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IX EL METODO RACIONAL

Hasta fines del siglo XIX, el diseño de obras de drenaje hidráulico se fundamentó
en reglas de tipo empírico, resultado de observaciones puntuales y parciales de eventos
considerados extremos, no existiendo un conocimiento cabal de todos los fenómenos
que llevaron a la existencia de un evento extremo de caudal, una crecida, una avenida
o una cabeza de agua, como se le conoce comúnmente. Estos métodos; no obstante
su origen, fueron los pioneros y dieron el fundamente para el desarrollo de un extenso
tema de la actualidad, conocido como la hidrología urbana.

Si bien la hidrología urbana, como se le conoce en la actualidad, es más que sólo


estimación de eventos extremos, incluyendo elementos como sequías, inundaciones y
calidad del agua, siempre tiene un elemento preponderante que ha sido la estimación
de eventos extremos para la prevención de inundaciones o para la protección de obras
en general.

Los modelos iniciales fueron muy simples y por ende poco precisos:

TORMENTA MODELO CAUDAL A EVACUAR

(impulso) (modelo) (resultado)

Fig. 9.1 Modelo básico de estimación de caudales pico

Estos modelos por lo general son relativamente básicos y se fundamentaron en


simples ecuaciones generadas a través de la experiencia y la observación. Para dar
mayor generalidad a su uso, por lo general se asociaban a la cuenca mediante un
parámetro de importancia como es el área de ésta. Ejemplo de ello es el modelo que
se presenta a continuación:

Q = 0.509 C ( 0.391 A)
−0.048
0.935 A
9.1

Donde:

Q = Caudal extremo en m³/seg.


C = Coeficiente de Creager
A = Area de la cuenca en Km²

La ecuación antes mencionada (1.1) es conocida como el modelo de Creager,


que relaciona el caudal extremo a esperar de una cuenca (Q) con su extensión (A) y
sus características de flujo (C). Esta ecuación fue muy empleada para el diseño de
obras hidráulicas, habiendo sido deducida por el Dr. Creager a fines del siglo XIX, sobre
la base de un gran número de observaciones en los EE. UU. En realidad el coeficiente
C no es más que un ajuste pero como tal representa una serie de elementos no
definidos y que en principio tienen que ver con la manera como ocurre el flujo en una
cuenca. Algunos de estos parámetros son el recorrido del cauce, la pendiente del
mismo, el relieve, la cobertura vegetal, la capacidad de evaporación, la infiltración, el
tipo de suelos y varios más, lo cual hace que este elemento sea muy sensible y difícil
de ajustar y definir.

El uso actual de este modelo no ha sido del todo descartado y aun se emplea de
manera regional y con fines comparativos, mas no de diseño.

El fin del siglo XIX y el inicio del siglo XX, marcan un cambio en el desarrollo de
la hidrología, promoviendo una fase más científica, cambiando el uso de ecuaciones
empíricas por el de modelos con mayor racionalidad y secuencia lógica. Uno de estos
métodos es el conocido como “Método Racional”, introducido por primera vez por E.
Kuichling (1889) y posteriormente estudiado y aplicado por Horner (1910) y Flynt
(1936).

La antigüedad de este método, no ha sido razón para dejar de emplearlo y en


efecto, a pesar de los grandes avances de la hidrología y del gran apoyo de la
informática y la telemática, el “Método Racional” sigue siendo uno de los más
empleados para el diseño de obras de drenaje urbano. Schaake, Geyer y Knapp
(1967), proceden a la experimentación de este método, concluyendo en que los
resultados que ofrece presentan una dispersión de consideración alrededor del valor
real; sin embargo, su simplicidad, sentido común, secuencia lógica y la posibilidad de
emplear en su uso el criterio ingenieril, lo hace valedero y por lo tanto recomiendan y
promueven su uso.

