Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Hola.
A continuación puedes ver 82 artículos sobre asuntos relacionados con la psicología y la
espiritualidad que te conviene conocer, o por lo menos te conviene que tengas otra opinión
o visión ajena para compararla con la propia.
A partir de que uno siente una intranquilidad espiritual inexplicable, o que siente en su
interior la necesidad de cambiar, se inicia un proceso en el que la inquietud generalizada es
la de que hay que hacer “algo”, pero no siempre se sabe cómo explicar ese “algo” ni por
dónde comenzar a dar los primeros pasos.
A partir de esta introducción puedes seguir el orden que quieras, aunque es recomendable
que sigas el orden del número que precede a cada título. Todos son independientes, por lo
que puedes leerlos de un modo aleatorio, pero en algunos casos se hace referencia a algo
que se explica en los anteriores, y si no los has leído te puedes desorientar un poco.
Verás que en algunos casos se cuenta lo mismo desde varios puntos de vista. Cada persona
entiende mejor las cosas mejor de un modo distinto (espiritual, psicológico, con ejemplos…)
y la intención al repetirlo es acertar con el tuyo preferido, con el que te llegue más
directamente. Te advierto que no soy el mayor erudito en ninguno de los temas sobre lo
que escribo: sólo soy una persona que reflexiona, que siente, que observa, que recopila,
que comprendió algunas cosas o las aprendió de otras personas; que es honesto y sincero
consigo mismo.
Deseo que te sea útil y te aclare alguna de tus dudas.
Si no encuentras aquí lo que buscas, o si no te convence lo que leas, no te lo creas sin más
ni te conformes. En este caso, te sugiero que sigas buscando por otros sitios, pero que no
te rindas.
El Camino del Desarrollo o Mejoramiento Personal es largo, pero es gratificante. No lo
abandones nunca.
Francisco de Sales
CAPÍTULO 1
TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO
PERSONAL
EL PROCESO
“El viaje más largo es el que se hace hacia el interior de uno mismo.”
(Dag Hammarskjöld)
Partimos de la base de que si estás leyendo esto es porque una inquietud, o una necesidad,
te han creado casi una obligación de buscar para aclararte.
Has tenido algún momento de lucidez que te ha propuesto comenzar un proceso por el que
descubrir cómo acallar ese “lo que sea” que bulle en tu interior. También has tenido
momentos en que la parte más racional de tu mente, apoyado por las partes más vagas y
más miedosas, lo han aplazado una y otra vez.
Ahora parece que has empezado.
Este es un largo proceso que, y dado que se repite de modos muy similares en mucha
gente, casi se puede generalizar y esa generalización es lo que puedes ver a lo largo de los
siguientes artículos.
En ellos verás cómo es, a mi entender, el proceso adecuado para no perder el tiempo, y no
perderte, y para que haya un orden que te evite caer en un caos que sólo te va a aportar
una sensación de estar perdido y un buen motivo para dejarlo todo y aplazarlo
indefinidamente.
Reflejan lo que, a mi entender, todos pasamos más o menos. Hay ligeras variaciones,
según las personas, pero creo que es conveniente que conozcas todo lo que escribo, y que,
desde el principio, sepas discernir lo que no resuena en tu interior y lo olvides, y que, por
favor, no te creas nada si previamente no estás de acuerdo con ello.
Todo esto no es la verdad irrefutable y absoluta, sino mi propia experiencia y la de otras
personas que están en la misma situación, pero con un poquito de ventaja. Son ya muchos
años de lidiar con esto.
SINCERIDAD
No se le debe engañar ni al abogado, ni al médico, ni al mecánico, ni a uno mismo.
ACTITUD
“Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil”, decía Confuccio. Nada de ideas
preconcebidas defendidas a ultranza.
RECEPTIVIDAD
Ausencia de prejuicios. Hacerte transparente. Dejar que las cosas calen, no rechazar los
sentimientos que se vayan produciendo. Permitir otros conceptos distintos de los que se
tienen, aunque eso no implica que hay que aceptarlos todos. No mantener una relación de
rivalidad con las experiencias que se vayan viviendo: nada de zancadillas, ni auto-castigos.
TIEMPO
TOMA DE CONCIENCIA:
Hay que reconocer la realidad de la situación, las dificultades, las carencias, las dudas, ese
deseo de querer qué está pasando y querer saberlo todo…
Observar, sentir, evaluar, preguntar y preguntarse…
No descalificar, no quitar importancia ni negar; cuidado con no ver o no querer ver…
Desconfiar de las excusas, evitar convencerse de que no está ocurriendo lo que está
ocurriendo, menospreciar lo que pasa pensando que no es nada, que no se puede hacer
nada, que nadie puede ayudar…
Atención: saber todo esto obliga a responsabilizarse de ello...
RESPONSABILIZARSE:
4
Hacer lo conveniente, lo imprescindible. Más adelante verás si tienes que cambiar o sólo
Descubrirte.
AMOR Y CUIDADO:
No engañarte. La mayor agresión que puedes cometer contra ti mismo, el pecado más
imperdonable, es engañarte. Porque, además, no sirve para nada positivo, sino que
contamina el resto del trabajo.
Conviene ser muy amoroso y comprensivo durante todo el proceso. Es necesario. Van a
salir cosas desagradables y puede llegar a bajar la cotización de tu autoestima, porque van
a aparecer cosas que tenías olvidadas o escondidas, y te van a remover entero.
Posiblemente, en algún momento te arrepientas de haber comenzado y pienses que tenías
que haberte quedado como estabas y no haberte metido en esto. No te preocupes, no te
durará mucho la preocupación. Cualquier paso que des en la dirección correcta, y las
satisfacciones que irás notando, te compensarán de sobra.
Y es absolutamente necesario, del todo imprescindible, que hagas este proceso, cueste lo
que cueste, porque el premio eres tú realizado.
ATENCIÓN
Más o menos, con ligeras variaciones, desde poco después de que el niño nace empieza a
renunciar a ser él mismo porque las normas de convivencia con la familia así lo exigen.
Es lo que se denomina aceptar y adoptar los modelos.
La pureza de ser uno mismo dura muy poco tiempo. Los padres ya tienen preparado casi
todo su futuro. En el recién nacido han depositado ilusiones y esperanzas, y la posibilidad
de redimir sus frustraciones, por ello desean que alcance en esta vida lo que ellos no
alcanzaron, y se proponen conseguirlo a base de cariño o, si hace falta, con mano más o
menos dura.
Dura tarea la que le espera al niño.
A un ser que nace descontaminado, virgen, inmaculado, sin condicionamientos, con todas
las posibilidades íntegras a su alcance, le van acotando sus ilimitaciones para que parezca
bien educado.
Si quiere ser él mismo, hace cosas que a sus padres no les parecen bien, y entonces le
castigan con enfados, desatención y abandono, reprimendas, tortas… en cambio, si es
obediente y aprende bien lo que tiene que hacer para contentarles, recibirá premios:
5
Durante el tiempo que dura el proceso, y hasta que consigas resolverlo, se va a manifestar
una angustia que no vas a poder controlar. Es inevitable que se manifieste, porque existe,
y cada vez que dejes de distraerla con lo que la entretiene, se vuelve a manifestar.
Afortunadamente, aparecen muchas cosas que no gustan, por supuesto. Sí, lo digo bien; si
no se asomaran, seguirías sufriéndolas pero desconociéndolas, y de ese modo resultan
imposibles de resolver.
Para poder cambiar o modificar algo es imprescindible reconocer la existencia de ese algo.
Si no tomas conciencia y aceptas que tienes el pelo sucio, aunque no te guste reconocerlo,
jamás tomarás la decisión de lavarlo.
¿Qué va a pasar?
Tienes que estar preparado para lo que pase, porque van a pasar cosas.
Unas difíciles, ya que recibirás algunos rechazos de aquellos que te quieren mientras eres
como ellos quieren que seas, y que en el momento en que te muestres como realmente
eres y quieres ser, te lo van a hacer saber, “has cambiado, ya no eres como antes”, te
dirán, y te pondrán caras largas y un más o menos disimulado desprecio.
También habrá cosas buenas: ánimos, caricias, y felicitaciones por la nueva cara que refleja
tu nuevo estado, “te veo mejor”, dirán quienes te quieren y se fijan, y recibirás la
enhorabuena más importante: la tuya misma alegrándote al decir con convencimiento “me
veo mejor”.
REFLEXIONES
Si estás haciendo mil cosas a la vez (astrología, control mental, zen, libros, cursos, charlas,
etc.) sin saber por qué ó para qué, sin preguntarte qué estás buscando realmente, es
posible que te conformes con los conocimientos y que estés renunciando a la sabiduría.
Atención al peligro que tiene comenzar un proceso, que es el de convertirse en un teórico,
6
cosa que no ayuda en nada. Más vale sentir -sin saber cómo ni por qué-, que teorizar
acerca de lo que se debería sentir.
Si te preguntas “qué estoy buscando” y respondes “me estoy buscando a mí mismo”,
piensa bien si te estarás buscando donde no estás.
Y no te busques sólo en la espiritualidad: búscate donde estés ahora, y cuando te
encuentres, si quieres, llévate a ella.
Pueden aparecer cosas tuyas en todas las ciencias esotéricas, pero también las hay en cada
niño, cada amanecer, y cada sonrisa.
Te propongo pensar en ti, en “eso” que lleva puesta tu ropa, ocupa tu asiento y te
acompaña en cada duda y cada descubrimiento. Te sugiero pensar en Yo Soy. Siempre Yo
Soy. No dividir en consciente e inconsciente. No sólo culpar al segundo de los errores, de
los impulsos primarios de los que reniegas, de lo que te hace sufrir y te domina. No dividas,
a efectos de justificarte, en “algo que yo no domino y me controla”, el inconsciente, y “algo
de lo que más o menos me responsabilizo”, el consciente. Ambos te pertenecen. Eres
ambos.
Cuidado de no crear dentro de ti dos irreconciliables que estarán acusándose mutuamente y
creando una extraña sensación que no te permitirá sentirte a gusto contigo mismo, porque
eso acabaría repercutiendo negativamente en tu autoestima.
MIS PENSAMIENTOS
RESUMIENDO
Francisco de Sales
7
Partamos de una aclaración: yo opino que no hay que cambiar tal como entendemos
habitualmente “cambiar”, que es dejar un modelo con el que no estamos satisfechos y
poner en su lugar otro modelo que creemos que nos va a ir mejor porque se aproxima más
al Yo Ideal que nos gustaría ser. Sí estoy a favor de ir haciendo modificaciones en algunas
actitudes y actualizar algunos modos de pensar, pero que esto se haga sobre la persona y
no sobre alguno de los personajes que vivimos.
Estoy plenamente a favor del Desarrollo o el Mejoramiento Personal, pero de quien uno es
realmente. Eso implica que hay que descubrir quién es uno mismo y más adelante se
abordará ese tema.
Hay muchos motivos distintos que empujan a las personas a querer realizar un cambio –y
8
usaré “cambio” o “cambiar” para que a algunos les resulte más sencillo de comprender-.
Uno de ellos es por la imposición de los otros, que nos hacen ver de algún modo que no les
gustamos como somos y con eso nos insinúan que, para ser bien aceptados, debiéramos
ser como a ellos les gustaría que fuésemos.
Otro motivo es el deseo que se produce tras una larga temporada de vida a las órdenes de
un yo propio que no termina de gestionar las cosas como a quien es Uno Mismo le gustaría.
Hay más: la rabia, la insatisfacción, la suma de algunas frustraciones, la sensación de
acumular muchos años perdidos y la toma de conciencia de que la vida se está acercando
al final, o el auto-concepto personal si nos es muy satisfactorio y defrauda.
Es muy interesante conocer cuál es la razón, o las razones, para iniciar un Proceso de
Cambio, porque si se hace por contentar a los demás es errónea la motivación, y el
resultado no será satisfactorio para uno mismo, porque dejará de ser de cierto modo para
pasar a ser de otro modo, pero seguirá sin ser él mismo.
Si el motivo es que uno no se soporta como está siendo, tampoco es una adecuada
estimulación, porque esa auto-imposición puede venir directamente de un yo/ego que
pretende perpetuarse en el cargo, con un deseo de SU afianzamiento. Y hacer eso es
instalarse en una pésima zona de confort.
Si la causa que nos empuja es la intolerancia, también es una razón inadmisible: al
resistirnos a un rasgo negativo de nosotros, no hacemos más que agravarlo, como
demuestra la psicología.
Si la razón es el deseo de reencontrarse con quien uno intuye que es en realidad, o la razón
es la voluntad de realizarse personalmente, o son las ganas de estar en un mejor estado de
comprensión y aceptación y amor propio, esta base sí es la adecuada.
Una vez descubierto el motivo, la siguiente cuestión a aclarar es esta: ¿cambiar o
modificar?
Conviene saber que a menudo se produce una auto-aceptación pasiva y resignada (“qué se
le va a hacer si soy así”, “algo malo habré hecho en otra reencarnación cuando Dios me
castiga con esto”, “ya soy mayor para ponerme a cambiar las cosas”, “las cosas son como
son”, “el mundo es un valle de lágrimas y aquí se viene a sufrir”, etc…) o se produce una
auto-agresiva no aceptación, y uno se culpabiliza, se castiga, pero no hace algo positivo por
resolverlo. Estas personas pueden comenzar por una auto-aceptación, que es no tener
deseo de ser algo distinto, sino comprender las circunstancias personales que les llevaron a
ser como son, y este es el primer paso para iniciarse en cualquiera de los caminos.
Sé muy consciente de esto: los cambios se plantean por falta de aceptación de uno mismo,
pero es porque uno no está siendo él mismo.
ATENCIÓN
Cuando no nos sentimos a gusto con algún aspecto nuestro decimos, equivocadamente,
que queremos cambiar. No es cierto.
Cambiar es dejar un modelo para coger otro modelo.
En realidad, lo que queremos es Descubrir al que realmente somos y hacerlo realidad y
realizarnos, o bien queremos, en un primer paso, modificarnos: hacernos de otro modo,
pero respetando lo que somos.
Por eso deberás prestar atención cada vez que leas la palabra cambiar, o alguna de sus
derivadas, y pensar en modificar.
SOLUCIONES O SUGERENCIAS
MIS PENSAMIENTOS
Me reencuentro conmigo y desde la aceptación de que esto es lo que hay, y no otra cosa,
comienzo.
Recojo a mi niño herido, hago una primera cura de sus más visibles heridas y enjugo sus
lágrimas.
Busco a mi parte humana caída, y le hago una promesa firme de atención y cuidado. Que
daré por ella la vida, le digo, y prometo no abandonarla y no abandonarme nunca más.
Doy consuelo a mi alma, y cobijo, y besos. Le pido perdón. Me comprometo, empeñando mi
palabra de honor, en dedicarle la atención y el cariño que se merece.
Abrazo al corazón. Es un abrazo de corazón a corazón. Desde el corazón de la mente
consciente que le reconoce como motor y como guía, al corazón todo amor que me protege
y desea lo óptimo para mí.
Jamás partiré desde “no me quiero mientras siga siendo de este modo” o “sólo me
empezaré a querer cuando llegue a ser de este otro modo”.
Nada de odio, de desprecio, de hablar mal del que estoy siendo. Sin ningún tipo de
enemistad hacia el yo presente. Que se dé cuenta de que hay buena voluntad, para que así
colabore en la reconciliación y la salvación.
No forzar, no imponer, porque así se provoca un rechazo defensivo de un yo que se niega a
ser desalojado y no admitirá nada de lo bueno que hagamos por él.
11
POR LO TANTO
Para comenzar puede ser conveniente buscar dentro de uno mismo la rebeldía o el empuje
suficiente que nos lleven inevitablemente al cumplimiento de lo deseado. No aceptar de un
modo incondicional “lo que estoy siendo aunque no me guste”, sólo invita a persistir en esa
situación de inconformidad resignada e inútil que ni ayuda ni lleva a algo bueno. Mientras
vivamos en la resignación nada cambiará.
El paso necesario para comenzar un proceso de cambio es aceptar todas las realidades que
habitualmente escondemos o negamos.
Modificando la forma de ver y pensar nos parecerá que cambia el mundo. O por lo menos,
nuestro mundo.
Los cambios estéticos o de ropa, son rápidos e inmediatamente perceptibles; los cambios
internos requieren un tiempo de conciliación entre el yo que tiene miedo y se aferra a lo
conocido, y el Yo auténtico que desea modificar el presente. Todo eso requiere de tiempo
para su asentamiento, para que el yo cuestionado baje la guardia y colabore.
12
Hay una cosa que debemos tener clara: la corrección es un asunto nuestro y se ha de
realizar en el interior y desde el interior. No nos puede cambiar el profesional, ni un libro, ni
una conferencia, ni un gurú charlatán. Ellos nos pueden indicar un camino, abrir una
puerta, fomentar algo en nosotros o sembrar más inquietudes, pero no hay cirujanos
espirituales ni expertos en trasplantes de personalidad.
A ellos les demandamos una contestación asombrosa, milagrosa, la pastilla curalotodo, o
que nos toquen con su varita mágica de la felicidad infinita, por eso cuando recibimos por
respuesta que es uno quien debe hacer el proceso, nos sentimos decepcionados y, a veces,
buscamos el milagro en otro sitio.
El propósito de Ser Uno Mismo –¡por fin!- se despierta por diferentes motivos –como ya
hemos visto- que van desde la insatisfacción por la vida que está llevando uno hasta el
deseo de imitar a aquellos que parece que sí les va bien –y ya hemos comprobado que es
un error de planteamiento-; desde un hecho trágico que afecta directamente hasta el
encuentro con la realidad de uno al mirarse en el espejo el día que se cumplen muchos
años.
Entonces se manifiesta con más intensidad la inquietud latente y uno piensa: se me pasan
los años y estoy desperdiciando la vida; ya tengo cuarenta o cincuenta o sesenta y no he
cumplido casi ninguno de los pocos sueños que me permití tener; he acumulado algunas
riquezas pero no tengo la sensación de vivir; no he conseguido triunfar socialmente y
además me siento muy a disgusto conmigo; veo que va en serio esto de hacerse mayor, y
me empiezo a convencer de que yo también voy a morir; hace mucho tiempo que he
perdido la ilusión, y aquella sonrisa florecida que lucí en otro tiempo no la encuentro por
ninguna parte…
Conviene prestar atención a todos estos descontentos y solucionarlo.
TRABAJA EN ESTO
Tómate todo el tiempo que necesites para responder a estas cuestiones y a otras similares
que tú puedes aportar porque las conoces y te inquietan:
TRABAJAR EN ESTO
Estos son los pasos imprescindibles que hay que dar para efectuar el descubrimiento de
quien realmente es Uno Mismo.
SOLUCIONES O SUGERENCIAS
La rosa tiene un don del que tú careces: está perfectamente conforme con lo que es. ¿Y tú
estás siempre insatisfecho contigo mismo?, ¿estás repleto de una violencia y una
intolerancia para contigo mismo que aumenta a medida que te esfuerzas en cambiar?
Aparentemente sólo hay dos alternativas ante ese deseo de cambio: la auto-agresiva no
aceptación y la auto-aceptación derrotista y resignada. Yo encuentro otra alternativa más:
la auto-comprensión. El comprender lo que eres exige una completa libertad respecto de
todo deseo de transformarte en algo distinto de lo que eres. Y este puede ser el Camino.
Tenemos la crueldad de no admitir en nosotros los “errores” y “defectos” que sí
comprendemos en los demás. Entendemos las “debilidades” en los otros pero no las
aceptamos en nosotros y además nos aplicamos el rigor más duro.
Piensa…
¿Quién se da cuenta de que quieres cambiar?
¿Y quién da la orden?
¿Y si cambias seguirás siendo tú?
¿Cómo se instalará lo nuevo en ti?
¿Dónde irá a parar el que estás siendo ahora?
Una sugerencia antes de que comiences: evita el “tengo que” o el “debo hacer”, y
cámbialos por “quiero hacer”, “decido hacer” o “elijo hacer”. La fuerza motriz de nuestra
conducta ha de nacer voluntariamente dentro y no venir de impuesta de fuera. Hay alegría
y el cumplimiento de la voluntad propia cuando “quiero, decido o elijo”, frente a la
imposición de “tengo que” y “debo”.
RECOMENDACIÓN
Francisco de Sales
CAPÍTULO 1
TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO
PERSONAL
15
EL PROCESO
“El viaje más largo es el que se hace hacia el interior de uno mismo.”
(Dag Hammarskjöld)
Partimos de la base de que si estás leyendo esto es porque una inquietud, o una necesidad,
te han creado casi una obligación de buscar para aclararte.
Has tenido algún momento de lucidez que te ha propuesto comenzar un proceso por el que
descubrir cómo acallar ese “lo que sea” que bulle en tu interior. También has tenido
momentos en que la parte más racional de tu mente, apoyado por las partes más vagas y
más miedosas, lo han aplazado una y otra vez.
Ahora parece que has empezado.
Este es un largo proceso que, y dado que se repite de modos muy similares en mucha
gente, casi se puede generalizar y esa generalización es lo que puedes ver a lo largo de los
siguientes artículos.
En ellos verás cómo es, a mi entender, el proceso adecuado para no perder el tiempo, y no
perderte, y para que haya un orden que te evite caer en un caos que sólo te va a aportar
una sensación de estar perdido y un buen motivo para dejarlo todo y aplazarlo
indefinidamente.
Reflejan lo que, a mi entender, todos pasamos más o menos. Hay ligeras variaciones,
según las personas, pero creo que es conveniente que conozcas todo lo que escribo, y que,
desde el principio, sepas discernir lo que no resuena en tu interior y lo olvides, y que, por
favor, no te creas nada si previamente no estás de acuerdo con ello.
Todo esto no es la verdad irrefutable y absoluta, sino mi propia experiencia y la de otras
personas que están en la misma situación, pero con un poquito de ventaja. Son ya muchos
años de lidiar con esto.
SINCERIDAD
No se le debe engañar ni al abogado, ni al médico, ni al mecánico, ni a uno mismo.
ACTITUD
“Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil”, decía Confuccio. Nada de ideas
preconcebidas defendidas a ultranza.
RECEPTIVIDAD
Ausencia de prejuicios. Hacerte transparente. Dejar que las cosas calen, no rechazar los
sentimientos que se vayan produciendo. Permitir otros conceptos distintos de los que se
tienen, aunque eso no implica que hay que aceptarlos todos. No mantener una relación de
rivalidad con las experiencias que se vayan viviendo: nada de zancadillas, ni auto-castigos.
TIEMPO
TOMA DE CONCIENCIA:
Hay que reconocer la realidad de la situación, las dificultades, las carencias, las dudas, ese
17
RESPONSABILIZARSE:
Hacer lo conveniente, lo imprescindible. Más adelante verás si tienes que cambiar o sólo
Descubrirte.
AMOR Y CUIDADO:
No engañarte. La mayor agresión que puedes cometer contra ti mismo, el pecado más
imperdonable, es engañarte. Porque, además, no sirve para nada positivo, sino que
contamina el resto del trabajo.
Conviene ser muy amoroso y comprensivo durante todo el proceso. Es necesario. Van a
salir cosas desagradables y puede llegar a bajar la cotización de tu autoestima, porque van
a aparecer cosas que tenías olvidadas o escondidas, y te van a remover entero.
Posiblemente, en algún momento te arrepientas de haber comenzado y pienses que tenías
que haberte quedado como estabas y no haberte metido en esto. No te preocupes, no te
durará mucho la preocupación. Cualquier paso que des en la dirección correcta, y las
satisfacciones que irás notando, te compensarán de sobra.
Y es absolutamente necesario, del todo imprescindible, que hagas este proceso, cueste lo
que cueste, porque el premio eres tú realizado.
ATENCIÓN
Más o menos, con ligeras variaciones, desde poco después de que el niño nace empieza a
renunciar a ser él mismo porque las normas de convivencia con la familia así lo exigen.
Es lo que se denomina aceptar y adoptar los modelos.
La pureza de ser uno mismo dura muy poco tiempo. Los padres ya tienen preparado casi
todo su futuro. En el recién nacido han depositado ilusiones y esperanzas, y la posibilidad
18
de redimir sus frustraciones, por ello desean que alcance en esta vida lo que ellos no
alcanzaron, y se proponen conseguirlo a base de cariño o, si hace falta, con mano más o
menos dura.
Dura tarea la que le espera al niño.
A un ser que nace descontaminado, virgen, inmaculado, sin condicionamientos, con todas
las posibilidades íntegras a su alcance, le van acotando sus ilimitaciones para que parezca
bien educado.
Si quiere ser él mismo, hace cosas que a sus padres no les parecen bien, y entonces le
castigan con enfados, desatención y abandono, reprimendas, tortas… en cambio, si es
obediente y aprende bien lo que tiene que hacer para contentarles, recibirá premios:
sonrisas, caricias, regalos…
A nada que sea un poco listo, se da cuenta que le interesa renunciar a ser él mismo a
cambio de los premios que recibe ya que conllevan satisfacción inmediata.
En el momento que acepta el trueque, deja de ser él mismo de por vida y más adelante, a
una edad como la que tú tienes ahora, tendrá que comenzar un peregrinaje por psicólogos,
libros, charlas, cursos, gurús…
Por ejemplo, no se le permite llorar cuando le apetece llorar, porque molesta, o no se le
permite desarrollar todas sus capacidades de jugar porque mancha, rompe, o fastidia. No
se le permiten una serie de cosas, y por la buena convivencia, y aún en contra de sus
deseos, acata las normas pero sabe que no está siendo él mismo sino el modelo que sus
padres quieren que sea.
Los padres, en cambio, creen estar educándole, y educándole bien.
Como el recién nacido no tiene otra referencia que la de sus padres, y ya que hasta el
momento han demostrado ser personas de confianza (le alimentan, acuden cuando se
encuentra mal y llora, le transmiten seguridad, le dan juegos y ponen buenas caras, etc…)
confía en lo que le enseñan y mandan pues no tiene raciocinio suficiente para debatir con
ellos.
Desde el momento que acata entrar en ese juego de la llamada “educación” comienza a
dejar de ser él mismo, pero es que, a esa edad, no queda otro remedio que obedecer…
Durante el tiempo que dura el proceso, y hasta que consigas resolverlo, se va a manifestar
una angustia que no vas a poder controlar. Es inevitable que se manifieste, porque existe,
y cada vez que dejes de distraerla con lo que la entretiene, se vuelve a manifestar.
Afortunadamente, aparecen muchas cosas que no gustan, por supuesto. Sí, lo digo bien; si
no se asomaran, seguirías sufriéndolas pero desconociéndolas, y de ese modo resultan
imposibles de resolver.
Para poder cambiar o modificar algo es imprescindible reconocer la existencia de ese algo.
Si no tomas conciencia y aceptas que tienes el pelo sucio, aunque no te guste reconocerlo,
jamás tomarás la decisión de lavarlo.
¿Qué va a pasar?
Tienes que estar preparado para lo que pase, porque van a pasar cosas.
