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□O
cu
El futuro global
del Estado-nación
MICHAEL MANN

INTRODUCCIÓN cho m enos revolucionario. Se utilizan MICHAEL


MANN
té rm in o s co m o "cap italism o tardío",
Profesor
Las ciencias hum anas parecen colmadas "modernidad tardía", o "modernidad ra­ de Sociología,
de visionarios que reivindican el surgi­ dical" para sugerir diversos grados de UCLA.
m iento de una nueva forma de sociedad. cam bio ininterrum pido en oposición a
Los más entusiastas com paran el m u n ­ un cam bio violento. Asimismo, los v o ­
do de hoy con el siglo XVIII, cuya Revo­ cablos "globalistas" invocan diferentes
lución Industrial, "modernism o'' e "Ilus­ tipos de entusiasm o: tal vez "capitalis­
tración" supuestam ente revolucionaron m o global" se refiera tan sólo a una pro­
la sociedad hum ana. En su opinión, nos longación m ayor de una vieja econom ía,
encontram os en el paroxism o de una m ientras "sociedad global", por lo gene­
transición com parable a una sociedad ral, implica un fenóm eno radicalm ente
"postindustrial'' o "postm oderna". Otras original en la historia de la sociedad h u ­
term inologías im plican un cam bio m u ­ m ana.
N° 38
POLITICO
ANÁLISIS

(*) Traducción del inglés de María Victoria Mejía Duque.


El grem io de los en tu sia sta s c o m ­ tal m odo que la visión entusiasta de una
prende un grupo bastante variado de es­ sociedad global única es posible desde el
critores, filósofos, sociólogos, eco n o m is­ punto de vista tecnológico. Sin em bar­
tas políticos y de negocios, geógrafos y go, ¿es realidad? Para sugerir que sí, los
ambientalistas, quienes a pesar de en co n ­ entusiastas sostienen tres tesis principa­
trar pocos puntos de acuerdo entre sí -en les -a las cuales agregaré una cuarta que
particular con respecto a la con ven ien ­ podría ser esgrimida, aunque rara vez lo
cia de los cam bios-, com parten la co n ­ h acen -.
vicción de que las transform aciones co n ­
1. El capitalism o, que ahora se ha co n ­
te m p o r á n e a s c o n s titu y e n u n f a c to r
vertido en global, transnacional, postin ­
debilitante del Estado-nación. Desde la
dustrial, "in form acion al”, co n su m ista,
p o s ic ió n de p o s tm o d e r n is ta s c o m o
neoliberal y "reestructurado", está soca­
Baudrillard, Lyotard o Jam ieson, pasando
vando el Estado-nación: su planificación
por la de geógrafos co m o Harvey o Taylor,
m acroecon óm ica, su colectivista Estado
o de sociólogos co m o Giddens, Lash y
benefactor, el sentido de identidad c o ­
Urry, hasta aquella que sostienen los eco ­
lectiva de sus ciudadanos, su papel de
nom istas de negocios tan bien represen­
articulador de la vida social.
tados por The Economist, surgen declaracio­
2. O tros aspectos del "globalismo", en
nes similares sobre el "cercenam iento",
particular las am enazas am bientales y de
"desestabilización", "acorralam ien to ” o
"m arginalización" del E s ta d o -n a c ió n 1. población que quizás dan origen a una
Algunos describen el hecho partiendo de nueva "sociedad de riesgo", han llegado
a ser dem asiado extensos para que su
un solo aspecto. Dado que lo "étnico"
aparece am p liam en te en los escenarios control dependa únicam ente del Estado-
de "fragm entación postm oderna", dichos nación.
estudiosos consideran que existe un re­ 3. "Políticas de la identidad" y "nue­
s u rg im ie n to del n a c io n a lis m o en el vos m ovim ientos sociales", haciendo uso
m u n d o de hoy. M ientras tan to, para el de nuevas tecn ologías, acrecien tan el
caduco Estado-nación sólo encontram os surgim iento de diversas identidades lo­
epitafios. cales y transnacionales, a expensas ta n ­
Los entusiastas tienden a fu n d am en ­ to de las identidades nacionales co m o de
tar la m ayor parte de sus argum entos en las vastas identidades de clase, tradicio­
las innovaciones en el cam p o de la tec­ nalm ente bajo el co n tro l del Estado-na-
nología y la inform ática observables en ción. Por ésta y por las razones anterior­
la actualidad. Sistem as de transporte e m en te expuestas, som os observadores
inform ación que ofrecen acceso rápido del dram ático surgim iento de una n u e­
al m u n d o (con frecuencia instantáneo) va "sociedad civil" transnacional: m ovi­
proveen las infraestructuras de una so ­ m ientos sociales por la paz, los derechos
ciedad global. Acepto la existencia de esta hum anos, el m edio am biente y reform as
infraestructura potencial del globalismo: sociales que adquieren co n n o tacio n es
en verdad la logística de la com unicación realm ente globales.
y, por tan to del poder, se han revolucio­ Vale la pena ten er en cu en ta dos ca ­
nado. Las personas, los bienes y en par­ racterísticas de los visionarios. En prim er
ticular los m ensajes circulan el globo, de lugar, en su m ayoría son europeos occi-

(l) Ejemplos recientes los encontram os en Taylor, P. "Embedded statism and the social sciences: Opening
up to new spaces". En: Environment and Planning. 1996; Lash S. y Urry J. Economies of Signs and Space.
Londres: Sage, 1994; Featherstone M. "Global culture: An introduction”. En: Theory, Culture and Society.
Vol. 7, 1990; Harvey, D. The Condition ofPostmodernity. Oxford: Blackwell; 1990; The Economist, "The World
Economy: W h o's in the driving seat?", octubre 7, 1995.
dentales -d a d o que esta región particu ­ 4. El postnuclearism o horada la so ­
lar del globo brinda el m ay or respaldo beranía del Estado y la "geopolítica dura",
político al epitafio del Estado-. En segun­ dado que la m ovilización de m asas para
d o lugar, m u ch o s de los m ás grandes la guerra fortaleció en alto grado la ex­
estusiastas son m arxistas, o lo fueron, o pansión m od ern a del Estado, a pesar de
h an surgido de cu ltu ras in telectu ales que ahora es irracional. Quizás la percep­
antes bajo el d om in io del m arxism o . A ción de M artin Shaw sobre el surgim ien­
ellos se han unido sus contrarios apa­ to de un "Estado global" co n stitu y e la
re n te s : los e c o n o m is ta s n eo lib erales versión m ás m esurada de esta tesis. En
(tam bién europeos en su gran m ayoría). gran m edida es una opinión m inoritaria
En realidad, estos opositores com p arten en el cam p o de las Relaciones In tern a­
ciertas creencias. Dado que tan to la te o ­ cionales, disciplina que, en gran parte,
ría eco n ó m ica co m o la m arxista igno­ co n tin ú a atada al estudio del Estado so ­
raron los Estados-nación, lo m ism o hi­ berano.
cieron sus sucesores globalizadores. Y
La parte em pírica de este artículo es­
ahora que los p ostm arxistas han aban­
tará dedicada a analizar si estas cuatro
d on ad o las clases, se han visto obligados
tesis son correctas en sus p lanteam ien­
a aliarse con sus contrarios para rendir
tos. Dado que estas tesis m inim izan la
culto a los poderes transform adores del
im portancia de las relaciones de poder
capitalism o. C om o quiera que el capita­
político, se consideran dos contratesis
lism o se en cu en tra en proceso de ca m ­
políticas:
bios trascendentales, los entusiastas de­
d u ce n q u e, p o r ta n to , se debe e sta r 1. Las instituciones del Estado, tan to
tran sform an d o el m u n d o en su totali­ internas co m o geopolíticas, siguen te ­
dad. Ello es verdad incluso con respecto niendo eficacia causal, dado que ellas (al
a los m u ch o s entusiastas que han dado igual que las económ icas, ideológicas y
"el giro cultural": si bien hacen énfasis militares) proveen las condiciones n ece­
en lo s c o m p o n e n te s c u ltu r a le s d el sarias para la existencia social2: la regu­
globalism o o p o stm o d ern ism o, por lo lación de aspectos de la vida social que,
general, recalcan su esencia co m o "capi­ de m anera característica, son "territorial­
talista". m en te centrados"5. Por consiguiente, no
En térm in os de los conceptos que uti­ pueden ser la sim ple con secu en cia de
lizo en m i propio trabajo, estos entusias­ otras fuentes de poder social.
