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Universidad Central del Ecuador (UCE) Universidad de Cuenca Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas
(CESA) Institut de Recherche pour le Dévelopment (IRD, Francia) Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF,
ex-CICDA, Francia) Sistema de Capacitación para el Manejo de los Recursos Naturales Renovables (CAMAREN)
Fundación para Desarrollo y la Creatividad Productiva (FUNDES) Instituto de Ecología y Desarrollo de las
Comunidades Andinas (IEDECA) Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CINDES)
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Tierra y Agua:
interrelaciones de un acceso inequitativo
3
Tierra y Agua:
interrelaciones de un acceso inequitativo
Marzo / 2010
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CONTENIDO
Presentación
Análisis introductorios
Estudios de caso
5
Paúl Herrera, Katherine Jiménez, Graciela Prado, Ramón Espinel
La problemática de los recursos: Agua y tierra, en la zona media del río Ambato….. 159
Yiseña Tiaguaro, con la participación de Verónica Olovacha
6
PRESENTACIÓN
De ésas múltiples interrelaciones, en el presente libro son resaltadas aquellas que hacen
referencia a las modalidades de reparto social de la tierra y agua, en tanto que recursos
fundamentales para la producción agraria. Desde luego, el agua y la tierra tienen otras
dimensiones (culturales, ecológicas, etc.) sin embargo, en éste libro sus interrelaciones son
analizadas en su especifica dimensión de recursos productivos.
7
movimientos sociales del agro, avances de la investigación agraria en el país (que no son los
únicos, desde luego) para que los elementos, aportes, sustentos teóricos y metodológicos
contenidos en éstos estudios y reflexiones, sean discutidos, analizados, procesados. A la vez,
con el contenido de éste libro, el SIPAE quiere contribuir al debate en torno al nuevo marco
legal en materia de aguas, tierras y agroindustria; no es, por consiguiente, mera coincidencia el
aparecimiento de éste libro cuando la Asamblea Nacional está por iniciar el segundo debate en
torno a la Ley de recursos hídricos, usos y aprovechamientos del agua.
Éste libro está organizado en 2 partes: la primera parte, recoge 3 artículos que ponen en
discusión y contexto, las interrelaciones sociales en torno a la tierra y agua; éstos artículos
corresponden a Jaime Breilh; Edgar Isch; y, a Alex Zapatta y Roberto Chiriboga. Ciertamente
cada artículo tiene su propio ángulo de reflexión; sin embargo, en conjunto, se puede apreciar
tanto una complementariedad temática como importantes coincidencias en la perspectiva
analítica.
La segunda parte, recoge 5 estudios de caso, cada uno de los cuales, desde la particular
perspectiva de sus autores y, sus propios ángulos analíticos, exploran las interrelaciones sociales
en torno a la tierra y agua. Los 2 primeros estudios de caso abordan esas interrelaciones en la
cuenca baja del río Guayas. El primero de ellos, se centra en el eje cañicultor de esa cuenca; sus
autores son Andrea Ojeda, Paulina Pérez y Alex Zapatta, todos ellos investigadores vinculados
al SIPAE.
El segundo estudio de caso, enfatiza su reflexión en las articulaciones entre capital social y
desarrollo comunitario, entre las organizaciones de regantes de la cuenca del río Daule (en
realidad una de las subcuencas más importantes del río Guayas). Los autores de ésta
investigación son Paúl Herrera, Ramón Espinel, Katherine Jiménez y Graciela Prado, todos
ellos académicos e investigadores vinculados al Instituto de Investigaciones Rurales de la
Escuela Politécnica del Litoral, ESPOL. Conviene resaltar que el momento de la publicación de
éste libro, Ramón Espinel se encuentra ejerciendo las funciones de Ministro de Agricultura.
El tercer estudio de caso, corresponde a la cuenca florícola del río Pisque, cuyas aguas decurren
entre los cantones Cayambe y Tabacundo, al norte de la provincia de Pichincha. Éste estudio se
8
desarrolló bajo la responsabilidad de Judith Flores, Tomás Quevedo y Eduardo Rodríguez,
profesionales vinculados a entidades de investigación y desarrollo.
Al final del libro, se encuentra información básica de cada uno de los autores de artículos y
estudios de caso.
La edición de éste libro, estuvo bajo la responsabilidad de Edgar Isch y Alex Zapatta. Frank
Brassel, cooperante alemán del EED y, miembro de la Dirección Ejecutiva del SIPAE
contribuyó con comentarios a algunos de los artículos y, mantuvo una constante presión para la
materialización de éste esfuerzo.
Los estudios en el eje cañicultor de la cuenca baja del río Guayas y, en la cuenca del río Pisque,
se desarrollaron en el marco del proyecto “Tierra y Agua, interrelaciones de un acceso
inequitativo” que contó con la cooperación de la entidad belga de solidaridad Broederlijk Delen.
Ésta publicación también, se da en ese marco. Los demás estudios, se desarrollaron en el marco
de investigaciones académicas o, de programas de formación.
Para el SIPAE resulta satisfactorio que con ésta nueva publicación se refrenden los nexos
académicos, de investigación y de perspectivas, con el equipo del Centro de Investigaciones
Rurales de la ESPOL.
11
12
LO AGRARIO Y LAS TRES “S” DE LA VIDA
Jaime Breilh
El Ecuador vive un momento promisorio para el impulso de un movimiento agrario a tono con
los desafíos y amenazas que operan actualmente.
En primer lugar el proceso constituyente impulsado por las fuerzas progresistas del país -
encarnadas en movimientos sociales y organizaciones políticas-, posicionó una nueva visión de
lo agrario, comenzó a recobrar la lucha contra la profunda inequidad estructural que se apoderó
de la agricultura, y sobretodo, selló en el articulado de la nueva constitución las bases
conceptuales y derechos para sustentar la lucha hacia un nuevo modelo de sociedad.
La nueva constitución consagra los derechos humanos sociales y de la naturaleza, a pesar de los
reveses y reescrituras cometidos por diligentes tinterillos que fueron puestos para obstaculizar y
vaciar las propuestas de Montecristi, y sobretodo, sienta caminos hacia un nuevo ordenamiento
económico, político y cultural que hace posible la conquista histórica del “sumak kawsay”, que
naturalmente abarca un buen vivir rural y agrario.
En segundo lugar, las fuerzas campesinas del Ecuador, luchan para dar vida a los nuevos
preceptos de la constitución, entre otras formas, mediante nuevas leyes como la de tierras y del
agua. Su persistencia ha creado condiciones y presiones favorables para que se inicie una nueva
y progresista gestión en el actual Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca
(MAGAP).
Y en tercer lugar, el país cuenta con espacios de investigación e incidencia técnica, como el
Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria del Ecuador (SIPAE), que ofrecen una
plataforma consistente para un trabajo intelectual orgánico a la transformación.
13
Ante esas potencialidades, caben algunas reflexiones acerca del camino que parece abrirse.
En noviembre del 2009 el MAGAP hizo público su “Plan: Tierra y Territorios”1, subtitulándolo
“revolución agraria en marcha”. Al margen de cualquier apreciación sobre el contenido y
proyección neta del plan, no cabe la menor duda de que su aparición ahora, marca un quiebre
prometedor respecto a las gestiones anteriores, puesto que vuelve a colocar en la palestra, y
denota la voluntad del Estado de realizar acciones significativas sobre la distribución
radicalmente injusta de la propiedad rural que, siendo un obstáculo al desarrollo, y un
determinante masivo del mal vivir rural, fue invisibilizado ex profeso por las gestiones
anteriores, y lo que es más, fue aun silenciado en los textos de varios de los más importantes
ensayos agraristas durante las casi tres décadas de políticas agrarias neoliberales, respecto a las
cuales la corriente funcionalista de la investigación sobre el desarrollo rural fue consonante.
El plan se propone afectar 2.5 millones de hectáreas en 4 años, entregando tierras a grupos
organizados sin tierra, bajo un pago a “precio social”, con mecanismos que eviten la ulterior
reconcentración y fragmentación de las tierras distribuidas, y propone acompañar las entregas
de un sistema de crédito productivo, asistencia técnica, riego y apertura de mercados seguros.
Según el plan, las tierras a las que podrán acceder los grupos prioritarios definidos por el Estado
provendrán de tierras estatales; de la expropiación de propiedades que no cumplen la función
social; y de la compra de tierras apoyada por un Fondo de Tierras oficial. También la provisión
de alquileres garantizados de largo plazo –bajo garantía de los derechos del propietario como
1
MAGAP. Plan de Tierra y Territorios. Quito: Noviembre, 2009
14
del productor inquilino-, así como la consolidación de parcelas pequeñas, se proponen como
vías alternas de acceso. La proposición oficial establece además como mecanismo de presión
redistributiva un sistema de regulación tributaria con impuestos prediales progresivos a las
propiedades llamadas improductivas.
Sería un error histórico desconocer las potencialidades que se abren con este plan, sin embargo
resultaría igualmente irresponsable no establecer en esta etapa un cuestionamiento de sus
falencias y limitaciones. Si bien la profunda inequidad en la propiedad de la tierra es un
elemento central de la injusticia y los correctivos previstos son importantes, la falta de claridad
de la propuesta gubernamental sobre la necesidad de un nuevo modelo agrario podría
transformar una intención valiosa en un sistema populista de reparto de tierras a granel, y revivir
mecanismos clientelares que no construyen conciencia agraria sino un pragmatismo pobre.
15
industrial; una visión desde la cual lo rural es apenas residual y dependiente de las demandas
industriales y dinámicas urbanas.2
La validez de esa visión se asentaba en dos concepciones que en este nuevo milenio han sido
profundamente cuestionadas: la concepción antropocéntrica de la vida; y la noción del progreso
como celeridad en el crecimiento económico.
Hasta décadas anteriores en América Latina la distinción ciudad-campo era muy evidente y se
expresaba, entre otras cosas, en la diferencia notable de los grados de artificialización de la
naturaleza en los dos ámbitos. Las ciudades como zonas de producción industrial, con alta
composición orgánica del capital y espacios de habitación de la fuerza de trabajo industrial, de
los empleados privados y públicos, generaron una transformación más profunda de las
condiciones naturales, una alta disminución de la biomasa (espacios verdes) y de la
biodiversidad, mientras que los territorios rurales, se mantuvieron hasta décadas anteriores
como espacios de abultada y diversa biomasa, bastante alejados de las transformaciones
artificiales tecnológicas.
2
Pérez, Edelmira (2001). Hacia Una Nueva Visión de los Rural en “Nueva Ruralidad en América Latina” (Norma Giaracca, comp.) Buenos Aires: CLACSO,
p.17-28
16
Desde siempre existió una relación contradictoria, entre la industria y la agricultura; la primera
dominó la agricultura, a la vez que profundizó su atraso o sus formas de impulso. El capital de
punta impuso condiciones a los productores rurales, e integró a los campesinos al proceso de
reproducción global de capital, descomponiendo sus formas productivas propias. Pero en los
años de la globalización el modelo de acumulación se ha transformado en forma desigual y
combinada, alterando ese dinamismo clásico entre la ciudad y el campo. Se ha dado el paso
desde un sistema de acumulación articulada3 donde las ramas de punta, generalmente urbanas,
producían básicamente bienes industriales de consumo popular, y la agricultura proveía
alimentos baratos para un mercado interno -que el sistema protegía, defendiendo la capacidad de
compra de la población, los ingresos y salarios de los trabajadores, por que su consumo estaba
articulado a la realización y reproducción del capital-, pasándose entonces hacia un modelo
desarticulado o modelo de acumulación neoliberal o secundario exportador, que se orienta a la
producción de bienes agrícolas diferenciados, con un alto control de calidad y precios unitarios
elevados para demandas específicas en el extranjero.4
En esa economía girada hacia la demanda exterior o hacia los nichos suntuarios del mercado
nacional, se generan procesos que afectan la vida de las masas en la ciudad y el campo: en
primer término, pierde terreno el pacto social y la defensa de los salarios urbanos como
mecanismo de sustentación del mercado; y se provoca una descomposición y descapitalización
de los pequeños agricultores, generándose dos tipos de reacciones de supervivencia de los
afectados: la migración desde las ciudades hacia el exterior; y la migración desde el campo
hacia las ciudades.
3
Blanca Rubio, Ibidem, p.39
4
Blanca Rubio, Explotados y excluidos: Los campesinos latinoamericanos en la fase agroexportadora neoliberal, Quito, Talleres Gráficos El Quinde, 2009
17
Mientras que en el campo apareció lo que hemos denominado la nueva ruralidad neoliberal5
caracterizada por una transnacionalización de la economía agraria y pérdida de soberanía; una
marcada tendencia a la monopolización de tierra, agua, crédito e insumos; una intensificación
tecnológica orientada a la reprimarización productiva (i.e los vastos monocultivos para la
agroexportación); una descomposición de las relaciones sociales ancestrales y comunitarias con
la pérdida creciente de los patrones culturales y su diversidad, todo lo cual conlleva lo que se ha
llamado una desagrarización del campo.
Dichos procesos se acentuaron especialmente a partir de fines de los 80, pues el Ecuador se
sometió desde entonces a esa nueva forma de capitalismo supranacional –que subyace al
fenómeno de la globalización-, caracterizada principalmente por una aceleración de la
acumulación. La rápida expansión del capital se dio mediante tres procesos que encarnaron una
profunda destructividad social y ecológica, directamente proporcional a la reproducción de
sistemas de mal vivir en el campo: a) la recomposición del aparato productivo, con
incorporación de esa nueva base tecnológica6 para el aceleramiento productivo; b) el despojo
(incluso fraudulento) de recursos vitales y bienes públicos7 (recursos energéticos, vitales como
la tierra, el agua, la radiofrecuencia, los servicios públicos, etc.) y; c) estrategias
fundamentalistas para el control monopólico del mercado mundial, sobretodo en el campo de los
alimentos. Como lo hemos argumentado en un ensayo reciente, la nueva tecnología productiva y
comunicacional, no sólo multiplicó exponencialmente la producción, e instauró la
instantaneidad de flujos económicos, sino que transformó radicalmente la experiencia espiritual
de los seres humanos, sus nociones de espacio y de tiempo, y su directa exposición a la cultura
dominante.8
La aceleración del capitalismo en el campo, resultó en esa nueva ruralidad agresiva que hemos
descrito, la cual transformó el papel de la agricultura, acentuando la disparidad entre las
empresas y clases agroexportadoras, frente a las cada vez más escuálidas economías
campesinas.
5
Jaime Breilh, Francisco Hidalgo, Alex Zapatta et al, TLC en lo agrario: Evidencias y amenazas, Quito, Sistema de investigación de la problemática agraria,
2005, p. 15-76
6
Castells, Manuel (1996) The Information Age: Economy, Society and Culture. Oxford: Blackwell Publishers.
7
Harvey, David (2003) The New Imperialism. Oxford: The Oxford University Press.
8
Jaime Breilh e Ylonka Tillería.
18
En términos ecológicos, la división entre la ciudad y el campo, históricamente produjo una
fractura; la expansión de los territorios urbanos implicó la pérdida de energía social para la
reproducción de la vida y el deterioro creciente de la fertilidad9. Pero con la eclosión neoliberal,
a esa pérdida de sustentabilidad urbana, se sumaron los apetitos de las empresas agrarias, que
aumentaron la fractura con las condiciones naturales en el campo, y reeditaron un fenómeno ya
descrito por la economía política del siglo XIX: los países colonialistas robaron las tierras y
recursos de los países colonizados, las condiciones de fertilidad de sus campesinos, y
esquilmaron el campo para llenar las arcas de sus ganancias, impidiendo que se cumpla el
principio proudhoniano de conservar los recursos “por el bien de la cadena de las generaciones
humanas”.10
De ese modo la situación actual de los dominios rurales del Ecuador y América Latina, pone al
descubierto la profunda irracionalidad de un modelo de desarrollo que cierra espacio a la vida,
que magnifica los abismos entre los grandes y pequeños productores, y que multiplica patrones
de vida malsanos, inscritos en sistemas ecológicos contaminados y en involución.
9
James Anderson, A Calm investigation of the circumstances that have led to the present scarcity of grain in Britain en “La ecología de Marx: Materialismo y
naturaleza –John Bellamy Foster-, Barcelona, El Viejo Topo, 2004, p.226
10
Jaime Breilh. La Epidemiología Crítica y una Nueva Forma de Mirar la Salud en el Espacio Urbano. Bogotá: Conferencia magistral en la Alcaldía Mayor de
Bogotá - Secretaría Distrital De Salud, Vi Jornadas Distritales, “La Epidemiología y la Salud Urbana, 2009
19
en un modelo energético inviable, y se recrea y realiza en modos de vivir malsanos y no
sustentables.
Por todo lo dicho, la primera tarea de cualquier movimiento de reforma agraria, si no quiere
condenarse a repetir un populismo reformista, de cambios aparenciales y frágiles, es
implementar un nuevo modelo de desarrollo agrario, que no sólo revierta las tendencias
destructivas que hemos descrito, sino que construya un auténtico sumak kawsay rural que sólo
puede darse en un mundo rural sustentable, solidario y saludable; las tres “S” que fundamentan
el buen vivir.
11
Abaleron, Carlos. Sostenible Versus Sustentable. http://www.omau-malaga.com/portal/index.php?id=199
20
sostenibilidad, o seguridad alimentaria, pero eso no significa que haya construido bases
sustentables para su señorío sobre dicha alimentación.12
Recogiendo los cuestionamientos esbozados, hemos propuesto una nueva categoría para medir
la sustentabilidad que la denominamos capacidad vital o sustentable, la cual abarca la
productividad integral de dicha sociedad, comprendiendo, a más de la generación de fertilidad y
biomasa para sustentar la nutrición de los pueblos, la capacidad de sustentar las otras
dimensiones de una reproducción social: trabajo y modos de vivir dignificantes; formas de
recreación cultural e identitaria; formas de organización solidaria y soportes colectivos; y
relaciones armoniosas con la madre naturaleza.13
Para enfrentar el desafío de una reforma agraria real y profunda entonces, no basta con repartir
la tierra sino que se requiere trabajar por la transformación integral del modelo agrario y la
12
Boff, Leonardo. Citado en - AMÉRICA LATINA ¿Monocultivos sustentables? No gracias.
Grain/Entorno [http://www.pazyjusticia.org/foro/printview.php?t=361&start=0], 12 de Septiembre, 2006
13
Breilh, Jaime. El Desarrollo Sustentable, La Soberanía y la Naturaleza en "La Transición Hacia un Desarrollo Sustentable y Soberanía Humana: Realidades
y Perspectivas en la Región de las Américas" - Finkelman, Jacobo y Galvão, Guto -editores-. Rio de Janeiro: Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) y
Organización Panamericana de la Salud (OPS), 2009 (en prensa)
21
conquista de un mundo agrario sustentable, solidario y saludable. Y en esa dirección se torna
evidente la necesidad de integrar tres elementos decisivos que constituyen lo que se ha definido
como el triangulo de la política: ideas revolucionarias, norteadoras; una estrategia política; y
conocimientos técnicos (ver figura N° 1).14
Figura 1
[A] un proyecto político emancipador de reforma agraria enmarcado en una comprensión clara
de la reforma como proceso mediador hacia una ruptura con la agricultura no sustentable, no
solidaria y malsana; y en una formulación dinámica para la construcción de sustentabilidad y
modos del buen vivir rural; [B] la estrategia política con un análisis realista de la estructura de
poder, e ideas para manejar el proyecto y el grado de consenso o disenso que lo empuja u
obstaculiza; y [C] la capacidad de gestión se refiere al acervo de técnicas, normas
instrumentales, destrezas y habilidades indispensables según la naturaleza del programa de
acción. Reconociendo en este último elemento que, muchos de los modelos técnicos y
14
Carlos Matus, Adiós señor Presidente, Santiago, LOM Ediciones, 1998.
22
basamentos conceptuales actualmente en uso, se oponen a una mirada emancipadora, por mero
funcionalismo y formas camufladas de más de lo mismo.
La hora actual es promisoria pero las confusiones y amenazas están a la orden del día. Debemos
estar conscientes de que responder al desafío de construir un mundo agrario distinto, nos sitúa
en una posición clave para la defensa de la vida.
15
Harriet Friedmann. From Colonialism to Green Capitalism: Social Movements and Emergence of Food Regimes. Bingley: Emerald Group Publishing
Limited, 2006 (resumken publicadio en http://www.propertytaskforce.org/files/3rdFoodRegime.pdf; traducción al castellano por Javier Rodríguez Sandoval)
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La acumulación en el agro:
una realidad presente que no queremos en el futuro
Edgar Isch L.
La tierra agrícola es probablemente el primer recurso natural que empezó a ser objeto de
apropiación y, con ella, vino también la apropiación del agua. En el momento previo, se trataba
de patrimonios de propiedad y cuidado de todos y, en el tránsito a ser considerados como
recursos, hay una transformación en la manera de pensar que se vincula a un cambio en la forma
de organizar la producción social, lo que significa una conducta diferente al establecer la
relación entre los seres humanos y entre estos y la naturaleza.
Pero lo que sucede ahora es una manera específica de acumulación propia del sistema
capitalista, diferente a la de otros modos de producción. Aquí entran en debate dos categorías
relacionadas: acumulación y despojo. En otras palabras, para que alguien acumule es necesario
que otro sea privado del objeto de acumulación. A nivel de la dominación imperialista
internacional, André Gundrer Frank (1982) diría que se generaban de manera simultánea el
desarrollo en el centro imperialista y el “desarrollo del subdesarrollo” en la periferia. A nivel
incluso interno de un país, David Harvey (2004) plantearía que hay una “acumulación por
desposesión”.
Esta doble cara de la acumulación debe ser comprendida si se quiere tener una visión integral de
lo que, en estos aspectos, está sucediendo. Ello implica observar la manera en la que hay
quienes sobre-acumulan y sobre-consumen agua, tierra, productos, pero hay quienes tienen un
infra-consumo, que involucra incapacidad de salir de la baja productividad y de la pobreza. Este
acceso diferenciado a los recursos naturales y a la naturaleza en su conjunto, marca aspectos
centrales de los conflictos sociales en nuestros días.
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Y el fenómeno no tiene manifestaciones aisladas, sino que se expresa de manera general y
global. El carácter estructural ya estaría detectado desde hace mucho, vinculado a una
perspectiva de relación entre los seres humanos y la naturaleza que es propia de regímenes
basados en esa explotación dual de trabajadores y naturaleza, así como a una perspectiva
epistemológica positivista que separa al sujeto del aprendizaje del objeto, como si no existiesen
relaciones mutuas entre ambos.
Esta visión, hegemónica hasta nuestros días, plantea la acción humana como “domesticadora” y
dominadora de la naturaleza, ya que somos “los reyes de la creación”, que además no debemos
preocuparnos por cuanto de ella obtenemos y cómo, pues siempre “dios proveerá”.
Este análisis, por supuesto se lleva a cabo en el contexto socioeconómico actual, por lo cual es
necesario recordar que: “Toda producción es apropiación de la naturaleza por el individuo,
dentro de una forma social determinada por aquella” (Marx, 1980). La apropiación de la
naturaleza está íntimamente ligada con el manejo que se hace de la misma, entendiendo por
manejo el uso de los recursos naturales, lo cual queda muy lejos de una gestión que nos habla
además de las formas administrativas, sociales y culturales que están presentes y, mucho más
distante aún, de una gestión social de los recursos, que involucra la participación y que
privilegie los derechos e intereses colectivos por encima de los intereses particulares.
Recordar, por tanto, el contexto socioeconómico debe permitir comprender que la apropiación
de la tierra, el agua y la naturaleza en su conjunto, no es un hecho aislado de la forma misma en
la cual se ha organizado la sociedad. En palabras de Maurice Godelier (1990): “No existe una
crisis en el uso la naturaleza que no sea una crisis en la forma de vida del hombre. En todas
partes aparece un lazo estrecho entre la forma de usar la naturaleza y la forma de usar a los
humanos”. El sistema capitalista es un sistema que destruye tanto la naturaleza como a los
trabajadores.
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hectáreas en zonas secas. Lo mismo puede decirse del agua, pues si los recursos hídricos están
contaminados, la producción agrícola de quienes la usan se verá afectada y, de hacerse público
que zona usa esa agua de riego, su producción tendrá dificultades de venderse en el mercado. La
acumulación en calidad, entonces, no necesariamente va ligada a la acumulación de cantidad y
ello debe considerarse en medida que los estudios se desarrollen y las perspectivas se agudicen.
Si bien se trata de aspectos de la “superestructura”, las leyes, normas y resoluciones no han sido
el producto democrático resultado de procesos participativos. Como dicen en esferas
comunicacionales, aquí el número de actores que están a cada lado de una decisión no cuenta
porque: “las opiniones no se suman sino que se pesan”. Y por supuesto tiene más peso la
opinión del hacendado que la del campesino; la del dueño del ingenio, que la del proletario
agrícola. Y podemos seguir reconociendo las distintas formas de inequidad presentes en el país,
sabiendo que pesa más la opinión de un blanco-mestizo que la de un indígena o de un negro y
que pesa más la opinión de un hombre que la de una mujer.
El poder real se expresa también en este ámbito, lo que pone muchas veces a los funcionarios en
la calidad de administradores y defensores de los intereses de otros, de unos pocos, porque de lo
que se trata es de colocar a los intereses de los sectores poderosos como los intereses de todos.
Es fácil verlo cuando se plantea a la agroindustria o a la minería como “asunto de interés
nacional” olvidando el interés social y no solo de amplios sectores, en la agricultura campesina.
27
Componentes de esta forma de acumulación se vinculan con un uso impropio de la ciencia, que
planteándola como un producto estático y solo técnico, es utilizada para justificar la
explotación de recursos naturales “por qué se usa tecnología de punta”, cuando en temas
ambientales y otros de los que se trata no es de cuál es la tecnología “de punta” sino cuál es la
tecnología adecuada, social – ambiental y económicamente, y por tanto la que debe emplearse.
Con el cuento de “tecnología de punta” se llevó adelante la llamada “revolución verde”, cargada
de agrotóxicos, provocando grandes afecciones a la seguridad y soberanía alimentarias de países
como el Ecuador.
La fuerza hegemónica del pensamiento neoliberal llevaría a sostener que se estaba formando un
“pensamiento único”, frente al cual José Saramago aclararía que es más un “pensamiento cero”
porque nos pedían no pensar y simplemente confiar en aparatos ideológicos tan fuertes como la
CNN y la producción de Hollywood. En realidad, parte del éxito de los neoliberales en aplicar
su esquema económico fue lograr que un alto porcentaje de la gente creyese que sus propuestas
eran “técnicas y no políticas” y que no existía ninguna otra opción, que eran “inevitables”.
En el campo ecuatoriano, fue esa también una realidad impulsada además con la fuerza de
proyectos impuestos con endeudamiento externo, principalmente los créditos que alimentaron el
Programa Sectorial Agropecuario, del cual emergería la Ley de Desarrollo Agrario de 1994.
Esta Ley fue condición de créditos de deuda externa y generó un mercado de tierras, al mismo
tiempo que de hecho impedía las expropiaciones y tomas de tierra, permitió la fragmentación y
venta a terceros de tierras comunitarias y autorizó que las concesiones de agua puedan
transferirse automáticamente con la venta del terreno.
Estas cuatro esferas de acumulación están íntimamente relacionadas y se afectan unas a otras. Si
se quiere combatir la inequidad en el acceso a la tierra, agua o cualquier otro factor productivo,
es necesario comprenderlo y actuar en todas estas esferas con igual insistencia y vigor.
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capitalismo, en el cual la acumulación del capital en pocas manos no es solo consecuencia de la
inequidad, sino que es causa bendecida por los defensores del sistema que siempre dirán que es
el interés en el lucro individual el principio que permite el desarrollo, el crecimiento económico
y por efecto cascada, la distribución de algo de la riqueza a los más pobres.
Ahora, con esa misma agresividad se invaden países, se colocan bases militares en todos los
países posibles, pero se procede también a otros mecanismos que se presentan como más hábiles
y engañosos. Uno de ellos, es la amplia, legal y financieramente justificada compra de tierras a
nivel global.
Pero esta suma no considera otra forma de apropiación a través de contratos de arrendamiento o
compra por agentes privados como el firmado entre la compañía coreana Daewoo Logistics
Corporation en Madagascar, sobre 1,3 millones de hectáreas para cultivar maíz y palma
aceitera; el plan de Dexion Capital Global Farming de comprar mil doscientos millones de
29
hectáreas en países pobre; o de Cáliz Agro que tiene ya 60 mil hectáreas en Brasil (Grain,
2009).
“Juntas, las crisis alimentaria y financiera actuales dispararon un nuevo ciclo mundial de
apropiación de tierras. Los gobiernos con “inseguridad alimentaria”, que dependen de
importaciones para alimentar a su población, están arrebatando tierras agrícolas fuera de su
país en las que pretenden producir alimentos propios. Las corporaciones alimentarias y los
inversionistas privados, ávidos de ganancias en medio de la crisis financiera, ven la inversión
en tierras agrícolas extranjeras como una importante y nueva fuente de lucro. Las tierras
agrícolas fértiles se privatizan y se concentran más y más. De no poner coto a este proceso, el
acaparamiento mundial de tierras puede significar en muchos sitios el fin de la agricultura en
pequeña escala como medio de vida y sustento”.
Las implicaciones son multilaterales, al grado que el gobierno de Bolivia señalaría que son
expresiones de agro-imperialismo (Viceministerio de Tierras, 2009) y un informe de la
Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicado en
mayo de 2009 plantea que: "El incremento de las compras masivas de terrenos en África y otros
continentes aumenta el riesgo de que los pobres se vean desposeídos o se les impida el acceso a
la tierra y el agua". Acumulación y despojo caminando visiblemente juntos.
A estos factores, hay que añadir que la acumulación, tanto de carácter internacional como la
plantea, cuanto la que se presenta al interior del Ecuador, está atada al mercado mundial y
cadenas productivas en las que priman los intereses de lucro y no la garantía de derechos. Esto
es de vital importancia cuando se habla de la seguridad y soberanía alimentarias.
Sabemos bien que la soberanía alimentaria está amenazada por una producción agrícola de
exportación y la imposición de formas de consumo que responde a una historia cultural
diferente a la propia. No requiere mucho esfuerzo comprender que la acumulación de tierra y
agua está ligada a ese tipo de producción y que, dado que la producción de alimentos para el
mercado interno está en manos de los campesinos pobres y medios, va acorralando a la
producción diversa con tecnologías alternativas y prácticas culturales diferentes. La
30
homogenización de la producción es necesaria para las grandes corporaciones como mecanismo
de ampliar la productividad, pero es también forma de imponer una cultura única, anulando los
rasgos propios.
