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LAS PINTURAS GOTICAS DE VALDEOLEA

Rayando al norte con la Montaña Palentina

VALLE RECÓNDITO
En el recóndito valle de Valdeolea, limítrofe entre el sur de Cantabria y el Norte de Palencia, se
levantan una docena de pequeñas iglesias románicas del siglo XII, muy interesantes desde el punto
de vista de la tipología arquitectónica del románico montañés con portadas y capiteles esculpidos
con motivos de muy variada índole cuya mayor singularidad se encuentra en su interior en forma de
pinturas murales que nada tienen que envidiar a otras más conocidas como las catalanas.
Sumidas en una retaila de pueblos minúsculos enclavados en las verdes praderas de estos valles y
montañas, destacan entre todas las de Valberzoso, único pueblo de este valle de la provincia de
Palencia, La de Mata de Hoz, la de Santolalla- La Loma, y la de las Henestrosas esta última ermita
formando conjunto arquitectónico con un impresionante palacio del s. XVI, que viene a sumarse a
los otros 5 palacios , algunos en ruinas, con que cuenta el valle de Valdeolea, sitos en Reinosilla, Laya
o El Haya, Olea, Las Quintanillas y Barriopalacio y Matarrepudio. Son asimismo interesantes los tres
puentes romanos (perfectamente documentados) de Casasola, de la Vega y de Rojadillo, que hablan
de este valle como centro de interés histórico artístico desde tiempos remotos.

EL ARTE ANÓNIMO DE LA EDAD MEDIA


Las pinturas con una fuerte componente hierática y simbólica , representan diversas escenas del
nuevo testamento , principalmente en los capítulos referidos a la vida y pasión de Jesucristo. La
última cena, la matanza de los inocentes, la huida a Egipto, la anunciación, la pasión, la adoración de
los reyes y otras episodios del nuevo testamento, son presididas por una imagen de la Virgen a
quien está dedicado el templo.

Algunas imágenes corresponden curiosamente a localismos como el situar en lugar destacado la


pintura de un jabalí (Animal muy abundante en la zona), la de un caballero que probablemente sea
el mismo que costea las pinturas y al que hace mención una inscripción que fecha en 1484 el año de
realización de las mismas.
El tipo de planta de estas pequeñas iglesias, de una
nave, es la que màs se repite en la zona sur de
Cantabria. Una de las posibles razones es que to-
man como modelo la planta de la cercana
Colegiata de San Pedro de Cervatos. En los valles
del sur de Cantabria comienzan a aparecer iglesias
que añaden a su fábrica románica elementos
arquitectónicos protogóticos, como arcos
apuntados, tanto en el pórtico como en el ábside
(bóveda de cañón apuntada) o utilizan la
decoración propia de esta época. En las iglesias (de
nueva ejecución los canteros no se han atrevido a
adoptar el innovador sistema constructivo,
nuestros edificios sólo tienen del gótico algunos
elementos que no requieren una gran pericia. Las
ermitas e iglesias de esta zona se pueden datar
en torno a la segunda mitad del siglo XII y
perduran hasta el siglo XV, sin que varíe apenas
su estructura.
Los valles interiores lugares en los que perduran
los usos románicos como se puede ver en los
gruesos muros y en la planta de las iglesias (por
ese motivo se decoran los interiores, ya que hay
un predominio absoluto del muro sobre el vano
al contrario ocurre en las iglesias góticas, donde
las pinturas han sido sustituidas por vidrieras).

En cuanto a las influencias artísticas que


actúan en Valdeolea tenemos por una parte el
importante foco costero como referencia; por otra,
nos fijaremos en Castilla donde se ha
desarrollando el estilo gótico con gran éxito,
como se pone de manifiesto en las grandes
catedrales de esta misma época, y en el impulso
constructivo estimulado por el asentamiento (las
órdenes reformadas por el Císter, como la
premonstratense del monasterio de Sta. María la
Real de Aguilar de Campoo, que debido a su
importancia territorial y económica ejercerá gran
influjo sobre toda esta comarca.
La cronología que podemos aplicar a estas
pinturas al fresco viene determinada por la
aparición de una inscripción con fecha en la
iglesia palentina de Valberzoso. Según ésta, las
pinturas fueron ejecutadas en 1483 y si tenemos
en cuenta la similitud de estilo, iconografía, etc.,
las pinturas del valle cántabro deben estar situadas en la segunda mitad del siglo XV, estilo hispano-
flamenco, aunque de tradición gótico lineal (siglo XIII).

Sobre la autoría de las pinturas se conocen pocos datos. Podemos pensar que un grupo de
canteros-pintores nómadas contratados para decorar las iglesias, fueran sus artífices; es posible que
las pinturas las realizaran varios de estos artistas anónimos que recibían las directrices (el jefe de la
obra, que sería el encargado de trazar sobre el yeso los perfiles de las figuras, para que, aún estando
húmedo el revocado, los aprendices rellenaran los espacios dibujados por su maestro; también cabe la
posibilidad de que algunos aprendices copiasen la técnica de un artista y la reprodujeran en sus
trabajos de encargo. Esto se puede deducir al contemplar la única inscripción que sobre la autorìa de
las pinturas se conserva en la iglesia de Sta. Eulalia en La Loma: "Joannes aprhendica" (Juan el
aprendiz), aunque no se puede afirmar con rotundidad, ya que hay otras palabras que resultan ile-
gibles.

