18 :ev 26 de diciembre de 2010 al 1 de enero de 2011
HOMILÍA MISA
Queridos hermanos y hermanas:
La madrugada es un tiempo singu-
lar en la historia de la salvación, pues
fue en una madrugada que el Señor
Jesús resucitó, fue en una hermosa ma-
drugada que las mujeres encontraron el
sepulcro vacío. Y, hoy es una hermosa
madrugada, en que mujeres y hom-
bres, niños y niñas, adultos, ancianos y
ancianas boricuas, también acudimos a
la Iglesia, para estar alertas, para estar
atentos, al Señor que se acerca y no tar-
da en llegar.
En el último tramo del camino del
Adviento, que comenzamos hace cuatro
semanas. La Iglesia, madre y maestra,
nos invita a intensificar nuestra prepa-
ración interior y exterior para celebrar
con fe y alegría la verdadera y única Na-
vidad del Señor, acogiendo a Dios que
se hace cercano a cada persona, a cada
ser humano, del pasado, del presente y
del futuro, a cada uno de nosotros.
A partir de este momento en ade-
lante, entramos en un conteo regresi-
vo. Ya es inminente el cumplimiento de
la promesa: Dios, creador de todo, del
universo, del sol, los planetas y demás
estrellas, creador de la vida humana que
es cumbre de todo lo creado, viene a vi-
sitarnos, viene a nuestro encuentro con
el propósito de hacerse visible, hacerse
Camino, Verdad y Vida, y nos abraza
con su rostro compasivo, amoroso y mi-
sericordioso.
Hermanos y hermanas, la presencia
de Dios hecho carne en este mundo,
es la Navidad. Ese es el acontecimiento
que asombró a los pastores de Belén, a
los ángeles del cielo, sacó de su sitio a
los Magos de Oriente y los encaminó
a un nuevo rumbo, hizo inquietar a la
maldad representada por Herodes.
Durante el tiempo de Adviento,
como discípulos y discípulas, misioneros
y misioneras de Jesús, nos preparamos
para la celebración de ese gran acon-
tecimiento en la historia humana, y con
las misas de aguinaldo, nos alegramos
mientras esperamos una nueva Navi-
dad en que Jesús nazca en el pesebre
de cada corazón humano. Nos alegra-
mos en la espera para que el asombro
en Belén se manifieste en el corazón de
cada cristiano, para que la alegría de los
pastores se haga presente en cada fa-
milia boricua, para que el camino de los
magos hacia el encuentro con Dios, sea
también emprendido por cada uno de
nosotros y nosotras, individual y colec-
tivamente.
Con las misas de aguinaldo, la Igle-
sia nos hace un nuevo llamado a abrir-
nos completamente y con confianza a
la esperanza. Sabemos que vivimos en
una tierra, no distinta al tiempo en que
nació Jesús, también marcada por la
violencia, las injusticias, opresiones y la
miseria humana. Vivimos en un Puerto
Rico asediado por la violencia en todas
sus ramificaciones: violencia verbal y fí-
sica, violencia en todas las etapas de la
vida humana, especialmente en el vien-
tre materno; violencia contra la mujer
y los niños y las niñas; la violencia del
abuso sexual contra menores y cual-
quier ser humano, violencia en hogares,
áreas de trabajo y de estudio.
La verdadera esperanza en un
Puerto Rico mejor solo reside en Dios.
No reside fundamentalmente en los
gobiernos, ni en las ideologías, ni en
los partidos políticos, ni en las finanzas,
ni en las grandes economías, ni en las
grandes potencias militares. La política,
cuando se fundamenta en la dignidad
de cada ser humano, es una vocación
muy noble que es necesaria para servir
al bien común y fomentar una sociedad
justa y humana. Pero, la política no sal-
va, no puede ofrecer vida eterna. La po-
lítica no transforma.
