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2017
1. El daño punitivo
No puede escapar al observador de derecho que las empresas tienen sus grandes lobbies en la
política, y la política en el Poder Judicial. Para una empresa, el hecho de no pagar las indemnizaciones en
tiempo y forma puede redundar en un beneficio económico mayúsculo frente al daño producido.
Es frente a esta circunstancia que vemos correcta la potestad de los jueces de imponer multas
civiles o “punitive damages”, una institución que rige desde hace más de 230 años en los Estados Unidos
y de la cual hay precedentes mucho más antiguos en la historia jurídica inglesa2.
Al respecto, señala Trigo Represas3, que los “punitive damages” constituyen una figura del
Common Law anglosajón, también conocida como: “exemplary damages”, “non compensatory damages”,
“penal damages”, “agravated damages”, “additional damages”, “Smart money”, etc. La traducción literal
al español de aquella primera expresión sería efectivamente la de “daños punitivos”, aunque como bien ha
señalado tal denominación resulta objetable, pues lo que pune o sanciona son ciertos ilícitos calificados
por su gravedad y no el daño en sí mismo4.
En igual sentido, agrega Granelli5 que la locución “daños punitivos” es simplemente la traducción
textual –pero ilusoria– de la de matriz anglosajona, “punitive damages”: “damages” en los sistemas de
Common Law no indica el “daño” sufrido por la víctima de un ilícito, sino la “prestación” (pecuniaria)
con que el autor del ilícito está obligado hacia su víctima.
Esta clase de sanción, señala Tale, aplicable por los tribunales civiles tanto en determinados casos
de daños derivados de incumplimiento de contratos, como de perjuicios en el ámbito extracontractual,
había ganado el favor de la mayoría de los juristas argentinos que la habían considerado.
En definitiva, se trataría de una sanción ejemplar con un condimento preventivo para acciones
futuras del infractor y de otros que podrían estar en similar situación. Una suerte de política de “mano
dura” para las grandes empresas, tan criticada por muchos para otros sectores de la sociedad civil, que
tendría por fin alinear sus políticas “mezquinas” con el respeto debido a los consumidores. En este
sentido, no es de relevancia el “caudal económico” del infractor, como propician algunos, por tener la
1
Abogado, cursa la Maestría en Magistratura de la Facultad de Derecho-UBA, trabaja en la Justicia Federal Civil y Comercial y es ayudante
docente de la materia Elementos de los Derechos Reales, de la Cátedra de la Dra. Mariani de Vidal, en la Facultad de Derecho-UBA.
2
Tale, C. (2010). “Son Asegurables las condenas a pagar las “multas civiles” de la ley de defensa del consumidor”. Revista La Ley, 2010,
(220), pág. 1.
3
Trigo Represas, F. (2010). “La responsabilidad civil en la nueva ley de defensa del consumidor”, Revista La Ley, 03.05.2010, 4
4
Op. cit. pág. 4.
5
Granelli, C. (2014) “Los daños punitivos en Italia”. Revista La Ley, 04.11.2014, pág. 1.
faceta preventiva mayor importancia que la sancionadora. Es que esa faceta preventiva acarrearía no sólo
un mejor funcionamiento del mercado, sino también menores costos para el Estado relacionado con la
gestión de los conflictos en el ámbito de defensa del consumidor6.
6
Saravia Frías, B. (2014). “Determinación del monto de los daños punitivos”, Revista La Ley, 08.10.2014. pág. 3.
7
Kemelmajer, A. (2015). “Pautas para interpretar el Código”. En Mariani de Vidal, M. y Zannoni, E. y Zunino, F. (2015). Código Civil y
Comercial. Revisado, ordenado y concordado, Astrea, Buenos Aires, págs. 14-15.
El Anteproyecto de Reforma y Unificación del Código Civil y Comercial de la Nación del año
2012, que fuera redactado por la Comisión de Reformas designada por el Decreto N°191/2011, había
incorporado en su artículo 1714 la figura de las “sanciones pecuniarias disuasivas”, para regir así en todas
las relaciones del derecho privado.
Dicha norma establecía en el Anteproyecto que “El juez tiene atribuciones para aplicar a petición
de parte, con fines disuasivos, una sanción pecuniaria a quien actúa con grave menosprecio hacia los
derechos de incidencia colectiva. Pueden peticionarla los legitimados para defender sus derechos. Su
monto se fija prudencialmente, tomando en consideración las circunstancias del caso, en especial la
gravedad de la conducta del sancionado, su repercusión social, los beneficios que obtuvo o pudo obtener,
los efectos disuasivos de la medida, el patrimonio del dañador, y la posible existencia de otras sanciones
penales o administrativas” (art. 1714. Sanción pecuniaria disuasiva. Proyecto de Código Civil y
Comercial de La Nación, año 2012).