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El
papel
de
las
instituciones
europeas
en
la
crisis
actual
Asignatura:
Instituciones
de
Derecho
Comunitario
Grupo:
PA
Profesor:
Juan
Ignacio
Soler
Tormo
Alumno:
Julio
Lleonart
i
Crespo
Dada
la
cortedad
de
espacio
asignada
a
este
brevísimo
ensayo
no
vamos
a
tratar
aquí
cuestiones
de
índole
económica
pura.
Aun
así
dado
que
el
título
del
presente
ensayo
es
“El
papel
de
las
instituciones
europeas
en
la
crisis
actual”
existen
ciertos
conceptos,
ciertas
cuestiones
que
merecen
ser
rescatadas
y
expuestas
en
la
primera
parte
de
este
ensayo.
En
términos
económicos
cuando
hablamos
de
situaciones
valoradas
en
torno
al
PIB
(Producto
Interior
Bruto)
o
a
la
renta
per
capita,
los
países,
confederaciones,
federaciones,
etc..
se
encuentran
en
momentos
puntuales
de
desaceleración,
recesión
o
depresión.
Desaceleración
sería
cuando
uno
de
estos
sujetos
macroeconómicos
sufre
una
reducción
del
ritmo
de
crecimiento
(normalmente
cuantificada
en
relación
a
la
renta
per
capita).
Para
finalizar
este
repaso
de
nomenclatura
económica
depresión
entra
dentro
de
la
categoría
de
desastre.
Se
trata
de
una
caída
del
10%
del
PIB
en
un
año
(natural
o
de
fecha
de
estudio
a
fecha
de
estudio).
En
este
caso
la
destrucción
de
empleo
puede
estar
casi
asegurada,
así
como
el
cierre
de
empresas.
¿Y
crisis?
¿Qué
significa
crisis?
Bien,
probablemente
sea
esta
palabra
la
que
tiene
un
significado
más
complejo
y
menos
relacionado
con
la
economía
y
sus
conceptos
teóricos.
Una
crisis
económica
es
una
situación
en
la
que
coexisten
cambios
que
afectan
negativamente
a
las
variables
económicas.
Una
crisis
económica
es
una
situación
grave,
no
sólo
para
el
presente,
sino
para
el
futuro
de
la
economía.
De
una
situación
de
crisis
es
complicado
salir
y
la
recuperación
es
lenta
y
difícil.
Así
pues,
y
centrándonos
en
lo
que
los
medios
anglosajones
y
estadounidenses
llaman
peyorativamente
PIGS
(cerdos
en
inglés)
para
referirse
a
los
estados
(ahora
de
la
UE
y
del
Eurogrupo)
de
Portugal,
Irlanda,
Grecia
y
España
(en
el
acrónimo
utilizando
sus
nombres
en
inglés
Portugal,
Ireland,
Greece,
Spain).
Ya
que
son
los
estados
que
más
afectados
se
han
visto
(y
previsiblemente
se
verán)
por
la
actual
coyuntura
económica.
¿Estamos
los
PIGS
en
desaceleración,
en
recesión,
en
depresión
o
en
crisis?
Si
atendemos
a
los
datos
macroeconómicos,
definitivamente
los
PIGS
nos
encontramos
en
una
crisis
económica.
Nuestro
PIB
cae
o
se
estanca
en
crecimientos
negativos
(en
todo
momento
inclumpliendo
los
estándares
de
la
UE).
Nuestra
renta
per
capita
desciende,
nuestro
poder
adquisitivo
decae,
nuestras
tasas
de
desempleo
son
inabordables…
Básicamente
los
países
de
los
PIGS
incumplen
todos
los
objetivos
de
las
políticas
de
convergencia
pactadas
en
Maastricht
a
la
sazón
de
“políticas
de
control
de
reducción
de
la
inflación,
de
los
tipos
de
interés
y
de
las
fluctuaciones
del
cambio
entre
las
monedas
europeas,
y
de
control
del
déficit
y
la
deuda
pública”.
En
agosto
de
2007
comenzó
una
crisis
crediticia
e
hipotecaria
en
EE.UU.
que
un
año
después
se
contagió
a
todo
el
mundo,
provocando
fuertes
turbulencias
financieras
y
agitando
con
especial
virulencia
el
sistema
bancario
europeo.
La
peor
crisis
en
más
de
siete
décadas
ha
sido,
por
primera
vez
en
la
historia,
simultáneamente
global.
El
efecto
dominó
que
comenzó
con
las
hipotecas
subprime
y
SIV
(Special
Investments
Vehicles)
ha
terminado
por
convertirse
en
un
tsunami
financiero
capaz
de
hacer
quebrar
importantes
entidades
financieras
y
bancarias,
provocar
fuertes
pérdidas
en
los
mercados
de
todo
el
mundo,
desatar
el
pánico
entre
inversionistas
y
ahorradores,
acabando
con
la
confianza
el
consumo
y
la
inversión,
y
destruir
con
extremada
y
alarmante
rapidez
empleo,
contabilizándose
en
estos
momentos
más
de
25
millones
de
europeos
sin
trabajo.