tas hacen hincapié en el poder eco n ó m i­ 2. Si el p u n to anterior es verdadero,
co, o en el poder econ óm ico e ideológico, las considerables variaciones de los Esta­
en tan to dejan de lado el poder m ilitar y dos entre sí darán origen a m odificacio­
político. Es peculiar que subestim en las nes en otros ám bitos de la vida social.
relaciones de poder militar, pues tam bién Aún den tro del co n tin en te europeo los
podría considerarse que, en la actualidad, Estados difieren en tam añ o , poder, geo­
ellas d eb ilitan los E sta d o s -n a ció n , al grafía y grado de centralización. Alrede­
m enos en los países m ás avanzados. Agre­ dor del globo las variaciones m uestran
go pues una cuarta tesis globalista y "de­ un d ram ático in crem en to en grado de
bilitante del Estado", la cual surge de un dem ocracia, nivel de desarrollo, poder
e n to rn o intelectual bastante diferente. infraestructural, poder geopolítico, e n ­

121 Evidentemente existieron sociedades sin Estado (estas sociedades dominaron gran parte de la exis­
tencia del hombre sobre la tierra) y todavía existen. No obstante, parece que los Estados son nece­
sarios para la vida social avanzada, pese a la opinión anarquista.
tJ) Mann, M. The Sources of Social Power. Cambridge: Cambridge University Press, 1986-1993, cap. 1.
d e u d a m ie n to n acio n al, etc. De igual que ser m u y extensas; tal vez una secta
m anera, estas variaciones habitan esce­ religiosa cuyas actividades se desarrollan
narios regionales m u y diferentes. ¿Aun sim u ltán eam en te en dos países vecinos,
si con tara con el apoyo del peligro a m ­ o podrían ocu p ar un co n tin en te o aun
biental, de la "postm odernidad cultural" el m u n d o entero.
y de la desm ilitarización, podría el capi­ 5. Redes globales extendidas por todo
talism o m o d ern o lograr que estas varia­ el m undo, o de una m anera m ás realista
ciones perdieran pertinencia, y ten er los que cubren gran parte del m undo. Sin
mismos efectos en todos los países? ¿O embargo, debem os distinguir aquí entre
dichas variaciones causarán una altera­ redes universalistas y particularistas. Aun­
ción entre estas fuerzas, lim itando así la que el m ovim ien to fem inista puede di­
globalización? fundirse a través de casi todos los paí­
Solam ente los entusiastas m ás febri­ ses, u su alm en te sólo se esparce en tre
les negarían toda validez a éstas tesis co n ­ grupos particulares, m ás bien pequeños.
trarias, o a la supervivencia del Estado- La Iglesia católica, pese a ten er alguna
nación co m o usuario de ciertos recursos presencia en todos los continentes, cu en ­
económ icos, ideológicos, m ilitares y p o ­ ta con una base bastante estrecha en Asia,
líticos. La m isión es establecer grados de m ien tras es casi universal en A m érica
causalidad relativa: ¿En qué m edida se Latina. El capitalism o que evocan m u ­
está transform ando el Estado-nación, en chos entusiastas es una red global u n i­
qué m edida se está debilitando - o aun, versal, disem inada de m anera uniform e
quizás todavía, está creciendo? en la vida econ óm ica y social de casi to ­
Para determ inarlo debem os establecer das partes. Por el contrario se pueden for­
algunas distinciones conceptuales. En la m ar redes globales, bien por m edio de
actualidad es posible distinguir cinco re­ una red universal única, bien m ediante
des socioespaciales de interacción en el una serie de redes segm entadas entre las
m u n d o: cu ales e x is tiría n re la cio n e s b a s ta n te
particularistas.
1. Redes locales las cuales, para los fi­
nes que nos ocupan, sim plem ente signi­ A lo largo de los últim os siglos las re­
fican redes subnacionales de interacción; des locales de interacción han m ostrad o
2. Redes nacionales, estructuradas o una clara dism inución relativa, en tan to
(de m anera m ás neutral) lim itadas por las redes a m ay or distancia -nacionales,
el Estado-nación; internacionales y transnacionales- se han
3. Redes internacionales, es decir, re­ v u elto m ás densas, e stru ctu ra n d o en
laciones entre redes nacionalm ente con s­ m ay or grado la vida de las personas. Las
titu id as. En fo rm a obvia in clu y en la redes realm en te globales h an surgido
"geopolítica dura" de las relaciones inter- hace relativam ente poco tiem po. Obser­
Estado, centradas en la guerra, la paz y vem os que éstas no necesariam ente son
las alianzas. No obstante, así m ism o in­ idénticas a las redes transnacionales, pese
cluyen la "geopolítica m oderada" entre a que m u ch as entusiastas las equiparan.
Estados, negociaciones acerca de asu n ­ Tampoco son económ icas por naturale­
tos de carácter pacífico y particular co m o za; pueden constituirse a partir de m ovi­
el transporte aéreo, las com unicaciones, m ientos geopolíticos (com o argum enta
co n tam in ació n del aire, etc. E incluyen Shaw), o ideológicos co m o una religión,
relaciones entre redes constituidas m ás el socialism o, el fem inism o o el neolibe-
a escala nacional que estatal. Por ejem ­ ralism o -quizás la com binación de estos
plo el surgim iento de "cam peones n acio ­ m o vim ien to s podría ser equivalente a
nales" que juegan en un ca m p o m ás una nueva sociedad civil transnacion al-.
am plio, ya se trate de equipos de fútbol Debido a que el E stado-nación co n s­
o de corporaciones gigantes. tituye, o fu n d am en talm en te restringe,
4. Redes transnacionales que atravie­ las redes nacionales e internacionales, el
san las fronteras nacionales. No tendrían futuro del Estado-nación sufre un vuel­
co crucial una vez se da respuesta a dos tad o s-n ació n descritas bajo el térm in o
interrogantes: ¿La importancia social de redes "geopolítica".
nacionales e internacionales está decayendo en rela­
ción con alguna combinación de redes locales y
Esta es la historia del "surgimiento" del
Estado-nación y de su sistem a, historia
O
transnacionales? Y en la medida en que surgen re­ de todos conocida a la que he agregado
des globales, ¿cuál es el aporte relativo que reciben un grano de arena4. Con todo, h em os de
por parte de redes nacionales/internacionales en opo­ ten er en cu en ta que la expansión de es­
sición a redes locales/transnacionales? tas redes nacionales e in tern acion ales
siem pre o cu rrió simultáneamente con la e x ­
EL "MODESTO ESTADO-NACIÓN”
DEL NORTE
pansión de ciertas relaciones "transnacio­
nales" de poder, en particular aquéllas del
zn
C om ienzo refiriéndom e a la fo rm a de capitalism o industrial y sus ideologías
asociadas (liberalismo, socialism o), ade­
CU
Estado m ás conocid a y d o m in an te en el
m u n d o h oy día. En el "occidente" o, m ás m ás de las redes culturales m ás am plias
p recisam en te, en el "noroccid en te" de que surgieron en el noroccidente a par­
Europa occidental y sus colonias habita­ tir de la percepción "blanca" de los eu ro ­
das por gentes de raza blanca, surgió un peos/cristianos sobre la identidad colec­
Estad o re cla m a n d o soberanía política tiva. Por ta n to , las redes n acion ales e
form al sobre "sus" territorios, así co m o internacionales de interacción crecieron
una legitim idad sustentada en el "pue­ m ás a expensas de las redes locales que
blo" o "nación" que lo habitaba. Es ello lo de las transnacionales. Por ejemplo, a fi­
que en ten d em os p or Estado-nación. nales del siglo XIX, cu an d o los Estados
Los poderes reguladores de tales Esta­ europeos cim entaban sus infraestructu­
dos se expandieron a lo largo de varios ras nacionales de educación y salud pú ­
siglos. En prim er lugar, y a partir de las blica, increm entaban sus tarifas y, poco
postrim erías de la Edad M edia, reclam a­ a poco, perdían el ru m b o acercándose
ron cada vez con m ás fuerza un m o n o ­ cada vez m ás a la guerra co n tra sus ve­
polio de las regulaciones legales y del cinos (ejemplos de encasillam iento n a ­
poderío militar. Luego, en el siglo XVIII y c io n a l e in te rn a c io n a l), el c o m e rc io
especialm ente en el XIX, apoyaron la in ­ transnacional se increm entaba con rapi­
tegración de las infraestructuras, las c o ­ dez asom brosa, llegando a co n fo rm ar la
m un icacion es y el co n tro l básico de los m is m a p ro p o rc ió n de la p ro d u cció n
pobres. El siglo X X fue testigo del surgi­ m undial que h o y representa, y los p o ­
m ien to de Estados benefactores, de la d e re s n o r o c c id e n t a le s a c tu a b a n d e
planificación m a cro eco n ó m ica y de la con su n o, con una actitud de superiori­
m ovilización de un nacionalism o ciuda­ dad cultural para cristianizar, explotar y
dano de m asas. En form a sim ultánea, un drogar a los chinos.
