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PALABRAS AL CIERRE

Por la idea de un muy buen amigo, y ante la inminencia de mi viaje he decidido plasmar en
palabras el agradecimiento que tengo frente a muchas personas y cosas que han construido
lo que soy. A diferencia de mi colega, no soy una persona religiosa, por lo que mis
agradecimientos no irán dirigidos a ninguna Divinidad. Si ésta existe, espero que no se
sienta ofendida por mi olvido. Bah, se supone que es amor y misericordia, así que debiese
saber perdonar mis herejías y dudas. También deseo advertir que, a diferencia de mi colega,
soy infinitamente inmaduro, así que disculpas de antemano si estas palabras denotan mi
ñoñería y verdadera edad mental.

En primer lugar quiero agradecer a mi madre. Por el sacrificio de años, la fe ciega,


incondicional y el apoyo irrestricto, aun cuando el que se va es su hijo único. Como
siempre, vieja, el viaje, el objetivo y todo, te lo dedico a ti. Vuelvo pronto y a ti te quedan
aun muchos años para compartirlos conmigo. No te acongojes ni te entristezcas más de lo
necesario, porque entonces yo estaré triste y dos tristes tan lejos no sirven para nada.
También te agradezco a ti Carlos Humberto, donde quieras que estés, viendo a tu nieto, el
mismo al que enseñaste matemáticas en una mesa del comedor antes de ver a Tom y Jerry
en la tv matutina.

Quiero agradecer a Iron Maiden, Led Zeppelín, Pink Floyd, AC/DC, Rush, Neil Young,
The Beatles, Metallica y al rock en general. Ustedes, dioses de la guitarra, el bajo y la
batería, jamás me han abandonado, siempre han tenido algo que decirme en momentos de
alegría y tristeza y espero que me acompañen en este largo viaje. Mi iPod es vuestro hogar.

A mis amigos del alma de la Universidad: Roberto, por la honestidad, los conciertos de
silbidos y la risa. Mexicano, por los consejos (de mujeres y de todo lo demás), Las
Garumas, y la literatura. A Fabián, por la lealtad, los acarreos en auto y porque siempre
puede arreglar cualquier cosa. A Maniático por el Club Deportivo Aplicación, el rock y la
actitud. A Romina, otra vez por el rock, la amistad a pesar de la distancia y porque te debo
un par de CD’s y un equipo nuevo (los equipos no funcionan bien después de que se les cae
la cerveza encima). A Hugo por la música, el CDA (subiremos, subiremos…) y su
generosidad. A César, por las conversaciones las pichangas. Finalmente a mi casi hermano
Luchito: por Los Simpsons, las eternas conversaciones y la amistad a toda prueba.

A mis amigos “parroquianos”: Luchito, Juanito, Victor; Oso y Rodolfo (hermanitos de


leche), Carlitos, don Sergio, Don Rodrigo y tantos otros. He aprendido mucho junto a
ustedes y espero seguir aprendiendo.

A mis colegas de la Universidad: a Patricio, Jefe rockero y sensei en el camino académico;


A David, por la eterna sonrisa; Yenny, Nadima, Fabiola, como las tres gracias, mujeres de
tomo y lomo. A Don Domingo y Don Rubén, la experiencia; Enrique, que es la buena onda
en dos pies, aunque el crea que no. A Luis (carajo, hay hartos luises en este
agradecimiento) que será más grande y mejor penalista que yo y al que espero para que nos
comamos unas pastas. Juan Paulo, kamikaze, leal hasta el absurdo y amigo al punto de abrir
su casa para ser adoptado por su familia (que son Sonia – la fortaleza hecha mujer-,
Coniflor –princesa heredera del trono- y alguien más que no voy a alcanzar a conocer…). A
Juanita y Leonardo, porque siempre me regalan dulces y con sus conversaciones hicieron
mis mañanas mucho más entretenidas.

A mis alumnos: aprendo de ellos todos los días y espero que sean mejores que yo, que
lleguen más alto y, como buenos padawan, que superen al maestro Jedi. (Pero que jamás se
vayan al lado oscuro).

A Alice, mi profe de italiano y a los chicos del curso. Ci vediamo, cari amici!!!

A Borges, Cortázar, Heminghway, Bolaño, Vargas Llosa y otros varios que me esperan en
mi biblioteca; sorry guys, los dejo por un rato, aunque capaz que los lea en italiano.
También a Michael Mann, David Fincher, Terrence Malick, Polanski, Scorsesse (cuando
valías la pena, viejo), Ford Coppola (ídem), a los geniales actores que tuvieron a su cargo y
las horas de diversión y reflexión que me han regalado.

A Star Wars. El nerd que llevo dentro (¿sólo dentro?) nació en el cine nacional de
Antofagasta, a la edad de 6 años cuando presenció el asalto rebelde a la estrella de la
muerte y nunca más vio algo tan E X T R A O R D I N A R I O en toda su vida (les dije
que estas palabras iban a ser muy, muy inmaduras).

A José Luis, porque uno no se topa con Maestros todos los días que enseñan tanto de la
disciplina como de la vida en general. Y porque aguantan a discípulos como yo. A ti te
debo mi vocación por la dolorosa disciplina, vocación dura pero llena de satisfacciones.
Jamás podré agradecerte lo suficiente.

Finalmente a ti. Creo que casi no necesito decírtelo. Sabes que eres mi brisa de primavera,
el sol, la sal, la ternura, los besos, los abrazos, el pasado y el futuro, el ángel en mi
armadura. Sin ti, nada habría sido posible; lo que soy hoy es casi todo tú. Tomaste a un tipo
medio melancólico, algo pedante y muy, muy inseguro y con tu mano cálida lo
transformaste en un ser humano de bien. O algo parecido. Nally, te amo, así de simple, con
toda la sencillez y grandeza que encierran esas palabras. Sabes que te espero y, mientras
llega el momento en que volvamos a estar juntos, seguiré siendo la mitad de un hombre.

A todos, claro: I’ll see you soon. Pensad que vuelvo antes del próximo Mundial y justo para
las nuevas elecciones presidenciales, más o menos (por suerte me perderé buena parte de
este gobierno que ya no me gusta nada). Los extrañaré y los llevo conmigo, esperando
haber dejado algo en vosotros. También espero volver convertido en lo que esperáis de mí,
o sea: en un verdadero académico, en alguien de quien podáis sentiros orgullosos. Y para
contribuir con la ciencia penal de mi país, mi pobre y buen país.

Buenas noches y buena suerte.

Carlos Cabezas C.

PD: seguiré usando mi correo ccabezas@uantof.cl pero utilizaré mucho más el


ccabezasc@gmail.com.

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