Viessmann, Knapp, Lewis y Harbough (1977), coinciden con lo anotado en el


párrafo anterior y mantienen la validez del método; no obstante, que el mismo no ha
sido validado con éxito. Lo que si se anota del mismo es que es consecuente, lógico y
sistemático. En efecto esta última característica hace de el una valiosa herramienta de
diseño.

Shelton (1974) y posteriormente Sánchez (1983) efectuaron verificaciones con


resultados disímiles pero no del todo errados.

Las últimas décadas han desarrollado un sinnúmero de métodos de diseño para


el drenaje urbano, sobre la base de modelos computarizados que cubren la secuencia
lógica y las diversas variables que intervienen en la definición del ciclo hidrológico, pero
el “Método Racional” sigue siendo el más empleado por cuanto la información básica
que requiere es fácil de obtener y por lo general está disponible en toda zona urbana o
semiurbana.

El diseño apropiado de sistemas de evacuación pluvial, es uno de los aspectos


básicos de toda urbanización o zona de concentración de población. La falta de estos
diseños resulta en problemas de inundación temporal de áreas pobladas, con los
consecuentes inconvenientes por la pérdida de la producción, los bienes de consumo,
las instalaciones y el atraso en el suministro oportuno de servicios.
No todas las urbes requieren de sistemas complejos, cada caso debe de
estudiarse por separado en función del régimen hidrológico, el tipo de desarrollo, el tipo
de suelos y la disponibilidad de recursos económicos. Ciudades como Londres, París y
Nueva York, que se han desarrollado en forma vertical, aprovechan el subsuelo para el
desarrollo del comercio, el transporte y la distribución o recolección de servicios básicos
(agua, electricidad, teléfono, aguas servidas y pluviales). Por lo general en estas
ciudades, el concepto de sótano es de gran valor y por lo tanto el mantener el agua
pluvial alejada de ellos es una prioridad. En estos casos, el diseño debe evacuar los
excedentes pluviales de manera rápida y con el menor riesgo posible de falla.

Otras ciudades como Miami, Nueva Orleans, Barranquilla y Asunción que se


ubican en zonas de topografía muy plana y por lo tanto no cuentas con gradientes
suficientes como para la evacuación de los grandes volúmenes de agua que resultan de
los eventos de precipitación efectiva y donde se suma el hecho de que presentan
niveles freáticos muy elevados, no han tenido un amplio desarrollo vertical. Ello ha
permitido el uso de sistemas de evacuación pluvial más sencillos, de menor costo y
aceptando riesgos de inundación mayores. Estas ciudades tienen sistemas de drenaje
pluvial a base de canales abiertos de baja capacidad que desbordan hacia las vías
principales cuando los eventos de precipitación son extremos.

Por último se tienen ciudades donde el drenaje pluvial no ha sido prioritario y el


desarrollo urbano ha prescindido de ellos. Este es el caso de Lima, ciudad donde no
existe un sistema de evacuación pluvial, no hay cunetas, ni colectores o tragantes
pluviales; los techos son planos y nunca han sido impermeabilizado. Todo lo anterior
dado que se trata de una ciudad donde no llueve con frecuencia alguna y cuando si
llueve, su magnitud es verdaderamente insignificante.

El Método

Los modelos o métodos de diseño no se hacen obsoletos por viejos, sino por
falta de comprensión y entendimiento de su fundamento científico. Es por ello que para
entender los modelos en general es imprescindible comprender su origen, sus
limitaciones, las suposiciones que implica su uso y valorar la secuencia lógica de
aplicación.

El Método Racional es un procedimiento de cálculo para el diseño de sistemas


de evacuación pluvial viejo, de origen empírico pero con una secuencia lógica de
procesos, congruente, válida y consecuente con la tecnología actual. Es por ello que
aun sigue siendo una herramienta de diseño importante y de uso corriente.

