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BIBLIA DEL CATOLICISMO

Jesús es crucificado, página 242

Así fue como se llevaron a Jesús. Cargando con su propia cruz, salió de la ciudad hacia el lugar
llamado Calvario (o de la Calavera), que en hebreo se dice Gólgota. Allí lo crucificaron y con él
a otros dos, uno a cada lado y en el medio a Jesús.

Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo sobre la cruz. Estaba escrito: “Jesús el Nazareno, Rey
de los judíos” Muchos judíos leyeron este letrero, pues el lugar donde Jesús fue crucificado
estaba muy cerca de la ciudad. Además, estaba escrito en hebreo, latín y griego. Los jefes de
los sacerdotes dijeron a Pilato: “No escribas: “Rey de los Judíos”, sino: “Este ha dicho: Yo soy el
rey de los judíos”. Pilato contestó: “Lo que he escrito, escrito está”.

Después de clavar a Jesús en la cruz, los soldados tomaron sus vestidos y los dividieron en
cuatro partes, una para cada uno de ellos. En cuanto a la túnica, tejida de una sola pieza de
arriba abajo son costura alguna, se dijeron: “No la rompamos, echémosla más bien a suertes, a
ver quién le toca.” Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mi ropa y echaron a
suerte mi túnica. Esto es lo que hicieron los soldados.

Últimas palabras de Jesús, página 243

Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre, con María, la hermana de su madre, esposa de
Cleofás, y María de Magdala. Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más quería,
dijo a la Madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo.” Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre.”
Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa.

BIBLIA DE LOS PROTESTANTES:

Crucifixión y muerte de Jesús 53, 54

A uno que volvía del campo y que pasaba por allí lo obligaron a llevar la cruz. Este hombre se
llamaba Simón de Cirene, y era padre de Alejandro y de Rufo.

Llevaron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa “Lugar de la Calavera”.

Le dieron a beber vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó.

Después de crucificarlo, se repartieron sus vestidos y los sortearon para ver que le tocaría a
cada uno de ellos.

Cuando lo crucificaron eran las nueve de la mañana.

Como razón de su condena pusieron este epígrafe: “EL REY DE LOS JUDÍOS”

Con él crucificaron también a dos ladrones, uno a si derecha y el otro a su izquierda.

[Así se cumplió la Escritura que dice: “Y será contado con los pecadores.”]

Los que pasaban lo insultaban, y mientras meneaban la cabeza decían: “Oye, tú, que derribas
el templo de Dios y en tres días lo reedificas, ¡sálvate a ti mismo y desciende de la cruz!.”

Así también se burlaban de él los principales sacerdotes, y se sumaban a los escribas para
decir: “¡Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse! ¡Que baje ahora de la cruz EL Cristo,
el rey de Israel, para que podamos ver y creer!” Y también le hacían burla los que estaban
crucificados con él.
Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde hubo tinieblas sobre la tierra, y a las tres de la
tarde Jesús clamó a gran voz: “Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?, que significa “Dios, mío, Dios mío,
¿Por qué me has desamparado?”. Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: “Escuchen,
está llamando a Elías”. Uno de ellos corrió a empapar en vinagre una esponja, la puso en una
caña, y le dio de beber, al tiempo que decía: “Déjenlo, veamos si Elías viene a bajarlo.” Pero
Jesús lanzó un fuerte grito y murió. En ese momento el velo del templo se rasgó en dis, de
arriba abajo, y el centurión que estaba frente a él, al verlo morir así, dijo: “En verdad, este
hombre era hijo de Dios.”

Algunas mujeres estaban allí, mirando de lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María, la
que era madre de Jacob el menor y de José, y Salomé.

Ellas habían seguido y atendido a Jesús cuando él estaba en Galilea. Pero había también otras
muchas mujeres, que habían ido con él a Jerusalén

FUENTE:

https://sites.cph.org/editorial/pdf/750365.pdf

GLOSARIO:

Oficial del ejército de la antigua Ro a que tenía a su mando una centuria (Compañía del ejército
de la antigua Roma compuesta por cien soldados.)

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