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167387
Localización:
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXIX, Abril de 2009
Página: 1959
Tesis: IV.3o.T.278 L
Tesis Aislada
Materia(s): laboral
De conformidad con el artículo 47, fracción II, de la Ley Federal del Trabajo, es
causa de rescisión de la relación de trabajo, sin responsabilidad para el patrón,
que el trabajador incurra, durante sus labores, en faltas de probidad u honradez,
en actos de violencia, amagos, injurias o malos tratamientos en contra del patrón,
sus familiares o del personal directivo o administrativo de la empresa o
establecimiento, salvo que medie provocación o que obre en defensa propia. En
ese contexto, la circunstancia de que el trabajador al que se le rescindió su
contrato individual de trabajo por faltas de probidad u honradez, justifique
durante el procedimiento que reparó el daño patrimonial que con su falta
ocasionó al patrón, no desvirtúa el hecho desplegado con su conducta improba, ni
la potestad del patrón para rescindir el vínculo contractual.
Toda vez que en términos del artículo 795 de la Ley Federal del Trabajo son
documentos públicos aquellos cuya formulación está encomendada por la ley a
un funcionario investido de fe pública, así como los que expida en ejercicio de
sus funciones, y que el artículo 42 de la Ley del Notariado para el Distrito
Federal establece que el notario tiene a su cargo recibir, interpretar, redactar y
dar forma legal a la voluntad de las personas que ante él acuden, y conferir
autenticidad y certeza jurídicas a los actos y hechos pasados ante su fe, mediante
su consignación en instrumentos públicos de su autoría, se concluye que el acta
notarial en la que se hace constar la entrega del aviso de rescisión de la relación
laboral al trabajador, constituye un documento público que cuenta con eficacia
probatoria, siendo innecesaria su ratificación ante la Junta. En consecuencia, es
correcto que se lleve a cabo la entrega de dicho aviso por y ante la fe de notario
público, dado que el artículo 47 de la Ley Federal del Trabajo únicamente exige
que el aviso de rescisión se haga por escrito del conocimiento del trabajador,
pero no señala los medios para ello.
Localización:
Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
IV, Diciembre de 1996
Página: 113
Tesis: P. CLII/96
Tesis Aislada
Materia(s): laboral, Constitucional
De conformidad con el artículo 47, fracción II, de la Ley Federal del Trabajo, es
causa de rescisión de la relación de trabajo, sin responsabilidad para el patrón,
que el trabajador incurra, durante sus labores, en faltas de probidad u honradez,
en actos de violencia, amagos, injurias o malos tratamientos en contra del patrón,
sus familiares o del personal directivo o administrativo de la empresa o
establecimiento, salvo que medie provocación o que obre en defensa propia. En
ese contexto, la circunstancia de que el trabajador al que se le rescindió su
contrato individual de trabajo por faltas de probidad u honradez, justifique
durante el procedimiento que reparó el daño patrimonial que con su falta
ocasionó al patrón, no desvirtúa el hecho desplegado con su conducta improba, ni
la potestad del patrón para rescindir el vínculo contractual.
Los capítulos III, IV y V del título segundo de la Ley Federal del Trabajo prevén,
respectivamente, los motivos o causas por los cuales se pueden suspender,
rescindir o terminar las relaciones de trabajo. Por otra parte, el artículo 784 de la
citada legislación señala los casos en que corresponde al patrón la carga de la
prueba, los cuales deben considerarse de manera enunciativa mas no limitativa.
Ahora bien, de la interpretación sistemática de dichos preceptos se concluye que
si el patrón alega como defensa que el trabajador se ausentó de su trabajo por
cierto tiempo, debe presumirse que esa ausencia obedeció a alguna de las causas
previstas en los capítulos mencionados, es decir, que concluyó la obra o el
tiempo determinado, que ocurrió una suspensión, rescisión, o bien, que terminó
el nexo laboral; de ahí que tal argumento constituye una negativa que no debe
entenderse lisa y llanamente, sino que implícitamente comprende una afirmación;
y, en tal virtud, corresponde al patrón acreditar no sólo la ausencia del empleado,
sino también el motivo de la separación.
