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Consuelo y esperanza

El apóstol Pablo como pastor de muchas iglesias tuvo que dar respuestas a muchas
situaciones que pasaban al interior de estas, y una de las maneras que tenia para resolver lo
que pasaba era escribir cartas con respuestas a las interrogantes que se planteaban en aquel
entonces.
En un momentos unas de las inquietudes que surgió en la iglesia fue ¿qué sucederá con los
creyentes que han muerto en el Señor? Y en una de sus cartas llamadas “cartas de
consolación” el apóstol les escribe:
1
Tes.4 13Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para
que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
 ¿Quiénes son los otros que no tienen esperanza? Son aquellos que viven la vida
como si con la muerte se acabara todo, son aquellos que tienen una mirada errónea
de la muerte. En este sentido entran varios como los de la “ciencia cristiana” que
creen que pueden anular la muerte solo por el hecho de negarla, o los “escapistas”
que tienen una actitud de temor ante la muerte que ni la nombran ni quieren hablar
de ella, están también los “fatalistas” estos son los que se convencen a si mismo y a
los demás que no hay porque temerle a la muerte, son aquellos que dicen ¡que
importa eso¡ o ¡cuando yo me muera me pudriré! Están los incrédulos vulgares que
mueren insultando y desafiando a la muerte, están los perfectos pesimistas que no le
dan ningún valor a la vida y los sentimentalistas que desesperan por que no
encuentran respuestas ante un hecho que nos sucederá a todos.
 Hay que decir además que la muerte nos alcanza y nos alcanzara a todos, la
pregunta entonces es ¿cuál será nutra actitud cuando estemos solos frente a la
muerte?
 El creyente tiene otra actitud. Nuestros hermanos nos comentaban la manera que
partió nuestra hermana Gladys, agradecida de haber conocido al Señor, en paz,
rodeada de sus familiares. No partió sola, no se fue de este mundo como alguien que
no tiene esperanza.
 El apóstol Pablo para consolar a sus hermanos les dice, primero: “no quiero que
seáis ignorantes acerca de los que duermen” porque si ustedes ignoran lo que sucede
a los que han partido, porque si ustedes no conocen que pasa después que un
hermano o familiar muere serán de aquellos sin esperanza. Los segundo: si ignoran
que pasara con los que duermen se entristecerán como aquellos que no tienen
esperanza, es decir, tendrán una tristeza mas allá de la normal en momentos como
estos, y dice él, no quiere que algo así les suceda.
 La tristeza nos embarga en momentos como estos, pero no es una tristeza que
desespera, es una tristeza por el desapego, porque ustedes extrañaran a la esposa, la
suegra, la abuelita.
 Les pregunto: ¿qué extrañaran de la hermana Gladys?.....
 Ahora viene el consuelo con estas palabras:
14
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a
los que durmieron en él
 Primero, pregunto: ¿creemos que Jesús murió? ¿Porque es importante haceros esta
pregunta? Porque no podemos hablar de que resucito o que venció a la muerte con
su resurrección si primeramente no experimentó la muerte como todos los mortales.
 Tan importante es esta pregunta que la iglesia de los apóstoles en el primer siglo
formuló su primer credo, es decir, creó una serie de afirmaciones basadas en hechos
comprobables para definir que nuestra fe en la resurrección estaba basada no en
meras teorías sino en una verdad ineludible.
 ¿Qué es un credo? es una síntesis de verdades de la fe que se traspasa de generación
en generación para que no sea adulterada la verdad. Es lo que todos creemos.
 Este primer Credo se encuentra en 1 Co.15 y dice así: “3 Porque primeramente os
he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados,
conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los
doce.6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales
muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a
todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a
mí”
 Podemos resumirlo de la siguiente manera: 1) Que Cristo murió 2) fue sepultado
3) resucitó y 4) apareció a…
 Primero: el escéptico se preguntara ¿realmente Cristo murió en la cruz? Las
antiguas teorías apuntaban a que Jesús solo se había desmayado en la cruz y que con
el frio de la tumba se había reanimado. Cristo murió en la cruz ¿cómo lo sabemos?
Por la lanza con la cual el soldado romanos se aseguro que estaba muerto.
 Segundo: fue sepultado ya que había un tumba donde el cuerpo de Jesús fue puesto
y esa tumba era conocida, era de un hombre rico llamado José de Arimatea
 Tercero: resucito ¿cómo lo sabemos? Poniéndonos en la posición de aquel que le
cuesta creer que la resurrección de Cristo sea verdadera la Biblia ofrece pruebas
empíricas y tangibles de ello. Solo a modo de paréntesis hay que decir que ni los
propios discípulos creían que Jesús había resucitado por algo Pedro y Juan corren al
sepulcro a cerciorarse que lo que decían las mujeres era cierto. Tomas decía: “si no
veo las heridas de los clavos en sus manos y pies no creeré” (Jn.20:24-29)
 Y cuarto: “apareció” es decir el Cristo resucitado “apareció” Estas “apariciones” no
eran fantasmales ni alucinaciones. Ver Lucas 24:36-43. Además están los testigos
oculares “mas de 500 hermanos a la vez” que vieron al Cristo resucitado.
 Ahora ¿por qué es importante mencionar todo esto? Porque el apóstol Pablo les
dice a sus hermanos que estaban experimentando penas y tristezas Porque si
creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que
durmieron en él
 Es decir, esta promesa que Dios resucitara a los que durmieron en Jesús es
verdadera.
 Nuestra hermana a partido unida a aquel que murió, fue sepultado, resucitó y
apareció a los creyentes. Así también ella como todos aquellos que murieron unidos
a Jesús Dios los levantara a una nueva vida.
 Una palabra final y de consuelo: todos los nietos y nietas, todos los familiares aquí
presentes, un día también enfrentaran la muerte y si están unidos a Jesús tal cual
nuestra hermana disfrutaran del reencuentro y se darán cuenta que valió la pena
creer que Jesús murió y resucito y que Dios hizo real su promesa. ¡Que Dios les
consuele con estas palabras! Amen

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