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UNA CITA

CONMIGO
Colección «PROYECTO» Micheline Lacasse
37

TENGO UNA CITA


CONMIGO
(2.a edición)

Editorial SAL TERRAE


Santander
índice

Prólogo 9
Introducción 12

1. Mi incapacidad de ser 15
Las huidas 16

2. Síntomas de mi malestar interior 21


El síntoma del espejo 21
El síntoma del perrito 26
El síntoma del amo 31
El síntoma del ermitaño 35
El síntoma de la buena apariencia 36
Título del original francés: El síntoma de la cara de cuaresma 38
J'ai rendez-vous avec moi El síntoma del acorralado 40
© 1994 by Les Éditions de l'Homme El síntoma del volcán 42
Montréal (Canadá) El síntoma del bolsillo vacío 44
El síntoma de la cierva asustada 46
Traducción:
Ricardo Sanchís
El síntoma de la alarma corporal 47
© 1994 by Editorial Sal Terrae
Polígono de Raos, Parcela 14-1 3. ¿Cuál es la causa de esta herida que me corroe? . 51
39600 Maliaño (Cantabria) El niño-Mimosa 53
El niño-Chimpancé 54
Con las debidas licencias La falta de haberse sentido deseado 57
Impreso en España. Printed in Spain La falta de seguridad 60
ISBN: 84-293-1135-1 La falta de reconocimiento de la propia identidad ... 71
Dep. Legal: BI-1886-95 La falta de respeto y comprensión 79
La falta del derecho a ser niño 83
Fotocomposición:
Didot, S.A. - Bilbao
La falta de confianza en uno 85
Impresión y encuademación: La falta de apoyo durante el aprendizaje 87
Grafo, S.A. - Bilbao
— 5 —
4. El poder de crecer y de sanar
Buscar la verdad sobre sí mismo 92
Aceptar la verdad sobre sí mismo 93
Actuar 94
Sacar fuerzas del presente 95
Sanar del sufrimiento ocasionado por la carencia
experimentada en la infancia 124

5. Nutrir al niño-Mimosa/Chimpancé 142


La necesidad de ser reconocido 144
La necesidad de ser amado por sí mismo 146 Toda mi gratitud a Édouard e Isabelle
La necesidad de seguridad 149 por haberme dado mi cuerpo,
La necesidad de ser tratado como un niño morada de mi existencia presente;
y no como un mini-adulto 151 a todos aquellos y aquellas cuya confianza
La necesidad de aprendizaje 152 me ha permitido acoger sus penas y esperanzas;
La necesidad de ser uno mismo 155 a todos aquellos y aquellas que han contribuido,
en mayor o menor medida, a la elaboración de esta obra;
6. Al encuentro conmigo mismo 161 finalmente, a mi compañero,
Seguridad en mi propio ser 163 por su mirada llena de luz y de amor.
Visión de la nueva persona 178
Apertura al universo espiritual 179

Conclusión 181
Bibliografía 182
Prólogo

Al leer este libro, me he sentido introducido en el nuevo


mundo del año 2000. En el umbral de esta nueva era, cada
vez son más las personas que emprenden el camino de la
integración y la armonización de su personalidad. Lo hacen
valientemente y en profundidad para sanar de las heridas
más importantes que bloquean la expresión creativa de su
ser profundo. Estas personas, transformadas, son «fer-
mento» y «fuente» de una significativa transformación para
el conjunto de la sociedad en el ámbito de sus talentos y
de sus propias potencialidades.
La autora expresa con claridad, en términos sencillos,
lo que las teorías psicológicas y psiquiátricas han reservado
a una minoría de iniciados. De hecho, ha franqueado las
barreras de la jerga científica, inaccesible para la mayoría.
Ofrece con rigor, al mismo tiempo que en un lenguaje
familiar, una psicología densa, que se ha hecho esencial
para el progreso de la persona en su camino de crecimiento
hacia el estado adulto. Y, lo que es más, en mi opinión,
en este libro se han superado los encasillamientos y los
esquemas teóricos parciales que funcionan en nuestra época
y que, por desgracia, están poco o nada arraigados en la
auténtica realidad de la vivencia cotidiana de la persona.
La autora bosqueja un vivido cuadro del ser humano en
sus cuatro dimensiones vitales: corporal, afectiva, mental
y espiritual. La perspectiva es global, integral y muy hu-
mana, porque su inspiración y su sustancia se extraen de
la observación minuciosa del comportamiento de la persona
en su obrar cotidiano.

—9—
Este libro nos hace accesible un conocimiento del Este libro es un auténtico instrumento de trabajo. Por
alma humana del que todos estamos sedientos aun sin sa- una parte, explica, de modo inteligible por todos, los fun-
berlo. Este conocimiento ayudará al crecimiento de los damentos, el proceso y los elementos clave del desarrollo
individuos y, consecuentemente, al de toda la sociedad y el crecimiento de la persona. Por otra parte, constituye
humana, que tiene una urgente necesidad de personas só- una especie de guía de concienciación del impacto de las
lidas, bien centradas en su ser y capaces de cumplir su vivencias pasadas sobre el comportamiento presente. Nues-
misión. El proceso abre a la conciencia de todas las ri- tro pasado actúa como una impronta que nos hace repro-
quezas no utilizadas, incluso perdidas, que hay en nuestro ducir un guión del que sólo podremos liberarnos después
interior y en el de los niños que traemos al mundo. La de haber tomado conciencia del mismo. A continuación,
suma de las potencialidades que no alcanzan la madurez tendremos que curarnos del sufrimiento de las carencias;
es colosal y produce en los seres humanos un profundo sufrimiento que ha quedado impreso en nuestro cuerpo, en
sufrimiento que se vive más o menos conscientemente. nuestra sensibilidad y en nuestro psiquismo.
Sin embargo, ¡todo sigue siendo posible! El ser hu- Todo les es posible a las personas que así lo quieren
mano tiene la capacidad de sanar de sus heridas y traumas; —por supuesto, dentro de ciertos límites—. La determi-
tiene el poder de desarrollar en lo más hondo de sí mismo nación y el empeño en el camino de llegar a ser uno mismo
sus mayores riquezas; tiene el poder de producir los frutos son esenciales en el proceso que conduce a la autorreali-
que su nacimiento ha prometido. La autora nos guía con zación. La autora explícita claramente las actitudes nece-
mano maestra a través de las etapas de este proceso de sarias para el crecimiento: buscar la verdad, aceptarla y
recuperación de nosotros mismos para ayudarnos a con- actuar. Además, dedica un espacio a mencionar todas las
vertirnos en colaboradores inteligentes de nuestro desarro- necesidades vitales del niño para llegar a convertirse en
llo, que evolucionará gradualmente durante toda nuestra un adulto en plena posesión de sus dones, que, llegado el
existencia en el sentido natural de la simiente depositada momento, podrá poner al servicio de la sociedad. En ello
hay una gran riqueza que explorar para las parejas que
en cada uno de nosotros por la vida misma.
deseen dar la vida de manera consciente y madura.
El tema de este libro —la persona expoliada que re- Este libro es una gran llamada a convertirse en un ser
cupera la posesión de sus riquezas interiores— se desarrolla responsable, un adulto en plenitud, dichoso de ser él mismo
de manera imaginativa y realista, como para hacernos más y de contribuir al avance de la fraternidad humana.
palpable nuestra vivencia. Para facilitarnos su compren-
sión, la autora ha escogido ejemplos ligados a su amplia Ojalá puedan estas vibrantes páginas abrirse camino
experiencia de psicoterapeuta. Quienes deseen ir más allá hasta lo más hondo del corazón de cada lector. De ese
de una mera lectura racional encontrarán en el libro una modo, habrán cumplido su misión: ayudar a las personas
serie de reflexiones muy pertinentes, incluidas con el pro- a introducirse en el camino hacia su propia felicidad; ca-
pósito de posibilitarles iniciar un proceso de búsqueda per- mino que los llevará hacia su plena expresión en forma de
sonal y una toma de conciencia de sí mismos. Estos in- amor, de gratuidad encarnada, única y siempre renovada.
terrogantes se presentan bajo el título «L.V.I.» e introducen
de modo concreto en un serio proceso de crecimiento y JACQUES CLAVEAU
curación. Psicólogo

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me han confiado sus sufrimientos, sus esperanzas y su
Introducción búsqueda de equilibrio, de armonía y de paz interior.
Saint-Exupéry, al final de su novela Terre des hom-
mes, escribió una página magnífica. En ella habla de un
«Mozart asesinado». ¿Quién es ese Mozart? Se trata de un
niño de rostro adorable cuyos padres, pobres emigrados
polacos, no tienen ninguna posibilidad de cultivar sus ta-
lentos. El niño da la impresión de que encierra en sí el
genio de un Mozart. Y el autor hace una profunda reflexión:
«Los principitos de las leyendas no se diferenciaban en
nada de él: si hubiera sido protegido y cultivado, ¡qué no
Cuando tenía veintiséis años, la planta interior de mi vida habría podido llegar a ser! [...] Pero a los hombres no les
estaba a la espera de algún jardinero que la cultivara en interesa practicar con él la jardinería. [...] Mozart está
profundidad. condenado»1.
Confusamente, aspiraba a encontrar un sentido a mi Ya sabemos, por supuesto, que todos los padres del
existencia, presintiendo que se trataba de lograr realizarme mundo intentan hacerlo lo mejor posible. Amamos como
totalmente, de llegar a ser yo misma, de alcanzar mi ple- podemos y hacemos cuanto podemos. ¡Cuántas veces he
nitud. Mis ojos ya se estaban habituando a lo invisible, y oído decir a algún padre: «Lo he hecho todo por mis hijos»;
algo en mí me invitaba a lo esencial. Una pregunta se «He hecho cuanto he podido»; «He querido darles lo que
desplazaba sin cesar de mi mente a mi corazón, y de mi yo no tuve oportunidad de tener»...! Todo ello es muy
corazón a mi mente: ¿Quién soy yo? Y, partiendo de este cierto. Por eso es importante que no nos sintamos culpables
interrogante, me puse en camino para ir al encuentro de por lo que nos ha sido imposible dar, ya que en ello no
mi propia vida. tenemos ninguna responsabilidad verdaderamente cons-
ciente. ¡Cuántas veces he oído también decir: «Era más
En mi camino se cruzó un experto jardinero. Procedía fuerte que yo»; «Comprendía, pero no podía»; «Si lo hu-
de Poitiers, Francia. Se llamaba André Rocháis. biera sabido, habría actuado de otro modo»...! Es impor-
Después de un largo crecimiento en el que fui culti- tante reconocer que lo que un niño debería haber recibido
vada, mientras iba aprendiendo progresivamente a prac- y no recibió ha dejado en él una seria herida; la herida de
ticar la jardinería conmigo misma, la planta que soy co- las riquezas personales no explotadas, de tesoros de talen-
menzó a florecer. Una fuerza me impulsa a revelar los tos y aptitudes de los que él, y la humanidad a través de
secretos de la jardinera en que me he convertido, para que él, ha sido privado, despojado.
se conozca mejor este arte de comprender y cultivar las Esta fundamental preocupación es la fuente de este
plantas humanas y para que todas las personas tengan una libro, en el que intento ayudar a la inteligencia a com-
posibilidad de auténtica felicidad. Por tanto, esta obra es
el fruto natural de mi propio camino de crecimiento y
curación. También lo es de la experiencia de muchas per- 1. SAINT-EXUPÉRY, Antoine de, Terre des hommes, Gallimard, París
sonas con las que me he relacionado en psicoterapia, que 1939, p. 189.

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prender, pero, sobre todo, pretendo señalar un camino 1
hacia la conciencia de lo que sucede en el interior de la
persona. Por eso deseo depositar en las manos de cada Mi incapacidad de ser
lector y lectora un instrumento para que explore su propia
experiencia, con el fin de mejorar su relación consigo mis-
mo/a, y con los demás. Al seguir paso a paso el desarrollo
de la experiencia reflejada en esta obra, introduzco el pro-
ceso de concienciación de uno mismo a través de lo que
denomino las L.V.I., es decir, Lecturas de la Vivencia
/nterior. Estas L.V.I. son preguntas que ponen sobre la
pista de respuestas propias de cada uno. No se puede pro-
porcionar más respuesta que la que cada uno encuentra en
su propio interior. El gran reto es aprender a leer las res- ¿No es la riqueza natural la mayor de las riquezas, la más
puestas escritas en mí en el curso de mi historia. El único auténtica y la más segura? Cada ser humano nace con sus
libro que me es verdaderamente preciso saber leer para ser propios recursos, que provienen de la naturaleza. Su tarea
feliz es el libro de mi propia vida. Nadie puede leerlo en consiste en conocer esas riquezas y desarrollarlas para sa-
mi lugar. Su mensaje está codificado en un lenguaje que borear su valor y compartirlas con los demás. ¡En ello
sólo se puede leer con los ojos de mi propio corazón. reside la alegría! Eso es la felicidad: ser uno mismo en
¿Podré abrir de par en par los ojos de mí corazón para comunión con el universo.
descubrir el único camino que me puede llevar por la única Ser yo, ser humano, es vivir plena y armoniosamente
ruta de mi felicidad? mi cuerpo, mi sensibilidad, mi mente... y también la pro-
fundidad de mi corazón. Así saboreo la alegría de mi po-
Querido/a lector/a, el ser magnífico que habita en el
tencial. ¡Mozart crea, Mozart interpreta, Mozart está vivo
fondo de tu corazón te da una cita. Que puedas encontrarlo,
en mí!
amarlo y darle derecho a vivir.
Saborear la alegría de mi cuerpo es ser capaz de estar
orgulloso de él, de apreciarlo y de tratarlo con bondad.
También es expresarme con comodidad, tocar con placer
y respeto, mirar con asombro, escuchar con atención, ha-
blar con sencillez y, por encima de todo, respirar natural-
mente. Es poder decir: «Mi cuerpo es el lugar de la ex-
presión de toda mi vida», y experimentar por ello una gran
satisfacción.
Saborear la alegría de mi sensibilidad es sentir una
gama de emociones plenas de matices, que vibran al com-
pás de las situaciones, es decir, ni demasiado ni demasiado
poco, sino con la intensidad apropiada a la realidad del
momento presente.

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Saborear la alegría de mi mente es experimentar que tencial, pero, en contrapartida, llevan al agotamiento y con
tengo en mí el poder de guiar mi vida. Mi mente es mi frecuencia se viven en detrimento de valores más profun-
jardinero. Gracias a ella puedo cultivar inteligentemente dos, como el respeto, la honestidad, el bienestar de los
todas mis riquezas naturales, que tienen sus raíces en lo allegados y la gratuidad. Lo cierto es que las grandes cau-
más hondo de mi corazón y que se ponen de manifiesto sas, el éxito, el trabajo y el dinero hacen olvidar muchas
en y a través de mi sensibilidad y mi cuerpo. otras cosas.
Saborear la alegría de lo más profundo de mi corazón Los medicamentos son otro paliativo aceptado ofi-
es sentir en el fondo de mí mismo la semilla de la vida cialmente como un mal necesario. La medicina tradicional
que aspira a crecer con toda la originalidad de una identidad prescribe muchos remedios para impedir sentir. Somní-
personal. Yo soy una planta de una especie única. Todas feros, antidepresivos, ansiolíticos, sedantes...: todo este
las raíces de mis recursos naturales están ahí. Tienen en arsenal se ocupa de mí. Al calmar mis síntomas de temor,
sí mismas el sentido y la dirección de su crecimiento. Ser pena y cólera y al ponerme bajo la tutela de especialistas
dócil a su voz en mi interior es seguir el camino de mi en la enfermedad, me evita tener que hacer frente a mi
vida, es amarme y es también abrirme a todo lo que existe realidad. Un seguro médico puede quizá devolverme el
a mi alrededor. coste de esos productos tóxicos, pero ¿qué ocurre con mi
Pero el retrato de los adultos de hoy no refleja esta libertad y con mi poder sobre mi vida?
alegría, o lo hace escasamente. Están tristes: tristes por no Por otro lado, algunas evasiones, como el alcohol y
ser ellos mismos y por no poder sentirse, cada cual a su el tabaco, están aceptadas socialmente. El alcohol, por su
modo, un gran virtuoso. Sus heridas son profundas. parte, es signo de que formo parte del gran mundo. Ade-
Lo peor es que quizá no saben que están gravemente más, me da la ilusión de que domino mis temores y mis
heridos, pues están anestesiados por toda clase de drogas. inhibiciones. También puede proporcionarme una cierta
euforia momentánea, una sensación de relajación y alivio.
Es posible, en efecto, que yo no sienta o que sienta Me hace huir de mi soledad, de mi culpabilidad, de mis
poco los síntomas de mi herida existencial, ya que me las limitaciones, de mi vacío... Floto sobre mí, y durante cierto
ingenio para huir de sus señales de alarma. Muchos de los tiempo escapo a mi dura realidad. En cuanto al tabaco,
que llevan en sí una gran herida no la sienten: está ador- pone una cortina de humo entre mis emociones y mi cons-
mecida en el inconsciente por múltiples subterfugios per- ciente. Confunde mi realidad interior, que se difumina. De
sonales y sociales. ese modo, no veo lo que me daña: me lo oculta la bruma.
Por tanto, es un medio de cegarme y, al mismo tiempo,
Las huidas de reducir el estrés de un espectáculo que, si lo viese,
podría aterrorizarme. Oculto por una especie de niebla,
Algunas huidas se reconocen unánimemente como nobles: me parece aceptable. La nicotina es también un reductor
la profundización del conocimiento, la actividad desbor- de la tensión, lo que acrecienta el efecto calmante del
dante, la militancia ferviente, una carrera eficaz y lucra- tabaco y lo hace más atractivo.
tiva... Pero, en algunos casos, todo ello puede no ser más
que una bella fachada que oculte un gran vacío interior. La droga —esa huida que se ha convertido en el mal
Éstas huidas tienen la ventaja de desarrollar el propio po- del siglo— es una escapatoria a la vez juzgada severamente

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y apoyada por la corrupción de mucha «gente bien». El mayor que él y que unas fuerzas superiores ejercen un
ser está tan profundamente herido que, para no sentir el poder sobre su universo. Sin embargo, este reconocimiento
intenso dolor de sus síntomas, no tiene otra elección que de un Dios puede degenerar en una especie de opio cuando
desconectarse del contenido real de su existencia. Se trata adormece en la dependencia. Entonces, ya abdique el ser
de pasar al estado larvario, en el que la conciencia queda de su dignidad real de persona en favor de un poder divino
anulada. Si atravieso esa frontera, el viaje tiene gran pe- absoluto y fatal, o ya sea víctima de una credulidad infantil,
ligro de desembocar en trágicas alucinaciones que pueden se adhiere a un imaginario maravilloso que le conduce a
mantenerme, sin posibilidad de retorno, en el mundo de un comportamiento aberrante. Por tanto, las religiones mal
los extraterrestres. comprendidas tienen el poder de anestesiar mi pena, mi
También hay muchas huidas que se viven a través de temor o mi cólera, manteniéndome en un estado de su-
las actividades corrientes. La huida reside, no en la acti- misión, de conformismo o de pasividad, o embaucándome
vidad misma, sino en la manera de vivirla. Ello sucede mediante lo extraordinario, lo asombroso, lo fabuloso. Las
con la comida, la expresión de la sexualidad, la práctica creencias, por el valor sobrenatural que se les reconoce,
del deporte, la lectura o la televisión. En sí mismas, todas representan un peligro real de dependencia enfermiza si se
estas actividades no tienen absolutamente nada de negativo; tienen dificultades para mirar cara a cara los aspectos do-
son sanas y normales. Sin embargo, pueden verse distor- lorosos de la existencia.
sionadas por lo que se denomina «compulsión», que es un Quedan, finalmente, las huidas extremas: la psicosis
tipo de conducta que el sujeto se ve impulsado a realizar y el suicidio. La primera es una muerte en vida; el segundo,
por una fuerza interior a la que no puede resistirse sin la muerte de la vida. Ambos son el reconocimiento ine-
angustia. Una angustia inconsciente puede llevarme a vivir quívoco de una total impotencia para adaptarse a la realidad
las actividades normales de manera inadecuada o incluso que, más o menos conscientemente, se siente como in-
enfermiza. En el estado compulsivo, estas actividades se soportable y sin salida. El contenido emocional de esta
convierten en lugares privilegiados de huida del estrés de realidad está constituido por una pena sin fondo, un temor
la vida cotidiana. Me protegen de mi pena, de mi temor que no deja punto de reposo y una cólera destructiva que
o de mi cólera. Tanto si reprimo estas emociones comien- no puedo evitar volver contra mí. Es la última expresión
do, como si las libero corriendo o las compenso mediante de un masoquismo que, de un modo radical y sin retorno,
placeres sexuales o de otro tipo, las estoy evitando, lo que me castiga por existir.
me exime de integrarlas. Sin embargo, a largo plazo, ello Si se las mira más de cerca, resulta que toda forma
nunca es muy eficaz, pues cada vez me resulta más de huida, a mayor o menor plazo, altera la salud física y
necesario para acallar los síntomas de mi dificultad de psicológica. Es una expresión de autodestrucción. Puede
vivir. Finalmente, esta conducta crea un importante des- ser una enfermedad mental de un cierto tono y una forma
equilibrio. de suicidio camuflada. En todo caso, significa el rechazo
Por otra parte, existe una huida muy sutil que ya Marx o la incapacidad de hacer frente a la realidad de mis emo-
calificó como «opio del pueblo»: las creencias y las reli- ciones dolorosas, aun cuando estas últimas no se perciban
giones. A pesar de todo el poder de su inteligencia, el ser conscientemente.
humano, en general, reconoce que determinadas realidades Quien frecuenta estos paraísos artificiales manifiesta
superan su entendimiento. Admite que puede existir algo su incapacidad para ser él mismo y, en consecuencia, para

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la verdadera felicidad. Por supuesto que no se trata de 2
emitir un juicio sobre estas astucias del psiquismo para
escapar a la conciencia de su dolor. Pero queda en pie el Síntomas de
hecho de que el mal, por muy disfrazado que esté, destruye mi malestar interior
de manera perniciosa e irremediable. En resumen, sólo hay
un camino hacia la libertad: la verdad, que es atreverse a
arrojar luz sobre la realidad interior.
Con toda urgencia, es preciso profundizar el nivel de
conciencia; si no, se está a merced de las fuerzas destruc-
tivas que nos habitan.
L.V.I.
Miro atentamente mi vida actual.
— ¿Constato la presencia de huidas? ¿Qué hay que hacer? Abrir los ojos a los síntomas, reco-
— En caso afirmativo, las nombro claramente. nocerlos, comprenderlos, aceptarlos como signos de un
— ¿Qué ventajas me proporcionan estas huidas? importante sufrimiento que es inconsciente la mayoría de
— ¿Qué inconvenientes entrañan para mí y para los míos? las veces.
— Trato de sentir en mí las realidades de las que intento
huir. El síntoma del espejo
Reflexiono serenamente sobre estas cuestiones. Para sa-
car mayor provecho, escribo mis respuestas. Ello puede Sin yo saberlo, este síntoma puede estar muy presente en
ayudarme a tomar conciencia con mayor nitidez. mi vida. Me engaña respecto al objeto que veo, y puedo
vivir mucho tiempo en este error. El símbolo más claro de
este espejo es, sin duda, la televisión. La televisión es un
revelador. Pone ante mis ojos la imagen de los seres hu-
manos, tanto de ayer como de hoy. Lo mismo que me
habla de los demás, me habla también de mí. Me dice
quién soy, en función de los programas que elijo ver. Me
proyecta a la vez mi potencial y mi sufrimiento. Cuando
toca mi potencial, siento que me despierto, vibro positi-
vamente, siento deseos de realizarme. Si afecta a mi su-
frimiento, experimento pena, temor o cólera.
Pero ¿qué ocurre cuando mi sufrimiento se manifiesta
en el síntoma del espejo, bien sea en el de la televisión o
simplemente en el de la vida cotidiana?
Por ejemplo, el espejo de una situación exterior a mí
me hace ver a un niño pequeño que ha cometido una equi-

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vocación importante. Su padre se le acerca, le toma dul- por el espectáculo, en una especie de fusión por la que
cemente en sus brazos, le consuela, le explica y, final- tengo la impresión de estar en el lugar de las personas que
mente, le abraza tiernamente. Yo me siento emocionado, viven esas realidades. Por ese medio, intento sentir que
incluso tengo ganas de llorar, y digo: «¡Qué bonito!». ¿De soy yo quien recibe caricias, dulzura, ternura, calor. Si
dónde proceden mi emoción y mi pena? Seguramente, no vivo realmente una atracción casi irresistible por ese es-
de lo que veo en el espejo, sino de lo que ese espejo refleja pejo, es que mi corazón sufre terriblemente; grita mi ne-
en mí. Ese espejo me dice que sufro por no haber sido cesidad de sentirme amado, acariciado, rodeado por una
acogido en mis errores y que tengo una gran necesidad de presencia dulce y cálida. Desgraciadamente, el espejo sólo
comprensión y de ser aceptado con mis limitaciones. es una ilusión. Lo único que hago es estimular mi necesidad
y hacer mi carencia aún más insoportable.
A veces el espejo me muestra a alguien que ha triun-
fado. Todo el mundo le aplaude; sus esfuerzos se ven Entre las situaciones de la vida se encuentran también
coronados por las felicitaciones de los que le rodean o todas las desgracias de los animales —entre otras, las de
incluso de todo un país. También en este caso puedo sen- los bebés foca—. Puedo simpatizar con su causa. Puedo
tirme conmovido. ¿Es por el éxito de esa persona? En sentir una gran tristeza ante su infortunio. Pero encoleri-
realidad, no. Lo que bulle en mí es el sufrimiento por las zarme violentamente contra sus agresores puede ser exa-
diversas formas de falta de reconocimiento de quien yo gerado. Es signo de que vivo el síntoma del espejo. Sin
soy; es la necesidad de ser también tenido en cuenta, de sospecharlo, me veo a través de ellos, siento la angustia
ser por fin reconocido como alguien valioso. de su debilidad. En el fondo, ellos me ponen en contacto
con mi propia angustia. No puedo pedir ayuda; me siento
Me entusiasmo contemplando la lucha, el boxeo o impotente como un animalito a merced de los humanos
cualquier combate del que sea testigo. Animo a defenderse que no tienen corazón. Lucho con mis propios medios.
al combatiente con el que me identifico. Gesticulo, voci- Soy independiente, pero, en el fondo de mí mismo, sin
fero, incluso grito. Probablemente no soy consciente de lo saberlo, pido ayuda con toda mi alma y me consagro
que estoy revelando de mí al identificarme con alguien a a la protección de los animales, porque son incapaces de
quien veo, en el espejo, intentando vencer por medio de pedir y de exigir la ayuda que necesitan. Curiosamente,
la violencia. Es mi propia cólera —que oculto cuidado- espero que esa ayuda se la den los seres humanos, mien-
samente porque tengo miedo— la que estoy expresando a tras desespero de que esos mismos seres humanos me
través de otra persona. Sufro por una agresividad repri- la den a mí.
mida, pues estoy sometido a una prohibición que me quita A través del espejo del mundo exterior, experimento
el derecho a protegerme y defenderme. Me siento víctima emociones que son realmente mías, pero que no puedo
de toda clase de agresiones y necesito que se me conceda apropiarme directamente, pues me parecen inaceptables a
el derecho a la legítima defensa física o psicológica. causa de prohibiciones, defensas, imágenes, o incluso por
Una de las proyecciones más atractivas es la del amor. incapacidad de afrontar mi propia realidad, que me resul-
Cuando veo, leo u oigo la descripción de escenas en las taría demasiado dolorosa. Inconscientemente, me autorizo
que se pone el acento en el contacto físico, el calor humano, a sentirlas dando un rodeo por medio de realidades inter-
la dulzura, la ternura o en cualquier forma de expresión puestas. De este modo, al identificarme con estas reali-
que signifique «te quiero», puede que me sienta atrapado dades exteriores a mí, siento mis propias penas, mis pro-

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pios temores y mis propias cóleras. Pero este modo de no vive necesariamente, es mi sufrimiento al sentir la in-
sentir, al ser simbólico, no puede de ningún modo solu- diferencia, mi imperiosa necesidad de atención, mi nece-
cionar mi sufrimiento. sidad de ser importante para alguien.
L.V.I. Esta forma de espejo prefabricado es la que también
vivo a menudo con mis hijos, o con los niños en general.
¿Soy una persona que se contempla en el espejo del mundo Siento en su lugar temores que ellos no experimentan, y
exterior, sin darse cuenta de que se está viendo a sí misma?
— Me sereno y, si es el caso, identifico las situaciones tengo respecto de ellos ambiciones que no se corresponden
en las que se produce el fenómeno: escenas de reencuentros con lo que son.
o de separaciones; escenas de pobreza o de riqueza; es- Recuerdo haber leído en algún sitio la anécdota si-
cenas de fracaso o de éxito; espectáculos violentos (¿es guiente. Un periodista, que sentía curiosidad por las ra-
mi reacción de indignación o de venganza?); comporta- zones que impulsan a algunas personas a frecuentar los
mientos algo extravagantes con los animales. bares, se fue un día a uno de esos lugares para realizar
— ¿Qué emociones siento en esos momentos? una encuesta. Con sorpresa, encontró allí a un señor muy
— ¿Qué me indican respecto a mis necesidades no satis-
fechas? bien vestido que no tenía aspecto de ser un habitual del
— Intento establecer constantes. ¿Se dan fenómenos re- lugar. Movido por la curiosidad, el periodista le pidió
petitivos? ¿Cómo puedo explicarlo? permiso para sentarse a su mesa. Severo y sombrío, el
hombre bebía en silencio. El periodista preparó cuidado-
En la misma línea, pero a la inversa, puede suceder samente sus preguntas, pues presentía que el tema era
que me fabrique con todas las piezas un espejo de mis delicado.
emociones inconscientes. Así, en la oficina, cada vez que
es el cumpleaños de alguien, me preocupo de dejar la — Perdone, señor, ¿no se encuentra usted bien?
víspera una tarjeta sobre la mesa de trabajo de esa persona, — No.
para que al llegar a la mañana siguiente sea recibida con — Supongo que debe usted de sentirse muy desdi-
una felicitación. Estoy seguro de que, si no actuase así, chado para haber venido hoy aquí. Tengo la impresión de
esa persona no se sentiría querida. Es sumamente impor- que no tiene usted costumbre de hacerlo.
tante que algo le proporcione un signo de que se ha pensado
verdaderamente en ella para evitar que experimente la in- — Es terrible, señor.
diferencia o tenga la sensación de que carece de impor- — Le comprendo. ¿Está gravemente enfermo alguno
tancia. En realidad, esa persona puede no tener ninguna de sus familiares?
expectativa de ese estilo y, aun cuando el gesto se retrasara, — ¡Peor!
quizá no se sentiría herida. ¿Quién se sentiría herido en
las mismas circunstancias? Yo. Yo he inventado, a partir — ¿Usted mismo?
de mi vivencia, un espejo de la vivencia del otro. Interpreto — ¡Desde luego que no!
su vivencia a partir de la mía. Ya no percibo al otro fuera — ¿Un mal negocio, tal vez?
de mí, como realmente es, es decir, como diferente; mi
percepción ya no es exacta. Por el fenómeno del espejo, — ¡Mucho peor!
yo he suplantado al otro. Lo que yo veo, pero que el otro — ¡Ah!

— 24 — — 25 —
— Imagine lo que me ha sucedido. Yo soy abogado; afectivas y por el temor constante de que queden sin res-
tengo un próspero bufete. Siempre he querido que mi hijo puesta, es decir, por el temor al rechazo.
me sucediera. ¿Y sabe usted qué?
Lo que me mantiene encadenado es, ante todo, una
— ¿Qué? gran necesidad de exclusividad. Necesito sentir que existe
alguien que es sólo para mí, cuyos pensamientos, proyectos
— Salgo de la ceremonia de graduación en que mi
y acciones están en función mía. Yo soy el centro de la
hijo acaba de obtener su título en derecho. En la sala de
grados, me ha tirado el título diciendo: «¡Ahí tienes tú vida de esa persona. Entonces me siento importante y va-
título! Llevo veinte años haciendo lo que tú has querido, lioso. Esa persona está ahí para mí, precisamente para mí.
y ahora voy a hacer lo que quiero yo: ¡seré bombero!» Es un collar que me permite sentirme seguro; un collar
reconfortante, pero ¡qué agobiante...!
El padre se deshace en lágrimas sobre la mesa del
Estar encadenado es también necesitar que el otro
bar. Se había roto su espejo imaginario.
adivine lo que siento, que me ayude sin que yo se lo pida,
L.V.l. que conozca mis deseos sin que yo necesite expresarlos.
Mido su amor por mí en función del grado de atención que
¿Quizá soy también yo alguien que se proyecta en sus le hace responder espontáneamente a mis expectativas.
hijos o en los de los demás? Cuando veo a un niño, mío Entonces siento que puedo obtener lo que necesito sin
o ajeno:
esfuerzo, sin lucha, sin combate. Sin embargo, vivo en
— ¿Qué es lo que más me preocupa de él, que sea mío
o que sea de otro? una perpetua espera: no me atrevo a afirmarme, no expreso
— ¿Qué es lo yo más deseo para él, en su presente y en claramente mis necesidades, lanzo mensajes sobreenten-
su futuro? didos; no tomo la iniciativa en la relación; espero que me
No hace ninguna falta una bola de cristal. En este es- venga a ver, espero que me telefonee, espero que me invite,
pejo, puedo ver el retrato de mi herida. espero que me proponga salir... ¡Espero!
Fuera de mi trabajo, en mi vida personal, no puedo
actuar solo. Estoy tan acostumbrado a estar encadena-
El síntoma del perrito do que, sin la presencia del otro para guiarme, para hacer-
me avanzar, estoy desorientado, sin rumbo. Cuando estoy
Sin lugar a dudas, no es grato pensar que yo pueda sufrir
solo conmigo mismo, es como si yo no existiera. Conoz-
un malestar cuya manifestación es un síntoma que me
co mal mis gustos y mis intereses, porque me pliego com-
cuesta reconocer, aunque a veces me sienta inferior a un
placiente a los deseos del otro. Física y psicológicamen-
perro. Bajo esta sensación, sin yo saberlo, se está incu-
te, estoy vestido según sus criterios. Tengo la densidad de
bando toda una vivencia de pena, temor y cólera. Sufro al
una sombra.
sentirme manipulado, aprisionado, atado, al mismo tiempo
que busco a cualquier precio ese vínculo, sin el cual tengo Al haber desarrollado poco la confianza en mí mismo,
la impresión de no poder vivir. tengo una gran necesidad de aprobación. También en esto
estoy encadenado. Dudo de mi juicio y me resulta difícil
¿Qué sucede en mi interior cuando vivo el síntoma
tomar decisiones. Sobre todo, tengo un enorme miedo a
del perrito? Que estoy invadido por imperiosas necesidades
desagradar, a contrariar, a no ser como el otro quiere que

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sea. Para estar seguro de complacerle, busco continua-
Sacrifico también mi salud y mi bienestar corporal;
mente su aprobación; de ese modo, tengo la certeza de su
niego mi fatiga, sobrepaso mis límites físicos. Acepto cosas
aceptación y la seguridad de sentirme en el camino correcto
que dañan directamente mi salud: salidas, un estilo de vida,
a través de sus juicios.
una mala alimentación, incluso la cirugía para complacerle,
Mi inmensa necesidad de que se me confirme cons- con molestias corporales que, en ciertos casos, duran el
tantemente el amor que el otro siente por mí me impulsa resto de la vida. Sufro durante un largo período un estado
a solicitar de él o de ella pruebas de ese amor. Me tortu- de estrés que deteriora mi equilibrio físico y mental.
ra continuamente la más mínima manifestación de distan-
ciamiento. En definitiva, sacrifico mi paz y mi reposo interior.
Estoy constantemente como fuera de mí, desarraigado de
Me interrogo sobre los errores que he podido cometer mi vida. Toda mi atención está dirigida hacia el otro: a
y sobre los aciertos que he omitido. Por ello, con frecuencia sus expectativas, sus exigencias, sus necesidades, sus reac-
me invade el miedo a perderle, lo que me hace vivir la ciones. Vivo en medio de la ansiedad: ¿Dónde está? ¿Qué
angustia del rechazo y del abandono. Estoy alerta conti- hace? ¿Con qué estratagemas podría atraer más su atención
nuamente para captar los signos de que el otro me sigue hacia mí? Descentrado de este modo, no puedo escuchar
amando. Y, lo que es más, busco, a tiempo y a destiempo, la voz que proviene de lo profundo de mí. Sólo me mueven
declaraciones que no me satisfacen, porque soy yo quien los caprichos de mis amores exteriores. Desarraigado de
las provoca. mis raíces interiores, no percibo el sentido de mi vida y
Estas diversas necesidades afectivas, nacidas de una siento angustia de existir.
carencia en mi interior, me obligan a muchos sacrificios En ciertos períodos de mi vida, el síntoma del perrito
para obtener una posible respuesta. Por supuesto que puede puede ser más activo. Él me hace enamorarme y me deja
haber en mí un deseo sincero de ayudar al otro, de amarle; desvalido cuando atravieso un duelo. Es el responsable de
sin embargo, mi comportamiento respecto a él está dis- los flechazos, de los apegos excesivos y de las rupturas
torsionado, porque, al negarme a mí mismo, amo mal. muy dolorosas. A través de todas esas peripecias afectivas,
Ante todo, sacrifico mi libertad; prácticamente me me desgarran por completo la frustración, los celos, la
convierto en esclavo del otro. Le sirvo, le abrumo con mis ansiedad, las dificultades y la pena, signos de mi excesiva
atenciones; me desvivo por hacer en su lugar cosas que a dependencia y de mi incapacidad para percibir que mi
él le corresponden; me hiper-responsabilizo de su salud, felicidad sólo puede proceder de mí mismo.
de sus bienes, de sus compromisos. Olvido totalmente mis
necesidades para responder a todas sus expectativas reales L.V.I.
o presuntas. Soy su objeto, incapaz de decir «no». En mis relaciones afectivas e incluso en mis relaciones
También sacrifico mis bienes con regalos continuos, profesionales o de otro tipo, algunas personas tienen el
muchas veces extravagantes, con aportaciones financieras poder de desencadenar en mí este síntoma. Podría agru-
parlas en dos categorías: las que me atraen de manera
que superan mis medios, con importantes concesiones en irresistible y aquellas de las que huyo exageradamente.
el uso de lo que me pertenece... Con frecuencia, llego a Puede suceder que la misma persona ejerza sobre mí este
privarme de lo necesario para procurarle una mayor co- doble poder de atracción y repulsión. Lo importante ahora
modidad material. es desglosar las actitudes y los comportamientos de estas

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personas para elaborar dos retratos-robot, uno positivo y hacerse consciente de estas dos imágenes interiores, que
otro negativo. A través de este ejercicio, puedo descubrir determinan mi comportamiento en mis relaciones inter-
el rostro simbólico de la persona objeto de mi constante personales.
búsqueda de amor, así como el del agresor del que mi
inconsciente se protege constantemente y que plasma para
mí el temor al rechazo. El síntoma del amo
Para facilitar esta reflexión, puede servir de ejemplo el Es evidente que si hay un perrito, también hay un amo.
siguiente cuadro. Curiosamente, cada cual a su modo vive en relación al
otro una actitud posesiva. La diferencia se sitúa en la forma
Nombre de las ¿Qué me atrae ¿Qué me repele
de expresión: una es más pasiva, la otra más activa. En
personas que de ellas? de ellas? último término, ambos viven una gran dependencia mutua.
me atraen y/o
me repelen Cuando vivo el síntoma del amo, tengo el poder en
mis manos. Ese poder es de derecho si ejerzo una autoridad
Robert su delicadeza nada oficial, y de influjo si tengo un ascendiente natural sobre
su calor humano
su sencillez
mi entorno. También puedo acumular los dos poderes. El
hecho de ejercer poder sobre los demás no quiere decir
Sylvestine su amor a la vida sus mentiras que viva necesariamente el síntoma del amo; todo depende
su inteligencia su severo juicio de la manera de ejercer ese poder. El síntoma del amo se
siempre tiene razón manifiesta en una autoridad rígida, un dominio aplastante
Dominique nada su injusticia y una tendencia a utilizar a los demás para mis propios
su autoridad fines.
sus principios
su alcoholismo La autoridad rígida se vive a partir de mis leyes y mis
principios. Mi abuelo Gédéon, por lo que cuentan, era una
encarnación, casi en estado puro, de esta autoridad infle-
El conjunto de las cualidades de la columna «¿Qué xible. Afirmaba con voz de trueno: «¡Cuando digo no, es
me atrae de ellas?» constituye el retrato de la persona ideal, no!», a lo que seguía un silencio absoluto. Todos sabían
cuyas actitudes me harían sentirme querido, importante, o que un argumento más le suponía a su autor una vergonzosa
incluso me estimularían a ser yo mismo. humillación. La autoridad rígida es signo de que yo quiero
En cuanto a las actitudes de la columna «¿Qué es lo controlar totalmente la situación, lo que me permite sen-
que me repele de ellas?», me dan la imagen de una persona tirme seguro. Si tuviera en cuenta las opiniones de los
a la que al mismo tiempo temo y detesto. Vivo continua- demás, los elementos nuevos de la vida, me sentiría ame-
mente con esas dos imágenes inconscientes en mí, y me nazado en el universo que me he construido. Por tanto,
impulsan a hacer el perrito, o porque tengo una gran ne- ese universo debe permanecer inmutable, y yo debo sujetar
cesidad de ser amado por alguien que se parezca a la sus puertas firmemente. Por consiguiente, evito sentirme
persona de la primera columna, o porque sin cesar intento desequilibrado por una u otra forma de adaptación al ex-
apaciguar al ser que puede hacerme sufrir, cuyos rasgos terior. Por eso soy refractario al cambio y estoy cerrado a
están consignados en la segunda columna. Es importante toda forma de injerencia que afecte a mis ideas. Yo lo sé

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todo y siempre tengo razón. No soporto ninguna confron- estoy seguro, puedo cuidarlos, ocuparme de ellos. Les doy
tación, ningún cuestionamiento. En el fondo, tengo muy mucho y no estoy en peligro. Y como me deben mucho y
poca confianza en mí mismo, pero la estructura de mi están desprovistos de todo, no se atreven a hacerme frente.
propia autoridad me permite mantenerme en mis trece. Pero, si llega el día en que quieren exponer sus reivindi-
En lo que se refiere al dominio aplastante, se mani- caciones, ¡qué revolución! Al momento experimento un
fiesta en una actitud negativa que arranca al otro cualquier violento rechazo. Retiro todo cuanto di. El otro debe so-
autoestima. De ese modo, le privo de toda capacidad de meterse de nuevo o marcharse. No hay acuerdo posible: o
resistencia. Resalto con maldad sus errores, sus debilida- doy con plenos poderes, o no doy en absoluto.
des; le humillo en público; me dirijo a él de modo hiriente; El amo también necesita ayuda; su tarea es dura. Para
incluso consigo denigrar sus aciertos, mostrando el más salir del apuro, tiende a explotar a los demás. Por lo ge-
insignificante fallo. No le doy ninguna oportunidad. Se neral, emprende muchas tareas y con frecuencia se en-
equivocó, se equivoca y se equivocará. Mi juicio es ina- cuentra sobrecargado. Entonces manipula a sus subditos
pelable y llega al centro mismo de su ser. Le poseo por para recibir lo que quiere sin poner en peligro su poder.
medio de este dominio nefasto que le destruye. En esos Si vivo el síntoma del amo desde este ángulo, felicito al
momentos, mi lenguaje es despectivo, vulgar en muchas otro, no para valorarlo, sino para que me dé un mejor
ocasiones; mi voz es dura y fuerte y, en ocasiones, incluso servicio. Le reflejo las cualidades que responden a mis
llego a emplear la violencia física. En lo más profundo de necesidades. Así me apodero de lo que tiene de positivo,
mí mismo, me siento odioso, pero no puedo impedir aplas- no para que él obtenga felicidad, sino para sacar yo be-
tar al otro, asfixiarlo, reducirlo a la nada ante mis ojos. neficio. Por tanto, necesito mucha ayuda, pero me repugna
Se diría que sólo llegando a estos extremos tengo la sen- que sea evidente. Manifestar claramente mi necesidad sería
sación de vivir, de ocupar mi lugar, de respirar cómoda- admitir mi vulnerabilidad. Halagar al otro se convierte en
mente, pues así me libero de un sentimiento inconsciente una astucia tranquilizadora, dado que él tiene una gran
de venganza que me empuja a destruir para no ser yo mismo necesidad de ser reconocido, ya que, por otro lado, yo le
destruido. El síntoma del amo, cuando se manifiesta bajo humillo. Normalmente, el síntoma del amo se manifiesta
esta forma de dominio aplastante, es signo de que la an- cuando estoy ante personas más débiles que yo, ya sean
gustia de mi propia destrucción es tal que prácticamente adultos o niños.
no tengo otra opción que oprimir a mi alrededor, si quiero
sobrevivir a esta poderosa presión inconsciente.
Al mismo tiempo, el amo necesita sentirse útil, res-
ponsable. De esta sensación extrae un sentimiento de va- L.V.I.
loración de sí mismo, de importancia. Si tengo el síntoma Con mucha honradez, pero sin juzgarme, puedo ahora
del amo, trabajo mucho, me ocupo de los demás; sin em- serenarme y explorar mis relaciones presentes o pasadas
bargo, soy incapaz de confiar en lo que ellos son, de creer y ver sobre qué personas, a mi pesar, he hecho recaer mi
en sus capacidades. Si aceptase que los demás son inte- poder. Sobre un papel, nombro a esas personas y describo
ligentes, que tienen cualidades, que son capaces de triun- mi comportamiento con cada una de ellas.
far, correría el riesgo de verme amenazado por su posible He aquí un ejemplo de cuadro que podría ayudarme en
poder. Mientras estén sometidos porque son impotentes, este ejercicio.

