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IHS Apostolado – exemplos dos Santos Carta de São Luís Gonzaga à sua mãe – Pág. 1 de 2
Carta de São Luís Gonzaga à sua mãe nas vésperas da sua morte
“Pido para ti, señora mía, el don del Espíritu Santo y consolaciones sin fin.
Cuando me trajeron tu carta, estaba aún en esta región de muertos. Pero tengamos
ánimo y dirijamos nuestras aspiraciones hacia el Cielo, donde alabaremos al Dios eterno
en la tierra de los que viven. De mi parte habría deseado encontrarme allí hace tiempo y,
sinceramente, esperaba partir ya a primera hora.
“La caridad consiste, como dice San Pablo, ‘en alegrarse con aquellos que están
en el gozo y en llorar con aquellos que están en el llanto’ (Romanos, 12.15). Así,
ilustrísima madre, debo alegrarme enormemente porque, por mérito tuyo, Dios me
indica la verdadera felicidad y me libera del temor de perderlo. Te confieso, oh
ilustrísima señora, que meditando en la divina bondad, mar sin fondo ni litoral, mi
mente se desvanece. No puedo comprender como el Señor mira mi pequeña y breve
fatiga y me premia con el descanso eterno y me llama desde el Cielo a la suprema
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felicidad, que con tanta negligencia he buscado, y me ofrece a mí, que tan pocas
lágrimas he derramado por ello, ese tesoro que es la coronación de grandes fatigas y
llantos.
“¡Oh ilustrísima señora!, guárdate de ofender esta infinita bondad divina,
llorando como muerto al que vive en la presencia de Dios y que con su intercesión
puede venir al encuentro de tus necesidades mucho más que en esta vida.
“Esta separación no será larga. Nos volveremos a encontrar en el Cielo y juntos,
unidos a nuestro Salvador, gozándolo con alegría inmortal, alabándolo con toda la
capacidad del alma y cantaremos eternamente sus misericordias. Él que nos quita lo que
antes nos había dado, con el solo fin de guardarlo en un lugar más seguro e inviolable, y
para enriquecernos con unos bienes que nosotros mismos escogeríamos.
“Todo esto lo digo solamente para obedecer a mi ardiente mi deseo de que tú,
¡oh ilustrísima señora!, y toda la familia, consideréis mi partida de este mundo como un
motivo de gozo, y para que no me falte tu bendición materna en el momento de
atravesar este mar hasta llegar al puerto de todas mis esperanzas. He preferido escribirte
porque estoy convencido de que ésta es la mejor manera de demostrarte el amor y
respeto que, como hijo, debo a mi madre.”