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-1UNIVERSIDADARCIS

Escuela de Derecho
Derecho Económico

“LA EXPLOTACIÓN DE COBRE.”

Miguel Castro Tomasovic.

Santiago
2002
INDICE.

1
pagina N°

I.- PROLOGO..............................................................................................................4

II.- INTRODUCCIÓN....................................................................................................5

III.- REFERENCIA HISTÓRICA DE LA EXPLOTACIÓN DEL COBRE........................6

IV.- LUEGO LA NACIONALIZACIÓN DEL COBRE........................................................

V.- LA CONTINUIDAD DEL RÉGIMEN JURÍDICO, LUEGO DEL GOLPE DE ESTADO

DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973..............................................................

VI.- LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE CHILE, LOS

DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL CONCESIONARIO MINERO, Y EN

PARTICULAR DEL DERECHO DEL CONCESIONARIO DE LOS YACIMIENTOS DE

LA GRAN MINERÍA DEL COBRE.............................................................................

VII.- ANTECEDENTES ECONÓMICOS DE LOS PERJUICIOS CAUSADOS AL

ESTADO DE CHILE, POR LA EXPLOTACIÓN DE COBRE DE LAS EMPRESAS

PRIVADAS...................................................................................................................

VII.1.- La sobreproducción mundial de cobre, generada por las empresas

mineras privadas de la Gran Minería del Cobre................................................

VII.2.- La violación de las leyes tributarias chilenas, por las empresas mineras

privadas de la Gran Minería del Cobre..............................................................

VII.2.a).- Los precios de transferencia......................................................

VII.2.b).- El pago de elevados intereses..................................................

VII.2.c).- Pérdidas en los mercados de futuro del cobre..........................

VII.3.- La magnitud del problema.........................................................................

VII.3.a).- Dimensión.-...............................................................................

VII.3.b).- Porvenir-Futuro..........................................................................

VII.4.- Chile es más que la OPEP.-......................................................................

2
VIII.- EL DERECHO APLICABLE ANTE LOS HECHOS ANTERIORMENTE

SEÑALADOS................................................................................................................

VIII.1.- El abuso del Derecho...............................................................................

VIII.2.- El derecho aplicable al daño...................................................................

IX.- EL DAÑO EN PARTICULAR...................................................................................

X.- LA CUANTIFICACIÓN DE LOS DAÑOS PRODUCIDOS POR LA SOBRE EXPLOTACIÓN DE LAS

EMPRESAS PRIVADAS DE LA GRAN MINERÍA DEL

COBRE............................................................................................................

XI.- DEL TRATADO MINERO ENTRE LAS REPÚBLICAS DE CHILE Y DE

ARGENTINA.............................................................................................................

XI.1.- del objeto del Tratado...........................................................................

XI.2 del requerimiento ante el Honorable Tribunal Constitucional...................

XI.2.a).- fundamentos de la presentación.................................................

XI.2.b).- fallo del Honorable Tribunal Constitucional................................

XI.3.- de la aplicación del Tratado internacional

XII.- CONCLUSIONES...................................................................................................

XII.1.- Procedencia de una acción popular.........................................................

XIII.- BIBLIOGRAFÍA.....................................................................................................

XIV.- ANEXOS................................................................................................

XIV.- Mensaje del ejecutivo, con el que inicia un proyecto de Reforma

Constitucional que modifica el artículo 10 Nº 10, de la Constitución Política del

Estado, Diario de sesiones del Senado........................................................................

I.- PROLOGO.

El presente trabajo, no pretende en forma alguna abarcar todos los temas que
puede ser presentados bajo el titulo propuesto “la explotación del cobre“, puesto que

3
ellos seria demasiado pretencioso para un alumno de pre-grado. Tanto la magnitud
del tema como la historia de Chile y los estudios ya existente al respecto, son tan
extensos que sólo ilusoriamente pretendo presentar una parte de ello.
Sólo un equipo interdisciplinario, constituido por los estudiosos del tema
podrían pretender abarcar todos los ámbitos que él exige, pero sin duda el presente
trabajo abarca los ámbitos suficientes y de actual interés, siendo mi pretensión
mostrar e ilustrar el tema, entregando a quién lea el presente trabajo todas las
herramientas necesarias a fin de que se interiorice en el tema y pueda cultivar una
opinión propia al respecto, con argumentos basados en los hechos concretos y no en
interpretaciones que puedan venir de algún intelectual, que basados en una
observación subjetiva, presentando una hipótesis político partidista del tema, lo cual
sólo mostraría una arista y provocaría la perdida de la visión de conjunto.
Lo anterior, es sin olvidar que no puedo desvincularme, como ser político e
histórico, de mi propia subjetividad, pero cuando narro los hechos y entrego los
datos, ellos son los entregados por los propios intervinientes ( estadísticas de
Cochilco confeccionadas con los datos entregados por las propias empresas
mineras), dichos datos pueden ser interpretados de forma clara por cualquier lector, y
mi opinión es sólo una guía para el entendimiento sistematizo del presente trabajo.
Sin duda, es la empírica del tema, la que entrega una mayor información, y
puede ser de fácil entendimiento para cualquiera que observe dicho fenómeno, sólo
es necesario ver los acontecimientos como para poder entender el tema y crearse
así, una opinión a su respecto. Lo más difícil del tema, no es su interpretación, sino el
que las personas conozcan de él, que aflore a la opinión pública, puesto que existe
toda una nebulosa en su entorno, los libros que se publican sólo son traspasados de
mano en mano, sin una mayor difusión, sin duda existe toda una estructura
encargada de manejar el tema y sesgar las opiniones al respecto. También se ha
perdido la memoria colectiva del fenómeno de la nacionalización del cobre, las
nuevas generaciones, nacidas en dictadura, no conocen de ello, y sólo los más
afortunados pueden tener acceso a los relatos históricos del tema, los demás
debemos conformarnos con que nos toque la suerte de que una de esos libros llegue
a nuestras manos o escuchar del tema en algún foro o cátedra que se efectúan por
aquellos que participaron en dichos fenómenos, pero ello siempre en una esfera
intelectual, lo cual imposibilita que el ciudadano común acceda a esta información, la
cual sin duda vital para que el alcance sus fines trascendentales, puesto que en el
caso de Chile, el cobre, significa una visión de país, que trasciende a todos, ello por
que es nuestra riqueza básica que podría solucionar todos los problemas económico

4
que afectan a nuestra sociedad, aunque, sin que necesariamente sea la panacea.

II.- INTRODUCCIÓN.

Es el primer hecho de este trabajo, y el que motiva mi interés, que por los
actos negligentes e imprudentes de las empresas mineras privadas que comprenden
la Gran Minería del Cobre, es que se creó una sobre oferta de cobre a tal nivel que
produjo la caída estrepitosa de su precio causando un enorme perjuicio a todo el
país. Los daños ya causados y los que amenazan en el futuro han perjudicado a toda
la sociedad chilena en todos los niveles y amenazan sus ingresos futuros. Ninguna
duda cabe que afectan y amenazan entonces a personas indeterminadas. Se trata,
en suma, de defender los intereses de todos nosotros, los chilenos, trabajadores,
profesionales, empresarios, estudiantes, hombres y mujeres, niños y ancianos, en
mayor o menor grado, el nacionalizar dichas empresas se vuelve más que una
acción necesaria, una acción imprescindible.
A través, del presente trabajo, demostraremos que por una incalificable
imprudencia reveladora de una negligencia inaceptable, a todos los chilenos se nos
ha privado de las ventajas que nos dio la naturaleza (Ventaja absoluta), de disponer
de las mayores reservas de cobre del planeta de una calidad y bajo costo
insuperable; de ser el único país del mundo capaz de fijar el precio del cobre a
escala mundial sin discusión, aparecemos nosotros mismos perjudicándonos
o permitiendo que se nos perjudique mediante la sobre explotación de nuestra
riqueza básica, creando artificialmente una sobre oferta que gradualmente en
los últimos años produce el derrumbe de su precio a un nivel que significa lisa
y llanamente no solo un empobrecimiento enorme para el país por la pérdida
de millones de toneladas del metal que no podrán jamás reponerse, sino por
los miles de millones de dólares que han dejado de ingresar al erario público
con motivo del deterioro del precio, lo que a su vez ha significado enormes
ganancias para aquellas empresas mediante el arbitrio de llevarse el mineral
prácticamente gratis, sin pagar impuestos y, a la vez, creando artificialmente
enormes stocks de cobre fuera del país que les permiten especular para el
futuro manejando su precio en perjuicio continuo para nosotros por varios
años más.
Debemos tener en claro, eso sí, que la gravísima omisión de los encargados
de velar por el cuidado y control de esta riqueza, el Estado de Chile, no exime de
responsabilidad a las empresas de la Gran Minería del Cobre, las que, con su

5
imprudencia, excediéndose en el ejercicio normal de un derecho, produjeron un daño
manifiesto a todo el país. Es obvio y totalmente ajustado a derecho, que la
responsabilidad directa de quienes causaron el perjuicio se traduzca en el
resarcimiento de estos, en especial, como es el caso, si con dicha conducta tuvieron
la doble ventaja de eludir pagos de impuestos y se llevaron prácticamente libre de
contribuciones cantidades enormes de mineral fuera del país en espera de mejores
precios, las que aparte de producirnos un perjuicio futuro por constituir una sobre
oferta permanente de cobre, significa una pérdida inmensa por una riqueza no
renovable para el país.

III.- REFERENCIA HISTÓRICA DE LA EXPLOTACIÓN DEL COBRE.

No puedo eludir en este capitulo el sólo referirme al Mensaje del Ejecutivo, con
el que inicia un Proyecto de Reforma Constitucional que modifica el Artículo 10, N°
10, de la Constitución Política del Estado de 1925. En efecto en dicho mensaje, a mi
parecer se hace un resumen muy rico de la importancia de nuestras riquezas
cubricas, y como ellas han sido desperdiciadas o han quedado en manos de
terceros, privados nacionales los menos; y cual es entonces la importancia de
nacionalizar el cobre.
Dicho Proyecto de Reforma Constitucional, que fue aprobado por la
unanimidad del Congreso Nacional, dicho Mensaje, comienza el relato de la historia
de la explotación del cobre con una afirmación que es verdadera hasta nuestros días:
“La falta de información del país respecto del verdadero significado
económico-social que ha tenido para nuestra Patria la explotación de nuestra
riquezas básicas por empresas extranjeras alcanza niveles increíbles..”1
La anterior afirmación se explica, por que la inversión norteamericana en el
cobre significó, un aporte originario de sólo 3,5 millones de dólares. Todo el resto
salió de la misma operación. Explica que idéntica situación se produjo en el hierro y
en el salitre. Prosigue:
“ Las cuatro grandes empresas norteamericanas, que han explotado en Chile
estas riquezas han obtenido de ellas, en los últimos 60 años, ingresos por la suma
de 10.800 millones de dólares. Si consideramos que el patrimonio nacional, logrado
durante 400 años de esfuerzo, asciende a unos 10.500 millones de dólares,
podemos concluir que en poco más de medio siglo estos monopolios
1 MENSAJE DEL EJECUTIVO, CON EL QUE INICIA UN PROYECTO DE REFORMA CONSITUCIONAL
QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 10 Nº 10, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO, Anexo,
documento, Diario de sesiones del senado, sesión 21ª año 1971,paginas 782 a la 798.

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norteamericanos sacaron de Chile el valor equivalente a todo lo creado por sus
ciudadanos en industrias, caminos, puertos, viviendas, .escuelas, hospitales,
comercios, etc., a lo largo de toda su historia. Aquí está la raíz de nuestro
subdesarrollo. Por eso tenemos un débil crecimiento industrial. Por esto tenemos una
agricultura primitiva. Por esto tenemos cesantes y bajos salarios. A esto debemos
nuestros miles de niños muertos. en forma prematura. Por esto tenemos miseria y
atraso.
Al presentar al Congreso Nacional esta reforma constitucional, estamos
afirmando que no estamos dispuestos a tolerar más esta situación y que de ahora en
adelante, en nuestra propia Carta Fundamental, quedará establecida nuestra
decisión de que la riqueza chilena sea de los chilenos y para los chilenos, que
basados en ella construirán una nueva vida y una nueva sociedad. Sabemos que
todos los pueblos libres del mundo nos acompañarán en esta tarea. Al recorrer la
historia de Chile nos encontramos con que el cobre no, es una riqueza de hoy; lo ha
sido siempre.”2
Sin duda, dichas afirmaciones son claramente aplicable en la actualidad, en
donde prosiguen sucediendo los mismo hechos, con el agravante que cada vez nos
acercamos más al momento en que nuestra riqueza principal se agote. Loa perjuicios
en los próximos 15 a 25 años podrían ascender entre 90 y 100 mil millones de
dólares, una cifra innombrable en pesos, que deberían ser utilizadas en el progresos
de nuestra comunidad toda y no en sólo enriquecer aún más a los grupos
económicos que a través de la “globalización”, manejan el destino de todos los
habitantes del planeta.
El referido Mensaje continua:
“En 1749, Chile exportaba a las maestranzas y artillería del Perú, un producto
denominado "barras de cobre Campanil", producto específico, patentado y conocido.
En 1789, don Ambrosio O'Higgins virrey del Perú, llegó a la provincia .de Coquimbo a
comprar 100 toneladas de cobre "Campanil". La máxima autoridad del imperio
espáño1 en nuestras tierras, personalmente vino a hacer la compra a los
productores chilenos, con fondos reales, para el consumo de la Corona.
Hacia 1876 Chile desde sus minas, usinas y fundiciones, abastecía el 62%
.del consumo mundial de cobre. Con esta actividad, con el primer ferrocarril de
Sudamérica, con la mayor flota mercante, el país se perfilaba como una potencia
económica, como un país de progreso y de civilización.
Lamentablemente, la filosofía económica de la época impuso la idea de .que
2 Mensaje, op. Cit.pag. 784

7
sólo los particulares podían explotar las riquezas naturales y de la Importancia que
revestía en estos trabajos la participación extranjera. Así se regaló primero la
fabulosa riqueza del salitre -única en el mundo- mientras el país sólo recibía migajas
de impuestos y derrochaba en consumos suntuarios las divisas que obtenía, en tanto
que proporcionaba mano de obra abundante y barata a las empresas extranjeras, sin
que los chilenos fueran por sí mismos capaces de enfrentar el desafío histórico del
desierto. La incapacidad do los empresarios nacionales y de sus gobiernos abrió de
par en par las puertas del país al capital imperialista. Desgraciadamente, esta
mentalidad ha predominado hasta nuestros días y hemos pagado las consecuencias
con la falta de desarrollo y nuestra dependencia económica.
Chile fue y es conocido en cl mundo por su cobre. Chile fue y será el gran
abastecedor del metal rojo.”3
Sin duda esto parece prometedor para un país de tan pocos habitantes y que
sin duda puede manejar el precio de un recurso a su antojo, por poseer un monopolio
natural, el Mensaje es mucho más claro:
“A lo largo de toda nuestra historia ya hemos exportado 22 millones de
toneladas de cobre, cifra difícil de evaluar a primera vista. Basta señalar que todo el
continente asiático mantiene reservas equivalentes a 1,5 millones de toneladas; en
todo Europa Occidental las reservas son de 3,2 millones de toneladas; la Unión
Soviética tiene 16 millones; el Congo 20 millones y Australia reservas ubicadas
mucho más reducidas. Es decir, Chile ya ha exportado tanto cobre como el que
acumulan en sus entrañas varios continentes juntos.
Nuestro país todavía encierra recursos cubicados seguros por un total de 31
millones de toneladas. Es la reserva más grande del mundo y corresponde a un 21
% de la reserva mundial total. El total probable de reservas chilenas es de 92
millones de toneladas, con una ley media de 1,8 %', lo que representa una riqueza
incalculable. Los Estados Unidos tienen también una gran reserva, pero de leyes
medias mucho más bajas, entre 1/2 y 1%, que lo conducen a costos operativos cada
vez mayores. Esto explica cl afán de ese país por explotar yacimientos ubicados en
otros, territorios.”4
Pero nuestros recursos siempre han estado bajo los interés de terceros países
de donde provienen las empresas privadas que lo explotan.
“La explotación norteamericana del cobre es un verdadero enclave colonial en
la economía chilena. El país ha estado impedido de tomar decisiones soberanas

3 Mensaje, op. Cit.pag. 785


4 Mensaje, op. Cit.pag. 785

8
sobre todos los aspectos fundamentales de esta industria, que es el corazón de su
vida económica. Se le ha impuesto un sistema excepcional de retorno de las divisas
que produce la venta del metal. Se le han determinado formas de amortización que
implicaban un procedimiento usurario. Se le ha perjudicado con alzas constantes y
periódicas del tipo de cambio, 10 que explica en buena parte la inflación crónica de
que padecemos. Se le han señalado los mercados en que debía vender y los precios
a que debía hacerlo.
Las empresas que han explotado el cobre en Chile forman parte de grupos
financieros propietarios también de empresas elaboradoras. De allí que les interese
llevarse el cobre de Chile al precio más bajo posible. Fijaron el precio en 8 centavos
de dólar por libra en 1931 y 5,5 centavos en 1932. Durante la segunda guerra fijaron
cl precio en 11,5 centavos, a pesar de que en el mercado mundial el precio era
mucho más alto, lo que nos significó una pérdida de 500 millones de dólares. Para la
guerra de Corea, la Oficina de Movilización Económica del Gobierno de los Estados
Unidos, junto a la Anaconda y la Kennecott, fijaron unilateralmente el precio dcl cobre
en 24,5. centavos. En el terreno moral, Chile apareció .financiando parte de esa
guerra. Para la guerra del Viet-nam, nuevamente nos obligaron a vender 90.000
toneladas a la reserva estratégica de los Estados Unidos a un precio de 36 centavos,
en 1966. En el mercado de Londres, el cobre se cotizaba ese año a 60 centavos.”5
Ello tampoco ha cambiado, puesto que en los noventas y en los primeros años
del presente siglo el precio del cobre ha bajado aún más, sobre todo en las vísperas
de los conflictos en el Golfo Pérsico.
También se reconocen algunos avances que se tomaron, pero al continuar
perseverando en ello, estos fueron insuficientes.
“Sólo una vez, aunque con vacilaciones, el Estado chileno tomó en sus manos
el comercio del cobre y obtuvo beneficios evidentes. Aumentó el rendimiento para el
país por tonelada vendida; abrió el mercado europeo y desde entonces Estados
Unidos dejó de ser el principal consumidor de nuestro cobre. Lamentablemente,
estos esfuerzos no continuaron.
A Chile le convienen precios altos para sus materias primas. A los monopolios
le convienen precios bajos para abaratar los costos de sus fábricas elaboradoras. A
Chile le conviene una mayor elaboración en el país, para integrar la economía
nacional, lograr mayor ocupación, más procesos industriales, más salarios, más
tributación, más compras en el País. A los monopolios les interesa no industrializar
en Chile para que el gran valor que agrega al precio del metal su elaboración, que
5 Mensaje, op. Cit.pag. 785

9
significa inmensa actividad industrial y comercial y altos salarios, quede en la
metrópoli. A nosotros nos interesa cuidar nuestra reserva y sacar el máximo
provecho de ella, a medida que la necesitemos. A ellos les interesa llevarse fuera la
mayor cantidad de cobre, al precio más bajo y en el menor tiempo posible. A
nosotros nos interesa comerciar con todos los países del mundo y hacer que nuestro
cobre contribuya a una vida mejor para todos los hombres.. A ellos les interesa
mantenernos restringidos a los mercados cautivos de sus propias conveniencias
comerciales.”6
Dichos esfuerzos se pueden enumerar, pero ello no es el objeto del presente
Studio y es del todo inoficioso, puesto que ellos nada aportan.
“Desde 1940 hasta 1954 se dictaron 25 cuerpos legales modificando el trato a
la gran minería, como expresión del anhelo nacional de obtener mejores condiciones
para Chile. En 1955 se dictó la ley 11.828 que fijó condiciones que parecieron
definitivas, pero que condujeron a otro fracaso nacional, pues se basaban en la idea
de otorgar nuevas facilidades a las empresas norteamericanas, esperando que éstas
invirtieran e industrializaran más en Chile, lo que por supuesto no se produjo. En el
mismo esquema se basó la legislación llamada de sociedades mixtas, dictada hace
cuatro años. Los hechos han demostrado una vez más que no es posible marchar de
la mano con los intereses extranjeros y tener un destino común con ellos. A su
tiempo, advertimos que esta política fracasaría y que haríamos todo lo que fuere
necesario para llegar a la nacionalización del cobre. El futuro de Chile está en tomar
en sus propias manos la decisión de su camino. La política de asociarse con las
empresas norteamericanas era una política imposible. Habría fracasado con precios
bajos del cobre. La presión nacional por salirse del precio de productores y vender al
precio del mercado mundial, finalmente aceptada por el Gobierno de la época,
permitió que algunos beneficios económicos obtuviera el país, independientemente
de la política de asociación. Aun con el precio alto esta política también fracasó
desde el punto de vista de Chile y el gobierno tuvo que entrar a renegociar una
mayor participación en el precio. Se insistió, no obstante, en asociarse, a un costo
exagerado increíblemente alto, con las dos empresas que habían quedado al
margen de los convenios anteriores, obteniendo una opción de compra sobre el total
de ellas, a través de un mecanismo que permitía todo tipo de manejos para
encarecer esa compra, como efectivamente ha ocurrido.
En años pasados para poder avanzar una reforma agraria que diera al
campesino chileno no sólo tierra para trabajar, sino un lugar digno y justo en la
6 Mensaje, op. Cit.pag. 786

10
colectividad, fue necesario una reforma constitucional que por cierto, contó con los
votos favorables de los grupos políticos que posteriormente integraron la Unidad
Popular y que en ese tiempo formaban la oposición. Similares razonamientos a los
que ahora desarrollamos nos llevaron en esa ocasión a sostener una reforma que
representaba una transformación profunda en el concepto hasta ese momento
vigente, y que por muchos era considerado intangible. sobre el derecho de propiedad
Privada.
Ahora Chile se ve en imperiosa necesidad de. abordar la recuperación de sus
riquezas básicas y de colocar en el are a dc la propiedad social algunas empresas
de acción preeminente en el campo de la vida económica. debemos decir que la
infraestructura de todo el sistema económico-social que debe regir en Chile, de
acuerdo a la voluntad mayoritaria expresada por sus ciudadanos, está basada en la
creación de esta área de propiedad social que será por su peso la orientadora de la
marcha general de la economía, el motor de su desarrollo y la generadora de
excedentes monetarios que nos darán los recursos para iniciar, en un plazo
sorprendentemente breve, nuestro despegue económico y avanzar con rapidez por
la vía que conduce al desarrollo.
No podrá escapar a la percepción de los señores parlamentarios la
circunstancia de que sólo por muy justificados motivos debe haber optado el
gobierno por recurrir a la vía de la reforma constitucional para lograr la
nacionalización del cobre. Efectivamente, poderosas razones de orden político y
jurídico convencieron a la Unidad Popular de que esa era la vía necesaria y
conveniente.
En primer lugar, la importancia que para la existencia libre, independiente y
soberana del país tiene esta nacionalización, exige que ella sea solemnizada con la
Adopción de una decisión al más alto nivel jurídico concebible, aquel nivel en que es
el propio soberano, el pueblo, actuando como Poder Constituyente, quien expresa su
voluntad. Así, queremos enfatizar, poner de relieve en los planos nacional e
internacional, que tenemos clara conciencia de lo que la, nacionalización significa, y
si el nacimiento de la independencia política está marcado por una Carta
Fundamental, creemos indispensable que el nacimiento de Chile a la independencia
económica sea también registrado en la Constitución.
Otras importantes razones jurídicas justifican también la decisión a este
respecto, Durante el gobierno del señor Eduardo Frei, celebraron, en el ejercicio de
facultades conferidas por la ley 16.624, numerosos convenios con las compañías
que explotaban los yacimientos de la Gran Minería del Cobre. Aunque de dichos

11
convenios se esperaba que pudieran representar algún beneficio de orden
cuantit3tivo, mantuvieron, en cambio, la plena vigencia de todas las restricciones que
el país, sufría para adoptar decisiones acerca de la producción, la comercialización y
los precios del metal y constituyeron una nueva forma de dependencia con relación
al capita1 y a la tecnología extranjera y una clara barrera ha futuros intentos de
nacionalización de esa actividad, en cuanto dichos, convenios pudieren ser
estimados por algunos como especie de contratos leyes. En efecto, aunque la virtual
unanimidad de la doctrina y de los catedráticos de derecho público están de acuerdo
en rechazar la existencia de contratos que pudieren importar una limitación de las
facultades, soberanas del Estado para modificar situaciones jurídicas, en el hecho la
Excelentísima Suprema. en uso de facultad privativas. ha sentado reiteradamente la
conclusión de que en Chile, cuando el legislador establece las bases o aprueba una
forma de contratación determinada entre el Estado y los particulares, enajena sus
poderes y no puede modificar unilateralmente los términos de la contratación. Ahora
bien, en la medida en que los convenios celebrados entre la Corporación del Cobre y
las empresas que explotaban la Gran Minería del Cobre, lo fueron en virtud de
normas especiales establecidas por la ley N9 16.624, sería posible que dichos
convenios y otros que les son accesorios, -estos últimos acerca de asesoría y
administración- se estimaran intangibles. Por ello, a fin de evitar toda dificultad
derivada de cuestiones de interpretación o de formalismos jurídicos, se ha elegido la
reforma constitucional como medio. para nacionalizar el cobre.”7
De esos momentos históricos a comienzos de los años ‘70, de una
nacionalización que termina con el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973,
que tiene como mayor instigador, a los mismos intereses que mantuvieron y
mantiene a Chile como un país tercermundista, y que se aprovechan de las riquezas
que sólo a nosotros en propiedad y derecho nos corresponden como el Señorío
Jurídico que es. Pasamos a un momento totalmente distinto, aún cuando el gobierno
militar mantuvo la propiedad de Codelco, varias propiedades mineras del Estado han
pasado a manos de particulares inescrupulosos, la mayoría de ellos extranjeros
(90%), que han seguido produciendo un daño irrecuperable para el país. Debo
señalar que muchos de esos traspasos de propiedades, son completamente ilegales,
y que no se han cumplidos con los requisitos legales para ellos, y mucho de esos
traspasos se han producido en los años ‘90.

IV.- LA NACIONALIZACIÓN DEL COBRE.


7 Mensaje, op. Cit.pag. 786 y siguientes.

12
Es importante tener presente los aspectos más relevantes que fundamentaron
la nacionalización del cobre para Chile, para comprender con mayor profundidad el
problema que enfrentamos.
La nacionalización del cobre constituyó un acto trascendental tanto desde el
punto de vista económico, como político y jurídico.
El catedrático Hernán Montealegre Klenner, en un Informe en Derecho
realizado el año 1994, sobre la Inconstitucionalidad del Proyecto de Ley
modificatorio de Codelco, en la parte que reproducimos manifiesta : “La
nacionalización es un acto jurídico mediante el cual un Estado adquiere la propiedad
de una actividad económica que previamente era desarrollada por particulares, para
asumir el propio Estado, en forma exclusiva, el desarrollo de esa actividad
económica en el futuro.”
Luego agrega, “La nacionalización debe ser vista como un acto de soberanía
de un Estado, distinto y de mayor trascendencia que una mera expropiación. Su
efecto esencial, en todo caso, es que el Estado asume el desarrollo de una
determinada actividad económica de la cual quedan excluidos los particulares. Ello
se hace por razones imperativas de interés del país como un todo, de modo que la
actividad económica nacionalizada pasa a reportar utilidades para la nación en su
conjunto y no sólo para determinados individuos particulares que se beneficiaban
con ella antes de la nacionalización. Se trata de actividades económicas que tienen
un gran impacto en la economía de un país, hasta el punto de ser determinantes
para que ese país alcance su desarrollo económico. Estas razones imperativas de
interés nacional objetivo, justifican que el Estado tome control de dicha actividad
económica para ponerla al servicio de toda la comunidad. Es la responsabilidad que
asume el Estado al nacionalizar una actividad económica , responsabilidad que tiene
un aspecto no sólo nacional, sino también internacional, dado el carácter jurídico del
acto de nacionalización que es a la vez un hecho jurídico interno y un hecho jurídico
internacional.
El aspecto jurídico internacional de una nacionalización ha sido precisado en
la Resolución 1803 (XVII) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, relativa a
la nacionalización de las empresas que explotan los recursos naturales de un país,
caso que es precisamente el de la nacionalización de la Gran Minería del Cobre en
Chile.
Desde 1952 las Naciones Unidas venían preocupándose del tema, que
culminó el 14 de diciembre de 1962 con la Resolución aludida denominada
“Resolución sobre Soberanía Permanente de los Recursos Naturales” que reconoce

13
el derecho inalienable de todo Estado a disponer libremente de sus riquezas
naturales en conformidad a sus intereses nacionales y en el respeto a la
independencia económica de los Estados. La misma Resolución declara que la
“nacionalización, la expropiación o la requisición deberán fundarse en razones o
motivos de utilidad pública, de seguridad y de interés nacional, los cuales se
reconocen como superiores al mero interés particular o privado, tanto nacional como
extranjero.
En el mes de diciembre de 1974, la Asamblea General de las Naciones
Unidas adoptó la “Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados” en
cuyo artículo 2° se establece que “Todo Estado tiene y ejerce libremente soberanía
plena y permanente, incluso posesión, uso y disposición sobre toda su riqueza,
recursos naturales y actividades económicas.
Por último, es esencial tener en cuenta que esta materia ha sido también
considerada por los Pactos de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, dentro
del contexto de la libre determinación de los pueblos. Es así como el artículo 1° tanto
del Pacto de Derechos Civiles y Políticos como del Pacto de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, establece:
“Todos los pueblos tienen derecho de libre determinación. En virtud de este
derecho establecen libremente su condición política y proveen a su desarrollo
económico, social y cultural.”
“Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de
sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que deriven de la
cooperación económica internacional basada en el principio de beneficio recíproco,
así como del derecho internacional. En ningún caso podría privarse a un pueblo de
sus propio medios de subsistencia.”8
Hemos repetido textualmente las palabras usadas por el Abogado Hernán
Montealegre, que resumen el derecho de los pueblos a sus riquezas fundamentales.
Por eso el autor del informe en derecho citado, en su parte pertinente, termina
diciendo que “Al nacionalizar la Gran Minería del Cobre, Chile ejerció un acto
jurídico del más alto rango no sólo de Derecho Constitucional, sino también de
Derecho Internacional”9.(las negrillas son mias)
Por el hecho de no haber mantenido Chile una política más activa en cuanto a
la posesión de las concesiones mineras de cobre, su producción o por el hecho de
que después del régimen de facto, dicha situación no se revirtió.
8 HERNAN MONTEALEGRE KLENNER, Informe en derecho, “INconstitucionalidad del Proyecto de Ley
Modificatorio de Codelco, agosto de 1974, paginas 8 a 11.
9 MONTEALEGRE, op. Cit. pagina 11

14
En la sesión del Congreso Pleno, en domingo 11 de julio de 1971, desde las
17:15 a 20:27 horas, se llevó a votación el proyecto de ley de reforma Contitucional,
sobre la Nacionalización del cobre, dicha ley, fue votada bajo el sistema de sentado y
de píe, teniendo la totalidad de ellos 158 afirmativos, en unos arduos discursos de
fundamentación del voto, se tocaron los más variados ámbitos, los cuales ya muchos
se han mencionado en el presente trabajo, por lo cual, a mi parecer es innecesario
repetirlos. Sólo basta por señalar que la ley de Nacionalización del cobre, cubre
todas las necesidades del Estado de Chile, como para que este pueda cumplir con
sus objetivos, que es el manejar el monopolio de la producción del cobre, pero ello
no fue así.

V.- LA CONTINUIDAD DEL RÉGIMEN JURÍDICO, LUEGO DEL GOLPE DE ESTADO


DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973.

Sin duda, a la luz de la Constitución Política de la República de 1980, la


concesión minera es una convención bilateral, por medio del cual el Estado, que
posee el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las
minas, entrega en concesión a un particular, un yacimiento minero, con el fin de
desarrollar la actividad necesaria para satisfacer el interés público de justifica su
otorgamiento. Es lo que podríamos llamar, aún cuando no se encuentran reconocidos
en nuestra legislación, como un contrato ley.
Dentro del interés público que justifica su otorgamiento, debemos comprende
que esto acarrea, que con la explotación de dichos yacimientos mineros, como
contraprestación a las utilidades obtenidas por el concesionario, debe haber sin duda
alguna beneficios, para los habitantes de la República, que no deben ser
precisamente en forma directa, sino al menos, por medios del Estado quién debe
recibir el pago de un derecho por dicha concesión.
Sin duda alguna se puede apreciar que entre los beneficios obtenidos por las
ya mencionadas trasnacionales y lo que recibe el Estado por el otorgamiento de esta
concesión es muy inferior al 50% del justo precio, que debe recibir. Es más la
explotación de las concesiones mineras por estas trasnacionales, como hemos
señalado, solo reportan millonarias perdidas para el Estado de Chile y para todos sus
habitantes.
En la sesión 180 del 8 de enero de 1976, el Sr. Enrique Ortuzar Escobar, Presidente de la
Comisión Constituyente, da lectura a la proposición formulada por la Subcomisión de Derecho de
Propiedad, relacionada con la propiedad minera, la que en su inciso primero declaraba la propiedad

15
del Estado sobre todas las minas, y en relación a las causas de caducidad de la concesión que se le
otorgaba a las particulares, en el inciso cuarto establecía lo siguiente:
"La propiedad minera obliga al dueño a desarrollar la actividad necesaria para cumplir la
función social del dominio y el adecuado aprovechamiento de los recursos naturales. El
incumplimiento de aquellas obligaciones que la ley sancione con la caducidad, establecidas al
momento de constituirse el título, extinguirá el derecho ipso jure o en virtud de resolución judicial".10
Con ello se establecía que el concesionario minero estaba en la obligación de desarrollar una
actividad que permitiera el adecuado aprovechamiento de los recursos naturales que pertenecen a la
Nación y que administra el Estado. Sobre este aspecto algunos miembros de la Comisión llegaron a
plantear que el concesionario debía satisfacer en forma amplia el interés nacional. En función de este
mismo interés nacional, se aprobó un inciso tercero que establecía: "La ley podrá reservar al Estado el
derecho exclusivo de explorar y explotar las sustancias que señale, cuando el interés nacional lo exija
en razón se su importancia preeminente para el desarrollo económico del país".11 La no observancia
del interés nacional o del interés público, se consideraba causal suficiente de caducidad de la
concesión, independientemente del régimen de amparo por la patente.
Los constituyentes reservaron a los Tribunales de Justicia la competencia para declarar la
caducidad de las concesiones por incumplimiento de las causales de extinción de la propiedad, que
fueron establecidas ya sea en la misma Constitución, como la de satisfacer el interés público, o las
que estableciera la ley sobre otras causales de amparo o extinción de las concesiones mineras.
Posteriormente, la Junta de Gobierno, al aprobar el texto final de la Constitución sobre la
propiedad minera, tomó en mayor consideración la opinión de aquellos miembros de la Comisión
Constituyente, que le daban un mayor rol al Estado en la propiedad minera, e introdujo algunos
cambios al texto aprobado por la Comisión Constituyente y el Consejo de Estado. Por ejemplo, en el
inciso primero cambió el concepto de "El Estado tiene el dominio eminente de todas las minas", por
"El Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable, e imprescriptible de todas las
minas", y en el inciso referente a la caducidad de las concesiones mineras, sustituyó el concepto de
"propiedad minera" por "concesión minera", y los términos "función social del dominio", por "el
interés público".
Queda muy claro entonces que la Constitución establece la propiedad patrimonial del Estado
sobre los yacimientos mineros, y la concesión precaria de los particulares, que quedaban obligados a
explotar esas concesiones observando el interés público, so pena de perder dicha concesión por
caducidad.
A este respecto los incisos 7 y 8 del Nº 24 del art. 19 de la Constitución Política del Estado
establece que: "Corresponde a la ley determinar que sustancias de aquellas a que se refiere el inciso
precedente, exceptuando los hidrocarburos líquidos o gaseosos, pueden ser objeto de concesiones de
exploración o de explotación. Dichas concesiones se constituirán siempre por resolución judicial y
tendrán la duración, conferirán los derechos e impondrán las obligaciones que la ley exprese, la que
tendrá el carácter de orgánica constitucional. La concesión minera obliga al dueño a desarrollar la
actividad necesaria para satisfacer el interés público que justifica su otorgamiento. Su régimen
de amparo será establecido por dicha ley, tenderá directa o indirectamente a obtener el cumplimiento
de esa obligación y contemplará causales de caducidad para el caso de incumplimiento o de simple

10 Actas oficiales de la Comisión Contituyente, seción 180, 8 de enero de 1976, pagina 4.


11 Actas oficiales de la Comisión Contituyente, op cit. pagina 17.

16
extinción del dominio sobre la concesión. En todo caso dichas causales y sus efectos deben estar
establecidos al momento de otorgarse la concesión.
Será de competencia exclusiva de los tribunales ordinarios de justicia declarar la extinción de
tales concesiones. Las controversias que se produzcan respecto de la caducidad o extinción del
dominio sobre la concesión serán resueltas por ellos, y en caso de caducidad, el afectado podrá
requerir de la justicia la declaración de subsistencia de su derecho"12.
El hecho que la ley 18.097 Orgánica Constitucional, en su artículo 18, no haya contemplado el
mandato constitucional de la caducidad de la concesión por el no cumplimiento del interés público que
justificó su otorgamiento, no quiere decir que los Tribunales de Justicia no tengan competencia para
declarar la extinción de una concesión, si el concesionario no desarrolla su actividad necesaria para
satisfacer el interés público, puesto que ese es un mandato que les entrega la Constitución,
independiente de lo que determine la ley.
Las empresas mineras privadas de la Gran Minería del Cobre al provocar una sobreoferta de
cobre en el mercado mundial, destruyen los ingresos que el Estado retiraba de la actividad minera y
que además, con un comportamiento doloso han defraudado al Fisco evadiendo sus obligaciones
tributarias, están muy lejos de haber desarrollado esta actividad cumpliendo el mandato
constitucional que las obliga a satisfacer el interés público que justifica que se les haya
otorgado una concesión minera.
Para comprender, esto se debe considerar, la forma en que actúan dichas
empresas, las cuales están organizadas en conglomerados de empresas integradas,
abarcando no solo la producción minera, refinación, fundición, transporte, finanzas,
seguros, comercialización, producción de compuestos químicos para usos múltiples,
pinturas, alimentos, drogas, etc. Se producen alianzas que involucran en definitiva al
conglomerado en la globalidad del mercado.
Hay parámetros que permiten establecer tales propósitos y sus consecuencias
nefastas para la economía y la subsistencia de quienes se ven envueltos en ellos.
Chile es el único país del mundo como decíamos, que posee él sólo casi un
40% de las reservas mundiales de cobre. Tener esas reservas de un mineral tan
preciado y con tanto futuro para la conducción de la energía del futuro (la
electricidad), por esto, debiera ser fuente de obligaciones para todos los chilenos
cuidarla, con mayor razón si tal riqueza no es renovable y tiene un límite
seguramente no mayor que los próximos treinta años.
Grandes consorcios internacionales, relacionados muchos de ellos entre sí, y
que, además, en los países en que operan se integran con ejecutivos nacionales a
fin de que se les facilite la explotación, con enormes capitales que mantienen en sus
casas matrices en los llamados “paraísos fiscales”, logran explotar sin límites
concesiones mineras que les han costado mínimos desembolsos
Por otra parte, se debe dar por establecido que en nuestro derecho no existe
12 Constitución Política de la República de Chile de 1980, del artículo 19 N°24 inciso 6°y sigueintes.

