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JAN 8
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Printed
in USA
HIGHSMITH #4Í5230
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Freud,
un arqueólogo del alma
longseller
Freud, un arqueólogo del alma
© Longseller, 2002
Longseller S.A.
Casa matriz: Avda. San Juan 777
(C1147AAF) Buenos Aires - República Argentina
Internet: www.longseller.com.ar
E-mail: ventas@longseller.com.ar
ISBN 987-550-055-0
I. Título - 1. Biografía-Freud
Sigmund Freud\
un arqueólogo del alma
La novela familiar
(1856-1873)
La escuela
En 1865, a sus nueve años, el pequeño Sigmund in¬
gresó en el Gymnasium, la escuela en la que se impar¬
tían la enseñanza media y secundaria. Durante siete
cursos consecutivos fue el primero de su clase. Entre
tanto, la familia Freud seguía creciendo: después de
Rosa nacieron Marie, Adolfme y, en 1866, Alexander,
La escuda -15
Años de estudio
(1873-1881)
Un médico enamorado
(1882-1886)
El no de la cocaína
Pero un episodio que tendría un desenlace trágico lo
convenció definitivamente de que el uso indiscriminado
de la cocaína no sólo no era recomendable sino, por el
contrario, decididamente dañino para el organismo.
Freud se había hecho amigo de uno de los ayudantes de
Briicke, Max von Fleischl, por quien sentía una mezcla
de admiración y envidia por sus dotes intelectuales y
porque era un hombre que disfmtaba de una posición
social y económica más que acomodada y no tenía la
menor necesidad de luchar, como él, por su subsisten¬
cia. A causa de un accidente en una mano, Fleischl su¬
fría de intensos dolores neurálgicos que mitigaba con
morfina, y había desarrollado una dependencia tan
abrumadora respecto de esta droga que su vida se había
visto alterada por completo debido a esta adicción.
El no de la cocaína - 35
Realizaciones de deseos
(1886-1900)
Hipnosis y catarsis
Fantasías inconscientes
También en esta época llegó a otra conclusión im¬
portante, tanto más porque modificaría radicalmente
los términos de la teoría de la histeria que había man¬
tenido hasta entonces. En todos los casos de histeria
que había tratado, había un elemento que se repetía: el
relato de una escena de la infancia del sujeto en la que
éste había sido víctima de una seducción por parte de
un adulto.
En busca de lo desconocido
(1901-1914)
Búsqueda de influencias
En esa misma carta, escrita en marzo de 1902, en
la que explica el nuevo estado de ánimo que le permi¬
tió renovar, y sobre todo modificar, sus esfuerzos por
alcanzar la condición de catedrático, comentó: “Lle¬
gué a la conclusión de que, muy posiblemente, ten¬
dría que esperar la mayor parte de mi vida para que se
reconocieran mis méritos y que, mientras tanto, nin¬
guno de mis contemporáneos sería capaz de alzar un
dedo siquiera para defenderme. Deseaba también vi¬
vamente volver de nuevo a Roma, ayudar a mis pa¬
cientes y complacer a mis hijos, por lo que decidí
abandonar mis estrictos principios y tomar algunas
medidas prácticas de las que suelen adoptar los demás
seres humanos”.
Aberraciones sexuales
y sexualidad infantil
En Tres ensayos sobre teoría sexual no sólo hay una
aportación original al desarrollo de la teoría psicoanalí-
tica, sino que además se sostienen los principios a los
que Freud había llegado a partir de su práctica —si
64 - Sígmund Freud
Hacia la institucionalización
Entre tanto, y a pesar de las resistencias de la comu¬
nidad científica, la institucionalización del movimiento
Hacía la ínstítucíonalízacíón - 77
Fieles y rebeldes
Lo cierto es que a, medida que crecía el número de
adeptos, el movimiento psicoanalítico se enfrentaba a
nuevos problemas: los que derivaban de las diferencias
de opiniones con respecto a distintos aspectos de la teo¬
ría. Tres figuras importantes de la época fundadora fue¬
ron apartándose sucesivamente del movimiento por di¬
ferencias teóricas que Freud y quienes pensaban como
él consideraban irreconciliables: Alfred Adler, primero,
Wilhelm Stekel después, y por fin, Cari G. Jung.
Tótem y tabú
En ese mismo año escribió varios artículos para
distintas revistas e incursionó otra vez en el mundo
de la creación artística con un trabajo sobre Leonar¬
do, Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci. En
1911, había publicado una docena de trabajos breves,
entre ellos las Observaciones psic o analíticas sobre
un caso de paranoia autobiográficamente descripto,
conocido como “el caso Schreber”, al que agregó un
apéndice en 1912. Pero fue en este último año cuan¬
do produjo una de sus obras más originales, Tótem y
tabú, a la que él adjudicaría tanta importancia como
Tótem y tabú - 85
Años de madurez
(1915-1923)
El cuerpo ataca
Freud padecía especialmente el racionamiento de
la carne vacuna, que era uno de sus alimentos preferi¬
dos. Además, su cuarto de trabajo no tenía calefac¬
ción, lo que dificultaba aún más la vida cotidiana en
los rigurosos inviernos vieneses. Por otra parte, co¬
menzó a sufrir algunas molestias prostáticas y le apa¬
recieron dolores reumáticos.
