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La escuela actual: El fin de la escuela moderna?

La escuela actual no se ha adaptado a los grandes cambios de nuestra sociedad.


Se siguen repitiendo viejos esquemas para transmitir conocimientos y además los
valores que se transmiten en la escuela no encuentran suficiente eco en la
mayoría de las familias, ni mucho menos en esta sociedad tan materialista y
egoísta.
Habría que preguntarse si realmente está el sistema educativo, los docentes y la
administración educativa, preparados para educar y hacer frente a esta nueva
sociedad. Y creo que la respuesta evidentemente, es no. Se intentan poner
parches, pero solo son parches. El conservadurismo en los métodos de
enseñanza, la escasa innovación del profesorado, la falta de formación, la
improvisación de las leyes, la falta de recursos, hace que el sistema educativo
fracase estrepitosamente con resultados cada vez peores. Pero, ¿Quién tiene la
culpa? creo que todos un poco. ¿Soluciones reales? las únicas que se nos
ocurren son utópicas y suponen una ruptura total con el sistema de enseñanza
tradicional, por tanto inviables. Al menos, de momento. taylor en su discurso
Taylor gatto (2009). Sostiene que “hay que crear un curriculum donde cada niño
tenga la oportunidad de desarrollar su individualidad y su confianza para devolver
a los niños tiempo libre porque esa es la clave para el autoaprendizaje”

Los niños de hoy en día necesitan desarrollar el auto-conocimiento. En el artículo


“haz te cargo de tu educación” John gatto afirma que “si entiendes a dónde quiere
ir un niño, el chico tiene que entenderlo primero, no es difícil diseñar ejercicios,
con todos los componentes académicos, que pueden llevarlo allí” (Taylor
gatto,2010).y decimos nosotros Puede haber algún centro, en algún lugar del país,
que haciendo uso de su autonomía pedagógica y del apoyo de la administración a
las innovaciones, lleve a cabo una enseñanza distinta a la actual, donde se prime
y se valore todas y cada una de las capacidades del individuo, donde se tenga en
cuenta la diversidad y los gustos de cada cual; donde se busque crear individuos
autónomos y libre pensantes; donde se haya cambiado el autoritarismo por la
responsabilidad individual.

En la escuela actual el profesorado lleva siempre “la voz cantante”, es decir,


“hablan demasiado”. Y lo hacen no sólo en la lección magistral, sino también en
las discusiones suscitadas en la clase en torno a un tema determinado,
dominando a todos los interlocutores y diciendo siempre “la primera y última
palabra”; es una escuela de monólogos, y de silencios: el alumnado se habitúa a
“desconectar”, total o parcialmente, su atención a lo que el profesorado dice, hasta
el punto que llegan a olvidar cómo volver a conectarse y prestar atención; cuando
el profesorado no deja hablar, l@s escolares no pueden callar...el auténtico
aprendizaje se produce sólo cuando el que aprende desempeña un doble papel,
cuando es al mismo tiempo alumno y profesor, actuante y crítico, oyente y
hablante”.

La Escuela Moderna proponía, además, una educación basada


metodológicamente en la ayuda mutua, en la solidaridad entre los hombres y
la crítica de las injusticias. "La Escuela Moderna se plantea como un ejemplo de
pedagogía militantemente racionalista que, fundamentándose en la educación
integral y en la coeducación pueda romper el muro del dogmatismo intelectual y de
la falsa moral impuesta a golpe de autoridad, convirtiéndose en un núcleo de
permanente promoción de la emancipación social

La escuela debe formar personas autónomas y no subordinadas; personas que


tomen sus propias decisiones y resuelvan problemas cotidianos de la vida
considerando a los demás; que sean capaces de insertarse en forma productiva
en la sociedad.

Ahora el maestro tiene que ir cediendo parte de su autoridad para promover el


trabajo cooperativo entre los alumnos. Los conflictos debe tratarlos entre los
alumnos, como un asunto importante que ellos deben solucionar, sin caer en
situaciones autoritarias, violentas, sino negociando la cesión de una parte de la
postura que causó el problema. Que los alumnos analicen, reflexionen y juzguen
buscando reparar el daño, sin caer en la intransigencia, poniéndose en los zapatos
del otro, para que aprendan a convivir. Cuesta trabajo, pero así se obtienen
mejores resultados.

Dicen algunas voces que hoy los alumnos no aprenden, que sus conocimientos
son memorísticos y poco útiles en ambientes reales y que enseguida olvidan lo
aprendido. Entonces hay que partir de las necesidades e intereses de los alumnos
para llegar a los aprendizajes significativos.

En cuanto a las relaciones con el entorno, la escuela tiene muchos años de existir
como un lugar cerrado. Cuando menos desde el siglo XVII. La escuela debe
buscar que el conocimiento no sea únicamente para progresar dentro de la
institución, sino en la vida, tal vez rescatando experiencias valiosas.

En la mayoría de nuestros países, cada cambio de gobierno conlleva un cambio


en el sistema educativo. Esto provoca que se encadenen reformas de las leyes
educativas que tienen como principal consecuencia currículos inabarcables y
cambios metodológicos sin sentido que, además, casi nunca van acompañados de
la formación necesaria para los docentes.

En la educación actual es la creencia fuertemente arraigada de que la excelencia


educativa tiene que ver con la memorización de datos, fechas y conceptos más
que con la capacidad de utilizar los conocimientos adquiridos para aplicarlos en la
resolución de problemas reales. Todavía son muchos los que están convencidos
de que la letra con sangre entra y, por ese motivo, relacionan el estudio con el
esfuerzo y el sufrimiento y no con el esfuerzo y el gozo.

Los sistemas de evaluación de muchos de nuestros centros educativos premian a


los alumnos que son capaces de recitar lo que el docente les ha enseñado,
cuando lo que debería premiarse es la capacidad de aprender de manera
autónoma, la capacidad de producir el propio aprendizaje. Así nuestras escuelas
son lugares donde se va a aprobar y no a aprender. Todo esto se ve agravado por
la importancia y el valor que se le otorga a las pruebas estandarizadas tipo PISA,
que lleva a plantear la mejora de los resultados en esas pruebas como el principal
objetivo de las políticas educativas.

Anteriormente se tenía la creencia de que la escuela es solo un lugar de


alfabetización. Puede que en siglos pasados esto fuera así, pero en la sociedad de
la información no tiene ningún sentido. La escuela debe trabajar con datos, pero
también con valores; debe enseñar a resolver ecuaciones, pero también conflictos
de convivencia; debe enseñar a hacer, pero también debe enseñar a ser. Además,
hay múltiple estudios que demuestran que para que el aprendizaje sea
significativo debe estar relacionado con la emoción, con la capacidad de satisfacer
la curiosidad de los alumnos, con la alegría de aprender.

Por último, la formación inicial y continua de los docentes y su valoración social


como agente fundamentales para el buen funcionamiento de la sociedad son otras
de las cosas que no funcionan en la educación actual. «En la educación de los
niños no hay nada como atraer el interés y el afecto; de otra manera lo único que
se logra son asnos cargados de libros.» Michel de Montaigne (1533-1592) .
El valor de los docentes debe ser reconocido para que la escuela cumpla con su
verdadera función.

En nuestro punto de vista, Pese a todo, la escuela a mejorado con respecto a los
demás años, desarrollo de la tecnología, ya los profesores no pegan, pero hay una
gran falta de respeto del alumnado al profesor. Cada vez el profesor pierde la
importancia del papel que desempeña. Esperemos que todo cambie a mejorio del
aprendizaje, no al revés.

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