Unas difíciles, ya que recibirás algunos rechazos de aquellos que te quieren mientras eres
como ellos quieren que seas, y que en el momento en que te muestres como realmente
eres y quieres ser, te lo van a hacer saber, “has cambiado, ya no eres como antes”, te
dirán, y te pondrán caras largas y un más o menos disimulado desprecio.
También habrá cosas buenas: ánimos, caricias, y felicitaciones por la nueva cara que refleja
tu nuevo estado, “te veo mejor”, dirán quienes te quieren y se fijan, y recibirás la
enhorabuena más importante: la tuya misma alegrándote al decir con convencimiento “me
19
veo mejor”.
REFLEXIONES
Si estás haciendo mil cosas a la vez (astrología, control mental, zen, libros, cursos, charlas,
etc.) sin saber por qué ó para qué, sin preguntarte qué estás buscando realmente, es
posible que te conformes con los conocimientos y que estés renunciando a la sabiduría.
Atención al peligro que tiene comenzar un proceso, que es el de convertirse en un teórico,
cosa que no ayuda en nada. Más vale sentir -sin saber cómo ni por qué-, que teorizar
acerca de lo que se debería sentir.
Si te preguntas “qué estoy buscando” y respondes “me estoy buscando a mí mismo”,
piensa bien si te estarás buscando donde no estás.
Y no te busques sólo en la espiritualidad: búscate donde estés ahora, y cuando te
encuentres, si quieres, llévate a ella.
Pueden aparecer cosas tuyas en todas las ciencias esotéricas, pero también las hay en cada
niño, cada amanecer, y cada sonrisa.
Te propongo pensar en ti, en “eso” que lleva puesta tu ropa, ocupa tu asiento y te
acompaña en cada duda y cada descubrimiento. Te sugiero pensar en Yo Soy. Siempre Yo
Soy. No dividir en consciente e inconsciente. No sólo culpar al segundo de los errores, de
los impulsos primarios de los que reniegas, de lo que te hace sufrir y te domina. No dividas,
a efectos de justificarte, en “algo que yo no domino y me controla”, el inconsciente, y “algo
de lo que más o menos me responsabilizo”, el consciente. Ambos te pertenecen. Eres
ambos.
Cuidado de no crear dentro de ti dos irreconciliables que estarán acusándose mutuamente y
creando una extraña sensación que no te permitirá sentirte a gusto contigo mismo, porque
eso acabaría repercutiendo negativamente en tu autoestima.
MIS PENSAMIENTOS
RESUMIENDO
Francisco de Sales
EL DESPERTAR ESPIRITUAL
21
ATENCIÓN:
RESUMIENDO:
Despertar no es sólo una opción, sino una obligación. Otra de esas responsabilidades
absolutamente personales e intransferibles. A medio y largo plazo, del todo gratificante. El
premio del esfuerzo que requiere se compensa con la nueva forma que se va a adquirir de
ver las cosas y con la calidad de vida consciente que se va a poder disfrutar después.
¡Despierta ya!
Francisco de Sales
“Nada perturba con mayor eficacia la integridad de un hombre, ni arruina con más
solvencia su alma, que la pasividad y la satisfacción apresurada.
Un hombre que cree haber alcanzado su objetivo, se ha perdido de vista”.
24
(Basilio Baltasar)
LA BÚSQUEDA DE UNO MISMO es una tarea tan grandiosa y tan admirable que se merece
las letras mayúsculas.
Llevas mucho tiempo sintiendo algo dentro de ti que te sugiere que deberías cambiar, que
no quieres seguir así… quieres encontrarte con otro que no es el que eres ahora. No sabes
quién es, ni cómo, pero lo intuyes. Una inquietud indescriptible te lo confirma.
Es la voz del Ser Interior quien reclama tu atención, y lo hace manifestándose en forma de
insatisfacción o intranquilidad.
“Hay algo más, tiene que ser otra cosa…”, piensas.
No las oyes con claridad, pero sabes que dentro de ti se hacen preguntas…incluso se
plantea la posibilidad de otra forma de vivir.
Buscas o quieres buscar, pero no sabes qué, no sabes dónde, no sabes cómo.
Desalentador.
Otra gente acepta ser como es y sufrir las consecuencias.
Tú no.
No tienes que hacer lo que haga todo el mundo: vas a emprender el solitario camino de
averiguar primero quién eres, y después ya decidirás.
La Búsqueda es personal e intransferible. Sí es compartible y se puede comunicar, tanto el
proceso como las inquietudes que van surgiendo.
Es importante que sepas qué estás haciendo: ¡te estás buscando!
Pero, atención, no te equivoques de objetivo, porque sitios donde buscarte hay muchos.
Donde encontrarte, menos.
Puedes buscar en los libros, por ejemplo. Pero no olvides preguntarte ¿busco conocimientos
para elaborar suposiciones, la pobre sabiduría del que sólo sabe repetir frases profundas o
célebres?, ¿busco biografías difícilmente repetibles?, ¿o me estoy buscando?
Si te buscas en cursos o en charlas, pregúntate: ¿busco conocimientos o me estoy
buscando?, ¿busco nuevas teorías o me estoy buscando?
Ten clara siempre la respuesta a esas preguntas.
No pierdas la vida ni el rumbo. No malgastes el escaso tiempo de que dispones, ni te
engañes con el cebo de las cosas fáciles.
Haz lo que tu intuición te indique, o valora y ten en cuenta lo que te sugiera alguna persona
que te merezca toda la confianza, porque hay muchos caminos para llegar al mismo sitio, y
cada persona se siente más cómoda en uno de ellos.
Lo que te voy a sugerir es que el comienzo sea conocerte tal y como eres, del modo más
honrado y sincero, de la forma más inquisitiva pero amable posible, a través de la
psicología, de la auto-observación, del descubrimiento del origen de tu forma de actuar y
25
En la Búsqueda vas a encontrar muchas cosas de ti que no te van a gustar nada y querrás
renegar de ellas, o no las vas a querer aceptar; son cosas que han permanecido mucho
tiempo cubiertas, y a veces desearás que hubieran seguido así, pero negar las cosas no las
elimina ni las cambia.
A pesar de que las primeras cosas que encuentres en tu Búsqueda no te gusten, sigue.
Sigue adelante y hasta el fondo.
Nunca mantengas una relación de rivalidad con lo que vaya apareciendo: no a las auto-
zancadillas, no al auto-castigo, no a las ideas de que tiene que ser luchando y sufriendo.
Repite continuamente: “no sé cuánto voy a tardar en llegar, pero voy a hacerlo. ¡Seguro
que tiene que haber algo bueno¡ ”.
otro nombre. Porque uno sabe que es un poquito de Dios, pero algunos no se atreven a
reconocerlo abiertamente, le dejan ese puesto a “lo que sea” y es a ese “lo que sea” a
quien busca para integrarlo dentro de sí, para ser conscientes de la unificación dentro de sí
mismo del espíritu y la materia, del alma y el cuerpo, de lo divino y lo humano.
Es la reconciliación buscada tan afanosamente que se presenta al reconciliar los opuestos y
los dispersos, los desconocidos y los enemigos, los que plantean dudas y los que ya lo
saben todo.
Uno se siente en esa paz que ha buscado cuando nota que desaparecen los boicots
internos, cuando las cosas que antes le alteraban adquieren ahora distancia y pierden toda
su parte desequilibradora y agresiva, cuando es capaz de mirarse serenamente al espejo y
se siente tranquilo, inalterado; sabe muchas cosas, pero sabe que eso no es importante
porque va dejando de prestar atención a la vivencia cotidiana, ya que uno se sorprende con
visiones nuevas y propias de las cosas. La capacidad de comprender se engrandece, y la
capacidad de ver a los otros humanos adquiere una nueva dimensión porque se les ve de
otro modo distinto, como si fueran más cercanos, más íntimos, más uno mismo.
Si presta atención, siente una tranquilidad interior inusual, nueva, muy agradable, y se
sorprende de la falta de los conflictos que casi siempre le han tenido como en son de
guerra.
Siente la paz y uno se da cuenta de que ya no quiere otra cosa. Eso es todo. Seguir así,
dejándose llenar de las cosas que van apareciendo poco a poco. Encontrando una mente de
aguas mansas que es capaz de pensar con su propio corazón; escuchándose en su
sabiduría, en vez de enredarse con sus razonamientos.
SOLUCIONES Y SUGERENCIAS
Este también es un proceso inevitable por el que hay que pasar. Es enriquecedor porque el
premio es Uno Mismo. Lo que se encuentra, si se busca bien y se llega hasta el fondo, es
una maravilla. Porque todos somos maravillas en esencia. Porque Dios hizo bien a cada uno
de sus hijos, y en los ingredientes que nos componen aparecen la bondad, la humanidad, la
belleza del alma… y la divinidad.
Francisco de Sales
merece.
Abrazo al corazón. Es un abrazo de corazón a corazón. Desde el corazón de la
mente consciente que le reconoce como motor y como guía, al corazón todo
amor que me protege y desea lo óptimo para mí.
Jamás partiré desde “no me quiero mientras siga siendo de este modo” o “sólo
me empezaré a querer cuando llegue a ser de este otro modo”.
Nada de odio, de desprecio, de hablar mal del que estoy siendo. Sin ningún tipo
de enemistad hacia el yo presente. Que se dé cuenta de que hay buena
voluntad, para que así colabore en la reconciliación y la salvación.
No forzar, no imponer, porque así se provoca un rechazo defensivo de un yo
que se niega a ser desalojado y no admitirá nada de lo bueno que hagamos por
él.
Estos son los pasos imprescindibles que hay que dar para efectuar el
descubrimiento de quien realmente es Uno Mismo.
1º - RECONOCER: ni negar, ni ocultar, ni anclarse. Reconocer y reconocerse en
lo que uno es en la actualidad. No empezar con mentiras.
2º - ACEPTAR: recoger al niño herido, al humano dolido, curar su alma y abrazar
su corazón. No se debe partir de la condición equivocada de “no me quiero
mientras no sea de otro modo” porque entonces no se querrá uno nunca y no
se empezará nunca.
Ni odio ni desprecio, ni una enemistad que invite al yo herido a rechazar la
ayuda del Yo que se da cuenta y emprende la reconciliación y la sanación.
3º - ASUMIR: la situación actual. Y partir con lo que hay.
SOLUCIONES O SUGERENCIAS
La rosa tiene un don del que tú careces: está perfectamente conforme con lo
que es. ¿Y tú estás siempre insatisfecho contigo mismo?, ¿estás repleto de una
violencia y una intolerancia para contigo mismo que aumenta a medida que te
esfuerzas en cambiar?
Aparentemente sólo hay dos alternativas ante ese deseo de cambio: la auto-
agresiva no aceptación y la auto-aceptación derrotista y resignada. Yo
encuentro otra alternativa más: la auto-comprensión. El comprender lo que eres
exige una completa libertad respecto de todo deseo de transformarte en algo
distinto de lo que eres. Y este puede ser el Camino.
Tenemos la crueldad de no admitir en nosotros los “errores” y “defectos” que sí
comprendemos en los demás. Entendemos las “debilidades” en los otros pero
no las aceptamos en nosotros y además nos aplicamos el rigor más duro.
Piensa…
¿Quién se da cuenta de que quieres cambiar?
¿Y quién da la orden?
¿Y si cambias seguirás siendo tú?
¿Cómo se instalará lo nuevo en ti?
¿Dónde irá a parar el que estás siendo ahora?
Una sugerencia antes de que comiences: evita el “tengo que” o el “debo hacer”,
y cámbialos por “quiero hacer”, “decido hacer” o “elijo hacer”. La fuerza motriz
de nuestra conducta ha de nacer voluntariamente dentro y no venir de impuesta
de fuera. Hay alegría y el cumplimiento de la voluntad propia cuando “quiero,
decido o elijo”, frente a la imposición de “tengo que” y “debo”.
Se requieren un mínimo de tres condiciones:
1 – Conocer lo que se quiere actualizar y tomar conciencia de la situación
actual.
Para conocer habrá que hacer como los jueces: escuchan a todas las partes
antes de emitir un juicio. Las partes que queramos modificar tendrán
argumentos suficientes para seguir como hasta ahora, que es un terreno en el
que tienen experiencia y no quieren perder el status.
Habrá que escuchar con ecuanimidad, sin implicarse en el asunto, siendo sólo
juez y no preocuparse por cuál va a ser el resultado ni tratar de beneficiar a una
de las partes.
34
nerviosismo, no irá acompañado del amor que necesita cada uno de los actos
que llevan al Descubrimiento.
RECOMENDACIÓN
Conviene repetir, llenándolas de amor, estas dos palabras: ME ACEPTO.
Repítelas sinceramente, hasta que te suenen puras y verdaderas, hasta que te lo
creas. Haz un pacto inquebrantable de amor, de aceptación, de comprensión, de
paciencia… acepta, acoge y abraza esas partes de ti de las que tanto reniegas.
Hazlo de corazón, no caigas en ese modelo de resignarse y conformarse con lo
que pase.
Francisco de Sales
CAPÍTULO 5 – EL AUTOCONOCIMIENTO
“La mayor sabiduría que existe es conocerse uno mismo”. (Galileo Galilei)
“Conócete a ti mismo”.
(Atrio del Templo de Delfos)
Siempre se ha dicho que los demás son el espejo donde nos vemos reflejados.
La mayoría de las personas tienen tendencia a verse a través de los ojos de otras personas
con la esperanza de que le revelen facetas -nuevas y buenas- de sí mismos que son
incapaces de ver.
Para empezar a conocerse no hay mejor método que observar. Observarse. Pero –de
momento- sólo eso: observar y darse cuenta. No emitir juicios, no saltar a la defensiva y
justificarse continuamente, no analizar, ni comparar, ni aún menos buscar motivos para
castigarse. Solamente observar.
El proceso de auto-conocimiento es un proceso de absoluta sinceridad. Sin este requisito no
tiene sentido comenzar.
Lo trágico es que la mayoría de las personas se buscan en todas partes menos dentro de sí
mismos, y por ello fracasan en la búsqueda.
Se trata de Descubrirse –en profundidad, por encima del concepto superficial que uno tiene
de sí mismo-, para conocer lo que uno es realmente.
En este momento del proceso no se trata de cambiar nada, ni siquiera de corregir ni de
añadir nada que venga de fuera. Sólo tener paciencia y observar.
No hace falta aplazarlo hasta tener más conocimientos externos, que no son más que la
acumulación de información que se coge de los libros o se escucha en las charlas. Eso es
algo que está al alcance de cualquiera, pero no aporta nada en este momento, porque
ahora sólo interesa conocer lo que ya hay dentro. Más adelante, veremos cómo se puede
resolver y qué hay que incorporar.
Lo auténticamente importante en este momento es conocer lo que soy y cómo estoy, y hay
que poner toda la energía y atención en ello.
¿Qué se necesita? Atención y tiempo. Dedicar horas a observarse, a hacerse preguntas, a
sentirse. Poner total atención a todas las cosas que nos pasan, incluso las mínimas, y a las
sensaciones posteriores que nos dejan.
Observar si uno es Uno Mismo en todos los instantes, pero hacerlo en serio, no como si
fuera una curiosidad sin más o una distracción. Esta función, sin una fe y voluntad firme
que la magnifiquen, no tiene posibilidad de convertirse en algo profundo.
Eso sí, a medida que se insiste en la observación se nota una especie de ensanchamiento
de la conciencia, y a medida que se sigue en ello con aplicación se ven más de continuo los
resultados de esa atención; uno parece desarrollar con gran velocidad una capacidad innata
que hasta ahora no utilizaba. (Ver los capítulos Descubrir y Yo-Yoes)
Sin hacer nada más que lo anteriormente escrito, se empiezan a sentir transformaciones.
Si hay un deseo profundo, llevará hasta lo profundo; si hay una atención total, habrá un
descubrimiento total.
Decía Gurdjieff: “Todo momento es propicio para el auto-conocimiento, pero es más eficaz
cuando se realiza en condiciones cotidianas. Las experiencias espirituales sin conciencia del
cuerpo son alucinaciones. Quien es consciente del propio cuerpo no enloquece.”
Y hay que recordar que, aunque pueda gustar más lo místico, por eso de aparentar ser más
profundo y menos cotidiano, la verdad es que el cuerpo físico ayuda o condiciona, y no se
debe renegar de su existencia, que es nuestro actual habitáculo. El cuerpo es lo que te
lleva a los sitios donde tienes las experiencias.
POR SI NO LO SABES
La conciencia no es un tipo de atención que suela verse influida por las emociones. Incluso
en situaciones anormales, y centrando su atención en el interior de cada uno, de forma
general, la auto-observación nos permite una toma de contacto en relación a los
sentimientos unidos con la pasión o las turbulencias, aunque en determinados casos, lo que
hace es producir un distanciamiento con la experiencia, obviando lo acontecido.
Por lo tanto, si tomamos conciencia de nuestras emociones, poseemos una habilidad
emocional clave sobre la que se pueden apoyar otras habilidades como el autocontrol
emocional.
Según los psicólogos, existen diversos estilos de personas en cuanto a la forma de tratar
sus emociones:
Se trata de individuos que son conscientes de su estado de ánimo, al mismo tiempo de que
lo están experimentando, lo que les da la oportunidad de tener una vida emocional muy
desarrollada. Viven el presente y son conscientes de ello, lo que les ayuda a ser más
autónomos, seguros y en general más positivos que los demás. Frente a situaciones
negativas, tienen más facilidad y recursos para salir airosos de ellas. Ante problemas, ven
oportunidades.
De forma general, sus emociones les desbordan y dominan, son presos de su estado de
ánimo. Suelen ser muy variables, poco conscientes de sus sentimientos y perdidos en
relación con las emociones, con una sensación continua de que no pueden controlar su vida
emocional.
38
Son conscientes claramente de lo que sienten y, ante eso, optan por una posición de
aceptación y pasividad, evitando cualquier modificación.
El primer tipo parece ser el correcto. En el segundo, uno es inestable y está a merced de
algo que no controla, como son sus emociones. Uno es víctima de sí mismo. El tercer tipo
tampoco es adecuado, porque no es obligatoria la resignación ni la subordinación ante algo
que se puede modificar. No es necesario sufrir innecesariamente por la propia rendición.
Lo habitual es que te sientas identificado con alguno de estos tipos. Te conviene observar
cómo eres, y ver después si quieres seguir en el tipo que lo haces habitualmente, o si crees
que es algo que depende de ti y que tú le puedes poner remedio.
Te sugiero que lo hagas ahora.
RESUMIENDO
Francisco de Sales
"¿Cómo seremos pacientes con las faltas del prójimo si no somos pacientes con las
nuestras?, aquel que se irritare con sus flaquezas, no las corregirá; toda corrección
fructífera procede de una mente serena y tranquila."
(San Francisco de Sales).
Soy un ser humano.
Repito: soy un ser humano.
Es importante tener un sentimiento de SER HUMANO, con sus ventajas y dificultades, antes
de empezar con las definiciones y el ordenamiento en los sitios donde archivar lo que
somos.
Porque podemos decir, en esas divisiones que nos inventamos, que somos:
1 – Consciente e inconsciente.
2 – Materia y Espíritu.
3 – Terrenal y Divino o Superior.
4 – Cuerpo y Mente.
5 – Alma, corazón y vida. (Espiritualidad, afectividad y energía).
6 – Diferentes Yoes.
7 – Varios personajes.
8 – Tres cuerpos: físico, mental y emocional.
9 – etc., etc., etc.
Puede ayudarte el que te ubiques en uno de ellos, porque te puede hacer más fácil el
“situarte”, pero la definición o la ubicación no va cambiar la realidad, y la realidad es que,
simplemente, eres tú, aquí y ahora.
circunstancias; estás más o menos tocado, y arrastras más o menos conflictos; te quieres
nada, muy poco o algo; no estás de acuerdo con bastantes de las cosas que haces;
habitualmente aplazas la toma de decisiones, desobedeces muchas de tus normas, te
propones cosas que no siempre cumples… sin duda tienes motivos para no quererte, no
aceptarte, y hasta incluso para renegar de ti. Pero no tienes otra cosa. Esto es lo que
tienes.
No puedes reconstruirte a partir de otra cosa.
No puedes buscarte en otro sitio porque sólo estás en ti.
Sí, quizás te hubiera gustado que muchas cosas hubieran sido distintas, pero no insistas
más: no tienes otra cosa más que a ti, y estás en esta situación actual.
Así que menos quejarte y manos a la obra.
Haz contigo un pacto de amor, de comprensión, de paciencia…
Y reconcíliate contigo.
Y si crees necesario perdonarte, hazlo. Si lo consideras necesario para aclararte con tus
normas, adelante. Pero entonces siente totalmente tu propio perdón y acéptalo.
Repite cuantas veces lo creas necesario me perdono, con absoluta sinceridad, desde el
corazón hacia tu corazón, que suene convincente, hasta que sientas ese perdón.
Si crees que ya aceptas tu realidad actual, aunque no te guste, puedes seguir.
Si no lo consigues, te recomiendo que no sigas adelante hasta que lo hayas logrado. Si no
te amas, difícilmente vas a hacer algo con firmeza y autenticidad por ti.
ATENCIÓN
TRABAJA TÚ
Es muy sencillo: sólo tienes que aceptar que la realidad y la verdad son lo que son, y no
siempre lo que tú quisieras que fueran, y se te acabarán la mitad de los sufrimientos y se
atenuarán la otra mitad.
41
No hay peor lucha que ofuscarse en no querer aceptar las cosas como están o como son.
No se deben negar.
La realidad, que también es la verdad, es muy sincera: no sabe falsear, ni consolar, ni
colorear, ni puede hacer esfuerzos por agradar a todos; no sabe de cortesía, de mentir para
quedar bien ni de disfrazarse de otra cosa.
Mientras antes aceptes y asumas la realidad, antes podrás empezar a hacer cosas por crear
otra realidad más acorde con tus deseos, si eso es lo que quieres.
Empeñarte en engañarte, o en no querer ver lo que es, no sólo no te ayuda sino que te
pone zancadillas y retrasa todo el proceso.
Es una guerra perdida de antemano, es una lucha agotadora que no lleva a ningún sitio
bueno, es un esfuerzo inútil, derrochado.
Tienes que disfrutar de la entereza, de la valentía, del honor que produce ser una persona
que vive en la realidad y, le guste o no le guste, la acepta.
El mayor pecado que uno puede cometer es engañarse a Sí Mismo.
Cuando uno acepta la realidad, cuando uno se atreve a vivir con la verdad, aunque le duela
descansa.
TRABAJA TÚ
En un acto de sinceridad sin precedentes que te mereces, ponte unos ojos distintos de los
que usas habitualmente, y mírate. Reconoce, con sinceridad, lo que hay: ni halagos falsos
ni menosprecio, ni resentimientos ni ocultación. Lo que hay. Lo que eres en este momento.
Ni más, ni menos. Limpiamente. Pon lo que encuentres a la vista de tu sinceridad, y
reconócelo. Te va a gustar más o menos, pero es lo que tienes. Es lo que estás siendo. No
pienses aún en qué quieres o qué deberías cambiar, eso es más adelante. Ahora se trata
solamente de mirarlo una y otra vez, hasta aceptarlo y asumirlo. O sea, aceptarte y
asumirte. Reconocer lo que estás siendo y admitirlo con valentía. Es un acto de pureza que
te va a costar, pero que te honra. Por cierto, valora, y mucho, lo que estás haciendo, si lo
estás haciendo sinceramente, a corazón abierto, con tu dignidad por delante y siendo
consciente de tu calidad de simple humano. Repito que ahora, en este instante, no es
momento ni siquiera de tomar decisiones, sólo de darte cuenta. Si acaso, una firme
promesa de que vas a hacer de ti una persona digna, pero no hagas más. Tampoco es
momento de regodeo en lo desagradable que te hayas encontrado en tu acto de honradez,
sino de alegría por haber tenido la osadía mil veces aplazada de enfrentarte a ello. ¿Es poca
cosa y no muy agradable lo que encuentras? No te preocupes, es lo habitual: bien venido al
género humano. ¿Lo que encuentras es medianamente satisfactorio, pero mejorable? Bien:
tu autoestima es casi correcta y juegas con ventaja. ¿Estás perfectamente en todos los
aspectos? Pues no sé si felicitarte por ello, si recomendarte que vuelvas a comprobarlo, o si
42
decirte que te compres unas gafas. Todos somos humanos, y ser humano y ser perfecto, de
momento no es compatible. Si no consigues en este momento llegar al fondo del
reconocimiento de tu realidad y la aceptación, puedes volver a intentarlo mañana. Pero… te
recomiendo que no pases página hasta haber resuelto esta porque todos los pasos que
dieras serían tambaleantes. No hay prisa. Siente todo esto que te he propuesto.
LA AUTO-ACEPTACIÓN
(Basado en ideas de http://www.adrformacion.com)
MIS PENSAMIENTOS
Esto es lo que hay y lo que tengo en este momento, y así es como estoy actuando. Y lo
acepto.
Sé que no debo disfrazar la realidad con el objetivo de engañarme: no debo traicionarme;
no puedo culpabilizar a nadie y quedarme estancado en la pataleta, aunque sea verdad que
hay alguien ajeno a mí que tenga la culpa.
Tengo que aceptar y aceptarme, pero con mucho amor, con un abrazo sincero. Si estoy
44
mal, necesito más que nada un gran abrazo que me acoja, y mejor si es mío que si es
ajeno, porque lo valoraré mucho más. Tengo que convertirme en mi mejor aliado, en mi
inseparable amigo, en alguien que esté siempre a mi lado, porque me tengo muy a mano
para lo que necesite, y porque seré el más directo beneficiario.
Cuando yo era niño los curas nos hablaban mucho de la “resignación cristiana”. Yo lo
entendía como “has venido a este mundo a sufrir y a purgar tus pecados.” (“¡Pues vaya un
Dios que me envía al mundo a sufrir, que me parece más una idea del demonio!”, pensaba
yo, “si, además, yo no he cometido aún pecados…”)
Hágase Tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo, decimos cada vez que rezamos el
Padrenuestro, que no es sólo el nombre de una oración, sino mucho más: Es la oración al
Padre Nuestro.
Y esto nos venían a confirmar los curas: “Tenemos que aceptar la voluntad de Dios y Su
voluntad es que seamos como nos ha tocado ser”.
Si crees firmemente en ello, me parece estupendo. Si no lo crees, también me parece bien.
Presta atención a esto: tu vida necesita de ti, y tienes que aceptar tu realidad actual para
poder comenzar el camino hacia ti.
El que está atento se da cuenta de que las cosas son lo que son y son como son, y no son
nuestra interpretación o nuestro deseo de esas cosas.
Darse cuenta lleva a la aceptación. Pero a una aceptación que no es un sacrificio ni un
esfuerzo, sino el resultado lógico de entenderlo del modo adecuado. Si realmente quieres
ver nada te puede engañar.
Acepta las cosas porque son así. No aceptarlas o negarlas no te va a cambiar nada para
bien, sino para peor.
CUENTECITO
El Maestro afirmaba que el mundo que ve la mayor parte de las personas no es el mundo
de la Realidad, sino un mundo creado por sus mentes.
