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cumplimiento de la ley
RESUMEN EJECUTIVO
Introducción
Curiosamente, dos países que habían sido Estados Partes desde 1949 han
denunciado posteriormente la Convención: Dinamarca en 1967 (sin motivo
explícito) y los Países Bajos en 1985 que justificaron su decisión alegando que las
disposiciones del Código Penal holandés habían sido enmendadas en el sentido de
contemplar solamente la producción, posesión o comercio relacionado con "la
exhibición de -o cualquier medio de información que exhiba- actividades sexuales
con la participación de personas menores de 16 años (i.e. pornografía infantil)" o el
envío de cualquier material pornográfico "no solicitado por medio del correo o con
vistas a facilitar, ofrecer o mostrar dichos materiales a los niños".
Los delincuentes deben en principio ser juzgados en el Estado Parte "en cuyo
territorio se ha cometido el delito, o cualesquiera de sus elementos constitutivos"
pero, cuando las leyes del país lo permitan, estos pueden ser procesados
alternativamente (no adicionalmente) en el Estado Parte del que son nacionales "si
son detenidos en su territorio, incluso cuando los elementos constitutivos del delito
fueran cometidos fuera de éste"
Esta Convención ha sida ratificada por 70 países hasta la fecha del 31 de diciembre
de 1994. Estuvo destinada a consolidar los tratados mencionados anteriormente de
1904, 1910, 1921 y 1933 los cuales estaban vigentes en el momento de la
adopción de la Convención y se convirtieron posteriormente en obsoletos.
Esencialmente, este tratado obliga a los Estados Partes a castigar a toda persona
que, "para satisfacer las pasiones de otros consigue, induce o conduce a otra
persona con fines de prostitución" o "explota la prostitución de otra persona"
incluso con su consentimiento. También es punible la gestión de un burdel y el
alquiler y alojamiento para la prostitución de otras personas. Según este tratado,
tales delitos deben considerarse como extraditables o, en los estados donde la
extradición no está autorizada, los nacionales que han vuelto a su propio Estado
tras haber cometido tales delitos en el extranjero deben ser procesados y
castigados por los tribunales de su propio Estado. La Convención establece, por
tanto, procedimientos legales para combatir el tráfico internacional de personas
(especialmente mujeres y niños) con fines de prostitución.
Esta Convención ha sido ratificada por 114 países hasta la fecha del 31 de
diciembre de 1994. Estuvo destinada a complementar, no a sustituir, la Convención
contra la Esclavitud de 1926. En relación con los fines del presente informe, la
disposición más significativa de este tratado es el Artículo 1, que obliga a los
Estados Partes a "tomar todas las medidas legislativas necesarias y practicables y
de cualquier otro tipo para conseguir progresivamente y lo antes posible la abolición
total o el abandono de, inter alia, cualquier institución o práctica mediante la cual
toda persona menor de 18 años pueda ser entregada por cualquiera o ambos de
sus progenitores naturales o por sus custodios a otra persona, ya sea mediante
compensación o no, con vistas a su explotación de dicha persona menor de edad o
de los frutos de su trabajo".
Esta Convención, vigente desde 1981, ha sido ratificada por 131 países hasta la
fecha del 30 de junio de 1994. Su Artículo 6 insta a los Estados Partes a "tomar
todas las medidas pertinentes, comprendidas las legislativas, para eliminar todas
las formas del tráfico de mujeres y la explotación de la prostitución de mujeres"
Esta Convención ha sido ratificada por 187 países hasta la fecha del 15 de abril de
1996. Define al niño como "todo ser humano menor de dieciocho años de edad,
salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría
de edad". Contiene diversas disposiciones significativas en relación con las
cuestiones objeto de consideración en este informe.
El Artículo 19 dispone que "los Estados Partes adoptarán todas las medidas
legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño
contra [...] los malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño
se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de
cualquier otra persona que lo tenga a su cargo".
De acuerdo con el Artículo 32, "los Estados Partes reconocen el derecho del niño a
estar protegido contra [...] el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser
peligroso o [...] que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental,
espiritual, moral o social". A este fin, los Estados deberán establecer una edad o
edades mínimas para trabajar (véase Convención 138 de la OIT, en el apartado
posterior B.2.) y "estipularán las penas u otras sanciones apropiadas para asegurar
la aplicación efectiva del presenta Artículo".
