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Uno de los problemas más importantes es el concepto erróneo que tienen muchos líderes
mundiales sobre la sostenibilidad, que creen que es un factor que frena el desarrollo
económico y que el “gasto” necesario para implementar un consumo sostenible no puede
ser realizado en los tiempos actuales de crisis. Si este concepto se mantiene a nivel de los
líderes mundiales, la principal consecuencia de no haber establecido una estrategia de
consumo y desarrollo sostenible es que la humanidad no se encuentre preparada para
afrontar el reto de una vida con recursos limitados cuando al planeta se le acabe la
capacidad de regenerarlos (Wakernagel, 2008).
Por este motivo, establecer el inventario y la contabilidad de los recursos naturales con los
que cuenta una nación es tan importante como el balance financiero para los intereses de
cualquier país. Además, en esta época de escasez de recursos, el bienestar de una nación
se definirá no solamente a través de los balances financieros de las arcas del estado, sino
también tomando en cuenta los bienes y servicios ambientales con los que una nación
pueda contar o no (Wakernagel, 2008).
Los cálculos de las huellas ecológicas nacionales, publicados en el 2008 por la Global
Footprint Network en conjunto con la WWF, midieron la demanda humana de servicios
ambientales tomando en cuenta seis tipos principales de uso del suelo, que son los
siguientes:
1. Cultivos Agrícolas
2. Tierra de Pastoreo
3. Bosques
4. Área Pesquera
5. Tierra de Construcción
6. Secuestro de CO2
(Ewing et. al., 2008)
La Huella Ecológica de cada tipo de uso del suelo se calcula sumando las contribuciones
de una variedad de productos específicos, a excepción del área para secuestro de CO2,
que representa el área de bosques necesario para capturar las emisiones de CO2
correspondientes al área de interés; y la Tierra de Construcción, que representa la
bioproductividad disminuida por la construcción de áreas urbanas y carreteras (Ewing et.
al., 2008).
En términos generales, el cálculo de la huella ecológica para cada uno de los elementos
mencionados anteriormente (excepto secuestro de CO2 y Tierra de Construcción) se lo
realiza a través de la siguiente expresión:
Con el objetivo de poder normalizar el resultado, y que este pueda ser comparado a nivel
mundial sin preocuparse por ejemplo de la diferencia de productividad del mismo tipo de
uso de suelo en diferentes países, o de la proporción de productividad de cada tipo de uso
de suelo, comparado al resto, se introdujeron dos valores de normalización, el factor de
productividad y el factor de equivalencia (Ewing et. al., 2008).
Estos dos factores, que son calculados anualmente por las dos instituciones antes
mencionadas, y que son idénticos para cada país en un año determinado, son
multiplicados a la expresión anterior, con lo cual se logra que el resultado del cálculo sea
representado en una unidad mundialmente comparable, la hectárea global (Ewing et. al.,
2008).
Si bien esta expresión funciona perfectamente para calcular la huella ecológica mundial,
esta expresión no se ajusta muy bien a la realidad económica de regiones o países. Ésta
asume que toda la producción se utiliza para satisfacer las necesidades de sus habitantes
dentro de sus fronteras geográficas, es decir que no existe el comercio. Por esto se
denominó al resultado de esta expresión como la Huella Ecológica de Producción. Para
encontrar la Huella Ecológica real de una región o país, también conocida como Huella
Ecológica de Consumo, es necesario tomar en cuenta las actividades comerciales a través
de la suma de la Huella Ecológica de Importaciones y la resta de la Huella Ecológica de
Importaciones (Ewing et. al., 2008).
Al igual que sucede con la Huella Ecológica, en el cálculo de la Biocapacidad se utilizan los
factores de normalización para poder comparar las biocapacidades de diferentes regiones
o países (Ewing et. al., 2008).
Para comenzar a analizar el caso particular del Ecuador e interpretar su situación actual de
sostenibilidad y determinar cuál es la presión que ejerce actualmente sobre el planeta es
pertinente revisar en primera instancia los datos de los último informes del Living Planet
Report publicados por la World Wide Fund for Nature desde el año 2000 hasta el 2008
(con datos desde 1996 hasta 2005) para poder establecer algunos antecedentes
importantes.
3
gha/hab
2 2,26 2,20
1,80
1,54 1,50
y = -0,016x + 1,908
0
1996 1999 2001 2003 2005
En el cuadro superior podemos observar los datos de la Huella Ecológica del Ecuador
desde 1996 hasta el 2005. La gráfica nos muestra que este periodo nuestra Huella
Ecológica per capita se encuentra variando establemente entre 1,5 hectáreas globales por
habitante y 2,3 hectáreas globales.La línea de tendencia calculada nos muestra una
disminución casi imperceptible, lo que se puede interpretar de mejor manera como una
fluctuación natural entre el rango mencionado anteriormente.
