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LIBRO II

CAPITULO I

Eliminado Trasímaco personaje nada digno como antagonista de Sócrates para el debate que va a
comenzar, nada liviano por cierto, Platón coloca a su propio hermano delante del viejo filósofo y pone en sus
labios la objeción principal del todo el diálogo. Primero se desliza en un propedéutico conducir a Sócrates
hacia el terreno que desea , pidiéndole que de las tres clases de bienes que el filósofo le concede , el bien
en sí , el bien por sus resultados, el bien en sí y por sus resultados, señale dónde coloca él la justicia. Debe
estar –contesta Sócrates – en la mejor… tanto por sí misma como por sus resultados ,en la que quiera el
nombre que desee ser feliz. Glaucón le muestra su desacuerdo, y le hace ver que la mayor parte del mundo
considera la justicia penosa y molesta, por sí misma aunque conveniente a tenor de las ganancias que
reparte.

CAPITULO II

Glaucón se queja de no hber oido a nadie dejender a la justicia por lo que ella es, mientras sus oidos andan
saturados de los que afirman que es mejor practicar la injusticia (no sufrirla).Plantea a Sócrates una especie
de guión para el debate((decir lo que otros dicen que es la justicia , sus orígen, hacer ver coma los que la
practican lo hacen a regañadientes , por necesidad, no en sí misma y demostrar lo razonable de esta
postura, ya que la vida del injusto, dicen , es mejor que la del justo).Glaucón se muestra reacio a creer en la
veracidad de estas tres tesis, pero no puede llegar a comprender la razón u desea que sea Sócrates quien
se lo aclare.No hay otro camino que el ejercicio dialéctico y Glaucón propone a Sócrates ejercitar el papel
de abogado del diablo.Sócrates acepta y Glaucón cmienza su disertación.empieza por definir la justicia e
indica su orígen. Dicen que es un bien el cometer la injusticia , y un mal el padecerla, aunque hay mayor mal
en recibir la injsticia que ventajas en cometerla y continua especificando que cuando surgió conflicto entre la
capacidad de cometer injusticia por parte de unos y de padecerla en otros, ambos decidieron estipular unas
condiciones básicoas para reputar esta capacidad.surgió la diferencia entre lo justo y lo legítimo.

CAPITULO III

El ejemplo del anillo de --------, encontrado por un hombre a quien le proporcionaba el don de la invisibilidad
le confirió poder, le dio a este hombre la posibilidad de ser injusto , y que tanto el que había sido justo como
el que había sido injusto, detentando tal poder, cometerán injusticia. Esto prueba que nadie es justo por su
voluntad, sino por la fuerza , de modo que no---- un bien personal ,, ya que si uno piensa que está a su
alcance el cometer injusticias, realmente las comete. Para sí mismo, a cada hombre le resulta mas
ventajosa la injusticia que la justicia, y quien no lo hiciera así, parecería a los ojos ajenos un desgraciado y
un insensato, aunque reservasen el elogio para sus conversaciones, temiendo ellos mismos ser víctimas de
la injusticia.

CAPITULO IV

El juicio que merece cada uno es posible si se considera a cada cual paradigma , el no de la injusticia y al
otro de la justicia. El injusto parecerá justo , porque en su simulación estará el trabajo de su injusticia, de
forma que si fuera posible atacarle por injusto, sería realmente inepto. No tendría en si mismo la cualidad de
injusto. cometerá, pues la injusticia pareciendo a loa ojos ajenos realmente hombre justo;adquiriendo pues
con sus actos injustos , la máxima reputación de hombre justo y recibiendo a la postre los máximos
honores .Por el contrario , el hombre justo , sencillo noble despojado de su apariencia , porque no puede
aguantar ser argumentar ser justo , ya que no aparecerá con claridad si es tal por amor de la justicia o por
las recompensas y honores que recibe .Así despojado , aparecerá como que : no habiendo cometido
injusticia sea tenido por el más perverso, somete la virtud a pruebas duras no dejándose ablandar por la
mala reputación , irá hacia la muerte con fama de hombre injusto. Llevadas ambas conductas al máxima, la
pregunta :¿Cuál de estos hombres es mas feliz?
CAPITULO V

Sócrates interrumpe para indicar la pureza de ambos hombres , como ironizando sobre su autenticidad.
Glaucón contesta que sitúa ambos caracteres en cada extremo para observar con más claridad sus
consecuencia y encontrar mas fácilmente el juicio que ambos actitudes le merecen y continua señalando
que si al justo le persigue la reputación de injusto, será perseguido, , torturado, y posiblemente muerto,
llevará una vida de calamidades hasta que al fin comprenda que no conviene ser justo, sino solo parecerlo ,
el hombre injusto, por el contrario , con reputación de hombre justo, podrá realizar en su vida lo que se le
antoje, tendrá familia y podrá entablar pleitos con quien quiera ,pues la fama de hombre justo hará de el un
hombre respetado en función de la justicia , que todo el mundo le supone, de manera que llegará a ser,
probablemente, mas amado de los dioses que el hombre justo con lo que concluye que según los que
piensan de este modo, la vida del hombre injusto, hasta con respecto a los dioses, es mejor que la del justo.

CAPITULO VI

Interrumpe la conversación el hermano de Glaucón , Adimanto, quien opone a esta hipótesis expuesta el
hecho de lo bien considerada que esta la justicia en el mundo social, y cómo tanto los poetas egregios,
Homero y Hesiodo, también Museo , como los padres a los hijos , ponderan las ventajas extremas que tiene
el hecho de ser justo a ser injusto, señalando al primero como amado de los dioses y al segundo como ser
impío que tan sólo tiene sitio en el -----nivel más bajo del reino de Hades , cómo a la postre es vilipendiado
por todo el mundo.

CAPITULO VII

Prosigue indicando que aunque la justicia es reputada como noble y buena por dioses y hombres son
difíciles y penosas mientras que la injusticia , considerada nefasta, es dulce y fácil pareciendo vergonzoso a
los ojos de los hombres y a la ley, pero realiza una apología acerca de lo ventajoso que puede resultar para
un injusto ofrecer a los dioses (ante los hombres) sacrificios y libaciones en revisión de sus errores injustos,
y como estos dioses , según los poetas anteriormente mencionados, aprecian grandemente este tipo de
sacrificios con lo que se abre un canal de revisión para el injusto que puede proceder a través de un
arrepentimiento público, cometiendo mas injusticias contra los sencillos o pobres aun teniendo a estos por
mejores que aquellos .Así se abre el camino paral las hechiceras y personas -----, quienes ofrecen sistemas
de conjuración por medio de fiestas y diversiones .de este modo si alguno quiere hacer daño a algún
enemigo, podrá hacérselo con poco dispendio, sea justo o injusto, valiéndose de conjuros con los que se
dicen que se atraerá a los dioses y les convencen para que les ayuden.

CAPITULO VIII

Prosigue Adimanto preguntándose qué camino escogerán los jóvenes para que su vida transcurra lo mejor
posible. Si, en atención a lo dicho por los poetas y tendiendo en cuenta la facilidad con que puede
cambiarse el aprecio de los dioses a base de sacrificios, ninguna utilidad se obtiene con ser justo aún no
pareciéndolo, sin trabajos ni castigos manifiestos ,el único freno sería la consideración de los dioses. Pero si
los dioses no existen o no se ocupan de nosotros , ¿qué beneficio sacamos con complacerles para qué
hacerles ver que somos justos? La única prueba de la existencia de los dioses la tenemos en los poetas, a
los cuales debemos creérselo todo o no creerlos en nada, y estos mismos manifiestan que a los dioses se
les puede dulcificar con suaves votos y sacrificios suculentos.

CAPITULO IX

Adimanto prosigue afirmando que si bien se habla de los bienes que reporta la justicia y de los males de las
injusticia, nadie nunca, en poesía y en prosa, ha probado suficientemente que la injusticia es el mayor de los
males del alma y , en cambio, la justicia , el mayor de los bienes,. Conclusión a la que llega después de
explicarque para todas las mentes es bien notorio que el que habla a favor de la justicia y el que se muestra
justo, es porque no tiene fuerzas para cometer injusticia. Siendo de todo el mundo respetado el hombre
injusto en razón de su poder, porque se resiste como poderoso aquel que le es posible cometer injusticia.
Insta a Sócrates a que instruya a la juventud sobre los bienes de la justicia, para que cada cual sea guardián
de sí mismo, no limitándose solo a mostrar que la justicia es mejor que la injustita, sino lo que produce cada
uno por si mismo y si podrá permitirse en un caso como un bien y en otro como un mal.
CAPITULO X

Sócrates propone ir analizando la cuestión justa o injust,. observándola sobre todo la justicia, primero en las
ciudades y luego en los individuos. Para observarlos en las ciudades hace falta fijarse en una ciudad , la
cual habrá que ir haciendo salir a medida que se pretenda analizar la naturaleza de lo justo. Puesto a
votación el hecho referido , los contertulios se muestran conformes: el estado ideal comienza a describirse.

CAPITULO XI Y XII

Partiendo de la idea fundamental de que la ciudad toma su origen de la impotencia de cada uno de nosotros
para bastarse a sí mismo y de la necesidad que siente de muchas cosas. Van apareciendo los ciudadanos,
los cuales se dedicarán a una solo cosa, aquella para la que estén mejor dotados, una vez convenido que
una persona dedicada a una solo cosa es mejor que la dedicada a muchos oficios , porque la obra no suele
esperar a los momentos de ocio del que la ejecuta, sino que , por el contrario , éste debe acomodarse a ella
y no darla de lado como poco importante. Así entregado cada cual a su oficio, aparecerán primero los
artesanos, los agricultores y ganaderos , los arquitectos, porque se conviene en que la primera misión del
ser humano es procurarse alimento y cobijo. De estos profesionales deriva tales pretensiones y a ellos va
destinada las profesiones utilitarias , artesanales, se tendrá que construir un mercado, intercambio, habrá
mercaderes, asalariados , traficantes y pilotos, todo englobado en la ciudad. Esto en sí mismo, nada habla
de la injusticia o justicia ,porque tales ciudadanos , así dispuestos, no harán otra cosa que ocuparse de vivir
conforme las necesidades propias y de la ciudad.

CAPITULO XIII

Glaucón hace que Sócrates suponga una ciudad , hinchada de ciudadanos, no bastando sólo en ella el uso
sano de los bienes considerados necesarios, sino ampliados estos a cosas de lujo, vanidades , y aspectos
lúdicos , lo que necesariamente, ampliará de forma considerable la ------ de los ciudadanos. Esta ciudad que
antaño se consideraba sana, por tener capacidad para autoabastecerse, al dar cabida a nuevos ciudadanos
dedicados a actividades no básicas , se verá incapacitada para ofrecer alimento, y cobijo a todos los seres
que pertenezcan a ella . Quedando pequeña.

CAPITULO XIV

Por lo que habrá que apoderarse del territorio de las vecinas para disponer de suficiente tierra y pastos, y
ellas harán lo mismo si rebosan los límites de su necesidad, entregándose a un desmedido afán de riquezas
.Consecuencia LA GUERRA. Sin entrar a considerar las ventajas o incovenientes de la guerra, hay que
convenir que la Ciudad deberá ensancharse para dar cabida a los soldados. No puede concedérsele a
Glaucón la proposición de que sean los ciudadanos mismos los encargados de atacar o defender si se
convino que cada cual debe entregarse a su oficio propio, que desempeñarán con excusión de los otros ,
considerando igualmente, que el militar es un oficio equiparable al del artesano , por precisar d de técnicas
propias que han de practicarse y enseñarse.

CAPITULO XV

Se discute ahora no ya el hecho de la plena dedicación del guardián , sino sus atributos, sus prendas, sus
características primordiales, esas que lo capacitarán para ser un buen guardián: la fogosidad , agudeza,
velocidad y fiereza. Pero, además esta fiereza, debe ser atemperada por la afabilidad, que impedirá que la
fiereza y acometividad de estos seres sea utilizada contra los propios ciudadanos que tiene que defender.
¿Dónde encontrar un carácter a la vez animoso y afable ¿ ya que ambas cualidades se contradicen. Hay un
momento de duda, porque no es posible considerar buen guardián al que carezca de alguna de ellas ni
tampoco es posible conciliar en un carácter ambas calidades por ser éstas contrarias entre sí. Aunque, en
comparación con los perros de caza, fieras aunque de gran mansedumbre, la naturaleza parece dar lógica a
lo que anteriormente parecía contradictorio (floja reflexión).

CAPITULO XVI

De esta consideración Sócrates escapa hacia otra que es la de considerar como otra cualidad del guerrero
el hecho de ser filósofo. Entiende esta característica como el deseo de aprender ,toda vez que el hecho de
no atacar a la persona que le es conocida presupone un deseo de conocer a esta persona, mientras que es
lícito el ataque a quien es desconocido. Concluye que para ser guardián debe ser filósofo y hombre fogoso,
rápido en sus decisiones y fuerte por naturaleza. Planteándose a renglón seguido la cuestión de su
educación, conviniéndose por los tres conversadores la educación de los guerreros tal se ese estuviera
hablando tranquilamente con ellos.

CAPITULO XVII

Sócrates comienza su disertación sobre el dial educativo de una parcela de la población. La educación (-----)
es casi obsesiva en Platón y puntal básico para la consecución de buenos ciudadanos. Comienza
destacando que a los niños hay que educarlos primordialmente con la música y la gimnasia. La música
entendida como fábulas escritas en verso y que tradicionalmente se acompañaba con entonación de algún
instrumento. Comienza con la música como discursos falsos , los cuales habrán de primar sobre los
verdaderos, discursos gimnásticos. Precede pues , la música a la gimnasia , siendo las fábulas lo primero
que se cuenta a los niños, ya que siéndo falsas poseen un fondo de verdad. Se establece la censura, ya
que se reputa inconveniente utilizar cualquier fábula para la educación de los niños no siendo
recomendables en ningún caso, aquellas que narren las rencillas y vicios de los dioses, y las que en general
describan conflictos familiares entre ellos e incluso los que narren parricidios, infanticidios o guerras
intestinas entre ellos, esto debe ser censurado especialmente porque ni siquiera se engaña con decoro .
Las fábulas de Homero y Hesiodo son por lo tanto, censuradas para la educación del niño. Cuando tenga
edad conveniente podrá acceder a ellas con el conocimiento suficiente para comprender y valorar sus
alegorías. Por lo cual, seguramente convenga antes que nada , que las primeras fábulas que oiga el niño
sean también las mas adecuadas para conducirle a la virtud.

CAPITULO XVIII

Modelo de fábula presentar al dios tal como es, sea epopeya , lírica o tragedia. Sigue un descenso lógico
para aplicar a la divinidad todo lo bueno y ventajoso, haciéndola ajena a lo malo y nocivo.

La divinidad es buena , lo bueno no es nocivo, lo no nocivo no hace daño ni causará mal alguno ni será
causa del mal. Así pues, lo que es bueno, es ventajoso y causa del bien obrar .Así lo que es bueno no es
causa de todas las cosas. è los dioses ---causa de lo bueno

X ----causa de lo malo

(no divino)

Por lo tanto, ¡desconfiad de Homero¡ ; desconfiad de otros poetas cuando yerran a presentarnos a los
dioses como causa de males, sobre todo cuando os presenta a Zeus como distribuidor de los bienes y los
males.

CAPITULO XIX

Primera ley : concerniente a los dioses a la cual deberán atenerse los que componen las fábulas será: la
divinidad no es causa de todos las cosas, sino tan sólo de las buenas .En busca de la segunda ley, se
persigue la causa de la perfección en personas o cosas. La que menos alteración tenga en sí misma será la
cosa mas perfecta, la más perfecta es la que menos alteraciones recibe, por causa externa .Si la divinidad
puede considerarse como lo perfecto, la divinidad es el ser que menos formas puede adoptar.

CAPITULO XX

Prosigue la plática con Adimanto. Los cambios que puedan sobrevenirle a una divinidad, deberán ser
achacados a la divinidad en sí, empeorándola y restándole belleza, por lo que ninguna divinidad
trasponiendo esta característica al hombre , se puede decir ningún hombre o dios puede llegar a empeorar
su propia voluntad. Por lo que ningún dios querrá modificarse a sí mismo por ser ellos perfectos al
permanecer siempre y absolutamente en la misma forma. Por lo cual es rechazable lo afirmado por los
poetas acerca de la multiformidad de los dioses y sus metamorfosis . Continúa una plática con un dubitativo
Adimanto acerca de la mentira que supone decir que los dioses adoptan muchas formas con el propósito de
engañar a los hombres. Si los dioses son perfectos abominarán de la mentira ya que la verdadera mentira
designa la ignorancia existente en el alma del que es engañado. Porque la mentira manifestada en palabras
es algo así como la expresión de un fenómeno anímico y una imagen originada por él , pero nunca una
mentira enteramente pura.

CAPITULO XXI

Sócrates se centra en la mentira expresada en palabras, en razón de su utilidad puede ser empleada como
método disuasorio de las pretensiones de los enemigos con respecto a intereses propios de los ciudadanos.
No existe motivo alguno para que un dios mienta, porque eso implicaría en el dios un desconocimiento de
los hechos de la antigüedad, cosa imposible o que un dios fuese poeta embustero, igualmente impensable,
así , pues , la divinidad y lo divino es contrario a la mentira. De ahí la segunda leyrepecto a los dichos y a las
obras de los dioses no debe decirse que reflejan un encantamiento o una transformación, ni que aquellos
intentan engañarnos de palalra o de hecho. Motivo más para desdecir a Homero y a Esquilo cuando nos
presentan a los dioses transformados en sueño en poetas embusteros y en asesinos. No se destinarán
pués, este tipo de fábulas a la educación de los jóvenes. Ya que se pretende que éstos , en tanto que
guerreros o guardianes de la ciudad se asemeje cuanto más posible la naturaleza humana a la de los
dioses.

Encadena la conversación con Adimanto directamente.

Libro IV

CAPITULO I

Adimanto interviene a continuación para objetar a Sócrates el hecho comprobado de que los
guardianes parecen destinados a la infelicidad quedando su misión reducida a ser auxiliares a sueldo y que
no tienen otro cometido sino el de guardarla. Sócrates replica que el fin de los guardianes no consiste en
procurarse felicidad, pues , de ser así , dejarían de ser guardianes y llevarían a la ciudad a la ruina. El
secreto de todo consiste en participar de la felicidad de cuantos son guardados, y que a la vez participan de
esta felicidad gracias a la seguridad que sus guardadores les proporcionan. Todo queda , pues en todos los
estatus sociales, en una participación armónica de la felicidad que se encuentra en la Naturaleza.

CAPITULO II

Se examina a continuación las circunstancias principales que corrompen a los artesanos y le llenan
se maldad: la pobreza y la riqueza. La última porque acaba por hacer inútil el ejercicio de la labor y la
primera porque impide al artesano adquirir los objetos necesarios para ejecutar su labor, por ambos
motivos . pues tanto la riqueza como la pobreza, envilecen las artes y degeneran los artesanos.. Estas
cuestiones son prioritarias a la hora de vigilar su entrada enl a ciudad. Luego viene un farragoso diálogo
acerca de la guerra entre ciudad rica y cómo la ciudad ideal puede en caso de conquista hacerse de los
territorios y riquezas conquistadas , lo que conduce a definir los límites de la ciudad ideal.

CAPITULO III

Los guardianes procurarán por todos los medios que la ciudad no parezca pequeña ni grande, sino
que sea una y suficiente para todos. Cada ciudadano debe aplicarse a su trabajo a fin de ser uno y no
plural, sólo así la ciudad conservará su unidad y no encerrará en sí misma muchas otras. Tales cuestiones
no parecen alcanzar importancia a los ojos de Adimanto, a lo que Sócrates replica que ha de predominar lo
práctico a lo accesorio, la suficiencia a la grandeza. Esto lleva de nuevo a la educación de los niños, que ha
de perseguir el comedimiento de los ciudadanos. La vigilancia de que esta educación no se corrompa, es
tarea primordial de los guardianes. Finaliza con una frase de ----: no se puede modificar las reglas musicales
sin alterar a la vez las más grandes leyes políticas.

CAPITULO IV

El objeto de guardia , establecido en la música. Lo primero que aprenderán los jóvenes en sus
juegos es a aceptar unas normas , y estas normas no se establecen por leyes sino por la costumbre . Las
primeras normas a aprender serán las reglas de urbanidad y de consideración y respeto para con sus
mayores. Por lo mismo, no parecería justo establecer leyes que rigieran el mercado, sus comercios ,
contratos, injurias , ultrajes, tributos, tráfico ( es decir todo lo que en la actualidad recoge el código civil ),
Adimanto responde : no parece juesto prescribir esto a los hombres íntegros, porque ellos mismo
encontrarán fácilmente la mayor parte de las leyes que convenga dictar. A condición de guardar las normas
esenciales de convivencia, sino pasarían la vida dictando y rectificando leyes igual que enfermos mal
avenidos a dar de lado régimen perjudiciales. Ningún progreso alcanzarán sino el empeoramiento de las
enfermedades .

CAPITULO V

No queda pues la tarea de legislar este tipo de causas, sobre todo en ciudades mal gobernadas, pues
éstas incidirán en el error de perseverar en sus errores manteniendo una constitución errónea. No hay pues
que legislar civilmente. Ni que legislar tampoco en las grandes y trascendentes empresas, pues en el
terreno religioso, las normas vienen dadas por Apolo , el dios Délfico, ( consejero en nuestra patria de todos
los hombres a los que gobierna sentado sobre el ombligo de la tierra y en el centro del mundo).

CAPITULO VI

Queda , pues fundada la ciudad . Sobre esta maqueta iníciase o se retoma , la discusión y
búsqueda de la justicia o injusticia , sus diferencias y conveniencia , a la vista tal vez de los hombres y de
los dioses. Para eso, le ordena a su interlocutor y a sus hermanos , junto con Polemarco a que indaguen. A
lo que se niega Glaucón recordándole la promesa de Sócrates de ser él el indagador. Esta invitación de
Sócrates es un recurso retórico de Platón para resaltar aún más el carácter trascendente de la discusión y
engrandecer intelectual y moralmente la figura de su maestro a quien hace portavoz de sus propias ideas.

Sócrates pide ayuda en la discusión , y manifiesta que si la ciudad fundada es realmente buena, se
dará en ella como características dominantes, la prudencia , el valor, la templanza y la justicia. Tras varios
escarceos dialécticos, se encuentra la justicia en los guardianes perfectos por poseer la ciencia que solo
poseen unos ciudadanos capaces de resolver sobre cosas que afecten en general a la ciudad entera,
tratando de que ésta mantenga las mejores relaciones posibles no sólo consigo misma, sino con las demás
ciudades . La ciudad podrá ser denominada prudente en orden a estos ciudadanos que son escasos en
comparación con el resto de habitantes, por ser esta clase la que preside y gobierna.

CAPITULO VII

Se busca ahora la consideración del valor y la parte de la ciudad donde se halla è ciudad el nombre
de valerosa. El valor es una especie de conservación , el valor es garantía de su consecución. Esta ------ se
ejemplifica por la lana teñida bien por los tintoreros, cuyo tinte es indeleble. Aplicando este símil a los
soldados y guardianes y comparando este tinte indeleble con la educación recibida por estos ciudadanos
por medio de la música y la gimnasia , la virtud permanecerá , se consevará indeleble por más que intenten
desteñirla otras tentaciones. Esta fuerza de conservación a todo evento de la opinión recta acerca de las
mismas cosas, es decir de las que hay que temer y las que no, dice Sócrates – le llamo yo valor.Y adelanta,
sin entrar en pormenores, que se trata de una virtud política , Y que puede ser llamada valerosa contando
con pocos de sus ciudadanos que posean valor.

CAPITULO VIII

Le toca el turno a la templanza, que es definida por Sócrates como un cierto orden y continencia de
los placeres y los deseos… del dominio de sí mismos. Se parece a una cierta armonía . Se objeta que quien
puede dominarse a sí mismo puede al mismo tiempo ser esclavo de sí mismo en función de que predomine
en su alma una tendencia hacia las buenas costumbre en primer caso y hacia el desarreglo en el segundo.

CAPITULO IX

Si se traspone este concepto a la ciudad podrá decirse que en la proporción dada de ciudadanos
cuya perfecta educación les conduzcan a dominio de sí mismos, podrá hablarse de una ciudad templada o
--------. Esta armonía que podrá darse en un individuo, puede darse en la ciudad que haga coincidente las
opiniones tanto en los gobernates como gobernados respecto a los hombres que deben mandar, residiendo
esta templanza en ambos. Así como el valor y la prudencia, que residen en una parte de la ciudad, les
hacen a toda ella valerosa y prudente , la templanza en cambio no procede de la misma manera, sino que
se derrama naturalmente por todos los ciudadanos consiguiendo que canten al unísono, los más débiles ,los
más fuertes y los de en medio. Una especie de acuerdo ( armonía) establecido entre lo inferior y lo superior
por naturaleza en relación con la parte que debe gobernar.

Después de un prolegómeno trivial se anuncia el tema de la justicia, la cual parece cercana y sobre
la guerra , al parecer , según Sócrates , se lleva buena parte del tiempo hablando.

CAPITULO X

La justicia consiste en hacer cada uno lo suyo. Tras esta declaración , sigue la arguementación:

1) la justicia viene a ser la garantía o fuerza de permanencia de las otras tres virtudes descritas.

2)Pero al mismo tiempo, se presenta como virtud contrapuesta a los otras tres porla hegemonía de
su esencia.

3) Esta rivalidad, tensa , hace que la ciudad perfecta.

El fin de los gobernantes a la hora de administrar la justicia o impartirla deberá ser pues , procurar el
que nadie posea lo que no es suyo ni se vea privado de lo que le pertenece. Caso de permitirse la
intromisión de sus ciudadanos en las cosas de otros sería cometer injusticia: la confusión y el intercambio
mutuo( servicios , instrumentos y autoridad) de estas tres clases constituyen el mayor daño que puede
inferirse a la ciudad y con razón deberían ser calificados de verdadero crimen. No hay pues , mayor crimen
para una ciudad que el cometer injusticia contra ella.

CAPITULO XI

Se traspasa esta cualidad social al ámbito individual, y se analizan y aplican las conclusiones
anteriores sobre un solo individuo. Esta prueba es necesaria que se cumpla, para validar la premisa anterior
sobre la justicia social. Aplicando el criterio de semejanza, el hombre justo no diferirá de la ciudad justa en lo
concerniente a la idea de justicia. El primer escollo consiste en hallar en el Individuo la existencia de las tres
virtudes precisas para confrontar con la justicia que se han hallado en las ciudades, teniendo en cuenta que
las características de cualquier ciudad la aportan las conductas individuales y conjuntadas de los
ciudadanos de donde se desprende que en cada ciudadano deben darse aisladamente la tres virtudes
atesoradas para las ciudades.

CAPITULO XII

Se prepara una discusión acerca de dos cosas contradictorias en apariencia, ejemplificándose sobre
el movimiento. De una cosa no puede decirse que esta quieta y en movimiento simultáneamente, pero si
una persona gira sobre un punto , podrá matizarse que esta quieta en relación con la línea recta y en
movimiento en relación a la curva . No nos llenara de estupor ni nos persuadirá de que hay algo capaz de
sufrir, ser o hacer cosas contrarias, al mismo tiempo y con relación a lo mismo.

CAPITULO XIII

Se plantea la dualidad de contrarios, tanto en los dioses como en las creencias, con respecto a las
cosas que pretenden, desean o persiguen tomadas en sí mismas.

CAPITULO XIV

Se analizan los deseos del alma y se los enfrenta con las fuerzas capaces de contenerlos. La sed
empuja a la bebida; pero aún hay quienes con sed renuncian a beber. Ese último impulso es más poderoso
que el primero . Este nace de las razón , en tanto que aquel , de los padecimientos y enfermedades.Existe,
pues el principio racional del alma, el principio virtuoso , el deseo, que arrastra y absorbe los demás apetitos
lo irracional concupiscible , añadiendo el tercer principio de la cólera, como cualidad que combate a veces
con los apetitos como si fuese algo distinto de ellos.
CAPITULO XV

A través de unas disertaciones que contraponen la cólera a los instintos concupiscibles , en cuanto
que actúa en ocasiones frente a ellas, sobre todo cuando se comprueba que ejercen sobre ella injusticia y
que así mismo, la cólera se opone a veces a al razón, ejem , los niños al nacer están llenos de cólera y los
hombres por ella poseídos actúan a veces de forma irracional, se llega a considerar en el alma del hombre
tres principios elconcupiscible , el racional , y el que corresponde a la cólera: irascible, distinto entre sí.

CAPITULO XVI

Se ha puesto de manifiesto que en el alma individual se encuentran los mismos principios en igual
número que en la ciudad. Todo se va en analizar y concluir de que manera se cumplen en el individuo estos
tres principios. Parece incontestable el hecho de que el principio de racionalidad se constituya en el centro
rector y se dirá de cada individuo que es prudente en la medida que se le vea usar de lo racional y valeroso,
en la medida que controle racionalmente el impulso irascible, pues todos los principios ha de cumplir los
criterios de justicia si se quiere individuos sanos y buenos ciudadanos, Por lo mismo, y como consecuenda
de estas dos en un individuo, llegará la templanza en los apetitos, por la misma razón que se decía de una
ciudad intemperante la que se abandonaba a los apetitos y era incapaz de controlarse. No puede existir la
templanza en un individuo imprudente y cobarde, así como la intemperancia en el individuo es síntoma de
imprudencia y cobardía. Se parte de la idea consistente en que la justicia es inmanente en cada una de
estas tres virtudes, las cuales conjuntamente ejercidas dan la idea de justicia en sí. Un hombre educado en
el principio de racionalidad al cual gobiernan conjuntamente los demás principios, será incapaz de robar,
defraudar , blasfemar, cometer adulterio y faltar a los juramentos. Los hombre pues de la ciudad ideal ,
educados en los principios de racionalidad y valor, están realmente regidos por cierto principio de justicia
descrita como virtud.

CAPITULO XVII

¿En qué sentido debe entenderse la justicia dentro de cada individuo? Respecto a su acción interna
…que no permita que ninguna de las parte del alma haga lo que no le compete ni que se entremeta en
cosas propias de otros linajes, sino que ordenando debidamente lo que corresponde , se rija a si misma y se
hace su mejor amiga al establer el acuerdo entre sus tres elementos,… con armonía.

Se ha dado además que con la ciudad justa , con el hombre justo.

CAPITULO XVIII

Examen de la injusticia : subinversión de esos tres principios, injerencia indiscreta en cuanto no les
corresponde y la sedición de una parte del alma contra la totalidad de ella con objeto de usurpar el mando
que no le compete. Esta perturbación es llamada , injusticia, intemperancia, cobardía e ignorancia : en una
palabra, maldad total.

Se compara la justicia a la salud y la injusticia a la enfermedad y se considera ala primera virtud y a


la segunda vicio. La justicia nos conduce a hacer cosas buenas = virtud, la injusticia a cosas malas= vicio.

CAPITULO XIX

Concluir con al conducta a seguir el mismo Glaucón lo tiene fácil , lo conveniente es mantenerse en
la virtud, o sea, en la justicia.

Sócrates plantea el asunto final, que consiste en el modo como debe conducirse la ciudad y el
individuo.La forma de la virtud es única, mientras que la del vicio es innumerable , y que los modos del alma
guardan justa relación con los modos de gobierno, los cuales son cinco siendo una la forma de gobierno que
ha ocupado el libro actual dividida en dos modalidades: la monarquía , o el gobierno de un hombre solo que
sobresale entre los demás gobernantes; la aristocracia, si son muchos.

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