De modo similar, el Artículo 35 obliga a los Estados Partes a tomar "todas las
medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias para
impedir el secuestro, la venta o la trata de niños para cualquier fin o en cualquier
forma".
Finalmente, el Artículo 39 exige a los Estados Partes "tomar todas las medidas
apropiadas para promover la recuperación física y psicológica y la reintegración
social de todo niño víctima de ... cualquier forma de... explotación... en un
ambiente que fomente la salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño"
B. INSTRUMENTOS DE LA OIT
Las conclusiones del Seminario Internacional de las Naciones Unidas sobre las
formas y medios de lograr la eliminación de la explotación del trabajo infantil en
todo el mundo (28 octubre - 8 noviembre 1985) incluye la siguiente referencia: "la
explotación del trabajo infantil adopta múltiples formas y ciertos tipos de
explotación, por ejemplo la prostitución infantil [...], son particularmente
aberrantes" así pues, se interpreta con toda claridad que la prostitución infantil al
menos es considerada, a nivel internacional, como una forma de explotación del
trabajo infantil. Aunque los tratados de la OIT no fueron elaborados teniendo en
cuenta el fenómeno de la explotación sexual -de la misma forma que tampoco lo
fueron como un medio para combatir la participación de los niños en los conflictos
armados- ciertas normas de la OIT pueden ser consideradas, no obstante, como
significativas a este respecto.
Todos los prisioneros de guerra, incluidos los niños, "deben ser tratados
humanamente" (Artículo 2). De acuerdo con el Artículo 46, se prohíbe la violación o
abuso sexual de los habitantes de un territorio ocupado: "el honor y los derechos
familiares [...] deben ser respetados". Tal y como se afirma en la sentencia del
Tribunal Militar Internacional de Nuremberg, las Regulaciones de la Haya
representan normas internacionales consuetudinarias y como tales resultan
vinculantes para todos los Estados hayan suscrito o no la propia Convención.
Asimismo, de acuerdo con el Artículo 51, ningún Poder Ocupante puede obligar a
las personas protegidas a trabajar a menos que tengan más de 18 años de edad.
Los niños son considerados personas protegidas si son civiles en poder de una de
las Partes implicadas en el conflicto o del Poder Ocupante respecto del cual no son
nacionales. Los nacionales de un Estado que no ha suscrito la Convención no son
considerados personas protegidas ni nacionales de un estado neutral o
cobeligerante hasta que no exista representación diplomática normal en el Estado
en cuyo poder se encuentren.
Según el Artículo 75, todos los niños en poder de una Parte de un conflicto y que no
se ven favorecidos por el trato más favorable bajo las Convenciones del Protocolo
serán tratados de forma humanitaria en todas las circunstancias. En este sentido,
están prohibidas, las ofensas a la dignidad personal, en particular el trato
humillante y degradante, la prostitución forzosa y cualquier otra forma de agresión.
El Artículo 77 dispone que "los niños serán objeto de especial respeto y deberán ser
protegidos contra cualquier forma de agresión".
Este protocolo ha sido ratificado por 143 países hasta la fecha del 24 de abril de
1996 y muchas de sus disposiciones representan normas internacionales
consuetudinarias.
E.1. Convención revisada de 1961 (La Haya) sobre la Protección de los Niños
La segunda lectura del texto del proyecto revisado de este tratado de derecho
internacional privado fue realizada en septiembre de 1995. La revisión final deberá
estar lista para su aprobación en la Conferencia Diplomática prevista para octubre
de 1996. Este instrumento tratará de la atribución de jurisdicciones, la
determinación de la ley aplicable y el establecimiento de un sistema de cooperación
internacional para prestar protección a los niños que no se encuentran en su "país
de residencia habitual". En particular, y de forma un tanto simplificada, este tratado
significará que un niño que necesita medidas protectoras mientras está fuera de su
país -como en el caso de los niños trasladados al extranjero con fines de
explotación sexual comercial- pueden beneficiarse con la aplicación de medidas
adecuadas por iniciativa de las autoridades del país donde está el niño o niña,
independientemente de que las autoridades del país de residencia habitual lo
soliciten o no o de que el niño o niña sean nacionales de cualquiera de los países
concernidos.
