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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL

PLATA
FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
TESINA DE LICENCIATURA.

Título: De Biarritz
Argentino a Nueva
Guernika: El Nacionalismo
Vasco de Flores
Kaperotxipi en Mar del
Plata.

TESISTA: MAURO VITULLO

PROFESORA GUÍA: DRA. ADRIANA ÁLVAREZ


Índice

Introducción………………………………………………… 3

Por la Ruta de los Bohemios (Erenchun y Bagaría)................ 7

El Embajador del Arte Vasco en Mar del Plata…………… 17

Hacer un poco de ruido en torno a las cosas del arte…….... 27

Bucear en estas cosas desde tan lejos…………………….... 36

Voces del exilio…………………………………………….. 44

Conclusión………………………………………………….. 48

Fuentes……………………………………………………… 52

Bibliografía………………………………………………..... 54

2
Introducción
La Guerra Civil Española (1936-1939) provocó el éxodo más importante en
la historia de España, los principales destinos de este desplazamiento forzado
fueron Francia, México, Argentina y Venezuela. La historiografía sobre el exilio se
ha ocupado principalmente de un grupo particular de exiliados, los intelectuales,
mientras que el resto ha sido descuidado; se han escrito infinidad de libros sobre el
exilio de escritores españoles pero muy poco sobre la emigración de artistas
plásticos (solamente los casos de Puerto Rico, México y Francia han sido
analizados1). Por lo tanto este trabajo tiene como objetivo echar luz sobre una
cuestión de escaso tratamiento, como es el exilio de artistas plásticos vascos. El
acercamiento a esta problemática se realizará a través de la figura de un conocido
pintor vasco llamado Mauricio Flores Kaperotxipi, con la intención de comprender,
por lo menos en parte, el Exilio Artístico Vascuense en Argentina.

Dicha investigación se justifica además, en la constatación de que la


emigración de pintores, escultores, grabadores y dibujantes fue más importante de
lo que generalmente se supone. De hecho existe un amplio consenso entre los
investigadores en torno a que:

“…el Arte Español de la primera mitad del XX no puede explicarse


si no se toma en cuenta la obra plástica realizada en el
exilio…”2“…a partir de la guerra de 1936 el verdadero arte
español de vanguardia se hace fuera del país…”3 “...el número de
artistas plásticos en el exilio fue excepcionalmente importante,
englobando a dos generaciones de rasgos definidos.”4

1
El libro “Exilio y Creación” de Cuéllar, López, Suárez y Tolosa es un análisis sobre el caso
Mexicano; “La aportación del exilio español a las artes plásticas en Puerto Rico” de
González Lamela estudia el exilio en la Puerto Rico, mientras que “El arte del exilio
republicano español” de Izquierdo Expósito se circunscribe al caso Francés.
2
Cuéllar Henares Ignacio, López Guzmán Rafael, Suárez Molina María Teresa, Tolosa
Sánchez María Guadalupe (2006) Exilio y Creación: Los Artistas y Los críticos Españoles en
México (1939 -1960); Editorial Universidad de Granada; Granada; pp. 23
3
Cuéllar H., López G., Suárez M., Tolosa S.; Op. Cit.; pp. 24.
4
Izquierdo Expósito, Violeta (2003) El Arte del exilio republicano español; Biblioteca Virtual
Cervantes, Alicante; pp. 41.

3
Flores Kaperotxipi, nació en Zarautz provincia de Guipúzcoa en 1901 en el
seno de una familia pobre. Pudo estudiar pintura gracias a la ayuda económica que
le brindaron dos personajes de la nobleza española La Duquesa de Goyeneche y el
Conde de Huaqui. Llegó a la Argentina aproximadamente en 1940 (algunas
biografías sugieren como año de llegada 1938) en calidad de refugiado y se instaló
en la ciudad de Mar del Plata hacia 1943.

Su caso no solamente es interesante, sino también muy prometedor por


varios motivos; el primero de ellos es que este pintor no se conformó sólo con pintar
sino que también trabajó como columnista en un importante diario de Buenos Aires
“La Razón”, incluso escribió pequeños artículos para Euzko Deya (un diario que
circuló dentro de la comunidad
vasca argentina) y para revistas de
la colectividad, como por ejemplo la
del Denak Bat de Mar del Plata.
Además la editorial Vasca Ekin
publicó dos de sus libros. En una
palabra generó un importante
cuerpo de escritos, un significativo
conjunto de fuentes.

Mauricio Flores Kaperotxipi en su taller de Mar del Plata. Fuente: Diario La


Mañana, Mar del Plata 9 de enero de 1951 página 3.

El segundo motivo que lo transforma en un buen caso de estudio es que,


estas fuentes sin ser excesivas, son lo suficientemente completas como para
permitir el estudio de las diferentes fases del exilio: el paso por Francia y la
emigración hacia América. Si bien la gran mayoría de sus escritos son sobre temas
relacionados con el arte, rastrillando en ellos se pueden encontrar pequeños
fragmentos en los que el pintor en cuestión relató su experiencia en el conflicto
bélico, la manera en la que llegó a Francia, quienes lo ayudaron a entrar en nuestro
país, así como su opinión sobre la Argentina. La forma de integrarse al ambiente
artístico argentino de Kapero y de otros pintores, última fase del exilio, puede ser
analizada a partir de fuentes secundarias como son los periódicos La Mañana de
Mar del Plata y Euzko Deya de Buenos Aires.

4
La última razón que lo convierte en un caso digno de estudio, es la tarea
investigativa que desarrolló para uno de sus libros “Arte Vasco” sobre el grupo de
artistas vascos establecidos en Argentina. Tomando como punto de partida este
esbozo de investigación que realizó Kapero para el libro en cuestión y apelando a
otro tipo de fuentes, es posible reconstruir al menos en parte el exilio en Argentina
de artistas vascos como Juan León Cruzalegui, Néstor de Basterrechea y Bienabé
Artía, entre otros.

El enfoque metodológico empleado integra diferentes técnicas cualitativas,


de historia oral y de registro documental, con el objetivo de captar los sentidos y los
significados de los acontecimientos humanos desde la perspectiva de los actores.

“Brindis en el Caserío” es el nombre de este óleo de Mauricio Flores Kaperotxipi, el


mismo constituye un excelente ejemplo de la producción pictórica de Kapero, dominada de
manera absoluta por la temática vasca y por los retratos sobretodo de personas mayores.
Fuente: http://www.artnet.com/Artists/LotDetailPage.aspx?lot_id=BE578010DEB14921

Kapero dejó varios testimonios sobre sus vivencias durante la guerra y el


exilio, escritos realizados en función de lo que recuerda y de lo que olvida, fuente
que junto con las entrevistas a sobrevivientes va ganando terreno dentro de los
estudios migratorios, como corolario del énfasis en la perspectiva del protagonista

5
en los mismos. Pero a la hora de analizar este tipo de fuentes es imprescindible
tener en cuenta que:

“…la memoria no es una estructura biológica capaz de


reproducir…una certera imagen del pasado. El modo en que se
recuerda, lo que se recuerda, no es sólo una cuestión de
psicología individual; tanto la edad, el sexo y la clase social como
las representaciones culturales afectan los aspectos recordados
de la vida y la manera en que se los recuerda. Lo que ella registra
es selectivo y transformado por un proceso de interpretación.”5

Para poder analizar de manera correcta a este artista y al grupo de artistas


vascos refugiados en nuestro país, es necesario tomar prestadas categorías y
conceptos creados por especialistas en Historia del Arte como Violeta Izquierdo
Expósito quien escribió sobre el exilio artístico en Francia, González Lamela María
del Pilar que analizó a los artistas españoles exiliados en Puerto Rico y Cuéllar,
López, Suárez y Tolosa que se encargaron del exilio de artistas en México. Pero
también se tornan imprescindible el uso de conceptos de la antropología, como el
de Arte Autóctono, herramienta sumamente útil a la hora de analizar el arte de un
pueblo.

5
Schwarzstein Dora (2001) Entre Franco y Perón. Memoria e identidad del exilio
republicano español en Argentina; Editorial Crítica.; Barcelona; pp. XVIII.

6
Capítulo 1:
Por la ruta de los Bohemios (Erenchun y Bagaría)

“No se comprende muy bien como en año y medio


de trabajo, y tan lejos durante tantos años
de la tierra vasca, ha logrado dar
carácter y ambiente vasco a sus cuadros.
Claro que con frecuencia sus esfuerzos
de memoria fallan y algunas de sus obras reflejan
no más que un ambiente nórdico, que puede ser gallego,
bretón, normando, holandés
o noruego, lo mismo que vasco.”6

Kapero realizó durante su exilio las mismas actividades que en el País


Vasco, pintar y escribir. Hasta el estallido de la Guerra trabajó para el diario “El
Pueblo Vasco” de San Sebastián; en Argentina colaboró con el Diario “La Razón”,
colaboraciones que recibieron el nombre de “Curioseando en el Mundo del Arte”. En
uno de los artículos que escribió para este diario argentino, en la ciudad de
Mendoza en el año 1942, relató parte de su experiencia durante la guerra civil:

“Claro que el dinero vale, pero su valor


es limitado, por lo menos en los
tiempos de guerra. ¡El Pan! ¿No
teníamos antes tanto pan y le
dábamos tan poca importancia?

Dibujo del cinturón de


Hierro de Bilbao
(edificado durante la
guerra civil) realizado por
Kaperotxipi, quien se vio
involucrado en su
construcción. Fuente: Mauricio Flores Kaperotxipi (1947)
Pintores Vascos y No Vascos, Editorial Ekin, Buenos Aires;
página 26.

6
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de agosto de 1952 pp. 5.

7
Estas, y cosas parecidas, se piensan en los refugios antiaéreos,
mientras se oyen los estampidos de las bombas y las rodillas
tiemblan de miedo. Y, a veces, cuando terminado el bombardeo,
corre uno a su casa, ya no hay casa. Soy de los que menos creían
en una guerra civil. De otra forma, no me hubiese agarrado dentro
de España”7 “…la guerra se enconó, se agrandó…”8 “Era evidente
que la guerra llegaría hasta allí. A los setenta días empezamos a
oír los cañonazos. Angustiaba comprobar que cada vez se oían
más cerca. Un domingo amaneció el pueblo lleno de fugitivos. La
misma noche abandonamos nuestra casa (…) Para proteger la
riquísima capital de Vizcaya, se estaba construyendo el llamado
cinturón de hierro. Y nos metimos detrás de él (…) Luego la voz
del pregonero: “La autoridad militar ordena a todos los hombres
que han venido a refugiarse a esta provincia, que se presenten
mañana a trabajar en el cinturón de hierro.” (…) ¡Ay, qué trabajo!
Dios mío; ¡ay, qué trabajo! Metido en el barro, llevando piedras,
arrastrando troncos. (…) Y, entre ceja y ceja, un pensamiento que
no se quitaba: La Argentina, con sus carnicerías repletas de carne
tierna, sus mercados abarrotados de comida, su vida pacífica. Y,
sobre todo, su libertad bien entendida, junto con el respeto y
recompensa para todos los laboriosos y honrados ciudadanos del
mundo.”9

Cuadro del pintor vasco Aurelio Arteta en el que expresa el


dolor de la Guerra.