m ay or n ú m ero de Estados logró su legi­ En verdad, el crecim iento del Estado-
tim idad en térm in os de "el pueblo", bien nación presuponía una expansión global de
sea " r e p re s e n tá n d o lo " (d e m o c ra c ia s gran envergadura. Aunque parezca obvio
liberales), bien "encarnándolo orgánica­ que el propósito era financiar este creci­
m e n te " (regím en es au to ritario s), m e ­ m iento, probablem ente operó tam bién
diante diversas categorías de ciudadanía u na percepción de nacionalidad an im a­
civil, política y social. Por tan to, en cierta da por el discernim iento de superioridad
m edida, los noroccidentales quedaron europea/cristiana/blanca que dotó a to­
"aprisionados" en redes nacionales de das las clases y sexos del Noroccidente con
interacción, a las que com p lem en taro n un sentido de su propio valor m oral e
las relaciones internacionales entre Es­ igualdad. Es cierto que la últim a gran ola

(4)
ídem.
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expansionista del Estado-nación, desde cional", los im perios dinásticos de los
1945 hasta la década de los sesenta, ta m ­ Habsburgos, Romanovs y O tom anos, con
bién puede haber in volu crad o am bos Estados débiles y escasa identidad n acio ­
aspectos. Los Estados disponían de enor­ nal, en realidad una alternativa m enos
m es recursos financieros, resultantes de n a cio n a l-e sta tista co m p arad a co n los
una expansión económ ica m asiva y, ade­ otros dos Estados derrotados. El fascis­
m ás, contaban con las instituciones ge­ m o in ten tó establecer un Estado m u ch o
neradas por la guerra -y la reconstrucción- m ás fuerte y autoritario que, supu esta­
para gastar sus recursos. M ientras tanto, m ente, encarnaría la esencia de una n a­
las naciones noroccidentales, una vez en ­ ción rígida y étn icam en te definida. Ya en
señaron a sus súbditos de las colonias 1945 el fascism o estaba desacreditado, al
los valores de la "civilización", p ro ce­ m enos para las dos generaciones siguien­
dieron a "concederles" la independencia tes. Igualm ente el socialism o de Estado
de acuerdo con su propio estilo europeo: buscó crear un Estado m ás fuerte (su­
co m o Estados-nación. En consecuencia, p u estam ente sólo en el co rto plazo). Si
el pasado fue testigo del surgim iento del bien no estrictam en te nacionalista, su
capitalism o transnacional y de identida­ creciente tendencia a equiparar al prole­
des culturales, sim ultáneam ente con la tariado con un "pueblo" o "m asa" m ás
aparición del Estado-nación y su siste­ am plio le otorgó un principio sim ilar de
m a internacional. Ellos siem pre han p o ­ legitim ación. Y su autarquía económ ica
seído una com pleja com binación de au ­ y el con trol rígido de sus ciudadanos in ­
to n o m ía relativa e in te rd e p e n d e n cia tensificaron su encasillam iento "nacio­
sim biótica. nal". Su im popularidad duró m ás tiem ­
De igual m anera, la m ayor parte délos po y para 1991 pareció llegar a su fin (por
Estados noroccidentales perdieron ciertas el m o m en to ). Estos dos regím enes de­
fu n cio n e s d u ra n te el p e río d o de su rrotados reclam aron el m onopolio de la
exp an sió n . C on form e se volvían m ás m oralidad, cosa que el "Estado-nación
"seculares", cedían sus poderes sobre la m odesto" nunca hizo. Era responsabili­
norm atividad m oral que, en principio, dad del Estado cultivar el "Hombre so ­
habían poseído en asociación con las igle­ viético" o lo "conscientem ente alemán".
sias (si bien en siglos anteriores lo habi­ Si estos am biciosos Estados-nación h u ­
tual era que la Iglesia, antes que el Es­ bieran triunfado y el m u n d o se hubiera
tado, se encargaran de hacer valer esas globalizado, la sociedad global se habría
norm as m orales). Así m ism o recordem os constituido por una serie fragmentada de
que en gran m edida la vida económ ica redes globales donde prim arían las rela­
jam ás estuvo bajo el d om inio del Esta­ ciones particularísticas, probablem ente
do: lo d en om in am os propiedad "priva­ m ás beligerantes. Dado que no triunfa­
da". Por tanto, gran parte de la vida so­ ro n , p o d ría e sp e ra rse q u e c u a lq u ie r
cial co n tin u ó siendo, o llegó a ser más globalismo posterior fuese m ás univer­
privada, por fuera del ám bito de co m p e­ sal en su carácter.
tencia del Estado-nación, aun durante el A partir de 1945, el m odesto triunfa­
gran período de expansión. La propiedad dor se difundió aún m ás a lo largo y a n ­
perm aneció privada, los hom osexuales cho de casi todo el resto del Norte, es de­
siguieron ocultos en el arm ario. El capi­ cir, la totalidad del co n tin en te europeo,
talism o y la m oralidad fueron b ásica­ y a un nú m ero cada vez m ayor de regio­
m en te au tó n o m o s del Estado. Más ade­ nes del O riente y Sur de Asia. Sus a ta ­
lante sugiero que la au to n o m ía m oral se víos formales tam bién han dom inado "el
encuen tra en decadencia. Sur", en tan to los Estados se reúnen en
Por consiguiente un "Estado-nación un foro llam ado "las Naciones Unidas".
m odesto" llegó a o cu p ar una posición Podría co n s id e ra rs e q u e el m o d e s to
d o m in an te en el N oroccidente. Durante E stad o -n ació n d o m in a el m u n d o . De
el transcurso del siglo XX derrotó tres ri­ hecho, lo hace en algunos sentidos li­
vales. U no de ellos el "Imperio m u ltin a­ m itad os. Sólo unos pocos Estados no
fun d am en tan su legitim idad en la n a ­ parte de Eurasia a la penetración capita­
ción, o carecen del m onopolio de la coer­ lista. En la actualidad sólo Irán, China y
ción interna o de verdaderas fronteras te­ un puñado de países com u n istas peque­
rritoriales. Casi todos se las ingenian para ños m an tien en bloqueos parciales, con
p o n er en p ráctica políticas orien tad as tendencias a la reducción o a la espera
hacia el co n tro l básico de la población, de que com iencen a hacerlo en un futuro
la salud y la educación. Aunque la dis­ cercano. China conserva diferentes for­
m in ución de las tasas de m ortalidad y el m as de propiedad (una mezcla de p ro ­
in crem en to de las tasas de alfabetización piedad y co n tro l privado con variedades
tienen m últiples causas, algunas de ellas de propiedad y co n tro l público), m ien ­
se originan en el ám bito de políticas p ú ­ tras co n tin ú an existiendo áreas de eco ­
blicas efectivas. n o m ía de subsistencia dispersas en el
Por estas razones co n tin u aré descri­ m u n d o (en p roceso de d ism in u ción ).
biendo los Estados m odernos co m o Es- Con todo, el intercam bio capitalista de
tad os-n ación . Aún así, la m ay or parte de m ercan cías co n tin ú a siendo p red o m i­
los Estados d eten tan un co n tro l b astan ­ nante. Sin ningún adversario a la vista el
te lim itado sobre sus territorios y fron­ capitalism o se está volviendo global -a l
teras, m ientras sus exigencias para repre­ m enos m ínim am ente. Éste no era el caso
sentar la nación frecuentem ente no son en 1940 y ni siquiera en 1980. Resulta
genuinas. Para gran parte del m undo, un obvio que se trata de una tran sform a­
E stado-nación verdadero co n tin ú a siendo ción significativa.
m ás una aspiración para el futuro que ¿Pero sus redes globales son "puras",
una realidad del presente. Su ascenso ha en el sentido de ser singularm ente u n i­
sido global, aunque m odesto y poco un i­ versales, u otros principios m ás particula-
form e. Llegó a d o m in ar el "Norte", ha rísticos de organización social tam bién
sido parte de su expansión y representa contribuyen a constituirlas? Una e co n o ­
un futuro deseado para la inm ensa m a ­ m ía puede ser global, pero por la ayuda
yoría de los pueblos del m u n d o. ¿Todo de redes nacionales e internacionales de
esto se en cu en tra am enazado en la a c­ interacción. Después de todo, m ás del
tualidad? 80% de la producción m undial con tin ú a
destinada al m ercado nacional interno.
