Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
MARCO TEÓRICO
1.1. DEFINICIÓN:
Es una organización política que se adscribe a una ideología determinada
o representa algún grupo en particular, creado con el fin de ayudar de una forma
democrática a la determinación de la política nacional y a la formación y
orientación de la voluntad de los ciudadanos.
Según JORGE M. HERRERO PONS (Argentina), citando a EDMUND
BURKE (ingles): “un partido es un grupo de hombres unidos para fomentar,
mediante sus esfuerzos conjuntos, el interés nacional, basándose en algún
principio determinado en el que todos sus miembros están de acuerdo”
LUIS SANCHEZ AGESTA (español – Madrid), por partidos políticos
debe entenderse a aquellos “grupos societarios y secundarios, cuyo fin
inmediato es la posesión y el ejercicio del poder político organizado para
establecer, reformar o defender un orden como articulación de los fines que
responden a las convicciones comunes de sus miembros”.
Así pues, los partidos terminaron por ser piezas básicas de la relación
entre el Estado y la sociedad o, al menos, de la parte de la sociedad con derecho
al sufragio. En el Parlamento inglés aparecieron los whigs y los tories, los
primeros más partidarios del mismo, frente a los segundos más vinculados a la
Corona. El siguiente paso se dio en la Revolución Francesa, surgiendo grupos,
destacando entre ellos, los monárquicos constitucionales, los girondinos y los
jacobinos, entre otros
En 1832 se aprobó la Reform Act en Gran Bretaña, que fue la primera
gran extensión del sufragio en dicho país, incorporando al sistema político a toda
la burguesía. Este hecho generó que los viejos whigs tuvieran que organizarse
de forma distinta, transformándose en el Partido Liberal, con algunas reglas de
disciplina interna y cierta coherencia ideológica, para organizar las elecciones y
generar adhesiones personales hacia los líderes. Ese fue el espíritu que terminó
por triunfar en los partidos políticos en los Estados liberales europeos:
organizaciones de cuadros, élites y comités, donde primaban las fidelidades
personales. En realidad, solamente funcionaban en los períodos electorales y no
estaban muy cohesionados.
La transformación de los sistemas políticos liberales en democráticos a
finales del siglo XIX, es decir, con el triunfo del sufragio universal, provocó un
cambio radical en la estructura de los partidos, porque el derecho a participar en
política se había extendido a todas las capas sociales, por lo que los partidos si
querían acceder a cuotas de poder ya no podían organizarse como antaño. En
este sentido, es muy importante la llegada de los partidos socialistas,
profundamente interesados en incorporar a los obreros a la vida política, dado el
triunfo de las tesis reformistas sobre las revolucionarias en el socialismo
occidental. Estas formaciones fomentaron la educación política de las masas,
empleando los mítines, las casas del pueblo, la prensa y promoviendo la
afiliación. Al crecer de forma considerable, se estructuraron de manera distinta a
como lo habían hecho los partidos liberales. Se crearon estructuras burocráticas
estables frente a los cuadros y comités episódicos de los partidos liberales. Era
el momento en el que nacían los políticos profesionales frente al político liberal
burgués que no recibía remuneración por su trabajo político, dada su riqueza
personal basada en la propiedad.
Los partidos socialistas primigenios eran de aparato, es decir, con una
estructura piramidal, basada en secciones o agrupaciones que conformaban un
primer nivel. Después, estaban en un segundo nivel las federaciones territoriales
hasta el tercer nivel o vértice, que estaba constituido por una comisión ejecutiva
con una secretaría general, elegidas por delegados de los niveles inferiores en
los congresos.
El éxito organizativo y electoral de los partidos socialistas europeos
generó una reacción en los sectores políticos burgueses, conservadores,
católicos y nacionalistas, promoviendo la creación de partidos de masas, con
estructuras parecidas a los de aparato pero que no se dirigían a una clase social
determinada. Este fenómeno comenzó en el período de entreguerras, pero
terminó por consagrarse después de la Segunda Guerra Mundial Con el tiempo,
los partidos socialistas terminaron por conjugar el modelo de partido de aparato
con el de masas, al dirigirse no sólo a la clase obrera.
