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LA INVESTIGACIÓN E INTERVENCIÓN SOCIAL COMO SISTEMAS DE

OBSERVACIÓN DE SEGUNDO ORDEN

Carlos Haefner 1

¿ En qué circunstancias pensamos las cosas como reales"? A. Schütz ensayo sobre El

Quijote y el problema de la realidad, (1974)

Las evidentes limitaciones que presentan las Ciencias Sociales , particularmente los
enfoques analíticos - normativos clásicos para comprender cabalmente las consecuencias de la
sociedad mundial y sus efectos colaterales, esta asociada a la renuncia que ha hecho la misma
sociología para configurar teoría compleja de la sociedad, agotando con ello sus posibilidades
teóricas para abordar en forma satisfactoria la comprensión de una sociedad actual que se
presenta con alto nivel de globalización, complejidad y de diferenciación funcional, 2 lo que lleva a
argumentar que los problemas que se procesan desde la Sociología no se pueden captar
adecuadamente si falta un concepto de complejidad.3

La elaboración de una teoría de la sociedad compleja ha sido el eje articulador del


programa académico del destacado sociólogo alemán Niklas Luhmann ( 1927 – 1998) ,
desafiando con ello los significativos obstáculos epistemológicos derivado de una tradición
sociológica que ha evitado describir la sociedad como un todo.

Para Luhmann una Teoría de la sociedad - de características complejas - debe ser el


resultado del intento de poner en sintonía recíproca una multiplicidad de decisiones teóricas
diferentes, las cuales permitirán observar y describir la sociedad moderna como un gran sistema
social estructurado primordialmente sobre la base de una diferenciación por funciones. Vale
decir, la política, la economía, la religión, la educación, son sistemas de funciones que tienen la
particularidad de seleccionar un entorno social en la medida de sus propias posibilidades
estructurales, autopoiéticas.. de aquí que todo sistema esté diferenciado precisamente por la
función que desempeña en la sociedad. Dado que toda función se desarrolla de modo autónomo
por un sistema parcial, los cuales hipostatizan el primado de su propia función, que determina la
orientación de la misma: en otras palabras, todo sistema parcial observa la sociedad a partir de
la propia función. La consecuencia es que en la sociedad moderna no se puede hablar de una
jerarquía basado en un primado funcional. Todas las funciones son importantes y necesarias. La
sociedad moderna es acéntrica.

Desde esta perspectiva, se asume que la descripción dominante de las sociedades modernas -
complejidad organizada - se realiza en torno a la diferenciación sistema - entorno como principio
de estructuración y cambio social. Una sociedad moderna funcionalmente diferenciadas se
muestra como constelaciones policontexturales, comporta una ilimitada variedad de contextos,
clasificaciones, de capas, de ámbitos - de ahí la divergencia con el paradigma aristotélico
monocontextural -, ya no existe un observador, oficialmente reconocido de la sociedad, Dios, el
rey, el partido, una secta, sino que existen multitud de observadores igualmente legítimos.4

La diferenciación por funciones incrementa y diferencia el horizonte de las posibilidades


accesibles a cada sistema parcial, enriquece la relación entre independencias e

1
Lic. en Antropología Social, Dr. en Sociología. Profesor Asociado Universidad de Los Lagos y Profesor de los Magister
en Sociología y Antropología y Desarrollo, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Mail : chaefner@uchile.cl
/ http://rehue.csociales.uchile.cl/diplomado/
2
Luhmann, Niklas, Sistemas Sociales. Lineamientos para una teoría general. Antrhopos Ed., España, 1997
3
Jokisch, Rodrigo, Lógica de las distinciones. Una protológica para una teoría social. Universidad Iberoamericana,
Anthropos, Iteso (eds), México, 1998.
4
Beriain, Josetxo, La integración en las sociedades modernas. Ed. Anthropos, Barcelona , 1996
interdependencias entre sistemas parciales, estimula las variaciones en la sociedad y establece
requisitos para las selecciones con respecto a las formas de diferenciación anteriormente
desarrolladas. Esto conlleva ventajas como problemas, debido a la enorme complejidad que se
hace disponible para los sistemas sociales psíquicos. 5 En la complejidad social moderna
enfrentamos la posibilidad de elegir - expansión de las opciones -, pero la elección va
acompañada de contingencia y de riesgos. Vale decir, contingencia y riesgo constituyen dos
elementos centrales para una comprensión sociológica de las sociedades modernas.

De igual manera, la diferenciación funcional al fragmentar la sociedad en una variedad


significativa de subsistemas especializados, parcialmente autónomos con tendencia centrífuga
origina el problema de la unidad y de la integración de las sociedades modernas.

N. Luhmann - desde modernos dispositivos teóricos – aísla lo social de tal manera que la
sociedad aparece como sistema y el ser humano como entorno de ese sistema. En donde la
sociedad es la instancia última que se revela como mundo, como horizonte, de todos los
procesos de comunicación posibles. La sociedad es el fundamento de todas las estructuras de la
dimensión social del sentido. Por tanto, la acción humana sólo puede llevarse a cabo dentro de
los límites de ese horizonte de comunicación. Los limites de la sociedad son los limites de la auto
- construcción de lo posible en la sociedad. 6 Vale decir, la sociedad es un sistema auto -
constituido, que es capaz de contenerse a sí misma y a todos los demás sistemas sociales.