Genealogía:
Informe 1982, Segunda Parte, Cuarta Sala, tesis 49, página 43.
Registro No. 167387
Localización:
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXIX, Abril de 2009
Página: 1959
Tesis: IV.3o.T.278 L
Tesis Aislada
Materia(s): laboral
De conformidad con el artículo 47, fracción II, de la Ley Federal del Trabajo, es
causa de rescisión de la relación de trabajo, sin responsabilidad para el patrón,
que el trabajador incurra, durante sus labores, en faltas de probidad u honradez,
en actos de violencia, amagos, injurias o malos tratamientos en contra del
patrón, sus familiares o del personal directivo o administrativo de la empresa o
establecimiento, salvo que medie provocación o que obre en defensa propia. En
ese contexto, la circunstancia de que el trabajador al que se le rescindió su
contrato individual de trabajo por faltas de probidad u honradez, justifique
durante el procedimiento que reparó el daño patrimonial que con su falta
ocasionó al patrón, no desvirtúa el hecho desplegado con su conducta improba,
ni la potestad del patrón para rescindir el vínculo contractual.
Aun cuando sea verdad que el trabajador alegó en su demanda que había
reportado a la empresa que fue insultado soezmente por otro compañero de
labores y que además éste había sacado una navaja para agredirlo, y logró
demostrar durante el juicio, con la confesional del gerente del patrón, que éste sí
tuvo conocimiento de ese reporte, también lo es que aun cuando pudiera derivarse
de ese hecho que él inicialmente fuera provocado por el otro trabajador, lo cierto
es que con la declaración de sus mismos testigos, se demuestra que las injurias
que se produjeron fueron mutuas y además que el trabajador abandonó
momentáneamente el centro de trabajo, para dirimir la dificultad a golpes con el
otro trabajador, contraviniendo la prohibición consignada en la fracción VI del
artículo 114 de la Ley Federal del Trabajo. Si bien los actos de violencia que se
atribuyen al trabajador ocurrieron fuera del centro de trabajo, en cambio las
injurias, según sus mismos testigos, tuvieron lugar dentro del sitio en que presta
sus servicios y, como consecuencia, según señaló el mismo testigo del trabajador,
se alteró la disciplina en el propio centro laboral, lo que hace que la situación se
encuentre dentro de lo previsto por la fracción III, en relación con la II, del
artículo 122 de la Ley Federal del Trabajo, por lo que, cuando la Junta consideró
probada esa causal de rescisión, no violó este precepto.
Nota: En el Volumen LXII, página 38, la tesis aparece bajo el rubro "INJURIAS,
RESCISION DEL CONTRATO DE TRABAJO POR.".
Si en actuaciones se encuentra probado que el trabajador actor tuvo una riña con
un compañero de trabajo, es inconcuso que se surte la causal de rescisión
prevista en la fracción III, en relación con la fracción II del artículo 121 de la ley
laboral, no obstante que dicha riña no se hubiere efectuado en el lugar en que
desempeñaban sus labores, sino en otro que forma parte del centro de trabajo,
ya que de todas formas la disciplina que en él debe imperar se alteró por la
actitud asumida por los rijosos.
Amparo directo 2270/63. Ofelia Hurtado Sánchez. 1o. de abril de 1964. Cinco
votos. Ponente: Agapito Pozo.
Basta con que el obrero, aun fuera de su jornada de trabajo, incurra en falta de
probidad y honradez en contra de su patrón, para que por tal motivo se le
despida justificadamente, ya que no sería admisible, jurídicamente, que sólo
durante el desempeño de sus labores tuviera que comportarse con probidad y
honradez hacia su patrón, y al concluir su jornada estuviera facultado para
cometer en contra de él actos de esa naturaleza.
Séptima Epoca, Quinta Parte:
Volumen 90, página 15. Amparo directo 6546/75. Joaquín Medina Subijurki. 11
de junio de 1976. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Jorge Saracho Alvarez.
Secretaria: Alfonsina Berta Navarro Hidalgo.
Volúmenes 91-96, página 28. Amparo directo 1921/76. Carlos Heredia Cruz. 19
de agosto de 1976. Cinco votos. Ponente: Ramón Canedo Aldrete. Secretario:
Joaquín Dzib Núñez.
