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OPINIÓN PÚBLICA. RESUMEN 1º PARCIAL (05/05/2016)

MONZÓN
“Opinión pública, comunicación y política”
La Opinión Pública es un concepto polisémico y complejo, producto de las variaciones que
han sufrido a lo largo del tiempo los dos términos que la componen: la «opinión» y lo
«público».

- OPINIÓN
La historia de la Opinión Pública (propiamente dicha) debe situarse en los comienzos de la
Edad Moderna, junto al desarrollo de la imprenta, la expansión de las ideas democráticas y el
nacimiento del público político. No obstante, las primeras referencias más claras vienen de
Grecia y Roma.

Grecia y Roma
Platón y Aristóteles desarrollan, desde la filosofía, el concepto de “opinión” (doxa). Para
Platón, la doxa es un conocimiento parcial e inseguro de la realidad, basado en impresiones y
ambigüedades. Aristóteles, en cambio, acepta la vía de la opinión como forma de acercarse a
la verdad, ya que entiende aquélla como un conocimiento aproximado o probable.
En la cultura romana, cuando se habla de opinión (rumor o fama) ya no se la entiende en
sentido filosófico, sino publicístico: “Opinión es sinónimo de apariencia, suposición o
notoriedad, la buena o mala imagen que los demás tienen de uno mismo” [Monzón: 23].

Edad Media
A lo largo de la Edad Media, domina la concepción vertical de entender las relaciones entre
poder y pueblo; así, no existe lugar para la Opinión Pública.

Renacimiento
Sin embargo, el Renacimiento trae aires de renovación siendo “(...) Nicolás Maquiavelo
quien nos introduzca en la prehistoria propiamente dicha de la opinión pública (...) [ya que]
reconoce el poder de la opinión pública, «con el objeto de construir una teoría del manejo de
esta opinión que él sabe maleable, sensible a la fuerza y fácil de engañar»” [Monzón: 26].
Frente al posible apoyo que puedan darle los Grandes o notables del reino, el Príncipe
necesita siempre del aprecio, la estima o el favor popular. Maquiavelo reconoce el concepto
romano de opinión como la (buena o mala) imagen que los demás tienen de uno. El príncipe
debe aparecer ante los demás con la mejor imagen posible: “Procure, pues, un príncipe
conservar y mantener el Estado; los medios que emplee serán siempre considerados honrosos
y alabados por todos; porque el vulgo se deja siempre coger por las apariencias y por el
acierto de la cosa” [citado en Monzón: 28].
Recapitulando: “(...) dos formas distintas de entender el término «opinión», que ayudarán más
tarde a explicar el concepto de opinión pública: la primera de ellas se sitúa en el plano
filosófico y traduce los significados de doxa y opinio como semisaber, juicio incierto o
conocimiento probable y, la segunda, desde un punto de vista publicístico, se equiparará con
reputación, fama o notoriedad” [Monzón: 46].

- PÚBLICO

Grecia y Roma
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Tanto en Grecia como en Roma quedan perfectamente diferenciadas las esferas de “privado”
(gira en torno al domicilio doméstico y la reproducción de la vida) y “público” (refiere a
aquellas actividades cívicas y comunes donde el ciudadano puede participar como ser libre).

Edad Media
Esta contraposición es apenas usada durante la Baja Edad Media; es más apropiado usar los
términos germánicos “común” (accesible para todo el mundo) y “particular” (propio y de uso
exclusivo para cada uno) [período de transición – pueblos romagermánicos].

Modernidad
“Entre las causas más importantes que contribuyen al cambio de la mentalidad medieval en
mentalidad moderna se encuentran el invento de la imprenta, el poder emergente de la
burguesía, la vuelta al pasado de los clásicos, el nacimiento del Estado-Nación y la ruptura
religiosa con la reforma protestante. La imprenta se convierte en el mejor soporte de la
comunicación y la publicidad y, en el espacio de dos siglos, ayudará a crear las bases
necesarias para el surgimiento de la opinión pública” [Monzón: 32].
En esta línea, los cafés, los salones de té y los clubes se erigen como incubadoras de la
Opinión Pública:
- los cafés entran a Inglaterra a mediados del siglo XVII y se convierten en poco tiempo en
centros populares para adquirir y comunicar noticias, para hacer debates políticos y para
realizar crítica literaria.
- los salones franceses se remontan al siglo XVIII. En ellos se reunían hombres y mujeres
[verdadero experimento de igualdad] distinguidos que disfrutaban de la conversación, la
crítica, el libre pensamiento y las ideas irreverentes.
Hechos estos planteamientos, Monzón recorre autores que, si bien no utilizan el término
«opinión pública», irán desarrollando poco a poco el concepto y sus funciones en la sociedad:

Locke:
destaca la importancia de la ley de opinión. Ésta remite a una “opinión” entendida como la
idea que los demás tienen de uno; “Es el poder del «qué dirán», del clima de opinión o de la
mentalidad del grupo que presiona para que nadie se desmande o se margine y permanezca
dentro del sistema de valores de la colectividad” [citado en Monzón: 47]. En este sentido, es
un control social indirecto más eficaz que la censura formal.

Rousseau:
define la opinión pública como la aclamación constante de la voluntad general de un Estado
cuya perfección no se cuestiona.
Establece una relación estrecha entre opinión, costumbre y ley, atribuyendo a la opinión
pública la función de árbitro moral de la sociedad a través de la censura y la función de
elaborar leyes que expresen la voluntad general.

Liberalismo clásico:
la opinión pública es el resultado del pensamiento de todos aquellos ciudadanos interesados
en un tema común. Así, la sociedad es entendida como un gran organismo de discusión libre,
donde todo el mundo puede opinar, escuchar, discutir, plantear problemas y soluciones.
Los principios que guían al liberalismo son:
› individualismo
Sólo a través del interés personal se puede pasar al interés general
› igualdad política

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El origen del poder está en el pueblo. Consecuentemente, todos los ciudadanos están
colocados en el mismo plano de la ley y la única autoridad proviene del consentimiento de la
población.
› libertades civiles (o individuales) y públicas (o políticas)
Las libertades civiles se refieren a todas aquellas actividades que afectan la libertad privada,
con la única limitación de la libertad de los demás. Contrariamente, las libertades públicas
necesitan de los demás para su realización.
› limitación de los gobernantes
Separación de las esferas privada y pública y limitación al mínimo de las funciones del
Estado.
› pluralismo político
Marco social donde todos tienen cabida.
› separación del poder económico del poder político
El primero forma parte de la actividad privada, la sociedad civil, y, el segundo, de la esfera
pública, el Estado.
Tomando como base estos preceptos, el punto de arranque de la Opinión Pública debe situarse
en las personas privadas, en las opiniones que emiten los particulares sobre los asuntos de
interés general [cuyo interlocutor es el Estado; sólo “hablan” los propietarios –burgués e
ilustrado]. Desde esta perspectiva, la Opinión Pública ejerce funciones de control y crítica
frente al poder.

Tocqueville:
Opinión Pública = fuerza de opresión.
Se centra en alertar sobre el poder de las mayorías: “En las épocas igualitarias, a medida que
los ciudadanos se nivelan y asemejan (...) aumenta (...) la masa, y su opinión llega a ser la que
conduce el mundo” [citado en Monzón: 81].
Frente a esta situación, existen escasas garantías. ¿A quién acudir entonces? A la libertad de
prensa.

Stuart Mill:
entiende la Opinión Pública como la expresión de las masas y su poder.
Ante el poder de las masas, concebirá la libertad, la integridad, el respeto a la persona y la
distinción personal como bienes intrínsecos [inalienables]. Debe defenderse la libertad a
través del dominio interno de la conciencia, la absoluta libertad de pensamiento y sentimiento
y la libertad de expresar y publicar las opiniones.

Monzón - Otro
I. EL CONCEPTO LIBERAL DE LA OPINIÓN PÚBLICA

 “La opinión pública, por lo tanto, no tiene por sujeto al cuerpo de ciudadanos, sino a una
parte minoritaria que llamamos público burgués e ilustrado y que, pretendiendo representar el
punto de vista de la población, no hace sino representar los intereses de su clase” [Monzón:
67].

 ‘Masas’ definido como ‘mediocridad colectiva’

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1) EL LIBERALISMO CLÁSICO
En este apartado el autor se refiere a la primera etapa o período clásico del liberalismo que
comienza desde la publicación de la Riqueza de las naciones -1776- de Adam Smith hasta la
publicación de Principios de economía política -1848- de Stuart Mill. (desde segunda mitad
del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX).
El liberalismo clásico aparece como la filosofía de la clase burguesa y se define por su
confianza en el hombre, el progreso y la felicidad universal, la creencia en una armonía
natural y social, su visión individualista, pragmática y utilitarista de la vida, la defensa de los
derechos naturales y una serie de principios políticos relacionados con el ideal democrático
(libertades civiles –seguridad de la propiedad, control de las instituciones políticas mediante
una opinión pública informada-). El poder a partir de ahora será del pueblo y quien lo
gobierne lo hará en representación suya. Para que el poder no caiga en la tentación de la
concentración y el abuso se defenderá un poder limitado y dividido (Montesquieu).
Además, los liberales trasladan al terreno de la vida pública su idea de mercado y las leyes
de la oferta y la demanda también regularán el intercambio de opiniones. Las ideas de
soberanía y participación política, el poder de la razón y la libertad de expresión serán las
encargadas de poner en funcionamiento el debate público que finalizará en la mejor idea para
la mejor solución.
La opinión pública será el resultado del pensamiento de todos aquellos ciudadanos
interesados en un tema en común. Según G Germani la opinión pública se convierte en el
mecanismo ideal para alcanzar ciertas verdades en el terreno político y social, y el debate
público, llevado por personas privadas con capacidad raciocinante y discursiva conducirá al
“concepto de autoridad debatida” (Mills). La verdad y la justicia ya no hace depender del
poder establecido sino de la sociedad entendida como un gran organismo de discusión libre,
donde todo el mundo puede opinar, escuchar, discutir, plantear problemas y hacer que la idea
ganadora se plasme en una solución práctica. De esta manera, queda establecido un Régimen
de Opinión.
Entre los autores más destacados del liberalismo clásico se sitúan J Milton, J Locke,
Montesquieu, barón de la Brede, D Hume, A Smith y Bentham. Éste útlimo (Bentham) posee
una máxima que afirma “la mayor felicidad para el mayor número de personas” y donde se
sitúa el Tribunal de la Opinión Pública; éste es una ficción –útil- que actúa como una
verdadera instancia jurídica. Actúa a través de subcomités, como las audiencias ante los
órganos legislativo y judicial, espectáculos teatrales, literatura social y política y, sobre todo,
por medio de la prensa, y entre las funciones específicas, citará la statistic, censorial,
executive y melioration-suggestive function. Él defenderá un Parlamento puramente soberano
y la necesidad de confiar en una opinión pública ilustrada para asegurar la responsabilidad.

2) LAS DECLARACIONES DE DERECHOS


Las declaraciones de derechos van íntimamente unidas a las revoluciones americana y
francesa y son consecuencia de los intereses de una clase (la burguesía), de una ideología (el
liberalismo) y de las influencias de la Ilustración.
Los ideales más importantes del liberalismo son la soberanía, la democracia, constitución,
ley, parlamento, sufragio, etc. Y son estos ideales aquellos que serán declarados en las
constituciones.
La Revolución Francesa es la revolución liberal por excelencia y con ella triunfa la
libertad de expresión. Desde este momento, la opinión pública sale de los círculos ilustrados y
llega a la calle, aunque haya que soportar ciertos manipuladores de la opinión contrarios a la
Revolución. La Declaración de los Derechos de Virginia (1776), la Declaración de Derechos
y la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) recogen la parte más

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esencial del espíritu ilustrado y liberal del siglo XVIII y aquellas libertades relacionadas
directamente con la opinión pública, como la libertad de opinión, de palabra, de imprenta y de
expresión.

3) LOS PRINCIPIOS LIBERALES


La articulación de la opinión pública en el liberalismo viene sustentada por una serie de
principios.
Principios económicos: Laissez faire-laissez passer (libertad de empresa y liberad de
comercio), propiedad privada, libertad de empresa (todo ciudadano puede crear empresas
cuando y como quiera, y pagar los salarios que crea oportuno), libertad de comercio (mercado
regulador a través de las leyes de oferta y demanda).
Principios políticos: son el marco directo que fundamenta la existencia y expresión de la
opinión pública; régimen de opinión, igualdad política (coloca a todos los ciudadanos en el
mismo plano de la ley y se afirma que nadie pude estar por encima de los demás), el origen
del poder está en el pueblo, las libertades civiles (aquellas actividades que afectan a la
libertad privada –de movimiento y de residencia, inviolabilidad de domicilio y
correspondencia, las libertades familiares y la libertad de opinión-), las libertades públicas
(necesitan de los demás para su realización).
La problemática de la limitación del poder surge explícitamente con Locke y Montesquieu,
quienes van a afirmar que para evitar que el poder se vuelva despótico y absoluto se debe
limitar a los gobernantes en el ámbito del poder por un lado, y por otro en el pueblo. El
pluralismo político (aceptar el debate y el enfrentamiento público como un derecho y una
actividad política normal, sobre el supuesto básico de que nadie posee la verdad ni el error
absolutos). Separación del poder económico del poder político (el primero formando parte de
la actividad privada, la sociedad civil y el segundo, de la esfera pública, el Estado).

4) LA ARTICULACIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA EN EL LIBERALISMO

En el liberalismo, la opinión pública debe situarse en las personas privadas, en las opiniones
que emiten los particulares sobre aquellos asuntos de interés general. Ésta se ubica en la
sociedad civil y será en esta privacidad en donde deba surgir el raciocinio que, al hacerse
público y versar sobre la cosa pública, convertirán sus opiniones en opinión pública. La vía de
la razón se convierte en el mejor medio para llegar a la verdad cuando todos participen en el
diálogo público, las opiniones que fluyan en el discurso dejarán de ser un conocimiento
probable o semisaber para convertirse en una de las mejores vías de acceso a la verdad.

Frente a la esfera de lo privado está la esfera de lo público. Quienes ejercen el raciocinio


público representando los intereses de toda la población tienen un interlocutor claro: el
Estado. Por ello, en sus orígenes el concepto de opinión pública es un concepto político y así
se entendió hasta principios de siglo XX. La opinión pública se convierte en la voz de la razón
que expresa y defiende el orden natural y le dice al poder donde debe estar y cómo debe
actuar.

Además, la opinión pública no se agota en la acción formal sino que existe una respuesta
permanente y espontánea de un sector de la población que, actuando como público ilustrado,
razona como personas privadas sobre los asuntos de interés público, manteniendo una actitud
crítica frente al poder.

Sin embargo, el público equivale a propietario, burgués e ilustrado. Éstas son las personas que
han conseguido el status de ciudadano, pueden votar o presentarse como candidatos para

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ocupar un lugar en el parlamento y éstos son los sujetos que forman el público raciocinante
con capacidad crítica para controlar las acciones de gobierno. La opinión pública tiene por
sujeto a una parte minoritaria denominada público burgués e ilustrado y que, pretendiendo
representar el punto de vista de toda la población, no hace sino representar los intereses de su
clase.

Este público demandará del poder público los medios necesarios para hacer oir su voz y de
entre estos medios destacará la educación, el acceso a la información y la articulación de la
vida política;
• La instrucción se presenta como una necesidad para todo el mundo
• El derecho a la información se destaca porque sólo en la publicidad y el raciocinio
público es donde la razón puede alcanzar la verdad
• La articulación de la vida política, especialmente en la elección de sus representantes;
la participación política es posiblemente la característica que mejor define la
democracia y la elección de representantes, además de mostrar que la soberanía reside
en el pueblo, constituye uno de los mecanismos de control del poder.

Supuesto todo lo anterior, es posible el raciocinio y el debate público, primero en el


Parlamento y, segundo, a través del raciocinio público de las personas interesadas en la cosa
pública.

A partir de este momento hemos entrado en la comunicación política. Por un lado, los
ciudadanos hacen llegar sus demandas al poder en la elección de sus representantes, pero si
este diálogo público fuera insuficiente o se quedara truncado por incumplimiento u olvido de
los parlamentarios, siempre queda la opinión pública informal que, directamente o a través de
instituciones intermedias (partidos políticos, etc) hará llegar su voz al resto de la sociedad y al
poder. El sistema político, a su vez, responderá a los ciudadanos con leyes, comunicados,
obligaciones o cualquier otro producto del sistema y será en este ir y venir de mensajes y
acciones mutuas donde la comunicación política se convierta en una parte fundamental del
sistema democrático y la opinión pública se muestre como una fuerza moral y crítica que
vigila y controla los comunicados y acciones del poder.

La opinión pública es el resultado de un proceso raciocinante y público que pretende


conseguir la mejor verdad para la mejor solución política.

II. EL RÉGIMEN DE LA OPINIÓN Y LA PUBLICIDAD PARLAMENTARIA

El régimen de opinión se instaura cuando aparecen los primeros gobiernos liberales del siglo
XIX y se llevan a la práctica los ideales democráticos expuestos por la Ilustración. La
característica fundamental es la libertad de expresión en el público que opina (Mills). Y, si
bien funciona el régimen de autoridad, serán las instituciones democráticas las que posibiliten
la discusión pública, primero entre particulares y, después, en el Parlamento. Autoridad
debatida hace referencia a la esperanza de que la verdad y la justicia surjan de la sociedad
construida como un organismo de discusión libre.

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El pensamiento político y el desarrollo democrático del siglo XIX serán los encargados de
llevar a la práctica los conceptos que definen la esencia del régimen de opinión (soberanía,
voluntad general, ley, limitación y división de poderes, etc). Pero sólo los sabios, y todos
aquellos que pueden actuar como tal, son los encargados de utilizar la razón pública para
llegar a acuerdos sobre asuntos de interés común. El principio de soberanía popular, la
elaboración de leyes, etc., se asientan en el uso público de la razón y en el principio de
publicidad.

Mediante la publicidad parlamentaria se consigue introducir al pueblo en el conocimiento de


las razones que aducen sus representantes en el debate de la cosa pública y la toma de
decisiones que obligan a la población. La información se convierte en educación cívica,
ayudando a la participación política y utilizándose como control político de la actividad del
parlamento.

El Parlamento se convierte en la pieza fundamental del sistema político justificándose en esa


estructura de la opinión pública y de la publicidad burguesa. Hay que entenderlo como un
órgano de la sociedad y no del Estado, como un reflejo del diálogo político de los particulares
y, al convertirse en vehículo de canalización, orientación y expresión de la opinión pública,
debe atenerse a las reglas de la publicidad. EL mandato representativo que ha recibido de
todos los ciudadanos le obliga a dar publicidad de todo aquello que discute y decide.

III. LA REVISIÓN LIBERAL DE LA OPINIÓN PÚBLICA

1) CONSERVADORES Y DOCTRINARIOS
A pesar de todo lo dicho anteriormente surgen los conservadores, doctrinarios, tradicionalistas
o reaccionarios que se basan en un liberalismo conservador que se extiende por toda Europa
rechazando y reinterpretando los principios originarios y poniendo el primer freno al
desarrollo de los derechos y libertades proclamados como universales. Todos harán énfasis en
la puesta en duda o rechazo de la revolución, el respeto a la tradición y el orden, el abandono
de los principios del derecho natural, el apoyo a la monarquía, la estrecha relación entre
sistema político y sistema religioso, la afirmación de las diferencias entre clases y la negación
de las clases populares en las tareas de gobierno. La opinión pública pasa a ser la expresión
del sentimiento e irracionalidad de las masas y, si tiene algo de noble y racional, se le debe
atribuir a las clases minoritarias y aristocráticas que son las que aportan las ideas y dirigen al
resto de la sociedad. (Hume, Burke)

Los doctrinarios mantienen posicionas más moderadas que los conservadores aunque ambos
manifiestan la misma actitud de miedo hacia la realización de los principios liberales. El
liberalismo doctrinario ocupa un lugar importante en la vida política francesa de la primera
mitad del siglo XIX y sus ideales se extienden por otros países. Los doctrinarios apoyan la
restauración monárquica y la constitución, buscan el control y el orden desde la elite
gobernante, defienden principios y elaboran leyes para que el pueblo participe lo menos
posible y no acceda al poder y utilizan expresiones grandilocuentes y estéticas que no hacen
sino ocultar los intereses de la burguesía aristocrática. Con los doctrinarios, la burguesía deja
de ser liberal y se convierte en aquel liberalismo preburgués de libertades estamentales que
nada tiene que ver con las libertades y derechos proclamados en las declaraciones burguesas
(Habermas).

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Frente al poder absoluto que en el pasado tuvo el rey, ahora se defiende el principio de la
representación. Dominará la postura a favor del sufragio censitario. El fundamento del poder
político estará dada por la propiedad (y la instrucción).

La ley de prensa, la electoral y el equilibrio de poderes constituyen los tres pilares del régimen
representativo. Defenderán la división de poderes; la Corona separada de la Cámara y dentro
de los poderes clásicos se aceptarán tantas divisiones como poderes puedan existir. La prensa
será el eje de la publicidad.

La libertad de prensa en los doctrinarios ha de entenderse desde el contexto general de la


sociedad y la razón pública, desde el equilibrio y la moderación y desde el papel que tiene
encomendada la clase dirigente ante el resto de la sociedad.

Los periódicos deben ser encomendados a personas de consideración; sólo aquellos que tienen
capacidad política activa, aquellos que pertenecen a la burguesía cualificada en razón de la
propiedad.

Los grupos tradicionalistas y reaccionarios tienen como objetivo revivir un sistema político
anclado en el pasado. (Trono y Altar)

2) ALEXIS DE TOCQUEVILLE Y J STUART MIL


Ambos autores se inscriben en la corriente que reivindica mayores derechos libertades pero
también manifiestan sus temores ante unas masas y una opinión pública dominante que no
actúa como contrapeso del poder desde la sociedad civil, sino como poder coactivo de las
masas con la inteligencia y racionalidad.

En La democracia en América y El antiguo Régimen Tocqueville expone sobre la igualdad y


libertad en la nueva sociedad democrática y es partidario de la descentralización y del
pluralismo político. El autor reclama “la creación de nuevos poderes intermedios para insertar
eficazmente la opinión pública en la división y limitación de los poderes”.

En las épocas igualitarias “a medida que los ciudadanos se nivelan y asemejan, disminuye la
tendencia de cada uno a creer ciegamente en un hombre o en una clase determinada. Aumenta
en cambio la de fiarse a la masa, y su opinión llega a ser la que conduce el mundo”. “En las
sociedades democráticas, como la de EUA, la omnipresencia política de la mayoría hace
aumentar la influencia de la opinión pública sobre cada uno de los ciudadanos, aunque la
causa principal no haya de buscarse en las instituciones sino el principio de igualdad.

“En nuestros días el ciudadano oprimido no tiene más que un medio de defensa: dirigirse a la
nación entera y si ésta no lo escucha, al género humano. Y no hay sino un medio para hacerlo,
que es la prensa. Por ente, la libertad de prensa es infinitamente más preciosa en las naciones
democráticas, ella sola remedia la mayoría de los males que pueda producir la igualdad. La
prensa es el instrumento democrático por excelencia de la libertad”.

J Stuart Mill ocupa la línea divisoria entre el primer liberalismo inglés y el revisado o
modernizado como consecuencia de la industrialización y la ampliación de derechos y
libertades públicas.

El autor da su aprobación a todos los movimientos que se alzan contra la aristocracia del
dinero, del sexo y del color, contra la democracia minoritaria de los podeedores de

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mercancías, contra la plutocracia de la gran burguesía y da su apoyo a la ampliación del voto.


Sin embargo, ante el aumento del poder de las masas, lamentará el yugo de la opinión pública.

La defensa de la libertad se refiere primero al dominio interno de la conciencia (libertad de


pensamiento, sentimiento y expresión), segundo a la libertad e nuestros gustos, determinación
de nuestros propios fines y en tercer lugar, a la libertad de asociación.

El objetivo del autor es lograr una opinión pública auténticamente tolerante, que valore las
diferencias de puntos de vista, que limite la medida de acuerdo que exija y que acoja las
nuevas ideas como fuentes de descubrimiento. La amenaza a la nueva libertad que Mill temía
no era del gobierno, sino de una mayoría intolerante.

La opinión pública no es sino la expresión de las masas y de su poder. Ha perdido toda su


dimensión racional emancipadora y elitista para convertirse en una instancia opresiva de las
masas que utiliza las oportunidades que le ofrecen las vías democráticas para dar rienda a sus
instintos.
El Parlamento, para el autor, es el lugar de discusión, sonde los hombres ilustres elegidos por
el pueblo representan todas las posibles corrientes de opinión “el Parlamento es el lugar donde
no solamente la opinión de la nación, sino también la opinión de las diversas partes de la
nación, y en la medida de lo posible, de los hombres más egregios del país, puede
manifestarse públicamente y provocar la discusión.

BÉJAR - Rousseau
“Rousseau: opinión pública y voluntad general”

“J. J. Rousseau (...) con su Discurso sobre las ciencias y las artes (...) se revela contra la
Ilustración, sus protagonistas, su ideología y el papel nefasto de la cultura.
La civilización – dice – ha traído la alienación al hombre y la cultura ha desnaturalizado su
estado primitivo (...) La cultura y su portavoz, la opinión pública, no son, sin embargo, la
causa de los males, sino la consecuencia de una situación que encuentra su raíz en la
desigualdad humana. Esta idea la desarrolla en el Discurso sobre el origen y los fundamentos
de la desigualdad entre los hombres (...) En el primer Estado el hombre evoluciona de una
situación autónoma, individual y aislada (nomadismo) a una situación grupal. Se vuelve
sedentario, se ubica en el espacio formando comunidades y a través de las relaciones
interpersonales y el uso del lenguaje va creando un nuevo espacio simbólico y social que
posibilita la entrada de lo público y la opinión pública. Las relaciones son directas y
espontáneas y el espíritu comunitario resultante responde a los deseos individuales; por ello,
la opinión pública es auténtica y muy distinta a la opinión de los ilustrados.
En el tránsito del paleolítico al neolítico el hombre se separa de su espacio-entorno,
empieza a organizarse, aumenta el progreso económico y, como consecuencia, surge la
necesidad de acumular riquezas y el deseo de agradar. La pérdida del Estado de
Naturaleza ha traído el reino de la ficción y de las apariencias y la opinión pública ha
perdido su carácter de representación colectiva para transformarse en opinión privada de
los poderosos (...)
Rousseau (...) busca un nuevo tipo de sociedad donde el Estado de Naturaleza se
reencuentre con el Estado Social, sociedad ideal que describe en El contrato social. La
nueva sociedad se basa en un contrato donde las personas, libre y espontáneamente,
entregan su libertad para unirse en una nueva mentalidad común que llama «voluntad
general»: «Cada uno de nosotros – dice Rousseau – pone en común su persona y todo su
poder bajo la suprema dirección de la voluntad general; y nosotros recibimos

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corporativamente a cada miembro como parte indivisible del todo». Este gesto de
solidaridad y de «entrega incondicional al espacio público conlleva la solución de la
contradicción entre la conciencia privada y el ser social», transformando al «individuo»
(particular) en «ciudadano» (público)” [Monzón: 47 y 48].
El objetivo del texto es analizar el concepto de Opinión Pública, rastreando su evolución en
los principales escritos rousseaunianos y visualizar las consecuencias teóricas que conlleva.
Los textos a trabajar son:
1) Discurso sobre las ciencias y las artes
2) Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres
3) El contrato social

1) Discurso sobre las ciencias y las artes


En su primer Discurso, Rousseau acomete una dura crítica contra la Ilustración, que tras la
apariencia de libertad y progreso, ha caído en un estado de hipocresía y corrupción absolutas:
“(...) la cultura es el mundo de la apariencia (...)” [Béjar: 194].
Naturaleza vs Cultura
El autor critica las consecuencias de la civilización. Según explica, la cultura se opone a la
naturaleza y produce un nuevo ser humano desnaturalizado y escindido de su propia
existencia social. Como ser social, vive pendiente de las formas y la Opinión Pública,
tratando de dar una imagen al gusto de los demás hasta el punto de prescindir de la moral
si con ello gana prestigio o fama → DESPERSONALIZACIÒN: “(...) desde el momento en
que el individuo vive pendiente de la mirada de los demás, ya no es él, es un ser-para-los-
otros” [Béjar: 194] [ALIENACIÓN].
Sin embargo, la cultura (y su portavoz la Opinión Pública) no es la causa del mal; la
genealogía del mal nace de un problema social: la desigualdad, que engendra riqueza, lujo
y ocio. Se hace necesario, entonces, investigar el proceso que da lugar a esta desigualdad.

2) Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los


hombres
Así, nos remitimos al segundo Discurso donde Rousseau hace la reconstrucción hipotética del
proceso de paso del hombre como ser natural e independiente al individuo civilizado, ansioso,
inseguro y progresivamente dependiente.
Se distinguen dos espacios:
NATURAL (fases)
– En el Estado de Naturaleza los hombres, originariamente autónomos, viven de forma
individual, aislada; prima la “sociabilidad reflexiva”: los contactos son efímeros y dependen
de las necesidades del momento.
– La «primera revolución» [revolución agrícola] coincide con el Paleolítico: el nomadismo
ha terminado y los hombres se asientan. Esta «edad de oro» supone un espacio afectivo, un
tiempo feliz que contiene la libertad del estado anterior; esta «sociedad natural» se guía por
las costumbres. Es en esta época cuando se origina la opinión pública, nacida del continuo
contacto que supone la vida grupal; la opinión es realmente pública por ser colectiva.
SOCIAL (fases)
– La «segunda revolución» [aparición de la propiedad], que se sitúa históricamente en el
Neolítico, lleva a una separación radical del hombre con su espacio-entorno: los hombres
empiezan a relacionarse y surgen las formas de organización. El aumento de las necesidades
inaugura el reino de la apariencia; así, el hombre se escinde luchando internamente entre su
verdadera naturaleza y sus nuevas necesidades ficticias; cada individuo, en competencia con
los demás, debe tenerlas o simularlas en una absoluta dependencia de la Opinión Pública.

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Aparece la ansiedad por agradar, la necesidad de acumular bienes y fama, la urgencia por
mostrar el propio valor. En este sentido, la opinión pública está formada por ciertos
individuos: aquellos que juzgan precisamente en función del poder (traducido principalmente
en propiedad) que tienen.
“(...) la opinión primitivamente pública de la comunidad se transforma en opinión privada de
los poderosos que hacen valer sus criterios al conjunto de la sociedad (...) la colectividad (...)
se siente enajenada de su voluntad y juicio por la imposición de unos criterios que, no siendo
los suyos, pretende representarla (...) [Béjar: 196].
– Consecuentemente, aparecen la desigualdad y la guerra; el espacio se llena de relaciones
sociales y económicas cada vez más complejas (división del trabajo, explotación del espacio
natural, apropiación del excedente, propiedad privada, instauración de la ley, gobierno
político) hasta que este proceso de degeneración culmina con la instauración de un contrato
injusto. El autor extrae dos conclusiones principales (de esta exposición): por un lado, la
cultura propicia el desarrollo del hombre y a la vez lo degenera; por otro, la moralidad
del hombre natural ha sido reemplazada por la inmoralidad que representa vivir no para
sí, sino de cara a la Opinión Pública. Ante esta crítica sólo cabe una solución:

3) El contrato social
Rousseau construye un modelo de sociedad ideal en El contrato social, que supone la
instauración del Estado de Naturaleza en el estado social, la renaturalización de la historia
por medio del artificio político.
El contrato es una construcción teórica que tiene principalmente dos funciones: una
dimensión normativa, en tanto que «entre de la razón» que armoniza naturaleza y cultura, así
como un modelo útil para juzgar la perversión actual, y una dimensión liberadora, puesto que
a través de él la historia deja de ser sufrida para ser vivida como gozosa construcción común.
Se trata de que la colectividad cree una sociedad voluntariamente.
El contrato social es un tratado sobre la legitimidad del poder, planteado como algo
voluntario y libre, poder capaz de unir la seguridad, perdida en el espacio social cuando la
vida se convierte en una jungla de intereses en lucha, y la libertad, perdida en el espacio
natural y jamás reencontrada.
En la nueva sociedad, el individuo vive enteramente para la política, convertida en moral y
práctica vital en la que todos participan, cediendo su vida privada por completo a la esfera
pública que les permite realizar su destino común. La cláusula fundamental de este
contrato es la negación conjunta de la libertad de cada uno; la entrega incondicionada al
espacio público. “(...) la construcción de esta sociedad perfecta, libre y voluntaria, cimentada
en el apoyo claro y unánime de la colectividad, en la «voluntad general», conjunto de
sujetos que han consentido en ser borrados para acceder al ámbito de la verdad y así salvar
la historia del hombre, en un acto de suprema redención a través del Estado (...)” [Béjar: 197].
Necesariamente se modifican las principales categorías conceptuales:
› libertad: “(...) en el principio, cuando el hombre era un ser aislado y moralmente indiferente
y primaba el instinto había «libertad negativa», es decir, no reconocida, definida o
institucionalizada (...) Mucho tiempo después, en un espacio civilizado y competitivo, donde
priman la razón y la astucia, existe la «libertad del ser privado», que será sustituida por la del
ciudadano, la «libertad del ser público», que se caracteriza por una obediencia voluntaria a los
límites de la ley, es la libertad (...) del contrato social” [Béjar: 197].
› ley: es el supremo criterio de justicia en la comunidad.
› Estado: es un fin en sí mismo, en cuanto realización colectiva del bien en la historia.
› moral: “(...) de la amoralidad del hombre en soledad, independiente para pensar y actuar, de
esta «amoralidad negativa» por innecesaria en una vida no conflictiva, se pasa a la moralidad
pública de un individuo-masa que obedece a la ley (...)” [Béjar: 197].

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› Opinión Pública: “(...) la opinión pública tiene que ser auténticamente democrática (ha de
refrendar el poder soberano de la voluntad general, por lo que se superaría la injusticia
originaria de un gobierno que nació del abuso) y colectiva (ser la voz del pueblo en el
ejercicio mismo de su comunicación, para rebasar la opinión minoritaria de los círculos
ilustrados, propia de la civilización degenerada)” [Béjar: 198].
Existe una estrecha relación entre opinión, costumbres y ley: Rousseau insiste en la opinión
pública cuyo control por medio de la censura revierte en la purificación de las
costumbres. Así, actuando sobre el juicio moral de los hombres (por medio de la
manipulación del pensamiento o de su mera contención), se purifican las costumbres (que se
mantendrán firmes si las leyes también lo son). A través de la censura, que actúa como
correctivo de la opinión, se fuerza a los individuos a desprivatizarse y convertirse de buen
grado en «voluntad general».
Por lo tanto, haciendo coincidir el pensamiento de cada individuo y su conducta con la
voluntad general [unanimidad de opiniones], éste debe rendirse al Estado. La Opinión
Pública es dominio total del Estado y de sus aparatos ideológicos. “Rousseau define esta
opinión pública como el juicio de la masa sobre asuntos generales, del mismo modo que la
voluntad general es la acción conjunta de la colectividad” [Béjar: 199].
La Opinión Pública tiene, entonces, dos funciones principales:
a) ser árbitro moral de la sociedad a través de la censura
b) formular la voluntad de la sociedad elaborando leyes a través del legislador
La opinión pública se convierte en aclamación constante de la voluntad general de un Estado
cuya perfección no se cuestiona.

PALEOLÍTICO NEOLÍTICO CONTRATO


SOCIAL
PERCEPCIÓN positiva negativa positiva
NACIMIENTO conversación núcleos de poder voluntad general
colectiva (Estado)
FUNCIÓN sociabilización imposición de - árbitro moral de las
los grupos costumbres
dominantes - dicta leyes
¿ES sí, porque es no, porque se sí, porque es la
VERDADERAMENTE colectiva privatiza expresión del todo
PÙBLICA?
* Béjar: no, porque
no hay disenso

* Crítica hecha por Béjar: “(...) seguiremos la hipótesis de Habermas que «descubre» que la
opinión a la que Rousseau se refiere en El contrato social no tiene nada de pública, sino todo
lo contrario (...) cabe preguntarse: ¿Dónde queda este sujeto que ha entregado al ser público
su personalidad, su libertad, su moral y se ha tachado a sí mismo en aras de una comunidad
que siente como profundamente suya en tanto que conjunto de voces, dónde queda si su
juicio, su criterio, su sentir tampoco van a ser suyos? (...)” [Béjar: 198].
• Se elimina la discusión pública.
• Se obvian las contradicciones.
• La crítica es considerada como traición.
ROUSSEAU otro

Definición de opinión pública.

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Existen diferentes concepciones de opinión pública en Rousseau.


En “Discurso sobre el origen(…)” explica el proceso de evolución del hombre, en base a dos etapas:

1)  Estado de Naturaleza: seres aislados. No hay opinión pública


 Paleolítico- 1º Revolución: el hombre se asienta, surge la familia y los primeros
intercambios. Preocupación por lo que el otro piense de uno. Las diferencias son únicamente
biológicas. Surge una Opinión Pública positiva.
2)  Neolítico- 2º Revolución: surge la propiedad privada (fuente de todos los males). Con el
progreso económico surge la sociedad política. Surge una nueva Opinión Pública negativa
 Contrato injusto: que plasma la desigualdad entre los hombres surgida en el período anterior.

La solución para este contrato injusto es un nuevo contrato social, en el que los hombres renuncien a
sus libertades individuales para someterse a la voluntad general en pos del bien común. La voluntad
general es constituida por todos. No hay lugar para la pluralidad de opiniones.

La opinión pública aparece ligada totalmente a la voluntad general. La opinión pública es, a partir del
Contrato Social, el juicio de la masa sobre los asuntos generales, del mismo modo que la voluntad
general es la acción conjunta de la colectividad, orientad al bien común.

Sujeto de la opinión pública y noción de “lo público”.

El sujeto de la opinión pública es la comunidad como un todo, es la voluntad general. No hay lugar
para una opinión pública privada, particularista o elitista, ya que el individuo ha renunciado a sus
libertades individuales para someterse a la voluntad general, en pos de la realización del bien común.

Valoración de la opinión pública.

Al tener diferentes concepciones de opinión pública, existen diferentes valoraciones. La opinión


pública del Paleolítico (edad de oro) es positiva, ya que solo en esta instancia es realmente pública,
por ser colectiva; no es una opinión minoritaria. Luego, la opinión pública que surge en el Neolítico, a
partir de la segunda revolución, y que es consecuencia de los progresos económicos y del surgimiento
de la propiedad privada, es vista de manera negativa, ya que es una opinión privada, de los poderosos,
elitista. A partir del Contrato Social, surge una opinión pública positiva, en tanto la opinión pública
encarna la voluntad general, que está orientada al bien común, y es una opinión verdaderamente
colectiva y pública, sin lugar para el elitismo y la desigualdad.

Función de la opinión pública.

La opinión pública tiene dos funciones:


1) Ser árbitro moral de la sociedad. Es decir, tiene una función de control social. El mecanismo
a través del cual lo será es el de la censura. Esta mantiene las costumbres evitando que las
opiniones se corrompan.
2) Formular la voluntad de la sociedad. Esto lo hará a través de la elaboración de las leyes, a
través del legislador. Dichas leyes estarán orientadas a purificar las costumbres, para retornar
al Estado de Naturaleza.

Opinión pública y el Estado.

El Estado surge del Contrato Social. A partir de un contrato voluntario entre parte surge el gobierno,
es decir, se establece la representación política: los ciudadanos delegan tareas públicas a los
representantes por cuestiones de eficacia. Pero el gobierno es solamente en torno al Poder Ejecutivo.
Quien encarna la voluntad general es la ley, que a su vez refleja la opinión popular. En este sentido, los
representantes son solo “comisarios” de la voluntad general.

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Bejar - Otro
HELENA BEJAR “ROUSSEAU: OPINIÓN PÚBLICA Y VOLUNTAD GENERAL”
Rousseau acomete una crítica contra la Ilustración que en su apariencia de libertad y progreso
ha llevado a un estado de hipocresía y corrupción. Rousseau critica las consecuencias de la
civilización, la división de la realidad entre un ser y un parecer. Por debajo de la apariencia,
del lujo y el egoísmo, para Rousseau la esencia del hombre permanece. Propone dos luchas,
una individual moral interna y otra la liberación colectiva.
El individuo esta escindido de su propia naturaleza, vive pendiente de la mirada de los demás,
es un ser-para-los-otros. Como consecuencia de este temor, las relaciones humanas pierden
espontaneidad, todo se halla bajo la omnipotencia de la mirada de la opinión pública. La op
no es la causa del mal, sino su consecuencia más palpable, la real causa del mal es la
desigualdad.
La opinión pública se origina durante la “edad de oro” que supone Rousseau. En este
momento la opinión es realmente pública, es colectiva. Sin embargo contiene el germen de la
des igualación, de la apariencia.
Al finalizar esta etapa, comienza la sociedad política, donde la opinión pública será ilustrada,
formada por una elite en pos de su poder (propiedad). Este estado lleva al hombre a un
proceso de degeneración que decanta en un falso contrato. Hay dos conceptos de op entonces,
una primitiva que sería “verdadera” y otro posterior que es de una elite que traiciona a la
colectividad.
Como solución a esto Rousseau propone el contrato social que supone la restauración del
estado de naturaleza. Dentro del contrato el hombre vive enteramente para la política ahora
convertida en moral y práctica vital. Esta sociedad supone implícitamente una verdadera
participación, la opinión pública tiene que ser auténticamente democrática y colectiva.
El contrato social se basa en una noción fundamental de voluntad general, por medio de la
cual desaparecen los individuos aislados y se integran en una voluntad común. El individuo
privado se funde en el público. El problema de la opinión pública se relaciona con el
problema del poder, en principio el reino de la esfera pública debería significar la
desaparición de la dominación pero en cambio se eleva a la voluntad general al rango de un
“nuevo tirano” (crítica de Bejar)
Si los liberales desechan las costumbres, para Rousseau son centrales. Hay una estrecha
relación entre opinión, costumbres y ley: Rousseau invierte la relación costumbres-op y la op
aparece como censura por medio de la cual se purifican las costumbres, contrario a los
liberales clásicos.
A través de la censura, que actúa como correctivo de la opinión, se fuerza a los individuos a
convertirse a la voluntad general. La disensión con la voluntad general es vista como error de
egoísmo ya que moral y razón son inseparables.
En este sentido Bejar se une a la crítica de Habermas, diciendo que Rousseau no está
pensando en una opinión pública sino todo lo contrario, desea un sistema político que niegue
la opinión pública. Las críticas son consideradas traición, las contradicciones se ignoran y no
hay discusión pública.
Funciones de la opinión pública:
1. Ser al árbitro de la sociedad a través de la censura. La censura mantiene las
costumbres evitando que se corrompan. La op no es ni libre ni irreflexiva (como creen
los liberales) para Rousseau es un medio de control en manos del Estado.

2. Formula la voluntad de la sociedad elaborando leyes a través del legislador.

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La opinión pública es la voz del Estado que se caracteriza por su extensión en todas las
esferas y se hace portavoz de una comunidad que ha logrado unir en armonía perfecta
hombre y ciudadano.
Rousseau – Maquiavelo
Mientras que para Rousseau la separación ser – parecer implica una contradicción, para
Maquiavelo la apariencia es algo válido (doble moral), para este la desigualdad es un motor y
para Rousseau es una corrupción. La apariencia para Maquiavelo es la actividad principal en
el campo de lo público, que es el único campo que interesa en la lógica comunitaria.

TOCQUEVILLE
“La democracia en América”
El autor destaca el IMPERIO / PODER DE LA MAYORÍA como correspondiente a la
esencia misma del gobierno democrático. Éste será un concepto clave en su obra, definido
como predominante e irresistible.
“El imperio moral de la mayoría se funda en (...) la teoría de la igualdad (...) se funda también
sobre este principio que los intereses el mayor número deben ser preferidos a los del menor”
[Tocqueville: 108].
Tocqueville basa su teorización en el estudio que hiciera sobre la sociedad norteamericana.
Allí, prima la poca garantía contra la tiranía [de la mayoría]. Es justamente la Opinión
Pública la que forma dicha mayoría. En tanto ésta última se mantiene dudosa, la gente
habla; pero en cuanto se ha pronunciado irrevocablemente, todo el mundo se calla. Se sigue
de esta idea que “(...) la mayoría está revestida de una fuerza, a la vez material y moral, que
actúa sobre la voluntad tanto como sobre las acciones, que impide al mismo tiempo, el hecho
y el deseo de hacer” [Tocqueville: 115] . La mayoría traza un círculo formidable alrededor
del pensamiento, viviendo en una perpetua adoración de sí misma.
Claramente, se entiende que la mayoría se desarrolla dentro de un gobierno democrático,
donde la propensión a la igualdad es irrefrenable. En consecuencia, se hacen necesarios
determinados elementos para conservarlo:
– una forma federal, que permite a la Unión gozar del poder de una gran república y la
seguridad de una pequeña;
– unas instituciones municipales, que moderan el despotismo y al mismo tiempo, dan al
pueblo la afición a la libertad y el arte de ser libre;
– un poder judicial, que sirve para corregir los extravíos de la democracia y disminuir los
movimientos de la mayoría [aunque no llega a detenerlos].
El principal: las costumbres (entendidas como los hábitos del corazón, las diferentes nociones
que poseen los hombres, las diversas opiniones que discurren entre ellos, es decir: todo estado
moral e intelectual de un pueblo). “Son, pues, particularmente, las costumbres las que hacen a
los americanos de los Estados Unidos únicos entre todos los americanos, capaces de soportar
el imperio de la democracia (...)” [Tocqueville: 143].
Las costumbres permiten el mantenimiento de las leyes y éstas, del régimen de gobierno. El
secreto está dado en que las instituciones democráticas son introducidas prudentemente en la
sociedad, mezclándose poco a poco con los hábitos y fundiéndose con las opiniones mismas
del pueblo; de esta manera, logran subsistir.
 Opinión Pública = OPINIÓN DE LA MAYORÍA (NO DEBATE); ES UNA FORMA
DE CONTROL SOCIAL.
La Opinión Pública se circunscribe al sistema político. Por ello, el sujeto de la Opinión
Pública es el ciudadano; éste internaliza la Opinión Pública y “teme” expresarse en tanto su
opinión no coincida con ella.
La Opinión Pública coacciona al individuo; fija límites a la libertad [individual].

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 Tocqueville entiende la democracia como igualdad de condiciones; un modo de ser de la


sociedad. Es, según lo define, un proceso irresistible e irreversible. En este sentido, EEUU es
su “ideal de democracia” puesto que allí la pasión por la igualdad es intrínseca: al no haber
sufrido revoluciones democráticas y haber nacido todos iguales comparten desde el comienzo
un sistema de creencias, valores, ideales y nociones [Adrogué lo definiría como la “ideología
americana o american creed] que les permite la unidad. Son hábitos, costumbres que los
habitantes del suelo norteamericano han ido internalizando a través del tiempo y les brindan la
seguridad de la identificación mutua como nación. A partir de estos valores y máximas
(morales) + su tendencia natural a la igualdad han estructurado un ordenamiento político
basado en la equidad y la libertad.
Sin embargo, la igualdad tiene desventajas: al establecer una uniformidad de ideas, suscita
menos el pensamiento individual y ubica la verdad donde está la mayoría. Como
consecuencia, el hombre deja de pensar por sí mismo, convirtiéndose en parte de la “masa”,
pero simultáneamente exacerba su individualismo en el plano privado.
Socialmente, la mayoría centraliza el poder de decisión y ejerce un despotismo sobre aquellos
que piensan u opinan diferente. La Opinión Pública esbozada desde la cúpula presume el
mantenimiento del orden por medio de un control social [sobre el pensamiento individual].
Siguiendo el trazado teórico de Tocqueville, se infiere que la relación entre democracia y
costumbres es muy estrecha: en tanto la democracia exalta los valores de igualdad y unidad,
se sustenta en ese sistema de creencias e ideologías comunes que permiten la vinculación de
unos individuos con otros a través de concebirse como miembros de una misma nación, que
piensan, sienten y actúan parecido. Aquel que intentara transgredir este orden y expresarse
contrario a la opinión mayoritaria [es obvio que si piensan, sienten y actúan parecido, los
hombres necesariamente van a compartir sus opiniones] es visto como un hereje y traidor a
los valores tradicionales. Es que justamente la tradición y la costumbre son valores fundantes.

Tocqueville, OTRO RESUMEN


Dentro de la corriente liberal. Lo preocupa la omnipotencia de la mayoría en sociedades democráticas.
Centra su análisis en el caso de Estados Unidos.

Vicio del gobierno democrático: permite el imperio de la mayoría. El imperio de la mayoría se funda
en la idea de que hay más racionalidad en muchos hombres reunidos que en uno solo, y en que los
intereses de la mayoría deben ser referidos a los de la minoría.  por ello, la mayoría posee un
inmenso poder de hecho y de opinión.

Tocqueville está de acuerdo con que debe establecerse un poder superior a todos los demás, pero
plantea que cuando ese poder no encuentra ningún obstáculo, la libertad se encuentra en peligro.
Cuando se le concede a un poder (ya sea democracia, monarquía, aristocracia) el derecho de hacer
todo, sin límites, ahí está el germen de la tiranía. La crítica al gobierno democrático no es el exceso
de libertad, sino la falta de garantías contra la tiranía de la mayoría (y esto incluye la tiranía de la
opinión pública).

Efectos de la omnipotencia de la mayoría:


- hace más inestable la ley (favorece el despotismo legal del legislador)
- favorece la arbitrariedad de los funcionarios públicos.
Como solución al problema de la democracia, Tocqueville va a plantear que una democracia podrá
seguir siendo libre a través de:
- las leyes
- las costumbres: esto es el estado moral e intelectual de un pueblo. Sus diferentes nociones,
opiniones e ideas. A través de las costumbres los ciudadano pueden soportar el imperio de la
democracia.

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Definición de opinión pública.

La opinión pública, o el juicio público, es la que forma la mayoría. Es expresión de esa mayoría. La
opinión pública, al ser la de la mayoría, encarna la omnipotencia de la mayoría, y por lo tanto deja de
ser un instrumento emancipador para convertirse en fuerza de opresión.

Sujeto de la opinión pública.

El sujeto de la opinión pública son los individuos, que componen la mayoría. La opinión pública es la
que forma la mayoría.

Valoración de la opinión pública.

La opinión pública es vista de modo peyorativo. Ante la omnipotencia de la mayoría, un hombre sufre
una injusticia no puede acudir a la opinión pública, ya que ella es la que forma la mayoría. Así como
tampoco puede acudir al cuerpo legislativo, ya que este representa a la mayoría y la obedece
ciegamente. No puede acudir al poder ejecutivo, ya que este es la mayoría bajo armas. No puede
acudir al jurado porque este es la mayoría revestida del derecho a pronunciar sentencias. Es decir, el
Estado encarna la mayoría, que está conformada por la opinión pública, mayoritaria, opresiva.

Contra la tiranía de la opinión pública, Tocqueville plantea que la prensa (medios de comunicación)
será el instrumento por excelencia para garantizar la libertad.

Proceso de formación de la opinión pública.

La mayoría ejerce un poder importante sobre el pensamiento, lo moldea y lo delimita.

En sociedades basadas en la igualdad, los ciudadanos tienden a confiar más en la opinión de la


mayoría que en la de un solo hombre o clase determinada. En estas sociedades, la omnipotencia de la
mayoría hace aumentar la influencia de la opinión pública sobre los ciudadanos. Y la causa de esto es
el principio de la igualdad. Fuerte relación entre la idea de mayorías, igualdad y opinión pública.

Tocqueville - Otro
Corresponde a la esencia misma de los gobiernos democráticos que el imperio de la mayoría
sea absoluto. La legislatura es de todos los poderes políticos el que más a menudo obedece a
la mayoría. El imperio de la moral de la mayoría se funda sobre esta idea que hay más luces y
serenidad en muchos hombres que en uno solo. También se funda sobre el principio de que los
intereses del mayor número deben ser preferidos sobre los del menor.

Tiranía de la mayoría
Para Tocqueville es detestable la máxima de la que la mayoría de un pueblo tiene derecho a
hacerlo todo, sin embargo pone en la mayoría el origen de todos los poderes. La justicia forma
el límite al derecho de cada pueblo. Lo que le preocupa no es la mayoría, sino la falta de
garantía contra la tiranía.
El pensamiento es un poder invisible. En tanto la mayoría se mantiene dudosa, se discute.
Cuando se ha pronunciado irrevocablemente, todo el mundo calla. La mayoría esta revestida
de una fuerza moral y material que actúa sobre la voluntad como sobre las acciones, impide el
hecho y el deseo de hacer. La mayoría traza limites alrededor del pensamiento (id en paz os
dejo la vida pero os la dejo peor que la muerte).

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Costumbres y mantenimiento de la democracia


Considera Tocqueville a las costumbres como una de las grandes causas generales del
mantenimiento de la república Democrática. Llama costumbres a las diferentes nociones
que poseen los hombres, a las diversas opiniones que discurren entre ellos y al conjunto
de ideas en que se forman los hábitos de espíritu. Son las costumbres de los americanos las
que les hacen poder soportar el imperio de la democracia y son la razón de su prosperidad. La
democracia es una forma de vida más que un régimen. Las costumbres, las leyes y las
circunstancias o causas físicas son lo que permiten el desarrollo de la democracia.
Para Tocqueville el remedio contra la tiranía es la democracia, si bien tiene defectos, su meta
es demostrar que las leyes y sobre todo las costumbres de un pueblo democrático le permiten
seguir siendo libre.

STUART MILL
“Sobre la libertad”
El autor aboga por la libertad individual, puesto que entiende que “(...) el libre
desenvolvimiento de la individualidad es uno de los principios esenciales del bienestar”
[Stuart Mill: 127]. Así, en las cosas que no conciernen a los demás debe ser afirmada la
individualidad; ya que donde la regla de conducta son las tradiciones o costumbres, falta uno
de los principales elementos de la felicidad humana y del progreso tanto individual como
social.
LA OPINIÓN DEBE SER LIBRE – LA UNANIMIDAD DE OPINIONES NO ES
DESEABLE.
El seguir las costumbres desarrolla caracteres ordinarios, sin práctica alguna en la facultad de
discernir, desear lo mejor, decidir, prever y determinar. No permite el ejercicio de las
capacidades propias y únicas de cada ser humano.
Stuart Mill considera que la sociedad actual [de su tiempo] sufre de la falta de impulsos y
preferencias personales; el espíritu se doblega a la conformidad; la singularidad de gusto o la
excentricidad de conducta se evitan como crímenes; no se tienen ideas ni sentimientos
propios; en conclusión: no hay voluntad propia.
Los individuos están perdidos en la multitud. A través de la Opinión Pública, la masa
gobierna al mundo ejerciendo una «tiranía de la opinión».
Frente a esto, “(...) es sólo el cultivo de la individualidad lo que produce, o puede producir,
seres humanos bien desarrollados (...)” [Stuart Mill: 136]; esto, a su vez, permitirá que cada
persona, al alcanzar un mayor valor de sí misma, es capaz de adquirir [y dar] un mayor valor
para los demás. Se da una mayor plenitud de vida en la propia existencia y cuando hay más
vida en las unidades, hay también más vida en la masa que se compone de ellas. Además, una
sociedad que estima la originalidad permite la aparición de hombres de genio: alientan la
libertad, la innovación; experimentan y dan lugar a un mejoramiento en las prácticas
establecidas; introducen cosas buenas que antes no existían y además, dan vida a las ya
existentes.
En este tipo de sociedad DEBE PRIMAR LA INDEPENDENCIA DE LA ACCIÓN Y EL
MENOSPRECIO DE LA CONSTUMBRE.
Es claro que Stuart Mill tiene una concepción negativa de la costumbre, ya que “es el
eterno obstáculo al desenvolvimiento humano”; está en contra del espíritu de progreso. Lleva
a la sumisión, el acatamiento y la obediencia. Tiende a lo ordinario (circunstancias y

 Más individuales que los demás, tienen originalidad de pensamiento y acción.

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caracteres) que no permiten desarrollar el propio discernimiento, el autodominio, las


potencialidades. Doblega el espíritu (individual).
El despotismo de la costumbre se vale del régimen de opinión para anular la pluralidad, la
diversidad de individuales y originar un “pueblo uniforme” regido por las mismas máximas,
reglas y pensamientos.
 En este punto, su oposición con Tocqueville es clara ya que éste considera a las costumbres
como un instrumento para frenar el avance tiránico de la mayoría en el sentido de adaptarla a
los hábitos y leyes vigentes. Sin embargo, ambos coinciden en su caracterización de la
Opinión Pública como elemento coactivo [control interno (temor) y externo]. Buscan la
protección contra la arbitrariedad de las mayorías.
Mientras Tocqueville centra su “preocupación” en un tono político-institucional, Stuart Mill lo
hace más a nivel social. LA Opinión Pública ES MAYORITARIA; SE IMPONE Y ANULA
LAS MINORÍAS, LA OPOSICIÓN, LO DIFERENTE. Ejerce una «coacción moral» sobre
estos grupos.

Mill - OTRO Resumen


Al igual que a Tocqueville, le preocupa el tema de la libertad en las sociedades democráticas. Los dos
elementos centrales para el desenvolvimiento humano son la libertad y la variedad de situaciones.
Para Mill, la libertad está íntimamente asociada con la variedad, con la diversidad de opiniones (la
libertad de formar una opinión propia). Para que pueda haber libertad debe haber lugar para expresar
las diferencias.

El principal mal de las democracias contemporáneas que estudia, es que restringen la individualidad,
la espontaneidad, la singularidad, y por ende, la variedad.

¿Por qué hay una tendencia a la homogeneización, a la supresión de la diversidad? Porque hay una
tendencia de la humanidad a la moderación. El ser humano tiende a prescribir reglas generales de
conducta y adaptarse al modelo aprobado. Esto lo llama el despotismo de la costumbre, que se vuelve
un obstáculo para el desenvolvimiento humano. (aquí la costumbre tiene un sentido negativo). Se vive
bajo la mirada de la censura de la masa.

