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Batalla del Nilo

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Para otras batallas de nombre similar, véanse Batalla de Abukir (1799), Batalla de Abukir
(1801) y Batalla del Nilo (47 a. C.).
Batalla del Nilo
Guerras revolucionarias francesas

La destrucción del L'Orient en la batalla del Nilo, óleo de George Arnald (1827).

Fecha 1 y 2 de agosto de 1798


Lugar Bahía de Abu Qir, Egipto
31°20′00″N 30°07′00″ECoordenadas: 31°20′00″N 30°07′00″E
Coordenadas
(mapa)
Resultado Victoria británica
Beligerantes
República Francesa Reino de Gran Bretaña
Comandantes
François-Paul Brueys D'Aigalliers Horatio Nelson
Fuerzas en combate
13 navíos de línea (uno de 120 cañones, tres de
14 navíos de línea (trece de 74 cañones y uno de
80 cañones, nueve de 74 cañones) y cuatro
50 cañones)
fragatas
Bajas
2000-5000 bajas
3000-3900 capturadosnota 1
2 navíos de línea destruidos 218 muertos y 617 lesionados
9 navíos de línea capturados
2 fragatas destruidas
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 v
 d
 e

Campaña de Egipto y Siria


1798-1800
 Shubra Khit
 Pirámides
 Nilo
 El Arish
 Jaffa
 Acre
 Monte Tabor
 1ª de Abukir
 Heliópolis
 2ª de Abukir
 Mandora
 Canope
 El Cairo
 Alejandría

La batalla del Nilo —también conocida como la batalla de la bahía de Abukir, (en
inglés, Battle of the Nile, en francés, Bataille d’Aboukir, en árabe, ‫ —)معركة ابو قير البحريه‬fue
un gran combate naval librado entre la Marina Real británica y la Marina de la Primera
República Francesa del 1 al 3 de agosto de 1798 en la bahía de Abu Qir, en la costa
mediterránea de Egipto. La batalla fue el punto culminante de la campaña naval que se
había extendido a lo largo de todo el mar Mediterráneo durante los tres meses anteriores,
cuando partió desde Tolón hacia Alejandría un convoy francés a bordo del cual iba una
fuerza expedicionaria bajo el mando del entonces general Napoleón Bonaparte.

Las fuerzas británicas, dirigidas por el contraalmirante sir Horatio Nelson —más tarde
conocido como lord Nelson—, derrotaron a las francesas.

Bonaparte trataba de invadir Egipto como el primer paso de una campaña contra la India
británica, en un intento de sacar a Gran Bretaña de las Guerras revolucionarias francesas.
Mientras la flota de Bonaparte cruzaba el Mediterráneo, una fuerza británica bajo el mando
de Nelson, la cual había sido enviada desde la flota del río Tajo con el fin de averiguar el
objetivo de la expedición francesa y derrotarla, comenzó su persecución. Durante más de
dos meses persiguió a los franceses, llegando a estar en algunas ocasiones a tan solo unas
horas de ellos. Bonaparte, que conocía los planes de Nelson, guardó con total discreción su
destino y consiguió tomar Malta y después llegar a Egipto sin ser interceptado por las
fuerzas navales británicas.

Con el ejército francés en tierra, la flota francesa echó el ancla en la bahía de Abukir, 20
millas —32 kilómetros— al nordeste de Alejandría. El comandante, vicealmirante
François-Paul Brueys D'Aigalliers, creía que había tomado una posición defensiva
formidable. Cuando la flota británica arribó a Egipto el 1 de agosto y descubrió la
disposición de Brueys, Nelson ordenó un ataque inmediato. Sus barcos avanzaron hacia la
línea francesa y se dividieron en dos grupos según se acercaban. Uno de ellos atravesó la
línea francesa por el espacio existente entre los buques rivales y la orilla, mientras que el
otro se enfrentó al flanco francés más alejado de tierra. Tras caer en un fuego cruzado, los
navíos de guerra de la vanguardia francesa tuvieron que rendirse tras una fiera batalla de
tres horas de duración; el centro de la flota, por otro lado, consiguió repeler el ataque inicial
de los británicos. Con la llegada de los refuerzos británicos, estos volvieron a atacar el
centro y, a las 22:00 estalló el buque insignia francés, L'Orient. Después del fallecimiento
de Brueys y de la derrota de su centro y su vanguardia, la división trasera de la flota
francesa trató de escapar de la bahía, pero solo lo consiguieron dos navíos de línea y dos
fragatas, de un total de diecisiete barcos.

La batalla dio un vuelco a la situación estratégica de las fuerzas de ambas potencias en el


Mediterráneo, y la Marina Real inglesa se afianzó en la posición dominante, en la que se
mantendría a lo largo del resto de la guerra.13 El resultado también alentó a otros países a
volverse contra Francia, y fue un factor del estallido de la guerra de la Segunda Coalición.
El ejército de Bonaparte quedó atrapado en Egipto, y el dominio británico de la costa siria
contribuyó significativamente a la derrota francesa en el asedio de Acre en 1799, previo al
regreso de Bonaparte a Europa. Nelson, quien había resultado herido en la batalla, fue
vitoreado como un héroe en toda Europa y consecuentemente nombrado barón Nelson, a
pesar de que en privado no estaba satisfecho con su recompensa. Sus capitanes también
recibieron amplios elogios y pasarían después a formar el núcleo de la Banda de Hermanos
de Nelson. La batalla continúa destacando en la cultura popular, siendo probablemente
Casabianca, un poema de 1826 de Felicia Hemans, su representación más conocida.

Índice
 1 Preludio
o 1.1 Campaña en el Mediterráneo
o 1.2 Bahía de Abukir
 2 La batalla
o 2.1 Llegada de Nelson
o 2.2 Comienzo de la batalla
o 2.3 Rendición de la vanguardia francesa
o 2.4 Destrucción del L'Orient
o 2.5 Últimos combates: 2 y 3 de agosto
 3 Sucesos tras la batalla
o 3.1 Reacciones
o 3.2 Efectos
o 3.3 Legado
 4 Referencias
o 4.1 Notas
o 4.2 Citas
 5 Bibliografía
 6 Enlaces externos

Preludio
Tras las victorias de Napoleón Bonaparte contra el Imperio austríaco en el norte de Italia —
que coadyuvaron en la victoria francesa en la Guerra de la Primera Coalición en 1797—,
Gran Bretaña era la única gran potencia europea que estaba aún en guerra con la Primera
República Francesa.14 El Directorio francés sopesó varias opciones estratégicas para
enfrentarse a los británicos, entre las que se encontraban invasiones proyectadas de Irlanda
y Gran Bretaña y la expansión de la Marina Nacional francesa para poder desafiar a la
Marina Real en el mar.15 A pesar de los esfuerzos por parte de Francia, el control británico
de las aguas del norte de Europa hacía que estas aspiraciones se viesen frustradas a corto
plazo,16 y la Marina Real mantuvo el firme control del océano Atlántico. Sin embargo, la
marina francesa dominaba el Mediterráneo tras la retirada de la flota británica posterior al
estallido de la guerra entre Gran Bretaña y España en 1796.17 Esto le permitió a Bonaparte
proponer una invasión de Egipto como alternativa al enfrentamiento directo con Gran
Bretaña, porque creía que los británicos estarían demasiado ocupados por el inminente
levantamiento irlandés como para intervenir en el Mediterráneo.1813

Bonaparte creía que, con el establecimiento de una presencia permanente en Egipto —


simbólicamente parte del Imperio otomano, que era neutral—, los franceses obtendrían una
importante base para futuras operaciones contra la India británica, posiblemente en
colaboración con el anglófobo sultán Fateh Ali Tipu de Seringapatam, que podrían obligar
a Gran Bretaña a abandonar la contienda.19 La campaña dificultaría la comunicación entre
Gran Bretaña y la India, una parte esencial del imperio, ya que los beneficios de su
comercio aportaban la financiación necesaria para que la metrópoli pudiera proseguir la
guerra.20 El Directorio francés estuvo de acuerdo con los planes de Bonaparte, aunque el
deseo de alejarle a él, un político muy ambicioso, y a sus leales veteranos de sus campañas
en Italia de Francia tuvo gran importancia en la decisión.212223 Durante la primavera de
1798, Bonaparte reunió a más de 35 000 soldados24 en la costa mediterránea francesa e
italiana y concentró una poderosa flota en Tolón.13 También creó la Commission des
Sciences et des Arts —en español: Comisión de las Ciencias y las Artes—, un cuerpo
conformado por científicos e ingenieros destinados a establecer una colonia francesa en
Egipto.242526 Napoleón mantuvo el destino de la expedición en secreto,27 de tal modo que ni
tan siquiera la mayoría de los oficiales del ejército conocía el objetivo,28 ya que Bonaparte
no lo reveló en público hasta que no se hubo completado la primera parte de la
expedición.29

Campaña en el Mediterráneo
El vicealmirante Horatio Nelson, por Lemuel Francis Abbott, 1800, Museo Marítimo
Nacional. En el sombrero de tres picos se puede observar el penacho concedido por el
sultán otomano como recompensa por la victoria en el Nilo.

La armada de Napoleón partió de Tolón el 19 de mayo de 179813 y surcó rápidamente el


mar de Liguria. A su paso por Génova, se unieron más barcos a la expedición y
posteriormente esta puso rumbo a la costa de Cerdeña y pasó por Sicilia el 7 de junio.30 Dos
días después la flota llegó a Malta, la cual era por aquel entonces propiedad de la Orden
Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, cuyo gran maestre era Ferdinand von
Hompesch zu Bolheim.31 Bonaparte reclamó permiso para acceder al puerto fortificado de
La Valeta. Cuando los miembros de la Orden se lo denegaron, el general francés respondió
con la orden de llevar a cabo una invasión a gran escala de las islas maltesas. Tras
veinticuatro horas de escaramuzas, los franceses derrotaron a los malteses.32 La orden se
rindió formalmente el 12 de junio y, a cambio de una importante compensación financiera,
entregó las islas y todos sus recursos a Bonaparte, incluyendo la abundante propiedad de la
Iglesia católica en Malta.33 Una semana más tarde, Bonaparte había reaprovisionado sus
barcos, y el 19 de junio, su flota zarpó hacia Creta, camino de Alejandría. Además, dejó
cuatro mil hombres en La Valeta bajo el mando del general Claude-Henri Vaubois con el
fin de asegurar el dominio francés de las islas.34

Mientras Bonaparte navegaba hacia Malta, la Marina Real inglesa volvió a entrar al
Mediterráneo por primera vez en más de un año. Alarmado por los avisos de los
preparativos franceses en la costa del Mediterráneo, lord Spencer, del Almirantazgo
británico, le envió un mensaje al vicealmirante John Jervis, comandante de la flota
mediterránea con base en el río Tajo, con el fin de que enviara una escuadra a investigar la
situación.35 Esta escuadra la componían tres navíos de línea y tres fragatas y se le confió el
mando al contraalmirante sir Horatio Nelson.27

