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Teoría y práctica
CARMEN MARIMÓN LLORCA
ANÁLISIS DE TEXTOS
EN ESPAÑOL
TEORÍA Y PRÁCTICA
ISBN: 978-84-7917-074-1
El libro que aquí comienza tiene como objetivo proporcionar bases teó-
ricas y herramientas prácticas para abordar el análisis de textos en lengua
española. Con el fin de fundamentar también teórica y prácticamente dicha
propuesta y justificar la necesidad de un material de estas características en el
panorama de la lingüística española y de la enseñanza, me propongo en esta
introducción desarrollar de forma breve los siguientes contenidos:
1. El análisis de textos como objeto de estudio e investigación en Espa-
ña: historia de una frustración.
2. El análisis de textos: una herramienta de comprensión y aprendizaje
3. Un método para la práctica del análisis de textos
La competencia discursiva
La competencia discursiva es la capacidad que posee el usuario o alumno
de ordenar oraciones en secuencias para producir fragmentos coherentes de
lengua. Comprende el conocimiento de la ordenación de las oraciones y la
capacidad de controlar esa ordenación en función de:
r -PTUFNBTZMBTQFSTQFDUJWBT
r 2VFMBTPSBDJPOFTFTUÊOZBEBEBTPRVFTFBOOVFWBT
r -B TFDVFODJB jOBUVSBMv QPS FKFNQMP
UFNQPSBM Él se cayó y yo lo
golpeé, como opuesta a Yo lo golpeé y él se cayó.
r 3FMBDJPOFTEFDBVTBZFGFDUP PWJDFWFSTB
los precios están subien-
do, las personas quieren salarios más altos.
r -BDBQBDJEBEEFFTUSVDUVSBSZDPOUSPMBSFMEJTDVSTPFOGVODJÓOEF
– la organización temática;
– la coherencia y la cohesión;
– la ordenación lógica;
– el estilo y el registro;
– la eficacia retórica;
– el principio de cooperación (Grice, 1975): «Realice su interven-
ción tal y como se le pide, en la etapa en la que ocurra, mediante
la finalidad o dirección aceptadas del intercambio hablado en el
que usted participa, observando las máximas siguientes:
º la calidad (intente que su intervención sea verdadera);
º la cantidad (procure que su intervención sea tan informativa
como haga falta, pero no más);
º la relación (no diga lo que no sea relevante);
º el modo (sea breve y ordenado; evite la oscuridad y la ambi-
güedad)».
16 Carmen Marimón Llorca
r $PNQSFOEFSFMDPODFQUPEFUFYUPFOFMNBSDPEFMBMJOHÛÎTUJDBBDUVBM
r $PNQSFOEFSZBOBMJ[BSMPTQSJODJQJPTEFDPIFSFODJBUFYUVBMUBOUPTF-
mántica como pragmática.
r *EFOUJàDBSMPTNFDBOJTNPTEFDPIFTJÓOUFYUVBMHSBNBUJDBM
MÊYJDBZ
de conexión.
r 3FáFYJPOBS TPCSF MPT QSPDFTPT MJOHÛÎTUJDPT EF BEFDVBDJÓO EFM MFO-
guaje al contexto de uso.
menos extensa que intenta justificar tanto la elección de esa propiedad como
las herramientas metodológicas que se proponen para su estudio. Se trata, sin
duda, de la parte más claramente aplicativa del libro y en la que pretendo que
mediante ejemplos y ejercicios prácticos se vayan adquiriendo destrezas ana-
líticas y se empiece a observar el texto como un «experto». Los textos selec-
cionados tanto para los ejemplos como para las prácticas son muestras reales
del español actual utilizado en los más diversos medios de comunicación
–prensa, revistas de todo tipo, publicidad, folletos informativos, prospectos,
catálogos, descripción de productos, enciclopedias, páginas web y otro ma-
terial electrónico, entrevistas, etc.–. También se han utilizado conversaciones
orales procedentes de los corpus COVJA y ALCORE recogidos y editados en la
Universidad de Alicante por Dolores Azorín y su equipo (1999 y 2002).
Finalmente, no quisiera terminar esta introducción sin mostrar mi grati-
tud a las personas que me han acompañado y ayudado durante los años de
gestación de este libro. Quiero mencionar a mis estudiantes de las asignatu-
ras de Análisis de Textos de las titulaciones de Traducción e Interpretación
y Publicidad y RR.PP. de la Universidad de Alicante; en realidad los años de
experiencia con ellos en clase, la cantidad de textos muy diversos y origina-
les que me han proporcionado y sus agudas observaciones han sido mi ver-
dadero aprendizaje y son la razón de ser de este libro. A mis compañeros del
área de lengua española que me dan la confianza y la complicidad imprescin-
dibles para continuar trabajando con ilusión. A mi familia, tan querida. Y a
mi marido, Roche, con el que recorro tan felizmente el camino de la vida.
Bibliografía
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te), Alicante, Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert.
Análisis de textos en español 21
empezar a plantear a partir de los años setenta y ochenta hará que, en muchas
ocasiones paralelamente, se empiecen a desarrollar nuevas posibilidades de
análisis sobre el sistema lingüístico.
El nacimiento de un paradigma tiene, como afirma Alcaraz (1990:13)
carácter revolucionario, pero –continúa– no es un cambio radical de la noche
a la mañana, «son episodios de desarrollo no acumulativo de las ciencias,
mediante los cuales los viejos paradigmas son sustituidos en todo o en parte
por uno nuevo que es incompatible con los anteriores». Como se ha señala-
do frecuentemente, el cambio del paradigma formal al funcional se realizó
por el cuestionamiento de algunos de los principios fundamentales de estas
nuevas escuelas que marcarán el cambio de modelo epistemológico y, en
consecuencia, de objetivos, fines y métodos en la investigación lingüística
(Halliday, 1970). Sin lugar a dudas fueron el cambio de la oración al texto
como unidad de análisis lingüístico y de la lengua al habla como objeto de
interés de la lingüística los dos grandes saltos epistémicos que produjeron el
cambio de paradigma. Fue un movimiento en dirección a la ampliación del
objeto de estudio que la lingüística se había propuesto unas décadas atrás.
La oración permanecía secularmente reconocida como unidad de análisis
mientras que el estudio del sistema abstracto, de la lengua, era el objetivo
de la lingüística estructural y generativa. Al ampliar el objeto e interés de la
lingüística hasta estos nuevos objetivos, entraron a formar parte de su campo
de estudio conceptos como contexto, usuario y comunicación con implica-
ciones radicales en el análisis e interpretación del lenguaje. Naturalmente,
todos estos conceptos vinieron de la mano y a su vez provocaron el desarro-
llo de nuevas escuelas tanto en Europa como en América que propusieron
un modelo de explicación lingüística que partiese de esta visión ampliada y
novedosa del lenguaje y de la disciplina encargada de su estudio (Castellà,
1992, Alcaraz y Martínez Linares, 2004).
Así, la lingüística del texto (Schmidt, 1973, van Dijk, 1977 y 1978, Ber-
nárdez, 1982) nace con el objetivo de definir una unidad de análisis lingüístico
–el texto– y un método capaz de superar los límites de la oración; la pragmática
(Leech, 1983, Levinson, 1989) encuentra ahora el momento de su desarrollo
prácticamente paralizado desde la formulación morrisiana, al verse finalmen-
te extendido el estudio sobre el lenguaje a las implicaciones que contextos y
usuarios tienen en la naturaleza y el funcionamiento de éste; por su parte, el
análisis del discurso (Maingueneau, 1976, Brown y Yule, 1983) –en sus orí-
genes anglosajones– nace como disciplina encargada del estudio de los fenó-
menos del habla, referente ahora de cualquier investigación lingüística y es-
trechamente unido a la pragmática y las ciencias sociales. También en Europa
el análisis discursivo de orientación semiológica amplía su objeto de estudio
Análisis de textos en español 27
1
Naturalmente, fueron otros muchos los lingüistas que contribuyeron al cambio de paradig-
ma con sus observaciones sobre la importancia del uso de la lengua y sus llamadas de aten-
ción sobre las limitaciones del modelo estructural para entender su verdadera naturaleza.
En España, entre otros, Coseriu (1956 y 1968) y Samuel Gili Gaya (1961).
Análisis de textos en español 29
Bibliografía
ALCARAZ VARÓ, E. (1990): Tres paradigmas de la investigación lingüís-
tica, Alcoy, Marfil.
ALCARAZ VARÓ, E. y M.ªA. MARTÍNEZ LINARES, (2004): Diccionario
de lingüística moderna, Barcelona, Ariel.
Análisis de textos en español 31
Actividades
1. ¿Qué es el método inductivo? ¿Y el hipotético-deductivo? Infórmate
TPCSFTVTDBSBDUFSÎTUJDBTZSFáFYJPOBTPCSFTVPCKFUP
NFUBZàOBMJ-
dad en relación con la investigación lingüística.
2. Asigna los siguientes conceptos al paradigma que le corresponda
–estructural o funcional–. Alguno de ellos puede pertenecer a ambos,
explica, en ese caso, los matices.
Lengua y habla, acto de habla, reglas generativas, estructura pro-
funda, enunciado, deixis, signo lingüístico, Benveniste, competencia,
Saussure, interacción, relaciones sintagmáticas, sincronía, sistema,
pragmática, adecuación.
3. Lee el capítulo «Enlaces extraoracionales» del libro de Samuel Gili
Gaya Curso superior de sintaxis española y selecciona los fragmen-
tos más reveladores de su preocupación por el nivel textual de la
lengua.
4. Comenta a partir de la lectura de estos textos los principales rasgos
del llamado paradigma funcional o pragmático-textual.
Para nosotros, las palabras, los sintagmas y las oraciones que aparezcan
en el registro textual de un discurso serán una muestra del intento del
emisor (hablante/escritor) de comunicar su mensaje a un receptor/oyente.
[...] Evidentemente esta perspectiva adopta la función comunicativa del
lenguaje como su campo básico de investigación y, en consecuencia, trata
de describir la forma lingüística, no como un objeto estático, sino como un
medio dinámico de expresar el significado pretendido.
G. BROWN y G. YULE, Análisis del discurso, 1993, p. 44
Una expresión no debería caracterizarse sólo en términos de su estructura
interna y el significado que se le asigna, sino también en términos del acto
realizado al producir esa expresión.”
T. van Dijk, Texto y contexto, 1995, p. 31
2. La definición de «texto». El texto como unidad comunicativa
2.1. De la oración al texto
Como unidad de análisis lingüístico, la unidad texto es reciente y su
establecimiento como tal puede considerarse como el primero y principal
revulsivo que impulsó el cambio de modelo de investigación lingüística. La
idea de que una unidad superior a la oración pudiera convertirse en objeto
de análisis lingüístico entusiasmó a muchos jóvenes investigadores críticos
con algunos aspectos de la gramática generativa en la que militaban. El
nacimiento del texto como unidad de análisis está estrechamente ligado
al Congreso de la Universidad de Constanza (1969) y a la lingüística del
texto, corriente de investigación lingüística que nació con el objetivo de dar
carta de naturaleza a esta nueva unidad. En un primer momento la inten-
ción fue desarrollar una gramática textual que permitiera abordar algunos
problemas que, como había quedado demostrado, no era posible solucionar
en el ámbito oracional. Sin embargo, como explica E. Bernárdez (1982),
esta primera aproximación al texto se saldó con un fracaso pues lo que
se hizo en realidad fue aplicar modelos oracionales para definir lo que se
consideraba, sin más, una unidad de orden superior. Así comenta este autor
refiriéndose a los primeros gramáticos del texto: «Si en la gramática es
posible establecer un nivel morfémico que se integra en uno superior, el de
las palabras, éste a su vez en el del sintagma, y éstos unidos en el nivel su-
perior, la frase, no hay razones en principio para no considerar que el nivel
de las oraciones se subordina a su vez a otro más elevado, el de los textos»
(Bernárdez, 1982: 35-36).