La base de uso de este método radica en: a) las cuencas donde por lo general se
aplica son de reducido tamaño como para tener registros de caudal y b) la precipitación
es una variable con mayor grado de medición que cualquier otra variable hidrológica.
Es por ello que el método explícitamente indica que un evento de precipitación para un
período de retorno T, genera un evento de caudal extremo con ese mismo período de
retorno T. Lo anterior resulta muy lógico y razonable; aun cuando no ha sido
demostrado con claridad. Es por este motivo que a este método se le conoce con el
nombre de Racional.

A continuación se presenta una breve descripción de cada una de las variables


que interviene en este método de diseño, anotando sus características y sus
limitaciones.

Precipitación

El método considera que la precipitación tiene las siguientes características:

a) Es constante en el tiempo y por lo tanto emplea la intensidad media para la


duración característica de la cuenca o zona de drenaje. Esto puede no ser
una buena estimación de la precipitación; sin embargo, toma una actitud
imparcial con eventos variables y diversas asimetrías. Es importante
reconocer que el método se limita a cuencas o zonas de drenaje pequeñas y
por lo tanto la duración de los eventos de precipitación igualmente serán
pequeños.

b) Es uniforme para toda la zona de drenaje o cuenca. Si bien esta aseveración


no se puede generalizar, es más aceptable en la medida que tratamos con
extensiones de drenaje o cuencas pequeñas. Es por esta razón y por lo
anotado con anterioridad que se establece una importante limitante al método,
cual es su uso restringido a áreas pequeñas. El tamaño límite superior varía
con cada autor, oscilando entre 1.0 y 16.0 Km²; sin embargo, pareciera más
recomendable limitar el tamaño del área de drenaje a no más de 3.0 Km². En
todo caso, el criterio del profesional debe imperar, reconociendo que en la
medida que el área de drenaje se incrementa, el método pierde validez.

c) La duración de la tormenta y con ello su magnitud, dependen de las


características de la cuenca. El método reconoce que una cuenca generará
un caudal máximo cuando toda ella esté contribuyendo escurrimiento al punto
de interés (punto de descarga de la cuenca), de tal manera que para que ello
ocurra, deberá transcurrir un tiempo igual al que tome una gota desde el punto
más remoto de la cuenca hasta el punto de interés o de descarga. Esta
duración se conoce como el tiempo de concentración “tc“, y se estima
mediante métodos sencillos y empíricos que relacionan las características de
la cuenca con este elemento.

En efecto, si tomamos la definición del concepto de hidrograma unitario y


como a partir de éste se genera el hidrograma de la curva S, podremos
entender el concepto de caudal extremo y de duración antes anotado.
Precip.
Caudal

d d d d d d d

Tiempo de Concentración, Tc

Hidrograma de la Curva “S”

d d d d d d Tiempo

Fig. 9.2 Hidrograma de la curva S y tiempo de concentración

Otra manera de definir el tiempo de concentración, en términos del gráfico


anterior, es la duración que requiere la tormenta para lograr el nivel máximo de
caudal o para alcanzar un caudal de equilibrio.

Este tiempo de concentración se puede estimar mediante diferentes ecuaciones


que asocian parámetros de la cuenca tales como:

- Guaire:
0.595
 A 
Tc = 0.355 
 
 9.2
 10 S 

- “Bureau of Reclamations” (USA)


0.385
 L3 
Tc = 0.954   9.3
H 
 
- Administración Federal de Aviación (USA-FAA)

1.8(1.1 − C )( 3.28 D )
0.5
Tc = 1 9.4
3
60 S

- Kirpich

Tc = 0.0662 L
0.77
(S 100 )
−0.385
9.5
- Kerby
0 .5
 Dn 
Tc = 0.717 
 gS 
 9.6
 
Donde:

Tc = Tiempo de concentración (hrs),


A = Area de la zona de drenaje o cuenca (km²),
S = Pendiente media de la cuenca (%),
H = Diferencia de elevación máxima del cauce principal (m),
L = Longitud del cauce principal desde su inicio (km),
D = Longitud del cauce principal desde su inicio (m),
C = Coeficiente de escorrentía ponderado para la cuenca o área de drenaje (-),
g = Aceleración de la gravedad = 9.81 m/seg²,
n = Coeficiente de retardo con valores de 0.02 para áreas impermeables hasta
0.80 para bosques primarios (-).

d) De las relaciones anteriores, las primeras dos (1.2 y 1.3) son más usadas en
zonas suburbanas y las siguientes en zonas urbanas. Mención especial es la
relación 1.4, la cual se emplea comúnmente para el diseño del drenaje pluvial
en aeropuertos.