Cuando un sabio quiso contradecirle, el Maestro puso dos palos sobre el suelo formando la
letra “T”, y le preguntó: “¿Qué ves ahí?”
“La letra T”, respondió el otro.
“¡Lo que me suponía! dijo el Maestro. “No existe la letra T; no es más que un símbolo que
45
hay en tu mente. Lo que hay ahí son dos pedazos de rama con forma de bastón.”
RESUMIENDO
Esto es lo que tengo, esto es lo que estoy siendo. Nada me obliga a seguir así, pero esta es
mi realidad actual. De nada me sirve negarla, ¿a quién quiero engañar? Es que no me
gusta, dice una voz tímida en mi interior. Ya lo sé, pero es lo único que hay ahora. Es que
quiero otra cosa, vuelve a decir. Ya lo sé, por eso estoy en el Camino. Soy poca cosa, y no
estoy en mi mejor momento, lo admito, pero a partir de esta materia prima que soy voy a
construir el futuro. Al margen de que me parezca bien o mal, y de que me guste o no me
guste, esto es lo que hay. Lo reconozco, lo admito, lo acepto.
Francisco de Sales
7 – LA PERSONA Y EL PERSONAJE
« en: Mayo 20, 2020, 06:27:13 am »
La palabra persona viene del latín persona, que significa “máscara de actor” o “personaje
teatral”, y que a su vez proviene del griego prosopos (pros = delante, opos = cara):
delante de la cara.
En cualquier caso, hace referencia a las máscaras que usaban los actores en los teatros
griegos. Estas máscaras tenían muy exagerados los gestos de la boca (de alegría, tristeza,
asombro…) para que los espectadores pudieran ver con más claridad qué es lo que querían
representar. A su vez, tapaban la verdadera realidad física de la persona suplantándola con
la máscara.
De la palabra persona, se deriva personaje: “cada uno de los seres humanos,
sobrenaturales, simbólicos, etc., que intervienen en una obra literaria, teatral o
cinematográfica”.
Para entendernos, aceptamos que persona es el ser humano natural y personaje es la
persona cuando no es ella misma y está actuando. Los personajes son, por definición, seres
de ficción.
Muy pocas veces somos nosotros mismos naturales. La mayoría del tiempo estamos
representando el personaje que se espera de nosotros, o sea el personaje que espera y
46
aceptará bien aquel con quien nos estemos relacionando en cada momento.
Los demás, generalmente, nos imponen –o pretenden imponernos- un papel que tenemos
que representar para agradarles, y así nuestro jefe quiere que seamos de cierta forma –
obedientes, ligeramente sumisos- y no nos aceptará de otra forma, lo mismo que nuestra
madre, nuestra pareja, las normas y la sociedad, o cada uno de nuestros amigos…
Nos parece algo normal y, casi sin darnos cuenta y en función de dónde o con quién
estemos, nos vamos cambiando de máscara: vamos cambiando de personaje.
Y esto sucede muchas veces a lo largo del día; se ha convertido en algo tan habitual que no
le damos importancia, que nos parece normal. Nos hemos acostumbrado.
Casi nunca somos nosotros mismos porque casi nadie nos acepta en nuestra realidad
absoluta. Pocas veces nos podemos mostrar como realmente somos.
No es malo dejar de ser persona para ser personaje... si es durante un tiempo limitado y
uno lo hace conscientemente. En muchos casos, es absolutamente necesario y muy
conveniente. Es imprescindible tener claro que uno no es el personaje, sino que está
actuando, temporalmente, como el personaje.
Los actores profesionales lo tienen muy claro, y cuando acaban cada toma de la película, o
cuando baja el telón, se quitan la máscara, dejan al personaje colgado de la percha, y
vuelven a ser ellos mismos.
Nosotros, muy a menudo, nos quedamos enganchados en el personaje porque creemos ser
el personaje.
ATENCIÓN
Cualquier persona es absolutamente egoísta, del todo sincera, cruel, tierna, estúpida,
inocente, sencilla, insegura e intachable.
Todos, en algún momento, somos absolutamente así.
Las personas, generalmente, actuamos de la mejor manera que conocemos y podemos,
dentro de las circunstancias personales de cada uno, y en ese caso somos intachables. Es
cierto que esa manera no tiene porqué coincidir con la que los demás esperan o desearían,
y en ese caso, a los ojos de los otros, ya no somos tan intachables sino que somos los
portadores de cualquiera de los adjetivos desagradables y malhumorados que nos quieran
adjudicar.
Ser bueno o malo debiera ser sólo cuestión de intención y voluntad. Si uno es malo a
conciencia, lo es sin ninguna duda. Si uno es malo sin querer ni sospecharlo, hay que
revisar el adjetivo que le corresponde.
47
Hay que confiar en la buena voluntad de las personas, exceptuando los que, mediante sus
intenciones y actos, son declaradamente malvados o delincuentes.
Muchas veces, más que malos, somos víctimas de la educación que nos dieron, y aún no
hemos tenido tiempo de Despertar y Descubrirnos como realmente somos.
Hay que tener cuidado con dejar de ser persona en algún momento para considerarse
únicamente como parte del conjunto de la humanidad. Es cierto que formamos parte de
ella, y que somos una parte importante, pero, por encima de todo somos nosotros mismos.
Hay que tener claro quién es uno. Estar haciendo el Camino del Descubrimiento enseña,
ineludiblemente, que los demás son muy importantes para nosotros; imprescindibles, pero
hemos de tener cuidado de ser nosotros mismos y no ser quienes los demás quieren que
seamos, y no ser como los demás dicen que somos.
ATENCIÓN
Las personas, vistas con los ojos de un marciano, somos una sorprendente curiosidad:
generalmente, nos conformamos con una vida que no sea excesivamente complicada, y
casi con que sea soportable y poco más nos vale. No nos fijamos en nuestra falta de
voluntad y de control. No pensamos a menudo en la muerte, con lo que ello tiene de
enriquecedor para ser más conscientes de la vida. Nos dejamos controlar por las
circunstancias ajenas y somos capaces de mentir con naturalidad. Dejamos que nos
controlen los deseos, que en muchos casos son desordenados y de imposible realización, y
después nos causan un pesarosa frustración. Predicamos una cosa y hacemos la contraria.
Desatendemos a los seres queridos y no valoramos en su justa medida las gracias y
favores que nos hacen los demás. Somos volubles, tardamos en madurar, no le prestamos
la suficiente atención a la vida. Sabemos que se van gastando los años pero hacemos poco
por llenarlos de intensidad, de realidad, de gente querida y de grandes satisfacciones. Nos
callamos muchas veces los sentimientos que profesamos hacia los otros, y damos
demasiadas cosas por supuestas. Nos falta constancia, lucidez en el pensar, pasión en los
hechos y fe en nosotros mismos. Las cosas extraordinarias nos parecen poca cosa, y no
permitimos a nuestras emociones que se manifiesten con naturalidad e intensidad.
Así somos.
Y así seremos hasta que la persona decida no seguir siendo así.
Todo lo que he escrito corresponde a las actitudes del personaje. Las personas somos
48
mucho más íntegras y tenemos más altas miras. Una persona no se comportaría del modo
que he relatado.
RESUMIENDO
Francisco de Sales
8 - ¿QUIÉN SOY? o ¿QUIÉN ESTOY SIENDO? (1ª parte)
« en: Mayo 21, 2020, 05:15:49 am »
CAPÍTULO 8 - ¿QUIÉN SOY? o ¿QUIÉN ESTOY SIENDO?
“¿Hay algo más absurdo que pasarse toda la vida con uno mismo
y no llegar a conocerse?”
“Nuestra actitud común es “yo soy esto”. Separe tenaz y perseverantemente el “yo soy” de
“esto” y trate de sentir
lo que significa ser, simplemente ser, sin ser “esto” o “aquello”.
(Sri Nisargadatta Maharaj)
“El buscador es quien está a la búsqueda de sí mismo. Abandone todas las preguntas
excepto una: ¿Quién soy yo? A fin de cuentas, el único hecho del cual puede estar usted
seguro es que usted es. El “yo soy” es cierto.
49
El “yo soy esto” no lo es. Esfuércese por descubrir que usted es realidad.
(Sri Nisargadatta Maharaj)
Descubra todo lo que usted no es: el cuerpo, los sentimientos, los pensamientos, el tiempo,
el espacio, esto o aquello. Nada, concreto o abstracto que usted pueda percibir, puede ser
usted El propio hecho de percibirlo muestra que usted no es eso que percibe.
(Sri Nisargadatta Maharaj)
¿Quién soy?
¿Quién es yo?
¿Qué es Yo?
Responder a estas preguntas es una ardua tarea que nos ocupará toda una vida, para
encontrar, en el mejor de los casos, una respuesta que ha de ser, como casi todas las
respuestas, provisional.
Y no provisional sólo porque se dude, que siempre se dudará, sino porque es la única forma
de dejar abierta y viva la pregunta, para que se vaya actualizando y siga buscando nuevas
respuestas, ya que a medida que vayamos evolucionando como personas iremos ampliando
o modificando las respuestas.
Si fuésemos Seres Totalmente Evolucionados, Grandes Místicos que han conocido el Cielo,
Verdaderos Iluminados, no tendríamos ninguna duda, ni tampoco la necesidad de dar una
respuesta, pero acertaremos respondiendo “soy”, o “yo soy”, o “yo soy el que soy”, o
“nadie”, o “nada”, o “¿qué más da?”, o “la definición no va a cambiar mi esencia”, o “alma,
corazón y vida”, o podemos dejar la respuesta vacía porque no es necesario encerrarla y
acotarla en una definición, ya que lo importante no es saber la respuesta sino saberse y
sentirse un Uno Mismo.
Pero aún no llegamos a tan evolucionado estado.
Aún estamos en esa etapa en que no nos hacemos las grandes preguntas, y no porque
pensemos que son para gente muy inteligente, sino por miedo a no encontrar las respuestas
y quedarnos peor que antes de preguntar, o por no querer preguntar no vaya a ser que no
nos guste la respuesta; o estamos en la etapa de posponerla porque en el primer segundo no
aparece la solución como cuando nos preguntamos cuántas son dos más dos.
Son preguntas latentes que se repiten aún en silencio, aunque no nos demos cuenta de ellas,
aunque no tengan palabras que las delaten, porque a veces surgen de un modo clandestino
y, aparentemente, son otras preguntas.
50
consuelo, aunque no estén seguros de ella. Todos necesitados de ser algo que se pueda
definir.
Yo he pasado algunos ratostratando de encontrar una respuesta y he llegado a un desenlace,
quizás no acertado: no me importa quién soy en cuanto a ponerlo en palabras que expresen
una idea.
No me importa, porque considero que se pierde demasiado tiempo en llegar a esas palabras
que no van a cambiar en absoluto lo que ya soy aunque no lo defina. Valoro más el
sentimiento que tengo de mí. Aprecio más el concepto que tengo de mí, la relación
conmigo, lo que me aporto, aunque no sepa qué o quién soy. No importa la definición
porque yo no soy la definición, simplemente soy.
Yo soy. Sin más. No necesito adjetivos ni explicaciones. Las palabras que añada no me
cambiarán, porque por sí mismas no tienen la capacidad de hacerlo.
Ya lo has oído muchas veces: la palabra agua no quita la sed; la palabra fuego no calienta;
la palabra cuchillo no corta.
Hay que ser, y eso es lo único que importa. Para hacerlo, y poco a poco, hay a aclarar
conceptos, hay a poner las cosas en su sitio y mirarlas con otro modo de ver; hay que ser
alquimistas, sabios, incrédulos, preguntadores incansables… y pacientes.
Por tanto, habrás de estar dispuesto a modificar lo que consideres que es necesario
modificar para tu bien y tu crecimiento. Vas a averiguar quién eres, pero por ti mismo, no
en comparación con los demás.
Te adelanto que responder a estas preguntas es ocupación de toda una vida. El que eres hoy
no tiene nada que ver con el que eras cuando tenías dos años, o quince, ni con el que serás
en otro momento posterior, por eso la respuesta será provisional.
Del niño de dos años sólo te queda el nombre y los apellidos. No tienes aquel pelo, ni los
dientes, ni están ya las células que se han ido muriendo, ni el cuerpo… por lo tanto, eres
algo más que el cuerpo.
Se puede ver “quién soy yo” a la luz de la psicología, que es la ciencia que estudia el
comportamiento, los estados de conciencia, y todo cuanto atañe al espíritu y la mente.
Todos, cuando nacemos, tenemos una identidad. Como niños expresamos esa identidad
inmaculada e individual que uno es en ese momento. A medida que uno va creciendo irá
dejando de ser yo y se dividirá en múltiples yoes -como verás en el capítulo de yo y yoes-.
PENSAMIENTO DESCALABRADO
¿Quién soy?
¿Quién es yo?
¿Qué es yo?
52
“Es que es un follón esto de meterse en el mundo de lo profundo y lo esotérico, con todos
los timos y falsedades que hay, y peor aún ir al psicólogo, que yo no estoy de atar, y si le
cuento a un amigo esta inquietud me va a decir que me deje de chorradas, que al mundo se
viene a vivir y a disfrutar y no a preocuparse, y que a esa voz que reclama de vez en cuando
se le emborracha y se le acalla.
Y es peor el remedio que me acaban de dar mi amigo, porque ahora me han pegado una
etiqueta de tipo raro que me va a afectar.
Mejor me olvido.
Va a ser verdad lo de mi rareza.”
TRABAJA TÚ
¿Si averiguo quién soy yo voy a tener que cambiar y ser otra persona?... te puedes
preguntar.
No vas a ser otra persona, vas a ser Tú Mismo, te responde en tu interior una sabiduría
misteriosa.
Sí, pero… ¿quién soy yo?
Creo que antes de obsesionarte con la pregunta, y con adjudicarle una respuesta de
diccionario, deberías aprender a convivir contigo mismo, sin adjetivos ni distracciones, sólo
estar en silencio, atento a tus latidos, a las posibles voces, a los sentimientos, a darte ligeros
caprichos como una tumbada en el sofá con una música suave de fondo y dejar pasar el
tiempo sin prisa, en armónica convivencia. Redescubrirte y amarte es un buen comienzo.
Es bueno que te preguntes ¿qué siento? y es bueno no angustiarte con las definiciones, que
la pregunta no es para definir lo que sientes, sino para darte cuenta de lo que sientes:
cosquilleos, una ligera brisa de preocupación, un vacío insondable, inquietud…
No importa. No tienes que asustarte ante la avalancha de sensaciones o respuestas. En
realidad todo eso estaba ya ahí aunque antes no te hubieses parado a escucharlo, y negarlo
no va a hacer que desaparezca. Sigue en el sentimiento.
¿Qué siento a solas conmigo?
¿De qué modo me siento a mí?
¿Me soporto bien?
¿Me encuentro a gusto?
¿Me siento bien en esta experiencia nueva?
¿Alguna vez pensé quién o cómo quería ser?
¿Soy el que quería ser?
¿Soy el que quiero ser?
53
Quietud, no inquietud.
Así es.
No hay prisa ni en este momento importa el tiempo. Puedes seguir esta noche o mañana,
puedes aprovechar el viaje en el autobús, el tiempo de subir en el ascensor o el momento de
la ducha (¿cuánto tiempo hace que no tomas consciencia al ducharte de cómo es el cuerpo y
cuánto hace que no te acaricias?)
Mayo 21, 2020, 05:17:27 am
Leído 74 veces
francisco de sales
Administrator
5788
Mensajes
Karma: 5
MIS PENSAMIENTOS
¿Quién soy yo? es una pregunta que propone un reto casi adictivo a nuestro intelecto.
54
(Más adelante, cuando hayas sanado el alma, y seas una persona íntegra, y no un
personaje, cuando te sientas pleno y sin resquicios, y más como un juego que otra cosa,
puedes retomar la pregunta).
La respuesta ha de ser personal, tuya, aunque coincida con otras, pero es imprescindible
que haya salido de ti.
Creo que no has de conformarte con otra por muy bien redactada que esté o por muy
inteligente que aparente ser.
Si no es TU respuesta no la vas a sentir como tuya. Aunque no te des cuenta, siempre te
va a parecer que es una orden que viene de fuera, algo que te pretenden imponer, o te va
a parecer que la has robado o tomado prestada, pero seguirá sin ser la respuesta interior
que satisfaga y acalle a la pregunta interior. La pregunta interior requiere una respuesta
interior.
Para la pregunta esa no será SU respuesta, sino otra respuesta más, y seguirá reclamando
la que auténticamente le complazca, porque es a ti a quien le ha hecho la pregunta y no a
otro, y es tu respuesta la que quiere.
Ten cuidado, lo repito otra vez, de no conformarte con una respuesta para salir del paso y
dar por terminado el interrogatorio. No te conformes con una definición porque NO ERES
una definición. Y es casi mejor un silencio por respuesta, mientras esperas la buena, que
una de compromiso.
Cuidado con quedarte sólo en las palabras, porque las palabras son sólo palabras. No te
quedes aferrado a la idea que tienes de ti, sino que investiga, observa, atiende, fíjate,
siente, razona… no te quedes con el que te identificas, porque ese no eres, y ese es el que
te impide ser Tú Mismo.
No te asombres al tener que reconocer que, aunque no siempre eres igual, en tu esencia
siempre eres igual.
Y no te sorprendas al descubrir quién no eres, y acoge bien, cuando le descubras, al que
realmente sí eres.
ATENCIÓN
No es mala idea tratar de identificarse con el alma, la parte más noble y sincera en
nosotros, porque el cuerpo, la mente, y las emociones, sirven para mostrarse y manifestar
lo que uno quiera, pero uno es algo más o mucho más que el cuerpo.
MIS PENSAMIENTOS
El día que no haga caso a mis miedos y sus gritos, estaré siendo Yo. El día que me rompa
sin importarme luego, estaré siendo Yo. El día que no me preocupe por el paso de los años
porque estaré pendiente sólo de vivir mi vida, estaré siendo Yo. El día que no crea en los
calendarios, ni en las metas, ni en los triunfos, ni en que debo seguir siendo cautivo, estaré
siendo Yo. El día que me vuelva sordo a los elogios y los aplausos, estaré siendo Yo. El día
que comience a buscar a Yo, estaré siendo más Yo.
Mientras llega ese día, preparo un lugar en mi conciencia, un nido en el corazón, ensayo
una sonrisa para que se vaya convirtiendo en perenne, y voy preparando un vacío para que
cuando Yo llegue encuentre todo tal como lo dejó el día que yo mismo le eché.
NO SOY
Muchas veces resulta más fácil responder a una pregunta complicada eliminando lo que no.
Si uno sabe lo que no es por eliminación puede ir llegando a saber lo que sí es. Si averiguo
todo lo que no soy, el resto es lo que sí soy.
Quizás tampoco soy nada de lo que puedo llamar mi o mío: no soy mis pensamientos, no
soy mi cuerpo, no soy mi mente, puesto que “algo” se da cuenta de ellos.
Ese “algo” que se da cuenta, ese soy yo.
RESUMIENDO
¿Quién soy yo? es algo que siempre estarás intentado averiguar, porque eres interminable
y tienes miles de aspectos por descubrir, pero eres la esencia, lo idéntico, lo puro, lo divino,
el humano… eres mil cosas.
¿Quién estoy siendo? es más notable, más fácil de ver. Eres el que se está manifestando
ahora, el que está sobreviviendo, el que hace lo que puede, el que se preocupa de ser él
mismo, el fruto de una pésima educación… también el que ves y sientes ahora, aunque no
del todo...
58
Sólo un proceso de Descubrimiento y Realización hará brotar al que eres en el lugar del que
estás siendo.
Francisco de Sales
5788
Mensajes
Karma: 5
9 - LA MENTE
« en: Mayo 22, 2020, 06:51:03 am »
CAPÍTULO 9 - LA MENTE
Por otra parte, hay otra parcela de la mente, o una parte de la misma mente pero con un
nivel superior, que usa una inteligencia inconsciente. Es aquella parte que reflexiona desde
un nivel un poco más elevado y se encarga de la resolución cuando tenemos un asunto
importante por resolver. Algunas veces nos ponemos a pensar durante un tiempo, le damos
vueltas y vueltas a los asuntos, pero no encontramos una solución. Esa parte a la que me
refería sigue en una actividad intelectual automática en segundo plano, sin que uno se dé
cuenta, y un rato después, o a la mañana siguiente nada más despertarnos, nos sorprende
con la respuesta óptima que no fuimos capaces de descubrir en la actividad atenta y
consciente.
Si sorprendemos a la mente pensando por sí misma hemos de tener cuidado con las
elucubraciones que nos presente: no hemos de olvidar que está sin descontaminar, que
sigue aún absolutamente condicionada por nuestro tipo de educación y sufrimientos y
circunstancias, por el pasado y presente, y que lo que ha pensado no lo hemos pensado
60
Podemos decir que tenemos, básicamente, dos tipos de mente: una consciente, que es la
analítica, reflexiva, que requiere de nuestra atención para proceder, en la que nos sentimos
nosotros mismos controlando el proceso y tomamos más consciencia de Yo, y otra, del todo
inconsciente, que se escapa a nuestro gobierno, que actúa en segundo plano, de un modo
autónomo, y es buena cuando se limita a la repetición de los actos mecánicos que hemos
decidido -conducir, andar, comer- pero no es tan buena cuando decide por su cuenta y
encima pretende hacernos creer que somos nosotros quienes hemos tomado sus
decisiones.
Saber utilizar la primera a menudo nos permitirá una vida más plena.
PRUEBA ESTO
Parece como si la capacidad suprema del ser humano fuera la de pensar. El hecho de que el
humano parece que es el único animal capaz de pensar no quiere decir que siempre sea
acertado en sus pensamientos.
En los sentidos está la parte más atávica y todos sabemos que estamos compuestos de una
61
“sabiduría animal” y de “el instinto de los sentidos”. Ambas partes nos completan, y no
debemos renunciar a ellas.
¿Pensar o sentir?
¿Qué capacidad trabaja mejor en ti?, ¿has hecho alguna vez una estadística?
Hay personas absoluta y acertadamente instintivas a las que les funciona muy bien la
intuición que se expresa a través de los sentidos, y hay otros casos en que la eficacia se
manifiesta en el pensamiento absolutamente racional, del todo analítico, intelectual y
detallado.
En lo que se piensa, están los conocimientos; en lo que se siente, puede estar la sabiduría.
Comprueba cómo están tus sentidos de afinados, y sin son de confianza descárgate un
poco de la responsabilidad de pensar, y céntrate en lo que sientes, cuando se trata de
tomar decisiones.
En algunas decisiones conviene poner un poco de alma o un poco de corazón. No en todas.
ATENCIÓN A ESTO
nulas.
POR SI NO LO SABES
A veces confundimos el pensar con el observar, y creemos que con la mente progresamos
en la interiorización y realización personal. Nada más lejos de la realidad. El pensamiento
nos aleja de lo esencial, de nuestro centro, del encuentro con nosotros mismos. La atención
sobre nosotros mismos, incluso en un vacío sin pensamientos, nos centra.
RESUMIENDO
Parece ser que la mente es un aspecto muy importante de nosotros y de nuestra vida. En
cambio, no le prestamos atención a su forma de actuar, ni le hemos dado órdenes precisas
de lo que le está permitido y lo que no. Además, creemos en ella de un modo ciego e
ilógico. De saber manejarla bien o no depende gran parte de nuestra tranquilidad, y
nuestro presente y nuestro futuro.
EL PADRE es la parte de nuestra personalidad regida por el principio del deber. Aquí están
las costumbres, la moral, las obligaciones, los condicionamientos… aquí se fijan las normas,
pero… en muchísimos casos tenemos un padre que está desactualizado. Funciona
repitiendo todo, como una grabación que se hizo en cierto momento que sigue repitiendo
siempre lo mismo mientras no se vuelva a hacer una nueva grabación encima.
Se formó a partir de la información que adquirimos al ver cómo se comportaban nuestros
padres o educadores.
El Padre puede ser Crítico (PC) ó Nutritivo (PN).
El del primer caso (PC), lo único que hace es juzgar, amenazar, castigar, sermonear,
reprobar, pero sin dar una razón; el motivo suele ser “porque sí” o “porque lo digo yo”.
Regaña, critica y acusa desde una especie de superioridad que no permite la discusión o ser
rebatido. Da órdenes e impone. Actúa en base a patrones y modelos cerrados. Sus
respuestas están automatizadas. No aporta nada positivo y desvaloriza.
El segundo caso (PN) corresponde al Padre que educa, aporta, cuida, protege, nutre…
Advierte o informa sin amenazar. Confía en el otro y cuando interviene lo hace
suavemente. No impone autoridad, aunque se hace respetar. Escucha.
Si un niño coge un plato de la mesa y se le cae, el PC le va a reñir; le va a echar en cara
que es torpe, y que por su torpeza ha roto el plato, y le recriminará que ahora tendrá que
trabajar más para comprar otro, y que lo que tiene que hacer es quedarse quieto y no
hacer cosas de mayores. Tendrá cara de enfado el resto del día y eso le hará sentirse mal
al niño, le creará un complejo de torpe, y le coartará su capacidad de seguir
experimentando en la vida ante el temor de otra reprimenda.
El PN le dirá, con mucho cariño, que su intención ha sido buena y eso es lo importante, que
la próxima vez que coja un plato será bueno que lo sujete con más fuerza para que no se le
64
EL ADULTO es el que piensa, el que se da cuenta de las cosas y sabe lo que conviene
hacer. Razona, analiza, calcula probabilidades, usa la lógica, da y pide información y, por lo
menos aparentemente, no tiene emociones, sino que es práctico.
El Adulto es sereno, calmado, actúa desde el aquí y ahora. Sabe lo que conviene hacer. No
le gusta predominar, y sí colaborar. No responsabiliza a los demás de sus problemas. Sabe
decir NO. Tiene libertad de opción y cambio. No se implica emocionalmente en las
decisiones que toma.
El Adulto actualiza sus informaciones y por eso sus respuestas y actos son más acertados.
En cambio, el Padre se mantiene más anclado en sus ideas, por lo que sus soluciones
pueden ser menos propicias. El Niño es más “irresponsable” por lo que sus respuestas
pueden ser disparatadas y sin lógica. Eso sí, el Adulto tiene que tener cuidado de que
ninguno de los otros dos estados le contamine sin darse cuenta y entonces no sea él, puro,
quien al final decida. Los estados de Padre y Niño, por sí mismos son estáticos, pero el
Adulto puede actualizar ambos, y además es conveniente que lo haga. Puede conseguir,
por ejemplo, que el PC no sea tan rígido, tan crítico, que no se entrometa en los otros
estados; puede pedir su colaboración al PN en ciertos momentos y puede pedir al Niño que
se muestre más a menudo.
Si es el Padre quien contamina, es un prejuicio; si es el Niño, es un autoengaño.
El Niño puede ser Natural (NN) y Adaptado (NA). A su vez, el Niño Adaptado puede ser
Adaptado Sumiso (NAS) o Adaptado Rebelde (NAR). También hay un Pequeño Profesor
(PP).
