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Lecciones de redacción para magistrados y funcionarios judiciales

Lección Nº 38
(Módulo Nº 10: coherencia y adecuación del texto)

En esta lección propondremos ejercitación sobre los temas de este módulo. Más
abajo se encuentran las soluciones.

Ejercitación
Teniendo en cuenta que la cohesión y la coherencia, es decir, la organización de la
información, son aspectos complementarios, ordene los siguientes párrafos
correspondientes a dos textos.

Texto nº 1: “La creciente internacionalización del derecho”.

_ Para empezar, debemos decir que es frecuente que el estudioso del derecho local
encuentre dificultades para aceptar el fundamento de la supremacía aquí postulada del
derecho supranacional convencional sobre el derecho constitucional interno.

_ Este capítulo tiene por finalidad mostrar el contexto de la internacionalización del


derecho a través del caso de los derechos humanos, antes de pasar al análisis detallado de
otros aspectos específicos de la materia.

_ Para resumir, la tendencia a la integración jurídica supranacional, aun para Estados


Unidos, es pues un buen indicador de qué podemos esperar los demás países acerca del
futuro. Agréguese a ello la total interdependencia de los países, la globalización de la
economía, el notable incremento en todo el mundo de las empresas transnacionales —
incluidas las de capitales argentinos— y nuestra condición de deudores crónicos, y se
comprenderá que el orden de prelación de las normas supranacionales convencionales
escapa en alguna medida a nuestro poder de determinación. Y ello, sobre todo, si queremos
movernos dentro de la economía mundial. De todas maneras es la tendencia universal y
cada vez que suscribamos un tratado (necesitados, obligados o convencidos), el principio de
la buena fe que rige en la materia impide oponer posteriormente la supuesta violación del
derecho interno, así sea constitucional. Suscrito un tratado, ratificado y depositado, por
definición no le es oponible norma alguna del derecho interno de los países signatarios,
inclusive de sus respectivas constituciones.
_ Si bien es difícil que se presente un conflicto interpretativo entre las normas
supranacionales y la Constitución, por ser ambas de carácter garantista sobre todo en
materia de derechos humanos, en todo caso ya hemos expuesto en otro lugar cómo se
resuelve dicha cuestión en materia de derechos fundamentales. Distinta es la cuestión de los
tratados internacionales que imponen limitaciones a derechos de carácter económico. En el
caso de las limitaciones internacionales al medio ambiente difícilmente pueda haber
conflicto en virtud del artículo 41 de nuestra Constitución. En otros temas como patentes,
GATT en general, etc., lo más probable es que con el tiempo prevalezca también en los
hechos la norma supranacional.

_ En relación con esto, nuestra propia Constitución peca de ambivalencia cuando


ubica a los tratados por encima de las leyes —y no, al menos expresamente, de la
Constitución— pero en cambio acepta expresamente la cesión de competencia y
jurisdicción a órganos supranacionales (art. 75 inc. 24), que desde luego prevalecerán por
sobre la Constitución.

_ En todo caso, tal vez al lector dubitativo frente a este dilema le resulte reconfortante
saber que en el país más importante del mundo existen quienes expresan similares dudas:
Estados Unidos, que aplica a sus habitantes la jurisdicción norteamericana incluso por los
actos de corrupción cometidos en el extranjero; que no suscribió el Pacto de San José para
no quedar sometido a la jurisdicción supranacional de la Corte con sede en Costa Rica, ni
todavía la convención sobre el derecho del mar, por razones de contenido y de jurisdicción;
sin embargo, ha suscrito y ratificado el NAFTA, que como todo tratado de integración lleva
a la creación de normas supranacionales; suscribió igualmente el GATT, en cuyo
organismo supranacional de aplicación cuenta con solamente un voto.

(Adaptado de Agustín Gordillo, “La creciente internacionalización del derecho”, en


Derechos Humanos, Buenos Aires, Fundación de Derecho Administrativo, 1999.)

Texto nº 2: “Internacionalización de la comunicación y políticas culturales”.

_ En primer lugar importa formular un conjunto de precisiones acerca de qué se


entiende por internacionalización, mundialización, transnacionalización o globalización de
la comunicación. Hemos optado deliberadamente por un título que no implica un
desconocimiento del concepto de globalización pero resulta más apropiado elegir un
término que incluya no sólo la faz económica sino también (y de una manera manifiesta) la
faz histórica y cultural. Ello no supone desconocer el término globalización sino más bien
apuntar a una opción que remarca más las características culturales de los procesos que se
vienen dando a escala internacional.

_ Finalmente se incorpora el tratamiento de las políticas culturales por varios motivos.


