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Conversaciones con Ann Ferguson

Reseña realizada por Vanesa Salazar, 13-10-19

Ann Ferguson, es una filósofa feminista socialista de EEUU, profesora emérita de


Filosofía y Estudios de Género y Sexualidad de la Universidad de Massachusetts.
Ha publicado muchos artículos y 5 libros de teoría feminista, entre ellos "Democracia
Sexual: mujeres, opresión y revolución" (1991) y con Anna Jónasdottir, editaron
“Amor: una cuestión para el feminismo en el siglo veintiuno” (2014). Trabaja en
temas de racismo, economía, género y medioambiente y justicia social. Su
trayectoria política la sitúa en los movimientos de liberación de los años 60' y 70' en
ese país, y en los debates que siguieron en los años 80' y 90'.
Con motivo de su visita a la Argentina se intercambió sobre el neoliberalismo, las
violencias, la heteronorma, la crítica al amor romántico, las resistencias y la
importancia de los feminismos de izquierda en intersección con la clase y el
racismo.
Fue una actividad organizada por la Biblioteca Popular Eduardo Martedí, el Grupo
Maleza y el subgrupo de género (Punto G) del Equipo de Antropología del Cuerpo y
la Peformance, de la UBA.

Introducción​:

Ann Fergurson es una activista feminista, socialista, antiracista, antiimperialista.


Milita desde 2011 en Uprising for Social Justive (Levántate por Justicia Social), es
un grupo de gente pobre que organiza por justicia económica, por vivienda,
alimentos, contra el racismo de la Policía. Surgió como un grupo de madres solteras
que protestaban contra la justicia racista de EEUU y luego se amplió a otras
demandas, incluyendo prevención del VIH entre las prostitutas, ya que por
problemas de adicciones creció el contagio de esta enfermedad, y la
descriminalización de la prostitución, que en EEUU es totalmente ilegal. Ellas unen
la lucha contra la pobreza con la lucha contra capitalismo, el racismo y la
desigualdad de género.