LA AMENAZA CAPITALISTA Teniendo en cu en ta que las estadísticas
económ icas se obtienen a nivel del Esta-
Los entusiastas han identificado acerta­ do-nación, desconocem os cuál es la co n ­
d am en te m u ch as transform aciones im ­ tribución relativa de los intercam bios en
p o rtan tes del cap italism o. No es pues verdad nacionales con respecto a las co n ­
necesario d o cu m en tar el uso capitalista tribuciones de redes de interacción lo ­
de la nueva tecnología "inform ática" y cal. Con toda probabilidad, la econom ía
"postindustrial" en su expansión a tra­ nacional está considerablem ente m enos
vés del m u n d o y su penetración profun­ integrada de lo que las estadísticas sugie­
da de la vida social. ¿Pero qué tan gran­ ren, en particular en los países atrasados
de es su am enaza al E stad o-n ación ? ¿Y en relación con países industrializados
qué tan "global" y /o "transnacional" es co m o Estados U nidos o Australia. Aun
esa am en aza? así, es evidente que el Estado-nación es­
En un sentido geográfico formal, el tru ctu ra de m anera sistem ática m uchas
capitalism o de ahora es más o m enos glo­ redes económ icas.
bal. Dos grandes acontecim ientos geopo- La propiedad, los activos y activida­
líticos perm itieron su difusión masiva. des de l£>D de las corporaciones "m ulti­
En prim er lugar, el fin de la colonización nacionales" (incluyendo bancos, fondos
dio por term in ad a la segm entación de la m u tu o s de inversión y com pañías ase­
econ om ía m undial en zonas imperiales g u ra d o ra s ) p e r m a n e c e n de m a n e ra
separadas. En segundo lugar, el colapso desproporcionada en su Estado de ori­
de la autarquía soviética abrió la m ayor gen, m ientras co n tin ú an dependiendo
de su acción para proveerse de capital pañía tiende a fijarse de acuerdo con los
h u m an o (educación), com unicaciones, m ercados nacionales de valores, así co m o
infraestructuras y proteccionism o econó­ con leyes corporativas y prácticas co n ta ­
m ico 5. No obstante, aún entre las m u lti­ bles nacionales6. Claro está que Europa
nacionales m ás sólidas la extensión de occidental se ha vuelto m ás transnacional
sus m ercados, la organización de la pro­ apoyando la integración econ óm ica co n ­
ducción y sus flujos de inversión son ta m ­ tinental. Hay un auténtico m ercado ú n i­
bién transnacionales en esencia. En la co y una divisa unificada. En este caso,
actualidad proliferan las alianzas estraté­ las co rp o racio n es n acion ales se están
gicas con corporaciones de otras "nacio­ convirtiendo en "cam peones europeos",
nalidades", debilitando la identidad n a­ co n tan d o con la ayuda, tan to del gobier­
cional de la propiedad -a u n q u e m u ch os no de la U nión Europea co m o del Esta-
de estos acuerdos ocurren para evadir el d o -n ación .
proteccionism o y de ser así podrían m o s­ Es obvio que se hace necesario inves­
trar una tendencia a la dism in u ción -. tigar tales complejidades económ icas con
Las finanzas son m u ch o m ás tran sn a­ m ay or detenim iento. Con todo, surgen
cionales, co m o lo evidencia la creciente dos aspectos: Europa es un caso extre­
com plejidad de los m ercados financieros m o y las verdaderas redes de interacción
y de los m odelos que se supone explican capitalista siguen siendo profu n d am en ­
su form a de operación -id esd e la teoría te m ezcladas. Sigue presente la sim bio­
del Acceso aleatorio hasta la teoría del sis entre lo nacional y lo transnacional.
Caos!-. Con todo, sus instituciones co n ti­ Emerge un tercer aspecto: no es posi­
n ú a n d e m o s tr a n d o u n a reg u larid ad ble equiparar gran parte de las relacio­
burocrática, gran parte de ella con un ca­ nes económ icas "transnacionales'' con un
rácter n acion al p ro n u n ciad o. Los e m ­ universalism o global. El m ay or volum en
pleados de Nikko Europa com ienzan su de la actividad capitalista es m ás "trila-
jornada laboral antes de la hora de cierre teral" que global, con cen trad a en las tres
de la Bolsa de valores de Tokio. Sus clien­ regiones del "Norte" desarrollado: Euro­
tes establecidos en Europa -e n realidad pa, A m érica del N orte y Asia oriental,
corporaciones japonesas en su m ay o ría- dueñas del 85% del com ercio m undial y
son los prim eros en recibir la últim a in­ de m ás del 90% de la producción de sec­
form ación disponible. Luego, a m edida tores avanzados co m o la electrónica, ade­
que Wall Street despierta (en Nueva York), m ás de poseer las casas m atrices de casi
la inform ación se tran sm ite hacia o cci­ las 100 m ultinacionales m ás im p o rtan ­
dente, m ientras Londres term in a su jor­ tes del m u n d o (incluyendo los bancos).
nada de trabajo. Así m ism o, los m erca­ Esta realidad no significa que el cap ita­
dos financieros revelan un a dualidad lism o no sea global. Indica tan sólo que
n acional/transn acional: negociar en b o ­ el Norte es rico y el Sur pobre, y que
nos gubernam entales, en divisas y en am bos están irrem ediablem ente encade­
m ercados futuros es m ás que tod o una nados com p artien d o una red global de
a ctiv id ad tra n s n a cio n a l, q u e se abre interacción. Y sugiere que el capitalism o
cam in o a través de las fronteras de los retiene un orden geoeconóm ico d o m i­
países, sujeta a pocos controles. Sin e m ­ nado por las econom ías de los Estados-
bargo, el precio de las acciones de la co m ­ nación industrializados.

151 Carnoy, M. “Whither the Nation-State?”. En: Carnoy, M. (editor). The New Global Economy in the Information
Age. College Park, Penn: Pennsylvania State University Press, 1993; Castells, M. "The informational
econom y and the new international división of labor”. En: Carnoy. ídem.
(6) Wade, R. “Globalization and its limits: reports of the death of the national econom y are greatly
exaggerated". En: New Left Review, 1996.
A grupaciones de Estados-nación p ro ­ Con el correr del tiem p o pueden de­
veen el orden de estratificación del globa- clinar algunas de estas estructuracion es
lism o. Entre otras consecuencias, esta es­ nacionales e internacionales. La d o m i­
tratificación protege a los ciudadanos del nación de la eco n o m ía m undial por el
Norte: un niño o niña con un nivel m e ­ Norte puede dism inuir debido a las pre­
diocre de educación, cu yo padre es un siones de la ventaja com parativa. Fuera
trabajador n o calificado en Gran Bretaña de las actividades con aportes significa­
o Estados Unidos, disfrutará condiciones tivos de alta tecnología, gran parte de las
m ateriales de existencia m u ch o m ejores em presas productivas pueden em igrar al
(incluyendo 2 0 años m ás de vida) de las Sur, a los países con m enores costos, dan­
que puede ten er un coetáneo de sus m is­ do origen a m ayor globalización (aunque
m as condiciones en Brasil o India. Es un no necesariam ente aliviando la desigual­
h ech o cierto que las desigualdades entre dad). Hasta ahora la em igración ha fun­
estos E stados-nación son cada vez m ás cionado, no por causa de alguna lógica
notorias; sin em bargo, es casi inconcebi­ "tran sn acio n ar (¿de Acceso aleatorio?),
ble pensar en la abolición del grueso de sino por la com binación de cu atro prin­
los privilegios de que disfrutan los ciuda- cipios: la posesión de recursos naturales
dados nativos de los países del Norte. útiles, la proxim idad geográfica (países
Hacerlo daría lugar a desórdenes sociales vecinos), las alianzas geopolíticas (países
de tal m agnitud que serían in com p ati­ am istosos), y la estabilidad del Estado y
bles con un capitalism o estable y fructí­ la sociedad civil (países predecibles). En
fero. El Estado-n ación provee parte de la ta n to el p rim e r fa c to r se e n c u e n tra
estru ctu ra y la estratificación de las re­ aleatoriam ente alrededor del m u n d o -el
des globalizadas. petróleo puede desarrollar países bastan­
De igual m anera, la econ om ía global te atrasados-; en general, los tres facto ­
está sujeta a regulaciones in tern acio n a­ res restantes están conectados en tre sí.