Muy pronto se comprobó que el salto de la oración al texto no era sólo
una cuestión cuantitativa sino, sobre todo, un salto cualitativo y que el texto
necesitaba para su definición, caracterización y estudio un método y una
perspectiva sobre el lenguaje mucho más ampliada que la propuesta hasta
entonces. La importancia de los factores semánticos y pragmáticos en el
análisis y la interpretación textual mostró las limitaciones del concepto
estrictamente sintáctico de gramaticalidad que se aplicaba a la oración e
hizo necesaria la elaboración de nuevas teorías lingüísticas que tuvieran
34 Carmen Marimón Llorca
2
Una revisión mucho más exhaustiva en Marimón Llorca, C. (2006): El texto como unidad
comunicativa, (http://www.liceus.com).
Análisis de textos en español 35
sistema uso
los métodos de análisis y nos permite tratar el texto escrito también como un
complejo dinámico de interacción comunicativa. Es de la misma opinión van
Dijk (2000: 24) cuando habla de comunicación escrita o interacción escrita
para referirse al intercambio comunicativo mediante textos escritos que, a pe-
sar de su apariencia objetual, también poseen usuarios y propósitos comuni-
cativos, es decir, son formas de interacción.
Como mostraremos más adelante, nuestro modelo de análisis de textos
recoge este planteamiento dinámico e interactivo del texto escrito.
Unido al tema de la dimensión comunicativa del texto ha estado siem-
pre el de sus relaciones con la oración. Schmidt, por ejemplo, considera las
frases «estructuras de organización funcionalmente dependientes» (Schmidt,
1977: 155), es decir, condicionadas por otra estructura funcional superior de
importancia sociocomunicativa que es el texto. En este sentido afirma Sch-
midt (1977: 155):
La frase debe analizarse desde el texto-en-función y no el texto desde el
nivel de la frase. Las frases reciben su función en el nivel del texto, más
exactamente como procedimientos de textualización.
En una orientación semejante, Halliday y Hassan hacen referencia a la
importancia conformadora de la oración en la medida en que consideran que
el texto está realizado por oraciones; sin embargo, al igual que Schmidt,
hacen depender a la oración del texto, como unidad superior en la que ésta
encuentra su sentido (Halliday y Hassan, 1983: 1-2):
Un texto no es una oración pero más grande, es algo que difiere de la oración
en clase.
Un texto no consiste en oraciones; está realizado por o codificado por
oraciones. Si lo entendemos así, no esperaremos encontrar el mismo tipo de
integración estructural entre las partes de un texto como la que encontramos
entre las partes de una oración.
En una propuesta mucho más reciente sobre las relaciones entre texto y
oración, E. Bernárdez en su trabajo «Homeomorfismo de texto y oración»
(2000: 201-221) se plantea cuál es el tipo de relación que ambas unidades
mantienen. Descartada la relación estructural que los inicios de la Lingüística
del texto demostraron inexistente, propone que texto y oración sí poseen idén-
tica organización, es decir, que son topológicamente equivalentes y que entre
ellas hay una relación de homeomorfismo. Los principios organizativos que
texto y oración tienen en común son cognitivos y socioculturales «y se reali-
zan de formas diversas como consecuencia directa e inmediata de la diferente
complejidad de las imágenes mentales (y las situaciones de comunicación)
subyacentes» (2000: 209). A partir de este trabajo programático, Bernárdez
38 Carmen Marimón Llorca
establece las hipótesis como que debe existir una correlación sistemática entre
el funcionamiento de los principios organizativos del texto y la oración, que
esta correlación puede medirse en relación a los principios de contigüidad y
separación y que cuanto más simples sean las imágenes mentales represen-
tadas lingüísticamente, mayor nivel de automatización o codificación podrá
existir.
La propuesta de Bernárdez es, en realidad, un proyecto, pero que pone
de manifiesto que las relaciones entre texto y oración se encuentran en la ac-
tualidad en un momento que podríamos llamar de conciliación. Una tercera
etapa muy esperanzadora que sigue a una primera de intento de aplicación
sistemática de los principios de una –la oración– a otra –el texto–; una se-
gunda de afirmación y búsqueda de las diferencias; y una tercera en la que
se intenta encontrar qué es lo que provoca el famoso «salto» de la oración
al texto. La lingüística cognitiva y su teoría de la categorización y los proto-
tipos plantea la existencia de límites difusos entre categorías lo que facilita
las transiciones y ofrece un campo operacional que considera dichas transi-
ciones como distintos momentos en el paso de unas categoría a otras. Esta
perspectiva cognitiva puede dar resultados muy positivos en el intento de
categorizar texto y oración y observar los procesos que las organizan.
TEXTO DISCURSO
Escrito Oral
Clausurado y breve Extenso y abierto
Producto materializado Proceso relacional
Monológico Dialógico
Determinado individualmente Concepto genérico o tipológico
Término vinculado a tendencias europeas Uso más generalizado
CATEGORÍAS UNIDADES
Género: opciones en el texto Texto: organización del discurso
Estilo: opciones en el discurso Discurso: organización de oraciones
Desde nuestro punto de vista y teniendo en cuenta los objetivos del Aná-
lisis de textos, consideramos el texto –oral o escrito– como una unidad di-
námica de interacción lingüística entre los participantes en un intercambio
comunicativo. Al hablar de unidad dinámica estamos haciendo referencia:
a) A que el texto posee propiedades lingüístico-gramaticales y semánti-
co-organizativas que lo convierten en un todo. Es decir, está cohesio-
nado y es semánticamente coherente.
b) A que el texto es el resultado de una acción individual e intencional y
eso es lo que le da sentido (unidad de significado en contexto) como he-
cho pragmático. Como participantes directos y responsables del acon-
tecimiento textual, los hablantes, establecen finalidades, modalizan el
texto en relación con sus intenciones y lo orientan argumentativamente
42 Carmen Marimón Llorca
Bibliografía
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44 Carmen Marimón Llorca
Actividades
1. Lee el siguiente texto de M.ª Cristina Martínez (2001:12) y justifica
la importancia del análisis del discurso en la enseñanza. Ayúdate en
tus argumentos de libros de la bibliografía:
La finalidad del proceso pedagógico de enseñanza de la lengua materna
desde una perspectiva discursiva, inscrita en una dimensión dialógica, no es
tanto el descubrimiento de la información como sí lo es el descubrimiento
y desarrollo de los principios básicos que permiten adquirir y generar
conocimiento, analizar y construir discursos, elucidando los conocimientos
que se operan en el momento de abordar un texto escrito ya sea desde la
producción como desde la comprensión.
2. T. van Dijk (2000: 52) habla de tres enfoques principales sobre el
discurso:
a) los que se concentran en el discurso mismo.
b) los que estudian el discurso y la comunicación como cognición.
c) los que se concentran en la estructura social y en la cultura.
Repasa las definiciones de texto que has estudiado e intenta ads-
cribirlas a uno de estos enfoques.
3. Lee el siguiente texto de M. Bajtín y justifica la práctica del análisis
de textos en las ciencias sociales:
Las ciencias humanas son ciencias que estudian al hombre en su
especificidad, y no como cosa sin voz o fenómeno natural. El hom-
bre en su especificidad humana siempre se está expresando (ha-
blando), es decir, está creando texto (aunque sea éste un texto en
potencia). M. Bajtín, Estética de la creación verbal, 1979, p. 298.
4. Lee el relato de Augusto Monterroso titulado «El eclipse» y com-
prueba si los seis elementos para la definición de texto de Adam y
Lorda se pueden aplicar aquí:
Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría
salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y
definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar
la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado con el pensamiento
fijo en la España distante, particularmente en el convento Los Abrojos,
donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para
decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.
Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro
impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que
a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus
temores, de su destino, de sí mismo.
Análisis de textos en español 45
FMRVFÊTUFTFDPNVOJDBZRVFEFCFSFáFKBSTFFOMBTQSPQJFEBEFTEFMSFHJTUSP
que el propio Halliday concretará algunos años después. En definitiva pode-
mos decir que para estos autores la cohesión es una propiedad constructiva
y estructuradora del texto, reconocible y, en consecuencia, susceptible de ser
estudiada como conjunto de rasgos lingüísticos que organizan el lenguaje en
un nivel distinto al de la oración.
Si bien por un lado el conjunto de «lazos cohesivos» de Halliday y
Hassan ha servido de base indiscutible para inventariar y clasificar la
cohesión en las distintas lenguas –ya veremos el caso del español–, por
otra parte el concepto de textura se consideró excesivamente estático y
estructural. Así, Sigfried Schmidt (1977: 148) prefiere el concepto de
textualidad que define en relación con el de texto. Para este autor, la tex-
tualidad es «el modo de manifestación universal y social que se usa en to-
das las lenguas para la realización de la comunicación», mientras que los
textos serían «las realizaciones concretas de la estructura “textualidad”
en un determinado medio de comunicación». Para Schmidt la propiedad
que define la textualidad es la coherencia que pone en relación con los
tipos de textos y con las actividades sociocomunicativas que estos des-
empeñan. Textualidad-texto parecen estar en la línea del establecimien-
to de pares del tipo lengua-habla, competencia-actuación con los que se
pretende explicar desde el establecimiento de la lingüística moderna la
difícil y secular relación entre lo uno y lo diverso, lo general y lo par-
ticular, lo colectivo y lo individual. Con esta nueva dicotomía, Schmidt
pretende distinguir entre unas propiedades generales y la manifestación
concreta de esas propiedades en un texto en lengua particular. Es pues la
coherencia y no la cohesión –más ligada esta última a la naturaleza de
cada lengua– lo que, para este lingüista, define al texto.
La clasificación más conocida de los procedimientos de textualidad es la
realizada por Beaugrande y Dressler (1997). A la exhaustividad de su pro-
puesta hay que añadir como característica la perspectiva procesual y dinámi-
ca que incorpora a los principios de conformación del texto. En consonancia
con su enfoque procedimental, la textualidad y el procesamiento textual son
vistos como mecanismos de resolución de problemas que se encargan de
regular la estabilidad del sistema para que éste tenga continuidad. Desde este
punto de vista, el texto es visto y caracterizado tanto desde la perspectiva de
la producción como desde el punto de vista de la recepción. Así, cualquiera
de las normas de textualidad puede estudiarse como procedimiento de cons-
trucción textual y, al mismo tiempo, como responsables de la adecuada com-
prensión del texto por parte del receptor. En el siguiente esquema se exponen
los principios de Beaugrande-Dessler sobre la textualidad.
50 Carmen Marimón Llorca
r -BBEFDVBDJÓOBGFDUBBMVTPEFMUFYUPFOVOBTJUVBDJÓOEFDPNVOJDB-
ción en relación con el respeto a las normas de textualidad.
Las diferencias entre el concepto de textura de Halliday y Hassan y el
de textualidad que proponen Beaugrande y Dressler son evidentes. Mientras
que para los primeros, la textura es una propiedad estructural del texto, bien
sea en relación con los elementos que los componen, bien sea con la situa-
ción de comunicación, para Beaugrande y Dressler, la textualidad son una
serie de normas que permiten el funcionamiento interactivo del texto como
unidad de intercambio comunicativo entre usuarios reales en situaciones rea-
les. Son procesos que hacen posible la construcción de un enunciado y que
regulan y aseguran su comprensión. La distinción que estos lingüistas hacen
entre nociones centradas en el material textual y nociones basadas en las re-
laciones pragmáticas es de gran importancia pues clarifica y orienta sobre las
direcciones hacia las que deben dirigirse los intereses investigadores sobre
el texto. A la hora de decidir de qué aspectos debe hacerse cargo el análisis
textual, estas dos direcciones –la que se dirige del texto «hacia dentro» y la
que se ocupa del texto «hacia fuera»– nos serán de gran ayuda para formular
su tarea.