1- Crisis del neoliberalismo y crisis de las tareas de cuidado en EE.UU

Si bien la autora basa su exposición en EE.UU, como el neoliberalismo es un


sistema global, sus conclusiones pueden aplicarse a Argentina.
En EE.UU el neoliberalismo se consolidó sobre la base del sistema patriarcal y de
supremacía blanca pre-existente creando una crisis en las tareas de cuidado. Esto
fue producido por el recorte en salud, educación y de los desarrollos comunitarios, lo
cual ha incrementado los niveles de explotación de la mujer y de las minorías
raciales, que hace que la vida de las minorías pobres, sobre todo de los niños, se
vuelva muy difícil y precaria.
Además hubo recortes en los impuestos que pagan los ricos, lo que hizo que
hubiera más estratificación, se expandieron de los barrios ricos desplazando a los
barrios pobres a lugares marginales.
A esto se sumaron los ataques a los sindicatos y la fuga de capitales que provocó
mayor desempleo por los cierres de fábricas que trasladaron su producción a otros
países. También cerraron muchas granjas familiares, que ya no se pueden sostener
económicamente.
Estos cambios producidos en este siglo, ya no le permiten a las familias obreras
negociar, como o hacían en el siglo XX, con el capitalismo-patriarcal, ahora falta esa
negociación sindical del precio del salario del obrero-hombre.
Mientras existía esa posibilidad, las mujeres obreras se dedicaban a las tareas de
cuidado y el trabajo doméstico no-pago, es decir, todas las necesidades
reproductivas de la familia se solucionaban a través de ese salario del
obrero-hombre.
Con estos cambios, tanto el hombre como la mujer, tienen que salir a trabajar y el
modelo familiar donde el hombre trae el salario y la mujer se encarga del trabajo
reproductivo, entra en crisis. Lo que vemos es un nuevo sistema de organización de
las familias obreras, donde en un hogar entran dos salarios que se complementan.
Pero las mujeres tienen que continuar con el trabajo reproductivo pero en un
“segundo turno”. Es el capitalista el que se beneficia del trabajo reproductivo
no-pago, por lo tanto es una explotación capitalista y además es una explotación
patriarcal, porque el hombre tiene más tiempo libre ya que no comparte el trabajo
reproductivo de la casa.
Hay falta de reciprocidad en este trabajo y se complica mucho más cuando son
mujeres solteras, ya que en EE.UU es muy común que los hombres no colaboren
con el salario familiar para los niños.
Hay un análisis más profundo que se puede hacer a nivel de la explotación
patriarcal, que es la explotación afectiva, que retomaremos más adelante. No es
simplemente que el hombre tiene más tiempo libre o disponibilidad del dinero sino
que tiene que ver con la energía del amor. Para explicar esto, debemos primero
hacer un rodeo por la especificidad racial: esta situación es mucho más compleja
dentro de las trabajadoras de color y las latinas, ya que como derivado del
esclavismo de los africanos, la consecuente explotación racial y las políticas de
segregación que se aplicaron, estos sectores se vieron privados de la herencia, que
sí pudieron acumular los sectores blancos.
Estas comunidades euro-blancas que se benefician desproporcionadamente de la
fortuna de sus antepasados blancos y que residen en barrios blancos, puede verse
como una explotación de estas comunidades de color y latinas que no tuvieron el
derecho a herencia.
El sistema de explotación racial ha creado relaciones de género diferentes en la
población blanca y en la población negro-latina.
Ángela Davis afirma que el esclavismo en el sur de EE.UU creó diferentes
divisiones de género, donde en las poblaciones negras estaban obligadas a hacer
trabajo en el campo y además las mujeres negras debían criar a los niños, que les
podían ser arrebatados en cualquier momento para ser vendidos a otras familias.
Muchas de ellas también trabajaban como niñeras de los niños blancos de las
esclavistas. Además muchas mujeres negras fueron explotadas sexualmente para
producir esclavos negros que luego serían vendidos por los patrones blancos.
Con el fin de la esclavitud, las mujeres negras tuvieron que seguir trabajando en
trabajos muy mal pagos, vinculados a la crianza debido a que los hombres
continuaron trabajando en el campo, en los sistemas llamados shere-property,
donde no tenían un salario, sino que dependían del dinero que les quisiera dar el
dueño blanco del campo.
Esta brutal carga que tienen las mujeres negras, particularmente las madres
solteras se conecta con los patrones neoliberales de criminalizar la pobreza,
expandiendo la encarcelación masiva, sobre todo a partir de que se privatizan las
prisiones, y comienzan a ganar muchísima plata a partir de tener la mayor cantidad
de presos posibles.
Este sistema de encarcelación masiva que comienza en los 70', sirvió para culpar a
los negros y acusarlos de que querían sostenerse en la pobreza, a pesar de que
muchos blancos también perdieron su empleo. En los centros urbanos, comenzó a
expandirse el comercio de drogas, ya que en EE.UU una vez que se cae preso es
imposible volver a conseguir empleo, ya que queda registro, a los hombres negros
no les queda otra opción que dedicarse al comercio en negro. Esto es una guerra de
clase neoliberal que se convierte en una guerra racial.
En esto se juntan los demócratas y republicanos para recortar impuestos a los
ricos, para promover el encarcelamiento masivo y el recorte de subsidio a las
mujeres negras y comienza el mito de la ​“​charity queen” (Reina de la Beneficencia),
una forma despectiva de nombrarlas, similar al argentinismo “planera”.

2- Diferencias en la reproducción generizada, el derecho al aborto y justicia


reproductiva.

