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FACULTAD DE ESTUDIOS GENERALES LETRAS

¿Es la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria un verdadero garante


de calidad educativa?

Monografía que como parte del curso Investigación Académica


presenta el alumno(a):

ARIANA CUEVA NAVEA


20182377

ANA MARÍA YOUNG


MARTHA TULA RAMOS SIMON

LIMA, 201
Resumen

La presente monografía tiene como objetivo contrastar los criterios utilizados por la
Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria para mesurar la educación
en el Perú con los utilizados por otras entidades a nivel internacional, con el fin comprobar
su validez. Esta monografía se realizó en respuesta a la enorme cantidad de universidades
que están cesando sus funciones por no poder reunir el mínimo de condiciones básicas e
indispensables según la SUNEU. Para concretar dicho fin, la investigación se llevó a cabo a
través de la metodología de búsqueda bibliográfica. Por la cual se analizó el significado de
calidad y su connotación para diferentes organizaciones. Posteriormente se analizaron los
estándares que utilizan entidades reconocidas a nivel internacional para medir la calidad de
las universidades. A continuación, se contrastó el modelo utilizado por países que
encabezan dichos rankings a nivel mundial (Estados Unidos y Reino Unido) con los que usa
la SUNEDU en Perú. Luego se repitió el proceso, pero con instituciones que lideran los
rankings en América Latina (Chile y Argentina). Por último, se contrastó toda la información
recolectada y se concluyó que los criterios utilizados por la SUNEDU recogen características
distintas de cada uno de los elementos evaluados.

Palabras clave: Sunedu, educación superior, condiciones básicas, calidad docente


i
Tabla De Contenidos

Introducción………………………………………………………………...……………………...ii
Capítulo 1: ¿Qué es y cómo se mide la calidad universitaria?… ………….….…...………..1
Capítulo 2: Los gobiernos y su relación con la educación universitaria ….…………………2
Conclusiones…………………….……………………………………………………………..... .4
Referencias ……………….…………….…………………………………………….…..............5
ii
Introducción

Desde el 2015 hasta el presente año, la SUNEDU ha denegado la licencia y


dispuesto el cierre de 25 universidades, debido a que no pudieron alcanzar el mínimo de
condiciones necesarias para impartir una educación de calidad (2019). El interés en este
tema surgió por la cantidad de estudiantes que tuvieron y tendrán que dejar sus casas de
estudio porque serán cerradas por no lograr su licenciamiento. En ese caso cabe
preguntarse ¿En qué medida son válidos los criterios utilizados por la SUNEDU para medir
la calidad educativa en comparación con otros entes reguladores internacionales? La
presente investigación tiene como objetivo analizar los estándares de la Superintendencia
Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) para regular la calidad en la
educación superior universitaria en el Perú, en comparación a otros entes reguladores
internacionales.

Con respecto a la relevancia de la educación superior. Un artículo publicado por la


Universidad Autónoma de México afirma que la educación universitaria es uno de los pilares
para el desarrollo de cualquier sociedad, pues enriquece la cultura, los valores y el espíritu.
A su vez, es importante para el país, pues sirve para mantener un nivel de bienestar tanto
social como económico. Y, especialmente porque es un factor de movilidad social, por el
cual los jóvenes pueden ver aumentadas sus oportunidades, tanto de tener un mejor futuro
como de apoyar en el desarrollo democrático y fortalecer un estado de derecho en sus
respectivos países (2012). Por los motivos anteriormente expuestos es fundamental que los
gobiernos prioricen el cuidado de su educación superior en sus países.

Es por ello que, en el año 2015, en Perú se creó la Superintendencia Nacional de


Educación Superior Universitaria, en respuesta a la necesidad de regular la calidad de la
educación superior. Es posible afirmar que la educación del país no era la mejor en base a
el lugar de sus universidades en rankings que miden calidad educativa. De todas las
universidades del país, solo 1 (la Pontificia Universidad Católica del Perú) figuró entre las
primeras 30 universidades en las estadísticas del QS ranking en el año 2014 a nivel
latinoamericano. Y ninguna de ellas figuró en los primeros 300 lugares a nivel mundial. A
diferencia de otros países latinoamericanos como Brasil o Chile que ocupan repetidos
lugares entre los primeros 30 de América Latina, así como en los primeros 300 a nivel
mundial (QS world University rankings, 2015). Lo cual evidenció el enorme desnivel de Perú
en cuanto a sus vecinos.