Como hemos señalado en la introducción a este apartado, a partir de es-
tas propuestas, los lingüistas se han centrado sobre todo en dos propiedades:
la coherencia y la cohesión que desde distintas perspectivas han constituido
uno de los centros de interés de los estudios sobre el texto.
COHERENCIA
DIRECCIÓN ONOMASIOLÓGICA
COHESIÓN
COHESIÓN
DIRECCIÓN SEMASIOLÓGICA
COHERENCIA
Expresión linguística
Análisis de textos en español 53
Bibliografía
(Referida sólo a la polémica sobre las propiedades textuales. Mucho más
amplia en los capítulos correspondientes a cada una de dichas propiedades.)
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PETÖFI, J.S. y A. GARCÍA BERRIO (1978): Lingüística del texto y crítica
literaria, Madrid, Comunicación.
56 Carmen Marimón Llorca
Actividades
1. En el siguiente texto, Charolles (1983: 72-73) propone un concepto
muy amplio de coherencia. Explícalo e intenta aplicarlo al proceso
de comprensión discursiva:
Comprender que una serie de acciones forman un todo coherente
equivale a darse cuenta de que hay una intención global que explica por
qué cada constituyente de esa acción se ha realizado en un momento
concreto […] “El punto de partida en la interpretación de cualquier
serie de acciones humanas es la asunción de que esas acciones forman
parte de un todo.
2. ¿Qué es un texto efectivo?¿Y uno eficaz? Busca ejemplos en el len-
guaje publicitario. ¿Crees además que cumplen con el requisito de la
adecuación? Discútelo con tus compañeros.
3. Lee los siguientes fragmentos ¿son coherentes? ¿son cohesivos? Re-
áFYJPOBBQBSUJSEFFTUPTDBTPTTPCSFMBSFMBDJÓOFOUSFDPIFSFODJBZ
cohesión.
a) Para cazar calvarios
En la vida remota
Hemos puesto un reclamo
Alguien muere estrangulado por su sombra.
b) Tengo unos ahorros. Quiere ir a Canarias. Jorge prefiere Eurodisney.
La solución está aquí.
c) Audaz diseño arquitectónico, plenitud tecnológica y generosidad. El
Peugeot 307 abre paso a una nueva generación de automóviles y se
presenta como la berlina a seguir en el siglo XXI.
II
Sdo-B
o Sdo-A o lingüístico
Sdo-C
referencial
o
ilocutivo
62 Carmen Marimón Llorca
Bibliografía
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BERNÁRDEZ, E. (1995), «La coherència del text com a fenomen
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Generalitat de Catalunya, pp. 21-27, (COM Materials Didàctics,1).
CIFUENTES HONRUBIA, J. L. (1994): Gramática cognitiva. Fundamentos
críticos, Madrid, Eudema.
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Madrid, Istmo.
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SCHMIDT, S. J. (1973): Teoría del texto. Problemas de una lingüística de la
comunicación verbal, Madrid, Cátedra, 1977.
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«Semántica del discurso» en T.A. van DIJK, (ed.): El discurso como
estructura y proceso, Barcelona, Gedisa, pp. 107-170.
Bibliografía complementaria
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aprendizaje del concepto de coherencia discursiva», en Cuadernos de
Investigación Filológica, 25, pp. 39-52.
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Catalunya, pp. 21-27, (COM Materials Didàctics,1).
CHAROLLES, M. (1978): «Introduction aux problèmes de la cohérence des
textes», Langue Française, 38, pp. 7-42.
68 Carmen Marimón Llorca
Actividades
1. Lee el siguiente texto y comenta el concepto de coherencia que
manifiesta la autora:
La interpretación semántica de un texto como coherente tiene que
ver con el conocimiento del mundo del oyente desde el momento en
que muchas conclusiones se obtienen no sólo teniendo como base la
aplicación de reglas del lenguaje o razonamientos deductivos, sino
sobre la base del conocimiento de los hechos del mundo.
I. Bellert (1970): «On a Condition of the Coherence of Texts»
2. Lee ahora este texto de Coseriu (1978: 136): Gramática, semántica,
universales y busca algún ejemplo que ilustre su concepto de sentido:
Finalmente, el sentido es el plano semántico propio y exclusivo del
texto, es decir, el contenido lingüístico especial que se expresa en un
texto determinado por medio de la significación y la designación y más
allá de la designación y la significación.
3. Inventa un par de «guiones» y busca o escribe tú mismo textos que
se ajusten a ellos y cuyo conocimiento consideres necesario para su
comprensión.
4.4. La coherencia semántica
4.4.1. La organización del contenido: la macroestructura
Podemos definir la macroestructura (MA) como el esqueleto significativo
de un texto, lo que nos permite producirlo e interpretarlo como una unidad.
La macroestructura la conforman las conexiones básicas que se dan en
el texto como un todo (van Dijk, 1978: 55) y da cuenta de las relaciones
significativas que se dan dentro del propio texto. Es propia y particular de cada
texto de manera que la organización macroestructural puede considerarse la
elección de un determinado hablante para la transmisión de un determinado
contenido. Todo texto posee una macroestructura, es decir, está estructurado,
posee algún tipo de organización identificable.
Un concepto fundamental para el análisis e identificación de la
macroestructura es el de tópico del discurso. El tópico del discurso es
una proposición que domina la información semántica de un texto y que,
en consecuencia, organiza jerárquicamente su estructuración conceptual.
El tópico del discurso hace posible que consideremos un conjunto de
proposiciones como un todo pues es su desarrollo y expansión a través de
esas proposiciones lo que proporciona unidad y asegura la referencialidad
interna del texto. Si bien en los textos escritos lo habitual es que se
mantenga el tópico del discurso a lo largo de un determinado proceso
enunciativo, en los intercambios conversacionales es muy frecuente
el cambio de tópico del discurso que se realiza como una negociación
entre los hablantes. La lengua posee recursos lingüísticos, entre los
que incluimos los suprasegmentales, que en ambos casos permiten al
productor tanto afirmar el tópico como proceder a un cambio en el tópico
discursivo.
Para entender el desarrollo del tema o tópico a lo largo de un texto van
Dijk (1978) estableció dos niveles:
1) El de las microproposiciones (mp): conjuntos de proposiciones que
forman una unidad de contenido.
2) El de las macroproposiciones (Mp): proposiciones jerárquicamente
mayores que se derivan del contenido de las microproposiciones.
70 Carmen Marimón Llorca
o pastor de los Pirineos. Los perros pastores son especialmente listos y activos
T3 R3
Esquema:
T1 Rl
T2 R2
T3 R3
B) Progresión de tema constante: A un único tema se le realizan sucesi-
vos aportes de información (remas).
Flic, que así se llama el perro, ha aprendido a coger la pelota. Sabe (el perro)
T1 Rl T1
también sentarse cuando se lo dicen, pero a veces (el perro) no es muy obediente
R2 T1 R3
y (el perro) corre detrás de los niños de la calle como un loco
T1 R4
Esquema:
T1 Rl
T1 R2
T1 R3
T1 R4
C) Progresión de temas derivados: Se da cuando de un tema o rema nacen
los temas siguientes. Éstos son la manifestación de un hipertema que puede
no estar presente. Es, pues, una variedad más compleja de la progresión de
tema constante pues es al hipertema, desplegado en temas y remas, al que se
va aportando nueva información.
El perro entró desconcertado en un lugar rebosante de olor y lleno de ruidos
desconocidos. Los vendedores gritaban su mercancía. Las básculas oxidadas
chirriaban en cada pesada. Las verduras exhalaban un olor cercano a la
podredumbre. Sólo los mostradores de carne exhibían unas piezas frescas
que, inmediatamente, llamaron la atención de Flic.
T1 (el perro) R1 (entró desconcertado en un lugar rebosante de olor......)
T2 (hipertema: el mercado)
76 Carmen Marimón Llorca
textos que responden a esquemas organizativos muy precisos poseen una or-
ganización de la información bien estructurada, reconocible y analizable; los
folletos explicativos, las instrucciones, las descripciones con fines científicos
o promocionales, las narraciones infantiles, las noticias, cuidan la distribu-
ción del material conocido y novedoso a lo largo del texto, pues su finalidad
es proporcionar una información estrictamente adaptada a sus fines comuni-
cativos o a la naturaleza y conocimientos de sus receptores.
Bibliografía
BELLÈS, J. (1991): «La progressió temàtica», COM, 8, pp. 37-54.
BESA CAMPRUBÍ, J. (1999): «Al fil del discurs: Continuïtat i segmentació
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DIJK, T. A. van (1978): La ciencia del texto, Barcelona, Paidós, 1983.
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Madrid, Arco.
GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, S. (2000): Temas, remas, focos, tópicos y comen-
tarios, Madrid, Arco Libros.
MONTOLÍO, E., M. GARACHANA, M. SANTIAGO y C. FIGUERAS
(2000): Manual práctico de escritura académica, 3 vols., Barcelona,
Ariel.
REYES, G. (1998): Cómo escribir bien en español. Manual de redacción,
Madrid, Arco Libros.
SERAFINI, M.T. (1994): Cómo se escribe, Barcelona, Paidós.
Bibliografía complementaria
ADAM, J.M. (1986): «Orientation argumentative, cohésion et progression
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BESA CAMPRUBÍ, J. (1996): «A propòsit del paràgraf», en Anuari de Fi-
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CASSANY, D. (1989): Describir el escribir, Barcelona, Paidós.
COMBETTES, B. (1983): Pour une grammaire textuelle. La progression
thématique, Bruselas-París y Gembloux, De Boeck-Duculot.
78 Carmen Marimón Llorca
Actividades
1. Analiza la macroestructura del siguiente texto. ¿Cuál es el tópico del
discurso?
3FOVÊWBUF
DVJEBOEPUVáPSBJOUFTUJOBM
“La vida actual hace que nuestra alimentación, por muy equilibrada
que nos parezca, sea a menudo deficitaria en fibra, agua, fruta, vegetales...
Y eso puede derivar, aunque no lo notemos, en desajustes que influyen en
nuestra flora intestinal. Tener una flora intestinal sana y equilibrada, rica
en bifidobacterias, facilita la digestión y la absorción de nutrientes, garan-
tiza la eliminación de sustancias y facilita el correcto funcionamiento del
intestino.
BIO aporta a tu organismo el exclusivo Bífidus Activo Essensis de Dano-
OF
BZVEÃOEPUFBFRVJMJCSBSMBáPSBJOUFTUJOBMZNFKPSBOEPFMGVODJPOBNJFOUP
del tracto digestivo de una forma natual. Así, BIO consigue que te sientas
mucho mejor por dentro y que eso se note por fuera.
Los efectos beneficiosos de BIO han sido probados en varios estudios clí-
nicos
una boca enorme y terrible. Llevaba pantalones hasta los pies, anchos zapa-
tos, un chaleco que parecía haber sido de satén blanco, y por encima de este
chaleco, una chupa en cuyos pliegues una línea dura y recta dejaba adivinar
un cuchillo.3
3 Texto tomado del cuaderno de M.ª Luisa Villanueva (1989): «La progresión temática.
Un caso concreto: el texto descriptivo», Valencia, Generalitat Valenciana, Centre de
Professors.
