Você está na página 1de 3

G-Bosque pide replantear política forestal en México

Contenido: Los ajustes son necesarios para cubrir las deficiencias del Pro Árbol, indican
críticos. Trece ONG piden reducir "reforestación de relumbrón" y ampliar
programas.

Milenio Público de Guadalajara, 27 de enero 2009, Agustín del Castillo.

El Grupo Bosque (G-Bosque), integrado por trece organizaciones de la


sociedad civil que trabajan en México, pidió ayer al gobierno de la república
la modificación de la política forestal, tras las revelaciones públicas de las
deficiencias del programa Pro Árbol que opera la Comisión Nacional
Forestal (Conafor).

“Mucho se ha dicho ya sobre los recursos que gasta Proárbol por el simple
cumplimiento anual de metas administrativas de siembra de arbolitos y logro
de récords que sólo producen relumbrón pero poco contribuyen a la
conservación y restauración de los ecosistemas forestales. Esos esfuerzos,
además, no contribuyen a reducir el déficit comercial forestal nacional que en
2008 alcanzó 5,288 millones de dólares, y menos aún al bienestar de las
comunidades que habitan en las zonas forestales”, señala el texto.

G-Bosque está formada por trece ONG: Grupo de Estudios Ambientales


(GEA), Estudios Rurales y Asesoría (ERA), Grupo Interdisciplinario de
Tecnología Rural Apropiada (GIRA), Grupo Autónomo de Investigación
Ambiental (GAIA), Unión de Comunidades de Productores Zapoteco-
Chinanteco (Uzachi), Pronatura Sur; Unión Nacional de Organizaciones de
Forestería Comunal (Unofoc); Red Mexicana de Organizaciones Campesinas
Forestales (Red Mocaf); Unión Nacional de Productores de Chicle; Red
Mexicana de Esfuerzos contra la Desertificación y Degradación de los
Recursos Naturales (Riod-Mex); Red de Desarrollo Sostenible de México
(RDS); Greenpeace México y Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura
Sostenible (CCMSS).

Este complejo de organizaciones “ha hecho público desde 2005 que la


solución a la deforestación, la pobreza de las comunidades en regiones
forestales y la crisis de la economía del sector forestal nacional sólo será
posible en la medida en que la política forestal tenga como prioridad el
desarrollo forestal sustentable, el manejo comunitario de los bosques, el
fortalecimiento de la economía local, la reconversión tecnológica y la mejora
en las condiciones de competitividad económica del sector”.

Sobre ese asunto, el coordinador general de Conservación y Restauración de


la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Vicente Arriaga Martínez, aseguró
a Público que tales condiciones ya las cumple Pro Árbol.

“Creo que eso matices ya lo tenemos, se cree que el Pro Árbol es un


programa de reforestación y no es cierto; es también un programa de
aprovechamiento forestal, de desarrollo forestal comunitario, de
conservación; tenemos ya mas de un millón de hectáreas bajo esquema de
pago por servicios ambientales: le pagas a una comunidad o a un particular
propietario de un bosque para que lo mantenga en pie…”.

Pero G-Bosque subraya que es insuficiente. “Varios cientos de comunidades


y ejidos han avanzado en la ordenación y manejo planificado de más de seis
millones de hectáreas de bosques y selvas demostrando con ello que es
compatible la conservación de los recursos y el desarrollo local. Sin embargo
[…] aún quedan más de 50 millones de hectáreas que no han sido
incorporadas a ningún esquema de manejo ni planificación por lo que están
expuestas a los incendios, a la tala ilegal y al cambio de uso de suelo”.

Lo que piden las asociaciones

El Pro Árbol, consideran las asociaciones agrupadas en G-Bosques, se ha


desvirtuado en busca de cifras espectaculares, lo que llevó a meter especies
no arbóreas en la reforestación sin avisarlo a la opinión pública, por más
buenas razones que hubiera en ello (Público, 28 de abril de 2008) y a inflar
las cifras de plantaciones forestales comerciales logradas en la realidad hasta
en más de 1,200 por ciento (edición de 26 de enero de 2009). Por ello, piden
una nueva política forestal basada en cuatro grandes lineamientos:

Uno, fortalecimiento de la gestión comunitaria de los bosques y selvas para


desarrollar la producción forestal comunitaria.

Dos, democratización efectiva para la toma de decisiones, para garantizar la


gobernanza en la gestión forestal, eliminando la intromisión de diversas
mafias burocráticas o de las propias regiones forestales.

Tres, integración de la política de desarrollo rural con la forestal, ante su


evidente desconexión con lo agrícola y ganadero, que mantienen más peso en
los presupuestos y la política nacional.

Cuatro, información, transparencia y rendición de cuentas que sirvan para


corregir a tiempo anomalías
Fecha 2009-01-27
noticia:
Fuente: Milenio Guadalajara

Você também pode gostar