Lucas 15 Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle,
2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. Este es el contexto de las tres parábolas que va a contar el Señor, ahora ¿quiénes eran “todos” los publicanos? Eran todos aquellos que eran considerados como vendidos al Imperio, eran personas que no eran queridas ni por su propio pueblo, y ¿los pecadores? Eran todos los demás que no se ajustaban a la ley. Jesús va a contar tres parábolas donde el énfasis parece ser el mismo “lo perdido es hallado” en el primer caso la oveja que se había perdido y en el segundo caso son “las diez dracmas” (10 monedas de plata) de la mujer, y todo parece ir en aumento de una oveja a monedas y de ahí a una persona “un hijo” que se pierde y es hallado. En los tres casos hay gozo, ver v.7, 10 y 24. El gozo, la alegría, la fiesta, la algarabía parecen acompañar todo vez que lo perdido que es considerado valioso es hallado, para el pastor la oveja es mucho valor, para la mujer sus diez monedas de plata es mucho dinero y para el padre el hijo que ha vuelto no tiene precio, ni siquiera todo lo que él malgastó. Pero en el tercer relato se introduce un personaje que no esta en las historias anteriores y es el hijo mayor. Para reflexionar: ¿Cuánto valor tienen las personas, nuestras familias, esposas, hijos? Podemos responder bastante, no tienen precio. Ahora ¿cuánto nos hemos esforzado para que lo perdido sea hallado? El pastor busco, la mujer busco, el padre siempre esperó y recibió al hijo. ¿Qué nos importa mas de aquellos que se han alejado? ¿lo que han hecho, lo que están haciendo? O ¿nos importa mas que vuelvan? Cuando vuelven los que se han apartado, aquellos/as que has sido parte de la familia de Dios ¿cómo lo recibiremos? Esta vez me centraré no en el hijo menor sino en el hermano mayor, dice así: 25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; Todo parece indicar que el hermano mayor no estaba cuando regresó su hermano menor, él estaba en el campo. Cuando llega a casa oye la música y las danzas, es decir, se había armado la fiesta, ¿el motivo? Él todavía no se entera. Si el hijo mayor estaba en el campo y esta familia tiene criados, un becerro gordo, anillos, vestimentas, etc. Seguramente no estaba trabajando como lo criados sino mas bien supervisando. (Un detalle, el hijo menor vuelve dispuesto a servir como jornalero en cambio el mayor solo a supervisar lo que los criados hacen) Es interesante que el término griego para “mayor”(hijo) es presbyteros y es la misma palabra que se emplea como títulos para los ancianos de Israel, lo que viene a indicar que es una clara alusión a los fariseos y escribas, ellos serian los hermanos mayores de esta parábola. (A manera de paréntesis a veces les digo a algunos de ustedes ¿cómo esta maestro? Y luego les recuerdo que a los fariseos les encantaba que le dijeran así, ahora les diré: “¿cómo esta presbítero?”) Esta no era una fiesta común, un hijo y hermano que se había alejado, que estaba casi muerto y perdido ha regresado a casa, el hijo mayor tuvo que haber oído el tambor desde lejos, y ¡había danzas! Tal vez esto último pueda incomodar a algunos pero los Salmos nos invitan a alabar al Señor de esta manera 149:3, 150:4. Siempre me e imaginado la algarabía que se armó cuando se derramó el E.S. en Pentecostés, “un ruido como el de una violenta ráfaga de viento que lleno toda la casa” “al oír aquel bullicio, se agolparon” “lo que pasa es que están borrachos” esta escena de Hechos deja perplejos a aquellos amantes del orden. No vamos a incentivar el desorden pero, ¿Cómo es su alabanza a Dios? ¿es con gozo? ¿se siente dichoso, feliz de cantar al Dios que vive? O se sienta solo a observar y a pensar ¿a que hora termina todo esto? ¿Hay tal encuentro con Dios mientras lo alaba que dice “Señor no tengo palabras para expresar cuanto te amo”?, usted disfruta los tiempos de cantar al Señor o como el hermano mayor solo pregunta ¿qué es esto que esta pasando? 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Los hermanos mayores son aquellos que se viven preguntado cuando ven que otros disfrutan de la comunión con Dios. Reflexión: ¿En que momentos nos convertimos en hermanos mayores? Es fácil de evaluar, ¡Somos hermanos mayores cuando no disfrutamos junto al pueblo de Dios, cuando criticamos en vez alabar! ¡Cuando salimos del culto quejándonos en vez oír lo que el Señor me ha hablado! ¡Cuando somos legalistas, inquisidores de la fe, cuando ponemos cargas sobre los demás y ni siquiera somos capaces de llevar esa carga que estamos demandando! ¡Cuando les decimos a los demás que hay que orar mas y nosotros ni siquiera nos damos el tiempo para hacerlo! ¡Cuando le exigimos a los hermanos que lean mas sus Biblias y ni siquiera le dedicamos un pequeño tiempo en el día para la lectura y solo nos conformamos con un pancito de vida! ¡Cuando reclamos que la iglesia no esta evangelizando y nosotros ni siquiera le hemos hablado del Señor a un compañero de trabajo! ¡Cuando decimos “esta iglesia es fría” tal vez el sea usted que esta viendo que esta iglesia es fría! ¡Cuando decimos “falta comunión en la iglesia” pero no se esfuerza en acercarse al hermano/a que es distinto a usted! Sí, ¡muchas veces hemos sido los hermanos mayores! 