En tal caso, la SUNEDU tiene como deber mejorar las condiciones en que se imparte
la educación superior y proteger el derecho de los jóvenes a recibir una buena formación
(SUNEDU, 2015). Sin embargo ¿cómo se mide la calidad educativa? Este punto será
desarrollado a lo largo de la presente monografía en dos capítulos: En el primer capítulo se
detallará la definición e implicancias de calidad universitaria. Mientras que en el segundo se
realizará una comparación entre los criterios que utiliza la SUNEDU y tanto entidades de
talla internacional como diversos gobiernos que encabezan los rankings.

Con respecto al primer capítulo, es posible mesurar la calidad educativa midiendo la


preparación del área docente. Según José Luis Arquero, docente de la universidad de
Sevilla, es crucial para la enseñanza universitaria que los docentes cuenten con un periodo
de preparación previo al inicio de sus funciones. Ya que, muchos profesionales conocen
perfectamente su rubro, pero carecen de las capacidades necesarias para transmitir sus
conocimientos al alumnado (2004). Con respecto a este punto, Luis Felipe Calderón,
profesor del área de administración de la Escuela Superior de Administración y Negocios
(ESAN), afirma que en Perú hay muchas universidades que descuidan la preparación de sus
docentes. Estas universidades, a su vez, cuentan con estándares bajísimos de calidad y
producen profesionales mediocres, que a su vez contratan para que ejerzan la docencia.
(2013) De este modo se crea un ciclo que compromete la formación de quienes pagan por
dicha educación.

Con respecto al segundo capítulo, hay entidades internacionales que tienen como
función la regulación de la calidad en la educación superior. Una de ellas es el Programa
para la evaluación Internacional de las Competencias de Adultos (PIAAC), esta evaluación
se aplica desde 3 perspectivas: la evaluación directa, que mide comprensión lectora,
capacidad de cálculo, componentes de lectura y resolución de problemas en ambientes
informalizados; la de cuestionario de contexto, que evalúa características demográficas,
educación, historia social-lingüística, situación laboral y salarial, el uso de las TICs, nivel de
lectura y cálculo; y por último está el modelo de uso de competencias, que se dividide en
competencias cognitivas, sociales, físicas y de aprendizaje (Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos, 2008). Sin embargo, hay otras entidades
internacionales que han recibido más atención por parte de la prensa, y ellas son los
rankings de calidad. Entre ellos, el más destacado es el QS World University Rankings, el
cual mesura la calidad mediante criterios como: la reputación de la universidad, la cantidad
de docentes que cuentan con un doctorado o la cantidad de citaciones por publicación de
los artículos de sus egresados o docentes (s/f).

En contraste con ambas organizaciones se encuentran los criterios utilizados por la


SUNEDU, los cuales consisten en contar con ciertas condiciones básicas para que las
universidades brinden sus servicios. Entre estas condiciones es posible encontrar la
existencia de objetivos académicos, grados, títulos y planes de estudio; que la oferta
educativa sea compatible con las necesidades del país; que la universidad cuente con líneas
de investigación desarrolladas o que existan mecanismos de inserción laboral efectivos
(2015). La diferencia entre los criterios utilizados por la SUNEDU con los mecanismos
internacionales anteriormente mencionados es posible de explicar mediante un artículo
publicado por el presidente de la Apeseg, Eduardo Moron. En esta publicación Morón
explica que en el mercado peruano había, desde universidades con certificaciones
internacionales, hasta instituciones que no demostraban un mínimo esfuerzo por ofrecer un
mínimo de condiciones que garanticen su calidad (2019). Es por ello que la SUNEDU cuenta
con una normativa distinta a la de los mecanismos mundiales, ya que ella se da la tarea de
establecer un estándar de calidad mínimo indispensable. A diferencia de las otras
instituciones, que buscan más bien, medir excelencia académica.