Nelson era un oficial con amplia experiencia que había quedado tuerto mientras batallaba
en Córcega en 1794 y que había recibido encomio por la captura de dos barcos de línea
españoles durante la batalla del Cabo de San Vicente en febrero de 1797. En julio de ese
mismo año, perdió un brazo en la batalla de Santa Cruz de Tenerife y se vio obligado a
volver a Gran Bretaña para recuperarse.3627 A su regreso a la flota del Tajo a finales de abril
de 1798, recibió la orden de tomar el mando de la escuadra estacionada en Gibraltar y
navegar al mar de Liguria.37 El 21 de mayo, cuando Nelson estaba ya cerca de Tolón, un
vendaval dañó su buque insignia, el HMS Vanguard, que perdió sus masteleros y estuvo a
punto de naufragar en la costa corsa.38 Asimismo, el resto de la escuadra quedó
desperdigada. Los navíos de línea se refugiaron en la isla de San Pietro, cerca de Cerdeña;
el viento alejó a las fragatas hacia el oeste y no consiguieron regresar.39

El 7 de junio, después de que se llevaran a cabo varias reparaciones rápidas en el buque


insignia, una flota conformada por diez barcos de línea y uno de cuarto rango se unió a
Nelson cerca de Tolón. La flota, bajo el mando del capitán Thomas Troubridge, se había
enviado previamente para reforzar a Nelson con órdenes de perseguir e interceptar el
convoy de Tolón.40 A pesar de que Nelson ya tenía suficientes barcos para desafiar a la flota
francesa, este debía afrontar dos importantes desventajas: no conocía el destino de los
franceses y no disponía de ninguna fragata que emplear para explorar en avanzadilla.41 Con
la esperanza de conseguir información acerca de los movimientos de los franceses, Nelson
puso rumbo al sur y se detuvo en la isla de Elba y en Nápoles, donde el embajador
británico, sir William Hamilton, le comunicó que la flota francesa había pasado Sicilia en
dirección a Malta.42 Aunque Nelson y Hamilton lo pidieron, el rey Fernando de Nápoles se
negó a prestarle sus fragatas a la flota británica por miedo a recibir represalias por parte de
Francia.4342 El 22 de junio, una goleta procedente de Ragusa informó a Nelson de la partida
desde Malta hacia el este de los franceses el 16 de junio.4442 Tras consultar con sus
capitanes, el almirante concluyó que el objetivo francés debía de ser Egipto y puso rumbo
allí para comenzar la persecución.45 Nelson insistió en tomar una ruta directa a Alejandría
sin desvíos porque creía incorrectamente que los franceses llevaban una ventaja de cinco
días, cuando esta era en realidad de tan solo dos.4642

En la noche del 22 de junio, la flota de Nelson adelantó a la francesa en la oscuridad, sin


darse cuenta de lo cerca que estaba de su objetivo,4748 en parte también a causa de la
niebla.23 Gracias a haber tomado la ruta directa, Nelson arribó a Alejandría el 28 de junio y
descubrió que los franceses no estaban allí.4950 Tras una reunión con el comandante
otomano Sayyid Muhammad Kurayyim, Nelson ordenó que la flota británica pusiese rumbo
hacia el norte. Esta llegó a la costa de Anatolia el 4 de julio y luego viró al oeste hacia
Sicilia.5152 Nelson no había alcanzado a los franceses por menos de un día; la vanguardia de
la flota rival llegó a Alejandría en la tarde del 29 de junio.53

Preocupado por la cercanía de Nelson, Bonaparte ordenó una invasión inmediata; las tropas
desembarcaron mediante una operación anfibia cuya planificación había sido bastante
pobre y como resultado al menos veinte soldados se ahogaron.54 Los franceses avanzaron
hacia la ciudad de Alejandría a lo largo de la costa y la tomaron al asalto;55 después de esto,
Bonaparte condujo al grueso de su ejército hacia el interior.56 Le encomendó a su
comandante naval, el vicealmirante François-Paul Brueys D'Aigalliers, la tarea de anclar en
el puerto de Alejandría, pero los sondeos indicaron que el canal del puerto era demasiado
estrecho y de poca profundidad para los barcos más grandes de la flota.57
Consecuentemente, los franceses seleccionaron un fondeadero alternativo en la bahía de
Abu Qir, treinta y dos kilómetros al noreste de Alejandría.58

La flota de Nelson llegó a Siracusa, en Sicilia, el 19 de julio, donde obtuvo las provisiones
esenciales para continuar su misión.59 Durante el reabastecimiento, el almirante escribió
cartas describiendo los acontecimientos de los meses previos:
Es un antiguo dicho, «los hijos del diablo tienen la suerte del diablo».nota 2 No puedo saber, o
descubrir en este momento, aparte de vagas conjeturas, dónde se encuentra la flota francesa.
Toda mi mala suerte, hasta el momento, está relacionada con la falta de fragatas.61

El 24 de julio se completó el reaprovisionamiento de la flota y, habiendo determinado que


los franceses debían de estar en algún lugar del Mediterráneo oriental, Nelson partió de
nuevo rumbo a Morea.62 El 28 de julio, en Coroni, Nelson obtuvo finalmente información
que describía el ataque francés a Egipto y se dirigió hacia el sur.52 Su avanzada, formada
por el HMS Alexander y el HMS Swiftsure, avistó finalmente la flota francesa de transporte
en Alejandría en la tarde del 1 de agosto.6352

Bahía de Abukir

La bahía de Abu Qir, entre la localidad del mismo nombre al oeste y Rosetta al este. En la
zona occidental se distingue la punta donde se encontraba el castillo de Abukir, la zona de
bajíos y la isla fortificada. La línea de defensa francesa seguía la de la zona de escasa
profundidad.

Al percatarse de que el puerto de Alejandría era inadecuado para su flota,64 Brueys reunió a
todos sus capitanes y discutieron las opciones. Bonaparte había ordenado el anclaje de la
flota en la bahía de Abukir, un fondeadero poco profundo y expuesto, pero había incluido
entre sus órdenes la posibilidad de que Brueys navegara a Corfú, en el norte, dejando
únicamente los buques de transporte y unos pocos barcos de guerra más ligeros en
Alejandría en el caso de que la bahía resultase excesivamente peligrosa.65 Brueys se negó a
contemplar esta posibilidad, creyendo que su escuadra podría apoyar al ejército francés en
tierra, y convocó a los capitanes a bordo de su buque insignia, el L'Orient, equipado con
ciento veinte cañones. En él estudiaron cuál sería su respuesta en caso de que Nelson
descubriese la flota. A pesar de la vehemente oposición del contraalmirante Armand
Blanquet,66 quien insistió en que la flota podría contraatacar mejor en mar abierto, el resto
de los capitanes coincidió en que el anclaje en una línea de batalla en el interior de la bahía
era la mejor táctica para enfrentarse a Nelson.67 Es posible que Bonaparte previera la bahía
de Abukir como un fondeadero temporal: el 27 de julio expresó su deseo de que Brueys
hubiese transportado ya sus buques a Alejandría, y tres días después, emitió órdenes de que
la flota zarpase hacia Corfú con el objetivo de preparar operaciones navales contra los
territorios otomanos en los Balcanes,68 aunque un grupo de beduinos69 interceptó y asesinó
al mensajero que portaba las instrucciones.

Óleo anónimo que representa a François-Paul Brueys D'Aigalliers, comandante francés en


la batalla.

La bahía de Abukir es una hendidura costera de treinta kilómetros de ancho que se extiende
desde el pueblo de Abu Qir, en el oeste, hasta Rosetta, en el este, donde se encuentra una
desembocadura del río Nilo en el Mediterráneo.70 En 1798, la bahía estaba protegida por el
oeste por unos largos bancos rocosos que penetraban 4,8 km en la bahía desde un
promontorio en el que se encontraba el castillo de Abukir. Una fortaleza situada en una isla
entre las rocas protegía los bancos rocosos.71 La guarnición de la fortificación, equipada con
al menos cuatro cañones y dos morteros pesados,72 estaba a cargo de soldados franceses.73
Brueys había reforzado la fortaleza con buques bombarderos y cañoneros, anclados entre
los bajíos rocosos al oeste de la isla en una posición óptima para apoyar a la cabecera de la
línea francesa.72 A lo largo de la bahía, había más bancos rocosos que se extendían hacia el
sur de la isla y formaban un semicírculo a unos 1510 metros de la orilla.74 Estos bancos de
rocas no eran lo suficientemente profundos como para permitir el paso de los grandes
barcos de guerra, por lo que Brueys ordenó a sus trece navíos de línea que formaran una
línea de batalla siguiendo el borde nororiental de los bajíos desde el sur de la isla.5075 Esta
posición permitía a los barcos llevar a cabo el desembarco de provisiones por babor
mientras cubrían la operación con sus baterías de estribor.76 Se ordenó que cada nave se
uniera por la popa y la proa con fuertes cables a los buques más cercanos, de modo que se
crease una larga batería, una barrera teóricamente impenetrable.77 Además, Brueys situó
una segunda línea de cuatro fragatas aproximadamente 320 metros al oeste de la línea
principal, prácticamente a mitad de camino entre la línea mayor y el banco. El Guerrier era
el primero de la línea y estaba situado 2200 metros al sureste de la isla de Abukir y
aproximadamente a 910 metros del extremo de los bajíos que rodeaban la isla.73 La línea se
extendía hacia el sureste y se curvaba hacia mar abierto en su centro.78 Los barcos franceses
estaban separados por intervalos de 150 metros y la línea completa tenía una longitud de
2610 metros.79 El buque insignia, el L'Orient, se encontraba en el centro de esta,
acompañado a proa y a popa por dos grandes navíos equipados con ochenta cañones.80 El
contraalmirante Pierre-Charles Villeneuve, a bordo del Guillaume Tell, era el encargado de
la retaguardia de la línea.73

Distribución de la flota francesa frente a los bajíos de la costa oeste de la bahía en dos
líneas: trece navíos de línea en la principal y cuatro fragatas en la secundaria.