Nuevamente, la selección de la relación a emplear para la determinación del


tiempo de concentración se fundamente en el criterio profesional y la
experiencia del profesional responsable del diseño.

Para asociar el tiempo de concentración con la magnitud del evento y la


probabilidad de ocurrencia o período de retorno, es necesario obtener los registros
pluviográficos de las estaciones más cercanas al sitio de interés. De todo este registro
de precipitación se deben obtener los volúmenes de precipitación máxima para cada
año hidrológico, para diferentes duraciones (5, 10, 15, 20, 15, 30, 60, 120, 240
minutos), con lo cual ser obtiene una serie de precipitación para cada duración. El
conjunto de series debe ser ajustado a una distribución de probabilidad y de esta se
puede obtener la relación duración-intensidad-frecuencia, como se presenta a
continuación:
Instensidad de Precipitación, mm/hr

Periodo de Retorno, años


50 años
25 ″
10 ″
5 ″

Tiempo de Concentración, Tc, hrs

Fig. 9.3 Curva típica de duración – intensidad - frecuencia

Para la generación de las curvas de I-D-F, por lo general se emplea alguna de


las distribuciones de probabilidad disponibles, como son: a) Normal, b) Log-Normal, c)
Pearson III, d) Log-Pearson III, e) Gumbel y f) Weibull. El ajuste se puede hacer
empleando la distribución de Chi Cuadrado (χ ²α ,η), procedimiento descrito en el
Capítulo VIII.

Area de Drenaje

El área de drenaje se calcula con base a la topografía de la cuenca, como se


traza cualquier cuenca; sin embargo, en las zonas urbanas, la topografía por lo general
ha sido o estará siendo alterada como resultado del proceso de urbanización y por lo
tanto lo que se requiere es la pendiente y sentido de las vías o callejones, reconociendo
que la distribución media de los lotes es de tal manera que cada lote produce la
evacuación de su excedente pluvial hacia la vía ubicada en su frente.

Coeficiente de Escorrentía

Es tal vez el punto más débil del método, debido a que se trata de una supuesta
constante, que no es constante ni en el tiempo ni en el espacio y por lo tanto se trata de
una suposición compleja, subjetiva y que requiere de experiencia y criterio.
Este coeficiente, describe las características de las zonas de drenaje de manera
ponderada de acuerdo con el tipo de suelo, la topografía o relieve imperante y el tipo de
cobertura que tiene el suelo. Otras variables inciden en este factor, como son la tasa
de evaporación potencial, la capacidad de infiltración potencial del suelo y su
variabilidad, el tipo de vegetación, la proporción de depresiones y los sistemas de
evacuación pluvial que se emplean o emplearán en el desarrollo.

100 99 98

100 97

99

98

97
96
95
94
97 97 96 95 94
Fig. 9.4 Distribución de áreas de drenaje urbano y dirección de flujo

Las Tablas 9.1 y 9.2 presentan unos cuadros desarrollados por diversos autores
y que tratan de hacer una estimación de este parámetro:
Tabla 9.1 Coeficientes de Escorrentía para Períodos de Retorno de 5 a 10 años en Zonas Urbanas e
Industriales