Volúmenes 115-120, página 38. Amparo directo 2874/78. José Santos Garza
Campos. 23 de agosto de 1978. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: María
Cristina Salmorán de Tamayo. Secretario: Joaquín Dzib Núñez.
Volúmenes 133-138, página 52. Amparo directo 8085/79. Aureo Villalba Flores.
9 de junio de 1980. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Julio Sánchez Vargas.
Secretario: Jorge Landa.
Volúmenes 145-150, página 47. Amparo directo 5090/80. Carlos Herrera López
y Raúl A. Gallardo Raygadas. La publicación no menciona el sentido de la
votación del asunto. 2 de marzo de 1981. Ponente: María Cristina Salmorán de
Tamayo. Secretario: José Tomás Garrido Muñoz.
Genealogía:
Informe 1976, Segunda Parte, Cuarta Sala, tesis 28, página 19.
Informe 1978, Segunda Parte, Cuarta Sala, tesis 42, página 27.
Informe 1978, Segunda Parte, Cuarta Sala, tesis 53, página 33.
Informe 1980, Segunda Parte, Cuarta Sala, tesis 98, página 74.
Séptima Epoca, Volúmenes 151-156, Quinta Parte, página 190.
Informe 1981, Segunda Parte, Cuarta Sala, tesis 153, página 118.
Apéndice 1917-1985, Quinta Parte, Cuarta Sala, tesis 219, página 204.
Apéndice 1917-1995, Tomo V, Primera Parte, tesis 391, página 260.
Nota: En el Semanario Judicial de la Federación, la referencia de la página 87 del
amparo directo 5090/80 es incorrecta, por lo que se corrige, como se observa en este
registro.
La fracción VI del artículo 121 de la Ley Federal del Trabajo exige que los
perjuicios materiales causados por el trabajador en las maquinarias,
instrumentos, etc., relacionados con el trabajo, se deban a una negligencia que
sea la causa única del perjuicio, de manera que si no quedó demostrado que el
trabajador obró negligentemente, el patrón no justificó tener motivo legal para
rescindir el contrato de trabajo.
No es necesario que se compruebe que una omisión del trabajador cause daños
a la empresa, sino que en los términos de la fracción IX del artículo 121 de la
Ley Federal del Trabajo, basta que por su imprudencia o descuido
inexcusables comprometa la seguridad del taller, oficina o negociación o de
las personas que allí se encuentren, para que opere la rescisión de su contrato
de trabajo.
Genealogía:
Informe 1976, Tercera Parte, Tribunales Colegiados de Circuito, tesis 25, página 380.
Registro No. 377678
Localización:
Quinta Época
Instancia: Cuarta Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
LXVII
Página: 1237
Tesis Aislada
Materia(s): laboral
Si bien es cierto que en los términos de la fracción XIII del artículo 47 de la Ley
Federal del Trabajo, está prohibido a los trabajadores presentarse a laborar en
estado de embriaguez o bajo la influencia de algún narcótico o droga enervante,
salvo que exista prescripción médica en el último caso; también es cierto que no
debe exagerarse el contenido de esta fracción para pretender que ha incurrido en
despido el trabajador, cuando, en el caso al momento de presentarse a laborar el
trabajador, le es practicado un dictamen médico en el cual resultó "cannabis
positiva", sin embargo al mismo tiempo se le consideró que "sí estaba en
condiciones de operar el vehículo", pues lo que la ley sanciona es el hecho de que
el trabajador al actuar ebrio o bajo la influencia de algún narcótico, se convierta
en un peligro para la negociación, amén de que, indudablemente, entorpece sus
labores, comete una falta de respeto por el hecho de presentarse ante su superior
en ese estado, circunstancias que no se dan al obrar la opinión de un médico que
lo considera en condiciones de laborar, independientemente de que haya
constancias médicas donde se haya dictaminado "cannabis positiva", por lo que
si la Junta le otorga valor probatorio para demostrar que el trabajador incurrió en
la causa de rescisión de la relación de trabajo, prevista en la fracción XIII del
numeral inicialmente citado, va más allá de lo que el certificado médico contiene.
Precedentes: