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Resumen:
En este proyecto se pretende hacer un acercamiento a las relaciones entre las humanidades
digitales y la educación virtual específicamente su impacto para la formación: encontramos que, la
emergencia de lo virtual como horizonte de sentido para la exploración de lo humano genera
variadas expresiones literarias, sociológicas, artísticas, entre otras, que tienen como característica
el acercamiento a las problemáticas de la relación del hombre con la técnica y la dimensión de la
virtualidad, lo cual abre un horizonte de para la compresión de este nuevo modo de estar en el
mundo digital.
Palabras Clave:
Humanidades digitales, educación, virtualidad, humanismos, realidad, aprendizaje.
Introducción
1
El presente estado del arte muestra un acercamiento a la producción académica que tiene como
objeto de estudio las humanidades digitales, con el fin de comprender este movimiento, cuya
relevancia es creciente, pero que ha sido también poco comprendido en cuanto a sus objetivos,
alcances y metas en relación con la educación.
Este movimiento es de particular interés para la educación virtual y a distancia, pues en principio,
la producción académica digitalizada, dispuesta en repositorios, bases de datos y otros
mecanismos de acceso , permitiría en principio tener un acceso a la producción de conocimiento,
no solo en términos históricos, sino también en el sentido de poder hacer interacción con las
comunidades que la producen, ampliando las posibilidades de aprendizaje y enseñanza para los
estudiantes de estas modalidades de educación.
Sin embargo, el análisis de las diversas comunicaciones que intentan definir qué son las
humanidades digitales, no permiten tener una clara idea de sus objetivos, límites y alcances. Las
publicaciones no solo revelan una gran cantidad de perspectivas de lo que son las humanidades
digitales, también muestran que este campo no se orienta precisamente hacia las humanidades,
sino hacia una modalidad de carácter técnico, en la que es más importante la manera como se
administran los servicios de difusión o el repositorio en sí mismo, que la concepción humanística
en sí misma.
Consideramos también que la educación debe proveerse de las bondades de las humanidades
digitales, debido a que las TIC deben integrarse de una manera más práctica para poder mejorar la
calidad de la educación, en términos de una propuesta que supere los medios impresos y se
acerquen a los lenguajes y posibilidades de los medios digitales.
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generada por el quehacer tecnológico. Al referirnos a las humanidades, encontramos diferentes
movimientos que tienen su origen en el helenismo, extendiéndose posteriormente al
Renacimiento y la Modernidad bajo la consigna de la comprensión del fundamento de lo humano.
En los últimos dos siglos, el desarrollo de la tecnología ha ofrecido una gran cantidad de soluciones
a las problemáticas cotidianas que afronta la humanidad y promete un futuro en el que
utópicamente se alcanzará la felicidad y la libertad para las personas. De entre estas tecnologías,
el desarrollo de la informática y posteriormente de la red mundial de información genera una gran
cantidad de escenarios y problemáticas con las cuales se configura una nueva forma de concebir y
acceder tanto a las culturas como a las relaciones de sociedades enteras, a través de movimientos
como la globalización y las redes sociales.
Esta ambigüedad no es un problema reciente, pero cobra relevancia para la educación debido a la
naturalización de las herramientas digitales a las que acceden científicos, maestros, estudiantes y
público en general, trasformando las formas de investigar, informarse y enseñar, pasando por alto
incluso las problemáticas epistémicas, éticas y sociales que aparecen en el devenir de lo digital y
del sistema educativo que se sirve de estos medios.
Cuestiones como la validez del conocimiento comunicado en las redes, las formas de socialización,
las implicaciones éticas por la construcción de saberes compartidos en la red, pasando por alto los
derechos de propiedad, la libertad de expresión, el uso como plataforma política y tantos otros
problemas asociados a esta dimensión, son material para la producción artística y científica, que
expresa las posibilidades y amenazas de estos medios. La educación no puede estar ajena a la
compresión de estas problemáticas y debe reconocer la necesidad de investigar y analizar tanto las
problemáticas como las ventajas que las humanidades ofrecen como opción de aprendizaje y de
construcción de lo humano.
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La investigación se oriente desde la siguiente pregunta problematizadora: ¿Cuál es el aporte de las
humanidades digitales en la educación virtual, si se tiene en cuenta la incidencia de esta nueva
dimensión de la realidad digital, la cual genera nuevas problemáticas inherentes a lo humano?