Al disponer sus bajeles de esta manera, Brueys esperaba que los británicos se viesen
obligados a atacar su poderoso centro y su retaguardia, lo que le permitiría usar la
vanguardia para contraatacar valiéndose del viento del nordeste una vez que hubiese
comenzado la batalla.81 Sin embargo, cometió un importante error: había dejado el espacio
suficiente entre el Guerrier y los bancos de rocas para que los barcos enemigos lo
atravesaran y pudieran atrapar a la vanguardia francesa, que carecía de apoyo, entre dos
fuegos.82 Además, los franceses solo prepararon el estribor de sus barcos —el cual apuntaba
hacia el mar— para la batalla, ya que esperaban que el ataque proviniese de ese lugar, y
dejaron el otro costado sin preparar, lo que agravó el error.83 Los cañones de babor estaban
inhabilitados y ese lado de la cubierta se hallaba lleno de elementos amontonados que
dificultaban el acceso a los cañones.84 La disposición de Brueys contenía otro importante
defecto: los 150 metros de espacio que había entre cada barco eran lo suficientemente
amplios para que un buque británico los atravesase y rompiese la línea francesa.85
Asimismo, no todos los capitanes franceses habían cumplido las órdenes de Brueys de
unirse mediante cables a las naves más cercanas, lo que hubiese evitado tal maniobra por
parte de los británicos.86 La situación empeoró aún más por una orden que exigía que los
barcos anclasen únicamente por la proa, dado que los navíos se desplazaban a causa del
viento, lo cual aumentaba la distancia entre ellos. Esto también creó áreas desprotegidas a
lo largo de la línea francesa. Los barcos británicos podrían de esta manera anclar en esos
espacios y atacar a los franceses sin que estos pudiesen ofrecer respuesta alguna. Por
añadidura, el despliegue de la flota de Brueys impedía que la segunda línea de fragatas
pudiese apoyar a vanguardia de la principal, debido a la dirección del viento
predominante.87

Un problema aún más urgente para Brueys era la escasez de alimentos y agua para la flota:
Bonaparte había descargado prácticamente todas las vituallas de los barcos y no llegaban
más desde la costa. Tratando de solucionar esto, Brueys envió grupos de veinticinco
hombres de cada barco a que la recorrieran requisando comida, excavando pozos y
haciéndose con agua.77 No obstante, estos grupos necesitaron la escolta de guardias
armados para poder reprimir los constantes ataques que sufrían por parte de los beduinos.
Por lo tanto, una tercera parte de los marineros de la flota se encontraba permanentemente
en tierra.88 Brueys le escribió una carta al ministro de la Marina francés Étienne Eustache
Bruix, en la que describía la situación: «Nuestras tripulaciones son insuficientes, tanto en
número como en calidad. Los aparejos, en general, necesitan reparaciones, y estoy seguro
de que se necesita bastante valor para llevar a cabo la gestión de una flota que se encuentra
en tales condiciones».89

La batalla
Véase también: Anexo:Orden de batalla de la batalla del Nilo

Llegada de Nelson

Batalla del Nilo, 1 de agosto de 1798, por Thomas Whitcombe, 1816, Museo Marítimo
Nacional. La flota británica se abalanza sobre la línea francesa.

Aunque al principio se sintió frustrado por la ausencia en Alejandría de la principal flota


francesa, Nelson sabía que esta debía de estar cerca, ya que los barcos de transporte se
encontraban en la ciudad. A las 14:00 del 1 de agosto, los vigías a bordo del HMS Zealous
avistaron los barcos franceses anclados en la bahía de Abukir poco antes de que lo hiciese
también el HMS Goliath; el teniente de señales del HMS Zealous informó de la presencia
de dieciséis navíos de línea franceses, aunque, en realidad, solo había trece.90 En el mismo
momento, los vigías del Heureux, el noveno barco en la línea francesa, descubrieron a la
flota británica a aproximadamente nueve millas náuticas de distancia de la boca de la bahía
de Abukir.72 En un principio, los franceses comunicaron la presencia de once barcos
británicos —tanto el Swiftsure como el Alexander habían regresado de sus operaciones de
exploración en Alejandría, de modo que se hallaban 3 M —5,6 km— al oeste de la flota
principal, fuera de la vista—.91 El barco de Troubridge, el HMS Culloden, estaba alejado
asimismo del grupo principal, remolcando un barco mercante que había capturado. Al
avistar a los franceses, Troubridge abandonó su navío apresado y trató enérgicamente de
volver a unirse a Nelson.90 A causa de la necesidad de que tantos marineros trabajasen en
tierra para abastecer a la escuadra,72 Brueys no había desplegado ninguno de sus barcos de
guerra para que explorasen la zona, lo que le impidió reaccionar rápidamente ante la
repentina aparición de los británicos.92

Mientras los buques se preparaban para la acción, Brueys ordenó a sus capitanes que
acudieran a una conferencia en el L'Orient y se apresuró a llamar también a los grupos que
se encontraban en tierra; la mayoría de estos, empero, no llegaron hasta el comienzo de la
batalla.82 Para reemplazarlos, se reunió un gran número de hombres de las fragatas y se les
distribuyó entre los bajeles de la línea.72 Brueys esperaba atraer a la flota británica hacia las
rocas en la isla de Abukir, para lo que envió a las goletas Alerte y Railleur, que debían
ejercer de señuelos en las poco profundas aguas.79 Hacia las 16:00, el Alexander y el
Swiftsure ya estaban dentro del campo de visión francés, aunque aún algo alejados de la
flota británica principal. Brueys ordenó que su línea partiera, lo que contradecía el plan
inicial, que consistía en quedarse anclados.93 Blanquet protestó esta decisión alegando que
no había suficientes hombres para navegar al tiempo que otros se ocupaban de manejar los
cañones.94 Nelson, por su parte, ordenó que el barco que encabezaba la escuadra redujera la
velocidad para crear así una formación más ordenada. Este hecho convenció a Brueys de
que los británicos estaban planeando esperar a la mañana siguiente en vez de arriesgarse a
combatir durante la noche en las estrechas aguas de la bahía.95 En consecuencia, rescindió
su anterior orden de zarpar.9695 Brueys podría haber pensado que el retraso le permitiría
burlar a los británicos en la oscuridad y seguir de este modo las órdenes de Bonaparte,95
quien había dictado que evitara una confrontación directa con la flota británica si era
posible.97

Nelson ordenó que su flota redujera la velocidad a las 16:00 y así fuese posible que los
barcos pudieran colocar unos muelles en los cables de anclaje; este era un sistema que
aumentaba la estabilidad y permitía a los barcos virar más fácilmente para apuntar sus
cañones y enfrentarse a sus enemigos incluso estando fondeados. Igualmente facilitaba las
maniobras y, por lo tanto, reducía el riesgo de sufrir algún tiro de enfilada.98 El plan de
Nelson, el cual había surgido de la conversación con sus capitanes durante el viaje de
regreso a Alejandría,70 consistía en avanzar hacia los franceses desde la parte más cercana
al mar y concentrarse en atacar la vanguardia y el centro de la línea francesa, de modo que
cada barco enemigo tuviera que enfrentarse a dos barcos británicos y el gran L'Orient
tuviera que combatir contra tres.99 La dirección del viento imposibilitaba que la retaguardia
francesa pudiera sumarse fácilmente al combate y quedó aislada de la parte delantera de la
línea.100 Para asegurarse de que ninguno de sus barcos abriese fuego contra otro en la
confusión del humo y de la noche, Nelson ordenó que cada buque colocara cuatro luces
horizontales en el extremo de su mesana e izase un pabellón blanco iluminado, que era
diferente de la bandera tricolor francesa, por lo que no se confundirían a pesar de la poca
visibilidad.101 Mientras su barco se preparaba para la batalla, Nelson organizó una cena
final con sus oficiales en el Vanguard.50102 En un momento de esta, se levantó y anunció:
«Mañana antes de esta hora, me habré ganado el título de par o un lugar en la abadía de
Westminster»,103 en referencia a la recompensa por la victoria y al lugar en el que se
enterraba a los héroes militares británicos.

La batalla del Nilo, 1 de agosto de 1798, por Nicholas Pocock, 1808, Museo Marítimo
Nacional.

Poco después de que se invalidara la orden francesa de levar anclas, la flota británica
comenzó a acercarse rápidamente. Brueys, convencido por ello de que finalmente le
atacarían esa noche, ordenó que cada uno de los barcos colocase los muelles en los cables
de anclaje y se preparase para la acción.9195 Envió hacia la flota enemiga al Alerte, que pasó
cerca de los primeros barcos británicos y después viró bruscamente hacia el oeste,
bordeando los bajíos, en un intento de que los navíos de línea enemigos le siguiesen y
quedasen atrapados.9695 No obstante, ninguno de los capitanes de Nelson cayó en la trampa
y la flota británica continuó avanzando impertérrita.95 A las 17:30, Nelson ordenó a uno de
sus dos barcos de cabeza, el HMS Zealous del capitán Samuel Hood, que se disputaba el
honor de ser el primero en abrir fuego contra la línea francesa con el Goliath, que explorase
el camino más seguro hacia el interior del puerto. Los británicos no tenían información
acerca de la profundidad o la anchura de la bahía, a excepción de un bosquejo cartográfico
que había obtenido el Swiftsure de un capitán mercante, un atlas impreciso que se
encontraba en el Zealous104, y un mapa francés elaborado treinta y cinco años antes, a bordo
del Goliath.82 Hood respondió que sondearía a medida que avanzaba para evaluar la
profundidad del agua,105 y añadió: «si me concedéis el honor de guiaros en la batalla,
mantendré el fuego contra el enemigo».106 Poco después, Nelson detuvo la marcha para
conversar con el comandante de la goleta HMS Mutine, el teniente Thomas Hardy, quien
había capturado a unos prácticos de una pequeña embarcación alejandrina.107 Al detenerse
el Vanguard, también lo hicieron los bajeles que lo seguían; esto provocó que se abriese
una brecha entre el Zealous, el Goliath y el resto de la flota.82 Con el objetivo de
contrarrestar este contratiempo, Nelson ordenó que el HMS Theseus, comandado por el
capitán Ralph Miller, adelantase a su buque insignia y se uniera a los dos barcos que
formaban la vanguardia.105 A las 18:00, la flota británica avanzaba de nuevo a toda vela. En
ese momento, el Vanguard era el sexto de una línea de diez barcos, el Culloden se
encontraba retrasado más al norte, y tanto el Alexander como el Swiftsure, aún al oeste, se
apresuraban para tratar de unirse al grueso de la escuadra.108 Tras el rápido cambio de
formación amplia a rígida línea de batalla, ambas flotas desplegaron sus banderas; cada
barco británico añadió a su pabellón una bandera de Gran Bretaña —conocida como Union
Jack— en sus aparejos por si acaso la principal sufría daños durante la batalla.109 A las
18:20, mientras el Goliath y el Zealous se abalanzaban rápidamente contra ellos, los
primeros buques franceses, el Guerrier y el Conquérant, abrieron fuego.110111
Comienzo de la batalla

Mapa de las posiciones y movimientos de los buques durante la batalla, del 1 al 3 de agosto
de 1798. Los barcos británicos se representan en color rojo, los franceses en azul. Las
posiciones intermedias se representan con líneas discontinuas. Basado en un mapa del libro
Inteligencia en la guerra, de John Keegan, 2003.

