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Existen dos tipos tradicionales de antidiabéticos orales:

• Sulfonilureas. Actúan en primera instancia estimulando la secreción de insulina. Esto significa que
para que sean eficaces debe existir un mínimo de función pancreática (no tienen efecto en
pacientes pancreotomizados). Existe evidencia de que las sulfonilureas tienen una segunda acción a
largo plazo aumentando la respuesta metabólica a la insulina circulante, posiblemente por inducir la
formación de nuevos receptores celulares de insulina, o bien por aumentar la sensibilidad de los ya
existentes.
• Carbamoilmetilbenzoatos. Actúan como las sulfonilureas estimulando la secreción de insulina,
aunque mediante un mecanismo molecular algo diferente. Su primer representante comercializado
es repaglinida.
• Biguanidas. El modo de acción no es bien conocido. Precisan de insulina para ser efectivas, pero
no estimulan la producción pancreática. Tal vez el mecanismo principal resida en el incremento de
la captación periférica de la glucosa al hacer aumentar el número de receptores tisulares de
insulina, pero otros mecanismos propuestos son: una reducción de la absorción oral de glúcidos; un
aumento de la captación muscular de glucosa y la reducción de la gluconeogénesis hepática.

Sulfonilureas y productos relacionados

Las sulfonilureas se suelen dividir en dos grupos:

SULFONILUREAS

SEGUNDA GENERACIÓN
PRIMERA GENERACIÓN
Clorpropamida Glibenclamida
Tolbutamida Gliclazida
Glimepirida
Glipizida
Gliquidona
Glisentida

Esta división puede dar lugar a confusión, porque es puramente cronológica y apenas existe la cualidad de
innovación terapéutica que el término generación parece implicar. Las sulfonilureas más modernas son más
potentes que las de la primera generación, pero ello se traduce simplemente en la administración de dosis
menores*. La acción hipoglucemiante es la misma. Los efectos secundarios también. La única propiedad
interesante es que la unión a proteínas plasmáticas de muchas sulfonilureas de segunda generación es de
tipo no iónico, y por tanto, son menos susceptibles a las interacciones medicamentosas que los
antidiabéticos más antiguos, los cuales pueden ser desplazados de la unión a proteínas plasmáticas por
fármacos como la warfarina o los salicilatos, dando lugar a cuadros hipoglucémicos.
Por consiguiente, es útil prescindir del criterio generacional y considerar a las sulfonilureas como un conjunto
homogéneo donde la característica diferencial más importante es la farmacocinética, especialmente la
duración de acción y la vía metabólica principal.
En la duración de acción hay que considerar dos factores: cuanto más larga sea, tantas menos dosis hay que
administrar al día y más cómoda es la administración. Pero por el contrario, si se produce un episodio
hipoglucémico, éste será más prolongado.
Por ello, pese a la comodidad de la dosis única diaria, es prudente a veces recurrir a sulfonilureas de acción
corta (por ejemplo: en pacientes ancianos con hábitos dietéticos irregulares).
En cuanto a la vía metabólica, la mayor parte de las sulfonilureas sufren biotransformación hepática, pero
algunas se eliminan intactas por vía renal. Esto debe tenerse en cuenta en pacientes con insuficiencia renal
porque podría producirse un efecto acumulativo.
No existiendo circunstancias especiales, algunos autores prefieren comenzar con glibenclamida por tener
una serie de condiciones bastante atractivas como son duración de acción adecuada, un margen de dosis
amplio y mínima posibilidad de interacción por desplazamiento de la unión a proteínas plasmáticas.
La clorpropamida es un medicamento tradicional que sigue siendo muy usado, pero debida a su larga
semivida hay que tener precaución en ancianos y pacientes con insuficiencia renal.
En cualquier caso, la selección depende de la experiencia del clínico más que de cualquier otro factor.
En la tabla siguiente figuran las características farmacocinéticas de las sulfonilureas más representativas.

DURACION DE DOSIS DIARIA (mg/día)


MEDICAMENTO ELIMINACIÓN
ACCIÓN (h)
Clorpropamida Hepática y renal 24-72 100-500 (una vez al día)
Tolbutamida Hepática 6-12 500-2.000 (tres veces al día)
Glibenclamida Hepática 12-16 2,5-20 (1-2 veces al día)
Glimepirida Hepática y renal 24 h. 1-4 mg (una vez al día)
Gliclazida Hepática 12-18 40-320 (una vez al día)
Glipizida Hepática 6-10 2,5-30 (1-2 veces al día)
Gliquidona Hepática 2-4 45-280 (1-3 veces al día)

* Las dosis típicas de las sulfonilureas de primera generación es de 100 a 250 mg, las de segunda de 2,5 a
20 mg.

Los carbamoilmetilbenzoatos (repaglinida) presentan un perfil farmacológico y toxicológico similar al de


las sulfonilureas, si bien parece que son capaces de controlar mejor la hiperglucemia posprandial, aunque
precisan una dosificación repartida a lo largo del día, coincidiendo con las principales comidas.

PÉRDIDA DE EFICACIA DE LAS SULFONILUREAS

Hay que esperar que hasta un 20% de los pacientes no van a responder al tratamiento inicial (fracaso
primario). De los que tienen respuesta satisfactoria, aproximadamente un 5% de pacientes cada año van a
fallar en el control de la glucemia (fracaso secundario).
Bastantes veces los fracasos secundarios pueden resolverse cambiando a otra sulfonilurea. En casos
extremos se añade una biguanida al régimen de las sulfonilureas o se ensaya la acarbosa, pero muchos de
los pacientes que precisan terapia combinada terminan necesitando insulina.
Teóricamente, los carbamoilmetilbenzoatos tienden a producir una menor desensibilización de las células
beta pancreáticas, que las sulfonilureas. Este efecto, cuya evidencia científica no es muy consistente, puede
atribuirse más a la corta duración de efectos de repaglinida (único representante del grupo, por el
momento), que a efectos metabólicos específicos.

Antidiabéticos orales: biguanidas

Los medicamentos del grupo que quedan en el mercado son buformina y metformina. Fenformina fue
retirada por su especial relación con el efecto adverso más peligroso de estos fármacos: la acidosis láctica.
La incidencia de acidosis láctica es considerablemente menor con los otros medicamentos, especialmente con
metformina, que es el más experimentado y se considera por ello de elección.
El riesgo de acidosis láctica se minimiza respetando estrictamente los criterios de exclusión que figuran en el
Cuadro III.

CRITERIOS DE EXCLUSIÓN DE TRATAMIENTOS CON BIGUANIDAS

• Antecedentes de acidosis láctica


• Insuficiencia renal (Creatinina plasmática superior a 1,5 mg/dl en hombres o 1,4 mg/dl en mujeres).
• Enfermedad hepática evidenciada por valores anormales de las pruebas funcionales.
• Alcoholismo en grado suficiente para causar toxicidad hepática.
• Infección grave que pueda disminuir la perfusión tisular.

• Enfermedad cardíaca o respiratoria que pueda reducir la perfusión periférica o causar hipoxia central.

Otros Antidiabéticos

La goma guar y los inhibidores de las alfaglucosidadas pretenden controlar la glucemia actuando sobre
el proceso de absorción de los carbohidratos de la dieta.
La goma guar es una fibra soluble de origen vegetal que mezclada con agua forma un mucílago muy
viscoso no absorbible. El mecanismo de acción no es bien conocido. Posiblemente el aumento de viscosidad
del contenido intestinal dificulte la acción de los enzimas pancreáticos, o bien retenga la glucosa en el lumen
intestinal. Se toma disperso en 1/4 de litro de agua, o se espolvorea en la comida. En ningún caso debe
ingerirse como polvo seco por el riesgo de obstrucción esofágica.
Acarbosa y miglitol son un inhibidores de las a-glucosidasas, un grupo de enzimas presentes en las
vellosidades intestinales, que catalizan la formación de glucosa a partir de la sacarosa y de los oligosacáridos
que se producen en la hidrólisis digestiva del almidón. Se toma en comprimidos junto con cada comida.
El efecto principal de ambos es aplanar la curva de glucemia, de tal forma que el pico posprandial es menos
pronunciado. El descenso de glucemia postprandial con la acarbosa es del mismo orden que con los
antidiabéticos orales. El efecto de la goma guar es más modesto y se discute incluso que exista. La influencia
de cualquiera de los dos medicamentos en la glucemia en ayunas es muy escasa.
Los efectos adversos derivan de que los carbohidratos no absorbidos son objeto de fermentación bacteriana
en el colon: meteorismo, distensión abdominal, diarrea, etc.
En términos de eficacia demostrada y de tolerancia, los inhibidores de las alfaglucosidasas parecen
claramente preferibles a la goma guar, pero en cualquier caso no está bien definido el papel de estos
fármacos en la terapia antidiabética. Estos fármacos son capaces de reducir la glucemia posprandial,
produciendo además un modesto efecto sobre la glucemia en ayunas. Todo ello conduce a una leve pero
significativa disminución de la hemoglobina glucosilada (Hb1Ac), uno de los principales marcadores
biológicos de la diabetes mellitus.
Por todo ello, los inhibidores de las alfaglucosidasas tienen interés terapéutico (solos o asociados a otros
antidiabéticos) en los casos recientemente diagnosticados de diabetes no insulino-dependiente (diabetes de
tipo 2 o "de madurez"), así como en aquellos otros casos de pacientes mal controlados con otros
tratamientos, o incluso como una alternativa a los otros antidiabéticos orales convencionales en pacientes
bien controlados pero con riesgos elevados de hipoglucemia (sulfonilureas) o de acidosis láctica
(biguanidas).

Criterios de utilización de antidiabéticos orales

Los antidiabéticos orales sólo se usan en diabetes no dependiente de insulina ("de madurez" o tipo 2)
estable, no complicada con cetosis. Sulfonilureas y biguanidas tienen potencia hipoglucémica muy parecida.
Es difícil llegar a la normalización de la glucemia con cualquiera de ellas si se parte de cifras en ayunas
superiores a los 2 g/l.
El uso de las biguanidas ha estado mucho tiempo restringido por la aparición de acidosis láctica, un efecto
secundario con índice de mortalidad superior al 25%. En estos momentos está en recuperación, por la
sustitución de la fenformina (que ha desaparecido del mercado) por la metformina, que tiene una
incidencia de acidosis láctica entre 10 y 20 veces menor. Se valoran por otra parte las propiedades
beneficiosas de las biguanidas, como son no aumentar la insulinemia, inducir pérdida de peso y no producir
apenas cuadros de hipoglucemia. Se considera que si se respetan estrictamente los criterios de exclusión de
los tratamientos, el riesgo de un accidente grave por acidosis láctica con metformina es del mismo orden
que el de un cuadro hipoglucémico con sulfonilureas.
La mayoría de los autores aconsejan intentar corregir la hiperglucemia a base de dieta, ejercicio y pérdida de
peso, y recurrir a los antidiabéticos únicamente en los casos donde no sean suficientes las medidas
dietéticas. Comenzar con sulfonilureas es una práctica usual, aunque debe considerarse la metformina en
pacientes obesos.
En caso de fracaso secundario de la sulfonilurea, la asociación con metformina o con acarbosa puede tener
efectos aditivos y es posible así prolongar el control. En último caso se recurre a la insulina. Está siendo muy
ensayado el régimen llamado BIDS (insulina al acostarse y sulfonilurea durante el día). La administración
nocturna de una dosis de insulina de acción intermedia (incrementada gradualmente hasta obtener una
glucemia en ayunas de 1,5 g/l o menos) y de un régimen diurno de sulfonilurea es más cómodo que los
regímenes intensivos de insulina que se usan hoy en diabetes de tipo I, pero en última instancia hay que
transferir el paciente a uno de ellos.
La introducción de un nuevo grupo de antidiabéticos orales, los carbamoilmetilbenzoatos, no modifica
sustancialmente el panorama del tratamiento de la diabetes de tipo 2, aunque puede mejorar levemente el
control de la hiperglucemia posprandial, unos de los problemas típicos de estos pacientes, al estimular más
rápidamente la secreción de insulina que las sulfonilureas.

Prevención de complicaciones de la diabetes

Está perfectamente demostrado que la hiperglucemia es la principal responsable de las complicaciones de la


diabetes: retinopatía, nefropatía y neuropatía. En consecuencia un control estricto de la glucemia debe
prevenirlas.
Un control estricto a base de un mínimo de cuatro medidas de la glucemia y tres inyecciones de insulina al
día se traduce en una disminución del 76% en el riesgo de aparición de retinopatía, en una disminución del
54% en la progresión de retinopatía declarada, un 39% de disminución de la ocurrencia de microalbuminuria
y de un 60% de la aparición de neuropatía clínica, comparado con el tratamiento convencional de la diabetes
insulinodependiente.
Aparte de las molestias, el principal inconveniente del tratamiento intensivo es que aumentan de 2 a 3 veces
los episodios de hipoglucemia severa.
Estas conclusiones se refieren exclusivamente a la diabetes insulino dependiente. El tratamiento intensivo de
diabéticos no insulino-dependientes es objeto de debate. Hay acuerdo en que las complicaciones específicas
de la diabetes son de la misma naturaleza y por lo tanto las conclusiones de los ensayos en diabetes
insulino-dependientes son aplicables también. Sin embargo la cuestión no está tan clara en las
complicaciones macrocirculatorias no específicas (arterioesclerosis, enfermedad coronaria). Muchos autores
temen que puedan ser agravadas por la administración de la insulina. El control de peso puede ser también
más difícil. Hay ensayos clínicos en marcha en diabetes no insulino-dependiente, pero los resultados
definitivos no están disponibles aún. La situación actual es una tendencia a intensificar el tratamiento
convencional (dieta, control de peso, antidiabéticos orales si es necesario) para conseguir un control más
estricto de la glucemia. No hay criterios uniformes de actuación en los pacientes donde el tratamiento
convencional es insuficiente y requieren insulina.

Antidiabéticos orales

Advertencia

ADVERTENCIA SOBRE INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS:

 Otros medicamentos pueden alterar el efecto de los antidiabéticos orales y viceversa.


 Consulte siempre con su médico la seguridad o precauciones especiales de la toma de
cualquier otro medicamento, incluso los de libre venta.

Cómo funcionan las pastillas para la diabetes o antidibéticos orales (ADO)

La medicación oral para la diabetes contribuye a reducir la glucosa de la sangre y la


controla por medio de una o varias de las formas siguientes:

• Estimula el páncreas para producir más insulina para que transporte más
glucosa desde la sangre a sus células (sulfonilureas, meglitinidas).
• Hace a las células más sensibles a la insulina disponible para que la célula
absorba más glucosa de la sangre (tiazolidinedionas o glitazonas).
• Propicia que el hígado produzca menos glucosa de lo que haría con niveles
inferiores de glucosa (biguanidas).
• Reduce el ritmo de la digestión de carbohidratos, permitiendo que el cuerpo
aproveche mejor la glucosa (inhibidores de la alfaglucosidasa).

A veces se deben tomar asociadas para evitar tener que pasar a inyectarse insulina.

Aunque tome medicación para la diabetes, seguirá necesitando una alimentación


sana y llevar una vida activa porque la combinación de medicación, alimentación y
ejercicio es la que mejor servirá a su bienestar y control de los niveles de glucosa en la
sangre.

En determinadas ocasiones, en las que se requiere un control mejor de la diabetes,


como durante enfermedades u operaciones importantes o el embarazo, probablemente
deberá pasar durante algún tiempo a administrarse insulina.
Cuando pase dicha situación probablemente podrá volver a tomar las pastillas.

Estas medicaciones permiten a las personas con diabetes de Tipo 2 usar mejor su
propia insulina durante el día.
Esto se aplica especialmente a las personas con una dieta especial y que hacen
ejercicio con regularidad.

Ninguno de los tipos de pastillas para la diabetes es mejor que otro para empezar. El
médico, según las características del diabético, elegirá el más adecuado para iniciar el
tratamiento.

¿Y la insulina?

Pese a que lo habitual en los pacientes con Diabetes tipo 2 es empezar con pastillas,
en determinadas circunstancias podría tener que empezar directamente por la insulina,
como en caso de:

• Diabetes de más de 10 años de evolución; suelen responder poco a las pastillas.


• Lo elevada que está la glucemia.
• Los medicamentos que esté tomando para otras enfermedades.
• O su estado de salud en general.

Cómo tomar las píldoras para la diabetes

Si toma píldoras para la diabetes, debe ajustarse a dos normas básicas:

• Estas píldoras deben tomarse antes de las comidas.


• Si se salta una dosis, espere a la siguiente toma. No duplique las dosis.
Suele ser menos peligroso que la glucosa en la sangre suba ligeramente que
exponerse a una bajada de glucosa por exceso de medicación.

Efectos secundarios de las pastillas para la diabetes

Las píldoras para la diabetes pueden tener efectos secundarios,


que incluyen:

• Hipoglucemia.
• Molestias estomacales y del intestino.
• Pérdida de apetito.
• Aumento o pérdida de peso.
• Urticaria y picores.
• Enrojecimiento facial provocado por el efecto combinadode medicación y
alcohol.

Muchos de estos efectos secundarios desaparecerán cuando su cuerpo se


acostumbre a la medicación, aunque algunas veces se deban reducir la dosis.

Si observa éstos u otros efectos secundarios inusuales, comuníqueselo a su


médico.

Por qué las píldoras de la diabetes no siempre funcionan

Fallo primario

Si se usan con propiedad, las píldoras para la diabetes pueden ser muy efectivas para
el control de su glucosa en sangre.
No obstante, en ciertas personas con diabetes de Tipo 2, no hacen ningún efecto.
Esto se denomina "fallo primario", y las causas no están muy claras.
Fallo secundario

En otros casos, las píldoras para la diabetes hacen efecto durante algún tiempo y
luego pierden su eficacia.
Esto se denomina "fallo secundario" y sucede gradualmente, en proporción del 5 al
10% al año, quizá porque el cuerpo produce menos insulina o porque se hace más
resistente a su producción natural de insulina.

A veces, el fallo secundario es provocado por una infección, enfermedad o estrés


emocional.
En algunos casos, las personas afectadas necesitan inyecciones de insulina hasta que
se soluciona el problema y eventualmente podrán volver al uso único de píldoras para
la diabetes.

Cuando una clase de píldoras pierde su eficacia, su médico puede cambiarlas por
otras.

Los afectados cometen el error frecuente de abandonar su dieta o su programa de


ejercicios porque piensan que les basta la medicación.

Pero, por muy eficaces que sean las píldoras, ellas solas no pueden solucionar el
problema de la diabetes.
Tienen que actuar en conjunción con un buen programa que incluya una
alimentación adecuada y ejercicios.
Si toma medicación para la diabetes, trabaje con un equipo especializado que
determine cómo equilibrar su medicación, nutrición y ejercicios.

Tipos de medicamentos orales para la diabetes

SULFONILUREAS

Son medicamentos que funcionan estimulando la producción de insulina por parte del
páncreas (lo que se conoce por "acción secretagoga"), por lo que son sólo útiles en la
diabetes tipo 2, en la que no se ha perdido completamente la capacidad del páncreas
para producir insulina.

Son fármacos de primera elección para pacientes con diabetes tipo 2 sin sobrepeso
que no se controlan con dieta y ejercicio.

El paciente idóneo es aquél de reciente inicio (menos de 5 años de evolución de la


enfermedad), mayor de 40 años, normopeso o sobrepeso ligero y glucemia basal < 200
mg/dl, sin utilización previa de insulina.

Los alimentos dificultan su absorción, por lo que deben tomarse al menos 30 minutos
antes de las comidas.

No existen diferencias farmacológicas que permitan individualizar su indicación, no


obstante la glimepirida, glicazida o glipizida se han recomendado en ancianos por el
menor riesgo de hipoglucemias graves.

La gliquidona está indicada cuando existe insuficiencia renal, porque se elimina a


través de la vesícula biliar.

Dependiendo de la duración de acción, hay sulfonilureas cuya acción dura 24 horas y


por eso se toman sólo una vez al día, mientras que otras deben tomarse dos o tres
veces al día.

FÁRMACO DOSIS INICIAL DURACIÓN NOMBRE PRESENTACIÓN


ACCIÓN
DOSIS COMERCIA
MÁXIMA L

Clorpropamida 125-250 mg/día 20 – 60 horas Diabinese 250 mg caja de 30

Glibenclamida 2,5 – 15 mg/día 10 – 24 horas Daonil 5 mg caja de 30 y


100
Euglucon

Glucolon

Norglicem 5

Gliclazida 40 – 240 6 – 15 horas Diamicron 80 mg caja de 20 y


mg/día 60

Glimepirida 1 – 8 mg/día 8 – 24 horas Amaryl 1,2,4 mg caja 30


y120
Roname

Glipizida 2,5 – 20 mg/día 8 – 24 horas Glibenese 5 mg caja de 30 y


100
Minodiab

Gliquidona 15 – 120 6 – 12 horas Glurenor 30 mg caja de 20 y


mg/día 60

Glisentida 2,5 – 20 mg/día 6 – 12 horas Staticum 5 mg caja de 30 y


100

EFECTOS SECUNDARIOS

Como facilitan la secreción de insulina pueden provocar HIPOGLUCEMIAS: Comunique


las hipoglucemias a su médico y para evitar problemas siga su dieta y programa de
ejercicios físicos, controle su glucemia regularmente, tome la medicación tal y como su
doctor le ha indicado, y visite regularmente a su médico.

Otros efectos adversos menos frecuentes son: náuseas y vómitos, enrojecimiento y


picor de piel

PRECAUCIONES
No deben ser tomadas si se tiene alergia a Sulfamidas.

No deben ser tomadas en embarazo ni lactancia.

Durante el tratamiento no se puede beber alcohol.

BIGUANIDAS

Son medicamentos que funcionan reduciendo la producción de glucosa por parte del
hígado, disminuyendo su absorción intestinal y aumentando su uso por los tejidos
extrapancreáticos.

Debido a este mecanismo de acción, las Biguanidas no producen hipoglucemias porque


no estimulan la producción de insulina.

También producen descenso de las cifras de colesterol y triglicéridos en sangre.

De elección en pacientes diabéticos tipo 2 con sobrepeso u obesidad (son


medicamentos que reducen el apetito) y asociados a otros antidiabéticos orales en
pacientes que no se controlan sólo con un fármaco.

FÁRMACO DOSIS INICIAL DURACIÓN NOMBRE PRESENTACIÓN


ACCIÓN
DOSIS COMERCIAL
MÁXIMA

Butformina 200 – 300 12 – 24 horas Silubin Retard 100 mg caja de 30 y


mg/día 100

Metformina 850-2500 12 – 24 horas Dianben 850 mg caja de 50


mg/día
Metformina
Efg

EFECTOS SECUNDARIOS

El factor principalmente barajado al elegir biguanida es el riesgo de desarrollar


ACIDOSIS LÁCTICA, ya que la eficacia de los dos comercializados es parecida. La
Metformina parece asociarse a menor riesgo, por lo que es la más empleada.

Frecuente efectos adversos gastrointestinales (diarrea, náuseas, vómitos , dolor de


abdomen, sensación de plenitud) que pueden mejorar si se realiza un aumento
paulatino de la dosis.

Comunique los síntomas a su médico y para evitar problemas siga su dieta y programa
de ejercicios físicos, controle su glucemia regularmente, tome la medicación tal y como
su doctor le ha indicado, y visite regularmente a su médico.
PRECAUCIONES

Su uso está contraindicado en insuficiencia renal (creatinina > 1,5 mg/dl), hepática,
cardiaca o respiratoria graves.

No deben ser tomadas en embarazo ni lactancia.

Durante el tratamiento no se puede beber alcohol.

Se debe suspender su uso en caso de infecciones graves , cuando se realicen


exploraciones radiológicas con contraste intravenoso y en caso de cirugía
mayor(Comunique al cirujano que está tomando biguanidas antes de someterse a una
operación)

INHIBIDORES DE LA ALFA GLUCOSIDASA

Son medicamentos que funcionan, como su nombre indica, impidiendo la acción de la


enzima digestiva que fracciona las féculas y carbohidratos para producir glucosa en el
tubo digestivo, con lo que reducen su absorción; aunque no impiden la absorción de
azúcares sencillos (pasteles y dulces).

Se emplean en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2.

Son útiles en el control de la hiperglucemia posprandial con basales moderadas, pero


disminuyen en menor grado la Hemoglobina glucosilada, en comparación con
Sulfonilureas y Biguanidas.

Se deben tomar inmediatamente antes de las comidas.

FÁRMACO DOSIS INICIAL DURACIÓN NOMBRE PRESENTACIÓN


ACCIÓN
DOSIS COMERCIAL
MÁXIMA

Acarbosa 150-600 mg/día 2 – 4 horas Glucobay 50 y 100mg cajas de


30 y 100
Glumida

Miglitol 150 – 300 2 – 4 horas Diastabol 50 y 100mg cajas de


mg/día 30 y 90
Plumarol

EFECTOS SECUNDARIOS
Los más frecuentes y molestos son la flatulencia, meteorismo, dolor abdominal, diarrea
que aumentan de intensidad si no se hace bien la dieta, sobre todo si se consumen
dulces.

Usualmente desaparecen con dieta adecuada y con el tiempo de tratamiento.