El NAS se ha tenido que adaptar a lo que había durante su educación, para poder
sobrevivir. Seguramente no estaba de acuerdo con las normas injustificadas que le exigían
sus educadores, y encontraba incoherencias, pero un poco de cordura le hizo ver que si se
sometía y acataba cuanto le mandaban, eso le aseguraba seguir en la familia y era lo que
65
necesitaba a esa edad para seguir vivo. Su obediencia es automática: no piensa, pero
padece una auto-descalificación continua. Se adaptó de un modo Sumiso y acepta lo que
hay, lo que no quiere decir que le guste.
El NAR, por contra, se adaptó a lo que había, pero no lo acepta y se rebela cada vez que
puede. Es inconformista, agresivo, y desafiante. Tanto éste como el NAS tienen
sensaciones de angustia, de que algo va mal, y se sienten atemorizados y culpables al
mismo tiempo.
Es bueno distinguir cada uno de los estados, de ese modo si uno se sorprende utilizando el
inadecuado para el momento, lo puede cambiar.
En general, si uno está en su trabajo puede ser Adulto o Padre, pero no Niño (salvo que
trabaje de payaso o animador infantil); si uno está jugando no debería ser Adulto, y aún
menos ser Padre, porque no le acompañarían en su juego; si uno tiene que tomar una
decisión importante, es mejor que sea el Adulto quien se encargue, y no el Padre ni el Niño.
Para que la comunicación con las demás personas prospere de un modo adecuado,
conviene que nos pongamos en el mismo nivel desde el que nos están hablando los otros.
Si me están dando una información importante en el trabajo, no conviene que sea Niño y
me comporte como tal; si estoy divirtiéndome no es conveniente que lo haga desde el
Padre o el Adulto, porque ninguno de ellos sabe disfrutar libremente; si estoy en un
velatorio es adecuado que sea Adulto, pero no Niño.
Para que las relaciones con los demás, y con nosotros mismos, se desarrollen del modo
adecuado, conviene tener en cuenta en qué estado del yo nos encontramos, cómo debemos
usarlo, cuándo, y con quién.
Conviene estar en cada uno de ellos en el momento adecuado que les corresponde, pero
siendo conscientes y, sobre todo, no dejar nunca de ser uno mismo independientemente
66
del estado del yo en que se encuentre. Hay que acostumbrarse a manejarse bien en todos,
y ser íntegro cuando está en cada uno de ellos, pero prestando atención, porque uno de
ellos puede dominar y excluir a los otros dos y eso no es lo correcto.
Estos estados no tienen nada que ver con la edad de cada uno. Es precioso ser Niño cuando
uno ya está jubilado, y es digno de admiración el niño que sabe ser Adulto cuando es
necesario.
RESUMIENDO
Conviene que releas el capítulo si no te ha quedado claro, o que busques más información
en otra parte, porque este es un asunto muy importante. Si te empiezas a observar a partir
de ahora, verás cómo están bastante claros los tres estados. Te verás pasar de uno a otro
varias veces a lo largo del día, y advertirás que no siempre estás en el adecuado.
Observarás que dándote cuenta de ello, y yendo al que es conveniente en cada caso, te
irán mucho mejor las cosas. Fíjate en los demás cuando estén contigo y practica a
comprobar en qué estado están en cada ocasión: te ayudará mucho a mejorar tu relación
con ellos.
Francisco de Sales
11 – EL CAMINO
« en: Mayo 24, 2020, 05:32:40 am »
CAPÍTULO 11 – EL CAMINO
“No trates de cambiar tu deber por el de otro, ni descuides tu trabajo por hacer el de otro.
No importa lo noble que éste pueda ser. Estás aquí para descubrir tu propio camino y
entregarte a él en cuerpo y alma.” (Dhammapada, Buda)
Sólo vamos a hablar del Camino con mayúsculas. El Camino grande, aunque no sea el
camino fácil, el que puede ser amplio o sinuoso, floreado o enzarzado, por el que se puede
ir cantando ilusionado o regándolo de lágrimas. Es el Camino inevitable que alguna vez
tienes que emprender, en el cual una vez enfilado no vale darse la vuelta y volverse.
Es imposible hacer este Camino si vas cargado de ambiciones y orgullo. Y es desesperante
si vas buscando la meta con ansiedad.
Hacerlo, requiere la desnudez absoluta de todo aquello que no sea Uno Mismo.
Requiere deshacerse de las capas que te aíslan, de los miedos que te oprimen, de las dudas
que te angustian… y requiere borrar de la intención la necesidad de llegar urgentemente al
final, porque es un Camino largo y porque lo importante del Camino es hacerlo, conociendo
y experimentando cada uno de los pasos.
El propio Camino es el motivo del Camino; la meta no ha de ser la motivación.
En mi caso, y después de 30 años caminando, sé que no he llegado a la meta y además
estoy seguro de que nunca voy a llegar… afortunadamente.
Me parece emocionante y motivador saber que todavía hay cosas en mí que me son
desconocidas, cosas que podrán ser mejoradas y con ello acercarme a mi Paz y hacerme
vivir emociones y sensaciones ahora desconocidas, nuevas facetas por descubrir, más
posibilidades de seguir hermanándome conmigo…insisto… en mi caso el Camino es lo que
enriquece.
68
El Camino Iniciático, el que te lleva a descubrir lo profundo, lo hermético que hay en ti, lo
desconocido que eres tú, es un proceso que requiere honestidad, pureza, un profundo amor
hacia ti mismo, dedicación, cuidado… y Amor y más Amor.
Comienza, con poca intensidad y sin que te des cuenta, en tu nacimiento. Es una
trayectoria invisible y los pasos que des se notan muy poco y nunca de un día para otro.
Sólo cuando lleves un tiempo y hayas hecho un trecho largo podrás mirar hacia atrás y
darte cuenta.
Ese devenir, ese llegar a ser el que aún no eres, según dice Dürckheim está relacionado
con la experiencia del Ser y con el esfuerzo por retomar la unidad con Él, y es un trabajo
sin descanso hasta alcanzar un grado que te transforme como persona, hasta que llegues a
una relación íntima con lo Absoluto que no se base en una creencia, sino en la presencia,
cada día más notable, de la trascendencia que distingue a la persona total.
Decía Dürckheim que “al ir avanzando en el Camino, el ser humano se siente, a pesar de su
imperfección, cada vez más ligado a lo divino, y marcado con el sello de lo sobrenatural”,
porque el Camino es la vía de regreso al origen, a la auténtica naturaleza, a casa. A ningún
otro sitio va el Camino del que te hablo.
Decía también que, “tras sesenta años de búsqueda incansable y práctica, de conocer
varias religiones y disciplinas, que todo lo hecho, vivido, buscado, sentido, experimentado,
comprendido en toda su vida, se podría resumir en una frase: Dejarse encontrar por Dios”.
Aprendió que “no es necesario hacer, sino confiar; tener la seguridad de que cada uno de
nosotros estamos cuidados con total atención y exquisito mimo por Dios; creer sin fisuras
en el Amor del Padre que no permitirá que no se cumpla el buen destino de cada uno; estar
abiertos, receptivos, ávidos de lo que la vida nos vaya poniendo por delante, viviendo en
cada momento la experiencia que nos proponga ese momento; no oponerse a la realización
69
EL CAMINO ES LA PROPIA VIDA DE CADA UNO Y NO HAY ATAJOS: LO QUE DURA LA VIDA
ES LO QUE DURA EL CAMINO.
Usaré el Camino como metáfora: si el obstáculo es pequeño, salta por encima de él, pero
no menosprecies el salto, porque un pequeño error de cálculo, y al caer puedes hacerte
daño. Si el obstáculo es mediano, puedes apartarlo, aunque requiera un pequeño esfuerzo,
o puedes valorar la opción de rodearlo. Si es enorme, plantéate serenamente si debes
pararte y pensar, si debes pasar por encima aunque tengas que escalarlo y el esfuerzo sea
sobrehumano, si debes salirte de ese Camino y buscar otro que te lleve al mismo destino o
qué otras opciones tienes.
REFLEXIÓN ANÓNIMA
En mi realidad actual hay motivos, reales o imaginarios, que impiden el desarrollo natural
de mi Ser y tengo que enfrentarme a ellos y resolverlos. Y si estoy seguro de querer estar
en el Camino -sabiendo o intuyendo lo que puede haber al final- y quiero conseguirlo,
habré de enfrentarme, con todas mis fuerzas o con todos mis miedos, a los obstáculos que
70
voy a ir encontrando.
La naturaleza de cada uno será condicionante, bien como ayuda impagable o como
dificultad a añadir a las otras dificultades.
Si se afronta desde la violencia uno puede acabar lastimado y difícilmente podrá salir
indemne.
Si se afronta desde la sutilidad, desde lo femenino, rodeando, engatusando al obstáculo,
quizás para cuando se dé cuenta ya ha sido superado o eliminado.
Si se afronta desde el diálogo fraternal, desde el conocimiento o desde la comunicación
sincera, desde el deseo de que nadie salga humillado ni lastimado, el obstáculo colaborará
apartándose por propia voluntad.
Si se afronta desde el amor, no hay obstáculo que se resista.
Pero si el obstáculo no existe, si nunca ha existido ni está en ninguna parte, si es un
decorado de película o una careta y detrás no hay nada, entonces habremos estado
gastando el tiempo y la energía para nada. Averiguar si lo que aparenta ser un obstáculo lo
es en realidad o es un miedo o una traba que ponemos nosotros mismos.
Como en todo: la observación atenta y la consciencia ponen las cosas en su exacto sitio.
Como siempre: si les damos poder a los obstáculos, se harán más fuertes. Su fuerza no
depende de ellos sino de nosotros.
RESUMIENDO
La vida es el Camino.
Vivir implica emprender el Camino.
No hay otra objetivo en el Camino que Uno Mismo.
La fe y la alegría son buenos compañeros de Camino.
Nadie va a hacer el Camino por ti.
Ya estás en el Camino.
Ahora, ponle unas flores.
71
Francisco de Sales
Mayo 25, 2020, 06:09:26 am
Leído 58 veces
francisco de sales
Administrator
5788
Mensajes
Karma: 5
12 – EL SENTIDO DE LA VIDA
« en: Mayo 25, 2020, 06:09:26 am »
“El esfuerzo por encontrar significado en la propia vida es la principal fuerza motivadora
de los seres humanos. Sin significado, sentimos que no tenemos por qué vivir, nada que
72
esperar,
ninguna razón para esforzarnos por nada.
El significado nos da la dirección en la vida”.
“Hay quien cree que el cosmos entero tiene significado,
y que nuestra labor consiste en descubrirlo;
que Dios tiene un plan y nosotros formamos parte de él.
Otros creen que no hay un significado o diseño general último,
y que sin embargo es necesario que nos inventemos
algún significado en la vida para poder sobrevivir”.
(Frankl)
“Quien tiene por qué vivir, puede soportar casi cualquier cómo”. (Nietzsche)
La palabra “sentido” tiene muchos significados, pero aquí nos limitaremos a “dirección,
razón de ser, finalidad”.
Cuando alguien habla del sentido de la vida sin duda está especulando desde un punto
teórico, porque cuando se habla de la vida generalmente se habla como de algo externo y
ajeno; algo que está ahí pero parece como que no nos concierne directamente: es como si
estuviésemos comentando lo que nos ha parecido una película que hemos visto.
La forma correcta de encarar esta importantísima y trascendente cuestión es concretizar y
ceñirse al sentido de “mi vida”. Cuál es el sentido de MI VIDA.
Sólo es útil, productivo, clarificador, o enriquecedor, cuando me lo aplico A MÍ y lo
concretizo CONMIGO.
Cada vida es distinta y tiene un sentido distinto.
73
Se trata de buscar el propio, el que satisfaga a nuestro Uno Mismo personal; el que deje
paz y confianza en el alma.
“No estoy aquí para conmover ni para satisfacer al resto del mundo ni para cumplir sus
expectativas. Estoy aquí para vivir mi vida en las condiciones que me hagan feliz”.
Este es un buen punto de partida.
Suena tal vez un poco egoísta, pero no lo es.
Y esto es lo más importante: nada de una inútil humildad disfrazada de una falsa modestia.
Nada de seguir aplazando Tu vida y dando prioridad a otras cosas. Ahora mismo nada es
más importante que tú y nada requiere más tu atención porque nadie puede hacerlo por ti.
REFLEXIÓN COMPARTIDA
Mientras estamos encarnados, uno de los grandes desórdenes –y tal vez el que crea más
74
los porqués. Dentro de mí hay -y estoy absolutamente seguro- alguien que es más YO que
yo mismo, como dicen que decía San Agustín; alguien que SÍ sabe, alguien que dirige el
destino con mano firme, alguien con seguridad, consciente hasta el infinito, sabio entre los
sabios. Alguien que ya conoce el Camino.
Por eso, si no encuentro en este momento las palabras que definan el sentido y el motivo
de mi vida, sí que tengo que tener un sentimiento muy seguro, no inventado, de que el
motivo es sublime, o por lo menos lo suficientemente profundo como para que sea válido el
esfuerzo y el penar que me produce no conocerlo ahora. O no recordarlo.
De todos modos, voy a probar de otra forma. ¿Cuál es la razón de ser de mi vida? y vuelvo
a lo de antes… ¿nacer, vivir y morir?, ¿solamente?, ¿nada más?... no puede ser.
Aquí hay una gran Creación que no puede ser un sinsentido. El Universo, la rotación de la
Tierra y el agua del mar que no se cae, el nacimiento de una persona a partir de un
microscópico espermatozoide, las aves que consiguen desplazarse por el aire, la
alimentación que se convierte en energía, los árboles, la lluvia, el cielo, la noche y el día…
Hay demasiado esfuerzo y demasiada sabiduría en todo esto como para que luego sea sólo
nacer, vivir de cualquier modo, y morir… ¿o acaso es muy pretencioso creer que hay algo
más?... ¿somos solamente hormigas de dos piernas?... ¿terminamos donde acaban las
preguntas?... ¿cuál es la razón de mi vida?
OTRAS REFLEXIONES
RESUMIENDO
No hay una respuesta universal para la gran pregunta. Es otra de esas cuestiones
personales e intransferibles que no te deja más remedio que resolver tú solito. Hay
exactamente tantas respuestas como personas. Lo que te garantizo es que tienes que
averiguarlo porque si no lo haces llegarás al Tiempo de los Arrepentimientos, te
encontrarás con la sensación de que has desperdiciado de algún modo tu vida porque verás
que la has llenado de vacíos. Te harás un Juicio Final antes de que llegue el fin de tus días,
y encontrarás que el resumen no te parece satisfactorio. “Dios mío, ¿qué hice con mi
vida?”, te preguntarás. Tendrás entonces la pesada carga de ver que ya no hay marcha
77
atrás, que es irremediable, y te pasarás el poco resto de vida que te quede en la desazón y
el arrepentimiento continuo.
(Si quieres un poco más de información, lee cuando se publique el capítulo titulado EL PLAN
DE VIDA).
Francisco de Sales
13 - RECONCILIARSE CON LOS YOES DEL PASADO
« en: Mayo 26, 2020, 06:36:07 am »
Son imágenes etéreas de diferentes épocas de nuestra vida –pero que se mantienen vivas
en el inconsciente y afectándonos o influyendo- y representan diferentes estados y
vivencias por los que hemos atravesado.
78
Algunas personas se sienten en paz consigo mismas, satisfechas, y reposan en la parte del
recuerdo y del pasado donde hemos almacenado las cosas de las que nos sentimos
complacidos y a gusto.
En cambio, con los yoes que representan aquellas actitudes y hechos de los que no nos
sentimos orgullosos, aquellas de las que hasta negamos la autoría, hacemos dos cosas
opuestas: o las dejamos a la vista, les sacamos brillo cada día para que no se nos olviden,
nos las restregamos continuamente, sacamos punta a sus espinas y rellenamos su depósito
del veneno, todo ello para satisfacer a nuestro masoquista interior, o bien las escondemos
bien escondidas en un lugar al que no queremos regresar.
En el primer caso, si no somos capaces de sacar ningún provecho y sólo nos recreamos de
un modo depravado en su repetición regodeándonos en el auto-reproche, el acto es inútil,
se vuelve en nuestra contra, mina nuestra autoestima, nos enfrenta a nosotros mismos, y
nos enzarza en una guerra en la que siempre somos perdedores. Por todo lo expuesto,
sería conveniente tomar otra actitud y dejar de insistir en ese castigo maquiavélico y
perverso.
Un error. También.
El que no nos acordemos conscientemente de ello no quiere decir que no nos esté
afectando de un modo inconsciente.
Y no hay que olvidar que el 99% de nuestros actos y pensamientos, se gestan y deciden en
el inconsciente o en lo inconsciente.
En realidad, esos yoes, latentes y asomándose sólo de vez en cuando, esperan una
explicación que les redima del pesar que les apesadumbra al saber que vivieron actos o
actitudes que negamos. Se sienten culpables.
Son cosas que hicimos hace tiempo –por tanto no las hizo el yo que somos hoy sino otro yo
del pasado- y que se hicieron –posiblemente- sin mala intención y sin mejor conocimiento,
pero nos exigimos responsabilidades como si fuéramos expertos.
79
Esos yoes que ahora rechazamos, de los que ahora se arrepiente nuestra conciencia, no
entienden que se les trate como apestados de los que es mejor renegar. Se sienten
traicionados y abandonados. Y mientras van minando poco a poco nuestra actual
autoestima.
Esos yoes que alguna vez fuimos, injustamente acusados ahora, buscan reconciliarse con
nosotros, quieren que los comprendamos haciéndonos ver que forman parte de las
experiencias por las que hemos tenido que pasar, que son parte innegable de nuestro
pasado, que necesitan ser comprendidos y acogidos, que no merecen nuestra
desaprobación porque no les tocó hacer una parte que ahora resulta desagradable, y que
son nuestros yoes como los otros a los que ensalzamos.
Una de las formas útiles de reconciliarnos con nuestro pasado, del que somos, no lo
olvidemos, responsables únicos, es la que expongo:
Una vez relajados, sin ninguna expectativa de lo que “tiene” que suceder –porque si
nuestra mente está pendiente de que suceda algo concreto no será una relajación
auténtica, y puede que nos estemos “inventando” lo que suceda a continuación-, y sin
ninguna prisa –porque lleva tiempo conectar y porque quizás no suceda algo la primera
vez, o tarde en aparecer, y, además, es conveniente repetir el ejercicio en varias ocasiones
porque en cada ocasión nos puede mostrar algo más-, y sin permitir que la mente
consciente intervenga tratando de analizar lo que está sucediendo –porque si dejamos que
una parte del consciente intervenga, entonces no estaremos en el lugar del inconsciente al
que queremos llegar-, entonces es el momento de observar qué yoes van apareciendo, y
qué nos cuentan.
Para que sea eficaz hay que entender que en este trabajo lo que se produce es el encuentro
80
con los yoes y en ese nivel, que es donde está el conflicto, y no se resuelve desde el
pensamiento o la razón. No hay que estar pendiente de que no se olvide nada de lo que
vaya a suceder. De lo que haya que acordarse, nos acordaremos.
La primera regla es que en esa “meditación/relajación” hay que ponerse a la altura física de
quien aparezca. Si es un niño, hay que agacharse hasta que nuestros ojos estén frente a
los suyos-. La segunda regla es que hay que escuchar lo que nos quiera decir, con palabras
o sin ellas, con gestos o con sentimientos, y no hay intervenir hasta que termine. No hay
que estar a la defensiva, ni culpabilizar a algo o alguien ajeno –las circunstancias, el
destino, los otros, etc.-, sino explicar, en un tono sosegado y de modo que esté a su nivel
intelectual, el porqué de aquello que le tocó hacer, o sea, de lo que se hizo en aquel
momento.
Las explicaciones, básicamente, son las mismas para todos. “Hiciste lo que creíste que
tenía que hacer, o lo que suponías que eras lo mejor, o lo que permitieron hacer las
circunstancias, con el conocimiento y la experiencia que tenías entonces. Te lo agradezco
igualmente, aunque el resultado no fue el que deseara. Te acojo con amor en mi vida
porque formas parte de mí”. El texto se debe modificar al gusto de cada uno, porque si uno
se habla con palabras que no son suyas, o de un modo que no es habitual, el yo puede
creer que no hay sinceridad.
También es interesante tener unas preguntas preparadas, para ver si se puede conseguir
respuestas que nos clarifiquen alguna duda.
Cuando se termine “la conversación”, cuyo final no hay que precipitar para que quede
perfectamente resuelto, hay que ofrecer un abrazo al yo, y si lo acepta, podemos dar el
asunto por resuelto.
Si acepta el abrazo, que sería lo lógico, conviene que sea muy real, que lleve todo el amor
que seamos capaces de transmitir, que sea lo más sincero que hayamos hecho en nuestra
vida, y si notamos que nos abraza con la misma pasión que nosotros ponemos, o captamos
una sonrisa, un asentimiento, una relajación en su gesto, una palabra que nos lo confirme,
entonces es momento de disfrutar el abrazo, de saborear la reconciliación, y entonces es
cuando hay que apretar más el abrazo, hasta que el yo se integre en nosotros y pase a
formar parte indisoluble de nosotros –y nosotros en él-, dejando de ser un ser etéreo que
vaga perdido.
Si no lo acepta, tal vez sea porque no se crea lo que le estamos diciendo, así que puede ser
81
que falte sinceridad por nuestra parte, o que esté demasiado resentido. Lo que hay que
hacer es volver otro día, para ver si se ha ablandado y ha comprendido nuestra intención y
voluntad.
Hay otra versión de este ejercicio, que es buscar intencionadamente uno de esos yoes con
los que queremos relacionarnos especialmente porque queremos arreglarlo. En ese caso
podemos llamarle, o “forzar” un poco, sólo muy poco, la imaginación para que se presente.
Y si no llegamos a verle con forma, pero le intuimos, es suficiente. El proceso posterior es
el mismo.
No pienses en lo que has leído. Sólo observa si en algún momento durante estos últimos
minutos has sentido dentro de ti, de un modo que no necesita explicación, que todo esto
puede ser verdad y puede ser así.
Francisco de Sales
CAPÍTULO 13 - RECONCILIARSE CON LOS YOES DEL PASADO
Son imágenes etéreas de diferentes épocas de nuestra vida –pero que se mantienen vivas
en el inconsciente y afectándonos o influyendo- y representan diferentes estados y
82
Algunas personas se sienten en paz consigo mismas, satisfechas, y reposan en la parte del
recuerdo y del pasado donde hemos almacenado las cosas de las que nos sentimos
complacidos y a gusto.
En cambio, con los yoes que representan aquellas actitudes y hechos de los que no nos
sentimos orgullosos, aquellas de las que hasta negamos la autoría, hacemos dos cosas
opuestas: o las dejamos a la vista, les sacamos brillo cada día para que no se nos olviden,
nos las restregamos continuamente, sacamos punta a sus espinas y rellenamos su depósito
del veneno, todo ello para satisfacer a nuestro masoquista interior, o bien las escondemos
bien escondidas en un lugar al que no queremos regresar.
En el primer caso, si no somos capaces de sacar ningún provecho y sólo nos recreamos de
un modo depravado en su repetición regodeándonos en el auto-reproche, el acto es inútil,
se vuelve en nuestra contra, mina nuestra autoestima, nos enfrenta a nosotros mismos, y
nos enzarza en una guerra en la que siempre somos perdedores. Por todo lo expuesto,
sería conveniente tomar otra actitud y dejar de insistir en ese castigo maquiavélico y
perverso.
Un error. También.
El que no nos acordemos conscientemente de ello no quiere decir que no nos esté
afectando de un modo inconsciente.
Y no hay que olvidar que el 99% de nuestros actos y pensamientos, se gestan y deciden en
el inconsciente o en lo inconsciente.
En realidad, esos yoes, latentes y asomándose sólo de vez en cuando, esperan una
explicación que les redima del pesar que les apesadumbra al saber que vivieron actos o
actitudes que negamos. Se sienten culpables.
Son cosas que hicimos hace tiempo –por tanto no las hizo el yo que somos hoy sino otro yo
del pasado- y que se hicieron –posiblemente- sin mala intención y sin mejor conocimiento,
pero nos exigimos responsabilidades como si fuéramos expertos.
Esos yoes que ahora rechazamos, de los que ahora se arrepiente nuestra conciencia, no
entienden que se les trate como apestados de los que es mejor renegar. Se sienten
traicionados y abandonados. Y mientras van minando poco a poco nuestra actual
autoestima.
Esos yoes que alguna vez fuimos, injustamente acusados ahora, buscan reconciliarse con
nosotros, quieren que los comprendamos haciéndonos ver que forman parte de las
experiencias por las que hemos tenido que pasar, que son parte innegable de nuestro
pasado, que necesitan ser comprendidos y acogidos, que no merecen nuestra
desaprobación porque no les tocó hacer una parte que ahora resulta desagradable, y que
son nuestros yoes como los otros a los que ensalzamos.
Una de las formas útiles de reconciliarnos con nuestro pasado, del que somos, no lo
olvidemos, responsables únicos, es la que expongo:
Una vez relajados, sin ninguna expectativa de lo que “tiene” que suceder –porque si
nuestra mente está pendiente de que suceda algo concreto no será una relajación
auténtica, y puede que nos estemos “inventando” lo que suceda a continuación-, y sin
ninguna prisa –porque lleva tiempo conectar y porque quizás no suceda algo la primera
vez, o tarde en aparecer, y, además, es conveniente repetir el ejercicio en varias ocasiones
porque en cada ocasión nos puede mostrar algo más-, y sin permitir que la mente
consciente intervenga tratando de analizar lo que está sucediendo –porque si dejamos que
una parte del consciente intervenga, entonces no estaremos en el lugar del inconsciente al
que queremos llegar-, entonces es el momento de observar qué yoes van apareciendo, y
qué nos cuentan.
Para que sea eficaz hay que entender que en este trabajo lo que se produce es el encuentro
con los yoes y en ese nivel, que es donde está el conflicto, y no se resuelve desde el
pensamiento o la razón. No hay que estar pendiente de que no se olvide nada de lo que
vaya a suceder. De lo que haya que acordarse, nos acordaremos.
La primera regla es que en esa “meditación/relajación” hay que ponerse a la altura física de
quien aparezca. Si es un niño, hay que agacharse hasta que nuestros ojos estén frente a
los suyos-. La segunda regla es que hay que escuchar lo que nos quiera decir, con palabras
o sin ellas, con gestos o con sentimientos, y no hay intervenir hasta que termine. No hay
que estar a la defensiva, ni culpabilizar a algo o alguien ajeno –las circunstancias, el
destino, los otros, etc.-, sino explicar, en un tono sosegado y de modo que esté a su nivel
intelectual, el porqué de aquello que le tocó hacer, o sea, de lo que se hizo en aquel
momento.
