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Leccir’m
Una vida semejante a la de Cristo
Somos salvos por gracia a fin de que podamos vivir para Jesucristo.
(Nata: La lectura en la clase incluye solo una seleccién de los versiculos del trasfondo de la leccién.)
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UNIDAD 3: LAS PRINCIPALES CREENCIAS DEL CRISTIANISMO
Las Escrituras nos ensefian que Dios es gDe qué manera refleja su vida la sepa‑
santo. El mandamiento de «ser santo» que
racia’n del pecado que debe ser evidente
Dios sefiala a Israel (Levitico 11:44, 45; coma consecuencia de haber sido redimi‑
19:2; 20:7) sebasa enel principio que dicta dos p o r Crista?
que, porque Dios es santo, su pueblo, redi‑
mido por El y por tanto consagrado a El, B. Sirva a Dios en santidad
también debe ser santo. Podemos definir la Romanos 6:19‐22; 2 Corintios 7:7
santidad como la accién de apanamos del El capitulo 6 de Romanos nos habla de
pecado a fin de consagramos a Dios. la liberacion del cristiano del poder del
Pedro cita el mandamiento divino del pecado por la fe enJesucristo. Este capitulo
Levitico segun el cual Israel debl’a ser cornienza con preguntas y su respuesta que
santo, y 10 aplica a la Iglesia. Por haber definen el tema central de todo su texto:
crefdo en Cristo y haber sido redimidos del «Qué, pues, diremos? gPerseveraremos en
pecado, estamos consagrados a Dios, y de el pecado para que la gracia abunde? En
esa manera hemos sido capacitados por El ninguna manera. Porque los que hemos
para ser su pueblo santo. Por tanto, debe‑ muerto al pecado, Lcomo viviremos aun en
mos prepararnos para vivir en santidad él?» (Romanos 6:1, 2).
como hijos obedientes de Dios, resistiendo En el versr’culo 19, Pablo explica que,
las tentaciones y siguiendo los principios como seguidores de Cristo, los creyentes
de Dios (1 Pedro 1:13‐15). no deben dejar que los apetitos pecamino‑
Necesitamos agradecer el hecho de que sos los dominen o controlen. Los cristianos
Dios nos conceda la gracia que necesita‑ andamos en la gracia de Dios. Esa gracia
mos para obedecerle. Mientras estemos es la que nos ayuda a vivir en santidad.
confiados en su gracia, podremos vivir Antes de vivir por gracia, éramos esclavos,
como su pueblo santo. Estamos llamados a o siervos, del pecado. En cambio ahora,
vivir en la justicia de Cristo, que Dios nos por gracia, somos esclavos o siervos de la
ha entregado. justicia (W. 17, 18). Aunque no somos per‑
Dios es el Juez de nuestra vida, y por eso fectos, y todavfa tenemos que hacer frente
nuestra motivacion debe ser un temor reve‑ a las tentaciones, nuestra vida no se debe
rente, es decir un profundo respeto hacia caracterizar por la presencia del pecado,
El que nos motive a vivir en santidad, tal sino por un estilo de vida piadoso, seme‑
como El nos ha ordenado (1 Pedro 1:17). jante al de Cristo.
Ademas, debemos sentirnos motivados a Cuando éramos esclavos del pecado, no
vivir en santidad, porque hemos sido redi‑ éramos controlados por la justicia, y los
midos de nuestra vida pecaminosa pasada, pecados que cometl’amos habrl’an resul‑
regalo que no es comprado con nuestros tado en la muerte espiritual. En cambio
propios recursos, sino con la sangre del ahora, por la gracia salvadora de Cristo,
sacrificio de Cristo ( W. 18, 19). Tenemos nos hemos convertido en esclavos, o sier‑
poderosas razones para vivir en santidad, y vos, de Dios (v. 22). Los beneficios de esa
Dios nos prepara para que hagamos preci‑ servidumbre y esa justicia son una vida
samente eso. piadosa y también etema (v. 22).
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UNlDAD 3: LAS PRINCIPALES CREENCIAS DEL CRlSTIANlSMO
Hablando en nombre de todos los apos‑ B. Una vida guiada por el Espiritu
toles, Pedro dijo que ellos estaban espi‑ Gdlatas 5: I 6 ‐ 2 6 ; 6 : 7 ‐ IO
ritualmente obligados a obedecer a Dios
En Galatas 5:16‐26 se nos recuerda 1a
antes que a los hombres; por tanto, habl’an
clara diferencia entre la vida de una per‑
seguido hablando de Jesfis como el Mes1’as,
sona guiada por el Espl’ritu, y la vida de
el Salvador de los pecadores (Hechos
una persona movida por sus inclinaciones
5129‐31). Afirmo que hacfan esto porque
pecaminosas. La vida de la persona que
eran testigos de las cosas que habl’an suce‑
cede a sus inclinaciones pecaminosas se
dido en relacién con Jesfis. También iden‑
caracteriza por toda la maldad que emana
tificaba en sus palabras al Espiritu Santo
de una naturaleza humana corrompida por
como testigo de Jesucristo ( v. 32). Esta
el pecado ( W. 19‐21). En cambio, la vida
declaracién sugiere que tanto Pedro como
del que se ha sometido a la influencia del
los demas apostoles habl’an recibido poder
del Espiritu Santo para ser testigos de
Espr’ritu Santo no se caracteriza por un
Jesfis. A su vez, ese poder daba testimonio
estilo de conducta pecaminoso ( W . 16,
25). Al contrario, la vida del creyente debe
de la verdad acerca de Jesfis.
Un testigo de Cristo consiste en ser caracterizarse por la presencia del «fruto
un genuino seguidor suyo, alguien cuya del Espl’ritu» (vv. 22, 23), el conjunto de
vida ha sido transformada por la obra del virtudes que se desarrollan en nuestra vida
cuando vivimos para Cristo.
Espfritu Santo. Después, el Espiritu sigue
En Galatas 6:7‐10 se nos advierte que
transformando al creyente a través de su
cosecharemos lo que hemos sembrado, en
obra santificadora. Y en ese aspecto, los
funcion de nuestra manera de vivir. Debe‑
cristianos somos «obras en construccién»
mos observar el ejemplo de un campesino
de la gracia de Dios. Ademas, contamos
que siembra trigo. Como es obvio, este
con el poder del Espiritu Santo para ser
segara lo que siembre. De igual manera,
testigos de Jesucristo para dar a conocer el
1apersona que «siembra» 1agratificacién
Evangelio y testificar de lo que Cristo ha
de sus apetitos pecaminosos actuando con
hecho en nosotros. Tanto nuestras palabras
maldad, solo cosechara destruccién de ese
como nuestra vida dan testimonio a favor
hacer maldad (v. 8). En cambio, la persona
de Cristo.
que siembra el deseo de agradar al Espiritu
Santo haciendo el bien, cosechara de El
Recurso 3. Distribuya 1ahoja de tra‑
la vida eterna (v. 8). Los creyentes nunca
bajo «Palabras y acciones en el Espi‑
debemos cansarnos de vivir de una manera
ritu». Haga que sus alumnos 1aIlenen
consecuente con nuestra fe. As1’ recogere‑
en grupos pequefios.
mos una gran cosecha (v. 9).
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UNIDAD 3: LAS PRINCIPALES CREENCIAS DEL CRISTIANISMO