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¿Qué cantaban los soldados?


El nacionalismo inglés y francés en las canciones de la Gran Guerra

Por Victoria Romano Moscovich

Introducción:

En la presente monografía me propongo analizar la relación entre el nacionalismo y la música


durante la Primera Guerra Mundial, tomando como recorte los casos de Inglaterra y Francia.
Intentaré, a lo largo de estas páginas, responder las siguientes preguntas: Las canciones cantadas
por los ingleses y franceses ¿Tuvieron características nacionalistas?, y en ese caso ¿De qué modo
o a través de qué recursos se planteó ese nacionalismo?. De hallar una respuesta afirmativa,
buscaré responder si hubo difrencias entre la música nacionalista elegida por la retaguardia y la
cantada por los soldados, y a qué se debió esa diferencia.
Para responder estas preguntas, primero explicaré la dinámica de la relación entre la política
inglesa y francesa y el nacionalismo, luego abordaré las fuentes musicales, para finalmente situar
la experiencia de los soldados en las trincheras. Analizaré canciones entonadas tanto por civiles
como por soldados en el frente de batalla, estudiando sus temáticas y los sentimientos a los que
aluden sus letras, para evaluar si presentan o no características nacionalistas, o en su defecto qué
recursos emotivos se ponen en juego gracias a sus letras.

La Gran Guerra y el uso político del nacionalismo:

Para comprender no solo el surgimiento de los nacionalismos sino las causas mismas de la
guerra, debemos analizar las condiciones económicas de Europa en cuanto al colonialismo y la
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industrialización. En los años previos al conflicto bélico, las potencias europeas ya se habían
repartido las zonas de influencia mundial, la colonización de África y la creación de zonas de
influencia brindaron acceso a materias primas y mano de obra económica, si no gratuita. La
industrialización iniciada por Inglaterra pronto se difundió por Europa Occidental y Estados
Unidos, generando una profunda competencia económica y política.
La cuestión relevante de este proceso fue que los Estados comenzaron a verse como enemigos,
se difundió la idea de que la propia patria era víctima de las naciones competidoras, que el
crecimiento económico era visto con envidia y que la prosperidad nacional podía ser motivo de
ataques1. Así, la economía industrial gestó un nacionalismo que continuó siendo xenófobo como
en las décadas anteriores, pero fortaleció el sentimiento común de miedo y la victimización
frente a supuestos planes de hundimiento, no solo a nivel económico sino nacional.
Tanto Inglaterra como Francia comenzaron a ver a Alemania como potencia enemiga: el
temor se debía al acelerado crecimiento industrial, naval y armamentístico alemán. Francia, con
una economía que comenzaba a agotarse, contaba con un vecino fuerte que ya le había
arrebatado territorio, Inglaterra se preocupó por la posibilidad de perder su supremacía marítima.
Estas cuestiones generaron las condiciones políticas, económicas e ideológicas para el inicio de
la guerra en 1914, ya que en la época imperialista e industrial lo que estaba en juego era el lugar
de cada país como potencia de primer orden. Francia e Inglaterra se plantearon, en palabras de
Eric Hobsbawm, una victoria total en la cual se debía eliminar a la fuerza alemana por completo2.
Ahora bien, las explicaciones económicas probablemente no hubiesen alcanzado para
movilizar a las masas hacia la guerra. El nacionalismo, esa voluntad de identificarse
emocionalmente con la nación y su causa, fue el elemento imprescindible 3. Los Estados francés
e inglés encausaron el nacionalismo y lo utilizaron como mecanismo de control y movilización,
generaron un discurso de causa común: Alemania ya no era un rival económico, era una fuerza
agresora bárbara que buscaba destruir todos los valores e ideales de la civilización. Se convocó
entonces a hombres y mujeres a pelear por la defensa de la libertad, la democracia y la moral 4.