les laxas bajo la form a de organizaciones El desarrollo histórico de las princi­
co m o el G-7, el GATT, el Banco M undial pales econom ías del Norte surgió en es­
o el FMI, organizaciones tam bién bajo el cenarios regionales am plios, a partir de
d om inio del Norte. Algunas de ellas par­ los cuales los países y sociedades aleda­
ticipan en negociaciones de liberalización ñas se beneficiaron. En consecuencia, la
del com ercio en apariencia interminables, expansión ha sido m ás que tod o hacia
dado que, recien tem ente los gobiernos vecinos am istosos con naciones y Esta­
nacionales han com en zad o a au m en tar dos relativam ente desarrollados, co m o
las barreras no arancelarias. De ningún Korea y M éxico, antes que, digam os, h a­
m o d o estam os en el com ercio global li­ cia la m ay or parte de los países de África.
bre aunque nos acerquem os poco a poco. El grueso del crecim iento tam p o co adop­
¿Pero se trata de otra fase en la oscila­ ta un patrón regional de "enclave" d en ­
ción histórica n o rm al entre los polos del tro de los Estados. Entonces, el d esarro­
libre co m e rcio y del p ro te ccio n ism o ? llo tiende a difundirse a través de los
Todo depende de otras tendencias que territorios clave de estos Estados, forta­
analizarem os. leciendo el desarrollo de sus sociedades
En el fu tu ro ce rca n o , la e co n o m ía civiles y su avance hacia el Estad o-n a-
globalizante n o sólo adquiere su carác­ ción. Ibr consiguiente la extensión del
ter a partir de redes transnacionales de Norte - y por tan to de la globalización-
interacción. Lo global lo constituye una ha dependido de - y a su vez se ha fortale­
com pleja m ezcla de lo local, lo nacional, cido a partir d e - los Estados-nación que
lo internacional (que en m i análisis está se benefician de ella. Esta form a de globa­
re p re s e n ta d o p r in c ip a lm e n te p o r el lización refuerza las redes nacionales.
trilateralism o del Norte) y lo verdadera­ C om o quiera que el capital financiero
m e n te tr a n s n a c io n a l. La m e rc a n c ía parece ser m ás transnacional que el in­
transnacional n o rige el m u n d o. dustrial, sus restricciones sobre el Esta­
d o -n ación son las m ás señaladas por los m ás que program as de nacionalización
en tu siastas. Su m ovilidad y velocidad o inversión estatal directa; bancos cen ­
producen m ovim ientos financieros que trales m ás que políticos; m enos la pre­
m in im izan los recursos fiscales de los tensión de con trolar los m ercados que
Estados y restringen dos de los tres pila­ de señalar rum bos y, sobre todo, ningún
res de la política fiscal de posguerra, las in crem en to de tasas im positivas bajo el
tasas de interés y la revaluación de divi­ subterfugio de una grandiosa teoría e co ­
sas (las políticas im positivas se ven m e­ nóm ica.
nos afectadas). Existen dos razones que Tam poco son fáciles de interpretar las
hacen difícil evaluar la im portancia ge­ razones que sustentan las reducciones
neral de este hecho. En prim er lugar, las dram áticas del poder. Conform e la e co ­
cifras no ofrecen precisión real sobre las n o m ía se ha in te rn a c io n a liz a d o , los
relaciones de poder. Dado que las divisas, estándares de vida se han estancado en
las acciones, los negocios a futuro, etc., tan to crece la desigualdad (con excepto
pueden ser objeto de transacción m uchas de Asia oriental). Si cada vez con m ayor
veces en un m ism o día, el valor n o m i­ fuerza los gobiernos nacionales se restrin­
nal de los "flujos financieros" supera co n ­ gen en su planificación econ óm ica y en
siderablem ente el del com ercio mundial, sus pretensiones de Estado benefactor, la
y co n tin ú a au m en tan d o . Sin em bargo, ra z ó n p o d ría d e b e rse a te n d e n c ia s
el poder no puede sim plem ente borrar transnacionales o a la recesión. Por ejem ­
estas cifras. Lo que se está negociando plo, las políticas de "substitución de im ­
son derechos de propiedad sobre m ate­ p o rtacion es" im p lan tad as en A m érica
rias prim as, bienes m an u factu rad os y Latina fructificaron sobre la expansión
(cada vez m ás) servicios, casi todos con eco n ó m ica regional posibilitada por la
gran localización y por tanto, con un gra­ Segunda Guerra M undial. Esa política se
do presum ible de identidad nacional. d erru m b ó por el en d eu d am ien to a cu ­
En segundo lugar, no hay claridad so ­ m ulado en el crédito fácil de los años se­
bre la efectividad de la planificación m a- tenta, seguido por el estan cam ien to e in­
cro econ óm ica en el N oroccidente. Pareció flación de los ochenta.
ser efectiva en tan to se producía un cre­ La "reestructuración" ha alcanzado di­
cim ien to m asivo y los gobiernos tenían m ensiones extrem as en gran parte de la
acceso a los superávit. M uchos gobier­ región, elim inando virtualm ente la pla­
nos tuvieron la posibilidad de ser m o d e­ nificación m acro eco n ó m ica nacional y
rad am en te in terven cion istas (aunque, reduciendo el tam añ o del Estado bene­
por lo general, los incentivos selectivos factor. Sin em bargo, esta situación pue­
fueron m ás efectivos que los controles de haber sido el resultado, no tan to del
físicos). Sin em bargo, desde en to n ces transnacionalism o cu an to del poder de
hem os presenciado no sólo el colapso de la deuda al capital financiero y sus prin­
la econom ía keynesiana, sino tam bién de cipales institu ciones. Sin em bargo, en
la teoría econ óm ica en general. En la ac­ co m p a ra ció n la "reestru ctu ració n " de
tualidad los e co n o m ista s acep tan no Corea puede ser una m era reorientación
poder ofrecer explicación alguna acerca de políticas m acroecon óm icas aún m ás
de los auges o caídas de la econ om ía del fuertes, ya que si bien este país tuvo una
siglo XX (al m en os de alguno que no de­ deuda considerable, su crecim iento e co ­
penda de eventos singulares co m o las nó m ico significó que la deuda pudiera
grandes guerras m undiales). Es factible pagarse y se lograra atraer un m ayor v o ­
esperar políticas m acroecon óm icas n a­ lum en de inversión extranjera.
cionales/internacionales (es decir, trilate- La crisis fiscal que afectó por igual a la
rales) m ás laxas y fiscalm ente m ás cau ­ m ayor parte de las naciones del Norte y
telosas: una proliferación de directrices del Sur, puede ser m ás el producto de la
em anadas del G-7 y el GATT, adem ás de recesión que del cap italism o tra n sn a ­
convenios de liberalización gradual; p ro ­ cional. Mi trabajo anterior m e perm ite
gram as de colaboración y de incentivos afirm ar que, por lo m enos desde el siglo
XIII, los ciudadanos sólo aceptan pagar prosperidad, su co h esió n y su poder.