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Nombre de las personas Actitudes y comportamientos míos Al comprender mejor lo que ocurre en mi intimidad
sobre las que, a mi pesar, que las humillan
hago recaer mi poder cuando vivo este síntoma del amo, puedo descubrir otras
maneras de responder a mis necesidades, otros medios
Kathleen Busco toda ocasión para pillarla distintos de la violencia para conjurar mis temores.
en falta. Le niego lo que me pide.
Charles Le humillo ante los demás. Le tra- El síntoma del ermitaño
to con dureza, le zarandeo, a ve-
ces le golpeo. Este síntoma, como los dos anteriores, afecta directamente
Le llamo «cabeza de chorlito». a las relaciones interpersonales. Los otros dos, los síntomas
Le fuerzo a comer incluso cuando
tiene náuseas. del perrito y del amo, denotan dos formas contrarias de
dependencia, de posesividad o de captación. El síntoma
Roseline Nunca la animo. del ermitaño expresa más bien independencia, que no hay
que confundir con autonomía. Estas dos realidades bási-
Después, en silencio interior, me permito experimentar camente no tienen nada en común. La autonomía es la
qué necesidades me llevan a comportarme así con esas capacidad de ser uno mismo en medio de los demás, y la
personas y qué temores me atenazan tanto como para ha-
cerme manifestar una agresividad tan grande hacia ellas.
independencia es la necesidad de estar solo para poder ser
Para sacar provecho de esta experiencia: uno mismo. Por tanto, se trata de realidades opuestas.
— Me instalo en un sitio tranquilo. En este síntoma, inconscientemente, temo que, si me
— Empleo un breve tiempo en relajarme, tomando con- acerco demasiado a los demás, caeré prisionero de sus
ciencia de los puntos de contacto de mi cuerpo con el suelo
necesidades, de sus demandas, expectativas y exigencias.
y/o con el sillón. Siguiendo el ritmo de mi respiración,
ordeno a cada una de las partes de mi cuerpo que se Me siento incapaz de decir «no». Me olvido de mí mismo
distiendan. por los demás. No obstante, me siento frustrado por no
— Me centro cada vez más en mi respiración, como si poder hacer lo que quiero y ser como me apetece. Para
todo el resto desapareciera poco a poco. protegerme de la dificultad de respetar y hacer respetar mi
— Durante algunos minutos, permanezco así presente a territorio, opto por aislarlo de cualquier posibilidad de in-
mi respiración. vasión. Por tanto, me resulta imposible establecer relacio-
— Ahora dejo venir a mí, en mi mente, la imagen de la nes profundas y asumir frente a nadie un compromiso fir-
persona a la que oprimo a mi pesar. Experimento en mis me. Establecer un vínculo afectivo resulta agobiante y
entrañas mis actitudes negativas. amenazador, y prefiero salvarme yo antes que caer en la
— A continuación, me planteo las siguientes preguntas: trampa de unas relaciones comprometedoras o, peor aún,
¿Qué necesidades me impulsan a actuar así? contractuales. Al temer al máximo encontrarme en una
¿De qué temores debo protegerme?
— Me quedo en silencio para percibir bien cómo suben situación de dependencia, he aprendido a arreglármelas
las respuestas de mis entrañas y, sin forzarme, escribo lo solo, a no tener necesidad de los demás, como suele de-
que siento. Me dejo describir lo que experimento. Mis cirse. Convertirme de algún modo en deudor sería un pe-
ojos están orientados hacia el interior, en el que fijan el ligro para mi independencia. Yo no molesto a nadie y no
silencio para descifrar lentamente lo que está escrito dentro quiero que nadie me moleste. Esta especie de pacto con
de mí y que estoy llevando suavemente a mi conciencia. mi entorno me deja libre el camino; pero, por supuesto,

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no hay nadie conmigo en él. Yo me adapto a este aisla- en ciencias, aquella señora es especialista en cardiocirugía,
miento, que considero preferible para respirar y en el que ese otro que está un poco más allá es un alto funcionario
incluso encuentro ciertas satisfacciones. Establezco una y, por si usted no lo sabe, aquel hombre del traje «sport»
relación muy positiva con la naturaleza, que me respeta y es profesor de la facultad de Derecho, y esa rubia llamativa
no me pide nada. También puede suceder que en mi retiro que está a su lado es la hija del ministro de transportes;
tenga algunas experiencias espirituales muy auténticas que aquel tipo tan alto del fondo es un hombre de negocios de
alivien mi soledad. A veces me gustan los animales, pues fama internacional, tiene una casa en Florida, un aparta-
no constituyen una amenaza para mí. Me atan un poco con mento en París y su residencia habitual en Canadá... Y yo
sus necesidades, pero me hacen compañía y, cuando me me codeo con toda esta gente. Por tanto, cuido mi aspecto,
molestan, sé bien cómo controlarlos. tengo en cuenta la etiqueta, maquillo lo mejor que puedo
—en sentido real y figurado— mis defectillos; en defini-
En el fondo, los seres humanos me dan miedo; siento tiva, estoy a la altura. En resumen, puesto que estoy ahí,
que no me aman gratuitamente, que no me ven como soy debo creerme que soy alguien. En todo caso, asumo la
ni me respetan por lo que soy. Desconfío de ellos, pues apariencia de serlo.
pueden obligarme, forzarme, explotarme. Si, por mi parte,
me permito amarlos, me hago vulnerable a su poder, cosa Tengo una elevada opinión sobre mí mismo y pretendo
que no puedo tolerar. Estoy solo; es el precio que pago que también los demás la tengan. Me gusta dar a valer mi
por intentar ser yo mismo, ya que no poseo suficiente éxito. Sin petulancia, considero que estoy entre los me-
seguridad en mí mismo como para afirmarme y ocupar mi jores. Por lo general, olvido mis limitaciones y me lanzo
lugar entre los demás. a desafíos que prueben a los demás que soy aún más de
lo que piensan. Y me esfuerzo por demostrárselo. Soy muy
L.V.I. ambicioso y, efectivamente, obtengo un éxito real. No hay
¿Soy un ermitaño en medio del mundo? Si es así, intento duda de que tengo magníficas cualidades ni de que me
comprender el porqué de un temor que me impide ser yo empeño en explotarlas.
mismo cuando hay otras personas. Lo malo de todo ello es que utilizo mis talentos para
— Si me aproximo a alguien, ¿qué me arriesgo a perder? aparentar, no para ser. Los vivo como desde fuera de mí;
— Si me atrevo a confiar, ¿qué sufrimientos me ame- mi mirada está completamente en el exterior. Busco el
nazan? éxito, no para ser feliz por mis capacidades, sino para que
— ¿Son esas personas tan peligrosas para mí en realidad? los demás me feliciten y me tengan en cuenta, para tener
— ¿No estoy magnificando su poder sobre mí? prestigio entre la gente influyente. Por otro lado, vivo en
— ¿Estoy tan inerme, tan desprovisto de talentos, de cua-
lidades, de aptitudes, como para tener tan poca confianza una gran dependencia respecto de esas personas, a las que
en mí mismo cuando estoy ante los demás? por nada del mundo quisiera desagradar. Que me tengan
en consideración es un gran honor para mí, y su juicio me
importa en grado máximo. Sin embargo, esta situación me
El síntoma de la buena apariencia prohibe cualquier error, cualquier limitación; y si, por ca-
La buena apariencia es patrimonio de las reuniones socia- sualidad, tengo un fracaso importante, lo considero una
les, en las que se dice que hay que saber aparentar. En catástrofe. Me siento perdido, pues, al carecer de raíces
ellas se valora el éxito intelectual: este caballero es doctor interiores, porque vivo completamente orientado hacia el

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éxito social, sufro una gran ansiedad, carezco de auténtica El síntoma de la cara de cuaresma es el que viven a lo
solidez. Mi éxito se ha convertido en el barómetro de mi largo del día las personas negativas.
valor.
¿Qué sucede en mí para que mi rostro refleje ese
Desde esta perspectiva, tiendo a despreciar a las per- síntoma? Se diría que mi ánimo se sintió atraído por lo
sonas humildes y débiles: no están a mi nivel. Por otra que no es bello, lo que no funciona, las limitaciones, las
parte, soy incapaz de dudar de mí ante nadie: he de salvar carencias, las debilidades, los errores... Soy incapaz de
las apariencias. Por eso tengo la desafortunada costumbre ver algo positivo y, si lo veo, inmediatamente lo reduzco
de justificarme sin cesar si me equivoco. Doy explicacio- con un enorme pero que lo relativiza e incluso lo neutraliza.
nes, me excuso, encuentro razones; en cualquier caso, no Como vivo comparándome constantemente con los que,
puedo permitirme los errores. Si los tuviera, me sentiría por supuesto, son mejores que yo, me siento inferior y me
en decadencia, y soy incapaz de soportar la mera idea. Si digo que no valgo nada. Con semejante idea en la cabeza,
alguien intenta provocar que me cuestione algo de mí mis- es obvio que no puedo tener mucha confianza en mí. De
mo, le respondo con ironía, suficiencia y desdén. nada me sirve emprender cualquier cosa: de antemano,
No es fácil detectar el síntoma de la buena apariencia estoy seguro de que no tendré éxito. Pues me conozco
y, sobre todo, reconocerlo como un signo de comporta- bien: soy tímido, no puedo expresarme, no soy capaz de
miento desajustado. ¡Está tan bien visto socialmente...! nada, soy torpe, simplón, imbécil, idiota, etc. Lo peor es
Sin embargo, si busco de verdad la auténtica felicidad que que acentúo mi percepción negativa de mí mismo por un
proviene del ser, no puedo dejar de reconocer que me habita mecanismo de desvalorización. Me rebajo a mí mismo
el vacío. Los valores que tengo no pueden proporcionarme diciendo: «Me avergüenzo de ser así», «Me detesto por lo
la paz y la gratuidad del corazón. que he hecho», «Me odio», «No saldré de ésta», «De mí
no puede salir nada bueno»... Esta desvalorización me
L.V.I. hunde aún más en la oscuridad de mi imagen negativa.
En un primer momento, hago balance de las consecuencias
de mi buena apariencia. Evalúo el precio a pagar por llevar También es triste que haya personas que me amen
esa máscara. Después intento serenarme, hacer el silencio sinceramente y vean lo que hay de bueno en mí. Me lo
en mí, superar la buena apariencia para unirme a lo más dicen, pero yo no les creo. «Sólo lo hacen para compla-
hondo de mi corazón, allí donde reside el verdadero sen- cerme, pero no es verdad». «Disimulan para no disgus-
tido de mi vida. Y me planteo la siguiente pregunta: «Si tarme»... Me niego a reconocer lo que hay en mí de po-
hiciera verdaderamente abstracción de los demás, ¿qué me sitivo; me niego a que los demás me lo reflejen. Incluso
haría profundamente dichoso?». les quito el derecho a quererme, pues he decidido que yo
no soy digno de amor. Sobre todo, no quiero que se me
El síntoma de la cara de cuaresma festeje o me hagan regalos: son unos tontos malgastando
así su tiempo y su dinero: no vale la pena.
¡Pobre desgraciado! Nació para las migajas. Nunca le son-
ríe la suerte, que siempre está del lado del de la buena Soy una persona que sufre mucho. Incluso a veces
apariencia. El de la cara de cuaresma no tiene nada que me llaman víctima. La realidad es que verdaderamente
atraiga la felicidad, ya que él la rechaza sistemáticamente. sufro mucho, porque estoy totalmente desarraigado de
quien soy. Me identifico con lo que no soy, con mis ca-
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rencias, con mis limitaciones, y olvido mi identidad com- personal es amenazadora. Mi principio fundamental es
puesta de talentos, cualidades y aptitudes. Supongamos ajustarme a la norma. Así paso desapercibido, nadie repara
que tengo ante mí un perro Labrador. Le miro: tiene pulgas. en mí. Me oculto en el ambiente para evitar sentirme aco-
Y de inmediato digo: este perro no es un Labrador. Este rralado. ¿Qué hay en mí que me fuerza a huir de una mirada
perro es las pulgas que tiene. Pero, en realidad, el perro aviesa que parece perseguirme?
no deja de ser un Labrador, aunque tenga pulgas; sin em-
bargo, yo le identifico con sus pulgas. Estas últimas son Oscuramente, me siento culpable de alguna falta te-
accidentales, y confundir al perro con un accidente es re- rrible. Tengo la impresión de haber cometido un grave
ducir su identidad a nada. Eso es lo que el síntoma de la error o de ser la causa de grandes desgracias. Sin embargo,
cara de cuaresma produce en mí. Reduzco mi identidad a todo ello es muy vago. Si, por descuido, efectivamente
la nada y afirmo que soy los accidentes que llevo conmigo. me equivoco, me siento invadido por una angustia opre-
Me despojo de todo lo que verdaderamente soy, de todo siva. Se hace el vacío en mi cabeza; entro en un estado de
lo bueno que hay en mí, por ejemplo, mi bondad, mi confusión, mi inteligencia se paraliza y mi cuerpo se pe-
honradez, mi afición a la música, mi facilidad para la trifica. Querría salvarme, pero no puedo hacerlo. Estoy
natación, mi paciencia cultivando plantas, y muchas otras como bajo el dominio de una mirada implacable que me
buenas cualidades. vigila, me acecha, me espía... Me siento acusado, juzgado
y condenado. La sensación es tan penosa que me impide
Lo primero que tengo que hacer es admitir que tengo emprender nuevas actividades y arriesgarme a afirmar mi
de mí una imagen negativa. Al mismo tiempo, debo re- opinión. Me limito a una rutina muy segura. Mi vida está
conocer que esa imagen es falsa. Debo admitir que como encerrada en una angosta jaula de la que no me atrevo
me equivoco, que cometo conmigo un error esencial, que a salir, por mi enorme temor al ridículo y a la crítica. Si,
afecta a mi misma esencia. Creo conocerme y me por casualidad, me atrevo a emprender un trabajo, lo hago
conozco muy mal. Sólo conozco de mí lo que no es mi con un perfeccionismo que me agota. Una de mis reglas
verdadero yo. de vida es: o perfecto o nada; lo que normalmente no me
lleva muy lejos y me cansa. Reconocería sin dificultad que
L.V.I. soy una persona nerviosa que no tiene confianza en sí
¿Cómo me explico que mi percepción de mi mismo sea misma, pero me resulta difícil admitir que siento un temor
tan falsa? ¿Cuál es la causa de que tenga los ojos tan exagerado al juicio ajeno y que mi vida está dominada por
ciegos cuando me miro? Todo lo bueno que hay en mí se este miedo terrorífico que me lleva a negarme a mí mismo
muere de raquitismo. ¡Sólo cultivo las malas yerbas! ante los demás.

El síntoma del acorralado Este síntoma del acorralado me dice:


— que vivo un enorme sentimiento de culpabilidad;
Cuando soy víctima del síntoma del acorralado, mi carac- — que sufro por no ser amado y aceptado tal como soy;
terística principal es que me confundo con mi entorno. Soy — que necesito ser acogido con mis limitaciones y mis
un camaleón que adopta el color del medio en que se errores;
encuentra. Mi mayor temor es no ser como todo el mundo. — que necesito que se ponga el acento en todo lo que hago
Cualquier originalidad se vuelve peligrosa; cualquier idea bien, en mis éxitos;

— 40 — — 41 —
i
— que necesito que se me reflejen mis cualidades, mis furiosa. Había estado trabajando duro todo el día. La la-
talentos, y que no se hable de mis defectos. vadora se había roto por el desagüe y había perdido tanta
agua que se había pasado media mañana recogiéndola y
L.V.I. ordenándolo todo. Por supuesto, la cena no estaba lista.
Ahora puedo dar otro paso de cara a mí mismo. Me en- Ella estaba furiosa conmigo..., pero no dijo nada, por
cuentro en un rincón tranquilo. Me sereno respirando pro- miedo a que la echara de casa.
fundamente y me veo mentalmente en situaciones en las
que vivo este síntoma. Dejo venir a mí lo que experimento »¡Ay, Félix!, cuando el niño llegó del colegio a las
en esos momentos. Si me es posible, describo la vivencia tres, ella en seguida vio que tenía un pequeño siete en su
sobre el papel. Después intento explicarme por qué vivo vaquero. Se había caído jugando en el recreo. Mi mujer
todo esto y qué hago para salir de ello. le infló la cara a tortazos, le llamó de todo y le dijo que
la estaba matando. Por último, en un tono que no admitía
réplica, le mandó irse a su cuarto. El niño, estupefacto por
El síntoma del volcán
aquella explosión, notaba cómo se iba encolerizando, pero
Cierto día, un hombre estaba reflexionando sobre su com- sabía que era mejor no decir nada, pues podría ser aún
portamiento y sobre lo que le ocurría. Comenzó a com- peor, y se fue.
prender algo. Orgulloso de su reciente descubrimiento, »De camino a su habitación, se cruzó con el perro.
quiso compartirlo con uno de sus amigos. ¿Sabes lo que hizo? Emprenderla a patadas con él. El perro
«Imagínate, Félix, las cosas que pasan... Sí, Félix, se escapó aullando. Lo que constato, Félix, es que en un
intento explicarme lo que sucede. El otro día, en el trabajo, año hemos tenido tres perros. ¿Entiendes algo de todo
el jefe me echó una bronca, me llamó descuidado, incapaz, esto?»
irresponsable y pobre diablo. Todo ello porque tuve un Ésta es la triste historia del síntoma del volcán. Como
ligero olvido en mis inspecciones. A juzgar por la bronca no soy capaz de enfrentarme a mi agresor (volcán apa-
que me echó, parecía como si yo pudiera causar la quiebra gado), me vuelvo y agredo a una persona o un objeto que
de la empresa. Yo me sentía indignado. Me habría gustado no tiene nada que ver con el auténtico motivo de mi cólera
hacerle callar. Estaba rabiando por no poder decirle que (volcán en erupción). En un caso, mi reacción es menor
quizás había habido un error por mi parte, que repararía de lo que debería ser: me callo, me encierro, me protejo.
ese olvido y que, en definitiva, no habría ninguna con- Sin embargo, en ese momento debería manifestar algo
secuencia grave. Pero me sentía incapaz de afirmarme; apropiado a la situación. Tengo el derecho, e incluso el
estaba paralizado mientras hervía en mi interior. deber, de hacer saber a mi jefe que yo puedo haber co-
»Y después, Félix, llego a casa para comer... y ¡zas!: metido un error, pero que no merezco la reprimenda que
no está hecha la cena. Te aseguro que mi mujer se enteró. me ha echado encima. Ahora bien, al no existir esa reac-
Le dije que era una abandonada; que no se daba cuenta de ción, que habría sido lo normal, vivo la reacción inade-
que me desvivía por ella; que no sabía organizarse; que cuada de abdicar del derecho a hacerme respetar y de
no había mujer menos inteligente que ella... Pues ella, reprimir mis medios de legítima defensa psicológica. Es
Félix, no rechistó... No dijo ni una palabra y preparó evidente que en mí se instala una presión. A la menor
rápidamente un tentempié. Cuando yo me marché, estaba ocasión, esa presión va a mostrarse bajo una u otra forma

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de reacción inadecuada: una cólera explosiva dirigida con- síntoma tenía en ella. Parecía que para ella lo esencial en
tra una persona que quizá tiene alguna culpa, pero que no la vida era la seguridad económica. Después de haber pe-
es proporcional a la reprimenda que yo le he hecho sufrir. dido una bendición para cada miembro de la familia, me
Al liberar mi tensión sobre ella, me siento aliviado; pero hacía añadir: «Dios mío, haz que papá tenga siempre tra-
no he arreglado el problema con mi jefe y me he creado bajo y que nunca nos falte lo necesario». Era la única y
un nuevo enemigo. A fin de cuentas, todos nuestros perros, fundamental petición que inculcaba a todos sus hijos. Dado
los buenos amigos de nuestro entorno, mueren como con- que esta plegaria no era fundada, ¿qué puede ser más clara
secuencia de esas cóleras desplazadas. El problema, lejos expresión del síntoma del bolsillo vacío?
de estar resuelto, se ha agravado.
Este síntoma no tiene nada que ver con el sentido de
Este síntoma del volcán expresa mi incapacidad de la economía y con una buena administración. Consiste en
vivir la reacción apropiada en el momento preciso. Pocas el miedo a que me falte lo necesario para cubrir mis ne-
veces mi reacción es adecuada a la situación en que la cesidades cuando ya lo poseo y no hay una razón de peso
manifiesto. Mi comportamiento casi nunca concuerda con para creer que podría faltarme en un futuro inmediato.
la realidad del momento. Es demasiado o demasiado poco
intenso. Este temor irracional me hace concentrarme en lo que
poseo, al objeto de conservarlo y desplegar todos mis es-
L.V.I. fuerzos para no perderlo. Desde esta perspectiva, es evi-
dente que no asumiré ningún riesgo para hacer que mi
Busco en mi vida cotidiana situaciones en las que mi
reacción está como por debajo de lo que debería ser. Me capital sea productivo. Además, son muchas las cosas que
pregunto por qué es así. ¿Qué ocurre para que no me me parecen demasiado caras para mí. Fácilmente reduzco
atreva, para que me reprima? Después me detengo en las mis deseos diciendo: «No lo necesito» o «Es demasiado
situaciones en que mi reacción es excesiva. Me pregunto para mí». La lógica de esta racionalización es privarme
por qué inflijo a las personas, a los animales o a los objetos hoy para privarme también mañana. Consiguientemente,
violencias que verdaderamente no merecen. ¿Qué ocurre compro cosas de menor calidad o que no responden de
para que yo tenga vivencias tan desproporcionadas? Toda verdad a mis gustos. El criterio absoluto de mi elección
la energía de reprimirme y liberarme se malgasta, y además es siempre el precio y no lo que sería bueno para mí. En
las situaciones se envenenan. Tengo absoluta necesidad la vida cotidiana, tomar un taxi es dinero tirado; poner
de poner en claro este comportamiento que me hace daño conferencias, una extravagancia; darme un capricho no
y daña a los demás. corresponde a mi condición; deshacerme de un traje que
todavía está en buen uso, pero que no me va, es impen-
El síntoma del bolsillo vacío sable, es un despilfarro.
Curiosamente, este síntoma afecta con bastante frecuencia L.V.I.
a personas que no tienen, en ese momento, verdaderas En mi presente, este temor es producto de mi imaginación,
razones para inquietarse financieramente por el mañana, que me hace tener miedo de algo que no existe. Por tanto,
pero que lo convierten en una preocupación constante. enveneno mi vida por nada. Si reconozco que este síntoma
Cuando recuerdo la oración que mi madre me hacía rezar está activo en mí, tomo conciencia de sus diversas ma-
de niña todas las noches, me impresiona la fuerza que este nifestaciones en mi vida. Con un esfuerzo de honradez
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intelectual, intento confrontar mi vivencia con mi situación Cuando, en determinados momentos, no hay nadie
económica real y me pregunto cuál debería ser mi conducta cerca que pueda protegerme de mis temores, siento mucha
para que armonizase con la realidad. ansiedad y frustración: «Nadie me quiere», «No me com-
prenden», «La gente no tiene corazón»... Me ciego y ya
£1 síntoma de la cierva asustada no veo a nadie. Olvido todo lo que ya han hecho por mí;
todo lo que son para mí. Sólo veo mi miedo, y ello me
El miedo tiene toda clase de facetas: incluso existe el miedo hace juzgar severamente a los demás.
a tener miedo. La cierva asustada tiene miedo de todo; está
siempre alerta. Para ella, el peligro es omnipresente, y hay L.V.I.
que tener antenas en todas partes para detectarlo. Es muy penoso vivir este temor enfermizo; penoso para
Tengo miedo al ruido, a la oscuridad, a los gritos, a mí y penoso para mi entorno. ¿Qué hacer? En principio,
las discusiones, a la brusquedad, a las ratas, a los truenos, sentarme e intentar observarlo, dejarme sentirlo, describir
su contenido para familiarizarme con él, para compren-
a los relámpagos, al teléfono, al estado de las carreteras, derlo. Este temor es mi temor. Tengo que aceptarlo y no
al agua, al avión, a las comidas desconocidas y a cualquier puedo exigir a los demás que lo solucionen por mí. En
situación. ¡Tengo miedo, eso es todo! Por culpa de ese primer lugar, porque no pueden hacerlo; sólo pueden cal-
miedo que me persigue continuamente, me privo de mu- mar los síntomas, que se volverán a despertar a la primera
chas experiencias enriquecedoras. Sólo pienso: «¡Aten- ocasión. Si se ponen a mi servicio para apaciguar conti-
ción! ¡Peligro!» Impido a los míos que tengan actividades nuamente mi temor, se destruirán a sí mismos. Tengo que
interesantes, y si, a pesar de mis temores, ellos se las tomarme mi temor con paciencia y decidir resolverlo de-
permiten, la inquietud me tortura hasta su vuelta. Mi per- jando de esconderme y afrontándolo.
sonalidad está como tejida en el temor. Sin saberlo, vivo
continuamente bajo la amenaza de un gran temor incons- £1 síntoma de la alarma corporal
ciente que introduzco en mi vida cotidiana y en todo lo
que me rodea. En el fondo, estoy acorralado por el miedo. Mi cuerpo, que me acompaña en todo momento, es el
sistema de alarma más perfecto. Mi cuerpo habla y, lo que
Este síntoma de la cierva asustada me ocasiona un es más, no puede enmascarar la verdad de ningún modo.
gran malestar. Al ser incapaz de adaptarme a muchas si- Lo sabe todo sobre el otro que está en su interior. Habla;
tuaciones, intento adaptarlas a mí. Para ello, desarrollo un manifiesta con fuerza lo que no va bien. Por mucho que
comportamiento autoritario de cara a los demás. Les doy se intente hacerlo callar, él siempre tiene la última palabra.
órdenes, les presiono, les obligo; todo ello para intentar A veces, sin embargo, esa última palabra se escucha de-
no sentir mi temor. Estoy tan centrado en él que no puedo masiado tarde, justamente cuando él acaba de morir.
respetar las vivencias de los demás, sus necesidades y sus
limitaciones. Mi temor me impulsa a apropiármelos. Son Mi cuerpo me habla de mí. ¿Qué me dice en su len-
mis pildoras contra el miedo. Pero ellos se sienten utili- guaje? Cuando tengo un nudo en la garganta, ¿no me está
zados y manipulados, y su reacción es alejarse de mí. No informando de que me encuentro en una situación incó-
se sienten apreciados por sí mismos; al contrario, viven la moda? Cuando mi corazón acelera su palpitar, ¿no me está
sensación de tener que negarse continuamente para pro- diciendo que estoy ansioso y que algo me está inquietando?
tegerme de mis temores. Si tiemblan mis manos y mis piernas, ¿no me están trans-

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mitiendo que quizá tengo miedo a equivocarme? Si tengo me manifiesta hasta qué punto el contacto me supone un
una diarrea repentina, ¿no es una manifestación de algún problema. Hay en mí como una frialdad, un bloqueo, una
otro temor? Cuando me rompo la cabeza intentando re- resistencia. Por contraste, la piel me arde cuando me tocan.
solver algún problema, ¿no me está diciendo, mediante los Por otra parte, ¿no solemos decir: «Ardo cuando me to-
martillazos que me da, que me estoy forzando demasiado? cas»? Y no sólo ardo al ser tocado, sino también al tocar.
Estoy estreñido: me reprimo, no me atrevo, no exteriorizo; Soy incapaz de tocar incluso a las personas que quiero.
tan es así, que se suele decir de algunos que parecen unos Me siento frenado por un cierto malestar y por una sen-
estreñidos. sación de insignificancia y de ridículo. Hasta me cuesta
Toda mi vivencia, tanto negativa como positiva, está tocar a mis hijos, acariciarlos, frotarlos, estrecharlos contra
necesariamente ligada a mi cuerpo. Fuera de mi cuerpo, mí. Mi cuerpo me habla elocuentemente de mi inhibición.
nada tiene existencia para mí como ser humano. Mi cuerpo Rechazo a las personas que se me acercan. Doy la mano...
es el soporte de toda mi existencia. Todas las tensiones con la punta de los dedos. Abrazo manteniéndome rígido
producidas por mi pena, mi temor y mi cólera están al- y a distancia. Querría sustraerme por cualquier medio
macenadas en mi cuerpo. ¿En qué otro lugar podrían alo- a esos desagradables contactos. Me río para disipar mi
jarse? Mi cuerpo es su morada, del mismo modo que es malestar; ridiculizo la situación. Para mí, el contacto
la morada de mi vida. Si una situación me agobia de modo no significa nada; más aún, me da miedo y, de algún
especial, mi cuerpo puede reaccionar mediante una crisis modo, me hiere.
asmática. Si me atormenta un sentimiento de culpabilidad,
mi cuerpo puede traducirlo en una erupción cutánea. Cuan- A la inversa, mi cuerpo puede sentir una especie de
do ya no puedo soportar la presión, se desencadena una llamada irresistible al contacto. Tengo un hambre y una
crisis epiléptica para dar salida a esa tensión que me oprime sed exageradas de que me toquen. Según la expresión
y restablecer en mí un cierto equilibrio. popular, soy una persona pegajosa. Siempre estoy bus-
cando la proximidad; pido contactos, caricias, abrazos y
Mis reacciones corporales negativas o dolorosas me besos sin mucho discernimiento. Físicamente, siento tanta
advierten que algo no va bien. Soy yo, mi persona, quien carencia que estoy dispuesto a cualquier forma de inti-
está enfermo. Lo único que mi cuerpo hace es proporcio- midad, incluso dolorosa, para sentir a mi cuerpo existir
narme el síntoma; es el revelador exterior de mi estado bajo la mano de alguien o bajo la presión de otro cuerpo.
interior. A decir verdad, él no está enfermo; sólo es un Mi cuerpo se siente tan huérfano de amor que incluso me
emisor de señales de alarma. Me informa de que algo en lleva a exponerme a enfermedades muy graves. Por otra
mi vida no está en armonía con lo que me conviene. Pero, parte, me recreo con muchas fantasías sexuales y eróticas,
si no escucho sus mensajes, a la larga, cansado de hablar en las que mi cuerpo, al fin, saborea simbólicamente el
en el vacío, enfermará de verdad. Se destruye intentando placer y, sobre todo, el sosiego en unas relaciones llenas
decirme que mis emociones están sufriendo. Desgracia- de dulzura, ternura y calor. Pero todo ello no es más que
damente, oigo muy mal, y es una pena. un sueño; y el sueño, como una pompa de jabón, explota,
A veces siento molestias en la piel, y es que tengo llevándose consigo su resplandeciente espejismo. Entonces
un temor atroz al contacto físico. Siento desasosiego cuan- siento de forma aún más aguda mi aridez física. La de-
do me tocan o incluso cuando sólo me rozan. Mi cuerpo manda no tiene fin, y la respuesta es pasajera e inadecuada.

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L.V.I.
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Verdaderamente, debo serenarme para captar lo que mi
cuerpo, con gran esfuerzo, intenta decirme de mí, del ¿Cuál es la causa
estado de mis emociones. Mi cuerpo no puede mentir. de esta herida que me corroe?
Escucharlo es seguir a un guía seguro. Podría dedicar un
poco de tiempo a identificar mis síntomas corporales.
Aprender, quizás, a familiarizarme con su lenguaje.
¡Quién sabe si no podría también hacer mis pequeños
diagnósticos...! Seguro que mi cuerpo se sentiría mejor,
y yo también.
Estos diferentes síntomas son la expresión involun-
taria de mi pena, de mi temor y de mi cólera. Hay otros
muchos síntomas de esas emociones reprimidas en mi in-
consciente. También puedo vivir alternativamente dos sín- La planta humana crece mal. Y no es que la semilla sea
tomas contrarios o ciertos aspectos de un síntoma y no de mala; al contrario, es muy buena, pero las condiciones no
los demás. Aun siendo comunes, los síntomas son muy siempre son favorables.
personales. Por eso tengo que hacerme consciente de mis
síntomas y de mi manera de vivirlos. Las descripciones Hay seres heridos tan profundamente desde su con-
que hemos hecho son únicamente para ponerme sobre la cepción que sólo pueden refugiarse, durante el resto de
pista, para orientarme hacia el descubrimiento de mis sín- su vida, en alguna forma de criminalidad o de trastornos
tomas personales. mentales.