Las explicaciones, básicamente, son las mismas para todos. “Hiciste lo que creíste que
tenía que hacer, o lo que suponías que eras lo mejor, o lo que permitieron hacer las
circunstancias, con el conocimiento y la experiencia que tenías entonces. Te lo agradezco
igualmente, aunque el resultado no fue el que deseara. Te acojo con amor en mi vida
porque formas parte de mí”. El texto se debe modificar al gusto de cada uno, porque si uno
se habla con palabras que no son suyas, o de un modo que no es habitual, el yo puede
creer que no hay sinceridad.
También es interesante tener unas preguntas preparadas, para ver si se puede conseguir
respuestas que nos clarifiquen alguna duda.
Cuando se termine “la conversación”, cuyo final no hay que precipitar para que quede
perfectamente resuelto, hay que ofrecer un abrazo al yo, y si lo acepta, podemos dar el
84
Si acepta el abrazo, que sería lo lógico, conviene que sea muy real, que lleve todo el amor
que seamos capaces de transmitir, que sea lo más sincero que hayamos hecho en nuestra
vida, y si notamos que nos abraza con la misma pasión que nosotros ponemos, o captamos
una sonrisa, un asentimiento, una relajación en su gesto, una palabra que nos lo confirme,
entonces es momento de disfrutar el abrazo, de saborear la reconciliación, y entonces es
cuando hay que apretar más el abrazo, hasta que el yo se integre en nosotros y pase a
formar parte indisoluble de nosotros –y nosotros en él-, dejando de ser un ser etéreo que
vaga perdido.
Si no lo acepta, tal vez sea porque no se crea lo que le estamos diciendo, así que puede ser
que falte sinceridad por nuestra parte, o que esté demasiado resentido. Lo que hay que
hacer es volver otro día, para ver si se ha ablandado y ha comprendido nuestra intención y
voluntad.
Hay otra versión de este ejercicio, que es buscar intencionadamente uno de esos yoes con
los que queremos relacionarnos especialmente porque queremos arreglarlo. En ese caso
podemos llamarle, o “forzar” un poco, sólo muy poco, la imaginación para que se presente.
Y si no llegamos a verle con forma, pero le intuimos, es suficiente. El proceso posterior es
el mismo.
No pienses en lo que has leído. Sólo observa si en algún momento durante estos últimos
minutos has sentido dentro de ti, de un modo que no necesita explicación, que todo esto
puede ser verdad y puede ser así.
Francisco de Sales
“El ser humano no vive sólo de pan. Necesita amor y cuidados, y encontrar una respuesta a
su duda de quién es y por qué vive”.
(Jostein Gaarder)
Hace muchos años escuché decir que la palabra “humano” proviene de “ku manú”, y que
significa “el que es como Dios”. Me gustó mucho escucharla y me gustó lo que eso
removió dentro de mí.
(Seguiré escribiendo Dios, pero cada persona puede poner en lugar de esa palabra otra con
la que se sienta más cómodo o que se acerque más a su idea)
Algunas personas se sienten muy lejos de Dios. Más bien es que ponen a Dios muy lejos,
en una distancia que tal vez Él no quiera.
Me gusta ese significado de humano, porque es un reto para los que se consideran poquita
cosa, pobres de espíritu, en una humildad equivocada, y se sienten nada en comparación
con la Grandeza y la Majestuosidad de Dios.
La Biblia nos repite continuamente que somos hijos de Dios, pero a algunos les cuesta
mucho sólo permitirse imaginar que al ser hijos seamos también de algún modo semejantes.
Sólo pensar eso les parece una gran insensatez, por no decir un pecado.
Si somos hijos de Dios, de algún modo debemos ser como Dios.
¿Y tú?
¿Crees que eres como Dios?
Parece que nos resulta más fácil separar dentro de nosotros dos aspectos que tendemos a
clasificar como absolutamente distintos, cuando quizás resulten ser lo mismo… o ser una
mezcla de ambos.
Me refiero a lo humano y lo divino.
En LO HUMANO metemos tranquilamente, y hasta nos parece normal, los errores y las
bajezas, las dudas y los pecados, el dolor y lo malo, lo físico y lo cotidiano.
En LO DIVINO sólo concebimos los pensamientos místicos y piadosos acerca de lo
Espiritual y lo Glorioso, todo aquello que de bondad excelsa y sublimación pudiera haber
en nosotros, lo maravilloso y sobrehumano –parece que para eso se ha inventado la
palabra-, la humildad, la caridad cristiana… pero como dos cosas muy distanciadas.
Lo cierto es que conviven dentro de nosotros.
Pero también somos nosotros los que nos entretenemos en hacer divisiones, en separarlo.
¿Por qué separar divino y humano?
Nadie ha establecido que en la unidad del hombre se hagan separaciones.
86
ATENCIÓN
Para ampliar mi opinión de que lo humano no está disociado totalmente de lo divino, copio
lo siguiente de la Wikipedia.
¿Por qué nos resulta fácil creer que tenemos alma o espíritu, que son intangibles, invisibles,
nada más que actos de fe, y en cambio cuesta creer que lo divino es parte indivisible de lo
87
PARA REFLEXIONAR
Hay una frase de Karlfried Graf Dürckheim que me encanta y me parece muy clarificadora:
EL SER HUMANO
El Ser Humano aspira a la perfección –por su pura genética animal trata de ser
instintivamente el mejor de su especie- y para ello trata de complementarse, de reunificar
sus partes disgregadas, y aspira –aún cuando no se dé cuenta de un modo consciente- a su
integridad y reintegración.
El inconveniente en la mayoría de los casos es partir de la disgregación previa donde ha ido
separando partes que forman su totalidad, por eso siente de algún modo la necesidad de
reunificación.
Tal vez algunos -con algún tipo de intereses por medio- han hecho creer que la parte divina
es algo ajeno, inalcanzable, en vez de promover el descubrimiento y encuentro en el propio
interior.
Así que lo que han conseguido es que el Ser Humano acabe siendo un conflicto continuo al
88
RESUMIENDO
Puede que tú tengas muy clara tu relación con lo divino y que estés muy en paz en ese
aspecto. Eso es admirable… y envidiable. Enhorabuena.
Otros, en cambio, aún no comprenden lo que son y su relación con todo lo que también
forma parte de sí mismos.
Esto es habitual.
Eres humano. Estás en el mundo. Y confundido.
Posiblemente hasta ahora no hayas afrontado con claridad y valentía este asunto.
Posiblemente te haya dado miedo atreverte.
También es posible que tengas conflictos porque la Iglesia, que dice tener el monopolio de
Dios, lo ha puesto tan lejos y tan inalcanzable que ni imaginas la posibilidad de intimar con
Él, o de tenerlo muy cerca, o de poder hablarle cara a cara, de corazón a corazón, para
contarle tus destrozos y tus lamentos y poder acabar sollozando entre Sus brazos.
Eres un Ser Humano, y eso es algo de lo que sentirte muy orgulloso.
Si tú lo decides, también puedes sentirte como divino.
Aunque sea sin mayúscula.
Francisco de Sales
CAPÍTULO 15 – LA VIDA INTERIOR – LA VIDA ESPIRITUAL
"Quizás mi verdad interior, mi aproximación a lo que soy, pase por desaprender todo lo
aprendido. Tenemos demasiadas ideas y conceptos, guardamos conocimientos como si
almacenáramos cosas en el desván, para un futuro que puede no llegar nunca. La conexión
con el SER y con la fuente debe ser directa y sin intermediarios. Tanta tinta, tantas letras,
tantos sistemas y ópticas para mirar el mundo... pero, ¿qué hay de mí?... ¿qué hay de lo
que soy?... Un piadoso olvido me dejaría desnudo y virgen sobre un mundo recién nacido.
Entonces, quizás, mi propia voz iluminaría desde las profundidades verdaderas eternas".
(Luis Maggi).
“La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer
realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores.”
(Mahatma Gandhi)
“Lo que está delante de nosotros y lo que está detrás es poco importante comparado con lo
que reside en nuestro interior.”
(Oliver Wendell Holmes)
“El viaje más largo es el que se hace hacia el interior de uno mismo.”
(Hammarskjold)
Se llama Vida Interior a ese diálogo mudo que uno mantiene consigo mismo cuando presta
atención al Ser, a la vivencia de las emociones y sentimientos internos, a sentir el Silencio,
a la dedicación a esos asuntos que reportan paz interior y una satisfacción espiritual sin
precio, a la oración, al recogimiento, a la contemplación, al contacto con Dios o lo que uno
considera divino o sobrenatural… y también a los momentos de pesar por la disconformidad
con los conflictos que se sienten dentro.
"Todo está dentro de ti", se dice.
Pero miramos dentro y en muchas ocasiones sólo vemos una enorme confusión que es la
suma de muchas confusiones. Nos hacemos preguntas -y eso está muy bien- pero nos
equivocamos en el destinatario de las preguntas: hay que hacerlas al alma y las hacemos a
la mente.
ATENCIÓN
Cuando digo “Vida Interior” no me refiero a refugiarse uno dentro de sí mismo para escapar
a la realidad de la vida que está viviendo; no hablo de un lugar donde uno va a esconderse
para no seguir enfrentándose a su vida y a los problemas y complicaciones del mundo
exterior, sino todo lo contrario: hablo del lugar donde uno va a hacer realidad otra parte de
su vida o la que tal vez sea su auténtica vida.
90
Nadie te puede mostrar tu Vida Interior porque es sólo tuya, personal e intransferible... hay
en ella muchos silencios e inquietudes, y para encontrarles sentido tienes que tener mucha
paciencia y saber esperar.
Para que se desarrolle bien necesita de tu constancia, entereza, atención, amor… que
tengas seguridad en el Camino que has escogido –el de tu propio Desarrollo Personal-, y
conocimiento de que tendrás momentos de estancamientos, dudas, conflictos,
contrariedades... y a pesar de todo seguirás en él, porque sólo el Camino que te lleva a tu
interior es el Camino verdadero.
La vida exterior es innegable, y has elegido venir a ella; la Vida Interior es irrenunciable,
porque ella es el verdadero motivo de haber venido a la vida física: para retornar a la
espiritualidad, para re-unirte contigo, con el Ser que eres pero no estás siendo.
El contacto con tu interior te dará, despacio y poco a poco, respuestas a las dudas que te
rondan. Deberás aprender a desconfiar de las que tengan toda la apariencia de ser
mentales. Si parecen sospechosamente intelectuales, o que tienen como fin justificar algo
de un modo muy racional, pueden ser juegos de tu mente. No te valen. De esas hay a
cientos en los libros. Las respuestas auténticas que brotan del interior emergen en tu
propio lenguaje, tan llano o simple o sencillo como seas tú; lo rimbombante es de lo
mental.
Dios te llenó de cualidades, están todas en tu interior, y tu labor es ir descubriéndolas y
expresándolas poco a poco.
PREPÁRATE
Y ármate de paciencia. Estarás entrando en un mundo desconocido, muy distinto del que
conoces, donde todo se tramita a través de la mente y el raciocinio. En la Vida Interior el
lenguaje es distinto. Es más de sensaciones, sentimientos, destellos de iluminación y
comprensión que se nos muestran, preguntas que se responden con otras preguntas; la
intuición nos da pistas, el Silencio enseña más que las palabras, dejar la mente en blanco
es preparar el terreno para que se manifieste la sabiduría. Y otra vez hay que hacer acopio
de más paciencia. Cuando uno se centra en su interior, aunque parezca que no pasa nada,
las cosas por sí mismas se están poniendo es su sitio. Regresar al origen requiere tiempo y
91
perseverancia.
Para preparar el terreno interior y progresar, algunas personas recurren a lecturas místicas,
a la meditación, a disciplinas o filosofías orientales… cualquier cosa puede ser útil y estar
bien si está bien encaminada, si lo que se pretende como objetivo es el acceso a ese
interior que nos llama de algún modo, al que nos está llevando la insatisfacción personal, la
falta de completitud que de algún modo se nos manifiesta.
RESUMIENDO
Francisco de Sales
PARA EQUILIBRAR NUESTRA VIDA - Nos pasamos todo el tiempo pendientes del exterior y
hacemos un desarrollo exterior. Nos confundimos: el motivo de la vida somos nosotros, no
los problemas y las cosas que pasan "fuera", ya que esto impide que se desarrolle gran
parte de la vida afectiva. Nos falta serenidad, paz, ecuanimidad. No podemos encontrar
soluciones, por la tensión continua. Hay que buscar el ritmo natural. Dentro está el
equilibrio y la energía: en el silencio.
PARA MEJORAR NUESTRA PERSONALIDAD - En el interior hay una sabiduría que no está en
la técnica ni en los libros. Se consigue mayor serenidad, fuerza personal, concentración,
rendimiento intelectual.
ORACIÓN:
Apertura total a Dios, sin reglamento, sin actitud de "pobre", diciendo lo que pasa, lo que
se siente, sea material o espiritual, presentándose sin "papeles", vaciándose del yo
personal para que Dios lo llene.
JAPAM:
Repetición de una frase que encierra la verdad más grande para uno, la verdad que quiere
llegar a vivir. Repetir constantemente, poniendo la atención en el corazón hasta que
resuene allí. El automatismo de la repetición consigue afirmar la idea en la mente.
AUTOSUGIESTIÓN:
Introducir ideas positivas para que nos condicionen desde nuestro mecanismo inconsciente.
Nuestra vida funciona de esta manera... (llegar, entrar, sentarse, moverse en la silla...).
Autosugestión es meter deliberadamente las ideas que se eligen para que condicionen
desde el inconsciente, pero evocando al mismo tiempo sentimientos, sensaciones o
vivencias, así irá calando y neutralizando otras ideas.
CONCENTRACIÓN:
Atención es el acto de mirar algo mentalmente. Concentración es el mismo acto de mirar
pero manteniéndolo, sostenido.
SOBRE LA RESPIRACIÓN:
Bien sentado, atender a la respiración, pero sólo observar, no intervenir.
SOBRE UN CHAKRA:
Mejor con alguien que lo sepa o lo explique perfectamente, porque puede llegar a ser
peligroso (kundalini, energías descontroladas...).
EN EL SILENCIO:
Estando totalmente consciente y lúcido, aprender a ser consciente del silencio. Efectos: la
mente se tranquiliza, ahonda, se aclara, se estabiliza; nuestra vida afectiva se ordena; se
accede a otros niveles de conciencia y de intuición; se agudiza la sensibilidad para entender
más a los demás; se escucha la sabiduría del cuerpo.
93
MEDITACIÓN DISCURSIVA:
Contemplo algo mentalmente y dejo que mi mente traiga toda la información que tiene
sobre ese algo, manteniendo el algo inicial como sujeto que no se desplaza con las nuevas
informaciones. (Se convierte en un estilo de mirar con todas las perspectivas).
MEDITACIÓN CONTEMPLATIVA:
Es una concentración prolongada: cuando se penetra en el objeto de meditación, en la
realidad del objeto, eso es contemplación. Es una experiencia real: se vive, se siente, se
piensa...tal como lo hace el objeto contemplado (¿qué quiere decir amor, inteligencia,
ser...?. Si penetro en ello, me convierto en ello).
DIFICULTADES:
Distracciones, sueño, desgana, sentimiento de ausencia de progreso...
PRÁCTICAS
PREPARACIÓN:
POSTURA (no incomodidad, no crispación).
RESPIRACION (profunda).
CENTRAMIENTO (sentir que soy yo quien está sintiéndose yo).
TRANQUILIZACIÓN (Yo me tranquilizo a mí). Esto es imprescindible.
94
TRABAJO:
ORACIÓN (libre, personal, espontánea) (5 minutos).
CONCENTRACIÓN (en la cualidad que a uno le gustaría llegar a tener) (8 a 10 minutos).
SUGESTIÓN (frase afirmativa, concisa, positiva) (5 a 7 minutos).
VISUALIZACIÓN (a sí mismo, viéndose y sintiéndose con la cualidad) (5 a 7 minutos).
SILENCIO (centrado, apoyado en la respiración. Es la recogida de la cosecha) (5 minutos).
FINAL:
Mantenerlo durante todo el día. Hacer paradas para retomar lo sentido. Mantener el estado
mientras se hacen las cosas cotidianas.
SOLUCIONES O SUGERENCIAS:
Es recomendable ir por el mundo con una libreta y un bolígrafo, para anotar todos los
sentimientos e ideas que nos van a aparecer de improviso. Al iniciar el trabajo se entra en
una etapa fecunda en la que afloran ideas que nos pertenecen, y otras que nos presenta la
vida, o la intuición, o la sabiduría arcana…
El trabajo interior lleva implícita la creación de filosofías cotidianas y religiosas que sean
propias. Uno tiene la obligación de crear sus principios y sus mandamientos, para luego
respetarlos escrupulosamente. Es mejor no vivir de ideas prestadas y de descubrimientos
ajenos, sino que conviene desarrollar los propios. Lo que tu corazón te dicte será más
válido, porque habita en tu interior y es tuyo. Dentro de ti hay más de un libro sin papel.
Si estás abierto a ello, despejas un canal de información que se encontraba obstruido. A
partir de ese momento, conviene que seas receptivo y no aplaces los instantes de lucidez
absoluta, la sabiduría que llega a oleadas, la iluminación que te produce casi cada cualquier
palabra, visión o hecho.
Junto a cualquier página escrita que leas, tienes que añadir la tuya propia, tu propio libro,
ya que estarás capacitado para ello, si no como literato que encuentra las palabras
apropiadas y definidoras, sí como pensador y sentidor.
RESUMIENDO:
De casi nada sirve el trabajo “exterior”. De fuera, puedes recibir información y pistas, pero
no sirven si no encuentran su reflejo en el interior: su misión es “recordarle” al interior, o
“despertarle”, pero el trabajo, siempre, es interior. Todo se desarrolla dentro; todo se
elabora en el silencio y la atención; todo crece desde una idea, una intuición, una
sensación; todo se despliega en la intimidad de lo interior, y este proceso obliga a intimar
con Uno Mismo, y a tomar conciencia de esa soledad en la que verdaderamente uno
progresa.
Francisco de Sales
95
“Creemos que estamos dirigiendo nuestra vida cuando lo que hacemos coincide con lo que
tenía previsto el destino”.
“La manera en que una persona toma las riendas de su destino es más determinante que el
mismo destino.”
(Karl Wilhelm Von Humboldt)
Como has podido leer, hay todo tipo de teorías y opiniones con respecto al destino. Unas te
pueden parecer sin sentido y otras te parecerán verdaderas, pero todas son solamente
suposiciones porque hasta ahora no hay una prueba evidente e indiscutible de su
existencia.
Por otra parte, considero que hay un error bastante común cuando hablamos del destino,
porque siempre nos referimos a las expectativas o hipótesis acerca de lo que creemos que
nos puede ir pasando a lo largo de la vida, pero... destino es “la meta o punto de llegada”,
y visto objetivamente –como tiene que ser- sólo hay un destino que además es común para
todas las personas y comprenderlo no requiere de cábalas ni elucubraciones: ese destino es
la muerte.
Porque en ese darle a la palabra un sentido que no es el adecuado, cuando uno se pregunta
por su destino está pensando en “lo que tiene que hacer espiritualmente en esta vida para
evolucionar o para cumplir su karma”, y si se lo pregunta desde un punto de vista más
mundano está pensando en “si se casará o no, cuántos hijos va a tener, cuál será su futuro
profesional, si tendrá dinero y si va a ser feliz”.
Cuando alguien pregunta porque quiere saber si está diseñada una trayectoria en su vida
de la que no podrá salir y dice“¿nacemos ya con un destino marcado?”, la pregunta está
mal hecha pero la respuesta es clara: Morir. Tan desagradable y poco deseable como esto.
Pero una vez sabido eso, y su previa aceptación por muy desapacible que parezca, lo
siguiente es hacer todo lo posible para que el trayecto sea lo más agradable y satisfactorio
posible. Llenarlo de cosas buenas, disfrutarlo, ser conscientes, etc., Toda esta teoría tan
repetida que, conociéndola, no llevamos a la práctica.
Destino, según la RAE, tiene unas acepciones muy curiosas: “fuerza desconocida que se
cree obra sobre los hombres y los sucesos” (Atención: claramente dice SE CREE, porque
nadie lo puede confirmar) y también es “encadenamiento de los sucesos considerado como
necesario y fatal” (y aparece la palabra FATAL), y por la definición parece que ya nos
prepara para la tragedia que se avecina y nos predispone a sufrir pensando que es
imposible escapar a esa pesada “maldición”.
También es muy posible que Jung tuviera razón cuando decía, más o menos, “los asuntos
no resueltos se nos presentan una y otra vez y les llamamos destino” o “hasta que el
inconsciente no se haga consciente, el subconsciente dirigirá tu vida y tú le llamarás
destino”.
Parece que es muy cierto que el tipo de educación y las circunstancias de nuestra infancia
nos “predisponen” para un tipo de vida que puede parecer un destino. Es bien sabido que el
inconsciente gobierna una grandísima parte de nuestra vida. Aquí encaja mejor mi teoría de
que no hay un destino determinista del que resulta imposible escapar, pero sí hay una
propuesta de destino que se va construyendo debido a nuestra forma de ser, pensar,
sentir, actuar…
Parece que no hay forma de confirmar lo antedicho, pero tiene toda la lógica.
Todos esos condicionamientos y ayudas o predisposiciones adquiridos previamente, abocan
a un resultado, a un modo, a una manera, a algo que puede hacer creer o sospechar que lo
que sucede está predestinado.
A veces, no queremos aceptar que lo que nos va pasando en la vida es el resultado tanto
de lo que he hemos hecho como de lo que no nos hemos atrevido a hacer, y para
quedarnos más tranquilos y eximirnos de la culpa, lo llamamos destino. Pero no es así. El
destino es el resultado de los pensamientos, las desatenciones, los miedos, las alegrías y
todo cuanto haya a nuestro alrededor afectándonos.
También es posible que haya una “propuesta de destino espiritual” en un sendero trazado
por uno mismo de acuerdo a su camino evolutivo y a las experiencias que quiera conocer
98
en esta vida. También puede ser que uno diseñe –antes de la encarnación en esta vida- las
situaciones por las que quiere pasar, aunque luego no lo recuerde mientras las pasa.
Pero también puede ser que no tenga nada de esotérico y espiritual y simplemente sea la
aplicación de la Ley de Causa y Efecto. Las cosas que uno hace o no hace tienen efectos en
esta misma vida y tal vez no necesiten para nada la trascendencia que le queremos dar.
Sé que hay destinos más libres, en los que hay más facilidad para no resolver las cosas, en
los que las preocupaciones son distintas; se les da preponderancia a las cosas materiales y
terrenales, y no se cuestiona qué hay “más allá”, o cuál es el sentido de la vida. Se va a la
practicidad, a disfrutar las cosas que entran por los cinco sentidos y dan un placer
inmediato y tangible; con “eso que me llevo por delante”, resumen su pensamiento de la
vida.
Otra versión de lo mismo se basa en la idea de que es el Yo Superior quien puede dirigir lo
que llamamos destino, y nos va haciendo ver las mismas cosas o las mismas situaciones en
diferentes momentos, cada vez con una intensidad o con una insistencia distinta, hasta que
nosotros estamos abiertos y receptivos a notarlas; hasta el momento en que las metemos
en el interior y las resolvemos dentro, en el corazón, en la identidad, en lo más central de
nuestro ser, porque las que arreglamos con la mente y sólo en la mente, en cuanto se nos
olvida ese pensamiento, o ponemos a nuestra mente en otra tarea, en cuanto distraemos la
atención de la idea, desaparece.
“Hay personas que prefieren creer que todo en la vida es azar, y que todo está sometido
exclusivamente a los caprichos de la casualidad. Este es un punto de vista tranquilizador en
cierta medida, porque mitiga la carga de la responsabilidad personal. También hay
personas que creen que la vida fluye totalmente de acuerdo con la predestinación derivada
del karma de cada uno, de los efectos de causas que se arraigan en encarnaciones
pasadas, y esta posición también es consoladora, porque lo absuelve a uno de
responsabilidad en el presente. Finalmente hay quienes creen que la propia voluntad es el
factor determinante de nuestro destino, y ésta es una actitud un poco menos reconfortante,
porque la vida nos pone frente a algunas cosas que no es posible alterar con un esfuerzo de
la voluntad, ni siquiera de la más poderosa.
El hombre está atado a la rueda del destino hasta que sobre él amanece la conciencia de la
posibilidad de elección que le ha concedido Dios. Tiene entonces un atisbo de la naturaleza
paradójica de la fuerza que lo ha atado, pero que le ha dado también el poder de romper
sus ataduras.
Ya sabemos que hay proyecciones inconscientes que pueden llevar a una persona a
enfrentamientos, relaciones y situaciones que, aunque asuman un cariz de destino, están
reflejando su propia lucha por llegar a la conciencia de sí mismo.” (Del libro Relaciones
humanas, de Liz Greene)
POR LO TANTO
Insisto en la propuesta de un destino que está escrita en alguna parte, sugerida, pensada
por Alguien, porque a ese destino de “cosas que pueden suceder” acude el tarot, la
quiromancia, la videncia o cualquier persona con un mínimo de sensibilidad y de apertura a
recibir esa información. Si se puede acceder a ello es porque tal vez exista.
99
Uno puede pensar que todo está escrito en el destino y entonces puede sentir una enorme
frustración por el sentimiento de ser un muñequito que juega el papel que Dios le ha
puesto. Es muy pobre si realmente es así. A mí me entra un enorme enojo si no tengo la
sensación de que puedo renacer con mi esfuerzo, si sé que no son válidos mis despertares,
si no tiene algún sentido lo que soy y lo que hago. Sí, ya sé que parece una presunción
querer ser algo cuando dentro de poco moriré y no quedará de mí más de lo que haya
quedado de cualquier indigente que murió hace diez siglos, o de un Neandertal que en su
momento creyó ser importante.
Quiero creer en un destino en el que, a pesar de lo propuesto, uno, siempre, y digo
“siempre”, pueda cambiar, pueda hacer modificaciones.
Hay cosas de las que hacemos que son de mucha importancia para nuestro desarrollo y el
cumplimiento de nuestro “destino”; hay otras, en cambio, y lo he podido comprobar
muchas veces, en las que no cambia nada con lo que hagamos o no hagamos; hay
momentos decisivos y hay momentos intrascendentes, pero también hay situaciones que
vivimos y cosas que hacemos que, aunque no tienen importancia para nuestra evolución, sí
que la tienen para la de otra persona. Así, a veces, por ejemplo, y sin darnos cuenta,
entretenemos a otra persona hablando por teléfono de cosas banales para que no pueda
recibir otra llamada que es mejor que no reciba, o para que salga un poco más tarde a la
calle y evitarle un accidente, o para que oiga una frase nuestra que puede ser
esclarecedora para ella, etc... Y vuelvo a decir que he comprobado que es así como sucede
en algunos momentos.
Además, estoy seguro de que Dios –o quien diseñe el futuro- quiere siempre lo mejor para
mí –y no sé de dónde sale esta seguridad-, y siento con firmeza que las experiencias
realmente “inevitables” no se han de evitar.