1 Marc Ferro. La gran guerra (1914-1918). Madrid: Hyspamérica, 1985, pág. 33.
2 Eric Hobsbawm. Historia del siglo XX. 10° edición, Buenos Aires: Crítica, 2012, pp. 34- 35.
3 Eric Hobsbawm. Naciones y nacionalismo desde 1780. 2° edición, Buenos Aires: Crítica, 1998, pág. 131.
4 Eric Hobsbawm. La era del imperio 1875- 1914. 6° edición, Buenos Aires: Crítica, 2009. pp. 173-174.
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¿Cómo infundir nacionalismo? Los soldados y la música

La música tuvo un papel central durante los años de la Gran Guerra: funcionó como vehículo
de propaganda de los gobiernos, como entretenimiento y como medio para elevar la moral tanto
en civiles como en soldados 5. Las letras de las canciones y la sonoridad tuvieron un alto impacto
en la población, ya que el período que va de 1914 a 1918 se caracterizó por la popularización de
los fonógrafos y aumentó la venta de discos.

Tomando los casos de Francia e Inglaterra, la declaración de guerra impactó sobre la música
de diversas maneras, por un lado autores, músicos y compositores decidieron conducirse al
campo de batalla en calidad de soldados, enfermeros, colaboradores civiles o músicos de
batallón, muriendo o resultando heridos en la mayoría de los casos 6. También florecieron en el
período las óperas de carácter nacionalista, escuchadas por la población civil de París y Londres,
muchas veces en conciertos a beneficio. Las composiciones alemanas fueron eliminadas de los
repertorios y criticadas en ambos países, los expertos comenzaron a desdeñar a los músicos
otrora idolatrados como Wagner 7. Además, en la formación de los soldados se incluyeron las
canciones militares e himnos como parte de la instrucción básica: en los manuales militares
franceses figuraban La Marsellesa, y la Marche de Souaves, dentro de un repertorio que
rememoraba las victorias de Francia 8.

Ahora bien, las experiencias de los civiles y los soldados en torno al nacionalismo y la música
variaron, tanto en la modalidad de acceso a las obras como en cuanto a las temáticas de dichas
obras. En cuanto a las canciones entonadas por los soldados en el frente de batalla, una parte del

5 Lidia López Gómez. “El panorama musical de las salas de conciertos en la Europa de la Primera Guerra
Mundial”, Scherzo, junio 2014, año 19, n° 297, pág. 74.
6 Javier Jurado Luque. “Ya que había que combatir, escogí hacerlo como músico”, Scherzo, junio 2014, año 19,
n° 297, pp. 86-87.
7 Diógenes Granada. “1914, música y conflicto (II)”, Revista digital Ópera World, 2 de septiembre de 2014.
Artículo disponible en https://www.operaworld.es/1914-musica-y-conflicto-ii-diogenes-granada/.
8 Francesc Cortés. “Canciones, propagandas y desafíos: construcción de identidades en torno a la Gran Guerra”,
Scherzo, junio 2014, año 19, n° 297, pág. 83
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repertorio ya existió desde antes de la guerra, estos temas eran cánticos populares de letra
sencilla y ritmo alegre, que refirieron a guerras pasadas, a vivencias en algún pueblo o a
situaciones amorosas.

Una entonación popular entre los soldados ingleses fue It´s a long way to Tipperary, que si
bien se redactó y grabó en 1912 se difundió entre las tropas gracias a que fue cantada para el
séptimo batallón, compuesto en su mayoría por irlandeses. Igualmente la mención a Tipperary,
ciudad de Irlanda, no fue lo que popularizó a dicha canción, sino que su éxito radicó en la
publicación de una nota en el periódico Daily Mail donde se la mencionó, su posterior grabación
y la adopción de la canción por gran parte de las tropas inglesas. La letra habla del amor que ha
quedado en aquella ciudad: “Es un largo camino a Tipperary/ a la chica más dulce que conozco
(…) Es un largo camino a Tipperary/ pero mi corazón está justo ahí” 9. Al ser una canción escrita
previamente a la guerra, no hace referencia al conflicto, pero el nacionalismo se relaciona con la
ciudad mencionada y el sentimiento de deseo de regreso.