TÉCNICA

La técnica utilizada por los "pintores anónimos" de las iglesias con pinturas murales de
Valdeolea, es una mezcla entre dos modos empleados desde siempre:
la pintura al fresco y el retoque al temple. El fresquista tiene poco tiempo para realizar la obra, ya que
debe pintar sobre la cal aún húmeda (revoque), para que los pigmentos desleídos en agua con cal
puedan adherirse a la pared y formen un conjunto homogéneo. Como los colores pierden viveza, una
vez absorbidos por la cal, es necesario inmediatamente aplicar más color para que mantengan su
intensidad. Parece ser que nuestros artistas no dominaban este arte con gran soltura, por eso retocan
en seco al temple, lo que permite efectuar
correcciones al boceto inicial. A veces
parece que muchas figuras estén sin
terminar simplemente perfiladas.

ASPECTOS EN EL ESTILO ARCAICO

Durante el románico la pintura mural era


un complemento de la arquitectura, cuya
característica mas reseñable es la falta de
naturalidad en las figuras, su rigidez
formal su carácter conceptual y simbólico , la falta de elementos de diferencia en los fondos. Las
pinturas de Valdeolea reproducen
esquemas anteriores en cuanto a su
disposición en el ábside, en el presbiterio,
los lugares más sagrados de la iglesia. La
diferencia más acusada es la aparición del
naturalismo, las figuras se colocan en un
espacio real, en actitudes más
desenvueltas, cambia la iconografia, se
incorporan nuevos temas y otros dejan de
representarse. Se ha pasado del hieratismo
de las figuras románicas a una mayor
expresividad, las miradas se buscan, se
relacionan entre ellas; el artista trata de
insinuar a través de los rostros la emo-
ción, el sentimiento. A estas
características, hay que añadir otras como
la importancia que se da a las líneas del
dibujo de trazo muy rápido que limitan
superficies coloreadas dando más
predominio al cromatismo que a su
gradación tonal. Las figuras están
tratadas de manera muy primaria, los
colores son planos, no dan sensación de
volumen, y suelen tener una cierta
desproporción en su anatomía,
desproporción por otra parte supone una
de las delicias singulares de nuestro
románico.
Las pinturas están separadas por marcos, que señalan el ca-
rácter unitario de la escena, formados por dos o tres franjas de di-
ferentes colores. También se utilizan bandas con motivos geomé-
tricos como en La Loma , Valberzoso y San Felices de Castillería,
donde aparecen grandes cenefas de dientes de sierra, motivo
decorativo muy usado durante el románico en las iglesias del
norte de Palencia y sur de Cantabria.
Las pinturas murales presentan varios tipos de fondos: de co-
lor plano, donde se aplica la gama cromática del ocre, reflejando
un espacio interior que realza las figuras; exteriores urbanos, que
representan un mundo esquemático en el que predominan casas
y torres. Destaca la simplicidad de los dibujos que sólo tratan de dar mas sensación de realismo a la
escena. En algún caso se presentan exteriores naturales, en estos paneles la naturaleza esta en un
segundo plano, y lo que es más curioso en varias de ellas aparecen caballos (Las Henestrosas) y
perros, además del jabalí antes destacado.
Los colores que emplean son de origen natural: terrosos, ocres (óxido férrico) y sus derivados.
También utilizan colores oscuros, negro, o bien la gama azul- grisácea.
ICONOGRAFÍA
La escena del Demonio que se muestra arriba impresiona, pocas veces de forma tan rotunda y
descarada se representa al demonio en los frescos de una iglesia : La de la LOMA Se representa al
demonio pariendo o “defecando” cuerpos Humanos femeninos, quien sabe si para simbolizar el
pecado o la tentación representado en la mujer?. Más parece un acto de venganza o de resentimiento
hacia le sexo opuesto por parte del artista , ¿Que párroco pudo autorizar semejante pintura que
estuvo tapada hasta su reciente restauración? Y aunque en el caldero que hierve en el fuego del
infierno parece haber más hombres que mujeres las expiaciones y torturas que representa entre las
llamas (incluida una mujer que es serrada en dos por dos demonios) es claramente mayoritaria la
figura femenina. EXTREMECE!
El artista gótico se expresa con mayor plasticidad, esta mas cerca del pueblo, mostrando actitudes y
posturas de cada día; como vemos en la iglesia de San Juan en Mata de Hoz, en el fresco de la
Visitación, donde la emoción se manifiesta en las figuras que se abrazan. También lo apreciamos en la
escena del Calvario en La Loma: se ve a Jesucristo golpeado por un soldado y éste sin embargo le
mira con gesto de perdón; o en el Descendimiento, donde los rostros de los presentes reflejan el dolor
ante la muerte.
Esto nos indica la necesidad que hay en el momento de transmitir no sólo la idea, sino la sensación
que produce. En estas escenas el realismo, el humanismo, se impone a la tradición románica de
complejidad temática e interpretativa, donde las referencias apocalípticas, los monstruos y el castigo
eterno eran la base del espíritu teocéntrico de una sociedad donde el Dios Todopoderoso atemoriza a
los mortales con su gran mano vengadora, juzgando desde su mandorla los pecados de los fieles.
Ahora, el Dios terrible y justiciero es sustituido por un Dios lleno de amor y bondad que salva a la
humanidad de los pecados, un Dios que vemos nacer y veremos sufrir como hombre.
Se realza la figura de la Virgen cuya devoción irá en aumento, transformándose la temática mariana
en el arte de este periodo. Todas estas pinturas se atribuyen por distintos estudios dirigidos por el
Catedrático de la Universidad de Cantabria Miguel Angel García Guinea, al llamado Maestro de San
Felices, que alude a un artista local procedente del pueblo palentino de San Felices de Castillería,
situado en la comarca de la Pernía próxima a éste valle.

También en el Valle de Valdeolea hay señalizada una ruta que recorre 5 menhires arcaicos. Varios
puentes romanos y tramos de calzada romana entre ellas la del puente de Rojadillo en medio de la
espesura del bosque pegado a Valberzoso, indicado en otra ruta.

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