F. TRATADOS REGIONALES
El tratado entró en vigor en 1986 y, hasta la fecha del 1 de enero de 1996, ha sido
ratificado por 50 Estados. El Artículo 5 prohíbe "todas las formas de explotación y
degradación" comprendidas en particular la esclavitud y la trata.
F.2. Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño de 1990
Habida cuenta de que la Carta sólo ha sido ratificada hasta la fecha por 6 Estados
Miembros de la OUA, no ha podido entrar en vigor, ya que para esto se requieren
15 Estados ratificantes como mínimo. La Carta contiene disposiciones sobre la
explotación del trabajo infantil, la explotación sexual y la venta y tráfico de niños.
El Artículo XV de la Carta relativo al trabajo infantil especifica que tal disposición "se
refiere tanto a los sectores formal como informal de empleos" y hace una referencia
explícita a "los instrumentos relativos a los niños de la Organización Internacional
del Trabajo" con una consideración a tener en cuenta en el establecimiento de "la
edad mínima laboral de cada uno de los empleos" (cursiva nuestra).
El Artículo XXVII de la Carta, además de exigir a los Estados Partes "la protección
de los niños frente a toda forma de explotación y abuso sexual" los obliga a "tomar
medidas para prevenir: (a) la incitación, coacción o estimulación del niño para que
se dedique a cualquier actividad sexual; (b) la utilización del niño en la prostitución
u otras prácticas sexuales; (c) la utilización del niño en actividades, espectáculos y
materiales pornográficos". En comparación con las disposición correspondiente de la
Convención sobre los Derechos del Niño, la Carta añade "estimulación" en el
subapartado (a), suprime la calificación de "ilegal" en la referencia a las prácticas o
actividades sexuales en los subapartados (a) y (b), añade "actividades"
pornográficas en el subapartado (c), y suprime la palabra "explotación" antes de
"utilización" en los subapartados (b) y (c), al presumir que cualquiera "utilización"
de un niño tendrá en sí misma un carácter de explotación. Así pues, en principio,
aunque esté sujeta a interpretación, la Carta proporciona protección frente a una
gama algo más amplia de actos de la que ofrece la Convención.
Finalmente, el Artículo XXIX específica que los Estados deben combatir la venta y
tráfico "por cualquier persona, comprendidos los progenitores o los custodios
legales del niño".
Esta Convención entró en vigor en 1978, y hasta la fecha del 1 de enero de 1996
ha sido ratificada por 25 Estados. El Artículo 5 estipula que "toda persona tiene
derecho al respeto de su integridad física mental y moral". El Artículo 6 especifica
que "nadie será sometido a esclavitud o a servidumbre involuntaria, prácticas
prohibidas en cualquiera de sus formas, así como la trata y el tráfico de mujeres".
El Protocolo de 1988 relativo a esta Convención (que aún no había entrado en vigor
en enero de 1996), prohíbe a las personas menores de 18 años de edad todo
trabajo que "socave su salud, su seguridad o sus hábitos morales".
Esta Convención fue el primer acuerdo regional sobre derechos humanos adoptado
después de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y ha estado en vigor
desde 1953. Ha sido ratificada por 31 países hasta la fecha de 1 de enero de 1996.
Su disposición más significativa es el Artículo 4 el cual declara que "ninguna
persona podrá ser mantenida en la esclavitud o en la servidumbre y "a nadie se le
podrá exigir el desempeño de trabajo forzado u obligatorio".
Los Estados Partes de la Carta aceptan como objetivo de sus políticas el logro de las
condiciones que permitan la realización efectiva de determinados derechos y
principios. En la Parte I, 7 se dispone que: "los niños y los jóvenes tienen derecho a
una protección especial contra los riesgos físicos y morales a que están expuestos".
Los Estados se comprometen además a cumplir ciertas obligaciones, entre ellas
(Parte II, Art. 7[10]): "asegurar una protección especial contra los riesgos físicos y
morales a los que se ven expuestos los niños y los jóvenes, y particularmente
contra la los derivados... de su trabajo".
Esta recomendación, efectuada según el Artículo 15 (b) del Estatuto del Consejo de
Europa, resulta significativa porque emana de un órgano del Consejo que se ocupa
específicamente de la "Explotación Sexual, la Pornografía, la Prostitución y el
Tráfico de Niños y Jóvenes Adultos". En este sentido, la recomendación insta a los
Estados Miembros a examinar la legislación y las prácticas con vistas a aplicar un
programa integral de medidas para combatir la explotación sexual de los niños.