Soberanía y seguridad alimentaria son promesas de la nueva Constitución, pero no todas las
promesas se cumplen si no hay compromiso, vigilancia y claridad en el resultado que se busca y
los mecanismos que se requieren. Y uno de ellos, sin duda, es enfrentar los temas de la
propiedad de la tierra y la acumulación del agua.
Nos hemos centrado en la agricultura, pero acumulación de tierra y agua, despojando también
por esa razón a los campesinos, existe en la producción extractivista de actividades petroleras y
la minería a cielo abierto que se mantiene como amenaza sobre el país. Ello no debe ser
olvidado.
Acumulación y derechos
Para el régimen mercantil, los derechos que deben ser considerados son los que hacen referencia
a la propiedad individual y a las transacciones. Si esto fuera cierto, habría que creer que es en el
mercado en donde se realiza la justicia, lo no tiene nada que ver con que muchos puedan decir
que las Cortes también parecen un mercado. Las “fuerzas invisibles del mercado” son intereses
y acciones de personas, empresas y clases sociales claramente identificables y su juego está
hecho para que el “pez grande se como al pez chico”. El libre mercado puede llegar a ser
31
eficiente, pero no es justo ni siquiera en cuanto al mero intercambio de mercancías. Y el
mercado de la fuerza de trabajo, lo es mucho menos.
Pero hay otros derechos, aquellos que nos pertenecen por ser parte de la familia humana,
participemos o no en el mercado. Son los derechos al territorio, al agua, a la alimentación, a
condiciones básicas de vida y a un ambiente sano, entre muchos más, y que resultan afectados
en el “libre mercado”, donde es más fácil comprar permisos para contaminar que dar respuesta a
las necesidades de la mayoría.
Considerando que en gran medida la producción de alimentos en el Ecuador está en las manos
de las mujeres, hay aquí además una carga de género indiscutible. Y lo mismo podemos decir de
las poblaciones indígenas y montubias. Entre los productores de alimentos está buena parte de
los mayores niveles de pobreza del Ecuador.
La tierra y el agua son los ejes de la inequidad en el campo, ampliada a lo largo de la aplicación
del neoliberalismo y con apoyo de los mecanismos colonizadores de la deuda externa que
supuso también ajustes legales para que aquello fuera posible. Ahora, distintas organizaciones
cuestionan nuevamente al Banco Mundial y sus socios por plantear nuevamente recetas
flexibilizadoras y mercantiles que involucran nuevos cambios normativos “recomendados” para
los “países en desarrollo”.
Las similitudes en los ajustes de corte neoliberal en un país y otro, de este continente u otros
más, plantea también que parte de la forma en que se expresa el fenómeno de la acumulación es
la anulación de las diversidades culturales y legales. No se trata solo de las normas jurídicas a
escala nacional, sino de la manera como se transforma la vida de comunidades, etnias y
nacionalidades que tienen arraigo en el campo. El mercado uniforme tampoco permite normas
32
diversas, busca poner los mismos parámetros homogéneos sobre todo producto y proceso,
presenta listas de chequeo validadas como sistemas de acreditación y abre las puertas solo a
aquello que cumple las reglas. Incluso cuando se habla de formas alternativas que son realmente
importantes, como el comercio justo y el comercio de productos orgánicos, hay muchas veces la
tendencia a repetir esa modalidad de juego homogenizado, corriendo el riesgo de cambiar de
una cadena de proveedores de insumos a otra.
Los textos presentados en este libro ratifican de manera clara y con estudios de caso a
profundidad, que el fenómeno de la acumulación se agudiza al mismo tiempo que se justifica y
enmascara. No importan la provincia o región geográfica, lo que está de trasfondo es la
generación de nuevos conflictos sociales y de las contradicciones entre la economía campesina
y su producción para el mercado nacional, frente a grandes empresas, transnacionales o ligadas
a ellas, que emplean mano de obra para monocultivos de destino internacional.
33
También se ratifica en los estudios que componen este libro, que la transformación en el área
rural no podrá hacerse si no se enfrenta el problema de la tenencia de la tierra y el
reordenamiento de los permisos de uso de recursos hídricos o concesiones (esto último es
mandato constitucional) para romper con las formas de acaparamiento. Porque, hay que recordar
que no solo está la posesión directa, sino también la mutipropiedad con nombres distintos y un
solo poseedor real, el arrendamiento, la agricultura bajo contrato y las expropiaciones (más
frecuentes en las actividades extractivistas).
Por ello, muchos son los estudiosos pero sobre todo los movimientos sociales que vuelven su
mirada al planteamiento de la Reforma Agraria Integral. En ello, se parte precisamente de la
temática de la tierra, pero se pasa a la acumulación de otros recursos, las posibilidades reales de
participar en el mercado nacional e internacional, el respeto a formas diversas de organizar la
producción y la vida social, en fin, a entenderla dentro de una perspectiva de desarrollo
alternativa y contrahegemónica. En esta dirección son importantes los estudios incorporados en
la obra del SIPAE titulada “¿Reforma Agraria en el Ecuador?: viejos temas, nuevos
argumentos” (Brassel et al, 2008), en los cuales se presentan razones válidas y potentes para
reconocer en la reforma agraria una bandera de lucha que de ninguna manera está presente solo
para los pobladores del campo.
En un Ecuador en el que las clases y sectores sociales hacen cada día más visible su accionar y
que en ello van identificando sus verdaderos intereses y aliados, la construcción del sujeto
histórico capaz de llevar adelante esta transformación es un hecho factible a más de necesario.
Por ello, como en todo, a los argumentos hay que sumar la organización y la unidad. Hay
alternativas y hay que saber llevarlas al terreno de la realidad, en momentos en el que las
definiciones implican el futuro.
34
REFERENCIAS
BRASSEL, F., HERRERA, S. y LAFORGE, M. (edit.) (2008). “Reforma Agraria en el Ecuador?: viejos temas,
nuevos argumentos”. SIPAE, Quito.
FRANK, André Gunder (1965). “¿Con qué modos de producción convierte la gallina maíz en huevos de oro?”. En:
Debate Rodolfo Puiggrós –André Gunder Frank (sobre los modos de producción en América Latina)
FRANK, André Gunder (1982). Capitalismo y subdesarrollo en América Latina. Siglo XXI editores, Buenos Aires.
GRAIN (2009). ¡Se adueñan de la Tierra! El nuevo acaparamiento agrario. En: Biodiversidad, sustento y culturas,
número 60, Quito.
GODELIER, Maurice: “La apropiación material y social de la naturaleza” en: Maurice Godelier, Lo ideal y lo
material, Taurus, Madrid, 1990.
HARVEY, David (2004). El “Nuevo” imperialismo: acumulación por desposesión. En: Socialist Register 2004
MALDONADO, Adolfo (2005). América se escribe con sangre. Facultad de Cierncias Médicas, Cuenca – Ecuador.
MARX, Carlos (1982). Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política. Introducción. Editorial
Siglo XXI, España.
Viceministerio de Tierras de Bolivia (2009). El Agroimperialismo se adueña de la tierra. Documentos de trabajo No.
2. La Paz, Bolivia.
35
¿MEDIACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS O,
MECANISMO DE ACUMULACIÓN?:
EL APROVECHAMIENTO AGRÍCOLA DEL AGUA
Alex Zapatta
Roberto Chiriboga
En los años 90 y en la primera década de éste siglo, ingentes recursos financieros fueron
canalizados a través de organismos que pretendieron enclaustrar la reflexión de la problemática
de los recursos hídricos en torno a la “escasez del agua”, la “gobernanza del agua” o, su
“gestión integrada”, desatendiendo una cuestión medular en las sociedades capitalistas: el
acaparamiento del agua destinada a la producción agrícola; con ello, el análisis de la
problemática de los recursos hídricos, corría el riesgo de verse distanciada del análisis general
de la problemática agraria.
36
Desde luego, no es que la cuestión de una injusta distribución de las aguas no haya tenido un
tratamiento con antelación a la existencia del Foro de los Recursos Hídricos. Importantes
aportes en ésta línea de reflexión provinieron de la cooperación científica francesa materializada
por el Instituto Francés de Investigación Científica para el Desarrollo en Cooperación
(ORSTOM)1 que, en alianza con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INERHI)2,
desarrollaron una serie de estudios en los que evidenciaron las desigualdades sociales en el
aprovechamiento del agua en el riego en las cuencas del ríos Mira, Esmeraldas y Pastaza. Los
informes de la cooperación conjunta ORSTOM – INERHI se hicieron públicos en 1993.
Luego, una serie de estudios vendría a confirmar la certidumbre de que, en la región interandina,
ni el proceso de reforma agraria, ni la aplicación de la Ley de Aguas (1972), habían logrado que
el reparto social del agua en el agro se democratice. Algunos estudios pusieron acento en el
entorno general de la distribución social del agua; otros estudios, enfatizaron el reparto de
derechos al interior mismo de los sistemas de riego. Entidades como la Central Ecuatoriana de
Servicios Agrícolas (CESA), el Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades Andinas
(IEDECA), el Servicio Holandés de Cooperación al Desarrollo (SNV), el Centro Internacional
de Cooperación para el Desarrollo Agrícola (CICDA – Francia) contribuyeron a generar
información sólida con respecto a la problemática de la distribución social del agua.
Pese a la importancia de la agricultura bajo riego en la Costa, el análisis del reparto social del
agua en ésta región del país, empezó a ser significativo solamente en los últimos años. Allí
destacan los estudios del Instituto de Investigaciones Rurales de la Escuela Politécnica del
Litoral (ESPOL), los estudios del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el
Ecuador (SIPAE) y, los estudios del CAMAREN a los cuales ya se hizo referencia.
37
andina; agua – soberanía alimentaria; agua – derechos colectivos de pueblos y nacionalidades;
agua – manejo y conservación de ecosistemas; etc. Si bien, la Confederación de Nacionalidades
Indígenas del Ecuador (CONAIE) ha tenido un rol destacado en el posicionamiento de varios de
ésos temas, las otras organizaciones de proyección nacional como la Federación Nacional de
Organizaciones Campesinas Indígenas y Negras (FENOCIN), la Coordinadora Nacional
Campesina “Eloy Alfaro” y, en general, todas las organizaciones y plataformas sociales con
presencia en el agro, han aportado desde sus experiencias y preocupaciones específicas, para
que la comprensión sobre la problemática del agua en el agro, revista mayor amplitud, pero al
mismo tiempo, tenga mayor profundidad.
Una revisión de los estudios sobre aprovechamiento del agua en la producción agraria de mayor
desarrollo capitalista – algunos de los cuáles están insertados en éste libro –establecen
elementos que permiten destacar la relación íntima entre el control sobre la tierra y
acaparamiento del agua.
3
Ésta parte del presente artículo, redactado por Alex Zapatta, fue publicado en Europa con ligeras modificaciones, bajo el título “Water consumption in
Ecuadorian Agroindustry” (2009).
38
El proceso de reprimarización de la economía ecuatoriana, que se consolida a inicios de los años
90, se fue abriendo camino merced a la aplicación de políticas de ajuste. En materia de aguas,
las llamadas “políticas del ajuste hídrico”, se orientaron a viabilizar el nuevo rol que debía
cumplir el agua en la agricultura de exportación; el desmantelamiento de la institucionalidad de
las aguas en 1994 que, entre otras cosas implicó la extinción del INERHI, representa un
momento sobresaliente de ese proceso.
Por la información de la que se dispone, todo parecería indicar que entre las “ventajas
comparativas” – según el lenguaje de quienes se identificaban con ésa concepción - que “le
permiten al Ecuador reinsertarse en los mercados internacionales”, estaría también el supuesto
de contar con “suficiente agua” para cultivos exigentes en su consumo.
Pero entre las “ventajas comparativas” del Ecuador no solo está, al parecer, contar con
garantías de satisfacer las demandas de agua a los cultivos exigentes en su consumo; sino,
además, el poder “absorber” – sin que implique costos adicionales - los efectos ambientales
negativos del uso del agua en la producción de cultivos de alta rentabilidad. Es decir –
utilizando los términos de los economistas neoclásicos- no se internalizan en los costos, las
39
externalidades negativas de los procesos productivos, pese a que, como se verá a continuación,
tales efectos, en varios de esos productos, son de considerable magnitud.
En cuanto al rol del Estado, no deja de llamar la atención, por lo paradójico, que algunos
proyectos públicos de riego hayan contribuido reforzar las inequidades sociales en el agro,
beneficiando a sectores vinculados a procesos de acumulación (Brassel ET AL. 2008). Sobre
éste particular resulta interesante como incluso el acceso a información sobre proyectos de riego
estatales a construirse, es asimétrica, en provecho de círculos empresariales que potencialmente
podrían ser beneficiarios. Ramón Espinel, Paúl Herrera y G. Vanhuylenbroeck (2005), analizan
el como se manejo la información en con respecto a la infraestructura de riego del proyecto de
trasvase de aguas a la península de Santa Elena:
40
“...se estudió el problema de la provisión de riego a través de una infraestructura pública en un
entorno de información asimétrica (IA) sobre los potenciales beneficios de la disponibilidad del
agua y el valor de la tierra. Debido al mal manejo de la información por parte del gobierno,
una compra-venta masiva de tierras comunales empezó desde que se anunció la construcción
de los canales. Luego de 8 años, menos del 20% de la capacidad de riego es usada y existen
grandes problemas para asegurar la operación y mantenimiento de las obras y con ello la
sostenibilidad de la actividad agrícola. El análisis consiste en probar si ciertas condiciones de
optimalidad para la asignación de recursos naturales son aplicables cuando los ingresos de los
individuos y los costos de acceso al bien público son información privada. El resultado más
importante es que la presencia de IA induce un escenario en el cual los nuevos propietarios de
tierras (no comuneros) demandan una cantidad menor de riego, debido a sus altos costos
marginales de cultivar en grandes extensiones de tierra. Un segundo resultado importante
sugiere que subsidiar a los nuevos propietarios de tierras (y algunos especuladores de tierras)
a través de la provisión del riego, ha incrementado la inequidad con respecto a los campesinos-
comuneros.”
En la introducción a su trabajo sobre la renta capitalista del suelo, Marx señala que la
propiedad del suelo presupone el monopolio de ciertas personas a disponer de determinadas
porciones del planeta como esferas exclusivas de su voluntad privada, con exclusión de todos
los demás. Esto supone que se trata de desarrollar el valor económico, es decir, la valorización
de éste monopolio sobre la base de la producción capitalista (Marx. 1978).
41
El monopolio de la propiedad territorial – continúa Marx - es una premisa histórica y se
mantiene como base constante, tanto del modo capitalista de producción como de todos los
modos de producción anteriores, basados en la explotación de las masas bajo una forma u otra.
Cuando Marx aborda el estudio de la renta de la tierra lo hace a dos niveles: en primer lugar
estudia la renta diferencial y posteriormente la renta absoluta de la tierra.
En ese marco, el autor de “El Capital” no dejó de reflexionar sobre el rol del agua en la
valorización capitalista del suelo, “para no emitir nada, debe observarse que por tierra se
entiende también el agua, etc., siempre que (...) se presente como accesorio de la tierra”
advierte Marx al inicio del Tercer Tomo de su obra mayor.
Luego, señala que “el capital puede fijarse en la tierra, incorporarse a ella, en parte de un
modo más bien transitorio, como ocurre en las mejoras de índole química, abonos, etc., en
parte de un modo más bien permanente, como es el caso de los canales de drenaje, obras de
irrigación, desmontes, construcción de factorías, etc. (…) Entra en las categorías de capital
fijo”.
Teniendo en cuenta que la superficie del suelo está limitada, puesto que lo ocupan enteramente
propiedades particulares, el precio de producción de los productos de la tierra no lo determinan
los gastos de producción en los terrenos de calidad media, sino en los de calidad inferior; no lo
42
determinan las condiciones medias en que el producto se lleva al mercado, sino las condiciones
peores. La diferencia existente entre éste precio y, el precio de producción en terrenos mejores
(o en condiciones mejores) constituye la renta diferencial. Marx analiza en detalle la renta
diferencial, demostrando que proviene de la diferencia de fertilidad de los distintos campos, de
la diferencia de los capitales invertidos (Lenin. 1976).
Debe tenerse presente que la elaboración teórica de Marx tenía como referencia a la Inglaterra
de mediados del siglo XIX, en donde los capitalistas, para producir las mercancía agrícolas,
arrendaban la tierra a los terratenientes. En ese esquema, los arrendatarios capitalistas, se veían
obligados a entregar la renta diferencial al propietario de la tierra quedándose ellos, los
capitalistas, únicamente con la ganancia media. Pero cuando el capitalista, es al mismo tiempo
propietario de la tierra, no sólo asegura para sí la renta diferencial, sino también la renta
absoluta, debido al monopolio de la propiedad agraria (Carmona, José María).
Marx otorga un rol al uso del agua, como elemento fundamental en el proceso de constitución
de la renta diferencial. A propósito del beneficio de uso del agua en la producción, dice “cabe
que aumente la parte del producto del trabajo que representa la plusvalía frente a la parte que
se transforma en salario. En la medida en que lo hace, eleva la cuota general de ganancia, pero
no crea ninguna ganancia extraordinaria, la cual estriba precisamente en el excedente de la
ganancia individual sobre la ganancia media. Así pues, el hecho de que el empleo de una fuerza
natural (…) el agua, cree aquí ganancia extraordinaria, no puede surgir únicamente del hecho
de que la incrementada productividad se deba aquí al empleo de una fuerza natural. Tienen que
intervenir otras circunstancias modificativas capital invertido, modalidades de utilización de la
fuerza de trabajo, calidad de los suelos, cercanía a mercados, etc. .” (Marx. 1978)
Al realizar un balance histórico sobre las implicaciones de la renta del suelo, el académico
mexicano Armando Bartra, señala que “el saldo de la imposición de los moldes capitalistas a la
producción agropecuaria fue perverso. Monopolios naturales de un bien originario y escaso
como la tierra, y diversidad en el espacio y el tiempo de los costos de producción, generaron
rentas absolutas y diferenciales que distorsionaban la distribución del excedente económico,
propiciando modalidades viciosas de acumulación. Algunos pensaron que era una herencia del
viejo régimen, en realidad era el saldo de someter un proceso productivo basado en recursos
preexistentes, diversos, desigualmente repartidos y escasos, al sistema de mercado absoluto;
43
era la resistencia de la naturaleza a la compulsión enajenadora del capital” (Bartra, Armando.
2000).
Un efecto ni previsto ni deseado por los auspiciantes de las políticas de ajuste hídrico fue el de
conseguir una reacción de las organizaciones populares y movimientos sociales del agro, que se
vieron obligadas a tomar posición y a generar el más amplio debate – no siempre exento de
“despistes” – en torno a la problemática de los recursos hídricos y del aprovechamiento del
agua.
En 1996, por vez primera en la historia del país, un movimiento indígena, la CONAIE, presenta
un proyecto de Ley de Aguas. En el año 2001, se conforma el Foro de Recursos Hídricos. Los
análisis, estudios, proyectos de reforma legal, de nueva institucionalidad desde los intereses de
los marginados y excluidos al agua para la producción agrícola, empiezan a incrementarse y
ganar en términos de calidad.
El Estado normará el uso y acceso a la tierra que deberá cumplir la función social y
ambiental. Un fondo nacional de tierras, establecido por ley, regulará el acceso
equitativo de campesinos y campesinas a la tierra.
44
Se prohíbe el latifundio y la concentración de la tierra, así como el acaparamiento o
privatización del agua y sus fuentes.
El estado regulará el uso y manejo del agua de riego para la producción de alimentos,
bajo los principios de equidad, eficiencia y sostenibilidad ambiental.
45
El Estado garantizará que los servicios públicos y su provisión respondan a los
principios de obligatoriedad, generalidad, uniformidad, eficiencia, responsabilidad,
universalidad, accesibilidad, regularidad, continuidad y calidad. El Estado dispondrá
que los precios y tarifas de los servicios públicos sean equitativos, y establecerá su
control y regulación.
Un aspecto que resulta particularmente importante para la economía agraria y la justicia social
en el agro, es la restitución constitucional de la capacidad regulatoria – redistributiva del Estado
con respecto a los derechos de uso y aprovechamiento del agua para riego. El numeral 4 del
artículo 281 establece que es obligación del Estado “Promover políticas redistributivas que
permitan el acceso del campesinado a la tierra, al agua y otros recursos productivos.”;
mientras que la disposición transitoria vigésimo séptima del Proyecto, recoge una demanda
social fundamental:
Por último, con respecto a los recursos hídricos y su importancia para la agricultura, cabe aludir
que en el capítulo de Biodiversidad y Recursos Naturales, hay 2 artículos, el 411 y el 412, que
se refieren de forma importante a la gestión ambiental del agua.
El órgano legislativo (...) en el plazo máximo de trescientos sesenta días (contados desde
la entrada en vigencia de ésta Constitución) aprobará (…) la ley que regule los
recursos hídricos, usos y aprovechamiento del agua, que incluirá los permisos de uso y
aprovechamiento, actuales y futuros, sus plazos, condiciones, mecanismos de revisión y
auditoria, para asegurar la formalización y la distribución equitativa de este patrimonio.
REFERENCIAS
ALFARO, J.F; MARIN J. (1990). “Uso de agua y energía para riego en América Latina”. PNUD, Brasil.
BARTRA, Armando (2000). “La renta de la vida”. En Revista “La Hojarasca” número 42, del mes de octubre.
México.
CARMONA, José María: “La transformación de las estructuras agrarias y agrícolas en México”. Versión digital en:
http://www.economia.umich.mx/publicaciones/EconYSoc/ES03_12.htm
FORO DE LOS RECURSOS HÍDRICOS (2008). “El despojo del agua y la necesidad de una transformación
urgente”. CAMAREN. Quito.
LENIN, V. I. (1976). “Carlos Marx (Breve esbozo biográfico con una exposición de marxismo)”. En: Lénin,
Obras Escogidas. Editorial Progreso. Moscú.
MARX, Carlos (1978). “El Capital. Crítica de la Economía Política”. Libro III, Tomo III. Akal 74.
SIPAE (2008). “Reforma agraria en el Ecuador: ¿viejos temas nuevos argumentos?”. Editores: Frank Brassel, Stalin
Herrera, Michel Laforge. Quito.
ZAPATTA, Alex (2009). “Water consumption in Ecuadorian Agroindustry”. En: “Latin American report on
monocultures and violations of the human rights to adequate food and housing, to water, to land and to territory”.
Compiled and edited by: Maria Silvia Emanuelli (HIC-AL); Jennie Jonsén (FIAN Sweden and SAL); Sofía Monsalve
Suárez (FIAN International). Habitat International Coalition, Regional Coordination Office for Latin America (HIC-
AL), FIAN International, FIAN Sweden, Latinamerikagrupperna - Solidarity Sweden-Latin America (SAL).
47
ESTUDIOS DE CASO
48
DINÁMICAS SOCIALES EN TORNO A LA TIERRA Y EL AGUA
EN EL EJE CAÑICULTOR DE LA CUENCA BAJA DEL RÍO
GUAYAS
Andrea Ojeda
Paulina Pérez
Alex Zapatta1
Éste artículo sintetiza el reporte del estudio realizado por los autores en el marco del proyecto de
investigación “Tierra y Agua, interrelaciones de un acceso inequitativo”, que el SIPAE, con
apoyo de la entidad de cooperación belga Broederlijk Delen, desarrolló durante los años 2008 y
2009 en torno a las interrelaciones tierra y agua en la cuenca baja del río Guayas.
Comprender las particularidades de las dinámicas sociales en torno a la tierra y el agua como
recursos productivos, y sus interrelaciones en el eje cañicultor del litoral ecuatoriano.
1
Los autores quieren agradecer el apoyo del abogado Jesús Zambrano en la elaboración de este estudio.
49
b) Determinar la manera en que se encuentran socialmente distribuidos los recursos
productivos tierra y agua en el eje cañicultor.
Establecer una aproximación a las especificidades de la acumulación de capital en el sector
cañicultor y agroindustrial del azúcar.
La zona de estudio corresponde a la cuenca baja del río Guayas, especialmente a su eje
cañicultor, comprendido entre el sur este de las provincias del Guayas y Los Ríos y, el
noroccidente de la provincia del Cañar. Debe anotarse que una pequeña parte del eje cañicultor
se encuentra ubicado muy al sur de la provincia del Guayas, en el cantón Naranjal, en un área
que corresponde al sistema hidrográfico del río Jubones.
50
Gráfico 1. Ubicación de la zona azucarera, 2008
TERRITORIO DEL
EJE CAÑICULTOR
EN EL SECTOR
COSTA
LOS RIOS
EL GUAYAS
EL CAÑAR
N
CUENCA BAJA DEL RIO
GUAYAS.
51
Gráfico 2. Ubicación de los ingenios azucareros del litoral
INGENIO
ISABEL
MARIA
INGENIO
VALDEZ
INGENIO
SAN CARLOS
INGENIO
LA TRONCAL
52
1.6 Los estudios y análisis previos
Hasta los años 70 del siglo XX, las relaciones sociales de producción en la cuenca baja
del río Guayas y, de modo específico, en su eje cañicultor, fueron abordados críticamente por
intelectuales vinculados a los partidos de izquierda, Socialista y Comunista. De esa vertiente
podrían mencionarse algunos trabajos: de perspectiva sociológica, como “El Montuvio
Ecuatoriano” (1937) de José de la Cuadra; de tipo literario, como “Nuestro Pan” de Enrique Gil
Gilbert (1941); o, trabajos de proyección política, como los escritos de Pedro Saad (1971).
Pero sin duda, el estudio más prolijo sobre cambios en la estructura agraria en el eje
cañicultor de la cuenca baja del río Guayas es el desarrollado por el norteamericano John
Uggen. Con el objeto de realizar una tesis de doctorado para la Universidad de Miami, a inicios
de los 70, Uggen desarrolló una cuidadosa investigación sobre las movilizaciones campesinas
en torno a la lucha por la tierra en las zonas de Milagro, Yaguachi y Naranjal. La tesis titulada
“Peasant Movilization in Ecuador: A case of study of Guayas Province” (1975), fue
complementada con un estudio posterior realizado por el mismo Uggen en el año 1984, que dio
como resultado un libro titulado “Tenencia de la tierra y movilizaciones campesinas” (1993).
53
El desarrollo de la industria azucarera en el Ecuador ha sido minuciosamente estudiado
desde una perspectiva crítica de las Ciencias Sociales, destacándose el trabajo de Rafael
Guerrero “Los ingenios en el desarrollo del capitalismo en el Ecuador 1900 - 1954” (1978), y el
trabajo de Sabine Fisher titulado “Estado, clases e industria” (1983).
El año pasado, el Foro de los Recursos Hídricos presentó el libro titulado “El despojo
del Agua” (2008), amplio análisis sobre el reparto social del agua en el país, con importante
información sobre la distribución del agua de riego en la cuenca baja del río Guayas.
A escala nacional, el cultivo de caña de azúcar tiene diferentes fines según sea la
variedad genética y según la región donde se cultive. De hecho, para la producción de
azúcar, la mayor parte de la producción de la caña se concentra en el litoral, en la
cuenca baja del río Guayas, especialmente en sur y sureste de la provincia de Guayas,
en el sur de la provincia de Los Ríos y en el noroccidente de la provincia del Cañar. En
menor proporción, se cultiva caña para los ingenios en la región interandina y en la
región amazónica.
54
Tabla 1. Producción nacional de azúcar y demás productos derivados de la caña.
2000
PRODUCCION AZÚCAR (ha) PANELA AGUARDIENTE, SUPERFICIE
FRUTA (ha) TOTAL (ha)
Región costa 51.919 4.277 56.196
Región sierra 30.830 32.596 63.426
Región amazónica 0 5.733 5.733
TOTAL 82.749 42.606 125.355
FUENTE: III Censo Nacional Agropecuario. (2000)
ELABORACIÓN: SIPAE
Según información del Censo agropecuario del año 2000, en el litoral existen
diez cantones con producción de caña para ingenios. Estos cantones, de acuerdo a la
provincia a la que pertenecen, son: en la provincia de los Ríos, Babahoyo; en la
provincia Guayas, cantones Alfredo Baquerizo Moreno, El Triunfo, Milagro, Naranjito,
Naranjal, San Jacinto de Yaguachi, Simón Bolívar y Marcelino Maridueña; y, en la
provincia del Cañar, el cantón La Troncal.
55
Tabla 2. Condiciones climáticas en diferentes localidades de influencia
de la caña de azúcar (2005).
LOCALIDAD LLUVIA TEMPERATURA HELIOFANÍA
(mm/año) MEDIA (ºC) (horas/día)
Babahoyo 920 25,47 2,6
Milagro 1.454 25,8 2,6
La Troncal 2.396 25,9 1,7
FUENTE: INAMHI (2005)
ELABORADO: SIPAE
56
La producción azucarera esta diversificada, ofrece algunos tipos de azúcar cruda:
rojo, rubio, sulfitado, blanco, refinado, dependiendo de la coloración, la misma que esta
en función principalmente del porcentaje de sacarosa, azúcar impalpable, panela, panela
granulada, miel de caña.
La venta de azúcar por parte de los ingenios es libre, no existen restricciones por
parte del Estado, por zonificación, ni cupos de venta; se almacena el producto en sus
bodegas, para posteriormente vender el azúcar al por mayor a industriales (confiterías2,
gaseosas, alimentos y farmacéuticos), grandes mayoristas (los que adquieren el producto
directamente), comisariatos, minoristas (tiendas, los mismos que se encargan de vender
a los consumidores finales).
2
La industria confitera ecuatoriana se siente perjudicada por las políticas de protección estatal que rigen para el azúcar, debe comprar azúcar nacional cuyo
precio es el doble del que se vende a nivel internacional. (Caravali, Jorge, 2006).
57
El sector azucarero, por el poder económico y político alcanzado, se encuentra
consolidado: con sistemas propios de comercialización; de hecho, la mayoría de los
ingenios disponen de puntos directos de comercialización, reduciendo la presencia de
intermediarios; en la última década se han creado centros de investigación para el
desarrollo tecnológico. Los propietarios de ingenios y grandes productores de caña han
desplegado una estructura organizativa en defensa de sus intereses: la Unión Nacional
de Cañicultores del Ecuador (UNCE) creada en 1.987; la Federación Nacional de
azucareros –FENAZUCAR-. Debe agregarse a lo dicho, que el sector azucarero ha
logrado tener un posicionamiento importante frente las negociaciones comerciales, en el
ámbito nacional e internacional; han conseguido beneficiarse del Sistema Andino de
Franjas de Precios – SAFP; así como del mecanismo de indexación de los precios.