4.5. La coherencia pragmática
Lo que vamos a señalar aquí como características pragmáticas del texto
tiene que ver con el hecho de que el texto es concebido desde una perspec-
tiva enunciativa, es decir, que se entiende como el objeto lingüístico de in-
tercambio comunicativo entre unos hablantes en una situación específica. A
través de la coherencia pragmática queremos analizar aquellos mecanismos
a través de los cuales el hablante hace explícita su presencia en el texto y, en
ese sentido, se compromete con el acto mismo de enunciación, con el propio
enunciado y con el interlocutor al que dirige su texto. El estudio de la cohe-
rencia pragmática lo vamos a centrar en tres aspectos concretos: la determi-
nación de la función predominante en el texto, la expresión de la modalidad
y la presencia de información implícita.
de la lingüística, establece una de las teorías sobre las funciones del lenguaje de
mayor vigencia. Expondremos aquí la relación de funciones y procedimientos
lingüísticos que permiten su reconocimiento de manera que pueda resultar útil en
su aplicación al análisis de textos (Ángel López et al., 1991: 46-49).
1) Función representativa o referencial: Está asociada al contexto o
referente. Sirve para trasmitir contenidos referidos a la realidad ex-
tralinguística ya sean estos hechos, realidades o relaciones pertene-
cientes al mundo real o imaginario. Es la función básica del lengua-
je gracias a la cual se puede simbolizar y representar la realidad y
es exclusiva de la condición humana. Procedimientos lingüísticos:
entonación neutra, modo indicativo, ausencia de adjetivación valo-
rativa, léxico denotativo. El texto aparece como no marcado.
Ejemplo:
Morera blanca. Árbol de poca altura (hasta 15-18 m). El tronco tiene la
corteza pardogrisácea, ampliamente agrietada en los ejemplares año-
sos. La copa es amplia, aovada, con las ramas principales largas y muy
ramificadas.
Árboles y arbustos de España
2) Función expresiva o emotiva: Está asociada al emisor, que expresa
su actitud en el texto o su estado emocional.
Procedimientos lingüísticos: uso de interjecciones y exclamaciones,
entonación enfática, interrupciones, alteración en el orden de pala-
bras, elementos afectivos –apreciativos– adjetivos valorativos, uso de
léxico connotativo y del modo subjuntivo.
Ejemplo:
Os voy a contar cómo fue mi primer amor. Desde que vi la peli «La vida es
bella» pensé que mi príncipe azul tendría que ser tan simpático y optimista
como Roberto Begnini y soñaba que un chico llegara a decirme algo como
«buenos días princesa». Un día fui de excursión con mi clase en barco y
vinieron otros colegios. Cuando nos bañábamos conocí a Antonio. Era muy
simpático y le vi algo especial. A la mañana siguiente mi madre y yo nos
bañamos en la playa con Amaya, la mejor amiga de mi madre. Yo la conocía
pero no a sus hijos, entre ellos ¡¡¡Antonio!!! Yo estaba coladita por él.
Nunca creí que encontraría a mi príncipe azul. Le di un besazo que duró tres
minutos y estoy segura de que seremos felices para siempre. (Super Pop).
3) Función apelativa o conativa: Esta asociada al receptor. Se utiliza
cuando se pretende estimular la reacción del oyente. Está vinculado
al discurso intencional con el que el hablante busca incitar una res-
puesta ante un acto persuasivo o un consejo.
Análisis de textos en español 83
la evidencia de que los sujetos nos apropiamos del lenguaje cada vez que
hacemos uso de él. El yo es el centro enunciativo a partir del cual se or-
ganiza el discurso; es no sólo el eje deíctico sobre el que pivota el espacio
y el tiempo de la enunciación, es, además, el sujeto que habla y se deja
ver en su discurso. En segundo lugar, podemos decir que la modalidad es
consecuencia en gran medida de la teoría de Charles Bally (1932) sobre el
modus y el dictum como facetas distintas de la significación de una oración
–de un enunciado–. Así, el dictum se corresponde con el proceso lógico
de representación, mientras que con el modus se expresa el análisis que
el sujeto realiza del dictum. El dictum sería el contenido proposicional y
el modus el juicio crítico del sujeto sobre lo comunicado (Hermoso y Me-
llado, 1997: 56). Gracias a este planteamiento, el estudio de la expresión
verbal de la subjetividad pudo entrar a formar parte de los intereses de la
lingüística. En tercer lugar, la teoría de los actos de habla de Austin y Sear-
le puso de manifiesto el hecho de que cuando usamos el lenguaje para decir
algo –cuando realizamos un acto de habla– estamos haciendo algo más que
emitir sonidos, estamos imprimiendo a nuestro enunciado una determinada
fuerza ilocucionaria en la que codificamos lingüísticamente nuestra inten-
ción comunicativa.
Teniendo en cuenta que todos estos elementos forman parte de la expre-
sión del significado modal y puesto que su análisis resulta imprescindible
para comprender qué hace que un texto sea coherente o qué clase de signifi-
cado nos está queriendo transmitir el emisor, creemos interesante abordar los
siguientes aspectos:
1) La modalidad de enunciación. Tiene como objetivo el estudio del
acto de enunciación, es decir del proceso en el cual unos sujetos
intercambian un enunciado. Estudiaremos aquí cuál es la actitud ge-
neral del hablante. Se trata de intentar determinar el acto de habla
dominante y su expresión a través de la elección de una determinada
modalidad oracional. Con la modalidad de enunciación ponemos en
primer plano la relación entre los sujetos participantes en la enuncia-
ción (Lozano, 1991: 17).
2) Las modalidades de enunciado: modalidades lógicas y apreciativas.
El estudio se centra aquí en la materia enunciada. Veremos la rela-
ción que establece el hablante con su propio enunciado y con los
valores lógicos de éste.
3) La modalidad como expresión de la subjetividad. Se intentarán iden-
tificar los elementos modalizadores, unidades lingüísticas que le per-
miten al hablante expresar su punto de vista personal en él y acerca
del enunciado.
86 Carmen Marimón Llorca
1) La modalidad de enunciación.
a) Los actos de habla:
La idea inicial de Austin (1959) es la de que cuando hablamos, en la mayo-
ría de los casos, estamos emitiendo enunciados que no son descripciones, sino
que implican una acción. Se trata de enunciados realizativos para los cuales
no rige el criterio de verdad/falsedad –que sería el propio de los enunciados
constatativos (los que sí se someten felizmente a esta prueba)–, sino el de ade-
cuado/inadecuado a unas determinadas condiciones4. El incumplimiento de las
condiciones dará lugar a un infortunio que dejará sin efecto el correspondiente
acto realizativo5. Siguiendo su razonamiento, Austin asume que realmente to-
dos lo enunciados tienden a ser realizativos. En su intento de elaborar una lista
de verbos realizativos explícitos se encuentra con la necesidad de especificar
en qué grados una expresión es puramente realizativa. Esto le lleva a distinguir
tres tipos de enunciados: locutivos, ilocutivos y perlocutivos.
Acto locucionario es el que realizamos por el hecho de decir algo y
comprende un acto fónico –emitir sonidos– un acto fático –emitir pala-
bras– y un acto rético –«realizar el acto de usar esos términos con un cierto
sentido y referencia»– (Austin, 1959: 139 y ss.). Acto ilocucionario es el
que se lleva a cabo al decir algo (Ibíd., p. 144). Acto perlocucionario es
el que tiene lugar por haber dicho algo. Tiene el propósito de producir
efectos. La continuidad de las teorías de Austin se encuentra en los tra-
bajos Searle. Dos ideas fundamentales en su teoría son afirmar que todos
los enunciados son convencionales6 y no sólo, como decía Austin, algunos
enunciados realizativos, y definir la unidad mínima de comunicación lin-
güística: el acto de habla. Además, Searle modifica el esquema tripartito de
Austin y prefiere distinguir entre actos de emisión: los que se realizan al
emitir palabras; actos proposicionales: los que se realizan al referir y predi-
car; actos ilocucionarios: aquellos que tienen lugar al enunciar, preguntar,
mandar, proponer, etc.; y actos perlocucionarios: que son los que producen
4
Las condiciones se dividen básicamente en tres grupos: A.1) La existencia de
un procedimiento convencional que suponga la emisión de ciertas palabras con
efectos convencionales A.2) por las personas y en las circunstancias adecuadas.
B.1) El procedimiento debe llevarse a cabo correctamente y B.2) en todos sus
pasos. Γ.1) Los participantes deben tener la conducta o los sentimientos que sean
requeridos y Γ.2) comportarse según éstos en cuanto la ocasión lo requiera. Vid.
J.L. Austin, Cómo hacer cosas con palabras, p. 56.
5
Si se trasgreden las reglas A o B el acto realizativo es nulo, no se ha llevado a
cabo; a este tipo de infortunio Austin lo denomina desaciertos. Si se trasgrede Γ,
entonces se comete un infortunio que llama abuso.
6
En la medida en que «hablar un lenguaje es tomar parte en una forma de conducta
(altamente compleja) gobernada por reglas» (John R. Searle, Actos de habla, p. 22).
Análisis de textos en español 87
433 <E1>: Igual que los tíos, hay tías, o sea, hay de todo un poco, o sea, yo,
por ejemplo, no me escandalizo de nada, no sé si (-->)...
434 <H4>: ¡Tú que te vas a escandalizar! <risas>.
435 <E1>: No sé si será por la mente <risas> que tengo de un poco salidillo
y tal...
1040 <H1>: ¡Descara<(d)>o! Yo soy él. Físicamente, igual; ¿no?, y psico-
lógicamente, también <silencio>. Descara<(d)>o... ¡Anda que
(-->) la otra! <risas>. Va (-->)... a parecer el <nombre propio>
Porsche </nombre propio> del (-->) <vacilación> tonte <pa-
labra cortada>... del (-->) pavorrón ese con mi coche... ahí
to<(d)><(o)> destroza<(d)>o y <ininteligible>.
Catalina Fuentes y Esperanza Alcaide (1996) denominan operadores de
modalidad a los «elementos o procedimientos que expresan la modalidad de
forma externa al dictum» (Alcaide, 1997: 74). Aunque la lista de procedi-
mientos lingüísticos de modalización varía según los autores, para el caste-
llano podemos señalar los siguientes como principales: adverbios de modali-
dad –de modo, cuantitativos–, la interjección, la entonación, la utilización de
verbos modales, los modos verbales, los adjetivos y sustantivos valorativos:
362 <E1>: Pero sin embargo, ahora ya, que se llega... a un estado de madu-
rez, pues ya se pueden hablar ciertas cosas y se pueden tratar cier-
tos temas que antes pues (-->)... pues, no. Porque a mí a lo mejor
a los dieciséis años mi<(s)> padres no me van a decir: <estilo
directo> oye, ¿tú (-->)... eres virgen? o (-->)... o (-->) con la tía
ésta con la que estás saliendo <fático = duda> ¿haces algo, haces
cositas? </estilo directo> <risas> Y ahora a lo mejor, pues sí me
lo pregunta.
249 <H5>: Bueno, pues... <vacilación> <risas>, aparte de eso, pues... me
gusta muchísimo viajar, sobre todo, soy un..., bueno, me he reco-
rrido bastantes sitios de (-->)..., de <nombre propio> Europa </
nombre propio> no por gusto, sino por problemas de trabajo... de
mis padres, pero aparte de eso también..., también pues eso, soy
socorrista en la <nombre propio> Cruz Roja </nombre propio> y
disfruto muchísimo con eso, <fático = duda> toco muchísimo la
guitarra, estoy en un grupo, y me encanta, y (-->)...