Todos los síntomas, sean cuales fueren, pueden re- Mi padre provenía de una familia de dieciocho hijos.
ducirse globalmente a una definición sencilla que les es En 1924, al casarse, dijo: «No tendré más hijos que los
común: todos son reacciones desproporcionadas. En mi que pueda educar decentemente». Tuvo cinco. Al menos
comportamiento físico y psicológico, o reacciono dema- él había recibido un mínimo, puesto que tuvo esa sensatez.
siado, o no reacciono lo suficiente con respecto a la si- Pero también hay que darse cuenta de que ese mínimo le
tuación concreta. había dejado algo de amargura en el corazón. ¿De qué
había carecido?
Con todas esas huidas y todos esos síntomas, no creo
que nadie tenga la desfachatez de decir que vivimos en el Un día en que su padre, en plan gran señor, iba solo
mejor de los mundos. Sin embargo, Voltaire lo decía... ¡y a la ciudad, él le había pedido que le comprase una gorra.
con qué ironía! Petición que le exigió valor... lo que indicaba la impor-
tancia que el objeto tenía a sus ojos. Su padre le había
He de rendirme a la evidencia: la enfermedad es tan respondido: «Tendrás la gorra si yo quiero». El pequeño,
epidémica que es normal. Prácticamente todo el mundo muy ilusionado, esperó con impaciencia la vuelta de su
está afectado. «Un mal —dijo La Fontaine— que siembra padre. Al regresar, nadie hizo ni siquiera alusión al tema.
el terror por doquier». ¿Cuál es la causa de que la hu- Ochenta años más tarde, mi padre no había olvidado to-
manidad esté tan enferma? davía la gorra que nunca había recibido. De hecho, no
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t
había sido reconocido como un ser de pleno derecho ni que decirles, a cualquier precio, cómo se manifiesta su
tratado como tal. ignorancia.
¿Cómo es posible reconocer a un niño como una per- Su ignorancia afecta a dos realidades. El ser humano,
sona de pleno derecho si sólo se tiene de él una percepción antes de ser inteligente y libre, es una planta sensitiva y,
fragmentaria y fragmentada? Sin embargo, hay infinidad al mismo tiempo, un animalito afectivo. El niño-Mimosa
de profesionales —científicos y humanistas— que cultivan y el niño-Chimpancé: dos realidades que muchos jardi-
a su manera la planta humana. neros, humildes o sabios, no conocen.
Los especialistas en biogenética manipulan experta-
mente los cromosomas y las nuevas técnicas de reproduc- El niño-Mimosa
ción. Los bioquímicos inventan vacunas, remedios y tra-
«Mimosa» es el bonito nombre de una planta muy sensible,
tamientos. Los médicos están al corriente de los problemas
originaria de Brasil. Habitualmente se le llama «planta
mecánicos de la máquina. En otros campos, los filósofos,
sensitiva», pues al menor contacto se repliegan sus hojas.
los sociólogos, los psicólogos y otros humanistas hablan
La Mimosa considera peligrosa toda aproximación. Se con-
del sentido de la vida humana; explican las transformacio-
trae como para protegerse y ocultarse, dada su imposibi-
nes de la humanidad a través de la historia en las diferentes
lidad de salvarse de sus agresores. En cuanto su territorio
culturas y civilizaciones; intentan conocer y comprender
queda libre del invasor, ella vuelve a abrirse al oxígeno,
el comportamiento humano. Unos hablan de los senti-
al sol y a la vida. La Mimosa no tiene conceptos intelec-
mientos, las emociones y las necesidades; otros creen en
tuales para denominar lo que le ocurre; sin embargo, reac-
un más allá, en una moral mediante la cual, a través de
ciona, y le atraviesa un estremecimiento de terror.
estructuras firmes, tienden hacia un estado de perfección
en el que la naturaleza queda sometida a la gracia. Otros El niño-Mimosa siente de este modo, pues es tan
buscan la experiencia del más allá a través de toda clase pequeño, tan frágil, y está tan a merced de todo el que se
de técnicas orientales y occidentales. Algunos de entre ellos le acerca... Si es bueno, dulce y tierno, tanto mejor. Pero
comunican una manera de vivir el presente que abre a un ¿qué puede hacer si es malo? ¿Escapar? Es incapaz de ello.
ser sobrenatural. Siente intensamente el peligro. Tiene mucho miedo, y su
primer reflejo es replegarse sobre sí mismo. Es bien poca
¿Tienen todos estos especialistas, científicos o hu-
defensa, comparada con todas las amenazas que le rodean.
manistas, una visión completa del ser humano? ¿No lo
Su estado es de máxima vulnerabilidad. Aun cuando se
perciben como un conjunto de piezas separadas? ¿Son aptos
repliegue sobre sí mismo, todo le alcanza y le afecta en
estos especialistas para guiar a los padres, que son los
profundidad. Si es positivo, tanto mejor: nutre su vida;
jardineros naturales de la planta humana? ¿No puede darse
pero, en caso contrario, queda herido más o menos gra-
el caso de que estos mismos especialistas sean también
vemente.
padres? ¿Conocen de verdad a la persona, sobre todo en
su fase determinante, que se extiende de la concepción a El niño-Mimosa está más evolucionado que la planta
la adolescencia? sensitiva; pero esa riqueza se convierte para él en un nuevo
Pocos adultos saben de verdad lo que es un ni- peligro. La planta Mimosa reanuda su vida cuando de
ño. ¿Cómo pueden cuidarlo, alimentarlo y guiarlo? Hay nuevo está en calma, fuera del alcance de los demás, pero

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el niño-Mimosa conserva la huella de la experiencia. Toda Sirvieron de cobayas cuatro crías de chimpancé. Des-
experiencia se graba en él de modo indeleble, como sobre pués de un examen muy meticuloso, se constató que las
una banda magnética. Su sistema nervioso tiene una me- cuatro estaban en perfecto estado de salud, tenían todas
moria sensitiva; por tanto, todo queda impreso y deja una las características de su raza y eran aptas para desarrollarse
profunda huella, lo que supone que el niño-Mimosa tiene de manera normal.
cada vez mayor dificultad en abrirse después de cada he-
rida, de manera que su vida, poco a poco, se va ahogando A la primera cría se la puso en una jaula con una
y asfixiando ante la acumulación de pruebas. nodriza metálica cuyo cuerpo era frío, rígido, rugoso e
inerte. De esta coraza, a la altura del pecho, sobresalían,
La vida humana comienza por la experiencia del niño- un poco más suaves, las tetinas de dos biberones insertados
Mimosa. Ésa es la base, el primer modo de aprendizaje, en un cuerpo de lo más austero. Las horas de comer se
la primera manera de sentir si la vida le es o no propicia. fijaron escrupulosamente.
Ello sucede con independencia de todo conocimiento in-
telectual. Es un modo primitivo, pero no menos real, y A la segunda cría, en una jaula cercana, se le concedió
guarda de modo indeleble todos los recuerdos. una nodriza de cartulina, de una cierta suavidad, ni cálida
¡Si los jardineros pudieran comprenderlo...! ¡Si su- ni fría, y ligeramente olorosa. Esta madre un poco más
pieran que terror almacena en sus entrañas el niño-Mimosa flexible daba una impresión de indiferencia y pasividad.
para el resto de su vida...! También estaba provista de tetinas y de biberones disi-
mulados en su pecho de papel. Las horas de comer eran
El niño-Chimpancé fijas, pero más frecuentes.
¿No es bien simpático el pequeño chimpancé? Es un mono El tercer recién nacido fue adoptado por una mamá
sociable y afectuoso; siente el afecto, disfruta del contacto, de peluche, bien rellena, de tacto aterciopelado y seno
aprecia la presencia. Este nivel sensible de afectividad no acogedor y cálido. Se movía, sus lanas se desplazaban
es racional; es una sensación visceral. Algunos investi- suavemente bajo la presión de los movimientos de su pe-
gadores americanos, entre ellos H.F. Harlow y R.R. Zim- queño, al que parecía acariciar maternalmente. De sus ma-
merman, han querido conocer y comprender este nivel mas redondas salían las tetinas de los biberones, cálida-
primario del afecto en los animales. Sus conclusiones les mente camuflados en ese generoso busto y siempre a punto.
han llevado a opinar que algunos animales, como los mo-
nos, experimentan el mismo tipo de afecto sensible que el En la jaula de al lado se encontraba la cría número
niño. A este nivel primario de la afectividad, el niño hu- cuatro, en compañía de su madre natural, que le rascaba
mano es un niño-Chimpancé. la cabeza, e incluso le acunaba. En determinados momen-
tos, le daba algunas lecciones que alternaba con juegos.
Haremos ahora una presentación simplificada y no Sus movimientos eran a la vez firmes y suaves. Su leche,
rigurosa de las conclusiones de Harlow y Zimmerman1. abundante y cálida, siempre estaba disponible. A ella acu-
día la pequeña vorazmente, disfrutando de la disponibilidad
absoluta de su madre. Se establecieron entre las dos lazos
1. HARLOW, H.F. / ZIMMERMAN, R.R., «The Devetopment of Affectio-
nal Responses in Infant Monkeys», Proceedings of American Philosophical familiares: besos, abrazos. Todo ello era el placer de la
SocUty 102 (1958), pp. 501-509. afectividad sensible.

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Se siguieron minuciosamente la evolución física y el La materia prima del ser humano es una afectividad
despertar de sus habilidades características. Desde los pri- sensitiva, a la vez Mimosa y Chimpancé. Si los jardineros
meros días, aparecieron notables diferencias: el pequeño ignoran esta realidad, ¿cómo pueden cultivar esta planta
chimpancé de la madre de hierro mostraba un considerable tan delicada, tan frágil? El estadio infantil es peligroso.
retraso; no manifestaba ninguna iniciativa. Al cabo de al- Basta reflexionar un instante para medir la tragedia de la
gunas semanas, su crecimiento se detuvo, y entró en un situación del niño que vive una impotencia total. Se en-
profundo estado depresivo para, finalmente, morir. El se- cuentra totalmente a merced de los adultos que le rodean.
gundo sobrevivió, pero mostraba signos de una profunda Es prácticamente imposible que no experimente el sufri-
debilidad y resultó incapaz de adaptarse a la vida de sus miento de la carencia. Por tanto, ¿qué carencias sufre?
congéneres. El tercero desarrolló mucha agresividad y frus-
tración; al haber recibido una especie de mínimo, sentía La falta de haberse sentido deseado
su carencia; habría querido más; algo en él no estaba nunca
satisfecho. En cuanto al pequeño chimpancé criado por su En mi trabajo como jardinera en las terapias de grupo que
madre, desbordaba vida e iniciativa. Su excelente capa- animo, con frecuencia soy testigo de vivencias muy con-
cidad de adaptación a la sociedad chimpancé le permitió movedoras. En una de estas terapias, se invita a los par-
convertirse rápidamente en un miembro activo. ticipantes a presentarse con su nombre. Cada uno, cuando
Esta exposición ilustra el nivel sensible de la afecti- le llega el turno, emplea un rato en tomar contacto visual
vidad propio de algunos animales más evolucionados y que con otro participante, y después dice su nombre a esa
comparte el ser humano, llamado, en este estadio, el niño- persona, que se lo repite como un eco. La persona que de
Chimpancé. este modo se va presentando a los demás participantes
puede nombrarse una docena de veces. Es una experiencia
El niño-Chimpancé tiene hambre y sed de estar en que siempre se vive con mucha intensidad. Un día sucedió
fusión constante con una persona que le proporcione una algo imprevisto. Una participante, en lugar de presentarse
presencia llena de calor, dulzura y seguridad. Para percibir por su verdadero nombre, lo hizo con un nombre que se
esta sensación, no necesita palabra alguna. Es un lenguaje había dado en ese momento y que para ella significaba una
visceral que se transmite por vibraciones afectivas. Antes experiencia muy dolorosa. El nombre que sentía en sí y
o después de su nacimiento, el niño-Chimpancé siente que por el que quería ser llamada era Désirée («Deseada»).
le envuelve como una especie de útero afectivo, que le Repetía con intensidad y emoción el nombre que se ha-
permite crecer seguro y enraizarse en sí mismo a través de bía dado, y el eco le respondía: «Deseada». Al final, es-
su relación con otro. Mediante esta fusión, accede a su talló en sollozos balbuceando: «¡Nunca me he sentido
identidad, es decir, al derecho a ser lo que es: un ser deseada...!».
original, diferente, lleno de promesas de vida. Si falta este
envoltorio afectivo, el niño-Chimpancé lo siente profun- El sufrimiento que crea el no haberse sentido deseado
damente, y se instala en él un sufrimiento que se puede es muy profundo. Me siento como nada, puesto que nadie
denominar el sufrimiento de la carencia, que se imprime me ha llamado a la vida. He nacido sin que se me desease.
de manera permanente en su experiencia afectiva corporal. Mi vida no tiene sentido, porque no tuvo precio, no tuvo
En efecto, el cuerpo conserva la memoria íntegra del su- valor para mi padre y mi madre. Mi vida es un estorbo.
frimiento afectivo de esta carencia. Mi vida molesta.

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¿Cómo puedo sentir deseo de vivir y de ser yo, si no yo. Reprimo una gran cólera que me es imposible expresar.
debería estar aquí? Me siento culpable de una falta tre- Experimento la ira de sentirme víctima de una injusticia
menda: integrarme a la fuerza en un universo que no quiere sin nombre. Si quiero sobrevivir, he de vengarme. También
nada conmigo. Peor aún, me siento responsable de la des- puedo vivir el síntoma del amo hacia mí mismo. Ya desde
dicha que he causado a mi madre y a mi padre, que no niño, me autocastigo. Soy exigente y duro conmigo mismo.
merecían un daño tan grande. Sólo tengo una opción: ha- Rompo mi muñeca o mi bonito camión. Me privo de po-
cerme perdonar por haber venido al mundo. Para ello, sibilidades de divertirme. Destruyo mis dibujos, porque
negaré mis necesidades, intentaré complacer y, sobre todo, los considero feos, y así me privo de ánimos y felicitacio-
no disgustar. Muy pronto, se manifiesta en mí el síntoma nes. Me extenúo hasta ponerme enfermo para triunfar en
del perrito. Me esfuerzo por ser amable y formal y por el deporte. Me desfiguro con calificativos soeces y me
agradar a mamá. Me someto a papá, le hago muchos re- desvalorizo a mis propios ojos. Hasta de niño, soy un
cados, respondo a sus expectativas. ¡Soy un niño tan bueno auténtico tirano conmigo mismo.
con mis padres...! No digo nada, no pido nada, no lloro, En el fondo, mi padre y mi madre tenían toda la razón
no grito, no alboroto, no hago nada sin su permiso; en en no quererme. ¡Soy tan malo...! Comprendo que mo-
resumen, soy un modelo de niño razonable. Mis padres lesto; también comprendo que me detesten. No me lo dicen
me premian para asegurarse de que mantendré siempre la con palabras, pero el niño-Mimosa/Chimpancé lo siente y,
máscara de este comportamiento, no porque sea bueno para al sentirlo, lo sabe. No hay necesidad de palabras. ¡No
mí, sino porque les conviene a ellos. hay nada más claro! Todo mi cuerpo y mi sistema nervioso
Detrás del síntoma del perrito se oculta una tristeza han percibido el mensaje y lo han registrado de forma
infinita: la tristeza de sentirme indeseable para alguien que indeleble. Naturalmente, la tensión permanente creada en
desearía con toda el alma que me considerara importante; el organismo buscará un medio de liberarse. Las huidas
la tristeza de no poder experimentar mis talentos y mis que sirven para aliviar momentáneamente la tensión de no
cualidades. Y ya tengo la cara de cuaresma. A las personas haberme sentido deseado son las que dejan algún buen
mayores que me rodean no les gusta verme. ¿Qué motivo sabor de boca, al dar la impresión de llenar un vacío. Para
voy a tener para sonreír? En mí, algo llora..., pero no debo no sentir el sufrimiento de mi carencia, intento compensarla
molestar con mis lágrimas. Por tanto, éstas fluyen sólo en con la comida, el tabaco o el alcohol. Estoy en la fase del
mi interior. El niño-Mimosa está totalmente replegado en placer oral del lactante, mamo de manera simbólica para
mí, y el niño-Chimpancé transido de frío. olvidar que mi madre y mi padre no me han deseado.
También me siento perseguido y acosado. Evidente- L.V.I.
mente, temo desagradar; me siento culpable de existir;
estoy seguro de que lo que soy y lo que hago es malo; me Entre los síntomas descritos, ¿hay algunos que me indi-
siento juzgado y condenado desde el principio; tiemblo de quen que puedo ser víctima de la falta de haberme sentido
deseado?
miedo constantemente, porque merezco ser castigado. Para — ¿Cuáles? ¿Cómo se manifiestan en mi vida actual?
colmo de desdichas, la tensión interior que me acosa me — ¿Qué me dicen de mi pasado infantil? ¿Qué necesidades
hace cometer errores que confirman que soy verdadera- vitales fueron entonces frustradas?
mente indeseable. Al mismo tiempo, en ocasiones vivo el — ¿Está mi vida marcada por el sufrimiento de esa ca-
síntoma del amo con respecto a quien es más débil que rencia en forma de pena, temor o cólera reprimidos?

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— Me permito contar la historia de la falta de haberme El niño también vibra intensamente con las vivencias
sentido deseado y expreso por escrito los sentimientos que de su madre; su pena, su temor o su cólera se imprimen
experimento. en él. Sufre al sentirse invadido por una oleada de sen-
saciones negativas contra las cuales no puede defenderse.
La falta de seguridad Tiembla cuando oye las discusiones de sus padres; los
gritos le perturban mucho. Su falta de seguridad se traduce
El niño puede sentir la falta de seguridad, bajo diversas en dificultad para descansar; se mueve continuamente y
formas, en todas las etapas de su crecimiento. Ya el feto patalea. Esa tensión se va tejiendo en él al mismo tiempo
puede sufrir una inseguridad que le acompañará el resto que su propia carne.
de su vida y que puede acentuarse por otras experiencias Por añadidura, si el feto se siente desvinculado de sus
que viva en sus primeros años. El sufrimiento de la falta padres durante su gestación, sufre una gran falta de se-
de seguridad causa daños importantes en la personalidad, guridad. No nota que se preocupen por él, que le esperen
que no logra arraigar y afirmarse. ¿Cómo se instala este de manera consciente. No oye la voz de sus padres diri-
sufrimiento en el corazón del niño-Mimosa/Chimpancé? giéndose a él cariñosamente e invitándole a nacer. Entonces
teme ser mal recibido; siente incertidumbre; no disfruta de
El cuerpo del feto se desarrolla según tres leyes muy
la experiencia de sus caricias a través de la piel del vientre
precisas. Cada parte se diferencia, se forma y ocupa su
de su madre. Ya siente pena.
lugar en el todo. La naturaleza va realizando su trabajo.
Pero, durante ese tiempo, el niño-Mimosa/Chimpancé evo- El sufrimiento de la falta de seguridad se vive también
luciona según otras leyes muy subjetivas. Esta evolución cuando la madre contempla el parto con inquietud y temor.
está en relación directa con la vivencia de las personas Entonces el feto corre el peligro de vivir su nacimiento de
relevantes que le rodean. Si uno de los padres habla de modo traumático. Su madre no le ayuda a dar el gran salto
aborto, el feto siente el temor de ser destruido. Se mini- y a atreverse a respirar por sí mismo, sino que quiere dormir
miza, se oculta, se contrae para no ser expulsado, arran- y es incapaz de estar presente en su venida al mundo. ¡Qué
cado. Por otra parte, si la madre piensa en abortar, la inseguridad para ese niño, que debe abandonar el calor del
placenta está menos irrigada, y el niño sufre malnutrición. vientre sin estar seguro de poder contar con el calor y la
Vive el temor de la falta del alimento necesario para su suavidad de la piel externa de su madre y de su seno...!
desarrollo. También disminuye el aporte de oxígeno, pues Su madre no está..., duerme. Y su primer aliento de vida
la madre está tensa por el rechazo y la negativa. El cuerpo no es acogido y envuelto por ese útero sensible y afectuoso
de la madre está menos disponible a las necesidades del que él tanto necesita.
feto, y éste lo sufre. En vez de entrar en la vida confiado y seguro, tiene
un miedo horrible. Su misma madre siente excesivo temor
También siente miedo cuando los efluvios del alcohol al afrontar un acontecimiento que, sin embargo, es tan
y la nicotina llegan a dragarlo. Se retrae para protegerse, natural y tan grandioso. ¿Será la vida peligrosa hasta ese
intenta separarse de su madre, pues siente que lo envenena. punto? El niño se siente solo al nacer; no recibe ayuda
Reacciona instintivamente, y esas reacciones, debidas a la afectiva. Esta carencia crea una gran inseguridad, y el niño
inseguridad, crean en él tensiones de sufrimiento, al mismo nace con temor, transmitido por su madre, con la que no
tiempo que las toxinas dañan su salud física. puede contar en ese instante único.

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¡qué alivio! «¡Hala Minou! ¡A por ellos, Minou! ¡Cóme-
¡Qué choque tan aterrador también el de esos fórceps, telos, Minou!» Y si el gato atrapa un ratón, me vuelvo un
esas luces crudas, ese frío, ese ruido, esas manos extrañas
poco sádico. Experimento un secreto placer al oír como
que manipulan sin dulzura ni suavidad...! Y entonces surge
es triturado; eso me relaja un poco. En el fondo del sótano,
el grito dramático que escapa de ese niñito aterrorizado.
comienzo a convertirme en un adepto a las películas de
Acaba de producirse una ruptura que le dejará inconsolable.
Ha sido proyectado a la existencia violentamente, expul- terror; eso exorciza mi miedo.
sado de un entorno en el que su presencia se había hecho En un ambiente de tal inseguridad, no me gusta volver
indeseable. Ningún contacto positivo, ningún calor. Pero a casa. Me quedo fuera el mayor tiempo posible. Quienes
¿dónde están sus padres? Su madre duerme, y su padre deberían protegerme en mi casa son quienes me agreden.
pasea nervioso por el pasillo. Para colmo de desgracias, Quiero irme, pero ¿adonde? Preparo mi hatillo, pero re-
le ofrecen una tetina de caucho. Nada que le tranquilice. capacito. No tengo opción. No tengo más remedio que
¿No es esto lo que los adultos de hoy vivieron en el mo- asistir a trifulcas, riñas y gritos. En algunos momentos,
mento de su nacimiento? dejo de respirar para pasar lo más inadvertido posible y
evitar que la tormenta descargue sobre mí. Cuando la bron-
Y, más adelante, la historia de esa carencia continúa.
ca es demasiado grande, me encierro en un armario para
Se parece un poco a la de Pulgarcito a merced de sus padres
no oírla. Por la noche, tengo tanto miedo a que alguien
ogros. Estos niños han sido literalmente devorados por el
entre en mi habitación que pongo una silla delante de la
miedo que les inspiraban los adultos de su entorno.
puerta. Temo, sobre todo, que vengan mi padre o mi her-
Puedo vivir la falta de seguridad en mi cuerpo. La mano mayor, y con frecuencia no me duermo hasta que
siento cuando mi madre me grita: «¡Ya verás cuando llegue estoy seguro de que todo el mundo está acostado. Tengo
tu padre...!». Y ya estoy temblando. Siento una mano que mucho miedo de que jueguen con mis nalgas, de que me
me agarra el brazo, y otra que cae frenéticamente sobre hagan daño, de que me obliguen a chupar su pene. Si se
mí. No lo entiendo. Lo que yo he hecho no es proporcional lo cuento a alguien, ellos serán muy malos conmigo; ya
al violento castigo que se me inflige. Tengo miedo. Me me lo han dicho: si hablo, me lo harán pagar;: y sé de lo
escondo debajo de la cama cuando llega la hora fatídica que son capaces.
de la vuelta de mi padre. No tengo modo alguno de ex-
plicarme. Mi madre lo dice; mi padre lo ejecuta. No puedo Toda esta violencia que mi cuerpo padece crea en mí
hacer que me escuchen para defenderme. A veces, es mi el sufrimiento de la falta de seguridad física. Mi cuerpo
madre misma quien me pega. Me golpea la cabeza contra está en peligro, y yo estoy siempre en guardia, a pesar de
las paredes para ponerme las ideas en su sitio. que sé que no tengo verdaderas posibilidades de defen-
derme. «La razón del más fuerte es siempre la mejor» ¿No
También hay una frase que vuelve una y otra vez es eso lo que ocurre en la fábula de El lobo y el corderol
como una amenaza: «Si haces eso, te sacudo...». Tengo
mucho miedo cuando me encierran en el sótano. Oigo a La pobreza afecta también a mi cuerpo. Me falta es-
mi madre girar la llave en la cerradura detrás de mí. Ahí pacio: no tengo cama propia, ni cajones, ni juguetes. Tam-
está el rincón de las patatas. Seguro que los ratones bailan poco tengo ropas que sean verdaderamente mías, que yo
en este sótano: los siento a mi alrededor. Me acurruco para haya escogido. Mi ropa ha pertenecido antes a otros, y eso
que no se me acerquen. Si por casualidad está allí el gato, a veces me hace mucho daño. Un ejemplo: la semana

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anterior a Navidad, el padre de una niña decidió llevarla mientas hay en el corazón de los niños torturados por la
a ver a Papá Noel en unos grandes almacenes de la ciudad. ignorancia y la culpabilidad...! Veamos una historia au-
La pequeña sólo tenía un abrigo viejo, demasiado grande téntica, de una ingenuidad casi increíble y que revela una
para ella. La niña no quería ponerse el abrigo, pero no angustia tan profunda que hace daño. Era la época del
había más remedio. Su corazón estaba dividido entre la catecismo, de los exámenes de conciencia y de las con-
vergüenza y la ilusión. Al fin vio las guirnaldas y los fesiones sacrilegas. Una niña intentaba comprender qué
globos, todo de colores. Oyó las campanillas, la música y eran los malos pensamientos, esas cosas tan graves que
las canciones. Y, de pronto, vio a Papa Noel sentado en merecían el infierno. Y el infierno... es el fuego que arde
su trono con un niño todo sonriente en sus rodillas, mientras por siempre, el lugar en que los demonios ensartan a los
Papá Noel le hablaba y le daba al final un regalo. Después condenados para asarlos. Es el mayor castigo, y hay que
llegó el turno de otro niño, y luego de muchos otros. La evitarlo a cualquier precio. ¡Qué suplicio! El miedo al
niña se sentía indecisa: también ella quería sentarse en las infierno estaba bien anclado; el problema era evitar los
rodillas de Papá Noel, pero tenía tanto miedo...; le parecía malos pensamientos, sin saber bien en qué podían consistir.
que su abrigo era un guiñapo intruso en aquel decorado de A fuerza de querer penetrar en el misterio de los malos
luces y magia. Temía que se rieran de ella. Pero su padre pensamientos, la niña acabó por tenerlos y por obsesionarse
la empujaba, pues se daba cuenta de que se moría de ganas. con ellos. Por supuesto que era incapaz de confesarlos,
Por fin se decidió. Su corazón latía con fuerza. No veía por la sencilla razón de que no sabía cómo explicarlos.
nada de la vergüenza que sentía. Habría deseado desapa- Por tanto, hacía confesiones sacrilegas, y le invadió el
recer para que nadie la viera, ni Papá Noel ni los demás miedo al infierno: «Estaba tan aterrorizada que encontré
niños. un modo de calmar mi temor. En casa teníamos una estufa
Por fin, volvió a casa sin haberse dado cuenta de que de leña. Cuando la estufa calentaba mucho y yo estaba
se había sentado en las rodillas de Papá Noel y de que él sola en la cocina, me entrenaba para el fuego del infierno.
le había hablado cariñosamente. Su abrigo viejo le había Ponía las manos lo más cerca posible de la estufa y me
estropeado aquel placer, porque la confusión la había in- obligaba a soportar el mayor calor que pudiera, a fin de
vadido por completo. Como esta niña, yo sufro el impacto prepararme para arder eternamente, porque no podía con-
social de la pobreza y temo que me falte lo esencial. Hay tener mis malos pensamientos y era incapaz de confesar-
una cantinela que acuna continuamente mi inquietud: «No los». ¡Cuántos niños sufren falta de seguridad como con-
va a alcanzarnos... no va a llegarnos el dinero... no secuencia de una educación culpabilizante...!
tenemos un céntimo... son demasiadas bocas que ali- El niño sufre también esta carencia, debido a esa
mentar... la calefacción está rota y no hay dinero para educación que enseña a obedecer mediante el temor. El
arreglarla...». En mi cabecita de niño, considero «hombre del saco» es terrorífico para un niño, sobre todo
las necesidades corporales demasiado caras y siento, al si le va a cortar las orejas, la nariz o los dedos. De niña,
intentar negarlas, el sufrimiento de la falta de seguri- para que no me moviera de la cama, me decían que había
dad material. «cocos» escondidos debajo de la cama y que, si me le-
También puede provocar falta de seguridad una edu- vantaba, me comerían los pies y las piernas. En cierta
cación basada en el temor. Enseñar a un niño a vivir no ocasión en que estaba acostada en la oscuridad, ya no me
debería ser traumatizante; y, sin embargo, ¡cuántos sufri- movía: el miedo a los «cocos» me mantenía inmóvil. Cuan-

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do cumplí siete años y empecé a dormir sola en mi habi- miten sus temores y su inseguridad. Aprendo a mirar como
tación, mi padre tuvo que instalar una lamparita en la la cierva asustada. Fuerzo mucho mis ojos, pues tengo que
cabecera de mi cama. Pero yo no podía encenderla, pues vigilarlo todo. Estoy en un perpetuo estado de alerta. El
era incapaz de sacar un brazo de debajo de las sábanas universo que me rodea me agrede, y ello engendra en mí
para tirar de la cadenita: en la oscuridad, sin duda alguna, una tensión que me hace sufrir mucho. Soy incapaz de
un «coco» me comería el brazo. Mi padre tuvo que agregar relajarme, de sentir paz. Me corroe la inquietud que mi
a la cadena un cordón que quedaba bajo mi almohada. entorno me inspira. ¿Se le puede llamar a esto vivir?
Cuando lo necesitaba, sin ruido y casi sin movimiento, La inseguridad afectiva es la que más afecta a un niño,
tiraba rápidamente del cordón. En cuanto encendía la luz, pues concierne a la relación con su madre y su padre, su
los «cocos» se volvían inofensivos. ¡Cuántas pesadillas! único universo. Cuando esta relación se ve amenazada, es
¡Cuántos gritos! ¡Cuántos vasos de agua tuvieron que lle- su vida la que está en juego. El niño vive en fusión con
varme por la noche para tranquilizarme! Y todo ello para sus padres; perderlos es lo peor que puede ocurrirle. Cuanto
enseñarme a quedarme en la cama después de acostarme. más perturbada esté esa relación, mayor será el sufrimiento
Aprendí, es verdad; pero al precio de una inseguridad do- que cree la falta de seguridad afectiva.
lorosísima.
El entorno natural es otro lugar propicio para el sen- La pérdida de uno o de ambos padres es una prueba
timiento de inseguridad. Es verdad que la vida presenta terrible para un niño. Durante una estancia en Brasil, recogí
muchos peligros, y hay una manera de mirarla que puede a una niña de cinco años, huérfana de madre desde hacía
engendrar una enorme inseguridad. De pequeño, no co- un año y de padre desde hacía seis meses. Estaba más o
nozco nada sobre el peligro. Puedo familiarizarme con él menos abandonada y sufría malos tratos. Se encariñó con-
y aprender a no ser su víctima; pero también puedo ser migo enseguida y me seguía a todas partes. Pegaba a los
educado en la desconfianza continua. En tal caso, me siento niños que se me querían acercar y, si se les ocurría entrar
temeroso, esté donde esté y haga lo que haga, siempre en nuestra casa, los echaba. Sus gestos estaban dictados
bajo la amenaza de un peligro que puede destruirme. Des- por el temor a perder una relación vital.
arrollo toda clase de fobias que me hacen muy desdichado. Todavía me acuerdo de un comentario que hizo en
Aprendo a sentir miedo de todo. Este temor, que me agobia Canadá, pasado el tiempo. Explorando los electrodomés-
y me impide vivir, proviene de toda clase de prohibiciones: ticos que nunca antes había visto, descubrió el funciona-
«No te acerques al fuego, te vas a quemar... No agarres miento de la lavadora. Entonces estableció una relación
el cuchillo, te vas a cortar... No uses las tijeras, te vas a completamente inesperada por mí, cuando dijo con mucha
pinchar... No salgas, vas a constiparte... No comas man- seriedad: «Mi mamá Mireille [su madre adoptiva en Ca-
zanas verdes, va a dolerte el vientre... No vayas por la nadá] no se morirá. Tiene una máquina y no va al río
calle en bicicleta, te van a atrepellar o a matar... Sobre a lavar la ropa. No enfermará de malaria». Una reflexión
todo, no te bañes, te ahogarás...». El sol puede producir de este tipo sólo puede hacerla una persona que ha su-
insolación, el rayo puede destruir nuestra casa, el perro frido inseguridad afectiva y que no quiere volver a sentir-
puede morderme... la nunca.
Si al niño que soy se le presenta la vida de esta manera, Tener una nueva mamá no borra la herida interna que
le resulta terrorífica. Los adultos que me rodean me trans- causó la pérdida de la primera madre. Esta herida es como
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»
un quiste incrustado dentro del niño-Mimosa/Chimpancé. guardería. El niño puede ponerse enfermo y es preciso
Es una herida hecha de dolor, de pérdida, de temor y de hospitalizarlo. Pero el niño-Mimosa/Chimpancé es incapaz
cólera, pues no es justo que un niño pierda a su madre y de integrar esas separaciones, que le habrán de herirle más
a su padre. Pero esas emociones no han podido expresarse: o menos intensamente; pero, en cualquier caso, quedará
habrían matado al niño si las hubiera sentido. Gracias al herido. Le faltará algo absolutamente vital: la tranquili-
sistema de protección, las ha reprimido y enquistado en el zadora presencia de los padres. «El corazón tiene razones
inconsciente. que la razón ignora». Eso es absolutamente cierto para el
Ese quiste de sufrimiento es un cuerpo extraño que niño que vive una separación. Nada puede justificar lo que
perturba el funcionamiento normal de la afectividad sin experimenta en su corazón; ni la necesidad, ni la impo-
que la persona misma lo sepa. Sin embargo, los síntomas sibilidad, ni las buenas razones. Él sufre por la ausencia,
hablan elocuentemente de esta herida convertida en in- y eso es todo. Ese sufrimiento se graba para siempre en
consciente, especialmente el síntoma del espejo en las es- su corazón.
cenas de pérdida, separación o abandono, y el síntoma del
perrito que se esfuerza por complacer, por no desagradar, Hay muertes y hay separaciones afectivas, pero tam-
para evitar cualquier riesgo de un nuevo abandono que bién tenemos amenazas de separación que, aunque de ma-
despertaría las emociones reprimidas cuando tuvo lugar el nera distinta, también son traumáticas para el niño. El
abandono inicial. miedo a la pérdida se vuelve obsesivo. Su madre está
enferma, hay que cuidarla mucho, puorque, de lo contrario,
La muerte es la pérdida máxima. En menor grado, puede que tenga que ir al hospital e incluso puede morir,
pero con importantes secuelas, cualquier forma de sepa- si él alborota demasiado. En cuanto a su padre, se irá de
ración de los padres crea una falta de seguridad afectiva. casa si él no le obedece. Por añadidura, a cada momento
El niño percibe siempre la separación de uno de los padres sus padres hablan de entregarlo a la «vieja bruja». También
vivo, sea cual sea el motivo, como un rechazo y un aban- le dicen que le llevarán a la guardería y, más adelante, que
dono. No puede comprender que su madre esté enferma o le meterán interno. Si las cosas se enconan más, dicen que
que su padre trabaje lejos; sólo siente su ausencia. Cuando le llevarán a un hospicio. El niño se siente de más, una
vuelve a ver a su madre o a su padre, tiene la impresión molestia, incomprendido, y se ve acosado por la continua
de que no le quieren, pues si le hubieran querido de verdad, amenaza de pérdida o de un eventual rechazo que se le
no le habrían abandonado bajo ningún pretexto, ni siquiera recuerda a la menor desviación de su conducta. O se so-
dejándolo en muy buenas manos. Todas las separaciones, meterá o se convertirá en un rebelde; en ninguno de ambos
desde el punto de vista de los padres, son necesidades casos es él mismo, pues sufre al no sentirse aceptado por
motivadas: la madre que se ve superada por la situación sus padres, que deberían quererle tal como es y no a con-
y que entrega a su hijo tiene buenas razones para hacer- dición de que no les moleste. También sufre porque teme
lo; los padres agobiados por la pobreza tienen buenas ra- perder a sus padres, a los que quiere a pesar de todo: nunca
zones para que otra persona más acomodada críe a uno tendrá otros. Se trata de una realidad objetiva que siente
de sus hijos. claramente sin poder explicitarla. Además, sufre al no po-
Algunos padres necesitan trabajar los dos para tener der contar con el amor de sus padres, al que, no obstante,
lo justo para vivir y tienen que dejar a su hijo en una tiene derecho. Sufre una inseguridad afectiva.