Detecta influencias hostiles a la individualidad, que hacen que las circunstancias que rodean a los
individuos sean cada vez más análogas:
- cambios políticos que favorecen a la igualdad
- medios de comunicación (favorecen a la homogeneización)
- comercio y manufacturas
- establecimiento de la ascendencia de la opinión pública en el Estado (influencia más
poderosa).  A medida que en los políticos desaparece la idea de resistir a la voluntad del
público, no queda ningún poder interesado en proteger las opiniones que disienten del público.
(concepción elitista de lo que debería ser).

En este sentido, la opinión pública es el poder de las masas, y de los gobiernos que encarnan las
tendencias de las masas. La opinión pública gobierna al mundo.

Aquellos cuyas opiniones forman la opinión pública no son siempre la misma clase de público (son un
sector), pero siempre son una masa (una “mediocridad colectiva”).

La opinión de la masa de hombres ordinarios está siendo el poder dominante. El individuo está
perdido en la multitud. Mill plantea que el contrapeso correctivo de esta situación está en el poder de
las individualidades, en los hombres de genio, excéntricos.

Definición de opinión pública.

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La opinión pública es el poder de las masas, y de los gobiernos que encarnan las tendencias de las
masas.

Sujeto de la opinión pública.

El sujeto de la opinión pública es la masa, las multitudes. No son siempre la misma clase de público
(son un sector), pero siempre son una masa (una “mediocridad colectiva”). Es la multitud, que tiende a
la moderación, a la mediocridad, a la anulación de la singularidad y la diversidad.

Valoración de la opinión pública.

La opinión pública tiene una lectura peyorativa, ya que encarna la tendencia de la multitud, anulando
la posibilidad de individualidades y variedad de opiniones. Esto es un fuerte obstáculo para el
desenvolvimiento humano.

Rol de los medios de comunicación.

Los medios de comunicación cumplen la función de conectar a los individuos, y favorecen a la


tendencia de homogeneización de la sociedad y de la opinión.

Relación entre opinión pública y decisores políticos.

Plantea que la opinión pública gobierna al mundo. Los gobiernos representan las tendencias de la
opinión pública.

Mill – Otro
Las acciones no pueden ser tan libres como las opiniones. Incluso las opiniones pierden su
inmunidad cuando las circunstancias en las que son expresadas hacen de estas una instigación
a una acción perjudicial. La libertad del individuo debe ser limitada para que no se transforme
en un perjuicio para los demás.
Para Mill si la regla de conducta de la persona no es su propio carácter, sino la costumbre, no
hay progreso (distinta concepción de Tocqueville y Rousseau, que le dan a la costumbre una
noción reguladora). Lamenta que no se comprenda que el libre desenvolvimiento de la
individualidad es una de los principios del bienestar. Debe dirigirse el esfuerzo sobre la
individualidad de poder y desenvolvimiento y para esto se necesita libertad y variedad de
situaciones, y que de esta unión surja el valor individual y la diversidad múltiple. Recalca el
valor de la originalidad. El peligro de la modernidad es la falta de originalidad. En los tiempos
modernos se vive bajo una censura temible, el individuo se interesa en masa. Todo
aniquilamiento de la individualidad es despotismo. La originalidad es necesaria para generar
nuevos descubrimientos y nuevas prácticas. Los genios solo pueden surgir en un ambiente de
libertad.
Para Mill la opinión pública gobierna el mundo, el único poder es el de las masas y el de los
gobiernos que se hacen órgano de las tendencias de las masas. Aquellas opiniones que
conforman la opinión pública sin embargo no son la totalidad del público. Es el gobierno de la
mediocridad para Mill. El contrapeso de esto solo puede ser la individualidad, por eso
menosprecia la costumbre. El despotismo de la costumbre es el obstáculo eterno al
desenvolvimiento humano, la única fuente de mejora permanente es la libertad.

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LIBERALISMO - Apunte de la cátedra


GENESIS DE UNA ESFERA PÚBLICA
Las ideas de fines del SVII, vía LA REFORMA evolucionaron hacia posturas filosóficas más
profundas (Ej: LOCKE):
INDIVIDUOS LIBRES DE SEGUIR SUS PREFERENCIAS EN TODOS LOS
ASPECTOS DE LA VIDA (EC, SOCIAL, POL, RELIGIOSO).

Esta tendencia unida al crecimiento del capitalismo y al ascenso de la burguesía europea


dieron como resultado una ESFERA PUBLICA DE RAZONAMIENTO CRITICO
(Habermas). En este marco se entienden el surgimiento y desarrollo de los cafés, clubes, y
salones literarios como INSTITUCIONES SOCIALES. (en Londres: más de 2.000 a ppios del
s XVIII)
EL PUBLICO ILUSTRADO DEL SXVIII GANÓ FUERZA PÚBLICA al consolidarse la
burguesía y empezar a desarrollarse UNA CRITICA DEL ESTADO ABSOLUTISTA a través
de la circulación de publicaciones políticas y su amplia discusión en los salones y cafés.
Así, el LIBRE INTERCAMBIO DE INFO Y CRITICA, MÁS EL RAZONAMIENTO
ABIERTO SE CONVIRTIERON EN LOS INSTRUMENTOS DE LA “AFIRMACIÓN
PUBLICA” EN CUESTIONES POLITICAS.

Esto significó el incremento de una ESFERA PUBLICA POLITICA ACTIVA, donde la OP


nació como una nueva forma de autoridad política con la cual la burguesía desafió al
absolutismo.

REGIMEN DE OPINION
Segunda mitad del S.XIX. liberalismo se difunde por toda Europa. Régimen democrático
representantivo Liberal: La OP se convierte en su RASGO MAS IMPORTANTE. →
REGIMEN DE OPINION. Lo cual significa que es un sistema que se legitima por la OP y que
la tiene como criterio y punto de referencia permanente.
La OP aparece (en forma real o latente) en toda la estructura constitucional del sistema
político desarrollado por el liberalismo.
Instituciones típicas de la democracia representativa se justifican y nutren de la OP ⇒
resignificación de la OP como concepto y fenómeno sociopolítico.
- OP como agente de progreso
- OP como salvaguarda contra el desgobierno, como así también contra el abuso de poder.

BENTHAM (uno de los ppales. exponentes de la teoría “clásica” de la opinión pública)


En sus trabajos le atribuye a la OP un papel político más formal en el gobierno, basado en
términos legislativos y electorales.

La respuesta al problema de resolver intereses distintos y opuestos de la sociedad (tal como él


la entiende) es EL GOBIERNO DE LA MAYORIA (establecido por medio de elecciones
regulares). Así entonces para esta visión mayoritaria, la OP queda expresada como “la reunión
de intereses de los hombres en una comunidad”. Ojo!!! Sin excluir al debate activo como
parte del conjunto.

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22

Hay quienes interpretan que el modelo de democracia delineado por Bentham (casi como el
de Rousseau) asume que todo ciudadano debería ser competente para formarse OPINIONES
POLITICAS en todos los temas.
Otros, (como Carole Pateman – si no la conocen rastréenla. Es una más que importante
politóloga. Fue Presidenta de la IPSA) sostienen que las expectativas de Bentham respecto de
las capacidades y habilidades del ELECTORADO para deliberar activamente no eran muy
elevadas, sino que en realidad apuntaba más bien a la CAPACIDAD PUBLICA para
seleccionar o rechazar representantes (y era secundaria su preocupación por la capacidad
del ciudadano/electorado para sostener OPINIONES POLITICAS INFORMADAS).

Otra cuestión importante para Bentham fue LA LIBERTAD DE PRENSA.


Consideró a la prensa como un órgano especialmente importante. La llamó EL TRIBUNAL
DE LA OP (aquí podemos ver “el touch” de OP como control social en este autor) porque a
través de ella los ciudadanos podría informarse regularmente de las actividades del gobierno
(ya que él bregaba por la publicidad de todos los actos de gobierno, como una barrera a los
abusos de poder).

En sus últimos escritos promovió el SUFRAGIO UNIVERSAL y las elecciones


parlamentarias anuales para mantener una vigilancia pública sobre los representantes del
pueblo.

DADER, José Luis


Las teorías contemporáneas, en Opinión Pública y Comunicación Política.

TEORÍAS CONTEMPORÁNEAS - Introducción

Contexto Blumer (’40) y Luhman (’70):


• Gran expansión del capitalismo
• Ampliación de los derechos políticos
• Ampliación del consumo. Incorporación de grandes sectores excluidos
• Ciencia social aplicada (positivismo): incorporación de la estadística y la medición a las
ciencias sociales. Operacionalización.
• Desarrollos tecnológicos. Medios de comunicación (radio, cine, tv).
• A partir de los ’30 empiezan a desarrollarse las campañas publicitarias, políticas, electorales.
Eso tiene impacto en la teoría social.
• Surgimiento de la teoría de masas. Recambio conceptual: la ciudadanía pasa a ser la masa.
De la racionalidad del individuo se pasa a la irracionalidad de la masa, que se mueve por
impulso emocional. Los sujetos masificados pierden su individualidad. Los representantes y
representados pasan a verse como líder y masa.

Polisemia del concepto “opinión pública”. Definiciones múltiples y ambigüedad de


partida.
Según Dader no existe una definición generalmente aceptada de Opinión Pública. En la
segunda mitad del siglo XX el concepto ha sufrido una gran dispersión y se ha vaciado de
contenido, encontrando más de 50 definiciones distintas.

En base a ello, el autor ofrece una variedad de interpretaciones (que se expondrá a


continuación), y sostiene que la misma permite disponer de un rico y profundo conocimiento

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de la «opinión pública» y ofrece ya los elementos suficientes para la “deseada” construcción


sistemática y pluralista.

Los residuos contemporáneos de las concepciones “atómicas” de Opinión Pública.


Dader llama concepciones «atómicas» (también denominadas «intuitivas» o «populares») de
la opinión pública a la larga lista de definiciones «de urgencia» tremendamente heterogéneas
aportadas sobre el fenómeno. Son átomos aislados de teoría que han calado en la consciencia
popular y que sirven a muchas personas para improvisar su propia interpretación de la opinión
pública.
Muchas de estas interpretaciones son la resultante de la esquematización descontextualizada
del pensamiento de los autores más o menos clásicos hasta los relativamente cercanos. La cita
de segunda mano y la ausencia de revisiones integrales de su hipotética visión general acerca
de la «opinión pública», no obstante inspiradas en autores de renombre, ha contribuido a
generar estas concepciones básicas y sumarias. En otros casos las concepciones «atómicas» se
decantan del sentido coloquial de la «opinión pública».
Entre otros ejemplos cita “la opinión vulgar, común o mayoritaria”, “la voluntad general”, el
“espíritu del pueblo”, “el consenso social básico”, etc.
A diferencia de las concepciones «atómicas», Dader opone la idea de «concepciones
«sistémicas» de la opinión pública, las cuales ofrecen visiones de vocación globalizante y
desarrollada.

La “sistematicidad inconsciente” del psicosciologismo positivista


A comienzos del siglo XX irrumpe en los estudios de opinión pública el cientificismo
positivista. Dicha concepción sigue vigente en la actualidad. Su común denominador consiste
en la huida de cualquier conceptualización teórica del fenómeno y en la autolimitación a las
descripciones pragmáticas de hechos concretos. Estriba en lo que Wright Mills llama
«empirismo abstracto», según E. Martín López se trata de “…una investigación (…)
netamente empírica” que “…se mantiene al margen de los problemas conceptuales y
sistemáticos propios de la teoría sociológica…”. Es decir que hay una pérdida de la visión
global de la opinión pública, sustituida por opiniones o manifestaciones de grupos concretos,
separadas del nexo funcional de las instituciones políticas y despojada de su carácter de
«opinión pública».
Jürgen Habermas denuncia esta actitud metodológica y conceptual de la sociología positivista
por pretender medir directamente manifestaciones diversas de opiniones a costa de olvidarse
de aspectos ético-políticos e institucionales del concepto de «opinión pública».
Al desvincularse el análisis empírico-descriptivo de los comportamientos de grupo y de los
fenómenos de opinión colectiva, del estudio del marco institucional en el que aquéllos se
producen y de la naturaleza política y tipo de fundamentación lógica o ética que aquéllos
también pudieran tener, desaparece la capacidad normativa del investigador y su posibilidad
de distinguir procesos de opinión justificadores de una sociedad auténticamente democrática,
de aquellos otros precisamente contrarios al mantenimiento de ese tipo de sociedad.
A los ojos del investigador empírico todo fenómeno de opinión está situado en el mismo
plano que los demás; él se limita a describirlos aisladamente. No queda ni capacidad ni
espíritu crítico.
Doob, en 1948, señala que] «la opinión pública remite a las actitudes de las personas respecto
a un problema, si son miembros de un mismo grupos social». Y esto es lo que cuestiona
Habermas, El público, como sujeto de opinión pública, ha sido primero equiparado a la masa
y luego ya simplemente al grupo.
Idéntico proceso habría sufrido el término opinión, que de identificarse todavía en un primer
momento con «lo que se expresa respecto a argumentos controversiales», pasa a ser sólo «la

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manifestación de una actitud», o incluso se identifica con la misma actitud, que ni precisa
verbalización o expresión pues será detectada por alguna técnica de encuesta.
Childs, en 1939, define a la opinión pública como un conjunto de opiniones individuales «Por
opinión pública nosotros entendemos, por tanto, simplemente cualquier conjunto designado
de opiniones individuales. Si estamos estudiando las opiniones de miembros individuales de
una clase en un curso universitario, eso es tan estudio de opinión pública como desde luego lo
es la opinión de los votantes de Estados unidos».
Así, el estudio de la opinión pública es contextualizado políticamente como una ciencia
auxiliar de la Administración: el producto de los técnicos que miden las actitudes.

Al respecto, Habermas dice que Tal ciencia auxiliar permite al gobierno y a sus órganos actuar
teniendo presente la reacción de los particulares afectados por las medidas políticas. Se
intenta, a través de los sondeos, compulsar las coincidencias entre particulares, o manipular
hasta obtenerlas, hasta «mostrar aclamación».
La opinión pública interesa pragmáticamente como una técnica eficaz de gobierno, pero ya no
se la vincula ni a unas reglas de la discusión pública, ni debe ocuparse de problemas políticos,
ni menos aún ser un auténtico protagonista de la vida política, tal y como decía requerir la
teoría de la democracia liberal.
En resumen, desde esta óptica, cuando hoy día se habla de opinión pública tiende a entenderse
como la «opinión media de los individuos» que por más comodidad llamamos «opinión
pública», y ello a pesar de que (...) es evidente que en estricto sentido esa «opinión media» no
existe. Es sólo una medida artificial.

La visión sistémico-estructural de la opinión pública.


El estructural-funcionalismo tiene en común con la visión positivista su vocación de un
pragmatismo ascético. Pero a diferencia del caso anterior se trata, en cambio, de una potente y
compleja teoría sociológica, que pese a su formalismo, ofrece una visión globalizante y
generalista desde la que comprender cualquier situación particular.
En una interpretación estructural-funcionalista y cibernética de la opinión pública, Otto
Baumhauer describe esa compleja red de las opiniones públicas que llama el Sistema de la
opinión pública, señalando que: La opinión pública no es algo estático, sino un fenómeno
sujeto a transformación constante y en diferentes sociedades. (...) Un sistema abierto de
opiniones publicadas, con mayor o menor peso, intensidades, estabilidades, direcciones y
temáticas, al conjunto del cual habrá que llamar Sistema de la Opinión Pública.
El sistema psicosocial de la opinión pública equivale a un ciclo de:
• «Input» de información
• transformación de la información introducida; y
• «output» de opiniones, compartidas cada una, cuando menos por ciertos grupos
sociales más o menos numerosos y representativos.

El «input» informativo se compone a su vez de la cultura asimilada por los individuos, las
experiencias almacenadas por ellos y las capacidades y actitudes presentes en ellos --saberes,
conceptos, valores, creencias, filtros perceptivos y hábitos de comportamiento comunicativo
asumidos.
El proceso de transformación no es más que la coctelera o combinación de diversos modos
y en diversas proporciones de tales «inputs».
El tercer momento o «output», es decir lo producido.

Para diferenciar «input» de «output», recuperando a Noelle-Neumann, se distingue «clima de


opinión» de «corriente de opinión».

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El clima de opinión (...) consistiría en ese conjunto de informaciones e ideas previas e


incluso de estados de opinión preexistentes que, con la introducción de algún elemento
desencadenante, suscitan una nueva discusión pública y de alguna forma condicionan las
nuevas corrientes de opinión o nuevas opiniones elaboradas resultantes.

La corriente de opinión, por su parte, derivaría temporalmente de ese primer momento, y


frente al carácter indeterminado del clima de opinión (se palpa que está ahí sin que llegue a
precisarse), presenta en cambio una fisonomía altamente reconocible como grupo organizado,
expresión manifiesta a través de los principales medios de comunicación o información
pública, etc.

Una vez que (...) pierde su carácter de punto climático, pasa a engrosar en mayor o menor
grado un clima de opinión resultante, con lo que el ciclo vuelve a reiniciarse.
«Existe independencia entre las condiciones que ponen en marcha un proceso de opinión
pública y su resultante final. Esto quiere decir que condiciones iniciales idénticas pueden
desembocar en estados de opinión diferentes, y viceversa», lo que se llama principio de
equifinalidad.

El de clima de opinión principal de una comunidad no equivale a la mera suma de las


opiniones personales privadas, sistemas de valores sumados, etc., sino que es un fenómeno de
naturaleza autónoma: Posee su cualidad emergente no explicable por los atributos aislados de
sus componentes.
Así se entiende el escepticismo ante las exclusivas mediciones empíricas de la opinión
pública: Si ni el clima de opinión equivale directamente a la suma de las opiniones
individuales, ni existe una correspondencia segura entre clima de opinión y estados de opinión
resultantes, difícilmente se podrá afirmar que se conoce la opinión pública de una comunidad
por el hecho de haber contabilizado las opiniones de unos particulares, en representación de la
totalidad de la colectividad. La detección empírica, por sondeo de opinión, contribuirá a
conocer parcialmente una opinión pública, pero no aporta un conocimiento definitivo sobre
ella.
En su fría estructuralidad resulta imprescindible para abordar cualquier descripción general de
los procesos de opinión pública, pero no basta por sí sola para explicar los problemas de la
misma en ninguna sociedad en concreto. Es necesario pero no suficiente.

El interaccionismo entre Opinión Pública y sociedad según Herbert Blumer


Pese a haber quedado ocultados durante décadas por el posterior aluvión de positivismo
empirista, los estudios de Herbert Blumer surgen como reacción frente a la confusión
creciente sobre una distinción conceptual del fenómeno de la opinión pública. Según Dader, la
interpretación de Blumer permite completar o superar tanto el formalismo estructuralista
como el positivismo empirista.
Herbert Blumer no pude concebir que la realidad de un ente social, sea éste individual o
colectivo, pueda autogenerarse sin una estrecha interdependencia, recíprocamente
condicionante, con los restantes entes sociales. Antes bien, parte de un todo social dado de
compleja actividad grupal, dentro del cual analiza la conducta de los distintos individuos que
lo componen.
Aplicando el «interaccionismo simbólico» a la opinión pública, para Blumer existe una
yuxtaposición estrecha y recíprocamente modeladora entre Opinión Pública y Sociedad: no
puede entenderse la naturaleza o estructura de la Opinión Pública sin entender la naturaleza o
estructura de la Sociedad concreta en que aquélla surge y viceversa.

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Su trabajo permite corroborar la existencia de una pluralidad de realidades sociales agrupables


bajo el rotulo de opinión pública y comprender el modo de funcionamiento e interrelación
entre ellas y con el resto del marco social.
La «naturaleza específica» de la Opinión Pública es resumida en seis puntos:
1) la Opinión Pública se elabora en una sociedad y es una función de esa sociedad en acción.
La Opinión Pública se modela a partir de un contexto en el que ella evoluciona.
2) toda sociedad es una organización (y no el agregado de individuos dispares), está
compuesta por el ensamblaje de diversos grupos funcionales. Estos grupos tienen campos de
acción diferentes ya que presentan intereses específicos. En tanto rupos, actúan
individualmente con el espíritu de grupo o unitario, por lo que necesariamente deben plantear
una cierta organización, dirección, etc. Y unos individuos que tomen la iniciativa de actuar en
su nombre.
3) Tal actuación de los grupos funcionales se desarrolla a través de los canales disponibles en
la sociedad. Y dado que en cada sociedad tienen que existir individuos, comités, comisiones,
legisladores que tomen las decisiones que afectan al resultado de las acciones de estos grupos
funcionales, tales personajes clave se convierten en objeto de presión o de influencia directa o
indirecta.
4) estos individuos clave están obligados a «evaluar» las diversas influencias que soportan.
Tales individuos toman en cuenta lo que ellos consideran que vale la pena tomar en cuenta.
5) la Opinión Pública se forma y expresa en gran medida a través de los canales del
funcionamiento societal. Su formación refleja la composición u organización funcional de la
sociedad. Asimismo, el punto de vista del grupo no implica que sea igualitariamente
compartido y de la misma manera por todos sus miembros.
Ni los individuos no los grupos están en el seno de la sociedad igualados numéricamente, ni
son idénticos en cuanto a su influencia. Hay notables diferencias al respecto.
Por expresión de la opinión pública entonces ha de entenderse la parte de esta opinión
global que es conocida o tenida en cuenta por quienes deben actuar en respuesta a ella. Tal
expresión no puede asimilarse con la discusión en una tribuna libre, de los juicios de
individuos dispares. La expresión de la opinión pública es una forma de influencia directa
sobre aquellos que actúan en respuesta a esa opinión [Dader: 194].
6) Definida de manera realista, la Opinión Pública consiste en el ensamblaje de diferentes
puntos de vista que son considerados por los individuos antes de actuar en respuesta. La
opinión que sólo sea una simple exposición, o que encuentre en su mera expresión un fin en sí
mismo, o que incluso no repercuta jamás en la atención de aquellos que han de actuar sobre
ella, resultará insignificante en lo que concierne al funcionamiento de la sociedad afectada.

Dader destaca los siguientes aspectos de la concepción de Blumer:


A - la Opinión Pública se reconoce por sus efectos, independientemente de su portador.
B - No está constituida por una única corriente de opinión, sino que «consiste en el
ensamblaje de diferentes puntos de vista», de todo aquello que va a ser indefectiblemente
tenido en cuenta por cualquier miembro de la sociedad a la hora de intervenir en asuntos
públicos.
C - la Opinión Pública es un fenómeno social, lo que significa que se genera en una sociedad
y se ve afectada por la estructura de esa sociedad y se explica por las mismas reglas
sociológicas de esta última.
Hay una interacción entre el fenómeno societal global y el fenómeno opinión pública
específico. Esto significa que la pluralidad de elementos existentes en la sociedad también se
reflejan en el fenómeno de la Opinión Pública. Sin embargo, no son exactamente una sola
cosa, homogénea o monolítica, identificable con temas, grupos o corrientes exclusivas.

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D – La opinión pública es un fenómeno de integración intragrupal e intergrupal. Es un


fenómeno de grupos que al mismo tiempo afecta o es reconocible de algún modo por
cualquier particular.
E – La opinión pública tiene para Blumer una naturaleza específica y diferenciable. Si bien la
realidad de la opinión pública no puede entenderse al margen de la realidad social, tampoco
son exactamente una sola cosa.
Insuficiencias de Blumer según Dader
• Ausencia de un enfoque ético-político sobre la relación entre opinión pública y Estado
de Derecho.
• Ausencia de una explicación más profunda sobre las leyes psicosociales o
estructurales de la evolución o formación de la opinión pública.
• Se desatiende las manifestaciones de la opinión pública como control social
• Reduccionismo en la definición de síntesis de la opinión pública como “el ensamblaje
de diferentes puntos de vista que son considerados por los individuos antes de actuar
en respuesta”. Se separa del contexto en que fue formulada.

Sondeos
Blumer afirma que la opinión pública no puede identificarse a la medición empírica de
reacciones opinativas a través de encuestas.
Solo cuando se comprende el carácter de interacción sociológica que tiene la opinión pública
queda en evidencia la pobreza de resultados de medición de sondeos, el muestreo implica un
tratamiento de la sociedad como un mero agregado de individuos aislados.
Los practicantes de encuestas, confunden la utilización de un instrumento auxiliar con el
objeto mismo que pretenden estudiar.
Si bien los sondeos electorales tienen relativo éxito en la predicción, esto se da debido a que
la actividad política del voto es el único acto en que el individuo se comporta como sujeto
aislado y solo importa que se comporte así, valiendo exactamente igual el voto de cada
ciudadano.
Ni la participación y acción social se agota en el acto de votación ni la realidad de la opinión
pública se circunscribe a su medición empírica esporádica.

Propuesta de Blumer
Describir realmente la Opinión Pública – establece Blumer – es hacerlo en términos de
organización funcional de la sociedad, de grupos de influencia, divergencia, de líderes, de
masas indiferenciadas. Sólo así podremos saber si aquellos que expresan una opinión la tienen
verdaderamente y si pretenden que su opinión tenga consecuencias [Dader: 196].

Concepción institucionalista de la opinión pública


Esta interpretación contemporánea de la opinión pública supone la reedición (...) de la visión
intelectualista que sobre el deber ser de la opinión pública tenían, en la primera mitad del
siglo XX, tanto el elitismo conservador [Ortega y Gasset] (...) como la «sociología del
conocimiento» [Karl Manheim]

En la interpretación contemporánea «intelectualismo» es sustituido por «institucionalismo»


La visión institucionalista es una de las características comunes al genérico «neoliberalismo»
actual y a cierta interpretación en políticos de izquierdas, del control político de la acción
política, según la cual, sólo las demandas representadas ¡nstitucionalmente en el Parlamento
son de obligatoria consideración por el gobernante. Las demandas extraparlamentarias llegan
a ser tildadas por este tipo de políticos de antidemocráticas o entorpecedoras de la legítima
«voluntad popular».

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Según esta perspectiva, sin racionalidad en la discusión pública y sin unas vías
institucionalizadas de encauzar las diferentes corrientes de opinión en una sociedad, la
opinión pública no serviría de hecho como sustento del sistema político democrático.
Quedaría reducida a una indeterminada vaguedad referencial y por consiguiente sólo serviría
como recurso retórico para apelar a la legitimación abstracta del Gobierno por el hipotético
pacto social.
Las corrientes de opinión sobre los asuntos públicos se reducen, a efectos de ser consideradas
por los gobernantes, a aquellas que han obtenido representación parlamentaria. La discusión,
por otra parte, y la actividad motora o generadora de las distintas corrientes de opinión es
realizada por representantes, que se supone son más «ilustrados» o «expertos», y de este
modo se evita la irracionalidad de una democracia demasiado directa.

«Valiéndose del procedimiento de la discusión parlamentarla, —dice Fraenkel— la opinión


pública hace llegar al Gobierno sus deseos y, a su vez, el Gobierno pone a la opinión pública
en conocimiento de su política».

La opinión pública es reducida así a su aspecto institucional. Se considera que la voluntad


de los partidos coincide con el de la mayoría activa, de modo que los partidos representan en
conjunto a la opinión pública mayoritaria. La opinión pública sólo adquiere credenciales de
«pública» en la elaboración que de ella hacen los partidos.
Según Luhmann el concepto de legitimidad en las sociedades complejas se basa en el
mantenimiento de unas procedimientos y formalidades que aseguren el apoyo público —el
rito de las elecciones, por ejemplo—, en lugar de basarse en la comprensión y discusión
pormenorizada de las actuaciones y pretensiones públicas de quienes adoptan las decisiones.

La gente común, dice, combate la creciente complejidad de las sociedades modernas


simplificando selectivamente tal complejidad y reduciéndola a niveles que le resulten
significativos para entenderse en la comunicación que entable con sus iguales.

En consecuencia, para Luhmann, la legitimidad al sistema político no se confiere de hecho


mediante un proceso de racionalidad (...) sino que se transmite por el significado positivo que
simplificada y simbólicamente le ha concedido la intersubjetividad social.

Por consiguiente, las estructuras del sistema, como son las instituciones de gobierno, obtienen
su legitimación funcional mientras hagan posible ese tipo de comunicación ciudadana de
respeto a un conjunto de símbolos de la representación democrática y de la divulgación
sumaria de las decisiones de gobierno, en medio de las cuales se mueven con gusto los
ciudadanos corrientes, que seguirán otorgando su apoyo tácito al sistema.

Concepción «comparativa» y «crítica» de la Opinión Pública en Habermas


Critica ferozmente lo que él llama la «disolución psicosociológica del concepto de opinión
pública» [cientificismo positivista]. Entiende que el éxito de las mediciones empíricas sobre
manifestaciones superficiales de fenómenos grupales aislados conduce «acríticamente» a
olvidar la existencia de un significado global de la Opinión Pública, de repercusiones ético-
políticas, sobre el que descansa precisamente la posibilidad de una sociedad plural y
democrática [se opone a contar fenómenos empíricos aislados].
Frente a esta opción, Habermas pretende redescubrir un nuevo paradigma de LO PÚBLICO y
la OPINIÓN PÚBLICA que sirva como prueba de que la sociedad es verdaderamente
democrática.

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Según él, la Opinión Pública puede significar dos cosas muy distintas:
– una instancia crítica, de los ciudadanos particulares en comunicación racional con los
representantes de las distintas instituciones, y con una posibilidad real de debate público y
democrático; o bien,
– una instancia receptiva de los ciudadanos aislados y particularizados, sin posibilidad de
comunicación real con los instalados en la «notoriedad pública», ante los que sólo se puede
reaccionar con aclamación – nunca con diálogo –, ya que los miembros de la notoriedad
pública sólo utilizan una «divulgación manipulativa» de mensajes.
A la primera instancia podría llamársele Opinión Pública ideal o paradigmática, a la segunda
sólo Opinión Pública manipulada.
En nuestra época tiende a predominar la instancia receptiva. De ahí que el autor bogue por la
reivindicación de fórmulas de incentivación de la vía crítica, y la propuesta de análisis
comparativo entre Opinión Pública paradigmática (ajustada a los ideales del Estado social-
liberal) y los fenómenos cotidianos [esto es lo que permite denominar esta corriente como
“crítica” y “comparativa”, respectivamente].
La Opinión Pública es en realidad una ficción, puesto que Habermas define la palabra público
en un sentido muy restrictivo y reverencial: es lo que tiene interés general, involucra al
ciudadano como tal, es decir, afecta al ciudadano como miembro de una sociedad y no sólo
como sujeto particular privado o como miembro de un grupo de intereses particulares.
Por ello dice que lo público (auténticamente público) cada día es menor motivo de
preocupación para una sociedad particularizada y esto genera dos movimientos de
suplantación: por un lado, el aparato institucional del Estado que acaba considerándose el
único guardián e intérprete de lo público y, por otro, los intereses egoístas o particulares de
grupos de presión que mediante las «relaciones públicas», etc, camuflan como de interés
público lo que es de su exclusivo interés particular (contaminación de las esferas pública y
privada).
El autor propone desarrollar criterios que permitan medir empíricamente el carácter más o
menos público de las distintas opiniones. El criterio fundamental sería «el principio
democrático de la publicidad», cuyos rasgos esenciales serían, a su vez, diálogo racional,
transparente y abierto a la participación de todos los ciudadanos en la búsqueda de soluciones
consensuadas para las cuestiones de incumbencia general.
La idea de mantener una comparación constante entre idealidades y realidades de la Opinión
Pública le lleva a Habermas a introducir un nuevo elemento de gran importancia para el
estudio científico y sistemático de los fenómenos de Opinión Pública. Me refiero a la noción
de «Espacio Público», ámbito de la intercomunicación humana diferenciable de los otros
ámbitos intergrupales de la vida privada y el resto de la vida social genérica.
El «Espacio Público» es subdivisible en dos ámbitos, a menudo contrapuestos: «el complejo
de las opiniones informales, personales y no públicas» por un lado, y por el otro el de «las
opiniones formales, reconocidas por sus instituciones».
Dentro del primer ámbito, se encuentran las «evidencias culturales indiscutibles»; la
«expresión poco discutida de experiencias fundamentales propias de toda biografía personal»
y «la evidencia de la cultura de masas». El segundo ámbito está constituido por: las opiniones
que circulan por los circuitos relativamente restringidos de la «gran prensa» y sobre todo de la
prensa intelectual o de élite; y las opiniones altamente formalizadas en representación oficial
o directa de grupos o instituciones de un protagonismo legalmente privilegiado (Gobierno,
Parlamento, partidos políticos, etc). Entre ambos, una conexión constante a través de los
medios de comunicación; intercomunicación manipulante y dirigida.
Por eso, Habermas insiste, sólo puede resultar un Opinión Pública en un sentido estricto (o
paradigmática) cuando se constituya un espacio público crítico (con conexión comunicativa
entre personas raciocinantes). En su lugar, la comunicación pública (que exige entre otros

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requisitos la apertura de intervención para todos los ciudadanos), ha sido suplantada por la
comunicación masiva (que no permite el debate racional y ampliamente participativo).

Concepción «realista» y «psicosociológica» de la Opinión Pública en Nöelle-Neumann


[enfrentada a la visión de Habermas] Nöelle-Neumann identifica la Opinión Pública con el
control social o censura moral que de una manera efectiva todos los individuos de una
sociedad son capaces de reconocer intuitivamente. Opinión Pública no es exactamente
opinión mayoritaria, ni tampoco opinión unánime pero sí es «control social», es decir, la
opinión mejor vista, la que es de buen tono sustentar, la que de antemano se sabe que va a
producir mayores simpatías por el hecho de ser expresada. En palabras de la autora: “Opinión
pública son aquellas opiniones, pertenecientes al terreno de la controversia, que uno puede
expresar en público sin sentirse aislado de los demás (...) Opinión pública es utilizada en un
sentido que se remite directamente a Rousseau como la expresión que puede manifestarse
públicamente en caso de controversia, sin querer quedar aislado” [citado en Dader: 204].
Retoma, además, el concepto de Ley del Vicio y la Virtud (o también, «ley de la costumbre o
la moda») de John Locke, para indicar que tal ley ejerce una coerción social sobre todos los
individuos porque nadie puede vivir en una sociedad bajo el constante desagrado y la mala
opinión de sus familiares y de aquellos que conviven con él.
Esta visión conceptual de la Opinión Pública tiene su traducción práctica en su TEORÍA DE
LA ESPIRAL DEL SILENCIO. Quienes se sienten portadores de opiniones discrepantes de
la mayoría tenderán, por la presión social del miedo a sentirse aislados o en choque con lo
mayoritario bien visto, a silenciar sus verdaderas opiniones, favoreciendo así la impresión de
los que opinan en mayoría, de que su preponderancia social es incluso más extensa de la
existente en realidad. A la inversa, los minoritarios se sentirán más aislados de lo que
verdaderamente están y esto irá creando un proceso de espiral: las personas de convicciones
menos firmes o más indecisas irán adoptando con más facilidad las tesis de moda y la
consideración social de las opiniones minoritarias será cada vez más escasa.
Nöelle-Neumann utiliza una imagen biológica para referirse a la Opinión Pública,
calificándola de «piel social», con las mismas funciones de protección hacia fuera y cohesión
de todo lo interior que tiene el tejido epidérmico en cualquier ser vivo: “Opinión pública,
nuestra piel social (...) de una parte significa que la opinión pública protege a nuestra
sociedad como una piel, manteniendo la unidad. De otra, afecta a los individuos particulares,
que cuando sufren los ataques de la opinión pública, sienten la sensibilidad de su piel social”
[citado en Dader: 206 y 207].
La autora adopta una novedoso concepto de «público»:
– se ha identificado con los «asuntos públicos».
– refiere a una situación de público anónimo.
– se ha expresado como equivalente a «sanción»; y este uso de la Opinión Pública se llamó
«control social».
Esta concepción de Opinión Pública, basada en un rasgo psicosocial supuestamente
nuclear del comportamiento del hombre en sociedad, choca frontalmente con la
«concepción crítica» e idealista de Habermas. Para Nöelle-Neumann, la «opinión pública
crítica» u opinión racional sobre el bien común, surgida del debate democrático, no es
más que una invención intelectual mientras que la poderosa fuerza de la «ley de la

 Tal dinámica tiene asimismo algunos resortes de inversión de la tendencia, reconocidos


por la autora, que permiten comprender el carácter cíclico de muchas modas y hábitos
sociales.

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opinión o de la reputación» que condiciona a los individuos comunes es algo que puede
ser observado todos los días.
Desde este planteamiento, Nöelle-Neumann arremete contra la exclusiva dimensión
política de la Opinión Pública.
“Confrontando las concepciones de Habermas y de Nöelle-Neumann merece la pena
destacar algunos rasgos sintéticos de tal oposición.
En el caso de Habermas la opinión pública se analiza prioritariamente en su vertiente y
significación política, se concibe como un espacio estructural – el Espacio Público –, donde
pueden coexistir una opinión pública manipulada y una opinión pública crítica y se expresa
éticamente la necesidad de una «Opinión Pública» ideal o arquetípica, producto del debate
racional y libre de todos los ciudadanos – que constituyen el ámbito público –, para obtener
una fundamentación filosófico-política del Estado social o democracia social-liberal.
En el caso de Nöelle-Neumann la opinión pública se analiza prioritariamente en su vertiente
psicosociológica, aunque de tal vertiente también se hacen depender consecuencias políticas
prácticas (...) Se acepta la existencia de fenómenos de opinión diversos emparentados con la
opinión pública (clima de opinión, corrientes de opinión, etc) pero genuinamente se restringe
el término para identificarse con el control social anónimo de cuya existencia todo particular
tiene conciencia y acepta sus comportamientos. Por último plantea una actitud resignada o
realista que, por oposición al idealismo de denuncia de Habermas, niega la posibilidad de
una opinión pública racional y dialogante y se queda instalada en la contemplación
conservadora de este acrítico e irreflexivo control social anónimo” [Dader: 208].

Visión de la Opinión Pública como el simple lugar común de la intersubjetividad social


en Luhmann
“La opinión pública, en pocas palabras, es para Luhmann algo tan básico e inmenso como
«la estructura temática de la comunicación pública»” [Dader: 209]. La Opinión Pública es
tan sólo esa coincidencia social efímera que considera algún asunto más relevante que el
resto.
La función de la Opinión Pública es simplificar y reducir la complejidad del sistema
social: “(...) vuelve a asumir, como en la concepción liberal clásica, la función de mecanismo-
guía del subsistema político democrático pero no ya como el proceso de obtención del
consenso racional que legitima la acción de gobierno, sino como los límites temáticos o
problemáticos en los que habrá de concentrarse la acción del Gobierno” [Dader: 210] [marcar
agenda].
Para Luhmann, el modo de producirse el consenso social reside en las expresiones hechas o
lugares comunes («word formulas»). Son los medios de comunicación social los que
normalmente crean y sostienen la atención y el diálogo de la gente en torno a unos temas. Los
medios serían los responsables, en gran medida, de la fijación de esos lugares comunes de
concentración de la atención, mediante el proceso de selección de temas – o tematización –, lo
que directamente remite al efecto de «agenda-setting».
Entonces, la función de la Opinión Pública es eminentemente política; “(...) cumple una
función política democrática en cuanto permite al sistema político contar con un
procedimiento reglado e institucionalizado de autofirmarse y seguir avanzando (...)” [Dader:
214].
“Al comparar esta última concepción con las de Habermas y Nöelle-Neumann puede
observarse que, dependiendo de los aspectos, está más cerca de una o de la otra. Como
Habermas, concentra casi toda su atención en el sistema político y coincide con aquél en la
descripción de la pérdida de la racionalidad dialogante que la concepción liberal suponía en
la formación de la opinión pública. También como Habermas señala a los modernos medios
de comunicación social como los principales directores de la orquesta de la construcción del

31
32

espacio público. Ambos se fijan en el fenómeno de la opinión pública de una sociedad


industrializada y con repercusión política. Con Nöelle-Neumann coincide en cambio en la
detección de mecanismos psicosociales básicos en la generación de procesos de opinión
pública; así como en la actitud «realista» de describir unas situaciones de hecho, en lugar de
contraponer un idealismo normativo en la línea habermasiana. No llega sin embargo, como
Nöelle-Neumann, a interpretar el fenómeno de la opinión pública en una clave psicosocial
inherente a la naturaleza humana y en ese sentido similar en una sociedad tradicional o
incluso tribal y en una sociedad superespecializada” [Dader: 214].

BLUMER
“El interaccionismo simbólico. Perspectiva y método”
(1) Es forzoso reconocer que la Opinión Pública tiene su base en una sociedad y constituye
una función de la misma. Esto significa, evidentemente, que toma su forma del marco social
en que se mueve y del proceso social que se desarrolla en dicho marco; asimismo quiere decir
que su función está determinada por el papel que desempeña en la acción social.
(2) Toda sociedad humana se compone de diversos tipos de grupos funcionales. La vida
colectiva está compuesta por las acciones y actos de tales grupos, los cuales se orientan en
distintas direcciones, de acuerdo con intereses especiales. Estos grupos difieren en cuanto a la
posición estratégica que ocupan en la sociedad y en cuanto a sus oportunidades para actuar y,
en consecuencia, en cuanto a prestigio y poder. Dado que son grupos funcionales, es decir,
formados por personas que actúan individualmente en un contexto colectivo o unitario, han de
poseer necesariamente una organización: necesitan líderes, personas que fijen normas,
individuos que actúen como portavoces del grupo, y otros que tomen iniciativas en
representación de todos.
(3) A la hora de actuar, estos grupos funcionales lo hacen a través de los cauces asequibles en
la sociedad. Si el destino de los actos que planean realizar depende de las decisiones de los
individuos o grupos situados en puntos estratégicos de esos cauces de acción, la influencia y
la presión se ejercerán, directa o indirectamente, sobre los grupos o individuos que toman las
decisiones.
(4) Los individuos clave que tienen que tomar las decisiones cruciales se enfrentan, casi
inevitablemente, a la necesidad de valorar las diversas influencias, reclamaciones, demandas,
y urgencias y presiones que recaen sobre ellos. Desde el momento en que responden y son
responsables de ellas, se ven obligados a hacer dicha valoración en el proceso que conduce a
la toma de sus decisiones.
(5) La Opinión Pública se forma y expresa en gran medida, a través de estos modos de
operación societal. La formación de la Opinión Pública se produce como una función de la
sociedad en actividad; es producto de la interacción de los grupos. En el proceso de formación
de la Opinión Pública intervienen las diferencias de prestigio, posición e influencia que
caracterizan a los grupos y a los individuos en las organizaciones funcionales de toda
sociedad.
La imagen de la Opinión Pública a partir de la interacción de una serie de grupos e individuos,
con niveles de influencia significativamente distintos es igualmente válida en lo que se refiere
a la expresión de dicha opinión. Por expresión de la Opinión Pública se entiende la
incidencia de ésta sobre quienes tienen que actuar en respuesta a la misma. La Opinión

32
33

Pública se manifiesta en forma de influencia ejercida directamente sobre quienes han de


actuar en respuesta a dicha opinión.
(6) Considerada de un modo realista, la Opinión Pública consiste en un modelo de los
diversos criterios y posturas sobre aquello que afecta a los individuos que tienen que actuar
en respuesta a la misma. La Opinión Pública es considerada motor de la acción.
A partir de estos seis aspectos enumerados, Blumer se aboca al estudio de los sondeos de
opinión. Según entiende, el principal defecto de los sondeos reside en el procedimiento de
muestreo, el cual obliga a considerar al sociedad como una mera colección de individuos
aislados. A su vez, la Opinión Pública es considerada como una distribución cuantitativa de
opiniones individuales. El autor es claro al afirmar que “ni las muestras ni las respuestas de
quienes figuren incluidos en aquéllas [a través de] los datos convencionales sobre la edad,
sexo, ocupación, status económico o de clase, conocimientos, etc [permiten revelar] una
posición funcional significativa en la formación de la opinión pública sobre el asunto en
cuestión” [Blumer: 156].
En suma, (casi) nada se sabe del individuo que figura en la muestra, en cuanto a la
significación que su personalidad o su criterio: no se sabe qué papel desempeña en la
formación de la Opinión Pública, ni tampoco qué influencia (si es que influye de alguna
manera) ejerce el razonamiento que ha expresado. Esto es así porque, en realidad “(...) la
formación y expresión de la opinión pública efectiva no constituye la acción de una
población de individuos aislados y revestidos de idéntica influencia, sino que es función
de una sociedad estructurada y diferenciada constituida por una red de grupos y
personas de diversos tipos de peso específico e influencia, que ocupan posiciones
estratégicas diferentes” [Blumer: 158].
 La Opinión Pública es la opinión que impacta en aquellos que toman decisiones para dar
respuesta.
Se construye a través de grupos que interactúan (simbólicamente) y buscan influir.
La influencia se ejerce a través de los canales societales establecidos: los medios de
comunicación.
Para cada tema, habrá una Opinión Pública distinta puesto que cada grupo simbólico tiene
intereses y funciones distintos, buscando influenciar sólo en estos temas (que son los de su
incumbencia).
Los sondeos de opinión no reflejan la composición social.

BLUMER otro
Dentro de la corriente del interaccionismo simbólico (enfoque cualiativista). Esta corriente busca
entender lo social a partir de la interdependencia de los entes sociales, a partir de la historicidad y la
contextualidad; busca la especificidad de los hechos. Para comprender, se debe buscar el significado.

Blumer critica al liberalismo, para el cual la opinión pública surge de la interacción de individuos
iguales, y critica los estudios positivistas (sondeos) ya que carecen de una definición de la opinión
pública.

Definición de la opinión pública.

Para Blumer, la opinión pública, y su naturaleza, no puede ser entendida fuera de la naturaleza de la
sociedad en la que surge. La naturaleza específica de la opinión pública la explica a través de los
siguientes puntos:
1. La opinión pública tiene su base, se elabora, en una sociedad, y es una función de esa
sociedad en acción. Su función está determinada por el papel que desempeña en la acción
social.

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34

2. La sociedad no es una merca acumulación de individuos aislados e inconexos. Toda sociedad


está compuesta por diversos grupos funcionales. Estos grupos difieren en cuanto a la posición
estratégica que ocupan en la sociedad, al prestigio y al poder.
3. La actuación de los grupos funcionales se da a través de canales institucionales. Los
tomadores de decisiones, cuyas decisiones afectan al accionar de los grupos funcionales, son
objeto de influencia o presión directa o indirecta de los grupos funcionales.
4. Los tomadores de decisiones se ven obligados a evaluar, valorar las influencias que reciben y
ver cuáles influencias tomar en cuenta. Esta valoración se da en el proceso que conduce a la
toma de decisiones.
5. La opinión pública se forma a través de los canales societales, y por ello la opinión pública
refleja la composición funcional de la sociedad.
6. La opinión pública efectiva (es decir, en un sentido realista) es el ensamblaje de diferentes
puntos de vista que son considerados por los individuos antes de actuar en respuesta. Es decir,
la opinión pública es efectiva cuando logra influir a los decisores políticos en la toma de
decisiones.
Proceso de formación de la opinión pública.

La opinión pública se forma a través de los modos de operación societal (canales institucionales). Este
proceso de formación se produce como una función de una sociedad en actividad.
No es resultado de la interacción de individuos aislados sino que refleja la composición y
organización funcional de la sociedad. La formación de la opinión pública es producto de la
interacción de los grupos funcionales.

Dado que no todos los grupos tienen la misma influencia, en el proceso de formación de la opinión
pública intervienen las diferencias de prestigio, posición e influencia que caracterizan a los grupos
funcionales de toda sociedad.

Medición de la opinión pública.

Blumer hace una crítica de la utilización de los sondeos para medir la opinión pública, ya que:
- carece de una definición de la opinión pública como objeto genérico
- el procedimiento del muestreo obliga a considerar a la sociedad como un conjunto de
individuos aislados, y la opinión pública es considerada como una distribución cuantitativa de
opiniones individuales.
- las conclusiones que pueden sacarse de un sondeo no reflejan la opinión pública ya que
ignoran la composición real de la sociedad y el modo en que esta está organizada y funciona.

Frente a esta crítica, plantea una propuesta superadora, realista, a partir de la cual medir la opinión
pública, que se basa en un modelo retrospectivo. Este consiste en empezar el análisis por quienes
tienen que operar sobre la opinión pública (decisores políticos) y seguir retrospectivamente el rastro de
las diversas expresiones de la opinión pública que llegan hasta ellos, hasta descubrir sus orígenes y el
modo en que cada expresión se ha desarrollado.

Blumer - Otro
Ubicado dentro de las Teorías más contemporáneas de la OP, Blumer quiere diferenciarse
de las dos escuelas en boga:
- Estructural funcionalismo: que ve a la OP como un sistema abierto de expresiones
públicas. Crítica al e-f: está dirigida a la idea clásica del orden social como externo, atemporal
y resistente al cambio. Blumer en cambio va a hacer énfasis en la interacción social y en la
actividad.
- Fuerte crítico del positivismo empirista:
- no se sustenta en teoría alguna.

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35

- no tienen una definición del concepto de OP

- realizan estudios basados en sondeos. Y dada la carencia de una conceptualización de


lao OP, no saben efectivamente qué van a medir.

- La OP no es más que sus propios resultados, hallazgos.

Frente a esto el interaccionismo simbólico de Blumer constituye una propuesta, una


corriente cualitativa que tiene que ver con la búsqueda de significados de la realidad vivida.
Ésta, a diferencia de las propuestas positivistas que buscan generalidad, regularidades
empíricas, buscan la comprensión de los actores particulares.
INTERACCIONISMO SIMBOLICO Y OPINION PÚBLICA
Hay entre ellos una lógica de yuxtaposición estrecha y recíprocamente moderadora (influyen
uno sobre otro), no es posible entender la naturaleza y estructura de la OP sino se comprende
previamente la naturaleza y la estructura de la sociedad. No se puede entender la OP sin saber
de qué sociedad surge y viceversa. => OPINION PÚBLICA COMO MOTOR DE LA
ACCION SOCIAL. De aquí las seis características:
1. La opinión pública tiene su base en una sociedad y constituye una función de esa sociedad
en acción, es decir toma la forma del marco social en que se mueve, se modela a partir de un
contexto social en el que ella evoluciona.
2. La SOCIEDAD posee una organización, no es vista como una suma de individuos sino
como un todo de compleja actividad grupal, está formada por un ensamblaje de diversos
grupos funcionales que son grupos de interés y la vida social se desarrolla en estos grupos.
Dentro de ella se ven las conductas interdependientes y recíprocamente condicionantes.
Sugiere entonces que el hombre actúa conforme a lo que las cosas significan para él y estos
significados surgen de esa interacción social. La vida grupal constituye una actividad
compleja en curso, es una interacción constante, no es una serie de actos aislados. Las grandes
estructuras emergen de los microprocesos de interacción social.-
- Como grupos funcionales, deben poseer necesariamente una organización: necesitan líderes,
personas que fijen normas, que tomen iniciativas.
3. A la hora de actuar estos grupos funcionales lo hacen a través de los causes asequibles en la
sociedad. La sociedad tiene disponibles ciertos canales institucionales. Dado que hay
individuos claves (individuos, comité, legisladores) que son los decisores, que toman las
decisiones que afectan al resultado de las acciones de esos grupos, que de alguna manera
efectivizan la OP, tales personajes se convierten en objeto de presión o influencia y deben
afrontar las diferentes formas y canalizaciones, la OP llega a partir de distintos canales, causes
de la comunicación.-
4. Estos INDIVIDUOS CLAVE que tienen que tomar las decisiones cruciales se enfrentan
casi inevitablemente a la necesidad de valorar y “evaluar” las diversas influencias,
reclamaciones, demandas y urgencias y presiones que recaen sobre ellos.
5. La OPINION PUBLICA surge entonces de la interacción de estos grupos de interés, no de
individuos iguales (positivismo). Estos grupos funcionales difieren en cuanto a la posición
estratégica que ocupan en la sociedad, en cuanto al prestigio y al poder, en este sentido no
tienen la misma influencia. (La idea de debate, público, individuos racionales que llegan a
consenso propio del liberalismo, ya no tiene más lugar. Los grupos son distintos y tienen
distinta influencia.)
En Blumer encontramos a la OP interactuando en una lógica de poder más que política. Hasta
el momento veíamos a la OP como lugar donde dif individuos iguales crean legitimidad,
consenso social).

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36

La expresión de la OP es la parte de la opinión /expresión global que es tenida en cuenta o


conocida por quienes deben actuar en respuesta a ello. (De acá se deriva que no todo es
opinión pública). En este sentido, la OP se reconoce por sus efectos. La OP es una forma de
influencia sobre aquellos que actúan en rta a la opinión.
6. considerada de un modo realista, La OP consiste en el ensamblaje de diferentes puntos
de vista consideradas por los individuos que actúan en rta a ello.
No solo decisiones políticas necesariamente, pueden ser económicas, dentro de una empresa,
etc.
* Critica a los sondeos:
Esta crítica surge de todo el análisis que se ha hecho previamente.
1. no pueden dar cuenta de la OP porque el procedimiento de muestreo implica el
tratamiento de la sociedad como un mero agregado de individuos aislados. => no puede dar
cuenta de la interacción social. Critica los sondeos como método para medir la OP, dice que
estos grupos son desiguales, algunos son más influyentes que otros.- No se debe aplicar el
muestreo en una sociedad que funciona como una organización siempre cambiante.
2. los practicantes del método encuestas, confunden la utilización de un medio auxiliar
(encuesta) con el propio objeto que pretenden estudiar.
3. Blumer reconoce que el Sondeo funciona por ejemplo en los momentos electorales (con
bastante capacidad predictiva) pero es un momento extraordinario. En el caso de las
elecciones, es el único acto estereotipado en el que el individuo se comporta como sujeto
aislado por lo que todos tienen el mismo derecho sobre ese objeto genérico de decisión
4. La OP es considerara como una distribución cuantitativa de opiniones individuales, se
tiende entonces a menospreciar la cuestión interpretativa tan clave para la vida social.
Limitaciones – críticas
- metodológicas
- carece enfoque ético político. Describe lo que ve.
- Tanto énfasis en la interacción que deja de lado la OP como coerción o acción sobre
toda la sociedad
- Visión conservadora de la sociedad- no plantea cambios.

Como se expresa? En una lógica de influencia sobre los tomadores de decisiones. Como
forma de influir. El proceso de formación de la OP se da a partir de la interacción de los
grupos sociales de interés y de su interacción con el poder. Los tomadores de decisiones
evalúan las propuestas de los diferentes grupos, algunas las toman en cuenta y otras no. La
opinión pública efectiva es precisamente la parte de la OP que si son tomadas en cuenta.
Sujeto OP: - grupos funcionales / entes sociales
- tomadores de decisión /individuos claves

Función OP: - influir en los tomadores de decisiones


- ser motor de la acción social.

LUHMANN
“La realidad de los medios de masas”
Busca responder a la pregunta sobre cómo, modernamente, se construye la realidad en el
sistema llamado sociedad.
Los medios de comunicación determinan el modo como debe ser percibido el mundo y las
perspectivas morales que deben coordinarse para obtener dicha representación. La sociedad,
así, reproduce los temas que los medios de masas seleccionarán para transformarlos en
información. Todo hace aparecer que en la esencia de la moral está el optar por la paz, por la
igualdad, por la solidaridad. Aunque esto, desde el punto de vista empírico, esté desmentido.

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La moral necesita claramente, para rejuvenecerse, del escándalo; necesita de los mass media y
en especial de la televisión. A la persistente reproducción de lo que es [destacar el alzamiento
por encima de la tranquilidad], se le opondrá lo que «debería ser». La sociedad se estimula a
sí misma para la innovación: produce problemas que exigen soluciones; las que, a su vez,
producen problemas que exigen soluciones.
Los mass media, en el procesamiento de la información, a lo que llevan es a la construcción
de un horizonte de incertidumbre que debe ser alimentado siempre por más información
[siempre más y nunca menos] . La sociedad deja en manos del sistema de los mass media su
observación: observación en el modo de observación de la observación. En otras palabras, la
función de los mass media consiste, por sobre todo, en dirigir la autoobservación del sistema
de la sociedad. Se trata de una observación que produce sus propias condiciones de
posibilidad y, que en este sentido, es autopoiética [el estímulo para la próxima comunicación
se produce en el mismo sistema]. La comunicación se orienta hacia adentro; hay una
permanente producción y reproducción de las estimulaciones – y no la difusión del
conocimiento, ni su socialización, ni la educación orientada a producir conformidad con las
normas.
 [como contrapartida] Los medios de masas garantizan a todos los sistemas funcionales una
aceptación social amplia, y a los individuos les garantizan un presente conocido, del cual
puedan partir para seleccionar un pasado específico o expectativas futuras referidas a los
sistemas.
Podría afirmarse que “por una parte, los medios de comunicación absorben y, por otra,
estimulan la comunicación. Por lo tanto, aplican continuamente nueva comunicación a los
resultados de la actual comunicación. En este sentido, son los que se encargan de la
producción de los valores específicamente propios (...) de la sociedad – precisamente de
aquellas orientaciones (relativamente estables) tanto cognitivas, como normativas o
evaluativas que no pueden provenir de fuera, sino que se llevan a efecto sólo en la que las
operaciones se aplican recursivamente a sus propios resultados” [Luhmann: 142].
Por eso, la comunicación debe ser llevada hacia delante mediante sus propios objetos
constituidos, que se pueden convertir en temas. A los medios de masas les toca, en primera
línea, lograr que se den a conocer los objetos y, de momento en momento, introducir
variaciones; de tal suerte que en la comunicación posterior se provoque el riesgo de
aceptación o rechazo.
La estimulabilidad se produce cuando el sistema muestra que tiene memoria en todas sus
operaciones. La memoria actúa como instancia que borra huellas, como represión y, en
ocasiones, como inhibición de la represión. Los rendimientos de memoria de los sistemas
comunicativos en general y de los medios de masas, en particular, se dan a conocer por los
temas de comunicación. Los temas son porciones de relevancia comunicativa [pueden ser
intercambiados según las necesidades]; en consecuencia, [los temas] posibilitan una memoria
altamente diferenciada, que tolera un cambio súbito de tema y que posibilita, con ciertos
cuidados, el volver al tema abandonado.
ESTIMULABILIDAD – PROCESAMIENTO DE INFORMACIÓN – CONSTRUCCIÓN DE
REALIDAD – MEMORIA...

