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INTRODUCCIÓN
Las plantas como todo ser vivo están expuestas a diversos problemas
que reducen o inhabilitan su apto desarrollo, estos problemas son
provocados por factores del clima, temperatura, luz, factores de
condición biótica como las plagas de los insectos. En términos
agronómicos estos problemas evidentemente ocasionan efectos
negativos en productividad.
Las plantas de acuerdo a su genética desarrollan respuestas de
resistencia, evitan y/o reducen el estrés o tolerancia ante estos
problemas.
No se sabe con certeza cuales son los mecanismos por los cuales los
genes controlan los procesos fisiológicos que conducen a la resistencia
o a la susceptibilidad a las enfermedades, pero probablemente no son
diferentes a los mecanismos que controlan cualquier otro proceso
fisiológico en los organismos.
II. OBJETIVOS
General:
Investigar las bases genéticas por las que las plantas presentan resistencia.
Específicos:
Conocer cómo reaccionan las plantas a factores, bióticos, abióticos y de
heredabilidad, en términos de resistencia.
2. Resistencia a enfermedades
Una forma de definir enfermedad en las plantas es comparar una planta enferma
con una sana. La sana es aquella que expresa todo su potencial fisiológico y
genético cuando las condiciones ambientales (temperatura, humedad, luz, agua,
nutrientes) están en niveles óptimos. La presencia de una enfermedad implica una
desviación de los procesos fisiológicos, interfiriendo el desarrollo normal de las
plantas. Los agentes que inducen desviaciones de los procesos fisiológicos pueden
ser bióticos y abióticos, estos últimos vistos en el inciso 1. Los bióticos corresponden
a los agentes patogénicos (hongos, bacterias, virus, nematodos).
2.1. Defensa de las plantas mediada por reacciones metabólicas
2.1.1. Producción de inhibidores bioquímicos para promover la resistencia a
la infección.
No se sabe con certeza si cualquier planta es resistente o no a las enfermedades
sólo porque en sus células existe un compuesto inhibidor antes de que se produzca
la infección. Varios compuestos fenólicos y taninos, existentes en altas
concentraciones en las células de las hojas o frutos jóvenes, se han propuesto como
el factor que determina la resistencia de los tejidos jóvenes a los microorganismos
patógenos como Botrytis. Muchos de estos compuestos son potentes inhibidores de
muchas enzimas hidrolíücas, incluyendo las pectolíticas, enzimas de la maceración
de los fitopatógenos. Conforme los tejidos jóvenes van envejeciendo, disminuye
rápidamente su capacidad inhibitoria y su resistencia a la infección (Agrios, 2005).
Por otra parte, las células vegetales también contienen enzimas hidrolíticas, algunas
de las cuales, como las glucanasas y las quitinasas, causan la degradación de los
componentes de la pared celular del patógeno y, por tanto, contribuyen a la
resistencia a la infección. Sin embargo, en general se desconoce la importancia de
todos estos tipos de inhibidores que determinan la resistencia a las enfermedades
(Michel-Aceves et al., 2005)
2.1.2. Defensa por medio de la reacción de hipersensibilidad.
La reacción de hipersensibilidad es uno de los mecanismos de defensa más
importantes de las plantas. Esto ocurre solamente en combinaciones incompatibles
entre plantas hospedantes y patógenas como hongos, bacterias, virus y nematodos.
En estas combinaciones, no se observa diferencia alguna en la forma de
penetración del patógeno en la epidermis de plantas susceptibles y resistentes.
2.1.3. Defensa debida a una mayor concentración de compuestos fenólicos.
Algunos de los fenoles relacionados con la resistencia a las enfermedades se
encuentran profusamente en las plantas ya sea sanas o enfermas, pero su síntesis
o acumulación al parecer aumenta después de haberse producido la infección. A
estos compuestos se les puede denominar compuestos fenólicos "comunes". Sin
embargo, algunos otros fenoles no los producen las plantas sanas, excepto cuando
son estimuladas por algún patógeno o por el daño ocasionado por un agente
químico o mecánico. A estos compuestos se les conoce como fitoalexinas (Agrios,
2005).
2.1.4. Enzimas que oxidan al fenol en la resistencia a las enfermedades.
La actividad de la mayoría de las enzimas que oxidan al fenol (polifenoloxidasas)
casi siempre es mayor en los tejidos infectados de las variedades resistentes que
en los de las plantas susceptibles que han sido infectadas o en las plantas sanas
no infectadas. La importancia de la actividad de la polifenoloxidasa en la resistencia
a las enfermedades probablemente se debe a su propiedad de oxidar los
compuestos fenólicos hasta quinonas, las cuales con frecuencia son mucho más
tóxicas a los microorganismos que los fenoles originales. Otra enzima oxidasa, la
peroxidasa, no sólo oxida a los compuestos fenólicos, sino también aumenta la
velocidad de polimerización de esos compuestos en sustancias similares a la
lignina, que se depositan en las paredes y papilas celulares e interfieren con el
posterior crecimiento y desarrollo del patógeno (Agrios, 2005).