Por último, algunos de los alcances que es posible obtener de esta investigación son
los siguientes: obtener información detallada de los medios que usan otras instituciones para
jerarquizar diversos tipos de sistemas educativos y entender el funcionamiento de la
licenciatura de universidades en Perú. Por otra parte, esta investigación también presenta
ciertos limitantes. Uno de ellos es que las universidades asiáticas y brasileras también
ocupan lugares muy altos en los rankings de calidad. Pero por falta de acceso a la
información de sus gobiernos (específicamente por su idioma) no fue posible mencionarlas
en esta investigación
1
Capítulo 1
¿qué es y cómo se mide la calidad universitaria?
Según la RAE la palabra calidad tiene varias connotaciones dependiendo de su
contexto. Puede referirse al conjunto de propiedades inherentes a algo por las cuales es
posible juzgar su valor, a la adecuación de un producto o servicio a las necesidades de su
contexto inmediato y sus características particulares, o al conjunto de condiciones que son
necesarias para lograr un estándar (2001). Sin embargo, cuando se habla de calidad
universitaria. Las respuestas a la pregunta ¿qué es y cómo se mide la calidad de la
educación superior? No suelen ser tan concretas y compactas como las propuestas por la
RAE. Es más, su definición cambia de acuerdo al país o institución que la mesure. En el
caso de Argentina, por ejemplo, ello depende de si la institución logró cumplir con los
siguientes objetivos: promover el desarrollo de la investigación, científico, tecnológico,
cultural y la creación artística; promover mecanismos para la resolución de problemas
nacionales, continentales y mundiales; y facilitar un aprovechamiento integral de los
recursos humanos y materiales (2014).
La visión del Gobierno argentino parece poco desarrollada si se le compara con otras
a nivel internacional. Su forma de medir la calidad difiere, por ejemplo, con la del presidente
del Earlham College, Douglas Bennet. Quien propone que la calidad debe medirse en base
al valor adquirido que la institución proporcione a sus estudiantes. Es decir, en qué medida
los conocimientos de un estudiante que ha terminado sus estudios en cierta universidad son
de más utilidad que los que obtuvo otro estudiante en otra universidad. Ello es difícil de
cuantificar, pero para lograrlo se utilizan herramientas como encuestas a alumnos. En las
encuestas se les pregunta por las habilidades que ellos creen haber mejorado desde que
ingresaron a la universidad. No tienen que ser habilidades relacionadas a su carrera, sino a
su estatus de profesionales, ellas podrían ser redacción o pensamiento crítico. A su vez,
Douglas propone que la calidad de la educación es directamente proporcional a la cantidad
de tiempo que un estudiante invierte en sus estudios a diario, si consultan a los docentes
fuera de clases o participan en actividades extracurriculares (2001). Es claro que el autor ve
la educación como un proceso integral. Por ello, él no se preocupa por la posición de la
universidad en rankings o la cantidad de investigaciones que se indexan en revistas. Sino
por el desarrollo holístico de las capacidades de sus estudiantes.
Con respecto a la visión histórica de la calidad universitaria, un estudio llevado a
cabo por el investigador Benedicto Chuaqui en el año 2002 afirmó lo siguiente: “Hasta aquí,
el origen y los caracteres de la universidad en sus inicios, son su alma el deseo de aprender,
la voluntad de enseñar, la libertad y el espíritu de universalidad en el cultivo del saber”. Lo
cual destaca la función humanística y universal de las universidades. A su vez, en ese
mismo estudio se repasa la historia de la educación superior y en su génesis, la edad media,
a las universidades se les denominó studium generale lo cual hace referencia no a que se
vean muchas materias, sino que toda la población en general debía tener acceso a
educación superior. Lo cual remarca el carácter humanista con el que la UNESCO enfoca su
visión de calidad universitaria (la cual será detallada más adelante).