LUHMANN otro

Se encuadra dentro del funcionalismo sistémico. Visión de la sociedad como sistema autorreferente y
autopoiético. Las sociedades modernas se caracterizan por una complejidad creciente, relacionada a la
creciente superespecialización de las funciones que exige el mantenimiento de la sociedad. Esto
implica un riesgo de desarraigamiento de los individuos de la magnitud sistémica. Luhmann se
preocupa por el modo de producir consenso social. La clave de la unificación estará en los lugares
comunes.

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38

La comunicación es un concepto central, ya que es el rasgo característico de los sistemas sociales. La


sociedad es, para Luhmann “un sistema autorreferente y autopoiético que se compone de
comunicaciones”. A su vez la sociedad se compone de subsistemas que cada uno posee un ámbito
diferente de comunicaciones. A medida que la sociedad avanza, se va diferenciando y complejizando,
y desarrollando más subsistemas.

Definición de opinión pública.

La opinión pública deja de ser resultado de la libre discusión racional de los temas de interés público
por parte de individuos integrados en la sociedad civil, para pasar a ser: “la estructura temática de la
comunicación pública”. Es una coincidencia social efímera que considera algún asunto más relevante
que el resto. Es el resultado del proceso de definición de temas relevantes, no necesariamente ligado al
ámbito político.

Puede ser definida también como estructura común de sentido (cualquier miembro de la sociedad
entenderá de qué se está hablando) que permite alcanzar una acción intersubjetiva (acción social),
evitando la desintegración del sistema social a partir de la dispersión biográfica (esto es, la
desaparición de la acción intersubjetiva).

Función de la opinión pública.

La opinión pública tiene una función reductora, simplifica la complejidad del sistema social. No es el
resultado de un consenso racional. Es un mecanismo de convergencia total, que permite a todos
sentirse parte de un mismo sistema, al reconocerse todos involucrados en un tema de conversación
común.

La opinión pública asume la función de mecanismo-guía del subsistema político democrático. No en el


sentido de obtención de un consenso racional que legitima la acción de gobierno, sino estableciendo
los límites temáticos en los que se concentrará la acción de gobierno.

El subsistema político y el social se convierten transitoriamente en opinión pública, pero no a través de


las reglas de la toma de decisiones, sino a partir de las reglas psicológicas de la atención.

Es decir, la opinión pública, en tanto subsistema, tiene una función importante para el subsistema
político. La opinión pública coloca al subsistema político en una situación de autoobservación,
cumpliendo una función simplificadora y centralizadora, aún cuando esto implica una renuncia a las
expectativas de racionalidad.

Proceso de formación de la opinión pública.

Explica un proceso por el cual un asunto se vuelve materia de opinión pública:


1) un tema presionante irrumpe ante la atención general
2) se delimitan posiciones a favor y en contra en torno a ese tema
3) en algunos casos, en lugar de emerger posiciones pro/contra, aparece una sola visión unilateral
(aparece una variante de opinión pública a la que llama moralidad pública).

El mecanismo motor por el cual se forma la opinión pública es el mecanismo de la atención pública
basado en reglas psíquicas. La materia prima de este proceso de formación es la autoobservación de
los observadores: la opinión pública es la mirada autorreferencial que los protagonistas de la
comunicación pública tienen consigo mismos y sus actos.

Rol de los medios de comunicación.

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39

Tienen un rol importante en el proceso de formación de la opinión pública, ya que son los que crean y
sostienen la atención y el diálogo de la gente en torno a ciertos temas. Son los responsables de la
fijación de los lugares comunes de concentración de la atención; es decir, tienen un lugar central en el
proceso de selección de temas, así como en la finalización de un estado de opinión pública.

Los medios masivos de comunicación son el canal principal de autoobservación.

Luhmann Otro
Alemania 70
Se ocupa primordialmente de la comunicación. Hay que incorporar necesariamente en la
reflexión sobre la OP a los medios de comunicación, sobre todo a la Televisión. Es la
aparición de la Tv la que revoluciona la comunicación, es un medio con características
nuevas, incluye la imagen. (Si bien el cine también, el consumo del cine es completamente
distinto). De acá en adelante, en los acercamientos a las teorías de la OP, aparece con más
fuerza los medios de comunicación, más la TV.
La obra de Luhmann hay que abordarla teniendo en cuenta la exigencia que él se plantea de
un pensamiento nuevo, una Ilustración de la ilustración, Invitación a pensar un nuevo
concepto de sujeto desprovisto de las connotaciones antropológicas racionales (esto no
equivale a desentenderse de cuanto componente humano existe en la sociedad). Hay en el
autor un Reconocimiento de la complejidad de la sociedad actual y en esta línea un intento
constante de elaborar una teoría general de la sociedad que constituya un arma para reducirla.
Partiendo de aquí se comprende tambien que plantee análisis en ámbitos diferentes como la
política, el derecho, la economía, asumiendo las exigencias de la multidisciplinar edad.
Luhmann plantea entonces su enfoque Funcionalista sistémico siguiendo líneas de
continuidad con el estructural funcionalismo de Parsons., quien considera la sociedad como
un sistema. Este sistema social tienen una estructura conformada por subsistemas y tiene la
capacidad de regenerarse ante la aparición de cambios, se complejiza, el sistema se diversifica
y aparecen nuevos subsistemas. Luhman se ubica entonces dentro de la teoría Parsoniana, esto
implica que también piensa la sociedad como un sistema, pero hace su propia reflexión
acerca de ello.
Si bien se diferencia de Blumer en el sentido que ven dos sociedades dif (uno grupos de
interés y otros subsistemas) tienen un punto de contacto que es que ambos (GDI y SBS) son
funcionales al conjunto de la sociedad.
La sociedad no está compuesta de seres humanos sino de comunicaciones. La sociedad es
un sistema autorreferente (en tanto contiene en sí mismo la diferencia con el otro) y
autopoiético (e tanto es un sistema que puede crear su propia estructura y los elementos de
que se compone) que se compone de comunicaciones que a su vez puede diferenciarse en
distintos subsistemas, cada uno de ellos cerrado y autorreferente también. (Habermas luego lo
acusará de deshumanizar la sociedad. Para H el sujeto es el individuo)
Luhmann está más preocupado por la alta complejidad de la sociedad post industrial. Existe
alta diferenciación funcional, mucha división del tp, alta especialización => este sistema que
ve está conformado por múltiples subsistemas. Hay tal diferenciación, tanta cantidad de
intereses particulares, que en este escenario, resulta imposible lograr el consenso.
De acá su crítica al liberalismo, no se logra consenso a través de un intercambio libre y
racional. Luhmann va más lejos todavía, es imposible establecer interés generales => en la
sociedad se toman decisiones estratégicas.
La AUTOPOIESIS: es la reducción de la complejidad, la simplificación. Es necesario
simplificar la realidad. En términos de OP , la comunicación se torna imposible dentro de esta
complejidad y sin comunicación el sistema no funciona. Esta función entonces reductora de la
comunicación la cumple la OP a través de lo que llama:

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TEMATIZACION: es la reducción temática. Frente a todos los temas posibles que pueden
vincular a la sociedad, lo reduce a pocos temas. La OP actúa entonces como una estructura
temática que reduce la complejidad de los subsistemas.
Es un proceso de selección de temas de interés (no de posición) de termas relevantes.
Esta tematización tiene que ver con una definición, establecimiento y reconocimiento público
de los grandes temas que constituyen la OP través de los medios de comunicación.
Al igual que Blumer, también vincula la OP a la política:
- B lo hacía cuando relación los grupos funcionales a los tomadores de decisión)
- L lo hace cuando vincula la OP al subsistema político, se establecen reglas de
atención: es decir hacia qué temas la atención se orienta.

Visión de la OP como lugar de la subjetividad social, es la que permite una acción


intersubjetiva.
- Al igual que Habermas, concentra casi toda su atención en el sistema político y coincide con
aquel en la descripción de la perdida de racionalidad dialogante que la concepción liberal
suponía en la formación de la OP. También como H señala a los modernos medios de
comunicación social como los principales “directores de orquesta” de la construcción del
espacio público. Ambos se fijan en el fenómeno de la op de una sociedad industrializada y con
repercusión política
- Al igual q NN coincide en cambio en la detección de los mecanismos psicosociales básicos
de la generación de procesos de op.

HABERMAS
“Historia crítica de la opinión pública. Investigaciones sobre una categoría de la
sociedad burguesa”
La Opinión Pública significa dos cosas distintas según se contemple como
– una instancia crítica, en relación a la notoriedad pública normativamente licitada del
ejercicio del poder político y social
– una instancia receptiva, en relación a la notoriedad pública, «representativa» o
manipulativamente divulgada, de personas e instituciones, de bienes de consumo y de
programas.
Una tiene que ver con la Opinión Pública; la otra, con la opinión no pública.
La Opinión Pública ideal conlleva la polémica racional, el debate [universales]; es
políticamente relevante, porque permite la acción.
El autor critica el actual tratamiento de la Opinión Pública: analizada como «opinión de
masas» “(...) pasa ahora por producto de un proceso de comunicación en el seno de las masas
que no está vinculado a los principios de la discusión pública ni a la dominación política”
[Habermas: 265].
 Positivismo
El público es equiparado con group, como sujeto sociopsicológico de un proceso de
interacción entre dos o más personas. La noción de «grupo» se abstrae de todo presupuesto
social e histórico, también de todo medio institucional.
Opinión es identificada con expression on a controversial topic, luego con expression of an
attitude y, posteriormente, con attitude sin más. La opinión acaba por no necesitar siquiera de
la capacidad de verbalización; ella comprende no sólo cualesquiera hábitos o costumbres que
se manifiestan en determinadas concepciones, sino también modos de conducta sin más.
Para el positivismo, el concepto sociopsicológico de Opinión Pública supone la
eliminación de todos los momentos sociológicos y politológicos esenciales.

40
41

Frente a esta concepción, Habermas propone concebir la Opinión Pública en un sentido


comparativo, porque hay que entender la realidad constitucional del Estado social como
el proceso en cuyo decurso se realiza una publicidad políticamente activa, esto es, en
cuyo decurso el ejercicio del poder social y de la dominación política se someten
efectivamente al mandato democrático de la publicidad.
Hay que poder medir empíricamente a las opiniones según el grado de publicidad.
En el modelo construido, pueden contraponerse dos ámbitos de comunicación políticamente
relevantes: por un lado, el sistema de opiniones informales, personales, no públicas; por el
otro, el de las opiniones formales, institucionalizadas. Las opiniones informales se diferencian
según el grado de su obligatoriedad: en el plano más bajo de ese ámbito de comunicación son
verbalizadas las evidencias culturales; en un segundo plano son verbalizadas las experiencias
básicas de la propia biografía; en un tercer plano, las evidencias de la cultura industrial.
Las opiniones formales están oficial u oficiosamente autorizadas en calidad de comunicados,
notificaciones, declaraciones, discursos, etc. De ahí que se trate primordialmente de opiniones
que circulan, en un plano que escapa a la masa de la población, entre círculos relativamente
reducidos de la gran prensa política, de la publicística raciocinante, en general, y de los
órganos consultivos, influyentes y decisorios con competencias políticas o políticamente
relevantes (gobierno, comisiones gubernamentales, entidades administrativas, comités
parlamentarios, direcciones de partidos, etc).
Existe entre ambos ámbitos una conexión constante de los medios de comunicación de masas.
“(...) una opinión pública en el sentido estricto de la palabra sólo puede producirse en la
medida en que los dos ámbitos comunicativos sean mediados por el ámbito de la notoriedad
pública crítica. Una tal mediación sólo es hoy posible, evidentemente, en una magnitud
sociológicamente relevante, por la vía de la participación de las personas privadas en una
proceso de comunicación formal conducido a través de la publicidad interna de las
organizaciones” [Habermas: 272].
En la medida en que esas organizaciones se doten de publicidad interna en todos los niveles,
existirá la posibilidad de que se establezca una correspondencia recíproca entre las opiniones
políticas de las personas privadas y aquella opinión casi pública. En la medida en que de
ningún modo «se da» la opinión pública como tal, sólo puede definirse comparativamente
[comparación con el ideal].
 La opinión será (verdaderamente) pública en tanto esté expandida por los medios de
comunicación de masas, entre las organizaciones sociales y las institucionales estatales. Se
deduce que el autor define «publicístico [público]» en base a su grado de difusión. Cuanta
mayor difusión tenga la Opinión Pública, más «pública». Y aquí Habermas está pensando en
un debato sobre cuestiones políticamente relevantes donde participe la ciudadanía a pleno y
permite arribar al consenso.
La idea de Habermas es contrastar permanentemente la situación real con lo que debería ser
[método comparativo]. En este sentido, utiliza la noción de Opinión Pública como crítica a las
democracias liberales.

SINOPSIS
HABERMAS (´70)
Enfoque teórico: Escuela crítica de Frankfurt – teoría normativa de la democracia
Universo de análisis: Sociedades industriales DEMOCRATICAS
ESPACIO/ESFERA PUBLICA ↔ Comunicación política

Debate racional (aspiración de Habermas)

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PUBLICO RACIONAL VS PUBLICO ACLAMATIVO


↓ ↓
OP IDEAL/CRITICA ← ESPACIO PUBLICO→ OP MANIPULADA/RECEPTIVA
↓ ↓

• Legitima democracia • INFLUENCIA de Medios de


comunicación
• “Enfrentamiento de corrientes • Opiniones informales
de opinión” • Grupos de intereses
• Debate libre • Sujetos aislados
• Control de los CIUDADANOS fte
Al E y a la notoriedad pública

ESFERA PUBLICA: Dos PROCESOS entrecruzados:


1- generación comunic del poder legítimo → PUBLICO RACIONAL → INSTANCIA CRITICA
2- poder manipulativo de los medio → PUBLICO ACLAMATIVO → INSTANCIA RECEPTIVA

ESFERA PUBLICA: Dos AMBITOS de comunicación contrapuestos:


a- Sist de OPINIONES INFORMALES (no públicas)
b- Sist de OPINIONES FORMALES Instituciones autorizadas (CUASI PUBLICAS)

Círculos reducidos políticamente relevantes.
“Notoriedad pública”.

HABERMAS Otro

En el marco de la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt, y su teoría de la Acción Comunicativa,


Habermas propone una explicación del fenómeno de la opinión pública que sea válida universalmente.

A su vez, parte de una crítica de concepciones anteriores sobre la opinión pública, y los estudios
contemporáneos de medición de la opinión pública, y plantea una visión ético-política, del deber ser.

Propone un nuevo paradigma de lo público y la opinión pública, que sirva como criterio para ver si
una sociedad es verdaderamente democrática.

Definición de opinión pública.

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La opinión pública puede significar dos cosas diferentes:


- Lo que él llama opinión pública paradigmática o ideal, es una instancia crítica de los
ciudadanos particulares en comunicación racional con los representantes de distintas
instituciones, y con una posibilidad real de debate público abierto y democrático.
- Lo que él llama opinión pública manipulada, es una instancia receptiva de los ciudadanos
aislados y particularizados, sin posibilidad de comunicación real con los instalados en la
notoriedad pública, ante los que solo pueden reaccionar con aclamación (ya que los
representantes hacen una divulgación manipulativa de los mensajes).

Ambas son diferentes formas de relación entre los miembros del público (ciudadanos) y los
protagonistas de la notoriedad pública (representantes).

Plantea que en nuestra época, en la sociedad industrializada de masas, tiende a predominar la


presencia de la instancia receptiva de la opinión pública.

Para profundizar el estudio de la opinión pública, desarrolla un concepto central, el del Espacio
Público, que es el ámbito de la intercomunicación humana diferenciable de los otros ámbitos
integrupales de la vida privada y del resto de la vida social genérica. Distingue dos ámbitos, y a su vez,
dentro de cada uno de ellos, establece una diferenciación de las opiniones según su nivel de
informalidad o formalidad:
⇒ Opiniones informales, personales y no públicas.
o Evidencias culturales indiscutibles (opiniones muy persistentes y extendidas
como por ejemplo, posiciones sobre la moral sexual o la pena de muerte).
o Expresiones poco discutidas sobre experiencias fundamentales propias de toda
biografía personal (por ejemplo, opiniones sobre la guerra y la paz, la
seguridad).
o Evidencias de la cultura de masas (opiniones constantemente discutidas,
producto del flujo pasajero constante de información).
⇒ Opiniones formales, reconocidas por las instituciones.
o Opiniones que circulan por circuitos relativamente restringidos (por ejemplo,
por la prensa intelectual).
o Opiniones altamente formalizadas en representación oficial de grupos de un
protagonismo legalmente privilegiado (gobierno, parlamento, partidos
políticos)

Los dos ámbitos están en conexión constante gracias a los medios de comunicación de masas. Pero
estos producen una intercomunicación manipulada, que no procura el diálogo racional entre los
miembros de la sociedad (lo cual está muy ligado al industrialismo).

Habermas plantea que la comunicación pública está siendo suplantada por la comunicación masiva,
en la cual solo es posible la existencia de un público reducido al circuito pequeño de las opiniones
cuasi públicas, y por ende, la formación de una opinión pública manipulada.

Solo podrá haber, para Habermas, una opinión pública en sentido paradigmático cuando se construya
un espacio público crítico, con conexión comunicativa entre personas raciociniantes, permitiendo una
verdadera comunicación pública.

Relación de la opinión pública y los decisores políticos.

La voluntad política, cristalizada en la competencia entre partidos, resulta de las dos formas de opinión
pública. Asimismo, remarca que en la sociedad democrática de masas, el sistema político se asegura el
asentimiento de la población mediante diferentes mecanismos (uno de ellos, el control manipulativo).

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Ante esto, Habermas reivindica la necesidad de una opinión pública auténtica, legitimante de una
sociedad democrática.

Medición de la opinión pública.

El éxito de las mediciones empíricas sobre manifestaciones superficiales de fenómenos grupales


aislados conduce a olvidar la existencia de un significado global de opinión pública, de repercusiones
ético-políticas, sobre el que descansa la posibilidad de una sociedad plural y democrática.

Habermas - Otro
Lo podemos ubicar dentro de lo que se conoce como la polémica o discusión Alemana y de la
“escuela Crítica de Frankfurt”
Fuerte crítica a lo que Habermas llama “disolución psicosocial del concepto de OP” (Noel
Neumann). Entiende que el éxito de las mediciones empíricas sobre fenómenos grupales
aislados conduce “acríticamente” a olvidar la existencia de un significado global de OP, Dejan
de lado el fenómeno etico-politico => se pierde de vista al SUJETO DE LA OP. Se pierde el
hecho de la acción del público como capaz de ejercer acción política.
En Habermas hay una reivindicación, una recuperación de la OP, que desarrollan los liberales
clásicos (obvio teniendo en cuenta el diferente marco teórico). Frente a la fuerza de la
corriente psicosociológica hay que recuperar la relación del concepto clásico de la OP
(liberal) con las instancias de dominación política, con el espacio público político. Habermas
observa la realidad de los sistemas democráticos de la segunda mitad del siglo XX, observa
que hay una visión de público vacío.
Los mecanismos de consenso (por ej. las elecciones o la campaña) incluso ellos, no llegan a
anular o neutralizar esta posibilidad y no llegan a la argumentación y debate racional.=>
característica principal del ESPACIO PUBLICO.
El concepto de la OP está vinculado a la concepción del Espacio Público
Habermas dice que el espacio público está formado por dos ámbitos políticamente relevantes
y contrapuestos entre sí:
a) sistema de opiniones informales: lo define como el sistema de opiniones que
son personales y no públicas, que no llegan al espacio público. Se diferencian por el grado de
obligatoriedad.
- evidencias culturales indiscutibles (los valores culturales básicos de una sociedad en
general no se discuten. Ej., moral sexual)
- expresión poco discutida de experiencias fundamentales propia de toda biografía de
personas, ej. Opiniones sobre guerra y paz, deses de seguridad
- evidencias de cultura de masas, constantemente discutidas

b) sistema de opiniones formales: son aquellos donde las opiniones están


institucionalmente autorizadas (son opiniones cuasi-publicas)=> adquieren la condición de
ser cuasi-públicas. Son opiniones que circulan en un plano por fuera de la población
promedio, de la población en general, es decir, circulan en ámbitos reducidos, en círculos
vinculados a la gran prensa política u órganos consultores vinculados con la política relevante.

Existe entre ambos ámbitos una conexión constante a través de los medios de comunicación
de masas y ciertamente a través de una notoriedad pública “representativa” o
“manipulativamente desarrollada. En este sentido, Habermas insiste que sólo puede resultar
una OP en sentido estricto cuando se constituye un espacio público crítico.
( Tener siempre en cuenta en qué marco teórico desarrolla su teoría, esto es La escuela critica
de Frankfurt. En esta línea es que realiza un análisis crítico a la sociedad de consumo y

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analiza al individuo-masa. Acusa a la sociedad industrial (casi post-industrial)del siglo XX d


crear circunstancias que llevan a la pérdida de conciencia crítica => conformismo.)
El espacio público POLITICO es entonces el concepto adecuado que permite encontrar todas
las condiciones de comunicación bajo las cuales se produce la formación de la OP. Hay dos
procesos entrecruzados:
1- un proceso generador de comunicación vinculado al poder legítimo, esto es diálogo y
relación entre el ciudadano y las instituciones de dominación.
2- Un proceso manipulativo de los medios de comunicación de masas que tiene como
función lograr la lealtad de la masa.

Estos 2 procesos entrecruzados en la acción comunicativa nos dan dos públicos:


1- público racional: vinculado con el primer proceso
2- público aclarativo: característico del segundo proceso.

Desde acá entonces Habermas define 2 tipos de O.P


1- O.P ideal, paradigmática o de instancia crítica : hay comunicación entre ciudadano
y gobernante, hay debate público, argumentación.
2- O.P manipulada: los ciudadanos se encuentran aislados y prácticamente sin
comunicación con sus representantes. Los msj. Que le llegan a estos ciudadanos son
manipulativos.

En esta sociedad, en este espacio, no existen ambas OP, son dos formas de ver el mismo
fenómeno, sin embargo en estas sociedad hay un predominio de la instancia receptiva,
pseudoparticipante y meramente aclaratoria, las opiniones no públicas, que no pueden ser
consideradas como resultado de un consenso En este sentido, el texto de Habermas pretende
incentivar la OP critica por sobre la manipulativa.

Algo público para Habermas es lo que tiene interés general al ciudadano como tal, afecta al
ciudadano como miembro de una sociedad y no como sujeto particular ni grupo funcional. Po
ello, dice que lo auténticamente público cada día es menor motivo de preocupación para una
sociedad particularizada y esto genera dos movimientos de suplantación:
- por un lado el aparato institucional del Estado que acaba considerándose el único
guardián e intérprete de lo público
- por el otro, los intereses egoístas o particulares de grupos de presión que mediante “
relaciones públicas” camuflan como público su exclusivo interés.

Hay que desarrollar criterios que permitan medir empíricamente el carácter más o menos
público de las opiniones. El criterio fundamental sería el “principio democrático de la
Publicidad”, cuyos rasgos esenciales serian el dialogo racional, transparente y abierto a la
participación de todos los ciudadanos. Este procedimiento de comparar cada manifestación de

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46

opinión con el paradigma de una opinión elaborada es lo q superará la renuncia acrítica de los
positivistas
Lógica del control social: - positiva para Rousseau
- negativa para Tocqueville y Mill
Marxismo clásico: negación de la lógica de la Opinión Pública. La OP no existe como
concepto, es una fantasía liberal porque siempre es la opinión de una clase.

NÖELLE NEUMANN
“La espiral del silencio”
La autora estudia la opinión pública como una forma de control social en la que los
individuos, percibiendo casi instintivamente las opiniones de quienes les rodean, adaptan su
comportamiento a las actitudes predominantes sobre lo que es aceptable y lo que no.

> Tres significados de «público»


1) lo abierto a todo el mundo en cuanto a distinto de la esfera privada, que es algo distinguido
o apartado como propio.
2) denota alguna implicación del Estado; intereses públicos.
3) la piel social
Este tercer sentido podría caracterizarse como psicosociológico.
El individuo no vive sólo en su espacio interior; su vida también está vuelta hacia fuera, hacia
la colectividad. Entonces, ¿qué es eso que «expone» continuamente al individuo y le exige
que atienda a la dimensión social de su medio? Es el miedo al aislamiento, a la mala fama, a
la impopularidad; es la necesidad de consenso. Esto hace que la persona desee prestar
atención al entorno y se vuelva así consciente del «ojo público». Los individuo siempre saben
si están expuesta a u ocultos de la visión pública, y se comportan en consecuencia.
La autora, a partir de este planteo, destaca la existencia de un individuo temeroso de la
opinión de sus iguales.

> Elementos relacionados con el proceso de la Opinión Pública:


1) la capacidad humana de percibir el crecimiento o debilitamiento de las opiniones públicas;
2) las reacciones ante esta percepción, que impulsan a hablar más confiadamente o a callarse;
3) el temor al aislamiento que hace que la mayor parte de la gente tienda a someterse a la
opinión ajena.
Con estos tres elementos, se construye una definición operativa de la Opinión Pública: “
(...) opiniones sobre temas controvertidos que pueden expresarse en público sin aislarse”
[Nöelle-Neumann: 88]. Y luego agrega [para completar la definición]: “(...) en el terreno de
las tradiciones, la moral y, sobre todo, las normas consolidadas, las opiniones y
comportamientos de la opinión pública son opiniones y comportamientos que hay que
expresar o adoptar si uno no quiere aislarse. El orden vigente es mantenido, por una parte, por
el miedo individual al aislamiento; por la otra, por la exigencia pública, que tiene el peso de la
sentencia de un tribunal, de que nos amoldemos a las opiniones y a los comportamientos
establecidos” [Nöelle-Neumann: 89].
> La autora retoma a John Locke y su «ley de la virtud y el vicio» (también llamada: de la
opinión o la reputación o de la moda); se remite al mismo Locke para exponer su significado:
“(...) Para comprenderla correctamente hay que tener en cuenta que, cuando los hombres se
unen en sociedades políticas, aunque entreguen a lo público la disposición sobre toda su
fuerza, de modo que no puedan emplearla contra ningún conciudadano más allá de lo que
permita la ley de su país, conservan sin embargo el poder de pensar bien o mal, de aprobar o
censurar las acciones de los que viven y tienen trato con ellos” [citado en Nöelle-Neumann:

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98]. La conclusión, a la que esta cita permite arribar, es clave: el tribunal de la Opinión
Pública obliga a los hombres a amoldarse por miedo al aislamiento.
Nöelle-Neumann destaca además, la insistencia de Locke en conceptos como «reputación», es
decir, conceptos psicosociológicos que muestran la completa dependencia de los seres
humanos respecto al medio social, a los muchos, a los otros.

> Teoría de la opinión pública: LA ESPIRAL DEL SILENCIO


Esta teoría se apoya en el supuesto de que la sociedad amenaza con el aislamiento y la
exclusión a los individuos que se desvían del consenso. Los individuos, por su parte, tienen un
miedo en gran medida subconsciente al aislamiento, probablemente determinado
genéticamente. Este miedo al aislamiento hace que la gente intente comprobar constantemente
qué opiniones y modos de comportamiento son aprobados o desaprobados en su medio, y qué
opiniones y formas de comportamiento están ganando o perdiendo fuerza. La teoría postula la
existencia de un sentido cuasiestadístico que permite realizar esas estimaciones. Si la gente
cree que su opinión forma parte de un consenso, se expresa con confianza. Y, a la inversa,
cuando la gente se siente en minoría se vuelve precavida y silenciosa, reforzando así la
impresión de debilidad, hasta que el bando aparentemente más débil desaparece, quedando
sólo un núcleo duro que se aferra a sus valores anteriores, o hasta que la opinión se convierte
en tabú.
Entonces, los supuestos base son:
1 - la sociedad amenaza a los individuos desviados con el aislamiento
2 - los individuos experimentan un continuo miedo al aislamiento
3 - este miedo al aislamiento hace que los individuos intente evaluar continuamente el
clima de opinión
4 - los resultados de esta evaluación influyen en el comportamiento en público,
especialmente en la expresión pública o el ocultamiento de las opiniones.
A partir de experimentos realizados para comprobar cómo funciona la amenaza del
aislamiento, Nöelle-Neumann explica que “(...) en cuanto las personas dejan de estar solas
(...) se transforman debido a la conciencia de que los otros se están formando una opinión
sobre ellas (...)” [Nöelle-Neumann: 265]. Así, hay una especie de control personal interno
que filtra el comportamiento antes de realizarse el control social: el mero pensamiento de lo
desagradable que puede ser una situación hace que el individuo corrija sus comportamientos
divergentes del consenso público antes de que la colectividad ejerza el control social exterior.
¿Existe realmente el sentido cuasiestadístico tal como lo describe la teoría de la opinión
pública? ¿Puede la gente percibir el clima de opinión? La disposición a realizar una
estimación es un indicio de que la gente intenta continuamente evaluar la fuerza de las
opiniones contrapuestas sobre un tema determinado.
Pero con frecuencia las estimaciones son incorrectas. A menudo se sobrevaloran las opiniones
apoyadas por los medios de comunicación influyentes. Este fenómeno es lo que suele
llamarse actualmente «ignorancia pluralista». La autora sigue a otros pensadores [como
Allport] para explicar que “(...) el individuo sólo tiene tres maneras de realizar deducciones
sobre las opiniones y puntos de vista predominantes entre la población: la prensa, el rumor y
la «proyección social». El concepto de «proyección social» es en realidad idéntico al de
«percepción especular» (looking glass perception), término introducido posteriormente para
explicar la «ignorancia pluralista» (...) y oponerse a la idea de un sentido cuasiestadístico (...)”
[Nöelle-Neumann: 274].
Nöelle-Neumann destaca la existencia de grupos que “no temen al aislamiento”. Los que
pertenecen a la vanguardia están comprometidos con el futuro y por ello se encuentran
necesariamente aislados; pero su convicción de que se hallan por delante de su época les
permite soportarlo. El «núcleo duro» sigue comprometido con el pasado, conserva los

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valores antiguos mientras sufre el aislamiento presente. Es decir, estos grupos “no temen
al aislamiento” puesto que según, se aferran a sus convicciones y opiniones, ya se encuentran
aislados.
¿Cómo se transforma la suma de opiniones individuales, tal como las define la investigación
de la opinión pública, en el tremendo poder político conocido como «opinión pública»? La
causa de la transformación de la suma de las opiniones individuales en esa Opinión Pública es
la continua interacción entre las personas debida a su naturaleza social. La amenaza al
aislamiento, el miedo al aislamiento, la continua observación del clima de opinión y la
evaluación de la fuerza o de la debilidad relativas de los diferentes puntos de vista determina
si la gente expresa sus opiniones o permanece callada.