Si bien México fue uno de los lugares más


elegidos por los refugiados para establecerse, de
hecho muchos artistas optaron por este país como
su segundo hogar, entre ellos se destaca el
famoso pintor vasco Aurelio Arteta; Francia fue el
primer destino de todo exiliado debido a su
cercanía con España. En el prólogo de uno de sus
libros “Arte Vasco” (prólogo que escribió en Mar
del Plata en 1954) Kapero explicó la forma en la
que llegó a Francia:

7
Kaperotxipi, Mauricio Flores (1947) Pintores Vascos y No Vascos, Editorial Ekin; Buenos
Aires; pp. 79.
8
Kaperotxipi, M. F.; Op cit; pp. 80.
9
Kaperotxipi, M. F.; Op cit; pp. 82.

8
“… el cerco se achicó, se achicó, se achicó angustiosamente.
Comenzaron a faltar los alimentos. Nos bombardeaban los
aviones varias veces al día. Y cuando ya no había casi a donde
retroceder, se produjo un milagro. Me dieron unos papeles y me
dijeron: “Usted, desde ahora, se llama Fulano de Tal y Tal.
Aprenda bien su nuevo nombre. Es abogado. Y este es su
permiso para poder llegar a Francia.” Eran -luego lo supe- unos
papeles que estaban en regla. Lo que pasó es que el personaje
para quien estaban destinados, salió antes, no sé cómo. En un
barco de carga Inglés, el último que partía de Santander antes de
la caída, llegue a Francia a fines de Agosto de 1937.”10

No tiene sentido transcribir de manera acrítica la narración de Kapero; sino


que es necesario indagar, a través de este relato, en el proceso de construcción de
su memoria, en la razón por la cual recuerda algunas cosas y olvida otras. ¿Por qué
su relato es extenso y detallado en lo que se refiere a la guerra civil, mientras que
no hace comentarios sobre su estancia en Francia, sino sólo sobre la forma en que
llegó? ¿Habrá que creer que su estadía en Francia fue buena o aceptable; y que
sólo vivió momentos difíciles durante la Guerra? ¿Qué habrá motivado este olvido
tan notable?
La memoria es selectiva, en ella no todos los recuerdos tienen lugar, sino que
elegimos, priorizamos alguno sobre otro y esta selección nunca la hacemos en
función de criterios individuales. La noción de marco o cuadro social desarrollada
por Maurice Halbwachs, será esencial para analizar los olvidos de Kapero. Para
este autor las memorias individuales estarían siempre enmarcadas socialmente, y
estos marcos o cuadros sociales son:

“…portadores de la representación general de la sociedad,


de sus necesidades y valores. Incluyen también la visión del
mundo, animada por valores, de una sociedad o grupo…esto
significa que sólo podemos recordar cuando es posible recuperar
la posición de los acontecimientos pasados en los marcos de la
memoria colectiva...”

10
Kaperotxipi, Mauricio Flores (1954) Arte Vasco. Pintura-Escultura Dibujo y Grabado;
Editorial Vasca Ekin; Buenos Aires; pp. 10.

9
Lo que no encuentra lugar o sentido en ese cuadro o marco social es
material para el olvido. A su vez esos marcos sociales son históricos y cambiantes,
de ahí que los recuerdos que conforman nuestra memoria varíen a lo largo del
tiempo. Un ejemplo de una memoria enmarcada socialmente se encuentra en el
trabajo de Aleka Boutzouvi sobre el testimonio de Diamando Gritzona, una griega
que vivió la ocupación alemana, participó en la guerra civil y fue refugiada política
en Tashkent. Aunque compartió con muchas mujeres gran parte de su vida en la
clandestinidad, en las montañas y en Tashkent, recuerda poco de ellas; estos
olvidos, según Boutzouvi no deben atribuirse a ningún tipo de patología de su
memoria, sino a la postura de su época respecto de la posición y el papel de la
mujer en la sociedad.
Schwarzstein aporta un elemento más que permitirá comprender mejor el
mecanismo del olvido; que es que debe haber coincidencia, al menos parcial, entre
nuestra memoria y las versiones públicas del pasado. Nuestras memorias deben
encajar en lo que es públicamente aceptable o aceptable en pequeños grupos, de
ahí que aquello que no encaje con esas versiones públicas del pasado se
transforma en material para el olvido.
Por último es imprescindible agregar a este breve repaso sobre el proceso de
construcción de la memoria (debido a que la guerra y el exilio pudieron haber sido
hechos traumáticos para algunos), el concepto de memoria profunda desarrollado
por Charlotte Delbo, la misma estaría constituida por experiencias traumáticas
difíciles de articular en palabras, que borramos completamente de nuestra memoria.
Resulta aún más llamativa la ausencia de recuerdos sobre Francia en la
memoria de Kapero, si tenemos en cuenta que la estancia, en albergues y campos
de concentración franceses, estuvo bastante lejos de ser algo agradable para los
refugiados. La vida en ellos fue bastante
precaria, ya que generalmente no eran más que
playas delimitadas por alambre de púas, en las
que la única posibilidad de protegerse del frío era
esconderse en un hueco en la arena. La comida
era bastante deficiente y las fuerzas encargadas
de velar por los exiliados generalmente los
maltrataban.
Dibujo realizado por Kapero para ilustrar el libro de Constantino del Esla “Estampas Vascas”, Del Esla se
desempeñó como corresponsal de guerra durante la guerra civil en el País Vasco.

10
Por otro lado Violeta Izquierdo, una historiadora del arte especializada en el
exilio de artistas de la guerra civil, confirmó la presencia de artistas plásticos en los
campos de concentración franceses; en los cuales desarrollaron sus actividades
creativas, algunas veces de manera individual y otras participando en las
actividades artísticas que se organizaron en los campos para mantener alta la moral
y para preservar la herencia hispánica:

“…organización de exposiciones de arte dentro de los campos. Se


ha constatado la existencia de «un Palacio de exposiciones»
inaugurado en Barcarés el 14 de mayo de 1939, un Salón de
Bellas Artes en Argelès y una Barraca-Galería en Saint-Cyprien
(…) se levantaron dos esculturas de barro: España agonizando,
sobre la guerra civil y La última bomba, dedicada a las víctimas de
Guernica. … Pero también se produjeron algunas exposiciones en
el exterior…La mayor parte de las obras realizadas para estas
exposiciones tenían un marcado carácter naturalista, descriptivo y
casi de documento, pues reflejan y dejan constancia de las
circunstancias que marcaron la llegada a los campos, el éxodo, la
vida cotidiana, los sentimientos de desolación, angustia, tristeza,
de esos primeros meses de exilio.”11

La razón que llevó a Kapero a construir una memoria parcial, excluyendo de


ella parte de sus vivencias; se hace visible en la manera en la que el diario La
Nación abordó la “cuestión francesa”, el tema del trato dispensado a los refugiados
en los campos de concentración franceses. Dora Schwarzstein demostró en su
libro12 que La Nación desmintió la versión sobre maltrato a refugiados en los
campos de concentración franceses, publicó en cambio las declaraciones del
General Pétain (embajador de Francia en España) sobre la actitud humanitaria
francesa y su idea de que los rumores sobre maltrato en los campos de
concentración, eran propaganda en contra de Francia. En una palabra el diario se
negó a admitir parte de lo sucedido. En más de una ocasión a lo largo del libro Arte
Vasco Kapero manifestó su aprecio para con el Diario La Nación:

11
Izquierdo Expósito, Violeta (2003) El arte del exilio republicano español; Biblioteca Virtual
Cervantes; Alicante; pp. 47.
12
Entre Franco y Perón. Memoria e identidad del exilio republicano español en Argentina.

11
“…en el gran diario La Nación, de Buenos Aires, periódico
de quien tantas muestras de afecto y de aliento han recibido los
artistas vasco a lo largo de los años.”13

Por lo tanto excluyó de su memoria algo que no entraba dentro de lo


aceptable para este diario argentino y para el grupo que leía y concordaba con las
opiniones del mismo, grupo al que parece que perteneció o quiso pertenecer este
pintor.

Ahora bien ¿Cómo continua la historia del exilio Kapero? El gobierno


francés intentó, en más de una oportunidad, que otros países (principalmente
Hispanoamericanos) se encargaran de los refugiados. Entrar en Argentina fue casi
imposible debido a la vigencia de rígidas leyes anti-inmigratorias, de cualquier modo
existieron algunas excepciones. El testimonio de una refugiada Lore Markiegi de
Grassi, es un buen ejemplo de la importancia que las redes sociales primarias
tuvieron en el ingreso de algunos exiliados en nuestro país:

“…pudimos salir en un
buque de guerra inglés que estaba
frente a la costa hacia el primer
exilio que fue el País Vasco
Francés o Iparralde, en San Juan
de Luz (…) Ante el avance de los
nazis había que salir de Francia
(…) Mi madre accidentalmente, en
uno de los viajes que hicieron mis
abuelos en la Argentina, nació en
Buenos Aires. Lo que en ese
momento fue una gran ventaja
porque el Consulado Argentino se
pudo apresurar toda la parte
documental como para poder salir
cuanto antes (…) Anteriormente, ya habían venido, al estallido de
la guerra, hermanos de mi madre. Estaban radicados en
Necochea y su zona (…) Llegamos a Buenos Aires en 1938,
estuvimos un tiempo allí y pasamos a Necochea. Por entonces, el
13
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 144.

12
tío que estaba radicado en Necochea y se dedicaba a actividades
rurales y comerciales, nos consiguió una casa…”14

La imagen de la página anterior es una fotografía de “La Montserrat” una pieza realizada
en acero por el escultor Julio González que resume todo el dolor y dramatismo de la
Guerra. Fue expuesta junto con el Guernica de Picasso y otras obras de artistas españoles
en la Exposición Universal de París de 1937, en el Pabellón Español concebido como un
stand de propaganda destinado a mostrar las realizaciones y la forma de pensar de la
España Republicana. El personaje, que lleva el típico pañuelo campesino de los años `30,
dirige el rostro hacia el infinito y la boca abierta expresando la rabia y el dolor por la
situación de angustia que padece. Una muestra más de que a través del arte se puede
llegar a conocer al menos en parte el significado que determinados hechos tuvieron para
sus protagonistas.

Hubo dos grupos dentro del colectivo de exiliados que lograron entrar a
nuestro país, gracias al permiso que el presidente Ortiz les concedió. Uno de estos
grupos fueron los vascos: El Comité Pro Inmigración Vasca, organismo creado en la
Argentina por la comunidad vasca ya establecida, para dar ayuda y acogida a los
refugiados vascos; consiguió del presidente Ortiz la sanción de dos decretos que
permitieron el ingreso irrestricto de vascos.
Sin embargo ni este Comité ni las redes sociales primarias desempeñaron un
rol importante en el ingreso de Kapero a nuestro país, quienes lo ayudaron fueron
algunos críticos de arte argentinos, conocedores de su obra puesto que en 1930 y
en 1932 este pintor vasco había expuesto su producción en la Galería Witcomb
(Buenos Aires):

“Aquí, en la Argentina, hay críticos eminentísimos (…) Y


nunca agradeceré bastante, a algunos de ellos, la mano hidalga
que me tendieron al tener que salir de mi tierra en llamas para
refugiarme aquí.”15

El exilio de Kapero no guarda mucha relación con el de otros artistas


plásticos, al menos con casos como el de Compostela; este artista plástico Gallego
cuyo verdadero nombre era Francisco Vázquez Díaz, se exilió en Puerto Rico. El
Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE), organismo creado por el
gobierno republicano para ayudar a los refugiados, fue el responsable de su arribo

14
Minervino M., Bracamonte L., Romero F. G., Ramírez Garciandía M. S. (2003) Historia de
Unión Vasca de Bahía Blanca; en colección Urazandi Bilduma; Servicio Central de
Publicaciones del Gobierno Vasco; Vitoria-Gasteiz; pp. 51 y 52.
15
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 7-8.