Sub-capítulo 1: Calidad desde la perspectiva del estudiante


En contraste con lo anteriormente mencionado, el investigador Akareem propone que
la percepción de los estudiantes sobre la calidad de su educación se encuentra fuertemente
influencia da por la universidad en la cual estudian, si obtuvieron o no una beca, las
actividades extra curriculares en las que participan y su nivel de desempeño en el nivel
educativo previo. Otro indicador importante es el ambiente que la institución educativa cree.
Las universidades que aseguran un alto nivel de exigencia, generan en sus alumnos
expectativas mayores en sus resultados académicos.
Con respecto a las actividades extracurriculares. Se espera que los estudiantes que
participan en estas actividades estén expuestos al mundo real de forma más intensa. Por lo
tanto, sus expectativas con respecto a su educación universitaria suelen ser inferiores. Ya
que saben de antemano que los conocimientos necesarios para ejercer en un trabajo no les
serán brindados enteramente en sus universidades. A su vez, estudiantes con menor
desempeño educativo en las etapas previas, tienen mayor expectativa sobre sus estudios
universitarios que los estudiantes con buenos resultados previamente.
Por último, los padres con mayor grado educativo pueden asesorar los resultados de
sus hijos con más facilidad que los padres con menor nivel educativo. Sin embargo, los
estudiantes que vienen de familias con mayores ingresos, no parecen verse influenciados en
relación a su visión de la calidad universitaria. La cual es, en muchos casos, similar a la que
tienen los estudiantes de menores ingresos que no son acreedores de una beca (2016).
Del mismo modo, la calidad docente también representa un factor crucial en la
evaluación que los estudiantes hacen a su universidad. Uno de los aspectos que se ha
tenido que introducir en esta área en los últimos años es el uso de tecnología. Según un
estudio publicado por Wawasan Open University, Se afirma que el uso de dispositivos
inteligentes es y será una parte fundamental de la vida de los estudiantes. Por ello, es mejor
que los profesores se adapten a una realidad inminente a que se resistan y la calidad de su
trabajo se vea comprometida. (2016). De forma similar, el pedagogo Ronald Hernández
afirma que el uso de las TIC (Técnologías de información y comunicación) es un valor
determinante en el proceso de enseñanza. Y se directamente influido por el aspecto
emocional (la percepción que tenga el docente sobre el uso de dispositivos inteligentes) que
tienen los docentes (2018). De lo anteriormente afirmado se puede resumir que el uso de
tecnologías y la buena disposición docente para la innovación son relevantes en la mesura
de la calidad educativa superior.
Sin embargo, todo lo anteriormente afirmado corresponde a una visión de la calidad
universitaria orientada de forma académica. Cuando se habla en términos administrativos el
investigador Harvey afirma que el valor de la educación depende otros factores, tales como:
la concordancia del centro de estudios con las necesidades sociales y económicas de su
país, su nivel de accesibilidad, su capacidad de reducir sus costes y su comparabilidad en
relación con otras instituciones. A su vez, también introduce el concepto de calidad externa
que hace referencia a la conexión entre los aspectos administrativos y académicos del
centro de estudio. En ese concepto se introducen 3 factores: la desaparición de procesos
burocráticos innecesarios, la optimización de procesos internos y el desarrollo de una cultura
de calidad que esté conectada con procesos fácticos (1998). Ello quiere decir que para
lograr un mejor desempeño intelectual es necesario optimizar las funciones administrativas,
ello en consecuencia mejorará el ámbito académico.

Sub-capítulo 2: Calidad desde la perspectiva de entidades reguladoras


internacionales
La UNESCO ve a la educación superior como un motor para preservar, reforzar y
fomentar el desarrollo sostenible y el mejoramiento del conjunto de la sociedad. Por ello
propone 6 funciones que ella debería cumplir. La primera es la de formar diplomados
altamente cualificados, es decir, estudios que se adapten a las necesidades de la época
mediante la combinación de conocimientos teóricos y prácticos. La segunda es la
construcción de un espacio abierto que propicie el aprendizaje permanente, ofreciendo de
tal forma un garante de movilidad social, el desarrollo sostenible, la democracia y la paz. En
tercer lugar, se encuentra la promoción, creación y difusión de conocimientos mediante la
investigación. De esta manera, la institución presta sus servicios para el desarrollo de su
comunidad. En cuarto lugar, está la comprensión, interpretación, reforzamiento, fomento y
difusión de las culturas nacionales y regionales, internacionales e históricas. Mediante esta
función es posible generar una idea de lo que actualmente se llamaría “ciudadano global”.
Lo que quiere decir, personas conscientes y respetuosas del pluriculturalismo que
caracteriza a muchas naciones. En el puesto número cinco se ubica la necesidad de
consolidar los valores de una sociedad inculcando en los jóvenes nociones democráticas,
críticas y humanistas. Por último, se encuentra la contribución a la mejora de todos los
niveles educativos mediante la captación docente (1998).
Dicha visión ha variado a través de los años. Actualmente la validación de la
educación superior se mide en base a otros estándares. Como por ejemplo los utilizados por
el pedagogo Astin, quien asocia el término de calidad con la reputación de la universidad. En
primer lugar, hace referencia al hecho que las instituciones que encabezan los rankings
llevan en ese lugar décadas. Por lo tanto, los rankings se mantienen estables en el tiempo.
En segundo lugar, él alega que la puntuación que le otorgan los jueces a cada institución
está influenciada por los conocimientos previos sobre ellas, es decir, cuanto más grande y
conocida sea la universidad, es más probable que los jueces tengan una idea pre concebida
y la posicionen de acuerdo a ello. Por último, la dificultad que suponga el acceso, el costo y
la cantidad de programas que ofrezca la universidad suele ser homogénea entre las
universidades que encabezan en los rankings (1986).
Sin embargo, si se dejan de lado los rankings solo es cuestión de perspectiva.
Dentro del ámbito administrativo, la mesura de la calidad universitaria es más trabajosa que
en ámbito académico. Pues supone la evaluación de todos los factores que anteceden,
acompañan y son consecuencia del ámbito académico. Un ejemplo de ello lo propone el
investigador Marcelo Rabossi, quien sostiene que el palpable clima político de algunas
universidades no hace más que obstaculizar el alcance de la excelencia académica. A su
vez, afirma que las universidades nacionales deberían ofrecer alternativas de convalidación
a personas que ya llevan años inmersas en el mercado laboral (2017). De tal modo será
posible aproximar al ámbito universitario ciertas nociones propias del mercado laboral
existentes.

