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Castillos medievales: los centinelas del pasado

Marina Paglieri, periodista, La Repubblica

Piamonte es una tierra llena de castillos. Entre sus colinas y llanuras acoge fortalezas
con torres y almenas a las que no les falta un especial encanto y elegantes residencias
rodeadas de parques. Las primeras surgen en la Edad Media para controlar lugares
estratégicos o responder a los ataques de los enemigos, cambiando luego con frecuencia
su función. A partir del siglo XVI y en la época barroca, cuando las exigencias
defensivas desaparecen, se transformaron, gracias a las obras realizadas por arquitectos
y artistas, en lugares de residencia y placer, a veces en sede de reuniones políticas y
diplomáticas. Los castillos piamonteses han atravesado con el pasar de los siglos
periodos de paz y de guerra, fases de éxito y de decadencia ligadas a los destinos de las
dinastías que se han sucedido en su posesión y gestión desde la época feudal. Algunos
siguen estando en manos de particulares mientras que otros son propiedad de los
Municipios en los que están situados: muchos, en ambos casos, abren sus puertas al
público y a manifestaciones que van de la cultura a la enología.
Estos testigos silenciosos de un pasado antiquísimo – cuya historia se cuenta en el
reciente volumen de Franco Caresio “Castelli Medioevali del Piemonte”, promovido por
la Regione y publicado por Eda – están diseminados por todo el territorio como si fueran
centinelas. Una de las provincias que cuenta con mayor número de castillos es Cuneo.
En las colinas que rodean Alba, entre Langa y Roero, los sugestivos castillos se alternan
con viñedos que producen vinos muy famosos. La combinación de estas dos riquezas
diferentes se celebra en el castillo de Grinzane Cavour, en cuyos salones tiene su sede
desde 1.971 la Enoteca Regionale y en el de Barolo, siguiendo esta tendencia, surgirá el
año que viene un espectacular Museo del Vino proyectado por el escenógrafo Francois
Confino.
En la residencia de Grinzane, cuyo origen se remonta a finales del siglo XII, Camillo
Cavour transcurrió una parte de su juventud ya que el castillo pertenecía a sus tíos
Clermont-De Tonnerre, uno de cuyos descendentes lo donó al Ayuntamiento. En un
salón del primer piso que tiene una gran chimenea de piedra todos los años se celebra la
ceremonia de designación de los ganadores del Premio literario Grinzane Cavour. En la
zona de Saluzzo se encuentra el castillo de Manta en el que todavía se puede revivir la
atmósfera de una corte feudal del siglo XV. Antiguamente formaba parte del sistema de
defensa del Marquesado de Saluzzo junto con las estructuras fortificadas de Revello,
Verzuolo, Costigliole y Busca, convirtiéndose en las primeras décadas del siglo XV en
la residencia preferida de Valerano de Saluzzo. Donado en 1.984 a FAI, conserva
preciosos frescos del gótico tardío atribuidos a la escuela de Giacomo Jaquerio. También
en la zona de Saluzzo merece la pena indicar el castillo de Lagnasco. Nacido como
fortaleza y posteriormente transformado en “villa”, está formado por dos edificios y
conserva importantes ciclos de pinturas del periodo renacentista y manierista tardío
realizadas por Pietro y Giovanni Angelo Dolce y Cesare Arbasia. Después de varias
sucesiones, perteneció a los Tapparelli, pero abandonado durante mucho tiempo, se
deterioró considerablemente. Ahora se está restaurando con fondos de la Región,
Provincia de Cuneo, Fundaciones CRT y CRC.
Un camino análogo, pasando de estructura militar a residencia aristocrática, siguieron
otros castillos de la zona del Canavese, no lejos de Turín. Como el de San Giorgio,
perteneciente a los Condes de Biandrate, o el de Masino, que perteneció durante casi un
milenio a la familia Valperga que lo cedió en su totalidad a FAI. Conserva salas con
frescos de artistas de la escuela lombardo-ticina, muebles preciosos, colecciones de
cuadros y códigos antiguos. Está rodeado por un parque proyectado en el siglo XVII por
el gran arquitecto André Le Notre. En la capilla reposan los restos de Arduino, Marqués
de Ivrea y primer Rey de Italia. También en esta zona se encuentra el castillo fortificado
de Pavone con torre, murallas almenadas y puente medieval. Fue adquirido en 1.885 por
el arquitecto e historiador del arte Alfredo D’Andrade – promotor del revival del estilo
gótico y proyectista del Burgo Medieval de Turín el año anterior - que restauró la
antigua fortaleza completando las partes que faltaban.
D’Andrade también trabajó en el castillo de Montalto Dora, a pocos kilómetros al norte
de Ivrea, y en Tagliolo Monferrato, en la provincia de Alessandria. Tagliolo, que surgió
a mediados del siglo XIII, controlaba la antigua “vía de la sal” que llevaba a Liguria:
conserva salones decorados, colecciones de armas y objetos preciosos. El Castillo de
Camino, mucho más antiguo, también se encuentra en la provincia de Alessandria.
El escritor del siglo XVI Matteo Bandello – nacido en esta zona e “inventor” de las
vicisitudes de Romeo y Julieta que inspiraron a Shakespeare – ambientó allí una de sus
novelas. El protagonista es el feudatario Scarampo Scarampi, acusado de traición
durante el asedio por los Marqueses del Monferrato y que fue decapitado (en el castillo
se conserva un sarcófago en el que Scarampo se sujeta la cabeza con la mano). En la
provincia de Asti se encuentra el castillo de Costigliole (actualmente sede del ICIF,
Italian Culinary Institute for Foreigners), edificio de la mitad del siglo XVI que debe su
aspecto actual, inspirado en el estilo gótico, a las obras que mandó realizar Francesco
Verasis después de su matrimonio en 1.854 con Virginia Oldoini, más conocida como la
Condesa de Castiglione, hermosa y sagaz consejera de Cavour. En la provincia de Asti,
en el bajo Monferrato, el castillo de Montiglio conserva en una capilla un ciclo de
frescos de los más valiosos del siglo XIV piamontés.
También encontramos cuadros muy interesantes del siglo XV en el castillo de Quinto
Vercellese, edificio fortificado con cuatro torres y un torreón, y en Verrone, feudo de los
Vialardi con edificios de tipo militar en la llanura al sur de Biella.
La fortaleza de Galliate también está situada en una llanura cerca de Novara y constituye
el ejemplo más majestuoso y mejor conservado de la arquitectura militar de los Sforza
en Piamonte. Terminamos el itinerario por los castillos piamonteses en Cannero, en el
Verbano-Cusio-Ossola. Un pasado misterioso e inquietante envuelve estos lugares ya
que las dos fortalezas que se reflejan en el lago Maggiore pertenecieron durante un
periodo hasta 1.412, a los “Mazzarditi”, los terribles hermanos que se dedicaban a la
piratería y a todo tipo de violencia para mantener su supremacía en la zona. Los
castillos, aunque tengan partes agrietadas y derruidas, mantienen todavía hoy su encanto
gracias al sugestivo escenario natural.

Los castillos piamonteses han atravesado con el pasar de los siglos periodos de paz
y de guerra, fases de éxito y de decadencia ligadas a los destinos de las dinastías que
se han sucedido en su posesión y gestión desde la época feudal.

Mazzé, Turín
Pavone, Turín
Montaldo Dora, Turín
Tagliolo Monferrato, Alessandria

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