De un artículo de Rosa Montero titulado: «No sé en qué consiste ser
mujer», (EPS suplemento) hemos entresacado algunos párrafos ricos en re-
cursos modalizadores:
La imprescindible Simone de Beauvoir, que al parecer fue una persona
un poco pérfida en su vida privada, pero que sigue siendo enorme como
pensadora, dijo que la mujer no nace sino que se hace, lo cual constituye una
de las grandes formulaciones teóricas del siglo XX, la piedra fundacional
Análisis de textos en español 95
Bibliografía
ALCAIDE LARA, E. (1997): «Los operadores de modalidad», en C.
FUEN TES RODRÍGUEZ (ed.): Introducción teórica a la pragmá-
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FUENTES RODRÍGUEZ, C. y E.R. ALCAIDE LARA (1996): La expre-
sión de la modalidad en el habla de Sevilla, Sevilla, Ayuntamiento de
Sevilla.
Análisis de textos en español 99
Bibliografía complementaria
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terjección y las expresiones vocativas», en I. BOSQUE y V. DEMONTE
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DUCROT, O. (1972): Decir y no decir, Barcelona, Anagrama.
100 Carmen Marimón Llorca
Actividades
1) Señala en estos textos la función o funciones lingüísticas predomi-
nantes, el acto o los actos de habla y el tipo de modalidad oracional
que predomina:
a) Tratamiento: Ningún antibiótico es capaz de vencer a los virus,
por lo que los fármacos que te prescriba el médico (analgésicos y
Análisis de textos en español 101
ordenar cuáles son los fenómenos concretos, las unidades que establecen
esas relaciones a las que llamamos cohesivas así como a la hora de definir la
naturaleza misma de esas relaciones (Tatilon, 1980).
Halliday y Hassan, (1976: 4) definieron la cohesión como una propiedad
que consiste en la aparición en un texto de determinados elementos que necesi-
tan de otros para poder ser interpretados. «La cohesión ocurre cuando la inter-
pretación de algún elemento en el discurso depende de otro. Uno presupone al
otro de manera que no puede ser correctamente descodificado si no se recurre
a él». La presencia en el texto de esos elementos y la relación que se establece
entre ellos es lo que se considera cohesivo. Por su parte, los lingüistas más
interesados en explicar la cohesión como una manifestación de la coherencia
pusieron el acento en otro hecho también implicado en la cohesión como es
la repetición. La repetición o recurrencia son para Petöfi (1978) o Bernárdez
(1982) los fenómenos que hacen que un texto pueda considerarse cohesionado
y coherente. El hecho de que a lo largo de un texto se reitere un determinado
significado tiene mucho que ver con el uso de determinados elementos lin-
güísticos que hacen posible el establecimiento de estas cadenas de relaciones a
través de las cuales trascurre el significado del texto.
Pero, además, tanto Halliday y Hassan como la mayoría de los lingüistas
interesados en los fenómenos de cohesión han señalado también la existen-
cia de otro tipo de relaciones cuyo objetivo es la organización del propio
enunciado, es decir, el establecimiento de correspondencias entre distintos
segmentos del discurso mediante unidades lingüísticas y que también pro-
porcionan cohesión al texto. Son las relaciones denominadas de conjunción
o conexión.
Por otra parte, estos mismos autores (Halliday y Hassan, 1976: 5-6) ya
señalaron que la relación semántica que explica la cohesión se manifiesta a
través del sistema léxico-gramatical de una lengua, esto es, en parte a través
de la gramática y en parte a través del vocabulario, de ahí que diferencien,
por una parte, la cohesión léxica, por otra, la cohesión gramatical y, en tercer
lugar, la conjunción, que para ellos ocuparía un lugar entre ambas pues, en su
opinión, es un procedimiento en parte léxico y en parte gramatical.
Las propuestas de clasificación y organización de los fenómenos cohesivos
son muy numerosas y divergentes. A partir de la propuesta de Halliday y Has-
san de clasificar los fenómenos cohesivos en cinco tipos de enlaces cohesivos
–sustitución, elipsis, referencia, conjunción y cohesión léxica– han sido nume-
rosas las propuestas y los criterios de clasificación. En el caso del español, las
pioneras fueron las de Bernárdez (1982) y Albaladejo y García Berrio (1982)
guiadas por el criterio común de mostrar los fenómenos cohesivos como la
manifestación en superficie de la coherencia textual profunda que caracteriza
106 Carmen Marimón Llorca
a los textos. Más recientemente, trabajos como los de Catalina Fuentes (1987),
Humberto Mederos (1988) –sin duda el más completo y exhaustivo sobre la
cohesión en español–, Hernán Urrutia (1990), Aznar, Cros y Quintana (1991),
Casado Velarde (1993), en el caso del español, o Rigau (1981), Luna (1990),
Valduví (1991), Castellà (1992), Conca y otros (1998), Bordons y otros (1998)
en el caso del catalán, han revisado y realizado propuestas sobre el análisis de
la cohesión textual con una enorme disparidad de criterios tanto en lo que se re-
fiere al propio concepto de cohesión como, en consecuencia, en los principios
clasificatorios de los tipos de fenómenos.
En nuestro caso, y teniendo en cuenta todos los aspectos que señala-
mos más arriba, vamos a clasificar las relaciones cohesivas en dos gran-
des grupos, teniendo en cuenta lo que consideramos con otros autores
como Castellà (1992) o Conca (1998) los fenómenos cohesivos básicos:
1) Relaciones cohesivas basadas en la referencia y la repetición.
2) Relaciones cohesivas basadas en la conexión.
Se trata, por otra parte, de conceptos que han estado desde el principio
QSFTFOUFTFOHSBOQBSUFEFMBTSFáFYJPOFTZQSPQVFTUBTRVFTFIBOSFBMJ[BEP
sobre la cohesión y en los que, en nuestra opinión, se resumen y engloban
los procedimientos que hacen posible el tejido lingüístico que proporciona
cohesión textual.
cohesión textual son recibidos por el destinatario como las señales que
le permiten:
– Reconocer que el enunciado que está recibiendo puede ser un tex-
to (ya dijimos que la cohesión es probablemente una propiedad
necesaria pero no suficiente para identificar y caracterizar la tex-
tualidad).
– Encajar ese texto en unas determinadas coordenadas enunciativas.
– Poner en relación el texto con el mundo extralingüístico, perte-
nezca éste a la realidad material o al mundo posible creado por el
autor.
– Establecer cadenas de significados intratextuales gracias a las
cuales pueda reconstruirse, al menos en parte, el significado del
productor.
La cohesión exige de los participantes en el intercambio comunica-
tivo no sólo su competencia gramatical sino su competencia textual, es
decir, su capacidad para utilizar los recursos que la lengua posee para
elaborar y comprender enunciados intencionales, que funcionan como
un todo significativo, y que utilizan como soporte expresivo una lengua
natural.
CONEXIÓN REFERENCIA
A marcador del discurso B A (antecedente),
B (marcador de referencia)
r .FEJBOUFFMNBSDBEPSTFVOFOMBTVOJEBEFT r 6OBVOJEBE#SFNJUFBVOBVOJEBE"
A y B.
r -BSFMBDJÓOFOUSF"Z#TFIBDFFYQMÎDJUBQPS r #TFJOUFSQSFUBQPSFMDPOPDJNJFOUPEF"
la presencia del marcador.
r &M NBSDBEPS GVODJPOB DPNP HVÎB EFM r 4J FM FMFNFOUP " FTUÃ EFOUSP EFM UFYUP
FM
procesamiento textual. marcador de referencia B es una forma de
repetición del sentido del texto.
r " Z # TPO VOJEBEFT JOUSBUFYUVBMFT &O r #FTTJFNQSFVOBQBMBCSBPVOTJOUBHNBRVF
ocasiones A puede corresponder a un remite a otra palabra o sintagma, cláusula u
acontecimiento extralingüístico. oración o a un elemento contextual (A).
r &MNBSDBEPSFTUÃGVFSBEFMBFTUSVDUVSBEFMB r &MNBSDBEPSEFSFGFSFODJBGPSNBQBSUFEFMB
oración. estructura básica de la oración.
Bibliografía
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glo XXI, 1974
————— (1974): Problemas de lingüística general, II, México, Siglo
XXI, 1977.
Análisis de textos en español 111
Actividades
1. Lee el siguiente texto y comenta el concepto de cohesión que propo-
nen estos autores:
Cohesión es un concepto semántico; se refiere a las relaciones de significdo
que existen dentro del texto y que lo definen como texto. La cohesión
ocurre cuando la interpretación de algún elemento en el discurso depende
de otro. Uno presupone el otro, de manera que no puede ser efectivamente
descodificado excepto recurriendo a él. Cuando esto ocurre tiene lugar un
relación de cohesión.
(Halliday-Hassan (1976): Cohesion in English, p. 4)
2. Para Walter Mignolo la cohesión está relacionada con el emisor, pues
puede entenderse como una cadena de instrucciones hacia el oyente.
Para Bernárdez sin embargo, la cohesión tiene que ver con el recep-
tor pues es el material lingüístico lo primero que recibe y a partir de
lo cual puede realizar la actividad receptora. Justifica ambos puntos
de vista y defiende aquel que te parezca más acertado.
3. ¿Qué es la recurrencia? Selecciona varios textos en los que puedas
demostrar la existencia de este fenómeno.
4. ¿Hay cohesión cuando el elemento referido está fuera del texto? ¿En
qué clase de textos crees que aparece con más frecuencia? Busca
ejemplos.
5.3. La cohesión gramatical
Es la que tiene lugar cuando la relación de referencia se produce a
través de elementos lingüísticos vacíos de significado léxico. Se trata de
unidades que remiten a otro elemento situado fuera o dentro del texto cuyo
significado reiteran o actualizan. Hablaremos de referencia exofórica o
contextual cuando la referencia o antecedente está fuera del texto, y de
referencia endofórica si la referencia está dentro del propio texto. En este
último caso, es frecuente distinguir la anáfora –cuando la unidad lingüís-
tico-gramatical se refiere a un elemento que ha aparecido anteriormente
en el texto– y la catáfora que se produce cuando la unidad lingüística apa-
rece antes que el elemento que servirá de referencia. Otros autores, como
Mederos (1988), utilizan el concepto de anáfora en un sentido mucho más
amplio y con él denominan el tipo fundamental de relación cohesiva que
se establece entre las unidades lingüísticas –gramaticales o léxicas– de los
textos, que es la que Halliday y Hassan (1976) denominan de presuposi-
ción. Para Mederos, la relación cohesiva es siempre endofórica aunque
reconocen que, en ocasiones, es la situación la que permite satisfacer la
relación de presuposición. Nosotros preferimos diferenciar los dos tipos
de referencia –al exterior y al interior del texto– y reservar el término
«anáfora» para estas últimas.
Los deícticos son definidos por Cifuentes (1989: 71) como unidades lin-
güísticas «cuyo funcionamiento semántico-referencial implica una conside-
ración del papel que tienen en el proceso de enunciación los actantes del
enunciado, la situación espacio-temporal». La deixis es, por tanto, el me-
canismo «que se ocupa de cómo las lengua codifican o gramaticalizan ras-
gos del contexto de enunciación o evento de habla» (Levison, 1985: 47). Si,
como venimos afirmando desde el principio, un texto es siempre el resultado
de la actividad enunciativa de un hablante en relación con un contexto y un
destinatario, el sistema deíctico tiene como misión identificar, señalar y, en
definitiva, anclar el texto en sus circunstancias comunicativas. Señalar es
marcar intencionada o inconscientemente, denota el propósito por parte del
productor de orientar al receptor no sólo en relación con la circunstanciali-
dad extraverbal, sino dentro del discurso mismo. Como afirma Lyons (1983:
204): «Normalmente operamos con información contextual subconsciente
en nuestra interpretación de los enunciados cotidianos», pero cuando perci-
bimos ambigüedades es porque hay un desajuste en la información contex-
tual con respecto a nuestro interlocutor.
