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Sus supuestos.
La concepción problematizadora de la educación en la liberación. Sus
supuestos
La concepción problematizadora y la superación de la contradicción
educador-educando: nadie educa a nadie-nadie se educa a sí mismo, los
hombres se educan entre sí con la mediación del mundo.
Teniendo en cuenta su práctica educativa: ¿qué aspectos podrían
incorporar atendiendo a la propuesta de Freire?
El educando se convierte en una especie de “vasija”, puesto que el educador irá rellenando la
misma con contenidos sistematizados. Cuanto más llena esté la vasija, mejor educador será;
cuanto más cargado esté el recipiente, mejor educando inserto en la sociedad será.
El educador es quien:
Educa.
Sabe.
Piensa.
Habla.
Disciplina.
Opta y prescribe su opción.
Actúa.
Elige el contenido pragmático.
Identifica la autoridad del saber con su autoridad funcional.
Es el sujeto del proceso.
Mientras que, el educando es quien:
Es educado.
No sabe.
Objetos pensados.
Escucha dócilmente.
Disciplinado.
Sigue la prescripción.
Tiene la ilusión de que actúan.
Se acomoda al conocimiento seleccionado.
Debe adaptarse a la autoridad del educador.
Es mero objeto.
En esta Concepción Bancaria de la Educación, los hombres son vistos como meros
instrumentos sociales de adaptación, del ajuste socio-político. Cuanto más el educador deposite los
saberes que le son hechos, más se anulará la capacidad y pensamiento crítico, reflexivo y
autónomo, que sería su instrumento de inserción en el mundo pero como transformadores del
mismo, y no como adaptaciones y sujetos de éste. Cuando la calificación de “pasividad” se le
impregne más al educando, más se acomodará, ingenuamente, al mundo en vez de transformarlo
y adecuarse a la realidad parcializada en los depósitos recibidos.