Diez minutos después de que los franceses abrieran fuego, el Goliath, despreciando los
disparos que recibía desde la fortificación por estribor y los del Guerrier por babor, la
mayoría de los cuales eran muy altos para alcanzar al barco británico, sobrepasó la punta de
la línea francesa.109 El capitán Thomas Foley había detectado, según se acercaba, la
separación inesperada que había entre el Guerrier y las poco profundas aguas de la zona
rocosa. Foley decidió sacar provecho de este error táctico y, por propia iniciativa, cambió
su ángulo de aproximación y se coló por el espacio entre la línea francesa y los bajíos.106 En
el momento en el que la proa del Guerrier se puso a tiro, el Goliath abrió fuego y le infligió
importantes daños con un doble tiro de enfilada al tiempo que el bajel británico viraba a
babor y se colocaba también a babor del navío rival, que no estaba preparado para el
combate.86 Los Marines Reales de Foley y una compañía de granaderos austríacos se
unieron al ataque disparando con sus mosquetes.112 Foley había planeado anclar su barco
cerca del francés y enfrentarse a él a poca distancia, pero su ancla tardó mucho en
descender y dejó atrás al Guerrier.113114 Finalmente, el Goliath se detuvo cerca de la proa
del Conquérant; a continuación, abrió fuego contra el nuevo oponente por babor y, con los
cañones de estribor —que no había empleado hasta entonces— intercambió algunos
disparos con la fragata Sérieuse y la bombarda Hercule.115 Estos dos barcos se encontraban
en la parte interior de la línea de batalla francesa.105

A la ofensiva de Foley le siguió la de Hood, a bordo del Zealous, que cruzó asimismo la
línea francesa y logró anclar cerca del Guerrier,115 en el lugar previsto previamente por
Foley. Tras esto, comenzó a disparar a la proa del primer barco francés desde poca
distancia.116 Después de cinco minutos, el trinquete del Guerrier cayó, lo que provocó los
vítores de las tripulaciones de las naves británicas.117 La rapidez con la que avanzaba la
flota enemiga pilló por sorpresa a los capitanes franceses; estos estaban todavía reunidos a
bordo del L'Orient cuando empezaron los disparos. Al percatarse de la llegada de los
primeros buques británicos, regresaron apresuradamente a sus navíos. El capitán del
Guerrier, Jean-François-Timothée Trullet, gritó desde su barcaza para que sus hombres
respondiesen a las andanadas provenientes del Zealous, mientras trataba de alcanzar su
buque.105

El tercer barco británico en entrar en acción fue el HMS Orion, del capitán James
Saumarez.118 Este rodeó a los que estaban batallando en ese momento en la parte delantera
de la línea y maniobró para colocarse entre la línea principal francesa y las fragatas que se
encontraban más cerca de la costa.119 Mientras lo hacía, la fragata Sérieuse abrió fuego
contra el Orion, lo que causó heridas a dos hombres. La convención sobre guerra naval de
aquella época estipulaba que los navíos de línea no atacasen a las fragatas en caso de que
hubiese barcos del mismo porte a los que poder enfrentarse, pero al abrir fuego, el capitán
francés Claude-Jean Martin había invalidado esta norma.120 Saumarez esperó a que la
fragata estuviese cerca para responder al ataque.120 El Orion necesitó tan solo una descarga
de sus baterías para destrozar la fragata, y la maltrecha embarcación de Martin quedó a la
deriva en los bajíos.115 Durante el retraso que causó este desvío, dos naves británicas más
habían entrado en batalla: el Theseus, armado como barco de primera clase,121 siguió la
trayectoria de Foley frente a la proa del Guerrier. Miller condujo su barco por el medio del
tumulto de los navíos británicos y franceses anclados hasta que se encontró con el tercer
buque rival, el Spartiate.115 Ancló a babor de este y le disparó desde poca distancia. El
HMS Audacious, al mando del capitán Davidge Gould, atravesó la línea francesa por el
hueco existente entre el Guerrier y el Conquerant y ancló entre ambos navíos para
descargar tiros de enfilada contra ambos.11737 A continuación, el Orion volvió a unirse a la
acción más al sur de lo que pretendía.122 Atacó al quinto barco francés, el Peuple Souverain,
y al buque insignia del almirante Blanquet, el Franklin.122

Los siguientes tres buques británicos, con el Vanguard en cabeza seguido del HMS
Minotaur y del HMS Defence, permanecieron en línea de batalla y fondearon a estribor de
la línea francesa a las 18:40.110 Nelson concentró el fuego de su buque insignia en el
Spartiate, mientras que el capitán Thomas Louis, a bordo del Minotaur, atacaba al Aquilon,
que no había participado en la batalla hasta ese momento, y el capitán del Defence John
Peyton se sumaba al ataque contra el Peuple Souverain.117 Como la vanguardia francesa ya
se hallaba ampliamente superada en número, los siguientes navíos británicos, el HMS
Bellerophon y el HMS Majestic, evitaron a los barcos que estaban enfrentándose en la
vanguardia de la línea y avanzaron hacia el centro francés, aún intacto.123 Poco después,
ambos bajeles comenzaron a batallar con enemigos mucho más poderosos que ellos y
sufrieron terribles daños. El capitán del Bellerophon, Henry Darby, no fue capaz de anclar
el barco en el lugar previsto, cerca del Franklin, y su navío quedó bajo la principal batería
del buque insignia de la escuadra enemiga.124 Al capitán a bordo del Majestic, George
Blagdon Wetcott, le ocurrió algo similar y estuvo a punto de colisionar con el Heureux; tras
este incidente, recibió numerosos disparos provenientes del HMS Tonnant. Incapaz de
detenerse a tiempo, el foque del barco de Westcott y el obenque del Tonnant se
enzarzaron.125

Los franceses también sufrieron. El almirante Brueys, a bordo del L'Orient, recibió graves
heridas en la cara y una mano durante los primeros intercambios de disparos con el
Bellarophon a causa de la metralla.6126 El último barco de la línea británica, el Culloden,
comandado por Troubridge, se acercó mucho a la isla de Abukir y quedó atrapado en las
rocas a consecuencia de la oscuridad.124 A pesar de los constantes esfuerzos de los botes del
Culloden, la goleta Mutine y el HMS Leander, dirigido por el capitán Thomas Thompson,
el navío no pudo zafarse y las olas lo empujaron más hacia el interior, lo que causó
importantes daños al casco de la embarcación.127

Rendición de la vanguardia francesa

A las 19:00, los británicos procedieron a encender las lámparas de identificación situadas
en las mesanas de los buques.128 El Guerrier ya estaba desarbolado y prácticamente
destruido, blanco de las descargas de los distintos navíos enemigos según se acercaban a la
línea francesa.129 El Zealous, en cambio, apenas tenía daños: Hood había colocado el navío
fuera del alcance de los cañones de los dos costados del barco rival y, en cualquier caso, el
Guerrier no estaba preparado para combatir simultáneamente por ambas bandas, ya que sus
cañones de babor estaban bloqueados por la mercancía que estaba almacenada en ese lado
de la nave.130 A pesar de las condiciones en las que se encontraba su barco, la tripulación
del Guerrier se negó a rendirse y continuó disparando los pocos cañones aún funcionales
pese a la contundente respuesta del Zealous.131126 Además del fuego de los cañones, Hood
ordenó a sus infantes de marina que empleasen sus mosquetes y disparasen salvas dirigidas
a la cubierta del barco francés. No obstante, esto solo provocó que la tripulación enemiga
tuviese que ponerse a cubierto, pero los británicos no consiguieron que se rindiese. Dicha
rendición no se produjo hasta las 21:00, cuando Hood envío una chalupa lista para abordar
al Guerrier.132126 El Conquérant ofreció menor resistencia y se rindió antes, después de
recibir varias andanadas de parte de los barcos británicos que pasaban cerca de su posición
y del derribo de sus tres mástiles antes de las 19:00, como consecuencia de los ataques
llevados a cabo por el Audacious y el Goliath.130 El capitán Etienne Dalbarade, a la vista de
las pésimas condiciones en las que se encontraba su navío y con heridas mortales, hizo
arriar la bandera de su barco y, a continuación, un grupo de abordaje se apoderó de la
nave.133 A diferencia del Zealous, los otros dos barcos británicos que habían combatido al
Conquérant sufrieron importantes daños en el enfrentamiento.134 El Goliath perdió la
mayoría de sus aparejos, sufrió más de sesenta bajas y sus tres mástiles resultaron
dañados.135 El capitán Gould, a bordo del Audacious, habiendo derrotado a sus rivales, se
aprovechó de un muelle situado en el cable para prender fuego al Spartiate, el siguiente
barco francés de la línea. Al oeste, el maltrecho Sérieuse se hundió114 cerca de los bajíos.
Los supervivientes del naufragio se lanzaron a los botes y remaron hasta la orilla; los
mástiles del bajel quedaron sobresaliendo por encima del agua somera.115
La batalla del Nilo, por Thomas Luny, 1830, Museo Marítimo Nacional.

El capitán Maxime Julien Émeriau se enfrentaba ahora a cuatro navíos enemigos —


Theseus, Vanguard, Minotaur y Audacious—, después de que el Audacious desviase sus
baterías hacia el Spartiate.134 A los pocos minutos, los tres mástiles del barco francés habían
caído, pero la batalla continuó alrededor del Spartiate hasta las 21:00, hora en la que
Emeriau, malherido, ordenó arriar la bandera.135 A pesar de haber estado en inferioridad
numérica, el Spartiate había recibido ayuda del siguiente barco en la línea, el Aquilon, el
único de la vanguardia francesa que se estaba enfrentando tan solo a un oponente, el
Minotaur.134 El capitán Antoine René Thévenard usó un muelle de la cuerda del ancla para
colocar su barco en la posición apropiada para lanzar una andanada contra la proa del
buque insignia de Nelson, cuya tripulación sufrió cien bajas, incluyendo al almirante.135
Cerca de las 20:30, una astilla de metralla del Spartiate golpeó la frente de Nelson, cuyo
ojo derecho ya estaba dañado.136 La astilla le provocó un pequeño desgarro de piel que le
dejó ciego por unos momentos.137 El almirante cayó en los brazos del capitán Edward
Berry, que le llevó al interior del navío. Nelson, seguro de que la herida era grave, gritó:
«Me han matado, dad recuerdos a mi mujer de mi parte»,138139nota 3 y llamó a su capellán,
Stephen Comyn.140 El cirujano del Vanguard, Michael Jefferson, analizó inmediatamente la
herida e informó al almirante de que se trataba de un simple desgarrón y le suturó la
herida.141 A continuación, Nelson desobedeció las órdenes de Jefferson de mantenerse en
reposo y volvió a la cubierta poco antes de que explotara el L'Orient para supervisar los
últimos compases de la batalla.142 Aunque la maniobra de Thévenard había resultado
exitosa, colocó su propia proa al alcance de los cañones de Minotaur; por consecuencia, a
las 21:25, el barco francés ya estaba desarbolado y destruido y los oficiales se vieron
obligados a rendirse tras el fallecimiento del capitán Thévenard.143 Habiendo derrotado a su
enemigo, el capitán del Minotaur, Thomas Louis, puso rumbo al sur para unirse al ataque
contra el Franklin.144