DESCRIPCION DEL AREA COEFICIENTE DE ESCORRENTIA


Mínimo Máximo
Comercial
- Centro 0.70 0.95
- Suburbios 0.50 0.70
Residencial
- Vivienda unifamiliar dispersa 0.30 0.50
- Vivienda unifamiliar unida 0.40 0.60
- Vivienda multifamiliar dispersa 0.45 0.65
- Vivienda multifamiliar unida 0.60 0.75
- Vivienda en los suburbios 0.25 0.40
Industriales
- Densa 0.60 0.90
- Dispersa 0.50 0.80
Parques y Cementerios 0.10 0.25
Areas Deportivas 0.20 0.35
Patios de Ferrocarril 0.20 0.40
Calles y Avenidas
- Asfalto 0.70 0.95
- Concreto 0.80 0.95
- Adoquines 0.70 0.85
Techos 0.75 0.95
Pastos en suelos limo-arenosos
- De plano a pendiente del 2% 0.50 0.70
- Con pendientes del 2% al 7% 0.10 0.15
- Con pendientes superiores al 7% 0.15 0.20
Pastos en suelos limo-arcillosos
- De plano a pendiente del 2% 0.13 0.17
- Con pendientes del 2% al 7% 0.18 0.22
- Con pendientes superiores al 7% 0.25 0.35

Período de Retorno

El período de retorno a emplear en el diseño de obras de protección urbanas o de


drenaje pluvial, sea urbano o suburbano, depende del riesgo que se esté dispuesto a
correr, del tipo de vivienda existente o por construir, del uso que se de al subsuelo y del
material que exista en la vía.

La definición estricta de un período de retorno para el diseño de una obra de


evacuación pluvial, depende de una cuidadosa evaluación del tipo de infraestructura
que se desea proteger, se su importancia y trascendencia y del costo del sistema y de
las obras a proteger, fuera que se debe estimar el malestar o daño que una falla en el
sistema por falta de capacidad, pudiese implicar para los usuarios, residentes y
terceros. En fin se debería llegar a una evaluación en detalle, que por lo general sólo
se realiza cuando se trata de sistemas o infraestructura de mucho valor.

El establecimiento de normas rígidas a este respecto no ha probado ser


beneficiosa y por lo contrario, resulta en limitaciones al buen ejercicio profesional. Una
adecuada justificación de este parámetro, pareciera ser más real y consecuente con las
pretensiones y alcances del método. Lo que si es imprescindible es la compatibilidad
de criterios entre diversos desarrollos.

Esto debe motivar la necesidad de desarrollar un estudio inicial y global de la


cuenca, tomando a ésta como unidad de desarrollo y estudio.

La experiencia en esta definición, ha resultado en el uso de períodos de retorne


de entre 3 y 5 años para zonas suburbanas de baja densidad, de 5 a 10 años en zonas
urbanas de mediana densidad y de 10 a 25 años en zonas urbanas de alta densidad.
El hecho de que el área incluya el uso de sótanos, modifica la decisión, inclinándose
por los valores máximos del rango sugerido.
Tabla 9.2 Coeficientes de escorrentía en función de la pendiente del terreno, el tipo de permeabilidad del suelo y la cobertura del mismo.