Los sistemas deícticos que cada lengua posee son los elementos verba-
les que los hablantes utilizan para concretar y expresar su referencialidad
(Vicente Mateu, 1994); gracias a los elementos deícticos el contexto penetra
materialmente en el discurso y se convierte en lenguaje, en palabras que
adquieren sentido porque tienen que ver con la realidad que nombran y en la
que son nombradas. El punto de partida de todo sistema deíctico es una situa-
ción cara a cara en la que un hablante y un oyente alternan sus papeles en el
curso de un proceso de comunicación que se va construyendo gracias a la in-
teracción de ambos participantes (Martínez Ruiz, 2000). Puesto que partimos
de una situación de intercambio conversacional in praesentia, la expresión
de las referencias situacionales no recaerán exclusivamente sobre los signos
verbales, sino que, teniendo en cuenta que es posible utilizar otros sistemas
sígnicos muy resolutivos, como el gestual, también éstos podrán solventar,
dentro de una conversación, las cuestiones relativas a la referencialidad.
Stephen Levison (1989: 47 y ss.) ha distinguido cinco categorías deícticas
distintas con las que pretende cubrir todas las posibilidades de referenciali-
dad que un hablante puede llevar a cabo en un intercambio conversacional.
Comprendería las tradicionales de persona, lugar y tiempo –es decir, aquellas
que, a partir del hablante, concretan espacio-temporalmente la situación de
comunicación– (Carbonero Cano, 1979); más la deíxis del discurso –gracias
a la cual el discurso se pone en relación con el discurso mismo–; y la deíxis
social, que «se refiere a la codificación de distinciones sociales relativas a
los papeles de los participantes». Este sistema no sólo contempla, pues, la
Análisis de textos en español 115
29 <H1>: Sí, me interesa, claro, sobre todo las optativas que tengo me
interesan, está claro. (COVJA).
334 <E2>: ¿Pensáis que hay comunicación entre padres e hijos (-->) o
no?
[…]
341 <E2>: Es que yo lo que pienso es que (-->)... por lo que yo veo
que (-->)... por ejemplo, yo me llevo bien con mi madre y
todo esto pero (-->)... que, normalmente cuando tienes un
problema o lo que sea, que no sueles recurrir a los padres...
y todo esto.
342 <H3>: Yo sí.
343 <E2>: O (-->)... bueno, yo pienso que no es el caso más típico.
(COVJA)
En cuanto a los pronombres del plural, nosotros/as y su correspondiente
clítico nos –aparte de los valores estilísticos– designa cualquier conjunto que
incluya al hablante:
A nosotros nos gusta tomar iniciativas. No esperamos a que la solución
venga a nosotros, sino que la creamos.
Vosotros/as y el correspondiente clítico os, designan cualquier conjunto que
incluya al oyente pero no al hablante.
641 <H3>: Sois unos hipócritas. Todos y cada uno de vosotros y toda
<ininteligible> del mundo </simultáneo>.
642 <H1>: ¿Por qué? <ruido = vasos>.
643 <H3>: Porque (-->), porque lo sois <ininteligible>. Es que os da
miedo decir que os gusta <nombre propio> Sorpresa, sorpresa
</nombre propio>, y os da miedo decir <simultáneo>
<ininteligible>
(COVJA)
Por lo que se refiere a los posesivos mi, tu, mío/a/s tuyo/a/s, nuestro/a/s,
vuestro/a/s, están estrechamente ligados en su función deíctica con las per-
sonas gramaticales. Indican posesión o pertenencia por parte de alguna de las
personas del discurso.
La vida actual hace que nuestra alimentación, por muy equilibrada que nos
parezca, sea a menudo deficitaria.
Tu actividad diaria exige espacio: el nuevo Vaneo te ofrece un maletero de
hasta 3000 litros.
Análisis de textos en español 117
1FSTPOBMNFOUF NF WFP SFáFKBEP FO FTB IJTUPSJB QPSRVF BNJHPT ÎOUJNPT
míos sirvieron de inspiración al novelista (Entrevista a Antonio Banderas,
EPS).
Mi mujer lo ha pasado realmente mal. Hay que aceptarlo como es, son las
reglas. No puedes cambiar Hollywood (Entrevista a Antonio Banderas,
EPS).
b) Deixis espacial. Sirve para organizar el espacio en torno al cual
tiene lugar el intercambio comunicativo. Si el eje personal es el yo del
hablante, el espacio se estructura a partir del aquí que señala el lugar
desde el que ese hablante toma la palabra. En español, la función de se-
ñalamiento espacial la realizan los adverbios y frases preposicionales con
valor locativo (aquí, ahí, allí, cerca, lejos, arriba, abajo, delante, detrás,
delante de, detrás de, cerca de, lejos de), algunos verbos de movimiento
(ir, venir, acercarse, alejarse, subir, bajar) y los demostrativos (este, ese,
aquel).
BIO te renueva por dentro. Y eso se nota por fuera.
Usuarios de Windows: para comprobar si el navegador es compatible con la
instalación automática, haga clic aquí.
Ayuntamiento de Majadahonda. Más cerca de ti.
I: Se paró delante. Nosotros montados (en el camión).
T: Delante de nosotros, en plena carretera, en el centro de la carretera y el
camión se quedó inmovilizado. (Aterrizaje en Marchena).
En español se reconocen tres grados de proximidad subjetiva a las per-
sonas gramaticales representadas por los pronombres este, ese, aquel según
el siguiente esquema:
c) Deixis temporal. A partir del ahora que señala el hablante, los deíc-
ticos con función temporal indican el tiempo de la enunciación. En español
realizan esta función los adverbios y locuciones adverbiales de tiempo (véase
cuadro) algunas preposiciones y locuciones prepositivas (antes de, después
de, a partir de), algunos adjetivos (antiguo, moderno, futuro), los morfemas
verbales de tiempo y los demostrativos.
Kerbrat-Orecchioni (1980: 61-62) resume en el siguiente cuadro la di-
ferencia entre los elementos deícticos que se refieren al acto de enunciación
y los elementos anafóricos, que nos remiten a un tiempo expresado en el
cotexto:
este indica proximidad con el ahora del hablante; ese marca cierta distancia
temporal con respecto al pasado o al futuro; aquel es el que indica mayor
lejanía y se refiere sólo al pasado.
En este primer grupo de ejemplos, los deícticos temporales señalan el
contexto de enunciación:
Ahora es más fácil tenerlo que soñar que lo tienes.
Hoy conocemos el genoma humano, quién sabe lo que podremos hacer con
él.
Muy pronto podrá elegir la inteligencia de su hijo. Vaya practicando con el
coche.
Este año, Manuel y Genildo lucharán de nuevo por el campeonato.
En este otro grupo los adverbios de tiempo y las frases temporales se
refieren a un elemento del cotexto previamente enunciado por lo que su fun-
ción ya no es deíctica, sino anafórica:
Yo entonces [el texto se refiere al día de la muerte de Franco] estaba haciendo
la mili en Melilla. Me tenían fichado y me mandaron allí por represalia, el
capitán me quemó a guardias. Aquellos días los tenía de corbata. (Suso de
Toro, EPS).
A propósito de una película que las dos vieron juntas la noche anterior, la
madre le cuenta a la hija...
Hay que tener en cuenta la complejidad que posee la expresión verbal
del tiempo en el discurso y de la que aquí no podemos sino hacer una breve
referencia. El tiempo verbal es definido por Rojo y Veiga (1999) como «una
categoría gramatical deíctica mediante la cual se expresa la orientación de
una situación bien respecto al punto central (el origen) bien con respecto a
una referencia secundaria que a su vez está directa o indirectamente orien-
tada hacia el origen». Mediante el sistema verbal se organiza el tiempo lin-
güístico –distinto del tiempo físico y del tiempo cronológico– (Benveniste,
1974: 76 y ss.). A partir de un punto cero que coincide con el momento de la
enunciación, cada acto lingüístico se convierte en su propio centro de refe-
rencia temporal con respecto al cual los acontecimientos pueden ser anterio-
res, simultáneos o posteriores.
En español, son los tiempos del indicativo los que proporcionan infor-
mación temporal. Rojo y Veiga distinguen tiempos absolutos –aquellos que
orientan una situación respecto al momento en que se habla– y tiempos rela-
tivos –orientan la situación respecto a cualquier otro momento–. Las orien-
taciones temporales básicas de las formas indicativas en español se resumen
en el siguiente cuadro de los mismos autores (1999: 2867 y ss):
120 Carmen Marimón Llorca
-V anterioridad
V (vectores): oV simultaneidad O: (de origen) punto central de todas las relaciones
+V posterioridad
2) Los artículos
Un caso particular de referencialidad endofórica lo constituyen los artícu-
los. Uno de los procedimientos que más frecuentemente utilizan los hablantes
124 Carmen Marimón Llorca
Bibliografía
BENVENISTE, É. (1966): Problemas de lingüística general, I, México, Si-
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126 Carmen Marimón Llorca
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LUNA TRAILL (ed.): Scripta Philologica in honorem Juan M. Lope
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el artículo español. Comparación de textos de poesía y conversación»,
REL, 6-1, pp. 113-131.
Análisis de textos en español 127
Actividades
1. Explica en los siguientes textos la función de la deixis exofórica.
Diviértete todo lo que quieras creando un peinado nuevo.
Exprésate. Si tú eres único ¿no debería tu teléfono serlo también?
Hoy a las doce de la mañana en la Parroquia de San Pablo tendrá lugar
el funeral por la mujer asesinada ayer en su domicilio por su compañero
sentimental. Luego la comitiva se dirigirá al cementerio y allí se esperan
escenas de mucha tensión. (Diario Información).
2. Señala las proformas que aparecen en el siguiente texto y justifica su
función cohesiva.
a) Esto es lo que nos ocurre a veces a las personas, que no nos tomamos
los asuntos en serio y luego nos llevamos sorpresas y decimos: «Es
que yo creía que fulanito no hablaba en serio», y sí, fulanito lo tenía
clarísimo y tú no te enterabas del tema en absoluto.”
b) ¿Está resfriado y se siente fatal?¡Corte por lo sano y no se ponga
peor! SAMBUCOL… porque la mejor defensa es un buen ataque.
Pruebe con SAMBUCOL, el producto natural a base de sauco, que le
ayudará a acabar con su malestar mucho antes de lo que espera.
c) Por todo ello, cuando se corte la coleta, podrá decir que pocas veces
tuvo líneas estúpidas en sus diálogos. Y eso es una forma de no quedarse
mudo para siempre.
3. ¿Qué función realiza la determinación en los siguientes fragmentos
textuales?
Un artefacto cargado con amosal explosionó ayer frente a la sede del PP
de Bilbao. El artefacto, que por lo visto fue activado a distancia...
La Tierra posee un único satélite natural, la Luna.
4. Analiza todos los mecanismos de cohesión gramatical que aparezcan
en el siguiente texto:
El proyecto «Un año en la vida de nuestros océanos» es la expedición
más larga emprendida por Greenpeace. Con este increíble viaje de un
128 Carmen Marimón Llorca
Como en casi todos los aspectos que hemos visto hasta ahora, en la cla-
sificación de los mecanismos de cohesión léxica tampoco los criterios están
unificados. Halliday y Hassan (1976) señalaron la cohesión léxica como uno
de los cinco tipos de lazos cohesivos que proporcionaban textura al texto y
distinguieron dos tipos de procedimientos, la colocación y la reiteración, que
se manifiestan en la repetición del mismo término o de otro asociado a él.