Martha Bernays, la
joven que conquistó a
Freucl, tenía cinco años
menos que él.
La casa natal de Freud, en Freiberg, Moravia.
Freud en 1891,
cuando había
cumplido treinta y
cinco años.
El “Comité” fue creado luego de la ruptura de Jung
(que seguiría a la de Adler) con la finalidad de cuidar
la ortodoxia freudiana.
De pie, de izq. a der.: E. Jones, M. Eitingon,
K. Abraham y O. Rank. Sentados, de izq. a der.:
H. Sachs, S. Ferenczi y S. Freud.
MASSENPSYCHOLOGIE
UND
ICH-ANALYSE
VON
INTERNATIONALER
PSYCHOANALYTISCHER VERLAG G. M. B. H.
LEIPZIG WIEN ZÜRICH
1921
Freud en su madurez,
cuando ya había concretado
su importantísimo aporte al
conocimiento de la psiquis.
Freud en Viena, poco antes de su exilio.
El cuerpo ataca -113
Un largo adiós
(1923-1938)
Un debate profano
La Autobiografía fue escrita en 1925, a pedido de
una editorial estadounidense mientras que en 1926
aparecerían Inhibición, síntoma y angustia, escrito el
n6 - Sígmund Freud
Premio literario
para el psicoanalista
Tal vez en sintonía con el espíritu de estas dos úl¬
timas obras, aunque obviamente no sólo por ello, en
agosto de 1930 recibió la distinción literaria más im¬
portante del mundo cultural de lengua alemana: el
Premio Goethe, que consistía en la suma de diez mil
marcos alemanes. Con respecto a este galardón, le es¬
cribió a Alfons Paquet —el funcionario que le había
anunciado que se le daría el premio—, que los hono¬
res públicos no habían llovido precisamente sobre él,
y que por lo tanto se había acostumbrado a sobrevivir
sin ellos. Sin embargo —agregaba— no puedo ne¬
garle que la concesión del Premio Goethe de la ciudad
de Francfort me ha proporcionado gran placer. Hay
algo en esta distinción que reconforta particularmen¬
te la imaginación, y una de sus condiciones elimina la
humillación que normalmente se asocia con este tipo
de galardón.”
La libertad sexual
"... al limitar la actividad sexual de un pueblo, se
incrementa en general el temor a la vida y el miedo a la
muerte, factores que perturban la capacidad individual
de goce, suprimen la disposición individual a arrostrar
la muerte por la consecuencia de un fin, disminuyen el
deseo de engendrar descendencia y excluyen, en fin, al
pueblo o al grupo de que se trate de toda participación
en el porvenir. Ante estos resultados habremos de pre¬
guntamos si nuestra moral sexual cultural vale la pena
del sacrificio que nos impone, sobre todo si no nos he¬
mos libertado aún suficientemente del hedonismo para
no integrar en los fines de nuestra evolución cultural
cierta dosis de felicidad individual.”
Ciencia y placer
“El poeta se encuentra ligado a la condición de
provocar un placer estético e intelectual, a más de cier¬
tos efectos sentimentales, y, en consecuencia, no puede
presentar la realidad tal y como se le ofrece, sino que se
ve obligado a aislar algunos de sus fragmentos, a ex¬
cluir de la totalidad los elementos indeseables, a intro¬
ducir otros que completan el conjunto y a mitigar y sua¬
vizar las asperezas del mismo. (...) Resulta, pues, inevi¬
table que la ciencia entre también a manejar—con ma¬
no más torpe y menor consecución de placer— aquellas
146 - Sígmund Freud
Inconsciente y represión
“... lo inconsciente no coincide con lo reprimido.
Todo lo reprimido es inconsciente, pero no todo lo in¬
consciente es reprimido. También una parte del yo,
cuya amplitud nos es imposible fijar, puede ser in¬
consciente, y lo es seguramente.”
El yo y el ello
En: Obras completas, vol. II, pág. 11.
Inhibición y síntoma
“La inhibición presenta una relación especial con
la función y no significa necesariamente algo patoló¬
gico. Así podemos dar el nombre de inhibición de una
función a una restricción normal de la misma. En
cambio, síntoma vale tanto como signo de un proceso
148 - Sígmund Freud
La transferencia
"... toda una serie de sucesos psíquicos anteriores
cobran de nuevo vida, pero no ya como pasado, sino
como relación actual con la persona del médico. (...)
ISO - Sígmund Freud
Historiales clínicos
En: Obras completas, vol. II, pág. 655.
El juego
“El juego de los niños es regido por sus deseos, o,
más rigurosamente, por aquel deseo que tanto coad¬
yuva a su educación: el deseo de ser adulto.”
Psicoanálisis aplicado
En: Obras completas, vol. II, pág. 1.058.
