Licenciatura en Enseñanza y Aprendizaje de la Historia en
Educación Secundaria Segundo semestre Observación y análisis de la escuela Profesor: José Bernandino Rafael Ordaz García 29 abril de 2020
La etnografía en la investigación educativa
Cultura escolar y culturas juveniles en la escuela
Presenta: Martha Paulina Díaz Serrano.
Si hablamos de etnografía en la investigación de la educación, hablamos de la investigación cualitativa que se presenta en dentro de las instituciones escolares, también es la investigación sociológica que se presenta dentro de la misma. Su característica principal es el enfoque en el empleo de diseños para considerar los aspectos interpretativos y de reconstrucción de los escenarios sociales.
Pero, ¿En qué consiste la investigación etnográfica? ¿Cuáles son
sus características y su finalidad? Asimismo, en el presente documento abordaremos la importancia de este tema dentro del ámbito escolar y como es que surge, al igual que se pretende generar una mejor comprensión sobre la relevancia que tiene dentro de la investigación educativa. Existen varios puntos importantes que se desarrollan dentro del mismo, los cuales se pretende abordar de manera precisa.
Es bien sabido que la etnografía en la investigación educativa es de
suma importancia, pues aporta varias herramientas en el desarrollo de los alumnos, tales como dar interpretaciones que los sujetos ofrecen respecto a su entorno social, también las diversas actividades relacionadas con los valores, ideologías, motivaciones y creencias, claro que estas actividades se dan entre docentes y alumnos y de igual manera con la familia.
En general, los estudios etnográficos contribuyen en gran medida a
interpretar y conocer las identidades, costumbres y tradiciones de comunidades humanas, situación en la que se concreta la institución educativa como ámbito sociocultural concreto. El enfoque etnográfico surge como una respuesta a las limitaciones que presentan los datos cuantificables que aportan las experiencias controladas y los instrumentos tradicionales utilizados en las investigaciones experimentales y/o descriptivas, dado que éstas tratan de eliminar toda subjetividad.
En general, los estudios etnográficos contribuyen en gran medida a
interpretar y conocer las identidades, costumbres y tradiciones de comunidades humanas, situación en la que se circunscribe la institución educativa como ámbito sociocultural concreto.
Se pretende crear una reflexión que incite al empoderamiento de los
docentes como intelectuales de la educación; como actores sociales protagónicos; como líderes investigadores, auténticos conocedores de sus propios contextos.
Se plantea el uso del método, como una valiosa alternativa para el
emprendimiento de estudios en educación, especialmente encaminada al desarrollo o fortalecimiento de la investigación social, en cumplimento de la insoslayable tarea docente de potenciar la producción académica e investigativa en sus comunidades.
Al hacer uso de la etnografía como herramienta investigativa, el
docente tiene la oportunidad de desarrollar una amplia gama de estudios acerca de su contexto; sus propias prácticas, escenarios y procesos didáctico-pedagógicos.
Como miembro de la comunidad educativa, el maestro goza del
contacto cotidiano; el ejercicio de su labor le facilita ser parte del grupo, hacerlo de manera comprometida. Es una oportunidad para aportar y gestionar nuevos conocimientos que contribuyan de manera más efectiva a la comprensión de problemas educativos, su intervención y la transformación social de las propias comunidades educativas, condición sine qua non para el mejoramiento y cualificación de la educación desde su ámbito de actuación: el quehacer docente.
Las características principales del modelo etnográfico son:
Las estrategias utilizadas proporcionan datos fenomenológicos;
éstos representan la concepción del mundo de los participantes que están siendo investigados.
Segundo, las estrategias etnográficas de investigación empíricas y
naturalistas. Se recurre a la observación participante y no participante para obtener datos empíricos de primera mano.
Tercero, la investigación etnográfica tiene un carácter holista.
Pretende construir descripciones de fenómenos globales en sus diversos contextos y determinar, a partir de ellas, las complejas conexiones de causas y consecuencias que afectan el comportamiento y las creencias en relación con dichos fenómenos.