> La Opinión Pública es el resultado de la interacción entre los individuos y su entorno


social.
Para no encontrarse aislado, un individuo puede renunciar a su propio juicio.
Este temor al aislamiento forma parte integrante, según entiende Nöelle-Neumann, de todos
los procesos de opinión pública. Aquí reside el punto vulnerable del individuo; en esto los
grupos sociales pueden castigarlo por no haber sabido adaptarse. Hay un vínculo estrecho
entre los conceptos de Opinión Pública, sanción y castigo.
¿Pero en qué momento una se encuentra aislado? Es lo que el individuo intenta descubrir
mediante un “órgano cuasiestadístico”: al observar su entorno social, estimar la distribución
de las opiniones a favor o en contra de sus ideas, pero sobre todo al evaluar la fuerza y el
carácter movilizador y apremiante, así como las posibilidades de éxito, de ciertos puntos de
vista o de ciertas propuestas.
[como ya se dijo] Puede estar de acuerdo con el punto de vista dominante, lo cual refuerza su
confianza en sí mismo y le permite expresarse sin reticencias y sin correr el riesgo de quedar
aislado. Por el contrario, puede advertir que sus convicciones pierden terreno; cuanto más
suceda esto, menos seguro estará de sí y menos propenso estará a expresar sus opiniones.
“Basándonos en el concepto de un proceso interactivo que genera una ‘espiral’ del silencio,
definimos a la opinión pública como aquella que puede ser expresada en público sin riesgo
de sanciones, y en la cual puede fundarse la acción llevada adelante en público” [Nöelle-
Neumann: 201].
La autora define a la Opinión Pública como la opinión dominante que impone una postura y
una conducta de sumisión, a la vez que amenaza con aislamiento al individuo rebelde y, al
político, con una pérdida de apoyo popular. Por esto, el papel de activo de iniciador de un
proceso de la opinión queda reservado para cualquiera que pueda resistir a la amenaza de
aislamiento.

> Rol de los medios de comunicación:


Los medios de comunicación difunden determinadas opiniones, haciéndolas accesibles para
todos y permitiendo que se vuelvan mayoritarias; esto alienta la amenaza al aislamiento. “(...)
las opiniones que se hacen públicas (...) se hacen públicas en los medios de comunicación de
masas” [Nöelle-Neumann: 88]. Podría decirse que impulsan a obrar a los individuos, incluso
contra su voluntad a fin de no ser apartados socialmente.
Retomando el concepto lockeano de “ley de moda”, los medios de masas difunden estas
concepciones que marcan aquello considerado como agradable o desagradable, como bueno o
malo; la mayoría de la gente las utiliza como guía para mantener su buena reputación frente a
los demás, olvidando las leyes de Dios o del juez.

> Críticas:
– prescinde de aspectos normativos: es una teoría realista, del “como es” ≠ debe ser.

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– trabaja únicamente sobre los aspectos psicosociales


– toma al individuo como unidad de análisis: es difícil vincular la Opinión Pública con la
opinión individual. Nöelle-Neumann “salva” esta crítica a partir del argumento de que sus
experimentos preguntan sobre «¿qué cree ud. que piensan los demás sobre...?».

Noelle-Neuman – Otro

Esta autora tiene una concepción realista de la opinión pública, y tiene un enfoque psicosocial de este
fenómeno, que desarrolla en su Teoría de la Espiral del Silencio, la cual postula lo siguiente:

Las corrientes de opinión mayoritarias presentan una tendencia natural a incrementar el número de
simpatizantes, mientras que las corrientes minoritarias tienden a reducirlo cada vez más. Ello se debe a
dos fenómenos:
- las posibilidades de escuchar la tendencia mayoritaria en el mercado de opiniones, son
mayores
- quienes disienten de la opinión mayoritaria tenderán a silenciar su opinión, debido a la presión
social del miedo al aislamiento, favoreciendo el sentimiento de preponderancia de la corriente
mayoritaria.

Los supuestos de la teoría son:


1) La sociedad amenaza a los individuos desviados con el aislamiento.
2) Los individuos experimentan un continuo miedo al aislamiento.
3) Este miedo al asilamiento hace que los individuos intenten continuamente evaluar el clima de
opinión.
4) Los resultados de esa evaluación influyen en el comportamiento en público y la expresión o
silenciamiento de las opiniones
5) Todos los puntos anteriores están interrelacionados, lo cual explica la formación, el
mantenimiento y la modificación de la opinión pública.

Definición de la opinión pública.

Desde un punto de vista teórico, la opinión pública es definida como la piel social: en tanto protege a
la sociedad como una piel, manteniendo la unidad, pero a su vez, a través de ella, de la sensibilidad,
los individuos particulares pueden sentirse afectados a partir de un ataque de la opinión pública.

Desde un punto de vista empírico, operativo, la opinión pública es la opinión de temas controvertidos
que puede ser expresada en público sin riesgo de sanciones y sin temor al aislamiento , y en la cual
puede fundarse el comportamiento en público. Es la opinión dominante que impone una postura y una
conducta de sumisión, y amenaza con el aislamiento a los disidentes.

Contenido de la opinión pública y definición de “lo público”.

Noelle-Neumann no restringe la opinión pública a lo político ni a ningún tema en particular. De lo que


se trata es de la aprobación o desaprobación de opiniones y de comportamientos observables
públicamente.

Esto está ligado a su definición de lo público: se refiere a la esfera en la que operan los procesos de la
opinión pública, la situación de público anónimo. Le da un sentido psicosociológico a lo público,
ligado a que el hombre no vive solo, sino en colectividad, expuesto a las exigencias de la sociedad. Lo
público en el sentido del público anónimo como jurado de la naturaleza social del hombre.
El sujeto de la opinión pública es el individuo.

Proceso de formación de la opinión pública.

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Este proceso está fundado en el mecanismo psicosocial de “la espiral del silencio”, y según la autora,
esta idea ya está presente en Tocqueville.

El proceso de formación de la opinión pública consiste en que: la sociedad amenaza con el aislamiento
y la exclusión a los individuos que se desvían del consenso. Dado que los individuos le temen al
aislamiento, estos evalúan constantemente el clima de opinión; y esta evaluación influye en el
comportamiento en público; y en la expresión y/o ocultamiento de una opinión, según se corresponda
o no con la opinión pública dominante.

La opinión pública dominante, asimismo, puede ser modificada. Esto puede ser a través de:
- los núcleos duros: son los grupos que siguen comprometidos con el pasado, que no quieren el
cambio, que conservan los valores antiguos mientras sufren el aislamiento
- las vanguardias: los grupos que están comprometidos con el futuro y por ello se encuentran
aislados, pero su convicción de que se hallan por delante de su época les permite soportarlo.

Función de la opinión publica

La opinión pública cumple con una función de control social, de censura moral.
Consenso básico pero que no surge de un pacto racional sino de manera casi espontánea. El peso de
esta opinión es brutal, debido al mecanismo psicológico del miedo al aislamiento.

Rol de los medios de comunicación.

Son creadores de opinión pública. Pertenecen al sistema por el cual el individuo consigue informarse
sobre su entorno, cuya presión desencadena la acción del individuo, ya sea: combatividad, sumisión, o
el silencio.

Son la fuente más importante para la observación constante que el individuo realiza de su entorno.
Transmiten las ideas sobre las distribuciones de frecuencia de la opinión pública.

Medición de la opinión pública.

La opinión pública puede ser medida a partir de la medición del miedo al aislamiento. A su vez, los
individuos tienen la capacidad de detectar cuál es el clima de opinión o las distribuciones de
frecuencia de la opinión. Por lo que a través de entrevistas o encuestas, se puede acceder a medir la
opinión pública. A partir de la teoría de la espiral del silencio, y sus hipótesis, se pueden establecer
previsiones y someterlas a contrastación empírica.

NOELLE NEUMANN otro


- Tiene una visión diferente porque ella la opinión pública no la va a limitar a lo político
solo.

- La op tiene un papel necesario en la sociedad.

- Su enfoque teorico es psicosocial

- La op y su formación cumplen una necesidad vinculada a la naturaleza humana que a


la vez es una naturaleza social. La op existe debido a una naturaleza de la realidad
social.

- Los individuos tienen una conducta básica y esencial basada en la imitación

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- CONDUCTA IMITATIVA: esencial para la supervivencia de la sociedad porque esta


fuertemente relacionada a la necesidad de integración social que pasa por evitar el
AISLAMIENTO y la MARGINACIÓN

- Analiza las elecciones en Alemania occidental mediante encuestas preelectorales y


resultados y encuentra elementos comunes tanto en una como en otra elección:

1- EFECTO DEL CARRO DE GANADOR/VENCEDOR: la gente votó al


partido político que en el último tramo aparecia como que iba a ganar según la
expectativa general.

2- La gente dispuesta a dar su opinión sobre algún tema


CONTROVERTIDO/CONTROVERCIAL cuando su opinión estaba en línea
con el punto de vista de la mayoría sino no contestaban.

- A partir de esos elementos comunes que encuentra su conclusión preliminar va a ser


que: en 1, acerca del efecto de carro, se da porque era el deseo o la necesidad de los
individuos de evitar el aislamiento. Es un deseo que por naturaleza es comun a todos.
Al haber TEMOR a ser aislado (relacionado con Tocqueville) para no terminar así el
individuo puede renunciar a su propio juicio y esto a su vez es una condición
necesaria para su integración social. Respecto a 2, los ciudadanos tienen la capacidad
de percibir el clima generalizado y así dar su opinión. Las personas registran qué
opiniones van ganando terreno y cuáles se van convirtiendo en dominantes. Y así se
forma el "clima de opinión dominante" que se lo capta en un sentido cuasi estático.

- El temor al aislamiento y la duda sobre mi propia capacidad d juicio forman parte de


la propia formación de la op.

- Va a ver una dificultad en los individuos para decir no a la mayoría.

- Una necesidad del conformismo para la integración social.

- El silencio se interpreta como conformidad

- La opinión del grupo afecta a la opinión individual

- Para Neumann la op es un mecanismo de CONTROL SOCIAL por lo cual la podemos


identificar con los teóricos que ven la op de la misma manera. Esta forma de verla op
está vista como con una consecuencia de castigo que es el aislamiento.

- La ley de la moda y reputación de Locke atribuye poder y coerción social a los


individuos que se apartan de la moda

- FORMACION DE LA OP: "teoría del espiral de silencio" (TES). Los individuos


tienen la capacidad de evaluar las opiniones en su entorno social. Si se identifican con
el punto de vista predominante pueden expresar sus ideas. Ocurre lo contrario si sus
ideas son minoritarias ya que los individuos están menos seguros de sí mismos y por

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lo tanto a no expresarse. El miedo al aislamiento es la fuerza que pone en movimiento


a la espiral del silencio.

- Neumann no habla de opinión cuantitativamente mayoritaria sino PREDOMINANTE.

- Fórmula de la TES:

tendencia a expresarnos tendencia a guardar


silencio
(Esta doble tendencia genera un proceso en espiral que va instalando una
posición dominante o una opinión predominante)

- La opinión de algunos parece (porque muchos se callan) ser la opinión de todos

- La op no es mayoritaria a diferencia del empirismo abstracto.

- La op no es unanime a diferencia del roussoniano

- La op es la opinión mejor vista, más aceptada entre todas las corrientes de opinion.

- OPINIÓN PÚBLICA: aquellas opiniones pertenecientes al terreno de la controversia


que uno puede expresar en público sin sentirse aislado de los demás. Es una protección
hacia afuera y una cohesión hacia adentro. Para Neumann es un mecanismo de
integración social y a la vez uno de control social

- OBJETO DE LA OP: temas controversiales políticos, sociales, etc. (es una visión más
amplia que los liberales como Habermas, Luhmann)

- SUJETO DE LA OP: Individuos, que no necesariamente son ciudadanos, y grupos.

- El sentido de lo público tiene carácter psicosocial y Neumann lo coloca en la mitad de


los demás (El ojo público)

- Para Neumann los medios de comunicación de masas sirven a los individuos para
informarlos del entorno y sobre los climas de opinion. Tienen un rol importante porque
pertenecen al sistema en donde los individuos ya forman su entorno y su opinión.

- La posibilidad de romper la espiral del silencio, de cambiar la op dominante, está en


manos de quienes no le temen al aislamiento. Acá Neumann descubre dos grupos: los de
VANGUARDIAS, que miran hacia el futuro, y los de NUCLEOS DUROS, que no le
temen al aislamiento porque están anclados en los valores del pasado por lo tanto no
tienen nada que perder.

Neumann otro
Dentro de las teorías más contemporánea de la OP, en Noelle Neumann encontramos una
concepción más realista y psicosociológica de la OP.

52
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Afirma la autora que los elementos nucleares de su concepción teórica ya estaban en Locke,
Rousseau, Hume pero que hasta el momento no podían dar cuenta empíricamente de la OP.
Ahora sí con herramientas epistemológicas y metodológicas, dice no es que no se podía medir
(los positivistas) a partir de encuentras sino que se hacían las preguntas incorrectas. (≠
Blumer)
Es importante tener en cuenta la importancia empírica de su teoría y la centralidad de la esfera
psico-social del individuo perdido en la masa. Esto significa que siempre debemos mirarla relación del
inviduo con su marco social (en este sentido luego hablará de tribunal de enjuiciamiento, en tanto
constituye una exigencia pública de que nos amoldemos a la opinión mayoritaria)
OPINION: no entendida, en tanto doxa, sino como un sentido de acuerdo y comunidad, que
exige reconocimiento de los otros.
PUBLICA: constituida por tres elementos. Lógica publica:
a) en relación a lo legal, subraya el aspecto etimológico de apertura, abierto al mundo en
cuanto distinto de esfera privada.
b) en relación al Estado y sus derechos, se trata de asuntos o problemas que nos atañen a
todos, relacionados con el bienestar general.
c) en relación al elemento psico social que es la parte de la vida orientada a cómo el
individuo se relaciona con el marco social pensado como un todo social.
Estudia la opinión pública como una forma de control social o censura en la que los individuos
adaptan su comportamiento a las actitudes predominantes sobre lo que es aceptable y lo que no. El
núcleo central de la OP, lo constituyen un conjunto de presiones sociales básicas
entendidas/comprendidas por todos los individuos de una comunidad, independientemente del
grado de sujeción que tengan a esas presiones. Todos reconocen que tienen miedo de quedar afuera
de esta sociedad post industrial masificada.
Utiliza dos metáforas para explicar la lógica de la OP:
1. Metáfora de la Op como piel social: como una protección hacia fuera y cohesión
hacia adentro. Callar implica adaptarse.
- En este sentido, hace una referencia a Durkheim en su método sociológico porque
identifica esta metáfora con la explicación del funcionamiento de la sociedad mesiánica donde
hay una identificación colectiva que restringe o aglutina la opinión individual. Neumann dice
que así funciona la ilógica de la OP en la sociedad moderna.
- También en esta línea se siente una deudora de Locke y rescata su concepto de “ley de
reputación”, que según el autor, ejerce una coerción social sobre los individuos porque nadie
puede vivir en una sociedad bajo el constante desagrado la mala opinión de aquellos que
conviven con él.
2. Metáfora del Espiral del silencio. Proceso de creación y propagación de la Op: La
teoría de la espiral del silencio parte del supuesto básico de que la mayor parte de las personas
tienen miedo al aislamiento, a la impopularidad y a la capacidad de su ppio juicio; al
manifestar sus opiniones primero tratan de identificar las ideas, evaluar el “clima de opinión”
para luego sumarse a la opinión mayoritaria o consensuada. Este miedo se da porque se
necesita ser parte de ese consenso, de esa opinión mayoritaria.

Todos saben si están expuestos u ocultos a la opinión pública y actúan en consecuencia


porque hay un sentido que hace que uno sepa lo que piensa la mayoría en determinado marco
social => especie de consenso básico que surge casi espontáneamente. Son capaces de
reconocer intuitivamente la lógica de la opinión mayoritaria en determinado momento. En
este sentido habla de “adaptación al medio” (Darwin).
Frente a esto, la teoría del espiral se resume en la idea de que las corrientes de opinión
mayoritaria presentan una tendencia natural a incrementar el número de simpatizantes,

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mientras que las opiniones minoritarias tienden a decaer. Y esto se debe básicamente a dos
explicaciones:
1. la probabilidad de escuchar en el “mercado de opiniones” las posturas mayoritarias siempre
es mayor y por ende su divulgación es más alta.
2. el proceso de las corrientes minoritarias es inverso
Entonces quienes se sienta portadores de opiniones discrepantes tenderán, por esta presión
social y miedo al aislamiento, a silenciar sus verdaderas opiniones, favoreciendo la impresión
de los que opinan en mayoría de que su preponderancia social es incluso más extensa de la
real. (Aclaración: La opinión pública, no es exactamente opinión mayoritaria ni unánime pero
se es la opinión mejor vista)
En este sentido define:
 Clima de opinión: la OP se fragua en un clima de opinión. Es una conjugación de
informaciones e ideas previas u estados de opinión preexistentes que con la
introducción de algún elemento desencadenante suscitan una nueva discusión pública
y nuevas opiniones. Dan un estado de opinión en un determinado momento. Los
individuos están midiendo siempre el CDO.

 Corriente de Opinión: derivaría temporalmente de ese primer momento y, frente al


carácter indeterminado del clima de opinión, presenta en cambio una fisionomía de la
OP altamente reconocible como un grupo organizado, expresados por los medios
masivos de comunicación.

Rol de los medios de comunicación


En esta disyuntiva la principal fuente de información serán los medios de comunicación y estos
definirían el clima de opinión sobre los asuntos de que se trate. Son también creadores de OP porque
constituyen el entorno cuya presión desencadena, la combatividad, la sumisión o el silencio. Los
medios, a través de sus contenidos, contribuyen a establecer el espacio público de debate y, con ello,
el marco en el que se desarrolla la opinión pública. Los efectos de los medios son, acumulativos, de
modo que su incidencia en la opinión no es inmediata, sino que se va fraguando y consolidando en
función del número de medios que avalen una postura y el tiempo que persistan en una posición.
Lógica manipuladora de los discursos en los MCS. Son ojos para dar cuenta de las opiniones en un
determinado marco social.
DOS DEFINICIONES DE OP
1. OP son aquellas opiniones pertenecientes al terreno de la controversia que uno puede
pensar en público sin sentirse aislado y en la cual puede fundar su acción (sin controversia no
hay OP) La OP es un fenómenos que no es estrictamente político y por lo tanto el portador de
la OP puede ser cualquiera y no el público políticamente activo como dice Habermas. De lo
que se trata es de la aprobación o desaprobación de opiniones y comportamientos observables
públicamente.
2. Opinión dominante y amenaza tanto para:
a) el individuo que piensa en relación al marco social para ver que piensa la mayoría
b) pero los políticos también deben ver la OP (retiro del apoyo social)
Aquellos que logran resistir son:
- VANGUARDIA: los que pertenecen a la vanguardia están comprometidos con el
futuro y por ello se encuentran necesariamente aislados, tienen la convicción que
están por delante de su época y esto les permite resistir la amenaza del aislamiento.
Puede constituir una opinión pública de una minoría intensa que va ganando no solo
en número sino en presión.

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- NUCLEO DURO: sigue comprometido con el pasado, conserva valores antiguos y


sufre aislamiento en el presente.

5 supuestos
2- La sociedad amenaza al individuo con aislarlo
3- Los individuos experimentan un continuo miedo al aislamiento
4- => tienden a evaluar constantemente el clima de opinión
5- Los resultados de esta evaluación influyen en el comportamiento, especialmente la
aparición en público u ocultamiento.
6- Todos los elementos están relacionados

Método- condiciones para el estudio empírico: 6 preguntas básicas:


1- determinar la distribución de la OP, medir el estado de la opinión general con encuestas
2- evaluar el clima de opinión
3- como cree el público que va a evolucionar el tema controvertido? Como piensa que va a ser
en el futuro?
4- Medir la disposición a expresarse o a la tendencia de permanecer callado en público.
5- Posee el tema en cuestión un fuerte componente moral/emocional?
6- Qué posición adoptan los MCS? A que bando apoyan los medios influyentes
PROBLEMAS
- Posición resignada, realista, conservadora
- Critica de Habermas: no encuentra lo que no busca, empleos de opinión publica critica,
reflexiva, racional
- Dador dice que no sale del empirismo abstracto
- No explica la lógica política
- Ella es realista, conservadora. Describe la realidad que hay, no plantea paso a seguir (≠
Habermas)
Sujeto OP: - individuo en relación al marco social, individuo en su naturaleza social
- mcs
Función: control social indeterminado
Proceso de formación: tema controversial, se produce a través del medio (5 supuestos)
Discusión con Habermas:
- en H, la OP se analiza prioritariamente en su vertiente y significación política, se concibe
como un espacio estructural donde pueden coexistir una OP manipulada y una OP critica y se
expresa éticamente la necesidad de una OP ideal (critica) producto del debate racional y libre
de todos los ciudadanos.
- En NN, la OP se analiza prioritariamente en su vertiente psicosociológica, se restringe el
término para identificarse con el control social anónimo. Plantea una actitud resignada o
realista que , por oposición al idealismo de Habermas, niega la posibilidad de una OP racional
y dialogante.

ADROGUÉ
“El debate sobre las propiedades de la opinión pública en EEUU”
Estudio de la OP: uno de los rasgos distintivos de este proceso es la ausencia casi absoluta de
conceptos precisos que den cuenta del fenómeno a estudiar. A partir de esta afirmación,

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Adrogué propone “organizada y comentada reseña bibliográfica” sobre el debate de las


propiedades de la Opinión Pública en EEUU.
Éste puede remontarse a los Federalist Papers: la opinión de los ciudadanos, sin constricción
institucional alguna, podía ser víctima de las pasiones y de esta manera errar en la búsqueda
del “bien común”, al cual sólo podía accederse mediante el gobierno de la razón. Fruto de esta
percepción, el diseño institucional norteamericano puede entenderse como una serie de
mecanismos destinados a reducir los posibles riesgos de una opinión ciudadana volátil e
impredecible y a merced de quienes quisieran o supieran alentar las “pasiones” del pueblo.
Por el contrario, Jefferson y los llamados populistas sostuvieron que la única solución al
problema de la manipulación de la Opinión Pública no era limitar institucionalmente el poder
de la ciudadanía sino informarla y educarla.
A principios del siglo XX, el debate [sobre las propiedades de la Opinión Pública] adquiere
rasgos propios y distintivos:

> CONSENSO PESIMISTA


Se extiende desde mediados de la década del ‛30 hasta la intensificación de la guerra en
Vietnam y se funda en tres argumentos principales:
a) la Opinión Pública es volátil, inestable e impredecible;
b) la Opinión Pública es irracional o, menos drásticamente, carece de coherencia en el
sentido de que no está estructurada sobre un sistema de valores y creencias comunes;
c) la Opinión Pública tiene escaso o nulo impacto sobre el proceso político de toma de
decisiones.
Lippman es contundente: el «hombre de la calle» carece del tiempo o del interés necesarios
para actuar como legislador, o siquiera, para estar informado de los múltiples y diversos temas
que componen la agenda en una sociedad moderna. Sólo dispone de percepciones difusas,
“imágenes en su cabeza”, las que muchas veces distan de la realidad y la distorsionan.
En la interpretación de la Opinión Pública el desinterés y la desinformación derivaron en
volatilidad, impredecibilidad e irracionalidad. Almold acuño el término mood theory para
describir la inestabilidad en las opiniones del ciudadano en temas de política exterior.
Converse calificó a las opiniones recogidas por las encuestas por las encuestas como
«actitudes u opiniones no reales», a la vez que parodió la inestabilidad observada en los
resultados afirmando que la gente contesta las encuestas “como si estuviera tirando una
moneda al aire”, de manera “estadísticamente azarosa”; concluye que la Opinión Pública es
irracional por carecer de un sistema de creencias comunes que le permiten evaluar en forma
coherente y predecible los distintos temas de actualidad.
Esta falta de un sistema de valores y creencias comunes encuentra evidencia empírica en
estudios sobre las percepciones políticas y la conducta electoral de los norteamericanos. La
Escuela de Columbia y la Escuela de Michigan comparten la percepción pesimista del
votante, quien carece de la información, el tiempo o el interés para optar racionalmente por
quién votar.
El corolario del “consenso pesimista” es el siguiente: la opinión pública tiene escaso o nulo
impacto sobre los gobernantes, quienes no le prestan atención al momento de tomar
decisiones, bien porque hacerlo es en definitiva de escasa utilidad, bien porque puede ser
insensato y hasta peligroso.
A partir de las concepciones anteriores, el autor indica que “(...) volátil, impredecible e
irracional, la opinión pública puede entonces representarse como un de aquellos monstruos
prehistóricos ‘con el cuerpo tan largo como esta habitación, pero con el cerebro del tamaño de
un alfiler’” [Adrogué: 150].

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> CONSENSO OPTIMISTA


Aparece en los años ‛70 y se agrupa en torno a las siguientes ideas:
a) la Opinión Pública es estable y real, y si cambia o fluctúa lo hace en forma predecible;
b) por lo tanto, la Opinión Pública es racional; sus preferencias responden a un sistema
estructurado y coherente de valores y creencias, y en particular responde a lo que dio en
llamarse “ideología americana”;
c) la Opinión Pública influye en forma notable sobre el proceso político de toma de
decisiones.
A partir de estos años, se gesta un nuevo clima de época tendiente a revalorizar las
capacidades y el rol de la Opinión Pública. La disponibilidad de recursos humanos y
materiales para la investigación, el diseño de nuevos y más sofisticados métodos cuantitativos
de análisis y el creciente acopio de datos de Opinión Pública son algunos de los elementos
que ayudan a la conformación de este nuevo consenso.
Uno de los principales problemas que debe enfrentar el consenso optimista es la
desinformación del público. En efecto, la evidencia demuestra que el público no dispone –
porque no puede o no quiere – de la información (en cantidad y calidad) para emitir un «juicio
racional» sin mayores consideraciones. En este contexto es fácil entender por qué los
optimistas cuestionan que se pretenda equiparar público “bien informado” con público
“racional”. Para ello, los autores que se embarcan en esta corriente critican a sus adversarios
por reducir “la información” a un conjunto de datos enciclopédicos. La pregunta que se hacen
es: ¿qué debe entenderse por información útil y necesaria?
Entre los defensores más paradigmáticos de esta tesis se encuentra Yankelovich, para quien la
Opinión Pública como fenómeno social y objeto de estudio posee “integridad” propia y
merece parámetros especiales para ser juzgada. Otros autores fundan la racionalidad de la
Opinión Pública en la disponibilidad de información (en cantidad y calidad) de la que
efectivamente gozan los ciudadanos, en una ecuación simple y directa: a más información,
más racionalidad.
Los optimistas corroboran la existencia de estabilidad y predictibilidad en la Opinión
Pública. Las investigaciones realizadas por Page y Shapiro demuestran que las preferencias
de la Opinión Pública norteamericana son estables y predecibles a lo largo de casi sesenta
años en temas de política nacional e internacional. Cuando hay cambios, éstos son
predominantemente graduales, al tiempo que cambios bruscos ocurren muy raramente y
responden a situaciones históricas especiales. Las orientaciones y preferencias de la Opinión
Pública responden al devenir de los acontecimientos y a la disponibilidad de información,
hecho que demuestra su capacidad para establecer juicios coherentes a lo largo del tiempo.
Por su parte, en oposición a la tesis de Converse, autores como Huntington y Ladd
argumentan que la racionalidad de la Opinión Pública norteamericana se sustenta en un
sistema común, estructurado y coherente, de valores y creencias: la “ideología americana”
(más conocida como american creed). A pesar de sus doscientos años de historia, los valores
de la “ideología americana” se mantienen estables y predominantes a lo largo de los distintos
grupos sociales, al tiempo que brindan sentido a sus preferencias y opiniones.
Por último, el consenso optimista sostiene que la Opinión Pública, si bien no prescribe
cursos de acción, al menos provee ciertas pautas o líneas generales que sirven de
orientación o que deben considerar los gobernantes al momento de tomar sus decisiones.
“Si para el consenso pesimista la opinión pública se asemeja a un monstruo prehistórico de
cuerpo inmenso y cerebro minúsculo, para el consenso optimista, ‘la gente (simplemente) no
es estúpida’” [Adrogué: 391].