Poesía y fantasía
“... la poesía, como el sueño diurno, es la conti¬
nuación y el sustitutivo de los juegos infantiles. (...) El
poeta mitiga el carácter egoísta del sueño diurno por
medio de modificaciones y ocultaciones, y nos sobor¬
na con el placer puramente formal, o sea estético, que
nos ofrece la exposición de sus fantasías. (...)... todo
el placer estético que el poeta nos procura entraña
ideario -151
Psicoanálisis aplicado
En: Obras completas, vol. II, pág. 1.061.
Negación y represión
“Una representación o un pensamiento reprimi¬
dos pueden, pues, abrirse paso hasta la conciencia,
bajo la condición de ser negados. La negación es una
forma de percatarse de lo reprimido; en realidad, su¬
pone ya un alzamiento de la represión, aunque no,
desde luego, una aceptación de lo reprimido.”
La negación
En: Obras completas, vol. n, pág. 1.134.
El malestar en la cultura
En: Obras completas, vol. III, pág. 5.
El malestar en la cultura
En: Obras completas, vol. III, pág. 9.
La felicidad y la desgracia
“Lo que en el sentido más estricto se llama felici¬
dad, surge de la satisfacción, casi siempre instantánea.
ideario -153
El malestar en la cultura
En: Obras completas, vol. III, pág. 11.
El malestar en la cultura
En: Obras completas, vol. III, pág. 15.
JUDAÍSMO Y RELIGIOSIDAD
“Puedo declarar que estoy tan alejado de la reli¬
gión judía como de todas las demás; en otras palabras:
las considero sumamente importantes como objetos del
interés científico, pero no me atañen sentimentalmente
en lo más mínimo. En cambio, siempre tuve un podero¬
so sentimiento de comunidad con mi pueblo, senti¬
miento que también he nutrido en mis hijos. Todos se¬
guimos perteneciendo a la confesión judía.”
El trabajo de médico es
ECONÓMICAMENTE INGRATO
“Me doy cuenta de que para un médico el trabajo
y los ingresos son dos cosas muy distintas. A veces
ideario -161
El psicoanálisis no tiene
NADA QUE VER CON EL OCULTISMO
En 1921, Freud escribió a Hereward Carrington,
un investigador del ocultismo, para disuadirlo de que
relacionara esa disciplina con el psicoanálisis.
La homosexualidad no es un delito
Freud respondió así a una mujer que le escribía
consultándolo por su hijo homosexual:
Prólogo
Capítulo 1
La novela familiar (1856-1873). 11
La escuela.14
Capítulo 2
Años de estudio (1873-1881). 21
Capítulo 3
Un médico enamorado (1882-1886). 27
Dos pobres criaturas que se quieren.31
El no de la cocaína.34
Capítulo 4
Realizaciones de deseos (1886-1900). 39
Hipnosis y catarsis.43
Fantasías inconscientes.47
El sueño y los sueños.48
Capítulo 5
En busca de lo desconocido (1901-1914).53
Búsqueda de influencias.56
Psicopatología de la vida cotidiana.60
Aberraciones sexuales
y sexualidad infantil.63
172' Sígmund Freud
Capítulo 6
Años de madurez (1915-1923). 90
El cuerpo ataca.94
Una visión profética.98
Capítulo 7
Un largo adiós (1923-1938). 105
Un debate profano.109
Premio literario
para el psicoanalista.114
Reafirmación del judaismo.119
Ideario
La desaparición de los
síntomas histéricos.127
Símbolos en los sueños.127
Las equivocaciones orales
y su significación.128
La libertad sexual.129
Ciencia y placer.129
La identificación y el complejo de Edipo... 130
Complejo de Edipo y neurosis.131
Inconsciente y represión.131
índice -173
Inhibición y síntoma.131
La ciencia
y los enigmas de este mundo.132
Religión y neurosis obsesiva.132
La inseguridad de la ciencia,
opuesta a la certeza de la religión..133
La transferencia.133
El juego.134
Poesía y fantasía.134
Negación y represión.135
En la vida psíquica
nada se pierde.135
Formas de soportar la vida.136
La felicidad y la desgracia.136
El amor: una técnica
del arte de vivir.137
Resistencias al psicoanálisis
y antisemitismo.138
Judaismo y religiosidad.138
Carta de Albert Einstein
a Freud sobre Moisés
y la religión monoteísta.139
Freud, lector de Goethe.140
Freud se disculpa con su novia por leer
El Quijote y por haberlo recomendado. . 141
La perplejidad por el suicidio
de su amigo Nathan Weiss.142
El patinaje y los celos.143
El gusto por la docencia.143
La monarquía
es un sistema absurdo.144
El trabajo de médico
es económicamente ingrato.144
174' Sígmund Freud
Vacaciones en Italia:
pereza y placer.145
El psicoanálisis no tiene nada
que ver con el ocultismo.146
Balance, escepticismo
y gratitud a los 70 años.147
Agradecimiento a su médico
personal, el doctor Max Schur.148
¿El psicoanálisis puede
esterilizar a un artista?.149
La homosexualidad
no es un delito.149
Contra las biografías.150
La inmortalidad del escritor.151
En defensa de Moisés y el monoteísmo. . . 151
Otros libros de esta colección
Ernest Hemingway,
un aventurero en la generación perdida
por David Landesman
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I | UN COMPROMISO CON EL LECTOR