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Este sufrimiento nace también de la disolución de la ¿Qué ha sido de este niño tan perturbado ya a los
familia por la separación de los padres. Para un niño es cinco años? La pérdida de su madre y lo que la siguió no
un drama encontrarse dividido entre dos padres a los que han hecho más que alargar la lista de sus decepciones y
quiere. Para él, escoger es renegar, y él es incapaz de hacer más profundo el sufrimiento que procede de su falta
hacerlo. Más aún, para un niño, nada puede justificar tal de seguridad afectiva. ¡Antes sin padre, y ahora sin madre!
elección. Él desciende de dos seres; separarse de uno de ¿Había derecho a cometer tal injusticia con él? La igno-
ellos es, en cierto modo, desintegrarse. Instintivamente, rancia y el sufrimiento son los únicos responsables. En
el niño lucha para no sentirse desintegrado; intenta hacer cualquier caso, está mortalmente herido. Y, cuando sea
de amortiguador entre sus padres, trata de reconciliarlos. mayor, él, a su vez, perpetuará las desdichas. Las cosas
Con frecuencia, se considera culpable de ser la causa de seguirán su curso lógico; no puede ser de otra manera. Si
sus dificultades relaciónales. En cualquier caso, en el mo- los hombres no tienen jardineros, es normal que se tuerzan:
mento en que se produce su separación, ésta le afecta crecen mal.
profundamente. El sufrimiento de la falta de seguridad de
su unión se graba para siempre en todo su ser.
L.V.I.
Para finalizar, quiero tratar brevemente un último as-
pecto de esta carencia: el del niño que no tiene padre. Este ¿Reconozco, al leer estas páginas, haber vivido, de una
niño está desintegrado incluso antes de nacer. Su madre u otra forma, experiencias de inseguridad cuando era niño?
le ha privado voluntariamente de su derecho a una parte — Dejo que emerjan los recuerdos de esas experiencias
y los escribo.
de sí mismo, la que ha recibido biológicamente de su padre — ¿Qué sentimientos me habitan después de ese recorrido
desde su concepción, pero que ese padre no va a nutrir por mi pasado? Me permito describir esos sentimientos.
afectivamente. Seguramente, la madre ha tenido buenas — ¿Qué vínculos puedo establecer con los síntomas que
razones para actuar así, pero a los ojos del niño las cosas vivo en mi presente?
son muy distintas. Si esas madres pudieran comprender lo
que sucede en el fondo del corazón del niño-Mimosa/Chim- La falta de reconocimiento de la propia identidad
pancé, quizá desistirían de causar esa herida a sus hijos al
querer compensar sus propias carencias. El niño necesita que se reconozca su identidad. Al nacer,
En cierta ocasión, conocí a una madre que había te- sus rasgos físicos naturales son bien visibles: tiene dos ojos
nido un niño para no estar sola, para sentirse amada y útil. para ver, dos orejas para oír, una nariz para oler, una boca
Su bienestar no duró más que el tiempo de su embarazo. para comer y saborear, y todo un cuerpo para tocar y vivir
Desde el nacimiento, se sintió incapaz de responder a las en movimiento en el espacio. En general, todo esto se lo
necesidades normales del niño. Evidentemente, el niño reconocemos desde el comienzo; son sus cualidades inter-
manifestó desde muy pequeño síntomas de carencia que le nas, que aún no pueden verse ni, por tanto, reconocerse,
hicieron un niño difícil. Era ansioso, lloraba con frecuen- las que plantean problemas.
cia, mojaba la cama. La madre se sentía cada vez más En el aspecto en que el niño tiene la máxima necesidad
incompetente y traicionada en su esperanza de sentirse de reconocimiento es en el que atañe a su identidad sexual.
querida por aquel niño. La depresión la impulsó a suici- Se trata de una característica esencial de la identidad de la
darse cuando su hijo no tenía más que cinco años. persona; si no se le reconoce esta identidad desde su na-

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cimiento o incluso antes, el niño sufre una escisión en su una mujer. Al haberse visto privada del amor de su madre,
personalidad. Él no puede ser distinto de lo que es: niña buscará una mujer que la ame como es y que le prodigue
o niño. A pesar de todos sus esfuerzos por complacer y dulzura, ternura y calor. No sentirá necesidad de conquistar
responder a las expectativas de sus padres o de uno de a un hombre, porque su padre la ama como hija. Lo que
ellos, no cambiará nada. La suerte está echada, y él no necesita conseguir es el amor de una mujer. Desgracia-
será nunca aquel o aquella que sus padres deseaban. Si damente, sus relaciones, siempre efímeras, terminan con
sufre el rechazo de ese aspecto esencial de su identidad, rupturas, con frecuencia dramáticas. Tampoco en este caso
sentirá el tremendo sufrimiento de la falta de reconoci- la ilusión suple la carencia.
miento de su identidad personal, que necesariamente pasa Lo mismo se producirá en un niño que no sea aceptado
por la identidad sexual. Este sufrimiento provoca una ver- como tal por su madre. Se hará muy amable, muy dulce,
dadera distorsión en su persona, una especie de escoliosis muy servicial; no se atreverá a desarrollar esa virilidad que
psicológica más o menos grave. da miedo a su madre. Se quedará cerca de ella; la ayudará
La niña que siente que su padre habría deseado que en las tareas domésticas; se convertirá en su confidente y
ella fuera un niño intentará hacer de niño, pues ése es su escuchará las desgracias de su madre atenta y compasi-
modo de luchar para hacerse amar. Dará martillazos, prac- vamente. Pero, desgraciadamente, todo este servilismo
ticará la mecánica y ocultará sus emociones. Querrá tener afectivo que emplea para que su madre lo acepte es inútil.
un carácter fuerte. Si logra reproducir lo que parece ser la Para desesperación suya, ella no le quiere, y esa falta de
imagen de un niño, quizá su padre la acepte. Esta carencia reconocimiento de su identidad masculina le hace sufrir
la atormenta. Una mujer me contaba que ella metía un amargamente. También él tratará de conquistar a la mujer
trozo de madera en sus bragas para que pareciera que tenía que lo quiera por sí mismo. ¿Qué servidumbres no estará
pene. Por desgracia, esta ilusión no servía para evitar el dispuesto a sufrir para lograrlo? El drama es que no se
rechazo de su padre. ¡Qué desesperación para un corazón siente amado por ninguna mujer, que es incapaz de creer
de niña...! Esta niñita, marcada por semejante carencia, en su amor. Aun cuando sea adulto, sigue siendo un niño
probablemente querrá conquistar a muchos hombres para pequeño que busca el afecto de su madre, lo paga muy
sentirse aceptada y vivirá sus relaciones como conquistas. caro y siempre se siente perdedor.
Pero, una vez lograda la conquista, la relación ya no tendrá Pero si el que le rechaza es su padre, toda su mas-
sentido. Deberá volver a empezar, pues el problema fun- culinidad debe replegarse y ocultarse. Su padre no está
damental no estará resuelto: su padre no la quiere. contento de tener un hijo, y el niño no tiene otra opción
Esta misma niña puede sentirse rechazada por su ma- que desaparecer de la vista de su padre, que no quiere saber
dre, que quería un niño a cualquier precio. Entonces ella nada de él. Se siente profundamente decepcionado; no es
hace de niño, se hace fuerte, desarrolla una cierta virilidad. la niña —delicada, sensible y refinada— querida por su
Quiere probar a su madre que ella vale tanto como un niño. padre. Y él se aparta de los trabajos duros para tener las
Pero no es un niño, y se siente dejada de lado, sin im- manos bonitas y se aficiona a la belleza y a las artes. Cuanto
portancia y, sobre todo, privada del calor, la dulzura y la más va convirtiéndose en esa persona femenina que él
ternura de su madre, y todo porque es una niña. Por este piensa que su padre podría querer, más le desagrada a éste,
motivo, tiene grandes posibilidades de tener fuertes ten- que se muestra cada vez más frío e inaccesible. El pobre
dencias homosexuales, porque querrá sentirse amada por niño sufre porque su padre no le acepta ni le quiere. Ade-

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más, fracasa estrepitosamente en su intento de feminizarse, temía tanto a su mujer que no decía nada. Luego el piano
y se desalienta por completo. Cuanto más se niega a sí se vendió, y nadie supo el desgarrón que acababa de pro-
mismo para intentar ser aceptado, mayor es el rechazo. ducirse en ese corazón infantil, que entonces tomó una
¿Qué le queda para aliviar su dolor, sino la incesante bús- decisión: «Cuando yo trabaje, mi primer sueldo lo destinaré
queda de un padre que le quiera? Y la tendencia homo- a pagar el primer plazo de un piano». Lo que así decidió
sexual va apareciendo poco a poco, hasta llegar a una serie a los nueve años, lo realizó a los veinte. Sin embargo, el
de relaciones masculinas caóticas, inestables y, a veces, piano permaneció mudo otros veinte años. Allí estaba,
de lo más peregrinas, extrañas y extravagantes. ¡Cuánto símbolo palpable del sufrimiento de la carencia. La niña,
sufrimiento, pena, temor y cólera en esta búsqueda de ya mayor, no podía creer en su talento; hasta los cuarenta
bondad, de acogida, de ternura y de calor en alguien que años no se permitió su primer curso de piano, pero la
en definitiva podría ser su padre...! Pero querer reemplazar carrera que habría podido hacer se quedó en un sueño.
el afecto y el reconocimiento del padre sí que es una em-
presa imposible. Ninguna relación masculina podrá borrar Por tanto, la indiferencia de los padres engendra el
la carencia inicial sufrida por el niño. Por lo general, este sufrimiento de no sentirse aceptado en la propia identidad.
joven no busca el afecto de una mujer: su madre le ha Con esa actitud no se destruye al niño directamente en su
sobreprotegido, y, en cierto modo, ella es la mujer de su potencial, en lo que en él hay de bueno; pura y simple-
vida. Con ella estaba en la cocina; de ella aprendía; ella mente, se le olvida. Un día, pedí a alguien que se repre-
le escuchaba. Por tanto, no siente necesidad de otras mu- sentara mentalmente a su madre, y aquella persona me
jeres, ya que normalmente la presencia de su madre ha dijo: «Cuando veo a mi madre mentalmente, siempre está
sido muy intensa y más bien benévola. de espaldas planchando. Yo estoy sentado detrás esperan-
do. Nunca me mira ni me habla ni me escucha; siempre
A la identidad sexual se incorpora la personalidad está demasiado ocupada. Está continuamente trabajando y
propia de cada niño. Más allá de las características ge-
tiene prisa... Yo no significo nada para ella». Ese senti-
nerales de la raza humana, cada cual tiene un rostro único,
miento de no ser nada impide al niño apropiarse de su
que es el que constituye su identidad personal. No sentirse
identidad. Al no sentirse visto, no puede ver, pues en la
acogido con sus características propias causa al niño un
intenso sufrimiento. infancia la percepción propia proviene siempre del espejo
de los demás, y especialmente de las personas importantes.
Una madre de dos hijas había decidido que la mayor, Si esas personas no le ven, él no puede sentir quién es.
su preferida, sería pianista. Pero, por más que la obligó a
seguir los cursos, y a pesar de sus presiones, no consiguió Otra persona me decía: «En casa somos tres chicos.
nada: la niña no tenía talento. Pero a aquella mujer nunca El mayor es el amable; el segundo, el malo; y yo, el tercero,
se le ocurrió que su hija pequeña sí podía tener el talento no soy nada». A este tercero, cuando le pregunté por sus
necesario para tocar el piano. Por lo demás, era como si cualidades, me contestó: «No las tengo». «Eso es impo-
no existiese a los ojos de su madre. Un día, ésta decidió sible», le dije. Él respondió: «Puede que las tenga, pero
vender aquel inútil piano, y Giséle se sintió infinitamente no creo en ellas». Y éste es un problema serio. Esta persona
triste; habría querido aprender a tocar el piano, pero se está aislada de lo que hay en ella de positivo, porque nunca
sentía incapaz de expresar su deseo, y su madre no pensaba se ha puesto en contacto consigo misma. Utiliza sus cua-
en ella en absoluto para tal actividad. En cuanto a su padre, lidades, pero no las percibe. Sentirse desconectado de es-

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te modo produce un enorme sufrimiento, y se debe a que confirmar la imagen que se habían formado de él sus
que nadie le ha permitido establecer comunicación con padres, que nunca le llegaron a conocer auténticamente.
quien él es. Murió en un accidente, llevándose consigo su secreto y su
sufrimiento, después de infructuosos intentos de superarlo.
Otra persona me contó que una Navidad todos los
miembros de su familia recibieron sus regalos, y que sus El resultado no siempre es tan trágico, pero las se-
padres se dieron cuenta de que a ella no le habían comprado cuelas sí son grandes. Clara es la última de una familia y
nada. La habían olvidado y no sabían qué hacer... y ella siempre tiene la sensación de que molesta, de que está de
se sintió nada. más. Su madre la rechaza y le llama «mosca pegajosa».
Clara vive con tal temor al rechazo y al abandono que no
Pero hay algo peor que la indiferencia, y es el ridículo, parece ni inteligente, de la confusión que se apodera de
la negación o la destrucción sistemática del potencial del ella cuando tiene que entender algo. Y, sin embargo, quiere
niño. Gastón, un niño muy sensible, tenía su cabeza llena aprender, le gusta aprender. Y es inteligente. Cuando está
de fotografías. La gustaba mirar, observar, saborear la estudiando, su madre se acerca y golpea en la mesa con
belleza que veía, admirarla. Dijo a sus padres que quería los nudillos diciendo irónicamente: «Nock, nock, nock»,
ser fotógrafo, y ellos acogieron su declaración con car- para darle a entender que tiene la cabeza dura como la
cajadas: «¡Estás loco...: eso no es una profesión!». Y Gas- madera y que es incapaz de comprender nada. Clara estudia
tón intentó olvidar todas las hermosas imágenes que le mucho y consigue poco; no tiene confianza en sí misma
encantaban y, para demostrarles que era capaz de hacer y, sobre todo, se cree imbécil. Sin embargo, es animosa.
algo serio, hizo carrera en la administración. Pero el pe- Impulsada por el sufrimiento de la falta de sentirse aceptada
queño fotógrafo lloraba en lo más profundo de él, y ello en su positividad, en concreto en su inteligencia, trabaja
entristecía al administrador. sin descanso. A los veinticinco años, ha terminado la ca-
rrera de maestra. Quiere enseñar a los niños a aprender y
A otro chico le gustaba el bricolage; tenía gran crea-
pone en ello mucho corazón y mucho tiempo. Desgracia-
tividad, hábiles manos y vista precisa; pero todo ello ca-
damente, siempre se siente frustrada por unos niños que
recía de importancia, era una pérdida de tiempo. Su padre
no parecen querer aprender y se vuelve agresiva, intole-
no tenía herramientas y no iba a equipar a un niño capri-
rante, incluso mala. Experimenta con ellos el síntoma del
choso. Por otro lado, aquel niño no iba a hacer nada nunca;
amo.
era un dejado, perezoso y gandul; ni siquiera merecía la
pena hacerle estudiar. Cuanto antes dejara la casa, mejor. Por otra parte, hay niños cuya identidad personal se
Debía espabilarse para poder ganarse la vida. Era un niño confunde con la de otra persona. El niño que se ve revestido
muy inteligente y con un enorme afán de aprender, pero del rostro de otro, automáticamente se siente despojado
no lo vieron; al contrario, fue anulado y destruido. Estaba del suyo. Vive la falta de sentirse aceptado por lo bueno
escrito: nunca lograría triunfar. A los dieciocho años se que hay realmente en él y, como muchas otras personas,
marchó de casa, efectivamente, hecho casi un ignorante y experimentará, con mayor o menor intensidad, el sufri-
con poco interés por nada, excepto por la bebida, debido miento ligado a esa carencia. Por ejemplo, en una familia
al enorme sufrimiento de no haberse sentido reconocido y de tres hijos, la pequeña, una niña de veinte meses, murió.
aceptado en su identidad. Más tarde, ese sufrimiento le Se llamaba Marjorie. Los padres, desconsolados, rodearon
llevó a cometer miles de estupideces que no hicieron más a la niña desaparecida de una gran aureola: era guapa,

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simpática, hacía gracias nunca vistas. Fuese adonde fuese, L.V.I.
se habría convertido en una gran estrella. Después del
Durante mi infancia y de diversos modos, ¿he sido herido
nacimiento de esta niña, la madre ya no quería tener más en mi identidad?
hijos, pero la pérdida de este pequeño prodigio cambió sus — Nombro las heridas que han hecho a quien yo soy.
planes. Su marido también quería tener un hijo más que — ¿Quién me dañó y cómo lo hizo?
llenase el puesto vacío. La madre se quedó embarazada y, — ¿Qué consecuencias sufro hoy?
para dicha de sus padres, nació una niña a la que llamaron — ¿Mediante qué síntomas se manifiestan mi pena, mi
Marjorie, en recuerdo de la otra. A esta pequeña se le pedía temor y mi cólera reprimidos en mi infancia?
que resucitara a la que había muerto. Hasta los veinte — Después de esta exploración de mi historia, ¿qué su-
meses, sus padres veían a través de ella a la otra, la ver- cede en mí?
dadera, la que estaba muerta. Esta nueva niña debía morir
a sí misma para hacer revivir a la otra, que, por añadidura, La falta de respeto y comprensión
habría sido perfecta. La Marjorie que estaba viva fue des- La mayoría de nosotros ha sufrido tremendamente por esta
truida por completo. Se le robó su identidad, y esta carencia carencia, debido a que los jardineros han ignorado al niño-
fue fatal; no pudo convertirse en la otra ni, lo que es aún Mimosa/Chimpancé que había en nuestro interior. Recor-
más triste, ser ella misma. demos la historia de la gorra. El padre no prestó atención
alguna al deseo, a la ilusión, a la esperanza, a la decepción
A otros niños menos afortunados se les identifica con y a la tristeza de su hijo. Pero de todo ello hubo en el
ciertos personajes detestables de la familia: uno puede ser corazón del niño; todo vibró en su sistema nervioso, y en
estigmatizado como vicioso «igual que el tío Titoine». Sus ese proceso el niño no se sintió ni respetado ni compren-
padres le hacen dar vueltas a esta etiqueta: es el tío Titoine, dido. Quizás al padre no le fue posible comprar la famosa
el vicioso. ¡Ésa es su identidad! ¿Dónde han quedado su gorra, pero habría podido tratar a su hijo como a una
talento para la mecánica, su afición al estudio de los pájaros persona: reconocer su necesidad, decirle que tenía derecho
y las plantas y su rapidez jugando al hockey? Todo se ha a sentirla y que lamentaba no poder comprarle la gorra.
perdido y ha quedado confundido en la imagen del vicioso Pero no debió dejarle esperar todo el día cuando ya al salir
tío Titoine. Una niña puede ser una loca de atar «como su sabía que no se la iba a llevar. También habría podido
abuela». A pesar suyo, al niño se le identifica con ese sétitar al niño en sus rodillas y acariciarle los cabellos.
modelo, positivo o negativo, y se le priva de su propia Pero no hubo nada que expresara al niño que su padre le
identidad. comprendía y le respetaba, y tanto en esa ocasión como
en muchas otras, la falta de respeto y comprensión se dejó
Si, de una u otra forma, yo he conocido esta carencia,
sentir hondamente, como es fácil imaginar.
me resulta prácticamente imposible sentirme firme y con-
fiado. Puedo sufrir el síntoma de la cara de cuaresma, pero ¡Hay tantos modos de faltar al respeto a un niño y de
también el de la buena apariencia, pues, a lo negativo con herirle en lo más profundo de su corazón! Frédérick, que
lo que se me reviste, puedo reaccionar con un desafío era el menor de la familia, cuidaba a su madre enferma
sobre-positivo. Pero, en ambos casos, yo no soy yo y no desde que él tenía seis años. Su padre no estaba mucho en
puedo sentirme feliz, pues se me despoja de mi identidad. casa y, cuando estaba, no se ocupaba de él. El niño le
Soy como una hoja llevada por el viento, una hoja muerta. daba los buenos días o las buenas noches, pero no había

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ni una mirada ni una palabra que respondiesen a sus tímidos el cura y la gente de la parroquia? La madre, humillada
esfuerzos para comunicarse con su padre. Cuando tenía por la acción de su hija, no terminaba de excusarse con el
once años, su madre murió. Poco después, su padre le cura y de decir a sus amigas que la niña se había portado
regaló un precioso camión, lo que conmovió mucho a fatal y que no comprendía cómo había podido hacer se-
Frédérick. Al año siguiente, su padre empezó a relacionarse mejante cosa.
con una mujer que tenía un hijo más o menos de su misma
edad, y lo que sucedió es casi increíble: el padre quitó el Durante aquel tiempo, la niña se sentía muy culpable
camión a su hijo para regalárselo al hijo de su amiga. Para del disgusto de su madre; tenía miedo y temblaba. Intentaba
el padre, el hecho no tuvo importancia; pero su hijo se esconderse y no oír lo que su madre decía. Ya no sabía
sintió traicionado y engañado. ¿Cómo podía su padre no qué hacer. Estaba completamente alterada, pero a nadie le
comprender lo que él sentía y faltarle al respeto de ese preocupaba su drama. A partir de aquel día, Josée ya no
modo? ¿Podía Frédérick llamar a ese hombre padre? ha sido capaz de tomar decisiones, pues siempre ha sentido
miedo de avergonzar a su madre si se equivocaba. ¿Por
Otro niño se hace daño en la muñeca jugando con sus qué no comprendió su madre que una niña tiene derecho
amigos y llega a su casa llorando, esperando que su madre a equivocarse?; ¿por qué contó a todo el mundo lo que
le cure y le consuele; pero se encuentra con su padre, que había ocurrido?; ¿por qué no vio que su hija se sentía muy
le pega y le manda a su cuarto diciéndole que eso es lo desgraciada?; ¿por qué tanta falta de comprensión ante el
que se merece por no haber tenido cuidado. Una vez en comportamiento inofensivo por parte de una niña y por
su habitación, con la muñeca dolorida, al niño le invade qué faltarle al respeto ante las personas mayores? La falta
la pena de sentirse incomprendido por su padre y tratado de respuesta a estos porqués provocó en la niña una ca-
sin respeto. Tiene miedo de ese hombre y le odia hasta el rencia y le hizo perder durante mucho tiempo la deliciosa
punto de querer matarlo. Todas esas penosas emociones, espontaneidad de sus seis años.
expresión del sufrimiento por la falta de comprensión y de
respeto, se mezclan en él. Ese niño siente dolor en su Existen situaciones realmente trágicas en las que el
cuerpo y en su corazón y se dice que, si eso es un padre, profundo dolor de los padres les hace olvidar la tragedia
preferiría no tenerlo. Para el padre, el suceso no tiene que puede estar viviendo su hijo. Jeannot tenía cuatro años
importancia: ¿qué puede entender un niño? ¡Lo que hay y una hermanita de tres, Marie, a la que cuidaba lo mejor
que hacer es someterle! Quizá más adelante pueda tenérsele que podía, pues la quería mucho. Al lado de la casa había
en cuenta... una zona de hierba alta y una zanja. A los niños les divertía
rodar al fondo de la zanja. Marie, un poco desorientada
Otras situaciones resultan dramáticas para los padres,
por las volteretas, salió de entre la hierba y se lanzó a la
que, al enfurecerse, olvidan completamente los sentimien-
carretera. Un coche que circulaba no pudo verla a tiempo.
tos del niño. A Josée la habían preparado en el colegio
Hubo un chirrido de neumáticos y un frenazo en seco...
para hacer la primera comunión, que tendría lugar al cabo
Jeannot vio a su hermanita completamente ensangrentada,
de unas semanas. Su madre la llevaba a la iglesia para que
tendida en la carretera.
se fuera habituando a la misa dominical. Pero un domingo,
una semana antes de la primera comunión, al ir su madre El niño corrió llorando a esconderse en la galería.
a comulgar, la niña la siguió y recibió la comunión. Cuando Desde allí oyó los gritos de su madre y los pasos acelerados
su madre se dio cuenta, ¡qué vergüenza! ¿Qué iban a decir de mucha gente. Marie estaba sobre la mesa de la cocina,

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l
y él se dio cuenta de que no hablaba ni se movía. Marie La falta del derecho a ser niño
estaba muerta... y había sido por su culpa. Nadie le hacía
caso. Sentía pesar sobre él miradas hostiles y reproches Los deberes de los niños hacia sus padres son un fenómeno
mudos y excesivos. El niño estaba muy triste y quería bien extraño: los niños deben cuidar de sus padres, ser
morirse también. Después Marie yacía en un féretro blanco buenos con ellos, protegerlos, mostrarles mucho cariño,
en el salón. Llegaba mucha gente. Mamá lloraba conti- ayudarlos, estar tranquilos para no molestarlos... ¿Qué
nuamente, y papá estaba encerrado en su silencio. Jeannot edad tienen los niños a los que se les exige que cumplan
se escondió detrás de la puerta; le habría gustado acercarse tales deberes? Tienen un año, tres, ocho, once... Hay que
al féretro y ver a su hermanita, pero no se atrevió; tenía reconocer que es sorprendente que una madre diga a su
miedo; sentía que todo el mundo le acusaba, y estaba solo bebé de unos meses: «¿Quieres a tu mamá?... Sí, claro
con su desconcierto. Nadie le llevó de la mano hasta el que quieres a tu mamá». ¿No es extraño que se le pida a
féretro; nadie le hablaba; nadie le consolaba. Se ocupaban un niño que haga de padre? Pero no es un juego muy
de su madre y de su padre, pero él no era más que un divertido si se le juzga por las secuelas que deja.
niño. Y ya estaba marcado para siempre por la incom-
prensión y la falta de respeto. ¿Con qué derecho le acu- Una ambulancia se lleva a una mujer al hospital. Las
saban de la muerte de su hermanita? También Jeannot vecinas están en el patio, y detrás de un montón del leña,
al fondo, una niña de diez años está llorando. Las vecinas
murió aquel día.
dicen:
En resumen, ¡cuánta incomprensión y falta de respeto — Afortunadamente, Blanche tiene una hija mayor
para con las vivencias infantiles...! Con sus temores, que de diez años. Sabe cocinar, arreglar la casa y cuidar de
se ridiculizan; con sus penas, que se consideran inmoti- sus hermanos.
vadas; con sus cóleras, que se reprimen, pues son una — Sí, es una niña muy sensata.
afrenta a la autoridad de los adultos; con sus limitaciones, — Maneja al bebé mejor que su madre.
que ofenden el orgullo de los padres; con sus gustos, que — Claro, si es ella la que lo cría...
molestan, porque no son los de sus padres... ¿Es eso res-
petar a una persona? El niño se ve forzado a sufrir esas Las vecinas pueden continuar hablando de la hija ma-
carencias y sus consecuencias; carencias que, una tras otra, yor de diez años, pero detrás del montón de leña llora una
hacen crecer su sufrimiento y quiebran su equilibrio. niña que sólo tiene diez años y se siente abrumada. Siempre
se ve obligada a olvidarse de sí misma por los demás. Debe
L.V.I. dar buen ejemplo y dejar su sitio a otro más pequeño que
aún no tiene edad para comprender. Después del colegio,
¿He sido un niño al que se le ha faltado al respeto y no no tiene tiempo para jugar con sus amigas. En casa de-
se ha intentado comprender?
— ¿En qué circunstancias viví esas experiencias? Cuento sempeña el papel de madre con sus hermanos y hermanas.
lo que sucedió. Se siente cansada, pero no puede decirlo, pues es ella quien
— ¿Sufre hoy mi vida las secuelas de esas carencias? debe descargar a su madre, que está tan fatigada. Su padre,
¿Cómo? por supuesto, la anima, la quiere y confía en ella, pero
— Cuando me permito revivir esa experiencia, ¿qué su- ello no hace más que reforzar su obligación de no decep-
cede en mí? cionarle. Tiene ya tantas preocupaciones con una mujer

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»
tan frágil... La niña está acorralada; debe continuar jugando La falta de confianza en uno
a un juego que supera sus fuerzas, lo que con frecuencia
la hace sentirse impotente y muy ansiosa. Sin saberlo aún, En otros casos, la falta de confianza de los padres hace
está acumulando la frustración producida por la falta de que se subestimen las capacidades de los niños. Se trata
cuidados, de despreocupación, de tranquilidad, de todo a de niños que están superprotegidos, y la actitud de sus
lo que un niño tiene derecho. padres y de su entorno les impide desarrollar su potencial,
Lo mismo sucede, poco más o menos, con el niño o incluso se les evita cualquier dificultad, lo que les prepara
cuyo padre es alcohólico y ha de convertirse en padre de mal para afrontar las luchas de la vida. No conocen su
familia a los siete u ocho años. Consuela a su madre cuando propio valor e ignoran cómo defenderse. Sufren por haber
llora; trabaja en la tienda de la esquina para ganar cuatro sido amados demasiado, es decir, mal amados. Un amor
pesetas; transporta cargas demasiado pesadas para él; se acaparador y superprotector les ha despojado de sí mismos
levanta temprano para repartir un montón de periódicos. y les ha situado en una dependencia que les aprisiona, en
Se ve hiper-responsabilizado; tiene sobre sus espaldas un lugar de nutrirlos, y les impide encaminarse hacia la au-
peso desproporcionado con respecto a sus capacidades rea- tonomía.
les. Está abrumado. Algún día, lleno de amargura, mirará Un estudiante universitario se preparaba para una fies-
hacia atrás en busca de su infancia perdida. Pero, por ta a la que quería llevar una corbata nueva; por tanto, se
desgracia, dicha infancia está perdida sin remedio. Ya no fue a un centro comercial para comprarla. Después de dar
queda más que la realidad del sufrimiento de la carencia. vueltas durante dos horas, todavía no había podido deci-
Por tanto, algunos niños sufren porque uno u otro de dirse a escoger «la» corbata. Nunca se había comprado
sus progenitores, o ambos, les confían responsabilidades ropa, porque era su madre la que le vestía. La toma de
demasiado grandes. Se sobrevaloran sus talentos, sus ha- conciencia que hizo ese día le fue muy penosa: a los vein-
bilidades y su valor y, con frecuencia, inconscientemente tidós años se veía incapaz de comprar una corbata. Se
se les explota. Esos niños aprenden mucho, pero se extra- apoderó de él una especie de rabia. Detestó a su madre
limitan. Muestran una aparente solidez que oculta una gran por haberle mantenido en la niñez. Todo el universo de su
vulnerabilidad, porque no se ha alimentado su crecimiento. infancia se derrumbó. ¿Por qué habían hecho siempre todo
La planta tiene raíces falsas y reserva tristes sorpresas. en su lugar? ¿Por qué le habían repetido sin cesar que no
era bastante mayor, que más adelante sería capaz, que
L.V.I. entonces podría opinar y tomar iniciativas, que enton-
Si me vi obligado a ser un adulto prematuramente, ¿qué ces...? Pero resulta que ahora no tiene opinión propia,
responsabilidades tuve que asumir? carece de gusto personal y no se atreve. No está enraizado
— Relato los hechos. en sí mismo.
— ¿Qué experimenté cuando se me obligó a abusar de
mis fuerzas? A otro nivel, poner en duda los valores morales del
— ¿Tengo hoy el reflejo de liberarme de cualquier res- niño le hace sentir de modo agudo la falta de confianza en
ponsabilidad? él. Las sospechas que se han cernido sobre él con respecto
— ¿Siento una gran necesidad de atención? a su honradez y a su integridad le hieren en lo más profundo
— Si siento que me fuerzan a hacer algo, ¿que reflejos de su corazón. El fundamento de esas sospechas está cons-
se desencadenan inmediatamente en mí? tituido por los temores de los padres, que les hacen ver
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malicia donde no la hay. Y el niño, en el fondo de sí L.V.I.
mismo, desespera al sentir que pesa sobre él esa descon-
¿Se ha desconfiado de mí en mi infancia, bien sea dudando
fianza que considera inmotivada. Se siente vigilado y es- de mis capacidades y sobreprotegiéndome, o bien dudando
piado como si fuera a hacer algo malo. Dado que desconoce de mi integridad por simples prejuicios?
la naturaleza de esa maldad, se siente presa de un monstruo — ¿Quién ha dudado de mí? ¿Mi madre? ¿Mi padre? ¿Mis
desconocido contra el que no puede defenderse educadores? ¿Otras personas?
Veamos la historia de Manon, cuya inocencia fue — ¿De qué modo pesó sobre mí la duda?
empañada por la tortuosa mirada de su madre. Era como — ¿Me resiento aún hoy de esa situación? ¿Cuáles son
los síntomas de esas secuelas? ¿Qué emociones están vin-
si la madre se sintiera perturbada por el dinamismo de la culadas a ellos?
niña. Para contenerla, a la madre se le ocurrió suscitar en
su corazón la duda, haciendo cernerse un espectro sobre La falta de apoyo durante el aprendizaje
él. Al principio, el espectro no tenía para la niña sentido
intelectual, pero sí un sentido emotivo y negativo muy Se lo he oído decir a infinidad de personas: «Yo me las
intenso. Cuando Manon apenas tenía siete u ocho años, su he arreglado solo», «Me he educado a mí mismo», «Yo
madre le decía con frecuencia: «Niña nerviosa, niña ex- he sido mis propios padres», «Lo que tengo no se lo debo
citada, vas a acabar en la misericordia». En esa época, «la a nadie»... ¿Cómo son posibles tales reflexiones? En su
misericordia» era el lugar en que se ocultaba a las madres aprendizaje, el niño es dependiente; debe adquirir habili-
dades cuyo funcionamiento no conoce. Por supuesto, pue-
solteras durante la gestación y el parto. Ante esta alusión,
de aprender por el método del ensayo y el error, pero hay
Manon sentía como una llaga, una especie de lepra.
un gran riesgo, si no se le guía, de que no descubra los
Más o menos conscientemente, al ir creciendo, la niña diferentes procesos de aprendizaje o de que los descubra
trató de aplacar los temores de su madre mediante ejercicios parcialmente, mal y con un gran esfuerzo. También tiene
devotos, al tiempo que toda su belleza, lozanía y espon- muchas posibilidades de desalentarse por falta de apoyo.
taneidad quedaban envueltas por una bruma malsana, y en Pasar de la ignorancia al conocimiento es demasiado arduo
su inconsciente se formaba la imagen de que ella era una sin ayuda. Por supuesto que algunos aseguran haber apren-
prostituta. Combatió esa imagen —que podía empujarla dido solos, pero al precio de una gran inseguridad y de
hacia la prostitución o forzarla a reprimir todo el esplendor una soledad muy dolorosa, en una evolución que necesita
de su juventud— convirtiéndose en una militante desen- una presencia comprensiva y cuya competencia tranquilice.
carnada, al servicio de cualquier causa noble. De todos Uno de los aprendizajes más ridiculizados y que, sin
modos, tanto la santa como la prostituta sufrían por no embargo, es de los más importantes, es aprender a vivir
haber sentido que se confiaba en sus fuerzas vitales. Fuer- sana y armoniosamente con el propio cuerpo. ¿Quién puede
zas que, al verse distorsionadas, hirieron a Manon en su medir el sufrimiento de un niño al que nadie ayuda a
sentimiento de ser una persona digna de confianza. Sólo comprender su cuerpo, a aceptarlo y a crecer? Los tabúes
mucho más tarde, y no sin dolor, tomó conciencia de esa sexuales han destrozado a más de uno. Son muy pocos los
doble imagen contradictoria que había condicionado su adultos de hoy que han tenido apoyo y ayuda en su in-
vida de modo irremediable, y se rebeló contra ella. Pero dagación de las que en su tiempo se llamaban «realidades
¿cómo recuperar la autoestima que había perdido? de la vida». Recuerdo a una amiga que educaba a su manera

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a sus compañeros y compañeras. Contaba una historia que El niño no vive conscientemente todas estas carencias,
causaba sensación, pues explicaba anatomía diciendo que ya que el sufrimiento que causan es tan intenso que no
las niñas tenían un agujero que era como un pequeño ga- puede afrontarlo. Afortunadamente, el ser humano está
raje, y los niños una colita comparable a un cochecito, y dotado de un sistema de protección que se pone en marcha
de lo que se trataba era de que el cochecito entrara en el en función de la naturaleza de las agresiones que sufre.
garaje. Algunos niños se reían, otros se callaban, otros se Este sistema de protección permite sobrevivir, por muchos
escandalizaban y otros intentaban la experiencia. Todos que hayan sido los malos tratos recibidos durante la in-
aquellos niños sufrían por ignorancia; habrían querido sa- fancia. Su mecanismo principal consiste en encerrar en el
ber y comprender, y rebuscaban aquí y allá historias de inconsciente las emociones dolorosas que normalmente de-
cochecitos y garajes y otras mucho menos inocentes que berían sentirse cuando se producen las carencias. Este ejer-
han conducido a toda clase de juegos que no siempre han cicio de represión almacena en el sistema nervioso la pena,
sido agradables, dados los recuerdos llenos de amargura el temor y la cólera. Por consiguiente, las emociones que
que han dejado.
así se bloquean no se integran.
En todos sus aprendizajes, escolares, deportivos o
sociales, el niño necesita sentirse animado, apoyado y am- Si el niño no sufriera carencias durante su infancia,
parado; de lo contrario, esa carencia le hace sufrir mucho. su energía vital circularía con fluidez en su sistema ner-
Solo, se siente abrumado; ante él se alza una montaña que vioso, y esa energía le daría fuerza y alegría en el desarrollo
ha de mover, y todos sus esfuerzos no le dan la satisfacción de su potencial. Se sentiría feliz de explotar sus talentos
del éxito. Y si éste llega alguna vez, le ha costado tanto y de afirmarse mediante ellos sin falsos pudores ni pre-
que ya está desengañado. Un joven me contó en una oca- tensiones. También podría protegerse y defenderse ade-
sión lo que le había costado triunfar jugando al hockey. cuadamente de los posibles ataques de las personas o de
«Mi padre —me dijo— nunca vino a verme y, por su- las situaciones de su entorno. Pero, dado que la energía
puesto, jamás se ofreció a entrenar conmigo; al final, lo vital se encuentra bloqueada por el sufrimiento de la ca-
he abandonado todo». Y una chica me dijo: «Mi madre rencia (una amalgama de pena, temor y cólera reprimidos),
nunca me ha enseñado nada. Cuando ella cocinaba, yo me se hace difícil y exige muchos esfuerzos el desarrollo del
acercaba para ayudarla, pero ella me rechazaba diciendo:
potencial.
"Quítate de ahí, que me estás estorbando. Tengo prisa.
Ya harás pasteles cuando yo no esté"». El niño, tan de- Debido a ese bloqueo, el niño, en vez de ocupar su
seoso de aprender, de sentirse útil y valorado, no puede lugar con naturalidad, dejando que su dinamismo se ex-
dejar de sufrir intensamente cuando le faltan ayuda y apoyo prese armoniosamente, actúa mediante reacciones que, la-
en su búsqueda de sí mismo y de la vida. mentablemente, son desproporcionadas: o demasiado fuer-
L.V.I. tes o demasiado débiles para la situación en que se
desencadenan. El niño vive un desajuste que se prolonga
— ¿En qué aspectos del aprendizaje me ha faltado ayuda hasta que es adulto, y entonces se manifiesta mediante
y apoyo?
— Describo la ayuda que habría deseado recibir y que no síntomas inequívocos. A veces revelan un cáncer psico-
he tenido. lógico que, tarde o temprano, degenerará en cáncer físico
— ¿Qué consecuencias ha tenido para mí esta carencia? o en cualquier otra enfermedad.

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Si hay huidas y síntomas, es que hay heridas profun-
das, cuyas causas se encuentran en las carencias vividas 4
por los niños con los que no se practicó la «jardinería» El poder de crecer
cuando eran pequeños. Se impone una terrible constata- y de sanar
ción: «No hay jardineros para los hombres». ¡Qué pena!
Por ello, el ser humano hace grandes y pequeñas guerras
y siembra el temor, la cólera y la pena...
Pero, si hay jardineros para las rosas, tiene que ha-
berlos para los hombres, y es preciso encontrarlos.

La planta humana es la que posee los recursos más bellos


y poderosos; también es la que más sufre la intemperie y
la única capaz de cultivarse a sí misma.
El dinamismo del ser humano es tan grande que una
parte de nosotros ha conseguido escapar a la hecatombe
de nuestra infancia. En principio, porque en nuestro camino
la mayoría hemos recibido una generosa porción de maná
y, en segundo lugar, porque el sentido de nuestra existencia
es querer vivir y llegar a ser nosotros mismos cueste lo
que cueste.
Una vez convertido en una persona mayor, soy un
adulto en condiciones de inferioridad, en ocasiones bas-
tante estúpido, pero, a fin de cuentas, un adulto. Ese adulto
está a la vez en mi mente y en mis entrañas. En mis
entrañas, la planta ha echado algunas raíces; en mi mente
se encuentra el jardinero, con el grado de conciencia que
tenga de la naturaleza y estado de la planta. Por tanto, todo
está en juego entre la planta y el jardinero. Una planta
bastante esmirriada, pero decidida a crecer; y un jardinero
bastante incompetente, pero valiente.
La mayor virtud, si se quiere ser un auténtico y buen
jardinero, es dejarse orientar por la misma planta. ¿No es
eso lo que hacen los jardineros que cultivan rosas? Ob-
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servan con atención a la rosa, perciben lo que necesita en la casa en que habito, aunque tenga que andar a tientas.
en su crecimiento y están pendientes de lo que la daña; No puedo disfrutar plenamente de su belleza ni evitar las
todo para darle, no lo que ellos quieren, sino lo que le trampas que encierra; así que tropiezo con los obstáculos
viene bien. sin poder evitarlos, porque no los veo venir ni sé de que
naturaleza son. Y continúo y vuelvo a empezar, pasando
Para ser ese jardinero dócil ante la vida de mi planta, al lado de la belleza y recayendo una y otra vez en los
mi mente, sede de mi capacidad de conocer, de decidir y mismos sufrimientos.
de actuar, debe adoptar determinadas actitudes, sin las que
no es posible ningún auténtico crecimiento. Buscar la verdad sobre mí mismo es desear conocerme
y comprenderme en profundidad; es querer que se haga la
luz plenamente. Habitación por habitación, se va ilumi-
Buscar la verdad sobre sí mismo
nando mi casa, y entonces puedo ver hermosos artesonados
Mi mente es móvil como una veleta. Su curiosidad y deseo cuya existencia ignoraba, y percibir las tablas podridas;
de aprender hacen que se sienta atraída por toda clase de descubro una magnífica lámpara cubierta de polvo y telas
realidades hermosas y buenas: las artes, las ciencias, las de araña; me maravillo ante un mueble de estilo y encuentro
letras, los negocios, la política, la sociedad...; realidades una silla rota. Encender la luz no ha cambiado nada en el
importantes, pero un tanto distantes de mi vida. Lo que es decorado; lo único que ha cambiado es mi percepción de
más importante que conozca y comprenda mejor es mi las cosas: de ilusoria, ha pasado a ser realista. En la bús-
realidad interior, pues ella es la que me permite situarme queda de la verdad sobre mí mismo, no tengo nada que
más o menos armoniosamente en la realidad exterior. Por perder y sí todo que ganar, pues sólo en la luz puedo actuar
tanto, mi mente debe adquirir la costumbre de orientarse inteligentemente, aunque es preciso que acepte la verdad
hacia mi interior. El conocido consejo de Sócrates, «Co- que la luz me hace ver.
nócete a ti mismo», sigue siendo el fundamento de toda
búsqueda humana. Aceptar la verdad sobre sí mismo
Buscar la verdad sobre mí mismo es decidir abrirme La verdad libera en la medida en que se la acepta. Verla
a mis talentos, cualidades y aspiraciones en crecimiento, es una cosa; aceptarla, otra. Puedo iluminar mi casa de
a fin de apropiarme conscientemente de mis recursos na- repente, pero eso no quiere decir que no me vengan ganas
turales para desarrollarlos. También es decidirme a ir des- de apagar la luz inmediatamente y olvidar lo que he visto
mantelando poco a poco mis defensas para descubrir, a en ese instante. Tomar conciencia de que me han amputado
partir de los síntomas, la herida que me corroe y me impide un brazo no quiere decir que acepte la situación: resignarme
desarrollarme con alegría y armonía. Es normal que tema no es aceptarlo, y negarme a aceptarlo no hará crecer el
que se derrumbe mi imagen y que me repugne abandonar brazo.
mis ilusiones: la realidad puede ser dura y exigente. Para
no ver esa herida que tanto daño me hace, he tenido que El rechazo de la realidad no la modifica, pues la
enterrar la cabeza en un mundo oscuro en el que no veo realidad es independiente de mi voluntad. Por el contrario,
ni lo bello ni lo feo. Mi existencia en él es tan falsa como aceptarla me permite ir adquiriendo paulatinamente un cier-
incómoda, y sufro mucho al intentar convencerme de que to poder sobre ella, bien sea transformándola progresiva-
mi situación no es tan grave. Me repugna encender la luz mente, o bien adaptándome a ella de forma positiva. Acep-