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Estudiar la opinión pública. Teoría y datos sobre la opinión pública argentina


En Argentina, el auge de los estudios de Opinión Pública es paralelo a la restauración de la
democracia a principios de los años ‛80; es decir, es un campo de investigación relativamente
reciente. Existe una escasa cantidad de estudios sistemáticos.
Aún así, la información obtenida permite llegar a algunas conclusiones. En primer lugar y en
consonancia con los resultados observados en EEUU, la Opinión Pública argentina es estable
y cuando cambia, lo hace generalmente de manera gradual y en forma predecible.
En referencia a los términos volatilidad e inestabilidad, una primera impresión de los gráficos
analizados (donde se presenta información sobre evaluación de la gestión del presidente,
imagen de gobierno en general, evaluación del plan económico y del manejo de la política
exterior) invitaría a sostener la existencia de una Opinión Pública por momentos
impredecible, que cambia sus preferencias de manera significativa en una u otra dirección.
Sin embargo, el cambio abrupto y las fluctuaciones que se observan en los gráficos parecen
responder a un patrón determinado y no al capricho o al fluctuante estado de ánimo. Los
indicadores varían de forma sorprendente por momentos, pero lo hacen generalmente en una
misma dirección y con una intensidad similar. De hecho, se mueven como si estuviesen
siguiendo un patrón coherente (de apoyo o rechazo general al gobierno).
Además, como explican Page y Sapito “(...) la popularidad presidencial sube y baja
considerablemente en respuesta a nuevos eventos y a los informes y noticias sobre la
performance de gobierno (...) [se trata de] un objeto en sí mismo muy variable (...)” [citado en
Adrogué: 399].
Según el autor en cuanto a la racionalidad de la Opinión Pública, ésta se sustenta tanto en la
información efectivamente disponible como en la existencia de un sistema compartido de
creencias, principios y valores. Bajo esta hipótesis de trabajo, existe evidencia para afirmar
que la Opinión Pública argentina es racional.
Por otro lado, efectivamente la Opinión Pública tiene en la Argentina un impacto
significativo y real sobre quienes toman decisiones de gobierno. Con los años, el conjunto de
la élite dirigente ha ido descubriendo la necesidad y la conveniencia de prestar mayor
atención a la Opinión Pública y ha ido aceptando el rol que a aquella le cabe en una sociedad
abierta: marcar ciertas pautas que, si bien no prescriben cursos de acción, al menos orientan o
ponen ciertos límites a la hora de tomar decisiones.
¿Cómo juega la Opinión Pública ese rol? En primer lugar, gracias a un fortísimo poder en la
capacidad de fijar la agenda; tiene un impacto significativo en el proceso de selección de
temas. En segundo lugar, la Opinión Pública afecta decisiones de gobierno, bien orientando la
decisión, estableciendo los tiempos o ejerciendo un poder de veto o límite sobre los
gobernantes. “(...) [la opinión pública] tiene un fuerte impacto en no hacer ciertas cosas, en no
llevarlas adelante porque se dan cuenta [quienes gobiernan] que el nivel de resistencia que
van a provocar es muy grande” [Adrogué: 403] [similitud con Nöelle-Neumann: los
gobernantes tienen miedo al aislamiento, en el sentido de perder el apoyo popular].
En conclusión, “(...) en la Argentina – como en los Estados Unidos – la opinión pública es
estable y si cambia o fluctúa lo hace en forma predecible; que también es racional, en el
sentido de que sus preferencias responden a un sistema de valores y creencias y a la
evaluación de la información disponible, y finalmente, que la opinión pública argentina,
si no dicta cursos de acción, si provee pautas o líneas generales que sirven de orientación
a los gobernantes” [Adrogué: 404, 405].

Adrogué – Otro
Los orígenes del debate

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El consenso pesimista encuentra sus primeras argumentaciones en los federalistas Madison y


Hamilton que ven que la opinión de los ciudadanos, sin restricción institucional, podía ser
presa fácilmente de las pasiones y así “errar” en la búsqueda del bien común, al cual solo
podía accederse con el gobierno de la razón. El consenso pesimista propiamente dicho se
extendió desde la década del 30 hasta la intensificación de la guerra de Vietnam. Se fundó en
tres argumentos principales:
• La op es volátil, inestable e impredecible

• La op es irracional , carece de coherencia en el sentido de que no está estructurada en


un sistema de valores y creencias comunes

• La op tiene un escaso o nulo impacto sobre el proceso político de toma de decisiones

Uno de los expositores de esta tendencia W. Lippman decía que el “hombre de la calle” es
decir quien constituye la op carece del tiempo o del interés necesario para desempeñar el rol
que se le asigna en la democracia clásica. No puede esperarse del ciudadano ni siquiera que
demuestre inclinación por estar informado de la agenda de la sociedad moderna (similar a
Sartori, ciudadanía de baja participación). Por ende sostiene que la op del ciudadano carece
de valor para los gobernantes, ya que es desinformada y desinteresada. Almond realizó años
más tarde una serie de encuestas que permitieron demostrar estas características en la
ciudadanía estadounidense. Solo en situaciones de inminente peligro la ciudadanía presta
atención y su op es voluble e inestable, dependientes de los distintos “estados de ánimo”
imperantes. P. Converse argumentó y comprobó mediante encuestas “panel data” que los
individuos cambiaban sus opiniones de una encuesta a otra sin ningún patrón aparente o
predecible, simplemente por azar. Lo considera un efecto de la desinformación. Estos autores
y escuelas como la de Michigan, comparten la percepción pesimista del votante, quien carece
de información, tiempo o interés para optar racionalmente por quien votar. Reconocen la
ausencia de un sistema estructurado de creencias y valores políticos que organice a las
preferencias del electorado norteamericano.
El consenso optimista surge a partir de la guerra de Vietnam y el renacimiento del interés por
la op a partir de la oposición del pueblo norteamericano a la guerra. El mejoramiento de
métodos de investigación y el acopio de datos de la op fueron elementos decisivos en la
formación de este nuevo consenso. Sus postulados son casi antagónicos a los del consenso
pesimista:
• La op es estable y real, si cambia o fluctua lo hace en forma predecible

• Por lo tanto, la op es racional, sus preferencias responden a un sistema estructurado y


coherente de valores y creencias (american creed, o ideología americana)

• La op influye en forma notable en el proceso político de toma de decisiones

El consenso optimista debió enfrentar el problema de la desinformación general del público


norteamericano. Yankelovich se pregunta qué debe entender por información útil y necesaria,
concluye que el problema reside en los parámetros con los cuales se juzga la calidad de la op,
la cual no puede equipararse a “estar bien informado”. La información fáctica es en general
poco relevante en términos de “calidad”. La op no es la del experto, concierne a un juicio de
valor. La op como fenómeno social posee integridad propia y merece parámetros especiales
para ser juzgada, quienes centran sus críticas en la desinformación del público no alcanzan a
comprender el fenómeno. Respecto del método, los optimistas consideran que la única manera
de evaluar un cambio real en la op es comparar respuestas obtenidas por preguntas que fueron

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realizadas con las mismas palabras (identical question wording), al contrario de los
pesimistas. También consideran que los resultados deben analizarse teniendo en cuenta el
margen de error de las encuestas. Pueden identificarse tres tipos de cambios de la op: el
cambio abrupto, las fluctuaciones (cambios en la dirección de la op) y cambio gradual.
Page y Shapiro realizaron encuestas que dieron por resultado que existía una op
norteamericana estable y predecible a lo largo de casi 60 años. Los cambios abruptos o
fluctuaciones corresponden a contextos históricos determinados. Huntington y Ladd
argumentan que la racionalidad de la op norteamericana se sustenta en un sistema común
estructurado y coherente de valores y creencias, y no en su capacidad de evaluar la
información (enfoque pesimista). A este sistema llamaron American creed.
Estudiar la opinión pública teoría y datos sobre la opinión pública argentina
En Argentina el auge de los estudios de op es paralelo a la restauración de la democracia a
ppios de los 80. Es un campo de investigación reciente. Sin embargo, se pueden llegar a
algunas conclusiones
• La estabilidad y el cambio gradual parecen ser los patrones dominantes en la
evolución de la op, que es predecible. Hay una marcada estabilidad en la op en a) a
favor de respetar el dd de las minorías b) desacuerdo sobre eficiencia de gob militar
sobre gob. Civil b) libertad y democracia como valores que aseguran que el país
crezca y funcione mejor. El factor dominante es el campo gradual y predecible, en por
ejemplo la reducción del temor a un golpe militar a lo largo de los primeros años de
transición. Un ejemplo de cambio abrupto, podría ser el incremento del desacuerdo
con el control gubernamental de la prensa y los medios de comunicación durante los
primeros años de la democracia.

• Respecto de la racionalidad Adrogue sostiene que se sustenta en la información


efectivamente disponible y en la existencia de un sistema compartido de creencias,
principios y valores. Bajo esta hip. Argumenta que la op argentina es racional ya que
es sensible a la información disponible. Respecto del conjunto de valores, creencias y
ppios el autor dice que hace falta investigar aun.

• Tendencias de cambio en la sociedad argentina: en términos políticos, hacia un mayor


apego y respeto de los ppios de la democracia representativa y del pluralismo
partidario e ideológico, surge la tolerancia política. en términos económicos, se
abandona el fuerte estatismo y se valora el rol del mercado. Finalmente respecto de los
valores sociales se aprecian tendencias de cambio hacia una sociedad más abierta,
dispuesta a reconocer igualdad de oportunidades pero al mismo tiempo sigue siendo
una sociedad conservadora.

• Impacto de la op en decisiones de gobierno, la op tiene un fortísimo poder dde fijar


agenda, tiene un impactio significativo en el proceso de selección de temas que
dominan el debate público. La op afecta a decisiones de gobierno orientando la
decisión o ejerciendo un poder de veto o límite sobre los gobernantes. Finalmente la
op ha demostrado tener un creciente impacto en la organización de la oferta política
que los partidos ofrecen a la sociedad.

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SARTORI
LA DEMOCRACIA GOBERNADA Y LA DEMOCRACIA GOBERNANTE
V.1 La opinión pública y el gobierno por consentimiento
¿Cuándo encontramos un «pueblo gobernante», el demos en acto o función de gobierno? La
respuesta es: en las elecciones.
Las elecciones constatan el consenso; registran las decisiones de los votantes; computan
opiniones. Empero, debe tenerse presente que poseen un carácter discontinuo y elemental.
El poder electoral en sí es la garantía mecánica de la democracia; pero las condiciones bajo
las cuales el ciudadano obtiene la información y está expuesto a las presiones de los
fabricantes de opinión son las que constituyen la garantía sustantiva. La opinión de los
gobernados es la base real de todo gobierno.
Las elecciones deben ser libres, pero elecciones libres sin una opinión libre no significan
nada. El pueblo debe ser soberano. Pero un soberano sin opiniones propias es un soberano de
nada.
“En su significado primario se llama pública a una opinión, no sólo porque se encuentra
difundida entre el público, sino además porque pertenece a las «cosas públicas», a la res
pública. En resumen, la opinión pública es ante todo y sobre todo un concepto político (...)
la opinión puede definirse del modo siguiente: un público, o multiplicidad de públicos,
cuyos difusos estados mentales (de opinión) se interrelacionan con corrientes de
información referentes al estado de la res pública” [Sartori: 118].
Consecuentemente, el sujeto de la Opinión Pública es el ciudadano.
Las condiciones que hacen posible una opinión publica libre pertenecen al proceso global de
formación de opinión. Aquellos gobiernos que son elegidos, que reflejan las opiniones del
electorado y que son además considerados responsables ante sus electorados pueden
denominarse gobiernos a los que se ha otorgado consentimiento. La democracia es gobierno
por consenso, descansa en y responde a la opinión expresada en las elecciones. Si bien las
opiniones no se expresan únicamente en las elecciones, ya que los medios de comunicación,
los grupos de interés y los grupos ideológicos emiten opiniones constantemente, la prueba
democrática es la prueba electoral, pues solo las elecciones expresan un consenso general, es
decir las opiniones de todo el pueblo. Las opiniones que indican un consenso general o un
disenso general respecto al gobierno son las expresadas por los votantes en general en las
elecciones, y solamente vía elecciones.

V.2 El problema del consenso


La teoría del consenso en Sartori aborda dos problemáticas, que explica el consenso sobre la
sociedad, y que explica sobre la democracia. Un estado determinado de sociedad – más o
menos consensual, o más o menos conflictivo – representa simplemente un serie de
condiciones que puede facilitar o dificultar la acción democrática.
Acerca de lo que el consenso explica sobre la democracia,
El consenso en principio, no es consentimiento real: no implica el consentimiento activo de
cada uno a algo. En segundo lugar, la característica definitoria general del consensus-
aceptación es un «compartir» que de alguna manera vincula (obliga).
Respecto a la teoría de la democracia hay que distinguir claramente al menos tres posibles
objetos compartibles [objetos de consenso]:
a) valores fundamentales (tales como la libertad y la igualdad), que estructuran el
sistema de creencias;
b) reglas de juego, o procedimientos;
c) gobiernos y políticas gubernamentales específicas.

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Estos objetos de consenso y de disenso pueden convertirse respectivamente, siguiendo a


Easton, en tres niveles de consenso:
a) consenso a nivel de comunidad, o consenso básico;
b) consenso a nivel de régimen, o consenso procedimental;
c) consenso a nivel de acción política, o «consenso político».

a) El primer objeto o nivel de consenso – consenso básico – señala si una sociedad


determinada comparte en su totalidad los mismos valores y fines valorativos.
De ser así hay una «cultura política homogénea», de no ser así, según Almond, estamos ante
una «cultura política heterogénea», fragmentada. Si bien las formas democráticas se
superponen a las culturas políticas homogéneas y heterogéneas, un consenso sobre los valores
fundamentales es una condición que facilita la democracia, aunque no es una condición
necesaria de la misma, ciertamente es una condición coadyuvante. Contribuye a establecer la
legitimidad. La falta de consenso básico tiende a la crisis y el fracaso de la democracia.
b) consenso a nivel de régimen, o consenso procedimental El segundo objeto o nivel de
consenso puede denominarse consenso procedimental, en cuanto establece las llamadas reglas
de juego. Estas son numerosas, pero existe una de extraordinaria importancia: la regla que
determina cómo deben resolverse los conflictos. Si una sociedad política no comparte una
norma de resolución de conflictos, entrará en pugna en cada conflicto, y esto es la guerra civil.
En una democracia, esta regla es la regla de la mayoría. El consenso procedimental, y
concretamente el consenso sobre la regla de solución de los conflictos, es la condición sine
qua non de la democracia. En consecuencia, es adecuado hablar del consenso procedimental
como consenso relacionado con el régimen. Si no acepta el principio de mayoría, o al menos
se le presta conformidad, lo que no se acepta es la democracia como régimen. Debemos
acordar las reglas para discrepar y procesar las discrepancias. El desacuerdo en el ámbito de
esas reglas es lo que la democracia protege y fomenta.
c) a nivel de acción política, o «consenso político Es, pues, el tercer objeto o nivel de
consenso – sobre la acción política y los gobiernos – el que trae a colación el consenso como
disenso y apoya la opinión sostenida por Barker de que «la base y la esencia de la
democracia» es «el gobierno mediante la discusión». Este es el contexto en el que la
discrepancia, el disenso y la oposición surgen como elementos caracterizadores de la
democracia. El desacuerdo sobre políticas determinadas y sobre la oposición al gobierno es
disenso frente a los que gobiernan, no frente a la forma de gobierno.
“Resumiendo, el consenso básico, o acuerdo sobre lo fundamental (las creencias valorativas y
la estructura de nuestro sistema de creencias), es la condición que facilita, aunque no sea una
condición necesaria para, la democracia. En cambio, el consenso procedimental, y sobre
todo el consensus sobre la norma de solución de los conflictos, y las normas complementarias,
son una condición necesaria, verdaderamente el prerrequisito de la democracia. Este consenso
es el comienzo de la democracia. Sólo, por tanto, cuando el consenso se refiere a las
acciones políticas y al personal gubernamental el énfasis se sitúa en la discusión, el disenso y
el papel crucial de la oposición” [Sartori: 124].
En este contexto, el disenso se asume y se precisa para producir cambios en el consenso, es
decir, una consenso nuevo o nuevas personas que muestren su acuerdo sobre temas diferentes.
Puesto que estos cambios en el consenso se reflejan en los cambios de gobierno, los gobiernos
democráticos en el poder son gobiernos que cuentan con consenso.
Un consenso pluralista o un disenso pluralista es beneficioso para un buen sistema político. El
disenso, la oposición, adquieren un valor positivo para el pluralismo. El pluralismo es la
creencia en el valor de la diversidad. Y creer en la diversidad es lo opuesto a creer en el
conflicto.

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V.3 La formación de opiniones


La mejor forma de contestar a la pregunta «¿qué es la opinión pública?» pasa por distinguir
tres procesos, en el siguiente orden:
a) las opiniones que destilan las diferentes élites;
b) el hervidero de opiniones que emana la base;
c) las identificaciones de los grupos de referencia.

El modelo de cascada, formulado por Deutsch, describe perfectamente la formación de


opiniones inducida por la élite. Las opiniones discurren de arriba hacia abajo a través de
varios saltos, como en una cascada escalonada por una serie de remansos. El remanso más
elevado lo constituyen las élites económicas y sociales. Le siguen las élites políticas y
gubernamentales, los medios de comunicación, los líderes de opinión y, por último, la masa
del público. El valor explicativo del modelo de la cascada reside, sobre todo, en su capacidad
para resaltar hasta qué punto los procesos de formación de la opinión se ven interrumpidos y
regenerados horizontalmente en cada nivel; cada nivel supone la reapertura de una dialéctica
de opiniones y opiniones adversas.
De los cinco niveles, dos revisten especial importancia: el de los medios de comunicación y el
de los creadores de opinión. En las democracias actuales, el papel principal en la formación
de la opinión pública lo desempeñan los medios de comunicación. Sartori es contundente:
“(...) el mundo es – para el público en general – el mensaje de los medios de comunicación”
[Sartori: 127, 128]. Desde esta perspectiva, los creadores de opinión locales tienen un papel
fundamental: median la relación entre medios de comunicación y público, resignificando en
forma global los mensajes que éstos [los medios de comunicación] emiten y “limitando” su
poder. El autor entiende que “(...) son un grupo de referencia para sus respectivas
comunidades de amigos y vecinos, para las audiencias a las que se dirigen. De este modo, los
líderes de opinión locales pueden bloquear o reforzar, disminuir o ampliar y seleccionar, en
cualquier caso, la importancia de, y otorgar credibilidad a, los mensajes de los medios de
comunicación” [Sartori: 128].
El modelo de borboteo es consecuencia de la proliferación de grupos de ideas [la expansión
masiva de la educación superior produce una considerable población intelectual que es
difícilmente acomodable, cada vez más, donde cuadra, o donde siente que debería estar
situada; aparecen en gran número intelectuales desempleados o subempleados, que se
concentran cada vez más en el remanso o depósito residual]. Estos núcleos de intelectuales,
que permanecen en los espacios más bajos de la escala de estratificación social, generan
procesos de opinión ascendente; un borboteo que, en ocasiones, puede transformarse en una
poderosa marea: alcanzan a los niveles más altos (sociales, económicos, políticos, medios de
comunicación) y se imponen como tema de agenda. Sartori revela que estos grupos son “(...)
las antiélites [que] siguen siendo élites, pero ya no coinciden con un nivel de élite; son élites a
nivel de masa” [Sartori: 129].
Por último, el modelo de identificación con grupos de referencia. En este caso, las opiniones
de los individuos derivan, en gran parte, de las identificaciones con una variedad de grupos
concretos y / o grupos de referencia: la familia, grupos de compañeros, de trabajo, religiosos,
étnicos, identificaciones partidistas y de clase. Dichas identificaciones tienen poco que ver
con el hecho de estar informado y adquirir información. En efecto, las opiniones no dimanan
de una exposición a la información; se trata de individuos que tienen opiniones sin
información, y opiniones que verdaderamente pueden oponerse abiertamente a la evidencia
suministrada por la información.
Entonces, “el modelo de cascada de formación de la opinión es crucial respecto al elemento
informativo, o sea, respecto a la cantidad y a la naturaleza de la información que contiene una

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64

opinión pública (...) El ingrediente de la opinión pública basado en la identificación es, en


cambio, el elemento no informado. Aquí encontramos específicamente opiniones que ignoran
«la noticia» (...) Finalmente, la expresión de la forma de opinión de borboteo se encuentra –
respecto al elemento de la información – en algún lugar intermedio” [Sartori: 130, 131].

V.4 Autonomía versus heteronomía de la Opinión Pública


Se trata de un opinión que, hasta cierto punto, el público se ha formado por sí mismo. Es una
opinión del público, en la que el público es el sujeto.
Las condiciones que permiten una Opinión Pública relativamente autónoma pueden resumirse
en dos:
a) un sistema educativo que no sea un sistema de adoctrinamiento; y
b) una estructura global de centros de influencia e información plural y diversa.
Una Opinión Pública libre deriva de y se apoya en una estructura policéntrica de los medios
de comunicación y el interjuego competitivo de éstos. Nótese que el razonamiento no asume
que una estructura competitiva y policéntrica de los medios se dirija a audiencias capaces de
comparar las diversas fuentes y de decidir en consecuencia. Una multiplicidad de persuasores
refleja en sí misma una pluralidad de públicos; lo que, a su vez, se traduce en una sociedad
pluralista. Por otro lado, la autonomía de la Opinión Pública supone condiciones del tipo
mercado; un sistema de información del tipo mercado es un sistema autocontrolable y alerta,
pues cada canal está expuesto a la vigilancia de los otros.

La Opinión Pública debe ser autónoma, no racional (la Opinión Pública racional no existe).
En el planteo sartoriano, la racionalidad está adjudicada a los representantes.
 Para entender este punto, es pertinente aclarar que Sartori está definiendo un modelo de
democracia liberal, electoral y representativa. Claramente, la democracia supone un pueblo
que no gobierna, pero elige representantes que lo gobiernen. El momento de la elección se
plantea como el momento en que el pueblo se encuentra en función de gobernante y ejerce un
control directo sobre los líderes políticos. De allí, la importancia que para Sartori revisten las
elecciones como registro de preferencias y opiniones de los votantes. Son el mecanismo para
constatar el consenso sobre los problemas de interés público.
En una línea similar a la de Habermas, Sartori distingue claramente esfera pública y esfera
privada. La «cosa pública», «lo público» es el objeto de la Opinión Pública. Los ciudadanos
se forman opiniones sobre los asuntos de gobierno y temáticas que refieren al estado de esta
«cosa pública», dejando fuera las cuestiones privadas [≠ Nöelle-Neumann].
La Opinión Pública se manifiesta continuamente en el espacio público, pero el momento de
expresión máxima se da en los procesos electorales. Las elecciones son la institucionalización
de la Opinión Pública. Este proceso permite la legitimidad de la democracia a través de la
expresión del electorado. Esta Opinión Pública se forma gracias a un proceso que involucra
elementos de subjetividad individual (“difusos estados mentales” según define Sartori:
valores, creencias, ideologías) y corrientes de información externas. Dichos elementos pueden
combinarse en grados distintos, según tres modelos: de cascada, de borboteo, de identificación
con grupos de referencia.
Durante el proceso de formación de la Opinión Pública no hay jerarquías, ni actores que
dominen completamente este proceso. Esto porque la Opinión Pública debe ser autónoma:
debe primar el pluralismo, una estructura policéntrica en lo que a medios de comunicación
refiere y una educación libre de adoctrinamiento. Sólo así, el individuo podrá informarse (o
no) y elegir, adherir a aquellas ideas que siente más próximas [que más lo identifican]. Esta
base externa sumada a sus particularidades individuales (internalizadas, intrínsecas) [aquellos
elementos que lo definen como sujeto individual] serán expresadas, condensadas, plasmadas a
través del voto en las elecciones.

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En este sentido, el gobierno democrático es un gobierno fundado en el consenso. Donde se


privilegia la regla de la mayoría. Sin embargo (como se dijo), esta mayoría no gobierna en el
día a día. La función la ejerce un grupo de “elegidos electorales” que tienen competencia para
decidir (tienen racionalidad para tomar decisiones) y generar, a través de la discusión y el
disenso, los cambios necesarios a nivel social. Sartori parte del supuesto de que la democracia
es discusión; dicha discusión permite la variación y esta variación refleja la pluralidad del
sistema. En este punto existe una vinculación con los procesos de formación de la Opinión
Pública: ésta permite los cambios mencionados porque más allá de que las decisiones no
surgen de la ciudadanía, sí las condiciona. En palabras de Adrogué [he aquí una similitud
teórica] “si bien no provee cursos de acción, sí provee pautas o líneas generales que sirven de
orientación a los gobernantes”.

V.5 La democracia electoral


La Teoría de la Democracia Electoral sostiene que:
a) La democracia postula una opinión pública autónoma
b) Que apoya, a través de las elecciones, gobiernos que cuentan con el consentimiento
del pueblo.
c) Que, a su vez, son sensibles ante las opiniones del público.

Esto es válido dentro de los límites de la presunción de que el pueblo ejerce el poder en tanto
en cuanto electorado, es decir en términos de poder electoral.

V.6 La democracia participativa


Sostiene que el poder del pueblo no debería ser un mero poder de decidir quién ha de
solventar los problemas, sino el poder de tratar de solucionarlos por sí mismo.
La democracia participativa no es una alternativa sino una modalidad suplementaria de la
democracia representativa. Sartori plantea que la democracia participativa sólo puede ser
inoperativa (disuelta en comunidades grandes), elitista (ejercida por un pequeño número, y
pues poco participativa), o por fin, de referéndum. Por consiguiente a última solución es la
única modalidad operativa de la democracia participativa.

V.7 La democracia de referéndum y el conocimiento


Aparte los desventajas de la democracia de referéndum (es decir, sin representación) como el
riesgo de tiranía de la mayoría, cabe insistir en la necesidad de un buen conocimiento (y no
mera informaci de los asuntos debatidos por parte del público, necesidad mucho mayor que en
el caso de la democracia representativa (donde son los representantes quienes deciden).
Además, las decisiones dependen en este caso de las partes más movilizadas del electorado
sobre todo, es decir más extremistas - dado que según Sartori las opiniones moderadas no son
un incentivo potente a la movilización política. Entonces la democracia de referéndum puede
conducir al “naufragio democrático”.

V.8 Gobierno y gobernabilidad


En las democracias, el pueblo tiene que ser cada vez menos gobernado y más gobernante,
tomando control del Estado. Pero Sartori advierte que este poder formal puede ser manipulado
por la demagogia, y en segundo lugar hace hincapié en lo que el poder perdido por los
gobernantes no necesariamente es recuperado por el pueblo – es la ingobernabilidad. La
exigencia de una opinión pública autónoma permite evitar estos riesgos.

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Sartori, Otro resumen


Se focaliza en el estudio de la democracia, y por ello el análisis sobre el concepto de opinión pública
está muy ligado al de democracia.

La idea de democracia está ligada a la democracia electoral. El poder electoral es garantía de la


mecánica democrática, pero la garantía sustantiva de la democracia tiene que ver con las condiciones
bajo las cuales el ciudadano obtiene la información y está expuesto a las presiones de los fabricantes
de opinión.

En este sentido, la democracia es gobierno de opinión: un gobierno sensible a, y responsable para


con, la opinión pública. El gobierno de opinión a su vez, está muy ligado a la idea de consenso. Para
que exista democracia, debe haber tres consensos:
1) consenso básico: sobre los valores fundamentales
2) consenso procedimental: sobre las reglas de juego
3) consenso político: sobre el gobierno y la acción política

Definición, sujeto y contenido de la opinión pública.

La opinión pública es un concepto político. Es decir, el contenido de la opinión pública está


restringido a lo político. Una opinión sobre asuntos públicos es y debe ser una opinión expuesta a la
información sobre cosas públicas.