La interpretación se hará desde una perspectiva interpretativa hermenéutica, en la cual los textos
nos permiten acceder a la comprensión de los sentidos y contenidos en las manifestaciones de las
culturas y los sujetos. Dada la naturaleza de la realidad a investigar, la producción académica se
genera no solo en términos filosóficos o pedagógicos, sino también en términos educativos,
inclusive en formatos multimediales, producciones artísticas etc.
Asumimos el estado del arte como una metodología en sí misma, debido a que la recopilación y
análisis de la producción académica en torno de una problemática como el humanismo digital
implica un considerable volumen de información que debe ser analizado desde categorías
definidas ofreciendo claridad sobre las diversas comprensiones, problemáticas y alcance que se
otorgan a este nuevo campo del saber, para así, en una segunda etapa, explorar las relaciones que
posee con la educación en modalidad virtual.
Los estados del arte permiten no solamente conocer los problemas para problematizarlos
aún más, sino también establecer caminos vírgenes, en cuanto lo metodológico o lo
conceptual. En la investigación social reciente se han logrado establecer nuevos objetos de
estudio que demandan nuevas metodologías y formas de abordaje, que, como parte de lo
inédito, no pueden partir de la nada, sino de lo previamente acumulado. Es de aclarar que
los estados del arte se realizan desde un tiempo presente, que, como suma de coyunturas
y de diversos presentes, ha sido antecedido por formas diversas y diferentes lógicas de
apropiación de la realidad. El estado del arte implica el balance de textos, y envuelve, por
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supuesto, las condiciones culturales, políticas y sociales en cuyo seno han tomado cuerpo
dichos trabajos (Jiménez, 2006. Pág. 40)
Se procederá entonces con el levantamiento del estado del arte de una parte de la literatura
relacionada con la temática, consistente en artículos, libros e informes de investigación, trabajos
de tesis orientados a las dos temáticas. Luego, en un segundo paso, se procederá a hacer un
análisis interpretativo a través de una lectura crítica y sistemática de las obras relacionadas, de
acuerdo a las preguntas orientadoras y a algunas categorías propuestas y otras a establecer a
partir de la lectura. En un tercer momento se procederá a cruzar los resultados de las lecturas con
las categorías de reflexión: se espera que el producto de este trabajo nos permita obtener una
caracterización de las humanidades digitales, su situación en el sentido de la producción
académica y la relación con la educación virtual.
Si bien se había realizado un uso sistemático de los dispositivos de cómputo con propósitos
estratégicos (como el uso de la maquina enigma, con la que encriptaron las comunicaciones
militares alemanas y después con el uso de un ordenador para romper con este sistema; el uso de
dispositivos de computo capaces de calcular trayectorias de proyectiles, entre otras aplicaciones
prácticas), ingenios que podían hacer una gran cantidad de cálculos a partir de datos. Los
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computadores comienzan a ser usados en las humanidades cuando se busca realizar algunas
operaciones o acciones mediante el uso de programación y equipos de computación, como
sucedió con la intención de hacer máquinas de traducción y luego con el acercamiento de
disciplinas como la geografía, la lingüística y otras disciplinas. Con el uso de un dispositivo de
cómputo en la sistematización de la información referente a estudios y obras relacionadas con la
producción intelectual relacionada con Santo Tomás, por parte de Robert Busa en las décadas de
1941-1951. (Cfr. Vahoutte 2013. págs. 122-127)
El término humanidades digitales hace referencia a un movimiento compuesto por dos cuestiones
en aparente contradicción. En primer lugar, el termino humanidades hace referencia a un
movimiento histórico que a partir del Renacimiento manifestándose sobre todo en la producción
literaria y artística, donde se manifiesta el sentido de lo humano: este movimiento coincide con el
desarrollo de la imprenta y a largo plazo con la racionalidad. De otra parte, lo digital esta
relacionado con los desarrollos de las tecnologías de la comunicación y la información, el
almacenamiento de información en servidores, bancos de datos y en las nubes de información.
Ambos conceptos se usan para definir distintas iniciativas en las que se hace el procesamiento de
la producción literaria y artística, que inician con el desarrollo de la computación y el uso de los
computadores en el tratamiento de datos. Para una ampliación de la historia de las humanidades
digitales, se puede consultar los trabajos de Olivier Le Deuff de 2018 y la comunicación de Antonio
Rojas Castro “Las Humanidades Digitales: principios, valores y prácticas” de 2012 (págs. 75-83).