He llegado a la seguridad de que lo que nos pasa es lo mejor que nos puede pasar, aunque
tardemos en comprenderlo y aceptarlo. Siempre hay un momento de serenidad en que uno
razona o siente que aquello que tanto le hizo sufrir le abrió otras posibilidades.
Conozco opiniones de personas que creen que cuando uno es consciente de que eso que
llamamos destino forma parte de un orden establecido, que es de una perfección
asombrosa, que cada paso viene dado en el momento preciso, que no se puede pasar a una
cosa hasta resolver la anterior, y que por encima de todo ello hay una Presencia Divina que
vigila el correcto desarrollo de cada uno de los destinos, y lo cuida y lo mima con ternura y
Amor, entonces uno comprende que es necesaria la rendición para nuestra propia
redención; se comprende la necesidad de aceptar con todo el amor.
Uno está destinado a ser Uno Mismo. Nada más. Y nada menos. Nadie puede cumplir
nuestro destino, ni nosotros podemos pretender realizar el destino de otros.
Si uno tiene fe comprende la necesidad de aceptar CON TODO EL AMOR Y TODA LA
CONSCIENCIA el “hágase tu voluntad” y siente la necesidad interior de decirle a Dios “de
acuerdo, reconozco mis interferencias en Tu deseo de cuidarme y llevarme bien hasta Mí.
Te brindo mi Voluntad. Hágase ahora tuya”.
RESUMIENDO
El destino es como llamarás a lo que te va a pasar tanto si prestas atención como si no. Por
eso es mucho mejor ser el Creador de tu Destino, ya que tienes la posibilidad de crearlo, y
100
hacer que sea especial. Es tu responsabilidad y tu obligación. Alégrate de que sea así. Sé
valiente.
Francisco de Sales
“La meta principal es la autorrealización intima del Ser, y no debe descuidarse por las
metas secundarias. El mejor servicio que puede hacerse a los demás es la liberación de uno
mismo”
(Buda)
“Si una persona no tiene el sentido de su propia peculiaridad y de su validez interior, está a
merced de lo colectivo y de los acontecimientos externos, y no puede encontrar continuidad
ni propósito en la vida.”
(Liz Greene)
REALIZAR es “efectuar, llevar a cabo algo o ejecutar una acción” y así entendemos todos la
palabra, pero tiene otra significado muy interesante y menos conocido: “sentirse satisfecho
por haber logrado cumplir aquello a lo que se aspiraba”.
Realizarse también es, en una interpretación menos académica pero más cierta, hacerse o
convertirse en realidad, o sea, trasformar en existencia real y efectiva el potencial y la
esencia que todos somos. Realizarse es convertirse en la realidad que uno es más allá de la
equivocación en la que vive. Más allá del personaje, de los miedos, de la deseducación. Ser
el auténtico, el único que solamente uno puede ser.
todo lo agradable que eres en realidad y estabas evitando. Puedes querer, por ejemplo, dar
abrazos a la gente que quieres en vez de reprimirlos.
por pruebas que le pone la vida, desarrolla parte del potencial, pero no por propia voluntad,
sino por ese momento que ha necesitado lo más y lo mejor de nosotros, que nos ha puesto
contra la pared y nos ha dicho: ahora sé tú.
La realización nos propone ser nosotros mismos, seres individuales, por lo tanto hagamos
la pregunta en singular: realmente… ¿estoy siendo yo mismo?
Uno ES, en tanto se da cuenta de que ES; uno ES, en tanto domina las circunstancias que
le rodean; uno ES, cuando se sale de la confusión; uno ES, si está atento a su interior, si
escucha su propio silencio, si prepara el camino de acercamiento a su ser; uno ES, cuando
se enfrenta a la posibilidad inherente en cada uno de desarrollar su propia vida; uno ES,
cuando propicia cambios que aparentemente son pequeños, pero que, hechos en un
momento determinado de la vida, pueden provocar un destino diferente; uno ES cuando
utiliza la posibilidad de decidir y se atreve a ser.
Uno debe recordar que es honorable defender el propio territorio, valorar lo que ES, y
convertirse en aquello que está destinado a ser.
Todavía no llegamos a ser, con minúscula, y el motivo de la vida es alcanzar el SER, con
mayúsculas.
Mi deseo es que la paz te guíe cuando el momento adecuado rompa su quietud y tengas
que SER TU MISMO.
SOLUCIONES O SUGERENCIAS
No he conocido nada ni nadie que explique mejor el Proceso de Realización que el libro
“Curso de Psicología de la Autorrealización”, de Antonio Blay Fontcuberta. Te lo recomiendo
efusivamente.
RESUMIENDO
Francisco de Sales
“No hay nada peor que condenar la vida a que esté muerta”.
“Quien tiene por qué vivir, puede soportar casi cualquier cómo.”
(Nietzsche)
“Durante mucho tiempo creí que la verdadera vida estaba a punto de comenzar, pero que
siempre se presentaba un obstáculo en mi camino. Primero debía terminar tal o cual cosa,
resolver algún asunto pendiente; había que cumplir un periodo en alguna parte o saldar
una deuda.
Luego caí en la cuenta de que esos obstáculos
no eran otra cosa que la vida.”
(Bette Howland).
“El arte de triunfar en la vida consiste en saber comenzar muchas veces” (Anónimo)
Es muy duro, pero es la realidad: cuando uno nace no le dan un libro de instrucciones de
cómo funciona la vida,
y esto de vivir es complicado a veces”.
Una vida.
Sólo una vida.
Únicamente una vida.
Ésta.
La que estás viviendo ahora.
¡Perder la vida sin vivirla sí que es un drama!
Vivir, sin consciencia y sin responsabilidad, no es vivir sino ser vivido. Es derrochar el
tiempo, pero no es vivir.
Y vivir debiera ser SIEMPRE VIVIR, siempre con mayúsculas, porque vivir es un acto
mayúsculo.
Vivir no es sólo rellenar el espacio de tiempo entre el nacimiento y la muerte, sino lo que
hacemos con ese espacio o en ese espacio. No es consumir los días, no es matar el tiempo,
no es llegar a viejo del mejor modo posible y con la economía resuelta, no es nada de lo
que aparente ser solamente una explicación o una justificación: VIVIR es, simplemente,
VIVIR.
Vivir requiere, sobre todo, consciencia. Detenerse a menudo, de un modo voluntario, para
averiguar cuál es el significado de nuestra vida, cuál es su valor, y comprobar si le estamos
dando el sentido que queremos.
Comprobar si sólo estamos prestando atención y empeño a que disfruten nuestros sentidos
(que es realmente importante, pero no exclusivo), si le estamos prestando la atención que
requiere nuestra vida espiritual (que existe, aunque la desconozcamos o la tengamos
desatendida), si estamos solamente llenos de las ambiciones materiales y no de las
transpersonales, si tenemos atendidos los compromisos que hemos adquirido con nuestros
familiares, si estamos cumpliendo con nuestras metas y objetivos, si nos prestamos
atención, etc.
Si no lo hacemos así, ya se encargará la vida de proveernos una crisis seria o una situación
desagradable que nos haga parar para tomar conciencia.
La vida está compuesta por momentos irrepetibles. Los momentos que la componen huyen
uno tras otro, continuamente, y sólo en contadas ocasiones nos permitimos vivirlos con
total intensidad.
Hay que quedarse con el lote completo que es la vida, que te presta momentos de amplias
miras y placeres y con la misma generosidad intercala tragos duros, ingratos; piedras
grandes que no hay magia que convierta en granitos de azúcar y que, tal como fueron
creadas, con sus aristas, tienes que tragártelas aplastando en tu interior cuanto encuentran
a su paso. Sólo el estar abierto a la vida permite triturar esas piedras o, por lo menos,
limarlas.
POR SI NO LO SABES
107
La única forma de prevenir y evitar una de las partes dramáticas de la vejez –ese Tiempo
de los Arrepentimientos- es tener la conciencia tranquila de haber sido consciente de la
propia vida y haber disfrutado lo posible.
A fin de cuentas, ya sabemos que es un regalo con fecha de caducidad que hay que
aprovechar antes de que deje de sernos útil.
La vida nos propone “lo efímero”, lo “sin tiempo”; nada dura más de una milésima de
segundo, pero no aprendemos a disfrutar esa brevedad pensando que se va a repetir una y
otra vez hasta un infinito lejano.
Es conveniente utilizar los sentidos mucho más a menudo, con verdadera y provechosa
atención: son los materiales para el placer con los que la vida nos ha obsequiado. Es mejor
que haya menos pseudo-placeres de los que distraen y atontan, menos rutina y
desatención en los actos, y más recrearse en el tacto de las personas y las cosas, en el oído
de las delicadas músicas y sonidos, en el gusto de las cosas que ingerimos, en el olor de un
ser querido o de un campo, y en la vista espléndida de cualquier cosa y de todas las
bellezas.
REFLEXIONES
La Vida es lo más grande que nos pasa en nuestra vida, pero la vemos tan “normal”, tan
“cotidiana” -porque suponemos que hay un mañana, y otro mañana, como si fueran
infinitos-, que no la respetamos y valoramos.
La vida es nuestra responsabilidad y esto deberíamos tomarlo muy en serio.
Hay vidas que se sufren, vidas que se pasan sin pena ni gloria y vidas que se viven. Si uno
se resigna a quedarse con la primera o la segunda, no puede optar a la tercera.
Si la vida es una dádiva divina, sólo por respeto ante el dador, y por responsabilidad
propia, tenemos la obligación de seleccionar la libertad y delicia que producen escoger la
tercera opción: la del cumplimiento del compromiso con el Ser Superior Creador y con
nuestro Ser Interior.
Aquí venimos a vivir y no a otra cosa. O sea que malvivir, derrochar el tiempo de la vida,
pasar por ella sin gozarla quedándose empantanado en problemas ilusorios, e incluso en los
reales, es faltar al principio elemental que conlleva la vida que se nos otorga.
No venimos aquí para hacer de la distracción una forma de vivir o del sufrimiento el
108
objetivo prioritario.
Tenemos el compromiso, para con nosotros mismos y para con el resto de humanidad, de
colaborar con nuestra actitud en hacer un mundo mejor en el que habitar, y ayudar a
evolucionar el conjunto de los seres humanos.
Una actitud negativa siempre es contagiosa.
El optimismo, la vitalidad, la sonrisa, la esperanza, y hasta la fe, también son contagiosas.
Y más agradables.
Contagiémonos nosotros y contagiemos al mundo.
TRABAJA TÚ
Francisco de Sales
Primero tienes que averiguar qué es lo que REALMENTE quieres, y después tener una fe
inquebrantable en que puedes conseguirlo y, al mismo tiempo, aceptar que puedes tenerlo
y lo mereces.
109
No hay otra cosa más importante que averiguar lo que REALMENTE quiere uno, porque la
condición indispensable para poder hacerlo realidad es conocerlo.
Es muy interesante invertir todo el tiempo que sea necesario hasta averiguar la respuesta.
De que seamos capaces de encontrar la respuesta o respuestas adecuadas va a depender
el resto de nuestra vida.
Ten cuidado de no dejar que nada te distraiga de esta tarea: es de vital importancia.
Y es conveniente que, aunque ya hayas encontrado una respuesta, te sigas haciendo la
pregunta, porque admite muchas respuestas de distintas cosas que uno REALMENTE
quiere.
El hecho de no saber lo que se quiere paraliza o ralentiza el Camino que debiera ser
imparable.
Cada vez que nos planteamos la necesidad o conveniencia de hacer un cambio nos
atormentan las mismas cuestiones: ¿acertaré?, ¿cómo sé que esto es lo que tengo que
hacer precisamente y no otra cosa?, ¿y si espero un poco más para ver si se soluciona
solo?, ¿por qué me pasa esto de que durante un momento estoy absolutamente convencido
de lo que tengo que hacer pero cuando ya tengo que hacerlo me vuelven a asaltar las
dudas?, ¿todo el mundo es tan indeciso como yo?
Parece que en el momento en que tenemos más de una opción para elegir se presentan
automáticamente todas las dudas. Incluso, sería capaz de decir que cuando sólo tenemos
una opción también se presentan las dudas.
Es el miedo a nosotros mismos, a los reproches posteriores al descubrimiento de que no
fue la decisión adecuada, lo que nos frena. Es la exigencia insistente de hacer las cosas
bien lo que nos deja quietos, esperando una mano firme que nos guíe, o que se abra el
cielo y un letrero firmado por Dios nos diga qué es lo que queremos, lo que tenemos que
hacer, cuál es el pensamiento acertado… que sea el propio Dios en persona, o los Espíritus
Iluminados Superiores o, por lo menos, los mil sabios de Grecia, quienes se disputen el
privilegio de ser nuestros asesores personales, y nos allanen la senda que nos puede llevar
a descubrir, de una forma indiscutible, la respuesta exacta a la gran cuestión: y yo,
REALMENTE, ¿qué quiero?
El que tengamos la estupenda libertad de poder decidir qué queremos lleva implícita la
responsabilidad de tener que decidirlo, y en un paso posterior y no menos complicado,
tener que realizarlo.
Mientras no sepamos qué queremos estaremos relativamente tranquilos porque podremos
seguir en la inacción, en la espera improductiva de una respuesta.
Hasta cierto punto, es comprensible la desidia, el no querer escuchar la inquietud, porque
mientras uno no sabe lo que quiere no tiene por qué convertirlo en realidad, pero una vez
que encuentran las respuestas, se queda sin tan magnífica excusa, y tiene que hacerlo.
Otra razón que estanca en el encuentro de las respuestas es nuestro desconocimiento
interior. No somos conscientes de que conviven con nosotros, por lo menos, dos
saboteadores natos.
El primero, es la ignorancia de que tenemos posibilidades de encontrar las respuestas y el
derecho de que así sea. Se trata, simplemente, de escucharnos. De prestarnos atención. De
dejar hablar al corazón, o al Niño que es libre y pregunta con curiosidad obedeciendo a sus
impulsos naturales. De deshacernos de los miedos. De amarnos. De ser conscientes de la
responsabilidad que adquirimos con nosotros mismos cuando llegamos al mundo:
procurarnos la mejor de las vidas posibles.
Tenemos que hacernos la pregunta sin miedo y sin complejos. Sin prejuicios. Sin
boicotearnos.
Una vez escuché contar a una persona cómo hay que dirigirse a Dios –o al Universo o a
quien cada uno crea que realiza esa tarea- cuando se le pide algo, y dijo que es pidiendo a
110
ATENCIÓN
ATENCIÓN
Es necesaria la honradez para descubrir el deseo, pero después se necesita el coraje para
llevarlo a la práctica. De nada vale simplemente tener la teoría, de poco sirven las
repeticiones como mantras de los pensamientos positivos, y de poco las reflexiones
sesudas, si al final todo se queda en un proyecto de buenos propósitos.
SOLUCIONES O SUGERENCIAS
Si te haces la pregunta tal como está planteada te puedes quedar estancado en ella,
111
TRABAJA TÚ
SER YO MISMO
DESCUBRIRME
PAZ
SABIDURÍA
TENER LA MENTE MÁS ACTIVA
TENER MÁS SEGURIDAD EN MÍ MISMO
TENER UNA AUTOESTIMA CORRECTA
CUIDAR MI CUERPO Y LAS COMIDAS
REFLEXIONAR
DEJAR DE PERDER EL TIEMPO
VIVIR
JUGAR
REÍR
SER ORIGINAL, SER CREATIVO
TENER CAPRICHOS Y CONCEDÉRMELOS
HACERME FELIZ
HACER FELICES A LOS DEMÁS
AYUDAR AL PRÓJIMO
ELIMINAR DE MI IVDA LO QUE ES PRESCINDIBLE
ESTAR ATENTO A LA VIDA Y A QUE ESTOY VIVO
BUSCAR Y ENCONTRAR COSAS PLACENTERAS
EVITAR TENER MOTIVOS DE ARREPENTIMIENTO
REFLEXIONES
Ya te has hecho las grandes preguntas: ¿quién soy?, ¿por qué estoy aquí?, ¿cuál es el
sentido de la vida?, ¿soy feliz?, etc…
Las respuestas a todas ellas son muy importantes, pero son todas cuestiones más o menos
filosóficas y de principios que no llevan a la acción. Se contestan con la mente, o a veces
con la emoción, pero no empujan a actuar como pueden hacer las respuestas a esta
pregunta: “yo, REALMENTE, ¿qué quiero?”
RESUMIENDO
Es inaplazable. Es una pregunta para ahora... y para siempre. Para repetirla continuamente
y para ser exigente con que sea respondida.
No valen otras respuestas, sólo vale TU RESPUESTA.
Y no hay una única respuesta: puede haber muchas y ser todas ciertas.
Dedica tiempo y atención a contestarla.
Esto merece más de una reflexión.
Más de una vez.
Mejorará –sin duda- tu vida.
Francisco de Sales
CAPÍTULO 21 – EL PLAN DE VIDA – EL GUIÓN DE VIDA
“Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino
que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez”.
(Gabriel García Márquez)
113
Se puede cambiar cualquier cosa que se quiera cambiar pero con una condición: primero
hay que quererlo de un modo intensamente vivencial, como si no se pudiera seguir
existiendo en el modo actual y uno quisiera salir de él a cualquier precio, como si lo
presente ahogara y aplastara, como si fuésemos a morir en caso de no cambiar. Y es que,
realmente, es así: seguir tal como uno está es estar perdiendo la vida o, cuanto menos, el
tipo de vida al que uno puede aspirar.
No vale sólo con quejarse y sentirse víctima, porque verdaderamente uno está sufriendo o
consumiendo la vida en vez de disfrutarla y está utilizando un mal modo de vivirla. Cuando
esto sucede es una realidad y no sólo una sensación.
Para salirse del Guión uno debe responsabilizarse de las decisiones que tomó –más bien
que le “obligaron a tomar”, pero a pesar de ello hay que responsabilizarse- en su momento,
y debe hacerlo con el corazón generoso, siendo consciente de que las decisiones que tomó,
fueran las que fueran, son las que tuvo que tomar o las que pudo tomar en la situación y
con los acontecimientos de aquel entonces.
POR ESO NI SIQUIERA UNO MISMO TIENE DERECHO A JUZGAR, DESDE LA MENTE Y LAS
CIRCUNSTANCIAS ACTUALES, A AQUEL NIÑO POR LO QUE HIZO ENTONCES.
Uno ya no es el mismo. EN AQUEL TIEMPO DE LA INFANCIA TENÍA QUE SOBREVIVIR COMO
FUERA y por eso hizo lo que hizo.
Ahora es otro momento.
Ahora uno puede tener más fuerza y más claridad, por eso lo quiere resolver, pero lo ha de
hacer sin buscar culpables. Más bien, agradeciendo a aquel niño su buena intención y su
esfuerzo y sacrificio, porque ha permitido llegar a este aquí y ahora.
Deberá ser uno muy consciente de los mandatos, para que no le boicoteen el Plan de Vida,
y deberá encargarle al Adulto la responsabilidad de su realización, pero advirtiéndole que
tenga en cuenta las aportaciones positivas del Padre Nutritivo y del Niño Natural.
Uno no emprende un viaje sin saber a dónde va. Lo organiza con tiempo, prevé los sitios
114
que quiere visitar, incluye las cosas que le van a agradar, y hace lo posible para que todo
salga bien.
Pues lo mismo se debe hacer con el viaje de la vida.
Es más: es obligatorio.
Y los permisos ante cada uno de los mandatos serán de este modo:
115
Es más efectivo que el permiso venga de fuera, que sea otra persona, real, quien lo dé.
Para ello es necesario que esa persona tenga en sí misma el permiso que nos vaya a dar. Si
no es así no funciona: se capta la incongruencia, y carece de la fuerza de convicción que se
necesita, y se desarticulará fácilmente.
Habrá que tener cuidado con que no se produzcan los peligros que puede conllevar esto: de
una parte, prepotencia por parte de quien da el permiso, y de otra, dependencia de quien
lo recibe. Hay que buscar una persona de confianza.
El plan de vida puede ser todo lo simple o complejo que uno quiera. Puede tener tantos
capítulos como se deseen, y tantos subcapítulos o apartados como uno considere necesario.
Mi recomendación es empezar con lo poco que se tenga al principio, pero estando abierto y
atento a enriquecerlo cada vez más con matices e ideas que se nos vayan ocurriendo, que
nos aporten otros o nos lleguen de otro modo, o bien que desarrollemos a partir de cosas
que veamos en los demás. Pero no hay que copiarlos literalmente, sino que cada uno tiene
que adaptarlo a sus propias circunstancias.
El Plan, al principio es una casa vacía.
Con una casa vacía podemos hacer dos cosas: entregarle las llaves a un decorador y decirle
que la llene de muebles (con lo cual no participaríamos en el desarrollo de nuestra casa-
Plan de Vida. Acabará siendo muy bonita, de portada de revista, pero cuando entremos en
ella no tendremos la sensación de que es nuestra casa) y esto sería el equivalente a copiar
textualmente un Plan de Vida ajeno o uno de esos de manual que aparecen en muchos
libros.
116
La otra opción es poner lo básico para empezar a vivir y luego, poco a poco, buscar cosas
que nos gusten, e ir añadiendo un día un cuadro y otro día una lámpara hasta que esté
completa “nuestra auténtica casa”, que sería el equivalente a diseñar nuestros principios
básicos, comenzar con ellos (aunque esté poco amueblada la casa) e ir incorporando
nuevas cosas a medida que vamos descubriéndolas.
MI MÁXIMA HONRADEZ PRESIDIRÁ TODO LO QUE HAGA A PARTIR DE AHORA, JUNTO CON
EL RESPETO PROPIO Y MI DIGNIDAD PERSONAL.
¿QUÉ PASOS HAY QUE DAR Y QUÉ TIENE QUE APARECER UN PLAN DE VIDA?
REVISA TUS PRINCIPIOS – desecha los que no te valgan y aquellos en lo que ya no crees.
Incorpora nuevos si los necesitas. Presta mucha atención a esto porque es la base de la
persona que serás a partir de ahora.
REVISA TU ESCALA DE VALORES – tienes que tener muy claros cuáles son; qué aparece en
primer lugar y es casi sagrado, y qué es lo que menos o nada te importa. Tu escala de
valores también es absolutamente personal: lo que sea importante para otras personas no
tiene por qué serlo para ti, y viceversa. Respétala y, mediante la asertividad, haz que los
demás la respeten.
REVISA TUS FILOSOFÍAS DE LA VIDA COTIDIANA – Todos los días haces mil cosas; ahora
has de saber por qué las haces y si vas a seguir haciéndolas o las vas a modificar. Tu Yo
Observador ha de estar muy atento y darte información. Se trata de cuestionar todo lo que
haces, verte como si no te conocieras, preguntártelo todo. Necesitas saber por qué actúas
así y si te sientes identificado con las cosas que haces y con el modo de hacerlas.
CREA TU PROPIA RELIGIÓN – Funda una nueva religión si lo crees conveniente. Aprovecha
lo que te parezca más interesante de cada una de las que conozcas. Atrévete. En todas hay
un Dios, se llame como se llame, y en todas está el Amor. Tienes que tener una religión en
la que creas firmemente y tienes que crecer en ella y respetarla.
MARCA UNAS NORMAS – que han de ser de escrupuloso cumplimiento. Todo lo que sea
relacionado con el Plan de Vida es sagrado: no permitas que nadie, ni siquiera tú, le falte al
respeto o lo destruya.
LO QUE SÍ Y LO QUE NO – Coge dos folios y empieza a escribir todo lo que para ti será, a
partir de ahora, y en adelante, SI o NO, SIEMPRE o NUNCA… y sé irreductible en su
cumplimiento.
LO IMPORTANTE – puede ser algo de lo que aparece en tus principios, tu escala de valores,
tus mandamientos… o puede ser algo nuevo, así que coge otro folio y pon en él lo que para
ti es VERDADERAMENTE importante.
LOS DEMÁS – no somos casi nada sin los demás. Juegan un papel imprescindible en
nuestra vida, así que piensa sobre ellos. ¿Qué lugar van a ocupar en tu vida?, ¿cómo te vas
a relacionar con los demás?
SÉ REALISTA – es una condición innegociable a la hora de hacer el Plan: que todo lo que
pongas en él lo puedas realizar, aunque sea con esfuerzo. Los proyectos que sean
imposibles te crearán frustración, afectarán negativamente a tu autoestima, te harán creer
que eres un fracasado. Por lo tanto…¡sé realista! Siempre estás a tiempo de añadir más
cosas más adelante a medida que te veas capacitado para más.
Y TÚ, REALMENTE, ¿QUÉ ES LO QUE QUIERES? – la pregunta más trascendental, más difícil
de responder, más enriquecedora, ennoblecedora y clarificadora de cuantas hay. Dedícale
todo el tiempo que te requieran sus respuestas. Háztela a menudo y déjala que vayan
variando las contestaciones: verás que cada vez son nuevas, y cada vez más profundas,
más sencillas, y más cercanas a la realidad.
RESUMIENDO
Con toda esta información y tiempo (y unos folios y un bolígrafo), un tiempo absolutamente
enriquecedor que sin duda cambiará el resto de tu vida, ya puedes hacer esa Hoja de Ruta
para tu vida que es el Plan de Vida. Lo que vas a hacer es algo más que una revisión de
principios: es poner la base para hacer lo que realmente quieres hacer en tu vida con tu
vida.
NOTA: A todos los que se sientan interesados por ampliar más información sobre este
capítulo, y además le va a aportar muchas otras cosas más, le recomiendo que conozcan y
aprendan todo lo que puedan acerca del Análisis Transaccional.
Francisco de Sales
CAPÍTULO 22 – LA AUTOESTIMA
(Te sugiero que, aunque creas que tienes una buena autoestima, leas lo que sigue. Hay
algo más que consejos para quien tiene mala autoestima)
“La mayor injusticia que podemos cometer para con nosotros mismos
es no desarrollar bien la autoestima. Sólo sentir compasión propia,
e instalarse en ella,
es una razón que nos condena irremediablemente a una vida miserable”.
“La lucha por la autoestima sí vale lo que exige. Sea lo que sea”.
(Te sugiero que, aunque creas que tienes una buena autoestima, leas lo que sigue. Son
algo más que consejos para quien tiene mala autoestima)
Nota.- Este capítulo es amplio porque está escrito desde diferentes puntos de vista. La
autoestima es un asunto tan importante, que lo merece. La intención es que lo comprendas
bien de uno u otro modo. Disfrutar una buena autoestima es imprescindible, pues estamos
construidos sobre ella y es la base de nuestra personalidad.
Un día, una querida amiga me dijo que tenía la autoestima baja porque creía que “era
nadie”; le contesté que yo, que tengo la autoestima en su sitio, sé claramente que soy
nadie.
La diferencia entre nosotros está en cómo sentimos la misma cosa.
Ella, que sigue enganchada a su Yo Ideal, se da cuenta de que se había propuesto ser
alguien, y no lo está consiguiendo, lo que le crea un malestar tan profundo que le afecta a
su autoestima.