A diferencia de los postulados sociológicos clásicos, Luhmann resalta que la sociedad en


cuanto sistema comprende internamente todas las comunicaciones, no existiendo ninguna
comunicación fuera de la sociedad, la cual no tiene como elementos propios a los individuos,
las relaciones entre individuos o los roles, sino las comunicaciones que a su vez son sus límites
y no a sí los límites territoriales. Por todas estas características y como resultado de la evolución
sólo hay una sociedad: la sociedad mundial, que incluye a toda la comunicación y sólo ésta, y
que así adquiere limites completamente claros.7

En consecuencia, la moderna teoría social ha introducido la noción de sociedad compleja, la cual


no es otra cosa que el operar de una distinción de la sociedad sobre sí misma. La posibilidad de
dibujar esta distinción surge de las descripciones que auto-elabora la sociedad en su propio
proceso de producción. Esto quiere decir que la sociedad no es un objeto , no opera como una
gigante estructura objetiva que nadie ha visto, más bien la sociedad es pura comunicación y por
tanto es sólo posible acercarse a ella mediante distinciones. Las relaciones que se aprecian
entre los seres humanos concretos se hacen dependientes de una orientación que se refiere a
formas de comunicación. Por ello, los sistemas sociales no son propiamente objetos que estén
situados en un lugar en el espacio y en el tiempo. En consecuencia, la sociedad es un sistema
compuesto por comunicaciones.
De tal forma que las distinciones que la ciencia social logra trazar son distinciones gatilladas en
la dinámica de los procesos sociales, los cuales son elaborados dentro de los límites de la
ciencia social en tanto sistema autónomo que procesa a su entorno. Por tanto, afirma Luhmann,
que si la Sociología – y agreguemos las restantes Ciencias Sociales – quiere tomar conciencia
de su tarea de reflexión científica sobre la sociedad debe orientar sus recursos a comprender
que la sociedad se trata de un sistema y de un sistema que se autodescribe.8

Un sistema se caracteriza sobre todo por su unidad de operación y por producir una constante
diferencia con respecto al entorno, vale decir, los sistemas se constituyen y se mantienen
mediante la creación y la conservación de la diferencia con el entorno, y utilizan sus limites para

5
Corsi, G, esposito, E, Baraldi, C, Glosarios sobre la Teoría social de Niklas Luhmann. Ed. Anthropos, UIA, ITESO,
México,p.63,1996
6
Torres Nafarrete, Javier, " La propuesta teórica de Niklas Luhmann". En La Sociedad Compleja., p. 39, Ed. Flacso y
Triana, 1997.
7
Op. ci, p. 39
8
Luhmann, Niklas, Introducción a la Teoría de Sistemas , Ed. Anthropos, UIA, ITESO, México, 1995 p. 264
regular dicha diferencia. Sin diferencia con respecto al entorno no habría autoreferencia, ya que
la diferencia es la premisa para la función de todas las operaciones.

Desde dicho enfoque queremos plantear, entonces, que la ciencia social debe ser entendida
como la emergencia de una diferencia especializada en observar y tematizar la sociedad. Vale
decir, la sociología, es la sociedad observándose a sí misma, en donde la Investigación
Social es uno de los espacios auto-producidos para que la sociedad realice tal operación.

Gran parte de las nuevas posturas que nos llevan a una renovada y más profunda reflexividad
sobre las ciencias sociales se sustentan en la sustantiva y renovada noción que supone que los
seres humanos nos relacionamos con el entorno a través de experiencias activas que
involucran, co - participativamente, observadores con observaciones. En donde la investigación
deja de concebirse en tanto una reproducción en el vacío de la realidad, entendida como el
entorno en sí, sino como resultado de una actividad objetivante, dependiente de las perspectivas
de un observador.9

Estas reflexiones han generado un fuerte impacto en los paradigmas tradicionales de concebir y
hacer investigación científica.De tal forma, que las informaciones científicas no pueden
sustentarse en observadores neutros de ontologías trascendentales, sino que son relativas al
punto de vista y posibilidades del observador, es decir, a un contexto y trasfondo. En términos
simples, los enfoques más radicales en la teoría social actual , nos señalan que no hay
observaciones sin sus respectivos observadores; vale decir los conocimientos que nos son
relevantes en cuanto investigadores y / o gestores de procesos de intervención social , serían
resultado de operaciones, que mantienen estrechas dependencias con las limitaciones,
perspectivas y medios que disponen sus observadores. Donde las explicaciones e
interpretaciones científicas son también operaciones – secundarias –dentro de una sucesión
recursivamente autosostenida de experiencias de observación.10

El sostener que nuestros conocimientos no se basan en una correspondencia con algo externo,
sino que más bien son el resultado de construcciones de un observador que se encuentra
imposibilitado de contactarse directamente con su entorno, y que por tanto, nuestra comprensión
del mundo no proviene de su descubrimiento, sino más bien de los principios que utilizamos para
producirlas ha generado una verdadera revolución paradigmatica en el sentido Kuhniano. Esta
revolución – que constituye una lógica de la autoreferencialidad - se expresa en la radical
argumentación respecto de que la objetividad se relativiza al contexto de su determinación, o
sea, a la perspectiva que la hace visible.