u na m ay or proporción de sus ingresos Analicemos, en prim er lugar, las tres prin­
en im puestos d urante tiem pos de gue­ cipales regiones del Norte. Am érica del
rra7. A duras penas, puede sorprender­ Norte está dom inada por su superpoten-
nos su ren u en cia a co n trib u ir al fisco cia, Estados Unidos, dotado de un Estado
d u ran te la pacífica década de los setenta inusual d o m in ad o por su excepcional
y años posteriores, en un período de re­ m áquina de guerra y su deficiente siste­
cesión (cuando sus ingresos reales se h a ­ m a de seguridad social. La m ayor parte
bían estancado, o se deterioraban cada de las dem ás actividades gub ern am en ­
vez m ás). Se trata de la n o rm a histórica, tales, que en casi tod os los países del
n o del p ro d u cto ú n ico de la "p o sm o ­ Norte son del ám bito de acción del go­
dernidad" o del "globalismo". En realidad, bierno central (la justicia criminal, la edu­
los m ovim ien tos políticos que tradicio­ cación y gran parte de los program as de
n alm en te se apoyaban en el E stad o-n a- bienestar social), son responsabilidad de
ción, co m o la Socialdem ocracia, la De­ 50 "estados" locales separados. Tres in ­
m ocracia Cristina y el Partido D em ócrata dustrias im portantes se en cu en tran es­
de Estados U nidos, han entrado en una trech am en te entrelazadas con el gobier­
especie de crisis. Se han atascado e ini­ no Federal: la agricultura, el com plejo
ciado una etapa de deterioro (m ás en tér­ m ilitar-industrial y los servicios de sa­
m in os de su capacidad para diseñar p o ­ lud, en cierta m edida planificados. M u ­
líticas radicales que de atraer votos). chas otras industrias tienen relaciones
U na vez m ás, las razones no son del estrechas con los gobiernos locales; por
tod o claras. ¿Acaso es el resultado de los ejemplo, la co n stru cción de vivienda. Es
nuevos poderes del capital transnacional difícil vislum brar algo así co m o el des­
(quizás de las Euroinstituciones), o de pertar de los poderes del gobierno en Es­
que los ciudadanos se nieguen a apoyar tados Unidos, dado que ellos n u n ca se
las políticas de "im puestos y gastos" en ejercieron de m anera m u y activa. La re­
m edio del estan cam ien to y el deterioro cesión por sí sola significa que ahora es
de sus ingresos reales? Aunque es proba­ im posible ejercer esos poderes. En m e ­
ble que am bas sean correctas, no he vis­ dio de estándares de vida estancados,
to la investigación que establezca una ningún organism o gubernam ental pue­
clara diferencia entre estas hipótesis anta­ de au m en tarlo s im puestos. Por otra par­
gónicas. Por supuesto, si el crecim iento te, en ciertos aspectos podría decirse que
no se reinicia, o si su desproporción co n ­ en realidad el Estado-nación se está re­
tinú a au m en tan d o la brecha de la des­ duciendo. O rganizaciones tan diversas
igualdad y acrecen tan d o el desem pleo, co m o bancos, estaciones de televisión y
sus efectos políticos sobre el despertar de periódicos se están volviendo m ás inte­
los sectores de centro-izquierda pueden grados nacionalmente, m ientras la recien­
ser similares a los identificados por los te absorción escolar y laboral de un n ú ­
entusiastas. La ciudadanía social parece m ero im presionante de inm igrantes (la
haber alcanzado su auge en el Norte y en inm igración ha regresado a los niveles
la actu alid ad atraviesa un período de anteriores a 1914) indica una formidable
descenso. Aun así, se podría reversar la solidaridad nacional.
situación m ed ian te una serie de ten d en ­ En la actualidad, Asia oriental tam bién
cias futuras: recu p eración eco n ó m ica, se en cu en tra bajo el d om inio de un Es­
factores dem ocráticos cam biantes o re­ tad o -n ació n único, aunque Jap ón no es
acciones políticas adversas. una superpotencia militar. La econom ía
Las e co n o m ía s nacion ales tam b ién política de Japón difiere tan to de la de
m uestran variaciones considerables en su Estados Unidos co m o de la de Europa,

(7) Mann, M. The Sources of Social Power. 0b. cit.


m ostran d o m u ch a m ay or coordinación actu ar a título individual con respecto a
en tre el Estado y las corp oracion es ca ­ m u ch as cuestiones políticas -d esd e las
pitalistas. "Gobierno del m ercado" lo de­ etiquetas en los productos hasta la to r­
nom in a Wade e "Interdependencia go­ tura de terroristas sosp ech osos-. En el
bernada", según Weiss y Hobson8. Esta largo plazo se pueden producir im p or­
coordinación nacional se ha adaptado de tantes variaciones constitucionales. Pa­
diversas formas a través de las econom ías rece probable que la fuerza cada vez m a ­
m ás pequeñas de Asia oriental. Entre es­ y or de los grupos de presión, sobre el
tas form as podem os m en cion ar activas Eurogobierno co m o sobre los gobiernos
políticas industriales con base en tasas nacionales, aunada a la política regional
im positivas selectivas, o subsidios co n ­ de la U nión Europea co n im p ortan tes
dicionales para sectores y coordinación recursos financieros, produzca una dis­
g u b e r n a m e n ta l de la c o la b o r a c ió n tribución m ás uniform e del poder entre
interempresarial para la incorporación de el gobierno central y el local.
nuevas tecnologías9. También estos paí­ La econom ía de Europa se ha transna-
ses gozan de estabilidad política y de una cionalizado substancialm ente. Em pero,
sociedad civil avanzada, es decir, "nacio­ la Unión Europea tam bién continúa sien­
nal", estable, capacitada y, por lo gene­ do una asociación entre Estados-nación,
ral, honesta. una red internacional de interacción. Los
Los gobiernos de Asia oriental cuentan acuerdos geopolíticos específicos entre
con una sólida base impositiva, el creci­ Alem ania y Francia, con el respaldo de
m ien to para respaldar la deuda y sus sus Estados clientes, han sido siem pre su
países son atractivos a los inversionistas m o to r de crecim iento. Alem ania y Fran­
extranjeros. Tienen la capacidad de au ­ cia, co m o los dem ás Estados, han perdi­
m en tar los im puestos para in crem en tar do m uchas autonom ías particularísticas.
el radio de acción de los servicios estata­ Sin embargo, cuando se unen, continúan
les y tienen poder de negociación con las siendo los am os y señores de las cu es­
corporaciones extranjeras. La distribu­ tiones de m ayor trascendencia. Los Es­
ción del ingreso es bastante equitativa, tados m ás pequeños y eco n ó m icam en te
m ientras sus ciudadanos tienen acceso m ás débiles parecen haber perdido m ás,
a una am plia red de servicios públicos aunque en el pasado su soberanía sobre
co m o educación y vivienda. Protegen sus aspectos cruciales era m ás lim itada. No
industrias nacionales, si bien de diferen­ se trata de geopolítica tradicional "dura",
tes form as. Asia oriental ofrece com b i­ ya que el tem ario de la discusión es pri­
naciones diferentes de tran sform ación m ordialm ente eco n ó m ico y los partici­
capitalista y Estados-nación. pantes están convencidos de que la gue­
Europa es la única de las tres regiones rra entre ellos es im pensable. Se trata de
que ha exp erim entado una tran sform a­ geopolítica "blanda", estructurada por re­
ción política significativa10, reduciendo des m u ch o más densas de interacción in­
la a u to n o m ía "particularística" de sus ternacional (adem ás de las restantes re­
Estados m iem bros. Ya no les es posible des nacionales).

(8) Wade, R. Goveming theMarket: Economic Theory and the Rise of theMarkd in East Asían Industrialization. Princeton,
NJ: Princeton University Press, 1990; Weiss, L. y Hobson, J. 1995. States and Economic Development. A
Comparative Historical Analysis. Cambridge: Polity Press, 1995.
,s>) Weiss, L. "Governed interdependence: Rethinking the government-business relationship in East
Asia”. En: The Pacific Review, Vol. 8, 1995.
(l0) En un artículo anterior he analizado esta situación con m ayor detenimiento, haciendo algunas
comparaciones con otras regiones. Sin embargo, com o lo indica el presente artículo, desde enton­
ces mis puntos de vista se han modificado en algunos aspectos. "Nation-states in Europe and other
continents: Diversifying, developing, not dying". En: Daedalus, Vol. 122, 1993.