La opinión pública puede ser definida como un público, o multiplicidad de públicos, cuyos difusos
estados mentales de opinión se interrelacionan con corrientes de información referentes al estado de
la res pública (cosa pública).

El sujeto de la opinión pública es el ciudadano. El proceso de formación de la opinión pública se da


entre los ciudadanos. A partir de la distinción de los distintos procesos de formación de la opinión
pública se podrá comprender en qué consiste esta.

Proceso de formación de la opinión pública.

Distingue tres procesos de formación de la opinión pública. Los tres se dan de manera conjunta.
1) Modelo de la cascada (lo toma de K. Deutsch): consiste en un proceso de formación de
opiniones inducido por la elite. Se definen los siguientes estamentos, de manera vertical:
a. Élites económicas y sociales
b. Élites de gobierno y política
c. Medios de comunicación masivos
d. Líderes de opinión (políticamente atentos)
e. La masa del público
El proceso inicia por la cúspide y se va reformulando de manera descendiente, pero a su vez,
la opinión se va reformulando horizontalmente en cada estamento. El proceso de formación no
necesariamente es jerárquico; en nuestras sociedades la cascada se ha nivelado cada vez más.
Además los niveles están intercomunicados, y cada uno reformula competitivamente el
mensaje que recibe. El nivel de los medios de comunicación y el de los líderes de opinión son
fundamentales para Sartori.
2) Proceso de borboteo, que implica un proceso inverso al de la cascada, en dirección
ascendente, y con origen en la masa del público.
3) Identificaciones con los grupos de referencia. La opinión pública también puede formarse de
manera desvinculada a la información, sino en relación a grupos de referencia (familia, grupo
religioso, étnico, de clase, identificaciones partidistas, etc).

Rol de los medios de comunicación.

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Estos tienen una importancia central para Sartori, tienen un papel principal en el proceso de formación
de la opinión pública. Están relacionados con funciones como la selección de noticias, establecimiento
de orden de prioridades, establecimiento de la agenda, etc. A su vez, plantea que en la mayoría de los
casos, los medios de comunicación están estrechamente ligados a los estamentos de las elites.

A su vez, una opinión pública libre se garantiza por la existencia de una estructura policéntrica de
medios de comunicación y el interjuego competitivo de estos.

Relación entre opinión pública y decisores políticos.

La noción de opinión pública está en estrecha vinculación con la de democracia, y en tanto la


democracia por excelencia es la democracia electoral, Sartori va a plantear que en esa elección se
plasma la opinión pública. Aquellos gobiernos que han sido elegidos, es decir, que reflejan las
opiniones del electorado, son responsables ante esta opinión pública. Estos son gobiernos a los que se
le ha otorgado consentimiento.

Opinión pública y Estado.

Cuando el Estado no controla los medios de comunicación masiva, el mercado es el que regula los
medios y el proceso de formación de la opinión pública, y puede haber una opinión pública
autónoma. Pero cuando el Estado controla los medios de comunicación, y controla en términos
doctrinarios los procesos de socialización primarios, la opinión pública es heterónoma.

Las condiciones que permiten la existencia de una opinión pública autónoma, y por lo tanto
compatibles con la democracia, son:
- un sistema educativo que no sea un sistema de adoctrinamiento
- una estructura global de centros de influencia e información plural y diversa.
Sartori - otro
Contexto: cuando Sartori desarrolla su teoría de las democracias en los 70`, es un momento en
el cual la guerra fría está en su apogeo (no sólo político sino académico). Desarrolla casi toda
su producción teórica en una academia norteamericana.
La opinión pública y el gobierno por consentimiento
Para Sartori el pueblo gobernante se encuentra en el momento de las elecciones, el proceso
democrático esta encapsulado en las elecciones y en el hecho de elegir. Se debe tener en
cuenta que poseen un carácter discontinuo y elemental. Las elecciones computan opiniones,
son el medio para un “gobierno de opinión”, ahora Sartori se pregunta cuál es el proceso por
el cual los actores forman su opinión.
La opinión pública es ante todo un concepto político (recupera la noción política), puede
definirse como un público o multiplicidad de públicos cuyos difusos estados mentales de
opinión se interrelacionan con corrientes de información referentes al estado de la res
publica.
Aquellos gobiernos que han sido elegidos reflejan las opiniones del electorado, gobiernos a
los que se les ha otorgado consentimiento. Ahora bien, el consenso electoral (consentimiento)
es solamente consenso electoral, no explica porque obedece el pueblo ni porqué debería
hacerlo.
Sartori analiza la cuestión del consenso, y dice que hay que distinguir tres posibles objetos
compartidos respecto de la democracia: valores fundamentales, reglas de juego o
procedimientos y gobiernos o políticas gubernamentales específicas. Condiciones analíticas
para la existencia de una OP libre hay que analizar los niveles de consenso de la sociedad
(Easton)

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- Básicos señala si una sociedad comparte los valores fundamentales. Es una condición
necesaria de la democracia pero no suficiente.
- Procedimental, si una sociedad no comparte cómo deben resolverse los conflictos
entrara en constante guerra civil. En una democracia este procedimiento es la regla de
la mayoría, este consenso es la condición sine qua non de la democracia.
- Políticos o gubernamentales: asigna particular importancia al nivel de la acción
política porque ahí vamos a encontrar los procesos de formación de la OP porque ahí
aparece el consenso, vinculado a la idea de disenso, de oposición y por eso plantea que
hay una dinámica consenso-disenso que va generando nuevas O.P. el disenso pluralista
es beneficioso para un buen sistema político.
Las elecciones registran las preferencias y las decisiones de los ciudadanos => la pregunta que
continúa entonces es cómo llegan los votantes a esas preferencias? En este sentido y es acá
donde aparece la idea de que las elecciones son formas de registrar OPINIONES. No
podemos aislar las elecciones o el poder electoral de los procesos de formación de la
opinión. Esta es la garantía de la democracia (en este sentido es pluralista ortodoxo) pero, sin
embargo, dice Sartori es una garantía mecánica, necesaria pero no suficiente. La Garantía
sustantiva está en otro lado:
a) en las condiciones bajo las cuales los ciudadanos obtienen la información
b) en las condiciones bajo las cuales están expuestos a esa información
c) en las condiciones bajo las cuales están expuestos a los fabricantes de opinión
(aclaración: no los piensa en términos peyorativos)

Esto nos revela que la información es una variante central para la OP porque estas se
transforman o no en O.P. todo esto implica:
- por un lado que la opinión de los gobernados es la base de la democracia (esto nos
recuerda a los liberales clásicos pero tiene una importante diferencia: la opinión no es
fruto del raciocinio ni necesita serlo para ser opinión; otra diferencia con el liberalismo
clásico es que no piensa la op como un instrumento de control del poder)
- las elecciones son procedimientos institucionalizados para expresar un estado de
opinión.

Formación de las opiniones

Hay tres procesos de formación de la opinión pública:

1. Tipo cascada: percibe la formación de opiniones inducida por la elite. Las


opiniones discurren de arriba hacia abajo a través de varios “niveles”, como una
cascada escalonada. Las elites económicas y sociales están encima de todo, luego
las políticas y gubernamentales, seguidas por los medios de comunicación, los
líderes de opinión y por último la masa del público. En cada nivel la información
que baja se reconfigura, hay una lógica de competencia de mercado. Para Sartori
hay dos niveles fundamentales: el de los medios de comunicación y el de los
creadores de opinión. Para el autor los medios de comunicación son quienes
establecen como el mundo es para el público (agenda setting, gatekeeping). Los
creadores de opinión median entre los medios y el público. Su opinión es adoptada
pueden bloquear, minimizar, exagerar, etc. el mensaje de los medios. El modelo
cascada es considerado uno de los más efectivos pero escapa a explicar fenómenos
como las corrientes de opinión.
2. Tipo borboteo: la opinión se forma desde una elite de base. A partir de la
expansión masiva de la educación de nivel superior se genera una elite

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proletarizada o de base que esta subempleada o desempleada. Esta elite siguen la


lógica de una anti elite. Son formadores de las corrientes de opinión que alcanzan
niveles muy altos pero duran poco tiempo.
3. Tipo de identificación con su grupo de referencia: son opiniones que se forman por
una lógica de identificación, no por una lógica de la información, son opiniones
desvinculadas de ella que la niegan o la rechazan. Es el aspecto más resistente de
la opinión pública, no es fácilmente influenciable.

Sartori distingue dos tipos de opinión: (similar a la división de Habermas de sistemas de


opiniones informadas y formadas)
1. Una opinión que es pública meramente porque se halla diseminada en el público, es
una opinión hecha pública (op heterónoma). Es característica de los regímenes
totalitarios.

2. Una opinión que, hasta cierto punto, el público se ha formado por sí mismo, es una
opinión del público (autónoma). Las condiciones que permiten la existencia de una op
autónoma son dos: a) un sistema educativo no adoctrinante y b) una estructura global
de centros de influencia e información plural y diversa. Es característica de los
regímenes democráticos.

Sartori deja de lado el sistema educativo y se centra en plantear que es necesaria una
estructura de medios de comunicación policéntrica y que fomente la competencia entre ellos.
Apunta a una versión de mercado de los medios de comunicación. En este punto, se puede ver
claramente su faceta liberal ya que su propuesta se asemeja a una “mano invisible del
mercado”. Este sistema de información del tipo del mercado es un sistema autocontrolable, ya
que los mismos medios ejercen control entre sí. – Sartori no llega a ver todo el proceso de
formación de los mass media, no prevé la incorporación de los medios a grandes
conglomerados de empresas como inversión, ej, Grupo Clarín).
La democracia electoral
Para Sartori la ciudadanía (sujeto de la op) es de baja participación ciudadana en ámbitos
políticos. Explica la apatía de la ciudadanía a partir de la insuficiencia cuantitativa, la
proclividad y la pobreza cualitativa de los procesos de información. Para combatir esta apatía
se deberán corregir las insuficiencias anteriores de la información, elevar la calidad educativa
y Sartori plantea si sería efectivo pensar en una lógica de la participación.
Sartori evalúa los distintos tipos de democracia, electoral como régimen de opinión pública, la
representativa que engloba esta y es la única posible en la sociedad actual y la de referéndum.
Sostiene que la democracia por referéndum es técnicamente posible pero critica que tiene una
lógica de resolución de suma cero, las minorías siempre quedan excluidas, aparte la
ciudadanía apática requiere de un aprendizaje para lograr llegar a ser racional en la toma de
decisiones, sino llevaría al extremismo.
Por eso, Sartori concluye que la democracia electoral es la posible y es una democracia
gobernada, lo que no quita que sea democracia ya que
• La opinión pública puede y sostiene el aparato de la democracia representativa

• Aunque sea una democracia gobernada, lo es por partidos electorales

• Hay una opinión pública autónoma ya que las elites poderosas y los medios de
comunicación escuchan a la masa (encuestas), existe la garantía sustancial (aparte la
mecánica, que son las elecciones).

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SARTORI – Esquema de la catedra


Esquema de conceptos y relaciones NO desarrolladas en la clase teórica

OP AUTONOMA VS OP HETERONOMA (distinción fundamental en Sartori como elemento


de diferenciación entre sistemas democráticos y sistemas “totalitarios”).
La OP siempre existe como opinión presente EN el público, pero no siempre como la DEL
público, en tanto actor autónomo.
 HETERONOMA (“EN” el público). Opinión hecha pública pero no del público. OP
como máquina de asentir. Es pública sólo xq se encuentra diseminada en el público
(SIMILAR A LA OP MANIPULADA DE HABERMAS)
 AUTONOMA (“DEL” público). Opinión que, en alguna medida, se ha formado el
público por sí mismo. El público como sujeto de la OP. Requiere:
⇒ Educación extendida y no adoctrinante
⇒ Información diversa y plural. Pluralismo en los medios de comunicación.

Si los presupuestos teóricos de S son elecciones LIBRES y OP LIBRE (ciudadano


autónomo), cómo surge la OP libre?
OP LIBRE: condiciones analíticas para su existencia, las cuales forman parte del proceso
global de la formación de la OP.
Análisis del CONSENSO (porque las elecciones expresan – además de registrar las

preferencias/decisiones de los votantes y por ende sus opiniones- “el consenso general”) ⇒

Tres niveles de consenso (tomados del esquema teórico sistémico de Easton):


1- BASICO (a nivel de la comunidad. VALORES FUNDAMENTALES) facilita la
democracia, la legitima pero NO ES CONDICION NECESARIA.
2- PROCEDIMIENTAL (a nivel de régimen. REGLAS DE JUEGO). ES CONDICION
NECESARIA XA LA DEMOCRACIA. (para S. sólo el consenso en este nivel es
IMPRESCINDIBLE para una democracia, dado que las reglas del régimen definen el
espacio del disenso, y por lo tanto las modalidades del gobierno mediante la
discusión, vale decir: la democracia según la definición de Sartori)
Desacuerdo en el marco de las reglas.
3- POLITICO (a nivel de la acción política). DISENSO – discrepancia – oposición.
DISENSO ELEMENTO FUNDAMENTAL XA PROD. CAMBIOS EN EL CONSENSO
Y…. LOS CAMBIOS EN EL CONSENSO SE ASOCIAN FUERTEMENTE A LA
FORMACION DE LAS OPINIONES.

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PROCESOS DE FORMACION DE LA OP (conforman la composición global de la OP con
diferentes pesos e influencias. Utilidad: modelos explicativos. En cada uno de los tres
procesos Sartori identifica algún tipo de RELACION CON LA INFORMACIÓN).
 PROCESO DE CASCADA
 PROCESO DE BORBOTEO
 IDENTIFICACIONES CON LOS GRUPOS DE REFERENCIA

• LEAN EN EL TEXTO LA CARACTERIZACIÓN DE CADA UNO DE LOS TRES.

• EN EL PROCESO DE LA CASACADA: POR QUÉ SARTORI AFIRMA QUE “EL NIVEL DE LOS MEDIOS DE
COMUNIC NO TIENEN MÁS PESO PORQUE ANTES DE LLEGAR A LA BASE DE LA CASCADA (el pueblo)
ESTÁN LOS LIDERES DE OPINION”. POR QUÉ LE ASIGNA PARTICULAR IMPORTANCIA A ESTOS?

• CUAL ES LA DIFERENCIA SUSTANTIVA DEL PROC DE “IDENTIFIC CON LOS GRUPOS DE REFERENCIA”
CON LOS OTROS DOS?

COMPARACIÓN DE AUTORES
VARIOS

Definición de la Opinión Pública


Luhmann: Limitación temática a donde se orienta la atención. Tematización. (Se define la
Opinión Pública por su función). La tematización genera un espacio común de
intersubjetividad. Esto es una simplificación por la complejidad de las sociedades de hoy en
día (autopoiesis)
Habermas: Aquellas tareas que ejercen los ciudadanos de crítica y control, tanto a la
notoriedad pública como a la dominación organizada del Estado. Hay dos tipos de Opinión
Pública 1) la Opinión Pública Crítica y 2) la Opinión Pública receptiva.
Noelle Neumann: Aquellas expresiones de tipo controversial que pueden ser vertidas sin
sentir temor al aislamiento.
Sartori: Un público o multiplicidad de públicos cuyos difusos estados mentales se
interrelacionan con corrientes de información referentes al estado de la cosa pública.
La opinión pública puede ser dos cosas distintas: una instancia crítica o una instancia
receptiva.
Blumer: Por expresión de la Opinión Pública ha de entenderse la parte de esta opinión global
que es conocida o tenida en cuenta por quienes deben actuar en respuesta a ella. Tal expresión
no puede asimilarse con la discusión en una tribuna libre, de los juicios de los individuos
dispares. La expresión de la Opinión Pública es una forma de influencia directa sobre aquellos
que actúan en respuesta a esa opinión.
La OPINIÓN PÚBLICA es la expresión de la organización de una sociedad.
Liberales: La OPINIÓN PÚBLICA tiene un rol político, es la instancia intermedia entre el
gobierno y el electorado. La OPINIÓN PÚBLICA tiene la función de permitir a los

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ciudadanos una activa posición política, y poder manifestar sus opiniones políticas a los
ciudadanos respecto a asuntos públicos.
Adrogue: Define la OPINIÓN PÚBLICA por sus características. Adrogue apoya la
concepción optimista, por lo tanto para él la OPINIÓN PÚBLICA es estable, racional e
influye sobre los tomadores de decisiones.
Rousseau: La OPINIÓN PÚBLICA es definida por su función. En el contrato social cesura
las costumbres corrompidas y legisla de acuerdo con la voluntad general. La OPINIÓN
PÚBLICA es la expresión de la voluntad general.

Valoración de la Opinión Pública


Tocqueville: visión negativa de la Opinión Pública
Mill: visión negativa de la Opinión Pública
Liberales: valoración positiva de la Opinión Pública. El régimen democrático lo ven como un
régimen de opinión. La OPINIÓN PÚBLICA es la garante de la democracia
Rosseaou: Tiene una visión negativa, tiene que ver con la mirada del otro, la apariencia que
nace de la desigualdad y del querer tener mas posesiones a partir de la propiedad privada.
(Valoración positiva en el Neolítico y en el contrato social)
Habermas: Tiene una visión a veces negativa y a veces positiva de la Opinión Pública.
Negativa cuando la OP es receptiva y positiva cuando la OPINIÓN PÚBLICA es crítica. Los
dos modelos coexisten, sin embargo prima la OPINIÓN PÚBLICA receptiva.
Noelle Neumann: A mi entender la ve como algo negativo por que uno frente a una opinión
que se cree mayoritaria se calla. Es coercitiva la OPINIÓN PÚBLICA.
Adrogue: Visión positiva (la OPINIÓN PÚBLICA es estable, racional influye en los
tomadores de decisiones, los gobernantes deben tener en cuenta la OPINIÓN PÚBLICA)
Sartori: Visión positiva. La OPINIÓN PÚBLICA nace de la deliberación y el disenso es
importante por que todos somos diferentes (Sartori apoya la teoría pluralista). No hay que
olvidar que para Sartori la democracia es un gobierno de opinión (retoma esto de los liberales
clásicos)

Concepto del “publico” y quienes son sujetos de la Opinión Publica


Tocqueville: lo público lo conforman los ciudadanos
Mill: lo público lo conforman los ciudadanos
Noelle Neumann: lo público es el ojo público, la mirada de los demás. Los Sujetos de la
Opinión Pública son los individuos.
Existen tres sentidos de los Publico: 1) sentido etimológico (aquello que es de todos) 2)
sentido del derecho (todo lo relacionado con el Estado de Opinión [EDO]) 3) sentido
psicológico (El miedo a sentirse aislado, esto ayuda a explicar cómo se conforma la
OPINIÓN PÚBLICA). A este tercer sentido es al que Noelle Neumann toma importancia en
su texto.
Se podría creer que de esta clasificación Sartori se fija en el punto 1 y 2. Ya que para él lo
público tiene que ver con un espacio público y con la Res- Publica. Es decir con la cosa
pública, la cosa de todos. El sujeto de la Opinión Pública es el ciudadano.
Habermas: El sujeto de la Opinión Pública es el ciudadano. Lo público es el interés general,
el bien común.
Liberales: El sujeto de la OPINIÓN PÚBLICA es el electorado
Luhmann: El sujeto de la OPINIÓN PÚBLICA creo que es el individuo, es decir todos
aquellos que vea y se informen de los medios de comunicación.
Blumer: El sujeto de la OPINIÓN PÚBLICA creo que son los grupos funcionales.

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Carácter político institucional de la Opinión Pública


Noelle Neumann: No le presta atención a esto por eso es criticada por Habermas.
Satori: La OPINIÓN PÚBLICA y el sistema democrático están altamente vinculados. Las
elecciones son la garantía mecánica de las democracias y en ellas se expresan las opiniones de
la ciudadanía. Sin embargo hay que estudiar como se forman estas preferencias y opiniones,
es decir la garantía sustantiva. La opinión de los gobernados es la base del sistema
democrático y las elecciones es el sistema institucionalizado para expresar un sistema de
opinión por eso la relación estrecha entre elecciones y OPINIÓN PÚBLICA. Sartori vuelve a
la idea de Regimen de opinión, el gobierno democrático cada tanto debe exponerse a la
OPINIÓN PÚBLICA que se expresa en las elecciones.
Blumer: La OPINIÓN PÚBLICA forma parte de la relación entre representantes y
representados. Hay una OPINIÓN PÚBLICA efectiva que es la que los tomadores de decisión
tienen en cuenta.

Como se forma la Opinión Pública


Sartori: Existen tres procesos de Formación de la Opinión Publica: Modelo de la cascada,
Modelo de Borboteo y por ultimo la identificación con los grupos de referencia. (La opinión
pública según Sartori nace del debate público, no es la suma de opiniones. La OPINIÓN
PÚBLICA nace del consenso político es decir el que tiene en cuenta la acción política, es la
posibilidad de disenso para formar un nuevo consenso)
Blumer: La opinión publica nace de la interacción entra y intergrupal de los grupos
funcionales de la sociedad
Liberales: Libertad de expresión + libertad de discusión= debate político (Opinión Pública).
Habermas: La opinión pública nace del debate público. Hay que desarrollar las
organizaciones intermedias para que se establezca un espacio público para la OPINIÓN
PÚBLICA crítica.
Noelle Neuman: Se podría creer por su escrito que la opinión publica nace de de una opinión
que es bien vista por los demás, y el individuo despues de evaluar este clima de opinión
decide decir su opinión de manera segura si es favorable a la mayoría o callarse si considera
su opinión como minoritaria. Este hecho sucede por el miedo al aislamiento. Es así que se
crea una espiral del silencio, que se romperá por los núcleos duros y los núcleos de
vanguardia y se creara una nueva espiral del silencio sobre otra temática controversial. (Teoría
del espiral del silencio)

Medición de la Opinión Pública

Habermas: Critica los sondeos, por ser la suma de opiniones individuales. Esto destruye su
carácter social. Importancia del método comparativo para desarrollar una OPINIÓN
PÚBLICA critica.
Blumer: Critica los sondeos por ser la suma de las opiniones individuales. La opinión pública
se conforma de la interacción de los grupos. Rescata las encuestas electorales por que ahí si
hay lo más parecido a una opinión individual.
El interaccionismo simbólico se basa en el método cualitativo más que en el cuantitativo (que
es el que se basan las encuestas) por que estos últimos consideran a la OPINIÓN PÚBLICA
como la sumatoria de las opiniones individuales, volviendo similar las opiniones de todos los
ciudadanos, sin tener en cuenta a que grupos de influencia pertenecen, ni que posición tienen
en los mismos.
Noelle Neumann: Ella es positivista y apoya como medio de medir la Opinión Pública las
encuestas. Ahora bien como a ella le interesa el aspecto Psicosocial de la Opinión Pública
hace preguntas del tipo ¿Qué cree que la mayoría piensa sobre tal tema? Mostrando que la

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gente evalúa constantemente el clima de opinión. Al mismo tiempo hace el test del tren que
pone en relieve una situación ficticia en la que todos piensan de una manera y uno de otra en
un viaje de tres horas de tren para ver si uno expresa su opinión o no, para validar su tesis del
miedo al aislamiento, por ultimo encuestas del tipo crear situaciones embarazosas y analizar
como uno reaccionaria, para analizar como uno se siente frente a la mirada de los demás.
Adrogue: Este autor podría considerarse como perteneciente al consenso optimista de la
OPINIÓN PÚBLICA. Es decir que la considera estable, racional e influyente en las
decisiones que toman quienes gobiernan. Por la misma razón es de preveer que al igual que
los restantes autores de dicha corriente considera que las encuestas son útiles para el análisis
de la OPINIÓN PÚBLICA pero que actualmente están siendo mal usadas ya que se utilizan
preguntas enciclopédicas.
Del análisis de preguntas de encuestas que no son enciclopédicas se pudo obtener la
conclusión que tanto la sociedad norteamericana como la argentina tiene una opinión publica
estable que fluctúa solo de manera gradual y cuando lo hace bruscamente es por los recursos
de información o por las particularidades históricas.
Para el autor son tan importantes los métodos de recolección de la OPINIÓN PÚBLICA que
dice que Alfonsín debe haber sido el primero en prestar atención a las encuestas de la
OPINIÓN PÚBLICA y por ello gano en el 83.

Rol de los Medios de comunicación


Luhmann: Los Medios determinan los temas en boga. Le dicen a la gente sobre que pensar y
no como hacerlo.
Noelle Neumann: Los Medios informan sobre los temas controversiales. Difunden una
opinión como mayoritaria y por lo tanto profundizan el miedo al aislamiento.
Habermas: Los Medios conectan la OPINIÓN PÚBLICA formal e informal. En la OPINIÓN
PÚBLICA receptiva los Medios otorgan información a la población que puede llegar a estar
manipulada por intereses privados que quieren difundirse como de todos. Las opiniones se
hacen publicas por los medios de comunicación.
Blumer: Los Medios de comunicación son uno de los canales institucionales a partir de los
cuales llega la OPINIÓN PÚBLICA a los tomadores de decisión.
Sartori: La OPINIÓN PÚBLICA libre y autónoma nace de una estructura policéntrica de los
Medios de comunicación. Los Medios entre si compiten y el individuo no es que analiza todos
los medios de comunicación y elige sino que existe una variedad de medios de comunicación
por que existe una multiplicidad de públicos, por que todos somos diferentes (se sostiene en la
teoría pluralista de Dahl).
Los medios participan de la formación de la OPINIÓN PÚBLICA, son el tercer remanso del
modelo de la cascada.

TOCQUEVILLE – MILL Comparación (texto de Monzón)


Mill y Tocqueville son críticos del liberalismo clásico. Se registra una tensión entre una lógica
de desarrollo de derechos y miedo ante la sociedad masificada. Apoyan el desarrollo de
derechos y libertades pero denuncian la coacción moral o el yugo de la opinión pública
dominada por los mediocres o las muchedumbres. La opinión pública actúa más como
censura que como contrapeso de poder, es peligroso que el poder emane de la masa. En vez de
controlar al poder, se vuelve un control desde el poder.
Tocqueville propone la inserción de la opinión pública en la división y limitación de poderes,
pero tanto para él como para Mill no es un instrumento de emancipación sino una fuerza de
opresión. Para Tocqueville sin embargo la opinión pública es una garantía contra el exceso de
poder (rol de la presa, es el instrumento democrático). Mill teme a una amenaza no del
gobierno, sino de una mayoría intolerante, el pensamiento de la masa se forma ya no por un

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gobierno o por la iglesia, sino que surge de hombres de su mismo nivel que se dirigen a ella o
hablan en su nombre a través de los periódicos. No es un fruto del raciocinio.
Tanto Rousseau, Tocqueville y Mill están pensando la opinión pública como censura o
control, Rousseau la piensa como instrumento positivo mientras que Tocqueville y Mill la
miran negativamente (T porque lleva al totalitarismo, M porque es mediocre).
S. XVIII – Rousseau
S. XIX – Liberalismo
S. XX - Hebert Blumer – EE UU 1940 – Interaccionismo simbólico
Niklas Luhmann - Alemania 1970- Funcionalismo Sistémico
- Eco : expansión capitalista / industrialización / mayor inclusión en el consumo
- Pol: más derechos (Sufragio universal)
- Ciencia: desarrollo de las ciencias sociales / estadista/ operacionalismo
- Radio, Cine, TC en el siglo XX se suman a la prensa.
Siempre hay que tener en cuenta el contexto, ¿qué sociedad está mirando Blumer? Mira a
EE.UU, con un sistema político estable, bipartidista y predecible.

HABERMAS y NOELLE-NEUMANN

CONCEPTOS HABERMAS NOELLE NEUMANN


Escuela Crítica de Frankfurt. Teoría
Positivismo. Enfoque psicosocial. OP como
Marco NORMATIVA de la democracia.
control social. Integración social. Miedo al
Conceptual Debate racional toma la forma de
aislamiento
la comunicación política.
Ciudadano
Instancia receptiva: grupos sociales
y asociaciones que desde intereses
Población en general/Cualquier individuo
Sujeto de determinados sectores influyen
/grupos sociales
en decisiones políticas. →
Individuo aislado de sus
representantes.
Temas de la política. De interés
Objeto público. Relación estrecha entre OP Temas controversiales
y democracia.
Sentido de Interés general: afecta al individuo Ojo público como mirada de los demás,
lo en tanto es miembro de una como exposición a la visión pública. “Es una
Público sociedad. corte anónima que reparte la popularidad y

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la impopularidad; el respeto y el escarnio”


Es la esfera en la que operan los procesos de
Bien común (sentido reverencial). OP, se refiere a una situación de público
Universalización de los intereses, anónimo. “Público como tribunal de
importancia de la esfera pública y enjuiciamiento de lo individual.
al espacio público

Tareas de crítica y control que


Opiniones de tipo controversial que pueden
ejerce la ciudadanía frente a la
DEFINICION emitirse sin temor al aislamiento. OP como
dominación del Estado y frente a la
DE Opinión piel social: cohesión e integración social.
notoriedad pública.
Pública Espiral del silencio como proceso de
En el espacio público existen dos
formación de la OP.
OP: crítica y receptiva.
Discusión pública. Vitalidad del
Formación
espacio de la OP. Verdadera Espiral del silencio
de la OP
autonomía de los ciudadanos

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