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INTRODUCCIÓN

Este libro es el resultado de la reelaboración de mis clases dictadas en la Facultad de


Filosofía y Letras -Departamento de Artes- de la Universidad de Buenos Aires durante los años
1997-2004. Tuvo así su comienzo en apuntes de clases teóricas, las que luego fueron
desgrabadas, corregidas y completadas. La idea inicial de reunirlas en una publicación respondió
al objetivo de presentar una introducción a la Estética que facilitara el estudio a los alumnos,
más fiable que las habituales fotocopias. Conociendo, por otra parte, el interés de artistas,
investigadores y allegados al arte que asistían a mis clases, pensé también que una publicación
de ese tipo podría traer ventajas para un público más vasto, permitiendo el acercamiento
sistemático a una disciplina que indudablemente despierta cada vez mayor atención. Asimismo, el
análisis de ideas de filósofos de todos los tiempos referidas al arte, tal como se presenta en esta
oportunidad, responde a la intención más general de contribuir a un enriquecimiento
bibliográfico en lo relativo a la situación problemática del arte actual. Su desdefinición, en
efecto, requiere necesariamente del auxilio de la filosofía.
Temas y autores no han sido elegidos caprichosamente, sino con la finalidad de brindar una
visión abarcativa de las principales ideas estéticas desarrolladas a lo largo de la historia de la
filosofía. Aunque no falten en este libro las apreciaciones personales, no tiene la pretensión de
originalidad propia de un ensayo. Pensado inicialmente como un manual, compendio o "libro de
texto", teje una trama abierta y exige no ser asumido pasivamente. Es, en primera instancia, un
texto de apoyo para quienes deseen iniciarse o profundizar la investigación sobre el arte
ejerciendo, creativamente, su propia libertad interpretativa frente a las obras. Su viso particular
estriba en la constante referencia a las obras de arte -en "bajar" conceptos a ejemplos concretos,
principalmente contemporáneos- como también en el enfoque de los temas desde la perspectiva
del presente, tal como ingresan en el debate actual. Se podrá ver así cómo algunos temas del
pasado resurgen en la actualidad mientras que otros quedan limitados a su innegable valor
histórico, circunscriptos a problemáticas temporales específicas.
En relación con lo que acabamos de señalar, nuestro derrotero será doble: analítico e
instrumental. Se trata, por una parte, de analizar temas fundamentales de la Estética filosófica,
de encontrar principios y fundamentos, de exponer problemas principales, como los referidos a la
autonomía del arte o a su justificación. Por otra parte, se intenta encontrar conceptos
metodológicos, instrumentos teóricos que abran caminos para una mejor lectura de las obras.
De este modo, se da cabida a una Estética de "alto vuelo" y a una Estética "des- de abajo",
confrontada con las obras. Esta doble perspectiva hizo que, al pensar en una publicación,
consideráramos imprescindible incorporar imágenes en el. texto, las que fueron especialmente
elegidas en su función clarificadora, y en cuyo análisis seguramente se podrá advertir mi
trayectoria como crítica de arte, que he desarrollado en paralelo a la investigación. Igualmente,
tuvimos en
cuenta la dificultad en el acceso a las fuentes bibliográficas y la importancia de poner al
lector en contacto directo con éstas, por lo cual s~ han reproducido párrafos clave de autores
fundamentales al final de cada capítulo. No está de más insistir en que es la lectura directa de
los grandes filósofos la que da las mejores enseüanzas, por lo que el acceso a las fuentes,
además de recomendado, es in-
sustituible.
Nuestro recorrido, en general histórico, acepta la variante del ordenamiento problemático en
el capítulo dedicado a la creatividad, tema de particular complejidad dentro de la Estética que
invitaba a un tratamiento puntual y a la inclusión no sólo de filósofos sino de psicólogos,
escritores y teóricos.
Avanzaremos en la disciplina Estética partiendo de los primeros filósofos griegos hasta llegar
a los contemporáneos. Nos concentraremos en la cuestión del arte, tomando la palabra "cuestión"
no sólo en el sentido de "asunto" o "tema" sino, principalmente, en el sentido de pregunta. La
pregunta por el ser del arte, que preocupó a filósofos de todos los tiempos, se convierte hoy en
centro de una discusión más general, agudizada por los profundos cambios que se introducen en
el siglo XX, principalmente por los que llevan a su estado conceptual. Las respuestas que sigan a
las preguntas que el arte plantea no podrán ser nunca concluyentes sino argumentativas,
polémicas, más aun cuando, como hoy se extiende una estética "del límite" o de "la
incertidumbre".
~Qué es arte a partir de un estado conceptual que viene a sum~rse al tradicional estado
sensible?, ¿qué es experiencia estética?, ¿bajo qué condiciones se da ésta en la sociedad del
consumo generalizado?, ¿qué significa "muerte del arte"?, son todas preguntas que requieren,
indudablemente, de un esfuerzo de profundización teórica y de instrumentos idóneos; hay que
trabajar con ellos para que poco a poco la obra vaya develando sus enigmas.
Al comenzar el dictado de mis clases de Estética suelo advertir a los alumnos que el camino
a recorrer será arduo y laborioso, considerando la cantidad de temas a tratar en el corto período
de un cuatrimestre. Pero aclaro al mismo tiempo que abrigo la esperanza de que ese recorrido
sea gratificante, sobre todo en la medida en que, incorporando nuevas ideas, cada uno pueda
lograr una
lectura más profunda de las obras de arte. La misma advertencia podría ser hecha hoy al
lector, junto a la misma esperanza de gratificación, con lo cual el esfuerzo quedaría finalmente
compensado.
No me queda sino agradecer a los docentes de la cátedra de Estética -Gra-ciela Sarti, Graciela
de los Reyes, Inés Buchar, Mercedes Casanegra, Vilko Gal, Cristina Ares, Cecilia Fiel, Betina
Bandieri y Osear de Gyldenfeld- por la confianza que pude depositar en ellos y por el fructífero
intercambio de ideas que mantuvimos. Considero que sin sus aportes como investigadores y
docentes, este trabajo no hubiera podido concretarse tal como se presenta hoy. También
agradezco a los numerosos alumnos que asistieron a mis clases teóricas y que con su estimulante
presencia me permitieron medir, en una especie de laboratorio personal, la "juventud" y el
interés de los temas tratados tanto como su capacidad polémica.
Manifiesto igualmente mi agradecimiento a los artistas que contribuyeron a hacer más amena
la lectura de los textos, aportando imágenes de sus obras.
Asimismo, debo reconocer la aptitud de María Na tacha Koss y Sebastián Hilbrand, quienes
tuvieroI) a su cargo tareas de corrección y la confección de los índices, y la e-destreza (destreza
electrónica) de mi hijo Andrés Fayó, quien facilitó en todo momento mi trabajo con la
computadora.
Cabe un agradecimiento muy especial a Marta Auguste por sus brillantes sugerencias, y a
Cecilia Fiel por su eficiente colaboración en las diferentes etapas de corrección y edición de este
libro. El estímulo que recibí de ellas hizo que este proyecto no quedara estancado o se
prolongara interminablemente.
Finalmente, vaya mi reconocimiento a Guillermo Whitelow, quien me precedió en la cátedra,
y a Jean Cassou, Mario A. Presas y José Jiménez, quienes creyeron en proyectos anteriores míos,
los que de alguna manera dieron pie a éste.
E. O.
Abril de 2005

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