Si
tenemos
en
cuenta
los
datos
del
Eurostat,
vemos
que
el
PIB
español
ha
mantenido
una
velocidad
de
crucero
en
su
crecimiento.
Desde
2000
hasta
2007,
la
economía
española
creció
muy
por
encima
de
Francia
y
Alemania,
con
tasas
superiores
al
3%
durante
todos
estos
ejercicios.
Es
más,
cuando
las
economías
francesa
y
germana
atravesaron
un
momento
de
debilidad
(en
2003
Alemania
terminó
en
recesión
con
una
contracción
de
su
PIB
del
0,2%
y
Francia
registraba
trimestres
con
crecimiento
negativo)
España
crecía
al
3,1%
y
Grecia,
al
5,9%.
Esta
crisis,
que
todavía
no
ha
visto
el
fin,
plantea
muchos
interrogantes
sobre
el
sistema
económico,
basado
en
el
liberalismo
y
el
capitalismo
financiero
sin
regulación
alguna,
que
ha
dirigido
la
economía
mundial
durante
las
últimas
décadas.
Las
instituciones
europeas
que
a
todas
luces
tienen
implicación
directa
o
colateral
en
la
crisis
actual
son:
El
Consejo
Europeo,
la
Comisión
Europea,
el
Consejo
sectorial
de
la
UE
(Eurogrupo)
y
el
Banco
Central
Europeo.
¿Qué
son
estas
instituciones,
que
objetivos
tienen,
por
quien
están
compuestas
y
en
qué
medida
sus
decisiones
vinculantes
afectan
a
los
PIGS
(y
al
resto
de
países
no
PIGS
pero
de
otra
forma)?
Al
Consejo
Europeo
lo
definiríamos
como
la
reunión
oficial
de
Jefes
de
Gobierno
y
de
Estado
de
los
27
países
que
actualmente
componen
la
UE
(normalmente
se
reúnen
2
veces
al
año,
cada
seis
meses,
con
la
posibilidad
–
muy
extendida
en
este
contexto
de
crisis
y
decisiones
de
último
minuto
–
de
reunirse
en
cumbres
“extraordinarias”.
Se
trata
del
órgano
orientador
de
las
políticas
de
la
UE,
consta
de
un
presidente
elegido
por
los
miembros
del
propio
Consejo
Europeo
–
actualmente
el
presidente
del
Consejo
es
el
Belga
Herman
Van
Rompuy
–
La
Comisión
Europea
es
la
institución
de
la
UE
que
representa,
independientemente
de
los
Estados
Nacionales,
los
intereses
comunitarios.
Aunque
se
prevé
–
con
una
clara
intención
federalista
en
la
que
tengan
más
peso
los
intereses
comunitarios
que
los
intereses
nacionalistas
de
los
diversos
Estados
miembros
–
que
a
partir
de
2014
(con
el
Tratado
de
Lisboa
plenamente
funcional)
que
la
Comisión
esté
compuesta
por
menos
comisarios
que
Estados
miembros
de
la
UE,
actualmente
el
número
de
comisarios
es
de
27
(incluyendo
al
Presidente
y
al
Alto
Representante
de
la
UE
que
actuaría
como
Vicepresidente).
Haciendo
un
símil
nacional,
estaríamos
hablando
del
órgano
de
gobierno,
del
ejecutivo.
Actualmente
la
Comsión
Europea
está
presidida
por
José
Manuel
Durão
Barroso.
El
Consejo
sectorial
de
la
Unión
Europea
“Eurogrupo”,
es
la
institución
de
la
UE
que
representa
los
intereses
de
los
Estados
Nacionales
que
forman
parte
de
la
eurozona.
Por
norma
general
está
formado
por
los
Ministros
de
Economía
de
los
Estados
Nacionales
que
forman
parte
de
la
eurozona,
aunque
los
estados
tienen
la
capacidad
de
poder
enviar
a
dichas
reuniones
a
quien
ellos
decidan
–
actuando
siempre
en
calidad
de
representantes
del
Estado
Nacional
en
cuestión
-‐.
Las
decisiones
que
toma
el
“Eurogrupo”
son
consideradas
decisiones
del
Consejo
de
la
Unión
Europea,
son
decisiones
legislativas
y
son
de
obligado
cumplimiento
por
los
Estados
afectados.
El
Banco
Central
Europeo
(BCE)
es
el
banco
central
de
la
moneda
única
europea,
el
euro.