Dada su variedad, sería im prudente sión entrelazada de los tres produjo el
generalizar acerca "del Sur". Es posible que E stado-nación en el N oroccidente y su
u n a parte siga el cam in o de Asia o rien ­ extensión a un Norte m ás am plio. Si el
tal. U na penetración transnacional ver­ desarrollo m undial se atasca, tam bién se
dadera integraría trozos de territorio en frenará la extensión del Estado-nación.
todas partes, por puro azar, casi sin consi­ Es posible que algunos Estados-nación
deración alguna por las fronteras de los "débiles" se desplom en. Pero si el desa­
Estados. No obstan te esto parece poco rrollo es posible, o cu rrirá en aquellos
probable, dado que un gobierno estable países que m ás se asem ejen a Estados-
y los sistem as de educación y salud t o ­ nación.
davía p arecen co n stitu ir la co n d ició n Suponiendo que el rum bo de la eco ­
m ín im a para una inversión extranjera n om ía se dirija hacia un globalismo cada
significativa. Factores que exigen organi­ vez m ás transnacional, que el libre c o ­
zación social coordinada en el ám bito m ercio se logre a m edida que la U nión
nacional o estatal. ¿Q ué otro organism o Europea, el NAFTA, la Conferencia Asiá­
puede proveerlos? Si Chile está siguiendo tica y otros grupos com erciales se fusio­
rum b o al Norte es porque su Estado y nen bajo la coordinación laxa de la Or­
sociedad civil, ya b astan te estables, re­ ganización M undial del C om ercio, y que
cibieron el refuerzo de un orden antiiz­ el desarrollo del Sur llega a ser m ás ex­
quierdista im puesto por el Estado y un tendido, ¿tod o ello sería equivalente a
neoliberalism o eco n ó m ico tam bién es­ una econom ía transnacional/global ú n i­
tatal, de gran atractivo para los inversio­ ca, donde la m ercancía y el m ercado ún i­
nistas extranjeros, especialm ente para los co gobernarían el m u n d o ?
Estados U nidos. Si los países árabes m ás La respuesta es sí y no. Todos los bie­
ricos lo logran, se deberá a su petróleo. nes y servicios tendrían un precio en un
China e India, un tercio de la población m ercado único. El "consum ism o" ya es
m undial, ofrecen com binaciones diferen­ dom inante, afirm an algunos entusiastas;
tes de recu rsos e co n ó m ico s m asivos, las prácticas contables de los negocios se
sociedades civiles fuertes y am biciosas difunden a través de instituciones pre­
legislaciones estatales. ¿El sentido de ciu­ viam ente aisladas, co m o el sector públi­
dadanía nacional en estos países se verá co o las universidades, m ientras los de­
dism inuido o fortalecido por el éxito e co ­ portistas venden sus aptitudes al m ejor
n ó m ico ? Con toda seguridad se verá for­ p ostor en m ercados libres y relativam en­
talecido. te nuevos. La penetración de la m ercancía
En el o tro extrem o, Estados profun­ am pliará su radio de acción. Aun así, las
d am en te perturbados en Africa parecen reglas por las que se rigen estos m ercados
encontrarse en proceso de fragm entación continúan teniendo sus particularidades,
por razones premodernas, antes que post- co m o los efectos de las redes nacionales
m odem as. Su reclam o de m odernidad, e internacionales de interacción. Aunque
incluyendo la con stitu ción de un Esta­ h oy en día se vende y se co m p ra una
d o -n ación , d em ostró ser frágil. Aunque g am a m u c h o m ás am p lia de bienes,
estaría interesado en respaldarlos, no en m u ch o s de los m ás im portantes no se
fragm entarlos, el capitalism o internacio­ venden co m o m ercancías en los m erca­
nal no cu en ta con suficiente poder para dos libres. Ninguna de las tres industrias
hacerlo. Existen otras regiones m ás atrac­ m ás im portantes en la econ om ía de los
tivas, con Estados y sociedades civiles Estados Unidos, defensa, servicios de sa­
m ás fuertes. lud y (es probable) drogas ilícitas, se en ­
En consecuencia, la cuestión vital para cu en tran bajo el d o m in io ú n ico de la
el Estado-n ación en casi todo el m u n d o producción de m ercancías, aunque todas
es el grado de desarrollo de la econom ía, involucran im portantes redes tran sn a­
aunque tam bién de dos precondiciones cionales. Por consiguiente, la m ercancía
del desarrollo: la "civilidad" y la capaci­ no tiene por qué gobernar, aun a través
dad infraestructura!, del Estado. La expan­ de una econ om ía en apariencia em in en ­
tem en te capitalista. La econ om ía in vo­ tas deben ir m ás allá del Estado-nación
lucra diversas prácticas y valores socia­ y del capitalism o.
les, que proveen sus propios "bloqueos" Las respuestas a las cuestiones a m ­
al poder del intercam bio de m ercancías. bientales parecen co n ten er dos aspectos.
Aunque en la actualidad la econom ía En prim er lugar, las organizaciones han
capitalista es significativam ente global, com enzado acciones que involucran la
su globalismo es "impuro", una co m b i­ m áxim a am bientalista de "pensam iento
nación de lo transnacional y lo in tern a­ global, acción local”. Se trata principal­
cional. El universalism o potencial de lo m en te de una mezcla de grupos de pre­
tra n sn a cio n a l se ve so cav ad o p o r los sión, locales y transnacionales, m ás "m o ­
particularism os de los Estados-nación, dernos" que "postm odernos", dado que
pero tam bién por los particularism os de rechazan la explotación m aterial y cien ­
las p rá ctica s de la so cied ad h u m a n a tífica de la Naturaleza por razones pri­
co m o un todo. m ordialm ente científicas y sociocientí-
ficas. Si bien sus élites se originaron en
AMBIENTE, MOVIMIENTOS SOCIALES el Norte se difunden cada vez m ás en
Y SOCIEDAD CIVIL TRANSNACIONAL todo el m u n d o, creando redes que e m ­
plean los m edios m ás m odernos y globa­
Com o consecuencia del crecim iento de les de com u n icación .
la población, de la erosión del suelo y las Este tipo de organización local/trans­
plantas, de la escasez generalizada de agua, nacional hace parte de una "sociedad ci­
de la co n tam in ació n atm osférica y del vil global", cada vez con m ás fuerza. Su
cam bio clim ático, en co n tram o s una se­ estructura no es del todo nueva. En los
gunda form a de globalismo reforzada por albores del siglo XX los socialistas (y en
los peligros de la guerra biológica, quí­ m en o r grado los anarquistas, pacifistas
m ica y nuclear. Estam os viviendo en la y fascistas) dieron origen a redes transn a­
"Sociedad de riesgo" de Beck, aunque no cionales extendidas sobre gran parte del
es la única sociedad en que vivim os. Con globo, haciendo uso de tecnologías igual­
respecto a algunos de los aspectos m e n ­ m ente avanzadas (imprentas, traducción
cionados, la "solución" tradicional de de­ sim ultánea, dictáfonos, co m o m uestra el
jar que los pobres del Sur m u eran de excepcional estudio de Trotsky de Ciu­
ham bre puede seguir siendo válida. No dad de M éxico). Los socialistas lanzaron
obstante, con respecto a otros, la h u m a ­ una ola de revoluciones, algunas exitosas,
nidad en su co n ju n to enfrenta graves la m ayor parte fallidas. M uchos p ro p o ­
riesgos, en nada sem ejantes a los riesgos nentes de la nueva sociedad civil tienen
del capitalism o, aunque los dos se en ­ la expectativa de que, con el correr del
cuen tren entrelazados (com oquiera que tiem po, su m agnitud m inim izará tales
el capitalism o constituye la form a d o m i­ analogías históricas.
n an te de producción económ ica). El so ­ En segundo lugar existe un desplie­
cialism o de Estado (y el fascism o) fue gue c a d a vez m a y o r de o rg a n is m o s
todavía m ás destructivo del ecosistem a, intergubernam entales, m acrorregionales
en tanto la producción de m ercancías por y continentales, conferencias de las Na­
parte de pequeños agricultores em pleó ciones Unidas, etc. Sus participantes cla­
prácticas destructivas del m edio am bien­ ve, aquellos que podrían poner en prác­
te. Los Estados-nación, las instituciones tica decisiones políticas coordinadas, son
científicas y (hasta años recientes) vir­ rep resen tan tes de E sta d o s-n a ció n . La
tualm ente todas las instituciones m oder­ "geopolítica blanda" se está volviendo
nas contribuyeron con su cu ota de des­ densa en este escenario. Los dem ás dele­
trucción. El crecim iento incontrolado de gados son “expertos" viviendo una d o ­
la población tam bién tiene fuentes dife­ ble vida. Aunque form ados en asociacio­
rentes al capitalism o; por ejem plo, prác­ nes profesionales transnacionales, deben
ticas m ilitares, religiosas y patriarcales. adoptar la visión del Estado-nación, per­
Para enfrentar estos riesgos las respues­ suadiendo a los gobiernos de que los
problem as globales son, en realidad, de ma. Cuando los ciudadanos privadam en­
interés nacional. En co n secu en cia, las te evadían las norm as, los Estados care­
cuestiones am bientales fom entan redes cían de infraestructuras efectivas de coac­
duales de interacción: una es una socie­ ción. Las excepciones se dieron cuand o
dad civil local/tran snacional; otra es una se violaba el hogar patriarcal y la co n d u c­
red internacional bajo la form a de geopo­ ta sexual cristiana -la prohibición del tra­
lítica "blanda". La prim era puede trascen­ bajo infantil y fem enino es un ejem plo-.