"La protección del niño frente a toda forma de explotación, comprendida la venta,
prostitución o pornografía no debería ser contemplada, por tanto, simplemente de
forma aislada sino en el contexto más amplio de la realización de los derechos del
niño y tomando debidamente en cuenta las obligaciones internacionales derivadas
de la propia Convención.
"Es también interesante constatar que las cuestiones relativas a la venta y el tráfico
de niño, la prostitución infantil y la pornografía infantil merecen una atención
especial dentro de la acción del sistema ampliado de las Naciones Unidas. A este
respecto puede mencionarse a la OIT [...] o a las actividades desarrolladas por el
UNICEF en el marco de la aplicación de la Declaración y el Plan de Acción adoptados
por la Cumbre Mundial en favor de la Infancia.
"Al mismo tiempo, se han dado pasos importantes en el área de la prevención del
delito y de la justicia penal. De hecho, el Noveno Congreso sobre Prevención del
Delito y la Justicia Penal, celebrado el último año [1995] en el Cairo hizo un
llamamiento a los Estados para que adopten las medidas necesarias con vistas a la
prevención, protección y rehabilitación de los niños víctimas de cualquier forma de
violencia, comprendida la violencia y la explotación sexual. El Congreso invitó
además a la Comisión sobre Prevención del Delito y Justicia Penal a que considerara
la preparación de un proyecto de convención internacional sobre el tráfico ilegal de
niños que incluya los elementos necesarios para combatir efectivamente esta forma
de crimen organizado transnacional.
H. COMENTARIO
El examen de los principales instrumentos internacionales relativos a la explotación
sexual comercial de los niños revela que, aunque las obligaciones de los Estados
para combatir el fenómeno están relativamente claras, puede ser útil hacer ciertos
comentarios y clarificaciones.
a. El Artículo 34 de la Convención sobre los Derechos del Niño, la disposición
crucial en esta materia, se refiere en primer lugar a la protección frente a
actividades sexuales "ilegales"; de esta forma, deja deliberadamente a cada
Estado la responsabilidad de legislar para determinar que tipos de actividad
deben considerarse ilícitas y, cuando sea pertinente, hasta que edad. La
ausencia de la palabra "explotación" en el subapartado (a) de este Artículo
refleja el hecho de que el acento esta puesto sobre todo en el carácter de
"abuso", y en dicho contexto la edad de consentimiento tiene claramente un
importante significado. Esto supone que, en un país donde la edad de
consentimiento es de 16 años, una niña de 17 años que es inducida al coito
(pero presumiblemente no "coaccionada", en la medida que esto implica la
obtención del consentimiento por medio de la fuerza o la manipulación) no
estaría protegida por este Artículo, mientras una niña de 15 años si lo
estaría. En otras palabras, esta disposición deroga, implícitamente, la
definición general de "niño" para los fines de esta Convención. Los
subapartados (b) y (c), por otro lado, se refieren explícitamente a la
"explotación". Si tenemos en cuenta la Convención de 1949, que estipula la
protección frente a la explotación mediante la prostitución,
independientemente de si existe o no consentimiento, y la Convención
Complementaria de 1956 que establece un techo de edad de 18 años, parece
claro que en los casos de estos dos subapartados, la definición general de
niño resulta consistente y que la cuestión del consentimiento no es
significativa a la hora de determinar si ha tenido lugar o no la explotación y si
el niño afectado está protegido o no por esta disposición.
b. El derecho internacional no proporciona ninguna definición del término
"pornografía"; lo mismo sucede con "prostitución" pero el significado de este
término es generalmente aceptado y se presta más a la aplicación de
criterios objetivos y factuales y a la verificación.
c. La pornografía no ha recibido el nivel de atención concedido por los
legisladores internacionales a la protección frente a la prostitución. La
Convención enmendada de 1923 trata sobre todos los materiales obscenos o
pornográficos pero ha permanecido prácticamente en letargo durante los dos
últimos decenios al menos. La legislación nacional vigente, las prácticas y las
actitudes hacia la pornografía para adultos en numerosos países inducen a
pensar que es improbable que la Convención reciba un apoyo adicional
significativo en un futuro previsible. En realidad, es sorprendente que no
haya habido más países que denunciaran la Convención siguiendo el ejemplo
de los Países Bajos. La explicación reside quizá en la falta de referencia de
facto del tratado a las obligaciones y/o el desarrollo de una visión más
restrictiva de lo que constituye la "obscenidad" y puede ser por tanto
contemplada dentro de las disposiciones del tratado. Así pues, el marco legal
internacional ofrece sólo una referencia general para tomar iniciativas
destinadas a combatir la distribución de pornografía infantil, ya sea mediante
Publications o por las nuevas tecnologías.