58
2.5 Principales industrias consumidoras de azúcar y subproductos
La caña de azúcar es uno de los cultivos que más articulaciones posibilita entre
la agricultura y la industria. En el siguiente cuadro se detalla el destino industrial que
tiene el azúcar y los subproductos:
59
Los subproductos de la caña de azúcar procesada en los ingenios son: bagazo,
melaza y cachaza.
60
Debe señalarse que ALCOHORSA se dedica a la producción de alcohol
antiséptico y, esta fábrica no pertenece al ingenio, ni a ninguno de sus accionistas.
3.1 Antecedentes
Con el pasar de los años, sobre todo luego de la crisis cacaotera, con los procesos de
reestructuración de la propiedad agraria, las propiedades de origen colonial y las de origen
republicano se dividen o fusionan; pero sin que ello signifique, en modo alguno – ni siquiera en
el proceso de reforma agraria –, que las élites guayaquileñas hayan llegado a perder el control
hegemónico sobre el tierra.
61
En los mecanismos señalados en los literales a) y b), el acceso a las tierras “baldías” o
“realengas” era gratuito, “por méritos”; no fue así con el mecanismo señalado en el literal c), en
donde el interesado debía cancelar el valor pactado en el remate.
Uggen afirma que en lo que hoy se denomina “eje azucarero”, no fueron muchas las
propiedades de origen colonial; según él, están las haciendas que sobrevivieron a las guerras de
la independencia, fueron apenas tres:
– La hacienda Tenguel, de los Caamaño que, como “Tenguel Estates Limited” – de capitales
nacionales e ingleses - llegó a ser la plantación cacaotera más grande del mundo. Fue
rematada en 1926 por el Banco Territorial, debido a deudas. En 1933, fue adquirida por la
United Fruit que la mantuvo hasta 1962.
– La hacienda Papayal, de propiedad de Josefa Rodríguez De Bejarano (madre de Vicente
Rocafuerte). A la muerte de la señora, la propiedad se dividió en tres haciendas: Conducta,
Naranjito y Venecia. La hacienda Conducta, fue heredada por Vicente Rocafuerte. A la
muerte de éste, su viuda, entregó en arriendo una parte de la hacienda a favor del Sr.
Leonardo Yerovi, quien fundaría en 1884 uno de los primeros ingenios del país: el
“Rocafuerte”.
– La hacienda Rircay, propiedad que en algún momento llegó a ser de un tal Bartolomé
Serrano y, en otro momento del conocido hacendado cuencano Pío Bravo, se extendía desde
Cañar hasta Boca de los Sapos (El Triunfo). Solo fue colonizada desde los años 40 del s.
XX.
62
– 1833 – 1869: Apropiación de tierras comunales
– 1870 – 1924: Consolidación de las propiedades cacaoteras y cañicultoras
– 1925 – 1960: Reestructuración de la propiedad agraria
– 1961 – 1981: Afectaciones en el marco de la reforma agraria
– 1982 – 2008: Ampliación de la gran propiedad agraria en las zonas de caña
Tal impulso se vería complementado en los primeros años de la República, cuando Juan
José Flores, con el pretexto de indemnizar los servicios militares de parte de la oficialidad y
cubrir parte de las deudas adquiridas para las guerras de la independencia y la guerra con el
Perú, dispusiera -mediante Decreto de enero 16 de 1833-, la reversión de “los sobrantes de los
resguardos y demás bienes de comunidad”; en la práctica, ésta fue una medida de despojo de
tierras de las comunidades indígenas con particular incidencia en la Costa. A la expropiación de
tierras comunales, Flores agregó la obligación de un tributo - Ley de Contribución Personal –
especialmente gravoso para la población indígena. (Núñez S. Jorge. 1978).
63
La legua de Cone fue rematada en pago “por servicios militares al Gral. José Mires”;
tras la muerte de éste, fue adquirida por Manuel Ycaza Silva. Una parte de estas tierras pasaron
a conformar la hacienda “Maruja”, en tanto que el resto fueron incorporadas por Ycaza a la
antigua hacienda Angélica (14000 ha.).
Para 1890, los Ycaza Paredes consolidaron el dominio de las tierras que originalmente
fueron propiedad de las comunidades de La Saiba, Cerro de la Ensenada, Palma de Pena, El
Guasmo.
De hecho, el núcleo inicial del ingenio Valdez, se asienta sobre el fundo antiguo San
Jacinto del Chirijo y del primitivo sitio comunero “Caimito de las Varas”.
Se constituye una clase terrateniente cacaotera a lo largo del siglo XIX, se abre la
frontera y monopoliza las tierras de acceso más fácil. Para 1900 encontramos una clase
plenamente constituida (Guerrero, Andrés. 1994).
De acuerdo a las cifras catastrales, a escala nacional se contaban a comienzos del siglo
XX con unos 4.837 fundos y más de 58 millones de árboles de cacao. Las grandes provincias
cacaoteras (Guayas y Los Ríos) eran aquellas donde las condiciones de transporte presentaban
mayores facilidades naturales, gracias a la red fluvial, para conducir la producción al puerto de
Guayaquil (Guerrero. 1994).
La importancia que tuvieron las vías de comunicación para las explotaciones de cacao,
caucho y caña, explica el hecho de que en la “época formativa” de las haciendas, éstas se
concentraron a lo largo de los sistemas fluviales; en tanto que las zonas que carecían de ríos
quedarían “baldías” hasta bien entrado el s. XX. A decir de Andrés Guerrero (1994) la red
fluvial densa del río Guayas elimina uno de los problemas esenciales de este tipo de producción
agrícola de exportación, constituido por las fuertes inversiones en medios de transporte
necesarios para acarrear el producto de las haciendas al puerto de exportación y que implican el
alza de los costos.
En esta misma línea de reflexión, debe enfatizarse la importancia que tuvo el ferrocarril
en la rearticulación de la propiedad agraria en la zona de estudio. En 1875. Yaguachi y Milagro
fueron las dos primeras poblaciones en estar interconectadas por el tren. A partir de entonces, la
64
historia de la propiedad agraria estará íntimamente ligada a la historia del ferrocarril (Uggen.
1993).
I INGENIOS AZUCAREROS
UBICACIÓN DE LOS
LÍNEA FERREA - 1930
Otro tanto sucede con las vías carrozables. A partir de mediados de los años 40 del s.
XX, el vínculo “vías de comunicación – propiedad agraria”, se ampliará a las vías carrozables:
Durán – Tambo (1948), la vía a Naranjal y Milagro; en donde se empiezan a verificar procesos
de acaparamiento de tierras. La inauguración del tramo a Milagro en 1952 - a partir de la vía
Durán – Tambo -, subió el valor comercial de las haciendas Maruja, Eugenia y San Miguel y
fomentó el mercado de tierras. (Ibid).
65
cacao ecuatoriano en el mercado mundial conduce a la extensión de grandes haciendas
dedicadas al cacao (Guerrero, Andrés. 1994. Op. Cit.). En este período se consolida la gran
propiedad cacaotera en la zona. De las diez más importantes familias cacaoteras: los Seminario,
los Aspiazu, los Morla, los Caamaño, los Durán Ballén, los Ycaza, los Avilés, los Sáenz, los
Aguirre, los Acevedo y los Puga, seis tenían propiedades en la zona de Milagro.
Con las ganancias extraordinarias de la producción del cacao los propietarios de las
plantaciones, para consolidar su poder político y económico, fundan bancos y compañías,
siendo ellos parte de los directorios de tales empresas.
Con respecto al proceso de reforma agraria en esta zona, es necesario señalar algunos
antecedentes. Desde fines de los años 20, con el apoyo del Partido Comunista del Ecuador, se
articulan diversas estructuras organizativas de tipo sindical, ejemplo de ello son la Central
Sindical – Campesina en Milagro; y, el Sindicato Campesino de Naranjal. Entre 1934 y 1935, se
conforman estructuras sindicales en el ingenio San Carlos; en la hacienda Angélica; en la
hacienda Venecia; y, en la Isla de Rocafuerte en Milagro. Poco después, en 1939, se conforma
el sindicato en el ingenio Valdez. Todas esas estructuras sindicales, bajo la orientación del
Partido Comunista, van a confluir en 1954, en la conformación de la Federación de
Trabajadores Agrícolas del Litoral (FTAL). Hasta 1958, entre las haciendas de Milagro,
Yaguachi y Naranjal se llegaron a conformar 35 sindicatos con reconocimiento jurídico; se
estima, sin embargo, que el movimiento sindical fue mucho más amplio. Los años 50 fueron
también el momento de mayor apogeo de la lucha en contra de la penetración del capital
monopólico transnacional (Uggen. 1993).
67
En medio de ese proceso de efervescencia organizativa de tipo clasista, en 1955, en el
sector “Rosa María”, se reactiva el Comité de Expropiación de terrenos del ingenio Valdez,
organización que va a jugar un rol destacado en la lucha por la tierra en la zona de Milagro. En
“Rosa María” vivían en condiciones de hacinamiento los trabajadores agrícolas y sus familias
que habían sido expulsados de las haciendas cacaoteras. El Comité impulsaba la lucha por la
tierra en dos direcciones: por un lado, presionaba para que el ingenio Valdez ceda terrenos para
vivienda popular; por otro lado, el Comité agrupaba a los finqueros de la hacienda “Maruja”,
que estaban en conflicto con su propietario Jacinto Jouvín Cisneros, un funesto latifundista
empecinado en desalojar a los finqueros de su hacienda. A los finqueros de “Maruja”, se
adhirieron los finqueros de “La Eugenia”. Para el año 1961, el Comité de Expropiación se
convierte en la “Cooperativa 5 de Junio” y en esta condición, en 1965, alcanza a recuperar las
tierras de ambas haciendas aunque, con compensación económica de por medio. (Ibid.).
En 1962, la lucha por la tierra se vio impulsada por la invasión por parte de los ex
trabajadores a la hacienda Tenguel. Frente a ello, la United Fruit, no tuvo más alternativa que
vender la hacienda al Estado que, luego parceló el predio y vendió a los ex trabajadores.
En ese contexto era inevitable la promulgación de una Ley de Reforma Agraria. Las
discusiones entre las clases propietarias giraban en torno al carácter y alcance de esa Ley que
debía equilibrar las visiones del sector más tradicional de los latifundistas y el más moderno y,
entre los intereses de los latifundistas costeños y el de los latifundistas serranos. Al final, en
1964 se promulgó la Ley, cuidadosamente elaborada para no amenazar intereses de
latifundistas.
Ese mismo año -1965 - se promulgó la Ley de Tierras Baldías, que amplió un poco el
alcance de la Ley de Reforma Agraria, al declarar nulos los títulos basados en “derechos y
68
acciones de sitio o montaña”. Esto afectaba a muchos propietarios de la costa que, habían
fundado sus propiedades en dichos títulos.
Los datos generados por el III Censo Agropecuario permiten tener una idea de cómo a
inicios de esa década se encontraba la distribución social de las superficies dedicadas a la
producción de caña para ingenios en el país: las unidades de producción (UPA) con superficies
menores a 10 hectáreas, representan apenas el 3,2% del total de las UPA; aquellas propiedades
de entre 10 y menos de 50 hectáreas, representan el 9,2% del total de las UPA; las propiedades
comprendidas entre 50 y menos de 200 hectáreas representan el 11,93 del total de las UPAS, en
tanto que las propiedades de 200 hectáreas y más, representan el 75,7 del total de las UPA
dedicadas a la producción de caña para ingenios azucareros. Hay, como se puede apreciar en la
información censal, un importante grado de concentración latifundista de las tierras en la
producción de caña para ingenios.
En lo que tiene que ver específicamente con las plantaciones de caña de los ingenios –
dejando por fuera a los finqueros y cañicultores proveedores -, desde 1979 se registra un
importante crecimiento de la superficie de los ingenios establecidos en la cuenca baja del río
Guayas, que prácticamente duplicaron la superficie de sus cultivos. Tal es la realidad que se
aprecia en el siguiente cuadro:
69
Isabel María 1.671 1.800
TOTAL 33.331 78.800
FUENTE:* Estudios Técnicos Económicos referentes a la Industria azucarera en Ecuador (1980); ** Investigación
de campo (2008)
ELABORADO: SIPAE
FUENTE: Estudios Técnico – Económico Referente a la Industria Azucarera en Ecuador (1980); Investigación de
campo (2008).
ELABORADO: SIPAE
70
La tierra de los ingenios azucareros se incrementa existiendo una reconcentración de la
misma. La adquisición de este recurso se da a través de varios mecanismos. Según un poblador
de Marcelino Maridueña, “En 1985 [los empleados del ingenio San Carlos] presionaron a
ciertos productores pequeños, los mismos que vendieron sus tierras. En la hacienda las Vegas,
hostigaban a los finqueros, hoy sus hijos son trabajadores de San Carlos”. Privatizado el
Ingenio AZTRA – al que se le cambió de nombre, pasando a denominarse “ECUDOS” – y, en
su lógica de expansión, contribuyó a que se realice inversiones en el cultivo de caña de azúcar,
pues requería caña de productores independientes. Para el año 1996 existe un pico de créditos
tanto por el Banco Nacional de Fomento y así como de la banca privada para el cultivo de caña
de azúcar. En el año de 1998 el fenómeno del niño afecta la producción de caña, no pudiendo
realizar los cortes, ni pagar las deudas a los bancos. Esta crisis es aprovechada para fomentar un
proceso de acaparamiento de tierras en provecho del Ingenio AZTRA (privatizado) así como de
grandes y medianos propietarios. Tal situación ya ocurrió anteriormente (1994) con la crisis que
sufrieron los pequeñas bananeros.
Pero además, los ingenios aumentaron su capacidad de molienda, así como también la
implementación de otras agroindustrias como las alcoholeras - para ejemplificar, basta recordar
que en noviembre de 1992 se inauguró SODERAL S.A., fábrica de alcoholes que utiliza la
melaza de los ingenios como materia prima-.
En cuanto al uso del agua, en el año 2000, el III Censo Nacional Agropecuario registró
82.749 ha dedicadas al cultivo de caña de azúcar para ingenios. De esa superficie, 78.303 ha
tenían riego seguro, es decir, el 94,63 % del total de la superficie cultivada. Es decir, la gran
propiedad agraria de la caña tiene garantizada el agua.
71
4. EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DE LA CAÑA EN UNA
RESTROSPECTIVA HISTÓRICA
Hacia fines del siglo XIX la formación social ecuatoriana inicia un período de
profundas transformaciones, ligadas a una inserción más profunda en el sistema capitalista
mundial en calidad de proveedor de materias primas. Contrariamente a períodos anteriores,
esta inserción se desenvuelve alrededor de un proceso de concentración de la propiedad en la
zona costera y de desarrollo de las relaciones de producción asalariadas. El cuadro de clases
comienza a variar fundamentalmente, tanto por el nacimiento del proletariado de las fábricas y
servicios de la ciudad de Guayaquil, como por la configuración de una nueva clase
hegemónica: la burguesía agroexportadora y bancaria. Esta clase, a través de la revolución
Alfarista accede al poder y luego de romper los signos más visibles de la dominación
terrateniente eclesiástica, subordina a éstos en lo que sería el gobierno placista.
Hasta inicios de la década de los 80 del siglo XIX, cuando empiezan a fundarse los
primeros ingenios con una significativa capacidad de molienda, la producción de azúcar estaba
concentrada en trapiches artesanales, de tracción animal, sin mayor trascendencia económica.
72
En 1880, la compra de la hacienda Milagro por parte de Rafael Valdez y la consiguiente
instalación de un ingenio cuatro años después, tras haberse obtenido un crédito por parte del
Banco del Ecuador, dio origen a la primera producción significativa de azúcar: 18.429 quintales
(Comisión Nacional del Azúcar. 1971. Citada por Guerrero, Rafael. 1978). Arrancaba entonces
un incipiente proceso de capitalización y desarrollo industrial del azúcar.
En 1892, tras comprar la hacienda “Santa Rosa”, Homero Morla, hacendado cacaotero y
banquero, fundó el ingenio Santa Rosa del Chobo que posteriormente pasará a denominarse
ingenio “Luz María”.
FUENTE: ?
ELABORADO: SIPAE
73
Rafael Guerrero (1978), a quien estamos citando, explica que el incipiente desarrollo
industrial de la producción de azúcar, en buena medida obedecía a que, a diferencia de lo que
ocurría con las haciendas cacaoteras, la composición orgánica de capital requerida para los
ingenios era bastante alta; requerimiento que no podía ser satisfecho por la limitación de la
fuerza de trabajo asalariada en la cuenca baja del río Guayas. De hecho, no es sino hasta inicios
del siglo XX que la costa y la sierra se unen por la vía férrea, posibilitando el flujo de mano de
obra hacia las plantaciones del litoral; mano de obra que, por otro lado, solo se vio “liberada” de
las ataduras semifeudales con las haciendas serranas gracias a la Revolución Liberal.
Ese inicial auge, aunque corto, dio un impulso definitivo a la producción de azúcar en el
país; en lo inmediato, permitió la capitalización de algunos de los ingenios, que ampliaron la
superficie de sus propiedades y modernizaron su maquinaria. Con ello, su capacidad de
producción se vio incrementada; tal es la realidad que se puede apreciar en el siguiente cuadro:
5
En este cuadro hay que tener presente que al referirse a los ingenios de Homero Morla: “Luz María” y “Matilde”, la producción que corresponde al año 1909,
suma la producción de los dos ingenios; en tanto que la producción referida al año 1922, sólo se refiere a la producción del primero de los ingenios señalados.
Por otro lado, pudiera ser que el ingenio “María” que solo registra producción en el año 1909, sea el mismo que el denominado como “Adelina María” que solo
registra producción en el año 1922.
74
1909 1922
Valdez Sucesores de Rafal Valdez Yaguachi 45.000 90.000
San Carlos Carlos Lynch Yaguachi 22.000 46.000
Luz María y Matilde Homero Morla Yaguachi 40.000 24.000
Inés María Carrillo Hermanos Yaguachi 20.000 18.000
Rocafuerte Julián Aspiazu Yaguachi 20.000 17.000
El Cóndor Félix Chevasco Yaguachi 5.000 13.000
María Darío Morla Balao 5.000
Santa Ana Herederos J.J. Gonzáles Daule 7.000 5.000
San Pablo J. Puig Mir Babahoyo 15.000 17.000
Esperanza 4.000
La Compañía 9.000
Supaypungo 12.000
Adelina María 19.000
Eulalia 10.000
Chonana 5.000
Total de la producción nacional de azúcar 134.000 289.000
FUENTES: Guía Comercial y Agrícola de la República del Ecuador (Guayaquil. 1909).
Asociación de Agricultores del Ecuador (1923 – 1924)
ELABORADO: Rafael Guerrero (1978).
Como ya se indicó, en 1923, el ingenio San Carlos pasó a propiedad del Banco
Comercial y Agrícola, dado que Lynch no pudo cancelar una deuda. A partir de entonces, el
Banco comenzaría a expandirlo territorialmente y a incrementar la capacidad industrial. Entre
1940 y 1957 pasarían a control de la Sociedad Agrícola e Industrial San Carlos las haciendas
Venecia, Paraíso, La Lidia, Pretoria, La Lola, Peligro, Papayal, La Luz, Pomaire, María Teresa,
Teresita, San Luis y Ana María (Uggen. 1993).
75
La expansión territorial de los ingenios, especialmente del San Carlos y Valdez
implicaba, al mismo tiempo, un proceso de proletarización del campesinado establecido en las
antiguas haciendas cacaoteras.
Ese proceso de monopolización se explica no solo por la expansión territorial de los dos
ingenios, sino también por la permanente inversión en la modernización industrial y la
preocupación que tuvieron por asegurar adecuados sistemas de irrigación en los cañaverales.
76
Fundado en 1936, el Isabel María en sus inicios fue conocido como “Hacienda
Compañía”, con 200 ha de cultivo de caña para azúcar. El ingenio como tal lo fundó Alejandro
Ponce Elizalde, casado con Isabel María Luque, de ahí surge el nombre del ingenio. Ponce tomó
posesión del Ingenio a raíz de una deuda, de la cual recibió como parte de pago un molino y
calderas, que posteriormente servirían para iniciar la industrialización de caña de azúcar. Para
las décadas de los 60 y 70 el cultivo de caña del Ingenio se incrementó llegando a 600 ha, tierra
que adquirió por la compra de haciendas cercanas al ingenio. Para evitar la acción del proceso
de reforma agraria, los propietarios subdividieron las tierras del ingenio en haciendas menores.
77
Es necesario tener presente que la constitución de este ingenio en 1964, denominado
Azucarera Tropical Americana (AZTRA), se da en medio de 2 procesos contradictorios entre sí:
el de colonización terrateniente y el de reforma agraria. Uno de los objetivos de este proyecto –
que hacían parte de su “agenda secreta” - fue el de garantizar las propiedades latifundistas
basadas en los “derechos y acciones de sitio y montaña”, así como aquellas propiedades
turbiamente adquiridas al ritmo de la construcción de la vía Durán - Tambo. De hecho, el
primer paso para materializar el proyecto de nuevo ingenio fue la declaratoria de “inafectables”
– del proceso de reforma agraria – a las tierras en donde se construiría el ingenio y, en donde
empezaría a producirse caña. (Granda, Víctor. 1979).
¿Quiénes fueron los promotores del nuevo ingenio?: los Jouvín Cisneros, latifundistas
ya mencionados; Piana Bruno, dueños de CEDOSA, la principal procesadora de grasas y aceites
comestibles del país; y, los Andrade Ochoa, accionistas de la compañía INCA, constructora de
la vía Durán – Tambo. (Uggen. Op. Cit.); (Granda, Víctor. 1979).
Inmediatamente, todos los propietarios de las áreas próximas, sobre todo quienes habían
adquiridos propiedades desmembradas de la antigua hacienda Taura – Vainillo, a cambio de
acciones aportaron sus tierras al nuevo ingenio; con ello buscaban protegerse de la ofensiva
campesina en pleno proceso de lucha por la tierra.
La deuda adquirida con la empresa francesa Fives Lille Gail para la construcción de la
planta procesadora y su equipamiento no pudo ser pagada, viéndose obligado entonces Andrade
Ochoa a transferir sus acciones a Filanbanco, propiedad del grupo Isaías, a cambio de que este
Banco pagara la deuda a la empresa francesa.
A inicios de los años 70, los Isaías, transfirieron sus acciones al Estado, a través de la
Corporación Financiera Nacional, entidad pública que llegó a poseer el 75% de las acciones de
AZTRA. (Granda. 1979).
78
En el año 1993, en el marco de una política privatizadora del gobierno de Durán Ballén,
el grupo Isaías recupera, de forma fraudulenta, el control de AZTRA. Este ingenio entonces
pasó a denominarse ECUDOS. Recientemente, en el año 2008, para recuperar parte de las
deudas adquiridas por la familia Isaías con el Estado, el Ingenio fue incautado por la estatal
Agencia de Garantía de Depósitos (AGD). Los trabajadores y ex trabajadores del ingenio, así
como el pueblo de La Troncal, saludaron esta acción del gobierno nacional.
En 1970, el gobierno creó la Comisión Nacional del Azúcar, que más tarde se
transformó en el Programa Nacional del Azúcar. El Programa, no obstante, nunca logró
funcionar en términos eficientes, por lo cual dejó de existir tiempo después (Fisher. 1983).
Entre otras normas dirigidas a favorecer la industria azucarera podrían mencionarse las
siguientes: Codificación a la Ley de Fomento Industrial (Decreto Supremo 1414, de septiembre
22 de 1971); Declaratoria de Zonas de promoción industrial regional (Decreto Supremo 1248,
de noviembre 3 de 1973); Lista de Inversión Dirigida (Decreto Supremo 989, de diciembre 14
de 1976). (HVA-INTERNATIONAL BV. 1980). Posteriormente, la Ley de Fomento y
Desarrollo Agropecuario (1979) y la Ley de Desarrollo Agrario (1994) también beneficiarían a
la industria del azúcar.
En 1993, el mismo año que se privatizó el ingenio AZTRA, la familia Valdez vende sus
acciones al Grupo Noboa S.A., Grupo que posteriormente lo transfiere al Consorcio NOBIS
cuya mayor accionista es Isabel Noboa, con lazos de consanguinidad con los mayores
accionistas de Noboa S.A.
En el caso del grupo empresarial propietario del ingenio San Carlos, sus accionistas en
el año 1999 aprobaron una escisión del capital de la compañía para conformar una holding que
se convierta en la propietaria de acciones de las nuevas compañías del grupo que han ido
surgiendo como respuesta a la diversificación de inversiones y a la utilización de los
subproductos de la caña de azúcar. Así nace Inversancarlos con el mismo grupo accionarial e
integrada por las siguientes compañías: Papelera Nacional S.A. (100 % de las acciones), Codana
(Compañía de Alcoholes Nacionales con participación del 50 % de las acciones), Soderal
(Sociedad de Derivados del Alcohol con el 100 % de las acciones), Agritalisa (Agrícola
Talismán S. A. con el 100 % de las acciones), Doconsa (Bodegas de Azúcar en Durán con el
100 % de las acciones), Intercia (Recicladora de Cartón y Papel con el 100 % de las acciones) y
otras más que van surgiendo a partir del año 2003. (Información recabada del portal virtual del
ingenio San Carlos).
Algunos de los negocios son el resultado de inversiones compartidas por los dos grupos
empresariales, San Carlos y NOBIS: ese es el caso, por ejemplo de CODANA – empresa ya
mencionada-; o, de Carbogas, empresa dedicada a la recuperación de CO2 producido por las
levaduras fermentativas como resultado de la transformación de los carbohidratos de las
melazas de caña.
80
empresas: Ecudos S.A., Sacorpren S.A., Podec S.A., Persol S.A., Agrícola Agriflorsa S.A.,
Broxcel S.A., Defaxcorza S.A., Esdestiva S.A. y Pracmax S.A.
Las dinámicas que se generan alrededor del eje cañicultor determinan relaciones
sociales, entre ingenios, cañicultores, trabajadores, cuya interrelación se detalla a continuación:
Los ingenios “Valdez”, “San Carlos”, “La Troncal”, disponen de una poderosa
maquinaria industrial para el procesamiento de la caña de azúcar, a diferencia del
“Isabel María” que mantiene una infraestructura antigua tanto industrial como de
transporte (gabarra). Los ingenios controlan el ciclo producción – comercialización del
azúcar, ya que estos producen la materia prima, la procesan, la comercializan y, en
algunos casos la reindustrializan optimizando los productores residuales del proceso.
81
industrialización de la azúcar), choferes, capataces; cuando no se realiza la cosecha se
entra a la época de interzafra, ocupando menos mano de obra, principalmente en
actividades de mantenimiento de la maquinaria del ingenio o los canteros.
El ingenio “Isabel María” tiene 386 trabajadores fijos, entre fábrica y campo, la
mano de obra temporal que es para campo mantiene relación a través de contratistas. La
mano de obra temporal para la época de zafra y siembra es mayoritariamente femenina,
de esta forma ayudan en sus hogares y apoyan a los esposos que trabajan para otros
ingenios; en el sector agroindustrial de la Sociedad Agrícola San Carlos S.A., según el
Comité de empresa para el 2007, trabajaban 6.600 trabajadores; en el Ingenio “La
Troncal” en el periodo de zafra para el año 2006 se registraba entre 1500 - 1800 zafreros
y, en fábrica aproximadamente 300 personas.
82
cosechadoras, cada una puede reemplazar a 150 trabajadores de zafra.”(Trabajador
de San Carlos), sin embargo la presencia de maquinaria no logra reemplazar totalmente
la fuerza de trabajo humana, ya que generalmente la maquinaria se utiliza en suelos
totalmente planos o canteros viejos que están próximos a ser renovados.
Desde los años 90, en el marco de las políticas de flexibilización laboral, ha sido
común en la industria azucarera la precarización del trabajo, a través de mecanismos
como la tercerización o intermediación. Pese a que a mediados del 2008, a través de
Mandato Constitucional 8 se eliminó esta modalidad de trabajo, algunos de los
trabajadores entrevistados para este estudio opinan que no ha cambiado la situación
significativamente; la estructura laboral cambió formalmente, ya no está supeditada a un
contratista, sino que éste, el contratista, se integra al ingenio como un capataz. En el
caso de Isabel María aún se mantiene este sistema de intermediación.
83
Pero más allá de si los trabajadores dependen de un contratista o un capataz, las
condiciones de trabajo siguen siendo precarias; muchos trabajadores ganan salarios
inferiores al mínimo básico establecido por el Estado; no siempre se pagan las horas
suplementarias, no todos los trabajadores tienen afiliación al Seguro Social; no siempre
hay la dotación de herramientas o equipos de protección. Los trabajadores del campo
están sometidos a labores duras, a la deshidratación por las largos horas de sol,
amenazados por las mordeduras de culebras, y otros factores que afectan su salud.
El sistema de contrato por avance6, prolonga las horas de trabajo y limita que las
mujeres puedan ganar igual que los hombres. La presencia de trabajadores peruanos,
que ofertan una fuerza laboral mas barata, se ha convertido en mecanismo de presión y
chantaje para los trabajadores que exigen mejores condiciones de trabajo.
6
Contrato por avance, o destajo.- es cuando el trabajo se realiza por piezas, trozos, medidas de superficie y por unidades de obra con una remuneración
pactada para cada una de ellas, sin tomar en consideración el tiempo investido en su labor.
84
beneficios sociales entre lo que estaba recibir 4 productos subsidiados (azúcar, carne,
leche, arroz) para los trabajadores”.
Para tener una idea de lo que representa el aporte de materia prima para los
ingenios, se puede señalar que, según información recogida en el trabajo de campo, en
el año 1999 el ingenio San Carlos requería ser abastecido de 11.000 hectáreas de
producción de caña desde los proveedores externos - esto al margen de su propia
85
producción -. ¿Cómo aseguró ésta provisión?: cerca de 2000 hectáreas de caña de
azúcar fue abastecida por productores accionistas del Ingenio; en tanto que los
productores “independientes”, cañicultores y finqueros, sumaron 612 productores con
una superficie aproximada de 8.850 ha.