Por otro lado, la sustitución, para estos autores, incluye fenómenos en los
que están implicados elementos léxicos como es el caso del uso de proformas
nominales o verbales. Probablemente esta es la razón por la que otros autores
(Bernárdez, 1982) consideran que la repetición o reiteración del significado
–que es lo definitorio de la cohesión léxica– se realiza a través de procedi-
mientos de sustitución de unas unidades por otras según criterios estableci-
dos por las relaciones semánticas. En realidad, el término sustitución resulta
bastante adecuado pues en él se encierran tanto la idea de reiteración de un
significado (si puedo sustituir un elemento por otro es porque entre ellos
existe algún tipo de relación que los aproxima semánticamente) como la idea
de variación, es decir, con la necesidad de no repetir idéntica unidad léxica ni
crear un nivel de redundancia que haga muy difícil su comprensión.
En nuestro caso vamos a diferenciar tres tipos de procedimientos
cohesivos:
a) Cohesión basada en la repetición del mismo lexema.
b) Cohesión basada en la reiteración del significado.
c) Equivalencias referenciales basadas en las relaciones pragmáticas.
Los mecanismos que vamos a agrupar en a) y b) tienen que ver con las
relaciones estructurales que se establecen entre los significados dentro del
sistema de la lengua: sinonimia, antonimia, hiponimia e hiperonimia y uso
de proformas léxicas. En cuanto a c) se trata de determinar por un lado qué
mecanismos cognitivos ponen en funcionamiento los usuarios de la lengua
en un intercambio comunicativo que les permiten establecer relaciones entre
unidades léxicas, y, por otro, cuál es el papel de los conocimientos compar-
tidos entre los interlocutores y en qué medida éstos permiten también vin-
cular significados en principio no relacionados por el sistema de la lengua.
Incluimos aquí las relaciones tropológicas, pues el tratamiento que en los
últimos años han recibido la metáfora y la metonimia desde la lingüística
se dirige, sobre todo, hacia los aspectos cognitivos y pragmáticos que hacen
posible las relaciones de semejanza y contigüidad en las que se concretan
estos fenómenos.
Hemos separado la repetición de la reiteración, pues, en el primer caso, se
trata de la ocurrencia más o menos matizada del mismo lexema en un mismo
Análisis de textos en español 131
La sinonimia (cuasi sinonimia) se puede dar también cuando los dos tér-
minos no comparten la misma categoría gramatical –no son nombres- pero
entre ellos media una relación de nominalización y una relación sinonímica.
Este caso es el que Mederos (1988: 116) denomina «reiteración nominaliza-
dora» y se daría en pares del tipo amenazar-advertencia (V-N) convencido-
certidumbre (ADJ.N).
Porque el tío Remigio fue roñoso hasta límites insospechados. [...] La
tacañería de Remigio se fue agravando con los años.
Como fenómeno cohesivo podemos decir que la sinonimia realiza la im-
portante tarea de reiterar el significado textual, descargar de redundancia ex-
presiva al texto e introducir matizaciones estilísticas que dejen en evidencia
la intencionalidad de quien las usa, como vemos en el siguiente ejemplo:
Hallan el cadáver de un joven marroquí en la casa del director de la
biblioteca del Instituto Cervantes en Tánger.
La policía de Tánger ha descubierto el cuerpo sin vida de un joven
marroquí de 24 años en el domicilio de Jaume Bover Pujol, director de
la biblioteca del Instituto Cervantes en la citada localidad del norte de
Marruecos.
Según la MAP, el crimen estaría relacionado con «un oscuro caso
moral», al tiempo que varios vecinos coincidieron en relatar que la
víctima frecuentaba desde hace meses el piso del funcionario español.
(<http://www. informativos Telecinco.com>).
2) Antonimia. Se produce cuando entre dos o más palabras se expresan
ideas opuestas. Las relaciones de oposición pueden ser de distinto tipo. Si-
guiendo a Lyons (1989) podemos distinguir:
Antónimos propiamente dichos: son términos opuestos entre los cuales
se admite gradación: guapo/feo, limpio/sucio, frío/caliente.
¿Demasiado pronto para una anti-arrugas? Nivea alfa ayuda a retrasar
la formación de arrugas.
Complementarios: entre ambos términos no existe ninguna otra posi-
bilidad: hombre/mujer, vivo/muerto, solo/acompañado.
¿Somos de verdad tan distintos hombres y mujeres?
Recíprocos: ambos términos se implican mutuamente: padre/hijo,
comprar/vender, anfitrión/invitado.
Cada vez más madres se apuntan a tener hijos más allá de los cuarenta
años.
El papel de la antonimia como elemento cohesivo es muy destacado pues
establece relaciones que obligan al destinatario a realizar el recorrido anafórico
134 Carmen Marimón Llorca
Las cerezas extremeñas son las más cotizadas en los mercados españoles
y europeos. Esta comarca produce más del 80% de la producción de
cerezas del país...
4) Uso de proformas léxicas. Un tipo de relación de hiperonimia es la que
se establece cuando se utilizan las llamadas proformas. Son elementos léxi-
cos de significado muy amplio que se utilizan con mucha frecuencia en los
textos con finalidad generalizadora. Estas proformas pueden ser nominales,
cuando engloban «conjuntos amplios de clases sintácticas del nombre» (Ha-
lliday y Hassan, 1976) como en español persona, lugar, cosa, animal, hecho,
propiedad, cualidad, o verbales como hacer, haber, tener, ser, coger.
Análisis de textos en español 135
Relaciones paradigmáticas
Eje asociativo-metáfora
Relaciones sintagmáticas
Eje de las combinaciones–
metonimia
PRINCIPALES METÁFORAS
MORIR ES PARTIR
LAS TAREAS DIFÍCILES SON CARGAS
LAS PERSONAS SON ANIMALES
LA VIDA ES UN VIAJE
LAS TEORÍAS SON EDIFICIOS
EL TIEMPO ES UN OBJETO DE VALOR
LAS IDEAS SON ALIMENTOS
EL AMOR ES UNA GUERRA
140 Carmen Marimón Llorca
PRINCIPALES METONIMIAS
EL TODO POR LA PARTE
LA PARTE POR EL TODO
EL CONTENIDO POR EL CONTINENTE
LA PERSONA POR SU NOMBRE
EL LUGAR FÍSICO POR LA INSITITUCIÓN SITUADA EN ESE LUGAR
EL LUGAR POR EL ACONTECIMIENTO
LA INSTITUCIÓN POR LAS PERSONAS RESPONSABLES
EL PRODUCTOR POR EL PRODUCTO
EL CONTROLADOR POR LOS SUBORDINADOS
Bibliografía
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LE GUERN, M. (1976): La metáfora y la metonimia, Madrid, Cátedra.
LUNDQUIST, L. (1980): La cohérence textuelle. Syntaxe, sémantique, prag-
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LYONS, J. (1989): Semántica, Teide, Barcelona.
————— (1995): Lenguaje, significado y contexto, Barcelona, Paidós.
MEDEROS MARTÍN, H. (1988): Procedimientos de cohesión en el es-
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Tenerife.
POTTIER, B. (2000): «Semántica», en M. ALVAR (dir.): Introducción a la
lingüística española, Barcelona, Ariel, pp. 565-579.
142 Carmen Marimón Llorca
Actividades
1. Señala en los siguientes textos los mecanismos de cohesión léxica.
a) Con frecuencia leemos sobre grupos de turistas secuestrados por
guerrillas en países a donde se fueron a pesar de conocer los riesgos.
Y lo que estos imprudentes sujetos exigen luego es, invariablemente,
que se movilice el Estado…
Análisis de textos en español 143
Reformuladores de rectificación
Tienen el deseo de ser dueños de su propia empresa y están dispuestos
a sacrificar o, mejor dicho, invertir ingresos a corto a cambio de una
apuesta en la que creen firmemente (RingNet Corporate Consulting).
Reformuladores de distanciamiento
Y, en cualquier caso, porque el acuerdo mantiene importantes
interrogantes en temas como las condiciones necesarias para recibir el
alivio, la adicionalidad de los recursos (Intermon-Oxfam).
Reformuladores recapitulativos
En definitiva, para que España dé un paso firme en su contribución
a los Objetivos del Milenio y la lucha contra la pobreza, asumiendo
un liderazgo al respecto a nivel internacional, debe actuar siguiendo,
entre otros, los 10 pasos para la acción que se exponen a continuación
(Intermon-Oxfam).
Los operadores argumentativos condicionan, por su significado, las posi-
bilidades argumentativas del miembro en el que se incluyen sin relacionarlo.
Operadores de refuerzo argumentativo
Pero generalmente ese asunto lo gobernaban los barcos americanos,
muy grandes, llevando su mercancía. En realidad, yo estuve en Canarias
en el 72 ó 73.
Operadores de concreción
Ha habido importantes obstáculos para que el proceso avance más
rápidamente, como por ejemplo, el hecho de que en Aceh, Indonesia,
tierras en las que antes habitaban unas 120.000 personas se encuentran
ahora sumergidas o permanentemente inhabitables. (Intermon-Oxfam).
Los marcadores conversacionales son las partículas discursivas que apa-
recen con más frecuencia en la conversación, que dado que constituye una
situación comunicativa peculiar, favorece la presencia de determinados tipos
de marcadores.
De modalidad epistémica
227 <H3>: Sí, porque hacíamos trabajos, pues yo que sé (-->)... los
derechos humanos y hala, a hacer pues trabajitos, be
<palabra cortada>, no sé (-->)... cosas sociales. Pero,
era inhumano que nos tuvieran cuatro críos, fuera ahí
helándonos de frío hasta que terminaran, o sea, eso me
parece o sea una bestialidad y de ahí desde luego dije:
<estilo directo> si éstos son católicos, dios mío, amor al
150 Carmen Marimón Llorca
Bibliografía
BRIZ GÓMEZ, A. (1993a): «Los conectores pragmáticos en español colo-
quial (I). Su papel argumentativo», Contextos, XI-21/22, pp. 145-188.
Análisis de textos en español 151
Bibliografía recomendada
CASADO VELARDE, M. (1991): «Los operadores discursivos es decir, esto
es, o sea saber en español actual: valores de lengua y funciones textua-
les», Lingüística Española Actual, 13, pp. 87-116.
152 Carmen Marimón Llorca
Actividades
1. Determina y justifica la naturaleza de los siguientes marcadores del
discurso:
Análisis de textos en español 153
precisa en temas jurídicos estaba basada en la certeza de que los casos y or-
denanzas estipuladas en el nusûs de las Dos Fuentes jamás trataron de cubrir
todas las complicaciones y constelaciones posibles de la existencia humana,
y que, _________, la sharî’a como tal es concisa, clara y precisa, y perma-
nece abierta a toda mente sana y madura.
Existe, _________, abundante evidencia de que el Dador de la Ley la
concibió como accesible a la comprensión directa de cada creyente, ya que
representa la ideología en que la vida del creyente debe estar conscientemen-
te basada. Por consiguiente, la complejidad actual, y en los siglos pasados,
inherente al concepto convencional de la sharî’a debe resolverse de algún
modo en la simplicidad.
¿Una opinión revolucionaria? En cierto sentido lo es. Es revolucionaria
en la medida en que va en la dirección opuesta al uso de los siglos; pero,
_________, no es en absoluto revolucionaria. _________, se trata de una
opinión muy ortodoxa y antigua; tan antigua, _________, que pasa por enci-
ma de algo más de mil años, más allá del conservadurismo de los auto-desig-
nados «guardianes de la fe». (Aceptación creativa, por Muhámmad Asad).