Introducción
En Sri Lanka, la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño promovió
la formulación en l992 de un documento sobre políticas relacionadas con los
derechos del niño, destinado a poner en marcha una legislación integral protectora
de los niños. Se nombró un Comité Técnico para considerar la legislación
relacionada con el abuso infantil, el cual identificó ciertas aéreas pioritarias para la
reforma. Sin embargo, en lugar de sugerir una Ley separada que tratara
específicamente de los delitos sexuales contra los niños, el Comité recomendó la
introducción de enmiendas en el Código Penal existente y en el Código Procesal. De
esta forma, la edad mínima de consentimiento fue ampliada de los 12 a los 16 años
y se crearon nuevas figuras delictivas relacionadas con la explotación sexual y el
tráfico de niños y la utilización de niños en actividades pornográficas. Es
significativo reseñar, de nuevo, que el Comité Técnico incluía representantes de
organizaciones no gubernamentales que habían estado activamente comprometidos
en el combate contra la explotación sexual de los niños en Sri Lanka. Mediante las
enmiendas del Código Penal, las preocupaciones de estos representantes han tenido
una traducción legistativa en una forma pragmática y comprensiva.
A.2. Pornografía
En Japón, el Código Penal tiene efectos territoriales en relación con ciertos delitos
comprendidos los delitos sexuales con violencia contra los niños menores de 13
años o a las personas incapaces de resistir tales ataques.
El turismo con fines sexuales relacionado con menores ha sido objeto de medidas
legislativas en diversos países. En los Estados Unidos, la Ley sobre Control de los
Delitos Violentos de 1994 castiga los viajes tanto interiores como al extranjeros
para mantener actividades sexuales con jóvenes. La legislación australiana de 1994
considera como delito la obtención de beneficios mediante la realización o
promoción de tales viajes; la legislación neozelandesa de 1995 introduce
disposiciones similares.
El Reino Unido ofrece un enfoque diferente. En febrero de 1996, el Parlamento
británico presentó a la consideración del Comité Permanente un proyecto de ley
sobre Delitos Sexuales (Conspiración e Incitación). La legislación propuesta
considera delito conspirar con o incitar a otra persona para la comisión de ciertos
delitos sexuales en el extranjero.
Existen dificultades para reconciliar los derechos del acusado con los derechos de
protección del niño. En relación con la fianza, por ejemplo, se ha visto que los
explotadores arrestados bajo jurisdicción extranjera es muy probable que se fuguen
cuando están en libertad bajo fianza; sin embargo la negación de la fianza a estos
supuestos explotadores sería infringir su derecho básico a la presunción de
inocencia hasta que sean considerados culpables. O bien el delito tiene que ser
considerado como suficientemente grave para privar automáticamente al acusado
de la fianza, o bien el juez tiene que denegar la fianza basándose en que el acusado
es extranjero y por tanto es muy probable que pueda abandonar su jurisdicción. En
relación con la prueba del delito, y habida cuenta de la dificultad de descubrir al
criminal en el momento de abusar del niño, parece plausible desplazar la carga de
la prueba cuando la protección del niño es primordial, y elaborar la legislación de tal
forma que sea el acusado quien tenga que justificar por qué está en compañía de
un niño que no es familiar suyo. Así, en Filipinas, de acuerdo con las disposiciones
de la Ley 7610, el mero hecho de encontrarse a solas con un niño que no es
familiar dentro de un hotel o un vehículo u otro lugar constituye un intento de
cometer prostitución, y es un delito según el Artículo III, sección 6. De acuerdo con
la sección 5(a), la mera oferta verbal a un niño con fines de prostitución constituye
un delito de abuso sexual.
