posición de su rey, y
cortar el paso al flanco rey al monarca negro.
36... ¦c1
37.e5 fxe5
«Si 33.e5 fxe5+ 34.fxe5 ¦c1 35.¦e2 (si 38.fxe5 ¦xc5
35.e6 ¦e1), 35...¦xc5 36.e6 ¦d5+; y luego 37. 39.¢e4 ...
... ¦d8; con igualdad.»
N. del A.: Las blancas, gracias a su rey más
activo, han conseguido alejar al rey negro de su
peón libre, pero las negras todavía tienen recur-
sos...
33. ... ¦d1+
34.¢e3 ¦e1+
35.¢f3 ¦b1

N. del A.: Ahora se puede apreciar el fruto de


la estrategia de las blancas: las negras han recu-
perado su peón, pero las blancas tienen su peón e,
pasado y apoyado por su rey, y el rey de las negras
tiene el paso cortado por la torre blanca.
39. ... ¦c1
40.¢f5 ¦f1+
41.¢e6 ...
«Ahora las negras amenazan capturar el «La jugada sellada. El final es muy interesante
peón alfil. Si 36.e5 fxe5 37.fxe5 ¦e1 38.¢f4 y aún bastante difícil de ganar.»

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«Aquí Najdorf omitió una bonita maniobra
ganadora: 44.¦d4 (amenaza ¦e4), 44. ... ¦e1;
45.¦f4 ¢b6 46.¦f5, y luego ¢f7 y gana.»
44... ¢b6
45.¢d7 ¦d1+
«Si 45...¦xg4 46.¦c6+ ¢b5 47.e6.»
46.¢e7 ¦d4
47.e6 c5

41. ... ¦e1


42.g4 ...
«Lo mejor. Nada se consigue con 42.¦f2
¢b6 43.¦f7 c5 44.¦xg7 c4 45.¦xh7 c3 46.¦h8
c2 47.¦c8 c1=£ 48.¦xc1 ¦xc1; y las blancas
cuanto más, lograrían empatar.»
42... h6
Ahora no servía 42...¢b6 43.¢d5 ¢b7
44.¦f2 (pero no 44.e6 ¢c8), 44...¦d1+ 45.¢e6 «No servía 47...¦xg4 48.¦e2 ¦xh4 49.¢d7,
c5 46.¢f7, y ganan. y gana.»
43.h4 ¦g1 48.¦e2 ¢c7
«Única defensa. Si ahora 49.¢f7 ¦f4+
50.¢g8 ¢d8.»
49.g5 ¦xh4
50.g6? ...
«Error. Ganaba 50.¢f7 hxg5 51.e7 ¦h8
52.e8=£ ¦xe8 53.¦xe8 ¢d6 54.¢g6, etc. Aho-
ra en cambio, el final debería terminar empata-
do.»
50... ¦f4
51.¢e8 ¦f6
52.e7 ¦f5
53.¦e4 h5
54.¦e6 ...
«Zugzwang. Ni el rey ni la torre negra
pueden abandonar sus posiciones.»
44.¦c2+ ... 54. ... h4

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55.¦e4 h3 jaques, las blancas quedarían inferior.»
56.¦h4 ¦f3 58... c4
59.¦xg7 c3
60.¦h7 ...

«En esta curiosísima posición Najdorf me


ofreció tablas, pero enardecido por la situación
que parecía favorecerme, rechacé su propuesta.» «A su turno, las blancas esperan que el
57.¦h5 ¢c6 contrario se equivoque. Tras 60.¦f7 h2 61.¦xf3
58.¦h7 ... h1 62.¦xc3+ ¢d6; el juego terminaría con em-
pate.»
60... c2
61.g7 c1=£

«Mi única chance para ganar consistía en que


Najdorf, apurado por falta de tiempo, eligiese
la tentadora continuación: 58.¦e5 h2 59.¢d8
¦d3+ 60.¢c8 h1=£ 61.e8=£+ ¢b6 62.¦e6+ «Más sencillo era 61...¦g3 62.¦xh3 (o
(o 62.£e6+ £c6+), 62...¢a5. Al acabárseles los 62.¢f7 ¦f3+; o 62.¢d8 ¦d3+ 63.¢e8, pero no

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63.¢c8? pues entonces 63. ... c1= £ 64.e8+ 78.¦h7 ...
¢b6+ y gana), 62...¦xg7 63.¦c3+ ¢d6 64.¦xc2
¦xe7+; y tablas.»
62.g8=£ ¢c7
63.£d5 £c6+?

78. ... ¦f3?


«Ahora las blancas ganarán fácilmente,
mientras que al jugar 78...¦a3!; sólo podrían
haber ganado mediante una maniobra de pro-
«El error decisivo. Debí jugar 63...£c2; blema, extraordinariamente difícil de encontrar.
por ejemplo: 64.£xf3 £xh7; o 64.£e5+ ¢c8 Hela aquí: 79.¢d7 ¦d3+ 80.¢c7 ¦e3 81.¦h5+
65.£e6+ ¢c7; con empate. ¢b4! 82.¢d7 ¦d3+ 83.¢c6 ¦e3 (si 83...¦c3+
64.£xc6+ ¢xc6 84.¢b6 ¦e3 85.¦h4+, seguido de 86.¦xh3!);
65.¢d8 ¦d3+ 84.¦h4+ ¢a5 (con qué maravillosa preci-
66.¢c8 ¦e3 sión el rey es expulsado de las casillas centra-
67.¢d8 ¦d3+ les!); 85.¢d6 (amenaza 86.¦xh3), 85. ... ¦d3+
68.¢c8 ¦e3 86.¢c5! ¦c3+ (no sirve 86...¦e3; por 87.¦xh3!
69.¦h6+ ¢c5 ¦xe7 88.¦a3#); 87.¢d5 ¦c8 88.¦xh3, y ganan.
«Es curioso que el rey sólo puede ir a cuadros Un estudio que nada tiene que envidiar a los fi-
negros, por ejemplo: si 69...¢b5? (69...¢d5? nales compuestos por Reti o Kubbel.»
quitaría a su propia torre el jaque salvador); 79.¦h8
70.¢d7 ¦d3+ 71.¦d6 ¦xd6+ 72.¢xd6, y las 1-0
blancas ganan coronando con jaque.» Abandonan.
70.¢d7 ¦d3+ «El rey blanco escapa de los jaques, luego el
71.¢c7 ¦e3 peón se corona bajo la protección de su torre.
72.¢d8 ¦d3+ Una partida muy interesante en todas sus fases.»
73.¢c7 ¦e3 N. del A.: Acabamos de presenciar un bello
74.¢d7 ¦d3+ ejemplo de cómo debe conducirse un final de to-
75.¢e6 ¦e3+ rres.
76.¢f7 ¦f3+
77.¢e8 ¦e3

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