Un efecto similar se presenta en la canción Roses of Picardy, cantada por los soldados
ingleses desde su grabación, en 1916. Nuevamente la letra refiere a una ciudad y al amor que
queda allí: “Las rosas florecen en Picardía/ pero jamás habrá una rosa como tú/ Y las rosas
morirán en verano/ y nuestros caminos tal vez se separen/ pero hay una rosa que no muere en
Picardía/ es la rosa que mantengo en mi corazón” 10. Un recurso común en ambas canciones es la
idea de que el cuerpo del hombre se encuentra en un lugar, pero el corazón está en aquella ciudad
donde lo aguarda un amor. El nacionalismo tiene que ver con luchar para proteger a esa ciudad y
a esa amada, para regresar victoriosos.

La canción francesa La Madelon, de 1914, también hace referencia a una mujer pero en este
caso cuenta sobre una camarera con la cual se acuestan los soldados. Madelon es la mujer
cercana, la que reemplaza al amor que quedó en retaguardia: “La soñamos por la noche, la
pensamos durante el día/ es solo Madelon pero para nosotros es amor (…) Todos tienen una

9 It´s a long way to Tipperary/ to the sweetest girl i know (…) It´s a long way to Tipperary/but my heatr´s right
there.
10 Roses are flowering in Picardy/ but there´s never a rose like you./ And the roses will die with the summertime/
and our roads may be far apart/ but here´s one rose that dies not in Picardy/ is the rose that I keep in my heart.
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mujer en su país/ quien nos espera y con quien nos casaremos/ pero ella está lejos (…) y cuando
el tiempo parece largo/ todo lo que no podemos decirle, se lo diremos a Madelon” 11. La canción,
de tinte erótico y ritmo alegre, se popularizó entre las tropas francesas gracias a los conciertos
para soldados brindados por su intérprete, Charles-Joseph Pasquier. Aunque es una canción
tabernaria sin referencias aparentes al nacionalismo, funcionó como mecanismo emocional
levantando el ánimo de los soldados a través de un relato sexualizado.

Diferente es el caso de la canción escocesa difundida entre los soldados ingleses An eala
bhan, traducida como el cisne blanco y fechada en 1916. Esta canción de amor fue escrita por un
soldado en el frente durante la batalla de Somme, para su novia: “arrodillándome en las
trincheras/ mi mente está en tí, amor/ cuando duermo sueño contigo/ y no espero sobrevivir” 12.
Las características que diferencia a ésta canción de las citadas anteriormente son la autoría y la
temática, al ser escrita por un soldado, el amor ya no es un sitio de retorno seguro sino aquella
mujer a la que tal vez no se vuelva a ver. Aquí se cita por primera vez a las trincheras, porque el
autor de An eala bhan es el único, entre las cuatro melodías mencionadas, que ha luchado dentro
de una trinchera. El nacionalismo aquí se relaciona con la melancolía, con la tristeza de la muerte
y el no retorno, si bien no se popularizó hasta finales de la guerra, interesa por su carácter íntimo
y pesimista.

Pero no todas las canciones hicieron referencia al amor o a las mujeres, dos ejemplos son las
canción francesa Avec Bidasse y la inglesa The eaerse song. Avec Bidasse relata la llegada de un
soldado a su batallón y la amistad forjada con su compañero Bidasse, cuenta los lugares que
recorrieron y sus paseos por las ciudades fuera del frente de batalla: “Cuando me fui con mi
clase/ para venir a hacer mis tres años/ el primo me dijo ahí está el hijo de Bidasse/ que va en el
mismo regimiento (…) Y desde que sirvo a Francia/ Bidasse es mi mejor amigo (…) ¿Te
acuerdas Bidasse?/ Pasamos buenos tiempos” 13. La canción es nostálgica, habla de travesuras y
11 Nous en revons la nuit, nous y pensons le jour/ Ce n´est que Madelon mais pour nous c´est l´amour (…) Nous
avons tous au pays une payse/ Qui nous attend el que l´on épousera/ Mais elle est loin (…) Et quand le temps
noun semble long/ tout ce qu´on ne peut pas lui dire/ on va le dire á Madelon.
12 Kneeling in the trenches/ my mind´s on you, love/ When I sleep I dream of you/ and I don´t expect to survive.
13 Quand j´suis parti avec ma classe/ pour venir ici faire mes trois ans/ le cousin m´a dit: “Y a l´fils Bidasse/ Qui
va dans le meme régiment (...)Et depuis que je sers la France/ Bidasse est mon meilleur copain. (…) tén
souviens-tu, Bidasse?/ on a bien passe le temps.
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momentos alegres, momentos que ya no están; si bien no menciona al campo de batalla da a


entender que los tiempos felices para estos dos soldados quedaron en el pasado.

The eaerse song es una canción infantil, que fue popularizada previamente en Estados Unidos
pero que fue adoptada por los soldados ingleses. Si bien hace referencia a la muerte y a la
descomposición de los cadáveres, lo hace con un tono jocoso: “No rías nunca/ mientras pasa un
coche fúnebre/ ya que tú puedes ser el siguiente en morir (…) Y todo va bien por una semana/ y
entonces tu ataúd comienza a gotear/ y los gusanos entran, y los gusanos salen/ los gusanos
juegan naipes en tu hocico/ comen tus ojos, comen tu nariz” 14. Esta canción no posee contenido
nacionalista, no habla ni de la patria, ni del amor o de los valores a defender, pero cumple la
función de generar liviandad frente a la idea de la muerte próxima en las trincheras.

Entonces, no todas las canciones cantadas por los soldados tuvieron un contenido nacionalista
explícito, algunas cumplieron una función lúdica o de sostén frente al miedo al conflicto bélico.
Algunas ni siquiera contaron con letra, como es el caso de la inglesa Coronel Bogey, música
entusiasta compuesta por el director de banda del ejército en 1914 para alegrar a los soldados y
darles ánimo, y otras por el contrario reflejaron, tanto en Francia como en Inglaterra,
sentimientos antimilitaristas; estas canciones fueron compuestas en los últimos años del conflicto
y en general ponen a un soldado como voz cantante, o a un ser querido que pide el fin de la
guerra y su retorno a casa.

Un ejemplo de canción antimilitarista es la francesa La chanson de Craonne de 1917, donde


se expresa el deseo de terminar la lucha y la certeza de una pronta muerte en el frente de batalla:
“Se acabó, ya nadie quiere caminar(...) Adiós a la vida, adios al amor/ adios a todas las mujeres
(…) Así es Craonne, en la meseta/ donde nos agujerean la piel/ porque todos estamos
condenados/ somos sacrificados”15. Esta canción fue entonada por los soldados que participaron
en el motín de la primavera de 1917, tras una fallida ofensiva en Chermin des Dames, batalla que

14 Don´t ever laugh as a hearse goes by/ for you may be the next to die (…) And all goes well/ for about a week/
and then your coffin begins to leak/an the worms crawl in, the worms crawl out/ the worms play pinochle on
your snout/ they eat your eyes, they eat your nose.
15 Adieu la vie, adieu l´amour/ adieu toutes les femmes (…) C´est á Craonne, sur le plateau/ Qu´on doit laisser sa
peau/ Car nous sommes tous condammés/ c´est nous les sacrifiés.
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dejó como saldo 100.000 soldados caídos y ningún avance territorial. Lo interesante de esta
canción es que representó un aspecto vedado por la prensa, los motines de reclutas y las
posteriores condenas a muerte por desacato. Además, la canción señala una dicotomía entre la
vida de los soldados y la realidad de retaguardia: “Es afortunado ver a grandes boulevares/ todos
esos grandes que hacen su feria/ si para ellos la vida es rosa/ para nosotros no es lo mismo”16.

Teniendo en cuenta a esta última canción, se debe considerar un breve análisis de la música de
retaguardia, regiones donde no se vivieron las experiencias del combate, ya que allí tuvieron
variaciones en cuanto al contenido nacionalista y la forma de expresarlo. La música consumida
en retaguardia llegaba al público a través de grabaciones o como conciertos de ópera. El analista
musical Diógenes Granada explica que al inicio de la guerra las salas y teatros eran espacios
conservadores de culto a la música antigua, no fue el público quien pidió saber de la guerra sino
los compositores, quienes obligaron a sus oyentes a detenerse en el presente nacional 17. Alison
Latham explica el nacionalismo musical en su Diccionario enciclopédico de la música, y señala
que este fenómeno “implica el uso consciente de elementos que pueden ser reconocidos como
pertenecientes a la propia nación del que escucha, con el objetivo de generar sentimientos
patrióticos”18. Para la autora, solamente Alemania logró crear un nacionalismo musical
hegemónico, es decir que si bien sus autores eran nacionalistas triunfaron y fueron tomados
como referencia por los grandes músicos del resto de Europa.

A partir de 1914, tanto los compositores franceses como ingleses buscaron revertir esta
situación, generando innovaciones en las temáticas y formas de sus óperas. En el caso de
Francia, Claude Debussy fue el principal exponente y buscó enfatizar en sus óperas los valores y
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cualidades de los franceses, como ser su racionalidad, sutileza y sofisticación . Situó a los
alemanes ya no como ejemplo musical a seguir sino como aquellos atacantes a los valores

16 C´est malheureux d´voirsour le grands boulevards/ tous ces gros qui front leur foire/ si pour eux la vie est rose/
pour nous c´est pas la mem´chose.
17 Diógenes Granada. “1914, música y conflicto”, Revista digital Ópera World, 4 de marzo de 2014. Artículo
disponible en https//www.operaworld.es/1914-musica-y-conflicto-diogenes-granada/
18 Alison Latham (coord.). Diccionario enciclopédico de la música. México: Fondo de Cultura Económica, 2009,
pág. 1037
19 Alison Latham (coord.). Diccionario enciclopédico de la música. México: Fondo de Cultura Económica, 2009,
pág. 1041
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franceses. En su ópera Villancico para los niños que ya no tienen hogar de 1915 se ve una
súplica de los niños franceses que perdieron todo, pero que piden de regalo la venganza hacia
Alemania y la victoria de Francia: “Ya no tenemos hogar/ Los enemigos han tomado todo,
tomado todo, tomado todo,/¡Hasta nuestra camita!(...) ¡Por supuesto! Papá está en la guerra,/ La
Pobre mamá está muerta/ Antes de haber visto todo esto. (…) ¡Navidad, pequeña Navidad, no
vayas a su casa, no vayas nunca a su casa, castígalos!”

En el caso de Inglaterra, un autor representativo fue Edward Elgar, que compuso The spirit of
England entre 1915 y 1917. Este autor, reconocido durante aquellos años como “el alma de
Inglaterra”, se basó en un poema de Laurence Binyon y escribió lo siguiente: “Ahora en tu
resplandor ve delante de nosotros/ espíritu de Inglaterra (…) Ella lucha contra el fraude que
alimenta el deseo/ mentiras, lujuria para esclavizar o matar/ ¡Aguanta, oh tierra! (…) Fueron con
canciones a la batalla, eran jóvenes/ fueron firmes hasta el final contra las probabilidades sin
contar/ cayeron con sus caras al enemigo/ lucharon, fueron terribles, nada pudo domesticarlos/ se
rieron, cantaron sus melodías de Inglaterra/ cayeron con los ojos abiertos y sin miedo”20.

Estas melodías, surgidas del ámbito artístico, fueron pronto incorporadas por la población
civil a modo de consciencia de la guerra. Las temáticas y recursos que reforzaron el
nacionalismo civil estuvieron en relación con la idea de grandeza de la patria, la certeza de que el
ataque era injusto, que se estaba causando dolor y pérdidas, pero que su pueblo vencería porque
el espíritu nacional llevaba la bandera de los valores correctos. Entonces, el nacionalismo
musical civil se diferenció del nacionalismo militar, y esto genera la pregunta ¿Por qué no fueron
efectivos los mismos recursos en ambos grupos poblacionales? Probablemente, porque unos
tuvieron una experiencia de la cual carecieron los otros: la trinchera.

Los soldados, el nacionalismo y las trincheras:

20 Now in your splendour go before us/ Spirit of England (…) She fights the fraud that feeds desire on/ lies, in lust
to enslave or kill (…) Endure, oh earth! (…) They went with songs to the battle, they were young (…) They
were staunch to the end against odds uncounted/ they fell with their faces to the foe/ they fought, they were
terrible, nought could tame them (…) They laughed, they sang their melodies of England/ They fell open- eyed
and unafraid.
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El ardor nacionalista fue altamente efectivo al inicio de la guerra, en el campo de batalla se


pudo ver a intelectuales, músicos y artistas como entusiastas voluntarios. El periodista Stéphane
Lauzanne, quien fuera también teniente en el ejército francés, relata en su libro Francia
batalladora que el anuncio de la movilización no se vivió con miedo sino con fervor, que todo
21
París se llenó de banderas y en cada calle se oyó La Marsellesa . Pero ni la prensa de
retaguardia ni los discursos políticos fueron herramientas eficaces a la hora de contrarrestar el
horror de la vida en las trincheras.
Gracias a las cartas, testimonios y diarios de guerra podemos reconstruir hoy lo que sentían
los soldados: el horror de verse rodeados de cadáveres, el sentimiento de la inminencia de la
muerte. Ningún recurso aplicado hasta entonces los preparó para esta experiencia, Europa jamás
había asistido a una guerra que pusiera en juego la tecnología armamentística a tal escala, ni
había sacrificado de tal manera a su juventud. En el frente, los que no morían debían convivir
con cadáveres, ratas, piojos, enfermedades, frío y un olor nauseabundo.
Durante los primeros meses, en las cartas de los soldados dirigidas a amigos, familiares o
parejas, se puede apreciar cierto optimismo y fe en la causa nacional, pero a partir de 1915 se
percibe frustración y un abandono del nacionalismo bélico, que da lugar a la denuncia y al deseo
de terminar la guerra y volver a casa. Cito aquí dos ejemplos:

Papá: Me gustaría que el Gobierno estuviera en el frente durante dos horas y vería lo
que es esto (…) Perdóname, no quiero que nos hablen del campo, del honor, porque
yo lo llamo carnicería. Porque esta guerra no es más que un juego de masacre para
nosotros en el que se nos lleva como vacas o corderos al matadero. Tu hijo
desesperado por volver con vida 22.

21 Stéphane Lauzanne. “Francia batalladora”. Buenos Aires: Untref virtual, pp. 2-3.
22 https://www.elmundo.es/especiales/primera-guerra-mundial/vivencias/primera-persona.html última consulta 22-
01-2019
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Cariño mio, (…) la verdad es que todo el mundo está totalmente harto y a ninguno le
queda nada de lo que se conoce como patriotismo. A nadie le importa un rábano si
Alemania tiene Alsacia, Bélgica o Francia. Lo único que quiere todo el mundo es irse
a casa. (…) Yo también he perdido prácticamente todo el patriotismo que me
quedaba, solo me queda el pensar en todos los que están allí 23.

Muchas de las cartas y diarios de soldados fueron producto de censura, ya que pusieron en
riesgo el trabajo del Estado para sostener el nacionalismo de retaguardia. Los soldados a su vez
se quejaron de la vida relajada en París y Londres, del desconocimiento de los civiles en torno a
las vivencias del día a día en las trincheras. Los que obtuvieron un permiso para volver a casa, no
pudieron dejar de comparar sus noches de ropas mojadas, frío y hambre con aquellas de la
población que concurría a la ópera, al cine o que paseaba alegremente por las seguras calles. En
muchos soldados, el nacionalismo mutó hacia la conciencia de pertenencia al grupo de
combatientes, se infiere de sus escritos que ya no se sintieron representados por esos políticos
que hablaban de ellos sin conocerlos, y perdieron la confianza en aquella prensa devenida en
transmisora de una verdad oficial distorsionada y triunfalista.

