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En Job 10:8 leemos, “Tú me hiciste con tus manos; Tú me diste forma.” El Salmo
139:14-16 habla de cómo Dios nos hizo, “una creación admirable.” He descubierto que cuando
estoy meditando sobre versículos como estos, mis pensamientos se enfocan en las bendiciones
que Dios me ha dado y mi gratitud hacia Él. Tómese un tiempo para meditar en estos pasajes y
permita que Dios le hable, recordándole las muchas bendiciones que Él le ha dado.
El propósito:
Vamos a pensar en personas que tienen diferentes dones espirituales y cuáles son
nuestros propios dones especiales de ministerio. Para encontrarlos y utilizarlos necesitamos:
√ Humildad.
√ Fidelidad.
√ Buena voluntad para servir.
El enfoque:
Divida a los estudiantes en grupos para que conversen sobre los mejores regalos que
alguna vez hayan recibido. Después de darles suficiente tiempo para compartir estas reflexiones,
recuérdeles que Dios les ha dado mucho más que eso. Pues, les ha dado dones y talentos únicos
para ayudarles a alcanzar su potencial y edificar el Reino de Dios. Que los estudiantes lean Job
10:8 o Salmo 139:14-16 y oren para que Dios les ayude a crecer en la vida cristiana y a descubrir
sus verdaderos dones.
Guíe a los jóvenes a participar en la lectura de los pasajes bíblicos. Con preguntas
apropiadas, guíelos a descubrir la verdad de cada pasaje.
1
LA JORNADA: el camino por recorrer; Libro 1: Seguir hacia la meta; Unidad 3: Fijar las normas; Lección 13
La enseñanza:
Nota: Se recomienda que busque un examen para sus estudiantes sobre los dones espirituales.
2
LA JORNADA: el camino por recorrer; Libro 1: Seguir hacia la meta; Unidad 3: Fijar las normas; Lección 13
La conclusión:
Pida a los estudiantes que vuelvan a sus grupos para discutir y evaluar dónde se
encuentran en cuanto al descubrimiento de su(s) don(es) espiritual(es). Pregúnteles si están
humillándose ante Dios y otros, siendo fieles en su tiempo con Dios, y siendo siervos en las
rutinas diarias de la vida. No deje de mencionar los dones que usted observa en ellos. Tómese
tiempo para animarlos en sus dones y darles oportunidades para usarlos en el ministerio a los
jóvenes.
El desafío:
Toma un inventario de tus dones espirituales. Pregúntate: