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Los actores de este acuerdo tácito fueron en primer lugar los miembros del alto mando
militar, que reconociéndose vencedores de la guerra contra las guerrillas ahora
decidían, por distintas razones, entregar el gobierno a los civiles; en segunda instancia,
los líderes de los partidos políticos permitidos, es decir de los grupos políticos que
habían aceptado mantenerse en el campo político delimitado por los militares y que,
aunque en algunos casos como la DC habían sufrido del asesinato de dirigentes sobre
todo en los municipios rurales, se sometían a las reglas del juego político democrático.
Finalmente, los grupos empresariales que, pese a tensiones, críticas y diferencias con
la cúpula gobernante estaban también convencidos de la necesidad de este cambio de
régimen político y lo que pretendían era evitar que las mayorías les arrebataran por
métodos democráticos sus privilegios.
A esto debe sumarse el papel de los Estados Unidos de América, cuya influencia fue
determinante en todo este proceso y cuyo conocimiento de esta doble agenda: la
institucionalización democrática y el aniquilamiento de los últimos vestigios de la
oposición era reportada por sus funcionarios a la central de inteligencia y al
departamento de Estado.
Más de dos millones de guatemaltecos estaban llamados a las urnas para elegir nuevo
presidente de la República entre ocho candidatos que se postularon para el periodo
1986-1991.
Larga
s filas en centro de votación en 1985. (Foto: CIRMA)
Candidatos
Ocho fueron los candidatos que aspiraban llegar al poder mediante el respaldo popular:
Vinicio Cerezo Arévalo, de la Democracia Cristiana, DC; Jorge Carpio Nicolle, Unión del
Centro Nacional, UCN; Mario Sandoval Alarcón, Movimiento de Liberación Nacional,
MLN y Partido Institucional Democrático, PID; Jorge Serrano Elías, Partido de
Cooperación Nacional, PDCN y Partido Revolucionario, PR; Mario David García,
Central Auténtica Nacionalista, CAN; Alejandro Maldonado Aguirre, Partido Nacional
Renovador; Leonel Sisniega Otero, Partido de Unificación Anticomunista, PUA,
Movimiento Emergente de Concordia, MEC y Frente de Unidad Nacional FUN; Mario
Solórzano Martínez del Partido Socialista Democrático, PSD.
Lo
s ocho presidenciables para la Elección de 1985. (Foto: Hemeroteca PL)
Garante de elecciones
El Jefe de Estado de ese entonces, general Óscar Humberto Mejía Víctores, ofreció
elecciones limpias, y en reiteradas oportunidades expresó que no apoyaría a ningún
partido político o candidato alguno. El subjefe de Estado y Jefe del estado mayor de la
Defensa, general Rodolfo Lobos Zamora, dijo a la prensa que el proceso sería
transparente, ya que había consenso entre los militares que conformaban el Consejo de
Comandantes, para entregar el poder sin condiciones a quien resultare legalmente
elegido.
Estado de alerta
Las fuerzas de seguridad estuvieron en estado de alerta para evitar cualquier problema
en el desarrollo de las elecciones indicó el ministro de Gobernación, Carlos Guzmán
Estrada. El funcionario expuso que dio instrucciones a las instituciones policíacas, tales
como Policía Nacional, Guardia de Hacienda y otras secciones, para que se colaborar
con las demás dependencias del Gobierno que tuvieran relación con el proceso
electoral.
Reiteró que la acción policíaca se brindaría para dar protección a los votantes, puestos
de urnas y para el traslado de las mismas hacia los centros de cómputo. Guzmán indicó
que la Policía también cooperaría con las brigadas militares para coordinar todo lo
referente a seguridad. Se buscaba con tal medida, que las elecciones se desarrollaran
sin problemas de ninguna índole, finalizó.
Afluen
cia de personas en el centro de votación del Instituto Central para Varones en
noviembre 1985. (Foto: Hemeroteca PL)
Estadísticas
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Arturo Herbruger Asturias, indicó
que la organización salió bien y que estaban confiados en que el pueblo votaría y
eligiera a las nuevas autoridades del país. El trabajo preparativo de las elecciones
generales fue arduo y ahora solamente falta el voto y el resultado final.
Resultados
La elección se desarrolló en relativa calma y se registró un abstencionismo del 49.7 por
ciento, quizá un porcentaje alto el cual atribuyó el TSE a la llamada “campaña negra
que opacó en cierto modo la elección” en la cual se produjeron ataques encarnizados
entre determinados sectores políticos.