En muchos países las leyes no pueden ser efectivamente aplicadas porque las
fuerzas de policía son corruptas. Las razones de esta situación pueden se debidas
en parte a que la sociedad concede poco valor al respeto de la ley, pero también
esto tiene que ver con la escasa remuneración de la policía, las precarias
condiciones de trabajo y a las estructuras de promoción que no están basadas ni en
el mérito ni en la capacidad. En Sri Lanka, se dice que el acento puesto por el
gobierno sobre el desarrollo económico a través del turismo ha hecho que la policía
sea renuente a la aplicación de la ley contra los abusadores de los niños en la
medida que esto tendría un impacto negativo sobre la economía del país y
debilitaría así sus posibilidades de promoción profesional. En Filipinas, los
abusadores de niños han "escapado" de la custodia de la policía en circunstancias
que indican la existencia de soborno a los funcionarios de policía. Existen
numerosos informes de este tipo sobre muchos países. Los delitos sexuales contra
los niños deben ser considerados delitos graves, y los funcionarios de policía deben
ser reconocidos y recompensados por el descubrimiento de tales delitos de la
misma manera que lo serían por el descubrimiento de cualquier otro delito grave.
La capacitación adecuada de la policía y de los oficiales judiciales es esencial para la
gestión de los casos de abuso sexual infantil. Algunos países industrializados tales
como el Reino Unido, Suecia, Australia y Nueva Zelandia han prestado ayuda a los
países en desarrollo en la capacitación de sus oficiales de policía.
Finalmente, la policía debe disponer de los recursos adecuados en términos de
personal, equipos y servicios de apoyo para permitirles desarrollar su trabajo de
forma efectiva. Los policías no podrán ser estimulados para rescatar a los niños de
los burdeles si no cuentan con lugares adecuados para alojarlos o con medios
suficientes para devolverlos a sus familias; no podrán investigar a los explotadores
a menos que cuenten con los medios adecuados de transporte y de comunicación.
Los teléfonos de ayuda para los niños están teniendo un creciente reconocimiento
como un medio valioso para que los niños puedan disponer de ayuda contra los
abusos y la explotación sexual. El Grupo de Trabajo Permanente de la INTERPOL ha
recomendado que todos los países miembros instalen teléfonos de ayuda.
La Reunión del Grupo de Expertos de las Naciones Unidas desarrolló una serie de
recomendaciones para combatir la utilización de niños en actividades delictivas y la
explotación de niños, las cuales iban más allá de la aplicación de la ley. Entre estas
recomendaciones se encuentran algunas sugerencias para comprometer a los
medios de comunicación en actividades de promoción de la conciencia pública sobre
estas cuestiones, el desarrollo de programas educativos y de capacitación
multidisciplinaria, de programas de "vigilancia comunitaria", y el compromiso de la
industria turística y del sector empresarial en la protección de los derechos de los
niños. En Australia y Nueva Zelandia, la industria turística ha participado en la
distribución de folletos informativos que advierten a los viajeros que la explotación
sexual de los niños en el extranjero es un delito grave.
C. CASTIGO Y DISUASIÓN
Las penas por abuso y explotación sexual infantil son bastante graves en la mayor
parte de los países. En los casos que implican jurisdicción extraterritorial se plantea
la cuestión de si los delitos deben clasificarse como menores para que puedan ser
perseguidos más eficazmente, o como graves para que sean más susceptibles de la
imposición de una fuerte pena. En Francia, en febrero de l994, se aplicó la
jurisdicción extraterritorial a un delito relacionado con el abuso sexual de una
persona menor de 15 años mediante una enmienda del Código Penal francés; es el
único delito que puede ser juzgado como una falta bajo la jurisdicción
extraterritorial de Francia. Al ser considerado como falta, es más probable que
pueda lograrse un enjuiciamiento exitoso que si el acto fuera clasificado como un
delito grave.
Por otro lado, existe el riesgo de que los delitos cometidos contra niños extranjeros
sean considerados como menos graves que si los mismos fueran cometidos contra
ciudadanos nacionales si las penas son menos severas para un delito cometido en
el extranjero. En Noruega, tres hombres condenados en 1990 por delitos cometidos
contra niños extranjeros recibieron sentencias de reclusión; el Tribunal Supremo de
Noruega rechazó un argumento de la defensa en el sentido de que la pena debería
ser menos grave de la que sería por delitos cometidos contra niños noruegos. En
Suecia, en 1995, un hombre recibió una sentencia de reclusión de tres meses y el
pago de compensaciones al niño de que había abusado; en relación con este caso
se ha alegado que la pena hubiese sido mayor si el niño objeto de abusos sexuales
hubiera sido sueco. En el mismo año, en Tailandia un ciudadano de Guyana
Británica fue sentenciado a un total de 50 años de prisión por delitos cometidos
contra cinco niños tailandeses.