Como son las mujeres las que reproducen biológicamente a los niños, son las que
tienen la consecuencia no planeada del sexo heterosexual, que son los embarazos,
lo cual crea problemas especiales para las mujeres en las sociedades patriarcales,
ya que es el matrimonio, la institución que le da los derechos y responsabilidades a
los padres sobre la crianza de los niños.
Cuando las mujeres no tienen el derecho a interrumpir los embarazos no deseados
sus vidas se ven afectadas ya que son consideradas “malas mujeres” por sostener
un embarazo fuera del matrimonio o atraviesan mucha presión social para que se
casen y también están las consecuencias sociales y económicas de ser una madre
soltera.
La falta de apoyo social para las madres solteras pobres, hace que su situación sea
aún más precaria, ya que no tienen un hombre que les provea lo necesario para la
crianza de los niños. Los niños pobres son víctimas de racismo, no tienen los
recursos materiales que tienen que tener y crecen en ambientes que no son sanos.
Esta circunstancia hace que se limite mucho las opciones de las madres solteras
pobres que quieren criar a sus niños dentro de los derechos humanos básicos.
Las feministas radicales y las liberales ponen este problema como derechos
humanos, encuadradas como derechos civiles que invisibiliza la opresión racial y de
clase que quedan naturalizadas. Las feministas negras critican a las feministas
blancas porque ignoran la situación en la que viven las mujeres negras, de extrema
pobreza, de violencia racial policial, de las mujeres solteras que viven en medio
ambientes sumamente tóxicos con imposibilidad de acceder a una buena educación
y a la salud. Lo que piden las feministas negras es que haya una aproximación a la
problemática de la mujer que sea inclusiva, interseccional y de justicia reproductiva,
que aborde tanto la posibilidad de interrumpir los embarazos como de la posibilidad
de tener hijos en buenas condiciones. Es decir, tener los derechos reproductivos
tanto por la negativa como por la positiva; esa sería la forma de tomar la demanda,
que ahora se toma de una manera que está muy marcada por el color de piel de las
feministas.

3- Amor y patriarcado

Cómo Ann Fergurson es feminista marxista materialista, ve al patriarcado, como un


sistema histórico específico, diferente, donde hombres específicos (sólo los
relevantes, no todos) explotan a mujeres específicas, tanto sus cuerpos, sus
habilidades, sus energías y sus elecciones.
Estos hombres específicos de estos sistemas usualmente están divididos por clase,
castas, razas y etnicidad.
Estos sistemas de energías se pueden considerar de explotación porque los
hombres tienen la capacidad de apropiarse de más amor y energías emocionales de
las que dan.
Entonces hay tres sistemas, el racista, el capitalista y el patriarcado que son
diferentes y operan en niveles diferentes de explotación de los cuerpos.
En cada sistema opera una explotación específica. En el sistema capitalista, los
dueños individuales del capital pueden apropiarse del excedente social para
producir más capital, medio por el cual, adquieren más capital y poder social que
aquellos que producen la riqueza social.
En el sistema racial, la supremacía blanca opera a nivel de Estado-comunidad
reforzando políticas gubernamentales para mantener la diferencia racial.
En el sistema patriarcal, la explotación está basada en la afectividad, en la amistad,
la sexualidad, el parentesco, el individuo-hombre demanda y obtiene más amor,
afecto y energía sexual de la que le dan a las mujeres individuales. Entonces las
mujeres tienen una posición desprivilegiada para recibir afecto. Las mujeres hemos
estado enculturadas en dar y proveer amor a los hombres, quienes deben
demandarlo y tomarlo. Esto está incorporado en nuestros cuerpos, no es solo
nuestra forma de pensar, sino es la forma en la compartimos nuestro amor y cuerpo.
Entonces por eso se necesita resistencia feminista, porque sino continuaremos
teniendo estos intercambios patriarcales desiguales de afectos.

4- La cultura de la violación patriarcal y la resistencia feminista

En el sistema patriarcal la normatividad que establece que mujeres dan afecto y los
hombre lo toman se basa en el principio de que los hombres son los dueños de los
cuerpos de las mujeres a través del matrimonio y del parentesco.
El asalto sexual del hombre o la violación, es una forma legítima de imponer su
poder corporal sobre el cuerpo de las mujeres que no entran dentro del control
masculino por considerarse “malas mujeres”.
El patriarcado construye la idea de la “buena mujer” y de la “mala mujer”, donde esta
última es aquella que no está bajo el control de un hombre, y al no ser propiedad de
un hombre específico, cualquier otro hombre puede tomarla, violarla. Si la mujer no
tiene un protector masculino se justifica la violación que ocurre entre las líneas de la
raza y la clase. Las mujeres sin protector masculino son “mala mujeres”,
“prostitutas”, “promiscuas”, etc.
También se han visto casos de hombres que matan una mujer, en venganza a todas
las mujeres, ya que ellos creen que se les fue negado su derecho a tomar el amor y
la energía sexual de las mujeres.
Por esta razón, en EE.UU ha surgido el movimiento “​Me Too​”, similar al “Ni Una
Menos” argentino, una nueva ola feminista negra contra la violencia sexual
machista. La esperanza pasa por esta nueva ola feminista negra que protesta contra
las prácticas de la violación. Esta nueva ola es muy diferente a la ola de los 60',
donde las comunidades negras se negaban a que se ponga en discusión la
violencia sexual que ejercen los hombres negros ya que se temía que esto haga
surgir una ola punitivista que solo perjudicaría a las mujeres negras, quienes ya no
contarían con el ingreso de ese hombre negro si cayera preso y les entraba en
contradicción con sus exigencia de derechos civiles.
Ahora la demanda es más interseccional, donde se pone en evidencia que el
capitalismo, el patriarcado y el racismo trabajan juntos para oprimir a las mujeres.
Igualmente muchas feministas negras siguen temiendo al punitivismo del feminismo
blanco que terminan llamando al Estado supremacista blanco que no ayuda. El
movimiento “​Black life Matter​” que promueve los derechos de los trans, LGBT
negros, demandas que son interseccionales, buscando soluciones más bien
educativas y de justicia restitutiva y no punitivista.