El TSE dio a conocer los resultados finales hasta el 7 de noviembre de 1985, entre
acusaciones de fraude, principalmente reclamado por el Movimiento de Liberación
Nacional, MLN al quedar en el cuarto lugar de la votación presidencial, éste partido
formó un llamado "Frente de Oposición" para evitar que se realizara la elección en
segunda vuelta e impugnaron los resultados, sin éxito. Los primeros 3 lugares los
obtuvieron la DCG con 648,681 votos, 38.65%; la UCN con 339,522 votos, 20.23% y el
partido PDCN – PR con 231,397 votos, 13.78%.
Mar
co Vinicio Cerezo Arévalo y Roberto Carpio Nicolle fueron electos como Presidente y
Vicepresidente de la República en 1985. (Foto: Hemeroteca PL)
Democracia:
Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo…….. (Abraham Lincoln: 1863)
Globalización:
Es un proceso fundamental económico que consiste en la progresiva integración
mundial de los mercados y las empresas. La globalización también se manifiesta en
otros ámbitos que pueden ser; La tecnología, la cultura y la política.
Democracia y Globalización:
Por democracia moderna comprendemos a la forma de gobierno o de organizar el
poder político en el que lo decisivo o lo importante es que el pueblo no sólo es el
objetivo de gobierno; sino que también el sujeto que gobierna. El principio constitutivo
de la democracia moderna es la soberanía popular. El pueblo es la fuente única y
legítima de poder. También es el conjunto de procedimientos encargados de hacer
viable el principio fundamental de la soberanía popular. Es un procedimiento no una
solución a los problemas de la sociedad. Forma de legitimizar y autorizar el gobierno.
El segundo pilar es la industria privada, que es la que, en gran parte, produce riqueza.
Sin embargo hay grandes industrias que contaminan y violan los derechos de sus
trabajadores, esto devalúa la democracia, por lo tanto la opinión pública mundial debe
de castigar a estas empresas, haciendo valer más la democracia y la justicia, que lo
económico.
El tercer pilar es la sociedad civil. La sociedad civil somos todos nosotros, en particular
cuando colaboramos con las diferentes organizaciones e instituciones especificas.
Estos organismos pueden contribuir a la democratización
La noción de cultura política es tan antigua como la reflexión misma sobre la vida
política de una comunidad. Para referirse a lo que hoy llamamos cultura política, se ha
hablado de personalidad, temperamento, costumbres, carácter nacional o conciencia
colectiva, abarcando siempre las dimensiones subjetivas de los fenómenos sociales y
políticos. Dicho de otra manera, desde los orígenes de la civilización occidental ha
existido una preocupación por comprender de qué forma la población organiza y
procesa sus creencias, imágenes y percepciones sobre su entorno político y de qué
manera éstas influyen tanto en la construcción de las instituciones y organizaciones
políticas de una sociedad como en el mantenimiento de las mismas y los procesos de
cambio.
Así, la pregunta sobre la cultura política pretende indagar cómo percibe una población
el universo de relaciones que tienen que ver con el ejercicio del mandato y la
obediencia, y cómo las asume, qué tipo de actitudes, reacciones y expectativas
provoca, y de qué manera éstas tienen un impacto sobre el universo político.
Se vincularon a los distintos partidos políticos con sus posibles financistas, corruptos
involucrados en los partidos políticos y toda una estrategia para desprestigiar y atacarse
sin conservar la ética entre los partidos políticos.
Mientras ocurría todo esto a nivel político, la sociedad civil se dedicaba a observar y
tomar partido por la mejor opción, los columnistas y periodistas se dedicaron a agrandar
a sus candidatos ideales y generar una influencia en el voto de los guatemaltecos hacia
los dos primeros lugares según las encuestas realizadas por distintos medios de
comunicación. El TSE se dedicaba a implementar toda la logística necesaria para llevar
a cabo el Proceso Electoral 2011.
Como conclusión se puede afirmar que falta mucho en el país para fortalecer la cultura
democrática de la ciudadanía, hace falta fomentar la promoción de una cultura
democrática la cual ya no puede pensarse como una labor que competa
exclusivamente al Estado, sino que tiene que ser una empresa en la que participen
instituciones sociales y políticas. Mientras mayor influencia tengan éstas sobre la
sociedad por su prestigio o penetración, mayor será el impacto que causen.
Deberían contribuir a dicha misión, por tanto, las instituciones educativas públicas y
privadas, y los medios de comunicación masiva de manera privilegiada, pero también
los intelectuales y los partidos políticos, así como otras instituciones sociales con gran
presencia, como las iglesias y los nacientes organismos no gubernamentales. Es decir,
se trata de una tarea de conjunto que debe partir de la convicción profunda de los
beneficios que conlleva el desarrollo de una cultura política democrática.