Yo, en cambio, sé claramente que soy nadie, y no necesito ser alguien. Soy Yo Mismo, y
soy consciente de que no es necesario ser alguien para ser Uno Mismo, y que ninguna
persona es alguien, y que no se necesita ser alguien, sino saber y estar convencido de que
no cambia nada por ser o no ser alguien.
Elevar la autoestima es algo más que eliminar los aspectos negativos: es conseguir los
aspectos positivos.
Un ser humano merece respeto.
Y cada uno es un ser humano.
Todos tenemos ciertos yoes que nos ayudan y otros yoes que tratan de destruirnos o,
cuanto menos, no colaboran. Todos esos yoes somos nosotros, o sea, forman parte del Yo
que los agrupa.
Mejor dicho, estamos siendo todos los yoes en este instante. De momento, y mientras no
se establezca una autoestima correcta, por lo menos no debemos boicotearnos.
En nuestro nivel de autoestima influye mucho cómo nos sentimos aceptados por las
personas que son importantes para nosotros.
BAJA AUTOESTIMA:
Ir por la vida con la autoestima baja es ir cargado con un lastre innecesario, acompañado
de un enemigo traicionero y cruel, y con el freno de mano puesto.
De la baja autoestima, o de la falta de ella, es de donde nace una grandísima parte de la
infelicidad.
Si fuésemos capaces de comprender que somos un milagro, que somos afortunados por
poder estar en el mundo y disponer de una vida; si valorásemos la vista, el tacto, los
sentimientos, las emociones, el sol, la gente que nos quiere, los abrazos que recibimos,
aquel tiempo que pasamos en brazos de nuestra madre… no podríamos hacer otra cosa en
todo el día más que dar gracias a Dios.
Caemos ante ellas y eso contribuye aún más a consolidar nuestra baja autoestima. Y ya ni
siquiera es el círculo vicioso, sino que es una espiral que cae llevándonos cada vez más
hacia el centro de la total desdicha.
POSITIVISMO
JUSTICIA
Vamos a utilizar para con nosotros la misma vara de medir que aplicamos con los demás.
Vamos a encontrar la equidad y la justicia en nuestra valoración.
Habremos de reconocernos y saber valorar cada uno de los pequeños adelantos.
Enhorabuena, lo he hecho bien. Felicitaciones. Y, además, he sido capaz de reconocerlo.
Otra vez enhorabuena y felicitaciones.
Es imperdonable no valorarse en la justa medida y no respetarse.
RESPONSABILIDAD
PRIMEROS PASOS
EVITAR
Pesimismo.
Críticas desproporcionadas y destructivas.
Aburrimiento.
Desesperación.
Pereza.
Impaciencia.
Compañías o amistades negativas.
Actitudes destructivas.
Comportamientos improductivos.
FOMENTAR
Curiosidad.
Creatividad.
Confianza.
Alegría.
Amor.
Sistema de premios y recompensas.
Balances personales justos.
Buscar apoyos y gente que nos anime.
Tener una lista con todas nuestras cualidades, valores y talentos, y actualizarla
continuamente añadiendo los logros que se van consiguiendo.
Pedir ayuda si es necesario.
Entusiasmo.
Preguntarnos sin miedo.
Escucharnos sin miedo.
Crear proyectos y realizarlos.
SOLUCIONES Y SUGERENCIAS
Porque lo merezco…
Porque no quiero seguir sufriendo…
Porque lo deseo…
Porque…
Porque…
Porque…
AMOR PROPIO – dedicarte un atento cuidado y caricias constantes. El amor tiene que
122
estar en ti. No tienes que buscarlo fuera. El desamor y la falta de respeto son los peores
pecados que uno puede cometer contra sí mismo.
MENTE EN BLANCO SIN ANOTACIONES DEL AYER – es lo mejor: empezar de cero, sin
victimismo ni culpabilidad.
IDEAS
Muchos personas opinan que la repetición de frases con orientación positiva refuerzan o
modifican las ideas interiores personales y que son útiles para terminar de convencer a lo
dubitativo que habite en nuestro interior.
Por si te son de utilidad, te relaciono algunas.
Además, puedes crear más y usarlas, personalizadas, exclusivas para ti.
- No estoy en la tierra para cumplir las expectativas de nadie; mi vida me pertenece. Y esto
vale igualmente para cualquier otro ser humano. Cada persona es el propietario de su vida
y no está en la tierra para cumplir mis expectativas.
- Debo tratar con los demás de manera justa y equitativa y los demás deben tratarme justa
y equitativamente.
- Ninguna otra persona o grupo tiene la potestad de determinar cómo tengo que pensar y
sentir respecto a mí mismo.
- Yo confío en mi mente.
- Me conviene más conocer la verdad que “darme la razón” a expensas de los hechos.
- Yo merezco la felicidad.
- Yo soy “suficiente” (esto no quiere decir que no tenga que aprender nada más ni crecer
más; significa que tengo el derecho a aceptarme a mí mismo).
- Yo tengo el derecho a cometer errores; ésta es una de las maneras de aprender. Los
errores no son la razón para condenarse a uno mismo.
- Yo no sacrifico mi criterio, ni pretendo que mis convicciones son diferentes de lo que son
para conseguir popularidad o aprobación.
- No es lo que “ellos” piensan, es lo que yo sé. Lo que yo sé es más importante para mí que
una errónea creencia en la mente de otra persona.
- Nadie tiene el derecho a imponerme ideas y valores que no acepto, igual que yo no tengo
derecho a imponer a los demás mis ideas y valores.
124
- La felicidad y el éxito son condiciones naturales para mí, y no son algo que me tiene que
venir del exterior o de los demás.
- El desarrollo de uno mismo y la satisfacción de uno mismo son metas morales adecuadas.
REFLEXIONES
El prójimo es como tú. Este proceso de reconocimiento del propio valor conlleva darse
cuenta de que el prójimo también es merecedor de similar trato. Los demás son seres
vivos; atraviesan circunstancias similares a las tuyas y tienen el mismo derecho a ser bien
tratados.
ATENCIÓN
COSAS A EVITAR
- No acentuar los fallos ni los defectos, sino centrarse en los aspectos positivos.
- Pretender cosas que se saben imposibles, es decir, acometer cosas en las que hay
posibilidades de logro y triunfo de un modo realista.
(Continuará)
Francisco de Sales
(Te sugiero que, aunque creas que tienes una buena autoestima, leas lo que sigue. Son
algo más que consejos para quien tiene mala autoestima)
Hay una tendencia inconsciente, injusta y dañina, que consiste en criticar a los demás para
sentirse mejor. En las críticas ponemos al descubierto las deficiencias o debilidades ajenas,
y eso nos produce un agradable sensación de superioridad. Se nos olvida que nosotros
fallamos en otras cosas, pero, el pobre consuelo, es que en el motivo de la crítica, somos
mejores. Es una “victoria” fácil, en la que no hemos corrido ningún peligro. Aunque con
esto consigamos subir nuestra autoestima, será con una trampa que, para honrados
buscadores como somos, no ha de ser admisible.
Quien base su estima personal en las riquezas materiales que haya conseguido, o en el
éxito en su trabajo, o en los halagos que recibe de los demás, pero no es capaz de valorar
que lo trascendente es la sensación personal e íntima, más que los aplausos externos,
pierde la oportunidad de valorarse en lo que realmente es su valor personal y su auténtica
realidad. En este erróneo caso, su autoestima será siempre circunstancial y estará
condicionada por factores externos, que son ajenos por tanto.
- De todos los juicios a que nos sometemos, ninguno es tan importante como el nuestro
propio. La autoestima positiva es el requisito fundamental para una vida plena.
- Tener una autoestima baja es sentirse inútil para la vida; equivocado, no con respecto a
tal o cual asunto, sino equivocado como persona.
- Tal vez no podamos jamás estar satisfechos con nosotros mismos a causa de la
aportación negativa de los demás, o porque hemos faltado a nuestra propia honestidad,
integridad, responsabilidad y autoafirmación, o porque hemos juzgado nuestras acciones
con una compresión y compasión inadecuadas.
- Alcanzar el "éxito" sin alcanzar una autoestima positiva es estar condenado a sentirse
como un impostor que espera con angustia que lo descubran.
- Así como el aplauso de los otros no genera nuestra autoestima, tampoco lo hacen el
conocimiento, ni la destreza, ni las posesiones materiales, ni el matrimonio, ni la
126
- La autoestima positiva se comprende mejor como una especie de logro espiritual, es decir
como una victoria en la evolución de la conciencia.
- El estado de una persona que no está en guerra ni consigo misma ni con los demás, es
una de las características más significativas de una autoestima sana. La autoestima es la
base de esa serenidad de espíritu que hace posible disfrutar de la vida.
- A veces la gente llama "pensar" al mero reciclaje de las opiniones ajenas, no al verdadero
pensamiento. La independencia es una virtud de la autoestima.
RECORDAR: no sostener una relación de rivalidad con la propia experiencia que se esté
viviendo.
MEDITAR: sobre esta frase "Lamento mis errores pasados, pero no creo que la manera de
redimirme sea empeorarlos rechazando de nuevo mis deseos".
Cuando luchamos contra un bloqueo, éste se hace más fuerte; cuando lo reconocemos y
aceptamos, comienza a desaparecer, porque su existencia continua requiere oposición.
La intransigente severidad hacia nosotros mismos no es algo de lo que nos debamos jactar.
Nos vuelve pasivos e impotentes. No inspira cambios sino que nos paraliza. Sufrir es la más
fácil de las actividades humanas; ser feliz es la más difícil. Y la felicidad requiere, no que
nos rindamos a la culpa, sino que nos emancipemos de ella.
127
- Es importante que quede claro que la Autoestima no es algo fijo ni inamovible; de hecho,
puede cambiarse ya que se va formando a lo largo de nuestra vida. Para que sea
potenciada es importante observar los factores que influyen en la formación de la misma
porque, conociéndolos, estaremos en condiciones de modificarlos y corregir aquellos
aspectos que limitan la confianza en nosotros mismos.
- La palabra Autoestima está compuesta por dos conceptos, el de "auto" que alude a la
persona en sí y por sí misma y "estima" que alude a la valoración. Por lo tanto, podemos
definir la Autoestima como la valoración que hace una persona de sí misma.
- En nuestra vida cotidiana existen personas o circunstancias que ocasionan que dudemos
de nuestra importancia. Por eso hoy en día la frase de Goethe "La peor desgracia que le
puede suceder a un hombre es pensar mal de sí mismo", es actual y real.
- La Autoestima es parte fundamental de la realización del ser humano porque este amor a
nuestra persona nos lleva a una buena salud física y mental, a una mejor productividad y a
una mayor creatividad.
- Aceptarnos tal como somos. Para ello hay que tomar conciencia de nosotros mismo
cuestionándonos acerca de nuestra autovaloración y reflexionando sobre los modelos
familiares y culturales que están influyendo en la opinión que tenemos de nosotros mismos.
- Intentar cambiar los modelos negativos por otros positivos que fomenten nuestra
Autoestima.
- Evitar compararnos con otras personas, puesto que cada persona es única y singular;
además, que al compararnos siempre encontramos a alguien que a nuestros ojos es mejor
o más feliz.
REFLEXIONES
128
Decía Franco Battiato en una canción “prometo no abandonarme nunca más” y este es uno
de los principios básicos no sólo del camino del Descubrimiento, sino de todo el Proceso de
Vida: el respeto a Uno Mismo. Porque cualquier cosa que yo no haga por mí, es una falta de
respeto; porque cualquier principio mío íntimo, profundo, sincero, que yo no respete, es un
atentado contra mí; porque faltarme al respeto en mi dignidad de ser humano, es una
afrenta; porque he de respetar mis ideas y mis decisiones, a pesar de los desaciertos;
porque he de escuchar la sabiduría de mi cuerpo y respetarla; porque he de respetarme a
mí mismo en los momentos de hundimiento.
MIS PENSAMIENTOS
POR SI NO LO SABES
Es evidente que cuanto mejor nos conozcamos mejor sabremos las necesidades reales que
tenemos para sentirnos mejor con nosotros mismos.
La autoestima es un asunto de creencias, emociones y sensaciones. Nuestra realidad casi
nunca tiene que ver con la idea que tenemos de nosotros mismos. Todos los que padecen
una autoestima baja tienen tendencia a infravalorarse, desvalorizarse, despreciarse, no
aceptarse, sentirse a disgusto consigo, odiarse, maltratarse… en resumen, atentar contra la
propia dignidad personal.
La dignidad es el concepto que uno tiene de sí mismo como persona, sobre todo en cuanto
a ser merecedor de algo.
Hay dos formas de valorarse: por lo exterior –por cómo son nuestras acciones,
comportamientos, atención a los demás, valores sociales, etc.- o por lo interior –nuestra
auténtica naturaleza, la capacidad de amar, generosidad, integridad, etc.-, y tenemos que
ser objetivos: ni justificaciones, ni desprecios, pero sí reconocer las limitaciones y no
marcar metas imposibles que nos llevarían a la frustración. Seamos realistas en todos los
aspectos, como ha de serlo el proyecto que emprendamos de modificación de conductas y
de aspiraciones para el presente y el futuro.
Aquí tienes una propuesta que te harán reflexionar acerca del conocimiento que tienes de
ti. Coge papel y bolígrafo y responde.
continuada y decisiva en todos los ámbitos de nuestra vida, desde el trabajo a nuestras
relaciones familiares, sentimentales, amistosas, etc.
La reacción que tengamos teniendo en cuenta los diferentes acontecimientos que se
produzcan, dependerán de quién sea la persona que los realice, y qué puedan pensar los
demás de cómo somos.
Lo externo es un reflejo de nuestra vida interna, siendo clave tanto para comprendernos a
nosotros mismos, como para entender a las personas que nos rodean. Por todo esto
podríamos decir que la autoestima tiene que ver mucho con la idea de éxito y/o fracaso.
Independientemente de los problemas que tienen su origen en aspectos biológicos,
prácticamente todas las dificultades psicológicas tienen una parte en la que está implicada
la autoestima, que puede ir desde la depresión, angustia, el temor, desorientación vital,
consumo excesivo de drogas legales e ilegales, hasta agresiones o inmadurez emocional.
Pensemos que nosotros somos nuestros mayores jueces, por lo que hemos de ser
ecuánimes y buscar una autoestima positiva como punto de partida para alcanzar una vida
plena.
Podríamos dividir en este caso, la autoestima en dos: un sentimiento de capacidad personal
y otro de valía personal.
O dicho de otra forma, podríamos decir que: autoestima es la unión entre confianza y
respeto por uno mismo. Se refiere a ese juicio personal, en el cuál cada uno expone su
habilidad para afrontar las situaciones vitales, así como su derecho a ser feliz.
RESUMIENDO
Me atrevo a decir que es el primer paso, o cuanto menos uno de los primordiales y más
importantes, sin duda. Mientras no sientas la convicción de que la autoestima es la base
sobre la que estás construido, y que todo lo que pongas sobre ti tambaleará si la base no
es muy firme, los pasos que des serán vacilantes, inciertos, dubitativos… la autoestima es
la medida del respeto y amor que te tienes: falta de autoestima es falta de amor. Y no
adecuarla es una falta de respeto casi imperdonable.
Francisco de Sales
“Susya, el rabí jasídico, dijo poco antes de su muerte: “cuando llegue al Cielo, no me
preguntarán por qué no fui Moisés. Me preguntarán,
en cambio, por qué no fui Susya. Me preguntarán
por qué no fui lo que solamente yo podía ser.”
¿POR QUÉ NO ERES EL QUE SOLAMENTE TÚ PUEDES SER?
(Anónimo)
“La derrota personal más profunda que pueden sufrir los seres humanos está representada
por la diferencia entre lo que uno es capaz de llegar a ser y lo que uno es”.
(Ashley Montagu)
“Cuando cierro los ojos es cuando realmente empieza YO. Cuando cierro los ojos y siento,
entonces soy yo. Yo no soy mi cuerpo, sino su habitante”.
“Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere.
Aquí lloramos todos, gritamos, berreamos, moqueamos, chillamos, maldecimos… Porque es
mejor llorar que traicionar, porque es mejor llorar que traicionarse”. (Mario Benedetti)
“Uno no debe conformarse con lo que está siendo. Puede llegar a ser Uno Mismo, y es el
mejor premio que se puede conseguir en la vida”.
“Nada aporta tanta autoestima y confianza como saberse y ser uno mismo”.
“Es básico conocerse lo suficiente como para distinguir cuando uno ES y cuándo ESTÁ
SIENDO. Se ES, intrínsecamente, a todas horas, y se ESTÁ SIENDO en momentos
puntuales. Uno, ES; el personaje, ESTÁ SIENDO”.
“La forma más común de la desesperación consiste en no ser uno quien es. Una forma aún
más profunda es el intento de ser alguien
diferente de quien se es”.
(Kierkegaard)
“El viaje más largo es el que se hace hacia el interior de uno mismo.”
(Dag Hammarskjöld)
(Paracelso)
Cuando decides “a partir de ahora quiero ser yo mismo”, como no sabes quién eres, y como
no te sirve tu propia referencia, parece que no te queda más remedio que compararte con
otras personas.
Pero otras personas son otras personas.
No son tú.
Son ellas.
Cuando te fijas en cómo son otros, es únicamente como referencia, porque no has de ser
como ellos, sino ser tú mismo.
En la religión cristiana se habla de un Juicio Final en el fin de los tiempos. Yo creo que cada
uno debería hacer Juicios Finales continuos, pero sin necesidad de jueces ni de un tribunal
de santos, y analizar cada vez que se hace una cosa importante, por si se hizo bien o mal,
con qué intención se hizo, y si le dejó o no satisfecho.
En uno de esos Juicios Finales, deberías imaginar que ya han pasado muchos años de tu
vida, prácticamente todos, y eres ya un viejecito sentado en un sillón que se pone a revisar
lo que ha sido su vida. Van apareciendo casi todas las cosas que el recuerdo tiene
almacenadas de todo lo que has vivido. Si alguien te mira a la cara en esos momentos,
verá cuáles recuerdos son agradables, porque una sonrisa los delatará, y cuáles fueron
tristes o dramáticos, porque una mueca seria lo revelará. ¿Qué veríamos más en tu caso?
¿Sonrisas o seriedad?
Hay momentos en tu vida que son dramáticos pero tú no tienes la culpa, como el
fallecimiento de un ser querido, pero hay otros momentos en tu vida que son tristes porque
tú no te has preocupado de hacerlos felices.
Desde ese sillón del futuro, tras haber revisado tu vida -tarea que puedes adelantar y hacer
ahora mismo-, puedes hacerte una gran pregunta:
¿Quién he sido yo?
También te puedes hacer otra pregunta:
¿Quién estoy siendo?
Te sugiero que hagas este ejercicio antes de seguir adelante.
Tic… tac… tic… tac…
¿Quién ser? pues un humano, uno más del montón; uno que ha venido a vivir su vida y
trata de ser todo lo feliz que pueda, trata de hacer felices a los demás si puede, y tratar de
sentirse a gusto consigo mismo –sobre todo esto-, con las cosas que piensa y que siente, y
con las cosas que hace.
¿Quién ser? yo mismo, el que soy, el que me ha tocado ser. El que me acompaña desde
que nací, el que se manifiesta desde mi interior; un ser preferentemente feliz, que vive en
paz consigo y con el mundo.
¿Quién ser? la materia y el espíritu en perfecta armonía. Siento, cada vez con una firmeza
más indestructible, que tengo algo de divino o que incluso lo soy, que soy mágico, que
tengo un alma que es mi Maestra y mi Guía, que soy espíritu también, que busco a mi Dios
y a mi manera.
¿Quién ser? es importante saber, cada vez que me haga una pregunta, desde qué nivel me
la estoy haciendo, para contestar también desde ese mismo nivel. Posiblemente una
pregunta racional no entienda una respuesta de los sentimientos, y viceversa, como
tampoco una pregunta hecha en japonés entiende una respuesta en árabe.
Soy… -y aquí pongo mi nombre y apellidos para empezar a tener seguridad en el resto de
respuestas-, añado mi profesión u ocupación para tener aún más concreción, y
mentalmente o frente al espejo, veo mi cuerpo y me identifico aún más.
uno debe buscarla por sí mismo y en sí mismo, disfrutando de un poco más de claridad si
comprende lo anterior.
Ahora verás posibles respuestas que no deben ser tomadas como modelos, sino como
bases.
PENSAMIENTOS
Ser, ¿Quién?
Uno mismo.
Lo que hoy puedo alcanzar, no otro distinto, porque ya no sería yo; sería una buena
intención, una ilusión, el mejor de los deseos, pero no se debe ser quien no se es.
No se puede buscar uno donde no está.
Hay que tocar la realidad primero, saber las medidas y los limites, valorar y reforzar –si es
necesario- las fuerzas y las capacidades. Después, sin arrebatos, todo consciencia, hay que
ir dibujando un retrato de quién NO se quiere ser.
Y a partir de ahí el resto es, sencillamente… complicado.
Búsquedas y finales que me llevan al principio.
Tendré preguntas de las cuales parece que huyen las respuestas correctas. Y tendré dudas,
muchas dudas.
Pero si tengo por lo menos el proyecto, inacabado siempre, de lo que NO quiero ser y, por
lógica, si estoy atento, descubriré lo demás: lo que SÍ quiero ser.
Ser, el que yo siento que tengo que ser.
Tal vez un alma sensible, o unos ojos que ven todo con otros colores, o una esperanza, o
una calma, o un humano en constante crecimiento…
Ser la única forma de persona con la que me pueda sentir a gusto y en paz; ser la única
forma de persona con la que me sienta identificado, con quien no tenga que fingir, ni
luchar, ni hacer un esfuerzo por agradar o agradarme… ser quien llevo dentro, desarrollar
mi interior, dar vida y crecimiento al proyecto que aún soy.
Convertirme en Yo Mismo.
Ser la individualidad que debo ser.
Ser el conjunto único de cualidades, virtudes, procesos y cosas que nadie más que yo
podrá ser.
Ser, simplemente ser.
Ser humano.
Me refiero al significado comúnmente aceptado: personas con debilidades y con fallos.
Debo ser una persona que se muestra como es, con dudas, con días buenos y días malos.
Debo ser una persona que se muestra como tal, sin cosas que ocultar, sin tabúes, sin
complejos, sin falsas apariencias, mostrando mi actual realidad para que sea aceptada
como es.
Mostrar lo que soy y lo que tengo: inseguridades, alegrías, pesimismo, sueños, esperanzas,
desconsuelo…
Freud creía que la represión era una manera de mantener a raya lo que él denominó el
“ello”, que es el receptáculo interior de lo que llamamos nuestras “necesidades inferiores”.
Después se ha averiguado que no solo reprimimos los impulsos más “inferiores”, como la
agresividad y la sexualidad, sino que también se aprende a contener parte de la energía y
la curiosidad innatas. Todo ello para adaptarse a las condiciones del medio. Pero así como
reprimimos nuestras posibilidades “inferiores”, también reprimimos las más elevadas, y
también de ellas nos defendemos: se produce el miedo a la propia grandeza y la huida de
todo aquello que podríamos ser… ¿por qué tememos nuestra propia grandeza?... ¿por qué
135
Pues tal como dicte mi conciencia, del modo en que me sienta yo mismo, y cuidando que la
armonía se instale a perpetuidad.
Siendo yo mismo aunque eso no siempre me proporcione palmaditas en la espalda ni
aplausos. Siendo real, sin mostrarme distinto de quien soy, evitando los modelos bien
aceptados para quedar bien, o siendo consciente -en ese caso- de que estoy actuando, no
siendo.
No exigiéndome lo que no soy y lo que no tengo, no comparándome con otros, no creando
conflictos innecesarios en mi interior, no forzándome a ser de un modo distinto a como soy,
no siendo voluble en función de mi estado de ánimo o de las circunstancias ajenas, no
tratando ser el que los demás piensan que soy ni el que quieren que sea.
Cada quien decidirá cómo quiere ser, pero estas son unas buenas opciones.
SER SENCILLO
preocuparse, sin intentar engañar, sin aparentar lo que no es, aceptando las cosas de la
vida, y estando en ella sin hacer mucho ruido.
Es estar relajado ante las cosas que van sucediendo en la vida y aceptarlas como parte de
la tarea de vivir.
Es ser natural, accesible, humano.
Es tener claro que casi todo es superfluo.
Es comprender que no necesito “ser algo”, sino simplemente “ser”.
Para ello es necesario Descubrirse, poner en su orden exacto la propia escala de valores y,
si es necesario, trazar una nueva en la que se incluya lo que realmente apetezca, aquello
que realmente se valore, lo que es importante para uno, y hacer un pacto para autorizarse
a ser sencillo. Reconocer que casi todo es sobrante, que las cosas sólo valen lo que uno
esté dispuesto a hacer por ellas, que se puede vivir sin ostentaciones y sin hacer ruido, que
la naturalidad no requiere ningún esfuerzo y la sencillez es uno de los mejores ingredientes
de la naturaleza humana.
Si eres capaz de entender la delicia que es “ser nadie” tendrás más fácil alcanzar y disfrutar
la sencillez.
SER AUTÉNTICO
O sea, el legítimo, el verdadero. Espontáneo y natural. Puro. No el que los demás quieren
que seas. No una mala imitación, ni una réplica, ni el cincuenta por ciento de lo que puedes
llegar a ser, sino el que realmente eres. Si sólo estás siendo una parte de quien realmente
eres, aún no eres el auténtico.
Para ello, si es necesario, romperás con lo acostumbrado, romperás la idea errónea de ti. Y
tal vez romperás, sin que tú lo decidas, con algunos compañeros de tu entorno, a los que
quizás llamas amigos, porque se darán cuenta de cuán lejos de ellos te encuentras y no les
interesas siendo auténtico. Y he escrito interesas muy conscientemente, porque sus
intereses era lo único que te unía a ellos. Romperás también, esta vez por decisión propia,
con todo lo ilusorio, lo provisional, lo falso, los oropeles, lo que carece de base, lo que se
rige exclusivamente por intereses o apariencias.
Para ser auténtico tienes que romper con algunas ataduras que parecían lindos lazos y con
la idea que tenías de ti y de otras cosas; adquirirás la responsabilidad de tu propia vida de
un modo absoluto, te dejarás de lloriqueos y quejas infantiles, y buscarás con ahínco lo
natural y profundo que hay en ti.
Todo no son ventajas… por eso decimos de alguien que es auténtico cuando es honrado y
es fiel a sus orígenes y convicciones. Cuando podemos decir que es él mismo.
Ser auténtico es poder disfrutar de casi todos los mejores adjetivos de los que disponemos:
verdadero, puro, espontáneo, natural, creíble, franco, sincero, leal…
Sin duda, poder ostentar estas cualidades es un argumento más que suficiente para
empezar a ser auténtico.
Porque, además, es Ser realmente Uno Mismo, permitirme ser como realmente es.
Ser Uno Mismo es lo máximo.
