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Mundo o Jóvenes
Domesticados?
IGNACIO ADIEL RIVAS ALBORNOZ
Mucho se puede señalar acerca de los imaginarios que orbitan alrededor del
concepto de juventud. Cuando se busca la definición del concepto en la Real Academia
Española, esta señala que juventud es “la edad que se sitúa entre la infancia y la edad
adulta; estado de la persona joven; conjunto de jóvenes; primeros tiempos de algo;
energía, vigor, frescura” (Real Academia Española, 2001). Bajo esta definición, puede
entenderse de manera incompleta y general. Bourdieu aclaraba hace algún tiempo la
definición de este concepto, entendiendo que “la juventud no es más que una palabra”,
es decir, una categoría construida culturalmente, que permite identificar y etiquetar a
una población con características “comunes”.
En este sentido, hoy más que nunca se puede visualizar a un joven integrado al
sistema en que se presenta, careciendo de esa dirección hacia el cambio y la
transformación con la que muchas veces era asociado este grupo. A continuación se
señalaran 2 mecanismos de integración social, señalados por Daniel Contreras Rivera
(2001) que permiten hacerse una idea de la realidad juvenil chilena y su forma de
integrarse a dicho sistema: la educación y el trabajo.
Estas desventajas para este grupo, se acrecientan en las clases sociales más
vulnerables socialmente, en este sentido, el trabajo para jóvenes en situación de pobreza
es escaso, con pésimas condiciones laborales y bajos sueldos.
Otro dato muy importante respecto de la relación que existe entre el mundo de lo
político y los jóvenes, es que estos poseen muy baja confianza respecto de las
instituciones, específicamente las instituciones políticas. La Sexta encuesta nacional de
juventud describe a los jóvenes de la siguiente manera:
Esto deja en evidencia que las principales asociaciones que convoca a los
jóvenes a reunirse, tienen vinculación con lo lúdico y espacios de diversión, dejando
muy de lado la participación en organizaciones del orden de la política.
parte, se visualiza mas que nunca a los jóvenes como integrados en un modelo de
sociedad en el que lo tradicional no se representa en desacuerdo con las subjetividades
construidas. Muy por el contrario, los proyectos de vida personales muchas veces son
más conservadores que lo pudieron haber sido los discursos juveniles de hace 20 o 30
años atrás. Ejemplo de ello queda demostrado en las siguientes representaciones
valóricas aportadas por la encuesta nacional de juventud:
En esa época las principales fuentes de ingreso económico de los jóvenes son la
ayuda de los padres (59.3), seguido del trabajo remunerado (35.5) y a pesar de ello, los
jóvenes se integran al mercado laboral sin grandes limitantes. Es más, son capaces de
acceder a instrumentos financieros que les permite introducirse en el mundo del
consumo donde la herramienta por excelencia utilizada es la tarjeta de crédito (4,6%).
Bajo este análisis, cabe reflexionar acerca del impacto que el mercado posee
respecto de la construcción de subjetividades juveniles y como ellas orientan al
consumo de los individuos. En este sentido, el foco de la reflexión es que tan importante
es el consumo como constructor de identidades subjetivas que, en definitiva, condiciona
a los sujetos a realizar ciertas prácticas. Desde la construcción estética, hasta gustos
musicales y adquisiciones tecnológicas que impactan directamente en los estilos de vida
de los jóvenes.
A modo de conclusión, es impostante tomar en consideración la reflexión que se
señala en el presente ensayo, principalmente porque plantea un escenario acerca de la
juventud en la que el mercado condiciona la vida y los proyectos construidos por los
sujetos. Es así como nuevamente la brecha económica reaparece y estructura la vida de
los integrantes de la sociedad. Esto no significa que el mercado se convierta en un
elemento que construya homogeneidad en los jóvenes, por el contrario, permite la
posibilidad del consumo “a la medida” de la cual el nivel socioeconómico se convierte
en un limitante de las prácticas subjetivas.
A modo general, es imposible no hacer el paralelo con la tesis presentada por
Igor Goicovic (2000) respecto al control social que históricamente se ha desarrollado en
la relación existente entre el estado y los jóvenes. Sin embargo, en este caso, el control
social no ha sido proclamado desde el estado, sino más bien desde la esfera privada, con
intereses de producir capital. Quizá la gran diferencia entre los jóvenes descritos en el
texto de Goicovic es que los jóvenes históricamente se posicionaron como
transformadores del orden social. Muy por el contrario a lo que hoy en día visualizo, en
que los jóvenes están anestesiados por el consumo. Como perspectiva, esperemos
nuevamente ocurra un fenómeno similar a la “revolución de los Pingüinos” en la que los
jóvenes nuevamente sean aquel escultor rebelde que obre bajo la lógica de la
transformación de una sociedad mejor y es que la energía, el vigor y la frescura aun está
presente nebulosamente. Esperemos se focalice y promueva el proyecto de una nueva
sociedad a la cual no se le pueda poner valor económico, sino que valor humano
transformador.
Bibliografía
Contreras, D. (2001). política Social de Juventud: ¿Excluir o integrar a que?
Última Década , 47-64.