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Francisco

El aborto es la terminación del embarazo y puede ser


espontáneo o inducido. Los abortos espontáneos ocurren por
causas naturales. Aproximadamente, de cada 100 embarazos
conocidos, un 10% de ellos termina en abortos espontáneos. La
mayoría de ellos ocurren entre el primer mes y el tercer mes de
embarazo. Además, se estima que aproximadamente 30%
adicional de abortos ocurre antes del primer mes, pero no son
conocidos porque la mujer deshecha el óvulo fecundado junto
con la menstruación mensual. Es decir, el 40% de los óvulos
fecundados terminan en un aborto espontáneo. Varios estudios
demuestran que la mayoría de abortos espontáneos se deben a
algún tipo de defecto cromosomático grave y una minoría de
abortos se deben a traumas físicos o sicológicos.
Aunque aproximadamente una de cada cinco mujeres
embarazadas tienen un poco de sangrado durante los primeros
meses de gestación, cuando éste es abundante y se acompaña
con dolor en la espalda o la pelvis o con cólicos espaciados
rítmicamente, puede ser un anuncio de aborto. En este caso, la
primera recomendación médica es restringir la actividad física al mínimo y, en algunos
casos, es necesario guardar cama por un tiempo prolongado. Es también recomendable
evitar el coito de la mujer pues precipitaría el aborto. Si se presenta expulsión de líquido
amniótico, fiebre, dolor y hemorragia vaginal fuerte, el aborto es casi seguro y se debe
acudir al médico de inmediato. Si el dolor y el sangrado disminuyen y no hay fiebre ni
dolor, quiere decir que se ha disminuido la probabilidad de aborto. En este caso, la
mujer puede poco a poco aumentar su actividad física pero debe restringir su actividad
sexual por completo. De todas maneras, la mujer debe mantenerse bajo el cuidado de su
especialista porque existe siempre la posibilidad de que el feto muera y no sea
expulsado.
Hay mujeres que habitualmente abortan y se dificulta su capacidad de tener un hijo que
sobreviva al embarazo. Esta situación se puede deber a uno o más de los siguientes
factores: anomalías hormonales, mala nutrición de la madre, grupos sanguíneos
incompatibles, alteraciones uterinas anatómicas, cervix incompetente.

El aborto inducido

Los abortos inducidos son aquellos que ocurren por una intervención mecánica o
química externa. Existen dos tipos de aborto inducido: el terapéutico y el voluntario. El
aborto terapéutico es aquel que se realiza con el propósito de proteger la salud de la
madre o por evitar que el niño nazca con problemas de salud permanentes (por ejemplo,
deformaciones físicas graves en el feto). En el Ecuador, también se considera aborto
terapéutico el que se realiza cuando el embarazo es producto de violación o incesto. En
el Ecuador, los abortos terapéuticos por estas causas son legales y pueden ser realizados
en cualquier hospital que no sea manejado por organizaciones católicas. El aborto
voluntario es la interrupción del embarazo por cualquier otro motivo que no fueran los
mencionados como abortos terapéuticos. En el Ecuador no son legales los abortos
voluntarios y, por tanto, todos los abortos voluntarios son hechos fuera de la ley y en la
clandestinidad.
Técnicas de aborto inducido

El método actual más comúnmente utilizado es el de curetaje por succión. Este método
se lo puede realizar hasta los cuatro meses y medio de embarazo y consiste en un
instrumento que entra al útero y que succiona el contenido de éste. El método requiere
anestesia local, toma aproximadamente de 10 a 15 minutos, y no necesita
hospitalización. El curetaje por succión es un método muy eficaz y tiene un alto nivel de
seguridad. La mayoría de abortos inducidos se realizan con este método durante el
primer trimestre de embarazo.
El método más comúnmente utilizado para abortos después de 4-5 meses de embarazo
es el de inducir el parto mediante una sustancia salina que se coloca dentro del saco
amniótico en el útero. También se utilizan otras sustancias que pueden ser administradas
intravenosamente o como supositorios dentro de la vagina, y que inducen el parto. Estos
métodos son más riesgosos y requieren de un cuidado similar al dado para cualquier
parto a término. Los abortos con este método son muy poco comunes y ocurren en
circunstancias especiales (muerte del feto, peligro de muerte de la madre por
continuación del embarazo).
En el Ecuador, también se han registrado métodos no recomendados por la
Organización Mundial de la Salud para inducir el aborto. Estos métodos consisten
típicamente en poner raíces o sustancias tóxicas en el interior de la vagina de la madre.
Los elementos tóxicos crean un ambiente uterino tóxico que inicia el proceso del parto.
Cuando este proceso no funciona, también se utilizan instrumentos que se insertan
dentro del útero para desalojar al feto de su interior. También se induce el aborto por
medio de golpes fuertes en el estómago de la madre. Es muy importante recalcar que
estos métodos pueden ser tremendamente riesgosos y pueden provocar hemorragias e
infecciones tan fuertes que crean un peligro de muerte inminente para la madre. En los
hospitales del Ecuador se reportan un sinnúmero de casos de mujeres que ingresan por
intentos de aborto por medio de estas técnicas. Muchísimos de estos casos terminan con
la muerte de la madre.

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