Por lo demás, la relación con los ingenios, con alguna frecuencia suelen ser
motivo de inconformidades, entre otras razones por cuestiones como las que se señalan
a continuación:
a) El peso de las toneladas cortadas y los grados brix de los canteros de los
productores, no siempre es el mismo que registran los ingenios. A veces, el hecho de
que los productores externos tengan su propia balanza no resuelve las cosas, porque
finalmente se impone el registro de la balanza del ingenio, tomando en cuenta que la
balanza es un logro de la asociación, no es el punto mas importante dado que lo que
realmente se mide son los grados brix, porque el aumento o disminución de este es
objeto de incentivo o penalización.
b) Otro aspecto es el de los precios injustos por tonelada cortada, ya que los costos de
producción son altos. Según un proveedor del ingenio Valdez “el costo de
mantenimiento del cultivo es de 900 USD/ha; en relación a 1.330 USD/ ha que nos
86
paga el ingenio, nos queda 430 USD/ha; los productores consideramos que el pago
es injusto.”
c) Los pagos de la compra de caña de azúcar bruta se hace en dividendos con retrasos
en los mismos.
d) Canteros particulares que se quedan sin zafrar, si quieren ser zafrados el ingenio les
exige 2 USD/ tonelada.
e) Presentar su inconformidad es casi nula para ciertos productores, según un
proveedor del Valdez: “Los productores proveedores no podemos decir nada
porque el Ingenio ya no nos compra”.
88
Chimbo, Chanchán, Barranco Alto, Bulubulu, Cañar, Naranjal, Culebras, Taura; así
como los esteros de Los Monos, Naranjito y, Cochancay. No obstante, también debe
destacarse que, en general, “La cuenca baja del río Guayas es el reservorio de aguas
subterráneas más grande e importante en el Ecuador, de los estudios realizados a
través de algunos años se puede deducir que cantidades importantes de agua
subterránea pueden ser explotadas en la cuenca a un costo relativamente bajo”
(INERHI. 1982).
89
Tabla 9. Sistemas de riego del eje cañicultor del Litoral
Sistema Caudal Fuentes de Sup. bajo No. de Particularidades
de riego otorgado abastecimiento riego (ha.) usuarios
(m3/s)
Manuel J. 15,5 Ríos Cañar y 36.000 844 Su construcción se proyectó
Calle Bulubulu a fines de los años 50.
Actualmente la
infraestructura está muy
deteriorada
Milagro 9,5 Chimbo, Chachan 9.766 623 Su construcción se inició a
y Milagro fines de los años 40. Hasta el
2006, el Estado había
invertido USD. 17.548.293
San Carlos 8 Ríos Chimbo y Canales sin revestimiento.
Barranco Alto, Cuenta con dos represas y un
entre otras fuentes sistema de grandes
reservorios
Isabel No tiene Río Babahoyo y 2000 1 El agua que sale de la
María legalizado estero Colorado industria es transportada por
uso del agua un canal para ser reutilizada
en el riego. En verano se
succiona el agua del río;
mientras que en invierno se
realiza la acción contraria
En la siguiente tabla se presenta las formas de aplicación del riego en cada uno
de los ingenios estudiados:
Como se puede observar más adelante, los datos del III Censo Agropecuario ubican al
bombeo como uno de las formas de riego más utilizadas en el eje cañicultor; en criterio de
quienes han redactado éste informe, el bombeo no es un mecanismo de aplicación de riego, sino
un mecanismo de captación de las aguas, bien sea de pozos subterráneos o, de aguas corrientes –
ríos o esteros -.
a) Acaparamiento del agua que decurren por los sistemas estatales de riego
91
b) Bombeo de aguas corrientes y aguas subterráneas, con y sin autorización del Estado
c) Interrupción o desvío de causes de agua, sin autorización del Estado
6.4.1 Acaparamiento del agua que decurren por los sistemas estatales de riego
92
Tabla 11. Evolución de la distribución de la tierra, en el Sistema de Riego
“Manuel de J Calle” (1976 – 2006).
RANGO 1976 (%) * 2006 (%)**
SUPERFICIE UPA SUPERFICE UPA
(ha) (ha)
< 5 ha 2,8 37,40 1,8 33,2
5 - <50 ha 18,0 45,10 18,5 53,5
>50 -100 ha 12,0 7,10 22,1 10,7
>100 ha 67.20 10,40 57,6 2,6
TOTAL: 100,0 100,0 100,0 100,0
FUENTE: * MAG. Proyecto Manuel de J Calle. 1976. ** SISTEMA DE RIEGO. Manuel de J Calle.
2006
ELABORADO: SIPAE
SUPERFICIE UPAS
57,6
PORCENTAJE %
53,5
33,2
18,5 22,1
10,7
1,8 2,6
93
El sistema de riego “Manuel de J Calle”, tiene una importante presencia en el
cultivo de la caña de azúcar, según los datos del sistema de riego para el 2006: este
cultivo es el de mayor relevancia con una superficie de 23.120,3 ha (63,70%), siendo el
Ingenio “La Troncal” el mayor usuario; otros cultivos suman 1.526,38 ha (4,21%) con
85 productores (10,34%).
Tabla 12. Evolución del uso del suelo en el Sistema de Riego “Manuel
de J Calle” (1976 – 2006)
Cultivos Superficie (%)
1976 * 2006 **
Arroz 4,00 13,01
Banano 44,00 13,48
Cacao 2,00 5,61
Caña de azúcar 47,50 63,70
Otros 2,50 4,21
Total 100,00 100,00
FUENTE: * MAG. Proyecto Manuel de J Calle. 1976. ** SISTEMA DE RIEGO. Manuel de J Calle. 2006
ELABORADO: SIPAE
94
Gráfico 8. Uso del suelo. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" (2006)
33,33
28,71
19,34
13,01 13,48 10,34
8,27 5,61 4,21
95
Tabla 13. Distribución de la tierra para el cultivo de
caña de azúcar, Sistema de Riego “Manuel de J Calle.
2008
RANGO SUPERFICIE UPAS
(ha)
< 5 ha 35,35 19
5 - <50 ha 1840,95 88
>50 -100 ha 1790 25
>100 ha 19454 27
TOTAL: 23120,3 159
FUENTE: SISTEMA DE RIEGO “Manuel de J Calle”. 2008
ELABORADO: SIPAE
84,14
PORCENTAJE %
55,35
15,72 16,98
11,95 7,96 7,74
0,15
96
Como indica el gráfico 9, según los datos del sistema de riego “Manuel J Calle”
para el año 2006, la distribución de la tierra en el cultivo de la caña de azúcar establece
que los productores entre 5 a 50 ha son relevantes por el número de productores con 88
unidades productivas (55,35%) y un total de 1.840,95 ha (7,96%); mientras que
productores mayores a 100 ha ocupan una superficie de 19.454 ha (84,14%) con 27
productores (16,98%).
97
655 00 0 660 00 0 665 00 0 670 00 0 675 00 0 680 00 0 685 00 0 690 00 0
9745000
9745000
N
9740000
9740000
V i a s p r i n c ip a l e s .s h p
9735000
9735000
R io s , e s t e ro s , 1 9 8 4. s h p
In g e n i o u l ti 1 9 8 4 . s h p
L a e n v i d ia 8 4 . s h p
R u id o s o , i n g e n io , r a n c h o g r a n d e . s h p
4 0 c u a d r a s .s h p
10 de a go s to 1 9 8 4.s h p
9730000
9730000
9725000
9725000
9720000
9720000
9745000
9745000
E N E L 1979.
S I S T E M A D E R IE G O D E M A N U E L J C A L L E .
1979
9740000
9740000
C a n ale s . s hp
9735000
9735000
Via s p rin c ip a le s .s h p
R ios , es t e ro s , 1 9 8 4. s h p
In g en io u lti 1 9 8 4. s h p
U s o c ultiv o s 79 . s h p
C A Ñ A D E A ZU C A R
La en v id ia 8 4. s h p
R u id o s o , ing e n io , r a nc h o gr a nd e . s hp
9730000
9730000
40 c u ad r as .s h p
10 de a go s t o 1 9 8 4. s h p
9725000
9725000
9720000
9720000
98
En lo que respecta al Sistema de riego Milagro – Mariscal Sucre, presenta
también una gran heterogeneidad: las unidades menores a 5 hectáreas suman 385
productores, esto es, el 61,8% del total de los productores de éste Sistema, en conjunto
éstos riegan 885 hectáreas, esto es, el 9,06% de la superficie regada; las unidades entre
5 y 20 hectáreas suman 189 productores, esto es el 30,34% del total de los productores
quienes, en conjunto, riegan 1.530 hectáreas, esto es, el 15,67% de la superficie regada
del Sistema Milagro; las unidades entre 20 y 50 hectáreas suman 38 productores, esto
es, el 6,10%, con una superficie bajo riego de 1.017 hectáreas, esto es, el 10,41% del
total de la superficie regada; mientras que las unidades mayores a 50 hectáreas están en
manos de 11 productores, esto es, el 1,77% del total de los productores de éste Sistema
(entre ellos el Ingenio “Valdez”), con una superficie de 6.334 hectáreas, esto es, el
64.86% del total de la superficie regada por éste Sistema.
99
Gráfico 10. Distribución de la tierra en el Sistema de Riego "Milagro – Mariscal Sucre"
2007
Distribución de la tierra. Sistema de Riego "Milagro -
Mariscal Sucre" 2007
SUPERFICIE UPAS
PORCENTAJE %
61,80 64,86
30,34
15,67
9,06 10,41 6,10 1,77
Tabla 15. Uso del Suelo. Sistema de Riego “Milagro – Mariscal Sucre”. 2007
CULTIVOS SUPERFICIE (ha) UPA
Arroz 35,00 3,00
Banano 1102,00 186,00
Cacao 379,00 135,00
Caña de Azúcar 8071,00 240,00
Maíz 84,00 31,00
Otros 95,00 28,00
TOTAL 9766,00 623,00
FUENTE: Sistema de Riego “Milagro – Mariscal Sucre” (2007)
ELABORADO: SIPAE
100
Gráfico 11. Distribución de la tierra por tipo de cultivo. Sistema de Riego "Milagro
– Mariscal Sucre" 2007
Disrtibución de la tierra. Sistema de Riego "Milagro -
Mariscal Sucre" 2007
SUPERFICIE UPAs
82,64
PORCENTAJE %
38,52
29,86
21,67
11,28
3,88 4,98 4,49
0,36 0,48 0,86 0,97
Como muestra la tabla 16 y gráfico 12, es evidente que existe una importante
participación de los pequeños productores de caña de azúcar, sin embargo estos ocupan
poca superficie: donde productores menores a 5 ha suman una superficie de 885 ha
(9,06%) con 385 unidades productivas (61,80%), en contraste con superficie mayores a
100 ha donde suman 5904 ha (60,45%) son cuatro unidades productivas (0,64%).
101
Tabla 16. Distribución de la tierra para el cultivo de caña de
azúcar, Sistema de Riego “Manuel de J Calle. 2007
RANGO SUPERFICIE UPA
(ha)
< 5 ha 885,00 385,00
5 - <50 ha 2547,00 227,00
>50 -100 ha 430,00 7,00
>100 ha 5904,00 4,00
TOTAL: 9766,00 623,00
FUENTE: Sistema de Riego “Manuel de J Calle”. 2007
ELABORADO: SIPAE
Gráfico 12. Distribución de la tierra para el cultivo de caña de azúcar. Sistema de Riego
“Manuel de J Calle” 2007
Distribución de la tierra en el cultivo de caña de
azucar. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" 2007
SUPERFICIE UPAS
61,80 60,45
PORCENTAJE %
36,44
26,08
9,06
4,40 1,12 0,64
102
650000 655000 660000 665000 670000 675000
N
DISTRIBUCION DE LA TIERRA
MAPA 4. Distribución de la tierra. Sistema
SISTEMA DE RIEGO DE MILAGRO- MARISCAL SUCRE. 1980
W E de riego “Milagro – Mariscal Sucre” 1980
S
9775000
9775000
s/n
9770000
9770000
9765000
9765000
Río M
ilagro
s/n
Vias-estudio-caña.shp
Rios-estudio-caña.shp
Canales1.shp
INGENIO VALDEZ
9760000
9760000
104
Gráfico 13. Tipos de riego en el área de influencia de la caña de azúcar
SUPERFICIE UPAs
61,35
PORCENTAJE %
43,68
29,18 28,62
24,96
6,39
0,96 0,83 1,22 2,80
Un ejemplo de lo que las mermas del caudal han provocado, es que las labores
agrícolas para los usuarios del sub canal Zarama, se compliquen debido al desecamiento
del potrero; por la presencia de tecas en terrenos de la compañía Valdez, a más de esto
han tapado el cauce natural del agua, y a la postre en estas zonas hay productores de
105
90 ha (dos productores), 2 ½ ha, 2-4 ha, 15 ha, que son usuarios del sistema de Riego
Milagro Mariscal Sucre.
7. CONCLUSIONES
Ubicada en una zona agro - ecológicamente privilegiada, con las mejores tierras
productivas del Ecuador, el 89% de la superficie total de caña se encuentran en la cuenca baja
del río Guayas.
106
Si bien, la buena calidad de los suelos de la cuenca baja del río Guayas y, el
enmarañado sistema hidrográfico que atraviesa el eje cañicultor – asegurando el riego - serían
suficientes para garantizar la obtención de una renta diferencial, el control monopólico de las
tierras por la burguesía azucarera, posibilita a ésta fracción la obtención de una renta absoluta.
Desde otra perspectiva analítica, debe tenerse presente que el sector de la caña
no puede ser entendido sino a condición de entender todo el entramado de las
articulaciones agricultura e industria, con todas las complejidades que tiene ésta
relación. Blanca Rubio (2009) señala que en ésta fase agroexportadora del capitalismo,
el predominio de las agroindustrias, su control sobre la comercialización y
transformación de los bienes básicos, su papel en el impulso de la nueva tecnología de
vanguardia y, sobre la exclusión y marginalidad de los productores de alimentos
básicos, ha puesto a la orden del día el papel crucial que tiene la industria en el
desarrollo agropecuario de la región.
Otro reto que queda pendiente para una posterior investigación, son las
perspectivas que tiene la producción de caña en ésta zona, para la producción de
agrocombustible. Si bien, en éste estudio se generó alguna información, la complejidad
del tema, demanda un tratamiento específico.
8. REFERENCIAS
8. 1 LIBROS
OJEDA, A. (2007). “Concentración azucarera: El caso de La Troncal”. En: BRASSEL, F., HERRERA,
S., LAFORGE, M. (edit.) “¿Reforma Agraria en el Ecuador?: Viejos temas nuevos argumentos”. SIPAE.
Quito.
107
BRAVO, Elizabeth (2006). Biocombustibles, Cultivos Energéticos y Soberanía Alimentaria en América
Latina. Encendiendo El Debate Sobre Biocombustibles. RALLT (Red Por Una América Latina Libre De
Transgénicos). pág. 98 – 113
CRAWFORD DE ROBERTS, Lois. (1980). El Ecuador en la época cacaotera. Editorial Universitaria,
Universidad Central, Quito.
DURAN, Javier (2006). El desarrollo de la agricultura en la provincia de Los Ríos. Editorial
Universitaria. Babahoyo.
FISCHER, Sabine (1983). Estado, Clases e Industria. Editorial El Conejo, 1ª Edición. ILDIS. Quito
FORO DE LOS RECURSO HÍDRICOS (2008). El despojo del Agua y la necesidad de una
transformación Urgente.- Imprimax. Ecuador.- pág. 50
GODARD, Jeane; OJEDA, Andrea. (2006). Análisis y Diagnostico Agrario en el Cantón La Troncal.
Tesis de Grado. SIPAE. Universidad Central del Ecuador. Quito
GRANDA, Víctor (1979). La Masacre de Aztra. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de
Cuenca. Cuenca. pág. 39.
GUERRERO, Andrés (1994). Los oligarcas del Cacao. 1ª Edición, Editorial El Conejo. Quito.
GUERRERO, Rafael (1978). Los Ingenios en el desarrollo del capitalismo en el Ecuador 1900 – 1954. En
Tomo I de Memorias del Segundo encuentro de Historia y realidad económica y social del Ecuador. IDIS.
Cuenca. pág. 533.
HUTTEL, Charles, ZEBROWSKI, Claude, GONDARD, Pierre (1999). Paisajes Agrarios del Ecuador.
Tomo 119. IRD, IPGH, IFEA, Comité editorial de la PUCE. Quito
SAAD, Pedro (1977). Obras escogidas. V Tomo. Editado por EEICA. Editorial Claridad S.A. Guayaquil
UGGEN, John (1993). Tenencia de la tierra y movilizaciones campesinas. Zona de Milagro. 1ª Edición.
ACLAS. Quito
Proyecto SICA, INEC, MAG (1954). I Censo Nacional Agropecuario. Quito
Proyecto SICA, INEC, MAG (1974). II Censo Nacional Agropecuario. Resumen Definitivo Provincias:
Cañar, Los Ríos y Guayas. Quito
Proyecto SICA, INEC, MAG (2002). III Censo Nacional Agropecuario (2000). Resultados Nacionales y
Provinciales. Quito
108
8.2 DOCUMENTOS
ABAD, Ricardo (2006). Historia de La Troncal. La Troncal.
CHAST. MAIN INTERNACIONAL. ING (1967). Investigación De Aguas Subterráneas del Área
Milagro- M de J Calle. Quito.
CARRERA, Luis (1970). Las Obras Hidráulicas y la Supervivencia Del Ecuador. INHERI. pág.185 -
186.
CEDEGE (1973). La tenencia de la tierra en la cuenca del Guayas. Guayaquil.
CEDEGE (1996). Proyecto De Riego Manuel D J Calle. Evaluación Del Sistema Dirección De
Desarrollo Regional. Guayaquil. pág. 3
CEDEGE (2006). La tenencia de la tierra en la cuenca del Guayas. Guayaquil. pág. 11 - 12.
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referentes a la Industria azucarera en Ecuador. Tomo 5. Estudios Especiales. Ámsterdam, Quito, Badén.
MAG (1976). Proyecto de Riego Manuel de J Calle. Quito
MARINOD, Jacques (1966). Proyecto de estudios de Milagro y Manuel de J Calle. Quito.
OJEDA, Andrea. (2008). Estudio de la Mano de Obra en el cantón la Troncal. SIPAE. Quito.
ZAMBRANO, J. (2006). Conflictos de agua en los ríos Cañar y bulo. Documento preparado para e Foro
de los Recursos Hídricos.
OTS, Capdequi José María (1968). Sobre las “Confirmaciones reales” y las “Gracias a sacar” en la
historia del derecho indiano. Revista de Estudios de Historia Novohispana. UNAM. México.
109
8. 3 PORTALES VIRTUALES
8. 4 ENTREVISTAS
110
CAPITAL SOCIAL Y DESARROLLO COMUNITARIO: EL CASO
DE LAS JUNTAS DE USUARIOS DEL SISTEMA DE RIEGO DEL
VALLE DEL DAULE
Paúl Herrera
Katherine Jiménez
Graciela Prado
Ramón Espinel
1. INTRODUCCIÓN
Se considera que las zonas de riego son apropiadas para realizar investigaciones sobre
capital social porque estas se delimitan socialmente, es decir, que encierran un número finito de
miembros1. Por otro lado, estos proyectos combinan diferentes formas de capital como el físico
(construcción de canales, reservorios), humano (formación para manejo del agua) y el social.
Finalmente, se trata de proyectos relativamente fáciles de evaluar porque se pueden usar
criterios simples para hacerlo, según Bebbington y Torres (2001).
Podemos hablar del capital social como un concepto que pretende ser una suerte de
teoría unificada que integra aspectos de diversos campos como los de la reciprocidad, las redes
sociales, el desarrollo participativo y la gobernabilidad. Promete ser una valiosa herramienta
para el análisis y la promoción del desarrollo de las propias organizaciones sociales, el Estado y
el mercado.
1
Para el caso de las Juntas de Riego del Valle del Daule, se estiman alrededor de 2.570 usuarios: 783 en América Lomas, 653 en Higuerón, 522 en San
Jacinto y 612 en El Mate.
111
La presente investigación pretende identificar las formas concretas a través de las cuales
el capital social afecta a los usuarios de las juntas de riego, así como entender la formación de
capital social en la zona de riego del valle del Daule, provincia del Guayas en Ecuador, de
manera que sirva de base para implementar proyectos que fomenten su desarrollo y
aprovechamiento para beneficios de orden social y económico.
Este artículo está dividido en seis secciones: la primera sección desarrolla ciertos
conceptos básicos y su relación con la presente investigación, con el objetivo de definir la línea
teórica del presente análisis. Esto es importante por cuanto aún existen muchas divergencias
conceptuales sobre CS; en la segunda sección se exponen estudios previos que han sido
realizados en el Ecuador; la tercera sección describe la ubicación de la zona de estudio y sus
problemas; en la cuarta sección se describe el proceso estadístico para el análisis de los datos; en
la quinta sección se presentan los resultados obtenidos y finalmente, las conclusiones y
recomendaciones.
2. FUNDAMENTOS TEÓRICOS
Coleman y Bourdieu son los dos sociólogos que más tempranamente expresaron el
concepto de capital social en una forma relativamente detallada y completa. La definición de
Bourdieu se basa en dos elementos claves: las relaciones sociales que permiten a los individuos
estar conectados mutuamente y, las ventajas que se derivan de esta asociación deliberada.
(Durston, 2000). Por su parte Coleman manifiesta que el capital social es productivo, y
posibilita el logro de ciertos fines que no se alcanzarían en su ausencia. Su definición está
caracterizada por crearse en la estructura social, facilitando las relaciones entre las personas que
están dentro de esa estructura.
Uno de los principales exponente sobre el tema de capital social ha sido Putman (1994)
con el desarrollo de su investigación “Making Democracy Work: Civic Traditions in Modern
Italy”. Este autor otorga especial importancia al impacto de los ciudadanos en los asuntos que
conciernen a sus grupos o comunidades, y que influyen en gran medida en el logro de ciertos
objetivos comunes, gracias al grado de confianza y reciprocidad, así como a las normas de
comportamiento cívico y el nivel de asociatividad.
112
Debido a esto es entonces que se puede asegurar que hay distintos niveles de desarrollo de
CS, pues se trata de un recurso de las personas, los grupos y las colectividades en sus relaciones
sociales, con énfasis, a diferencia de otras acepciones del término, en las redes de asociatividad
de las personas y los grupos. No necesariamente de forma deliberada, sin embargo es evidente
que el CS resultas ser un recurso que, al igual que la riqueza y el ingreso, está desigualmente
distribuido en la sociedad (Atria, et al, 2003).
El caso del capital social en las juntas de riego del valle del Daule, lo podemos ubicar
dentro de la segunda categoría de clasificación descrita anteriormente, que se denomina “capital
social de vínculo” ya que la relación entre los miembros de las juntas de riego se caracteriza por
sentimientos moderadamente intensos de conexión como: el respeto, la confianza y el
compañerismo. A diferencia del capital social de nexo que se basa en sentimientos de
preocupación, afecto, mismos que se desarrollan con mayor frecuencia dentro del grupo
familiar, mientras que la tercera clasificación hace referencia a la asociación que puede existir
entre individuos solo por interés y logro de objetivos personales de mediano plazo.
113
2.3 Capital social versus otras formas de capital
Las juntas de riego, para su operación, necesariamente combinan las tres formas de
capitales que son: el físico, mediante la construcción de canales, reservorios, bombas de riego,
entre otros; el capital humano que se encuentra presente en el conocimiento que deben poseer
los miembros de las juntas para el manejo de distribución del agua, llevar el control financiero
de cada junta de riego, para el caso específico de esta zona el conocimiento sobre la forma de
producción del arroz; y finalmente el capital social, que se refiere a las relaciones sociales y
organizativas entre los miembros de cada junta.
Dado lo anterior, y al realizar una aplicación de las propiedades esenciales del capital
físico al capital social tenemos que: 1) Capacidad de transformación. El capital social puede ser
combinado con otros inputs para producir beneficios para obtener un trato preferencial y otros
beneficios. 2) Durabilidad. El capital social presenta diferentes grados de durabilidad. Puede ser
de afinidad débil (sólo es capaz de producir una cantidad limitada de servicios antes de
desintegrarse), o puede ser extremadamente durable. Este tipo de relaciones están asociadas
principalmente a la familia. Al igual que el capital humano, pero al contrario del físico, el
capital social necesita mantenimiento, pues las relaciones sociales requieren una renovación o
confirmación periódica para evitar la pérdida de eficacia. 3) Flexibilidad. El capital social es un
recurso en el cual se pueden invertir otros recursos con la expectativa de beneficios futuros, a
través de la inversión en formar grupos o asociaciones. 4) Sustituto y complemento. Como
sustituto, los agentes pueden compensar la carencia de capital financiero o humano mediante el
establecimiento de buenas relaciones. El capital social es también complementario con las otras
formas de capital, puesto que por sí solo no es suficiente para el desarrollo. 5) Depreciable. Al
igual que el capital humano, no tiene un índice fiable de depreciación, puesto que no se deprecia
con el uso, sino que mejora, ya que si no se usa se deteriora rápidamente. (Glaeser, Laibson, &
Sacerdote, 2001).
114
3. CAPITAL SOCIAL EN EL ECUADOR
115
organización de segundo grado con miembros de once comunidades indígenas involucrados en
el manejo de un sistema de riego. (Millán & Gordon, 2004).
Martínez en el año de 1999, por su parte realizó un análisis crítico de capital social en el
medio rural ecuatoriano aplicado a las juntas de agua, presentado en su trabajo “Capital social y
desarrollo rural”. Afirma que para que el capital social tenga alguna utilidad en el desarrollo
rural debe ser definido en dos dimensiones: la relacional y la procesual. La primera nos dice que
las relaciones sociales que se generan entre los productores rurales se concretiza entre grupos,
comunidades, familias e individuos diversos y diferentes. La segunda indica que se trata de un
proceso que puede implicar un crecimiento o decrecimiento de las relaciones sociales. Nombra
las ventajas que ha tenido el caso de la Organización de Segundo Grado (OSG) Tucayta en la
provincia de Cañar, las cuales son: la homogeneidad étnica, presencia de energía social
acumulada, presencia de capital humano en la zona, vínculos con el Estado y agencias de
desarrollo y el apoyo de varias ONG. Recalca el rol importante que juega y debe jugar el Estado
en el proceso de desarrollo rural en este caso, ya que afirma que el capital social es mas bien el
resultado de un conjunto de acciones institucionales (capital puente) en un entorno favorable
que incide en la potenciación de la energía social; es un capital social inducido y no tanto el
resultado de una dinámica organizativa campesina. (Martínez, 2003).
En el año 1965 se crea la Comisión de Estudios para el Desarrollo de la Cuenca del Río
Guayas (CEDEGE), para conducir diversas investigaciones con el fin de determinar las
potencialidades del Régimen Hídrico de la Cuenca del Guayas. Este organismo fue el encargado
de iniciar en 1982 la construcción del Proyecto Jaime Roldós Aguilera y, un año más tarde se
diseña un Plan Hidráulico, que da una lógica multipropósito a este proyecto. Sobre la base del
represamiento del río Daule, se pretendía: a) almacenar agua para regar tierras secas de supuesta
gran productividad en el valle bajo del río Daule y la península de Santa Elena; b) facilitar el
suministro de agua potable a ciudades importantes como Guayaquil y un conjunto amplio de
poblaciones ubicadas en las riberas del río; c) controlar las inundaciones; y d) generar energía
hidroeléctrica barata. De esta manera, se ejecuta dicho proyecto a lo largo de los siguientes 20
años hasta el 2002, a través de un imparable endeudamiento externo.
116
A raíz de la preocupación del Gobierno Nacional y de las entidades multilaterales de
crédito, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, sobre el escalamiento de los
costos de operación y mantenimiento de los sistemas de riego del país, se decidió transferir los
sistemas de riego a los agricultores. En 1999, con la asistencia financiera del Banco Mundial, a
través de un Proyecto de Asistencia Técnica (PAT), se creó una Unidad Ejecutora para llevar a
cabo los programas de entrega de los sistemas de riego a los agricultores y para establecer las
tarifas que permitan mantener y operar dichos proyectos.
De las 50.000 ha con infraestructura de riego que se puso como meta del Proyecto
“Jaime Roldós”, se han materializado solamente 13.269 ha, en la margen derecha del Daule
hasta la fecha. De esta superficie bajo riego efectivo solo estaban 9.200 ha hasta el año 2000.
Las juntas de riego que se formaron hasta el 2000, año en el que concluyo el proceso de
transferencia de los sistemas a las juntas son: San Jacinto, Higuerón, El Mate y América Lomas,
servidas cada uno por sus propias estaciones de bombeo (ver tabla 1).
Al entregar el Estado los sistemas de riego a los agricultores de la zona del valle del
Daule, estos adquirieron la responsabilidad de la administración y distribución del agua entre los
usuarios, así como el mantenimiento del sistema, por lo que el progreso y desarrollo
comenzaron a depender mucho más de la organización que pudieran tener al interior de la junta,
sea esta obtenida en conjunto o mediante liderazgos individuales, siendo más la individualidad
de antiguos líderes y sus descendencias las que ha prevalecido.
117
No obstante, desde la época en que se realizó la transferencia, ha sido evidente el
desarrollo de una junta en particular: América Lomas, tanto en su infraestructura física,
organización de sus miembros, así como que se han convertido en la zona de mayor
productividad en la siembra de arroz en el país. Es justamente de este aspecto clave de dónde
surge la principal interrogante de esta investigación, sobre si dichas diferencias puede o no ser
atribuidas a distintos inventarios de Capital Social (CS), o son otros los factores.
5. METODOLOGÍA
Se consideró como unidad muestral al grupo familiar. Las encuestas fueron realizadas a
las cabezas de la familia o en su defecto, a un adulto en capacidad de responder las preguntas y
que sea miembro de la familia. La técnica de muestreo fue no probabilística por conveniencia.
Para determinar el tamaño de la muestra se utilizó la fórmula basada en la proporción de la
población, en donde el nivel de confianza utilizado fue del 95% (con un valor z = 1,96) y que a
su vez permitió tener un error muestral de alrededor de 5%. En la tabla 2 se muestra que el
2
Social Capital Integrated Questionnaire (SOCAP IQ)
118
tamaño muestral de 400 encuestas fue repartido en forma proporcional entre las cuatro juntas de
riego de acuerdo al total de hectáreas de cada una de ellas.
6. RESULTADOS DE LA ENCUESTA
De las 400 encuestas realizadas, se obtuvo que el 95% de encuestados eran de género
masculino y el 5% de género femenino. Estas encuestas fueron aplicadas en proporción a las
hectáreas de cada junta, de manera que en América Lomas se encuestó al 41% de la muestra,
siguiendo Higuerón con 30%, San Jacinto con 17% y por último la junta El Mate con 12%. La
edad mínima de los encuestados fue de 22 años y la máxima de 81 años. Los promedios de edad
por cada junta: América Lomas presentó un promedio de 52,38 años de edad, San Jacinto de
119
44,06 años de edad, Higuerón de 49,93 años y El Mate tiene un promedio de 49,78 años de
edad.
La extensión de tierra que poseen los usuarios varía entre: 0,07 ha y 60 ha. Así se
obtuvo que, América Lomas tiene una media de extensión de tierras de 3,8 ha, en San Jacinto de
4,96 ha, Higuerón de 5,3 ha y en el Mate 0,75 ha (ver gráfico 1). Mediante un análisis de
contingencia se obtuvo que, al 5% de significancia, se rechazó la hipótesis nula de
independencia de variables entre “la propiedad de la tierra” y las juntas de riego a la que
pertenecen. Esto quiere decir que no se puede afirmar que haya una relación entre pertenecer a
una junta y tener más o menos tierra.
120
Gráfico 1: Propiedad de la tierra
Propiedad de la tierra
120%
100%
80% 32%
Otros
60% 40% 61%
83% Título
40%
63%
20% 40% Herencia
29%
0% 4%
San Jacinto El Mate América Higuerón
Lomas
Junta de riego
En San Jacinto el 63% de sus usuarios tienen la propiedad de la tierra mediante la forma
jurídica de herencia y otro 32% mediante título de propiedad. En la junta El Mate el 40% de la
población tiene la propiedad de la tierra con título y otro 40% mediante herencia. En América
Lomas un 61% de la población obtiene la propiedad de la tierra con título y otro 29% mediante
herencia. Finalmente en Higuerón un 83% de la población tiene la propiedad de la tierra
mediante título.
En cuanto a la percepción de confianza entre los miembros de la junta se tuvo que (ver
gráfico 2): en El Mate, el 96% de sus miembros perciben que no pueden confiar. En América
Lomas el 54% de su población perciben que si se puede confiar, pero otra parte de su población
que es el 46% perciben desconfianza entre sus miembros. Las juntas San Jacinto e Higuerón son
las que tienen porcentajes muy altos con respecto a la confianza en los miembros de la junta
con un 100% y 96% respectivamente.
121
Gráfico 2: Confianza en miembros de la junta
122
Gráfico 3: Sentirse parte de la junta
La percepción que tienen los miembros de la junta acerca de sentirse parte de ella,
pudiera depender de la junta de la cual forman parte los respondientes. Así, se testeó la relación
entre estas variables, encontrando que es significativa y explicada en un 57.6% de acuerdo con
los resultados. Sólo en El Mate existe una posición neutra de la mayoría de los encuestados
respecto de esta pregunta. Esto evidencia que las relaciones que puedan existir entre la juntas no
es igual para todos los casos y que hay algunas donde un mejor grado de organización puede
llevar a los individuos a sentirse parte de la junta.
Con la encuesta que se empleó para este estudio, se buscaba obtener indicadores de
asociaciones, grupos o gremios que estén formalmente organizados o en su defecto, que se
traten simplemente de grupos de personas que se reúnan con regularidad para llevar a cabo
alguna actividad. Con este fin, se plantearon 15 alternativas de grupos o asociaciones, previa
una indagación de aquellas más conocidas en la zona. Las organizaciones que resultaron con
mayor nivel de participación de los miembros son: para el caso de los padres de familia, las
juntas de riego. Para el caso de las madres de familia, la mayoría participa en el comité de
padres de familia, mientras que los hijos participan en su mayoría en grupos o asociaciones
deportivas.
123
6.2 Análisis factorial
Para realizar este análisis, se emplearon aquellas preguntas de la encuesta que se las
asocia con capital social. En un principio fueron empleadas 33 preguntas del cuestionario. A
partir de un primer análisis, las 33 preguntas planteadas formaron 10 factores (constructos) que,
al momento de ser analizados, se identificó que por lo menos uno de ellos agrupaba preguntas
que no estaban relacionadas a un mismo tema o concepto, por lo que se procedió a eliminar
variables bajo los siguientes criterios: 1) un valor de comunalidad bajo, entendida la
comunalidad como el coeficiente de correlación lineal múltiple de cada variable con los
factores. Si ésta es alta implica que todas las variables están muy bien representadas en el
espacio de los factores; 2) una carga factorial baja, entendida esta como el peso atribuido de
cada variable en el factor; y, 3) el nivel de correlación de dicha variable con las demás del
modelo. Luego de este primer paso, se realizaron tres análisis factoriales que tenían como
propósito seguir eliminando variables no significativas y/o que no se agrupen bajos los factores
correspondientes.
Al realizar el quinto análisis factorial, se incluyó una variable que agrupara el nivel de
participación de los individuos en grupos o asociaciones dentro de la junta, esta variable no
había sido considerada inicialmente al tener un bajo nivel de observaciones para la muestra (364
respuestas). Además, se reintegraron variables que a pesar de tener baja carga factorial, era
importante no eliminarlas para que el factor al que pertenecen cuente con un mayor número de
variables y sea significativo en el análisis.
Para el análisis factorial final se emplearon las siguientes 20 variables que fueron el
resultado del proceso de eliminación de variables al que se procedió según lo descrito
anteriormente. Las variables se muestran en el siguiente cuadro:
124
Cuadro 1: Preguntas incluidas en el análisis factorial final
3
Statistical Package for Social Sciences
125
Lo que se busca en el análisis factorial es que todas las variables tengan pesos altos en
unos factores y bajos en otros, de tal manera que se pueda ubicar en el factor de mayor peso. Por
ejemplo la variable “Me siento parte de la junta” se puede expresar de la siguiente manera:
B 11 0 , 84 F 1 0 , 04 F 2 0 ,12 F 3 0 , 05 F 4
donde F1 , F 2 , F 3 yF 4 son los cuatro factores del análisis, por lo que se puede decir que
esta variable se ubica en el primer factor dado su peso de 0,84. El criterio empleado en el
estudio es que el valor mínimo de carga factorial sea de 0,50. En la tabla siguiente se muestra la
matriz de componentes rotados, donde se puede apreciar las 20 variables usadas y su agrupación
en 4 factores de acuerdo a las cargas factoriales de cada variable en cada factor.
126
En el primer factor, como puede observarse, se agruparon ocho variables que
básicamente hacen relación a la “confianza al interior de la Junta de Riego”. Dos de las
variables que forman parte de esta factor no se encuentran en estricta relación a la referencia del
factor, como son: “prosperidad de la zona en los últimos cinco años” y “el número de
organizaciones en que participa la familia”; sin embargo, dada su carga factorial no era prudente
excluirlas del análisis. Pueden ser consideradas como dos características que aportan al
desarrollo de la confianza al interior de cada junta.
En el tercer factor se agruparon cinco variables que pueden ser definidas bajo el
concepto global de “redes”, pues entre estas se encuentra la capacidad de organización de las
personas para realizar actividades así como si han empleado a sus contactos en medios de
comunicación o alguna institución para resolver conflictos al interior de la junta.
Los resultados obtenidos concuerdan con la teoría existente acerca de los factores que
influyen en el capital social. Se puede concluir que en la zona de las junta de usuarios del valle
del Daule están presentes los factores que contribuyen al desarrollo del capital social, de manera
específica este estudio demuestra que los factores principales son sólo cuatro.
Para el caso del capital social en las juntas de riego del valle del Daule, se buscaba
determinar además si los datos de las encuestas formaban clusters y estos a su vez guardaban
alguna relación –mediante un análisis de datos cruzados- con la junta de riego a la que
pertenecían los encuestados. En una primera etapa se esperaba encontrar diferencias de capital
social entre las juntas de riego. Sin embargo, los resultados mostraban que la mayoría de los
127
casos se unían en un determinado cluster; por lo que, se llegaba a concluir que el capital social
era igual entre las juntas de riego.
De esta manera en una segunda etapa se procedió a dividir la base de datos de acuerdo a
las características de ingresos y tamaño de finca, tomando como base para su división la medida
estadística de percentiles, para determinar si existía alguna característica en particular que
marcara diferencias en el capital social entre las juntas de riego. Las variables empleadas fueron
aquellas que resultaron del análisis factorial, es decir cuatro variables.
Para la división de la base de datos en base a los ingresos de los individuos, se dividió la
base de datos en cuatro partes de acuerdo a los percentiles. Se ajusto el análisis a cuatro cluster
y los percentiles resultantes fueron: percentil 1”entre 0 y 1.300 USD”, percentil 2 “entre
128
1.300,01 y 3.475 USD”, percentil 3 “entre 3.475,01 y 6.793 USD” y percentil 4 “de 6.793,01
USD en adelante”.
Para el percentil 1 las juntas América Lomas e Higuerón coinciden en el mismo cluster,
y el Mate se ubica en otro grupo. La información de San Jacinto es poco relevante en este
percentil. Para el percentil 2 las juntas América Lomas y San Jacinto coinciden en un mismo
grupo, y el Mate e Higuerón en diferentes clusters. Para el percentil 3 y 4 América Lomas e
Higuerón se ajustan en el mismo cluster, mientras que San Jacinto en otro grupo. La
información del Mate es poco relevante en el análisis.
7. CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos concuerdan con la teoría existente acerca de los factores que
influyen en el capital social que, para el caso de las juntas de usuarios son: la confianza, las
redes y la cooperación. La confianza, principal variable que incide sobre el capital social, resulta
ser una expectativa del comportamiento de la otra persona que participa en una relación en el
afecto que existe entre ambos. Esta variable ha sido empleada en diversos estudios como un
proxy para medir el capital social dentro de un grupo, comunidad o asociación.
Por otro lado, tenemos las redes interpersonales como factor del capital social. Es a
través de estas redes que lo individuos logran compartir sus habilidades, conocimientos y más
129
con los miembros de una determinada asociación o grupo para cumplir con objetivos en
beneficio personal o del grupo al que pertenece.
El último factor está relacionado con acciones de cooperación, estudios sobre el capital
social se refieren a la cooperación como la acción complementaria orientada al logro de los
objetivos compartidos de un emprendimiento común. La cooperación emerge, en conjunto con
la confianza y los vínculos de reciprocidad, como un resultado de la frecuente interacción de
estrategias individuales.
En términos generales se concluye que existen diferencia de capital social entre las
juntas siempre y cuando este sea medido entre subgrupos dentro de las juntas, estos subgrupos
pueden formarse en base a variables tales como cantidad de extensión o nivel de ingresos que
para este caso, eran las variables con las que se contaba y que permitían segregar la base de
datos. Al realizar el análisis cluster para toda la base de datos, no se obtuvo diferencias de
capital social entre las juntas.
REFERENCIAS
Atria, R. ET AL. (2003). Capital Social y Reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe: en
busca de un nuevo paradigma, Michigan State University, Santiago de Chile.
Bebbington, A., Torres, V., (2001). Capital social en los Andes, Ediciones Abya-Yala, Quito.
Durston, J. (2000). Qué es el capital social comunitario, Serie Políticas sociales- división de desarrollo
social, CEPAL, Santiago de Chile.
Glaeser, E., Laibson, D., & Sacerdote, B. (2001). The Economic Approach to Social Capital, Discussion
Paper N°1916, Harvard Institute of Economic Research, Cambridge - United States of America.
Millán, R. & Gordon, S. (2004). Capital social: una lectura de tres perspectivas clásicas, Revista
Mexicana de Sociología, Publicación del Instituto de Investigaciones Sociales -Universidad Nacional
Autónoma de México, año 66, núm.4, 771-747, México D.F.
Martínez, L. (2003). Capital social y desarrollo rural, Revista ICONOS, Publicación FLACSO -
Ecuador, núm.16, Quito.
Woolcok, M. (1998). Social capital and economic development: towards a theoretical synthesis and
policy framework, Theory and Society, Nº 27.
130
Concentración de Tierra y Agua:
el caso del Canal de riego Cayambe – Pedro Moncayo
Judith Flores
Tomás Quevedo
Eduardo Rodríguez
1. INTRODUCCIÓN
132
b) ¿Cuáles son las condiciones económicas, ecológicas, productivas y sociales en las que se
desarrolla la producción de flores para exportación y cómo se han transformado durante las
dos últimas décadas?
c) ¿Cómo se han organizado estas empresas para mantener – mejorar sus ganancias?
d) ¿Cómo hacen estas empresas para acceder a grandes cantidades de agua y tierra para
ampliar la superficie cultivada?
e) ¿Cómo están socialmente distribuidos los recursos productivos tierra y agua en la zona?
f) ¿Cuáles son y cómo se expresan las lógicas de resistencia social a la expansión de las
agroindustrias?
Son preguntas que de manera flexible fueron organizando la observación y análisis de la zona.
El itinerario metodológico consideró trabajo de campo y de gabinete:
e) Revisión bibliográfica y documental previa, que permita situar la problemática en torno a la
propiedad agraria, problema del agua, floricultura en la zona y conflictividad social en torno
a las aguas del canal.
f) Delimitación geográfica de la zona de estudio.
g) Trabajo de campo para aplicación de lectura del paisaje, entrevistas y encuestas a
informantes calificados. A través de historias de vidas hechas a compañeros y compañeras
dirigentes o ex – dirigentes de las organizaciones del canal se obtuvo información valiosa.
h) Organización, sistematización y discusión de la información recogida.
2. CONTEXTOS GENERALES
Los cantones Cayambe y Pedro Moncayo constituyen una de las zonas con mayor
desarrollo de agronegocios, especialmente de flores y de leche. En este marco, en el cual el
capital transnacional determina cómo se va a producir se han creado obstáculos al campesino y
su supervivencia ya que no solo es explotado por estas empresas sino que también es excluido
de la producción, porque al no contar con los recursos necesarios como tierra, agua, créditos,
tecnología, entre otros, para producir en su tierra, entonces se ve obligado a vender su fuerza de
133
trabajo, que es mal remunerada y acarrea consecuencias para su salud y la de su familia,
provocando además la ruptura de la lógica comunitaria y organizativa.
Uno de los elementos importantes de esta investigación es la reflexión que se realiza en
torno al agua y ese proceso de apoderamiento que a lo largo de la historia se dio por parte,
primero de los hacendados y luego de los empresarios florícultores, cuya acción despertó, en
unos casos, y, fortaleció, en otros, la lucha organizada de las comunidades por la administración
del agua, lo que trajo como resultado la creación del Consorcio de Desarrollo para el Manejo
Integral del Agua y Ambiente Cayambe Pedro Moncayo (CODEMIA – CPM) para distribuir de
manera equitativa este recurso y hacer que llegue a los productores que la necesitan.
Se pone énfasis en la producción florícola y en sus dinámicas de acumulación tanto de
tierra como de agua versus las necesidades de pequeños y medianos productores/as.
Finalmente, se discutió propuestas alternativas para la pequeña agricultura, para mermar
la expansión de los agronegocios y hacer que los campesinos cuenten con los recursos
necesarios para la producción de la tierra; este puede ser un aporte importante en el diseño y
construcción de otra forma de entender la economía campesina en el país, y colocar en su justo
lugar a los campesinos y campesinas como actores fundamentales de la soberanía alimentaria.
3. ZONA DE ESTUDIO
El canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo, antiguamente denominado Acequia
Tabacundo, está ubicado en los cantones Cayambe y Pedro Moncayo de la provincia de
Pichincha, en la sierra centro del Ecuador. Ubicada a 70 kilómetros de Quito, esta zona se
caracteriza por un acelerado desarrollo económico y sus concernientes cambios culturales, dado
que el agro negocio, manifiesto en las empresas floricultoras, constituye la actividad económica
más importante, no solo en el cantón sino también a escala nacional.
El cantón Cayambe tiene una extensión de 1.196 km2, cuenta con una población de 69.800
habitantes (INEC, Censo 2001). El 56,3% de su población reside en el área rural. La población
femenina es más alta que la masculina, representa el 51,0% del total, siendo el índice de
134
feminidad 103,928 (SIISE 2008). Se caracteriza por ser una población joven, donde el 46,6% de
la población tiene menos de 20 años (INEC, Censo 2001).
Pedro Moncayo tiene una superficie es de 333 km2. Cuenta con una población de 25.594
habitantes. Según el Censo Nacional de 2001, el 76,1% de su población reside en el área rural.
De manera similar a Cayambe, también posee una población joven, con un 46,9% de sus
habitantes menores de 20 años.
Cayambe y Pedro Moncayo son cantones con altos porcentajes de población indígena,
población rural y joven a la vez, estas condiciones de manera paradójica se entrelazan con
indicadores que dan cuenta de las difíciles condiciones de vida de sus habitantes: altos
porcentajes de pobreza y extrema pobreza, analfabetismo.
La acequia Tabacundo, ahora llamada acequia o Canal de Riego Cayambe – Pedro
Moncayo, nace el cantón Cayambe en las faldas del nevado del mismo nombre, al nororiente de
la provincia de Pichincha, y termina en la parroquia La Esperanza del cantón Pedro Moncayo,
en la comunidad Tomalón Bajo teniendo un tramo aproximado de 65km. Los afluentes de esta
acequia son los ríos Angurreal y San Pedro que forman un caudal aproximado de 450 l/s, el
mismo caudal que se distribuye en cinco parroquias: Tabacundo, La Esperanza y Tupigachi del
cantón Pedro Moncayo; y Ayora y Olmedo del cantón Cayambe.(Heifer, 2008: 2).
La historia de la acequia remite el inicio de su construcción en 1903 con la adjudicación
que se le hace al pueblo de Tabacundo. Pero al constituirse Pedro Moncayo en cantón pasa a ser
el municipio quien disputa las gestiones para que se le entregue la adjudicación, lo que se
concreta en 1914. De 1914 a 1930 se trabaja en la construcción de la acequia, acorde a la
estructura socio-económico son las comunidades indígenas quienes colocan su fuerza de trabajo
en la acequia.
Es así que la administración de la acequia Tabacundo quedó a cargo del Municipio de
Pedro Moncayo, cuya cabecera cantonal es Tabacundo. “El Municipio gestionó el reparto del
agua con predominio político del gamonalismo. Hasta los años setenta, las principales
beneficiarias del riego de la acequia Tabacundo fueron las haciendas, especialmente las
28
Cantidad de mujeres por 100 hombres.
135
ganaderas. A partir de la década de 1980, cuando se produce el proceso de reconversión de las
haciendas en empresas agrícolas, las dedicadas a la floricultura heredan la condición de mayores
beneficiarias del riego. La dotación de caudales de agua para los productores campesinos era
menor y ocasional.” (Poats y otros, 2008: 144). Esta forma de administración que ha sido
permanentemente cuestionada por las comunidades y usuarios pequeños, en los últimos años fue
trastocada con el fortalecimiento de las iniciativas de gestión comunitaria del riego.
¿El agro-negocio de la floricultura, una actividad floreciente?
A finales de los años 70 se inicia en el país el cultivo no tradicional de flores, y su
exportación comenzó a partir de los años 1980. Como lo plantea Rubio, esto se da “en el marco
de la expansión de los cultivos no tradicionales de exportación, que emergió como una
tendencia general con el ascenso del modelo neoliberal en América Latina. Condiciones
favorables como la luminosidad que le otorga su ubicación geográfica, así como a la presencia
de temperaturas estables durante todo el año” (2008: 41).
El desarrollo florícola responde de manera exclusiva a las iniciativas privadas tanto de
capitales nacionales como extranjeros, condición que marca a la vez la acumulación de las
ganancias de este negocio en las pocas manos de los dueños del capital. Con esta premisa se
explica con mayor claridad los altos índices de pobreza que tiene esta zona.
La presencia de la floricultura genera empleo tanto para las poblaciones de las
comunidades indígenas y campesinas de la zona como para una creciente población migrante
que llega de diferentes puntos del Ecuador y del sur de Colombia. Esta concentración alta de
población migrante que llega a laborar en las empresas florícolas trae consigo un conjunto de
transformaciones sociales, económicas y culturales.
Un acelerado cambio en los patrones de comportamiento de las comunidades indígenas
es otro de los efectos de la ocupación de su población en las florícolas, dado que son las mujeres
el segmento de la población más contratado, que más adelante se explica por qué las
transformaciones al interior de la familia y la misma comunidad son más drásticas y explícitas.
Las tareas del cuidado de los/as hijos/as son trasladadas a los/as abuelos/as, a las mujeres
mayores y a los/as niños/as mayores que aún no pueden trabajar. En suma se puede decir que la
actividad florícola está influenciando en alto grado las actividades de las comunidades, como
bien lo reporta CEAS en uno de sus informes de trabajo (CEAS s/f: 5).
136
Por otra parte, la zona en estudio Tabacundo – Cayambe presenta un dramático cambio
de paisaje en cuestión de pocos años, como lo reportan compañeros y compañeras de las
comunidades. Ahora a esta tierra se le conoce por la gran cantidad de plantaciones y plásticos.
La implementación de los cultivos de flores se ha hecho con la utilización de un paquete
tecnológico altamente contaminante; además, el agua es un recurso que se usa en grandes
cantidades en estos cultivos, lo que provoca conflictos con los/as campesinos/as por el acceso al
líquido vital. Es en este contexto conflictivo que desde la década del 90 del siglo pasado surgió
la propuesta de implementar un gran proyecto hídrico que pretendía, y aún pretende, ampliar la
acequia Tabacundo, permitiendo la captación de mayor cantidad de agua. El proyecto, de
acuerdo con lo informado en 1998 en el primer folleto de promoción pública, contemplaba un
total de 5.000 familias como beneficiarias directas y proyectaba un caudal de 8.500 litros de
agua para 14.000 ha.” (Poats 2008: 144).
El Proyecto, que fue impulsado por el municipio de Tabacundo bajo el discurso de
posibilitar la expansión productiva y garantizar el bienestar de las zonas más secas, llevaba en sí
el acuerdo de impulsar la producción florícola en el cantón. Sin embargo, debido a que es una
necesidad sentida en las comunidades, es acogido con buenos ojos. En el proceso se ha develado
una serie de irregularidades en la construcción del canal y de disputas sobre los actores y sus
roles en el desarrollo mismo del Proyecto, dando como resultado los esfuerzos y espacios
organizados desde los pequeños y medianos usuarios del canal, que han tenido su momento de
mayor concreción en la constitución del CODEMIA-CPM, espacio que agrupa a cinco
parroquias de los cantones Cayambe y Pedro Moncayo y abarca 49 comunidades. Esta entidad
es en la actualidad la encargada de administrar el agua del canal, luego de una fuerte disputa con
el Municipio de Tabacundo.
137
empresas es cuantiosa y continua. Estos procesos de concentración de recursos se dan en
detrimento de la agricultura campesina.
29
Esta división respondió al criterio del equipo en un afán de conectar con las percepciones locales y nacionales respecto a las extensiones de tierra que
pueden ser considerados latifundios; si bien 50 ha pudieran ser consideradas, bajo otras condiciones agroecológicas, una cantidad pequeña o moderada, para
la zona de estudio (Sierra ecuatoriana), esta misma cantidad representa una propiedad que podría ser considerada un latifundio. Este es el espíritu que
acompaña las ponderaciones que se realizaron tanto para el tema tierra como agua.
138
Tabla 1. Tenencia de la tierra en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo en el 200730
Para tener un mejor panorama del control sobre la tierra en el sistema de riego, se
procedió a dividir a los propietarios en tres sectores: el florícola, el agropecuario y el ganadero
con el objetivo de determinar en qué sector se concentra más la tierra.
Es pertinente recordar que el agua del sistema riega a diferentes tipos de unidades
productivas y que ha sido, precisamente en torno a esta consideración, que el Municipio de
Cayambe, repartía el agua cuando esa entidad administraba el canal.
El sector floricultor está constituido por 124 usuarios, representan el 5% del total de
usuarios, tiene bajo su control el 20% de la tierra. Dentro de este sector, las UPA's que se
encuentran en los rangos que van de 5 a más de 50 ha, se encuentran empresas florícolas
que representan el 2% del total de usuarios, y controlan el 18% del total de la tierra.
El sector agropecuario está constituido por 2.120 usuarios, que representan el 91% del
total de usuarios y tiene el control del 54% de la tierra. En este sector se ubican la mayoría
de pequeños productores, ya que el 75% del total de usuarios tienen predios de menos de 2
ha, pero solo controlan el 21% de la tierra.
El sector ganadero constituido por 95 usuarios, que representan el 4% del total de usuarios
y tienen el control del 26% del total de la tierra. En este sector los predios que van del rango
30
No se consideró dentro de los usuarios totales a 80 usuarios por tener datos incompletos de superficie total o superficie regada. Del sector florícola 8
usuarios, del sector agropecuario 59 y del sector ganadero 13.
139
10 ha a 50 ha representan el 2% del total de usuarios y tienen el control del 23% de la
tierra.
Tabla 2. Tenencia de la tierra por sectores en el sistema de riego Cayambe-Pedro
Moncayo en el año 200731
Usuarios Superficie Total
Sector UPA´s
Nº % ha %
Florícola> 50 ha 1 0 60 1
20 a 50 ha 16 1 443 8
10 a 20 ha 26 1 417 7
5 a 10 ha 10 0 87 1
2 a 5 ha 31 1 113 2
< 2 ha 40 2 35 1
Subtotal 124 5% 1155 20%
Agropecuario > 50 ha 0 0 0 0
20 a 50 ha 4 0 104 2
10 a 20 ha 30 1 444 8
5 a 10 ha 68 3 526 9
2 a 5 ha 260 11 817 14
< 2 ha 1758 75 1218 21
Subtotal 2120 91% 3109 54%
Ganadero > 50 ha 8 0 650 11
20 a 50 ha 16 1 523 9
10 a 20 ha 12 1 155 3
5 a 10 ha 8 0 63 1
2 a 5 ha 42 2 138 2
< 2 ha 9 0 9 0
Subtotal 95 4% 1538 27%
Total 2339 100% 5802 100%
Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007. Elaboración: Eduardo Rodríguez
31
No se consideró dentro de los usuarios totales a 80 usuarios por tener datos incompletos de superficie total o superficie regada. Del sector florícola 8
usuarios, del sector agropecuario 59 y del sector ganadero 13.
140
Los datos muestran que el sector donde se concentra más tierra es el ganadero, lo que se
explica porque el sector lechero, actividad importante en la zona después de las flores, requiere
de mayores superficies para la siembra de pastos que garanticen la producción de leche.
Después está el sector florícola que ha visto en la expansión de superficie la vía para
incrementar su rentabilidad. Y, por último, el agropecuario donde se ubican la mayoría usuarios
que son pequeños productores que realizan una agricultura de subsistencia.
Uno de los métodos de las empresas florícolas para concentrar tierras es la compra de
pequeños predios de agricultores circundantes a la plantación. Se suma la estrategia de ir
encerrando a campesinos que tienen buenas tierras y acceso a agua, para de esta manera
empujarles a vender sus propiedades. Aunque no se pudo recabar datos estadísticos, también se
observó que la estrategia de cultivo y compra de flores a los/as campesinos/as en sus tierras
propias, sin necesidad de venderlas, modalidad también conocida como agricultura por contrato,
está ampliándose al parecer de manera acelerada.
Tabla 3. Fincas florícolas y hectáreas cultivadas de flores en las parroquias por donde
cruza el canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo
141
Cuando se caracteriza la actividad florícola, se dice que es un cultivo intensivo que
centra su desarrollo en la utilización de otros recursos como agua y agroquímicos; y de servicios
como vías de transporte para asegurar su desarrollo. Producción que requiere bajas cantidades
de superficie de tierra y son, en todo caso, intensivas en capital y tecnología.
Tabla 4. Rangos por superficies cultivadas de flores en los cantones Cayambe y Pedro
Moncayo (en porcentaje)
142
Pese a esto, al tomar como base al gerente general, se pudo determinar que varios de
ellos eran los representantes legales de varias fincas florícolas que se ubican en el mismo sector
o en diferentes sectores.
Desde el año 1996 hasta el 2009 el número de florícolas creció de manera acelerada
como se muestra en los mapas (Ver Figura 1 y 2). Crecimiento que se dio de manera paralela, es
decir siguiendo la ruta del canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo, comprando tierras de
agricultores y de algunas haciendas para acceder al agua que proporciona el canal.
143
Figura 1. Florícolas en el año 1996
144
Figura 2. Florícolas en el año 2009
Los mapas y tablas presentados evidencian que hay efectivamente una ampliación de la
superficie cultivada, lo que suple la incapacidad de las empresas florícolas para subir sus niveles
de productividad; que la concentración de la tierra está conectada con las fuentes de agua.
Condiciones que se muestran al menos diez años atrás. Los gobiernos posteriores a la Ley de
Desarrollo Agrario en 1994 no han cambiado esta tendencia, y se presume que al menos por vía
estatal este modelo no está en cuestión. Sin embargo, en la Constitución 2008 se coloca la tarea
de poner límites en la propiedad de la tierra y al acceso al agua, presentando a las
organizaciones campesinas un margen de apoyo para conseguir respuesta a esta demanda.
32 Consejo Nacional de Recursos Hídricos (CNRH) actualmente Secretaria Nacional del Agua (SENAGUA).
33
Datos del CNRH, 2007.
147
Tabla 6. Superficies regadas por sectores en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo
en el año 200734
El sector florícola tiene un importante acceso al agua de riego. De las 1.155 ha, el 82%
tiene riego. Dentro de este sector, las UPA's que van de los rangos 10 ha a más de 50 ha,
conformado por el 2% de usuarios que son empresas florícolas, tienen el 17% de la superficie
total de riego. La pregunta es: ¿Cómo suplen el déficit de agua para el cultivo? Lo observado,
porque no existen registros oficiales, es la existencia de pozos de los cuales se extrae el agua.
34
No se consideraron dentro de los usuarios totales a 80 usuarios por tener datos incompletos de superficie total o superficie regada. Del sector florícola 8
usuarios, del sector agropecuario 59 y del sector ganadero 13.
148
Cabe señalar que, en la mayoría de casos, ésta es una actividad ilegal dado que necesitan
permisos de la autoridad del agua para extraer el agua.
En el sector agropecuario de las 3.108 ha, el 74% de las tierras tienen riego, un
índice inferior al anterior. Dentro de este sector, las UPA's que tienen menos de 2 ha, que son el
75% de usuarios tienen el 24% de la superficie total de riego.
En el sector ganadero, de las 1.538 ha, el 75% de las tierras tienen riego, siendo un
poco más alto que el agropecuario. Dentro de este sector, las UPAś que van del rango 10 ha a
más de 50 ha, el 2% de usuarios, tienen el 22% de la superficie total de riego.