En etnografía escolar también es importante la descripción reflexiva
con carácter holista, lo cual supone para el etnógrafo la necesidad de realizar un trabajo en el que se relacione a los individuos, grupos u organizaciones con su entorno socio-económico, físico y simbólico de modo holístico.
El modelo etnográfico concede importancia a las interpretaciones
que los sujetos ofrecen respecto de su entorno, así como las interacciones que se dan entre los sujetos y objetos del medio investigado, a fin de lograr una descripción que refleje las características totales de la realidad.
"Como proceso, es un diálogo permanente entre la recogida de
datos y la elaboración de una teoría en la que destaca el acopio de ideas que evita las conclusiones anticipadas". (Woods, 1989) Como enfoque nuevo en investigación, los etnógrafos aún no han llegado a un consenso respecto a su alcance y a su método.
Se plantea el uso del método, como una valiosa alternativa para el
emprendimiento de estudios en educación, especialmente encaminada al desarrollo o fortalecimiento de la investigación social, en cumplimento de la inevitable tarea docente de potenciar la producción académica e investigativa en sus comunidades.
Al hacer uso de la etnografía como herramienta investigativa, el
docente tiene la oportunidad de desarrollar una amplia gama de estudios acerca de su contexto; sus propias prácticas, escenarios y procesos didáctico-pedagógicos. El maestro goza de su labor del contacto cotidiano; el ejercicio de su labor le facilita ser parte del grupo, hacerlo de manera comprometida.
Es una oportunidad para aportar y gestionar nuevos conocimientos
que contribuyan de manera más efectiva a la comprensión de problemas educativos, su intervención y la transformación social de las propias comunidades educativas, para el mejoramiento y cualificación de la educación desde su ámbito de actuación: el quehacer docente. Dependientemente de su ubicación regional, costumbres particulares y perfil de sus actores, la escuela se desenvuelve bajo una idiosincrasia exclusiva, desde la cual construye sus propias normas, criterios, reglas, visiones, valores y productos. En otras palabras, existe una cosmovisión de la realidad social que cobra su propio valor como escenario cultural, campo de estudio y organización social.
Cuando el docente decide abordar los problemas propios de una
cultura escolar desde la perspectiva investigativa y se inclina por la etnografía, su estudio se desarrolla en campo con relativa facilidad.
Al ser miembro de la comunidad educativa, los estudiantes la
asumen como suya, ven en el docente un referente de autoridad y consideran que los estudios que este emprende puede contribuir al mejoramiento de aquello que anda mal o que no está del todo bien; por lo tanto, el maestro investigador cuenta con la proximidad y cotidianidad en el abordaje de los sujetos, además de su natural disposición y cooperación.
Un fenómeno de importante trascendencia en el entorno escolar lo
constituye la incorporación de la educación ambiental, su sentido, abordaje, su evaluación, las estrategias adoptadas, las percepciones, imaginarios, creencias, las dinámicas que sucinta y las representaciones que de ella hacen los diversos actores de la comunidad educativa, frente a su integración al currículo; pueden ser pertinentemente analizados desde los enfoques metodológicos de la investigación etnográfica. De esta manera, a partir del planteamiento del problema, la formulación de objetivos, el trabajo de campo desarrollado, los datos obtenidos y su consiguiente análisis, el maestro puede construir inductivamente su propio modelo explicativo o teoría y emprender acciones para el mejoramiento, de las prácticas, escenarios y demás elementos constitutivos de su incorporación, susceptible de mejoramiento en el contexto educativo. Por otra parte, el docente investigador también podría considerar el emprendimiento de investigaciones desde el enfoque de la autoetnografía, desde donde podría, con habilidad, mantener el foco del problema; pero a la vez conservar su participación como miembro de la comunidad.
