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Diario Civil y Obligaciones Nro 119 - 31.07.

2017

Los daños punitivos en el Código Civil y Comercial de la Nación


(Parte I)
Por Eduardo Rogelio Galisteo1​

1. El daño punitivo
No puede escapar al observador de derecho que las empresas tienen sus grandes ​lobbies ​en la
política, y la política en el Poder Judicial. Para una empresa, el hecho de no pagar las indemnizaciones en
tiempo y forma puede redundar en un beneficio económico mayúsculo frente al daño producido.
Es frente a esta circunstancia que vemos correcta la potestad de los jueces de imponer multas
civiles o “​punitive damages​”, una institución que rige desde hace más de 230 años en los Estados Unidos
y de la cual hay precedentes mucho más antiguos en la historia jurídica inglesa2.
Al respecto, señala Trigo Represas3, que los “​punitive damages​” constituyen una figura del
Common Law ​anglosajón, también conocida como: “​exemplary damages​”, “​non compensatory damages​”,
“​penal damages​”, “​agravated damages​”, “​additional damages​”, “​Smart money​”, etc. La traducción literal
al español de aquella primera expresión sería efectivamente la de “daños punitivos”, aunque como bien ha
señalado tal denominación resulta objetable, pues lo que pune o sanciona son ciertos ilícitos calificados
por su gravedad y no el daño en sí mismo4.
En igual sentido, agrega Granelli5 que la locución “daños punitivos” es simplemente la traducción
textual –pero ilusoria– de la de matriz anglosajona, “​punitive damages​”: “​damages​” en los sistemas de
Common Law ​no indica el “daño” sufrido por la víctima de un ilícito, sino la “prestación” (pecuniaria)
con que el autor del ilícito está obligado hacia su víctima.
Esta clase de sanción, señala Tale, aplicable por los tribunales civiles tanto en determinados casos
de daños derivados de incumplimiento de contratos, como de perjuicios en el ámbito extracontractual,
había ganado el favor de la mayoría de los juristas argentinos que la habían considerado.
En definitiva, se trataría de una sanción ejemplar con un condimento preventivo para acciones
futuras del infractor y de otros que podrían estar en similar situación. Una suerte de política de “mano
dura” para las grandes empresas, tan criticada por muchos para otros sectores de la sociedad civil, que
tendría por fin alinear sus políticas “mezquinas” con el respeto debido a los consumidores. En este
sentido, no es de relevancia el “caudal económico” del infractor, como propician algunos, por tener la

1
Abogado, cursa la Maestría en Magistratura de la Facultad de Derecho-UBA, trabaja en la Justicia Federal Civil y Comercial y ​es ayudante
docente de la materia Elementos de los Derechos Reales, de la Cátedra de la Dra. Mariani de Vidal, en la Facultad de Derecho-UBA.
2
Tale, C. (2010). “Son Asegurables las condenas a pagar las “multas civiles” de la ley de defensa del consumidor”. Revista La Ley, 2010,
(220), pág. 1.
3
Trigo Represas, F. (2010). “La responsabilidad civil en la nueva ley de defensa del consumidor”, Revista La Ley, 03.05.2010, 4
4
​Op. cit​. pág. 4.
5
Granelli, C. (2014) “Los daños punitivos en Italia”. Revista La Ley, 04.11.2014, pág. 1.
faceta preventiva mayor importancia que la sancionadora. Es que esa faceta preventiva acarrearía no sólo
un mejor funcionamiento del mercado, sino también menores costos para el Estado relacionado con la
gestión de los conflictos en el ámbito de defensa del consumidor6.

2. Su incorporación en el Anteproyecto de 1998 y su eliminación del Código Civil y Comercial


Los daños punitivos fueron incluidos en el texto del proyecto de reforma del Código Civil de
1998, en su art. 1597 y finalmente en el art. 52 bis de la Ley 24.240 y en el art. 53 de la Ley 26.993.
Por su parte, el Código Civil y Comercial de la Nación (B.O. del 8 de octubre de 2014) no
contempla a la institución del daño punitivo, ahora bajo el nombre de “sanción pecuniaria disuasiva”.
Ésta fue una de las tantas cuestiones que se modificaron a lo largo del Anteproyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación.
Al respecto, señala la Dra. Kemelmajer de Carlucci7, que es bien conocido que, desde la entrega
del Anteproyecto a su sanción, algunas materias quedaron en el camino, entre ellas las sanciones
pecuniarias disuasivas para ser aplicadas a quienes, con grave menosprecio, causan un daño a bienes
colectivos, permaneciendo entonces la contradicción que implica permitir esta figura en el derecho del
consumo y no en el derecho del ambiente.
De esta manera, el artículo 52 bis sigue rigiendo, en su actual redacción, para el ámbito de las
relaciones y contratos de consumo.
La sanción pecuniaria disuasiva es, en la opinión de la mayoría de la doctrina, una expresión que
denota que es una sanción, es decir que se trata de la función punitiva de la responsabilidad civil, de
naturaleza pecuniaria, ya que constituye una prestación de dar sumas de dinero, pero también reviste otra
función de igual jerarquía, que consiste en la disuasión de futuras conductas que puedan causar daños,
conforme la tipificación legal.
El Anteproyecto de Reforma del Código Civil del año 1998, también llamado Código Alterini –en
referencia al gran profesor Atilio Alterini, quien fuera su principal promotor–, pretendía receptar este
instituto al derecho argentino bajo el nombre de “multa civil”. Sin embargo, el proyecto tuvo una férrea
oposición por parte del Congreso y no logró sancionarse.
La consagración de los daños punitivos en el régimen argentino se logró en el año 2008, cuando la
Ley de Defensa del Consumidor receptó estas sanciones para las relaciones de consumo, con la
incorporación del tan mentado art. 52 ​bis –incorporado con la Ley 26.361 que reformó la L.D.C. 24.240–.

6
Saravia Frías, B. (2014). “Determinación del monto de los daños punitivos”, Revista La Ley, 08.10.2014. pág. 3.
7
Kemelmajer, A. (2015). “Pautas para interpretar el Código”. En Mariani de Vidal, M. y Zannoni, E. y Zunino, F. (2015). ​Código Civil y
Comercial. Revisado, ordenado y concordado​, Astrea, Buenos Aires, págs. 14-15.
El Anteproyecto de Reforma y Unificación del Código Civil y Comercial de la Nación del año
2012, que fuera redactado por la Comisión de Reformas designada por el Decreto N°191/2011, había
incorporado en su artículo 1714 la figura de las “sanciones pecuniarias disuasivas”, para regir así en todas
las relaciones del derecho privado.
Dicha norma establecía en el Anteproyecto que “​El juez tiene atribuciones para aplicar a petición
de parte, con fines disuasivos, una sanción pecuniaria a quien actúa con grave menosprecio hacia los
derechos de incidencia colectiva. Pueden peticionarla los legitimados para defender sus derechos. Su
monto se fija prudencialmente, tomando en consideración las circunstancias del caso, en especial la
gravedad de la conducta del sancionado, su repercusión social, los beneficios que obtuvo o pudo obtener,
los efectos disuasivos de la medida, el patrimonio del dañador, y la posible existencia de otras sanciones
penales o administrativas​” (art. 1714. Sanción pecuniaria disuasiva. Proyecto de Código Civil y
Comercial de La Nación, año 2012).

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