La esperanza en un Puerto Rico
mejor, más humano, unido, hermanado,
justo, pacífico y solidario solo es posible
DE AGUINALDO
POR ROBERTO OCTAVIO GONZÁLEZ NIEVES, OFM
ARZOBISPO METROPOLITANO DE SAN JUAN DE PUERTO RICO
CATEDRAL DE SAN JUAN DE PUERTO RICO
VIERNES 17 DE DICIEMBRE DE 2010
cuando el acontecimiento de la Navi-
dad sea acogido en cada corazón hu-
mano y en las estructuras sociales esta-
blecidas para mejorar la calidad de vida
para todos y todas los ciudadanos de un
país. El acontecimiento de la Navidad es
el nacimiento de Jesús en cada ser hu-
mano, es acoger la Palabra encarnada y
compartida mediante nuestro testimo-
nio; vivir la Navidad es vivir iluminados
solo por Él, quien es Luz de luz, Dios de
Dios, Dios verdadero de Dios verdadero.
¡Vivir iluminados solo por Él que es luz
de las naciones, engendrado, no crea-
do!
Hoy la Iglesia trae una buena noti-
cia, la noticia del nacimiento de Jesús, la
noticia también de su segunda venida.
Esa es la esperanza que salva, esa es la
esperanza que nunca defrauda, esa es la
esperanza que debe sostener las aspira-
ciones de cada persona, de cada orga-
nización, de cada institución.
Hoy María, Nuestra Señora de Be-
lén, desde el cielo mira hacia Puerto
Rico, y sigue buscando posada, sigue
buscando un lugar en que se acoja a su
Hijo que ha nacido. Ya las posadas para
acoger a su Hijo parecen ir desapare-
ciendo. ¿Hay posadas para su Hijo en
las escuelas católicas, privadas y públi-
cas? ¿Hay posadas en las esferas del go-
bierno? ¿Hay posada para Jesús, María
y José en nuestros hogares y familias?
No les cerremos la posada de nuestros
hogares, no les cerremos la posada de
nuestras familias ni en nuestra cultura
e identidad.
María ha alumbrado a la humani-
dad con el nacimiento de su Hijo. Les
animo a prepararnos en alma y corazón,
para que seamos posadas vivientes que
acojan a Dios en la sencillez de un Niño
que es Príncipe de la Paz tan necesaria
en nuestros días. Oremos, con el salmis-
ta: “Que en sus días florezca la justicia y
la paz abunde eternamente.”
San Juan
Al iniciar la Navidad, mi llamado
es a vivir con humildad, con sencillez,
con confianza y esperanza, abriéndonos
al don de la luz, la alegría y la paz que
irradian de este Acontecimiento que es
capaz de renovar hoy nuestra vida in-
terior y exterior. Preparémonos para un
encuentro con el Niño Jesús que es Pre-
sencia de Dios para que nos transforme
y permita crecer en santidad.
por las diócesis
Pidamos también en esta novena a
María santísima, tabernáculo del Verbo
encarnado, que nos acoja en su regazo
y nos muestre a su Hijo Jesús, fruto ben-
dito de su vientre. ¡Felicidades a todos
y a todas!
Citación Edictal
Ante P. Pedro L. Reyes Lebrón
Vicario Judicial
Nulidad de Matrimonio
Rodríguez- Muñoz
17 de diciembre de 2010
Ignorando el actual domicilio de la parte
demandada, Sr. Jorge J. Muñoz Zayas, en
la causa antes mencionada, citamos a la
misma a presentarse, o personalmente o
representada por su procurador legítima-
mente nombrado ante este Tribunal Ecle-
siástico Metropolitano, ubicado en la calle
San Jorge, Esquina Marginal Baldorioty de
Castro, Edificio 201, Santurce, Puerto Rico,
el viernes, 14 de enero de 2011, a las 9:30
a.m., para concordar o firmar el dubio.
Los ordinarios, los párrocos y los fieles,
que conozcan el domicilio de la parte
mencionada, dígnese informar a la misma
de la presente citación edictal.