Las políticas culturales son las herramientas concretas que emplean los países a la hora de
poner en juego concepciones que relacionan la cultura con la economía. Las políticas
culturales no sólo apuntan a productos sino también a intercambios comerciales que tienen
como objeto a bienes culturales y, desde hace más de medio siglo, las industrias culturales
vienen moviendo una masa de capitales y de capital humano lo suficientemente importantes
como para ser considerados un tema especial a tener en cuenta. El debate acerca de cómo
concebir a estos bienes ha dado lugar a discusiones que no han concluido en EEUU y otras
naciones. La realidad del Mercosur como espacio de desarrollo cultural en el que se inserta
la Argentina también es un punto a tratar. Desde la realidad argentina se hace necesario
volver la mirada a estos temas ya que si bien existe una producción local, no ha logrado aún
instalarse como lo hacen otros países, sobre todo México y Brasil.

_ Luego se desarrolla el recorrido histórico que se hilvana desde tiempos mucho más
alejados que los que se puede suponer a primera vista. Este punto es importante, porque
existe el riesgo de creer que hoy se inaugura una realidad nueva o bien se cierra un ciclo
histórico. Es por ello que en un apartado también se reproduce la postura de un teórico
crítico de la globalización como es Armand Mattelart.

_ La lectura del presente capítulo merece algunas observaciones. Se tratan temas de


una complejidad manifiesta y se hace preciso advertir la necesidad de mantener una cierta
unidad a pesar de la independencia que cada uno de ellos pueda suponer.

(Adaptado de Roberto Marafioti, “Internacionalización de la comunicación y políticas


culturales”, en Fronteras de la comunicación, Buenos Aires, Temas Grupo Editorial, 2002.)
Soluciones

Texto nº 1: “La creciente internacionalización del derecho”.

Este capítulo tiene por finalidad mostrar el contexto de la internacionalización del


derecho a través del caso de los derechos humanos, antes de pasar al análisis detallado de
otros aspectos específicos de la materia.
Para empezar, debemos decir que es frecuente que el estudioso del derecho local
encuentre dificultades para aceptar el fundamento de la supremacía aquí postulada del
derecho supranacional convencional sobre el derecho constitucional interno.
En relación con esto, nuestra propia Constitución peca de ambivalencia cuando
ubica a los tratados por encima de las leyes —y no, al menos expresamente, de la
Constitución— pero en cambio acepta expresamente la cesión de competencia y
jurisdicción a órganos supranacionales (art. 75 inc. 24), que desde luego prevalecerán por
sobre la Constitución.
Si bien es difícil que se presente un conflicto interpretativo entre las normas
supranacionales y la Constitución, por ser ambas de carácter garantista sobre todo en
materia de derechos humanos, en todo caso ya hemos expuesto en otro lugar cómo se
resuelve dicha cuestión en materia de derechos fundamentales. Distinta es la cuestión de los
tratados internacionales que imponen limitaciones a derechos de carácter económico. En el
caso de las limitaciones internacionales al medio ambiente difícilmente pueda haber
conflicto en virtud del artículo 41 de nuestra Constitución. En otros temas como patentes,
GATT en general, etc., lo más probable es que con el tiempo prevalezca también en los
hechos la norma supranacional.
En todo caso, tal vez al lector dubitativo frente a este dilema le resulte reconfortante
saber que en el país más importante del mundo existen quienes expresan similares dudas:
Estados Unidos, que aplica a sus habitantes la jurisdicción norteamericana incluso por los
actos de corrupción cometidos en el extranjero; que no suscribió el Pacto de San José para
no quedar sometido a la jurisdicción supranacional de la Corte con sede en Costa Rica, ni
todavía la convención sobre el derecho del mar, por razones de contenido y de jurisdicción;
sin embargo, ha suscrito y ratificado el NAFTA, que como todo tratado de integración lleva
a la creación de normas supranacionales; suscribió igualmente el GATT, en cuyo
organismo supranacional de aplicación cuenta con solamente un voto.
Para resumir, la tendencia a la integración jurídica supranacional, aun para Estados
Unidos, es pues un buen indicador de qué podemos esperar los demás países acerca del
futuro. Agréguese a ello la total interdependencia de los países, la globalización de la
economía, el notable incremento en todo el mundo de las empresas transnacionales —
incluidas las de capitales argentinos— y nuestra condición de deudores crónicos, y se
comprenderá que el orden de prelación de las normas supranacionales convencionales
escapa en alguna medida a nuestro poder de determinación. Y ello, sobre todo, si queremos
movernos dentro de la economía mundial. De todas maneras es la tendencia universal y
cada vez que suscribamos un tratado (necesitados, obligados o convencidos), el principio de
la buena fe que rige en la materia impide oponer posteriormente la supuesta violación del
derecho interno, así sea constitucional. Suscrito un tratado, ratificado y depositado, por
definición no le es oponible norma alguna del derecho interno de los países signatarios,
inclusive de sus respectivas constituciones.