Puede haber momentos más relajados, de aparente desatención, pero hay que seguir
alerta, con la atención afinada, en la tensión serena de la leona a punto de saltar sobre su
presa, teniendo la intuición muy pendiente de que la vida es la suma de todos los instantes
y de todos los momentos, y todos y cada uno de ellos pueden aportarte la calma, la delicia,
los sueños o el éxito.
Cada momento es el momento óptimo de Ser Uno Mismo.
Este Ser Uno Mismo no es un espectáculo que se monta para asombrar a los demás, sino
que es el hecho de vivir consecuentemente con los principios básicos que vienen implícitos
en cada uno, genéticamente o por la Gracia Divina.
Ser en la ducha, en la conversación más banal, en el mercado, cuando soy amante y
cuando soy amado, en todos los segundos que vivo, porque todos me van haciendo y
porque todos quedarán huérfanos si yo no estoy en ellos.
Sólo uno puede Ser Uno Mismo. Nadie más. No hay suplente. Sólo la integridad absoluta
siempre concede ese título honorable y honorífico.
Y no hay momento menos importante que otro.
Puedes y debes conseguir que en los momentos que aparentemente no pasa nada, sean
momentos de un contacto aún más directo contigo mismo, y que sean momentos de una
vigilancia que está atenta a no dejar de Ser Uno Mismo, y tienes que seguir siéndolo en los
momentos de calma, en los de estruendo y en los de desatención.
Ser siempre, porque sólo los muertos no pueden ser.
PARA OBSERVAR
Quizás se te ocurra preguntar: ¿cómo o cuándo se sabe que uno ya Es Uno Mismo?
No te preocupes. Tranquilo. Cuando lo seas, los demás te lo harán saber, incluso en alguna
ocasión con cierto disgusto por su parte, pero, sobre todo, el más fiable eres tú, que
cuando ya lo seas te darás cuenta de un modo irrefutable.
RESUMIENDO
A esto venimos al mundo: a Ser Uno Mismo. Es tu tarea cósmica o tu reto espiritual, o lo
más humano y crudo que te puedas imaginar: has venido a ser el que nadie más puede
ser, el que has sido destinado a ser. Búscate en tu esencia, y no te prives de mostrar al
mundo a ese ser maravilloso.
Francisco de Sales
Después de escribir el título, y cuando me disponía a meditar sobre lo que quería exponer
con respecto a él, he tenido que hacer una pausa larga porque, por ese amplio sentido que
tiene la palabra “ser”, se podía entender como “estar en situación de libre”, o podía
escribirse con letras mayúsculas y sentido mayúsculo haciendo referencia a… EL SER
LIBRE.
Ya hemos sentido la necesidad de Ser Uno Mismo, pero ahora podemos matizar y decir Ser
Uno Mismo Libre, porque ser y sentirse libre permite esa gozosa experiencia de poder
sentirse y expresarse sin miedos y sin fronteras, sin autocríticas, sin juicios ni castigos.
Ser libre para que se manifieste libremente nuestro Ser.
Ser Uno Mismo Libre es permitir que la condición que somos, el foco de luz que brota de
nuestra condición, el centro del Centro que nos habita, se muestre con naturalidad.
De nuestro auténtico interior no puede brotar nada que necesite de un control o una
censura, porque todo es pureza. Al no haber intenciones extrañas, ni composturas
falsificadas, ni estar contaminados por lo material o lo externo, todo lo que emanamos es
auténtico, inmaculado, con divinidad…
Ser Uno Mismo Libre puede parecer al principio algo meramente utópico, solamente teórico,
casi impensable y del todo imposible. Lejano. Ajeno. Un privilegio de los privilegiados.
Pero no sólo no es así, sino que es la aspiración natural del ser humano.
Hay un grito que invoca desde el interior reclamando poder expresarse como realmente es.
Hay una necesidad vital acallada. Hay una reclamación desatendida.
Ser Uno Mismo Libre es el derecho del Ser de poder manifestarse tal como es.
Cualquier impedimento a su libertad no hace sino retrasar el momento de la aparición de lo
auténtico. Las barreras exteriores impiden la salida del que realmente somos, y hasta que
no nos quitemos la máscara del personaje y sigamos engañados, no dejaremos que se
muestre el Ser Esencial.
Uno se cree libre hasta que se da cuenta de sus ataduras. Entonces comienza la larga
búsqueda interna en la que uno es el explorador y el que se pone las zancadillas, amigo y
traidor, fiscal y defensor; uno se encuentra con que los miedos atan, los temores frenan,
las dudas inmovilizan, el no descubrir encadena, y la tristeza aprisiona.
Si hay asuntos que te traban, es bueno que dediques el tiempo necesario para sentirlo tal
como es, y que no lo dejes en una sensación casi inconsciente de que es así. Es
conveniente que sientas que es una realidad y no una metáfora.
Si no llegas a sentir con dolor y rabia esas trabas reales… ¿para qué seguir a por otra cosa
si no tienes ésta resuelta?
Las trabas son realidades que te están sucediendo, continuamente, a diario.
Un miedo, el que sea, te ata y no te deja ser libre. Una duda que te estanca, no te deja ser
libre. Una creencia, un trauma, una inconsciencia, como muchas otras cosas, son trabas.
Ahora es tiempo de que las identifiques y les pongas nombre. Y que las llames por su
nombre.
Por ejemplo, si tienes miedo a expresar tus sentimientos, reconócelo, acéptalo, admítelo,
incluso quiérelo; cualquier cosa menos negarlo y darlo por irreparable.
El siguiente paso es averiguar el por qué, y si ese por qué tiene fundamento, y para qué te
sirve o cuánto te incomoda, y si sigues creyendo en la necesidad de seguir padeciéndolo… y
140
así hasta agotar las preguntas, y hasta emparejarlas todas con sus respuestas.
Así hay que hacer con las trabas: deshacer el nudo, con habilidad, con amor y paciencia… o
violentamente y dándole el mismo final que al nudo gordiano.
Poder ser y mostrarse libremente es condición indispensable para que se manifieste el Ser
tal como es. De cualquier otro modo, sería raquítico, mermado, muy alejado de su
potencial, y crecería la frustración ya vieja de saber que jamás nos mostramos como
realmente somos.
Te recuerdo que en este caso, como en todos los trabajos de Desarrollo Personal, hay dos
necesidades imprescindibles para hacerlo bien: tiempo y silencio.
SER LIBRE
“Si en los primeros años de mi carrera espiritual me hubiesen preguntado qué quería yo
que la gente dijera en alabanza mía, yo hubiera contestado: que digan que soy un santo.
Algunos años más tarde habría contestado:
que digan que soy un hombre de gran corazón. Y ahora lo que quiero
que digan de mí es… que soy un hombre libre”.
(Tony de Mello)
El ser humano tiene la opción de vivir sin apegos que le condicionen, ni sentimientos de
culpa que le impidan volar libremente, ni ataduras, ni temores que no le permitan sentir.
La libertad da la opción de inventar, crear, ser distinto, ser nuevo... aunque en esa libertad
puede comenzar el miedo a lo desconocido.
Antes de alcanzarla tendrás que vivir una larga lucha interna en la que serás fiscal y
defensor, juez y parte, víctima y verdugo.
Ser libre te hace responsable.
Ya no vale repetir lo que te han enseñado u ordenado en tu infancia.
Si te equivocas, ahora debes aceptar que te has equivocado.
Ahora tienes vivir el riesgo de decidir y equivocarte, y tienes que asumirlo.
Ahora no vale culpabilizar a quienes te maleducaron, a quienes te dijeron lo que tenías que
hacer.
¿Y cómo es el modo de ser libre?
Mostrándote tal como te lo indiquen tu instinto natural y tu conciencia.
Ser libre quiere decir que puedes hacer lo que quieres hacer, lo que te apetece hacer, ser
como quieres ser. Es una maravilla. Recuerda que es un reto y tienes que asumir
responsabilidades, pero también vas a disfrutar lo que te va a ofrecer esa libertad, que es
una bendición.
¡Disfrútala!
SER LIBRE
REFLEXIONES
Ser Libre es la forma de evitar las divagaciones mentales que enfrentan “lo que estoy
siendo” y “lo que quiero que ser”.
No ser libre es volver a las rutinas que tanto nos agobian y tanto mal nos hacen y es seguir
dolorosamente estancados, porque cada expresión y cada impulso pasan por la burocracia
de los conceptos a veces caducos y las normas que ya deberían estar jubiladas.
No ser libre porque uno no se sabe y se siente libre, es un error evitable que acarrea
graves consecuencias personales.
Debemos fomentar que la pureza que sabemos que somos se exprese como es, y escuchar
cada vez más las intuiciones y la sabiduría interna, no entorpecer lo que demuestran que
saben, y no poner obstáculos a su experiencia con nuestra testaruda cabeza.
La limpieza de lo inconsciente es el paso más recomendable para la comunicación entre el
Ser que somos en esencia y el que está siendo. Es una forma de que podamos ser libres.
TRABAJA TÚ REFLEXIONANDO
¿Soy consciente de que podría ser libre?
RESUMIENDO
Ser Uno Mismo es muy importante. Ser Libre no es menos importante. Poder darse el
142
Francisco de Sales
“En el fondo de todo adulto yace un niño eterno, en continua formación, nunca terminado,
que solicita cuidado, atención y educación constantes.
Ésta es la parte de la personalidad humana que aspira a desarrollarse
y a alcanzar la plenitud.”
(Jung)
“Debemos escuchar al niño que fuimos un día y que existe dentro de nosotros. Ese niño
entiende de instantes mágicos”.
(Paulo Coelho)
Tómate un descanso y dedícale el tiempo que sea necesario a responder a esta pregunta
antes de seguir leyendo: ¿qué echas en falta de tu infancia?
Tic… tac… tic… tac…
No hay prisa. Dedícale todo el tiempo que requiera.
143
Si eres como el 99% de las personas, habrás respondido “jugar”, en primer lugar, y “reír
más”, en segundo.
Seguro que has sentido una especie de tristeza al darte cuenta de esto.
Es lógico.
Poco a poco fuimos desaprendiendo eso de ser niños. Luego hicimos un trueque mal
planteado y cambiamos ser adulto por ser niño sin quedarnos con lo bueno del niño. Quizás
el algún momento alguien nos engañó y nos dijo que ambas cosas eran incompatibles, o
una trágica responsabilidad nos dijo que había que dejarse de juegos y de
irresponsabilidades, que había que sentar cabeza, que ya pasó el tiempo de los juegos…
¡cómo nos engañan o cómo nos engañamos!
Cuando nos ponemos nostálgicos nos da por añorar la infancia y las cosas de entonces. Los
que ya no tenemos madre, añoramos aquella época en que sí la teníamos; añoramos a los
amigos de la infancia, los juegos, las carcajadas, la ingenuidad, los días que eran más
largos, la calle, la escuela, la falta de preocupaciones y responsabilidades… pero
recordamos con nostalgia, sobre todo, la sensación de estar en el mundo de otro modo: de
estar en un mundo de juegos y risas, de no ser conscientes de la vida –en el sentido actual,
el de la gran carga y las obligaciones indeseadas- y de creer en que la infancia sería
infinita.
Nos hemos hecho adultos y hemos perdido la inocencia. Y esto debiera ser motivo de una
pena desconsolada, de un llanto muy intenso, de dejarse sentirlo penosamente tal como
realmente nos duele…
Luego, cuando uno se haya recuperado, tras enjugarse el llanto, debiera ser el momento de
una toma de decisiones para tratar de recuperarla, para seguir siendo así a veces, niño
tierno, íntegro y feliz, niño eterno.
Esto es para pensarlo.
Todos llevamos dentro, más o menos escondido o tal vez negado, un niño juguetón, libre,
alegre, simpático, un poco travieso… es aquel que correteaba feliz por nuestra infancia, y
que tal vez se quedó con nosotros, pero oculto, renegado, exiliado.
Por eso de que nos hemos hecho solamente “mayores”, y nos hemos creído que ambos son
incompatibles, y por eso de que la sociedad no recibe bien un niño en un adulto, y que la
seriedad y las responsabilidades nos han acaparado, el niño queda relegado al silencio y el
olvido.
Volver a descubrir a tan querido pequeño personajillo, y sacarle a la luz muy a menudo, es
una tarea noble a la que deberíamos dedicar una parte importante de nuestro tiempo y
nuestro presente.
La alegría pura no viene del adulto; la alegría espontánea, explosiva, sincera, y la carcajada
sin censura, la broma noble, la sonrisa verdadera, el juego, el brillo resplandeciente de los
ojos… todo eso es provocado por el niño.
El contacto habitual con ese niño es imprescindible, porque sólo él nos puede procurar
algunos de los ingredientes de los que se carecen en la gravedad árida de la edad adulta.
Muchas veces nos tomamos demasiado en serio la vida y a nosotros mismos.
La vida –también- es reír, ser felices, gozar… ¿qué otro sentido puede tener que sea más
144
SER NIÑO
El niño es el experimentador, la intuición, la confianza y la esperanza, el optimismo, la
creencia en el porvenir sin miedos, la des-pre-ocupación, el que presta atención exclusiva
al momento, el que se deja absorber por la vida y se llena de ella atrevidamente, el que es
absolutamente consciente de la tarea en la que se enfrasca.
El adulto, por el contrario, es quien cree que ya ha experimentado y no es necesario
experimentar, el que antepone la lógica a la intuición, el que tiene un optimismo moderado
y un poco pesimista, el que duda del porvenir por si acaso, el que siempre anda por el
pasado o por el futuro mientras se pierde el presente, el que se inquieta innecesariamente,
el que desconfía de la vida y piensa en las trampas que cree le tiene reservadas, el que
hace una cosa mientras piensa en otra.
Es claramente ganador el niño, y más aún el Niño Libre.
REFLEXIONES
Si hay una buena razón para llorar, esta es la ausencia del niño que fuimos.
Más bien del niño que seguimos siendo en alguna parte de nuestro interior.
Hay más de una buena razón para buscarle.
La alegría y el optimismo que va a aportar a nuestra vida, es impagable.
La esperanza y confianza que nos traerá nos permitirá tener una visión más generosa de la
vida, y nos hará redescubrir un mundo que sentimos como perdido.
Seguir siendo niño es tan importante como ser ahora adulto. O más.
Recuperar el niño es una aventura con grandes premios y una satisfacción por encima de
muchas otras satisfacciones.
Seguramente habrás pensado muchas veces en que te gustaría reencontrarte con algún
amigo de la infancia, o volver en algunos momentos a tu infancia, o ser como eras
entonces.
Está al alcance de tu voluntad.
Propóntelo y pon toda tu capacidad al servicio de lograrlo.
Lo puedes conseguir.
TRABAJA EN ESTO
“Os digo de verdad: si no volvéis a ser niños no entraréis en el reino de los Cielos.”
(Mateo, 18.3)
ATENCIÓN
OBSERVA
TRABAJA EN ESTO
SOLUCIONES O SUGERENCIAS
Observa a los niños. Vete a un parque, míralos por la calle, en sus juegos, en su forma de
ser; fíjate en tus hijos o sobrinos como si fuera la primera vez que los vieras; observa, y
aprende , cómo son, cómo sienten, cómo actúan, cómo piensan… tienes ahí unos grandes
maestros dispuestos a enseñarte, o a recordarte, lo que es ser niño.
Date cuenta de lo que te gusta de ellos, y proponte hacerlo tú a partir de ahora.
No te doy pistas. Descúbrelo por ti mismo.
RESUMIENDO
Esa parte tan tierna de ser niño, o de volver a ser niño habitualmente, a menudo tan
desatendida y olvidada, es algo que conviene recuperar a la mayor brevedad posible, y que
147
conviene promocionar para que se manifieste muy a menudo. Aporta unas sensaciones que
ninguna otra cosa puede aportar, y si uno deja que se manifieste libremente, ese niño va a
hacer felices a muchas de las personas de su alrededor. Por eso, y por la propia higiene y
salud mental, conviene que salirse de ese continuo adulto, tan agraviado y malhumorado, y
ser dichosamente niño cuando es el momento apropiado para serlo.
No se puede negar al niño diciendo que ya acabó su tiempo.
El niño sigue, afortunadamente, vivo y esperándonos con los brazos abiertos.
El contacto con él será, sin duda, una fuente de satisfacciones, y una innovación placentera
en nuestra forma de ser y mostrarnos. Absolutamente recomendado.
Francisco de Sales
Advierto antes de entrar en este capítulo que nunca he encontrado uniformidad de ideas ni
definiciones en lo que voy a tratar, pero no creo que eso sea realmente importante.
Más que el nombre con que se defina, es importante tener clara la idea de que es cierto
que existen esos tres niveles básicos, que son distintos pero están interrelacionados, y que
todos ellos nos gobiernan y nos condicionan.
Por supuesto que esto no pretende ser un curso de psicología ni un estudio de la mente,
sino una explicación aunque sea básica pero comprensible.
Hay que tener en cuenta que hablamos de estados o niveles intangibles y que no hay una
frontera clara que separa uno de otro, sino que se solapan un poco o se va diluyendo uno
en otro.
EL CONSCIENTE
Podemos llamar de cualquiera de estos modos a ese espacio o estado mental en que no
somos absolutamente conscientes pero tampoco somos del todo inconscientes.
Es como una zona intermedia donde se ponen en contacto el consciente y el inconsciente.
Mi experiencia de utilidad y utilización me dice que es un espacio mental donde puedo dejar
las preguntas que no soy capaz de responder con el pensamiento o la inteligencia; me
parece que ahí actúa algo que pudiera ser el supraconsciente, el inconsciente colectivo, la
información de los archivos akáshikos, la sabiduría ancestral, o como queramos llamar a
ese “algo” que se encarga de buscar información veraz y útil y ponerla a nuestro servicio.
En mi caso, hago mi pregunta, la dejo ahí, y en otro momento y en el mismo sitio, me
dejan la respuesta. En muchas ocasiones la respuesta a las dudas que no he podido
resolver conscientemente me aparecen, ellas solas, al despertar o incluso en el propio
sueño tengo la respuesta.
No es mi respuesta, puesto que yo no la he elaborado, o por lo menos no mi Yo Consciente.
Es una respuesta Superior, o una respuesta de mis conocimientos atávicos, pero siempre
149
es correcta y acertada.
Es interesante hacer pruebas hasta conseguirlo.
Parece que es el estado ideal para hacer relajaciones o meditaciones, porque seguimos
manteniendo parte de la consciencia activa, pero al mismo tiempo gozamos de un estado
Alfa, o sea de menor actividad cerebral y cierta relajación.
Es una zona intermedia donde lo que habita en el inconsciente se prepara para hacerse
consciente. Es la zona donde se construyen las frases, donde se establece el orden
cronológico de las cosas, se rellenan los vacíos entre las ideas aisladas, se busca la relación
causa-efecto de las cosas, donde justificamos las ideas y razones…
EL INCONSCIENTE
“El inconsciente no es algo malo por naturaleza, es también la fuente de bienestar. No sólo
oscuridad sino también luz, no sólo bestial y demoníaca, sino también espiritual y divina.”
(Carl Jung)
Cada vez que se habla del inconsciente se pone el mismo ejemplo: es como un iceberg.
Queda a nuestra vista sólo una parte, pero sabemos que hay otra parte, aunque esté
oculta, que es inmensamente más grande.
En el inconsciente, ese grandísimo desconocido, metemos y encajamos como podemos
muchas cosas a la vez.
Cuando no queremos responsabilizarnos de algo que hayamos hecho o dicho, nos
excusamos diciendo que “ha sido inconscientemente”, y parece que eso nos libera de
cualquier responsabilidad y nos podemos quedar tan tranquilos. Como si nosotros nos
fuéramos responsables de eso de algún modo. En general culpabilizamos al inconsciente de
todo lo malo que hay en nosotros, de lo que no nos gusta de nosotros, de lo que no
queremos asumir como de nuestra responsabilidad, diciendo como excusa que “nosotros no
hemos sido, ha sido el inconsciente”.
Es, también, el gran almacén en el que acumulamos las capacidades innatas en desuso y,
al mismo tiempo, lo atávico y todo lo desconocido y, además, aunque lo utilizamos poco, es
un excelente instrumento a nuestro servicio al que se accede a través de un estado de
relajación en el cual permitimos que lo consciente se aproveche de lo inconsciente, o
accedamos a él para resolver los asuntos que necesiten ser resueltos.
también de lo inconsciente.
Allí se siente todo como si fuera real, tanto lo pensado como lo realizado; no hay censura
moral, por lo que pueden convivir de un modo incluso armónico las tendencias inmorales
con la más elevada espiritualidad.
Se supone que ahí siguen latentes las situaciones que no se han liquidado por completo,
incluso aunque estén aparentemente olvidadas, pero allí siguen, afectándonos, hasta que
hagamos algo para evitarlo liquidándolas.
No existe la contradicción. Todo es válido por eso de que no existe una censura moral o
una ley a respetar. Están las ideas correctas y las equivocadas, las últimas incorporaciones
y las que ya no usamos, y como nos sirven de referencia cuando actuamos del modo
habitual, o sea, inconscientemente, las que están equivocadas influyen en el pensamiento
con el agravante de que creemos que el pensamiento que nos aporta nuestra mente es
nuestro pensamiento. No es así, porque es solamente el pensamiento de nuestro
inconsciente condicionado, confundido, cargado de miedos y complejos, asustado y mal
educado.
Todas las experiencias permanecen almacenadas junto a la calificación que les dimos en su
momento, o la emoción que archivamos asociada. Por ejemplo, si en nuestra infancia un
perro nos ladró, y lo recordamos de nuestro mismo tamaño, además de fiero y con una
boca descomunal que nos podría comer de un solo bocado, asustándonos con esas fauces
espantosas y aquellos ladridos tan atemorizantes, puede que al ser adultos sigamos
sintiendo lo mismo ante un perro, aunque sea manso y tan pequeño que sin duda
podríamos deshacernos de él.
De todo esto se deduce la repetida necesidad de conocer lo que tenemos allí almacenado y
decidir qué se quiere hacer con ello; de valorar cada pensamiento y verificar si es propio o
es del inconsciente, y de ser y estar en lo consciente. Estar conscientes es, sin duda, el
mejor y más efectivo antídoto para evitar ser afectado por el inconsciente.
Sólo de este modo podremos lograr que una fuerza tan inmensa y poderosa trabaje a
nuestro servicio en vez de seguir siendo nosotros sus esclavos.
Manejarse bien con el inconsciente es una tarea que requiere voluntad serena y constancia,
tiempo, silencio, y entender su idioma sin palabras con paciencia, sin ideas preconcebidas,
sin metas y sin desesperación.
Es muy conveniente entrar en esta zona y revisar lo que tenemos allí, para conocerlo y
actualizarlo, y para saber lo que opinamos realmente nosotros conscientes de las cosas que
acoge; después es conveniente verbalizarlo, porque si hacemos el proceso de actualización
sólo en el pensamiento, no llegamos a desarrollarlo del todo, porque damos por supuesto
que ya sabemos la respuesta y que ya tenemos una contestación para esa pregunta o
cuestión… y repetimos la anterior.
Tenemos que saber esto: la mayor parte de lo que somos pertenece y se ubica en lo
inconsciente. Lo consciente dura el tiempo efímero de pensarlo o pronunciarlo, e
inmediatamente desaparece de la consciencia y vuelve a almacenarse en lo inconsciente
hasta que lo volvemos a necesitar.
El inconsciente es, hasta este momento, incognoscible e infinito. En él habita lo que nos
motiva, lo que nos hace reaccionar, también lo que nos pone zancadillas, lo que ni siquiera
sospechamos, el origen de lo que estamos siendo…
151
ATENCIÓN
Hay que recordar que en el inconsciente vive todo en una desordenada anarquía. Si alguien
me pregunta qué opino de Dios, tengo que ir al preconsciente para extraer la información y
construir la frase que exprese mi opinión actualizada, porque pueden convivir dentro de
uno el amor infinito e incondicional hacia Él con el odio infantil que manifestó cuando murió
su abuelo, junto con el pensamiento de injusticia que se siente cuando se piensa en el
hambre y las guerras que hay en el mundo; también se le puede culpabilizar a Dios o
agradecerle las lágrimas que han brotado ante un amanecer, o ante el amor, o se le puede
acusar por su abandono.
Todo está dentro del inconsciente, sin poner fecha y sin orden de prioridad. Al tener que
construir la respuesta es cuando se descarta lo que ya no vale en el día de hoy, y es
cuando uno mismo puedo enterarse de lo que sí piensa realmente.
Además, desde la última vez que uno actualizó la respuesta a esa pregunta seguramente
habrá adquirido nueva información, habrá oído o leído algo más, habrá descubierto algo
nuevo… y si no se actualiza, no evoluciona la respuesta y no evoluciona uno.
EL SUPRA-CONSCIENTE (O Súper-consciente)
Se podría entender como la parte espiritual del inconsciente. Es el espacio de los mundos
superiores, de la clarividencia, de las transformaciones místicas y, posiblemente, de la fe.
Se han determinado varias características que posee este nivel, que se manifiestan al
152
Esta llamada Supra-conciencia no es nada nuevo. Lo que sí puede ser algo nuevo es la
creciente sensibilidad de las personas ante ella.
Cuando los valores tradicionales de las sociedades entran en colapso, la sensación de
presencia de una conciencia y consciencia superior que nos unen aumenta, bien por
necesidad de sentir que permanecen unos valores, o mejor dicho, principios universales, o
bien porque al quitarnos la venda del ego vemos más claramente que, lejos de
programaciones adquiridas, poseemos el discernimiento de lo que globalmente es bueno
para el organismo común del que formamos parte, que es la Tierra o el Mundo.
Aquí sí que entramos en fabulaciones porque todo lo que escriba a partir de ahora es
indemostrable, y se basa en unas suposiciones más o menos lógicas, en intuiciones, en
deducciones más o menos acertadas, o bien en opiniones y experiencias de iniciados y
maestros espirituales.
El Supra-consciente podría ser la región donde se encuentra lo divino que todos llevamos
implícito en nuestra naturaleza, donde está Lo Superior y, por tanto, la Conciencia
Superior; donde habitan las experiencias de encarnaciones anteriores y quizás la propuesta
de futuro y donde reside la intuición, que es la expresión natural del alma. Yo quiero creer,
aunque no puedo demostrarlo, que la intuición es la sabiduría que hemos ido acumulando
en encarnaciones anteriores.
Dentro de nosotros, y sin que nos demos cuenta, funcionan unas leyes que nunca hemos
escrito expresamente, pero que acatamos. Una de ellas es la conciencia. Sabemos cuándo
algo está bien o mal según nuestro criterio. A otra gente puede parecerle algo distinto, pero
nosotros, si estamos obrando de acuerdo con nuestros principios, acataremos y
defenderemos lo que dicte nuestra conciencia.
No es una justicia fría de aplicar lo legislado según unas normas generales quien lo
dictamina, sino que es como si fuera la voz de Dios dándose cuenta de la honradez de los
actos y pensamientos.
RESUMIENDO
Si estás interesado en saber más de lo relacionado con este capítulo podrás encontrar en
otros sitios una inagotable información. Esto es lo básico y es lo que hay que saber para
seguir hacia los siguientes capítulos.