Es así la importancia del desarrollo etnográfico dentro del aula, pues
ayuda al desarrollo no sólo del estudiante, sino también al crecimiento del docente para la mejora de la enseñanza y el desarrollo social de los individuos.
Como escenario de interacción humana, la cultura escolar, su
cotidianidad, dinámicas, necesidades y problemas que la circundan son fenómenos demandantes de reflexión análisis, descripción y comprensión orientada a la intervención para su mejoramiento. Ante esta evidente necesidad, se precisa la adopción de alternativos métodos de investigación que den cuenta de las variadas cualidades del fenómeno educativo.
Se favorece el estudio acerca de cualquier fenómeno relacionado
con la organización escolar, la vida del aula o las relaciones entre los centros escolares y los entornos socioculturales. Al ser la educación un proceso cultural por el que niños y jóvenes aprenden a actuar adecuadamente como miembros de una sociedad, hace de ella un ámbito particularmente idóneo para la investigación etnográfica. La etnografía de la escuela no es más que el resultado de aplicar una práctica etnográfica y una reflexión antropológica al estudio de la institución escolar”.
Las teorías etnográficas se desarrollan a partir de los datos que
ofrece la observación intensiva y profunda de una realidad y los cuestionamientos que se derivan de ella por un proceso de análisis inductivo en el cual "la observación y las hipótesis se hacen interdependientes" (Wells, 1986). Este análisis conduce a la elaboración de constructos y de hipótesis con el objetivo de explicar o solucionar un problema; instancia inicial en el desarrollo de una teoría.
La observación participante es un acierto en el modelo etnográfico,
pues permite la intensificación de las relaciones que se establecen entre los sujetos investigados y el investigador; técnica apreciada en la investigación educativa y también en la práctica profesional; porque desarrolla en el investigador, capacidades que puede proyectar a su labor como docente. No obstante, esta técnica tiene algunas limitaciones, como la tendencia del investigador a sobre- identificarse con los puntos de vista de los participantes.
En la realidad, el sentido de la expresión, no participante, es menos
estricto: se le denomina así, cuando las interacciones se reducen al mínimo, de suerte que el foco de atención del observador, está más centrado en los hechos que en los sujetos.
En las investigaciones educativas que aplican el modelo etnográfico
se utilizan varios tipos de observación no participante como las crónicas de flujos de comportamiento que exigen descripciones exactas y que permiten por ejemplo, conocer los efectos de la escolaridad en niños, desarrollar la conducta de escolar en el aula, o el estudio del comportamiento de los maestros para la elaboración de perfiles profesionales.
Otro tipo de observación no participante es el que se refiere al
estudio del movimiento corporal y los usos sociales del espacio, por ejemplo, cuando el interés está centrado en conocer el uso del espacio de un aula o las relaciones de interacción alumno maestro, en el aula.
La observación no participante también utiliza diversos protocolos
de análisis de interacción, desde los socio-gramas informales hasta los sistemas estandarizados de clasificación de los comportamientos.
Por otro lado, la observación de los hechos, nos permite obtener
materiales escritos, los cuales constituyen un apoyo valioso. Tratándose de alumnos, son importantes los cuadernos tomados como bitácora, los diarios y notas personales y los dibujos.
Los datos así obtenidos se pueden triangular con los que
proporcionan otras técnicas más directas como la observación participante o las entrevistas, lo que permite asegurar la validez de los resultados y generar nuevos constructos e hipótesis.
Los modelos etnográficos desbordan su dimensión descriptiva para
sugerir alternativas teóricas que orienten las técnicas metodológicas que propician. Así, en el campo de la educación el interés de los etnógrafos se orienta hacia el desarrollo y aplicación de las teorías sobre el cambio educativo, la enseñanza en la escuela, las relaciones sociales, la organización de la educación y también el análisis de los procesos de enseñanza-aprendizaje, y las diversas formas que adopta la educación en los diferentes subgrupos de una sociedad. En esta forma el modelo etnográfico ofrece buenas alternativas para la descripción, explicación e interpretación de los fenómenos educativos como paso previo al desarrollo de teorías.