(Adaptado de Agustín Gordillo, “La creciente internacionalización del derecho”, en


Derechos Humanos, Buenos Aires, Fundación de Derecho Administrativo, 1999.)

Texto nº 2: “Internacionalización de la comunicación y políticas culturales”.

La lectura del presente capítulo merece algunas observaciones. Se tratan temas de


una complejidad manifiesta y se hace preciso advertir la necesidad de mantener una cierta
unidad a pesar de la independencia que cada uno de ellos pueda suponer.
En primer lugar importa formular un conjunto de precisiones acerca de qué se
entiende por internacionalización, mundialización, transnacionalización o globalización de
la comunicación. Hemos optado deliberadamente por un título que no implica un
desconocimiento del concepto de globalización pero resulta más apropiado elegir un
término que incluya no sólo la faz económica sino también (y de una manera manifiesta) la
faz histórica y cultural. Ello no supone desconocer el término globalización sino más bien
apuntar a una opción que remarca más las características culturales de los procesos que se
vienen dando a escala internacional.
Luego se desarrolla el recorrido histórico que se hilvana desde tiempos mucho más
alejados que los que se puede suponer a primera vista. Este punto es importante, porque
existe el riesgo de creer que hoy se inaugura una realidad nueva o bien se cierra un ciclo
histórico. Es por ello que en un apartado también se reproduce la postura de un teórico
crítico de la globalización como es Armand Mattelart.
Finalmente se incorpora el tratamiento de las políticas culturales por varios motivos.
Las políticas culturales son las herramientas concretas que emplean los países a la hora de
poner en juego concepciones que relacionan la cultura con la economía. Las políticas
culturales no sólo apuntan a productos sino también a intercambios comerciales que tienen
como objeto a bienes culturales y, desde hace más de medio siglo, las industrias culturales
vienen moviendo una masa de capitales y de capital humano lo suficientemente importantes
como para ser considerados un tema especial a tener en cuenta. El debate acerca de cómo
concebir a estos bienes ha dado lugar a discusiones que no han concluido en EEUU y otras
naciones. La realidad del Mercosur como espacio de desarrollo cultural en el que se inserta
la Argentina también es un punto a tratar. Desde la realidad argentina se hace necesario
volver la mirada a estos temas ya que si bien existe una producción local, no ha logrado aún
instalarse como lo hacen otros países, sobre todo México y Brasil.
(Adaptado de Roberto Marafioti, “Internacionalización de la comunicación y políticas
culturales”, en Fronteras de la comunicación, Buenos Aires, Temas Grupo Editorial, 2002.)

Referencias bibliográficas:
AA.VV., Talleres de lectura y escritura. Textos y actividades. (Semiología), Buenos Aires,
Eudeba, 1998.

Belluscio, Augusto C., Técnica jurídica para la redacción de escritos y sentencias, Buenos
Aires, La Ley, 2006.

García Negroni, María Marta, Laura Pérgola y Mirta Stern, El arte de escribir bien en
español. Manual de corrección de estilo, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2004.

Hall, Beatriz, Ricardo Santoni y Mirta Stern, Comunicación verbal y escrita. Introducción
a la expresión oral y escrita. Aspectos gramaticales, textuales y discursivos del discurso
académico, Buenos Aires, L.E.U.K.A., 2000.

Labrada, Pelayo Ariel, “III.- Los errores más comunes”, en Terminología Forense,
http://www.terminologiaforense.com.ar/princip.htm.

Real Academia Española, Diccionario Panhispánico de Dudas, Madrid, Espasa-Calpe,


2005.

Consultas:
Si quiere realizar consultas o desea hacer sugerencias, puede enviar un mensaje a la
dirección de correo: sgaldos@csjn.gov.ar.

Recomendación:
Cuando tenga dudas de orden gramatical o necesite información sobre el uso de
alguna palabra o expresión, le recomendamos consultar en Internet el Diccionario
panhispánico de dudas. Se encuentra disponible en la siguiente Página Web:
http://buscon.rae.es/dpdI.
Responsable Lecciones de redacción
Sebastián Galdós (Licenciado en Letras - UBA)
sgaldos@csjn.gov.ar
Centro de Información Judicial
Corte Suprema de Justicia de la Nación
Tel. (54) 11 4370-4600 int. 4576
Talcahuano 550
Ciudad de Buenos Aires
Argentina

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