De otra parte, para Gimena del Rio Riande en su texto “¿De que hablamos cuando hablamos de
humanidades digitales?” (2015), encuentra grandes diferencias en lo que se entiende como
humanidades digitales en el ámbito anglosajón y lo comprendido en la esfera académica
hispanohablante, pues mientras que se ha generado un consenso en la comprensión anglosajona
de las Digital Humanities, con preponderancia del aspecto técnico en el tratamiento de datos, para
el ámbito hispanohablante tienden a comprender las humanidades digitales como una forma de
comprender epistemológicamente la producción y acceso del conocimiento.
Buscando aclarar en la perspectiva anglosajona, con Olivier Le Deuff (2018) encontramos que las
humanidades digitales, no son un fenómeno surgido espontáneamente, sino que se unen a una
larga tradición que se remonta a la cultura clásica, cuando se comenzó a compilar la información y
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a clasificarla con el fin de ser aprovechada para acrecentar el saber. Con ello confirmamos el
carácter técnico de las humanidades digitales como el objeto de su trabajo Digital Humanities.
History and Development (cfr. Págs. x-xiii):
The history of digital humanities that we are proposing here is more than a simple
relationship of human and social sciences to computer technologies. This history begins, in
the gradual constitution of current science, where there is a need to distinguish objects,
words and things, in keeping with the title of Michel Foucault’s work [FOU 66]. (Pág. xi)1
1
La historia de las humanidades digitales que proponemos aquí es más que una simple relación de las
ciencias humanas y sociales con las tecnologías informáticas. Esta historia comienza, en la constitución
gradual de la ciencia actual, donde existe la necesidad de distinguir objetos, palabras y cosas, de acuerdo
con el título del trabajo de Michel Foucault [FOU 66]. (Traducción propia)
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nuevo campo se ha vuelto cada vez más importante en el ámbito académico internacional
y ofrece nuevas y emocionantes posibilidades para el desarrollo de la investigación y la
enseñanza en las humanidades.
A grandes rasgos los objetivos de las Humanidades digitales son:
1. Crear bases de datos con recursos digitales relevantes para las Humanidades. Esto
incluye la captura, estructuración, documentación, preservación y diseminación de los
datos.
2. Desarrollar metodologías que permitan generar nuevos elementos derivados de estos
datos.
3. Generar investigación y conocimiento para incrementar nuestra comprensión en las
Humanidades. (Galina, 2011. pág. 4)
Su trabajo, si bien es muy general, tiene relevancia debido a que para este tiempo es posible
reconocer que se han consolidado algunas iniciativas en Hispanoamérica. El trabajo de Rojas
Castro “Las humanidades digitales: principios, valores y prácticas”, que posee una intención similar
a la de la actual revisión documental, muestra el panorama de las publicaciones hasta el año 2012,
centrándose en exponer históricamente como han aparecido las humanidades digitales en el
ámbito norteamericano y europeo, haciendo énfasis en cómo se ha convertido la dinámica entre
los investigadores sociales y las tecnologías digitales, constatando como se convierte en una
necesidad esta relación:
En cualquier caso, la colaboración entre humanistas, informáticos, diseñadores gráficos y
bibliotecarios es el modo de trabajar propio de los centros de Humanidades Digitales. En la
actualidad, según Claire Warwick (2012: 196), la tendencia generalizada es integrar
plenamente el trabajo de los profesionales técnicos en el proyecto de investigación y
procurar establecer alianzas basadas en la igualdad que no reproduzcan antiguas
asimetrías entre servicio tecnológico y diseño intelectual. Esta problemática es
especialmente aguda en los proyectos conocidos como Big Humanities que cuentan con
decenas de integrantes. (Rojas, 2012 pág. 78)
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en distintos ámbitos y problemáticas de orden social, en los que se dispone de herramientas
metodológicas con las cuales se puede realizar un procesamiento más preciso de muchos tipos de
información. El autor señala varias iniciativas a este respecto de diverso objetivo, lo cual se puede
encontrar en una gran cantidad de trabajo de difusión de las humanidades digitales. El punto de
tensión más importante que señala Rojas es la necesaria adhesión de las ciencias humanas y
sociales al uso de la tecnología, y las consecuencias que ello impone a la producción del
conocimiento. En este sentido:
Más que una disciplina homogénea caracterizada por el uso de instrumentos digitales, las
Humanidades Digitales pueden describirse como un conjunto de principios, valores y
prácticas en donde convergen múltiples objetos de estudio y saberes cuyas fronteras se
encuentran en continua negociación. De ahí que resulte tan difícil definir una disciplina
que como Proteo cambia de forma para evitar ser interrogada sobre el futuro. (Rojas, 2012
pag. 79)
Al parecer las humanidades digitales se orientan hacia la idea de una instrumentalización de las
tecnologías para convertirlos en adaptaciones digitalizadas de los documentos y las producciones
impresas en el papel. ¿Podemos pensar entonces que las humanidades digitales solo se restringen
a la puesta en otro soporte, sin hacerse algún tipo de traducción, o cambio en la concepción de la
obra? Si bien ya tenemos artes que hacen uso de lo audiovisual y de hecho son solo reproducibles
a través de medios mecánicos o electrónicos como la televisión o el cine, ¿tenemos ante nosotros
una obra de carácter humanístico?