Desde hace algunas décadas la epistemología – entendida no sólo como patrimonio de la


filosofía – ha debatido ampliamente sobre los principios estructurantes clásicos de la ciencia.
Parte importante de estas reflexiones han cuestionados severamente las nociones de objetividad
y causalidad y, por cierto a partir de tal crítica al modelo positivista en su conjunto. En el
sistema de la ciencia, por ejemplo, los físicos han aportado lo suyo desde hace un buen período
de tiempo. Es el caso, por ejemplo, de Heisenberg (1958) y su concepto de indeterminación en
la naturaleza con el que se ha querido señalar el fin del realismo ingenuo que ha imperado en la
ciencia por años. Heisenberg sostiene que la incertidumbre del científico no reside tanto en la
imperfección de sus instrumentos de medida, o en sus limitaciones humanas para conocer, o en
el hecho que el observador con su intervención perturba los valores propios de la realidad –
aunque todo ello es cierto y hay que tenerlo en cuenta – sino en forzar a una de las muchas
potencialidades existentes a convertirse en realidad, esto quiere decir en sus términos que la
transición de los posible tiene lugar durante el acto de observación. En gran medida, este físico
nos acerca a la noción que la existencia de una ciencia independiente del hombre, vale decir,
plenamente objetiva es una ilusión, la realidad objetiva se ha evaporado, lo que nosotros

9
Santibañez, Dimas, El paradigma de autoreferencialidad y la investigación social de segundo orden. Revista Sociedad
Hoy, año 2 vol.1, Nº 2 – 3, 1999
10
Arnold, ;Marcelo Recursos para la investigación sistémico – contructivista ,Revista Cinta de Moebio, Nº 3, , 1998
observamos no es la naturaleza en sí, sino la naturaleza expuesta a nuestros métodos de
interrogación.11

El desarrollo de tan radicales posturas con el tiempo van dejando en la indefensión el principio
de causalidad lineal tan socorrido en la investigación , la emergencia de un discurso que
encuentra en lo multiverso un principio sustantivo de complejidad hace aparecer a las causas
como superticiones, como dijo en su momento L. Wiittgenstein. El cuestionamiento de la
causalidad genera como efectos colaterales que el presupuesto determinista sea indefendible.
Por consiguiente, la emergencia , también, del principio de la indeterminación pondrá nuevos
desafíos al diseño de una epistemología post – positivista.

Por tanto, los cuestionamiento sostenidos que se han hecho a los fundamentos tradicionales de
la validación del conocimiento científico – desde K. Popper a la fecha – nos están indicando que
un tipo de ciencia – aquella que dio forma y contenido a nuestras disciplinas – esta eclipsándose.
Como destaca A. Giddens en su importante libro “ Las Nuevas reglas del Método Sociológico “
(1994) la convicción de que todo lo que se pueda denominar conocimiento debe estar
expresado, en forma referible, a una realidad que puede aprehenderse con los sentidos, y que la
metodología y estructura de la metodología clásica pueda ser aplicada a las Ciencias Sociales,
ha entrado en franca crisis; hoy más bien las ciencias sociales están articulados en torno a una
doble hermeneutica; esto implica que lo que se intenta hacer es interpretar un mundo social pre -
interpretado.

El objeto de investigación social se desplaza de la búsqueda de verdades objetivas a la


búsqueda explicaciones, las cuales son dinámicos y variadas, como también lo son las
posibilidades de observación que las sustentan.

A partir de tales argumentaciones, sostenemos que los investigadores e interventores sociales,


están determinados estructuralmente, su propia estructura, no algo externo, es lo que específica
su experimentar.

De manera que la investigación social se puede concebir como un sistema social emergente,
de segundo orden, diferenciado, que se constituye como un momento de la autoobservación y
reproducción de lo social y, en este sentido, es un dispositivo que hace emerger sistemas, por lo
que quienes participan de sus procesos, "investigadores e investigados", “ interventores e
intervenidos” son copartícipes y responsables de sus resultados: es decir el conocimiento que
producen es una co-construcción que adquiere una realidad propia, en la dinámica de la
reproducción social.

Al ser concebida – desde el paradigma sistémico / constructivista - la investigación social como


una Observación de Segundo Orden, supone observar no sólo lo que los observadores
distinguen y describen, sino también persigue captar los esquemas de diferencias, los puntos
ciegos, conque realizan tales observaciones, los cuales mientras operan no son observables .
Como afirma Luhmann .ninguna autoobservación está en condiciones de comprender la plena
realidad del sistema que ella realiza.12 La autoobservación desde esta perspectiva es una
operación del proceso de constitución de sistemas que mientras opera no es capaz de distinguir
su punto ciego, su distinción, ni observarse en el operar. Sin embargo, un sistema lo
suficientemente complejo "...puede pasar de la observación de sus operaciones a la observación
de su observar y por último a la observación del sistema mismo"

Por tanto, observar es una operación, en tanto que el observador es un sistema que utiliza las
operaciones de observación de manera recursiva como secuencias para lograr una diferencia
con el entorno. Esto quiere decir que el observador no está colocado por encima de la realidad.
Como dirá Luhmann, el observador no flota por encima de las cosas y las observa desde arriba.

11
op.cit, 1958b, p.58
12
Luhmann, Niklas, op.cit, p.46
El observador no es un sujeto colocado fuera del mundo de los objetos; el observador es, más
bien, uno de ellos.