Batalla del Nilo, 1 de agosto de 1798, por Daniel Orme, 1805, Museo Marítimo Nacional.
Nelson regresa a la cubierta después de que le cubrieran la herida.
El Defence y el Orion lanzaron un ataque conjunto contra el quinto barco francés, el Peuple
Souverain.145 Atacaron por ambos costados y el navío británico perdió rápidamente su
trinquete y su palo mayor.145 A bordo del Orion, dos hombres murieron y el capitán
Saumarez resultó herido tras caerles encima un trozo de madera que previamente se había
desprendido de uno de los mástiles.146 En el Peuple Souverain, mientras tanto, el capitán
Pierre-Paul Raccord se encontraba gravemente herido y ordenó cortar la cuerda que los
mantenía anclados para tratar de escapar del bombardeo. Entonces, el navío viró hacia el
sur, en dirección al lugar en el que se hallaba el L'Orient.145 Este abrió fuego contra el navío
al confundirlo con uno enemigo en la oscuridad.147 Tanto el Orion como el Defence fueron
incapaces de perseguir al navío. El Defence había perdido su trinquete y un brulote
improvisado que deambulaba por el escenario de la batalla casi chocó con el Orion. El
origen de este navío, un barco en llamas y cargado con material altamente inflamable, es
incierto, pero podría haber sido lanzado desde el Guerrier al inicio de la batalla.143 El
Peuple Souverain echó el ancla cerca del L'Orient, pero dejó de intervenir en el
enfrentamiento. El maltrecho navío se rindió a lo largo de la noche. El Franklin permaneció
en el combate, pero Blanquet había sufrido una herida grave en la cabeza y el capitán Gillet
había tenido que ser llevado inconsciente a los camarotes inferiores con lesiones
significativas. Poco después, tras la explosión de un armario en el que se guardaban armas,
se originó un incendio en el alcázar, que causó dificultades a la tripulación a la hora de
extinguirlo.148

Al sur, el HMS Bellerophon se encontraba en apuros por el intenso fuego al que le sometía
el L'Orient.149 A las 19:50, tanto el palo principal como la mesana se derrumbaron y se
desencadenaron simultáneamente varios incendios en distintos puntos del navío.150149 A
pesar de que las llamas se sofocaron con rapidez, la tripulación del barco sufrió más de
doscientas bajas. El capitán Dairby se percató de que su posición era insostenible y ordenó
que se cortasen los cables de anclaje a las 20:20. El maltrecho barco se alejó de la batalla
entre continuos disparos provenientes del Tonnant; finalmente, su trinquete también se
desplomó.151 El L'Orient había sufrido importantes daños y el almirante Brueys había sido
alcanzado por una bala de cañón en el vientre que estuvo a punto de partirlo por la mitad.150
Falleció un cuarto de hora después, tras haberse negado a bajar a los camarotes.152 El
capitán del L'Orient, Luc-Julien-Joseph Casabianca, sufrió heridas en la cara, provocadas
por varias astillas que habían salido despedidas, y cayó inconsciente.153126 Al mismo tiempo,
su hijo de doce años perdió una pierna tras recibir un impacto de bala mientras se
encontraba al lado de su padre.154 El barco británico más meridional, el Majestic, se había
enzarzado brevemente con el Tonnant155 y, en el combate resultante, sufrió numerosas
bajas. El capitán George Blagdon Westcott fue uno de los que murieron por un disparo de
mosquete.156 El teniente Robert Cuthbert asumió el mando del navío y consiguió retirarse,
permitiendo al Majestic, gravemente dañado, que fuera arrastrado hacia el sur. De este
modo, a las 20:30, se hallaba entre el Tonnant y el siguiente barco en la línea francesa, el
Heureux, batallando contra ambos.128 Para prestar apoyo al centro, el capitán del Leander,
Thompson, desistió de sus intentos de desencallar el Culloden de las rocas y se dirigió hacia
la línea francesa. Al aproximarse, se aprovechó del espacio que había dejado el Peuple
Souverain tras su partida y trató de infligir daños al Franklin y al L'Orient mediante
intensos tiros de enfilada.133157
Mientras la batalla seguía su curso en la bahía, los dos barcos británicos rezagados
intentaban vigorosamente intervenir en el enfrentamiento, guiándose por los destellos de los
disparos. El capitán Benjamin Hallowell, a bordo del Swiftsure, pudo evitar los bajíos de
Abukir tras avistar el Culloden, que se encontraba encallado, y, después de flanquear el
tumulto de navíos que estaban batallando en la vanguardia de la línea francesa, se dirigió al
centro francés.158 Poco después de las 20:00, la tripulación divisó un casco desarbolado que
estaba efectuando un viraje delante del Swiftsure y, en un principio, Hallowell ordenó a sus
hombres que le disparasen. Sin embargo, anuló la orden al conocer la identidad del extraño
navío. Al tratar de comunicarse con el maltrecho barco, Hallowell había recibido la
siguiente respuesta: «Bellerophon, alejándose de la acción, inservible».159 Hallowell se
sintió aliviado por no haber atacado accidentalmente a uno de sus propios barcos en la
oscuridad y, a continuación, se colocó entre el L'Orient y el Franklin y abrió fuego contra
ambos.138 El Alexander fue el último de los barcos británicos en tomar parte en la acción, ya
que había seguido al Swiftsure. El navío se acercó al Tonnant, que había comenzado a
alejarse del buque insignia francés. A continuación, el capitán Alexander Ball se unió al
ataque contra L'Orient.160

Destrucción del L'Orient

La batalla del Nilo: destrucción del L'Orient, 1 de agosto de 1798, por Mather Brown,
1825, Museo Marítimo Nacional.

A las 21:00, los británicos se percataron de que había fuego en las cubiertas inferiores del
L'Orient.161 El capitán Hallowell, a sabiendas de los daños que el incendio podía causar al
buque insignia francés, ordenó a los artilleros que disparasen directamente al lugar en el
que había fuego.49 Los constantes disparos británicos expandieron las llamas a lo largo de
toda la popa del barco e imposibilitaron cualquier intento de sofocarlas.150 Pocos minutos
después, las llamas ascendieron por los aparejos y las velas comenzaron a arder.49 Los
barcos británicos más cercanos al buque en llamas, el Swiftsure, el Alexander y el Orion,
dejaron de disparar, cerraron sus portas y empezaron a alejarse del L'Orient, con el fin de
no resultar perjudicados por el inminente estallido de la munición almacenada a bordo del
navío francés.15149 Asimismo, retiraron a sus tripulantes de los cañones para formar grupos
que se encargasen de empapar las velas y las cubiertas de sus propios navíos con agua de
mar y evitar así que estas prendieran fuego.153 Del mismo modo, los barcos franceses
Tonnant, Hereux y Mercure cortaron los cables de las anclas y se dejaron arrastrar hacia el
sur para alejarse del barco en llamas.162 Sobre las 22:00,nota 4 el fuego llegó a los polvorines
y el L'Orient quedó prácticamente destruido a causa de una gran explosión.8449 La onda
expansiva fue lo suficientemente potente para desgarrar las costuras de los barcos más
cercanos,80 mientras que trozos del casco salieron despedidos incluso por encima de los
navíos que se encontraban alrededor.163 El Swiftsure, el Alexander y el Franklin entraron en
llamas a causa de la caída del pecio, pero en todos los casos la tripulación pudo sofocar los
respectivos incendios con cubos de agua,150 aunque se originó una segunda explosión en el
Franklin.164

Jamás se ha podido determinar con certeza cómo surgió el incendio en el L'Orient, pero una
de las versiones más aceptadas es que se habían dejado tinajas llenas de aceite y pintura en
la toldilla, en vez de haber sido almacenadas correctamente una vez finalizados los trabajos
de pintura del casco del barco poco antes del comienzo de la batalla. Se cree que una guata
en llamas proveniente de uno de los navíos británicos debió caer en la cubierta y, tras entrar
en contacto con la pintura, esta comenzó a arder. A continuación, las llamas se habían
extendido rápidamente por el camarote del almirante y habían alcanzado un polvorín en el
que se almacenaba munición diseñada para arder más intensamente en el agua que en el
aire.165 El capitán de la flota, Honoré Ganteaume, por el contrario, señaló que la causa del
incendio fue una explosión en el alcázar, después de una serie de incendios más pequeños
en los botes situados en la cubierta principal.166 Cualquiera que fuera el origen, el fuego se
propagó con rapidez a través de los aparejos del navío, sin que las bombas contraincendios,
destrozadas previamente por los británicos, pudiesen detenerlo.167 A continuación, se
originó un segundo incendio en la proa. Este atrapó a cientos de marineros en el centro de
la cubierta.168 Investigaciones arqueológicas llevadas a cabo posteriormente descubrieron
restos del buque esparcidos a más de quinientos metros de distancia y evidenciaron que el
naufragio del barco lo habían causado dos explosiones consecutivas.169 Cientos de hombres
se lanzaron al mar para escapar de las llamas, pero tan solo cien sobrevivieron. Los botes
británicos rescataron a setenta supervivientes aproximadamente, entre los que se figuraba el
oficial Léonard-Bernard Motard. Otros pocos, incluyendo a Ganteaume, lograron llegar a la
costa en balsas.165 El resto de la tripulación —más de mil personas— falleció,7 entre los que
estaban el capitán Luc-Julien-Joseph Casabianca y su hijo de doce añosnota 5 Giocante.171

Batalla del Nilo, 1 de agosto de 1798, por Thomas Whitcombe, 1816, Museo Marítimo
Nacional. Punto álgido de la batalla, con la explosión del L'Orient.

A lo largo de los diez minutos posteriores a la explosión, no hubo intercambios de disparos;


los marineros de ambos bandos estaban o bien demasiado aturdidos por el estruendo o
tratando de sofocar los incendios que había en sus propios barcos para poder seguir
batallando.163 Nelson ordenó que se soltasen los botes de modo que los supervivientes que
se encontrasen en el agua y cerca de los restos del L'Orient pudiesen aprovechar la pausa
para salir del agua. A las 22:10, el Franklin retomó el enfrentamiento y disparó al
Swiftsure.172 El barco comandado por Blanquet, que se halla aislado y en malas
condiciones, quedó desarbolado y el almirante, que había sufrido una grave herida en la
cabeza, se vio forzado a rendirse, acosado tanto por el Swiftsure como por el Defence.173 De
la tripulación del Franklin, más de la mitad falleció o resultó herida.164

A las 24:00, el Tonnant era el único bajel francés que continuaba en acción, ya que el
comodoro Aristide Aubert Du Petit Thouars proseguía batallando contra el Majestic;
asimismo, cuando el Swiftsure pasó lo suficientemente cerca, le disparó.172 A las tres de la
madrugada, tras más de tres horas de combate a poca distancia, el Majestic se encontraba
sin su palo mayor y sin el de mesana, mientras que del Tonnant solo quedaba un casco
desarbolado.172 A pesar de haber perdido ambas piernas y un brazo, el capitán Du Petit
Thouars permaneció al mando del navío84 e insistió en clavar la tricolor en el mástil con el
fin de evitar que fuese arriada. Además, continuó dando órdenes desde su posición,
apoyándose en un cubo de trigo.173 Bajo su dirección, el maltrecho Tonnant consiguió
alejarse del combate y desplazarse lentamente al sur, donde se unió a la división dirigida
por Villeneuve, que no había participado de manera eficaz en los combates.17484 A lo largo
del enfrentamiento, la retaguardia se había limitado a disparar arbitraria y constantemente a
los barcos enzarzados en la lucha entablada delante suyo. El único efecto notable de esta
acción, sin embargo, fue la destrucción del timón del Timoléon por un cañonazo desviado
proveniente del cercano Généreux.175