El núcleo de las Humanidades Digitales corresponde al proceso de digitalización; el
humanista digital debe saber cómo convertir un signo o código analógico en otro signo o
código digital (Terras, 2012a: 47). Cuando un humanista utiliza el ordenador para
investigar el conocimiento se transforma en datos, es decir, en información computable
(McCarty, 2002: 104). Pero la digitalización no es un proceso simple y directo sino que
implica al menos dos pasos: primero elegir qué serán los datos, una tarea difícil bien
porque supone separar lo relevante de lo irrelevante, bien porque ciertos rasgos de las
fuentes primarias no se pueden digitalizar; y luego, considerar los datos como tal: hacer
búsquedas, saber preguntar, obtener estadísticas. (McCarty, 2002: 104). (Rojas, 2012 pag.
84)
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El acceso a una gran cantidad de conocimientos y obras representativas del quehacer humano,
implicó un cambio significativo en la posibilidad de tener acceso a la realidad del sentido del
mundo, pues lo que nosotros denominamos humanidades, tienen que ver con la posibilidad de
realizar el quehacer humano, no solo de manera que se tiene acceso al saber y la difusión del
conocimiento científico, técnico y humanístico, sino que este acceso permite tener acceso a todo
tipo de conocimiento en diversos idiomas y manifestaciones culturales de muchos lugares del
mundo.
Cuando se busca definir que implica el humanismo y las disciplinas en donde aparece este rasgo
distintivo del ser humano, obligadamente chocamos con la evidencia de su carácter técnico, es
decir con el desarrollo de una forma en la que el ser humano extiende el campo de acción del que
biológicamente está dotado, tanto en la memoria como en las posibilidades de comunicación, con
las cuales expresa un hacer que lo distingue de otras especies y con el cual también está en
posibilidad de perpetuar su huella histórica sobre el rango de vida que puede vivir. El humanismo
puede ser visto como una técnica con la cual el hombre manifiesta no solo su capacidad de
intervención en la naturaleza material, sino también en la naturaleza de lo humano, su lenguaje, el
mundo de la vida y los rasgos de la cultura que lo han definido como lo que es.
Desde esta perspectiva, es importante no olvidar que las humanidades no son los productos que
resultan de la investigación, sino el espíritu y las condiciones que generan tal conocimiento en las
cambiantes condiciones económicas, culturales sociales e históricas que las generan, así mismo
como las tecnologías que nos ocupan en este momento. Las humanidades digitales ofrecen
entonces condiciones especiales para hacer distintas relaciones con el conocimiento, pero distan
mucho de las características que posee las humanidades y su compromiso con la educación, la cual
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efectivamente hace apretura a una nueva condición del hombre en el mundo, con una cultura,
unas relaciones sociales, un devenir histórico en permanente cambio, que superan los dispositivos
tecnológicos y se convierte en el significado de lo humano.