COEFICIENTE DE ESCORRENTIA
COBERTURA TIPO DE SUELO PENDIENTE DEL TERRENO
VEGETAL FUERTE ALTA MEDIA SUAVE PLANO
> 50% <50%; >20% <20%; >5% <5%; >1% <1%
Impermeable 0.80 0.75 0.70 0.65 0.60
Sin Vegetación Sermipermeable 0.70 0.65 0.60 0.55 0.50
Permeable 0.50 0.45 0.40 0.35 0.30
Impermeable 0.70 0.65 0.60 0.55 0.50
Cultivos Sermipermeable 0.60 0.55 0.50 0.45 0.40
Permeable 0.40 0.35 0.30 0.25 0.20
Pastos y Vegetación Impermeable 0.65 0.60 0.55 0.50 0.45
Ligera
Sermipermeable 0.55 0.50 0.45 0.40 0.35
Permeable 0.35 0.30 0.25 0.20 0.15
Pastos y Arbustos Impermeable 0.60 0.55 0.50 0.45 0.40
Menores
Sermipermeable 0.50 0.45 0.40 0.35 0.30
Permeable 0.30 0.25 0.20 0.15 0.10
Bosques con Impermeable 0.55 0.50 0.45 0.40 0.35
Vegetación Densa
Sermipermeable 0.45 0.40 0.35 0.30 0.25
Permeable 0.25 0.20 0.15 0.10 0.05
NOTA: Para zonas que se esperan puedan ser quemadas, se debe aumentar así: a) cultivos en un 110%, pastos
y vegetación ligera en un 130%
La idea que debe quedar patente en el profesional es que en la medida que el
valor de los bienes y servicios a proteger es mayor, será mayor el período de retorno a
considerar; no obstante, esa decisión implica la selección de caudales de diseño de
mayor magnitud y por ende obras de mayor valor. Si se aplica el criterio de optimizar la
relación beneficio/costo, entonces la magnitud de las obras deberá ser consecuente con
el valor de la infraestructura a proteger y las condiciones para dicha infraestructura se
pierda e implique una pérdida económica (tiempo de exposición a la humedad,
resistencia a la erosión, etc.).

Relación Costo de Obras – Tr


Valor en US$

Costo Total
Relación Costo de Obras más Pèrdidas – Tr

Relación Valor de Pérdidas – Tr

Probabilidad de Pérdida en % (1/Tr)

Fig. 9.5 Determinación del nivel de costo mínimo del sistema, mediante un
análisis económico de costos

A continuación se presenta un ejemplo de análisis, para generar las curvas de


intensidad-duración-frecuencia para la estación de San José.
Tabla 9.3 Registro de intensidades de precipitación de la estación pluviográfica de San José.

DURACION (min)
AÑO
5 10 15 30 60
1954 104.4 99.0 96.8 56.4 40.10
1955 90.0 66.6 63.0 47.8 32.30
1956 115.6 93.6 70.4 50.6 39.30
1957 86.4 79.8 73.6 61.6 37.00
1958 168.0 123.6 105.2 74.6 45.40
1959 211.2 139.2 115.2 80.8 45.10
1960 213.6 141.6 113.6 81.2 68.70
1961 118.8 88.9 78.8 69.0 43.70
1962 147.6 125.4 122.0 97.2 51.10
1963 92.0 66.6 62.4 53.4 33.50
1964 120.0 118.0 97.2 69.0 45.40
1965 201.6 181.8 156.0 122.4 93.10
1966 237.6 156.6 120.0 92.2 57.80
1967 157.2 114.6 90.8 61.2 41.40
1968 114.0 94.8 86.2 56.4 38.30
1969 152.4 118.8 100.8 78.4 48.60
1970 168.0 120.8 120.8 85.6 54.40
1971 78.0 63.6 63.6 43.0 39.90
1972 120.0 105.0 94.0 67.4 38.10
1973 109.8 100.4 86.1 80.6 37.30
1974 203.4 144.8 112.9 99.7 66.30
1975 123.5 109.5 101.3 65.4 42.80
1976 126.0 114.7 88.3 57.0 31.80
1977 111.8 97.0 89.0 66.6 42.00
1978 138.0 90.0 84.0 82.8 67.60
1979 259.9 182.5 164.3 101.7 55.40
1980 141.6 127.8 102.4 97.2 54.60

Los datos básicos, son ordenados, verificados y sobre ellos se efectúa una
prueba de Chi Cuadrado (χ ²α ,η), para las distribuciones de frecuencia estudiadas,
estableciendo el mejor ajuste para la distribución de Weibull, con la cual se grafica en
definitiva la curva de Intensidad – Duración – Frecuencia para la estación pluviográfica
de San José. Las figuras 9.6 y 9.7 presentan los datos básicos y los ajustados a la
distribución de Weibull, respectivamente.
5 min.