2
Capítulo 2
Los gobiernos y su relación con la educación universitaria
El Sistema Nacional de Evaluación – Acreditación y Certificación de la Calidad
Educativa (SINEACE) publicó un artículo escrito sobre la base de los comentarios hechos
por Manuel Burga, el rector de la universidad Antonio Ruiz de Montoya; Gustavo Yamada, el
autor del libro “Calidad y acreditación de la educación superior y retos urgentes para el
Perú”; y Peregrina Morgan, presidenta del SINEACE y del IPEBA. En este artículo se detalla
la profunda necesidad de que el gobierno peruano intervenga en la regulación de la
educación universitaria. A su vez, se justifica la baja calidad en la educación superior en el
hecho que la educación primaria y secundaria también necesitan de una reforma y de mayor
regulación. Este artículo fue redactado en el año 2013, por lo tanto, en el mismo se
menciona que el estado estaba a punto de aplicar una reforma educativa en un nivel escolar.
Por lo tanto, ellos esperaban que una vez esa reforma se pusiera en marcha, el estado
prosiguiera con una reforma universitaria. Es en respuesta a esta necesidad es que en el
año 2015 se creó la SUNEDU.
Sub-capítulo 1: Países que lideran los rankings de calidad universitaria a nivel global
Harvard, Standford o el Instituto de tecnología de Massachusetts son universidades
que se sitúan en el top de los rankings de calidad educativa año tras año (QS rankings,
2019). Sin embargo, cabe preguntarse ¿a qué se debe el éxito de las universidades
americanas por sobre el resto de casas de estudio? el periodista americano Preston Cooper
publicó un estudio en el año 2018 en el que afirma que los Estados Unidos invierte un
aproximado de 28 mil dólares cada año en la educación de un estudiante promedio. Esta
cifra es abrumadora si se compara con las cifras de otros países en el mismo estudio. Como
por ejemplo México, con menos de 10 mil dólares por estudiante o Grecia, con menos de 5
mil. Es por ello que el investigador inglés Keith Pavitt se vale de esas cifras para afirmar que
el éxito de la educación americana se encuentra en la cantidad de dinero que el gobierno
invierte en investigación año tras año (2002).
Sin embargo, de forma contraría a lo anteriormente afirmado, tanto el investigador
Pavitt como Kevin Carey, periodista del New York times, coinciden en que el lugar de
Estados Unidos en los rankings debería ser cuestionado. Pavitt no cuestiona la calidad de la
educación americana, pero si cuestiona que sea calificada como superior a la de otros
países (2002). Si bien es cierto Estados Unidos destaca por sus publicaciones en muchas
áreas. Otros países obtienen los mismos resultados solo que en áreas más específica.
Como, por ejemplo: en materia de salud, quienes lideran las investigaciones son Dinamarca,
Reino Unido, Finlandia y Suecia; en relación al uso de recursos (agricultura, ecología y geo
ciencias), quienes han acumulado mayor cantidad de investigaciones son Australia, Canadá,
Chile, Indonesia, México, entre otros; y en materia industrial están India, Corea del Sur,
Singapur y Taiwan (Australian Goverment Publishing Service, 1996). Sin embargo, los
rankings no toman estas divisiones en cuenta.
Del mismo modo, Carey afirma que la forma óptima de medir la calidad de la
educación no es mediante la posición de una universidad en los rankings. Sino de su
puntaje en la prueba PIAAC (Programme for the International Assessment of Adults). Esta
prueba mide la capacidad de los no graduados de resolver problemas en el mundo real. Ello
puede implicar, en el campo de las letras, el análisis de artículos sobre problemáticas
actuales y, en el campo de los números, la solución de problemas en ambientes
tecnológicos. Según un artículo publicado por este periodista, E.E.U.U habría tenido un
pésimo desempeño en dicha prueba, obteniendo una de las 9 peores calificaciones. Él
explica la situación aludiendo que, si bien es cierto, Estados Unidos tiene una de las
mayores producciones de artículos académicos del mundo, ellos solo provienen de cierto
grupo selecto de universidades (2014). Lo cual expone una enorme brecha de calidad entre
las mejores y peores universidades del país.
Otro de los países que es internacionalmente reconocido por la calidad de su
educación superior es el Reino Unido. A diferencia de Perú, que tiene un apartado entero en
su constitución dedicado a la educación universitaria, Reino Unido no contempla un