Con esta información se puede determinar que el acceso al agua para el sector
floricultor es superior, siendo los mayores beneficiarios en tierras regadas con respecto a su
superficie total.
El acceso al agua para el sector ganadero también es importante: las tres cuartas partes
de sus tierras tienen riego. Dentro de los mayores beneficiarios se encuentran medianos
productores lecheros y haciendas lecheras, que entregan su producción de leche a agroindustrias
como Nestlé, Reypac y otros.
Para el sector agropecuario el acceso al agua es más restringido. Dentro de este sector se
encuentra la mayor cantidad de usuarios compuestos de pequeños productores agrícolas que
mantienen pequeñas parcelas agrícolas para el autoconsumo. No todos los usuarios tienen
acceso al agua del sistema de riego, en especial los pequeños productores del sector
agropecuario, que llegan al número de 137 usuarios, y suman una superficie de 76 ha sin regar.
De estos pequeños productores, el 62% de ellos se ubican en el sector de Ayora, el 36% en el
sector de Tabacundo y el 2% en Tupigachi. (CODEMIA - CPM, 2007).
35
Antes Servicio Ecuatoriano de Sanidad Agropecuaria (SESA)
36
No se ingresaron 20 fincas florícolas por no existir coordenadas geográficas dentro de la base de datos de AGROCALIDAD.
150
La parroquia donde se concentra la mayor cantidad de fincas y hectáreas de flores
cultivadas es Tabacundo. En ella se encuentran 89 fincas, que tienen cultivadas 969 ha de flores
que consumen mensualmente 969.340 m3 de agua37, cifra muy cercana al millón de m3.
Promedio de
Promedio de
Nº de Hectáreas de Flores Consumo de Agua
Parroquias Consumo de Agua
Fincas (ha) para Flores
(m3/mes)
(m3/ha/mes)
En los registros de CODEMIA se hallan registrados en total 132 usuarios que tienen
1.102 ha de flores cultivadas y consumen 1'101.810 m3 de agua por mes.
Tabla 8. Consumo de agua por parte de las floricultoras en el sistema de riego Cayambe-
Pedro Moncayo
37
De acuerdo al CEAS y al CODEMIA el consumo promedio de agua por parte de las florícolas es de 1000 m3 por mes
151
En este nivel de este consumo, las fincas38 de más de 2 ha de flores cultivadas llevan la
pauta, ya que entre las 86 fincas –o empresas florícolas- consumen el 96% del total del agua. En
cambio, las fincas que se encuentran en el rango menor a 0,5 ha, en el que se ubican pequeños
floricultores que por lo general son campesinos/as, apenas consumen el 1% del total.
El CODEMIA tiene a su cargo el manejo del sistema de riego desde finales del 2006 y
se considera que existe un mayor control en la distribución del agua. Del 100% del agua que va
por el canal, aproximadamente el 70% es utilizado por las florícolas, es decir el acceso aún
sigue siendo inequitativo, lo que ha llevado al directorio de CODEMIA junto con las
organizaciones de usuarios/as a del canal a plantearse la necesidad de construir estrategias que
impulsen una redistribución del agua que vaya de la mano con la reactivación de la economía
campesina.
Como el caudal del agua del canal varía en el transcurso del año y existe en la
actualidad un control en la distribución del agua, entonces la estrategia tomada por las florícolas
son las concesiones. En las concesiones otorgadas por el CNRH en el 2007 para el cantón
Pedro Moncayo, se han otorgado un caudal total 216 l/s a 20 empresas floricultoras, que al
comparar con la concesión otorgada para el sistema de riego Cayambe-Tabacundo llega a ser
casi la mitad de ella.
38
El CODEMIA tiene clasificado a las florícolas por el tamaño de la finca, en fincas grandes (FG), fincas medianas (FM) y fincas pequeñas (FP).
152
Figura 4. Ubicación de las concesiones de riego de empresas florícolas
153
Otro dato interesante es que la mitad de estas empresas tienen fuentes del agua que
provienen de pozos construidos dentro de las fincas. Se estima que la mayoría de empresas
florícolas tienen pozos dentro de sus predios y, si esta información se verifica, se estaría
hablando de un gran robo de agua, puesto que de existir esos pozos han sido construidos sin
autorización legal. A esto se debe sumar la contaminación por el uso de aguas subterráneas y
una disminución de la capa freática, situación que debe ser estudiada con detenimiento por las
autoridades estatales.
6. A MANERA DE CONCLUSIONES
Los mapas elaborados con el apoyo de técnicos de CODEMIA muestran de manera clara
que la superficie cultivada para la producción florícola se ha incrementado de manera
significativa en la última década. No se analizó la primera década de producción florícola en
el país.
La floricultura ha generado un fuerte control de la producción de los pequeños y medianos
agricultores. Ya sea a través de mecanismos que tienen el principio de agricultura por
contrato, o por imposición al cercar las pequeñas fincas no florícolas.
El incremento de tierras destinadas a la producción florícola no se hace al azar, las zonas
están cerca al canal, esta es una manera de asegurar tierra y agua a la vez.
La producción en las propiedades de los y las campesinas poco a poco va disminuyendo,
este dato debe considerarse si la apuesta de redistribución del recurso agua se va a impulsar
en las nuevas leyes a construirse.
La búsqueda de tierra en los sectores campesinos ha desaparecido, a pesar de que la
producción se garantiza en tanto existen suficiente cantidad de tierra a más de agua, esta no
es una demanda presente.
El sistema administrativo y de gestión del agua no responde a las necesidades de los y las
campesinas; por tanto será de poca utilidad, o en el mejor de los casos el primer paso, hacia
el rediseño administrativo y político para una gestión equitativa y justa del agua.
En las tablas presentadas se observa con claridad que la distribución inequitativa del agua es
la tendencia que marca la zona, empresarios floricultores y grandes ganaderos han
garantizado su acceso al recurso en detrimento del grupo de pequeños/as productores/as.
154
Debería leerse en detrimento de una propuesta de soberanía alimentaria.
El uso ilegal del agua por parte de las florícolas está presente a través de la perforación de
pozos sin los respectivos permisos, pero también a través de la búsqueda permanente de
nuevas concesiones. Estos mecanismos deben se primero cuantificados y luego normados
para evitar conflictos a futuro.
La conformación del CODEMIA demuestra que la gestión tanto de los gobiernos locales
como de la autoridad del agua son poco reconocidas por las poblaciones afectadas, quienes
esta vez han encontrado en sus dirigentes la garantía para una administración transparente y
justa.
155
manejo del agua quedan a nivel local. Es justo reconocer que esta propuesta podría ser aplicada
en ciertas regiones donde las poblaciones tienen experiencia en el tema; pero esta realidad no es
la de todas las organizaciones a nivel nacional.
Por otra parte es acertado reconocer que las propuestas de redistribución del agua deben
ir de la mano con la redistribución de la tierra. ¿Con qué argumentos proponemos una
redistribución del agua a los floricultores si en la comunidades se ha dejado de producir?,
pregunta que se hace la gente de CODEMIA, y que al intentar contestarse podría llevar a una
mirada profunda de la necesidad de retomar la producción agropecuaria, en un marco de
reconocimiento de las economías campesinas, pero de manera fundamental de redistribución.
156
Es primordial incidir en las políticas estatales de desarrollo del país y de manera
particular en las políticas para el campo ecuatoriano impulsando políticas integrales que
consideren los múltiples factores para la producción.
157
REFERENCIAS
CNRH. (2007). Base de Datos.
CODEMIA-CPM. (2007). Base de Datos del CODEMIA-CPM.
INEC (2001). VI Censo de Población y V de Vivienda. 2001.
POATS, Susan V.; ZAPATTA Alex; y, CACHIPUENDO, Charles (2006). Estudio De Caso: La Acequia Tabacundo
Y Las Microcuencas De Los Ríos Pisque Y La Chimba En Los Cantones Cayambe Y Pedro Moncayo, Provincia Del
Pichincha en El Norte Del Ecuador. Corporación Grupo Randi Randi. Quito.
RUBIO, Blanca (2008). Formas de explotación y condiciones de reproducción de las economías campesinas en el
Ecuador. Ediciones La Tierra. Quito.
SIISE (2008). Indicadores sociales del Ecuador. Quito.
PORTÁLES VIRTUALES
158
La problemática de los recursos:
agua y tierra, en la zona media del río Ambato
Yiseña Tiaguaro,
con la participación de Verónica Olovacha
1. INTRODUCCIÓN
159
que la falta de acceso a los recursos tierra y agua está causando un impacto ecológico debido al
incremento de la frontera agrícola en ecosistemas frágiles como son los páramos.
160
Está delimitada al oeste por una cadena montañosa cuyos nevados (Chimborazo 6.310
msnm y Carihuairzo 5.028 msnm) alimentan la red hidrológica de la provincia y se cierra cerca
de la ciudad de Ambato, al desembocar el río Ambato en el río Patate, a 2.200 msnm.
Presenta tres pisos bioclimáticos diferenciados, una zona alta de páramo propia de las
comunidades indígenas; una zona media donde coexisten comunidades indígenas y mestizas
con una producción diversificada; y, una zona baja de clima templado donde existe una
producción exuberante de frutas y hortalizas.
Tabla 1. Zonas altitudinales de la microcuenca del río Ambato
Zona alta
3.500 – 4.200 msnm Ganadería extensiva de carne
Páramo
Zona media 2.800 – 3.500 msnm Ganadería de leche y cultivos de cereales y tubérculos
Cultivo de frutas, hortalizas, crianza de animales
Zona Baja 2.100 – 2.800 msnm.
menores (gallinas), pequeña industria y artesanías.
Fuente: Comisión Ejecutiva Provincial 2001; Andes System of Basins 2006; Guamán 2007
Este estudio se centra en la zona media de la microcuenca del río Ambato, que cubre
parte de los cantones Ambato, Cevallos, Tisaleo, Mocha, Quero y San Pedro de Pelileo, que
concentran el 25% de la población.
El acceso a la tierra en esta zona es limitado, la superficie promedio de las unidades
productivas es de 1 ha, donde la mayoría de familias campesinas se dedican a actividades
agrícolas y pecuarias, siendo ésta en mucho de los casos su principal fuente de ingresos. La
actividad lechera es una de las más importantes dentro de esta zona, caracterizada por el manejo
de animales de baja y mediana calidad genética, cuya producción está destinada al mercado
local.
161
La actividad agrícola se centra en la producción de productos andinos como papa,
habas, maíz, cebada, arveja y en menor importancia frutal, destinada tanto para la venta como
para el autoconsumo.
El acceso al agua es un limitante dentro de la microcuenca, pues depende de la
ubicación de las unidades productivas en función del canal de riego, así se ven beneficiados los
que se encuentran debajo de éste, mientras los que están sobre el canal presentan mayor
dificultad de acceso y por ende mayor déficit hídrico.
En esta zona se presenta una topografía colinada con pendientes suaves a fuertes que
pueden llegar a sobrepasar el 45%. De igual manera, los suelos son diversos pero en su mayoría
son arenosos y secos o limo – arenosos profundos secos. Existen afloramientos muy puntuales
de cangahua (Pasa, San Fernando).
Gráfico 2. Microcuenca media del río Ambato
163
La primera participación del Estado en el sector de riego fue en 1944 con la creación de
la Caja Nacional de Riego, la que tenía por objetivo la realización de estudios y construcción de
proyectos a escala nacional.
En el Ecuador, hasta la década de 1960, el modelo económico se basaba en la
concentración de la propiedad de la tierra y la agro-exportación, modelo asociado a la propiedad
privada del agua. A raíz de la reforma agraria destinada a redistribuir los medios de producción
(1964), el riego permitió aumentar y diversificar la producción agrícola. (Girard, Sabine. 2006).
En 1966 se crea el Instituto Ecuatoriano de Recursos Hidráulicos (INERHI), entidad
encarga de la administración de agua, planificación y construcción de sistemas de riego. La
creación de esta entidad influyó en ciertos zonas del área de de estudio, sólo en la denominación
de acequias existentes y mas no en una verdadera planificación y administración del agua.
En 1972, con la Ley de Nacionalización de Agua, se declara que todas las aguas
continentales del país son de dominio público, no se pueden vender ni tampoco se pierde su
naturaleza jurídica de bienes nacionales, aunque exista un uso sostenido en el tiempo por
particulares.
Los conflictos entre los grandes propietarios y las comunidades indígenas eran
frecuentes, pues todavía se mantenían una relación de tipo servil, donde los indios trabajaban a
cambio de obtener comida. Estos grandes propietarios eran dueños del agua y de la tierra, e
incluso algunos de los habitantes cuentan que tenían que pagar un “impuesto” para tener acceso
al agua, caso contrario no se les era permitido. Estas inequidades motivaron a los pobladores a
despresar su resistencia, como en los hechos ocurridos en la parroquia Pasa, que llevaron
incluso a la muerte de un terrateniente.
De cierta manera estas expresiones aminoraron los abusos y sobre todo las relaciones
partidarias. Éstas últimas fueron perdiendo fuerza con la Ley de Reforma Agraria, donde se
promulga la Ley de los Precaristas, que elimina las formas precarias de tenencia de la tierra en
1973. Esta ley manifiesta: “se prohíben las explotaciones precarias. Sin embargo, si con
violación de la Ley se mantuvieren formas precarias de tenencia de la tierra, ningún precarista
está obligado a pagar por el uso de la tierra ajena…”
164
Los campesinos comenzaron a organizarse y crearon las Juntas de Agua de Riego para
solicitar concesiones al INERHI para los diferentes caseríos, los mismos que fueron concedidos
en años posteriores.
Desde la década de 1980, a raíz de la crisis de la deuda externa y con presiones
internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional), se aplicaron reformas
estructurales: la descentralización, la desregulación de la economía, la apertura de los mercados
y la privatización.
En cuanto a la gestión del agua, el modelo también cambió. El INERHI es desmantelado
en 1994 y sus funciones se atribuyen a estructuras descentralizadas: las Agencias del Agua, la
Empresa de Desarrollo Regional (1994) y los Consejos Provinciales (1998). El papel del sector
privado se ve reforzado al garantizar los derechos legales de agua (transferencia automática y
vínculo entre la propiedad de la tierra y los derechos de agua en virtud de la Ley de Desarrollo
Agrario, 1994) y la transferencia de los sistemas públicos de riego a los usuarios (1994) (Girard,
Sabine 2004).
En la provincia de Tungurahua, los pequeños productores (con menos de 1 ha),
representan el 70% de los agricultores y poseen 0.14% de las hectáreas bajo riego por unidad
productiva, mientras que para los grandes productores (con más de 100 ha), que representan el
0.08% del total, poseen el 46% de las hectáreas bajo riego por unidad productiva. (SIPAE,
2008).
La Reforma de la Ley de Aguas del 2004, incentiva aún más al sector privado y por
ende el incremento de las desigualdades sociales en torno al acceso al agua. En ésta se elimina
de la base imponible el precio del agua de los sistemas públicos de riego, que fue impuesto
proporcional al área de riego y de propiedad, que permite al Estado cubrir los gastos de la
pesada infraestructura de riego.
Estas políticas implementadas en el Ecuador se ven reflejadas en la desigualdad al
acceso a los recursos, tierra y agua, provocando un diferencial social campesino bien marcado.
En los últimos años, en la microcuenca se ha venido trabajando en la gestión integrada del
recurso con la participación de entidades públicas y privadas, que se la analizará posteriormente.
165
4. LA PROBLEMÁTICA DEL AGUA EN LA MICROCUENCA MEDIA DEL RÍO
AMBATO
166
Tabla 2. Métodos de riego en la microcuenca del río Ambato
Métodos de riego (%)
Unidad hidrográfica Cantón Aspersión Goteo Gravedad
Río Alajua Ambato 8,6 0,0 90,9
Río Calamaca Ambato 7,5 0,0 92,5
Río Colorado Ambato 0,0 0,0 100,0
Mocha
Alta del río Pachanlica Tisaleo 0,7 0,0 99,3
Quero
Fuente: Modificado de Salomón M, Galárraga R et al.
167
Tabla 3. Comparación de los rendimientos de los principales cultivos de la parroquia Pasa
vs. Provincia y País
Rendimientos (qq/ha)
Cultivos Pasa Tungurahua A escala nacional
cebada 15 11 13
maíz 17 43 40
arveja 35 27 22
papa 103 154 128
Fuente: III Censo Nacional-Provincial Agropecuario (2002); Entrevistas de campo
168
“por golpe”. Este mecanismo es complejo, ya que para regar una parcela es necesario traer el
agua desde la bocatoma (zona de páramo) o de un lugar específico (un repartidor). Se
conforman grupos de 2 a 10 personas que suben al repartidor y se ubican en puntos estratégicos
para conducir el agua hasta su predio; sin embargo, deben tener especial cuidado en este proceso
para evitar que accedan otros usuarios sin permiso. De esta manera, el usuario tiene un cierto
tiempo para regar su parcela, sin importar la superficie. Concluido este tiempo, el siguiente
usuario corta el agua y la desvía hacia su terreno.
A escala nacional las funciones y competencias en cuanto a la gestión del agua está en
manos de los ministerios, corporaciones y gobiernos locales como: Ministerio de Agricultura,
Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP), Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda
(MIDUVI), Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE), Corporación Regional de Desarrollo
de la Sierra Central (CORSICEN), Consejo Nacional de Recursos Hídricos (CNRH), Consejo
Superior de la provincia de Tungurahua (HCPT), un municipio encargado de los problemas de
agua potable en zonas urbanas y otros cuatro municipios encargados de la gestión común de sus
recursos naturales.
En cuanto a la administración del agua potable, la responsabilidad está en manos de la
Empresa Municipal de Agua Potable (EMAP); y la encargada del agua para la generación
hidroeléctrica es de HydroAgoyan. Estas dos entidades actúan en la microcuenca, sobre la base
de sus propios intereses, garantizando el funcionamiento y rentabilidad de sus negocios en el
largo plazo.
En los últimos años ha existido una gran participación de organizaciones no
gubernamentales (ONG) y empresas privadas, que de alguna manera han servido como agentes
sustitutivos del Estado. Las ONG han realizado proyectos en cuanto a infraestructura, asistencia
técnica, resolución de conflictos, fortalecimiento organizativo, proyectos productivos y de
comercialización, entre otros.
169
En este sentido, en la microcuenca han actuado algunas instituciones como la Central
Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA) y el Instituto de Ecología y Desarrollo de las
Comunidades Andinas (IEDECA) y la cooperación internacional a través de la Deutsche
Gesellschaft fur Technische Zusammenarbeit (GTZ):
- CESA, es una fundación de derecho privado que ha trabajado por más de 40 años en el
país. Desde 1972 ha realizado trabajos en varios sectores de la microcuenca (Quero, Chibuleo,
Santa Rosa, Juan Benigno Vela, Pilahuín). Actualmente está apoyando a las parroquias de
Píllaro, Quisapincha y Pasa. (Convenio de Cooperación entre HCPT, CESA et al. 2007). En la
parroquia Pasa viene trabajando en la producción, la comercialización y el manejo sostenible de
los recursos naturales, teniendo como eje dinamizador el agua, para lo cual se ha mejorado la
infraestructura con el trabajo conjunto de la fundación y de los habitantes. Hasta el momento no
se evidencia claramente los efectos de esta intervención, dado que aún no se utiliza la
infraestructura mejorada.
- IEDECA, es una organización no gubernamental que trabaja en el país desde 1990,
promoviendo y ejecutando proyectos direccionados a la producción campesina y mejoramiento
de los recursos naturales. Dentro de la microcuenca, desde 1997, se ejecuta el proyecto
Conservación de los Recursos Naturales y Riego Campesino en la Cuenca Alta del río Ambato
(CORICAM). Ha trabajado mayoritariamente en la zona alta; sin embargo, está pendiente
Pilahuín y Chibuleo, donde se evidencian mayores bloqueos y vacíos de la intervención. (Portal
digital: www.cosude.org.ec).
- GTZ, es una empresa del sector privado, propiedad del Gobierno Federal Alemán que
coopera para el desarrollo en todo el mundo y en el Ecuador ha venido trabajando desde 1973.
Dentro de la microcuenca ha realizado importantes trabajos como la gestión de cuenca
hidrográficas, con su Programa de Manejo de Cuencas Hidrográficas (PROMACH), cuyo
objetivo radica en: “Gestión sostenible de la zona de captación a través de la consolidación de
una estructura institucional y la participación de todas las partes interesadas” (GTZ, 2001,
citado por Girard, Sabine, Sabine. 2004).
A nivel de comunidades, las Juntas de Riego son las principales autoridades encargadas
de la administración del agua, cuyo mantenimiento se debe en gran parte gracias a los mismos
usuarios; a pesar de ello esto no es suficiente para cubrir todas las necesidades de los usuarios,
170
como infraestructura, mantenimiento y gestión de sus sistemas de riego. Para mitigar en algo
estas debilidades se han acogido al apoyo de organismos no gubernamentales o gobiernos
locales, que en mucho de los casos no han mejorado la calidad de vida de los habitantes.
Las Juntas de Riego han jugado un papel clave en la organización de las comunidades,
pero han trabajado de manera aislada y sin ninguna o poca coordinación entre ellas, lo que ha
imposibilitado una presencia y participación en la toma de decisiones.
1
El “Equipo Promotor” estaba constituido por: Consejo Provincial, AME (Asociación de Municipalidades Ecuatorianas) Regional Centro Sierra, Movimientos
Indígenas, Asociación de Juntas Parroquiales, Diócesis de Ambato, Universidad Técnica de Ambato, Municipio de Ambato, Foro de la mujer, COE (Comité de
Operaciones de Emergencia) y el PROMACH.
171
Además, conocer ¿hasta qué punto ha existido una verdadera participación y
empoderamiento de todos los actores? Especialmente de las juntas de regantes, movimientos
indígenas - campesinos y usuarios, quienes conviven día a día con la problemática del agua de
riego, en este caso. La pregunta es: ¿son parte real en la toma de decisiones?
En la zona de estudio, y concretamente en la parroquia Pasa, el grado de participación
en temas de riego se restringe en la administración de la Junta Central, ya que los miembros son
los encargados de las resoluciones en torno al tema y los usuarios en muchas de las veces se
limitan a la participación en mingas, pago de multas, mas no en la toma de decisiones. De allí,
que la participación de los usuarios es limitada, sobre todo de la mujer, a pesar de tener un rol
fundamental en la producción y reproducción de la finca.
El manejo de páramos…
En la microcuenca media han existido estrategias de manejo del páramo bajo el
principio de la valoración económica de los recursos, esto sucedió con el EMAP y la
Organización de Comunidades Indígenas de Quisapincha (COCIQ) en el 2004, quienes firmaron
un convenio de servicio de tres años por un pago de 30.000 USD/año. Otras estrategias han
derivado de ONG, que ofrecen alternativas socioeconómicas para el manejo de este ecosistema.
Dentro del nuevo modelo de gestión en el eje “Agua” se busca trabajar en propuestas
enmarcadas en ambiente, producción y vida, cuyo objetivo radica en el aseguramiento de la
oferta hídrica en cantidad y calidad a través de un fondo económico (Fondo Económico para el
manejo de páramos), alimentado por recursos locales, nacionales e internacionales para el
manejo adecuado de los páramos, que resuelvan tanto problemas ambientales como sociales y
económicos de los sectores poblacionales vinculados con estas áreas.
Las organizaciones que tienen áreas de páramo en la microcuenca media del río Ambato
son: UOCAIP (Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Pasa), KIPU (Pueblo
Kichwa Kisapincha), UNOCANT (Unión de Organizaciones Campesinas del Nor-Occidente de
Tungurahua), UNOPUCH (Unión de Organizaciones del pueblo de Chibuleo), las cuales
estarían involucradas dentro del Fondo económico para el manejo de páramos, pero no se
conoce aún con claridad los primeros efectos de este Fondo.
172
Gráfico 3. Ubicación de zonas en la provincia de Tungurahua que tienen relación con el
páramo
173
7. LA MAXIMIZACIÓN DE LOS LIMITADOS RECURSOS AGUA Y TIERRA
Nº UPA
Superficie UPA %
0.5 a 2.5ha 1521 92
2.5 a 4.5ha 96 6
Más de 4.5ha 40 2
Total 1657 100
Fuente: Proyecto Pasa – Cesa, 2006
174
del río Pumahua y de la quebrada El Tingo, originadas por el ecosistema páramo, como se
observa en el Gráfico 4. Éstas a su vez son captadas por tres ramales o acequias: primera,
segunda y tercera coronaria. 2
Gráfico 4. Geografía de la red
2
Son llamadas acequias coronarias por estar originadas en las partes altas de la parroquia.
175
El sistema de riego de las acequias unificadas de Pasa se ha llevado desde hace años
atrás de una manera tradicional; es decir, por canales abiertos de tierra, desde su captación
(páramo) hasta su distribución en las ocho comunidades que conforma el sistema, se estima que
presenta una eficiencia del 32%. Su recorrido es de 25 km aproximadamente, con tramos en su
mayoría sin revestimiento que influyen en la pérdida de agua, por la infraestructura rudimentaria
que presenta.
El agua que es captada del sector el Tingo por la primera y segunda coronaria
corresponde a un caudal 72.3 l/s, mientras que la tercera coronaria es captada del sector
Pumahua con un caudal de 11.7 l/s, dando un total de 84 l/s de los tres ramales, para ser
distribuido a ocho comunidades de la Parroquia Pasa (Tabla 6).
Tabla 6. Asignación y disponibilidad del agua para riego en la parroquia Pasa
Caudal
Sistema de riego Superficie N º de Caudal
adjudicado Caudal/ha
coronarias regada (ha) usuarios /usuario
(l/s)
Primera Coronaria 53.5 308 923 0.17 0.06
Segunda Coronaria 18.8 150 430 0.13 0.04
Tercera Coronaria 11.7 65 180 0.18 0.07
Total 84.0 523 1410 0.16 0.06
Fuente: Inventario RRHH Tungurahua. (2004); Proyecto Pasa – CESA (2006)
176
En el sistema de riego unificado de las coronarias y principalmente de la primera
coronaria, que es la que recorre casi las ocho comunidades de la parroquia, se tiene por
costumbre en las comunidades como Mogato, Pucaucho, Llullaló, Pasa Centro, Chillipata y
Playa Pucará, el llevar el agua por grupos, ya sea entre familias o vecinos; es decir, que quienes
llegan primero al lugar de captación del agua (óvalos), se distribuyen en puntos estratégicos a lo
largo del canal, evitando el robo de agua por otros usuarios de la misma comunidad o de otra.
Captan todo el volumen por una hora aproximadamente, luego de lo cual llegan otros usuarios
que hacen lo mismo, esto generalmente lo realizan en épocas de estiaje cuando el agua es
indispensable para la producción agropecuaria. Comunidades más altas Cuatro Esquinas,
Castillo y Tiliví no realizan esta actividad por estar más cercanas a los óvalos de distribución.
Tabla 7. Asignación y disponibilidad de agua para riego en las comunidades Chillipata y
Mogato
Caudal adjudicado Superficie bajo riego Usuarios Caudal/ Caudal/
Comunidad litros/segundo ha Nº ha usuario
Chillipata 17,38 76,00 160,00 0,23 0,11
Mogato 13,90 211,00 350,00 0,07 0,04
Fuente: Olovacha V. 2007.
3
Este ramal también irriga las comunidades de Castillo y parte de Centro Pasa.
177
Esta comunidad se caracteriza por presentar lotes que no exceden la 0.5 ha, destinados
principalmente a la producción de forraje para la alimentación del ganado vacuno. Los cultivos
que se encuentran son: alfalfa, asociación avena – vicia, kikuyo, holco, trébol. Además del
ganado vacuno, también se pueden encontrar algunas cabezas de ganado ovino y equino.
Esta zona presenta una topografía irregular, con pendientes que pueden llegar al 30% de
pendiente y suelos francos arcillosos.
4
En la comunidad de Chillipata existen 12 talleres dedicados a la confección de camisas que lo realizan por obra, es decir entregan el producto confeccionado
a las principales camiserías de Ambato, Quito y Guayaquil, principalmente. (Cesa, 2003).
5
El 43% de la toda la población (1.657 familias) emigra a realizar principalmente actividades en la construcción y vendedores ambulantes en Ambato o en
Guayaquil. (Olovacha V. 2007).
179
Acceso al agua y a la tierra
Existen predios ubicados bajo el canal de riego, especialmente en la comunidad de
Mogato, donde en época de estiaje es muy difícil una planificación de siembras, por lo que se
recurre generalmente, a la siembra de cultivos de secano (trigo, cebada). Esta comunidad al
encontrarse en la “cola” del canal principal, presenta los mayores problemas en el acceso al
agua (0.04 litros/usuario), los comuneros tienen que recorrer grandes distancias para acceder al
agua de riego y por tanto tienen más riesgos de ser robados por otros usuarios. Otro problema es
el fraccionamiento de la tierra; en este sentido los minifundistas tienen una superficie promedio
de 1 ha de las cuales el 66% posee riego y el porcentaje restante no lo tiene. En el caso de los
productores familiares acceden a una mayor superficie 3 ha en promedio, de los cuales el 86%
tiene riego.
Tanto los productores doble activos como los medianos ganaderos de la comunidad de
Chillipata, tienen mayor acceso a la superficie bajo riego, 90 y 100%, respectivamente como se
observa en la Tabla 8.
Tabla 8. Acceso a la tierra
180
Uso del suelo
Tanto los productores ganaderos como doble activos destinan el 83% y 57% de su
superficie total para pastizales, respectivamente, siendo la actividad pecuaria su principal fuente
de ingresos, debido a que en el primer caso los hijos han migrado hacia las ciudades (Quito,
Ambato) en búsqueda de un mejor porvenir; y han quedado los padres dedicándose a
actividades que requieren de menos mano de obra, como la ganadería; en el segundo caso, son
productores cuya principal fuente de ingresos es la artesanal, por tanto la agricultura es
complementaria a esta actividad. En contraste con los productores familiares y minifundistas,
cuya mayor superficie está destinada para cultivos, el 75% y 73% respectivamente (ver Gráfico
5).
En el caso de los productores familiares, la producción de arveja y papa es
fundamental, que la destinan para la venta en mercados locales (mercado de Pasa y Ambato). En
cuanto a la producción de arveja, pueden llegar a producir 35 qq/ha, mientras que la producción
de papa asciende a 170 qq/ha. La lógica radica en la maximización de los recursos, tierra y agua.
En el caso del aprovechamiento del agua han construido reservorios, que utilizan para el riego
en las parcelas y de cierta manera mitigan el limitado acceso al recurso. Esto, además, ha
permitido sujetar a la mano de obra familiar, la familia y la familia ampliada, realizan todas las
actividades y en el momento de la cosecha se dividen los productos.