350.0
10 min.

15 min.

30 min.

300.0 60 min.
Intensidad de Precipitación en mm/hr

250.0

200.0
500.0

450.0
150.0

400.0
itación en mm/hr

100.0

350.0

50.0
300.0
Procedimiento de Cálculo Hidráulico

Para el uso del Método Racional en el cálculo de un sistema de alcantarillado


pluvial, fuera del uso del método en sí para el cálculo de los caudales de diseño, se
emplea una ecuación de flujo para canales abiertos. La ecuación de flujo usualmente
empleada es la de Manning.

A 2 3 12
Q= Rh S f 7.7
n

En la cual se sustituye la gradiente hidráulica por la pendiente de forma. Lo


anterior implica la consideración de flujo normal para la sección de flujo.

El procedimiento consiste en el cálculo de los caudales para cada pozo de


registro y el cálculo hidráulico por tramos. Un aspecto de gran importancia es la
capacidad que se asume para la sección de flujo. Varios autores sugieren el cálculo
teniendo la sección llena; sin embargo, la máxima eficiencia se obtiene para la máxima
capacidad de la sección, sin que la lámina de agua alcance a tocar la parte superior del
ducto. Para el caso de tuberías (secciones circulares) esta situación se alcanza cuando
la relación entre la profundidad y el diámetro (y/D) es de 0.924. Para otro tipo de
secciones, es necesario considerar las ondulaciones que se generan en la superficie
del flujo y que podrían estrangularlo y hacer que el flujo no se comporte como canal
abierto, sino como flujo a presión por tramos.

Sf
D = 2r

y
Ø
S0

Fig. 9.8 Tramo y sección de flujo en un conducto circular

La sección de flujo en un conducto circular está en función del ángulo Ø, el cual


se define en radianes como:

φ = 2 cos
−1
(1 − y r ) 9.7

Los demás parámetros de flujo se definen como:


A =r
2
(φ − sen (φ) ) 2 9.8

p w = rφ 9.9

Rh = A p w 9.10

Donde:

A = Area de la sección de flujo


pw = Perímetro mojado de la sección de flujo
Rh = Radio hidráulico de la sección de flujo
r = Radio del ducto circular
y = Profundidad de flujo

Para fines del siguiente cálculo, consideraremos que el alcantarillado a construir


se ubica en la ciudad de San José, asumiremos un período de retorno de 10 años y
consideraremos el uso de tubería circular de concreto (n = 0.013).

Al inicio de cualquier tramo, sea para estimar el caudal de ingreso al primer pozo
de registro, se debe estimar el área tributaria al punto en cuestión, así como el tiempo
de concentración tc mediante alguna de las ecuación que se sugieren en el presente
capítulo. Es recomendable el uso de la ecuación de Kerby para el diseño de
alcantarillados pluviales en zonas urbanas y suburbanas. Si como resultado del
cálculo, el tc< 5 min., se debe tomar tc = 5 min. Luego se calcula, de la curva de IDF, la
intensidad de precipitación iTr, se estima el área tributaria (A) y de acuerdo a las
características de la zona, se estima el coeficiente de escurrimiento (C). De esta
manera se calcula el valor del caudal de flujo del primer tramo.

CALCULO DEL CAUDAL


TRAMO tc iTr A C Q
(mm/hr
(-) (min) ) (Has) (-) (m3/s)
01-02 5.0 225 3.50 0.75 1.64

Para este caudal y para la pendiente del terreno, bajo el cual se ubicará la
tubería, se estima la sección de flujo y de ésta se calcula el diámetro de la alcantarilla
operando a máxima capacidad. Por lo general, el diámetro resultante no corresponde a
un valor de diámetro comercial y por lo tanto es necesario considerar el diámetro
comercial inmediato superior al valor obtenido. Esto hace necesario recalcular la
profundidad de flujo, el área de flujo y el radio hidráulico.

