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(Suposición de la nada en algún lado- estado anímico?

Cita de la angustia referirse a


editores n12.

La siguiente ponencia tiene el propósito de esclarecer, realizar algunas divisiones extra y


analizar el texto de Martin Heidegger ​¿Qué es metafísica? . ​En todo caso señalaremos las divisiones
hechas por el autor. Primero vamos a responder la pregunta (I)¿qué es metafísica? según Heidegger;
luego (II) la relación de la ciencia con el Dasein; posteriormente (III) la elaboración por la pregunta
por la nada; después (IV) las experiencias de la totalidad de lo ente y la nada; para finalmente realizar
(V) una exposición de la nada como fundamento ontológico y unas caracterizaciones del hombre que
hace filosofía y metafísica. Las secciones correspondientes serán indicadas en números romanos, y las
de autor en negrilla.

El despliegue del preguntar metafísico.


I
Afirma Heidegger que toda pregunta metafísica nos permite abarcar la totalidad del problema
ulterior de la metafísica, por tanto que para la resolución de la pregunta: ¿Qué es metafísica? Hemos
de dejar que esta se presente por sí misma, por medio de una determinada pregunta metafísica. De
modo que el despliegue del preguntar metafísico ha de partir desde la propia totalidad de la metafísica,
es decir, que el hombre, un ente entre otros, debe estar incluido en la pregunta por la metafísica, desde
la situación esencial del Dasein que pregunta y se pregunta. Por tanto, como toda pregunta metafísica
abarca la totalidad de sí, el despliegue del preguntar total metafísico debe ser planteado desde un
punto de vista más en relación a la fenomenología o las manifestaciones del Dasein.

De lo precedente el autor se preguntará ​qué ocurre con la esencia misma del Dasein cuando
la ciencia se ha vuelto la instancia suprema de nuestra pasión1. Con lo cual se denota un cierto ánimo
de redención del estudio metafísico, y, a su vez, de la propia filosofía. De igual forma, hace una
reivindicación de la metafísica como una ciencia del espíritu que debe tomarse muy en serio. Para
ello, afirma que debido a que a diferencia de las ciencias, que realizan una suerte de exclusión del
Dasein para con su objeto de estudio (lo ente, y nada más), a saber, que en las preguntas por lo ente,
aun cuando es el Dasein el que pregunta, no se cuestiona al Dasein, en cuanto tal, sino que más bien
el porqué, cómo y cuándo de lo ente mismo, donde lo ente mismo tiene la última palabra, y por
encima de eso, nada más. Pues en contraposición con la metafísica que pregunta por aquello que está
más allá de lo ente a fin de volver a recuperarlo en cuanto tal y en su totalidad para el concepto, ​lo
que implica que el preguntar metafísico nos sitúe en ella misma y que aceche permanentemente al
Da-sein, siendo la metafísica parte esencial de la naturaleza del hombre y por ello que no exista
ciencia cuyo rigor iguale a la seriedad de la metafísica.

II

Nuestro Dasein está determinado -en la comunidad académica- por la ciencia. Ésta
aunque tenga focos de atención variopintos, como puede ser la tradicional división de
ciencias humanas y ciencias de la naturaleza, tiene siempre algo en común: la ciencia, en
cuanto ciencia, trata sobre lo ente. Deja, en efecto, la última palabra a lo ente. Pero no sobre
un ente en particular, no, sino sobre la totalidad de lo ente. De esta manera, el hombre -un

1
entiéndase por pasión la instancia de nuestra verdad
ente- irrumpe en la totalidad de lo ente al hacer ciencia, para que de esta manera, el ente,
como afirma Heidegger, se abre en eso que él es y cómo es. Es decir, que el hombre al entrar
en la totalidad de lo ente en la inquisición científica, busca conocer los fundamentos
metafísicos de aquello que es.
III
De lo anterior se sigue algo con evidencia: que la ciencia tiene como asunto al ¿ ente y
nada más. Este “​nada más​” tiene que significar algo ulterior a una casualidad de nuestro
lenguaje. La ciencia, al describirse a sí misma rechaza la nada como algo que sea de su
incumbencia, puesto que en ella no hay nada en lo cual adentrarse. y, de esta manera,
perdería su esencia. No obstante, no podemos negar que su definición depende de la
contraposición entre la totalidad de lo ente y aquello que es su contrario: la nada. Así, la
ciencia como determinante de nuestro Dasein (individuo) está supeditada, si no obligada, a
forzarnos a preguntarnos ¿qué es la nada?

La elaboración de la pregunta.