Conviene tener en cuenta la existencia de los partidos únicos en los
Estados totalitarios, con estructuras rígidas, sin democracia interna, y con un
líder indiscutible al que se rinde culto y obediencia ciega. Aunque las ideologías
que defendían eran distintas, en esta categoría estarían los partidos fascistas y
los comunistas de las dictaduras del proletariado. Estos partidos generarían un
gran aparato burocrático paralelo al del Estado, aunque con claras interferencias
del primero sobre el segundo.
Los nuevos partidos de aparato y de masas, con estructuras internas
permanentes, crecientes y complejas, necesitaban recursos para mantenerse.
La financiación partiría de las cuotas de afiliación de los militantes, pero
terminaron por no ser suficientes. Con el tiempo, los Estados ha tenido que
realizar aportaciones proporcionales al peso electoral de los partidos, cifrado en
el número de escaños obtenidos en los parlamentos y otras instituciones
representativas. Una tercera fuente de financiación vendría de las aportaciones
o donaciones externas de particulares y empresas.
Por fin, hay que recordar la cuestión de la mujer en los partidos políticos.
Su presencia era inexistente en los partidos liberales, dado que, aunque
terminara por imponerse el sufragio universal sobre el censitario, la mujer no
tenía derecho al voto ni a participar en política. La lucha sufragista terminó por
conseguir el derecho al sufragio, pero no provocó una masiva incorporación de
la mujer a la actividad política a través de los partidos. Un sector importante de
mujeres de la clase obrera se incorporó a los partidos socialistas, pero tuvieron
grandes problemas para tener protagonismo interno y acceder a áreas de poder,
con algunas excepciones. Tenemos que tener en cuenta que muchos dirigentes
socialistas eran contrarios a la presencia de la mujer en la política. Con el tiempo,
algunas formaciones políticas, generalmente en la izquierda, terminaron por
adoptar políticas de discriminación positiva en la elaboración de listas de cargos
orgánicos internos o en las listas electorales para garantizar la presencia
femenina.1
1.4.1. Comité:
El número de miembros de un comité es pequeño, por tanto, su acceso
es de carácter limitado, no busca tanto la cantidad sino la calidad. Por lo tanto,
no busca el reclutamiento ni la propaganda y es más bien un grupo cerrado. A
pesar de ello, el comité puede disponer de un gran poder.
1.4.2. Sección:
La sección tiene un carácter amplio, la sección busca cantidad en primer
término, la sección es abierta, el que desee entrar es bienvenido. El comité reúne
notables y la sección llama a las masas. (Duverger, 1957). Su base geográfica
es más limitada que el comité. Su actividad es importante durante los tiempos
electorales, pero también lo es, cuando no hay elecciones, pues en este periodo
se busca la educación política de las masas.
1.4.3. La Célula:
Su base de agrupación es profesional: junta a los miembros de un partido
que trabajan en un mismo lugar; células de fábrica, de taller, de tienda, Partidos
políticos 105 de oficina, etc. Su número es reducido: tres miembros pueden
integrar una célula. Por lo demás, se busca que estas no sean muy numerosas,
el ideal es que sean de 15 a 20 miembros. Es un grupo permanente, puesto que
se reúnen en su lugar de trabajo y el contacto es constante, por lo que los
miembros se conocen bien y la solidaridad hacia el partido es más elevada. Si el
partido hace bien su trabajo en cuanto a la educación política tendrá sobre sus
miembros un gran control.
1.4.4. La milicia:
Es parecido a un ejército privado, cuyos integrantes se organizan
militarmente, con una formación similar a la de los soldados, sin embargo, sus
miembros continúan siendo civiles, pero están aptos para combatir a los
contrarios por medio de la fuerza. Su movilización no es permanente, pero están
listos para cuando sea necesario.
2
Wilhelm Hofmeister y Karsten Grabow. PARTIDOS POLITICOS EN LA DEMOCRACIA – Organización y
funciones, Editorial Konrad Adenauer, Guatemala 2013. Pág. 11.
conciencia de los ciudadanos y en las fuerzas sociales (función de
legitimación).