2.1.5. Defensa debida a la resistencia inducida.
Este es el tipo de resistencia que aparece después de que las plantas han sido
preinoculadas con varios agentes bióticos o previamente tratados con varios
agentes químicos o físicos. La resistencia inducida es no específica debido a que,
sin importar el tipo de agente o patógeno utilizado como inductor, el nivel de
resistencia en la planta aumenta ante varios patógenos. Por ejemplo, la infección
que causa el virus del mosaico del tabaco en plantas de tabaco hipersensible induce
una resistencia sistémica ante este virus, así como ante otros virus, hongos
(Phytophthorá), bacterias (Pseudomonas tabaci) y áfidos. Por otra parte, la infección
causada en el tabaco por una bacteria que causa lesiones foliares (Pseudomonas
syringae), induce resistencia sistémica contra el virus del mosaico del tabaco.
2.2. Genética de la resistencia vegetal
2.2.1 La teoría gen-a-gen de h. FLOR (Teoría de la resistencia cualitativa).
H.H. Flor, en 1942, después de muchas investigaciones desarrolladas sobre la
herencia de la resistencia y de la virulencia en el sistema lino-roya (Melampsora lini)
concluyó que "para cada gen que confiere resistencia al hospedero, existe un gen
en el patógeno que le otorga virulencia" (primera teoría de Flor). La introducción o
aparecimiento de un gen de resistencia en el hospedero provoca el surgimiento de
un gen de virulencia en el patógeno que le posibilita vencer ese gen de resistencia.
Los patógenos que pueden vencer esa resistencia suelen estar presentes en bajas
frecuencias, en la población del patógeno, o ser el resultado de una mutación. De
esta manera, para cada gen nuevo de resistencia incorporado surgirá uno de
virulencia correspondiente en el patógeno.
Ejemplos bastante conocidos son los sistemas Solanum-Phytopthora infestans
(Toxopeus, 1956), Avenae-Helminthosporium victoriae (Wheeler, 1969), Coffea-
Hemileia vastatrix (NoronhaWagner and Bettencourt, 1967; Bormann, 2004) y
Lycopersicum-Cladosporium fulvum (Day, 1956). Las variedades de papa
resistentes son designadas por la letra R seguidas por un subíndice que indica el
gen de resistencia envuelto: si el gen de resistencia es el gen 1, la variedad será
representada por R1, si el gen de resistencia es el gen 2 la variedad será R2 y así
sucesivamente. La raza de P. infestans capaz de vencer la resistencia conferida por
R, será llamada raza (1) y así sucesivamente (Flor, 1971)
La teoría gen a gen se aplica para el caso de parásitos obligados que poseen un
único hospedero, se ha demostrado que opera en muchas otras royas, en los
carbones, las cenicillas, la roña del manzano, el tizón tardío de la papa y otras
enfermedades causadas por hongos, así como otras producidas por bacterias,
virus, plantas superiores parásitas y nematodos. En todas estas enfemedades, se
ha demostrado que siempre que una variedad es resistente a un patógeno como
resultado de 1, 2, ó 3 genes de resistencia, el patógeno también tendrá 1, 2 ó 3
genes de virulencia, respectivamente.La teoría prevé que el patógeno siempre
vencerá, pero esto no ocurre en forma tan drástica debido a que se presentan
fenómenos importantes conocidos como selección estabilizadora y genes fuertes
(Agrios, 2005).
H.H. Flor también analizó la calidad de los genes de resistencia y patogenicidad y
postuló su segunda teoría que dice que la calidad del gen de resistencia determina
la adaptación del gen de virulencia del patógeno; en otras palabras: "razas con
genes desnecesarios para virulencia son menos aptas para sobrevivir". Ejemplo: si
se cultiva una variedad R1, la raza predominante del patógeno será (1). Si se
introduce una variedad R1R2, la población del patógeno, por selección, pasará a
estar constituida por la raza (1,2) (selección direccional) (ver figura 2). Si se vuelve
a cultivar la variedad R1, la población del patógeno también volverá a ser
predominante de la raza (1) (selección estabilizadora). (Flor, 1971; Agrios, 2005).
Una planta resistente puede tener al mismo tiempo los tres tipos de resistencia, esto
es, puede ser no preferida para ovoposición o alimentación, puede tener antibiosis
y ser tolerante. Los factores genéticos que condicionan la no preferencia, antibiosis
o tolerancia pueden ser independientes o tener acción acumulativa. Esto muestra la
posibilidad de acumular factores de resistencia en una variedad, contra una plaga.
5.2. Antibiosis
Se dice que hay antibiosis cuando la planta tiene un efecto adverso en la biología
del insecto. Ocurre por la presencia de alomonas o por la ausencia de kairomonas.
La antibiosis puede deberse a la presencia de factores químicos tales como
proteínas, toxinas (alcaloides, quetonas, ácidos orgánicos), inhibidores (de alfa-
amilasa, tripsina, proteasas) o a la presencia de factores físicos tales como
crecimiento hipersensitivo, tricomas, deposiciones de sílice, etc
5.3. Tolerancia
Es la habilidad genética de una planta para soportar un ataque y sobreponerse a él
mediante la recuperación de tejidos o adición de tejidos nuevos, después de la
destrucción o remoción causada por un insecto. La tolerancia de ninguna manera
afecta la colonización de la planta (antixenosis) ni el desarrollo o reproducción del
insecto (antibiosis). Sin embargo, es común encontrar a la tolerancia actuando en
combinación con otros mecanismos de resistencia.
IV. CONCLUSIONES
4. Conocer los mecanismos genéticos por los que las plantas presentan
resistencia es importante para lograr una producción efectiva de los cultivos,
lo cual está ligado al proceso de mejoramiento genético de estas especies
de importancia comercial y nutricional.
V. REFENCIAS BIBLIOGÁFICAS
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