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tar la verdad es reconocer que soy limitado; es admitir que bustecer mi vida. El adulto que hay en mí debe ser fuerte
mi poder sólo es relativo; es ser humilde ante la vida, que para destapar la herida del niño.
me supera y con la que, no obstante, estoy llamado a Cuando se es una persona mayor, pero no un ver-
colaborar inteligentemente en aspectos en los que nadie dadero adulto, por las carencias del pasado que empon-
puede sustituirme. zoñan el presente, el arte del jardinero consiste, ante todo,
Soy humilde cuando reconozco que no soy ni peor ni en ayudar a la planta a robustecer sus raíces. Sólo después
mejor de lo que soy. Ser humilde no es desvalorizarme o podrá el jardinero poner todo su empeño en sanar, quizá
fingir no ser nada; es, simplemente, ser quien soy, sin con la ayuda de un jardinero-padre, su corazón de niño
añadir ni quitar nada, me guste o no me guste. Es necesaria herido.
mucha humildad para hablar con naturalidad de las propias
cualidades, así como para revelar a los demás mis aspectos Sacar fuerzas del presente
menos brillantes. De este modo, no cultivo una imagen,
sino mi personalidad real, y puedo construirme. Todo lo Debido a las carencias de la infancia, soy una persona
que edifique al margen de mi realidad será máscara y mayor ansiosa, que adolece de falta de confianza o le
quimera, y completamente opuesto a la humildad, que es resulta difícil ser ella misma. Sacar fuerzas del presente
la aceptación total de la verdad. es realizar gestos que me permitan enraizarme en mí mis-
mo. La importancia de esos gestos no reside en su espec-
Actuar tacularidad, sino en su capacidad de ayudarme a afirmarme
y asumir mi lugar.
El auténtico jardinero no puede contentarse con buenas
intenciones o con medios improvisados. Si quiero crecer, Proporcionarse un entorno vivificante
debo internarme con decisión en mi camino interior, para
descubrir en él lo que soy y lo que bloquea mi crecimiento. Toda planta crece en algún sitio. A diferencia de la mayoría
Por consiguiente, se trata de adoptar una decisión firme, de ellas, yo puedo escoger el terreno que más me convenga.
apoyada por motivaciones muy sólidas, y de emprender Es evidente que no puedo proporcionarme las condiciones
mi propia búsqueda. No es seguro que encuentre por las ideales, por la sencilla razón de que no existen; pero sí
buenas los medios convenientes ni que pueda emplearlos está en mi mano hacer lo más favorable posible el clima
fácilmente. Tengo que armarme de mucho valor y pacien- material en el que evolucione mi vida. En cualquier caso,
cia. Tengo que emplearme a fondo. intentaré cuidar los ambientes en los que viva: el ambiente
interior y exterior de mi casa, el ambiente material de mi
Por supuesto, el principio fundamental de todo au- trabajo y el ambiente de mi ocio.
téntico jardinero es amar la planta que cultiva y realizar
los gestos adecuados para favorecer su crecimiento. La Me sorprendo respirando suavemente el aire puro y
atención del jardinero no recae, en principio, en las malas fresco de una hermosa mañana de mayo. Me gusta cerrar
hierbas, sino en la planta, para que se fortalezca y arraigue los ojos y aspirar el estremecimiento de vida que tan ge-
sólidamente. Después, según vaya siendo necesario, irá nerosamente llega hasta mí. Un ligero viento hace mur-
arreglando cuentas con los indeseables. Por tanto, antes murar a las hojas de los árboles cercanos. Algunos trinos
de atacar a las malas hierbas de mi existencia, debo ro- de pájaros que trae la brisa forman de repente un concierto

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improvisado. Todo es apacible esta mañana. El cielo azul frío cuando el otro tiene calor, o aunque uno ronque, o el
está bañado por el sol; y la naturaleza sencilla y auténtica, otro se mueva, o uno se acueste temprano y el otro tarde.
sin esfuerzo ni vanidad, me prodiga gratuitamente una ¿Por qué no puedo tener derecho a mi ventana abierta o a
belleza que alegra la vista, acaricia el oído, deleita el olfato mi lámpara encendida? Sí, ¿por qué?, si lo necesito y su
y me envuelve en un placer sereno e inocente. Disfrutar falta me hace sufrir. Si los niños hacen mucho ruido o les
de la naturaleza me serena y me sienta bien; y sólo me gusta poner la música demasiado alta, ¿por qué no arreglar
cuesta la decisión de ir a un lugar propicio o, sencillamente, un cuartito independiente, un espacio insonorizado donde
esté donde esté, de abrirme conscientemente a la vida que aislarme? En ese rinconcito apacible puedo distenderme,
bulle, ingenua y bella. Tomar baños de naturaleza es sacar hacer ejercicios de relajación, leer, oír música, escribir o,
fuerzas del presente. sencillamente, estar en silencio en contacto conmigo mis-
Mi casa es el espejo del nivel de conciencia que tengo mo. Sí, ¿por qué no tener en casa un pequeño santuario?
de mí mismo y de mi grado de autoestima. Marjorie, de Quizá baste con cambiar una puerta o añadir otra.
la que hemos tratado anteriormente, ha experimentado en También es importante el aspecto de las habitaciones.
este aspecto una evolución que es reflejo de su transfor- Si todas las sillas están repletas de ropa, si la vajilla está
mación interna. Cuando se marchó de casa de sus padres, apilada, si mi cama parece un cesto de ropa sucia, mi
se fue a vivir a un sótano húmedo y muy sombrío. Su vida mirada no puede posarse sobre nada armonioso. Es como
estaba oculta, enterrada, y su autoestima era muy pobre. si en realidad no habitara el lugar en que vivo o como si
Su rostro era hosco. Poco a poco, gracias a un proceso de éste no fuera mi prolongación. Un ambiente de desbarajuste
crecimiento, aumentó su confianza y apareció su derecho no fomenta mi arraigo; por eso es importante que me cree
al sol y a la luz. Marjorie decidió trasladarse al ático de mi propio y cálido hogar, en el que pueda sentirme bien
una casita; dejó su abrigo subterráneo para abrirse al es- porque de él se desprenden paz, belleza y vida.
pacio inmenso. Aprendió a descubrirse, a respirar, a con-
templar, pero tanto su contacto consigo misma como sus Nos queda el lugar de trabajo. ¿Tengo la silla a la
relaciones con los demás seguían siendo difíciles. Y llegó altura adecuada? ¿Puede la iluminación hacerme daño a la
el momento en que Marjorie decidió comprarse una mi- vista? ¿Me hiere los oídos el ruido? Tengo que intentar
núscula casita, muy sencilla, con algunos árboles y un mejorar mi calidad de vida, esté donde esté. Con frecuen-
jardín. Este enraizamiento ha necesitado que se fuera am- cia, hay muchas más posibilidades de mejora de las que
pliando su nivel de autoconciencia y su capacidad de es- yo creo.
tablecer prioridades en su vida y de optar por fortalecerse El entorno material es muy importante para mi cre-
y conquistar un espacio que le conviniera. Marjorie se ha cimiento. Tengo que optar, establecer prioridades. Por su-
puesto a cultivar plantas y se ha comprado un bastidor para puesto, todo depende de mi autoestima y de mi deseo de
tejer y un piano. Ha decidido acondicionar su entorno para beneficiarme. Para intentar avanzar en ese sentido, me
que su vida pueda respirar, nutrirse y desarrollarse. tomo tiempo para hacer el inventario de todos los bienes
Mi entorno físico es muy importante. Para mejorarlo, de los que dispongo y que pueden proporcionarme bienestar
tengo que adoptar decisiones y quizá romper con viejas y placer. ¿Cuáles podría utilizar más y mejor? ¿Qué habría
costumbres o prejuicios sociales. Hay parejas que se sien- que añadir? Un sencillo detalle a veces acarrea un gran
ten obligadas a dormir siempre juntas, aunque el uno tenga cambio. Por ejemplo, añadir a la ducha un dispositivo

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i
podría proporcionarme un buen masaje cada mañana. Qui- L.V.I.
tar unas cortinas demasiado tupidas haría que la habitación Una ojeada a mi alrededor me permite apreciar el valor
fuera más luminosa. Unos tapones de cera contra el ruido de mis relaciones. ¿Cuáles me hacen crecer y me impulsan
podrían protegerme los oídos y darme un poco de paz. a ser yo mismo? ¿Cuáles tienen mal efecto sobre mí y me
Cerca de casa tengo un precioso parque: ¿no podría apro- impiden avanzar y ser más autónomo? ¿Qué grupos me
vecharlo un poco más? Y el viejo sillón tan cómodo y que ayudan? ¿Qué grupos me perjudican? ¿Tendría que crear
tanto me gusta, ¿por qué no sacarlo del sótano y restau- nuevas relaciones y frecuentar otros grupos?
rarlo? Un ramo de violetas no debería ser demasiado para Sacar fuerzas del presente es rodearme de personas po-
mí. Sí, me detengo y empleo el tiempo necesario para ver sitivas. También puedo leer sus obras. Ello me permitirá
qué podría mejorar mi calidad de vida. Hablamos mucho arraigar y tener mayor confianza.
de ella, pero nos quedamos esperando que los demás nos
la den hecha. Cuidar el cuerpo y la salud

L.V.I. En este terreno hay demasiada influencia de las modas...


La tendencia general es magnífica, pero no nos dispensa
¿Qué medidas podría yo adoptar, teniendo en cuenta mis de someterla a discernimiento. Debo consultar, comentar
posibilidades, que con frecuencia son mayores de lo que con otros, leer y, sobre todo, identificar bien mis necesi-
pienso? dades. Se habla de medicinas suaves, de salud alternativa,
de corriente higienista, de corriente naturista y de no sé
Rodearse de personas positivas cuántas cosas más. Cada día se ve aparecer una nueva
tendencia. ¿Qué técnicas de masaje no habré experimen-
El ser humano se construye y se destruye mediante sus tado? Californiana, shiatsu, esalen, sueca, trager, vita-
relaciones. Desde siempre se ha dicho: «Dime con quién flex... Añadamos a todo ello la acupuntura, la reflexología,
andas, y te diré quién eres». No se trata de juzgar mi el masaje terapéutico, las polaridades y tantas otras téc-
entorno; no, se trata de analizar con lucidez lo que siento nicas. La creatividad está en su punto culminante. Tengo
ante tal o cual persona. Necesito relaciones que me ayuden que capacitarme para ocuparme de mi cuerpo. El yoga, el
a vivir, que me impulsen a ser yo mismo, que me inviten tai-chi, la técnica Alexander, la anti-gimnasia o la técnica
a la madurez y a la autonomía; necesito estar rodeado de Nadeau son escuelas auténticas capaces de proporcionarme
personas que sepan practicar la jardinería con la vida hu- un poder directo sobre mi cuerpo y mi salud.
mana, porque, en contacto con ellas, también aprendo yo
a hacerlo, ayudado por su experiencia, su apoyo, su com- Mi cuerpo es el maravilloso vehículo de mi existencia.
prensión y su acogida. Al contrario de los otros vehículos, él está vivo y evolu-
ciona según leyes muy precisas, de acuerdo con su energía
Al mismo tiempo, debo distanciarme de las personas vital, pero también en función de cómo le trato. Posee una
que me desalientan, me oprimen, me ahogan. A mí me reserva de energía natural proveniente de un generador
corresponde precaverme contra su nefasto influjo. No innato que constituye su dinamismo vital. Este valioso
siempre es necesaria una ruptura brutal; sin embargo, ale- capital innato se agotaría muy pronto si mi cuerpo careciera
jarme un poco me permite proteger mi vida de las ondas de la extraordinaria capacidad de producir energía. No hay
negativas que, sin yo darme cuenta, la van minando. otro vehículo que tenga el poder de fabricar, a partir de la
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t
energía de base con que está dotado, su propia energía. la distensión muscular y la del sistema nervioso. Cuando
La energía del capital innato y de la fábrica de producción el cerebro se relaja, todo lo demás reposa. Entrar natural-
me sirve para desarrollarme y realizarme. Si cesara la pro- mente en el sueño supone que el poder de la mente se
ducción, el capital inicial se agotaría rápidamente, y con abandona a las fuerzas positivas del inconsciente, y aban-
él la vida misma desaparecería por inanición. Por tanto, donarse a las fuerzas positivas del inconsciente es rege-
la alimentación es una cuestión vital. nerarse a partir del propio instinto vital. Por consiguiente,
Hay muchas teorías sobre la alimentación; no obstan- es de suma importancia, si quiero sacar fuerzas del pre-
te, existe un sencillo principio: la mejor alimentación es sente, que me pregunte honradamente cómo se gestan mi
la que proporciona la energía de mejor calidad al menor sueño y mi reposo, y adoptar las medidas necesarias para
coste de producción y de eliminación de residuos y sin favorecerlos.
dejar una gran cantidad de toxinas en el proceso. La di- La alimentación y el sueño-reposo incrementan el ca-
gestión hace funcionar toda la fábrica de producción y pital energético; pero ¿cómo conservarlo? Se puede perder
demanda el máximo esfuerzo inconsciente que tengo que forma aun cuando el capital inicial sea elevado. El ejercicio
realizar día tras día. físico también es una cuestión vital, y con demasiada fre-
cuencia desdeño el condicionamiento físico. Pero mi ve-
Muchas personas no se plantean la cuestión de la hículo tiene verdadera necesidad de ese mantenimiento
alimentación hasta que están enfermas. ¿No es un poco para conservar la forma y, lo que es más, la gracia. Mi
tarde? Reacondicionar un aparato digestivo y desintoxicar cuerpo está hecho para ser naturalmente hermoso y pro-
el organismo es una ardua tarea. Vale más prevenir que porcionado. Y debemos hacer una terrible constatación:
curar. Para un jardinero cada vez más consciente, sacar con frecuencia, mi mente es una tirana implacable con mi
fuerzas del presente es emplear los medios para producir cuerpo, tanto por falta como por exceso de ejercicio. A
una energía excelente y barata; es aprender, mediante la mí me corresponde buscar la medida justa, encontrarla y
auto-observación consciente, cómo funciona el propio aplicarla. Y ello no ocurre sin una gran decisión por parte
cuerpo en este aspecto y administrar, con conocimiento de del jardinero.
causa, el alimento y la bebida que se ingiere. No es éste
Nos queda por evaluar la relación entre el estado del
el lugar para hacer un tratado sobre la alimentación; existen
capital y el gasto. El gasto es el trabajo, las actividades,
muchos y muy buenos; de lo que se trata, más bien, es de
los compromisos. Tengo fuerzas, y es normal que las uti-
despertar la conciencia de la importancia que tiene este
lice en las múltiples formas de trabajo; pero no es sano
problema, que debe afrontar quien quiera ser un auténtico
que me obligue a realizar cosas para las que carezco de la
jardinero de su vida. Es posible que se impongan cambios
fuerza necesaria. Dejar mis fuerzas en estado de inercia es
importantes en mis costumbres. A mí me corresponde tener
totalmente opuesto al dinamismo vital; me enmohecería.
el valor de satisfacer las exigencias de un cuerpo sano
Hacer esfuerzos es normal; forzarme es excesivo. ¿Soy,
mediante una alimentación sana.
en mi trabajo, actividades y compromisos, un gestor pru-
Otro aspecto importante, entre los cuidados que debo dente y precavido? ¿Mantengo un buen equilibrio entre mi
proporcionar a mi cuerpo y a mi salud, es el del sueño y capital energético y su consumo?
el reposo. El sueño y la relajación son regeneradores de Una etapa importante en la asunción de mi crecimiento
energía. Si el cerebro se distiende, se posibilita a la vez es hacerme consciente de mi cuerpo y de mi salud y actuar

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en consecuencia. De este modo, nutro la base misma de Algunas de esas limitaciones lo son por naturaleza:
mi vida. Mi planta interior no puede prescindir del cuerpo, están incorporadas a mi vida, pues he nacido con ellas, y
esa parte vegetativa y animal que la sostiene y refleja. con ellas moriré. Si soy una mujer, no soy un hombre; si
tengo rasgos asiáticos, es evidente que no los tengo oc-
L.V.I.
cidentales; y ser blanco me impide ser negro. Estas carac-
¿Cuál es mi balance en cuanto a la alimentación, el sueño- terísticas naturales no son ni buenas ni malas; puedo vi-
reposo, el ejercicio físico y el equilibrio en el trabajo y virlas bien o mal, pero no puedo cambiarlas. En sí, no
en mis actividades? ¿Tengo que introducir correcciones? suponen ningún valor superior o inferior; son diferencias
¿Cuáles? En concreto, ¿qué decisiones debo adoptar para
ponerlas en práctica? y, al mismo tiempo, limitaciones.
Mi potencial, además de limitaciones de naturaleza,
Enraizarse en lo más profundo del corazón
experimenta limitaciones de crecimiento que son inheren-
El centro vital de mi ser es mi corazón; en él se encuentra tes al ser humano, que parte de un punto minúsculo y crece
mi identidad personal y única; él es el centro de mi semilla día a día, al mismo tiempo que se va alargando su camino
vital, el núcleo del que brotan mis energías físicas, afec- vital. Debido a ello, el ser humano ha de enfrentarse con-
tivas, intelectuales y espirituales. Es un corazón esencial- tinuamente a los límites de su crecimiento, que le impiden
mente positivo, constituido por un increíble dinamismo realizar hoy lo que será capaz de hacer, por ejemplo, dentro
vital que toma forma en mis diversas potencialidades. En de diez años. El límite del crecimiento es móvil —mis
él se enraizan mis talentos, mis aptitudes, mis cualidades, esfuerzos normales para desarrollarme le hacen estar en
mis dones; todas mis riquezas naturales, que se ponen de continuo retroceso— y no es negativo; simplemente cir-
manifiesto en el modo de actuar original que corresponde cunscribe lo que es positivo en mí al punto que ha alcanzado
a mi identidad. Yo no estoy hecho para cualquier cosa; mi en su desarrollo.
vida tiene un sentido. El viejo principio que dice que «el
obrar sigue al ser» sigue siendo verdad: según sea la iden- L.V.I.
tidad de mi ser, así será mi modo de actuar. Por eso mi En mi vida actual, me enfrento necesariamente a limita-
modo de actuar está también inscrito en lo más hondo de ciones de naturaleza y a limitaciones de crecimiento.
mi corazón. Si tengo un ser de poeta, tendré que hacer — ¿Cuáles son las realidades que no puedo en modo al-
poesía; si tengo un ser de jardinero, deberé dedicarme a guno cambiar en mi vida?
la jardinería; si tengo un ser apto para las relaciones hu- — ¿Las acepto?
manas, deberé ocuparme de ellas; y si tengo un ser de — ¿Cómo puedo utilizarlas para crecer?
modisto, tendré que actuar como tal; y todo ello con na- — ¿Cuáles son las realidades que tengo el poder de ir
turalidad, como un tulipán es un tulipán, un junquillo un progresivamente cambiando?
junquillo, y una lila una lila. Cada cosa es hermosa y buena — ¿Acepto el proceso de aprendizaje?
— ¿Qué es lo que se encuentra en mí en proceso de cre-
en lo que ella es; lo que no se puede es ser a la vez tulipán, cimiento?
junquillo y lila. Lo que se es sólo se va desarrollando
progresivamente, lo que quiere decir que yo también tengo Enraizarme en lo más profundo de mi corazón es
limitaciones; pero tener limitaciones no es negativo, sino reconocer mi potencial y aceptar tanto su riqueza como sus
una realidad del ser humano. limitaciones de naturaleza y de crecimiento. Ésa es la sa-

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/
biduría que un día descubrió un diente de león que había meció, pero el desdichado diente de león recibió en pleno
tenido mucha envidia de una rosa. Todo comenzó en el rostro el bofetón de la patada del viejo. ¡Qué vergüenza!
jardín de mi tío Louis. A lo largo del camino de acceso a No había conseguido convertirse en rosa y acababa
la entrada principal de la casa, una doble hilera de rosas de perder el noble destino de los verdaderos dientes de
daba la bienvenida a los visitantes. Entre ellas, había una león. Se mordía los labios de remordimiento. Pero la lec-
particularmente magnífica y olorosa. Al verla, todo el mun- ción surtió efecto. Decidió dejar de mirar a la rosa y aco-
do decía: «¡Oh, qué rosa tan bonita!; ¡qué perfume!» Y se ger el sol y la lluvia para convertirse en un hermoso
inclinaban para olería, y se volvían para volverla a ver diente de león.
antes de entrar. El terciopelo purpúreo de sus pétalos im-
Sus raíces penetraron en el césped, y se produjo el
pregnaba la mirada. Justamente al lado del macizo, sobre
milagro: se fue volviendo cada vez más jugoso, grueso y
el césped, había crecido valientemente un pequeño diente
carnoso. Sus pétalos relucían como para hacer palidecer
de león. Testigo frustrado de las amabilidades dirigidas a
al sol. Mientras tanto, la rosa se iba poco a poco marchi-
la rosa, sentía crecer dentro de sí una rabia que le ponía
tando. El diente de león recordó los famosos versos de
amarillo, y se propuso atravesar el macizo con la secreta
Malherbe:
esperanza de transformarse en rosa. A fuerza de mirar a
la rosa y de querer ser como ella, terminó torcido y de- «Duró la rosa lo que las rosas duran:
formado; sus raíces se salían de la tierra, pero no conseguía De una mañana el espacio».
trasplantarse cerca de las raíces de la rosa para beneficiarse Y se asombró de su propio destino: ¿se convertiría él en
de sus virtudes. Y el pobre diente de león se marchitó; sus ese licor embriagador «que alegra el corazón del hombre»?
pétalos se volvieron parduscos. Se sentía tan mal en su Sin querer rebajar a la rosa, ¡qué maravillosa fortuna para
propia piel que quería morir. Su corazón, desengañado y un humilde diente de león...! ¡Ojalá el tío Louis haga una
amargado, estaba corroído por la envidia y el desvarío. nueva cosecha y se fije en mí! Se había puesto tan es-
Pero un día todo cambió. El tío Louis salió con un pléndido que satisfaría sus exigencias.
gran saco de yute. El diente de león estuvo muy intrigado ¡Y por fin apareció el tío Louis! ¡Qué alegría! El viejo
hasta que comprendió que el dueño del lugar no hacía la exclamó: «¡Qué magnífico diente de león! ¿Cómo se me
guerra a los dientes de león, sino que los recogía con fervor. pudo pasar un ejemplar tan bueno?». El diente de león se
Oyó murmurar al tío Louis mientras se acercaba a los reía para sus adentros. El tío Louis no sabía que, por
dientes de león cercanos: «¡Qué magnífico diente de león!, compararse con la rosa y haber querido ser como ella,
¡qué buen licor va a hacer!» Desconcertado, el diente de aquel precioso diente de león había estado a punto de morir,
león tardó un poco en comprender. ¿Será posible que un y que después se había sentido feliz de ser un diente de
diente de león tenga algún valor? El tío Louis seguía re- león. La alegría de ser simplemente lo que era le había
cogiendo con cuidado... dientes de león. Sólo recogía los dado aquella forma esplendorosa. El tío Louis admiró de
mejores, los más sanos; a los otros les daba un puntapié nuevo al diente de león y lo metió en el saco muy satis-
diciéndoles: «Quiero licor de primera calidad y lo produciré fecho. El diente de león, por su parte, se sentía plenamente
con los mejores dientes de león de mi rincón». De repente, feliz al pensar en el magnífico destino reservado a los
el escuchimizado diente de león comprendió: el tío Louis dientes de león que aceptan ser lo que son y que tienen el
fabricaba licor. Cuando el tío Louis se le acercó, se estre- valor de serlo.

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Del mismo modo que al diente de león, también a mí atmósfera y yo. Mi nariz aspira el oxígeno y expulsa a
se me impone un primer paso: apropiarme conscientemente continuación el aire viciado, en una espiración que me
de mi potencial. Para ello, debo dirigir mi atención a la purifica del anhídrido carbónico. ¿No es maravilloso este
realidad positiva que constituye mi identidad. En primer intercambio que me conserva la vida vinculándome cons-
lugar, he de nombrar mis cualidades, pues si se quedan en tantemente con el mundo exterior?
la imprecisión, la vaguedad y el anonimato, hay muchas Mi boca recibe y da. Por medio de ella gusto, saboreo
posibilidades de que no puedan arraigar. Nombrarlas es y degusto. También a través de ella entra en mí la vida;
ponerlas en el mundo, pues supone reconocerlas. Hay dis- muerdo en la vida; como la vida. Mi boca puede también
tintas formas de observación que me permiten lograrlo: por expresar mi vida: yo hablo, río, canto, grito; lo que hay
ejemplo, sereno mi cuerpo y me tomo un tiempo para dejar en mí brota por mi boca. Sonrío al recordar una anécdota
que suavemente vayan emergiendo a mi conciencia todas sobre las contradictorias virtudes de la boca. Un leñador
las aptitudes de mis sentidos. estaba partiendo leña con su hijo. Hacía mucho frío, y a
Mis ojos, como ventanas abiertas al mundo, ven las cada momento el leñador echaba ruidosamente el aliento
formas y los colores; contemplan los paisajes, notan la sobre sus manos. El niño, curioso como Caperucita Roja,
expresión de los rostros, calculan las distancias, los vo- le preguntó: «Papá, ¿por qué te echas el aliento en las
lúmenes, la calidad de las cosas, su belleza o su fealdad. manos?» «¡Para qué va a ser...: para calentármelas!». Des-
Mis ojos poseen facultades extraordinarias, incluso pueden pués del trabajo, volvieron los dos a su casa, donde les
transmitir, comunicar, hablar... e incluso llegan a escu- esperaba una sopa bien caliente. El buen hombre se puso
char. Lo que fotografían es más que una imagen fugitiva, a soplar con fuerza sobre la humeante sopa. El niño abrió
pues transmiten la imagen a mi memoria: ¡cuántas cosas los ojos de par en par: «Papá, ¿por qué soplas en la sopa?»
se pueden seguir viendo al cerrar los ojos! Recuerdo unos «¡Para qué va a ser...: para enfriarla!». El niño, descon-
versos de Sully Prudhomme en el bellísimo poema titulado certado y maravillado, exclamó: «¡Papá, tú sí que eres
Les yeux: grande: haces con tu boca lo que quieres!». Sí, la palabra
que sale de mi boca puede calentar o enfriar. Mi palabra
«Aún más dulces que los días, las noches tiene un inmenso poder, como mi cuerpo.
incontables ojos han embrujado».
Mis oídos introducen en mí el mundo sonoro. Perciben Mi quinto sentido, el tacto, cubre toda la superficie
los ruidos y los murmullos; detectan los matices más su- de mi cuerpo. Puedo sentir la dureza y la blandura, el calor
tiles; oyen los tonos agudos o graves, armoniosos o ca- y el frío, la suavidad y la aspereza. Siento las formas y
cofónicos, fuertes o débiles; cada lengua y su melodía, las texturas; evalúo los pesos y las presiones. La piel es
cada voz y su timbre; cada persona, incluso, con la to- un órgano de una sensibilidad muy rica, que reacciona al
nalidad de su corazón: su tristeza, su alegría, su ira, su placer y al dolor.
dulzura, su temor o su calma. Además de sus facultades sensoriales, mi cuerpo es
El olfato de mi nariz me guía; es un detector del capaz de moverse: mueve los brazos, las piernas, el cuello,
peligro; también me trae las delicias de los perfumes de- las caderas... A estos movimientos debo la coordinación,
licados y exaltantes. Mi nariz respira; yo respiro. Cada la precisión, la elasticidad, la agilidad, la lentitud, la ra-
instante se establece un formidable intercambio entre la pidez, la gracia, la elegancia... Basta con mirar al alfarero

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trabajando en su torno: mirada viva, manos hábiles, pie cia, la paz, la confianza y la esperanza. También en él es
alerta... y la vasija emergiendo del barro. Es una creación donde siento el amor que recibe y da.
maravillosa de los dedos y de la palma de la mano, pero L.V.I.
también del ojo y, en una parte más humilde pero necesaria,
Ahora escucho mi corazón. ¿Qué me dice de las cualidades
del pie, que proporciona el ritmo y la velocidad. Pero hay
que laten en su fondo? En unas cuantas líneas, hago el
mucho más aún; en esa vasija hay inteligencia y corazón. retrato de lo mejor de mi corazón, es decir, de lo que es
L.V.I. capaz de vivir cuando no está agobiado por su herida.
— Cierro los ojos y respiro profundamente a mi ritmo, Todas estas cualidades tienen un color muy mío. Yo
sin forzarme. Me voy representando mentalmente todas tengo mi manera de vivirlas. Algunas, más intensas que
las partes de mi cuerpo y me dejo impregnar consciente- otras, me caracterizan más. El diafragma de mi sensibi-
mente de todas sus aptitudes y de todas sus riquezas. lidad, más o menos abierto a estas cualidades, hace resaltar
— Después, con mis propias palabras, escribo todo lo mi originalidad, mi diferencia. Cuerpo, inteligencia y co-
positivo que mi cuerpo representa para mi vida. razón, mediante la magia de mi sensibilidad, dejan que se
— A continuación, en silencio, saboreo con alegría todo transparenten mis dones particulares: para el dibujo y la
el potencial que debo a mi cuerpo. pintura; para la palabra, la comunicación y la pedagogía;
para la mecánica; para la agricultura; para algún deporte...
Me detengo ahora en las cualidades de mi mente.
¿Cuál es el don, a la vez simple y maravilloso, que unifica
Mediante mi inteligencia comprendo, conozco, aprendo,
mis cualidades y hace aparecer mi identidad personal con
analizo, razono y deduzco. Soy curioso, me atraen las
sus rasgos característicos?
realidades abstractas o concretas, personales o colectivas.
Mi inteligencia es clara, viva, previsora, sutil, fina, or- La investigación de mis cualidades puede llevarse a
denada, organizada... y además la sirven mi libertad que cabo partiendo de mis actos. En lugar de emprenderla
decide y mi voluntad que actúa con tenacidad, paciencia, partiendo de los aspectos de mi personalidad, parto de
firmeza, ductilidad y responsabilidad. ¡Cuánta riqueza hay actividades que me gustan y que se me dan bien de modo
en mi mente! Sin olvidar mi imaginación... natural. Si realizo estas actividades con facilidad o, al
menos, con esfuerzos normales, es evidente que poseo el
L.V.I. potencial necesario para llevarlas a cabo.
Me pongo en contacto conmigo mismo e intento sentir las Por ejemplo, si me gusta viajar, es probable que sea
cualidades de mi mente. Las identifico y las escribo, una desenvuelto y que tenga iniciativa, sentido de la organi-
tras otra, en una columna, sólo una por línea, para que zación y capacidad de gestión. También soy inteligente y
todas resalten bien. abierto a la novedad. El tipo de viaje me dice si aprecio
el arte, si tengo sentido estético y si me gustan la historia,
Ahora desciendo de mi mente a mi corazón. En él me las culturas diferentes y los idiomas extranjeros. Tal vez
siento una persona verdadera a la que le gusta ir hasta el me inclino más a la exploración y a la aventura. Todo ello
fondo de las cosas; una persona honrada, fiable, humilde, me habla de lo positivo que hay en mí.
dulce y fuerte, tierna y tan buena como firme. En mi Si poseo una facilidad natural para la animación de
corazón es donde vivo la acogida, la escucha, la com- grupos, seguramente tengo aptitudes para la expresión ver-
prensión, la tolerancia, el respeto, el perdón, la indulgen- bal y no verbal, sentido de la comunicación, de la atención

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al otro y, quizá, del humor. Sin duda alguna, poseo una cualidades, mis talentos. Tienen nombre. Dejo a la vida
clara inteligencia, una memoria bien desarrollada y un buen que me llame interiormente por mi nombre. Mi nombre
vocabulario. Puedo ser entusiasta, abierto y receptivo. Me me llama al ritmo de mi respiración. Respiro mi vida. Mi
nombre proporciona un rostro único a todas las riquezas
gusta la participación, y tengo confianza tanto en mí como que me habitan. Me dejo invitar a ser yo, a crecer, a
en los demás; también poseo creatividad, iniciativa, sentido desarrollar mi potencial. Después hago silencio. Descan-
de la organización y responsabilidad. so, saboreo, contemplo toda la belleza que yo soy.
Si me gusta la costura, tengo sentido de la observa-
ción, precisión y destreza; poseo una buena inteligencia Cuanto más me fijo en lo bueno que hay en mí, más
creativa, sentido del detalle y gusto; seguro que tengo me alimento de mi propia vida, que adquiere mayor con-
paciencia e ingenio, que soy previsor y que poseo sentido sistencia. Nutrirme la hace crecer. A continuación, tengo
del orden y muchas otras cualidades... que comunicar a los demás lo bueno que hay en mí. No
es jactancia: ¿acasose oculta una rosa?; ¿es orgullo mos-
L.V.I. trarla?; ¿por qué ocultar mi belleza? No se trata de caer
Hago la lista de las actividades, incluso las más sencillas, en la ostentación, sino de ser natural y auténtico. Lo que
que me gusta realizar y en las que tengo éxito sin abusar es bello, es bello. Compartirlo es afirmarme en lo que
de mis fuerzas. Y respecto de cada una de ellas me pre- tengo de positivo y, por consiguiente, fomentar su arraigo.
gunto: «¿Qué cualidades son necesarias para realizarla?»
Escribo al lado de cada actividad las cualidades corres- Otra forma de ahondar las raíces es acoger con sen-
pondientes. Son las cualidades que yo poseo, puesto que cillez los cumplidos, las felicitaciones, los reflejos posi-
soy capaz de realizar esa actividad. tivos, dando simplemente las gracias, sin añadir ningún
«pero» que pueda atenuar su efecto.
Soy rico, muy rico, pero con frecuencia ignoro mi
capital. Lo utilizo, pero no me proporciona ni alegría ni Queda un regalo de la naturaleza: el sueño. Una parte
felicidad, porque no lo siento. Este magnífico potencial de mi potencial está oculta en mi inconsciente. En estado
está como desarraigado, lo que me impide sentirme lleno de vigilia, los mensajes del instinto vital se ven bloqueados
de recursos, que podrían constituir una roca de confianza, por el sistema de protección, que, para neutralizar las vi-
de solidez, de seguridad, si pudiera apropiarme de ellos. braciones negativas de mis heridas, reprime al mismo tiem-
Por tanto, la primera etapa es partir a la búsqueda de po las vibraciones positivas que mi vida emite. Cuando el
ese tesoro perdido... tan cercano a mí. Una vez que pueda sueño se apodera de mi cansada mente, mi universo in-
nombrar ese potencial, me será posible aprender a sentirlo. consciente abandona su prisión. Entonces es posible que
Para hacerlo, en silencio, me sereno e intento sacar de él las sensaciones positivas adquieran mayor densidad. Esas
satisfacción y orgullo. Me concedo tiempo para repetirme sensaciones revisten formas simbólicas, con frecuencia
mentalmente mis cualidades, lentamente, como bañándo- vinculadas a experiencias conscientes más o menos re-
me en lo mejor de mí mismo. cientes; pero las sensaciones adoptan la forma de imágenes
conocidas, para tomar cuerpo y hacerse perceptibles por
L.V.I. la conciencia. Esas imágenes y símbolos tienen un denso
Comienzo con un ejercicio de relajación o de concentra- contenido psicológico, que el sueño entrega en estado prác-
ción, y después dejo que vayan viniendo suavemente mis ticamente bruto.

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Es importante hacer aquí una puntualización sobre Sueño que voy de compras en compañía de Juan Pablo
algunos métodos un tanto mágicos de interpretación de los IL. Le tuteo; me siento cómodo; le llevo del brazo. Todo
sueños. Es verdad que todos tenemos en nosotros imágenes el mundo a nuestro alrededor se deshace en reverencias.
comunes heredadas de la historia humana, a las que se Yo me digo que se trata de una persona como otra cual-
denomina «arquetipos» y que son los archivos del incons- quiera y continúo tranquilamente con mis compras, man-
ciente colectivo almacenados en cada inconsciente indi- teniendo una relación familiar con este personaje. Este
vidual. Con estos archivos se han elaborado los diccio- sueño expresa naturalidad y libertad e indica una ruptura
narios de los sueños; pero encierran una peligrosa trampa, con los comportamientos exigidos por los principios o las
pues inducen a creer en una interpretación banalizada de imágenes sociales. También revela la conciencia que tiene
los sueños. Y el sueño, aun cuando en cierto modo per- la persona de su propio valor.
tenezca a una herencia común, es ante todo expresión de Estos dos sueños estimulan mi vida. Me hacen sen-
una experiencia personal, que constituye el contenido emo- tirme más seguro frente a los demás y frente a las prohi-
cional del sueño, vehiculado mediante imágenes simbóli- biciones; pueden animarne a realizar gestos concretos, que
cas. Por tanto, lo verdaderamente importante no es la pe- serán pasos importantes en mi crecimiento.
lícula que se d e s a r r o l l a , sino las emociones Lo que puedo hacer para aprovechar estos mensajes
experimentadas; pues esas emociones, positivas o negati- gratuitos que el corazón de la planta interior me transmite
vas, proporcionan mensajes sobre las personas que las sien- durante el sueño es recordar estos sueños positivos, escri-
ten. La imagen sólo es el soporte de mi emoción; en sí birlos y sentir las llamadas de vida que lanzan.
misma, tiene poco que decirme; es una pista falsa que, en
Para concluir esta búsqueda de mi potencial, es pre-
caso de que pretenda interpretarla, me alejará de la ex-
periencia que se manifiesta mediante el sentimiento. Por ciso que descubra la importancia de enraizarme en lo más
profundo de mi corazón. En él están la fuente de la vida,
eso se impone una regla, si deseo analizar mis sueños: no
la identidad, la única solidez auténtica, la única seguridad
detenerme en la imagen simbólica, sino centrarme en lo
verdadera y la única auténtica confianza. Me pongo manos
que siento, en lo que vivo emotivamente.
a la obra. Quiero aprender a amarme. ¿Cómo? A mí me
Veamos ahora dos sueños condensados, que trans- corresponde determinarlo concreta y efectivamente. El me-
miten mensajes del instinto vital e invitan a crecer. jor regalo que puedo hacerme es apropiarme de la vida que
Un Papá Noel va en trineo. Es verano, y el terreno tan generosamente he recibido de la naturaleza.
es accidentado. Papá Noel está de pie en el trineo. A pesar
de las sacudidas, va cantando y, mal que bien, se mantiene
Atreverse a afirmar quién es uno
en equilibrio. Casi se le cae el gorro, pero sigue cantando
y logra mantenerse de pie. Las sensaciones positivas ve- Cuanto más consciente y sólido sea mi potencial, más me
hiculadas mediante este sueño son la confianza en la vida impulsará a actuar partiendo de lo que considere bueno
a pesar de las dificultades, la fuerza, la seguridad y la para mí. Naturalmente, mi potencial tiende a ocupar su
alegría. Todas ellas invitan a una misión de felicidad en lugar y a expresarse en su propia identidad, es decir, po-
un mundo caótico. La persona que tiene este sueño está sitiva y distinta de la de cualquier otra persona. Yo soy
bastante bien arraigada, no exenta de agitación, pero ello un ser único; por tanto, soy la única persona capaz de sentir
no le impide sembrar la alegría a su alrededor. lo que sucede en mí y de discernir lo que me permitirá