La observación de segundo orden constituye el esfuerzo por observar aquello que el observador
no puede ver, por razones de posición, trata de fijar con exactitud el punto desde el cual se
observa cómo el otro observa el mundo, vale decir que esquemas de diferencia utiliza aquel a
quien observa. La observación de segundo orden es la especialización de observar la
observación del otro, constituye una reducción de complejidad en que el mundo se puede
reconstruir bajo la modalidad de las contingencias y las posibilidades de ser observado. De igual
forma, la observación de segundo orden se acompaña de la posibilidad de observar lo que el
observador no puede observar ( el punto ciego del observador). El tema del punto ciego
aparece tratado en el libro Observing System de Heinz Von Foerster y la conclusión reveladora
que alcanza es aquella - que hace recordar a Kant - de que no sólo no se ve lo que no se ve,
sino que el no ver es condición de posibilidad del ver. El investigador y por cierto, el trabajador
social en sus procesos de intervención tiene una posición privilegiada en la medida que puede
observar lo que sus observadores indican y describen . el que observan – sino también captar
sus esquemas de diferencias, vale decir el cómo observan ( sus distinciones). El observador de
segundo orden al captar un conjunto de descripciones puede identificar estructuras latentes.

En síntesis, la investigación e intervención social pueden entenderse como sistemas de


observación de sistemas observadores, lo que equivale a afirmar radicalmente que el objetivo
de las nuevas ciencias sociales es pasar de una investigación tradicional orientada a “objetos”, a
una que pone su acento a observar observadores que en su operar construyen los mundos en
los cuales se desenvuelven.

No debemos sorprendernos, por tanto, que en el centro del debate la epistemología ocupe hoy
un primer plano, acompañada, en el caso de las ciencias sociales, por la actual revalorización de
la hermeneutica, la fenomenología, la etnometodología y el renovado interés por las
metodologías cualitativas, las cuales no siempre sucistaron el apoyo que hoy tienen dado que su
acento por la interpretación y observación eran considerados “subjetivistas” y por ende, carentes
de cientificidad.

La pregunta que debemos hacer a esta altura es, entonces, ¿ Cómo podemos acceder a las
representaciones que nos remiten a los modos de entendimiento y de comunicación mediante
los cuales se construye la “realidad” del mundo vivido cotidianamente? O sea, como observar
las observaciones mediante las cuales otros distinguen, organizan, valoran y dan sentido al
ambiente cotidiano.

Responder a esto nos presiona por acercarnos a enfoques teóricos, métodos y técnicas
orientadas a la indagación de categorías, significados y órdenes simbólicos de lo que se ha
denominado “realidad socio – cultural”. Por cierto, que en el menú de opciones existentes
respecto a explicaciones de dicha realidad, las que mejor se acoplan a una teoría de segundo
orden son aquellas que enfatizan las dimensiones cognitivas y semióticas de la cultura y que , a
su vez se engarzan, con las tecnologías de investigación cualitativas.

Desde hace ya un tiempo en la investigación social que busca la reconstrucción de la vida


cotidiana, a través de ciertos filones teóricos simbólicos – cognitivos se ha incorporado la noción
que el ser humano esta situado en redes de significados co - participativamente producidos, Los
cuales dan sentido a sus observaciones y explicaciones de su cotidianeidad. La pregunta por el
sentido y el significado en la investigación socio – cultural es altamente relevante para la
configuración del nuevo marco comprensivo de la ciencia social. Así, por ejemplo, La
antropología social se pregunta por el significado en cuanto tal a partir de Clifford Geertz (1973)
principalmente, cuando señala que "la cultura es un patrón históricamente transmitido de
sentidos incorporados en símbolos" y agrega que el "concepto de cultura que propugno es
esencialmente semiótico, creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en
tramas de significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que el
análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino
una ciencia interpretativa en busca de sentidos"

La antropología del significado también puede fundamentarse en Marc Augé a través de su


escrito "Símbolo, Función e Historia" (1979).
Según Augé, "Que cada cultura particular posea sus propias configuraciones simbólicas, es lo
que, en cierto sentido, todos los antropólogos están obligados a admitir; pero, ¿en qué medida
estas configuraciones particulares no son sino variaciones alrededor de un mismo tema
simbólico central? ¿En qué grado la antropología ha tratado de pensar simultáneamente la
universalidad de los símbolos y la especificidad de la cultura?"

La respuesta que Augé da a estas preguntas se relacionan con una tesis que él defiende, la cual
señala que la historia de la antropología se ha debatido en dos ejes principales. El primer eje
tiene como polos la evolución y la cultura. El segundo eje tienen como polos el símbolo y la
función. Señala: "Tal vez, la construcción simbólica propia de cada sociedad no sea como la obra
musical de la que habla Sartre, una 'expresión' propia de esta sociedad (desde dentro) y una
'mirada' a esta sociedad (desde fuera), lo que nos conduciría a una interpretación especular del
simbolismo, sino un doble sentido de esta sociedad: el sentido íntimo y específico que ella
construye, susceptible de diversificarse en múltiples relaciones de significación y restricción; lo
edifica según esquemas homólogos a los de otras sociedades, lo que explica que ninguna
sociedad, por diferente que pueda parecer, y no se diga para el observador extranjero, está
desprovista de sentido"

Los planteamientos interpretativos de C. Geertz abogan por una antropología en tanto ciencia
interpretativa del significado de la acción humana, y no como ciencia experimental de un
comportamiento desprovisto de la intencionalidad del actor y del condicionamiento socio –
cultural. La interpretación fenomenológica de verstehen , que hiciera Schutz, resuena aquí
cuando Geertz sostiene que los escritos de los antropólogos ( y también de los trabajadores
sociales, agrego yo ) vienen a ser segundas o terceras interpretaciones ofrecidas por los actores
sociales. Por tanto, la investigación e intervención social tiene por objetivo la captación y
reconstrucción de significados, es decir, el significado de los procesos, comportamientos y actos,
más bien que describir hechos en el marco de tradición gatillada por E. Durckheim.

