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TOMOGRAFIA DE COHERENCIA ÒPTICA

Fundamentos técnicos de la tomografía de coherencia óptica


La técnica de la tomografía de coherencia óptica (OCT) se basa en un principio de
óptica conocido como interferometría, su inventor Albert Michelson (Premio Nóbel
de Física en 1907) la utilizó inicialmente para medir distancias con una gran
precisión, llegando incluso a medir el ángulo de inclinación de una estrella. Este
concepto aplicado a la técnica de la OCT nos permite medir e interpretar distancias
en los tejidos a estudiar mediante la respuesta a una señal luminosa.
La parte fundamental del tomógrafo de coherencia óptica (Stratus OCT) la
constituye el interferómetro de Michelson y un láser de diodo hiperluminescente. El
láser de diodo, por medio de una fibra óptica, emite un haz de luz coherente con
una longitud de onda cercana al infrarrojo, de 820 a 840 nm. Este tipo de luz tiene
la característica de que es poco absorbida por los tejidos en que se proyecta.
El haz de luz coherente es dirigido hacia un espejo divisorio que lo refleja
parcialmente, dividiéndolo en dos haces con idéntica longitud de onda, el primero
es el haz de referencia y el segundo el haz de exploración. Este último es el que se
proyecta sobre las estructuras retinianas y se reflejará con diferente retraso
condicionado por la distancia a que se encuentran y por la diferente reflectividad de
estos tejidos. El haz de referencia se dirige desde el espejo divisorio hacia un
espejo de referencia, que varía su posición en función del haz de exploración con la
finalidad de igualar ambos haces (Fig. 1.1).

Fig. 1.1. Esquema de funcionamiento del interferómetro de Michelson.


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Estos dos haces se reúnen a nivel del espejo divisorio y regresan nuevamente a la
fibra óptica recombinándose en un detector fotosensible. El detector mide la
potencia de ambos haces de luz y por tanto los dos retrasos, el sufrido por el haz
de exploración tras actuar en el tejido explorado, y el retraso inducido
artificialmente por el espejo en el haz de referencia. Cuando la longitud del
recorrido de estos dos haces presentan el mismo retraso, se produce el fenómeno
de interferencia que genera una señal eléctrica que es filtrada, convertida en
formato digital y almacenada en el ordenador del Stratus OCT (Fig. 1.2).

Fig. 1. 2. Esquema de funcionamiento del Stratus OCT


El haz de exploración actúa realizando múltiples barridos sobre los tejidos
estudiados similares a los del modo A del ultrasonido. En cada pasada el Stratus
OCT realiza entre 128 y 768 barridos. Cada scan A se compone de 1,024 puntos de
datos adquiridos a una profundidad de 2 mm. De esta manera, el OCT integra entre
131,072 y 786,432 puntos de datos para construir una imagen de corte transversal
o tomográfica de la anatomía retiniana. Las imágenes se visualizan en tiempo real y
nos proporciona información sobre los tejidos situados a distintas profundidades en
la retina.
Para facilitar la interpretación de las imágenes obtenidas se asignan determinados
colores a las diferentes estructuras de la retina, estos colores estarán condicionados
por la intensidad de las respuestas. Como no son los colores retinianos reales, se
designan como un algoritmo pseudocromático. El software asigna colores fríos
(azul, verde, negro) a las estructuras con baja reflectividad, y colores calientes
(amarillo, naranja, rojo, blanco) a las estructuras con mayor reflectividad.
En una OCT realizada sobre una retina normal, la capa de fibras nerviosas y el
epitelio pigmentario son las capas anatómicas con más alta reflectividad y estarán
representados por colores calientes rojo-naranja (Fig. 1.4). Las capas retinianas
medias tienen una reflectividad media y el color predominante es el verde los
fotorreceptores ubicados justamente por encima del EPR tienen una reflectividad
baja. Las estructuras con alta reflectividad anómala incluyen áreas con densa
pigmentación, tejido cicatrizal, neovascularización y exudados duros.
Fig. 1.4. Imagen de una OCT normal, se observa la CFN y el EPR representados por colores calientes
(rojo-naranja) lo que indica que poseen una elevada reflectividad.
Las áreas más obvias con baja reflectividad son el cuerpo vítreo visible en la parte
superior de la imagen. La porción inferior de la imagen es de color negro debido a
que la luz ha sido absorbida o reflectada por las estructuras retinianas que están
por encima, por esta razón la luz apenas penetra en la coroides que se encuentra
justo debajo del epitelio pigmentario retiniano.
Estructuras con reflectividad anormalmente baja se observan en las áreas de
edema. Estas pueden presentarse en forma de cavidades intrarretinianas, quistes,
edemas difusos o desprendimientos exudativos (Fig. 1.5).

Fig. 1.5. En esta OCTse aprecia una zona de color negro por encima del EPR que indica una baja
reflectividad a ese nivel provocada por un edema subretiniano.
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Se pueden presentar áreas de color negro como consecuencia de “sombras” que se
producen cuando una estructura densa impide que la luz penetre hacia las
estructuras que están por debajo. Pueden aparecer pequeñas “sombras” por debajo
de vasos sanguíneos normales, “sombras” más amplias por debajo de hemorragias
densas, de formaciones densamente pigmentadas (hipertrofias del EPR, nevus
coroideos) y por debajo de membranas neovasculares coroideas (Fig. 1.6).
Fig. 1.6. En la imagen se aprecian zonas de “sombras” por debajo de una hemorragia intrarretiniana
densa y una membrana neovascular.

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