Así pues, nos vemos avocados a formular una pregunta por la nada. Dicha
formulación debe, como es esperado, conducirnos a una posible respuesta, o, a la
imposibilidad de la misma. La pregunta por la nada parece abstrusa a nuestro entendimiento
por un impedimento lógico. Si formulamos la pregunta de la siguiente manera ¿qué es la
nada? Estaríamos afirmando que la nada “es algo”, y esto sería contrario a su definición de
ser nada. La pregunta por la nada se desmorona ante nuestro entendimiento guiado por la
lógica de esta manera. Ahora bien, para Heidegger parece ser posible formular dicha pregunta
poniendo en duda la supremacía de la lógica sobre nuestro entendimiento. La nada decimos
que es la totalidad de lo no-ente. Afirmamos entonces que la nada está subordinada a la
determinación de lo negativo, es decir, de lo que tiene carácter de no. De igual manera, la
negación es un acto del entendimiento… Seguimos con nuestra problemática anterior. El
autor afirma entonces que la nada debe ser más originaria, es decir, antecedente a la negación.
Esto se probará posteriormente tanto en el texto como en la ponencia.

Si aceptamos que esto es así, entonces podemos enfrentarnos a la pregunta por la


nada. Para poder interrogarnos sobre la nada, debemos haber tenido una experiencia sobre
ella. La nada, como la definimos anteriormente, es la negación de la totalidad de lo ente, por
lo cual, para tener una experiencia de ella, deberíamos remitirnos en primera lugar a una
experiencia de la totalidad de lo ente, para de esta manera, negarla y llegar a la nada misma.
Podemos en primer lugar, hacer nuestra búsqueda de manera mental de la siguiente manera:
hacerlos la idea de la totalidad de lo ente, luego negarla, y, así, obtener la idea de la nada. Sin
embargo, este concepto aunque no pueda diferir de la nada “auténtica”, puesto que entre nada
y nada no hay nada, nos presenta la misma problemática de tipo lógico-formal de antes.
Buscaremos entonces una experiencia fundamental de la totalidad, para luego seguir con la
nada.
IV

Nosotros nunca captamos la totalidad de lo ente en su esplendor, ya que el humano


como ser finito, por mucho puede hacerse a la idea de la totalidad de lo ente, sin embargo
nuestro Dasein permanentemente padece en mitad de lo ente, de modo que se da una especie
de absorción de lo ente para con el Dasein, de facto que la experiencia de la totalidad de lo
ente se da por medio de una caracterización holística del ser-aquí con la totalidad de lo ente
(En una unidad, del todo) y no por percepción o idea de la omnitud del ente, pero solo hemos
definido el cómo de la experiencia, más no el qué o dónde, para que sea palmaria la totalidad
de lo ente en el Dasein.
Decimos que aun cuando ignoramos nuestra posición en el mundo y no estamos
ocupados con el acontecer del mundo respecto a “uno”, también el acontecer introspectivo
del Dasein. La totalidad de lo ente continúa acechando al Dasein y nos rodea situándonos en
medio de la omnitud, de ello que el ​qué que buscamos podría ser ejemplificado en ciertos
estados anímicos: el auténtico aburrimiento y la alegría, y de este una especie de tedio
profundo que se vale del carácter holístico para juntar a todas las cosas y a los hombres y,
junto con ellos, a uno mismo en una común y extraña indiferencia (110) Por último El
encontrarse sumergido en determinados estados de ánimo no solo revelan la totalidad de lo
ente. entonces, al saber ya que estos estados de ánimo develan a lo ente en su totalidad y
opacan el camino a la revelación propia de la nada, permite preguntar si ¿existe tal estado de
ánimo contrario a el aburrimiento y la alegría, en el cual la nada se manifieste en nuestro
Dasein ?

La negación de dichas experiencias de la totalidad de lo ente, no develan ante


nosotros la nada. Podemos creer a partir de esto, con mucha más vehemencia, que la negación
de la totalidad de lo ente, no nos revela la nada a partir de un estado de ánimo2. La nada
debería encontrarse entonces originariamente en un estado de ánimo, este es, aunque poco
frecuente, la angustia3. Por angustia no debemos entender la definición tradicional de miedo
frente a algo: una situación, otro ente, una consecuencia, etc. Al contrario, la angustia a la que
nos referimos es una angustia ante algo, pero no frente a algo determinado. La angustia no se
produce por la indeterminación frente a aquello que tenemos miedo, sino la imposibilidad de
una determinabilidad.

“Todas las cosas y nosotros mismos nos hundimos en la indiferencia. Pero esto, no en
el sentido de una mera desaparición, sino en el sentido de que, cuando se apartan como tales,
las cosas vuelven hacia nosotros” (Heidegger, Martin)
Esto nos dice Heidegger que sucede en la angustia. La indiferencia de la que se nos
habla no es en el sentido común de la palabra: una suerte de falta de inclinación frente a un

2
Por estado de ánimo debe entenderse una predisposición del sujeto frente al mundo. De esta
manera, si se encuentra uno aburrido puede encontrar la totalidad en esa disposición frente a lo ente,
así como en la felicidad y otros ejemplos dados por Heidegger.
3
​Ver N. de los T #12, Pág ¿29?
ente o una circunstancia. Sino, por el contrario, sucede en nuestro Dasein un distanciamiento
de lo ente en su totalidad -como recordamos, nos encontramos en su medio-, y al alejarnos de
algo tan común, tan habitual, tan humano como estar en medio de lo ente, dicha sensación
nos parece pesada y desvanece un telón al que estábamos habituados. Esto produce, al
escaparse el ente, la relevación de la nada. La angustia, y de esta manera la nada, revelan a lo
ente en su totalidad, ​puesto que lo ente es algo totalmente diferente a la nada, el “es” y se
revela de manera contraria a la negación de su totalidad que es la nada (ver 116,nota al pie
#30C​. Por extensión dicha definición es meramente a fin con la caracterización primera de la
metafísica dada en la primera parte de la ponencia.