Últimos combates: 2 y 3 de agosto

Con la salida del sol a las 4:00 del 2 de agosto, la división francesa del sur —compuesta por
el Guillaume Tell, el Tonnant, el Généreux y el Timoléon— y los maltrechos Alexander y
Majestic volvieron a intercambiar disparos.176177 A pesar de estar brevemente en
inferioridad numérica, los buques británicos pronto recibieron auxilio, ya que enseguida
acudieron al lugar el Goliath y el Theseus.177 Según el capitán Miller maniobraba para
colocar su navío en posición, el Theseus recibió disparos de parte de la fragata Artémise.178
Miller giró su barco hacia la Artémise, pero el capitán Pierre-Jean Standelet arrió su
bandera y ordenó a sus hombres que abandonaran la fragata. Miller envió un bote bajo el
mando del teniente William Hoste a hacerse con el navío vacío; no obstante, Standelet
había ordenado quemar su propia fragata179 y esta explosionó poco después.180 A las 6 de la
mañana, los navíos de línea franceses restantes trataron de alejarse de la costa hacia el este,
disparando continuamente para cubrir su retirada. El Zealous los persiguió y evitó que la
fragata Justice pudiera abordar el Bellerophon, que estaba anclado al sur de la bahía,
recibiendo reparaciones apresuradas.181
Mañana después de la batalla del Nilo, Robert Dodd, c. 1815. Dos días después del fin de
la batalla, dos barcos franceses permanecen encallados en las rocas, mientras que el
británico está anclado en aguas más profundas.

Todavía quedaban dos barcos franceses con la bandera tricolor izada, pero ninguno de los
dos estaba en la posición óptima para retirarse o atacar. Cuando se habían cortado los
cables que unían al Heureux y al Mercure a la línea para escapar de la explosión del
L'Orient, las tripulaciones de ambos barcos habían entrado en pánico y ninguno de los
capitanes —ambos se encontraban heridos— había conseguido restaurar el orden.
Consecuentemente, ambos quedaron encallados en los bajíos.182 El Alexander, el Goliath, el
Theseus y el Leander atacaron a los buques encallados, que estaban indefensos, y ambos se
rindieron a los pocos minutos.176 Sin embargo, la distracción que causaron el Heureux, el
Mercure y el Justice hizo posible que Villeneuve dirigiera a la mayoría de los bajeles
franceses en condiciones de navegar a la boca de la bahía,84 lugar al que llegaron a las
11:00.183 A bordo del desarbolado Tonnant, el comodoro Du Petit Thouars falleció como
consecuencia de sus múltiples heridas y fue lanzado por la borda, tal y como había
solicitado.146 La tripulación encalló el navío intencionadamente, ya que este no podía
alcanzar la velocidad necesaria para huir. El Timoléon se encontraba demasiado lejos de
Villeneuve para poder escapar junto con él y, en un intento de unirse a los buques
supervivientes, embarrancó en la costa. La fuerza del impacto arrancó el trinquete del
casco.184 Los barcos restantes —los navíos de línea Guillaume Tell y Généraux y las
fragatas Justice y Diane— formaron y salieron a mar abierto, perseguidos por el Zealous.142
A pesar de su denodado esfuerzo, el barco del capitán Hood, que estaba lejos de cualquier
otro navío amigo, recibió muchos disparos y no fue capaz de interceptar al Justice, cuya
tripulación escapó hacia mar abierto.183 En la persecución, el Zealous fue alcanzado por
disparos franceses y perdió a uno de sus hombres.185

Durante el resto del 2 de agosto, se llevaron a cabo reparaciones improvisadas en los barcos
de Nelson. Asimismo, se aseguraron las presas hechas en el combate. El Culloden, en
especial, necesitó asistencia. Troubridge, quien finalmente había conseguido desencallar su
nave de las rocas a las dos de la mañana, se percató de que había perdido el timón y de que
entraban en el buque más de 120 toneladas largas —122 toneladas cortas— de agua por
hora. Las reparaciones necesarias para arreglar el casco del barco y el modelado de un
nuevo timón a partir de un palo mayor de repuesto les llevó los dos siguientes días.186 En la
mañana del 3 de agosto, Nelson envió al Theseus y el Leander a forzar la rendición del
Tonnant y del Timoléon, que continuaban encallados. El Tonnant, con cerca de mil
seiscientos supervivientes de otros navíos en la cubierta, se rindió al aproximarse los barcos
británicos, mientras que los tripulantes del Timoléon lo incendiaron y después se escaparon
hacia la costa en pequeños botes.187 El barco explotó después del mediodía, siendo el
undécimo navío de línea francés destruido o capturado durante la batalla.84184

Sucesos tras la batalla

Fui a la cubierta para


observar el estado de las
flotas, y fue una visión
horrenda. La bahía completa
estaba cubierta de cuerpos sin
vida, descuartizados, heridos
y quemados, con poco más de
ropa que unos pantalones.

—Relato de Seaman John


Nicol, tripulante del
Goliath.84188

Las pérdidas británicas en la batalla se registraron con bastante precisión en los momentos
inmediatamente posteriores y fueron de 218 fallecidos y aproximadamente 677 heridos,
aunque se desconoce el número de heridos que fallecieron a causa de sus lesiones más
tarde.189 Los barcos que más sufrieron fueron el Bellerophon,84 con 201 bajas, y el Majestic,
con 193. Por otra parte, tanto de la tripulación del Culloden como de la del Zealous solo
falleció una persona y siete resultaron heridas.71

La lista de bajas incluía al capitán Westcott, cinco tenientes y diez funcionarios subalternos
entre los muertos, y al almirante Nelson,190 los capitanes Saumarez, Ball y Darby y seis
tenientes entre los heridos.3 Además del Culloden, los únicos barcos británicos cuyos
cascos resultaron gravemente dañados fueron el Bellerophon, el Majestic y el Vanguard.
Entre estos, el Bellerophon y el Majestic fueron los únicos navíos en perder sus mástiles: el
Majestic perdió el mayor y el de mesana, mientras que el Bellerophon, los tres.nota 6191

Es más difícil calcular las bajas francesas, pero fueron significantemente mayores. Las
estimaciones de las pérdidas francesas oscilan entre las dos mil y las cinco mil, con un
punto medio sugerido de tres mil quinientas, que incluye más de mil heridos capturados y
cerca de dos mil fallecidos, de los cuales la mitad perecieron en el L'Orient.nota 1 Además de
la muerte del almirante Brueys y las lesiones del almirante Blanquet, cuatro capitanes
murieron y otros siete resultaron gravemente heridos. Los barcos franceses sufrieron daños
importantes: dos navíos de línea y dos fragatas fueron destruidos —al igual que una
bombarda hundida por su tripulación—,12 y otros tres buques que fueron capturados estaban
demasiado dañados para poder navegar de nuevo. De las presas restantes, solo tres navíos
pudieron ser reparados y servir otra vez. Durante semanas, las costas quedaron punteadas
con los cadáveres arrastrados por las olas, que se pudrían poco a poco a causa del intenso
calor y la sequedad del clima.192
Nelson, que dijo que «Victoria no era un nombre lo suficientemente fuerte para tal
escena»193 mientras inspeccionaba la bahía en la mañana del 2 de agosto, se quedó en
Abukir durante las dos semanas siguientes, preocupado con la recuperación de su herida,
escribiendo informes y evaluando la situación militar en Egipto mediante el uso de
documentos que se encontraron a bordo de uno de los barcos capturados.194 La herida que
Nelson sufrió en la cabeza se registró como una herida de «tres pulgadas de largo» con «el
cráneo al descubierto en una pulgada». Esta herida le causó dolor durante el resto de su
vida y le dejó una gran cicatriz, por lo que se peinaba de modo que pudiese ocultarla lo
máximo posible.195 Mientras el comandante se recuperaba, sus hombres recobraron material
de los barcos ya inútiles y repararon sus barcos y los obtenidos en la batalla.196

Una posición verdadera de la flota francesa cuando fue atrapada en la boca del Nilo y la
manera en la que lord Nelson formó su ataque contra ella, Robert Dodd, 1800, Museo
Marítimo Nacional.

A lo largo de la semana, los miembros de la tribu beduina circundaron la bahía de Abukir


con hogueras a modo de celebración por la victoria británica.192 El 5 de agosto, el Leander,
que portaba mensajes para el conde de St. Vincent, partió hacia Cádiz al mando del capitán
Edward Berry.197 Durante los días siguientes, los británicos desembarcaron a todos los
prisioneros capturados a excepción de doscientos en tierra bajo estrictas condiciones de
«libertad condicional»,198nota 7 a pesar de que Bonaparte ordenó más tarde que estos
formasen una unidad de infantería y los añadió al ejército.196 Los británicos mantuvieron a
los oficiales heridos hechos prisioneros franceses a bordo del Vanguard, donde Nelson los
acompañaba habitualmente durante las cenas. El historiador Joseph Allen relata que en una
ocasión, Nelson, cuya vista aún estaba débil a causa de la herida, ofreció mondadientes a un
oficial que había perdido sus dientes y después entregó una caja de rapé a otro oficial al que
le habían arrancado la nariz, lo que causó una situación embarazosa.200 El 8 de agosto botes
de la flota asaltaron la isla de Abukir, que se rindió sin oponer resistencia. El grupo que
desembarcó en la isla retiró cuatro de los cañones y destruyó el resto junto con la fortaleza
en la que se encontraban. Además, renombró la isla como «isla de Nelson».196

El 10 de agosto, Nelson envió al teniente Thomas Duval, del Zealous, con mensajes que
debía entregar al gobierno de la India. Duval viajó a través de Oriente Próximo por tierra
pasando por Alepo y cogió un barco para realizar el trayecto de Basora a Bombay. Allí
informó al gobernador general de la India Richard Wellesley de la situación en Egipto.194 El
12 de agosto, las fragatas HMS Emerald, bajo el mando del capitán Thomas Moutray
Waller, HMS Alcmene, comandada por el capitán George Johnstone Hope, y HMS Bonne
Citoyenne, cuyo capitán era Robert Retalick, arribaron a Alejandría.201 Al principio, los
británicos confundieron la escuadra de fragatas con barcos de guerra franceses y el
Swiftsure comenzó su persecución hasta que se alejaron. Al día siguiente regresaron, una
vez que los británicos de Alejandría ya se habían percatado del error.196 El mismo día que
llegaron las fragatas, Nelson mandó el Mutine a Gran Bretaña con varios envíos, bajo el
mando del teniente Thomas Bladen Capel, quien había reemplazado a Hardy tras el ascenso
del segundo a capitán del Vanguard. El 14 de agosto, Nelson ordenó zarpar a mar abierto al
Orion, Majestic, Bellorophon, Minotaur, Defence, Audacious, Theseus, Franklin, Tonnant,
Aquilon, Conquérant, Peuple Souverain y Spartiate, bajo el mando de Saumarez. Muchos
de los barcos tenían los mástiles de repuesto, por lo que les costó un día entero llegar a la
boca de la bahía. Finalmente, el 15 de agosto, alcanzaron mar abierto. Un día después, los
británicos quemaron y destrozaron el Heureux, ya que se encontraba encallado y no era
apto para el servicio. Además, el 18 de agosto, quemaron el Guerrier y el Mercure.196 El 19
de agosto, Nelson zarpó hacia Nápoles con el Vanguard, el Culloden y el Alexander. En
Alejandría, dejó a Hood al mando del Zealous, el Goliath, el Swiftsure y las fragatas que se
habían unido recientemente a la flota, con el fin de vigilar las actividades francesas en el
lugar.202