1.6.1.1. UNIPARTIDARIO:
Es un sistema de partidos políticos en el que existe un único partido
político legal que pueda presentarse a los procesos electorales, o bien a aquel
en el que, aun existiendo legalmente varios partidos políticos, las normas
jurídicas establecen, o de facto se produce, el acaparamiento de la mayor parte
del poder político por un único partido.
La base en la que se legitiman los sistemas unipartidistas son en la
celebración de elecciones libres, ya sea para elegir presidente, parlamento o
cualquier otro órgano legislativo. No debe confundirse pues con una dictadura,
pues en ésta, los líderes no son elegidos mediante elecciones democráticas.
1.6.1.2. BIPARTIDISTAS:
“Bipartidismo” significa que dos partidos principales dominan la competencia
política, mientras que otros partidos más pequeños juegan sólo un papel
secundarioUn sistema bipartidista (o bipartidismo) es un sistema de partidos
políticos que favorece la aparición de dos coaliciones políticas (por lo general
antagónicas en el espectro político) para generar una exclusión o una discriminación
positiva de minorías políticas, sucediendo en todas las elecciones que uno de ellos
alcanza el gobierno de la nación y el otro ocupa el segundo lugar en las preferencias
de voto, pasando a ser la oposición oficial al gobierno.
Un ejemplo de bipartidismo se encuentra en los Estados Unidos. Allí se suceden
en el poder el Partido Republicano y el Partido Demócrata. En las elecciones
presidenciales de 2012, por citar un caso, el candidato del Partido Demócrata (Barack
Obama) obtuvo el 51,07% de los sufragios, mientras que el postulante del Partido
Republicano (Mitt Romney) alcanzó el 47,21%.
3
SARTORI GIOVANI, Partidos y sistemas de partidos. Marco para un Análisis, vol. 1, Editorial Alianza,
España – Madrid 2005. Pág. 69.
Por otro lado, ninguno de los candidatos de los partidos minoritarios llegó al 1%,
ratificando el marcado bipartidismo de la estructura política estadounidense
1.6.1.3. MULTIPARTIDISTAS:
Se da cuando la competencia es entre muchos. Si hay de 3 a 5 partidos es
moderado, si hay entre 7 a 10 es polarizante y más de 10 atomizado.
El politólogo ha hecho una de las clasificaciones más acertadas, tomando el
número de partidos, la distancia ideológica de los mismos y la competitividad que existe
entre ellos.
1.6.2.1. PREDOMINANTE:
- El partido predominante obtiene tres mayorías absolutas consecutivas, esto
es un indicador siempre y cuando el electorado parezca ser estable; se sobrepasa
claramente el umbral de la mayoría absoluta y/o que el intervalo de tiempo sea amplio.
- El criterio de partido predominante se da no por el número de partidos, sino
por la distribución del poder que existe entre ellos.
1.6.2.2. BIPARTIDISTA:
Se da cuando dos partidos están en condiciones de igual competencia por la
mayoría de los escaños y uno de estos dos partidos logra conseguir una mayoría
suficiente para formar el gobierno, pero la alternancia o rotación en el poder es una
expectativa creíble o posibilidad latente.
La existencia de terceros partidos carece de importancia en el grado en que no
alteren una situación en que la participación en el poder estatal está reducida a sólo los
dos partidos principales. Así, el formato y la mecánica seguirán siendo las propias del
bipartidismo y no las propias del multipartidismo.
1.6.2.5. ATOMIZACIÓN:
Es un sistema de partido en el cual, el índice de fragmentación es altísimo; existen
sobre nueve partidos políticos relevantes, lo que produce un grado de dispersión del
poder que dificulta estructuralmente la ejecución de políticas de coalición y el ejercicio
del gobierno.
Estos sistemas surgen en sistemas de partidos que no están cristalizados ni
estructurados y en sociedades que han adoptado tardíamente un régimen democrático,
aún no consolidado. Los casos típicos son países africanos, aun cuando sistemas
políticos latinoamericanos que han entrado en crisis también pueden ver clasificados
sus sistemas de partidos en la categoría de atomización.