13
a América, su caso por lo tanto difiere del de Kapero, ya que como acabo de
demostrar ningún organismo de ayuda a exiliados participó en su exilio.
Una historia similar a la de Kapero fue la del periodista y crítico literario
Ricardo Baeza. Baeza logró entrar a la Argentina a finales de 1939 gracias a la
movilización que a favor suyo hizo Victoria Ocampo. Baeza y Ocampo se
conocieron en 1922, cuando Baeza vino a la Argentina como representante de la
Misión Nansen. El hijo de Ricardo Baeza fue entrevistado por Schwarzstein y
comentó lo siguiente:

“Cuando estalló la Guerra Mundial estábamos en París, y


papá recibió una llamada telefónica de Victoria Ocampo a París,
que le dijo: “Mire, Baeza, usted véngase a la Argentina, que ya le
encontraremos aquí muchas cosas. Podrá trabajar en editoriales,
eso ya lo veremos. Trasládense a vivir a mi piso que tengo allí
cerrado (en París) y entonces estaremos en contacto”. Ella fraguó
nuestra salida de Francia en diciembre del `39, desde Burdeos.
Teníamos visado para Colombia, donde a mi padre le habían
ofrecido una cátedra, luego el visado para Chile, dada la amistad
de mi padre con Pablo Neruda. No teníamos visa para la
Argentina. Pero al llegar nos estaba esperando Victoria Ocampo,
y también Doña María de Maeztu, hermana de Ramiro de Maeztu.
Entre las dos lograron que nuestros papeles se arreglaran y, ya
que estaban, también otros republicanos se quedaran en Buenos
Aires.”16

En los dos casos se trató de personajes que gracias a su profesión


realizaron viajes, y en estos viajes establecieron contactos con gente influyente y
fueron éstos los que los ayudaron posteriormente a entrar en Argentina y no algún
organismo de ayuda a refugiados o un pariente.
Kapero realizó dos exposiciones en la Argentina antes de la guerra; que le
sirvieron para establecer relaciones de amistad o de cordialidad con críticos de arte
argentinos a los que hizo referencia en el prólogo de su libro Pintores Vasco y No
Vascos:

“En la capital argentina inauguró una exposición con 20


cuadros y temática de figuras, paisajes y escenas regionales de
16
Schwarzstein D.; Op. Cit.; pp. 120-121.

14
pronunciado sabor costumbrista. Algunas obras fueron adquiridas
por el Museo Nacional de Buenos Aires y también por el Museo
Nacional de Uruguay. Debido al éxito obtenido celebra
exposiciones en las ciudades de Rosario de Santa Fe y en
Montevideo. Regresa a Zarauz, pero vuelve a Argentina a exponer
sus cuadros en 1932.”17

De cualquier modo Kapero reconoce haber seguido una ruta abierta desde
hacía años por un pintor Vasco llamado Teodoro Erenchun (Azpeitia en, 1864 llegó
a la Argentina aproximadamente en 1890 y murió en Arrona en 1931) y un
caricaturista vasquizado llamado Bagaría (vasquizado es un concepto que Kapero
utilizó para calificar a aquellos artistas que sin haber nacido en el País Vasco
adoptaron el tema vasco en sus obras, en este caso se trató de un catalán, de
cualquier modo el concepto de vasquizado será desarrollado con mayor detalle en
el tercer capítulo de esta tesis):

“Por la ruta abierta por Erenchun


han ido después otros artistas: Zuloaga,
los hermanos Arrue, Bikandi, los
hermanos Zubiaurre, Félix Pascual,
Balenciaga, Salazar Echeverría, Jorge
Oteiza, y yo mismo, entre otros más. En la
Argentina han quedado, enredados en
diferentes redes amables, algunos de los
viajeros.”18

Desconozco la razón por la cual Erenchun


se instaló en nuestro país, mientras que Bagaría
arribó a la Argentina luego de ser expulsado de
España:

“La dictadura de Primo de Rivera, en España, llegó a temer


a Bagaría, casi tanto como a una contrarrevolución…Decía con

17
http://www.euskonews.com/0252zbk/gaia25201es.html
18
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 77.

15
sus muñequitos, verdades peligrosas que, entonces, no era
posible escribir…”19

Por lo tanto éste último entra dentro de la categoría de emigrado político, un


fenómeno bastante frecuente en la historia de España, según lo que comentan
Juan B. Vilar en “El exilio en la España Contemporánea” editado por el Servicio de
Publicaciones de la Editorial de Murcia.

19
Kaperotxipi M. F.; Op. Cit.; pp. 28.

16
Capítulo 2:
El Embajador del Arte Vasco en Mar del Plata

“…Flores Kaperotxipi, muestra sus escenas vascas,


en las que se ven alegres jugadores de cartas,
abuelitos con nietos…No ignora que hay también
penas entre los vascos, como tampoco ignora Renoir que
había penas entre los franceses, pero como Renoir,
pinta sólo lo bello de la vida.” 20

En la ciudad de Mar del Plata se establecieron cuatro artistas vascos,


Mauricio Flores Kaperotxipi en 1943, el acuarelista Félix Muñoa en 1948, el
ceramista Juan Zuloaga quien llegó aproximadamente en 1953 contratado por el
Estado Argentino para dirigir y montar la Escuela
de Cerámica y el pintor Bienave Artía quien vivió
algún tiempo en la ciudad (no hay datos sobre
su año de llegada).
Félix Muñoa estuvo siempre muy
relacionado con el Centro vasco (participó en el
diseño de la actual fachada del Centro, realizó
las escenografías para los distintos actos, etc.),
mientras que Kapero se mantuvo bastante al
margen de esta institución, no así de la lucha que
la misma desempeño durante el franquismo.
Reproducción de un cuadro de Kaperotxipi denominado “Hermanitos” realizada por él mismo para
Ilustrar su libro Pintores Vasco y No Vascos.

De cualquier modo Kaperotxipi se destacó por sobre Muñoa, Zuloaga y Artía


por la labor de difusión del arte vasco que desarrolló. Darle mayor proyección al
arte vasco, que los argentinos lo conocieran, fue el objetivo que Kapero intentó
lograr durante su larga estadía en esta ciudad, y para hacerlo se valió de diferentes
medios. Esta actividad de difusión se entiende mejor si se tiene en cuenta la
estrategia general de preservación y difusión de la cultura vasca que los exiliados
vascos desarrollaron durante la época, tanto en Argentina como en otros países

20
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de 1952 pp. 4.

17
latinoamericanos, en respuesta a la represión a la que Franco sometió a la cultura
vasca en la Península.
Las exposiciones colectivas de artistas vascos fueron uno de los elementos
que este pintor utilizó para presentar el arte vasco a los marplatenses y a los
veraneantes. Cada verano en el estudio de pintura que instaló en su residencia de
la calle 9 de Julio 3882 (una construcción típicamente vasca); expuso acompañado
por otros artistas plásticos. El número de expositores varió de año a año, pero lo
que no varió fue el origen de los mismos, se trató siempre de pintores vasco-
españoles (con la única excepción de Philipe Veyrin de origen vasco-francés),
recién en 1954 se incorporó un argentino descendiente de vascos y una artista
femenina. De esa manera, el público se familiarizó no sólo con su obra, sino con la
de otros artistas vascos.

“Esta muestra anual, que se ha convertido en uno de los


números del programa veraniego marplatense, es una bella labor
de divulgación de los valores plásticos vascos.”21

La cantidad de artistas expositores aumentó año a año, en la exposición de


1949 participaron 6 artistas, mientras que en la exposición de diciembre de
diciembre de 1953 lo hicieron 20 pintores. Los pintores que acompañaron a Kapero
en su estudio durante los 6 años que van de 1949 a 1954 fueron los siguientes:

21
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de diciembre de 1953 pp. 4.

18
Nombre del Pintor Número de veces que expone en el
estudio de Kapero

Andía E. Una vez.

Aresti Bilbao Juan (argentino Una vez.


descendiente de Vascos)
Arrue Ramiro Cuatro veces

Arzuaga Miguel Ángel Tres veces.

Azarola Emilio Dos Veces.

Baroja Ricardo Seis veces.

Benito Jesús Martín Una vez.

Cruzalegui J. León Seis veces.

De Arrechalde José Una vez.

De Bikandi José Una vez.

De Arzuaga Pavesí María Una vez.

Erechun Eloy (sobrino de Teodoro Una vez.


Erechun)

Fernández Subiaga Una vez.

Garamendi Una vez.

Ibarbía José A. Una vez

Iturrioz Montes Gaspar Cuatro veces.

Joalde Cuatro veces.

Mari de Irujo Pedro Dos veces.

Muñoa Félix Cinco veces.

Ruiz Idarraga Generoso Dos veces.

Veyrin Philippe (único de origen vasco Cuatro veces.


francés).
19
Elaboración personal a partir de una serie de artículos extraídos de los
periódicos La Mañana y Euzko Deya.

¿De que manera consiguió Kapero que artistas que se encontraban


dispersos por todo el mundo expusieran sus cuadros en Mar del Plata? Es posible
que su manera de conseguir los cuadros haya sido similar a la que Juan León
Cruzalegui utilizó para organizar las exposiciones colectivas del Laurak Bat (Centro
Vasco de Buenos Aires). Con respecto a la muestra del Laurak Bat de 1952, en la
que reunió 70 telas de diferentes pintores vascos, encontré el siguiente comentario
en Euzko Deya:

“Esos cuadros ha habido que buscarlos por todo Buenos


Aires. Labor tan impronta ha sido llevada a cabo por el señor Juan
León Cruzalegui…ha conseguido reunir estos cuadros…”22

En otra noticia, también sobre una exposición colectiva en Buenos Aires del
mismo diario, se hizo referencia a otra manera de obtener cuadros: envíos anuales
de cuadros por parte de los propios pintores a la Argentina. En un discurso que
Kapero pronunció con motivo de la exposición de artistas vascos que se realizó en
el Hotel Provincial en 1954, comentó la forma con la que consiguió los cuadros en
esa ocasión:

“…hemos llamado a las puertas de importantísimos


coleccionistas del país que, sin vacilar…nos han cedido sus
valiosos cuadros.”23

Dentro de la historia del arte es un lugar común dividir a los artistas


refugiados en dos grupos; por un lado aquellos artistas exiliados que se incorporan
plenamente a las nuevas galerías, a las exhibiciones colectivas de artistas del país
receptor, y por el otro aquellos que se centran en el ámbito propio del exilio:
exposiciones en las instituciones de exiliados, ilustraciones de libros y revistas del
exilio, etc. Es más que evidente el hecho de que Kapero integró este segundo
grupo de artistas exiliados que se mantienen aferrados al ámbito del exilio; sin
embargo es prácticamente el único entre los artistas vascos refugiados en la

22
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de octubre de 1952 pp. 8.
23
Álvarez Adriana (2005) Historia del Centro Vasco Denak Bat Mar del Plata en Colección
Urazandi Bilduma; Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco; Mar del Plata; pp.
70.

20
Argentina que ostentó un nivel bajo de participación en las instituciones artísticas y
culturales de este país. Néstor de Basterrechea un vasco que llegó a la Argentina
muy joven a causa de la guerra civil, prácticamente se formó como pintor en
nuestro país:

“…en muy diversas exposiciones de distintas capitales


argentinas, que es donde ha desarrollado su labor
principalmente...Ha concurrido a varios certámenes nacionales y
en el último Salón de Bellas Artes Nacionales le fue conferido el
único premio establecido para extranjeros.”24

Otro ejemplo es José de Bikandi (pintor vasco, de quien no hay certezas de


que haya sido refugiado, pero si de que vivió muchos años en la Argentina) que
participó en la exposición de Arte Sacro Moderno en Argentina, en la que compitió
con artistas locales y consiguió el segundo premio con su “Cristo de Lezo”. Juan de
Zuloaga, ceramista vasco, fue llamado por el Estado Argentino para montar y dirigir
la Escuela de Cerámica en Mar del Plata, institución que hoy en día sigue
existiendo con el nombre de Rogelio Yrurtia, un escultor argentino pero de padres
vascos.

Además de exponer junto con otros artistas, Kapero lo hizo de manera


individual en varias oportunidades, generalmente estas exposiciones individuales
las realizó luego de las exposiciones colectivas. La prensa local anunció estas
exposiciones, dando el nombre de todos los cuadros que expuso en cada
oportunidad, por ejemplo: Vascos en Día de Fiesta, Un Vasquito, Al Pueblo,
Regreso de la Romería, Perfiles Vascos, Jugando al Mus con Trampa, entre otros.
Y es gracias a esta referencia que tengo la certeza de que Kapero nunca se alejó
del tema vasco:

“Componen la muestra 22 cuadros representando tipos,


escenas y costumbres del viejo pueblo de los eúzkaros.”25

Resulta difícil de creer que una persona que haya vivido lo que él vivió, y que
siendo artista, no haya sentido la necesidad de plasmar esa experiencia de vida en
su obra. Ninguno de sus cuadros representó escenas de la guerra civil, tampoco se
dejó influir por el ambiente artístico argentino, ni incorporó a su temática el folclor o

24
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de noviembre de 1949 pp. 7
25
Diario La Mañana; Mar del Plata 23 de febrero de 1948 pp. 3.

21
los paisajes argentinos. ¿Por qué dedicó su obra de manera íntegra a lo vasco?
¿Qué razón habrá motivado esta fijación temática?

Otros pintores vascos ampliaron su temática incorporando en ella lo


Argentino (paisajes, costumbres, fiestas de nuestro país), y en algunos casos
incluso lo vivido durante la guerra civil. Fue el caso de José de Bikandi, ya que este
pintor vasco en sus exposiciones alternó cuadros de temática vasca con otros
inspirados en Mar del Plata. Emilio Herrero un pintor Bilbaíno, en la muestra que
realizó en la Galería Muller expuso cuadros de motivos vascos y argentinos con
paisajes de Necochea, Tandil y Miramar. Emilio de Azarola expuso en Van Riel
cuadros de tema vasco, junto con tres interpretaciones del paisaje de la Boca de
Buenos Aires. Por otro lado muchos reflejaron en sus cuadros las vivencias de la
guerra, por ejemplo Juan León Cruzalegui y Aurelio Arteta realizaron ambos un
cuadro llamado Guernika. Basterrechea recibió la siguiente crítica en ocasión de
una exposición de sus cuadros:

“…nos hallamos ante su serie “Trágica”…Allí están presentes


la guerra es uno de sus aspectos más trágicos, simbolizada en
una mujer de cuatro manos (tal vez para subrayar aún más la
monstruosidad del hecho) que las dirige contra si misma, en un
salvaje acto de autodestrucción…La nostalgia del terruño nativo
debe jugar también un papel importante en la paradoja de su
personalidad.”26

26
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de noviembre de 1950 pp. 2.

22
Este cuadro que representa una escena típicamente vasca pintado por Mauricio Flores Kaperotxipi con el
nombre de “Bebedores y Fumadores”; constituye un buen ejemplo de lo expuesto de la idea de que a través de su
arte Kapero intento mantener con vida la cultura y la idiosincrasia de su pueblo.

Juan Vilar en su libro27 explica que la principal contrapartida del exilio es


justamente la posibilidad de renovarse al contacto con ideas y experiencias nuevas,
habla del efecto renovador del exilio. María del Pilar González Lamela en su libro28
nos comenta que los artistas españoles que se establecieron en Puerto Rico, se
dejaron influir por el ambiente y adoptaron nuevos temas basados en la historia y el
folclore de este país. El caso de los artistas españoles exiliados en México es un
poco más complicado; ya que éstos se mantuvieron muy apegados a la tradición
española, adoptando más las técnicas que la temática mexicana. Pero, a pesar de
esto, también hubo integración y compromiso con la cultura artística mexicana,
incluso artistas mexicanos y españoles colaboraron en algunas obras. El artista
español exiliado en ese país, Antonio Rodríguez Luna realizó una serie de cuadros
sobre los campos de concentración franceses y por su serie éxodos es considerado
el:

“…el pintor de la diáspora española. Nadie ha interpretado


como él esa hora sombría y desgarradora. Ningún artista de su
misma nacionalidad de origen ha dado, tampoco, a la historia
27
El exilio en la España Contemporánea editado por el Servicio de Publicaciones de la
Editorial de Murcia.
28
La aportación del Exilio a las artes plásticas en Puerto Rico editado en las actas del
Congreso Conmemorativo de los 50 años del exilio español en Puerto Rico y el Caribe

23
plástica de la última Guerra Civil Española, más valiosa-y
numerosa- aportación que la suya.”29

Nuevamente se impone la pregunta sobre la razón que habrá llevado a


Kapero a mantenerse aferrado a la temática vasca, no dejándose influir por el
ambiente artístico o el folclor argentino, ni por la temática de la guerra y el exilio.
Cuéllar, López, Suárez y Tolosa en su Libro Exilio y Creación (en el que analizan el
exilio de artistas españoles en México) sugieren la idea de que la integración parcial
de algunos artistas se debió a que se trató en muchos casos de plásticos que se
exiliaron ya formados profesionalmente hablando, lo que obviamente puede ser
aplicado al estudio de Kapero, quien tenía alrededor de 40 años cuando llegó a la
Argentina, se formó como pintor con varios maestros europeos y en varias ciudades
europeas, principalmente en Madrid; y ya había realizado exposiciones fuera de
España incluso de Europa, de hecho 4 meses antes de que estallara la guerra civil
expuso en estados Unidos.

Pero explicar algo valiéndose de una sola razón es simplificar


excesivamente una cuestión. De hecho otro motivo que explicaría la fijación de este
pintor con el tema vasco, tiene que ver con el establecimiento en España de un
aparato represivo hacia la cultura vasca en el marco de la dictadura franquista.
Mientras que hablar euskera (lengua de los vascos) estaba terminante prohibido en
la Península (de hecho se multó a aquellos que lo hicieron), en Mar del Plata los
vascos pudieron dar rienda suelta a su idiosincrasia, a su idioma, a sus costumbres.
De hecho como lo demostró Adriana Álvarez en su Historia del Centro Vasco Denak
Bat Mar del Plata, los vascos desde esta ciudad van a luchar contra la dictadura
Franquista, para mantener, para preservar su cultura:

“La acción vasca en el exilio o a la distancia, según los


casos, fue concebida como una especie de garantía de
supervivencia del espíritu y la cultura vasca cuando en su país de
origen estaba fuertemente amenazada.”30

Entonces su invariabilidad temática puede ser explicada en primer lugar


porque Kapero llegó a la Argentina siendo un pintor ya formado y reconocido y su
objetivo fue continuar una producción que había comenzado muchos años antes de

29
Cuéllar H., López G., Suárez M., Tolosa S.; Op. Cit.; pp. 14 y 15.
30
Álvarez, A.; Op. Cit.; pp. 58.

24
transformarse en exiliado. En segundo lugar por el contexto histórico, su fijación con
el tema vasco pudo deberse también al momento de precariedad de la cultura
vasca, pintar un cuadro tras otro con motivos vascos fue la contribución que este
pintor con sus propios medios y herramientas hizo a la lucha general que los vascos
dieron para conservar su idiosincrasia. Existiría un tercer elemento que permitiría
comprender mejor la cuestión. Casi todos los escritos sobre artistas exiliados hacen
referencia a la lucha de los mismos para mantener viva su herencia, por lo tanto,
Kapero no constituye una excepción si lo vemos junto con el resto de los artistas
republicanos exiliados:

“Había una necesidad detrás de la actitud conservadora


del artista, la de proteger su cultura, sus valores y su tradición y,
en lo que coincide la mayoría, la necesidad de continuar con su
obra, de concluir procesos que la guerra había interrumpido.”31

Esta actividad que desarrolló Kaperotxipi ¿Fue bien recibida? ¿Qué


repercusión tuvo en la ciudad este pintor? El diario La Mañana, una de las fuentes
empleadas en esta investigación, contó durante los años que van de 1948 a 1954
con la colaboración de Félix de Ayesa, un personaje multifacético, que además de
periodista, escribió crítica de arte. Y es gracias a éste vasco que las exposiciones
de Kapero tanto grupales como individuales, tuvieron su espacio en las páginas de
este diario:

“Dicha exposición puede ser visitada (…) habiéndolo


hecho ya una gran cantidad de personas, que admiraron la
muestra…”32 “…con ello el artista de Euskadi que desde hace
años convive con nosotros (…) prosigue en su nobilísimo afán de
hacernos conocer en la medida de sus medios, a artistas de solar
nativo…”33 “Y es en el ambiente de la residencia de Kaperotxipi
que los cuadros vasco parecen tener algo del aire del idílico país
del que nos ofrecen paisajes y rostros tan expresivos.”34 “En los
salones de la Casona Vasca (…) en la que Kaperotxipi mantiene

31
Cuéllar H, López G., Suárez M., Tolosa S.; Op. Cit.; pp. 26.
32
Diario La Mañana; Mar del Plata 14 de enero de 1949 pp. 1.
33
Diario La Mañana; Mar del Plata 7 de enero de 1951 pp. 3.
34
Diario La Mañana; Mar del Plata 9 de enero de 1951 pp. 3.

25
una permanente y magnífica embajada del arte del país
vascos…”35

El accionar de Kapero estuvo acompañado por el de otros artistas vascos36


que expusieron sus cuadros en Mar del Plata y por la acción del Centro Vasco que
fue durante esos años el espacio desde el cual los exiliados libraron a la distancia la
lucha contra la represión franquista; la resistencia adoptó diversas formas como
fueron la enseñaza de las danzas típicamente vascas, la enseñanza del eusquera,
la práctica constante de la pelota en varias de sus formas, por nombrar algunas
modalidades. A todas estas maneras de resistir habría que agregar la desarrollada
por Kapero (pintar cuadros de temática vasca) que fue la contribución que desde su
lugar de pintor hizo a la lucha en pos de la conservación de lo vasco.

35
Diario La Mañana; Mar del Plata 4 de enero de 1952 pp. 4.
36
Ruiz Idarraga Generoso: Expuso sus cuadros en enero de 1953 en el Salón de Noticias
gráficas de Mar del Plata, cuadros de tema vasco y también de caballos al mismo tiempo
expuso en las exposición de 13 pintores vascos de Kapero.
A. Cabanas-Oteiza: Expone a partir del 15 de enero de 1950 en la Agencia que instalar el
Diario “Clarín” en la Galería Bristol.
Juan de Aranoa: Expone en abril de 1950 en el Salón de Arte instalado por la Dirección de
Turismo de la ciudad de Mar del Plata en H. Irigoyen 1671.
José de Bikandi: Expone en el Local que el diario “El Mundo” poseía en la Rambla Bristol
en marzo de 1953.
Juan de Zuloaga: Expone en el Salón de Arte del Hotel Provincial el 12 de enero de 1953
junto a su hijo también artista Daniel Zuloaga. Muestra denominada “Visiones de España”.

26
Capítulo 3:
Hacer un poco de ruido en torno a las cosas
del arte.

“Y ya muy cerca de esa


proyección internacional que para
el pueblo que uno representa como artista,
debemos estéticamente ganar.”37
(Jorge de Oteiza)

Hacer conocido el Arte Vasco fue, como ha sido expresado en los capítulos
anteriores, el objetivo que este refugiado buscó durante
su prolongada estadía en la ciudad de Mar del Plata; las
exposiciones colectivas fueron parte de esta estrategia
de difusión, pero no fueron lo único que empleó para
lograrlo sino que también se valió de otros medios,
cuestión que será desarrollada en este capítulo.
La actividad de Kapero se comprende mejor si se
la considera dentro de la lucha que los vascos, dispersos
por el mundo, desarrollaron para salvaguardar su cultura,
seriamente amenazada durante esa época por la
dictadura Franquista. Dentro de esta cruzada por la cultura vasca se inscribe
además, la creación de la editorial Vasca Ekin. Esta editorial fue fundada y dirigida
por un grupo de vascos nacionalistas exiliados en Argentina (más específicamente
en Buenos Aires), quienes le imprimieron un marcado carácter político.

“Es la cultura garantía de la existencia de los distintos


pueblos como grupos diferenciados…Va ese preámbulo
enderezado a hacer resaltar la importancia de la labor
desarrollada por el grupo de refugiados vascos que durante los
pasados años llegaron a la Argentina en éxodo forzoso, siguiendo

37
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 228.

27
las huellas de antaño señaladas por muchos de nuestros
compatriotas…”38

Durante prácticamente los casi 40 años que duró la dictadura de Franco


esta editorial se transformó en un medio para llevar a cabo y fortalecer desde el
exterior la resistencia contra su régimen. Fue un refugio para la cultura vasca, en un
momento en que su existencia peligraba. El nacionalismo fue el eje estructurador
de la "Biblioteca de Cultura Vasca", que la editorial construyó a lo largo de los años.
Junto con otras iniciativas culturales permitió mantener e incluso recuperar la
intensa actividad vascófila previa a la guerra, fue en definitiva una modesta vía de
salida de la actividad cultural de Euskal Herria durante el Franquismo. Al respecto
se considera que:

“…fructífera actuación al servicio de la cultura vasca. Para


probarlo no hace falta sino exponer sencillamente un hecho: ha
publicado ya 41 libros…todos ellos referente a temas
relacionados con la historia, la tradición, la estirpe y las
actividades en general de nuestro país…Esa bibliografía
constituye un amplio panorama de nuestro pueblo en sus
más nobles e interesantes aspectos….Para llevar a cabo
esta labor patriótica, Ekin ha tenido que desarrollar
grandes esfuerzos y, en fin, una verdadera lucha que
supone todo un apostolado por nuestra cultura…”39

Esta editorial publicó una recopilación de algunos de los


artículos que Kapero escribió para el diario “La Razón”, que se
editó en 1947 y recibió el nombre de Pintores Vasco y No Vascos.
Pero es su segundo libro Arte Vasco Pintura-Escultura Dibujo y Grabado, editado
también por Ekin, el que ocupó un lugar más importante dentro de la estrategia de
difusión del arte de Euskal Herria de este pintor. La historia de este libro es digna
de contar:

“…el cartero me entregó una carta que venía de


Barcelona. Me escribía el sabio antropólogo Telesforo de
Aranzadi, diciéndome (…) El Diccionario Espasa va a dedicar un

38
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 10 de junio de 1949 pp.2.
39
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de mayo de 1952 pp. 8.

28
espacio al arte en las regiones. Para el pueblo vasco he pensado
en usted. (…) Quedé sorprendido ante la carta (…) Es por eso
que le conteste que no, que en mi tierra había muchísimos que lo
podían hacer mejor que yo…”40

Terminó finalmente aceptando el pedido, pero:

“…cuando estaba a punto de tener listo el montón de


cuartillas ¡cataplúm! la guerra civil, que
muy pronto nos dejó a muchos de los
vascos, cercados por tierra y por mar.”41

Establecido en Argentina:

Il
ustración realizada por Kaperotxipi para el libro “Estampas
Vascas” de Constantino Del Esla.

“Leí de nuevo las cuartillas manuscritas, y –aunque desde


entonces ha llovido mucho- como veo que encierran abundantes
noticias poco conocidas, o completamente ignoradas, sobre el
arte vasco, dejo que las publique “Ekin”, como las escribí en
Elgueta en 1936.”42

Este libro es el segundo elemento, con el que este pintor intentó darle mayor
entidad y proyección al Arte Vasco, hacerlo conocido a un público más amplio. Fue
el aporte que Kapero desde su lugar de pintor hizo en pos de la conservación de la
cultura de su pueblo, en aquellos momentos de precariedad.
“Arte Vasco” esta dividido en cuatro capítulos; a los tres primeros que
escribió en Elgueta en 1936 (pueblo en el que vivió hasta el estallido de la guerra)
les sumó un último capítulo escrito 18 años después en Argentina, el cual será
analizado con mayor detalle en otra parte de este trabajo. Dedicó un capítulo
exclusivamente a pintores, otro a escultores y por último uno a caricaturistas y
grabadores.

40
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 8.
41
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 9.
42
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 11.

29
La existencia o no de una “Escuela” de pintura vasca, diferenciada del resto
de la pintura española; fue un tema que Kapero abordó de manera recurrente a lo
largo del libro. Si bien es un tema complejo y que excede los objetivos de esta tesis,
existe acuerdo entorno a que el verdadero escollo que deben enfrentar aquellos
que afirman la existencia de una escuela de pintura vasca es, el hecho de que no
existe una técnica compartida por todos los pintores vascos, quienes además
parecen tener gustos diferentes, por lo tanto no habría elementos que den unidad y
coherencia al conjunto. A pesar de esto algunos críticos y pensadores de arte
sostuvieron lo siguiente:

“…el alto puesto de la pintura vasca como péndulo de dos


escuelas de gran relieve en la pintura europea: la una la barroca
española y la francesa, con todo lo que esta pintura representa en
la trayectoria de la variada
estética moderna.”43
“Puede hablarse de una
“escuela vasca” en la
pintura, con características
propias, con personalidad
acusada, con acento
definidor muy claro y
44
expresivo.”
Ilustración realizada por
Kaperotxipi
para el libro de Constantino del Esla.

Una manera de superar el escollo es considerar la cuestión no desde la


técnica o el gusto, sino desde la realidad social y cultural que se refleja en los
cuadros. Más allá de las diferencias que pueda haber entre de los distintos pintores
vascos, en la medida en que éstos reflejen en sus obras la realidad socio-cultural
del País Vasco forman parte del Arte Autóctono Vasco. Desde una perspectiva
antropológica del arte Teresa del Valle desarrolló el concepto de Arte Autóctono:

“…aquel que está inserto en la realidad sociocultural del


grupo donde el artista buscó y encontró la inspiración…desde mi
planteamiento el arte autóctono no se define porque lo produzca
43
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de septiembre de 1952 pp. 4.
44
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de noviembre de 1952 pp. 1.

30
uno del grupo étnico, sino porque refleje más fielmente esa
realidad de modo que pueda ser transmitida y entendida por los
miembros de su mismo grupo. Por definición, arte vasco no es el
que se produce en Euskal Herria, ni el que crean los vascos, sino
aquél que estando enraizado en la realidad sociocultural, refleja,
interpreta algunos aspectos de ésta.”45

El famoso Guernica de Pablo Ruiz Picasso, cuadro que fuera un encargo del Gobierno Republicano al
famoso pintor para el Pabellón Español de la Exposición Universal de París de 1937. Es un cuadro
símbolo de la historia de España y denuncia los horrores de la guerra. El toro, el caballo moribundo, el
guerrero caído, la madre con el niño muerto, los edificios en llamas y destrozados reflejan la
inhumanidad y la brutalidad de la guerra.

En definitiva lo que Del valle intentó es hacer evidente la conexión existente


entre el arte y la realidad socio-cultural de un determinado grupo (en este caso los
vascos) en sociedades complejas, de modo que el artista no sería más que un
intérprete de esa realidad. Sin embargo el riesgo que comporta trabajar con la idea
de arte autóctono es que se verán excluidos aquellos pintores vascos que no
reflejaron en sus cuadros la realidad de su pueblo, mientras que serán incluidos

45
Del Valle, Teresa; El arte vasco desde una perspectiva antropológica; en
http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/arte/03007024.pdf pp. 12.

31
aquellos pintores de otro origen que si hayan reflejado la realidad sociocultural del
País Vasco en sus producciones. El cuadro anteriormente reproducido el Guernica
de Picasso, reflejó la realidad del País Vasco, al menos la realidad del mismo
durante la guerra civil, por lo tanto será incluido. De cualquier modo y luego de leer
completamente el libro de Kapero ninguno de los artistas de origen vasco que este
pintor incluyó en su obra, descuidó el tema vasco en sus producciones artísticas, de
modo que se minimizan los posibles riesgos del uso del concepto de arte autóctono,
ya que casi ningún pintor vasco se vería excluido.
Pedro Luís Larrague un personaje que escribió asiduamente en Euzko Deya
concibió en aquella época al arte vasco dentro de los términos del concepto
desarrollado por Del Valle:

“La posición
geográfica del País
Vasco…entre España y
Francia explica que sus
artistas hayan en parte
asimilado algo de las
corrientes pictóricas de
sus vecinos, pero la
influencia étnica y telúrica
es tan poderosa, tan
arraigada, que esas
corrientes encontradas
dieron esos frutos con carácter propio e inconfundible...”46

Dibujo de una joven vasca realizada por Kaperotxipi para el libro de Del Esla.

Una noción como la de Arte Autóctono, nos permitirá además integrar o


comprender mejor un concepto que se repite una y otra vez a lo largo del libro de
Kapero, el de Vasquizado. Kapero empleó el término vasquizado para referirse a
artistas nacidos fuera del País Vasco que sin embargo adoptaron el tema vasco en
sus obras; justamente el concepto de arte autóctono admite la posibilidad de que
una persona no perteneciente a un determinado grupo pueda ser incluida en el
mismo, el requisito que debe cumplir esta persona para estar dentro del grupo es el

46
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de diciembre de 1952 pp. 8.

32
de reflejar la realidad socio cultural del mismo en su producción. Kapero sin conocer
la noción en cuestión incluyó casi de manera intuitiva dentro del extenso grupo de
artistas vascos a: catalanes, gallegos, incluso a un ruso, debido a que en sus obras
éstos mostraron la realidad del pueblo vasco.
Del Valle resalta la desconexión artificial entre arte y realidad de las
sociedades complejas; en éstas últimas a diferencia de lo que ocurre en las
sociedades ágrafas, la conexión entre arte y realidad no es algo muy evidente. El
arte es una actividad reservada a especialistas, los cuadros pintados por estos
especialistas se cuelgan en los muros de un museo, la escultura descansa en un
pedestal aislado. Las consideraciones de utilidad, o de asociaciones con la vida
diaria devalúan el objeto como obra de arte. Los productos artísticos que se
contemplan aislados físicamente también lo están del contexto sociocultural. Esta
errónea separación entre arte y realidad es algo frecuente durante el período de
estudio, un ejemplo de ello lo constituye el artículo del 30 de octubre de 1952 de
Euzko Deya titulado “Los Vascos también pintan”; la utilización en el mismo de
frases como “elevarse en el mundo del arte” y el tono a veces despectivo con el que
el autor se refirió a las tareas de campo para diferenciarlas de las artísticas,
constituyen la mejor muestra de que esta ficticia separación entre arte y realidad
era habitual en la época, el arte, es algo elevado, algo supremo y separado de las
tareas diarias para el autor de la nota en cuestión.
Por otro lado Kapero escribió este libro en respuesta a aquellas voces que
niegan carácter artístico a los vascos. Escribió para
derribar el mito que concibe a los vascos como un
pueblo incapaz de de manifestarse artísticamente,
por eso publicó in extenso la opinión contraria a ese
prejuicio de Carmelo Echegaray (autor de un libro
sobre el arte vasco anterior al siglo XIX):
Dibujo realizado por Kapero
para el libro de Del Esla.

“Cada vez que veía yo en libros y papeles la aseveración,


rotunda y sin distingos, de que el pueblo vasco carecía por
completo de aptitudes artísticas…mi corazón se rebelaba contra
esas aserciones tan absolutas, y con mi corazón mi
entendimiento. Porque yo no podía admitir que el pueblo vasco
constituyese una excepción única entre todos los pueblos del
mundo, hasta el punto de que jamás se sintiese atormentado por

33
el anhelo de la belleza, ni experimentase la necesidad de
expresarla más o menos tosca o rudimentariamente. Contra esa
sentencia de incapacidad artística, tan audazmente pronunciada,
protesta, con elocuencia que no deja lugar a discusión, la singular
predisposición de nuestra raza y gente para el arte divino de la
música. Pero yo no me satisfacía con que todas las aptitudes
artísticas de que podíamos ufanarnos, se limitaran y
circunscribiesen al cultivo de la música, que expresa lo más
íntimo, lo más vago, lo más impalpable de las aspiraciones del
espíritu humano, aquello que es más difícil de concretar en
palabras, o de reproducir gráfica o plásticamente: o sea lo más
inefable, si nos atenemos a la significación etimológica de este
adjetivo. Un pueblo como el vasco -decía yo para mis adentros- ,
que tiene tan desarrollado el sentido de las cosas concretas y
tangibles, por fuerza ha de querer fijar la belleza en forma también
visible y palpable.””47

Este tipo de preocupaciones no fueron privativas de Kapero, sino que fueron


compartidas por otros vascos en esa época. Una muestra de ello son estos dos
fragmentos de artículos del diario Euzko Deya. En los mismos podrá observarse
esta necesidad de trascender la idea preconcebida sobre la falta de aptitudes
artísticas del pueblo vasco:

“-Ah, pero, ¿también pintan los vascos?...Porque, según la


creencia más extendida, cuando los
vascos contemplan un paisaje, ni por
lo más remoto se les ocurre
reproducirlo; lo único que se les
ocurre es sembrarlo de patatas o
cosas por el estilo. Y esto no es
verdad o, por lo menos, no es toda la
verdad...Sépase, pues, que los
vascos hacemos también arte y que
47
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 122.

34
pintamos más de lo que suele creerse; en fin, que no nos
movemos exclusivamente alrededor del tarro lechero…”48

Dibujo de un joven vasco realizada por


Kaperotxipi para el libro de Del Esla.

“…En fin constituyen las tres muestras una prueba más, y


muy airosa por cierto por cierto, de esa disposición de nuestro
pueblo para la plástica…”49

Capítulo 4:
Bucear en estas cosas desde tan lejos

“Pero resulta que hoy, ya, no se puede


hablar de los artistas vascos,
sin bucear desde muy lejos,
pues muchísimos de ellos están,
no sólo a considerable distancia
48
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de octubre de 1952 pp. 13.
49
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de agosto de 1949 pp. 4-5.

35
de la Argentina,
sino a considerable distancia
del País Vasco,
repartidos por el mundo.”50

Final y un poco más, es el nombre que Kapero dio al último capítulo de su


libro Arte Vasco. Este capítulo a diferencia de los tres primeros, lo escribió en
Argentina 18 años después. Actualizar el material escrito en 1936 fue la razón que
lo llevó a realizar el capítulo en cuestión, o como él mismo lo definió: pasar revista,
desde la argentina, a lo sucedido en el país Vasco durante los 18 de ausencia.
Pero escribir sobre sucesos que acontecieron a kilómetros de distancia y
sobre personas que se hallaban repartidas
alrededor del mundo, fue una tarea bastante difícil.
Para sortear las dificultades que supuso una
actualización de este estilo, Kapero se valió de dos
recursos. El primero de ellos fue su archivo
personal, compuesto de diarios y revistas
nacionales e internacionales, una especie de
hemeroteca sobre arte, que armó a lo largo del
tiempo. Lo que llama la atención es la diversidad
de orígenes de los diarios y revistas que
componían este archivo personal, utilizó diarios de
Buenos Aires como Euzko Deya o La Razón, diarios de Bolivia como “Ultima Hora”
o de Francia como “L`Aube” y revistas italianas, españolas, incluso una revista de
orden religioso (editada por los franciscanos):

“Después de la guerra civil, la vida artística de San Sebastián


volvió a seguir su marcha. Miremos una sola de las exposiciones
(…) a través de los diarios de entonces….”51 “…veamos los
recortes que hay en mi archivo…”52 “…veamos cómo hablan de
este pintor del Bidasoa, dos periódicos distantes, uno de Buenos
Aires y el otro de Paris.”53. “No conozco nada de su labor realizada
en Bolivia, pues toda ha quedado allá, pero nos ayudan a tener
50
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 208. Una de las ilustraciones que Kapero
realizó
para el libro “Estampas Vascas”.
51
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 205.
52
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 219.
53
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 226-227.

36
una idea las líneas que le dedicó en “Ultima Hora”, de La Paz J.
Donoso Cortés…”54 “En la revista “Aranzazu”, dirigida por los
franciscanos, ha hecho unas declaraciones el escultor …”55 “…las
palabras de Rafael Santos Torroella, en la revista “Número”, de
Florencia, del 31 de marzo de 1951, al hablar de la escultura en
España: “Jorge de Oteiza…”56 “…dice el notable crítico (…) en “La
voz de España”, de San Sebastián…”57

El otro recurso que usó para realizar tamaña actualización, fueron las
entrevistas por carta que realizó a varias figuras del arte vasco. Envió cartas a
diferentes pintores consultándoles aquellas cuestiones que desconocía sobre su
labor, así como su opinión sobre diversidad de temas. Los pintores más
consultados a través de este método fueron Jorge Oteiza, Philippe Veyrin, Julio
Beobide de Goiburu, Vicente Cobreros Uranga, Manolo Pascual, entre otros (una
vez muerto el pintor vasco Aurelio Arteta le escribió a su hijo quien le aportó
información sobre el exilio de su padre):

“En aquella visita, aquella conversación y las que hemos


mantenido entonces por carta, he ido tomando algunas notas que
aparecen en esta parte sobre los artistas vascos franceses.”58
“¿Algo nuevo de su labor actual?, pregunto a Idígoras por
carta…”59 “…en el momento en que me envía las contestaciones
a mis preguntas...”60“Consultado por mí, uno de los pintores
guipuzcoanos de más talento…”61 “…y me escribe el escultor
Jorge de Oteiza….”62

Pero en este último capítulo no sólo habló de lo sucedido en su tierra y a los


artistas vascos durante los años de ausencia; sino que añadió comentarios sobre
los artistas vascos franceses, los que no habían sido incluidos en ninguno de los
tres capítulos originales. El principal colaborador en el armado de esta sección
sobre artistas vasco franceses fue Philippe Veyrin.
54
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 227.
55
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 228.
56
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 231.
57
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 286.
58
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 173.
59
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 189.
60
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 202.
61
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 207.
62
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 208.

37
Como podemos observar, si bien Kapero se adaptó al ambiente
marplatense, nunca dejó de mirar hacia el país Vasco:

“…el emigrado permanece siempre atento tanto a las


noticias de la patria más o menos lejana como al acontecer
internacional. Suele vivir instalado en el presente, pero atento al
futuro inmediato, para él muy
unido al pasado, y por ello en el
mismo cabe todo menos la
conformidad y la
desesperanza. Vive siempre
dispuesto, con la maleta hecha,
para emprender la vuelta a
casa a la primera
oportunidad.”63
Ilustración realizada por Mauricio F.
Kaperotxipi para el libro “Estampas Vascas”

Por último, pero no menos importante, dedicó también este capítulo a


aquellos artistas vascos que se establecieron en la Argentina a lo largo del siglo XX.
Lamentablemente Kapero escatimó en datos y fechas, lo que sumado a la poca
bibliografía que hay respecto a muchos artistas vascos, ha dificultado sobremanera
la tarea impidiendo en ocasiones discernir entre exiliado e inmigrante. De todos los
artistas vascos que llegaron a la Argentina, sólo tres encajan perfectamente dentro
de la categoría de refugiado o exiliado, ellos son: J. León Cruzalegui (Nacido en
Mundana el 26 de diciembre de 1895), Néstor de Basterretxea Arzadun (1924-
1992) y Bernardino Bienabe Artía (Nacido en Irún en 1899):

“La guerra civil empujó a Cruzalegui -como a tantos otros


artistas vascos- hasta tener que dejar su tierra, llegando a la
Argentina donde desarrolla sus importantes actividades
64
vasquistas.” “…Néstor de Basterrechea (…) joven pintor,
empujado casi niño a estas tierras, por la guerra civil.”65 “¿Y
63
Vilar, J. B.; Op. Cit.; pp. 8
64
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 195.
65
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 241.

38
Bernardino Bienave Artía? La guerra lo empujó hacia la
Argentina…”66

En este grupo hay que incluir obviamente a Kapero; el resto de los artistas
que vivieron en Argentina han sido agrupados en este trabajo, dentro de la
categoría de inmigrante, en ocasiones porque es la
categoría que les corresponde pero en algunos casos
porque no habría datos que confirmen de manera
fehaciente su inserción dentro del grupo de los exiliados.
Por ejemplo el dato que permitiría agrupar a Juan de
Aranoa dentro del grupo de los exiliados no es muy
contundente:
Otra pequeña ilustración realizada por
Kapero para “estampas Vascas”

“Cuando, por razones obvias, abandonó su patria, dirigióse a París….”67

Además de Kapero hubo otros dos artistas vascos que colaboraron con
diarios de Buenos Aires, a saber “La Razón” y “La Nación”. José Arrue Valle
(1885-1977), uno de los cuatro hermanos Arrue, se estableció en la Argentina y
participó como caricaturista en el diario “la Razón”. Antequera Azpiri, fue un
dibujante vasco que colaboró con el diario la Nación.
Dentro del grupo de artistas vascos radicados en Argentina, Félix Pascual
(pintor vizcaíno nacido en Portugalette en 1893 reside en Argentina desde
1920) y José Benito de Bikandi Echániz (1896-1958), merecen ser considerados
a parte; ya que son los que más se integraron al ambiente artístico argentino.
Corresponden por lo tanto al grupo de artistas que se integran a las instituciones
culturales y artísticas del país de acogida (criterio que tomo de Violeta Izquierdo), a
su vez su caso es semejante al de los artistas exiliados españoles que estudió
González Lamela, para quienes las instituciones de Puerto Rico estuvieron siempre
abiertas.

66
Kaperotxipi, M. F.; Op. Cit.; pp. 226.
67
Diario La Mañana; Mar del Plata 18 de abril de 1948 pp. 3.

39
Félix Pascual se estableció en Rosario, si bien no existen datos sobre el año
de llegada Kapero nos comenta en Arte Vasco que hacia 1930 obtuvo el premio
único para extranjeros en el Salón Nacional de Buenos Aires; por lo tanto no se
trató de un refugiado de la guerra civil española, sino de un inmigrante. De
cualquier modo su caso es
sumamente interesante por la
labor pedagógica que desarrolló:
dictó la cátedra de dibujo y
grabado en la Escuela de Bellas
Artes de la Provincia de Santa Fe
y la cátedra de Historia de las
Bellas Artes en el Instituto Libre de
Humanidades, del cual fue
además fundador.
El caso de José de Bikandi
es similar al de Pascual, fue
profesor en jefe del taller de
cerámica en la Escuela Superior
de Bellas Artes de la Nación
Argentina “Ernesto de la Carcova”,
y realizó numerosas obras
Dibujo del pintor vasco Ignacio Zuloaga realizado por
Kapero (extraído del libro Pintores Vascos y No Vascos)

en colaboración con diferentes artistas argentinos. Su integración a la Argentina fue


apreciable también en sus cuadros, en los cuales mezcló paisajes de Euskal Herria
con otros de Mar del Plata.
Hubo un caso de un argentino de padres vascos, nacido en 1912 en Tres
Algarrobos (provincia de Buenos Aires) que a los 4 años fue llevado a Bilbao, donde
estudió pintura y escultura, y volvió a la Argentina en 1937. Se trata de Arturo
Acebal Idigoras Carasa y Zubillaga, quien desarrolló una importante labor en
Argentina. Kapero no hace explícito el motivo de su retorno a la Argentina, de
cualquier modo por el año es bastante evidente que se trató de un exiliado, sin
embargo al ser un argentino no entraría dentro de la categoría de exiliados vascos
en Argentina.

Otros artistas vascos que vivieron o expusieron en Argentina son:

40
 Jorge de Oteiza Enbil: Nació en Orio en 1908. Llegó a América en
1935 (no se trató de un refugiado), entre sus destinos figuró la
Argentina, hasta que regresó en 1948 al País Vasco.

 Angel Cábanas de Oteiza: Se radicó en la ciudad de Tandil (tal vez


se trató de un refugiado pero no hay datos sobre el año de llegada, ni
tampoco sobre el motivo). En agosto de 1952 expuso en la Galería
Witcomb (Buenos Aires).

 Juan de Aranoa y Carredano (1901-1973): Se estableció en


Buenos Aires. Participó de la exposición de artistas vascos que se
realizó en el Casino de Mar del Plata en 1945. Realizó en Argentina
una de sus más conocidas obras “El Calvario” o “el Vía Crucis”, 14
cuadros que fueron un encargo de la Iglesia del Salvador de Buenos
Aires. Expuso esta obra en Nueva York.

 Pedro Mari de Irujo: Abogado y crítico de arte. Estuvo preso en


Pamplona (preso político). Aprendió a pintar en la cárcel junto al
pintor navarro Ciga quien fuera también un preso político. Al salir de
la cárcel se radicó en Buenos Aires.

 Ruiz Idarraga Generoso (1901): Llegó a la Argentina a mediados de


la década del `20 (no entra en la categoría de refugiado). Fue
encargado de un edificio, en el que vivió también un pintor argentino,
Benjamín Solari Parraviccini, quien le enseñó a pintar. Desde
entonces realizó un sinfín de exposiciones de sus cuadros en nuestro
país.

 Julián Ibáñez de Aldecoa (1866- 1952): Se trató de un inmigrante


que vivió la mayor parte de su vida en Argentina, donde también
realizó gran parte de su obra. Expuso el 26 de junio de 1950 en la
Galería de la Pinturería Colón, cuadros de tema Vasco y Argentino.

 Calzada Isidoro: Nació en Sestao en 1917. Llegó a la Argentina


aproximadamente en 1951. Expuso en 1954 en Mar del Plata.

41
 Emilio Herrero: Pintor Bilbaíno, llegó a la Argentina en la década del
50. Expuso en la Galería Muller en junio de 1953, motivos vascos y
argentinos (de Necochea, Miramar y Tandil)

 Elías Salaverría Inchaurrandieta (1883-1952): El 20 de julio de


1948 en al Galería Witcomb realizó una exposición de sus cuadros:
“Salaverría se ha venido con “el País Vasco a cuestas””68.

 Gregorio Ituarte: Grabador y xilógrafo. Nació en Eibar en 1917 hijo


de Ituarte Pagoaga (también grabador) y falleció en Olivos, provincia
de Buenos Aires. Llegó a la Argentina en 1928 (no entra en la
categoría de exiliado, si en la de inmigrante) Obtuvo varios premios
en exposiciones nacionales de grabado en la Argentina. Expuso en
Vicente López en el Círculo de Amigos de las Artes, una colección de
Xilografías con temas vascos y argentinos en julio de 1953.

 Efren Apesteguia: Expuso en Las Galerías Van Riel en agosto de


1953.

 Emilio de Azarola: Llegó a la Argentina en 1949. Expuso en las


Galerías Van Riel en agosto de ese mismo año y en de mayo del año
siguiente.

 Bay-Sala (Juan Bayon Salado): Nació en Logroño el 24 de junio de


1913. Expuso en la Galería Witcomb en junio de 1948.

Artistas argentinos descendientes de vascos:

 Carlos de Uriarte (1910-1995): Nació el 9


de enero de 1910, en Rosario.
Hijo de una familia de origen vasco.
Desde 1930 se presentó a diversos

68
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 20 de junio de 1948 pp. 3.

42
salones oficiales, exhibiendo sus obras en Rosario, Santa Fe,
Buenos Aires, Mar del Plata y Córdoba.

 Rogelio Yrurtia: Escultor argentino, hijo de vascos. La escuela de


cerámica de Mar del Plata, aquella que fuera montada por Juan
Zuloaga el ceramista español, tiene en la actualidad su nombre.

Artistas exiliados en otros países:

• Julián de Tellaeche y Aldasoro (1884-1960): Se exilió en


París aproximadamente en 1937.

• Aurelio Arteta y Errasti (1879-1940): La Guerra Civil lo


sorprendió en Madrid, se exilió primero en Francia donde
pintó gran cantidad de cuadros de temas de la guerra en
Euskadi. Se trasladó definitivamente a México. Murió dos
años después de su llegada a México.

• Cristóbal Balenciaga: Exiliado en México.

• Félix Arteta Errasti: Se exilió en México y más tarde se


trasladó a Cuba.

43
Capítulo 5:
Voces del exilio

“…es una artista tan vasco,


que hubo de costarle trabajo,
esfuerzo y tiempo
asimilarse al ambiente criollo.”69

En este capítulo final a través de una serie de testimonios principalmente de


artistas refugiados, serán recuperados algunos significados y sentidos de la
experiencia del exilio, ya que captar el sentido que le dieron, lo que significó el
acontecimiento para los actores fue la idea que guió en parte esta tesina. Entre los
testimonios se encuentra parte de un discurso que Kaperotxipi pronunció en el
Hotel Provincial en 1954 con motivo de la inauguración de la muestra de pintores
vascos.

El primer testimonio corresponde a Juan León Cruzalegui pintor vasco


exiliado en Buenos Aires, personaje al que ya se hizo referencia con anterioridad en
otra parte de este trabajo. En el testimonio encontrado este pintor se refirió a lo que
implicó, desde su punto de vista el exilio para un artista: un trastorno de valores que
de alguna manera sería visible en la producción artística, pero dejemos que lo
cuente Cruzalegui:

"La maldita guerra nos desplazó de nuestra tierra situándonos en


el exilio de países americanos que nos acogieron y ayudaron a
reconstruir nuestras vidas amputadas. Claro está, para un artista,
desde luego, debe ser este trance de un total trastrueque de
valores: visibles, plásticos, ya que todo artista, plástico, escritor o
músico, como ningún otro necesita de cuanto ve, de cuanto
dialoga, de cuanto oye"70

69
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de julio de 1953 pp. 2.
70
http://www.euskomedia.org/aunamendi?clave=35205&pest=i

44
Para José Gaos filósofo español exiliado en México, la pérdida de la patria
que el exilio implicó en un primer momento se vio compensada por una repatriación,
una recuperación de la misma. Las similitudes entre Hispanoamérica y España
serían tantas que el exilio habría sido un simple traslado, un paso de un lugar a otro
bastante similar. Rechaza el concepto de desterrado, prefiriendo el de transterrado,
porque considera que los refugiados no perdieron su tierra ni la cambiaron por
nada, sino que pasaron a otra similar, que fue capaz de sustituir a España.

Otro óleo más de Mauricio Flores Kaperotxipi denominado: “Pastor Vasco”: Kapero no se
conformó sólo con pintar escenas típicas del pueblo vasco, sino que como puede observarse en el
cuadro en cuestión también se transformó en un fiel intérprete de la fisonomía del vasco, al cual se le
atribuye una nariz prominente.

Al igual que José Gaos el pintor Luna siente un profundo agradecimiento


para con México, su país de acogida, y este sentimiento lo habría llevado a
reconsiderar su identidad; a replanteársela con la consiguiente posibilidad de
ampliarla. Se trata de Antonio Rodríguez Luna, o el pintor de la diáspora española
como generalmente se lo conoce. El exilio significó para él el paulatino nacimiento
de una identidad doble, mitad español y mitad mexicano:

45
“México bien merece una fidelidad. No se puede pasar por
allí sin que uno se sienta de alguna manera prendido por aquella
tierra. Si es posible, mitad y mitad.”71

Kapero en este fragmento del discurso que pronunció en 1954 habló de


fraternidad y hermandad entre el pueblo vasco y el pueblo argentino. No sólo
expresó su agradecimiento para con la Argentina sino que además alegó haberse
sentido como en su casa:

“Mucho antes de haber venido al mundo todos los que


estamos reunidos aquí recibieron los vascos muestras de la
generosidad argentina. Como aquellos vascos eran gente de
trabajo y gente de paz, tuvieron la suerte de vivir baje el azul
purísimo del cielo argentino disfrutando de la dicha de poner el
esfuerzo de sus brazos sobre esta fecunda tierra.”72“Lo que une a
las razas con lazos fuertes no es la holganza sino el trabajo…Dos
pueblos que se unen en la realización de esas faenas, son dos
pueblos que se comprenden y se quieren. Ahora se nos brinda la
oportunidad de hacer una demostración del arte vasco en este
importantísimo lugar que ha sido honrado por los artistas
argentinos de mayor categoría. Nos llena de alegría el poder
exponer obras en estos salones prestigiados por haber pasado
por ellos la labor de notables artistas del mundo y lo mejor del arte
nacional de esta tierra maravillosa en la que nadie se siente
extranjero.”73

¿Qué ocurrió con aquellos exiliados que regresaron a la muerte de


Franco?

Muchos volvieron a la muerte de Franco, pero la España que los recibió fue
muy distinta a la que habían dejado treinta y tantos años antes. Seguían por lo
tanto siendo exiliados, simplemente habían cambiado un exilio por otro.

71
Cuéllar H, López G., Suárez M., Tolosa S., Op. Cit.; pp. 14.
72
Álvarez Adriana; Op. Cit.; pp. 70.
73
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de enero de 1954 pp. 9.

46
“Y sin embargo el retorno a la patria no siempre resultó triunfal,
aunque solo fuese por los recelos que, mayoritariamente, solían
suscitar quienes volvían, por suponerles contaminados (más de lo
que ya estaban antes de su marcha) al término de su estancia en
el extranjero”74

En esta España comenzaron a sentirse más extraños que en México,


Argentina o Chile, las patrias de adopción. Algunos se quedaron y fueron capaces
de adaptarse a la nueva situación, mientras que otros murieron al poco tiempo de
llegar a España. Los más regresaron al país de donde procedían, a pesar de que
nunca se habían identificado del todo con él, porque durante más de treinta años
habían estado añorando la vuelta a España. Para ellos el destierro no terminó con
la muerte de Franco ni terminó nunca. Para ellos el exilio no tuvo fin.
Por último el testimonio de un pintor español que luego de su estancia en
México regresó a España a fines de los sesenta que experimentó esta sensación de
exilio eterno y una gran confusión identitaria: Enrique Climent:

“…La verdad yo ya no sé si soy mexicano o español.


Cuando después de 24 años regresé a España, era porque me
sentía un poco extranjero aquí, y cuando llegué allá me sucedió lo
mismo. Por lo que he decidido que soy un mamífero terrestre.”75

74
Vilar Juan B. (2006) El exilio en la España Contemporánea; Servicio de Publicaciones de
la Universidad de Murcia; pp. 12.
75
Cuéllar H, López G., Suárez M., Tolosa S., Op. Cit.; pp. 14.

47
Conclusión:

“…Vasco él también, ha tendido


un puente entre su tierra y la nuestra…
Pintor, escritor y periodista
Kaperotxipi es una avanzada de Guipúzcoa (…)
y que se eleva, en su islote ciudadano
de Mar del Plata, como un retoño
siempre reverdecido de
ese “guernikako arbola”,
cuyas infinitas ramas prolongan su sombra
y su savia nacionalista
a través de todas las distancias.”76

Mauricio Flores Kaperotxipi perteneció al grupo de pintores exiliados que no


se adaptaron a las instituciones artísticas y culturales del país que los acogió,
prefirió mantenerse dentro de las instituciones propias del exilio y de los exiliados.
Contribuyó, con dos libros a engrosar la Biblioteca de Cultura Vasca que la editorial
Ekin, editorial que fuera el bastión de la lucha contra Franco en la Argentina;
expuso sus cuadros de temática vasca, de manera individual y acompañado de
otros artistas de origen vasco.
Sin embargo realizó una actividad que de alguna manera lo sustrajo del
ámbito del exilio; sus colaboraciones con el diario La Razón de Buenos Aires. Pero
a falta de una categoría dentro de la Historia del Arte en la cual subsumir aquellos
casos de participación en más de un ámbito (el del exilio y el de las instituciones del
país de origen) y teniendo en cuenta que la actividad que Kapero desarrolló dentro
de lo relacionado con el exilio tuvo mayor peso, que su participación en ese diario
argentino (los artículos que escribió para ese diario, difícilmente pueden ser

76
Diario Euzko Deya; Buenos Aires 28 de febrero de 1953 pp. 5.

48
considerados una contribución a nuestro país), decidí colocarlo en la categoría de
artistas exiliados que no participaron en las instituciones del país receptor. La falta
de adaptación al ambiente del país de acogida se debió probablemente al hecho de
que Kapero ya era un pintor formado y reconocido en el momento en el que llegó a
nuestro país, cuestión que fuera comentada en el segundo capítulo de la tesis.

Kapero llevó a la tela algunos de los sucesos más significativos de su pueblo, en este caso el
óleo en cuestión denominado “Carta del nieto de América” refleja una realidad bastante frecuente
como es la inmigración de algún miembro de la familia y la espera de alguna noticia sobre el mismo.

Ni la Argentina, con su diversidad de paisajes y sus costumbres, ni la guerra


con sus escenarios macabros, ni Francia con sus playas disfrazadas de campos de
concentración; se vieron reflejadas en la obra de Kapero; quien nunca abandonó la
temática vasca, esa pasión por pintar el Pueblo Vasco una y otra vez a lo largo de
su basta producción. Otros pintores exiliados, vascos y no vascos diversificaron su
temática incluyendo en ella el folclor de los países de acogida y en algunos casos
sus vivencias en la Guerra. Esta fijación temática se comprende mejor si se la
considera dentro de la lucha generalizada que los exiliados vascos desde Argentina
(al menos los residentes en Buenos Aires y en Mar del Plata, ya que no parece
haber sucedido lo mismo con aquellos exiliados que se establecen en el interior,

49
como lo demuestra Marcelino Iriani Zalakain77 para el caso de Tandil) dieron contra
el régimen de Franco, pintar cuadros únicamente de tema vasco fue la contribución
que Kapero desde su lugar de pintor realizó en pos de la preservación de la cultura
de su pueblo, en momentos de suma precariedad para la misma.
Pero no sólo se enfrentó a la dictadura Franquista con sus cuadros y sus
libros, sino que libró esta batalla también dentro del ámbito de la memoria, con la
publicación de su artículo (en el que relató sus vivencias en la Guerra) en el diario
La Razón en 1943, participó de lo que Pierre Vidal- Naquet ha dado en llamar
“rivalidad organizada de las memorias” fenómeno que se solamente en las
sociedades pluralistas. Kapero recordó sólo cuestiones relacionadas con la guerra y
no con Francia y los campos de concentración. Excluyó de su memoria los
recuerdos de Francia, para que ésta cuadrara con lo que fuera públicamente
aceptable para determinado grupo seguidor del Diario La Nación, diario que
desmintió rumores de maltrato en los campos de concentración franceses. Pero
habría un motivo adicional, que explicaría no tal vez el olvido, pero si la excesiva
focalización en los recuerdos de la guerra. Construyó una memoria en la que sólo
tuvieron lugar recuerdos de la guerra civil no sólo para que la misma encajara en lo
que fuera públicamente aceptable en Argentina, sino también para denunciar a
Franco y al bando Nacionalista; ya que como lo ha demostrado Schwarzstein las
memorias pueden ser actos de conmemoración, actos de confesión, pero también y
sobretodo “… de acusación…”78. En la batalla discursiva entablada entre
Franquistas y Anti-franquistas Kapero intentó poner la balanza a favor de estos
últimos, ganar adeptos contra Franco, de ahí lo detallado y completo de su relato en
lo que se refiere a los sucesos vividos en España a manos del Bando dirigido por
Franco.
Pero esta pelea contra Franco no sólo es librada por los exiliados vascos,
sino que en ella participaron también el resto de los refugiados, sobre todo los
artistas plásticos. En el libro “Artistas contra Franco” Miguel Angel Cabañas
demuestra como los plásticos exiliados en México (entre quienes habría un vasco
Arteta, mientras que el resto pertenecen a otras regiones de la península)
organizaron distintas actividades contra las bienales de arte que el régimen
organizó (la primera en Madrid en 1951, al segunda en La Habana en 1954 y la
tercera en Barcelona un año después de la ultima). La oposición a la dictadura

77
Iriani Zalakain, Marcelino (2002) CENTRO VASCO ARGENTINO GURE ETXEA DE
TANDIL ¿LA PUNTA DE UN GRAN ICEBERG?; en colección Urazandi Bilduma; Servicio
Central de Publicaciones del Gobierno Vasco; Vitoria-Gasteiz.
78
Schwarzstein D.; Op. Cit.; pp. XIX.

50
Franquista no sería por lo tanto algo exclusivo de los vascos, sino que fue algo
compartido por casi todo el colectivo de exiliados, dentro del cual los artistas
plásticos desarrollaron sus propias estrategias de lucha y es en este contexto de
resistencia y lucha generalizada contra este dictador en el que debe ser insertado
Kapero y su obra para poder ser comprendido de manera cabal.

Por último se impone la necesidad de una reflexión de orden metodológico,


sobre la posibilidad del empleo futuro de la obra de arte como una fuente de
información más, al igual que un periódico, una fotografía, etc. El cuadro “Carnaval
en Bariloche” de Néstor de Basterrechea pintor vasco exiliado en nuestro país,
constituye un excelente ejemplo para ilustrar este punto. Basterrechea llegó a
nuestro país siendo muy pequeño y se formó como pintor prácticamente dentro del
ambiente artístico argentino. El cuadro en cuestión representa una escena
típicamente argentina, un carnaval de Río Negro; pero el pintor colocó en el medio
de la composición un elemento que lo transforma en un cabal ejemplo de lo que
algunos llaman Mestizaje cultural. ¿Qué es lo que ocupa el centro de la escena? Un
bailarín típicamente vasco. El cuadro en cuestión constituye una fusión de dos
tradiciones, una conjunción entre dos culturas, cualquier especialista en exilio
puede valerse de este cuadro (cruzándolo con otras fuentes) para intentar
adentrarse en el imaginario de este exiliado, en el complejo tema de la
conformación de su identidad, en su adaptación al país de acogida, entre otras
cuestiones. En una palabra este cuadro y otros más pueden arrojar luz sobre varias
cuestiones, transformándose de esta manera en una fuente entre otras a la hora de
analizar casos como el de Basterrechea y otros artistas exiliados.

51
Fuentes:

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 10 de junio de 1948 página 4.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 20 de junio de 1948 página 3.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de octubre de 1948 página 6.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de julio de 1949 página 5.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de agosto de 1949 páginas 4 y 5.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 20 de agosto de 1949 página 6.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de noviembre de 1949 página 7.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 20 de mayo de 1950 página 2.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 20 de junio de 1950 página 3.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de noviembre de 1950 página 2.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 15 de julio de 1951 página 5.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de mayo de 1952 página 8.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de julio de 1952 página 2.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de julio de 1952 página 5.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de agosto de 1952 página 5.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de septiembre de 1952 página 1.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de septiembre de 1952 página 4.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de octubre de 1952 páginas 8 y 9.

 Diario Euzko Deya, Buenos Aires 30 de octubre de 1952 página 13.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de noviembre de 1952 página 1.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de diciembre de 1952 página 4.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de diciembre de 1952 página 8.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de enero de 1953 página 9.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 28 de febrero de 1953 páginas 4 y 5.

52
 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de junio de 1953 página 2.

 Diario Euzko Deya; Buenos Aires 30 de agosto de 1953 página 9.

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