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crecer, construirme y realizarme. El sentido de mi vida fundamento es el temor, pues, como soy pequeño, tengo
consiste fundamentalmente en llegar a ser yo mismo, como absoluta necesidad de los demás, y perderlos sería terrible;
una rosa debe ser una rosa, y un diente de león un diente por tanto, me adapto a sus expectativas y, si no respondo
de león. a ellas, me siento culpable y temo que ya no me quieran.
En cada ser humano existe una referencia interior que Sin embargo, voy creciendo y, poco a poco, voy
le permite discernir lo que es bueno para su crecimiento y siendo capaz de tener ideas personales. También me gusta
lo que puede perjudicarle; es su «conciencia». Este término decidir en determinadas cuestiones. Empiezo a criticar el
se presta al equívoco. Se habla de toma de conciencia y juicio ajeno y a formar el propio. Voy estableciendo en
se dice «Soy consciente de...». Esta utilización del término mi mente mis principios y mis leyes y quiero actuar de
conciencia o consciente se relaciona con el conocimiento; acuerdo con lo que considero que está bien. En el fondo,
expresa que mi inteligencia capta claramente determinados lo que quiero es sustituir mi dependencia de la conciencia
tipos de realidades. Pero actuar de acuerdo con mi con- socializada a la que reacciono por una conciencia que se
ciencia, que es de lo que ahora se trata, tiene un significado podría calificar de cerebral. Se trata de una conciencia fría
completamente distinto. Mi conciencia es mi capacidad de y rígida, caracterizada por una gran inseguridad bajo una
juzgar lo bueno y lo malo para mí y para los grupos a los apariencia reivindicativa o exaltada. Tengo miedo de in-
que pertenezco. En el curso de mi historia, mi conciencia cumplir mis propias leyes y principios y de sentirme de-
pasa por una evolución de tres etapas que frecuentemente cepcionado y humillado a mis propios ojos. Esta conciencia
se entrelazan. se elabora en torno a una imagen de mí mismo y de la
Cuando soy muy joven, mi identidad no ha emergido vida que me construyo en la adolescencia; después me
todavía, y mi experiencia es muy limitada. Mi instinto aferró a esa imagen que me he construido, y a partir de
vital guía en mi al niño-Mimosa/Chimpancé, pero sin saber ella actúo. Me encuentro en el nivel de la conciencia ce-
lo que es bueno o malo para mí. Mi conciencia no es rebral y, psicológicamente, soy adolescente.
personal; la vivo a través de la conciencia de los demás.
Es la conciencia socializada del «¡Todo el mundo lo hace, Pero un día se hace la luz en mí, y es una luz que
así que hazlo!», o de «Papá ha dicho que eso no está bien». procede de lo más hondo. Mi mente no tiene nada que ver
Se trata de una conciencia exterior a mí y que me ha con ello. Acaba de revelarse lo más profundo de mi co-
inculcado mi educación. Tiene aspectos positivos, pues me razón, y oigo la voz de mi vida en crecimiento. Mi vida
proporciona un marco de referencias para introducirme en me habla; me exige que me convierta en único y diferente;
la vida. Está formada por los permisos y las prohibiciones me llama por mi nombre y me invita a entrar en la evolución
que los demás me transmiten. Seguir su camino supone continua que me transforma a medida que voy creciendo.
asegurarme una forma de reconocimiento y evitarme un Esta evolución no puede seguir otro camino que el de mi
rechazo que sería trágico. En esas circunstancias, la mejor propio crecimiento. Todo se vuelve original y personali-
actitud a adoptar es la del borrego, que no se equivoca zado. La ley de «todo el mundo» no le conviene a mi vida;
nunca, porque sigue la corriente. Claro que no tiene opi- lo que sí le conviene es la docilidad a las exigencias in-
nión, ni gustos personales, ni necesidades particulares; es ternas, que no pueden ir contra la vida, porque son su voz.
como todo el mundo y actúa como todo el mundo. Ese es Muchas personas no oyen nunca esta voz. Su corazón
el nivel normal de conciencia cuando se es un niño. Su está bloqueado, y viven tambaleándose entre las exigencias
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de la conciencia socializada y las de la conciencia cerebral. adivinar; soy yo quien me siento así, y a mí me corresponde
Desconocen su conciencia profunda. No son capaces de llamar por teléfono. De este modo, me atrevo a expresar
dirigir su vida ni de tomarla en sus manos en el auténtico mi necesidad; dejo de vivir partiendo del temor a molestar
sentido de la expresión. Se dejan conducir por los demás o desagradar; tomo una decisión desde mi conciencia pro-
o por su mente, pero no por la fuente de vida que impulsa funda, en lugar de actuar movido por la conciencia socia-
a su planta interior a ser ella misma. Estas personas carentes lizada, que me llevaría a esperar que alguien, en mi lugar,
de raíces se mueven por motivaciones que nada saben de tomase la iniciativa de aliviar mi aburrimiento. Es cierto
la planta que deberían hacer crecer. ¿Ño es una curiosa que, esperando, me haría la ilusión de ser querido y no
manera de practicar la jardinería? Para poder vivir y actuar provocaría mi temor a molestar o desagradar. Una persona
partiendo de la vida que hay en uno mismo, hay que co- de cierta edad que actúe así se encuentra en un estadio de
nocerla y prestarle atención. Después, el paso que queda infancia psicológica.
por dar es el de atreverse a afirmar el propio potencial, es Veamos ahora un ejemplo de doble mensaje. Lanzar
decir, decidirse y actuar partiendo de él, teniendo en cuenta un doble mensaje es decir algo esperando secretamente que
a los demás, pero no obrando en función de ellos. Mientras la otra persona comprenderá algo diferente o, más aún,
esté invadido por sufrimientos inconscientes debidos a ca- que actuará de tal manera que responderá a mis expecta-
rencias del pasado, decidir y actuar partiendo de mi con- tivas sin que yo necesite expresarme con claridad. Si yo
ciencia profunda será difícil; pero mi dinamismo es muy digo a alguien: «Ven con nosotros el domingo: te vendrá
potente. Creer y atreverme: ¡ésas son las palabras clave! muy bien y podrás descansar, que lo necesitas mucho»,
Sea cual fuere la decisión que adopte, grande o pequeña, en el fondo no me preocupa mucho que esa persona esté
si es una respuesta a la voz de la vida que hay en mí, me cansada y necesite descanso. Lo que ocurre es que no me
hará crecer con fuerza y dará solidez a mi ser. atrevo a decir: «Me gustaría que vinieras con nosotros el
Atreverme a expresar claramente mis necesidades es domingo. Me sentiría más cómodo, porque, cuando tú
uno de los primeros objetivos a alcanzar. Quizá tengo la estás, me siento menos inquieto. Además, me gusta tu
costumbre de esperar a que las adivinen o de lanzar dobles conversación, porque sabes tratar con la gente». Y lo que
mensajes. Ambas actitudes me mantienen en la dependen- digo es: «Necesitas descansar; deberías reconocer que te
cia, en un comportamiento dictado por la conciencia so- vendría bien...». Esta manera de hablar muestra claramente
cializada. Mediante la primera actitud, no ocupo mi lugar, que no estoy afianzado en mis raíces y que quiero que los
sino que espero que los demás me lo concedan. Con la demás hagan por mí lo que yo soy incapaz de hacer por
segunda, soy incapaz de reconocer y aceptar mis necesi- mí mismo: ser quien soy y expresar claramente mis ne-
dades; por eso aparento no tenerlas, e intento obtener lo cesidades. Por consiguiente, debo combatir esta actitud
que quiero por medios indirectos. infantil y atreverme, sí, atreverme a construirme y aprender
a dirigir mi vida.
Una persona sola y bastante mayor me decía recien-
temente: «Mis hijos saben que estoy sola y que el tiempo Atreverme a expresar mi opinión es un segundo ob-
se me hace muy largo; ¡bien podrían llamarme por telé- jetivo a alcanzar. Cuando participo en una discusión, puedo
fono!». Ahora bien, los hijos estaban muy ocupados, les hacer sugerencias, emitir mi punto de vista al enumerar
faltaba tiempo y se les olvidaba telefonear. Si yo me siento las razones que me hacen pensar de ese modo, aun cuando
solo, y el tiempo se me hace muy largo, nadie lo puede los demás piensen de otra forma. Es posible que mi opinión

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no se imponga, pero habrá hecho avanzar el debate o lo y me impide tomar decisiones que me permitirían desa-
habrá estimulado. Si se la tiene en cuenta, todo el mundo rrollarlo. Es absolutamente necesario que confíe en mi
estará contento, porque lo que se buscaba era una solución. potencial en crecimiento; de lo contrario, me quedaré en
Yo participaré de la satisfacción de todos y habré com- el punto de partida. Lo tendré todo en potencia, pero nada
partido mis riquezas. Atreverme a expresar mi opinión se hará realidad.
seguramente me habrá hecho crecer de algún modo, tanto
si mi opinión ha prevalecido como si no. Para atreverme a confiar en mi potencial, tengo que
concederme el derecho a aprender y, por tanto, el derecho
También tengo que atreverme a confiar en mis gustos a no saber y, consiguientemente, a equivocarme. La ig-
y en mis necesidades. La moda, al mismo tiempo que norancia y los errores no implican que yo sea incapaz. No
responde a unas necesidades, expresa el gusto dominante, sé y me equivoco, pero puedo aprender. Concederme el
el gusto de todo el mundo, y la necesidad de agradar. Pero derecho a aprender me abre la puerta de mi potencial y de
¿se corresponde con mis gustos? ¿Me siento cómodo con lo desconocido, de la novedad. ¡Eso es crecimiento!
ella? ¿Por qué voy a tener que llevar algo incómodo? En
un grupo de acompañamiento, una persona expuso la si- Recientemente, me ha dejado asombrada un hombre
guiente dificultad: la habían invitado a una boda, y se de sesenta años que tenía las manos temblorosas desde la
preguntaba qué clase de zapatos iba a llevar. Como sufre niñez y, por miedo a las burlas, no había extendido nunca
de la columna vertebral, normalmente lleva zapatos bajos un cheque, pues creía que, si hubieran notado que firmaba
con tacones anchos. Necesitaba comprarse un par de za- temblando, se habrían reído de él. Prisionero de su temor,
patos de más vestir. ¿Iba a escoger unos zapatos finos de se consideraba incapaz de firmar un cheque, lo que le
tacón alto para estar como todas las demás «damas» de la producía toda clase de molestias. Yo fui la primera persona
boda, o iba a ser ella misma, «vestido sencillo y zapatos que recibió un cheque de su mano, y no seré la última.
planos»? Finalmente, se compró unos preciosos zapatos Éste sencillo gesto ha sido una gran victoria que le ha dado
muy caros y altos. Se presentó como todas las «damas» acceso a capacidades inexplotadas. No se trata de realizar
de la boda —su honor estaba a salvo—, pero sufrió enor- proezas, sino de hacer gestos que hagan retroceder los
memente todo el día y no pudo bailar. No volvió a ponerse límites de mi crecimiento. Así es como, poco a poco, se
nunca sus preciosos zapatos y tuvo que comprarse otro par. van desarrollando mis capacidades y me hago adulto, es
No se había atrevido a confiar en sus gustos y en sus decir, libre y autónomo.
necesidades, y el balance fue desastroso. Un conocido mío llamado Joseph nunca había edifi-
Tengo que atreverme a confiar en mi potencial en cado en un terreno y tenía ganas de intentarlo. Se convirtió,
crecimiento. Quien nunca se lance al agua jamás aprenderá sobre la marcha, en maestro de obras. Hizo llevar una
a nadar. Dirá: «Soy incapaz de nadar»; pero es falso, tiene excavadora, cuyo trabajo supervisó; después pergeñó un
potencial para nadar; todos los seres humanos normales camino y un patio y preparó la cimentación. El conjunto
pueden nadar, del mismo modo que pueden andar, aunque era bastante complejo, dada la naturaleza del terreno y los
la tierra firme da más seguridad que las olas. Debería decir: diversos factores que había que tener en cuenta, entre otros
«Tengo todo lo necesario para aprender a nadar, pero mi excavar una piscina demasiado elevada con respecto al
temor me lo impide». Ésa es la realidad. No se trata de nivel de la casa. Después llegó el cimentador, y había que
que carezca de potencial, sino de que el temor me bloquea extender y nivelar la preparación con rapidez. Más tarde,

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hubo que hacer el pulido y el remate, con un ingenioso cuando lo expresa. Su talento es real; su pánico, también;
instrumento fabricado para marcar en el cemento pequeñas pero lo afronta lo mejor que puede y ya no le permite que
cavidades ornamentales. Sin ser un trabajo de experto, ahogue su vida.
consiguió un hermoso conjunto, cuyos defectillos no ami- Si me atrevo a confiar en mi potencial en crecimiento,
noraron la satisfacción del maestro de obras, sino que fue- me queda un aprendizaje fundamental: atreverme a expre-
ron una invitación a desarrollar sus capacidades y a hacerlo sar mis limitaciones, ser capaz de decir «no». Por supuesto
mejor la próxima vez. que es algo que me perturba, porque también perturba a
Entre todos los ejemplos que podría citar, hay uno los demás o la imagen que tienen de mí. Pero mi vida
que realza el valor y muestra el dinamismo de la vida que marcharía mucho mejor si me atreviera a manifestar mis
quiere salir de su prisión a cualquier precio. Héléne es una limitaciones. La primera vez que me atrevo a decir «no»,
mujer de unos treinta años que está divorciada. Econó- todo el mundo se sorprende. No puede ser de otro modo,
micamente se encuentra en un nivel intermedio. Tiene la pues ni yo me reconozco, ni los demás tampoco. Dicen
custodia de sus hijos: dos niñas de cinco y ocho años. Su «Ha cambiado...», y lo peor es que, como no cambio a
sueño fue siempre aprender música; le fascinaba tocar el su favor, se sienten decepcionados. Si dejo de ser una
piano; si se hubiera dedicado a enseñarlo, habría vivido marioneta, el espectáculo se ha terminado, y se desmo-
en su elemento. Pero Héléne estaba empleada en la ad- ronan todas las reglas del juego. ¿Qué va a suceder? Pues
ministración de un hospital y nunca tuvo oportunidad de algo magnífico. En lugar de montar un espectáculo, vi-
aprender a tocar el piano; sólo persistían en ella la sensación viremos en la realidad. Todo el mundo saldrá ganando.
de que le gustaría aprender y el deseo de hacer grandes No obstante, antes del gran premio, seguramente habrá
cambios en su vida. En su entorno, las opiniones estaban muchos malentendidos. No digo «no» por decirlo, es decir,
divididas, pero el único juez era ella, que se debatía entre por ser desagradable o por molestar; digo «no» por respeto
las llamadas de la vida y el sufrimiento de la carencia, que a mi vida, porque es mi vida lo que está en juego, y eso
ahogaba la voz de su conciencia profunda. Sin embargo, es muy serio.
a pesar de sus temores e incertidumbres, decidió aprender
a tocar el piano. Después de una sesión extraordinaria de teatro, un
Al acabar el primer año de música, decidió presentarse grupo de minusválidos volvía en autobús. En el trayecto,
a una audición para entrar en el conservatorio a tiempo una gran pendiente desembocaba en una carretera trans-
completo. El suplicio comenzó varios días antes, pues tuvo versal, y al otro lado de la carretera había un lago. Al
que pasar por exámenes de diferentes disciplinas musica- autobús le fallaron los frenos, y bajó la pendiente a una
les. Al llegar el momento de la interpretación, se apoderó velocidad de vértigo. Al llegar abajo, el conductor fue
de ella el pánico; se puso a temblar y se crispó, y la incapaz de tomar la curva, y el autobús penetró en el agua
interpretación fue un fracaso, pero logró llegar hasta el un buen trecho, hasta que, finalmente, se detuvo. El con-
final. Los jueces detectaron talento bajo su enorme pánico ductor abrió la puerta y se dio cuenta de que el agua era
y la aceptaron. Poco después, participó en un concierto; profunda; entonces gritó que todos los que pudieran aban-
también esta ocasión fue una catástrofe, pero logró ter- donaran el vehículo. Algunas personas sanas escaparon
minar. Animada por su profesor, aprendió a creer en su antes de que el pesado autobús se hundiera en más de diez
talento a pesar de todas las penalidades que experimenta metros de agua y a doscientos metros de la orilla.

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Entre los que lograron salir había un hombre de unos — ¿Dónde me encuentro en este aspecto?
cincuenta años que sabía nadar, pero no estaba muy en — Describo globalmente mi vivencia:
forma, y un joven de veinticinco, compañero suyo de tra- mis victorias;
mis dificultades.
bajo. El joven no sabía nadar y se agarró a su amigo, el
cual, al intentar ganar la orilla a nado, comprobó muy Tomar resueltamente el camino de mi vida es sacar
pronto que no podía mantenerse a flote con su carga. Si fuerzas del presente. Así es como arraigo, adquiero se-
no se decidía a soltarla, aceptando su limitación, segura- guridad y tengo confianza en mí, porque aprendo a vivir
mente ambos se ahogarían. Sólo había una solución: decir y a actuar desde mi conciencia profunda. ¿Qué medidas
«no». Y exhortó a su compañero a mantener la cabeza adoptar para lograrlo?
fuera del agua mientras él iba a buscar ayuda. Era una — Proporcionarme un entorno vivificante.
opción muy dolorosa, pero la única posible: decidir no — Rodearme de personas positivas.
morir inútilmente. Logró liberarse del abrazo del joven y — Cuidar mi cuerpo y mi salud.
ganó trabajosamente la orilla. En la oscuridad, pidió so- — Enraizarme en lo más profundo de mi corazón.
corro. Después de una pequeña espera, llegó alguien con — Atreverme a afirmarme:
una lancha. Lago adentro, ya no había ningún rastro de la expresando claramente mis necesidades;
tragedia. El autobús se había sumergido. A ciegas, inten- expresando mi opinión;
taron encontrar al joven; vano esfuerzo, pues se había confiando en mis gustos y en mis necesidades;
hundido. confiando en mi potencial en crecimiento;
Nadie, ni siquiera yo mismo, puede exigir de mí lo manifestando mis limitaciones.
que no puedo hacer. Ni física ni psicológicamente. Ser
incapaz de decir «no» cuando algo perjudica mi vida es Es todo un programa de vida, pero indispensable para
morir rápidamente o a fuego lento. Y yo no tengo derecho llegar a ser yo mismo. Seguramente necesito sentarme y
a dejarme morir sin provecho alguno. En la vida cotidiana, reflexionar sobre todo ello, pero no sólo a nivel mental,
me dejo morir inútilmente, a fuego lento, cuando soy in- pues eso sería quedarme en el estadio de la conciencia
capaz de decir «no»: no a un trabajo que me oprime; no cerebral. Tengo que penetrar en mi interior y, para ello,
a una excursión que me agota; no a un gasto que supera debo hacer silencio, dejar de pensar; y entonces, suave-
mis recursos; no a las actitudes irrespetuosas; no a los mente, intentar escuchar a mi conciencia profunda, que
abusos de poder; no a los caprichos; no a cualquier forma me habla hoy. No me habla ni para el ayer, que ya no
de exceso. Todos estos noes no matarán a nadie, ni a mí existe, ni para el mañana, que aún no ha llegado; mi con-
ni a los demás —son más bien invitaciones a crecer—; ciencia profunda habla siempre en presente; está sintoni-
pero, si no los digo, me destruirán. Es importante com- zada conmigo hoy; por tanto, siempre es actual, pues cam-
prender que no son los demás los que hacen morir a un bia continuamente a medida que voy creciendo.
adulto; soy yo quien me dejo morir por mi incapacidad de Por consiguiente, mi conciencia profunda me dice hoy
decir «no». lo que es bueno para mí y de lo que soy capaz, con respeto
L.V.I. hacia los demás, pero sin dependencia. Si me he sentado
Me dejo impregnar por mi capacidad de atreverme a afir- para reflexionar, ha sido para ponerme de pie enseguida,
marme. decidido a emprender el camino dando el paso que hoy

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debo dar para ser dócil a mi vida. De este modo me con- puedo sanar del sufrimiento que éstas han engendrado. Ese
vierto, gracias al trabajo paciente e inteligente de mi jar- sufrimiento durará tanto tiempo cuanto tarde en integrarlo.
dinero, en la hermosa planta que yo soy. Pero para ello He podido reprimirlo en mi inconsciente, racionalizarlo,
necesito además liberarme del sufrimiento causado por mis sublimarlo, huir de él; pero me corroe y me irá destruyendo
carencias del pasado, sufrimiento que emponzoña mi pre- mientras no lo asuma en profundidad; es decir, mientras
sente por las huidas y los síntomas que provoca en mí. no lo integre conscientemente. Llega la hora del verdadero
nacimiento a mí mismo, la hora de la verdad, en la que
Sanar del sufrimiento ocasionado por la carencia he de afrontar lúcidamente mi pasado para vivir en plenitud
experimentada en la infancia mi presente y desembarazarme de una llaga que lo infecta
y oprime.
Mi conciencia profunda, en mi presente, me llama a sanar
del sufrimiento de mi pasado. Lo que sucedió en mi in- En las páginas anteriores tratamos de la aceptación
fancia es un hecho histórico, y yo no puedo rehacer la de mi potencial, con sus limitaciones de naturaleza y de
historia. crecimiento, es decir, de aceptar mi identidad, que esen-
He salido de mi infancia cialmente es positiva. Si, en mi historia, no hubiera sido
como se sale de una guerra. víctima de una guerra, crecería naturalmente y sin proble-
Mi pueblo ha sido devastado... mas; pero, por desgracia, tengo carencias. Yo no soy ellas,
pero ellas forman parte de mí con sus consecuencias ne-
La historia está escrita,
gativas, por el momento, a las que antes se llamaba de-
y yo no puedo volver atrás.
fectos. Debo mirar esas carencias cara a cara y aceptarlas.
Por tanto, vivo en unas ruinas...
Sólo entonces podré actuar, no sobre ellas, pero sí sobre
jirones de mi corazón de niño.
sus consecuencias negativas. Las carencias son ausencias,
Con frecuencia huyo del dolor.
agujeros, vacíos que yo no puedo llenar.
Pero siempre están presentes
los signos de mi desdicha. Lo que sí puedo hacer es borrar las consecuencias
Sin embargo, algún día, de esas carencias para que la llaga cicatrice. Siempre queda-
cansado de estas ruinas, rán huellas, pero ya no harán daño. Puedo sanar del sufri-
sueño que limpiaré mi tierra miento de las carencias, y, como consecuencia, los síntomas
y reconstruiré mi hogar. —que son signos de ese sufrimiento— desaparecerán.
Una vez curado el sufrimiento, los síntomas ya no tienen
Siento un deseo visceral de escapar. Sufro demasiado. razón de ser.
Mi vida lucha por liberarse. Es una llamada al crecimiento.
Mi vida ha recobrado las fuerzas y de nuevo se lanza al Se ha tratado mucho sobre las carencias como causa
combate; pero esta vez para ganar la batalla. Después de de heridas y de muerte. ¿Por qué son tan graves? Para
haber perdido la primera vez, es la hora de la segunda crecer y desarrollarme, necesito un alimento capaz de hacer
oportunidad. Mi potencial se ha desarrollado, y he adqui- crecer a la planta. Sin el alimento adecuado, no hay ver-
rido una cierta experiencia; estoy mejor equipado para la dadero crecimiento. Por tanto, la carencia es la falta de
lucha y puedo conseguir la victoria sobre mi herida. Ya respuesta a las necesidades normales del crecimiento. Un
no es posible borrar las carencias que la han causado, pero cuadro-resumen puede ayudar a comprender lo que ocurre

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en la persona cuando sufre la falta de respuesta adecuada
a una o varias necesidades fundamentales.
El cuadro está dividido en tres secciones: el mundo
exterior, yo, el mundo exterior. El mundo exterior es el
medio ambiente, el entorno indispensable para mi existen-
cia. Yo nazco por la aportación de una mujer y de un
hombre, que son mis padres biológicos. Por tanto, mi vida
está vinculada a unas personas colocadas en unas situa-
ciones determinadas y que viven una sucesión de aconte-
cimientos. Esas personas, esas situaciones y esos aconte-
cimientos tienen sobre mí un impacto determinante. Cuanto
más joven soy, mayores posibilidades tiene el impacto de
marcarme.
La segunda sección del cuadro me describe a mí.
Desde mi concepción, estoy dotado de un centro vital que
constituye el núcleo de mi energía, que está lista para
alimentar todas mis capacidades positivas, que existen en
potencia. Vivir es actualizar esas capacidades e impedir
que sean destruidas, porque al nacer ya soy susceptible de
morir. Por tanto, mi energía vital se dedica prioritariamente
a desarrollar mi potencial; pero, si éste se ve amenazado,
se concentrará en protegerlo y defenderlo.
Mi energía me hace actuar para desarrollar mi poten-
cial, protegerlo o defenderlo del exterior, tercera sección
del cuadro. Este exterior está constituido por las personas,
situaciones y acontecimientos de mi vida. Como el exterior
actúa sobre mí, yo reacciono frente a él mediante mis actos.
Pueden presentarse dos posibilidades: que mi energía
vital circule con fluidez, o que encuentre bloqueos. Cuando
mi energía vital es fluida, desarrollo mi potencial con fa-
cilidad; asumo con naturalidad mi lugar; tengo una sana
autoestima; me veo tal como soy, con un núcleo positivo
limitado. En este caso, mi energía es una forma de agre-
sividad positiva empleada para construirme y para ejercer
una influencia sobre mi entorno. Si me encuentro en pe-
ligro, soy capaz de una actuación proporcional a la ame-

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naza. Entonces mi energía se despliega como una fuerza al mismo tiempo, tuve que resignarme a vivir una vida
agresiva negativa normal para mi legítima defensa física distorsionada por el creciente bloqueo de mi energía vital.
o psicológica.
Mi sistema de protección me hace reprimir y retener
Cuando mi energía vital se ve obstaculizada por blo- en mi sistema nervioso unas emociones de temor, cólera
queos, no consigue que mi potencial se desarrolle natu- y tristeza que nunca he podido sentir e integrar verdade-
ralmente. Percibo mal mi potencial y mis limitaciones, y ramente. Mi sistema nervioso, bajo el continuo estrés de
entonces, alternativamente, me desvalorizo y me sobrees- esas emociones reprimidas, envía influjos nefastos a mis
timo. Me afirmo mal; tengo dificultades para asumir mi músculos, que, poco a poco, van sufriendo tensiones cró-
lugar; no tengo confianza en mí mismo; con razón o sin nicas, y a mis órganos, que, paulatinamente, van desarro-
ella, me siento amenazado, y mi comportamiento es des- llando enfermedades: úlceras de estómago, cálculos bilia-
mesurado por exceso o por defecto. Oscilo entre la agre- res, hipertensión, cáncer, afecciones cutáneas, etc. Mi
sividad excesiva y una actitud de cerrazón. sufrimiento inconsciente es enorme, y cargo con él desde
Todos los síntomas descritos en la primera parte de mi infancia (algunos tienen que hacerlo desde el momento
este libro son manifestación de una energía vital bloqueada. mismo de su concepción). Mi vida actual está emponzo-
ñada por los síntomas de ese sufrimiento.
Mi dinamismo vital no puede expresarse con naturalidad
para desarrollar mi potencial o para protegerlo y defen- Si quiero sanar, no tengo otra opción que quitar la
derlo. Mi vida sufre una especie de distorsión, cuya causa venda de la llaga y sentir lo que siempre he tenido blo-
es el bloqueo que el sufrimiento ha creado en mí. Cargo queado. Debo afrontar conscientemente mi sufrimiento in-
con un enorme quiste de sufrimiento, debido al temor, la fantil para integrarlo y lograr que ya no me impida vivir
pena y la cólera experimentadas cuando, de niño, carecí el presente. Sanar es volver a sentir las emociones de mi
de lo que debería haber recibido para crecer normalmente. pasado. De este modo, mi sistema nervioso —y, en con-
En justicia, mis padres tenían el deber de responder a mis secuencia, todo mi cuerpo— irá progresivamente liberán-
necesidades vitales: necesidad de ser reconocido, de ser dose de su estrés.
amado por mí mismo, de seguridad, de ser tratado de
acuerdo con mi edad, de aprendizaje y de ser yo mismo. Este largo proceso de curación tiene varias etapas:
El temor, la pena y la cólera que experimenté en mi niñez 1. En mi presente, detectar los síntomas de las reac-
no pude sentirlos auténticamente, ya que tanto mis padres ciones desproporcionadas.
como mi entorno me lo prohibían, por su incapacidad para
2. Aceptar que esos síntomas fueron causados por la
soportar estas emociones y por la amenaza que representa-
falta de respuesta a mis necesidades infantiles normales.
ban para ellos. Por tanto, tuve que reprimirlas. Mis padres
no podían tolerarlas, y a veces eran tan intensas y dolorosas 3. Establecer un vínculo entre mis reacciones despro-
que yo era demasiado pequeño para asumirlas conscien- porcionadas de hoy y las carencias que pude sufrir en mi
temente. Si las hubiera sentido en estado bruto, en el mo- infancia.
mento en que experimentaba la carencia, probablemente 4. Comunicar esta vivencia a una persona capaz de
no habría sobrevivido. Para hacerlo, tuve que construirme acogerme, comprenderme, ayudarme y apoyarme en el
un sistema de protección contra mis propias emociones y, proceso de curación de las heridas de mi infancia.

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5. Por último, sentir conscientemente en mi cuerpo y tenido?; ¿hay en mi vida actual razones reales y personales
en mi sensibilidad las emociones de pena, temor y cólera para que me sienta así? En otras circunstancias, ¿no aparece
para extraerlas de mi sistema nervioso. a veces el síntoma del perrito, del amo o del ermitaño?
¿No me siento con frecuencia perseguido, como el aco-
Identificar las reacciones desproporcionadas y repetitivas rralado? Con ayuda de las descripciones hechas anterior-
Se trata de tomar conciencia, en mi presente, de los com- mente y de las pistas sugeridas, prosigo el examen de mi
portamientos que no son propios de una vida adulta ar- comportamiento desajustado de hoy. ¿Cuál es el contenido
moniosa. Para ello es preciso que el jardinero busque hon- de la situación que lo desencadenó? ¿Qué emociones ex-
radamente la verdad sobre sí mismo y la acepte. Lo más perimento?
fácil es racionalizar, negar y justificar; se necesita mucha
humildad para admitir que tengo comportamientos desa- Aceptar que la causa de esas reacciones
justados similares a reacciones infantiles. Mi parte adulta radica en el pasado
debe aprender a dirigir una mirada llena de indulgencia,
de bondad y de ternura a la parte de mí que se ha quedado Yo ahora vivo emociones. Algunas de ellas tienen un ca-
aferrada a las angustias de un pasado doloroso. El niño rácter irreal con relación a las personas, situaciones o acon-
herido reacciona hoy en mí mediante todos los síntomas tecimientos que las desencadenan. En tal caso, se trata de
descritos anteriormente, y pide que no le juzgue, que no reacciones simbólicas que en la actualidad ya no tienen
le condene, que no le abrume; ya se le ha juzgado, con- sentido, pues su significado profundo se encuentra en mi
denado y abrumado bastante. Necesita que, por fin, se le pasado. El acontecimiento de hoy no es más que su de-
ame. Yo soy la persona que está más cerca de él y la tonante; sin embargo, me sirve de puerta de entrada en mi
primera que hoy debe ocuparse de él. Nadie más puede pasado. Por tanto, es de primordial importancia aprender
hacerlo. Mi parte adulta debe aprender a convertirse en a utilizar esas reacciones desproporcionadas en el presente,
padre comprensivo del niño herido. Ese niño que grita, pero que tienen un sentido muy real y muy proporcionado
llora, se encoleriza, tiembla y tiene dolor de vientre, ne- en mi pasado.
cesita, ante todo, que se le reconozca, acepte y quiera en
su dolor. Ésa es la primera condición para una curación Establecer vínculos entre las reacciones actuales
natural. y las carencias del pasado
Por tanto, es importante caer en la cuenta en el pre- Veamos cómo proceder para utilizar de forma sencilla y
sente de los síntomas que me hablan del dolor del niño eficaz una reacción desproporcionada en el presente, cuya
que hay en mí. Intento observarme con lucidez y reconocer verdadera razón se encuentra en mi pasado.
los momentos en que tengo reacciones desproporcionadas,
que sirven para camuflar mis emociones. Soy un padre de familia de veintiocho años y tengo
dos hijos de dos y cinco años. Su madre, mi mujer, está
De hecho, los síntomas son la expresión inadecuada al teléfono desde hace unos minutos hablando con su ma-
de mis emociones. El síntoma del espejo es muy frecuente. dre. Los niños se están preparando para irse a la cama, se
Me observo ante la televisión o cuando leo un libro: ¿en pelean un poco y terminan llorando. Yo podría muy bien
qué momentos experimento emociones?; ¿cuál es su con- ocuparme de ellos, pero me siento muy irritado porque su

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madre está hablando por teléfono, y me digo que sus hijos habrían perturbado sus conversaciones telefónicas y la ha-
la necesitan. brían encolerizado mucho. Por eso, cada vez que mi mujer
telefonea, aunque sólo sea durante unos minutos, me pongo
Interiormente, la acuso de ser una madre irresponsable fuera de mí. Así es como se establece el vínculo entre mi
y considero infantil que telefonee a su madre. Hago ruido presente y mi pasado.
para que cuelgue y tengo ganas de gritarle: «¡Termina esa
maldita chachara! ¿Es que no vas a acabar? ¿No te das
Comunicar la vivencia a una persona competente
cuenta de que los niños te necesitan?». Estoy encolerizado.
Incluso me gustaría, si me dejase llevar, arrancarle el te- No es con mi mujer con quien tengo que compartir este
léfono de la mano. Sin embargo, ni siquiera hace tres análisis, ni tampoco con mi madre, si aún vive. Podría
minutos que está hablando y, dado que yo estoy aquí, los herirlas y hacer nuestras relaciones aún más difíciles. Ne-
niños no están abandonados. No soy ningún inválido, pue- cesito encontrar una persona neutral que acepte esta vi-
do ocuparme de ellos. ¿Qué es lo que sucede? Mi ira no vencia desajustada sin juzgarme; una persona acogedora y
guarda proporción con el suceso que la desencadena. comprensiva.
Ante todo, tengo que reconocer mi emoción y no En un primer momento, podría contarle a esa persona
negarla. Lo mejor sería que me fuera a mi cuarto, tomara mi sufrimiento infantil cuando mi madre hablaba por te-
papel y lápiz y escribiera a mi mujer todo lo que tengo en léfono; cómo me sentía abandonado, sin importancia para
el corazón. Pero ¡cuidado! Esas anotaciones no le están ella, y cómo experimentaba pena, temor y cólera. Pena,
destinadas; simplemente me permiten dejar salir de mí unas porque no me sentía querido por ella como yo necesitaba;
palabras que ella ha suscitado, pero que no merece. Ne- temor, por no sentirme yo, tan pequeño y tan indefenso,
cesito que salgan de mí esas palabras tanto tiempo apri- capaz de desenvolverme sin su ayuda; cólera, al verme
sionadas y que me están intoxicando como un veneno. Una privado de un cariño al que tenía derecho. Probablemente,
vez que las haya escrito, me quedaré un poco más tranquilo experimenté estas emociones sin ser verdaderamente cons-
y podré ver si se corresponden de verdad con la realidad ciente; por eso han estado bloqueadas hasta que he sido
actual. Pero compruebo que he dramatizado mucho. Si el capaz de hacerlas aflorar a mi conciencia.
presente no es tan dramático, ¿por qué lo he exagerado
tanto? Probablemente, debido a que una experiencia pasada Contárselas a alguien me permite exponer los hechos.
semejante, que no he logrado resolver, ha salido a la su- Se trata de un primer nivel de expresión que ya es liberador.
perficie. Me hace bien hablar de ello y sentirme escuchado; aprendo
a confiar en alguien. Aun cuando contar esta vivencia sólo
Entonces tomo la nota que he escrito a mi mujer y la resuelva superficialmente, al menos abre la puerta a una
reemplazo en todas las frases su nombre por «mamá». Y curación en profundidad.
lo asombroso es que todo lo que he escrito a mi mujer
habría querido decírselo a mi madre hace veinticinco años, Revivir y volver a sentir las emociones en estado bruto
pues se pasaba las horas hablando por teléfono, y yo padecí
una importante falta de presencia y de seguridad que me La curación en profundidad tiene lugar cuando, poco a
hizo experimentar pena, temor y cólera. Tuve que reprimir poco y por estratos sucesivos, logro extraer de mi sistema
esas emociones, pues mi madre nunca las habría aceptado: nervioso las emociones de temor, pena y cólera que lo

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enturbian. Para sanar, debo establecer un vínculo de su- truye las fachadas edificadas para ocultar mi verdadero yo,
ficiente confianza con una persona capaz de acompañarme esa parte secreta de uno mismo que no se quiere ni reco-
en la difícil reconquista de mi integridad original. El su- nocer ni mostrar a los demás. Abrirse también conduce a
frimiento que me llegó por la carencia de una presencia una nueva dimensión del ser, dando por fin acceso a una
acogedora, comprensiva y solícita sólo puedo reconocerlo profundidad desconocida hasta ese momento, aportando a
si hoy siento el apoyo y el estímulo de una presencia amante la vida una riqueza ante la cual todas las fortunas del mundo
y sólida. En mi infancia, no he tenido un jardinero ade- son irrisorias»1. Hace ya bastantes años que este texto me
cuado; hoy soy yo quien debo practicar la jardinería con- ayudó a sanar y a descubrir mis valores. Atreverme a sanar,
migo mismo, con el apoyo afectivo de un jardinero experto. atreverme a afrontar mis emociones reprimidas, es recu-
El abandono del ego a las fuerzas de la vida resulta perar mi vida. Atreverme a abandonarme a mi cuerpo y a
también absolutamente necesario. Si mi mente no acepta mi sensibilidad es atreverme a liberar mi ser de sus ata-
soltar la presa y quiere controlarlo todo, no podré dejarme duras. Por supuesto que gran parte de ese trabajo de cu-
llevar a revivir y volver a sentir mis emociones en estado ración en profundidad no puede realizarse fuera de un
bruto. Mi mente ha de inclinarse humildemente ante la ámbito terapéutico competente; necesito realmente el apo-
vida del niño-Mimosa/Chimpancé. Debo confiar plena- yo de una presencia tranquilizadora y cálida para aban-
mente en su maravilloso instinto. Mi sufrimiento está en- donarme a esos monstruos que me habitan y aniquilarlos.
quistado a ese nivel, y sólo a ese nivel puedo resolverlo. Progresivamente, mi cuerpo y mi sensibilidad van
Mi cuerpo tiene recursos naturales para cicatrizar heridas, dejando salir mi temor, mi pena y mi cólera bajo formas
y mi mente no tiene mucho que ver con ello, excepto de expresión peculiares de cada persona.
constatar la fuerza sanadora que hay en mi cuerpo. Lo
mismo sucede con mi sensibilidad, cuyo soporte es el sis- Mi temor podrá expresarse mediante temblores o con-
tema nervioso; estoy dotado de recursos naturales para vulsiones en algunas partes de mi cuerpo o en todo él.
sanar psicológicamente, para que cicatrice la herida pro- Pueden castañetearme los dientes, puedo sentirme parali-
ducida por las carencias afectivas sufridas en mi infancia. zado, sentir una gran opresión en el pecho o tener taqui-
Lo que quiere decir que he de entregarme entera pero cardia, notar la garganta agarrotada y sentirme incapaz de
inteligentemente a esas fuerzas naturales de curación. hablar o de gritar. No hay que forzar nunca esta manifes-
tación corporal: podría provocar distorsiones de la realidad,
Un gran terapeuta de nuestra época, auténtico jardi- una huida que no tiene nada que ver con el proceso de
nero de raza, Alexander Lowen, dice con toda razón: «Mo- curación.
derar el control del ego implica abandonarse a los ritmos
del cuerpo, a sus corrientes vegetativas. El cuerpo toma Por su parte, la pena se puede revivir a través de lloros
el relevo, y eso, por supuesto, es lo que los pacientes no más o menos intensos o de sollozos muy profundos. Mis
soportan, porque están persuadidos de que su cuerpo va a labios temblarán con frecuencia. Quizá me sienta oprimido
traicionarlos. No tienen en él ni confianza ni fe. Temen o desconsolado. Mis manos pueden retorcerse y mi cuerpo
que el cuerpo, al ocupar el lugar que le corresponde por
naturaleza, desvele su debilidad, desmorone su arrogancia,
revele su tristeza y dé vía libre a su furor. Y lo temen con 1. LOWEN, Alexander, La dépression nerveuse et le corps, Éd. du Jour,
mucha razón, porque eso es lo que ocurrirá. Abrirse des- Montréal 1977, p. 287.