der al Estado-n ación, la segunda lograr El siglo X X m odificó la situación m e­
u n a coord in ación m ás estrecha de los diante nuevos m ovim ientos políticos y
E stad os, au n q u e quizás, en té rm in o s la penetración del Estado benefactor en
consensúales no incom patibles con una la vida privada de los ciudadanos. Los
disem inación de u na sociedad civil. De Estados legislaron en to n ces sobre una
nuevo, se trata de una historia h etero ­ co n d u cta m oral en lo que hasta e n to n ­
génea. ces habían sido territorios privados: ya
Es tam bién la situación de los "nuevos no puedo co n tam in ar el m edio am bien­
m ovim ientos sociales". Se argum enta que te público fum ando; no puedo golpear a
ellos, ligados a las "nuevas políticas" de m i esposa o a m is hijos. La nueva legis­
identidad -d e género, sexualidad, estilo lación se enm arca, paradójicam ente, no
de vida, edad de co n traer m atrim on io, en el espíritu de la restricción sino en la
religión y etn ia-, debilitan las identida­ exten sión de las libertades personales.
des nacionales y las clases nacionalm ente Los hom osexuales pueden p racticar su
reguladas reem plazándolas o co m p le ­ estilo de vida abiertam ente, las m ujeres
m en tán dolas con fuentes de identidad tienen derecho a abortar. Sin em bargo,
locales y transn acionales. Las políticas el resultado no es una ausencia neoliberal
é tn icas son d em asiad o variables para de regulación estatal. Por el con trario,
analizarlas en unos cu an tos párrafos, así produce un debate político co n tin u o y
que una sola frase cum plirá nuestro ac­ un diluvio legislativo. ¿Los h o m o sexu a­
tual propósito: las políticas étnicas pue­ les pueden contraer m atrim onio, criar hi­
den fragm en tar Estados existentes, pero jos, ser m iem bros del ejército? Los Esta­
en razón de la derrota de Estados m u lti­ dos Unidos son un caso extrem o, sus dos
nacionales y socialistas alternativos, ta­ principales partidos políticos se en cu en ­
les políticas generan un m ay or nú m ero tran parcialm ente secuestrados por es­
de Estad os-n ación su p u estam en te m ás tos "nuevos m ovim ientos sociales". Sin
auténticos. Con respecto a otros m ovi­ em bargo, estas cuestiones m orales han
m ientos fundados en políticas de identi­ politizado la m ay or parte de los países
dad aduciría que, en térm inos generales, del m undo.
fortalecen los Estados-nación existentes. Las guerras culturales involucran al­
A rg u m e n té q u e el "E s ta d o -n a ció n gunas redes transnacionales y globales de
m oderado" com en zó alejado de áreas de interacción. Feministas, hom osexuales,
la vida social consideradas "privadas". El fundam entalistas religiosos, etc., utilizan
hogar era especialm ente sagrado y los Es­ novedosas redes globales de co m u n ica­
tados se m an tu vieron al m argen de la ción y ONG, m ientras co n cen tran sus
vida fam iliar de todos los sectores socia­ energías en las Naciones Unidas y en sus
les, con excepción de los m u y pobres. Ibr propios países. Sin embargo, los actores
lo general los Estados seculares carecie­ m ás beligerantes exigen un mayor volu­
ron de preocupaciones m orales propias, m en de regulaciones por parte de su p ro ­
to m an d o posesión de los conceptos re­ pio Estado-nación. Teniendo en cuenta
ligiosos. Pese a que su legislación prohi­ que la norm atividad social legítima co n ­
bía form as de com p o rtam ien to personal, tinúa siendo d om inio del Estado-nación,
los gobiernos d ep en d iero n m ás de la en últimas, el surgimiento de nuevas iden­
internalización ciudadana de la m orali­ tidades puede revigorizar sus políticas y
dad, que de la obligatoriedad de la nor­ am pliar su cam p o de acción.
CONCLUSIÓN Estos patrones son dem asiado variados
y contradictorios, y el futuro dem asiado
En este artículo h em os analizados tres
lóbrego, para perm itim os argumentar, de
supuestas "am enazas" a los E stados-na­
m anera sencilla, que el Estad o-n ación y
ción m odernos: la transform ación capi­
su sistem a se están fortaleciendo o debi­
talista, los peligros que acechan el m e­
litando. Parece m ás bien (a pesar de al­
dio am biente y las políticas de identidad. gunos postm odernistas) que a m edida
Debemos ser cautelosos con respecto a que el m u n d o se integra, son las redes
los m ás entusiastas de los globalistas y locales de interacción las que co n tin ú an
los transnacionalistas. Con escasa percep­ en decadencia; a pesar de que la fragm en­
ción de la historia exageran la antigua tació n de algunos Estados en Estados
fortaleza de los Estados-nación; con es­ m ás pequeños, étn icam en te definidos,
caso sentido de la variedad global agi­ sería algo parecido a una tendencia co n ­
gantan su actual decadencia; con escasa traria, es decir, la reducción del Estado-
com prensión de su pluralidad m in im i­ nación a un nivel m ás local.
zan la im portancia de las relaciones in­ Aunque las redes globales de interac­
ternacionales. En las tres esferas de "am e­ ción se están fortaleciendo, entrelazan
naza" debem os distinguir: (a) im pactos tres com ponentes principales. En prim er
diferenciales sobre diferentes tipos de lugar, parte de su fuerza se deriva de la
Estado en diferentes regiones; (b) tenden­ escala m ás global de relaciones tran sn a­
cias que debilitan y algunas tendencias cionales que se originan principalm ente
que fortalecen los Estados-nación; (c) ten ­ en las relaciones tecnológicas y sociales
dencias que desplazan la regulación n a­ del capitalism o. Empero, estas relaciones
cional hacia redes transnacionales e in­ n o tien en el p o d er para im p o n e r un
t e r n a c i o n a l e s ; (d ) te n d e n c ia s q u e universalism o singular sobre las redes
sim ultáneam ente fortalecen los Estados- globales. Por tan to, y en segundo lugar,
n ación y el transnacionalism o. las redes globales tam bién se encuen tran
He corrido el riesgo de plantear algu­ m o d erad am en te fragm entadas en razón
nas generalizaciones. La transform ación de las particularidades de los Estados-
cap italista parece estar debilitan to en nación, en particular los m ás poderosos
c ie rto grado los E s ta d o s -n a c ió n m ás del Norte. En tercer lugar, la segm enta­
avanzados del Norte; aun así, un desa­ ción está intervenida por relaciones in­
rrollo eco n ó m ico exitoso fortalecería los ternacionales. Estas incluyen un cierto
E stados-nación en el resto del m undo. grado de políticas "duras" y si éstas se des­
La d e c a d e n c ia d el m ilita r is m o y la viaran de nuevo hacia guerras de enver­
"geopolítica dura" en el Norte debilita su gadura, o hacia profundas tensiones in ­
m édula tradicional de Estado-nación. Sin t e r n a c io n a le s , la s e g m e n ta c ió n se
em bargo, las tres “am en azas” deberían increm entaría de hecho. Con todo, en la
intensificar y densificar las redes inter­ época actual la expansión de la geopolí­
nacionales de "geopolítica blanda". Por su tica "blanda" es m ás pronunciada, situa­
parte (y contrario a la opinión generali­ ción m ucho m ás com patible con el trans­
zada), las políticas de identidad pueden, n acio n alism o . ¿Es ésta u n a "sociedad
en realidad, fortalecerlos Estados-nación. global única? No, en sentido estricto.
Pedro Nel Gómez
Dos M U JER E S EN V IG ILA N C IA N O C T U R N A
Acuarela

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