2
gha/hab
0
1996 1999 2001 2003 2005
0,03
gha/hab
0,06
2
0,77 0,62
0,06
2,61
gha/hab
2 2,20
2,10 2,10
y = -1,183ln(x) + 3,7348
0
1996 1999 2001 2003 2005
Biocapacidad Ecuador
De igual manera para el análisis, multiplicando la biocapacidad per capita del año 2005
con la población censada obtengo el dato de biocapacidad total: 28.3 millones de
hectáreas globales
Discusión
La Huella Ecológica del Ecuador a través del tiempo
2,61
gha/hab
2 2,20
2,10 2,10
2,26 2,20
1 1,80
1,54 1,50
0
1996 1999 2001 2003 2005
1,5 1,74
1,0
gha/hab
1,07
0,5 0,70
0,30
0
Balance
En 2005, nuestro país termina por primera vez desde que se tiene registro del cálculo de
este indicador con un balance negativo, lo cual es preocupante. La deuda ecológica es de
0.1 hectáreas globales per capita, lo que equivale a 0.8 millones de hectáreas globales. Si
bien no es un cifra alarmante, lo que preocupa es la tendencia clara a aumentar la deuda
ecológica en los siguientes años tal como podemos observar en el gráfico anterior, además
del hecho de que somos el único país sudamericano que ha dejado de ser sujeto de
crédito ecológico por generar un balance ecológico negativo. Además no solo hemos
rebasado nuestra propia biocapacidad, sino que hemos rebasado la biocapacidad per
capita mundial, lo que de hecho es más preocupante aún (Ewing et. al., 2008).
3,10
3 2,85
2,70
2,46 2,40
2,26 2,28 2,20 2,23 2,20
2,17
2,00
2 1,80
1,54 1,50
0
1996 1999 2001 2003 2005
Ecuador LA Mundial
La comparación de los valores de la huella ecológica del Ecuador con los valores promedio
sudamericanos y mundiales nos permite observar que siempre hemos estado por debajo
de estos valores, lo que si ha sucedido es que la diferencia entre los valores de nuestro
país con los datos de a región y del mundo se ha acortado con respecto a años anteriores.
Pero la observación más importante es que se puede realizar es que la biocapacidad del
Ecuador ha igualado la biocapacidad mundial en el 2005. Si tomamos en cuenta las
características geográficas, biológicas y ecológicas de nuestro país la diferencia entre
nuestra biocapacidad y la biocapacidad mundial debería ser bastante mayor, este es en mi
criterio un indicador muy importante y muy claro del deterioro que están sufriendo
nuestros espacios naturales.
Biocapacidad
7,00
5,25
gha/hab
4,00
3,50
6,39
5,50 5,40
2,61 4,80
4,02 2,20
1,75 2,10 2,10
0
1996 1999 2001 2003 2005
Ecuador LA Mundial
6,39
5 5,50 5,40
4,80
4,00
gha/hab
4,02
4
2,61
2,10 2,20 2,10
2 2,18 2,10
1,90 1,80 1,78
0,37
2,25
1,61 0,30
0,30 0,19
1,15 0,99
0,97
1,50
0,50
0,75 0,40
0,40
0,18
0,37 0,39 0,39
0,33
0
1999 2001 2003 2005
Principalmente podemos observar la reducción significativa de los bosques, que son los
encargados de proveer materia prima y además secuestrar tanto las emisiones de CO2
generadas internamente como aquellas que son producto de las importaciones. La peor
parte es que la degradación de nuestros bosques tienen dos frentes: primero la
deforestación acelerada para producción de madera y además el reemplazo por áreas de
pastoreo y cultivos agrícolas.
Uno de los frentes en los cuales tenemos bastante trabajo es el sector energético, siendo
la capturas de CO2 el principal aporte a nuestra Huella Ecológica, deberíamos hacer todo
lo posible por optimizar la producción energética, impulsar nuevas tecnologías, aprovechar
el potencial energético que supone toda la orografía del país. Otro proyecto que cada vez
se hace más y más necesario es la construcción de la nueva refinería; con esto
reduciríamos la huella ecológica de importación, al igual que lo haríamos con la
implementación de proyectos hidroeléctricos para disminuir la importación de energía
eléctrica de los países vecinos.
Desde varios puntos de vista, incluso desde el punto de vista mercantil, la prioridad de la
política económica ecuatoriana debería ser hacer todo lo posible para retornar a ser
sujetos de crédito ecológico, lo cual supone una ventaja para atraer en alguna medida la
inversión y el establecimiento de relaciones comerciales con países que mantengan una
deuda ecológica y que deseen compensarla a través de la Huella Ecológica de Exportación
Lamentablemente no se ha podido contar para este trabajo con los datos del 2008 que
serán publicados en el reporte del siguiente año. Estos datos hubiesen podido confirmar o
replantear las conclusiones que aquí se presentan.
En conclusión, creo que es importante que los líderes del país presten atención al
seguimiento y medición de este indicador, y el desarrollo y la implementación de
estrategias que nos permitan ir en la búsqueda de una economía más sostenible, lo que
en un futuro no muy lejano supondrá una gran ventaja competitiva sobre otras naciones,
pero sobre todo para lograr brindar a la población un nivel de vida digno sin generar una
presión excesiva sobre los recursos que disponemos.
Bibliografía
- World Wide Fund for Nature, 2000, “The Living Planet Report 2000”, Gland,
Switzerland:WWF
- World Wide Fund for Nature, 2002, “The Living Planet Report 2002”, Gland,
Switzerland:WWF
- World Wide Fund for Nature, 2004, “The Living Planet Report 2004”, Gland,
Switzerland:WWF
- World Wide Fund for Nature, 2006, “The Living Planet Report 2006”, Gland,
Switzerland:WWF
- World Wide Fund for Nature, 2008, “The Living Planet Report 2008”, Gland,
Switzerland:WWF
- Ewing B., Goldfinger S., Wackernagel M., Stechbart M., Rizk S., Reed A., Kitzes J., 2008,
“The Ecological Footprint Atlas 2008” Oakland: Global Footprint Network