Por otra parte, la finalidad de la descripción, además de determinar
las características de los fenómenos y variables, consiste en descubrir validar asociaciones entre fenómenos fundamentalmente, en comparar los constructos y postulados y generar o perfeccionar categorías conceptuales, evitando así, constructos o relaciones.
La etnografía como metodología de investigación ofrece al docente
un enfoque especialmente rico para el abordaje de los problemas y fenómenos desde el análisis de los contextos y condiciones en las que se producen, así como los significados y sentidos que le imprimen los actores miembros de la comunidad educativa, hecho que facilita la construcción de una estructura teórica inteligible. La intención no ha sido mostrar un panorama completo, sino dar cuenta de la relación entre teoría y etnografía. A pesar de que se observan ciertas constantes teóricas y metodológicas en todos estos tipos de etnografía que derivan de su herencia común, también es evidente que cada orientación teórica imprime ciertas características específicas al quehacer investigativo. Varían la proporción y las técnicas de observación y de entrevista, los criterios de selección de eventos y unidades de análisis, las formas de establecer categorías y de hacer referencias. El nivel de realidad que se pretende abordar es distinto en cada caso, así como la forma de descripción que se construye. Es decir, se constatan las consecuencias metodológicas de las diferentes perspectivas teóricas.
La investigación educativa, fundamentalmente aplicada, prioriza los
procesos de reflexión y crítica y los nuevos aportes para
tratar de mejorar la calidad de los procesos de enseñanza-
aprendizaje; no obstante, los educadores valoramos el énfasis del modelo etnográfico en la búsqueda de nuevos conocimientos y en la formulación de nuevas teorías educativas, las cuales constituyen, al mismo tiempo, un soporte para investigaciones de desarrollo y aplicación en el proceso enseñanza-aprendizaje y para contrastar teorías o derivar otras nuevas.
Un estudio etnográfico no es un comodín o una moda, o una serie
de procedimientos sin deliberación; por el contrario, su emprendimiento ha de estar articulado a la solución de problemas reales al análisis de fenómenos de interés para las comunidades educativas. Como alternativa de investigación para el análisis de la realidad educativa, cuando el docente asume una posición epistemológica cualitativa como la etnografía, está tomando en tacita consideración que las culturas y, en especial, el entorno escolar difieren en sus prácticas, creencias, vivencias, percepciones, costumbres, a la vez que está reconociendo una rica diversidad cultural demandante de estudio.
Con la etnografía se brinda una alternativa dentro de los estudios
cualitativos para superación del enfoque tradicional de paradigma cuantitativo y positivista hacia otro enfoque, esto es, poder hacer el tránsito investigativo de la perspectiva predictiva-explicativa, a un tipo de investigación interpretativa-descriptiva; de comprensión de los fenómenos educativos, que brindan efectivos elementos para la acción, el mejoramiento de los procesos escolares, comportamientos y actitudes de los sujetos.
Una buena etnografía, que pretende develar la realidad de los
elementos propios del contexto escolar, o contribuir a explicitar currículos ocultos, comprenderlos y disponerlos positivamente, demanda un prolongado trabajo de campo, lo que de ningún modo es problema en el caso de un docente investigador, para quien su ámbito natural de desempeño laboral y que hacer profesional es la institución educativa, sus aulas de clases y demás escenarios de aprendizaje y de interacción social. Referencias bibliográficas:
Zlolniski, C. (2011). Técnicas, Desafíos y Ética en el Método
Etnográfico. Colegio de la frontera norte, México. De: https://www.youtube.com/watch?v=XYnEGrxcijs Moreno, H. (2017). Seminario: Malestar en la escuela. Cultura escolar y cultura juvenil. De https://www.youtube.com/watch?v=0cQi08ZSmuk Bertely, M. (2002) Conociendo nuestras escuelas. Un acercamiento etnográfico a la cultura escolar. México: Paidós.