En consecuencia, las descripciones con pretensiones de representación de realidad que


emanan de la investigación e intervención social surgen de una relación indisoluble con las
distinciones en el lenguaje que el observador hace sobre los esquemas de significación de los “
otros culturales”. La realidad que el trabajador social pretende describir no es una entidad ya
dada para su captación, sino que es una entidad que emerge con la observación. El texto que
emana ( informe de investigación, informe social, etc) del proceso indagativo no es la realidad,
pues no hay representaciones de la realidad más o menos fieles a las descripciones, lo que hay
son modos distintos de reconstruir la experiencia, todos legítimos en su contexto, que tienen que
ver con la infinita posibilidad de relaciones que se pueden establecer entre el observador y la
experiencia; y entre el autor, el texto y el lector.

Siguiendo a M. Arnold 13 la investigación sistémica – constructivista genera nuevas orientaciones


para la reconstrucción del significado y del sentido socio – cultural:

1. Las investigaciones deben orientarse hacia la identificación de conjuntos relacionados de


distinciones y no sólo a la reducción analítica y causal de componentes y procesos
aislados. Con un enfoque no aditivo, los registros deben ajustarse al ritmo de los
observados respetando sus propias configuraciones. Subyace a esta opción el principio que
el todo emergente es diferente a sus partes.

13
Arnold, Marcelo, Cambios epistemológicos y metodologías cualitativas. Revista Sociedad Hy, año 2, Vol. 1, Nº 2- 3,
1999
2. Las mejores explicaciones para los fenómenos complejos se logran observando
atentamente los procesos dinámicos en mutua afectación, es decir, redes de
retroalimentaciones de observaciones que se sostienen una a otras. El principio aquí es la
flexibilidad y, a la vez, sostener la externalidad de la observación.
3. La investigación debe ser aplicable a esquemas contingentes, complejos , múltiples,
variados y heterogéneos que cubren gran parte de la emergencia de expresiones sociales.
Culturales y personales.

4. Si bien algunas técnicas estadísticas como el cluster analysis y las estimaciones no lineales
apuntan a redes de relaciones, éstas sólo resultan adecuadas para procesos triviales. Por
ello los procedimientos aplicados a sistemas complejos y que se dirigen a la determinación
de rasgos distintivos y relevamientos de organicidades, siguen siendo básicamente
cualitativos.

5. Interesa recoger la franja ancha de distinciones hasta alcanzar sus márgenes. En


consecuencia, ningún observador puede ignorarse aduciendo su baja presencia. El
muestreo, con el cual seleccionamos a nuestros interlocutores, debe ser estructural. Para
ello se deben identificar los distintos ángulos de la comunicación y buscar su
representación.

6. La identificación de rasgos distintivos proyecta la investigación hacia las elaboraciones de


sentido y sus interpretaciones. Estos problemas difícilmente pueden abordarse bajo el
marco, temporalmente limitado, en que opera la lógica cuantitativa de alternativas /
respuestas.

En definitiva, lo crucial desde una investigación e intervención social que privilegia una
observación de segundo orden es lograr - siguiendo a Spradley 14 captar la realidad tal como la
ven, la viven y la construyen los propios individuos , teniendo , por cierto, siempre presente que
es un observador quien determina que distinciones hacen una diferencia para él.

La investigación y la intervención social deben constituirse como procesos dialogicos , vale


decir , un proceso que aspira a mostrar un dialogo el cual debe ser reproducido, respetado y
analizado como dialogo o como una conversación entre dos sistemas de observación. Como
afirman Marcus y Fischer en su destacado libro Anthropology as Cultural Critique (1986) , el
problema de la etnografía ( y podemos extenderla al trabajo social) esta en el ejercicio de poder
que representa objetivar a los Otros bajo nuestro punto de vista. Acto que nos señala una
característica esencial de un conocimiento etnocentrico; por ello sólo en la medida que operemos
una alta reflexividad sobre nuestra conciencia etnocentrista podremos romper con las barreras
que nos impiden escuchar y dejar hablar al Otro en nuestras indagaciones. Estas barreras están
representada en la pretendida autoridad de “realidad” que le damos a nuestros informes,
estudios y descripciones.

En la investigación post – positivista el camino a seguir es radicalmente diferente ; los Otros


tienen su propia voz para hablar de si mismo y, si no son ellos mismos los que se representan, al
menos se debería dejar el espacio en nuestros textos ( estudios) para que las múltiples voces de
los Otros se expresen e incluso discrepen con la nuestra. Como acertivamente afirma Geertz15 “
la entrada de los pueblos en otro tiempo colonizados o marginados ( portando sus propias
máscaras, recitando sus propios textos) en la escena global de la economía, de la alta política
internacional y de la cultura mundial ha hecho que la pretensión del antropólogo de convertirse
en tribuna de los marginados, representante de los invisibles, velador de los tergiversados,
resulta cada vez más difícil de sostener.”

14
Spradley, J Participant Observation, Holt, Rinehart, N. Y., 1980.
15
Geertz, C, El antropólogo como autor, Ed. Paídos, 1989.
La investigación e intervención social moderna debe apuntar a romper con los “monólogos” y
orientarse hacia el “dialogo” y la “polifonía”; hacer una indagación polifónica supone que el texto (
estudio) debe ser escrito por varios actores, uno de los cuales puede ser el investigador.