4. A partir de los siguientes marcadores del discurso, redacta un texto
sobre el tema que elijas. Debes utilizarlos todos y señalar qué fun-
ción realizan en cada caso.
En primer lugar, en segundo lugar, además, por otra parte, en resumidas
cuentas, en realidad, es decir, a propósito, sin embargo, por tanto, en
definitiva.
6. La adecuación al contexto
6.1. El concepto de adecuación: viejas y nuevas perspectivas
Para Beaugrande y Dressler (1981) la adecuación es, como hemos visto,
uno de los tres principios que, junto con la eficacia y la efectividad, regulan
la actividad textual. Para estos autores, la adecuación depende de «si se esta-
blece o no un equilibrio entre el uso que se hace de un texto en una situación
determinada y el modo en que se respetan las normas de textualidad» (1981:
46). No se trata, por tanto, de un principio constitutivo de la comunicación
textual, no es una de las normas de textualidad que debe cumplir un texto,
la adecuación se refiere a la forma en que el conjunto de esos principios,
concretados en un acontecimiento comunicativo o texto se adaptan a una
determinada situación de comunicación. Aunque Beaugrande y Dressler
centraron toda su atención en las normas de textualidad, el desarrollo que
paralelamente y en las últimas décadas han tenido los estudios lingüísticos
sobre el contexto y, en consecuencia, la importancia cada vez mayor que se
concede a las características lingüístico-discursivas derivadas de la situación
de uso, han obligado a resituar este concepto y a tenerlo en consideración en
las especificaciones sobre qué se debe estudiar en un texto.
En efecto, como consecuencia de la progresiva toma de conciencia de la
importancia de los factores extralingüísticos para la explicación de los me-
canismos verbales de expresión, la lingüística ha desarrollado en los últimos
años distintos modelos teóricos a través de los cuales intentar explicar de qué
NBOFSBFMDPOUFYUPEFTJUVBDJÓOJOáVZFFOMBDPOTUSVDDJÓOWFSCBMZDÓNP
por otra parte, es posible reconocerlo e identificarlo. Es el caso de la teoría
del registro, desarrollada por la lingüística sistémico-funcional a partir de los
planteamientos previos de Firth, Malinowsky y Halliday, cuyos conceptos de
campo, modo y tenor, entendidos como principios teóricos que permiten va-
lorar y concretar la incidencia del contexto en las construcciones discursivas,
resultan de gran utilidad para establecer la medida del anclaje contextual de
un texto.
Por otra parte, la adecuación es también un concepto de larga tradición den-
tro de la retórica, disciplina del discurso que puede considerarse un referente
158 Carmen Marimón Llorca
importante para cualquier aspecto del estudio del texto. La idea de aptum, deco-
rum o adecuación forma parte de la tradición retórica desde sus orígenes y está
relacionada con la necesidad de adaptar todos los aspectos y etapas de la cons-
trucción textual entre sí y, a su vez, con el propio hablante, con los destinatarios
y con la situación de comunicación.
En este sentido, en lo que podemos considerar un texto fundacional sobre
las relaciones entre retórica y lingüística, Bernd Spillner (1979: 169) al se-
leccionar las categorías retóricas que podrían considerarse de interés para la
lingüística, junto a los conceptos «hablante, oyente, discurso» destaca tam-
bién el concepto de «adecuación» y, continúa:
[...] adecuación, tanto al objeto del habla como a los destinatarios por
lo que tiene que tener en cuenta las relaciones sociales (lugar, tiempo,
circunstancias, discursos pronunciados) y la situación histórica,
categorías que han vuelto al centro de atención de la lingüística
(pragmática, sociolinguística).
Esta toma de conciencia de la necesidad de conectar el discurso, el texto,
con los participantes en el acto comunicativo ha sido insistentemente se-
ñalada en muchos de los textos fundacionales de nuestro actual paradigma
investigador. En efecto, la idea de que el contexto es un elemento central si
se quiere abordar el estudio del lenguaje desde una perspectiva enunciativa,
ha sido planteada y desarrollada por lingüistas como Coseriu o Benveniste,
además de ser el concepto fundamental de la pragmática y de la lingüística
sistémica y funcional inaugurada por Halliday, como ya dijimos. Desde el
punto de vista de cualquiera de estas disciplinas, un texto o discurso no es
una estructura fonológica, sintáctica y semántica de significación autónoma,
un texto es el resultado de un proceso de construcción de sentido dependiente
del contexto, «un continum de significado en contexto» (Halliday, 1982: 24)
que, en consecuencia, debe ser la respuesta a particulares circunstancias de
emisión-recepción.
Por su parte, Simon Dik, en los preliminares metodológicos a su The
theory of functional grammar (1997: 3-4) señala que las reglas que gobier-
nan la constitución de las expresiones lingüísticas (semánticas, sintácticas,
morfológicas y fonológicas) pueden considerarse instrumentales en relación
con los objetivos y propósitos de otro conjunto de reglas, las reglas prag-
máticas, que son las que gobiernan los modelos de interacción verbal en las
cuales esas expresiones son usadas.
En definitiva, sobre lo que se está llamando la atención es sobre el hecho
evidente de que «usamos el lenguaje de modos diferentes en situaciones dife-
rentes» (Eggins y Martin, 2000: 340). Con el concepto de adecuación entran
en juego factores no estrictamente lingüísticos en la construcción del discurso
Análisis de textos en español 159
El campo tiene que ver con la actividad social y profesional de los ha-
blantes y con las situaciones en las que éstas se desarrollan (Calvi, 2006). El
campo se caracteriza en un extremo por el uso de lenguas de especialidad
(Cabré, 2001; y Marimón Llorca y Santamaría Pérez, 2007) y en el otro por
la utilización de vocabulario que hace referencia a situaciones cotidianas y
conocidas por los interlocutores. Lingüísticamente, los textos técnico-cien-
tíficos (Gutiérrez Rodillla, 2005) se caracterizan fundamentalmente por la
utilización de un léxico especializado que sólo conocen los entendidos en
ese campo de conocimiento. Pero, además, son frecuentes alguna de estas
características (Xirinachs, 1990):
162 Carmen Marimón Llorca
r -ÊYJDPFTQFDJBMJ[BEP
r "DSÓOJNPTQSPQJPTEFMBDJFODJB
r 4JOUBYJTBCSFWJBEB
r 'SBTFTFOQBTJWB
r 'PSNBTOPQFSTPOBMFTEFMWFSCP
r /PNJOBMJ[BDJPOFT
r &TQFDJàDBDJÓOEFMPTOPNCSFT
r 7FSCPTFOQFSTPOBEFMTJOHVMBSPEFMQMVSBM
En el siguiente texto divulgativo sobre el SIDA podemos señalar casi
todos estos rasgos:
¿CÓMO ACTÚA EL VIRUS DE LA
INMUNODEFICIENCIA HUMANA (VIH)?
oral
3) Tenor
El tenor tiene que ver con las actitudes de los hablantes respecto al men-
saje y respecto a la relación que mantienen el uno con el otro, con la acti-
vidad desarrollada por el hablante y sus interlocutores (Moreno Fernández,
1998: 50) y establece el nivel de formalidad del lenguaje (Pereira Rodríguez,
2000: 31). El tenor interpersonal es precisamente el que se establece a partir
de la distancia social y jerárquica entre los interlocutores. La gradación se
establece entre situaciones en las que se requiere una máxima formalidad y
aquellas en las que el grado de formalidad es mínimo y que suelen coincidir
con los usos privados o familiares de la lengua. Lingüísticamente, el tenor
interpersonal se manifiesta a través de las formas de tratamiento, del uso de
apelativos, de la utilización de expresiones dialectales, de los cambios de
código, de la selección léxica, del uso de la cortesía, etc.
Para Martín (1994), el tenor es concebido como un continuo entre tres dimensio-
nes simultáneas: poder, contacto y afecto como vemos en el siguiente esquema.
PODER
IGUAL DESIGUAL
CONTACTO
FRECUENTE OCASIONAL
VINCULACIÓN AFECTIVA
ALTO BAJO
r 'PSNBTEFUSBUBNJFOUP
r 6TPEFBQFMBUJWPT
r &YQSFTJPOFTEJBMFDUBMFT
r 6TPEFMBDPSUFTÎB
r 6TPEFMPDVDJPOFTZGSBTFTIFDIBT VARIEDAD COLOQUIAL
r 3FMBDJÓO EF JHVBMEBE Z QSPYJNJEBE FOUSF
los interlocutores.
r $PUJEJBOJEBEFOFMNBSDPEFJOUFSBDDJÓOZ
en el tema.
r 5POPJOGPSNBM
TENOR PERSONAL
LA EXPRESIÓN DE LA SUBJETIVIDAD
TENOR FUNCIONAL
Bibliografía
BEAUGRANDE, R.A. y W.V. DRESSLER (1981): Introducción a la lin-
güística del texto, Barcelona, Ariel, 1997.
BRIZ, A. (1996): El español coloquial: situación y uso, Madrid, Arco Libros.
BRIZ, A. y GRUPO VALESCO (2000): ¿Cómo se comenta un texto colo-
quial?, Barcelona, Ariel.
Análisis de textos en español 169
Bibliografía complementaria
GIMENO, F. (1990): Dialectología y sociolingüística españolas, Alicante,
Universidad de Alicante
GREGORY, M. y S. CARROL (1978): Lenguaje y situación. Variedades del
lenguaje y sus contextos sociales, México D.F., Fondo de Cultura Eco-
nómica, 1986.
LÓPEZ MORALES, H. (1989): Sociolingüística, Madrid, Gredos.
NEWMEYER, E.J. (ed.) (1988): Linguistias: The Cambridge Survey. Vol.
IV: Language: The sociocultural context, Trad. esp. (1990): Panorama
de la lingüística moderna de la Universidad de Cambridge. Vol. IV, Ma-
drid, Visor.
POLO, J. (1995): «Lo oral y lo escrito», Actas del I Simposio sobre análisis
del discurso oral. El español coloquial, Almería, Universidad de Alme-
ría, pp. 73-99.
STUBBS, M. (1983): Análisis del discurso. Análisis sociolingüístico del len-
guaje natural, Madrid, Alianza.
TUSÓN, A. (1991b): «Las marcas de la oralidad en la escritura», Signos,
Teoría y Práctica de la Educación, 3, pp. 14-19.
Actividades
1) Analiza los siguientes textos teniendo en cuenta los componentes de
la adecuación retórica –orador, destinatarios, circunstancias, finali-
dad, medio– y escribe otros en los que varíen los destinatarios, los
fines comunicativos o el medio:
estamos hartos
D kurrar 12 hrs/día x 600 eurs pa salir d fiesta y tener q kurrar tmbn ls
sbds y no poder salir. Ironías de la vida ¿no?
D q n Premià no kieran la mezkita ¿no tiene Spñ libertad d kulto?
D las dpndientas de centro comrciales qstán rodeadas d productos caros
para gente pudiente qellas tmpc podrían comprar y x eso creen q pueden
mirarte x ncima del hombro” (EPT) (adaptado).
2) Teniendo en cuenta el esquema en el que se detallan las relaciones
entre lo oral y lo escrito, busca, al menos, un texto de cada clase y
sitúalo en el esquema ¿cabría alguna otra posibilidad en el cotinuum?
Introdúcela con un ejemplo.
3) Analiza el siguiente texto teniendo en cuenta la variable campo.
Fracturas diafisarias de húmero en mayores de 60 años: enclavado
intramedular rígido
Análisis de textos en español 171