El primer mensaje en llegarle a Bonaparte acerca del desastre que había sufrido su flota lo
hizo el 14 de agosto en su campamento en el camino entre Salahieh y El Cairo.192 El
mensajero era un oficial enviado por el gobernador de Alejandría, el general Jean Baptiste
Kléber, y el informe lo había escrito apresuradamente el almirante Ganteaume. Este se
había unido de nuevo a los barcos de Villeneuve en el mar más tarde. Un relato cuenta que
cuando Bonaparte recibió el mensaje, lo leyó sin emoción antes de llamar al mensajero y
pedirle más detalles. Cuando el mensajero hubo terminado, el general francés anunció,
supuestamente: «Ya no tenemos una flota; bien, debemos quedarnos en este territorio o
abandonarlo con grandeza tal y como hicieron los antiguos».202nota 8 Otra versión, según dijo
el secretario del general Bourrienne, afirma que la noticia sobrecogió a Bonaparte, que
exclamó: «Desgraciado Brueys, ¡qué has hecho!».1 Más tarde, Bonaparte culpó
mayoritariamente de la derrota al herido almirante Blanquet, acusándole falsamente de
haber rendido su navío, el Franklin, sin estar dañado. Las posteriores quejas de Ganteaume
y el ministro Étienee Eustache Bruix redujeron el grado de las críticas a las que se tuvo que
enfrentar Blanquet; no obstante, este no volvió a servir jamás como comandante.202 Sin
embargo, la preocupación más inmediata de Bonaparte estaba directamente relacionada con
sus oficiales, que empezaron a cuestionar la sensatez de la expedición. Bonaparte invitó a
los oficiales de mayor rango a cenar y les preguntó cómo se encontraban. Cuando le
respondieron que estaban «maravillosamente», Napoleón les contestó que eso estaba bien,
ya que los fusilaría si continuaban «fomentando motines y animando a la rebelión».203 Con
el fin de evitar cualquier alzamiento por parte de los egipcios, se amenazó a los que fueran
descubiertos hablando acerca de la batalla con cortarles la lengua.204

Reacciones

El primer conjunto de envíos de Nelson fue capturado tras la intercepción y posterior


derrota del Leander a manos del Généraux en una fiera confrontación en la costa de Creta
el 18 de agosto de 1798.205206 En consecuencia, los informes de la batalla no llegaron a Gran
Bretaña hasta que Capel lo hizo en el Mutine el 2 de octubre.201206 Este entró al
Almirantazgo a las 11:15 y le comunicó la noticia en persona a lord Spencer,207 quien cayó
desmayado cuando escuchó el informe.208 Aunque Nelson había recibido críticas por parte
de la prensa cuando había fracasado en el intento de interceptar la flota francesa, los
rumores referentes a la batalla habían comenzado a llegar a Gran Bretaña desde el
continente a finales de septiembre. Por lo tanto, las noticias de Capel se recibieron con
celebraciones a lo largo de todo el país.209 Cuatro días después, Nelson recibió el título de
barón del Nilo y Burnham Thorpe. No obstante, esto no dejó satisfecho a Nelson, quien
personalmente opinaba que sus acciones merecían una mejor recompensa.210 El rey Jorge
III se dirigió a las cámaras del Parlamento el 20 de noviembre con las siguientes palabras:

Los innumerables ejemplos de nuestros triunfos navales han recibido nuevo esplendor de
una acción decisiva y memorable en la que una parte de mi flota, bajo el comando del
contraalmirante lord Nelson, atacó, y prácticamente destruyó, una fuerza superior del
enemigo, reforzada por todas las ventajas posibles de la situación. Gracias a esta gran
victoria, ciertos designios cuya injusticia, perfidia y extravagancia habían acaparado la
atención del mundo y que atentaban particularmente contra algunos de los más valiosos
intereses del Imperio británico, se han trastocado, para confusión de sus autores, y el
consiguiente golpe al poder y la influencia de Francia ha abierto una brecha que, agrandada
por los esfuerzos adecuados por parte de otras potencias, puede conducir a la liberación de
Europa.
Rey Jorge III, citado en The Naval History of Great Britain during the French
Revolutionary and Napoleonic Wars, Volume 2, 1827, de William James.211

El gallardo Nelson trayendo a casa dos fieros y poco comunes cocodrilos franceses desde
el Nilo como regalo para el rey, James Gillray, 1798, Museo Marítimo Nacional. Los
cocodrilos representan a Fox y Sheridan.nota 9

El convoy de Saumarez, que transportaba a los barcos franceses que habían sido tomados
por los británicos tras la victoria, se detuvo en primer lugar en Malta, donde aquel prestó
asistencia a una rebelión de la población maltesa.212 Después navegó hasta Gibraltar, lugar
al que llegó el 18 de octubre. Allí fue recibido por los vítores de la guarnición. Saumarez
escribió que «nunca podremos hacer justicia al calor de sus ovaciones ni a los elogios que
ofrecieron a nuestra escuadra». El 23 de octubre, tras el traslado de los heridos al hospital
militar y el aprovisionamiento de suministros básicos, el convoy partió hacia Lisboa,
dejando al Bellerophon y al Majestic para que se sometieran a reparaciones más
exhaustivas.213 El Peuple Souverain también se quedó en Gibraltar; el buque estaba muy
dañado para hacer la travesía del Atlántico hasta Gran Bretaña, por lo que fue convertido en
un barco de guardia, con el nombre de HMS Guerrier.87 El resto de bajeles tomados se
sometieron a reparaciones básicas y después zarparon hacia Gran Bretaña. No obstante, no
fueron directamente allí: antes, pasaron varios meses en el río Tajo, donde se unieron al
convoy mercantil proveniente de Portugal en junio de 1799, bajo la escolta de una escuadra
comandada por el almirante sir Alan Gardner.214 Finalmente, arribaron a Plymouth. Tanto
su antigüedad como su estado provocaron que ni el Conquérant ni el Aquilon pudiesen
considerarse aptos para el servicio en la Marina Real, de modo que ambos fueron retirados,
a pesar de que habían sido adquiridos por veinte mil libras esterlinasnota 10 bajo los nombres
de HMS Conquerant y HMS Aboukir con tal de otorgar una recompensación económica a
las tripulaciones que los habían capturado.216 También se pagaron sumas similares por el
Guerrier, Mercure, Heureux y Peuple Souverain, mientras que los otros navíos capturados
eran considerablemente más valiosos. Hecho de madera de roble adriático, el Tonnant se
había construido en 1792 y tanto el Franklin como el Spartiate tenían menos de un año de
edad. El Tonnant y el Spartiate, que participarían más tarde en la batalla de Trafalgar, se
unieron a la Marina Real bajo sus antiguos nombres, mientras que el Franklin, considerado
«el mejor barco de dos cubiertas del mundo»,216 fue renombrado como HMS Canopus.5 El
valor total de los buques capturados en el Nilo y consecuentemente incluidos en la Marina
Real está estimado en algo más de ciento treinta mil libras esterlinas.213nota 11

Vencedores del Nilo, un grabado conmemorativo publicado cinco años después de la batalla
del Nilo que representa a Nelson y sus quince capitanes.

Se concedieron premios adicionales a la flota británica: el Parlamento británico premió a


Nelson con dos mil librasnota 12 anuales,206 mientras que el Parlamento de Irlanda le agració
con mil librasnota 13 por año217 hasta su disolución como consecuencia de la firma del Acta de
Unión de 1800.218 Ambos parlamentos agradecieron unánimemente la victoria y cada
capitán participante en la batalla recibió una medalla de oro acuñada especialmente para la
ocasión y el primer teniente de cada navío fue ascendido al puesto de comandante.201
Troubridge y sus hombres, excluidos de las recompensas en un principio ya que su barco, el
Culloden, no había participado directamente en el enfrentamiento,219 obtuvieron finalmente
los mismos premios después de que Nelson intercediera a su favor.217 La Compañía
Británica de las Indias Orientales premió a Nelson con diez mil librasnota 14 en
reconocimiento del beneficio que su acción tuvo en sus tenencias. Las ciudades de Londres
y Liverpool y otros órganos municipales y corporativos le confirieron premios similares.217
Los propios capitanes de Nelson le otorgaron una espada y un retrato como «muestra de su
aprecio».220 Nelson alentó esta estrecha relación con sus oficiales y el 29 de septiembre de
1798 describió al conjunto empleando las palabras de la obra Enrique V, de William
Shakespeare: «El recuerdo de nuestro pequeño ejército, de nuestro pequeño y feliz ejército,
de nuestra banda de hermanos».220nota 15 A partir de este hecho, nació la Banda de Hermanos
de Nelson, un cuadro de oficiales navales de alta calidad que sirvió junto a Nelson durante
el resto de su vida.220 Cerca de cinco décadas después de la batalla, esta se reconoció, entre
otras acciones, con un broche añadido a la Naval General Service Medal, concedido a todos
los participantes británicos en la batalla que aún vivían en 1847.221

Los vencedores también recibieron recompensas de parte de otros Estados, principalmente


del Imperio otomano. El emperador Selim III le concedió a Nelson el título de caballero
comendador de la recién creada Orden de la Media Luna y además le regaló un chelengk,
una rosa cuajada de diamantes, una piel de cebellina y otros objetos de valor. El zar Pablo I
de Rusia le envió, junto con otros premios, un cofre de oro con incrustaciones de
diamantes. Asimismo, le llegaron regalos similares bañados en plata de otros dirigentes
europeos.222 En su regreso a Nápoles, el rey Fernando IV y sir William Hamilton le
recibieron con una procesión triunfal. Ese mismo día, le presentaron a la mujer de sir
William, Emma, lady Hamilton, por tercera vez y esta se desmayó violentamente en el
encuentro.223 Aparentemente, le costó varias semanas recuperarse de las lesiones.224 La
corte napolitana lo alabó como si de un héroe se tratase. En palabras del propio Nelson:
«Estaban locos de alegría».225 Más tarde, Nelson participaría en la política napolitana y
llegaría a ser duque de Bronté, acciones que le costaron recriminaciones de sus superiores e
hicieron mella en su reputación.226 El general británico John Moore, que conoció a Nelson
en esta visita a Nápoles, lo describió. Según él, «cubierto con estrellas, medallas y cintas,
parecía más un príncipe de la ópera que el vencedor del Nilo».227