La respuesta a la pregunta
V

“Así pues el puro ser y la pura nada son lo mismo” (ciencia de la lógica……Hegel…..)

Es necesario que la piedra angular del razonamiento por la nada en ¿qué es


metafísica? tenga mayor sustento que simplemente una postura o un querer asumir que
algo es de cierta forma, dicha piedra angular es la afirmación; que la nada posee prioridad
ontológica frente a la negación. Las pruebas para ello son claras en ​la respuesta a la
pregunta​, pero primeramente aclararemos porque sin la nada,nada puede ser, es decir que
la nada es fundamento ontológico de la existencia.
Cuando se hace manifiesto la imposibilidad de determinar eso ante lo que y por lo
que nos angustiamos, se devela la nada en un desistir, es decir, una suspensión propia del
Dasein en tanto que lo ente se escapa en su totalidad, por tanto que primeramente el
Dasein ha de estar inmerso en la nada y por el desistir que es la nada es llevado hacia lo
ente, de modo que Heidegger define el ser-aquí como estar inmerso en la nada y que
estando inmerso en la nada, el escape de la totalidad de lo ente surte efecto,entonces si el
Dasein y la nada no se pertenecieran y por ende no se diera el escape de la totalidad de lo
ente, este no podría ser sin el carácter óntico primario de la nada.
Pero entonces si la nada es el fundamento de ser,¿no tendríamos que estar
constantemente sumergidos en la angustia para existir?, pues de la angustia se hace
patente la nada y de la nada se fundamenta el ser, pero se afirma que el estado anímico de
la angustia no es permanente si no que se da de en raros momentos, de ello que Heidegger
asevere que la angustia se oculte, debido a que al remitirnos al ente y nada más, siendo
esta nuestra única posibilidad en posición de Dasein humano, de modo tal que nos
perdemos en lo ente y este vuelve a abrazarnos nuevamente, ocultandonos la nada.
La metafísica la hemos venido abordando desde una pregunta de su tipo, para con esta
esperanza, entrar de lleno en ella y poder brindar un significado a dicho término. Cuando
preguntamos por la nada, que ha sido un eje central de nuestro preguntar metafísico,
estamos preguntando más allá de lo ente (véase que faltaría explicar con anterioridad la
trascendencia del Dasein) para que lo ente mismo se nos revele en su totalidad. La
pregunta por la nada atraviesa entonces la totalidad de la metafísica ¿pero cómo la nada
hace esto, y, en qué medida se ve involucrado el Dasein que pregunta en ella?

En la tradición y en la opinión más modesta y contemporánea, la metafísica es el estudio


de lo ente, de aquello que está, de lo más fundamental que se encuentra en el mundo. La
pregunta por la nada no es una negación de la totalidad de lo ente, sino que como ya vimos,
lo ente mismo se revela en la nada. La nada y el ente se pertenecen recíprocamente. Lo
ente sólo se nos muestra en la trascendencia del Dasein, en su arrojar a la nada. Ahora
bien, nuestro Dasein que hace ciencia se ve involucrado en el preguntar metafísico porque
su interés que es el ente, sólo se manifiesta en cuanto tal gracias a la nada. Sólo cuando el
ente aparece extraño al Dasein éste hace ciencia. La metafísica, entonces, es el
fundamento de todo preguntar científico, puesto que al revelarnos la nada, nos muestra el
carácter ajeno de lo ente y nos excita a su investigación.

Podemos concluir que la metafísica no es algo externo al hombre, una rama de su


investigación; por el contrario es el Dasein mismo. El Dasein en su condición de arrojado al
mundo interactúa con lo ente, pero esto sólo puede suceder si se encuentra en la nada, en
un estado de alejamiento de lo ente que lo incite a buscar con extrañeza lo que es un “algo”.
Esto lo resume Heidegger en la siguiente frase “Desde el momento en que existe el hombre,
acontece de algún modo el filosofar” (Heidegger, Martin. 43) Pero de igual manera, desde
que existe el hombre existe la metafísica… La filosofía es, entonces, poner en marcha la
metafísica para que el Dasein se pregunte por lo ente, y la nada, surge entonces una
pregunta manifiesta: ¿por qué hay ente y no más bien ​nada​?

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