Lo digital se erige como una manera manifestar la realidad de la forma en que puede ser replicada,
tal como sucedió con las posibilidades de expresar las ideas y las percepciones del mundo, ya sea
desde la manera de pintar las palabras y replicar los mundos imaginados y descritos. Sin duda, el
símil de la oralidad nos puede ofrecer la posibilidad de vislumbrar las posibilidades de lo digital
como soporte de lo cultural: la oralidad se propone como la forma primordial de comunicación y
expresión de las inquietudes y prácticas de las personas en el momento propio de las expresiones
del sentir de las personas
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uso del papel), representan una primera forma de fijar y comunicar el universo simbólico del
hombre, así como su conocimiento, lo que también produjo una “crisis” debida a la desconfianza
producida al fijar cualquier saber bajo la escritura y a la pérdida del valor de la memoria y la
presencia al despojar de voz al material convertido en texto, el cual puede traicionar la verdadera
intención del que habla. Posteriormente, una segunda crisis generada con la posibilidad de
convertir el texto físico en texto electrónico tendrá efectos para la producción y difusión del saber,
si se tiene en cuenta las posibilidades de acceso tanto en el sentido económico como en el
académico, al haber la necesidad de habilitar el texto escrito a texto electrónico
El alcance de los medios permite ahora mismo comunicar cualquier cosa casi literalmente a todo la
humanidad: existen personas que son conocidas de uno u otro modo por prácticamente quien
haga uso de un dispositivo electrónico
Se ha hecho posible el paso del límite en el tiempo y el espacio, pero también en los cambios que
pueden ocurrir en la traducción y en la actualización del lenguaje de las grandes obras. La difusión
y preservación de la cultura merece espacial atención, pues el cambio de soporte genera nuevas
alternativas para la transformación de las mismas concepciones de la realidad.
Conclusiones
Aunque parezca obvio, debe tenerse clara la diferenciación entre las humanidades digitales y el
humanismo digital, en tanto el primero es un movimiento de tratamiento de la información que
busca facilitar el tratamiento de la información, mientras que el segundo es un acontecimiento, las
humanidades digitales más allá del soporte digital, entendiendo lo digital como un nuevo
escenario de acción y comprensión de lo humano, el cual se abre como un campo de reflexión.
Existen evidentes problemas relacionados con el tratamiento, “subida” y difusión de las obras
tratadas desde la perspectiva de las humanidades digitales: si bien desde prácticamente la mitad
del siglo pasado se han realizado gran cantidad de esfuerzos para digitalizar y facilitar el acceso a
la información, existen varias problemáticas:
Las posibilidades de acceso y difusión son restringidos, a pesar de ser posibles a todas las personas
en la actualidad: Las bases de datos y los repositorios de documentos han entrado en la
monetización del conocimiento, planteando una dinámica para la validación y reconocimiento de
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las creaciones académicas de la periferia académica, en tanto toda publicación académica debe
publicarse en unas determinadas publicaciones vinculadas a empresas o universidades a quienes
debe pagarse para obtener la publicación.
Paralelo a este obstáculo, que no solo afecta a las comunidades investigativas latinoamericanas, se
encuentra la problemática de carácter ético, de hacer uso de publicaciones en repositorios piratas
y el uso inadecuado de publicaciones académicas sin hacer uso de citaciones y con ello ofrecer
reconocimiento al trabajo de los autores.
Las comunidades investigativas, al abrirse al mundo, están obligados a realizar sus comunicaciones
en lenguas francas y bajo paradigmas investigativos comunes, a pesar de las diferencias existentes
en los objetos y campos de investigación. Afortunadamente, los bancos de datos y motores de
búsqueda especializados incluyen el español como idioma científico, y existen redes y motores de
búsqueda en el ámbito hispanoamericano, con lo cual se han podido realizar grandes avances en
la difusión y reconocimiento de los esfuerzos por parte de las comunidades investigativas en
español. De otra parte, se hace necesario que los investigadores dominen idiomas diferentes al
materno, pero la formación en bilingüismo es precaria en varios países de América Latina, inclusive
afectándose por las políticas de intercambio y formación de cuadros profesionales en Europa y
Norteamérica.
Hay algunas preguntas que quedan pendientes por que no pueden ser cubiertas por este trabajo:
Migrando el quehacer humanístico al quehacer virtual ¿Qué características tiene una obra del
humanismo en la virtualidad? ¿Cómo trasladar esta idea al lenguaje académico?
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se podría acceder al conocimiento, habría nuevos saberes y nuevas disciplinas de conocimiento?
¿Qué limitaciones y obstáculos surgen de esa amalgama entre el ser humano y las tecnologías?
¿Qué otras formas de relacionarse con la tecnología pueden surgir para expresar nuestra realidad?
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