Rumores acerca de una batalla comenzaron a propagarse por la prensa francesa ya el 7 de


agosto, pero los primeros informes creíbles no llegaron hasta el 26 del mes, e incluso estos
afirmaban que Nelson estaba muerto y Bonaparte había sido aprisionado por los
británicos.228 Cuando las noticias comenzaron a confirmarse, la prensa de Francia insistió
en que la derrota era el resultado tanto de la aplastantemente superioridad numérica
británica como de la actividad de «traidores» no especificados.182 Los periódicos
antigubernamentales existentes en Francia atribuyeron la derrota a la incompetencia del
Directorio francés y a supuestos sentimientos filomonárquicos en la Marina.229 Villeneuve
recibió mordaces críticas a su llegada a Francia a causa de su ineficacia a la hora de apoyar
a Brueys durante la batalla.230 En su defensa, alegó que el viento había soplado en su contra
y que Brueys no le había ordenado que contraatacara a la flota británica.231 Varios años
después, Bonaparte comentó por escrito que si la Marina Francesa hubiese adoptado los
mismos principios tácticos que los británicos:
El almirante Villeneuve no se habría sentido libre de culpa por permanecer inactivo en
Abukir con cinco o seis barcos, es decir, la mitad de la escuadra, durante veinticuatro horas,
mientras el enemigo avasallaba la otra ala.
Napoleón Bonaparte, Mémoires, Volumen 1, 1823.232

La prensa británica, por el contrario, estaba jubilosa; muchos periódicos trataron de retratar
la batalla como una victoria de Gran Bretaña sobre la anarquía, y el éxito se empleó para
atacar a los políticos Charles James Fox y Richard Brinsley Sheridan, whigs de supuestas
simpatías republicanas.233

Ha existido un amplio debate historiográfico acerca de la diferencia entre las fuerzas de


ambas flotas, a pesar de que estaban ostensiblemente igualadas en cuanto a tamaño, con
trece navíos de línea cada una.234 Sin embargo, la pérdida del Culloden, el tamaño relativo
del L'Orient y del Leander y la participación en la acción de dos de las fragatas francesas y
varias embarcaciones de menor tamaño, así como la teórica ventaja de la posición
francesa,94 lleva a la mayoría de historiadores a la conclusión de que los franceses eran
ligeramente más poderosos.91 El hecho de que el número de cañones de varios bajeles
franceses —Spartiate, Franklin, L'Orient, Tonnant y Guillaume Tell— fuera notablemente
mayor que el de cualquier barco británico de los que tomaron parte en la batalla acentuó
dicha diferencia.3 No obstante, el despliegue inadecuado de los barcos franceses, sus
reducidas tripulaciones y el fracaso de la división trasera de Villeneuve, que no consiguió
participar en la acción de forma destacada, provocaron la derrota de Francia.235

Efectos

La batalla del Nilo ha sido considerada como «posiblemente, el enfrentamiento naval más
decisivo de la edad de oro de la navegación»236 y «el éxito más espléndido y glorioso de la
Marina británica».237 El historiador y novelista Cecil Scott Forester, escribiendo en 1929,
comparó la del Nilo con las grandes confrontaciones navales de la historia y concluyó que
«su única rival como ejemplo de aniquilación de una flota a manos de otra con las fuerzas
materiales prácticamente equiparables es la de Tsu-Shima».238 El efecto sobre la situación
estratégica en el Mediterráneo fue inmediato, ya que le dio un vuelco completo y le
concedió a los británicos el control del mar, el cual perduró durante el resto de la guerra.239
240
La destrucción de la flota mediterránea francesa permitió a la Marina Real volver a
hacerse con la hegemonía en el mar, mediante la ejecución de bloqueos a los puertos
franceses y los de sus aliados.10 En especial, los barcos británicos aislaron Malta de Francia,
hecho que se vio favorecido por la rebelión surgida entre los nativos malteses y que obligó
a los franceses a retirarse a La Valeta y cerrar las murallas.241 El consiguiente sitio de Malta
se prolongó durante dos años hasta que se rindió la fortaleza por hambre.242 En 1799, los
buques británicos hostigaron al ejército de Bonaparte, que se dirigía al norte a través de
Palestina. La flota desempeñó también un papel crucial en la derrota de Bonaparte en el
asedio de Acre, capturando las barcazas que transportaban el equipo necesario para llevar a
cabo el sitio y bombardeando a las fuerzas de asalto francesas desde los barcos británicos
anclados frente a la plaza.243 En uno de estos últimos enfrentamientos, el capitán Miller, del
Theseus, falleció en una explosión de municiones.244 La derrota en Acre obligó a Bonaparte
a retirarse a Egipto y a abandonar sus planes de formar un imperio en Oriente Próximo.245
El general francés dejó a Kléber al mando de Egipto y regresó a Francia ese mismo año.246

Retrato de Bonaparte, Primer Cónsul, François Gérard. Napoleón fue primer cónsul
francés desde el golpe de Estado del 18 de brumario hasta su coronación como emperador
el 2 de diciembre de 1804.

Los otomanos, con quienes Bonaparte tenía pensado establecer una alianza una vez que su
control de Egipto fuese completo, se vieron alentados a ir a la guerra contra Francia tras la
derrota de esta en la batalla del Nilo.247240 Esto llevó a una serie de campañas que poco a
poco fueron debilitando al ejército francés atrapado en Egipto. La victoria británica también
favoreció la declaración de guerra de los imperios austríaco y ruso, que estaban reuniendo a
sus ejércitos como parte de la Segunda Coalición, que se produjo en 1799.85 Con el
Mediterráneo sin defensas, una flota rusa penetró en el mar Jónico, mientras que ejércitos
austríacos recuperaron la mayor parte de los territorios que habían perdido a manos de
Bonaparte en la guerra previa.248 Sin su mejor general y también sin sus veteranos, los
franceses sufrieron una serie de derrotas y Francia no recuperó su dominio sobre la Europa
continental hasta el regreso de Bonaparte y su acceso al cargo de primer cónsul.249 En 1801,
una fuerza expedicionaria británica derrotó a la parte del ejército francés que permanecía en
Egipto, que se encontraba muy desmoralizada. La Marina Real empleó su dominio sobre el
Mediterráneo para invadir Egipto; aquel le permitía llevar a cabo la operación sin temor a
posibles emboscadas mientras sus flotas anclaban en la costa egipcia.250

A pesar de la abrumadora victoria británica en la batalla, la campaña se ha considerado en


ocasiones como un éxito estratégico para Francia. El historiador Edward Ingram apuntó que
si Nelson hubiese interceptado a Bonaparte en el mar, tal y como se le había ordenado, la
consiguiente batalla podría haber aniquilado tanto la flota francesa como sus transportes.
De la manera en la que se desarrolló, Bonaparte pudo continuar la guerra en Oriente Medio
y regresar más tarde a Europa personalmente indemne.251 La importancia de los oficiales
del ejército que navegaban en el convoy y que más tarde formaron el núcleo de generales y
mariscales al mando de Napoléon ya como emperador subraya la transcendencia que
hubiese podido tener tal enfrentamiento en el curso de la historia. Además del propio
Bonaparte, Louis-Alexandre Berthier, Auguste Marmont, Jean Lannes, Joachim Murat,
Louis Desaix, Jean Reynier, Antoine-François Andréossy, Jean-Andoche Junot, Louis-
Nicolas Davout y Dumas participaron en el cruce del Mediterráneo.252

Legado

La Aguja de Cleopatra de Londres.

La batalla del Nilo es considerada una de las victorias más famosas de la Marina
británica,253 conservada en la cultura popular gracias a su aparición en gran cantidad de
cuadros, poemas y obras de teatro.254 Uno de los poemas más conocidos acerca de la batalla
es Casabianca,23 redactado en 1826 por Felicia Dorothea Hemans, que describe
imaginariamente el fallecimiento del hijo del capitán Casabianca a bordo del L'Orient.255 Se
erigieron monumentos en conmemoración de la batalla, tales como la Aguja de Cleopatra
en Londres. Mehmet Alí de Egipto entregó este monumento a los británicos en 1819 en
reconocimiento de la batalla de 1798 y la campaña de 1801, pero estos no lo erigieron en el
Victoria Embankment hasta el año 1878.256 Otro monumento rememorativo situado cerca
de Amesbury consiste en unas hayas que Charles Douglas, VI marqués de Queensbury,
plantó a petición de Emma Hamilton y Thomas Hardy tras el fallecimiento de Nelson.257
Los árboles forman un plano de la batalla; cada uno de ellos representa la posición de un
barco francés o británico.258 Se cree que Alexander Davison, hombre de negocios y amigo
personal del almirante, ordenó la realización de un monumento similar cerca de Alnwick.257
La Marina Real conmemoró el combate en varios barcos, que recibieron los nombres HMS
Aboukir y HMS Nile en recuerdo a la victoria,259 y en 1998 celebró el bicentenario de la
batalla con una visita a la bahía de Abukir de la fragata moderna HMS Somerset.259 Los
tripulantes de esta fragata rindieron homenaje a aquellos que habían perdido sus vidas en la
confrontación con coronas de flores.259260

A pesar de que el biógrafo de Nelson Ernle Bradford dio por supuesto en 1977 que los
restos del L'Orient «son, con casi total certeza, irrecuperables»,261 la primera investigación
arqueológica de la batalla comenzó en 1983,169 cuando un equipo de investigadores
franceses dirigido por Jacques Dumas descubrió el pecio del buque insignia francés. Más
tarde, Franck Goddio se hizo cargo del trabajo en 1998,169 dirigiendo un proyecto mayor
cuyo fin era explorar la bahía. Descubrió que había material esparcido en un radio de
quinientos metros.169 Además de equipamiento militar y náutico, Goddio recuperó un gran
número de monedas de oro y plata de diversos países circundantes del mar Mediterráneo,
algunas de las cuales se remontaban al siglo XVII.169 Es posible que estas fueran parte del
tesoro que se había tomado de Malta y que se había perdido a causa de la explosión del
L'Orient.169 En 2000, el arqueólogo italiano Paolo Gallo dirigió una excavación centrada en
las antiguas ruinas de la isla de Nelson.262 Esta consiguió revelar varias tumbas que databan
de la batalla, así como otras realizadas a lo largo de la invasión de 1801.263 Los restos
encontrados en estas sepulturas, entre los que se hallaron los de una mujer y tres niños, se
trasladaron en el año 2005 a un cementerio situado en Shatby, Alejandría. A la ceremonia
acudieron marineros de la fragata HMS Chatham y una banda de la Marina egipcia, así
como un descendiente del único enterrado identificado, el comandante James Russell.264

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