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crisparse. Puedo experimentar fuertes dolores en el plexo pasada la sorpresa, el proceso sigue su curso y llega hasta
solar o en el abdomen. Mi cuerpo también me devuelve a ser familiar para quien se atreve a emprender el camino
mi pena en forma de náuseas o de estremecimientos. Todas de la curación confiando plenamente en el instinto vital
estas manifestaciones corporales son signos de la expulsión inscrito en su cuerpo y en su sensibilidad.
al exterior de las toxinas de pena que me envenenaban.
Cada vez que tengo esta experiencia, salgo de ella
En cuanto a mi cólera, se traduce en sonidos roncos, con mayor espacio interior: respiro mejor; se renueva mi
gritos e invectivas. Todo mi rostro adopta una expresión vida; mi energía, liberada paulatinamente del bloqueo, se
agresiva. Tengo las mandíbulas apretadas o ganas de mor- vuelve fluida; mi potencial se refuerza, y por fin siento
der. Doy patadas o puñetazos. Retuerzo una almohada. que vivo y no que meramente sobrevivo; y mi cuerpo y
Rasgo en mil pedazos un papel. Poco a poco, me voy mi sensibilidad pueden expresarse. ¡Qué alivio del estrés
liberando de la furia que se ocultaba en mí como una bomba y de las tensiones! Tranquilamente, voy integrando mi
a punto de explotar. experiencia pasada, y mi sufrimiento se va disolviendo.
Para que esta eliminación de mis emociones pueda La carencia sigue existiendo, pero ha cicatrizado, y sus
ser eficaz, hay que sentirla conscientemente y no bajo los síntomas van desapareciendo al ritmo de la curación.
efectos del alcohol o de las drogas. Además, para inte- No siempre son esas reacciones desproporcionadas y
grarla, debo relacionarla con su verdadera causa, es decir, repetitivas las que dan origen a la curación, sino que el
con las carencias que viví durante mi infancia. Puede su- punto de partida de ésta también pueden serlo los sueños,
ceder que no siempre tenga recuerdos precisos, pues mis de los que tratamos anteriormente como acceso al poten-
heridas pueden haberlas causado ambientes, atmósferas, cial. Del mismo modo que un sueño puede proporcionarme
todo un clima nefasto para mi vida. información sobre mi vida, también puede hacerlo sobre
Por tanto, volver a sentir es experimentar las emo- mis heridas. En tal caso, se trata de un sueño con contenido
ciones relacionadas conscientemente con el sufrimiento de negativo que, según su grado de intensidad, puede deno-
mis carencias del pasado. Revivir estas emociones en es- minarse «pesadilla».
tado bruto es experimentar un retroceso en el tiempo en el Los preciosos materiales proporcionados por los sue-
que me hago consciente de ser pequeño en una edad, lugar ños son sensaciones que revisten la forma de personajes o
y momento determinados. Entonces revivo una experiencia situaciones simbólicas. El peligro reside en buscar una
ya vivida, pero, al revés de lo que ocurrió en el suceso interpretación de los símbolos olvidando el contenido emo-
inicial, en que bloquee mis emociones, ahora las experi- cional del sueño, ya que los mensajes que los sueños apor-
mento plenamente. De este modo, con cuarenta años, pue- tan se encuentran fundamentalmente en el contenido de las
do retrotraerme a los cinco años en una situación muy sensaciones y de las emociones, y lo único que los símbolos
precisa y revivir el acontecimiento de entonces. Mi tono hacen es posibilitar que ambas tomen forma.
de voz será el de un niño, lo mismo que mis palabras. Mis
actitudes serán infantiles, y a través de ellas pasarán mi Para sacar provecho de un sueño, la primera etapa es
pena, mi temor o mi cólera tal como habría debido vivirlas escribirlo al despertar, cuando las impresiones son muy
en aquel momento. Para un hombre en la plenitud de la vivas. Una vez escrito el sueño, debo dejarme habitar por
edad, resulta chocante oírse llorar como un bebé; pero, las sensaciones.

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A modo de ejemplo, examinemos un sueño. El aná- za el corazón y tenía mucho calor. Mi estado físico era
lisis que la misma persona hace plantea algunas cuestiones: lamentable.
¿cómo ha podido establecer un vínculo entre este sueño y »Tras este sueño, sentí que luchaba contra un poder
su nacimiento?; ¿es posible hacerlo solo o hace falta ayuda? arbitrario. Luchaba desesperadamente, con el cuerpo la-
La persona que tuvo este sueño tenía ya una gran cerado por su oposición a mi necesidad de nacer y por su
experiencia de crecimiento y de curación y, por tanto, incomprensión de esa necesidad. Luchaba con encarniza-
estaba habituada a investigar los mensajes de su incons- miento, con una especie de cólera loca, debida al esfuerzo
ciente. La víspera, le había afectado profundamente una y al sufrimiento que experimentaba. Esa violencia se ma-
lectura muy significativa para ella. Se trataba de un pasaje nifestaba sobre todo en la crispación de mis mandíbulas.
de Empreinte en el que Arthur Janov trata a fondo los Era como si estuviera golpeando con mi boca y mi mentón.
traumas del nacimiento. La noche siguiente, mientras dor- Durante ese tiempo, mi cuello estaba estirado, presionado,
mía, su experiencia personal del nacimiento irrumpió en atrapado por algún obstáculo. En esta lucha, me sentía
su consciente por la vía de un sueño con características de sofocada, estrangulada por los movimientos de mi cabeza
pesadilla. y por mi esfuerzo desesperado, que experimentaba como
demasiado grande para vencer la resistencia.
Al principio del proceso, con frecuencia se necesi-
ta ayuda para descifrar los mensajes del inconsciente. »Mi cuello y mi espalda estaban como molidos por
Para lo que, sin embargo, no hace falta experiencia es para mi violencia, oponiéndose a la del exterior. Mi tórax, mis
tomar la decisión de escribir los sueños. Es un excelen- caderas y mis piernas estaban agotados por el combate.
te comienzo. Por fin me liberé; salí victoriosa de la lucha, pero mi cuerpo
«Algunas horas después de haberme dormido, soñé estaba herido. Y cuando ya se había liberado, estaba solo,
que un pez de más de medio metro era atrapado en una abandonado y sin ayuda para aliviar su sufrimiento. Era
red por dos manos que se sumergían en el agua de un como si se desmadejara, como si ya no tuviera ningún
acuario. Una de las manos mantenía la red fuertemente control sobre sí mismo, como si estuviera al borde de una
apretada contra el pez, que estaba encogido como una bola. nueva catástrofe después de haber vencido un gran peligro.
La otra mano golpeaba al pez con un cuchillo, hiriéndolo Era la sumisión ante el sufrimiento, la dimisión ante una
por todas partes. El pez, para tratar de liberarse, se retorcía, herida física demasiado grande, la proximidad de la muer-
daba violentos cabezazos e intentaba morder. Todo su cuer- te. Experimenté una gran pena por haber sufrido tanto,
po estaba convulso por el esfuerzo y el dolor. Una mano como si fuera demasiado estúpido morir después de haber
se encarnizaba en golpearlo; la otra mantenía penosamente luchado tanto.
su presión sobre la red. Finalmente, el dolor rindió al pez, »Esas fueron las sensaciones de mi nacimiento. Hoy,
loco de rabia, y la mano que tenía el cuchillo cortó la red. la lucha feroz por sobrevivir continúa destruyendo mi cuer-
»En ese momento, me desperté con la cara ardiendo. po. También siento, como en aquel momento, una gran
Sentí que tenía las mejillas rojas, las mandíbulas apretadas fuerza vital, pero es como si mi cuerpo no pudiera sopor-
como una tenaza, y la garganta agarrotada. Me dolía to- tarla; como si estuviera desfasado con respecto a la fuerza
do el cuerpo, sobre todo el cuello, la espalda, el tórax vital que porta, debido al trauma que tuvo que soportar en
y un poco las caderas y las piernas. Me latía con fuer- el momento de partida.

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»No obstante, siento que ahora estoy sanando en la personajes, mejor podré solucionar directamente en el sue-
sombra, como un animal herido que se oculta para curarse ño determinados conflictos que tenga con ellos o, al menos,
y que se distancia poco a poco de la autodestrucción que emprender el camino. El sueño es un instrumento mara-
ha albergado de modo inconsciente durante mucho tiempo. villoso que la naturaleza me proporciona gratuitamente. A
Me protejo de las mujeres con poder arbitrario, las que mí me corresponde aprender el modo de empleo; no un
quebrantaron mi cuerpo al principio: mi madre, las enfer- modo simplista, sino un modo que tenga en cuenta mi
meras que me manejaron y toda la serie de autoridades capacidad personal para descifrar mi vivencia interior.
femeninas perjudiciales que han jalonado mi vida. Siento He tratado ampliamente del jardinero que hay en mí
que algún día mi auténtica fuerza vital se verá libre de este y que tiene ante sí la tarea más hermosa posible: hacerme
sufrimiento. Siento vocación de educadora y sé que, lle- crecer y convertirme en mí mismo. Esta tarea se ha com-
gado el momento, podré ejercer un poder menos arbitrario, plicado, porque la planta de la que es responsable ha sido
menos malsano que el que, según dicen, me ha hecho nacer muy maltratada por los jardineros que se encargaron de su
y crecer. Siento que podré hacer nacer y crecer de modo siembra y primer crecimiento. Hoy, la planta, lejos de
más adecuado que el empleado por las mujeres que han crecer con la alegría de su dinamismo natural, soporta
dirigido mi destino». penosamente la vida. Tengo entre la manos, y sobre todo
en el corazón, una planta truncada que hay que reparar.
Una vez analizado el sueño, esta persona lo utilizó Estoy dividido: me habitan dos personas. Por tanto, no
más tarde en una sesión de terapia. A medida que iba puedo decir que soy adulto; soy, más bien, una persona
leyendo el texto, volvía a sentir exactamente, en estado de mayor con un corazón infantil. Una parte de mí ha logrado
vigilia, las sensaciones corporales y psicológicas que había crecer y desarrollarse; hay aspectos de mi vida en los que
experimentado con tanta intensidad durante el sueño. De me siento responsable, maduro, equilibrado; tienen que
este modo, se iba desprendiendo poco a poco, conscien- ver sobre todo con mi vida profesional, intelectual y social.
temente, de los efectos negativos de la traumática expe- Para la gran mayoría de nosotros, presuntos adultos, hay
riencia de su nacimiento. A partir de ese sueño, comenzó un sector deficiente: el afectivo. Desde el momento en que
a integrar su experiencia. entro en relación afectiva con alguien o me siento com-
prometido emotivamente, las cosas se tuercen; retrocedo
El descanso es un espacio privilegiado de acceso a
por completo a la infancia.
mi inconsciente por la vía de los sueños. Emprender la
conquista de mis sueños es tarea digna de un gran explo- Tengo que practicar la jardinería con el niño que hay
rador, pues los sueños me permiten penetrar sin interme- en mí, inclinarme hacia él con ternura y bondad y verle
vivir. Tengo que intentar comprenderle para poder pro-
diarios en mi universo interior, desconocido, pero muy
porcionarle lo que necesita para robustecerse y sanar. Pero
rico. Desgraciadamente, cuanto más bajo es mi nivel de no me es posible hacerlo si la persona mayor que hay en
conciencia, menos recuerdo mis sueños. Las pesadillas me mí no desea buscar la verdad, si no está decidida a actuar;
impresionan más y las recuerdo mejor; pero, si no las resumiendo: si carece de la apertura de un auténtico jar-
escribo inmediatamente, pierdo toda la emoción que habría dinero de la planta humana. Ésa es la única condición
podido describir en caliente. Otra característica del sueño, absolutamente necesaria para que en mi presente no estén
que está condicionada también a mi proceso de evolución, continuamente como parásitos los síntomas de las heridas
es la desaparición progresiva de los símbolos en beneficio de mi pasado. ¿Quiero amarme tanto como para conver-
de los personajes reales. Cuanto más reales se hagan los tirme en mi propio y maravilloso jardinero?

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damental. Para crecer sanamente, el niño necesita un en-
5 torno que responda de modo natural a sus necesidades más
Nutrir al niño-Mimosa/Chimpancé vitales:
— necesidad de ser reconocido;
— necesidad de ser amado por sí mismo;
— necesidad de seguridad;
— necesidad de ser tratado como niño y no como un mini-
adulto;
— necesidad de aprendizaje para poder ocupar su lugar en
la sociedad;
— necesidad de ser él mismo1.

Cada niño es un pequeño príncipe de la vida, que le ha Estas necesidades vitales son necesidades de creci-
colmado de belleza, de gracia y de inapreciables riquezas miento y corresponden al primer nivel afectivo del ser
naturales. Este principito, con su magnífico tesoro, es con- humano, al que se puede denominar nivel del corazón
fiado a unos jardineros. Si se le abandona a sí mismo, sensible. El niño entra en relación afectiva con las personas
puede perecer en cualquier momento. Aunque rico, es ab- que pueden nutrirlo; ama para recibir. Todo en él le impulsa
solutamente impotente. Tiene un largo camino por delante a tomar, a captar, a apropiarse, para no morir, y a crecer
antes de acceder al poder, y necesita jardineros reales para lo suficiente para ser capaz de vivir por sí mismo. La
alcanzar un día el trono de su auténtica identidad. dinámica de su crecimiento consiste en hacerle pasar de la
dependencia más completa a la autonomía.
El jardinero real se consagra por completo a su alteza,
el pequeño príncipe. Le profesa un amor asombrado. Sí, Ahora bien, el niño en estado de absoluta dependencia
la mirada que el jardinero posa sobre el principito debe vive en fusión; no vive por sí mismo, sino a través de otras
tener una amplitud que le haga ver todas las riquezas, todos personas y por medio de ellas. No puede amar, en el
los talentos y todas las aptitudes de ese niño único. La verdadero sentido de el término; no es más que necesidad
calidad de esa mirada da al jardinero el deseo de proteger, imperiosa de recibir. En ese estadio, la necesidad de recibir
envolver y cultivar esa planta, no semejante a ninguna otra. no puede coexistir con la capacidad de dar. El niño no
Ante todo, es una mirada de fe en la belleza potencial que puede amar, sólo puede ser amado. Únicamente se ha
se encierra en la semilla del principito, que será hermoso, despertado su corazón sensible; sus capacidades positivas
porque el jardinero real cree que puede serlo si se le cultiva, están todas latentes, y no se irán despertando sino muy
protege y estimula. lenta y progresivamente. Lo que le ocupa por completo
son las llamadas que hace para que alguien responda a su
Es verdad que la energía vital del niño es muy potente necesidad de nutrición. De la calidad de la respuesta de-
y que impulsa su potencial a desarrollarse y actualizarse
en toda su originalidad. Esta fuerza es tan grande que puede
hacer que el niño crezca a pesar de algunas condiciones
adversas. ¡No hay semilla más tenaz y vigorosa que la 1. ROCHÁIS, André, Notes d'observation: Aspirations et besoins et l'édu-
humana! Pero, pese a ello, un ambiente propicio es fun- cation de nos enfauts. Organismo P.R.H., 1987.

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penderá su crecimiento, y de su crecimiento dependerá el niño puede sentir que presienten su potencial en toda su
toda la calidad de su vida futura. belleza, que es objeto de admiración. Le gusta oír la voz
La vida es un proceso en el que es imposible saltarse de sus padres dicíéndole suavemente: «Te quiero», «Eres
las etapas normales de la evolución. Además, para cada precioso», «Estamos impacientes por verte», «Tu presen-
persona, ese proceso, aun respondiendo a unas leyes ge- cia nos hace felices»... El niño-Mimosa saborea todas las
nerales, es único. No existe una respuesta adecuada a las palabras que el corazón profundo puede decir para impulsar
su crecimiento; le gusta que le canten melodías llenas de
necesidades de todos los niños, ni es posible reducir las
ternura.
necesidades del niño a las capacidades que sus padres ten-
gan de satisfacerlas. El niño es una persona única y necesita Según Marie-Louise Aucher2, la complementariedad
sentirse amado de acuerdo con sus necesidades, no al albur de las voces de sus padres le resulta indispensable: la voz
de su entorno. más aguda de su madre fortifica la parte superior de su
Por tanto, su vida depende de la calidad del corazón cuerpo, mientras que la parte inferior se afirma gracias a
profundo de sus padres. Éstos, sacándolo de su manantial la voz más grave de su padre. Debido a esta doble vibra-
interior, vierten sobre el niño un alimento plenamente adap- ción, su cuerpo se desarrolla de forma armoniosa, tanto
tado a él. Ser padre es vivir una relación afectiva que nutre en su parte superior como en la inferior. También aprecia
adecuadamente al niño y le hace crecer cuanto lo permita que se le acaricie con masajes dulces y cálidos a través de
su potencial. Esa relación afectiva se sitúa a nivel del la piel de su madre. Le gusta el ambiente tranquilo y,
corazón profundo, donde la capacidad de dar es muy su- según las investigaciones realizadas por Thomas Verny3,
perior a la necesidad de recibir. Sólo la persona que vive disfruta de modo especial con la música de Mozart. Para
a nivel de su corazón profundo es capaz de practicar la el feto, sentirse reconocido también es recibir una alimen-
jardinería con un niño. Eso es lo que el niño necesita para tación sana, sin drogas, productos químicos, nicotina o
que su corazón sensible no sea herido por el sufrimiento alcohol. Su cuerpo necesita lo mejor, lo más vivo, lo más
de la carencia. fresco, lo más puro de la naturaleza. Su joven vida es como
un brote que reclama un tratamiento regio. Sólo un jar-
dinero en armonía con la naturaleza sabe respetar su rea-
La necesidad de ser reconocido lidad ecológica.
La necesidad de ser reconocido es la necesidad de sentirse El niño necesita que se le reconozca en su nacimiento,
llamado a la vida por un deseo responsable y gratuito. El que debe ser natural, como la vida, y sin violencia. Cuando
niño, desde su concepción, necesita sentir un influjo afec- está preparado para nacer, él mismo desencadena el pro-
tivo que le invite a desarrollarse; necesita ser el fruto de ceso de su nacimiento; al igual que una semilla, él se abre
un profundo deseo de sus padres de darle vida. Ese don camino para salir de las entrañas de la tierra. No obstante,
inmaterial del corazón profundo está más en el origen mis-
mo de su vida que el óvulo y el espermatozoide que bio-
lógicamente la constituyen. 2. AUCHER, Marie-Louise, Vivre sur sept octaves, Éd. Résonances, París
1983, pp.111-112. 4
Ese don inicial es la semilla de todo su potencial. Por 3. VERNY, Thomas, La vie secrete de l'enfant avant sa naissance, Ber-
la actitud de sus padres, ya desde el mismo seno materno, nardGrasset, París 1982, p. 41.

t — 144 — — 145 —
necesita sentirse acompañado, apoyado y animado, ante que responda a su necesidad de ser amado. Es preciso que
todo por la colaboración consciente y afectuosa de su ma- sienta que es importante al menos para una persona; tiene
dre, en el impulso vital que le invita a dejar el seno materno una imperiosa necesidad de sentir que es valioso a sus ojos;
para abrirse a un espacio mayor y más variado; necesita de hecho, necesita sentirse alguien para alguien.
sentir que su madre no quiere apropiarse de él, que disfruta Aprecia la respuesta a esa necesidad cuando experi-
de la vida que existe en él y que confía en su impulso. menta que la persona que le quiere por sí mismo está lo
Siente la ayuda de su madre cuando, mediante la respi- suficientemente cercana, atenta y presente como para adi-
ración, le facilita las ondulaciones de su cuerpo, que se vinar lo que él es incapaz de expresar claramente. Sentirse
desliza, llevado por cada oleada, hacia la gran aventura adivinado, acogido y comprendido le proporciona la sen-
del mundo exterior. También está allí su padre, presente sación de ser una persona a la que se le tiene cariño. El
mediante su aliento, como una brisa dulce y tranquilizadora niño tiene esta experiencia cuando su madre y su padre
que inspira confianza. evitan que sienta que es una carga y que sus necesidades
En cuanto nace, acepta su vida, su aliento. Se puede les molestan; cuando responden con alegría, atención y
cortar el cordón umbilical; pero es importante que sienta delicadeza a su hambre, a su incontinencia, a su cansancio,
que el vínculo con sus padres es muy sólido y que ellos a sus malestares corporales; en resumen, a toda su depen-
reconocen, aceptan y acogen su potencial de vida, con sus dencia física, en la que está en juego su vida misma. El
riquezas y sus limitaciones. niño aprecia la ternura que lleva a sus padres a consagrarse
al servicio de su crecimiento, en lugar de pretender apro-
Para reconocer, hay que ser consciente, es preciso piarse de su vida. Para poder percibirla, esta ternura debe
ver. El niño necesita sentir que se notan sus cualidades, ir más allá de los gestos obligados, más allá del deber de
que sus padres están atentos a sus acciones y a sus gestos, alimentarle, vestirle y darle cobijo. Procede del corazón
que enumeran por él sus dones, se asombran, los toman profundo y debe responder a las emociones del niño.
en serio y los valoran. Necesita que sus padres expresen
este asombro con felicitaciones y recompensas; necesita Una de las principales expresiones de la ternura es no
sentir que sus padres están felices al verlo diferente y único. negar nunca una emoción del niño, su alegría o su placer,
El reconocimiento es aceptar al niño tal como es, sin aña- su pena, su temor o su entusiasmo, su cólera o su espon-
dirle ni quitarle nada y sin proyectar tampoco en él ex- taneidad, su cerrazón o su depresión. Toda la vida del niño
pectativas o sueños que no concuerdan con su identidad. circula a través de sus emociones. Negarlas, reírse de ellas,
ignorarlas o criticarlas es bloquear su vida misma; es re-
primir la manifestación de lo que el niño es a través de lo
La necesidad de ser amado por sí mismo que siente. No negar nunca una emoción del niño es ma-
¡Cuántos niños nacen para recomponer la relación de pareja nifestarle ternura en su forma más elemental y más autén-
de sus padres, o para llenar su soledad, o para proporcionar tica: la del respeto. Para ser capaz de ese respeto, el jar-
mano de obra a la empresa familiar...! Es un pésimo co- dinero debe estar bien enraizado en su corazón y decidido
mienzo para un niño, que tiene una necesidad vital de que a consagrar mucho tiempo a la frágil planta que cultiva
se le quiera por sí mismo y exige mucha atención, com- con amor gratuito y sin esperar ser correspondido.
prensión y solicitud. Es una persona, una verdadera per- Sí, tiempo para escuchar y volver a escuchar, pa-
sona, aunque sea débil, frágil, incapaz de vivir sin alguien ra intentar comprender, para explicar pacientemente,
i — 146 — — 147 —
para proporcionar ayuda, para formular hipótesis, para comprensión y paciencia, y como algo natural para un
sugerir... corazón de padre o de madre que ama a su hijo por sí
mismo.
Tiempo para observar los comportamientos del niño,
para contemplar su potencial en crecimiento, para identi-
ficar los obstáculos, para encontrar soluciones. La necesidad de seguridad
Tiempo para, simplemente, envolver al niño en
Nunca se insistirá bastante en que el estadio infantil es el
un clima de dulzura, de bondad, de indulgencia y de
más difícil de todos los estadios de la vida. Nunca se será
confianza.
lo suficientemente consciente de las consecuencias de su
Tiempo para tocar al niño, tomarlo en brazos, me- enorme vulnerabilidad y de su permeabilidad. El niño es
cerlo, acariciarlo, abrazarlo, cantarle canciones, contarle un ser frágil que entra en un mundo desconocido, com-
cuentos. plejo, peligroso y a veces hostil. ¡Tienen que transcurrir
Tiempo para acoger su tristeza, para dejar que la ex- tantos años antes de que sea capaz de ser autónomo
y prescindir de la ayuda exterior, para apoyarse sobre
teriorice totalmente, sin intentar sofocarla. Tiempo, en de-
su fuerza y solidez internas...! ¡Tantos años en que
finitiva, para enjugar sus lágrimas.
está a merced de agresiones que pueden dejar secuelas
Tiempo para tranquilizarle, para tomarle de la mano, irreparables...!
para ir a mirar debajo de la escalera y demostrarle que allí Esa seguridad que tanto necesita en su pequenez, la
no se esconde ningún ladrón. espera, ante todo, de sus padres. La naturaleza misma le
Tiempo para admirar los relámpagos y escuchar los ha confiado a sus cuidados. Él espera que le protejan quie-
truenos y hacerle comprender que son fenómenos naturales nes le han hecho nacer. ¿Para qué traerlo a la vida si a
raramente peligrosos. continuación se le va a abandonar o a destruir a fuego
lento?
Tiempo para ir a buscar al niño enfurruñado, cabizbajo El niño necesita sentir seguridad ya en el seno ma-
en un rincón por la frustración debida a una negativa ne- terno. En ese estadio, la naturaleza vela a través de la
cesaria. fusión intrauterina. Es verdad que se puede obstaculizar el
Tiempo para dejar tranquilamente que se le pase la desarrollo del niño, pero las leyes de la gestación lo pro-
rabieta y dé rienda suelta a los puñetazos y al pataleo. tegen, aun cuando su equilibrio afectivo pueda estar ya
dañado. El nacimiento es un aconfecimiento muy dramá-
Tiempo para reparar un estropicio sin zarandearlo ni tico para el niño; es el momento crucial del tránsito, que
recriminarlo. puede resultar positivo o muy traumático. El momento del
Tiempo para jugar. nacimiento y los instantes que le siguen tienen un efecto
determinante sobre toda la vida.
En definitiva, y sobre todo, tiempo para decir al niño La seguridad del niño depende, ante todo, de la ca-
«Te quiero». lidad de la relación que se establezca entre él y su madre
Todo este tiempo es expresión de mucha ternura y de y su padre. ¡El fundamento de la seguridad de un niño es
un gran amor, con tal de que se le dé con dulzura, bondad, un asunto de relación afectiva! No tiene nada que ver con

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una gran asepsia o un enorme despliegue médico. Necesita van evolucionando, pero hay que mantenerlos como signo
la seguridad, el calor y la dulzura del vientre y el seno de una presencia tranquilizadora y constante. En definitiva,
maternos; necesita una mirada que establezca un vínculo esa presencia dulce, cariñosa y sólida es la que confirma
más allá del cordón umbilical; necesita manos que le en- al niño que hay respuesta a su necesidad de seguridad.
vuelvan y le rodeen fuera del útero. Ese vientre, ese seno, Necesita un padre y una madre presentes, siempre a su
esa mirada y esas manos son fundamentales en el momento lado para ayudarle a crecer y para protegerle de los peli-
de su paso del interior al exterior. Una ruptura brutal le gros. Lo cual, naturalmente, excluye por completo cual-
dejaría desorientado para el resto de su vida; se encontraría quier forma de violencia física o psicológica. ¿Cómo pue-
en un gran vacío, en el que se sentiría perdido para siempre. den los padres ser los protectores de su hijo si son sus
La lactancia es un modo privilegiado de prolongar el agresores?
contacto intrauterino. La piel, el olor, el calor y la leche Además de la seguridad afectiva, experimentada a
le hacen sentir la proximidad y la presencia de su madre. través del vínculo que su madre y su padre establezcan con
Aún necesita sentirse ligado a ella por ese contacto íntimo, él por medio de múltiples gestos y actitudes, el niño ne-
que solicita de modo constante y a intervalos periódicos. cesita sentirse seguro de que tendrá comida cuando tenga
La disponibilidad de su madre durante este período —que, hambre, y un techo para estar al abrigo de los peligros
según Arthur Janov, debería prolongarse alrededor de diez materiales. Para ello tiene que notar que sus padres dis-
meses— es primordial para su seguridad, pues el niño ponen de un mínimo de medios materiales y financieros.
comprueba que su madre está a su lado de modo tangible, Ese mínimo puede variar según los contextos de tiempo y
como cuando él estaba en su vientre4. de lugar, pero el niño debe sentir que existe y que sus
Que su padre y su madre le den masajes por todo el padres no están agobiados por el mañana. La estabilidad
cuerpo le da también al niño una sensación de gran se- de la residencia familiar es también un muy importante
guridad que le permite relajarse y abandonarse con toda elemento de seguridad para el niño, ya que le proporciona
confianza. Disfruta su realidad de niño como bienhechora una especie de arraigo físico en un medio y favorece la
y buena. Además, los masajes le ayudan a apropiarse de creación de vínculos extra-familiares, que también le son
su cuerpo y a aprender a no tenerle miedo. Mediante el necesarios para sentirse seguro en esa sociedad que va
contacto físico con sus padres, el niño acoge su cuerpo, descubriendo poco a poco.
lo conoce, aprende a amarlo y a habitarlo totalmente. Bañar
al bebé o al niño es una necesidad; darle un masaje suave, La necesidad de ser tratado como un niño
sereno y lento es proporcionarle un contacto gratuito que y no como un mini-adulto
él experimenta como un signo de pertenencia a unas per-
sonas que le tratan con una cálida delicadeza. La infancia se caracteriza por la necesidad de recibir y por
la incapacidad de dar. Para vivirla como es debido, es
Los contactos físicos deben prolongarse durante toda fundamental que se respete esta característica. El corazón
la infancia para que el niño pueda palpar el vínculo que le sensible de la persona debe ser nutrido generosamente para
liga a su madre y a su padre. Evidentemente, esos contactos que un día se plasme en ella su corazón profundo.
El niño necesita jugar, correr, reír y retozar a la ma-
4. JANOV, Arthur, L'amour et l'enfant, Flammarion, París 1977, p. 95. nera aturdida y graciosa de un cachorrito o de un gatito.

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La infancia de los perros y los gatos dura menos, y pa- El niño no sabe andar, hablar, leer, escribir, contar...;
recería injusto quien pretendiera privarles de ella. Enton- desconoce la administración, la economía, la cocina, la
ces, ¿por qué esa desastrosa torpeza de privar a un niño vida social, las relaciones... Todas esas realidades precisan
de su infancia abrumándolo con responsabilidades que su- un aprendizaje. No es que no sea capaz de llegar a apren-
peran su edad, cargándolo con culpabilidades desmedidas derlas un día, pero ahora las ignora. Y, sobre todo, no se
y agobiándolo con los «buenos modales»? Lo que el niño conoce a sí mismo. Por tanto, practicar la jardinería con
necesita es lozanía, fantasía, espontaneidad y libertad, tan- un niño es llevarle, a partir de su capacidad de conocerse
to en sus juegos cono en toda su existencia. También pre- y de conocer el mundo, a que se convierta en sí mismo y
cisa firmeza y orientación. Necesita un entorno en el que ocupe su lugar en la vida. Cuenta con veinte o veinticinco
poder evolucionar sin peligro. Es evidente que no hay que años para adquirir la base de ese doble conocimiento que
dejar que un niño pequeño juegue en lo alto de una escalera, conduce al mundo adulto. Es un gran desafío. Para afron-
si previamente no se ha colocado una protección segura. tarlo, el niño, sumido en una ignorancia total, tiene una
Pero prohibirle acercarse a la escalera, con la amenaza de necesidad imperiosa de la ayuda de sus padres y, más tarde,
un castigo, es ridículo. de sus educadores.
Los padres deben tener la inteligencia de colocar al Dado que quieren profundamente al niño y viven de
niño en una situación favorable. No hay derecho a robarle continuo con él, los padres son los primeros maestros y
las maravillas de su infancia y del universo de la despreo- los más aptos para enseñar a su hijo. El niño es todo ojos
cupación, que pasa tan rápidamente, imponiéndole pro- y oídos para sus padres y aprende por imitación, mirando
hibiciones que no tienen sentido. El niño tiene derecho a lo que ellos hacen, observando los gestos cotidianos de la
sus titubeos, a sus errores, a sus fracasos; tiene derecho a vida. Cuanto más en contacto está el niño con sus padres,
crecer brincando al ritmo de sus capacidades y a que no más cosas les ve hacer y más aprende a hacer. Al no tener
le pongan sobre sus espaldas más peso del que puede so- ningún conocimiento previo, se encuentra en un estado de
portar. No es que haya que mantenerlo en una especie de gran apertura. También aprende por impregnación: a fuerza"
infantilismo que le perjudicaría gravemente; al contrario, de vivir con alguien, acaba por parecérsele en sus valores.
se trata de dejarle que sea y viva de acuerdo con su edad Así es como se transmiten la cultura, los principios y las
y que vaya pasando progresivamente de la dependencia a mentalidades. A través de las vivencias de sus padres y
la autonomía, sin quemar las etapas ni prolongarlas. La viviendo con ellos, aprende la honradez, la justicia, la
necesidad de ser tratado como niño es el privilegio del que verdad, la sociabilidad, el respeto y la conciencia. Sin
disfruta para compensar la gran prueba de su total impo- esfuerzo, se ve envuelto en esas realidades y, poco a poco,
tencia. ¿Quién tendría valor para quitárselo? sin darse cuenta, las va haciendo suyas. Se le transmiten
por osmosis y forman parte de él.
La necesidad de aprendizaje Paulatinamente, la inteligencia racional del niño se va
desarrollando y va aprendiendo mediante las explicaciones
Nada o casi nada del potencial de una persona en su punto que se le dan. Pero hay que encontrar el modo de hablarle
de partida está actualizado. Sus capacidades están veladas y explicarle. Al niño le repugnan la prohibición, el tono
por la impotencia y por una ignorancia normal, lo que duro y el reproche, que son una agresión a su docilidad
implica que hay que adquirir conocimientos y experiencia. natural. En cambio, con dulzura, bondad y calma aprende

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pronto y bien, porque se siente querido e importante, pues y el respeto a su sexo. El bebé necesita caricias en todo
sus padres emplean tiempo en dedicarse a él; y, si lo hacen, el cuerpo; acariciarle con verdadero amor es darle acceso
es porque lo que le dicen también es importante. La im- a su cuerpo en su totalidad y revelarle que es bello y bueno.
portancia que se concede al niño le ayuda a fijar mejor su A la caricia hay que añadirle palabras llenas de delicadeza,
atención y a comprender mejor las explicaciones que se le que ni banalicen ni vulgaricen ni oculten ninguna parte del
dan. Para los padres, ello exige paciencia; con frecuencia, cuerpo del niño ni su función.
hay que volver a explicar, aceptar la lentitud e incluso las
regresiones; todo ello forma parte del aprendizaje, que no A partir de esos momentos, comienza la educación
se puede realizar en un instante, pues es un proceso de sexual. Si se inicia con sencillez y verdad, son muchas las
paso de la ignorancia al conocimiento. posibilidades de que la evolución sexual del niño fluya con
naturalidad.
Para progresar en cada etapa de su crecimiento, el En todos sus aprendizajes, el niño necesita que le
niño necesita una atención muy particular. Tiene que com- guíen quienes tienen la experiencia de lo que él ignora.
prender que ocurre un cambio y aprender a aceptarlo y a Sin embargo, esa necesidad de ser guiado incluye también
vivirlo. En su aprendizaje, el niño necesita sentir el respeto la necesidad de sentirse respetado y de que se le reconozca
de sus padres y de sus educadores. Debe percibir que se la capacidad, que sólo él posee, de vivir su propia vida.
le está ayudando a llegar a ser él mismo, único y diferente,
y que no se pretende fundirlo en un molde universal. El La necesidad de ser uno mismo
diálogo es la clave del camino que recorren juntos padres
e hijo por el bien del niño. Esta necesidad está muy próxima a la de ser reconocido y
amado por sí mismo. La necesidad de ser reconocido pone
La vida consciente del niño supone ciertos ritos de el acento en el potencial; la de ser uno mismo, en la di-
tránsito: la entrada en el colegio, gran revolución social; ferencia. La necesidad de ser amado por sí mismo acentúa
la pubertad, tremenda transformación del cuerpo; la ado- el hecho de ser amado como persona, y la necesidad de
lescencia, esperanza de controlar la propia vida; la juven- ser uno mismo es la necesidad de ser amado como una
tud, apertura al lugar que debe ocupar en la sociedad. persona única.
Todos estos pasos, que forman parte de la evolución de la
persona, requieren importantes aprendizajes para los que En el fondo, la necesidad de ser uno mismo es la
el niño tiene una gran necesidad de ayuda. necesidad que el niño tiene de sentirse individualizado. No
puede soportar que se le quiera de la misma manera que
Es indiscutible que el aprendizaje de la sexualidad es, a su hermana o a su hermano. Necesita destacar en el
sin duda alguna, el más difícil y el más delicado. Por corazón de sus padres y que no se le confunda en el lote
supuesto, el problema no reside en el niño, sino en la familiar, es decir, que no se le ame en general. Necesita
mirada que el adulto dirige a su realidad sexual. Con fre- un lugar propio, ropas propias, juguetes propios; necesita
cuencia, la visión del adulto está lastrada por su propio sentir que tiene un territorio personal y que no ha de seguir
conflicto sexual no resuelto, que inconscientemente pro- un modelo para convertirse en alguien. Necesita sentirse
yecta sobre el niño, con lo que le impide integrar el sig- estimulado a afirmarse en su originalidad. La necesidad
nificado profundo de su sexualidad. Este significado debe de ser uno mismo afecta especialmente a los gemelos, con
sentirlo el niño desde el principio, a través de la acogida frecuencia sacrificados a un entorno que los quiere iguales.

/ — 154 — — 155 —
Para responder a esta necesidad, los padres deben —cuya necesidad de recibir es enorme y cuya capacidad
percibir la especificidad de su hijo y quererlo particular- de dar está en función de su necesidad de recibir— si
mente por esa diferencia que le proporciona su carácter de encuentra un jardinero cuyo corazón profundo viva inten-
único. Por tanto, es importante ayudarle a que quiera ser samente. El crecimiento del niño está directamente vin-
él mismo y no a que quiera ser como los demás. Ahí reside culado a la madurez afectiva de sus padres, que se carac-
todo el arte de guiar al niño en sus opciones, que deben teriza por el desarrollo de la capacidad de dar y por una
ser cada vez más personalizadas. Las ropas que lleva, los necesidad de recibir que ya no es vital.
objetos que utiliza, los juegos que prefiere...: todo va Para conducir a un niño a la existencia de manera
adquiriendo poco a poco su matiz, si sus padres le ayudan auténticamente responsable y gratuita, es preciso que el
y le apoyan. De este modo, el niño va aprendiendo a corazón profundo haya adquirido una gran densidad en la
reconocer y desarrollar sus gustos, sus intereses y sus ne- persona y se haya convertido en una fuente cuyo caudal
cesidades particulares. Por parte de los padres, ello exige se desborde para nutrir al niño en crecimiento. El corazón
que respeten su libertad y que acepten sus opciones, a veces profundo es un brote del ser interior que da sin agotarse,
muy distintas de las suyas. El niño necesita sentirse com- ya que, al dar, se regenera su manantial. En cuanto al
prendido y apoyado, sobre todo si su elección no concuerda corazón sensible, en un adulto afectivamente maduro, si-
con los gustos de sus padres. Entonces es cuando verda- gue abierto a recibir, pero sin estar a la expectativa, pues
deramente puede sentir que se le ama tal y como es y por su crecimiento ha alcanzado una especie de plenitud y se
sí mismo. ha transformado en corazón profundo. Acceden a esta ma-
Todo el crecimiento del niño depende de la compe- durez del corazón profundo aquellos cuyo corazón sensible
tencia del jardinero que le rodea, le protege y le cultiva. ha estado bien nutrido durante su infancia y aquellos otros
De todas las tareas humanas, ésta es la más hermosa, la que, pese a haber sufrido carencias, han logrado sanar las
más grande y también la más difícil. La misión de la mujer heridas de su corazón sensible.
y del hombre es hacer que crezca la humanidad, es decir, El crecimiento personal del niño, que tiene su base
en principio y ante todo, hacer que crezca la persona en en el vínculo afectivo con sus padres, evoluciona en y por
su propia persona. La felicidad y la armonía de la huma- una vivencia relacional constituida por actitudes, relacio-
nidad dependen del crecimiento de la persona. El motor nes y síntomas. Bajo esta vivencia relacional se encuentra
principal de ese crecimiento es la afectividad. Por eso es el contenido del sentido afectivo, integrado por la nece-
muy importante comprender bien este fenómeno, el más sidad de reconocimiento, de amor, de seguridad, de res-
complejo y el más determinante para la vida de todos los peto, de enseñanza y de aceptación de su originalidad. Al
fenómenos humanos. no poder obtener por sí mismo lo que necesita, el niño
Un cuadro-síntesis de los dos niveles afectivos de la depende de sus padres. Él intenta afirmar su necesidad de
persona ayudará a que nos situemos claramente en el pro- modo imperativo. Si se produce respuesta, su reacción es
ceso de crecimiento del ser, es decir, de la esencia misma apropiarse con avidez. Si no hay respuesta, siente el su-
de una persona. En ella, hay dos niveles afectivos: el del frimiento de la carencia, que se manifiesta con síntomas
corazón sensible y el del corazón profundo. El primero es de frustración, celos, temor a la pérdida, culpabilidad,
propio de la infancia afectiva; el segundo, de la madurez. angustia y ansiedad. Si las respuestas recibidas son casi
El niño sólo puede ser nutrido en su corazón sensible siempre inadecuadas o jamás hay respuesta, el niño va,

¡ _ 156 — — 157 —
poco a poco, adoptando una actitud de independencia o de
negación de su necesidad que engendrará una reacción de
cerrazón y rechazo. El niño puede pasar alternativamente

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ac de la afirmación a la negación de su necesidad, según la

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3i 1 de la carencia. Los síntomas son señales de alarma que
as informan a los padres de que su hijo ya está herido por el
< w sufrimiento de la carencia. En tal caso, algo hay que mo-
CJ Z P z
z O o dificar urgentemente en la relación, porque, de no hacerlo,
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< en la personalidad del niño se formará un quiste de sufri-
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w miento, y sus síntomas se harán permanentes.