apartado específicamente para este fin (al igual que los Estados Unidos). Lo único que es
posible encontrar en la constitución de los E.E.U.U, específicamente en el prefacio, es que
la educación será el motor por el cual los ciudadanos conservarán y gozarán de su libertad
(1868). Mientras que en la introducción de la constitución del Reino Unido se encuentra que
la educación es el principal medio para fomentar la protección de los derechos humanos y
las libertades civiles (1991).
De forma similar al Perú y diferenciada de Estados Unidos. El Reino Unido si cuenta
con un organismo gubernamental que se encarga que asegurar la calidad de sus
universidades. A este organismo se le denomina Comité permanente para el asesoramiento
de la calidad del Reino unido, mayormente conocido por sus siglas en inglés UKSCQA.
Según el vigente código para la calidad universitaria, para que una institución preste sus
servicios en el Reino Unido es necesario seguir un proceso que se divide en 3 partes (2018).
La primera son las expectativas, es decir, qué se establecen los resultados que los
proveedores deberían conseguir para mantener la calidad. En la segunda son las prácticas,
que a su vez, se dividen en dos: Prácticas generalizadas, que consisten en los siguientes
criterios: tener un sistema de admisión confiable, justo e inclusivo; diseñar e impartir cursos
de alta calidad; tener un equipo calificado para impartir dichas materias; contar con las
instalaciones, recursos y servicios apropiados para una experiencia de aprendizaje óptima;
comprometer a los estudiantes en su propio proceso cognitivo; contar con un procedimiento
transparente para recibir reclamos; ofrecer diplomas a la investigación; que el proveedor
trabaje en conjunto con otros organismos para asegurar la calidad de la institución; y que el
proveedor apoye a todos los estudiantes en la obtención de resultados profesionales (2018).
La segunda división de las prácticas se denomina prácticas comunes, ellas se
dividen en tres: la revisión de los resultados de las prácticas generalizadas y el
mejoramiento de la calidad en base a tal análisis; que la visión del proveedor para asegurar
la calidad tome en consideración la experiencia externa; y que el proveedor involucre al
estudiante de forma individual y colectiva en el cuidado de la calidad de la experiencia de
aprendizaje (2018).
En este caso, es posible encontrar similitudes entre el Reino Unido y Perú. Ambos
cuentan con un organismo que regula la calidad de todas las instituciones de educación
superior a nivel nacional. Lo cual les diferencia de Estados Unidos, en donde, si bien es
cierto cuenta con universidades que encabezan los rankings (QS Worl University Rankings,
2019) al no tener un organismo que se encargue de la regulación, no es posible asegurar un
nivel de calidad homogéneo entre todas sus instituciones.
Con respecto a las similitudes entre Reino Unido y Perú, ambos documentos
oficiales (tanto el código para la calidad universitaria del UKSCQA, como las condiciones
básicas para la regulación de la calidad universitaria publicadas por la SUNDEU) cuentan
con apartados dedicados al personal docente, a la importancia de contar con infraestructura
apropiada, al desarrollo de líneas de investigación, la relevancia de la transparencia y
mecanismos de inserción laboral, planes de estudio bien diseñados. En tal caso, la única
diferencia sería que el Perú exige a las universidades contar con servicios educacionales
complementarios básicos, tales como servicio médico, social, psicopedagógico, deportivo
entre otros y no menciona los mecanismos de admisión de estudiantes. Mientras que el
Reino Unido no contempla ningún servicio dentro de su normativa, pero si hace énfasis en la
equidad y transparencia de los procesos de admisión.
Por último, una de las diferencias más impactantes entre la educación
estadounidense y británica en comparación con la peruana es la cantidad de dinero que se
invierte de forma anual en la formación de un estudiante a tiempo completo. Según un
estudio publicado por el periodista americano Preston Cooper, en el 2015 Estados Unidos
invirtió la suma de 28 mil dórales en la formación de cada uno de sus estudiantes a tiempo
completo, detrás de él en el ranking estuvo Reino Unido, con una suma mayor a 22 mil
dólares por estudiante (2018). Mientras que, en el Perú, en ese mismo año solo se invirtió
un estimado de 2,116 dólares en cada estudiante a tiempo completo (INEI, 2017).