Es mediante tales actos dialogicos que es posible acercarse a las distinciones que definen la
cualidad y el ambiente del mundo social, como diría Dabbs16 acercarse al sentido común de la
vida cotidiana.

Así planteado, es fundamental determinar los medios mediante los cuales es posible distinguir
“cosas”, eventos”, “situaciones”, “problemas” etc , tal como se realizan desde los sistemas
observados (los Otros).

No hay duda que parte de esta importante tarea puede realizarse, tanto desde los
característicos procedimientos de la antropología social, la sociología cualitativa y la intervención
comunitaria. Cuyos conjuntos de validadas técnicas se inscriben el la estrategia de investigación
cualitativa. La cual permite estudiar significados intersubjetivos, situados y construidos en su
propio marco natural, eligiendo para ello la descripción densa y los conceptos comprensivos del
lenguaje simbólico, ya que los métodos cualitativos al partir del supuesto de que el mundo social
es un mundo construido con significados y símbolos, requieren de la búsqueda de dicha
construcción y de sus significados 17. Por ello, las técnicas cualitativas buscan:
a) Entrar dentro del proceso de construcción social, reconstruyendo los conceptos y acciones
de la situación estudiada para,
b) Describir y comprender los medios detallados a través de los cuales los observadores se
embarcan en acciones significativas y crean un mundo propio suyo y de los demás,
c) Conocer como se crea la estructura básica de la experiencia, su significado, su
mantenimiento y participación a través del lenguaje y de otras construcciones simbólicas y,
d) Recurriendo por ello a descripciones en profundidad, reduciendo el análisis a ámbitos
limitados de experiencias, a través de la inmersión en los contextos en los que ocurre.

Entre las técnicas cualitativas que, por excelencia, nos permiten acercarnos a las distinciones de
los observadores, se cuenta la observación participante, los Documentos Personales, Historias
orales, Entrevistas etnográficas, los Grupos focales, tanto de autodiagnóstico como de Discusión
y el Método Delphi.

Estas técnicas u otras que aquí no mencionamos nos permiten visualizar comunicaciones
y entrar en la densidad de los sistemas socio – culturales que queremos observar;
compenetrarnos de la cotidianeidad compartida de los observadores. No es posible separar lo
cotidiano en atención a criterios puestos por un observador exterior; un outsider no puede de
antemano ver lo que para, o en, una sociedad determinada es cotidiano de lo que no lo es. No
tiene otra alternativa, como observador emic - de acuerdo a la conceptualización de K. Pike -
que preguntarle a los observadores con los cuales interactua. El observador exterior solo
puede saber de esto, a condición de reconocer lo que ya conoce el observador interior. Como
afirma, M. Canales18 lo cotidiano es un campo de eventos que son conocidos, y más
precisamente, "convividos" como tales por los sujetos. La separación no resulta desde ninguna
deducción, y solo puede alcanzarse, aun en su provisoriedad real, desde las propias distinciones
del intersubjetivo que lo construye y lo reproduce, o que lo soporta y lo cambia.

En definitiva, las técnicas de investigación y de intervención social deben concebirse como


dispositivos de producción y regulación del habla investigada ; se trabaja con juegos de
lenguajes abiertos a la irrupción de la información. Investigamos e intervenimos, lo que no
conocemos, y buscamos el descubrimiento de estructuras de sentido: lo nuevo cobra sentido
mostrando sus relaciones con el conjunto de lo dicho: la investigación queda abierta, de este

16
Dabbs, J, Van Maanen, J et al, Varieties of Qualitative Research, Sage London, 1982, p.33
17
Ruiz Olabuenaga, JI, Metodología de la investigación Cualitativa, Universidad de Deusto, Bilbao, 1996
18
Canales, Manuel, Sociología de la vida cotidiana, Revista Excerpta, Nº 2, abril, 1996. -
modo, también al sentido.19 Lo que implica. Que duda cabe, la urgencia y la posibilidad de
reelaborar algunos de nuestros métodos de investigación tradicionales para orientarlos en
nuevos vías, aunque ya sabemos que queda mucho camino por recorrer para que ello ocurra.

“Experiencia de Trabajo Grupal Terapéutico


con Hombres Agresores en el Centro
de Salud Mental de Osorno”.
René Muñoz Carrasco.
Pedro Fritz Cárdenas(*)

Reseña Histórica del Programa.

El Programa de Derechos Humanos, Salud y Violencia del Centro de Salud Mental de


Osorno nació en 1993 como parte de las directrices nacionales emanadas del Ministerio de
Salud de Chile que amplió el trabajo de Derechos Humanos a las víctimas de la violencia
intrafamiliar. En Osorno, el equipo de trabajo en estas materias estuvo conformado,
exclusivamente, por mujeres, con la participación voluntaria de 01 médico psiquiatra varón,
según su disponibilidad de tiempo, quien apoyaba en supervisión.

En marzo de 1998 se incorpora oficialmente a este Programa el profesional antes


mencionado, con 03 horas semanales asignadas para el trabajo en esta área, el cual asumió la
misión de atender exclusivamente a los varones agresores, y en mayo de ese año, un asistente
social varón, con jornada completa, con el fin de aportar al equipo desde la perspectiva del
género masculino. Como era de esperar, el médico psiquiatra, fue rápidamente sobrepasado por
la enorme cantidad de pacientes que requerían atención, debiendo crearse una lista de espera.