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Al enterarse del motivo de la fiesta el hermano mayor ¿qué hace? “se enojó” Con este relato Jesús sigue desenmascarando los efectos negativos del legalismo que solo viene a distorsionar la imagen de Dios. Jesús nos muestra a Dios como Padre que ama tanto al hijo menor como al mayor que “ruega al hijo mayor a que sea parte de la fiesta” Reflexión: Otra característica de los hermanos mayores es la importancia que le dan a las cosas y por sobre las personas. El mayor esta preocupado por sus intereses, es decir, lo que será suyo después que el padre fallezca, estaban siendo malgastado lo suyo ¿por qué gastar en una fiesta? ¿no seria mejor gastarlos en propiedades? A veces nos pasa lo mismo, preferimos gastar en cosas que en personas ¡Que como iglesia no nos desenfoquemos porque lo mas importante para Dios no es cuanto terrenos tenemos sino cuanto hemos invertido en la vida de las personas! ¡Que cada ministerio de la iglesia siga invirtiendo en la comunión, en la hermandad! ¡es preferible gastar en una once, almuerzo, cena o viaje que produzca hermandad que guardar el dinero! (no estoy incentivando el derroche o la mala administración) Si el padre de esta parábola representa a Dios, es increíble su amor y paciencia que insiste en invitarnos a pasar y hacernos parte de la fiesta 29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. El hijo mayor saca en cara sus años de servicio al padre ¿no le parece conocido? Parece ser que con el servicio se ha perdido el disfrutar. El hijo mayor cree que ha hecho los méritos suficientes para ganarse todo el amor del padre porque no ha contradicho ni uno solo de sus mandatos y por lo tanto piensa que merece ser recompensado, mientras que la conducta (como él lo ve) del hermano menor debe ser castigada. Lo escandaloso de la parábola es como el hijo menor acapara todo la atención del padre a pesar de lo que ha hecho, en cambio el legalismo del hijo mayor no le permite ver lo gratuito del amor de Dios, amor que no exige como “pago” de una buena conducta, sino un amor que se recibe y se experimenta por pura gracia. Reflexión: El hijo mayor se parece a muchos de nosotros, que exigimos el castigo y la disciplina para los demás, como el niño que se queja porque al hermano no lo castigaron igual que a él, en este caso, porque a él como hermano mayor no le dan lo mismo que al menor, si “siempre se ha portado bien”. La queja es nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos, pero el padre podría preguntarles pero ¿Quiénes son tus amigos? ¿Cuándo quisiste celebrar? ¿Por qué nunca pidió ni siquiera un cabrito? Porque al hermano mayor no le interesan las personas. Les digo: ¡Que los hermanos/as mayores literales no sean tacaños! ¿Será este un mal de los hermanos mayores? Tal vez… ¡El hermano mayor esta preocupado por el becerro gordo mas que el hermano que ha vuelto! ¡que increíble el desenfoque! 31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. ¿Hay esperanza para el hermano mayor? Sí la hay. El padre de manera tierna le dice: “Hijo, tu siempre estas conmigo” eso es cierto, los hermanos mayores siempre están, son esforzados, sacrificados, no se han alejado, tal vez nunca han sido disciplinados ni se han portado mal, muchas veces son ejemplos de compromiso, el padre además le dice “todas mis cosas son tuyas” Reflexión: Hoy también Dios nos habla como hermanos mayores a que consideremos nuestras actitudes, el padre quiere volver a poner el foco en lo importante, “tu hermano era muerto y ha revivido, era necesario hacer fiesta ” ¿Cuál es el mensaje de esta parábola? ¡Que no seamos mas hermanos mayores criticones, enojones, sin gozo, sino que seamos de aquellos que se unen a la fiesta del cielo cuando alguien que se había perdido es hallado! ¡Que no nos enfoquemos en el becerro gordo que se esta gastando, sino en el hermano que ha vuelto! Que tanto el mayor y el menor son amados por el padre, y aunque hemos sido hermanos mayores siempre es momento para volver a disfrutar de la vida cristiana junto a la iglesia y nuestros hermanos.