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o El padre capacitado para serlo vive a nivel del corazón
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o profundo: es maduro afectivamente. Es capaz de propor-
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u < T3 3 Q. c
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.5 c c U ello sin esperar compensación, es decir, gratuitamente. En
su vivencia relacional con su hijo, ese padre tiene una
actitud de autonomía: no quiere ni agradar ni desagradar;
O ama de verdad. Sus reacciones son de libertad y comunión.
> Conserva su identidad, al mismo tiempo que es capaz de
H
U i-l -o Q . £ cercanía. El corazón profundo no está sometido a los sín-
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ra s:
que

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tomas de sufrimiento del corazón sensible. Sin embargo,
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1» ^ ° ^ % -2 13 &«
2 £ c *- o experimenta tristeza, pesar y duelo, pero en un clima de
3 ra cCJ a c
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Z ° '-> a
I a.-= paz, calma, serenidad y fuerza interior. Son signos, no de
u 6 5 •í 'c — c carencia, sino de que su capacidad de dar no logra ser
C/3 55-a
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11 5 g 3 — Z recibida por la otra parte de la relación. Pues, dado que
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O v tu < u no espera ser correspondido, no puede sufrir al no serlo.
OO
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Evidentemente, estas exigencias son ideales. Sin em-
: F t ü !A •
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1
<u V i i 5 z¡ o ra Q bargo, corresponden a necesidades reales que el niño tiene
z
o
o
para crecer armoniosamente. La humanidad en general no
ha alcanzado este grado de evolución, aunque generosa-
1-81 mente tienda hacia él. Es importante que cada cual, con
valor y sinceridad, y según sus medios, intente mejorar su
rn Z LU relación con sus hijos. De ese esfuerzo colectivo depende
ai
-
Q O J
el éxito de la humanidad en la tarea más importante: con-
> ducir a sus descendientes hasta la estatura de la persona
ZUw adulta, física, intelectual y, sobre todo, afectivamente.

158 — 159 —
El jardinero real que el principito necesita es un jar-
dinero del corazón profundo. Si yo no he sido uno de esos 6
príncipes de los cuentos, protegido, cultivado, mimado por Al encuentro conmigo mismo
un jardinero real, si no he tenido ningún jardinero en ab-
soluto que se ocupara de mí, en todo caso, la vida aún no
ha dicho su última palabra.

Sí, puedo quitarme la horrenda máscara que me dejó el


sufrimiento. Sí, puedo ver aparecer un rostro lleno de luz
y de armonía. Del pesado fardo de mi doloroso pasado
puede nacer hoy un adulto en plenitud. ¿Acaso convertirme
en mí mismo no es el sentido de mi vida? ¿Qué importan
el tiempo y los recovecos del camino? Para ello se me ha
dado la vida. Desde que salí del vientre de mi madre, he
emprendido otra forma de gestación en un útero vasto como
el mundo y abierto como el cielo. Llegado a la edad adulta,
puedo aprender a colaborar con inteligencia en esta ges-
tación de mi vida. También puedo recibir ayuda de per-
sonas cuya evolución y transformación me apoye y me
impulse hacia mi propia realización. La promesa de vida
que hay en mí es magnífica. Tiene sabor a libertad, color
de amor, voz de sabiduría. ¿Qué no podré llegar a ser si
emprendo valerosamente el camino de mi propia vida,
inscrito en mí desde mi origen?
Llevar a plenitud mi crecimiento, sin que me importen
el tiempo ni los rodeos del camino, es realizar una fan-
tástica pirueta. Como niño-Mimosa/Chimpancé, el co-
mienzo de mi vida está marcado por la primacía de mi
cuerpo y de mi sensibilidad. Llevando las cosas al extremo,
podría decir que no soy más que cuerpo y sensibilidad.
Pero, poco a poco, mi mente va emergiendo de las brumas
de la inconsciencia; es como si se descorriera suavemente

— 161 —
/
un velo y dejase aparecer la luz del conocimiento, de la ellos y por ellos, sin que ello implique desaparecer. Mi
que derivan la posibilidad de elegir y la capacidad de rea- identidad es capaz de afirmarse al mismo tiempo que per-
lizar lo que se ha elegido. Mucho más adelante, y aún con manece abierta a las relaciones con los demás.
mayor lentitud, surge, de lo más profundo de mí mismo,
mi esencia personal. Es mi ser el que es en mí origen y
fin, es decir, el que posee el depósito de mi vida con su Seguridad en mi propio ser
dirección y su sentido. Ese ser, centro y corazón de mí
Mi ser está constituido por certidumbres sobre mi identi-
mismo, en el momento en que llego al mundo sólo es un
dad, mi actuar y mi vida relacional. El conjunto de esas
embrión de mi identidad y es el último en brotar de mis
certidumbres forma en mí un núcleo sólido sobre el que
entrañas.
se asienta mi vida y en el que se encuentra la semilla de
Llevar a plenitud mi vida es invertir por completo el todo mi potencial y el dinamismo para desarrollarlo.
equilibrio del punto de partida, fundamentado en el apoyo
de los demás. Al principio, mi vida sólo existe gracias a Mi ser en su identidad
los demás, que alimentan mi cuerpo y mi sensibilidad y
colaboran a que, poco a poco, mi mente se vaya desper- Mi solidez como persona es proporcional al arraigo de mi
tando, y van progresivamente revelándome mi propia iden- identidad en mí mismo. Como toda mi persona vive en-
tidad para que pueda enraizarme en ella. El nuevo equi- carnada en mi cuerpo, un aspecto fundamental de mi iden-
librio, el del adulto, sitúa a los demás en su lugar: fuera tidad es mi sexo. Ser un adulto en plenitud es aceptarme
de mí y sin derecho ni poder sobre el núcleo de mi vida. totalmente y desarrollarme en mi femineidad o en mi mas-
Mi nuevo equilibrio no se construye a partir de mi cuerpo culinidad; es asumirme como copartícipe de pleno derecho
y de mi sensibilidad, pero tampoco de mi mente; se cons- en el estado de complementariedad propio del ser humano.
truye a partir de mi ser. Entre estas distintas instancias se
establece un orden armonioso. El ser aparece, ante todo, La humanidad es dos en cada individuo, a la vez
como lugar de mis raíces profundas y núcleo de mi iden- hombre y mujer, con una dominante determinada por su
tidad. Después viene la mente, jardinera y servidora de anatomía. La humanidad es dos, porque aproximadamente
la vida de mi ser, de mi sensibilidad y de mi cuerpo. Fi- la mitad de sus miembros tiene una dominante femenina,
nalmente, mi cuerpo y mi sensibilidad, soportes nece- y la otra mitad una dominante masculina. Pero la huma-
sarios para la expresión de mi vida y sin los cuales ésta nidad no es lo uno o lo otro: como individuo y como
no existiría. sociedad, la humanidad es la complementariedad armónica
de ambos, que debe comenzar en el interior de cada per-
La fantástica pirueta de mi crecimiento consiste en sona. La mujer que rechaza la parte masculina que hay en
lograr pasar de la dependencia total a la autonomía; en ella no puede realizarse en profundidad como mujer, y
sacar a los demás de mi vida y enraizarme en mi ser; en menos todavía si rechaza su femineidad e intenta trans-
tener un jardinero de mente dócil a ese ser y una sensi- formarse en un simulacro de hombre. Y lo mismo respecto
bilidad y un cuerpo cuya transparencia y bienestar permitan al hombre: si no acepta su parte femenina, nunca será un
que mi vida mane con fluidez y naturalidad. Entonces es hombre pleno; una parte esencial de sí mismo se quedará
cuando de nuevo puedo entrar en relación con los demás, en la inexistencia, con lo que, de algún modo, estará ina-
no fundiéndome con ellos, sino comprometiéndome con cabado. Por otra parte, si es incapaz de asumir la mas-

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culinidad determinada por su realidad corporal de macho, de mi propia vida. Esta conciencia profunda está siempre
será un afeminado. en el presente. Es un guía seguro que no puede ir contra
Por tanto, mi seguridad de ser se asienta, en primer el sentido de mi vida, ya que es su voz. Lo que me impulsa
lugar, sobre la aceptación y el crecimiento hasta su ma- a ir contra lo verdadero, lo bueno y el bien, para mí o para
durez de mi realidad de hombre o de mujer inscrita en mi los demás, son otras voces que provienen o de mis caren-
código genético. Ser hombre o ser mujer no deriva de cias, o de mi ambición mental, o de las exigencias ajenas
imágenes socioculturales o de «roles». Es el fruto único almacenadas en mi inconsciente. Pero la voz de mi con-
de un crecimiento personal que me lleva a convertirme en ciencia profunda es la expresión misma de la esencia en-
el hombre concreto o la mujer original que soy. Todo teramente positiva, bella y buena de mi vida. No me puede
estereotipo es signo de inmadurez ni, por consiguiente, de incitar a destruir o a destruirme; su llamada es una invi-
dependencia. No existe ningún modelo que reproducir, tación a crecer, pese a los obstáculos, y a desarrollarme
sino sólo una maravillosa creación que hacer surgir de una en la plenitud de mi ser.
arcilla informe, dócil al toque personal que la vida le da. Mi ser en su actuar
La seguridad de ser en mi identidad es, ante todo, la Si mi identidad es nítida y está bien enraizada, necesaria-
certeza de que soy un hombre o una mujer feliz de serlo. mente se manifiesta en y por un actuar que es su reflejo.
Así me asumo plena y verdaderamente y extraigo de mí No valgo para hacer cualquier cosa; soy válido para aquello
una fuerza que me impulsa a hacer crecer al hombre o la para lo que tengo aptitudes. Muchas de ellas son similares
mujer que soy. a las de todo el mundo; otras son cualidades personales
Ese hombre o esa mujer tiene sus dones, talentos, que en mí tienen una fuerza y una impronta que las realzan
aptitudes y cualidades propios. Se trata de que yo los sienta con respecto a las de los demás. Cada persona tiene sus
como certezas que constituyen mi identidad. Cuanto más dones; pero hay uno que está al frente de todo mi potencial.
densas y consistentes sean esas certezas, mejor formarán Todos mis otros talentos, cualidades y riquezas se orga-
una especie de quilla en el fondo de mi ser interior. Esa nizan en torno a este don central que me da mi propio
quilla hace que me sienta seguro de mí mismo, que confíe matiz y me conduce de forma natural a un actuar que me
en mí, que disfrute de mi valor a partir de mis cualidades, expresa.
mis talentos, mis aptitudes y mis dones personales. Cuanto Ese actuar evoluciona en la línea que me caracteriza.
más afianzada en mis entrañas esté esa quilla, menos me Voy adquiriendo más conocimientos, más experiencia y
desestabilizarán las tempestades de la vida y menos a mer- más competencia y, paulatinamente, voy percibiendo con
ced estaré de los vientos contrarios. Gracias a ella, podré mayor claridad mi camino. Desembocar en mi modo de
seguir el rumbo de mi vida sin desviarme. actuar personal es manifestar mi capacidad de libertad y
Ese núcleo denso y sólido que hay en mí emite cons- de autonomía; he superado los bloqueos que entorpecían
tantemente mensajes que son la voz de mi ser en creci- mi potencial. Creo en mí y he sanado suficientemente del
miento. Sus emanaciones son las vibraciones de mi con- sufrimiento de las carencias del pasado como para estar
ciencia profunda, que me enseña lo que es bueno, justo y menos desequilibrado por sus síntomas. En consecuencia,
auténtico que yo sea y viva en cada circunstancia, frente me atrevo a ser yo mismo, asumo el riesgo de dejarme ver
a cada persona y también frente a mí mismo, en el camino como soy y de actuar en armonía con mi interior.

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De este modo, Marjorie, liberada poco a poco de la Ahora se siente capaz de emprender la construcción de un
imagen de su hermanita muerta, sanada de no haber podido grupo residencial, en el que las herramientas modernas se
ser ella misma, es hoy una profesora que acumula casi pondrán al servicio de la elegancia victoriana. Joseph ha
veinte años de experiencia. Y no es una maestra como las recorrido un largo camino. Hace diez años, estaba bastante
demás. Todas las mañanas, cada uno de sus alumnos de perdido, aun cuando tuviese una buena posición en el cuer-
segundo curso se acerca a su mesa para recibir su saludo po de policía. El encuentro consigo mismo le ha hecho
personalizado: una caricia en el pelo, una palmadita en el descubrir a un ignorado artesano y constructor. Ahora sigue
hombro o un pellizquito en la nariz, y todo ello con sen- los dictados de su ser y confía en la vida. Ha terminado
cillez y espontaneidad. Si un niño está demasiado inquieto, con el tabaco, el alcohol y las prostitutas. Está enraizado
Marjorie se va con él al fondo de la clase, le hace tenderse en sí mismo, en su casa, y por fin tiene una relación estable.
y le da un breve masaje relajante. El niño, al recibir aten- ¿Y qué decir de Marc-André, depresivo, desdichado
ción y dulzura, se calma enseguida, y todo vuelve al orden. y que en ninguna parte estaba a gusto? Harto, emprendió
Durante ese tiempo, los demás, a los que no les sorprende la búsqueda de su propia vida. Como un mago que sigue
en absoluto lo que sucede, aprovechan para avanzar en sus una estrella interior, fue accediendo a niveles de conciencia
tareas con fichas elaboradas para estimular su interés y el cada vez más profundos. Marc-André tenía familia, mujer
ritmo propio de cada uno. Cuando es toda la clase la que y tres hijos, y un empleo bien remunerado en la adminis-
sufre el influjo del mal tiempo, hacen todos un ejercicio tración de una oficina de asuntos sociales. Por fin tuvo el
de relajación, patalean, gritan un poco, bostezan, y todo valor de admitir ante el mundo que su matrimonio había
vuelve a la normalidad. sido un error y se separó pacíficamente. Asumió la res-
¿Se trata de una clase especial? No, es la profesora ponsabilidad de la custodia de sus tres hijos, que podían
la que es especial, pues, por haber trabajado en profundidad ir a ver a su madre cuando quisieran, cosa que ella aceptó
su propia evolución, se ha ido volviendo cada vez más bien. A continuación vino la ruptura con su empleo seguro,
creativa, dúctil, comprensiva, en sintonía con la vida que que sustituyó por el canto, la música, el teatro, la escritura,
bulle en sus alumnos. Marjorie, que todavía está soltera, las relaciones humanas y la espiritualidad. Ello provocó
está dispuesta a adoptar a un niño abandonado de otro país. un escándalo en su entorno. ¿Se puede ser tan irresponsable
En la actualidad tiene una casa, una vida bien organizada a los cuarenta y cinco años? ¿Adonde le iba a llevar ese
y seguridad económica. Una vez que ha salido del infierno arranque de locura? Pues le ha llevado a reencontrar en sí
de su infancia, su corazón está preparado para volcarse al scout de otros tiempos. ¡Adiós a la oficina y a la fortuna!
sobre un niño desamparado, sin riesgo de tratar de apro- La vida sabe mejor, aunque los bolsillos estén vacíos, si
piárselo. Después de muchos años de paciencia y espera, el corazón tararea: «Una flor en el sombrero, en la boca
la vida acaba de poner en su camino a un compañero con una canción...»
el que siente que podrá construir una profunda relación de En el caso de Sophie, su búsqueda de sí misma la ha
pareja. llevado a una plenitud que irradia mucho más allá de su
Y Joseph, aquel Joseph que se asombraba de sus ha- persona. De ella se desprende algo poderoso; su apertura
bilidades manuales, acaba de edificarse su propia casa, en a la vida tiene una fuerza increíble. Sophie experimentó
la que él mismo ha labrado la puerta de entrada y ha en su nacimiento un trauma muy grave. Se presentó de
resucitado el estilo de las hermosas mansiones de antaño. nalgas. El médico pudo darle la vuelta y hacerla nacer,

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pero su preocupación era salvar a la madre, que había mayor, se hizo enfermera. En sus ratos de ocio, aprendió
tenido una hemorragia; de modo que dejaron a un lado al a tocar la guitarra y compuso algunas piezas para las que
bebé, medio muerto, para ocuparse de la madre. Al fin, también escribía el texto. Ésa era su pasión, pero no debía
alguien se dio cuenta de que la niña se ahogaba; la salvaron exhibirla. Después de un matrimonio fallido, se consagró
«in extremis», y fue la abuela quien se hizo cargo de ella. a su carrera de enfermera y obtuvo un diploma en pueri-
Todo ello la había marcado profundamente. A continua- cultura. Al cabo de algunos años, su cuerpo se resintió;
ción, su vida no fue más sencilla; su camino de crecimiento fuertes dolores de espalda y de nuca hicieron imposible su
y curación fue penoso e intenso. Pero Sophie estaba ani- trabajo. Fue entonces cuando tomó la decisión de hacer
mada por tal potencia vital que no pudo por menos de algo por su propia vida. Su terapia fue complicada, pero
reaccionar. Hoy es toda una eminencia en pedagogía. En muy eficaz.
su clase de preescolar, los niños juegan con las hadas y se Después de unos años, volvió al trabajo y accedió a
transforman en simpáticos duendes, traje incluido, bajo la un puesto directivo. Cuanto más progresaba respecto a sí
atenta mira de Peanut, gracioso mono de peluche cómplice misma, más sanadora se sentía de la persona entera y no
de la vivencia de los pequeños. Sin embargo, el arte no sólo de su cuerpo. Como el medio hospitalario concordaba
está sólo en la fantasía de un mundo mágico ni en los cada vez menos con sus aspiraciones profundas, empren-
disfraces, sino, sobre todo, en la evolución del niño, que dió, en su tiempo libre, un trabajo voluntario con los an-
se desarrolla de manera asombrosa con el encanto de esta cianos, tocando y cantando para ellos. La vida se volvía
excepcional educadora. ¡Tiene ese don! Ha montado un más hermosa para todos. Entonces se desarrolló en ella el
video con el trabajo que realiza con los niños, acompañado deseo de utilizar la música como instrumento de creci-
de un libro-guía redactado para facilitar el aprendizaje de miento y de curación. Pero carecía de formación musical,
los maestros. También da conferencias para transmitir su sólo tenía un magnífico talento sin cultivar y practicado
experiencia. Ha ganado un premio en un concurso entre como afición. Entonces, con más de cuarenta años, em-
los profesores más destacados de su región. Incluso ha prendió los estudios para obtener un diploma en música.
cruzado el Atlántico para participar, como experta, en un Los cursos que quería seguir sólo se impartían en inglés;
programa especial sobre la enseñanza preescolar. Si se le por ello, para cursarlos, tuvo que superar su herida del
pregunta qué es más importante para ella, responde: «Mi «Crazy head». Ello la hizo progresar aún más. Después
proceso personal; lo demás viene después por sí solo». de cuatro años de preparación, pudo matricularse. Su pro-
pia fuerza vital y el apoyo de un compañero comprensivo
En la vida, a veces nos encontramos con audacias que
e inteligente estimularon su conquista de sí misma y de su
parecen no tener sentido y, sin embargo... Cuando el sen-
propio actuar. Hoy, Lucille está bien asentada en su ca-
tido está inscrito en el corazón de la persona y ella le es
mino. Domina bastante bien el inglés, aunque no todo es
fiel, no hay nada imposible. Lucille es de esas mujeres
siempre fácil. Sin embargo, ¡tiene tanta fe...! No hay duda
cuyo valor sólo es equiparable a su decisión. De pequeña,
de que alcanzará su objetivo.
su padre le llamaba «Crazy head» («Cabeza loca»), lo que
le hizo odiar el inglés. Se juró que algún día desmentiría Cuanto más se libera la identidad de alguien, más
a su padre. Por la noche, oía las tempestuosas relaciones creativo y original se vuelve su actuar, su vida adquiere
sexuales de sus padres. Por otra parte, se sentía oprimida mayor sentido y es más feliz de modo natural, a pesar de
por la tristeza, la rigidez y los principios de su madre. De los contratiempos, que a veces pueden ser duros. La so-

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ciedad hereda un nuevo miembro que la transforma en ellas y, así, no mezclar esas necesidades infantiles con mis
profundidad. Es un hijo de Acuario, como lo describe otras relaciones afectivas, pues podrían distorsionarlas con-
Marilyn Ferguson. tinuamente y hacerlas muy difíciles de vivir.
Mi ser en sus relaciones Las relaciones adultas se reconocen por su carácter
de madurez afectiva. Pueden ser relaciones de ayuda o de
En este estadio de mi desarrollo, mis relaciones ya no están educación, de amistad o de pareja.
gobernadas por mi corazón sensible. Si lo estuvieran, no
sería yo ese adulto en plenitud que pretendo ser. Bhagwan La relación de ayuda o de educación
tiene una reflexión muy certera sobre este tema: «El amor Como adulto, estoy llamado a ayudar a crecer a otras
se produce cuando se alcanza la madurez [...] los que personas. Mi corazón profundo, lleno de vida, se expresa
"caen" en las redes del amor no tienen amor. Por eso mediante un impulso amoroso hacia otros seres que ne-
"caen"; su necesidad es como un abismo sin fondo, no cesitan alimento para crecer. Por tanto, esta relación es
pueden dar. [...] Una persona madura no "cae" en las afectiva, pues sin afecto no se puede hablar con propiedad
redes del amor, sino que se eleva. Únicamente quienes de ayuda profunda ni de educación. Una relación de ayuda
carecen de la integridad precisa para asumir su soledad y de esta naturaleza nace a la vez de la madurez, de la
su autonomía "caen" y se sienten atrapados y agobiados. capacidad y de la disponibilidad para responder de manera
Quienes aman con madurez se liberan mutuamente, se adecuada a una o varias necesidades de una persona, pe-
ayudan a destruir toda clase de lazos fácticos, de ataduras. queña o mayor, que solicita tácita o explícitamente mi
El amor que se da con libertad se convierte en un arte»1. ayuda para crecer.
Si, en mis relaciones afectivas adultas, sufre mi co- Pueden presentarse dos casos:
razón sensible, es señal de que necesito recibir. — Que yo sea un experto reconocido por mi madurez, mi
Pero la respuesta no puede venirme de mi entorno, capacidad y mi disponibilidad para ayudar a las personas
que, a su vez, me necesita. Si soy adulto, según la des- a crecer y a convertirse en sí mismas.
cripción de Bhagwan, no espero nada; doy. Sin embargo, — Que yo no tenga ningún reconocimiento oficial, pero
puede ocurrir que aún no haya crecido lo suficiente, y que que las personas de mi entorno me consideren una ayuda
el sufrimiento de mi carencia todavía me haga daño. En- para ellas.
tonces, son los terapeutas quienes podrían responder a mis En el primer caso, mi ayuda adquiere un carácter
necesidades de crecimiento y de curación, ya que no me profesional que no se improvisa. Ser progenitor debería
necesitan en el sentido afectivo del término y están ahí considerarse también una profesión de ayuda y educación,
para ayudarme. Hacerme adulto también es admitir que tal la más importante de todas, diría yo; ser progenitor no se
vez tengo necesidades de niño; también es saber a qué debería poder improvisar. En esta relación, no estoy ni en
personas tengo que dirigirme para obtener una respuesta a igualdad ni en reciprocidad con mi hijo, mi cliente o mi
paciente. No les corresponde a ellos responder a mis ne-
cesidades y comprenderme, sino a mí comprenderlos
1. NASLEDNIKOV, Mitsou, Le chemin de l'extase, Albin Michel, Paris y responder a las suyas. Además, en este tipo de rela-
1981, p. 146. ción ejerzo la autoridad que me confieren la gratuidad

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de mi amor, mi competencia, mi experiencia y mi res- digo que no vivo una verdadera relación de amistad. ¿No
ponsabilidad. es una contradicción? ¿No tendría que vivir con mis amigos
En el segundo caso, mi ayuda es informal; es una una relación de amistad? Puede ser que me equivoque sobre
ayuda en la vida cotidiana. Mi cónyuge, un amigo o un la realidad. Sin duda vivo relaciones cordiales, incluso de
familiar me pide respuesta a una o varias necesidades de camaradería, y tengo muchos conocidos. Con esas per-
su crecimiento. Se colocan en posición de demandantes en sonas hablo de todo y de nada, incluso a corazón abierto.
relación al papel que me atribuyen. Yo me convierto en ¿Es eso amistad?
una especie de padre que les ayuda a ocuparse de ciertas En el genuino sentido del término, sin falsas imáge-
necesidades de su desarrollo con las que ellos solos no nes, sólo hay amistad cuando comparto mi interioridad,
pueden. A mí me corresponde percibir si tengo posibilidad cuando existe un intercambio respecto a los valores pro-
y capacidad de responder a estas demandas que desbordan fundos de mi vida. Más aún, ese compartir en profundidad
el contenido de la relación afectiva que habitualmente tengo debe ser recíproco. Cuando entrego mucho de mí mismo
con ellos. Puede suceder que en ciertos momentos sea a otro, tiendo a hablar de amistad. Sin embargo, al mirar
capaz de hacerlo y en otros no. Lo importante es que me más de cerca ciertas relaciones en las que me entrego
sitúe claramente en relación a la persona que solicita mi íntimamente, constato que el otro no dice gran cosa de sí
ayuda. Si me siento incapaz de proporcionársela, debo mismo; escucha, es acogedor y amable, pero no comparte
animarle a recurrir a un experto reconocido. lo que vive. Por tanto, no es amistad, puesto que no existe
reciprocidad. En cualquier caso, la relación puede ser muy
No puedo guiar a nadie por el camino de la vida más vivificante si me siento querido, acogido, reconocido e
allá de donde yo haya llegado. Para ayudar a alguien a impulsado a vivir plenamente. Por mi parte, se parece más
crecer, tengo que haber crecido yo, y eso es una cuestión a una relación de crecimiento y, por la del otro, a una
que atañe al corazón. Para llevar a otro hacia la madurez, relación de ayuda. También puede suceder lo contrario:
ya sea a través de un trabajo profesional o como progenitor, que el que escuche, acoja y comprenda sea yo, y que hable
me es necesaria una autonomía hecha de libertad y co- muy poco de mí mismo.
munión. Esta autonomía se manifiesta a través de mi ca-
pacidad de escucha, de acogida, de comprensión, de acep- Es preciso que los amigos estén aproximadamente al
tación incondicional, de animar, de dar ternura y calor, de mismo nivel de desarrollo y conciencia para que el inter-
dar al otro reflejos positivos de su persona, de dar respeto cambio y la participación entre ellos sean auténticos y
y libertad, en la autenticidad y gratuidad más plenas y sin recíprocos. La amistad está constituida de afinidad y ar-
esperar que me corresponda. Mi corazón sensible ya ha monía. A nivel de su ser, las dos personas comulgan con
crecido. Si hay correspondencia, me alegraré mucho, pero los mismos valores profundos; a nivel de su sensibilidad,
no sentiré frustración cuando no la haya. Yo he dado por tienen gustos semejantes; a nivel mental, comparten cla-
la felicidad del otro, y eso es todo. ramente las mismas ideas, al menos en los temas funda-
mentales. Para que la amistad perdure, ambos deben evo-
La relación de amistad lucionar a un ritmo acorde, pues si yo camino mucho y el
otro se detiene en ruta, ya no estamos al mismo nivel; ya
De la amistad con frecuencia se ofrecen falsas imágenes. no vivimos una relación de amistad, puesto que el uno está
Muchas personas son amigas mías, y, sin embargo, a veces por encima del otro. También puede suceder lo contrario:

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que el otro avance, mientras yo me estanco. En tal caso, tad, también ésta se caracteriza por la igualdad entre dos
también hay desigualdad; uno de los dos se convierte en personas y por la reciprocidad de su entrega. Ello supone
ayudante y el otro en ayudado. La relación de amistad se que esas dos personas están sensiblemente al mismo nivel
transforma en relación de ayuda, por un lado, y de cre- de crecimiento. Es verdad que durante breves intervalos,
cimiento, por el otro. Es algo que puede suceder, pero tanto el uno como el otro pueden convertirse en ayudado
durante ese período la relación de amistad queda en sordina o en ayudante, pero ello no debe ser habitual.
para dejar el puesto a otra cosa. Si la parte que acusaba Lo que caracteriza verdaderamente la relación de pa-
un retraso alcanza a la otra, de nuevo hay amistad. Si no, reja es la complementariedad del potencial; complemen-
se produce una ruptura progresiva o, si la relación se man- tariedad que implica a ambos en un proyecto a elaborar
tiene, ésta ya no es de amistad en el auténtico sentido del juntos. El fin primordial del proyecto es hacerlos crecer
término. mutuamente en sus cualidades respectivas y, después, per-
La relación de pareja mitirles realizar, mediante la puesta en común de algunas
de sus cualidades complementarias, una obra que haga
La relación de pareja también está marcada por la ambi- crecer a la sociedad. Por eso, en y por la relación de pareja
güedad. Muchos tienden a definir esta relación por su rea- de cónyuges heterosexuales puede venir al mundo una nue-
lidad sexual o genital. Afortunadamente, su identidad se va vida humana. En ese caso, el proyecto de la pareja
sitúa a un nivel de profundidad muy distinto. Más aún, progenitora es engendrar un hijo de manera responsable y
pueden existir parejas en las que la genitalidad no se ex- gratuita y conducirle juntos a la edad adulta asegurándole
prese, pero que tengan una auténtica identidad de pareja. todo lo que necesita para su desarrollo.
Tal es el caso, por ejemplo, de algunos minusválidos o El hijo no es la única creación posible en una relación
también de personas cuya edad o evolución particular hacen de pareja. Cada pareja, si lo es auténticamente, se une para
que no vivan esa relación. Por otro lado, hay gran cantidad producir algo mayor que ella, es decir, una creación que
de pseudo-parejas que viven mucha sexualidad y genita- la proyecte más allá de sí misma. Sin embargo, no hay
lidad, pero que no son parejas en absoluto. En cualquier que confundirse: esa creación no le pertenece, es creación
caso, el éxtasis genital de una pareja auténtica es una es- de la vida y hay que devolvérsela a la misma. En esa
pecie de cúspide de comunión y participación sin parangón. creación, cada cónyuge recibe un suplemento de ser por
Es a la vez unidad, complementariedad y plenitud que la complementariedad que ha aportado el otro y, al mismo
abarcan la totalidad de la persona: el cuerpo, la sensibi- tiempo, da al otro un suplemento de ser. Hay algo en el
lidad, la mente y el corazón profundo; toda la persona se potencial de cada uno que no puede realizarse plenamente
implica en la entrega más completa y en la receptividad si falta la complementariedad aportada por el del otro. Esto
más total. Es la experiencia del nosotros en su forma más se ve muy claramente en la procreación. El potencial de
globalizante, juntando los dos polos de lo humano en la óvulo no puede producir lo que producirá si no recibe su
fusión de la madurez, lo opuesto a la fusión de la de- complemento, que es el potencial del espermatozoide; y
pendencia. recíprocamente. Por tanto, el espermatozoide es un suple-
La auténtica relación de pareja es la más completa mento de ser para el óvulo que, gracias a él, puede llevar
relación afectiva. También es la más difícil de vivir, porque a cabo aquello para lo cual ha sido creado, y el óvulo es
es la que exige mayor madurez. Como la relación de amis- un suplemento de ser para el espermatozoide. La comple-

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mentariedad del potencial genital ofrece un suplemento de Para poder vivir una auténtica relación de pareja, debo
ser a ambos: soy mujer, y además me convierto en madre haber recorrido un largo camino de crecimiento que me
biológica; soy hombre, y además me convierto en padre haya hecho pasar de la dependencia a la autonomía.
biológico. Ese suplemento de ser, del que cada uno obtiene
un beneficio para su felicidad personal, se convierte en La relación de ser
suplemento para un tercero, ya sea el hijo o la sociedad. Las personas que no comparten una relación de pareja
Si una pareja no descubre el suplemento de ser que le da pueden vivir un compromiso profundo en proyectos co-
sentido, es que carece de madurez o no se entienden. La munes que aspiran a un suplemento de ser y también a un
auténtica relación de pareja se caracteriza por esta com- suplemento para la sociedad. Esas personas estrechamente
plementariedad específica de cada pareja. unidas experimentan una hacia la otra o unas hacia las otras
un profundo afecto. Tal es el caso de la tripulación del
Es importante no olvidar que cada cónyuge conserva
Apolo XI, formada por Neil Amstrong, Michael Collins y
su identidad personal, que debe desarrollar estimulado por
Buzz Aldrin. Esos hombres de la conquista del espacio
el apoyo del otro. Esta identidad le llevará en ocasiones a
estaban unidos en el fondo de sí mismos por una causa.
integrarse en proyectos ajenos a la relación de pareja. Tales La servían con responsabilidad y seguramente con mucha
proyectos son la expresión necesaria de su autonomía en gratuidad, ya que tenían que situarse continuamente en el
la pareja. Por tanto, hay que comprender que en una re- nivel de su corazón profundo para realizar juntos la obra
lación afectiva de pareja coexisten los proyectos personales que suscitaba en cada uno de ellos un suplemento de ser
de cada cónyuge con los que son comunes a ambos. Sin y que también servía a su país y a toda la humanidad.
esos proyectos comunes, la relación sólo es amistosa. Por
tanto, la diferencia entre estos dos tipos de relaciones afec- En otro terreno, Lech Walesa y sus colaboradores más
tivas proviene del nivel de compromiso que requieren los próximos vivieron una misión común. El simple obrero
proyectos comunes. Las relaciones sexuales no constituyen que militaba con ardor, a su medida, en el sindicato «So-
la identidad profunda de la pareja, no son más que una lidaridad», participaba también de esta misión. Cada cual
forma de expresión. Además, la relación sexual sólo al- tuvo su papel, y todos se consagraron a la causa de la
canza su pleno sentido en una verdadera relación de pareja. libertad, propia y de sus compatriotas. Esos hombres y
mujeres fueron militantes cuya unión hizo la fuerza. En
Muchos de los que dicen formar una pareja viven solitario, ninguno de ellos, ni siquiera el propio Lech Wa-
relaciones de amistad, de ayuda o de crecimiento, con la lesa, habría podido hacer nada verdaderamente eficaz en
relación sexual presente en ellas. Sin embargo, no tienen cuanto a la tarea a realizar. Se necesitaban los unos a los
una relación de pareja de personas adultas plenas que viven otros. Juntos se comprometieron en algo mayor que ellos.
su potencial en una auténtica madurez afectiva. Por ello, Cada uno recibió un suplemento de ser al dar a todos,
de la relación de pareja hay toda una serie de imágenes mediante su participación responsable, la posibilidad de
falsas: la imagen de que la relación de pareja existe para un éxito de gran envergadura y de alto valor humano. Esos
que el otro responda a mis necesidades; la de que tengo hombres y mujeres, así unidos, sin duda se querían pro-
que negarme a mí mismo para vivir en fusión con el otro; fundamente, se respetaban, se apreciaban e hicieron crecer
y la imagen de que la relación de pareja excluye cualquier su potencial respectivo. Y todo ese potencial, puesto en
otra forma de relación afectiva con otras personas. común, produjo maravillas.

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En el curso de la historia, muchos hombres y mujeres Mi sensibilidad, purificada por el amor del corazón
han tenido este tipo de relación en cosas grandes y pe- profundo, sufre cada vez menos por las heridas de mis
queñas. Hombres, mujeres, u hombres y mujeres juntos, carencias del pasado. También ella se va equilibrando.
son personas que coinciden en lo más íntimo de sí mismos. Desaparecen mis reacciones desproporcionadas, y mi com-
Pertenecen a una misma familia de ser como si hubiesen portamiento se ajusta armoniosamente a las situaciones.
sido modeladas de la misma pasta. Se reconocen como si Ni exagero ni minimizo lo que vivo. Mi corazón sensible
se hubieran conocido desde siempre. Tienen entre sí tal se serena, liberado de las necesidades que lo tiranizaban
afinidad que, de forma natural, se sienten impulsadas a y que, al mismo tiempo, tiranizaban a los demás.
unirse y a poner en común sus fuerzas para transformar Mi mente sale de la órbita del poder y la ambición.
algo esencial en ellas y en su entorno. Con frecuencia, se Se inclina ante la vida. Ya no tiene ansia de poseerla, de
agrupan en torno a un líder. Muchas veces, incluso com- dominarla, de someterla. Únicamente siente un inmenso
parten en profundidad su vida y se quieren con un afecto deseo de servirla con inteligencia, poniendo las energías
impregnado de desprendimiento, pues se diría que la causa de mi cuerpo al servicio de los actos constructores de la
a la que sirven trasciende sus vínculos. Por supuesto, deben persona y de su entorno. Mi mente se convierte en el
vivir cada vez más a nivel de su corazón profundo, pues, extraordinario jardinero jefe de la persona y de su mundo.
de lo contrario, no pueden seguir la evolución del grupo
o hacen que ésta se desvíe orientándolo hacia objetivos La persona unificada y liberada por la solidez y den-
más materialistas. En este caso, los grupos pueden fracasar sidad de su ser no puede dejar de abrirse al universo es-
por falta de madurez afectiva de un cierto número de sus piritual. Entonces entra en un campo magnético mayor que
miembros. ella, que la atrae hacia espacios y lugares desconocidos,
de los que la muerte, manantial oscuro, le abrirá la puerta
Visión de la nueva persona como en un nuevo nacimiento.

Cuanto más denso es el núcleo de mi ser, más atractivo


Apertura al universo espiritual
resulta para los otros componentes de mi persona. Su mag-
netismo libera mi cuerpo, mi sensibilidad y mi mente. El universo espiritual no se identifica con la conformidad
Mi cuerpo, atraído por esa fuerza interior, se despoja a las leyes, a la moral, a unos principios. Ni tampoco es
poco a poco de la ganga materialista con la que se había lo mismo que la pertenencia a una religión. Aunque no la
envuelto para sobrevivir. Me voy desprendiendo progre- excluye, esa pertenencia no constituye la esencia de la
sivamente de los bienes inútiles y me voy sustrayendo espiritualidad, sólo es su soporte. A cierto nivel, ese so-
tranquilamente al poder del dinero y a sus espejismos de porte debe desaparecer para dejar sitio a la conciencia
felicidad. Sin embargo, vivo cada vez en mayor armonía profunda. La verdadera espiritualidad es una apertura libre
con mi cuerpo, respondiendo apropiadamente a sus ne- de cualquier vasallaje, que posibilita el encuentro, en un
cesidades para conservarlo sano, en forma y bello. No cara a cara interior, con el Amor, principio y fin de todas
abuso de sus fuerzas ni menosprecio sus debilidades. Vivo las cosas. El Amor, en el fondo de mí mismo, puede
con él un matrimonio dichoso, que me permite saborear comunicarse en su pureza, su claridad y su transparencia.
la vida sin artificios, engaños o falsos pudores. Si es auténtico, no hay nada comparable a ese contacto.

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La espiritualidad es un estado de apertura a la fuente Conclusión
gratuita del Amor, situada más allá de la existencia del ser
humano, pero que, sin embargo, está tan cerca de él que,
al espiritualizarlo, lo transforma, lo purifica y lo humaniza.
Esa fuente habita en su propio interior.
El estado de apertura al Amor es un largo proceso
que se lleva a cabo progresivamente mediante la indife-
rencia interior. Esta última es fruto de la libertad, que hace
enteramente dócil a un influjo que proviene de algo mayor
y más lejano que uno mismo. Pues si el corazón esta
apegado a toda clase de bienes, incluso a los mejores, A lo largo de la permanencia del ser humano sobre la tierra
¿cómo puede estar abierto al mayor de todos? Ya está —permanencia que es un himno a la vida—, las fuerzas
comprometido en otra parte. Es en el silencio de la inte- de la vida pueden prevalecer sobre las de la muerte.
rioridad, a todo lo largo del camino, donde mi corazón a ¡Franqueo tantas etapas desde mi primer destello hasta
la escucha puede oír la voz del más allá. La espiritualidad el resplandor final...! Se trata de una transformación larga
es atención a la Presencia-Amor en el fondo de mí mismo. y lenta, en la que he de emplear toda mi energía. Ahí reside
También es expresión de esta Presencia-Amor a través de todo el sentido de mi existencia: morir y nacer en cada
mí, a mi alrededor. Esencialmente es iluminación por el instante, hasta mi nacimiento a la Luz. Lo mismo que la
Amor, en principio interior, y que, a continuación, se mariposa, tras su gestación en el capullo, vuela hacia una
irradia hacia el exterior. nueva vida.
Si he leído este libro rápidamente, con curiosidad,
interés, escepticismo, duda, esperanza..., tengo que re-
leerlo lentamente, como las instrucciones de uso del apa-
rato totalmente nuevo de mi conciencia, que se va des-
pertando cada vez más y descubre sin cesar novedades
sobre mí. Este libro es una guía de jardinería; me ayuda
a comprender, me da pistas y me sugiere medios. A mí
me corresponde trabajar mi jardín con paciencia, valor y
determinación; pero, sobre todo, con una gran confianza
en la fuerza de la vida sembrada en lo más profundo de
mí mismo en el instante de mi creación en el vientre de
mi madre.
Sí, yo puedo renacer y dejar que suene toda la música
que hay en mí.

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