Sub-capítulo 2: Países que lideran los rankings de calidad universitaria a nivel


latinoamericano
De acuerdo con la SUNEDU, la calidad de la educación universitaria es mesurable
por el cumplimiento de ciertas condiciones mínimas. Las cuales son la existencia de
objetivos académicos, un presupuesto compatible con sus fines, infraestructura adecuada,
líneas de investigación, un mínimo de docentes a tiempo completo, servicios educacionales
complementarios y mecanismos de inserción laboral (2015). Este difiere con otros
encontrados en américa Latina. Un ejemplo de ello es Argentina, pues ahí el CONEAU
(Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria) no propone un apartado
dedicado solo a estándares mínimos comparables a los establecidos en Perú. A pesar de
ello, en el artículo 28 de su ley de educación superior es posible encontrar algunas
similitudes con la ley universitaria peruana. Tales como que la vigencia de la evaluación a
universidades dura un mínimo de 6 años o que una de las funciones básicas de una
universidad es la promoción y desarrollo de la investigación científica, tecnológica,
humanística y artística (Ley N° 24.521, 1995).
Sin embargo, las diferencias son evidentes. En la constitución argentina no se
menciona ningún apartado que obligue a la institución a contar con condiciones básicas de
infraestructura, docentes a tiempo completo, servicios educacionales o mecanismos de
inserción laboral. Es más, una gran diferencia entre una y la otra es que, en Argentina,
según el artículo 36 de la misma ley, los docentes de todas las categorías deben de tener un
título mayor o igual al grado que enseñan. Mientras que en Perú el artículo 82.2 de la ley
universitaria señala que para ser docente de pregrado es necesario haber alcanzado antes
el grado de maestría (Ley N° 30220, 2014).
Otro país cuya educación lidera los rankings en América Latina es Chile (QS World
University Rankings, 2019). La constitución de este país, de forma similar a la constitución
argentina y diferenciada de la peruana, no cuenta con un apartado en su ley Universitaria
dedicado explícitamente a las condiciones mínimas necesarias para el licenciamiento de una
universidad. En su lugar, se señala que esa información será brindada por el Sistema de
Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ley N° 21.091, 2018).
Una de las diferencias principales entre, tanto la educación argentina como peruana,
con la chilena es el número de organismos nacionales que se encargan de la gestión de la
calidad. En Argentina es el ministerio de educación quien se encarga de la regulación
Universitaria (no contiene ningún organismo indexado dedicado específicamente a este fin).
Por otra parte, en Perú se encuentra la SUNEDU, la cual está indexada al ministerio de
educación. En contraste, en Chile son 3 los organismos que se dedican únicamente al
cuidado de la calidad universitaria. De acuerdo con un informe publicado por la Biblioteca
del Congreso Nacional de Chile, se afirma que El Ministerio de Educación (a través de la
División de Educación Superior) es el único organismo que posee la potestad de aplicar
sanciones en caso que la institución incumpla con las normas impuestas por el Consejo
Nacional de Educación, así como tiene potestad de reconocer a la Universidad como una
institución oficial ante el Estado (2011).