Entonces, la música nacionalista francesa e inglesa que ensalzó a la patria, aquella elegida por
los civiles, no funcionó ante los soldados porque careció de los elementos de identificación
necesarios en aquel contexto. Con el avance de la educación y con la formación militar, los
combatientes ya llegaron al campo de batalla con la certeza de que su nación era la mejor de
todas, pero en el día a día, quienes lucharon eligieron elementos de identificación nacionalistas
no tan abstractos sino concretos, una imagen que les diera la esperanza y la fuerza para retornar
con vida a ese hogar que se estaba defendiendo. Esto ocurrió, según señala Martín Ira Glassner
porque si bien el nacionalismo es ese lazo emocional que une a cada sujeto con su pueblo y el
Estado que los engloba, el sentimiento de pertenencia se origina en el hogar de cada persona 24.El
nacionalismo fue en los soldados una extensión del deseo de protección de la propia vivienda
23 http://www.historiasiglo20.org/TEXT/cartasoldadoingles.htm última consulta 24-01-2019
24 Martín Ira Glassner. Geografía política. Estado, imperialismo, colonización y descolonización, 2° edición,
Buenos Aires: Editorial Docencia, 2000, pp. 53- 55.
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hacia el pueblo o ciudad donde se hallaba ese hogar, y por ende al país donde se encontraban su
región, su gente y su casa.

Conclusión:

A lo largo de estas páginas analicé la relación entre el nacionalismo y la música durante la


Primera Guerra Mundial, centrándome en las elecciones musicales de los soldados franceses e
ingleses. Las canciones cantadas tanto por civiles como por combatientes tuvieron presente al
nacionalismo, ya que éste fue utilizado desde ambos Estados como movilizador de voluntades,
pero este nacionalismo musical tuvo diferentes características y apeló a recursos disímiles, lo
cual generó mecanismos nacionalistas específicos para la población y para los combatientes.

Los civiles ingleses y franceses accedieron al nacionalismo a través de grabaciones y óperas


en las cuales sus compositores ensalzaron a su país, a su historia y a sus soldados. La prensa
colaboró con esto mencionando a los autores y generando noticias triunfalistas sobre la guerra,
no siempre verídicas. Pero estas herramientas no fueron efectivas en los soldados, ya que la
experiencia de la guerra requirió mecanismos de relación entre el nacionalismo y elementos más
cercanos. El nacionalismo de los soldados sí estuvo presente en la música, pero lo hizo evocando
al amor, a la familia, al compañero de combate o a la ciudad donde se nació o creció. En
momentos de trincheras y de dudas sobre los motivos de la guerra, el nacionalismo francés e
inglés se apoyó en las canciones que prometieron un retorno a casa, o que aliviaron la certeza de
la muerte lejos del hogar.

Bibliografía:

Cortés, Francesc. “Canciones, propagandas y desafíos: construcción de identidades en torno a


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la Gran Guerra”, Scherzo, junio 2014, año 19, n° 297, pp. 82- 85.

Ferro, Marc. La gran guerra (1914-1918). Madrid: Hyspamerica, 1985, pág. 33.

Granada, Diógenes.“1914, música y conflicto (I)”, Revista digital Ópera World, 4 de marzo de
2014.

Granada, Diógenes.“1914, música y conflicto (II)”, Revista digital Ópera World, 2 de septiembre
de 2014.

Hobsbawm, Eric . Naciones y nacionalismo desde 1780. 2° edición, Buenos Aires: Crítica, 1998.

Hobsbawm, Eric . La era del imperio 1875- 1914. 6° edición, Buenos Aires: Crítica, 2009.

Hobsbawm, Eric . Historia del siglo XX. 10° edición, Buenos Aires: Crítica, 2012.

Ira Glassner, Martín. Geografía política. Estado, imperialismo, colonización y descolonización,


2° edición, Buenos Aires: Editorial Docencia, 2000.

Jurado Luque, Javier. “Ya que había que combatir, escogí hacerlo como músico”, Scherzo, junio
2014, año 19, n° 297, pp. 86- 89.

Latham, Alison (coord.). Diccionario enciclopédico de la música. México: Fondo de Cultura


Económica, 2009.

Lauzanne, Stéphane. “Francia batalladora”. Buenos Aires: Untref virtual, 2018.

López Gómez, Lidia. “El panorama musical de las salas de conciertos en la Europa de la
Primera Guerra Mundial”, Scherzo, junio 2014, año 19, n° 297, pp. 74- 77.

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