5- El amor romántico

En el amor romántico pasa lo mismo que en el capitalismo: hay tendencias


contradictorias que desencadenan crisis. Las economías afectivas patriarcales
contienen deseos sexuales y normas que no pueden satisfacerse todas porque son
contradictorias, lo que da surgimiento al feminismo y a las resistencias de
sexualidades disidentes.
El capitalismo patriarcal aliena la emotividad tanto de los hombres como de las
mujeres, pero más de las mujeres.
En el patriarcado, los niños aprenden identidades de género, basadas en
simbolismos que definen lo que es masculino y lo que es feminismo. Y esto se
incorporan a los códigos de amor, del sexo y a las normas del amor romántico, las
cuales no podemos satisfacer todas y por eso estamos alienados.

Las normas del amor romántico:

1- El amor es entre iguales, voluntario, monógamo, que da sentido a la vida de los


sujetos.
2- Igualdad y libertad en la sexualidad: el hombre y la mujer tienen igual derecho al
placer sexual y a las interacciones consensuales.
3- Los Roles de género son complementarios en el amor, la sexualidad y el
parentesco.
4- El hombre tiene la iniciativa y la mujer la sumisión.
5- El hombre es activo y la mujer sensible.

Los primeros dos principios se desarrollan a través de los principios de la economía


capitalista, derivada de la idea del individualismo positivo, donde los individuos
tenemos derecho a promover nuestra felicidad a través de nuestro cuerpo, que es
visto como nuestra propiedad. Tenemos derecho a contratos voluntarios con otros a
través de relaciones sexuales para alcanzar el placer sexual. Esto lo podemos
llamar individualismo afectivo. Entra en conflicto la idea de casarnos por amor con
los antiguos arreglos matrimoniales que servían para transmitir la propiedad
burguesa.
Los últimos tres principios parten del patriarcado, que supone que las mujeres son
propiedad de los hombres y que son sumisas y sensibles. Estos axiomas estan
basados en visiones religiosas del género y la familia, lo cual continúa
reproduciéndose en prácticas, aun dentro de quienes creen que los hombres y las
mujeres deberían tener los mismo derechos. Nos han enseñado visiones
contradictorias de cómo manejar el amor, el placer y la sexualidad en las parejas.
Tenemos que comprender estas contradicciones como feministas para poder
cambiarlas tanto en nuestras relaciones como en nuestra política.

6- La dialéctica del amor, intimidad y el placer sexual, en relación al amor


romántico, patriarcal y capitalista.