Del mismo modo, y en colaboración con el Ministerio de Educación, el Consejo


Nacional de Educación es quien realiza la función de licenciamiento. Esta institución, a
diferencia de la SUNEU o el CONEAU, solo se encarga de supervisar íntegramente a las
nuevas instituciones privadas mediante evaluaciones que se llevan a cabo de forma
periódica. Por último, la Comisión Nacional de Acreditación se encarga de acreditar (de
forma voluntaria) a las instituciones que deseen validar el nivel de calidad de sus procesos
internos (Consejo Nacional de Educación, s/f). Es posible caer en un error al intentar
asemejar la Comisión nacional de Acreditación de Chile con el Sistema Nacional de
Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa en Perú. Sin embargo, el
organismo chileno está dedicado únicamente a la gestión de la educación superior, mientras
que el organismo peruano regula todos los niveles educativos.
Chile al igual que Argentina y Perú tiene ciertas condiciones básicas que las instituciones
deben de cumplir para licenciarse. Entre ellas están el seguimiento de un proyecto
institucional regulado y pautado; la adquisición de infraestructura, equipamiento, recursos
económicos y financieros; recursos para la docencia tales como laboratorios, talleres,
bibliotecas, entre otros); un cuerpo académico; servicios e investigación (Consejo Nacional
de educación, s/f); contar con un cuerpo docente apropiado o contar con y los tres países
imponen un plazo similar para que las instituciones renueven su licenciamiento (Perú – 5
años, Chile y Argentina – 6 años). Es posible observar más similitudes que diferencias en los
criterios utilizados por los 3 países. A pesar de pequeñas discrepancias como que en Perú
se requiere el grado de Magister para ser docente, mientras que en Argentina solo se
requiere una licenciatura y en Chile ni siquiera se menciona un grado mínimo.

Por último, el gasto que hace cada uno de los países en sus estudiantes a tiempo completo
difiere enormemente. Ya que Chile invierte cerca de $10,000 (Cooper, 2018), Argentina por
cada estudiante invierte $ 3,110 (Statista, 2016), Mientras que, Perú, en ese mismo año
invirtió un estimado de 2,116 dólares en cada estudiante a tiempo completo (INEI, 2017). Es
evidente que Chile invierte mucho más en su educación universitaria que Argentina y Perú.
Lo cual se corresponde con su posición en los rankings.

4
Conclusiones

 La definición de calidad en la educación superior es distinta tanto entre países (Reino


Unido, Estados Unidos, Chile, Argentina y Perú) como entre organizaciones que la
mesuran (QS World University Rankings, UNESCO y PIAAC). Por lo tanto, no hay
una forma definitiva de lograr calidad en la educación superior. Sino que cada país
debe adaptarse al sistema que mejor se acomode con sus necesidades. En el caso
de Perú, es evidente que está optando por un modelo más semejante al de sus
vecinos Chile y Argentina que a los de Estados Unidos Reino Unido. Y que recoge
más ideas de organismos como QS WUR que de organismos como el PIAAC y la
UNESCO.

 En lo correspondiente a la calidad, de acuerdo a la perspectiva del estudiante, es


indispensable tener en mente que aparte de ser un alumno, él y sus padres son
clientes. Por lo tanto, la universidad debe de satisfacer las expectativas que ellos
pongan en la institución. Tanto desde la perspectiva académica (en lo
correspondiente a la creación de planes de estudio, capacitación docente e inversión
en investigación) como desde la perspectiva administrativa (con la creación y
mantenimiento de herramientas que reduzcan la burocracia).

 Los rankings de calidad no son 100% confiables en la mesura de la educación


superior. Si bien es cierto, son de validez, hay otros instrumentos que se han dejado
de lado. Como los exámenes del PIAAC o las publicaciones de los investigadores
Carey y Pavitt. Y para lograr tener un referente confiable es necesario que se
contrasten entre sí.

 Las constituciones de países de primer mundo (Estados Unidos y Reino Unido)


difieren mucho de las constituciones latinoamericanas (Argentina, Chile y Perú). Ya
que, en las constituciones foráneas a América Latina, la educación superior es un
tema ajeno a la constitución. Mientras que, en América Latina, ella está regulada
desde el estado y ocupa un lugar en la mayoría de sus constituciones. Lo cual quiere
decir que la calidad universitaria no necesariamente se relaciona con regulación
estatal.

 Ocupar el primer puesto en los rankings no es un sinónimo de homogeneidad en el


nivel de calidad universitaria.

 El nivel de inversión que realiza cada país en sus estudiantes universitarios no


necesariamente es un factor determinante en el nivel de calidad que tendrá su
educación.

 Es imposible hacer comparaciones muy precisas porque la SUNEDU tiene apenas 4


años de funcionamiento, en ese plazo no se han realizado suficientes
investigaciones en las consecuencias de sus medidas
5
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