Por si solos no producen hipoglucemias, pero pueden hacerlo si se usan en


combinación con otros ADO o insulina. En estos casos, la hipoglucemia debe corregirse
por vía oral con glucosa pura, fructosa (fruta) o lactosa (leche) pues la sacarosa (azúcar
común) no es eficaz.

PRECAUCIONES

Su uso está contraindicado en insuficiencia renal (creatinina > 2 mg/dl), cirrosis


hepática o enfermedad intestinal crónica.

No deben ser tomadas en embarazo ni lactancia.

TIAZOLIDINODIONAS

Son un nuevo grupo de antidiabéticos orales que funcionan disminuyendo la resistencia


a la insulina en el tejido adiposo (grasa corporal), muscular e hígado.

Además, sólo las Tiazolidinodionas han demostrado preservar la función de las células
beta pancreáticas, las encargadas de producir insulina.

Se emplean en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2.

Están indicados en el tratamiento combinado con metformina o sulfonilureas en


pacientes que no se controlan adecuadamente a pesar de recibir la dosis máxima con
estos fármacos.

FÁRMACO DOSIS INICIAL DURACIÓN NOMBRE PRESENTACIÓN


ACCIÓN
DOSIS COMERCIAL
MÁXIMA

Pioglitazona 15 – 45 mg/día 12 – 24 horas Actos 15 y 30 mg en cajas


de 28 y 56

Rosiglitazona 4 – 8 mg/día 12 – 24 horas Avandia 4 y 8 mg en cajas de


28 y 56

EFECTOS SECUNDARIOS

Pueden producir cefalea, aumento de peso, edemas en tobillos y piernas, anemia leve
o dolor de espalda.

Pueden afectar al hígado, por lo que su médico le realizará análisis de control de la


función hepática.

PRECAUCIONES

No deben ser tomadas en embarazo ni lactancia.

En caso de insuficiencia hepática se desaconseja su uso por falta de experiencia clínica


en estos pacientes.

En caso de insuficiencia renal leve se puede utilizar, bajo control médico.

MEGLITINIDAS

Son un nuevo grupo de antidiabéticos orales que funcionan estimulando la secreción


de insulina en el páncreas, de forma parecida a las sulfonilureas.

La principal diferencia es que las Meglitinidas tienen inicio de acción más rápido y una
duración de acción más corta.

Se emplean en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2.

Se deben tomar 15 minutos (aproximadamente) antes de ingerir alimentos e ir


aumentando dosis paulatinamente , según el control glucémico.

FÁRMACO DOSIS INICIAL DURACIÓN NOMBRE PRESENTACIÓN


ACCIÓN
DOSIS COMERCIAL
MÁXIMA

Nateglinida 180-540 mg/día 3 – 5 horas Starlix 60,120,180mg cajas


de 84

Repaglinida 1,5 – 16 mg/día 4 – 6 horas Novonorm 0,5,1 y 2 mg cajas de


90
Prandin

EFECTOS SECUNDARIOS

Puede provocar hipoglucemias, aunque por su rapidez de acción suelen ser poco
duraderas. No por ello resta peligrosidad a la hipoglucemia.

Puede producir aumento de peso, náuseas, dolor abdominal.

PRECAUCIONES

No deben ser tomadas en embarazo ni lactancia.


Se pueden usar en caso de insuficiencia renal leve.

Durante el tratamiento no se puede beber alcohol.

ASOCIACIONES DE FÁRMACOS

Cuando no se alcanza un control glucémico aceptable con dosis plenas de un fármaco,


cabe la posibilidad de añadir un fármaco de otro grupo.

La asociación de Sulfonilureas y Metformina de la que se dispone de una mayor


experiencia y la que consigue un mayor descenso de Hemoglobina glucosilada.

La asociación de Metformina e Insulina en pacientes obesos permite mejorar el control


glucémico, sobre todo en ayunas, con menor incremento de peso y menos dosis de
Insulina.

Otras asociación posible cuando el paciente presenta sobrepeso es Metformina con


Inhibidor de alfa glucosidasa o Meglitinidas.

En caso de normopeso se puede combinar una Sulfonilurea con un Inhibidor de alfa


glucosidasa.

Las Glitazonas pueden usarse asociadas a Metformina o Sulfonilurea en pacientes


obesos en quienes fracasa la monoterapia, pero se dispone de menos experiencia y es
recomendable vigilar, mediante análisis, la función hepática.

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