Los daños causados al niño deberían ser normalmente objeto de consideración por
cualquier tribunal a la hora de dictar sentencia contra un delincuente convicto. Pero
en este sentido podemos preguntarnos hasta qué punto un tribunal puede disponer
de pruebas sobre las lesiones físicas o psicológicas causadas al niño víctima, pues
este requisito sería difícil de obtener si el niño es extranjero. ¿Debería considerarse
en su lugar la presunción judicial de que toda explotación sexual resulta perjudicial
para el niño? En el caso de que como resultado de la relación sexual el niño sea
infectado con el virus VIH o el SIDA, ¿debería considerarse entonces este hecho
como una circunstancia agravante adicional que justificaría un incremento de las
penas?. El pago de una compensación financiera a una víctima infantil tiene la
ventaja de permitir al niño un nuevo comienzo de su vida, especialmente si la
pobreza ha conducido al niño a la prostitución.
Los contactos bilaterales entre las fuerzas de policía y las autoridades aduaneras
han demostrado ya su efectividad en la identificación de redes de pedófilos con
conexiones mundiales.
Los tratados de ayuda mutua son un vehículo para lograr métodos más formales de
comunicación. Al disponer de un acuerdo escrito, las reglas por las que se rigen
determinados procedimientos tales como la toma de declaraciones de testigos, la
prohibición de registros y otras pruebas, los servicios de documentación etc, se
garantiza la calidad probatoria de los materiales, y se evitan los retrasos inherentes
a los canales de comunicación diplomática. La Sección de Prevención del Delito y
Justicia Penal de las Naciones Unidas ha elaborado un Tratado Modelo de Ayuda
Mutua que fue adoptado por la Asamblea General en diciembre de 1990 GA 45/117
y que está a disposición de todos los estados. Las leyes nacionales pueden disponer
unilateralmente las condiciones en las que podrá concederse la asistencia mutua a
otros estados en materias penales. La Ley BE 2535 de Tailandia titulada "Ley de
Asistencia Mutua en Materia Penal" establece las condiciones mediante las cuales
puede concederse ayuda a los estados que lo soliciten, incluso sin necesidad de
tratado.
D.3. Extradición
E. CONCLUSIONES
Debe tenerse en cuenta que el medio legal es el reflejo del medio político, y que a
menos que el Estado y la sociedad concedan prioridad a la protección de los niños,
las leyes no los protegerán por sí solas. Es preciso contar previamente con la
voluntad de proteger a los niños.
Este informe ha intentado identificar los instrumentos legales que han establecido
las normas de cumplimiento, y ha tratado de presentar una panorámica general de
las medidas legislativas nacionales, teniendo en cuenta los mecanismos disponibles
de aplicación e implementación.
Se espera que los Estados a la hora de formular sus propios planes nacionales
puedan utilizar las experiencias descritas en este informe y encontrar soluciones en
interés tanto de sus propios niños como de todos los niños del mundo.
Con el fin de fomentar la implementación más efectiva de la Convención sobre los
Derechos del Niño en este ámbito, se ofrecen las siguientes propuestas:
Se propone que las obligaciones de información reguladas en el Artículo 44 de la
Convención sobre los Derechos del Niño sean utilizadas por los Estados, no sólo
para cumplir sus obligaciones legales de acuerdo con la Convención, sino como una
oportunidad de realizar un análisis y examen pormenorizados de sus disposiciones
legislativas nacionales para la protección de los niños. Esta tarea debería realizarse
con la participación activa de las organizaciones no gubernamentales dedicadas a la
atención de la infancia, así como con los departamentos estatales que tengan
responsabilidades relacionadas con los niños y aquellos otros que garanticen el
cumplimiento de las obligaciones reguladas en los tratados internacionales.
Mediante este examen interdisciplinario podrán identificarse las brechas legislativas
en materia de protección infantil. De este modo podría prepararse un plan nacional
destinado a atender de modo comprensivo, a través medidas legislativas, las
necesidades de los niños en cada Estado.