Por lo anterior el equipo de trabajo decidió que esta labor se realizara fundamentalmente
en la modalidad de atención grupal, para luego acceder a la atención individual, si así parecía
pertinente. Este trabajo grupal empezó a desarrollarse desde el 01 de abril de 1999 a la fecha.

Características del Trabajo Grupal de este Equipo.

El trabajo es desarrollado por 02 profesionales varones (Asistente Social y Médico


Psiquiatra con formación en psicoterapia sistémica). El grupo tiene la característica de ser un
grupo abierto para asegurar una cantidad importante de participantes y poder dar cobertura, a la
vez, a toda la demanda de atención que llega al servicio. Se realiza una vez al mes por las
frecuentes quejas de los asistentes de la dificultad de conseguir permisos en sus lugares de
trabajo para asistir a las sesiones. Las reglas explicitadas al inicio de cada sesión incluyen:

1) Confidencialidad de lo que allí se habla.


2) Puntualidad y constancia en la asistencia.
3) Necesidad de asistir un mínimo de 06 sesiones.
4) Posibilidad de atención individual, luego de, al menos, 03 asistencias al grupo y sin
abandonar a éste.
5) Posibilidad de atención de pareja para evaluar cambios en la dinámica familiar, luego de 04
sesiones grupales.
6) Necesidad de informar a tribunales de sus asistencias cuando así se requiera.

19
Canales, M; Peinado, A, Grupos de Discusión, En métodos y Técnicas cualitativas de Investiagción en Ciencias
Sociales , J.M. Delgado y J. Gutierrez (Coord), Ed. Sintesis, España, 1996
Los terapeutas del grupo a su vez se han fijado tres reglas fundamentales:

1) Revisión periódica de las fichas de atención individuales de las parejas de los hombres en
tratamiento grupal, si es que ellas asisten, también, al Centro de Salud Mental.
2) Coordinación de sesiones de pareja según normas antes descritas.
3) Análisis de las sesiones grupales antes y después de cada reunión.

(*) Psicólogo y Asistente Social del Centro de Salud Mental, Servicio de Salud de Osorno.

Características de los hombres atendidos en esta modalidad de tratamiento.

TABLA 01: Variables Sociodemográficas de los Hombres que Integran


el Grupo de Agresores en el Programa D.D.H.H., Salud y
Violencia de Osorno.

VARIABLES Nº %

EDAD
• 20 – 29 07 15,5
• 30 – 39 16 35,5
• 40 – 49 16 35,5
• 50 – 59 04 8,8
• 60 – 69 01 2,2
• 70 – 79 01 2,2

ESTADO CIVIL
• Soltero 05 11,1
• Casado 39 86,6
• Separado 01 2,2
• Viudo 00 0,0

NIVEL EDUCACIONAL
• Sin Estudios 01 2,2
• Estudios Básicos Completos 06 13,3
• Estudios Básicos Incompletos 16 35,5
• Estudios Secundarios Completos 10 22,2
• Estudios Secundarios Incompletos 08 17,7
• Estudios Superiores Completos 02 4,4
• Estudios Superiores Incompletos 02 4,4

DOMICILIO
• Osorno 32 71,1
• San Pablo 00 0,0
• Puerto Octay 02 4,4
• Entre Lagos 02 4,4
• Purranque 01 2,2
• Río Negro 07 15,5
• San Juan de la Costa 01 2,2

NIVEL SOCIOECONOMICO
• Bajo 21 46,6
• Medio 24 53,3
• Alto 00 0,0

SITUACION LABORAL
• Activo 37 82,2
• Inactivo 07 15,5
• Jubilado 01 2,2

ENTIDAD DERIVADORA
• Juzgado 39 86,6
• Establecimiento de Salud 04 8,8
• Consulta Espontánea 02 4,4

TABLA 02: Variables de Violencia Intrafamiliar de los Hombres


Atendidos en el Programa D.D.H.H., Salud y Violencia de Osorno.

VARIABLES Nº %

TIPO DE VIF PREDOMINANTE


• Física 31 68,8
• Psicológica 12 26,6
• Sexual 02 4,4
• Negligencia 00 0,0
• Abandono 00 0,0

CATEGORIA DE VIF
• Maltrato Infantil 00 0,0
• Violencia Conyugal Cruzada 04 8,8
• Maltrato a la Mujer 41 91,1
• Maltrato a Anciano (a) 00 0,0
• Otro 00 0,0

FRECUENCIA DE VIF
• Primer Episodio 02 4,4
• Ocasional 02 4,4
• Crónico 41 91,1

PRIMER EPISODIO DE VIF


• Pololeo 00 0,0
• Primer Año de Matrimonio 04 8,8
• Segundo - Quinto Año de Matrimonio 08 17,7
• Más de 5 Años de Matrimonio 33 73,3

VIF SUFRIDA EN LA INFANCIA


• Sí 38 84,4
• No 07 15,5

VIF A LOS HIJOS


• Sí 33 73,3
• No 12 26,6

CELOS
• Sí 44 97,7
• No 01 2,2

ABUSO DE ALCOHOL
• Sí 22 48,8
• No 23 51,1

ACEPTACION DE VIF
AL INGRESO
• Sí 11 24,4
• No 34 75,5

DIAGNOSTICO DE INGRESO
• Trastorno de Personalidad 27 60,0
• Trastorno Depresivo 00 0,0
• Trastorno Ansioso 01 2,2
• Trastorno Adaptativo 00 0,0
• Beber Problema 17 37,7

Dinámicas del Grupo

El grupo se reúne durante una hora cada vez para abordar temas específicamente
acordados entre los terapeutas con anterioridad. Luego de un saludo y presentación individual
inicial que incluye nombre de cada cual y la razón de por qué está asistiendo a esa sesión, los
terapeutas señalan la premisa básica sobre la cual se desarrolla todo el trabajo grupal:

“Estamos aquí entre hombres para hablar como hombres de lo que hacemos mal en nuestras
relaciones familiares o de pareja y que remachamos con actos de violencia hacia nuestras
parejas, hijos u otros. No se trata por tanto de venir a echarle la culpa a otros de mis actos,
sino de poco a poco ir viendo como me las arreglo para manejar mejor mis rabias, frustraciones
u otros sentimientos desagradables y que no sean a través de la violencia”.