Es posible generar un algoritmo matemático con el fin de que no sea necesario el


tener que entrar a recalcular este diámetro comercial y los parámetros hidráulicos, de
manera a crear un modelo matemático secuencial a ser transformado en un programa
de cómputo. A continuación se detallan los caudales resultantes para tres diámetros
comerciales, expuestos a las condiciones de flujo establecidas.
Radio Prof. Pendiente Area Perimetro Radio Hi. Caudal
Ø
r y So A pw Rh Qi
(m) (m) (m/m) (rad) (m2) (m) (m) (m3/s)
0.4000 0.7392 0.0050 5.1660 0.4852 2.0664 0.2348 1.00443
0.5000 0.9240 0.0050 5.1660 0.7581 2.5830 0.2935 1.82115
0.6000 1.1088 0.0050 5.1660 1.0917 3.0996 0.3522 2.96138

De estos, se debe seleccionar el diámetro inmediato superior al que tiene la


capacidad resultante por el método racional, en este caso r = 0.5 m y se recalculan los
demás parámetros para el caudal real de 1.64 m³/s.

Radio
Radio Prof. Pendiente Ø Area Perimetro Hi. Caudal
r y So A pw Rh Qi
(m) (m) (m/m) (rad) (m2) (m) (m) (m3/s)
0.500
0 0.79 0.0050 4.389 0.67 2.19 0.30 1.64

Una vez estimado el diámetro comercial, es necesario valorar el tipo de flujo,


siendo necesario evitar una velocidad muy cercana a la crítica, dado que el sistema se
puede volver inestable y generar un salto hidráulico en la alcantarilla con una inmediata
pérdida de capacidad. Para ello se estima la velocidad crítica para la pendiente y el
caudal dados y se verifica que esta sea al menos un 10% superior o 10% inferior a la
velocidad de flujo real.

Verificación por Velocidad Crítica


Q Crit. A. Crit V. Crit. V. Real CHEQUEO
Qc A Vc V
(m3/s) (m2) (m/s) (m/s) (%)
1.8942 1.3343 1.4197 2.4592 42.2703

Una vez verificado el tipo de flujo, es estima el tiempo de flujo en el tramo de


alcantarilla como t = L/V, con el fin de establecer el tiempo de concentración para el
siguiente pozo de registro y el proceso continúa de manera iterativa, tramo por tramo.

Antes, es necesario verificar que en el pozo de registro no se genere un remanso


que exceda en nivel, la profundidad del mismo, asumiendo que el flujo inicial del pozo
de produce como el de un orificio, V = Cd √ (2gH), asumiendo el valor de Cd como 0.60 y
verificando que H sea inferior a la profundidad del pozo de registro, H0.

Por último, para garantizar una adecuada transición del flujo entre tramo y tramo
de tubería, se debe verificar que el nivel de agua dentro del pozo de registro, sea igual
al nivel de agua del tramo de entrada y salida.
H = (V/Cd)²/2g
H0 H < H0

H
D

Fig.. 9.9 Verificación de sumergencia en pozo de registro pluvial

Para ello, se considera que el nivel de agua en el pozo es igual al del tirante de
entra y tomando en cuenta el diámetro del tramo de salida y su respectivo tirante,
equiparar niveles. El resultado, cuando existe un cambio en el nivel superior del tramo
de tubería de salida.

Nivel1 - D1 + y1 = Nivel2 - D2 + y2

D1
y1

y2
D2
Nivel1
Nivel2

Fig. 9.10 Verificación de igualdad de niveles de agua a la entrada y la salida del pozo de registro

El proceso, que es de tipo iterativo, va resultando en los diámetros, ubicación y


pendientes de cada tramo de alcantarilla que a la postre es el diseño del sistema de
alcantarillado. El cuadro que se presenta a continuación es un reflejo del proceso de
cálculo que se sigue para el dimensionamiento y ubicación de alcantarillas.

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