Los minifundistas, de igual manera tratan de ocupar la poca tierra con la que cuentan
para productos de autoconsumo, y así garantizar la soberanía alimentaria de su familia.
181
Gráfico 5. Uso del suelo
forraje
90
cultivos
80
frutales
70
% de superficie
otros
60
50
40
30
20
10
0
M edianos Doble activos Familiares M inifundistas
Ganaderos
Productores
182
Gráfico 6. Intensificación del sistema de producción
3000 IAN/ha
2500
2000
USD/ha
1500
1000
500
0
M edianos Doble activos Familiares M inifundistas
Ganaderos
Productores
Los productores familiares generan más ingresos por unidad de superficie, es decir, son
más eficientes que los productores cuyo acceso a tierra y agua son mayores como los
productores ganaderos y doble activos, pertenecientes a la comunidad de Chillipata. Las
estrategias productivas que los productores familiares realizan además de la construcción de
reservorios, es la utilización de variedades mejoradas (de papa y arveja); utilización de fuerza de
trabajo familiar; mantenimiento de la fertilidad, a través de rotaciones y asociación con
incorporación de abono animal y diversificación, lo que le permite no sólo la dependencia de
ingresos de un solo cultivo. Si bien es cierto el mercado, el acceso a la tierra y agua son cuellos
de botella, los productores familiares a través de todas estas estrategias han logrado sobrevivir
hasta el momento de la producción de su finca.
En el caso de los minifundistas, el poco acceso a la tierra y a la superficie regada limita
la capacidad de mayor generación de riqueza, por tanto se ven obligados a producir
principalmente para la alimentación familiar.
183
8. A MANERA DE CONCLUSIONES
Las políticas desarrolladas en el país y, por ende, en la provincia, han causado deterioro
del campesinado a nivel estructural. Los pequeños campesinos (menores de 2.5 ha) se están
quedando con minifundios que ni siquiera abastece con la mayoría de productos para el
consumo familiar; sumado a esto el limitado acceso al agua con el que cuentan.
Han existido algunas iniciativas generadas por organizaciones no gubernamentales, que
parcialmente han “suplantado” el rol del Estado, pero no lo suficientemente sustentable para
disminuir la problemática. También han surgido iniciativas por parte de las entidades públicas,
como el mismo Concejo Provincial con su nuevo modelo de gestión, que involucra a todos los
actores que trabajan en la microcuenca. De allí que se da importancia a la Junta de regantes, a
los usuarios, organizaciones campesinas, pero todavía es cuestionable la participación y el
empoderamiento de estos actores.
Las familias campesinas con menor acceso al agua y tierra, han optado por realizar
algunas estrategias productivas que permitan la maximización de los recursos, agua y tierra,
con la finalidad de generar ingresos eficientes, incluso pudiendo en muchos casos ser mayores a
otros campesinos que tienen mayor acceso a los recursos.
184
9. REFERENCIAS
9.1 LIBROS
9. 2 DOCUMENTOS
185
La Reducción de la Pobreza Indígena y Campesina en Tungurahua, en base al manejo de Páramos que
aseguren la calidad y cantidad de agua, y las Alternativas Productivas.
RÉCALT, C. (2007). Las políticas del agua a través de la historia en el Ecuador: Obstáculos,
conflictos y oportunidades. Quito.
SIPAE (2008). La importancia de los sistemas de Riego campesinos. Quito.
CONAIE, FENOCIN, FEINE (2007). Unidad y Desarrollo de los Movimientos Indígenas y Campesinos
de Tungurahua.
KOSMUS, M. (2003). III Congreso Latinoamericano de Manejo de Cuencas Hidrográficas.
ASIC www.asicprimerazona.com.ar/asic/publicaciones
Indicadores Biofísicos, Socio-económicos e Institucionales y Desarrollo de Políticas de Manejo
Sustentable del Agua en una zona seca de los Andes Centrales del Ecuador. SALOMÓN, M. y
GALÁRRAGA, S.
CRYCIT www.cricyt.edu.ar/ladyot/publicaciones/cyted _2005
Determinación de los Problemas Ambientales, Socieconómicas e Institucionales en una zona seca de los
Andes Centrales Ecuatorianos. GALARZA, R. y GUAMÁN, C.
FIDAMERICA www.fidamerica.org/admin/docdescargas
Sistematización de Experiencia del Gobierno Provincial de Tungurahua. Ambato
Proyecto Cuencas Andinas www.redcapa.org.br/cuencas/boletin-n6.htm
Proyecto Cuencas Andinas www.condesan.org/cuencasandinas/ambato.htm
9.6 ENTREVISTAS
ANDAGANA, Manuel Junta General de Usuarios de las Acequias Coronarias de la Parroquia Pasa.
Entrevista realizada en el año 2007.
186
El proyecto Píllaro
¿Iniciado por la voluntad del Estado, deseado por la de las
comunidades rurales, terminado en favor de quién?
Christine RÉCALT
Fuente: Inventario y diagnóstico del recurso hídrico provincia de Tungurahua, Ambato, abril 2004.
http://www.condesan.org/Andean/docs/memoria_T%E9cnica.pdf
187
Actualmente una de las principales vías de comunicación del país, la carretera
panamericana, cruza toda la provincia. Otras dos otras direcciones importantes salen de
Ambato, la capital regional, una se dirige al este hacia la ciudad de Puyo, en la provincia del
Napo, a las puertas de la Amazonía, y la otra conduce hasta la Costa, hacia Guayaquil, pasando
por la provincia de Bolívar. Estos ejes de carreteras se conectan también a infraestructuras
secundarias que favorecen los intercambios en toda la región.
La provincia posee un paisaje escarpado. Su configuración orográfica se caracteriza por
valles anchos, rodeados por colinas, barrancos y montañas con altitudes superiores a 4.000
m.s.n.m. El río Patate es el más importante del sistema hidrográfico de la provincia. Otros ríos
como el Ambato, el Mocha, el Casaguala, el Aluleo, nacen sobre las vertientes escarpadas de los
Andes. Abastecen en su trayecto amplios valles productivos. Estas particularidades son la causa
de climas variados y favorables a los cultivos y a la ganadería. La provincia presenta una
diversidad de pisos climáticos consustanciales al espacio interandino. Existe un predominio del
clima mesotérmico seco, pero que es influido por los vientos que recorren el valle del Pastaza.
La temperatura anual media es de 15°C. Los suelos están formados principalmente por
proyecciones volcánicas (volcán Tungurahua), ricas en materia orgánica y en nutrimentos y
poseen una fuerte capacidad de retención de agua. Son muy fértiles y especialmente propicios
para la agricultura.
Por otra parte, los importantes proyectos hidroeléctricos provinciales de Agoyán y de
Pisayambo producen parte de la energía eléctrica necesaria para el país. Proporcionan también
los recursos necesarios para el riego de sectores agrícolas. Sin embargo, la Cooperación Técnica
Alemana del GTZ (Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit) consideraba en
2003 que la demanda hídrica de la provincia superaba de un 40% la oferta, creando así un
déficit de 903 millones de m3 de agua al año. Eso plantea, a largo plazo, un problema de
suministro y mantenimiento de las reservas naturales (Maldonado y Al, 2003).
Esta provincia, entre las más pequeñas de Ecuador, administra nueve cantones: Ambato,
Baños, Cevallos, Mocha, Patate, Quero, Pelileo, Píllaro y Tisaleo (figura 2).
188
Figura 2 – División política del Tungurahua
Zona del
proyecto
Fuente: Dinámicas agrarias del cantón Píllaro. Estudio en perspectiva agropecuaria. V. Lligalo, D. Taipe, R.
Chiriboga. Documento CESA- SIPAE, 2006
1
INEC (2001): VI Censo de Población y V de Vivienda. (2001).
189
La tasa de pobreza es un factor significativo. Con 61,3% de pobres, como definido por
indicadores del PNUD, la provincia se sitúa en la media nacional. Es la quinta provincia más
pobre de la Sierra, con un porcentaje de 28,2% en el sector urbano y por tanto la mayor parte, un
71,8% en el sector rural. Los cantones más pobres son: Tisaleo (88,8%), Quero (86,6%), Mocha
(82,6%). Pero otros no van mucho mejor: Patate (79,9%), Píllaro (77,8%), Pelileo (75,2%) y
Cevallos (73,7%). Solamente Ambato (53,7%) y Baños (45,2%) tienen una posición menos
mala.
El cantón de Píllaro, situado al norte de la provincia, en el valle oriental del río Patate, es
un espacio abierto entre 2600 y 3200 m.s.n.m. La temperatura media anual es de 13,2 ºC. Las
precipitaciones medias son de 625 mm. El clima varía de moderado a frío, con un régimen de
lluvia entre septiembre y diciembre. La superficie cantonal se estima en 443,1 km2.
El cantón es el segundo de la provincia en términos de población. Está constituido por
34.925 habitantes incluidos 23.064 rurales mayoritariamente pobres. Las actividades de los
habitantes se dirigen principalmente hacia el comercio y la agricultura. El Tungurahua tiene la
marca, poco envidiable, de las superficies agrícolas explotadas más bajas del país. A la imagen
de lo que caracteriza el conjunto de la pequeña agricultura ecuatoriana, Píllaro puede definirse
como una zona fértil potencialmente favorable pero que apenas puede satisfacer las necesidades
esenciales de sus habitantes.
A pesar de eso, durante los últimos siglos la provincia del Tungurahua ha demostrado un
dinamismo productivo permanente a nivel agrícola, aún sigue siendo respetable en cuanto a
organización de los intercambios y de flujos comerciales, así como un paso obligado entre las
distintas provincias. Ante los límites de extensión física de su espacio agrícola explotable, la
población supo crear redes de producción irrigadas que favorecieron el desarrollo económico de
esta zona (figuras 3 y 4).
190
Figura 3 – Zonas regadas de la provincia de Tungurahua
191
2 EL CANAL DE RIEGO DE PÍLLARO
192
Figura 4 – Zonas regadas del cantón Píllaro
Fuente: Carta elaborada por T. Ruf sobre la base de documentos de trabajo conjunto INERHI - ORSTOM.
Los primeros panoramas de reflexión sobre esta red se inician en 1964, luego son completados
por estudios de viabilidad realizados en 1967 y recogidos en 1971. Antes de llegar al proyecto
de riego en sí mismo, es indispensable realizar una presa de altitud a Pisayambo. Se trata de
aprovechar una zona lacustre de 8 km2 de superficie, situada en la cordillera oriental de los
Andes a 3.537 msnm, aproximadamente a unos 25 km de Píllaro. Por esta presa debe construirse
un túnel de carga de 13 km para llegar a una central hidroeléctrica. A la salida de la central se
realizará un conjunto de túneles de una longitud total de 6,5 km, para llegar a un distribuidor de
las aguas. Por esta obra irán los dos canales principales previstos para el riego de las zonas
193
septentrionales y meridionales del cantón Píllaro. El conjunto de este proyecto, por la diversidad
de las obras técnicas y medios que deben aplicarse, exige un compromiso importante y duradero
de las instancias públicas para llegar a su término. Prevé la transferencia de las aguas de altitud
de Pisayambo por un sistema de túneles hacia la totalidad de los espacios agrícolas posteriores,
olvidando o destruyendo al mismo tiempo los sistemas antiguos existentes (figura 5).
Figura 5 – Geolocalización del proyecto inicial Pisayambo - Píllaro
Fuente: Mapa elaborado por T. Ruf sobre la base de documentos del INERHI - Proyecto Píllaro plano general,
programa de ejecución.
194
A pesar de la heterogeneidad de los nueve gobiernos sucesivamente establecidos entre
1960 a 1979, se observó una cierta continuidad en las acciones del Estado, por lo menos por lo
que se refiere a la realización del embalse de Pisayambo y la central hidroeléctrica de Pucará.
Durante este período, la búsqueda de un desarrollo nacional favorece las grandes obras. El
proyecto se realiza exclusivamente según un enfoque tecnicista. El embalse aparece como un
factor esencial para romper con los límites capacidades hidroeléctricas del país, liberarse de las
dificultades encargadas por la naturaleza e imponer la técnica. El progreso técnico se determina
como precursor del desarrollo; las consideraciones económicas sirven para justificar las
infraestructuras; las incidencias sociales sólo se prevén de manera positiva; y se aborda
solamente el aspecto relativo al agua para riego.
La construcción del embalse de Pisayambo, el más alto del país, a 3.569 m.s.n.m, dura de
1961 a 1967. La presa construida en tierra condensada es de 820 m de longitud y de 41,2 m de
cumbre. De una capacidad de retención de 10’706.000 m3 de agua, se sitúa en el Parque
Nacional Llanganates. El parque cubre 400 km2, en el municipio de San José de Poaló. La
superficie global de la zona de influencia de la obra es de 250 km2. Permite una producción
media anual real de 230 GWH (datos de Hidroagoyan, 2007). La presa recoge las aguas de
varios ríos: Pisayambo, Milín, Roncador y Tambo. Las aguas del Talatag, el Quillopaccha y el
Agualongo Pungo son conducidas allí por captación. Situadas en una zona de altitud libre de
ganaderías y cultivos, estas aguas son excelentes, no corrosivas y sin sedimentos. Eso vuelve
posible, hace excepcional, la utilización de estas aguas para la alimentación de agua potable de
Píllaro a partir de la red de los canales de riego. Actualmente el municipio, mediante una
estación de tratamiento rudimentaria, utiliza esta agua para cubrir las necesidades de la
población del cantón. Esta particularidad se vuelve aún más intensa hoy, con el aumento de la
presión demográfica, porque lo que está en juego es el control de este recurso. La construcción
del canal de carga para la central y la central hidroeléctrica de Púcara se termina en 1977. La
alta parte de la central se sitúa a 3.565 m.s.n.m. El túnel de carga dispone de una cuesta del
0,669%, tiene la capacidad de conducir 18,6 m3/s. la sala de las máquinas de Púcara es
enteramente subterránea. Dispone de dos turbinas de 40 MVA, cada una genera 13.800 voltios.
La energía así producida se transmite al Sistema Nacional Interconectando (SNI) que recoge
toda la energía eléctrica producida en el país.
195
La central funciona solamente en las horas pico, mientras que su obligación legal inicial,
confirmada por el Consejo Nacional de Recursos Hídricos CNRH2 y la Agencia del Agua de
Ambato, es proporcionar un volumen mínimo constante de 7 m3/s. Esta diferencia de actividad
en parte se debe al hecho de que las capacidades de la presa, como las de la central, son tamaño
excesivo con relación al potencial hidráulico de la zona. En efecto, los datos climatológicos de
los años sesenta que sirvieron de base a la determinación de las obras y de sus capacidades
resultaron sobrestimados durante la explotación. Si las turbinas de la central funcionaban como
se preveía, vaciarían rápidamente la presa. Eso pondría en peligro el equilibrio hidráulico-
ambiental de toda la laguna de Pisayambo. En consecuencia, la central sólo funciona para
completar la oferta disponible a escala nacional, cuando la red no puede proporcionar la
totalidad de las necesidades en los picos de consumo. Generalmente está activa diariamente de
18h00 a 22h00.
El período de estiaje que se presenta de noviembre a abril es el período más activo para la
central hidroeléctrica de Púcara. La central vierte entre 7 y 18 m3/s de agua en el río Yanayacu
cuyos 3,5 m3/s se recogen para el canal de Píllaro. El Corporación Central Nacional de Control
de Energía (CENACE), el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y las interconexiones
internacionales deciden las horas de funcionamiento de la central de Púcara.
La intermitencia del funcionamiento de la central dificulta la utilización del agua para el
riego, y condujo a las comunidades a construir tanques de retención. Después de la instauración
de turbinas mejor adaptadas, esta situación debía cambiar para 2008. Las autoridades
provinciales formularon un acuerdo de modificación de la actividad de la central que está en
curso de aplicación para garantizar la alimentación sin interrupción de la red de riego de Píllaro
con una producción constante de 4,8 m3/s. Las necesidades útiles expresadas de la red de riego
ascienden a 3,7 m3/s, la solicitud de modificación de la utilización de la central de Púcara en
2006 a raíz de las solicitudes reiteradas de los regantes de la zona. La obtención de un
suministro continuamente permite una mejor asignación espacial y temporal del recurso, lo que
a su vez otorga mayor flexibilidad en la aplicación diaria de trabajos de riego, los cuales son
realizados más frecuentemente por las campesinas, cuyas tareas diarias son innumerables.
2
El CNRH, asumió parte de las competencias del INERHI en el año 1994. Posteriormente, en el año 2008, CNRH se transformó en la Secretaría Nacional del
Agua (SENAGUA).
196
La red de riego
Si la parte relativa a la generación de hidroelectricidad está en funcionamiento desde más
de treinta años y constituye la cuarta fuente de energía del país, la parte consagrada al riego
agrícola no está terminada. Las razones abogadas para explicar los retrasos de esta empresa
pueden discutirse históricamente. Las dificultades económicas del Estado pueden avanzar para
legitimar los aplazamientos sucesivos. El período de reestructuración de la política hidráulica, la
crisis económica y la inestabilidad política de los años noventa se mencionan para justificar los
retrasos de inversiones así como la falta de interés de los protagonistas políticos nacionales. Sin
embargo, es innegable que otros proyectos principalmente situados en las regiones litorales y
cerca de Quito no sufrieron los mismos retrasos (2,7 mil millones de USD invertidos entre 1972
y 2002 para las regiones de Guayas, Manabí y Pichincha). Y, aunque la Corporación de
Desarrollo Regional de la Sierra Centro (CORSIEN)3 afirma que la obra de riego de Píllaro es la
más importante del cantón en términos de beneficio social directo sobre la población agrícola, la
atención prestada por las autoridades nacionales no fue tan favorable en ese caso como para
otros.
Más allá de las justificaciones habitualmente expresadas, otras explicaciones pueden
también proponerse. La zona de Píllaro se dedica a una agricultura campesina, practicada por
una población pobre, destinada a proporcionar los mercados locales y regionales, son pocas las
grandes propiedades. Los recursos hidráulicos disponibles en la provincia no bastan para cubrir
las necesidades expresadas. Eso podría incitar a los responsables institucionales a reconsiderar
las asignaciones de recursos previstas, tomando en cuenta que las aguas de Pisayambo son de
excelente calidad. Por fin, durante años la falta de vinculación de la clase política local fue
perjudicial al desarrollo de este proyecto.
Una zona de pequeña agricultura campesina
El cantón Píllaro es un espacio agrícola dominado por pequeñas explotaciones
diversificadas. La mayor parte de su producción es auto consumida y/o se vende localmente.
Los productores son generalmente desprovistos de medios económicos y financieros suficientes
para aplicar acciones de gran envergadura para llevar sus pretensiones más allá de Ambato y sus
alrededores.
3
CORSICEN, pasó a formar parte del Instituto Nacional de Riego (INAR), como INAR – Tungurahua.
197
Generalmente el nivel escolar de los habitantes del cantón es bastante bajo. Apenas el
3,7% de la población supera el nivel primario, que constituye uno de los porcentajes de
instrucción más débil del país. Un 28,6% del total de la población no tiene ninguna instrucción
según el último censo de población y el porcentaje de analfabetismo es de 14,9%. La mayoría de
las comunidades disponen de escuelas pero de un nivel académico muy bajo. Los servicios
sanitarios básicos son poco satisfactorios. Las comunidades campesinas se benefician de un
sistema de aducción de agua tratada. Este servicio, administrado por el municipio de Píllaro, se
detiene cuando las lluvias son demasiado violentas y las crecidas arrastran demasiados légamos,
resultando entonces el tratamiento del agua insuficiente. Existe también un servicio de
electricidad proporcionado por una empresa privada de Ambato (Lligalo y Al, 2006).
Las parroquias que componen el cantón son: Píllaro, San Miguelito, Baquerizo Moreno,
Marcos Espinel, Emilio Terán, Presidente Urbina, San Andrés, San José de Poaló (tabla 1). Hay
que señalar que entre 1974 y 2001, la población rural declina (Baquerizo Moreno, San José de
Poaló) o aumenta poco (San Miguelito, Marcos Espinel), con excepción de la población de San
Andrés que aumenta de manera significativa.
Tabla 1. Evolución de la población del cantón Píllaro entre 1974 y 2001
Población del cantón Píllaro (1974, 1982, 1990, 2001)
Localidad Tipo Número de Número de Número de Número de
habitantes habitantes habitantes habitantes
Censo 1974 Censo 1982 Censo 1990 Censo 2001
Píllaro Urbana 9.978 10.753 11.147 11.861
San Miguelito Rural 4.218 4.887 5.243 5.050
Baquerizo Moreno Rural 452 385 336 276
Marcos Espinel Rural 2.070 2.422 2.294 2.182
Emilio Terán Rural 1.096 1.159 1.201 1.329
Presidente Urbina Rural 2.074 2.377 2.294 2.420
San Andrés Rural 5.894 7.276 8.605 9.885
San José de Poaló Rural 2.119 2.303 2.150 1.922
Total 27.901 31.562 33.270 34.925
Fuente: III censo Agropecuario 2001 et SIISE 2001, Censos 1974, 1982, 1990.
http://www.situngurahua.gov.ec/ihidrico/poblacion74_01.php?var=0
198
En Píllaro mayoritariamente se aplica una agricultura campesina nuclear, donde el
conjunto de la familia participa en los trabajos, con niños/as y ancianos incluidos. La
productividad laboral es un parámetro difícil a comprender dada la plasticidad de la actividad
agrícola. Cuando los adultos no llegan a obtener empleos asalariados, permanecen para explotar
sus pedazos de tierra. Cuando lo pueden hacer, buscan complementos de rentas fuera de la
explotación agraria. La agricultura sigue siendo la actividad refugio ante las vicisitudes
económicas. Permanece la actividad de supervivencia y el medio escaparse a la exclusión. Los
habitantes de la zona consideran que se necesita al menos 5 ha de superficie en poli cultivo -
ganadería para alimentar a una familia de siete personas, en la parte septentrional del canal,
alrededor de 3 ha en la parte meridional. A escala nacional, la agricultura de exportación
propone pocos empleos para los campesinos excluidos y el tejido industrial, no aporta salidas
para la población que se dirige hacia las zonas urbanas. Por eso, numerosa gente joven, incluso
cuando tienen formaciones agrícolas, no prevé permanecer en el cantón. La mayoría pretende
emigrar.
La producción que tienen estos espacios es representativa de los territorios y variaciones
climáticas de la Sierra. La zona regada sirve los sectores de: Guapante, San Andrés, Presidente
Urbina, Andahualo, La Merced, Marcos Espinel, San Miguelito, Emilio Terán y Píllaro. El
perímetro agrícola es una meseta inclinada hacia el río Culapán (o Culapachán) cuyos límites
son: al norte, el río Yananyacu; al sur, el río Pucahuaico; al oeste, el río Culapán; y, al este, la
curva de nivel que corresponde a la cota de 3.100 msnm. La altitud de la zona de riego varía
entre 3.100 y 2.700 msnm.
El cantón es una de las zonas más importantes de producción de frutas, verduras y carne
dentro del país, es el que produce más leche de toda la provincia del Tungurahua. Estos
productos son muy diversos, considerados de buena calidad. Se benefician de una gran
diversidad climática, de agua no contaminada y de suelos fértiles. No obstante, se generan en
cantidad limitada por cada uno de los productores, llegan en el mercado de manera desordenada
e irregular. La inserción al mercado es habitualmente individual. La fijación de los precios se
sufre de sobra a falta de estructura de apoyo y alianza entre los productores. El conjunto de la
comercialización del cantón se efectúa en Píllaro durante los numerosos mercados (sobre todo
domingo y jueves) o en Ambato con alrededor del 80% de los intercambios y 20% para el resto
del país.
199
Las Unidades de Producción Agrícola (UPA) poseen por medio entre 0,5 y 2 ha en la
zona septentrional del cantón, ligeramente más en la zona meridional. Producen frutas: manzana
(Malus sp.), pera (Pyrus sp.), reina claudia (Cerezo doméstico), durazno (Melocotonero),
tomate de árbol (Cyphomandra betacea), fruta de la pasión (Pasionaria édulis), mora (Rubus
sp.). Las explotaciones producen cereales: trigo (Triticum aestivum), cebada (Hordeum
vulgare), avena (Avena byzanthina); maíz (Zea mays); patatas (Solanum tuberosum); un amplio
grupo de leguminosas: habas (Vicia faba), fréjol (Vicia sativa); tubérculos andinos; forraje:
alfalfa (Medicago sativa) y ray grasos (Lolium sp.) para el ganado de la zona. La producción de
maíz, patata, fréjol, leguminosas, tomate de árbol y otros productos se realiza en pequeñas
superficies (Lligalo y AL, 2006). También se producen leguminosas con la ayuda de una ONG,
con el objetivo de diversificar y destinar, a largo plazo, productos al mercado de exportación,
como el brócoli (Brassica oleracea variedad. Italica), la col (Brassica oleracea), la lechuga
(Lactuca sativa), el nabo (Brassica napus), distintas variedades de coles (Brassica sp.), la
remolacha roja (Beta vulgaris variedad. vulgaris), la col de Bruselas.
En la zona septentrional, la más seca, se desarrollan cultivos muy distintos para adaptarse
a la diversidad del clima y a los suelos más arenosos y más ligeros. Adicionalmente, la parte
sureste es más favorecida a nivel climático (pluviosidad superior) y los suelos son más fértiles
(zona regada de agosto a septiembre), la parte septentrional es penalizada aún más por la falta
de agua (riego indispensable todo el año).
En la zona más elevada (San Andrés, San José de Poaló), se sitúan las haciendas
dedicadas a actividades intensivas de ganadería (vacuno, porcino). La leche se vende a
intermediarios regionales que fabrican yogures y queso. Se comercializa a los animales en la
región (Píllaro, Ambato, Latacunga). La hacienda Huagrahuasi cría toros de lidia. Conviene, en
efecto, destacar que existen también haciendas, explotaciones agrarias cuyo tamaño se sitúa
entre 50 y 2000 ha Representan un 0,7% de los UPA pero concentran, a pesar de todo, un 71%
de la tierra. El 96% de los UPA poseen un 20% del espacio agrícola (tabla 2). La desigualdad de
dotación de la tierra aquí es extrema, forma la más fuerte del país.
200
Tabla 2 – Evolución de las UPA del cantón Píllaro, en el año 2000
Unidades Productivas Agrícolas en superficie y en porcentaje en el cantón Píllaro
Total de UPA’s ha < 5 5 > ha < 10 10 > ha < 50 ha > 50
UPA ha UPA ha UPA ha UPA ha
96 % 20 % 2% 3,4 % 1,1 % 5,9 % 0,7 % 71 %
9 141 8 793 7 708 183 1 310 101 2 274 64 27 247
Fuente: III Censo Agropecuario 2000.
De las 38.540 ha del cantón, sólo se riegan 5.126 ha, lo que representa un 13% del total.
De este espacio, la zona septentrional del canal de riego de Píllaro representa aproximadamente
un 40% y la rama meridional 60% (CESA, 2006). Los espacios regados son los más
productivos, el agua es siempre el factor que limita a la producción agrícola en esta zona. Las 64
explotaciones más grandes monopolizan un 7% (de los 13%) del agua de riego disponible en la
zona (Lligalo y Al, 2006). Se sitúan tanto al norte como al sur de la superficie en cuestión. Al
sur, el sector de la ganadería se beneficia de la presencia de dos canales preexistentes, el canal
Sagrasacha (sector de Píllaro La Matriz, canal más que centenario que recibe el agua del río
Talatar en el parque de Llaganates) y el canal Cruzsacha (sector Píllaro San José de Poaló, canal
a menudo destruido por desmoronamientos naturales). La zona situada en la cuenca del río
Yanayacu se beneficia de 22 fuentes de alimentación. Proceden de agua de escorrentía,
torrentes, fuentes, y de la central de Púcara para el canal de Píllaro.
La mayoría de las haciendas disponen también de los tanques individuales que les
garantizan relativa autonomía hidráulica. Los propietarios de esas explotaciones raramente se
vinculan con las preocupaciones campesinas. No pretenden nunca modificar las posiciones
establecidas aunque indirectamente el canal es una oportunidad de desarrollo para los
campesinos, que no estarán disponibles para ir a trabajar en las haciendas como empleados
agrícolas. Los hacendados tienen conciencia de eso y no se comprometen con su presencia en
las manifestaciones para exigir la terminación del canal de Píllaro, ya que su vinculación es
esencialmente financiera para obtener un derecho de agua, pero algunos participan en la gestión
del canal. Actualmente un hacendado (propietario de una explotación de 50 ha) es responsable
de la Junta de Aguas de la rama septentrional del canal.
201
Por fin, también es importante considerar que la provincia del Tungurahua tiene la
mayor densidad demográfica del país, con un promedio de 123 habitantes/km2 a escala
provincial. En la zona agrícola de Píllaro, la densidad varía entre 1 y 466 habitantes/km2. Así
pues, Tungurahua alcanza la marca nacional de densidad agrícola y de parcelación del territorio.
Es en efecto en esta provincia que, en la media de los UPA menor de 5 ha, la superficie
explotada es la más baja (0,86 ha) (tabla 3).
La siguiente presentación del catastro de la parte del ramal norte de Píllaro ilustra esta
parcelación extrema (figura 6). Aquí es innegable que el acceso al agua y a la tierra son
problemas intrínsecamente vinculados. Los latifundistas mejor dotados también son los que
disponen de suficientemente de agua; contrariamente, los más pobres tienen dificultades para
acceder igualmente a estos dos recursos indispensables.
202
Figura 6 – Mapa Catastral del Sistema de Riego Pillaro
C a r t e d e la z o n e N o r d
Ir r ig u é e p a r l e s y s t è m e d e P i l la r o
CA D A S T R E ET M O D U L E S
R es e rv o ri os
C ana l p ri nc i pa l
MO D U L E S D ’ IR RI G A T IO N
P A R C EL L E S D U C A D A S T R E
B r a n c h e N o r d d u s y s t è m e i r r i g u é d e P il l a r o
C a r t e a d a p t é e e t i l lu s t r é e à p a r t i r d u S IG d u C ES A
( Ce n t r o ec ua t o r ia no d e s e r v ic io s ag r ic ola s )
Pr o y e c t o Pi l l a r o , M o d u l a c i o n , s e c u n d a r i o s y r e s e r v o r i o s R a m a l N o r t e )
No v . 2 0 0 3
Los emigrantes tienen, en estos últimos años, una notable influencia sobre el alza en los
precios de la tierra: o ellos mismos desean invertir con la esperanza de volver de nuevo
instalarse en el cantón, o, hacen llegar de los fondos al resto de su familia que permanecen en
Píllaro. Por otra parte, algunos hacendados que llegan con de recursos resultantes de sus
propiedades o trabajos exteriores que les permitieron extraer un excedente financiero, pretenden
comprar tierra agrícola, preferentemente en las zonas regadas (tabla 4). Si los precios son
anunciados por cuadra, las transacciones se refieren generalmente a media cuadra, a solares o
incluso a medio solar.