Las temáticas abordadas siguen un esquema de correa sin fin en la que se abordan los
siguientes temas:

1) Por qué estamos aquí.


2) Qué es la violencia intrafamiliar y diversas formas de ejercerla.
3) Cómo agreden ellos.
4) Qué ha pasado con las cónyuges desde la primera vez que llegaron al Centro de Salud
Mental.
5) Familia de origen y violencia intrafamiliar.
6) Qué ha pasado con ellos desde la primera vez que llegaron al Centro de Salud Mental.
7) Motivación a tratamiento versus obligatoriedad al mismo.
8) Cómo es el comportamiento de ellos ante distintas situaciones.
9) El respeto.
10) Qué tiene de positivo ellos y sus familias.
11) Cómo disfrutar a la familia.
12) El ciclo de la violencia intrafamiliar y cómo romperlo.
Habitualmente el trabajo incluye la presentación de un trozo de videos relacionados con
VIF desde el cual se extrae el tema a tratar para esa sesión; se alienta la participación individual
de los asistentes al grupo para que expresen sus opiniones y experiencias respecto al tema en
particular o el de la violencia en general, así como a que los mismos integrantes del grupo le
hagan aportes a los otros para reflexionar y superar lo que les ocurre.

Como es de esperar, al comienzo, la participación de los asistentes es muy tímida la que


poco a poco se supera en alguna medida. Así en general aquellos asistentes más antiguos se
desempeñan con mayor soltura, sentido del humor y asertividad que los nuevos, desarrollando a
veces confrontaciones de excelente calidad a otros miembros del grupo.

En nuestra experiencia, cada vez que el trabajo se centra en la violencia como tal, el grupo se
retrae, se vuelve más defensivo y por ende mucho menos participativo, salvo excepciones.

No sirven las confrontaciones directas hechas por los propios terapeutas, ya que si bien se
explicita que no somos parte de la ley, esto no parece ser creíble para los asistentes al grupo.

Es frecuente que los miembros nuevos inicien sus diálogos alegando su absoluta
inocencia por los hechos imputados y la gran injusticia de la que ellos son víctimas. Los
terapeutas hemos necesitado especial cuidado con estos pacientes, ya que como somos
conocedores de las situaciones por las que ellos están ahí, resulta tremendamente molesto
escuchar estas declaraciones de inocencia e injusticia y permanecer impávidos ante tales
afirmaciones.

Ocurre, a veces, aquí, que miembros antiguos de asistencia al grupo responden a estos
pacientes con frases como “bueno,... no estamos aquí por santos…” (los terapeutas quisieran
que esto lo dijeran más veces). Estas intervenciones según nuestra experiencia no pueden ser
hechas por los propios terapeutas ante un paciente nuevo (se resiente el vínculo) y en los
pacientes antiguos, cuando ocurren, deben ser hechas con extremo cuidado.

Nos parece imprescindible describir algo que se ha observado al interior del grupo y que
facilita enormemente las dinámicas comunicacionales al interior de éste, generando un alto
grado de exposición de los asistentes: Cada vez que la violencia ha sido unida al tema de las
expectativas respecto al matrimonio o la familia en general, el clima grupal cambia enormemente
generándose interés, ganas de participar y contar sus propias experiencias, los desencuentros,
las frustraciones, los dolores de lo no logrado, el desengaño ante la dureza de ganarse la vida,
las responsabilidades y las ansiedades que esto produce. Así, lentamente nos hemos ido
formando la impresión que nuestro trabajo grupal se ha ido encaminando hacia una verdadera
escuela de vida matrimonial, donde poder analizar el ya mencionado tema de las expectativas, lo
que se esperaba tener y lograr en el matrimonio, a saber, el afecto, la comprensión, la
comunicación, la acogida, la seguridad, el relajo, el humor, el amparo y su ligazón con el tema de
la violencia ha sido muy enriquecedora para todos los participantes del grupo. Queda por verse
si en el tiempo esto sigue siendo así y si es efectivo en el tema de detener las dinámicas
violentas.

Desafíos

El trabajo desarrollado hasta ahora nos permite corregir el rumbo de lo realizado hacia los
siguientes puntos:

1) Trabajo grupal de 02 horas de duración.


2) Lograr una mejor diferenciación de las otras instituciones que integran el trabajo en
violencia, fundamentalmente del sector Justicia, ya que, hasta ahora, los pacientes ven
ligados a los terapeutas con ellos y, además, como parte de los medios represores, y menos
frecuentemente como una instancia de reparación, aprendizaje y sanación de sus propias
heridas.
3) Conseguir una mejor coordinación con los terapeutas de las cónyuges de los atendidos en
grupo, a fin de facilitar la evolución de la diada involucrada en la violencia intrafamiliar.

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