La
función
principal
del
BCE
consiste
en
mantener
el
poder
adquisitivo
de
la
moneda
única
y,
de
este
modo,
la
estabilidad
de
precios
en
la
eurozona.
La
eurozona
comprende
los
dieciséis
países
de
la
Unión
Europea
que
han
adoptado
el
euro
desde
1999.
Desde
el
1
de
enero
de
1999,
el
Banco
Central
Europeo
(BCE)
se
ha
hecho
cargo
de
la
instrumentación
de
la
política
monetaria
de
la
eurozona,
la
mayor
economía
del
mundo
después
de
la
de
Estados
Unidos.
La
eurozona
se
creó
en
enero
de
1999,
en
el
momento
en
que
los
bancos
centrales
nacionales
(BCN)
de
once
Estados
miembros
de
la
Unión
Europea
(UE)
transfirieron
sus
competencias
en
materia
de
política
monetaria
al
BCE.
Grecia
se
incorporó
en
el
2001,
Eslovenia
en
el
2007,
Chipre
y
Malta,
en
el
2008
y
Eslovaquia
en
el
2009.
El
establecimiento
de
la
eurozonao
y
de
una
nueva
institución
supranacional,
el
BCE,
supuso
un
hito
en
el
largo
y
complejo
proceso
de
integración
europea.
Para
incorporarse
a
la
eurozona,
los
dieciséis
países
tuvieron
que
cumplir
los
criterios
de
convergencia,
al
igual
que
deberán
cumplirlos
otros
Estados
miembros
antes
de
adoptar
el
euro.
Estos
criterios
establecen
los
requisitos
económicos
y
jurídicos
necesarios
para
poder
participar
satisfactoriamente
en
la
Unión
Económica
y
Monetaria.
La
base
jurídica
de
la
política
monetaria
única
está
establecida
en
el
Tratado
constitutivo
de
la
Comunidad
Europea
y
en
los
Estatutos
del
Sistema
Europeo
de
Bancos
Centrales
y
del
Banco
Central
Europeo.
Los
Estatutos
prevén
la
constitución
del
BCE
y
del
Sistema
Europeo
de
Bancos
Centrales
(SEBC)
a
partir
del
1
de
junio
de
1998.
El
BCE
fue
creado
como
núcleo
del
Eurosistema
y
del
SEBC.
El
BCE
y
los
BCN
desempeñan
conjuntamente
las
tareas
que
se
les
han
encomendado.
El
BCE
tiene
personalidad
jurídica
propia
de
acuerdo
con
el
derecho
público
internacional.
El
SEBC
está
integrado
por
el
BCE
y
los
BCN
de
la
totalidad
de
Estados
miembros
de
la
UE
(apartado
1
del
artículo
107
del
Tratado),
independientemente
de
que
hayan
adoptado
el
euro.
El
Eurosistema
está
formado
por
el
BCE
y
los
BCN
de
los
Estados
miembros
que
han
adoptado
el
euro.
El
Eurosistema
y
el
SEBC
seguirán
coexistiendo
mientras
continúe
habiendo
Estados
miembros
de
la
UE
que
no
pertenezcan
a
la
eurozona.
Una
vez
planteadas
de
forma
somera
y
divulgativa
qué
son
las
instituciones
antes
mentadas,
sus
objetivos,
por
quien
están
compuestas
es
hora
de
analizar
cual
es
papel
de
cada
una
de
ellas
en
la
crisis
que
actualmente
atenaza
a
la
UE
y
concretamente
más
en
entredicho
está
poniendo
en
entredicho
no
sólo
las
políticas
de
los
PIGS
sino
también
de
la
UE
en
su
conjunto.
La
cumbre
de
jefes
de
Estado
y
Gobierno
de
la
Unión
Europea
de
fecha
17
de
diciembre
de
2010
concluyó
con
un
compromiso
para
hacer
"lo
que
sea
necesario"
a
fin
de
garantizar
la
estabilidad
del
euro,
en
un
intento
de
cortar
los
ataques
especulativos
contra
la
deuda
de
algunos
países.
Los
líderes
de
la
UE
pactaron,
en
la
primera
jornada
de
su
cumbre
en
Bruselas,
incluir
ese
compromiso
en
una
declaración
de
respaldo
a
la
estabilidad
financiera
de
la
eurozona
que
aprobarán
hoy
en
la
conclusión
de
este
Consejo
Europeo.
La
cumbre
acordó
la
creación
de
un
mecanismo
permanente
para
afrontar
las
crisis
de
la
deuda
soberana
que
puedan
ocurrir
a
partir
de
2013,
cuando
expira
el
mecanismo
temporal
de
asistencia
aprobado
en
mayo
tras
el
rescate
de
Grecia.
Los
líderes
comunitarios
acordaron
también
la
fórmula
de
modificación
de
un
artículo
del
Tratado
de
Lisboa
que
permitirá
crear
el
nuevo
fondo
de
ayuda,
que
no
estaba
previsto
en
las
reglas
de
la
Unión
Económica
y
Monetaria.
La
fórmula
acordada
permitirá
una
reforma
del
tratado
por
el
procedimiento
simplificado,
con
lo
cual
el
proceso
se
hará
de
forma
rápida,
con
ratificación
de
los
parlamentos
nacionales
y
sin
los
riesgos
que
implican
los
referendos.
Además,
los
líderes
de
la
UE
abrieron
la
puerta
a
ampliar
el
actual
fondo
de
rescate,
en
caso
de
que
su
dotación
de
440.000
millones
de
euros
resultara
insuficiente
para
atender
las
necesidades
de
los
estados
que
puedan
verse
afectados.
"Hasta
ahora,
se
ha
utilizado
una
parte
muy
pequeña
del
fondo
actual.
Hemos
utilizado
un
4%
de
las
posibilidades
(para
ayudar
a
Irlanda).
Por
eso,
el
problema
de
su
capacidad
no
se
presenta
hoy",
explicó
el
presidente
del
Consejo
Europeo,
Herman
Van
Rompuy,
tras
el
final
de
la
cena
de
trabajo
del
16
de
diciembre
de
2010.
Tras
varias
discusiones
acerca
de
si
enviar
una
señal
velada
en
la
dirección
de
un
posible
aumento
del
fondo,
la
formulación
de
la
declaración
final
se
ha
suavizado
para
recoger
simplemente
la
disposición
de
los
jefes
de
Estado
o
de
Gobierno
europeos
a
"hacer
lo
que
fuera
necesario
para
garantizar
la
estabilidad
de
la
zona
euro".
En
este
sentido,
es
indiscutible
que
la
crisis
ha
sido
una
pésima
noticia
para
ciudadanos,
empresas
y
gobiernos
en
la
Unión
Europea.
Sin
embargo,
por
otra
parte,
considero
que
la
recesión
económica
que
ha
seguido
a
la
crisis
está
siendo
un
revulsivo
para
devolver
cierto
liderazgo
político
e
intelectual
a
la
Unión
Europea
en
un
momento
en
el
que
su
influencia
en
el
mundo
se
estaba
reduciendo.
Por
ello,
si
la
Unión
juega
bien
sus
cartas
y
aprovecha
las
oportunidades
que
abre
la
reconfiguración
del
orden
internacional
que
la
crisis
ha
precipitado
podrá
recuperar
parte
del
terreno
perdido
en
los
últimos
años.
Pero
para
lograrlo,
necesita
consolidar
las
instituciones
y
políticas
que
han
sido
efectivas
para
afrontar
la
crisis
y
mejorar
aquellas
en
las
que
existían
y
sigue
habiendo
debilidades.
Además
deberá
fortalecer
su
posición
de
cara
al
exterior.
Será
prioritario
construir
una
mejor
gobernanza
económica
y
financiera
para
la
eurozona,
avanzar
en
las
reformas
estructurales
para
aumentar
el
potencial
de
crecimiento
y
enfrentar
el
reto
del
envejecimiento
de
la
población.
Los
países
europeos
sólo
lograrán
aumentar
su
productividad
si
fomentan
políticas
de
desarrollo
e
innovación
y
sus
empresas
logran
el
liderazgo
internacional
en
los
sectores
intensivos
en
conocimiento
del
futuro.
El
tímido
(e
inicialmente
descontrolado)
liderazgo
mostrado
por
las
autoridades
europeas
en
las
primeras
fases
de
la
crisis,
la
solidez
y
efectividad
de
las
medidas
tomadas
por
el
BCE
(que
lo
han
colocado
al
mismo
nivel
que
la
Fed)
y
la
predisposición
de
los
países
de
la
Unión
a
liderar
la
transición
desde
el
obsoleto
G-‐
7/8
al
emergente
G-‐20,
han
supuesto
un
despertar
para
la
Unión
Europea
después
de
años
de
pasividad
y
posiciones
defensivas
en
la
escena
internacional.
Todo
ello,
espero,
va
a
permitir
a
la
Unión
exportar
sus
valores
y
su
forma
de
entender
el
mundo
a
las
instituciones
que
darán
forma
a
las
nuevas
reglas
de
la
globalización
económica
que
emergerán
tras
la
crisis.
Bibliografía:
Principios
de
Derecho
de
la
Unión
Europea,
Editorial
Colex
(2006).
Enrique
Linde
Paniagua,
Mariano
Bacigalupo
Saggese,
Carmen
Fernández
Rodríguez,
Jesús
ángel
Fuentaja
Pastor.
Políticas
de
la
Unión
Europea,
Editorial
Colex
(2006).
Coordinador
Enrique
Linde
Paniagua.
Eurostat.
Europa
Press.