Un estudio realizado en 2005 por Mayorga sobre distintos municipios del cantón Píllaro,
indica distintos efectos de este proceso de expatriación sobre la población local. Aunque este
204
espacio no esté identificado como zona de migración, existe un movimiento de desplazamiento
de la población dentro del país. De la población que se exilia, un 21,32% lo hace de manera
definitiva, un 19,64% de manera ocasional y un 59,04% de manera temporal. Sobre la única
comunidad de Guapante Chico (196 familias) la emigración definitiva alcanza un 30,40%, la
emigración ocasional 20% y la emigración temporal 49,60%. Esta migración se refiere sobre
todo a los jóvenes y a los adultos entre 12 y 45 años. La migración masculina alcanza alrededor
un 70%.
El planteamiento de dejar a su comunidad no es un fenómeno nuevo dentro de la
población rural, pero el proceso de migración se acentuó desde hace treinta años. Las personas
que se desplazan pueden esperar un salario de 4 a 5 USD al día en las explotaciones más
importantes de Píllaro, 8 USD en las empresas de floricultura o brócolis de Latacunga, 15 USD
en Quito como obrero del edificio, albañil y por término medio 12 USD como estibador. Las
transferencias financieras de los emigrantes se sitúan entre 300 y 450 USD mensuales (Lligalo y
Al, 2006).
En alrededor de un 70% de los casos, los asalariados se dirigen con desplazamientos
diarios hacia las haciendas más grandes de los accesos inmediatos a Píllaro, Ambato y Salcedo.
En las haciendas, los hombres y las mujeres trabajan en calidad de empleados agrícolas,
pastores, responsables de ganadería o máquina agrícola. En la ciudad son frecuentemente
vendedores de periódicos, vendedores ambulantes, estibadores en los mercados y las empresas
de transporte y embalaje. En un 25% de los casos, los emigrantes van hacia Latacunga, Quito,
Guayaquil o a la región amazónica. Los hombres trabajan en las obras de construcción mientras
las mujeres son vendedoras ambulantes o trabajan en las empresas hortícolas. El último 5%
representan a los emigrantes que eligieron viajar a Europa y en particular España. Las razones
de la emigración son mayoritariamente de orígenes económico y financiero, para obtener un
trabajo regular o perfeccionar su formación.
En cuanto a las rentas de los agricultores que permanecen en la zona de la cuenca
hidrográfica del río Ambato, varían entre 400 y 1.200 USD/año/familia, según datos del
Consejo Provincial de Tungurahua (HCPT). En este espacio de 130 173 ha, un 10% de la
población vive en una zona de altitud entre 3.500 y 4.200 msnm, se beneficia un 47% de la
superficie, de una renta media de 400 USD/año/familia. Este piso agro-bio-climatico
especialmente frío (la helada es un factor limitante y cotidiano), constituido de páramos, es
205
poblado por comunidades indígenas. Los recursos hídricos son numerosos, pero las
potencialidades agrícolas limitadas.
En la zona mediana, entre 2.800 y 3.500 msnm, vive el 20% de la población ocupando un
32% de la superficie, que tiene una renta media de 1.200 USD/ año/familia. Es un piso frío con
cultivos variados, trabajados por mestizos y comunidades indígenas. La disponibilidad del agua
es inferior a las necesidades expresadas, lo que causa fenómenos de escasez y conflictos. El
cantón Píllaro se sitúa en este piso climático. El dinamismo que demuestran los habitantes con
el fin de obtener la creación de una nueva red, es justificado por las notables posibilidades
económicas que representan esta parte del Tungurahua. Además, ante la evolución demográfica
extrema y a las potencialidades agrícolas que presenta, este espacio se sitúa en una zona de
reconquista del control del agua por las autoridades públicas. Es la zona de contacto con los
páramos que constituyen verdaderos reservorios naturales de agua.
En la zona baja, entre 2.100 y 2.800 msnm, vive un 70% de la población (280.000
habitantes) sobre un 11% del territorio. Alcanza una renta media de 1.000 USD/año/familia.
Este espacio moderado está constituido por huertas y tierras de huerta de un hábitat mestizo. La
demanda en agua es importante y la oferta escasa, lo que causa conflictos de usos más
frecuentes.
Pero fuertes variaciones estacionales, tanto en altitud que en la llanura, pueden dificultar
la asignación de agua en todos los pisos de producción. Prever que las zonas de altitud sean
inevitablemente excedentarias está incluída más en el análisis a priori que es útil a una
determinada concepción de la división del agua, antes que a una comprobación práctica. En
efecto, ante el aumento de la demanda de agua en la provincia, la elección entre los distintos
sectores que deben satisfacerse se vuelve crucial. No se ajusta necesariamente a las
consideraciones en términos de equidad y justicia social.
206
m.s.n.m. La capital provincial, Ambato, se sitúa en el fondo de un valle a 2.600 m.s.n.m y
cuenta a una población de 227.980 habitantes.
En la actualidad, en la provincia, un 34% de la población activa está vinculada con el
sector agrícola, 18% a la industria, 18% al comercio, 13% a los servicios, 5% al transporte, 5%
a la construcción, 2% a los servicios financieros y un 5% a otras actividades. Sin embargo, la
densidad demográfica media de la provincia tiene una presión extremadamente fuerte en la zona
moderada, donde vive la mayor parte de la población, que representa 784 habitantes/km2.. En
consecuencia, las necesidades de esta población en medio montañoso ejercen una presión
también intensa sobre los recursos hídricos (tabla 5).
4
Comunicación escrita de T. Ruf, el 05de agosto de 2008.
207
cuenca hidrográfica se evaluaba en 40% (Métais y Cruz, 2003). Según el HCPT para 2007 se
estima la demanda de agua en 3 millones de m3/año para la industria, o un 0,2% de la demanda,
33,7 millones de m3/año para el agua potable, o 2,1% y 1.590 millones de m3/año para el riego5.
En lo que se refiere a la presa de Pisayambo, según las medidas de los técnicos de la
sociedad Hydroagoyán efectuadas entre 1963 y 2006, existe una fuerte variabilidad estacional
pero el agua que se puede movilizar realmente parece en cantidad relativamente estable. La
cuenca del río Ambato se sitúa sobre las vertientes orientales del volcán Chimborazo.
Constituye un 40% del territorio de la provincia, lo que representa 131.700 ha, entre 2.600 y
5.000 m.s.n.m. El conjunto de sus recursos hídricos procede de la derivación de los cursos de
agua naturales abastecidos por el páramo (Girard, 2005).
En el contexto de competencia global, la elección de la asignación del agua entre distintos
usos se convierte en una apuesta. Las necesidades de agua para los espacios urbanos de Píllaro y
Ambato, así como las necesidades energéticas nacionales, están en aumento. Aunque eso no esté
formulado explícitamente, la búsqueda de nuevas fuentes de suministro o las dificultades de
preservar los recursos existentes podrían dejar predecir la reconsideración de los destinos
múltiples de las aguas límpidas acumulada en el embalse de Pisayambo.
Por fin, la implicación de los representantes políticos sigue siendo un elemento
importante en la evolución de un proyecto de adaptación hidráulica. Las comunidades
campesinas de Píllaro deberán esperar la segunda parte de la década 1990 para que su proyecto
se convierta en un objeto de consideración para los actores políticos. Y eso, en particular,
gracias a un nuevo enfoque de las poblaciones autóctonas por el aparato político y a la
instauración de la descentralización.
5
H. Consejo Provincial de Tungurahua (2007).Datos internos comunicados por el Servicio de los Recursos Hídricos, marzo 2007.
208
impulso de movilización generado, conjuntamente al movimiento nacional de reivindicación de
las organizaciones indígenas y la difusión de información sobre las dificultades de este proyecto
en abandono, desafían a los responsables institucionales y políticos. Entonces, se convierten en
protagonistas cada vez más atentos y activos. En paralelo, el proceso de descentralización
iniciado durante este período refuerza las posibilidades de participación administrativa político
regional. En consecuencia, los dividendos políticos que pueden retirarse del apoyo a esta
iniciativa campesina resultan aún más evidentes.
En este período se desarrolla en el país una dinámica favorable a la descentralización.
Este proceso iniciado a partir del retorno a la democracia, con la nueva constitución de 1979,
define dos formas de descentralización. Una descentralización territorial vinculada a los
organismos sectoriales consustanciales a los gobiernos regionales autónomos (Servicio de los
Recursos Hídricos del HCPT) y una descentralización funcional caracterizada por instituciones
dependientes del régimen central (Agencia del Agua). En los años ochenta, esta tendencia se
amplía en debates sobre el papel que deben desempeñar los municipios a través del país
(Carrión, 1996). Durante la década siguiente, los partidos políticos y el ejecutivo se movilizan,
el corpus legal relativo a estas orientaciones aumenta. Por ello se aprobarán la Ley de
Modernización (1993), la Ley de Descentralización y Participación Social y la Ley Especial de
Distribución de un 15% del presupuesto del Gobierno Central a los Gobiernos Sectoriales
(1997). Luego se promulgará una nueva Constitución Política de la República del Ecuador
(CPRE, 1998) y, la Ley sobre las Juntas Parroquiales Rural (2000).
La reanudación de la dinámica de creación del canal de Píllaro es la traducción tangible
de la determinación campesina que se compromete durante los años noventa. Ésta permite
nuevas alianzas sociales y sinergias políticas. En efecto, si las infraestructuras y obras
monumentales indispensables para la instauración de la red hidroeléctrica de Pisayambo se
realizaron en un tiempo que puede considerarse aceptable debido a las exigencias y dificultades
encontradas, los trabajos indispensables para la creación de la red de riego de Píllaro se
escalonaron sobre más de treinta años y sin embargo no llegaron a su término. Mientras la
central Púcara entró en funcionamiento en 1977, los trabajos iniciados en 1980 para realizar la
unión del canal de salida de la central hidroeléctrica con el distribuidor de Santa Rita se
terminan en 1992. Se invierte un primer tramo de un valor de 13’353.864 USD (datos
CORSICEN) para la construcción de la toma al principio de la central de seis túneles y canales
209
de conexión de una longitud de 8,3 km. Este tramo permite la fijación de la central
hidroeléctrica al repartidor de Santa Rita que garantiza la separación de las aguas hacia los dos
ramales de la red de riego.
En 1992, la realización de la unión de la central Púcara al repartidor de Santa Rita
anuncia la posibilidad de crear este espacio de regadíos. Tres años más tarde, las propias
comunidades campesinas ponen en obra el primer tramo de la parte septentrional del canal,
marcando el inicio de una dinámica orientada hacia las necesidades agrícolas locales. Esta
aplicación se produce en reacción al período anterior ampliamente dirigido por las instancias
técnicas nacionales que estaban preocupadas prioritariamente por la mejora del suministro
energético del país (la hidroelectricidad es la primera fuente de energía eléctrica en Ecuador).
En 1995, alrededor de 1.524 productores regantes potenciales deciden de su propia
iniciativa y su riesgo de realizar los trabajos de excavación y desplazamiento de tierra. Esta
valiente empresa de envergadura es realizada por medio de mingas6 que corresponden a 9.000
días laborables colectivos sobre un período de dos años. Los futuros usuarios cavan
manualmente la parte norte del canal con el fin de traer el agua del tanque de Santa Rita hacia
sus parcelas. Así pues, este ramal dispone de un canal principal de 16,3 km de longitud que
permiten el riego tradicional de 2 500 ha. Se nombra “ramal norte” o canal “Chaupi”, nombre
resultante de la toponimia del lugar.
Fortalecidos por la legitimidad que les concede la prueba material de su compromiso en
pro de esta obra, la participación social de las comunidades se vuelve entonces más activa y más
exigente. Desde el inicio de los trabajos comunitarios, los habitantes de Píllaro afectados por
este proyecto pretenden aprovechar esta dinámica común para construir un planteamiento
colectivo con el fin de mejorar las oportunidades que esperan obtener del riego. Recurren
entonces a la colaboración de estructuras agrícolas de apoyo, especialmente a CESA (Centro
Ecuatoriano de Servicios Agrícolas) 7 con el fin de elaborar un proceso de diagnóstico y
planificación participativa. Simultáneamente, los regantes de la rama meridional,
mayoritariamente compuestos de campesinos mestizos, siguen el ejemplo de “los del norte”.
6
Mingas: trabajos de interés colectivo que implican la participación del conjunto de las familias de una comunidad (práctica utilizada desde el preincario hasta ahora). En
Píllaro, los hombres reconocen, en particular, los esfuerzos inconmensurables de las mujeres de sus comunidades pero les impugnan siempre la demanda por derechos
iguales… la discriminación de clase es aquí real, ilustra la oposición entre el enfoque por la conservación de los valores comunitarios y los nuevos enfoques participativos.
7
CESA es una ONG nacional que trabaja conjuntamente con la población y los gobiernos locales para facilitar procesos duraderos de desarrollo humano. Apoya las solicitudes
del sector rural, promueve el desarrollo local. Tiene por objeto facilitar la inserción de la sociedad civil en una democracia participativa y equitativa.
210
Realizan a su vez un canal de más 10 km, nombrado “ramal sobre” o “Rosario”. Este espacio
representa una superficie agrícola de 4.010 ha.
Los regantes del canal Chaúpi crean a su vez la Federación de las Organizaciones
Campesino de la Parroquia San Andrés del cantón Píllaro (FOCCAP), que agrupa a once
asociaciones de regantes por sectores de riego (Juntas sectoriales). Se agrupan poco después por
las Juntas de regantes del ramal sur y así conforman la Junta cantonal de Píllaro que administra
hoy la totalidad de la red (mantenimiento y control). Esta organización cantonal agrupa a las 25
Juntas seccionales. Actualmente el responsable de la Junta Cantonal es de un indígena, que
fuera uno de los responsables de la excavación del ramal norte, quien simbólicamente,
personifica el reconocimiento a la iniciativa de su comunidad mayoritariamente indígena.
Gracias a la dinámica de red, finalmente se incorporó a los mestizos del ramal sur.
Por otra parte, las comunidades de regantes integran progresivamente a las autoridades
locales en sus estrategias de acciones, aprovechando así los efectos positivos y combinados de
la coyuntura propicia a las reivindicaciones indígenas, nacionalmente abiertas a la pluralidad de
la representación política, y localmente favorable al proceso de descentralización. La
desconcentración de las funciones y recursos en favor de las colectividades locales confía a
estos últimos la responsabilidad de determinar las orientaciones económicas y sociales de su
espacio de competencias, en el marco legal nacional. En ese caso preciso, el conjunto de estos
protagonistas imputa el retraso del proyecto Píllaro a la ineficacia de la Corporación de
Desarrollo Regional de la Sierra Centro (CORSIEN). Buscan entonces la marginalización de
esta entidad. En efecto, el CORSICEN es el responsable administrativo, técnico y financiero de
este proyecto durante la década 1990. Tendrá la concesión de los derechos de uso del canal de
1999 a 2005. Sin embargo, no obtiene contribuciones presupuestarias significativas por parte del
Estado para realizar las infraestructuras indispensables para la continuidad de la red.
En agosto de 2001, a falta de ser el instigador de la dinámica de construcción, el
CORSICEN reacciona a las iniciativas campesinas y obtiene una financiación de 2.153 373 de
USD del Gobierno Noboa Bejarano para practicar trabajos de excavación suplementarios y
recubrimiento de los canales principales septentrionales y meridionales sobre una longitud de 28
km. La ejecución de estos trabajos tiene por consecuencia de desmontar el canal de tierra
construido por las comunidades, y que ya está en funcionamiento. Los trabajos de recaudación
de los canales principales comienzan en 2002 y se terminan en 2005 para un coste total de 3,2
211
millones de USD. Estos imprevistos tienen como efecto descontentar el conjunto de los
usuarios. Éstos solicitan el apoyo del gobierno provincial y el Municipio de Píllaro para obtener
la evicción del CORSICEN.
En enero de 2006, el HCPT se convierte entonces en responsable de la conducta del
proyecto. Los documentos entregados por el CORSICEN indican que el INERHI invirtió
12’953.774 de USD en 12 años (1980-1992) y que el CORSICEN financió 8’340.000 USD en
10 años (1993-2003). Según las cifras siguientes comunicadas por el HCPT, las inversiones
efectuadas de 1992 a 2006 por distintos protagonistas, ascienden a 18.558 774 USD (tabla 6).
Tabla 6. Las financiaciones de distintos protagonistas para la realización del canal entre
1980 y 2006
Financiaciones realizadas para la red de riego de Píllaro entre 1980 y 2006
Años Tipo de obras - actores Montó USD Total de las
inversiones s
1980-1992 Tomas, túneles 12 953 774 12 953 774
Gobierno central
1994-1996 Plataforma, canal principal 400 000 13 353 774
Diferentes organismos
1999-2000 Ramales secundarios 85 000 13 438 774
Gobierno central
2001-2006 Ramales secundarios, reservorios 1 920 000 15 358 774
CESA
2002-2006 Canal principal 3 200 000 18 558 774
Gobierno central
Fuente: HCPT, 2007. Documentos internos
212
un presupuesto de 5,18 millones de USD para terminar esta red en los tres años (2006,
2007 y 2008). Algunos meses más tarde, una primera asignación de 2 millones de USD
permite construir 8,3 km de canales secundarios entubados en la parte norte del canal y
55,4 km de canales secundarios en la parte sur. Los canales terciarios y cuaternarios se
realizarán los dos años siguientes.
En 2008, se programan la construcción de los 12 tanques y la instauración de un
sistema de riego económico sobre 1.000 ha. El acuerdo firmado entre el HCPT y las
asociaciones de regantes prevén que la contribución financiera del Consejo Provincial
represente un 60% del esfuerzo estado de acuerdo y que las comunidades deben aportar
un 40% del esfuerzo en forma de días de trabajo para el equipamiento de las parcelas.
Según el director del Servicio de los Recursos Hídricos y del Medio ambiente del
HCPT, se trata de dotar el conjunto del canal principal de los tanques de retención y de
realizar la instauración de 1000 ha de redes bajo presión. Se trata también de
perfeccionar la formación de los regantes, de familiarizarlos a prácticas agrícolas más
económicas en agua (sistema de goteo) y de facilitar, a un plazo muy corto, la asunción
por los propios regantes de la integralidad del sistema. Esta red debe ser capaz de
proporcionar hasta 50 l/s/ha para cada riego efectuado. Los trabajos deben concluirse en
4 meses. Tras su ejecución, el HCPT prevé garantizar la gestión de la red completa
durante un semestre mas o meno y luego de transferirlo a las comunidades de los
usuarios de Píllaro. La planificación realizada indica que el año 2009 será el del final de
la construcción de la red.
Parece que, para completar las transferencias financieras del Estado central, la
búsqueda continua de recursos financieros de origen nacional e internacional influyó la
forma en que los gobiernos descentralizados concibieron sus acciones al servicio de las
poblaciones. Las orientaciones predicadas por los organismos internacionales
retransmitidos por el Estado central pero también por las empresas privadas y también,
por numerosas ONG participaron en la creación de discursos y prácticas uniformados
que se dan por solos posibles. Es notable que, incluso a Píllaro dónde la prueba de la
implicación de los usuarios sea innegable, los regantes no son la causa de la solicitud de
213
transferencia de las infraestructuras. Las principales soluciones técnicas consideradas
para mejorar la situación de los usuarios son habitualmente resultantes de los gobiernos
locales y ONG. Del mismo modo, el modelo de gestión integrado tal como se promueve
regionalmente no es resultante de una iniciativa local pero la aplicación generalizada de
un procedimiento que ignora frecuentemente los más débiles que no son incluidos en el
proceso de negociación y en la definición de las dificultades que deben integrar. El
ejemplo de Píllaro ilustra una conjunción de oportunidades reales (movilización social,
interés político por la descentralización) que va inducir la adopción de estrategias y
decisiones (transferencia, gestión participativa) que no emanan de una demanda social
local.
En Píllaro, el proyecto de la red de riego participa en una fuerte localización
comunitaria, inicialmente independiente al norte y al sur y a justificación de la acción
colectiva ante la ausencia de respuesta pública en relación con una necesidad social y
una necesidad económica expresados desde hace muchos años. Eso refuerza el
sentimiento de unidad y forja un valor particular a esta conquista del agua. Actualmente
el sistema asociativo establecido desde un lustre demuestra la capacidad comunitaria del
control de la gestión del agua agrícola. Sin embargo, una incertidumbre permanece por
lo que se refiere a la financiación de las infraestructuras y costes correspondientes,
cuando se transfieran estos últimos. En efecto, el HCPT prevé garantizar el transporte
del conjunto de la red (gestión administrativa, financiera y operativa, mantenimiento
corriente) durante un período relativamente corto, luego de transferirlo a los usuarios de
acuerdo con las directivas nacionales. Además, el pago de una tarifa básica de 6
USD/ha/ año se planea, a la cual debería añadirse la tarifa volumétrica de 4,55
USD/ha/año. Este último sólo se percibe, realmente, de manera irregular dadas las bajas
capacidades financieras de los regantes de la zona. En este contexto la transferencia
debe ser efectiva a principios del año 20098.
8
Una última visita en la zona en octubre de 2008 permite afirmar que la transferencia será difícilmente realizable en 2009, aproximadamente 10% de los trabajos de
infraestructuras en la red secundaria se terminan hasta ahora. Además, ya se prevé un añadido de 12 millones de US $ (acuerdo ratificado en octubre de 2008 por el Estado)
para realizar las redes bajo presión (redes terciarias) (los trabajos realizados anteriormente resultaron menos avanzados y menos operativos que previsto…).
214
Aunque el ambiente institucional y político actual sea más favorable a las
comunidades campesinas, la situación socioeconómica de los usuarios sigue siendo
eminentemente frágil. La perspectiva de la toma a cargo de la gestión financiera de la
red sin el apoyo del Estado parece arriesgada. Aunque la inversión inicial es asumida
por este último, parece muy probable que la transferencia de la red a los usuarios se
convierta en una pesada carga rápidamente que ellos deben asumir. Y a pesar de un
proceso formal de participación campesina en el modelo de gestión provincial, la
cuestión de la transferencia del conjunto del mantenimiento de la red de Píllaro no es el
resultado de una concertación sino más bien de una decisión tomada por el HCPT, de
acuerdo con las políticas hidráulicas nacionales. La aplicación de esta transferencia es
orquestada por el servicio de los recursos hidráulicos del HCPT y el Municipio de
Píllaro. Se beneficia de la ayuda técnica de CESA (mejora de la formación de los
usuarios, apoyos financieros, contribuciones tecnológicas) y servicios descentralizados
del Ministerio de Agricultura. Por esta intervención el HCPT instaura una práctica
basada en los principios de la gestión integrada, en la búsqueda de una gestión más
económica en recursos hídricos, y más respetuosa del medio ambiente, conforme a las
condiciones nacionales vigentes y a las esperas de las distintas organizaciones
internacionales participantes a la financiación directa o indirecta de la zona. Los
regantes de Píllaro solicitaron el apoyo financiero del Estado para terminar su red. ¿El
planteamiento aplicado corresponde a sus necesidades?
En 2008, se prevé equipar la zona de Urbina y la parte sur del canal de
infraestructuras y equipamientos que permitirán la utilización exclusiva de sistema de
agua presurizada según un esquema preestablecido, no modificable (condiciones a las
financiaciones accesibles) y que no tienen en cuenta las realidades físicas y sociales de
los espacios. Después de haber descartado la gestión errática del proyecto por el
CORSICEN, el HCPT parece ser ahora él mismo frente a algunas dificultades en la
ejecución de estas obras. La lentitud constatada en la aplicación de los trabajos se
explica por las realidades físicas de los terrenos, también por el poco entusiasmo que
encuentra este enfoque para los usuarios y por un determinado déficit de concertación
215
en la elección de los medios utilizados. Mientras que la parte septentrional del canal
(población indígena) participó manualmente en la realización del canal principal y
dispone de la posibilidad de utilizar la red hidráulica en riego por gravedad, la red que
debe construirse recurrirá a la intervención exclusiva de empresas que subcontratarán y
sólo permitirá el uso de sistema de riego bajo presión. Los trabajos anteriormente
realizados bajo la responsabilidad de la administración pública dieron lugar a la
realización de instalaciones incoherentes algunas de las cuales son inutilizables, se
expresaron también algunas dudas sobre la probidad de algunos protagonistas
implicados. Eso incita a los usuarios a una verdadera circunspección. Por fin, las
realidades territoriales (fraccionamiento parcelario), sociales y culturales (diferencias
estatutarias, prácticas divergentes, objetivos sociales diferenciados) se tienen poco en
cuenta, lo que ya debilita la adhesión de los usuarios al proyecto.
Por último, después de haber decidido del uso de las aguas del parque de
Llaganates con la creación de la presa de Pisayambo (hidroelectricidad y riego), el
Estado detenidamente se desinteresó del espacio agrícola y humano más abajo de la
central de Púcara. Luego durante las dos últimas décadas, las acciones campesinas
realizadas para la creación de una red de riego causaron una renovación de interés.
Parece que después de haber tomado conciencia del alcance de la iniciativa tomada por
los propios regantes, las autoridades públicas pretenden hoy aplicar un planteamiento
metodológico exógeno con el fin de volver a ser los responsables principales de las
orientaciones que deben darse a la organización colectiva de la gestión agua. Para los
representantes políticos, este planteamiento de reglamento permite, de hecho, controlar
mejor las actividades colectivas, encuadrar las iniciativas populares y, por fin, obtener
apoyos financieros exteriores en caso necesario. Las agencias públicas nacionales como
se descentraliza parecen retransmitir esta lógica al mismo tiempo que las posibilidades
de éxito de estos enfoques parecen dudosas. Además, las principales dificultades
intrínsecas de estas comunidades campesinas vinculadas a la presión de propiedad de la
tierra, demográfica y a la ausencia de medios educativos y financieros no se abordan
mientras que siguen siendo esenciales.
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REFERENCIAS
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AUTORES
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AUTORES
(por orden alfabético)
BREILH, Jaime
PhD. Médico y epistemólogo. En la actualidad dirige el área de salud de la Universidad Andina
“Simón Bolívar”. Fue el primer Director Ejecutivo del Sistema de Investigación sobre la
Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE); actualmente es el Presidente de su Comité
Científico Asesor.
Correo electrónico: jbreilh@uasb.edu.ec
CHIRIBOGA, Roberto
Ingeniero Civil, con especialidad en recursos hídricos. Investigador del Sistema de
Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE).
Correo electrónico: roberto.chiriboga@yahoo.com.ar
ESPINEL, Ramón
PhD. Ex director del Centro de Investigaciones Rurales (CIR) de la Escuela Superior Politécnica
del Litoral (ESPOL). Profesor de la Facultad de Ingeniería en Mecánica y Ciencias de la
producción (FIMCP) de la ESPOL. Al momento de ésta publicación, el Dr. Espinel ejerce las
funciones de Ministro de Agricultura.
Correo electrónico: respinel@espol.edu.ec
FLORES, Judith
Socióloga. Estudiosa de los temas de género en el mundo indígena. Profesional vinculada al
Instituto de Estudios Ecuatorianos (IEE).
Correo electrónico: suyanajud@yahoo.es
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HERRERA, Paúl
Doctor en Economía Agrícola. Director (e) del Centro de Investigaciones Rurales (CIR -
ESPOL). Profesor de la Facultad de Ingeniería en Mecánica y Ciencias de la producción
(FIMCP) de la ESPOL.
Correo electrónico: aherrera@espol.edu.ec
ISCH, Edgar.
Formación profesional en los campos de la antropología y educación. Investigador vinculado al
Consorcio para la Capacitación en Manejo de Recursos Naturales Renovables (CAMAREN).
Docente universitario. Ex Ministro de Ambiente.
Correo electrónico: edgarisch@yahoo.com
JIMÉNEZ, Katherine
Economista. Estudios en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL). Investigadora
asociada al Centro de Investigaciones Rurales (CIR – ESPOL).
Correo electrónico: katherine_jimenez8585@hotmail.com
OLOVACHA, Verónica.
Ingeniera agrónoma. Estudios en la Universidad Estatal de Bolívar. Formación en temas de
riego campesino. Al momento de editar ésta libro, trabaja como asesora de la Junta Parroquial
de Pasa (provincia de Tungurahua).
Correo electrónico: veroolovacha@gmail.com
OJEDA, Andrea
Ingeniera Agrónoma. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Investigadora del Sistema
de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE).
Correo electrónico: kiokoa@hotmail.com
PÉREZ, Paulina
Ingeniera Agrónoma. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Investigadora asociada al
SIPAE. Al momento de la edición de éste libro, trabaja como técnica del Centro de
Levantamientos Integrados de Recursos Naturales por Sensores Remotos (CLIRSEN).
Correo electrónico: pau_py936@hotmail.com
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PRADO, Graciela
Economista. Estudios en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL). Investigadora
asociada al Centro de Investigaciones Rurales (CIR – ESPOL).
Correo electrónico: gpm62129@hotmail.com
QUEVEDO, Tomás
Estudiante de la Escuela de Sociología de la Universidad Central. Pasantía de investigación en
el SIPAE.
Correo electrónico: tommy_filo@hotmail.com
RÉCALT, Christine
PhD. Investigadora francesa de las políticas y economía del agua. Formación académica en
Economía e Historia. Profesionalmente vinculada al Institut de Recherche pour le
Développement (IRD). Realizó su pasantía doctoral en el SIPAE.
Correo electrónico: christine.recalt@ird.fr
RODRÍGUEZ, Eduardo
Ingeniero Agrónomo. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Técnico de Agrónomos y
Veterinarios Sin Fronteras (AVSF).
Correo electrónico: edutoba1@yahoo.com
TIAGUARO, Yiseña
Ingeniera Agrónoma. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Investigadora del Sistema
de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE).
Correo electrónico: anyestr@hotmail.com
ZAPATTA, Alex
Abogado. Estudios de post grado en Salud con enfoque de ecosistemas (Universidad de
Cuenca). Investigador del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el
Ecuador (SIPAE) y, miembro de su Dirección Ejecutiva.
Correo electrónico: sipae@andinanet.net
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