Nuestro sistema patriarcal y capitalista actual le da más poder a las mujeres que en
periodos patriarcales pasados. Esto podría explicar por qué tenemos un conflicto
dialéctico entre las normas del amor y la intimidad con las normas de placer.
El patriarcado ha cambiado, la autora menciona tres momentos: el patriarcado de
los primeros días, donde los hombres controlaban a las mujeres y a los niños, donde
estaba todo centrado en el padre de familia, quien decidía con quién se casaban las
mujeres jóvenes. Un segundo momento, en los siglo XIX y XX, donde las mujeres
podían decidir con quién se casaban y un tercer momento, el actual, llamado el
capitalismo-patriarcal-público, donde el poder está concentrado en los
hombres-capitalistas y los políticos-hombres que controlan la política del Estado.
En este último sistema hay más énfasis en la igualdad de género porque es un
momento histórico más individualista. Pero por la división sexual del trabajo, la
brecha salarial y el trabajo reproductivo no-.remunerado, las mujeres continúan en
una posición desigual.
Se genera una contradicción con el postulado y las normas de la igualdad. Ahora las
mujeres y los niños tienen derecho a ser emocionalmente apoyadas por los
hombres y las mujeres tienen derecho al placer sexual y muchos hombres jóvenes
apoyan estos ideales. Lo podemos llamar “amor recíproco”, pero esto aún no es
posible porque hay un dualismo de género, ya que seguimos educando a las niñas
en la capacidad de brindar apoyo emocional y dar amor y no hacemos lo mismo con
los niños, lo cual termina reproduciendo a las mujeres como dadoras-cuidadoras y a
los hombres como tomadores. Esto entra en contradicción con la idea de que las
mujeres tendrían que ser capaces de alcanzar el placer sexual, ya que si se espera
que las mujeres den cuidado al hombre, el placer femenino no está priorizado, por lo
que las mujeres no están en pie e igualdad para tener placer sexual.
Esto se ve reforzado por el hecho de que los trabajos pagos a los pueden acceder
las mujeres están vinculados a las tareas reproductivas, que requieren empatía,
como la educación y la salud, donde su función es dar, cuidar y no recibir, lo cual
hace más difícil la demanda de placer sexual ya que se percibe como un tomar y no
como un dar.

Axiomas contradictorios del capitalismo- patriarcal hoy:

1- La “mujer buena” debe priorizar el dar, el ayudar, apoyar, priorizar el cuidado de


su pareja antes que su propio placer. El “hombre bueno” debe priorizar su propio
placer sobre el de otros, el tomar sobre el dar, el ser cuidado-apoyado.
2- El capitalismo individualista los individuos tienen derecho a obtener lo quieren,
intimidad y apoyo para obtener su placer sexual.

Estas dos cosas no se pueden obtener al mismo tiempo, son contradictorios. Las
feministas deben rechazar la idea del “amor romántico” y reemplazarla por la idea
de “amor recíproco” pero este no puede ser logrado dentro del capitalismo, debido a
la crisis del cuidado, al racismo, por división sexual del trabajo productivo y
reproductivo y sólo podría alcanzarse dentro del socialismo que se lograría si hay
un movimiento socialista, feminista y antirracista.
Por esto, los partidos de izquierda deben incluir estas demandas, como la lucha
contra el racismo, la objetivización de las mujeres en los medios y en la publicidad,
contra la explotación de los hombres por las mujeres, la brecha salarial de género,
etc, por esto debemos presionar por la inclusión de estas demandas dentro de los
mismos partidos socialistas. Solo de esa forma se lograrán los objetivos de la
justicia de género, racial y de clase.
Ante la problematización de los asistentes a la charla sobre el machismo interno de
los partidos, la autora, lejos de idealizar a los partidos, menciona que ya desde su
militancia juvenil, en los 60', las mujeres debían luchar contra el patriarcado interno,
concurriendo al doble de reuniones políticas que los hombres militantes y buscando
el apoyo de mujeres de afuera del partido para combatir el machismo de los mismos
compañeros, ya que como feminista debes ser autónoma y unirte a otras mujeres, y
como socialista debes militar con hombres.
También los asistente problematizaron el elitismo de las direcciones partidarias,
donde los Comités Centrales1 no están integrados interseccionalmente. La autora
sostiene que los partidos deben dejar de ser tan verticales y diversificar la
composición social de las direcciones para incorporar las demandas de género,
raza, etnicidad y clase de forma más representativa. Esa es la única estrategia que
puede ser exitosa, la única que puede crear el movimiento social capaz de superar
al capitalismo y al patriarcado.

1
​El Comité Central es el máximo órgano de decisión entre ​Congresos de muchos ​partidos
políticos​, especialmente ​socialistas y ​comunistas​. Se compone de un número de delegados
elegidos en el Congreso del Partido.

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