17
responsabilidad sin la ocurrencia de un daño sea este patrimonial o moral o de
ambos.
Nadie podría negar los daños causados al país en su totalidad, con motivo de
la caída del precio del cobre producida por su sobre explotación. Estamos
estableciendo con claridad la relación entre ambos hechos y la responsabilidad que
tienen las empresas transnacionales en ellos.
En el libro “El cobre NO, es de Chile”, del Senador don Jorge Lavanderos
Illanes, puede leerse: “a partir de 1990, que las transnacionales extranjeras, junto
con apoderarse de la mayor parte de nuestro cobre, han generado una sobreoferta
del metal rojo en los mercados mundiales, cuya consecuencia inevitable ha sido un
fuerte descenso de su precio y una considerable merma en los muy importantes
ingresos que Chile percibía de la minería del cobre”.
Tan cierto es lo que exponemos, que puede determinarse con claridad cuales
fueron las más responsables. Así, el mismo autor que comentamos en la misma
página advierte como “durante los primeros cinco años del gobierno de la
Concertación, la producción de cobre en el resto del mundo disminuyó en
62.000 toneladas, mientras que la producción de las empresas extranjeras
aumentó en 720.000 toneladas, al tiempo que la producción de Codelco
disminuía en 109.000 toneladas. Esto quiere decir que, entre 1990 y 1994, el
aumento mundial de la producción de cobre fue generado única y
exclusivamente por empresas extranjeras instaladas en Chile. Fue esta
sobreproducción la causante de la caída de 20% en el precio nominal del cobre
mundial entre 1989 y 1994.”13(las negrillas y el subrayado son míos).
Codelco rebajó su producción, pero tanta fue la producción de las empresas
extranjeras que llevaron a la caída del precio del cobre bajo su entera
responsabilidad, caída que fue acentuándose hasta hoy, con mayor relieve a medida
que fueron copando la explotación del metal, la que llega actualmente a superar el
65% de la producción nacional.
Tan grave es la pérdida sufrida para el país entero que los mismos hechos
originaron no solo la caída del precio a nivel mundial por las razones dadas, sino que
además, permitió a las empresas culpables llevarse el metal al exterior sin siquiera
tributar por las “pérdidas” que ese mismo precio les habían irrogado a las mismas
empresas culpables, sin fiscalizar los precios de transferencia que pagaban las casas
matrices de dichas empresas transnacionales y las remesas de capital y pago de
intereses altísimos a tales empresas matrices. Esto es actuar dolosamente en todas
13 JORGE LAVANDEROS ILLANES, “El cobre NO, es de Chile”, 1999, pagina 96.

18
las latitudes menos en Chile, donde se carece de una política de Estado para la
protección de nuestras riquezas básicas.
En base a las estadísticas de la Comisión Chilena del Cobre, Cochilco, de
exportación y precio promedio del cobre, podemos tener otra dimensión de las
perdidas provocadas por las empresas mineras extranjeras en los ingresos del
Estado chileno, si consideramos que en 1989, el Fisco percibía 0,65 dólares o $340
pesos por cada libra de cobre que el país exportaba o $750.000.- por exportación de
una tonelada de cobre, mientras que en 1999 el Estado pasa a percibir sólo 0,03
dólares o $16 pesos por cada libra de cobre exportada, o solamente $34.600 pesos
por tonelada de cobre exportada.
Para que cualquier persona pueda establecer un punto de proyección del
tremendo daño causado al país por la sobreproducción de estas empresas, veamos
solo un ejemplo: para que el fisco pueda pagar una pensión “asistencial” ahora Chile
debe exportar una tonelada de cobre fino. En 1989, con la exportación de esa misma
tonelada de cobre se podían pagar veinte pensiones asistenciales actuales y
cuarenta de la época si lo transformamos en valores reales.
En los últimos años alrededor de 20.000 pirquineros y trabajadores de la
pequeña y mediana minería se han visto forzados a abandonar las labores mineras
en parte importante por el colapso del precio del cobre, sectores que por más de un
siglo le dieron vida a la minería chilena, gracias a que el Estado fomentó esta
actividad con la creación de la Caja de Crédito y Fomento minero y su posterior
transformación en la Empresa Nacional de Minería (ENAMI). Las empresas privadas
de la Gran Minería del Cobre, con su imprudente sobreproducción de cobre
contribuyeron también a destruir una actividad legítima y de indiscutible necesidad
local y regional, que contribuyeron al desarrollo del comercio y las actividades
generales de zonas mineras
Al respecto no se puede dejar de mencionar el artículo l° de la Constitución
Política de Chile que establece que:
“Los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
La familia es el núcleo fundamental de la sociedad.
El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales
se organiza y estructura la sociedad y les garantiza la adecuada autonomía para
cumplir sus propios fines específicos”
El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es
promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones
sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad

19
nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a
los derechos y garantías que esta constitución establece.
Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la
población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración
armónica de todos los sectores de la Nación y asgurar el derecho de las personas
a participar en igualdad de oportunidades en la vida nacional”.(las negrillas son
mías)
Ya nadie sostiene que las personas jurídicas no son capaces de delito o
cuasidelito civil. Lo son, estando en la obligación de indemnizar los daños que
causen con dolo o culpa. En efecto, el artículo 545 del Código Civil, declara que las
personas jurídicas son capaces de ejercer derechos y de contraer obligaciones
civiles. Por otra parte, el artículo 39 del Código de Procedimiento Penal establece
que si bien las personas jurídicas no pueden responder ser responsables
penalmente, si lo son civilmente.
En la especie, por consiguiente, las empresas privadas extranjeras del cobre,
son responsables cuando se actúa a nombre de ella. En cuanto a su capacidad
delictual nos remitimos al artículo 2319 del Código Civil, que parte de que la norma
general es la existencia de una capacidad delictual y cuasidelictual, siendo la
excepción la incapacidad de delito o cuasidelito.
Todo daño proveniente de un hecho culpable o doloso debe ser reparado por
imperativo de la ley. El artículo 2329 del Código Civil solo exime de la reparación a
los casos excepcionales a que se refiere, en ninguno de los cuales se encuentran las
empresas privadas de la Gran Minería del Cobre.
El legislador, al hablar en el Título XXXV, del Libro IV del Código Civil, de los
daños inferidos a otro, artículos 2314 y siguientes, ha distinguido entre el daño
causado a las cosas, artículo 2315, y el inferido a las personas, artículo 2329, y, entre
estos últimos, ha comprendido tanto a la persona física, o los de orden material,
como los de orden inmaterial o psíquico.
Hacemos solo un paréntesis al respecto. No volveré a referirme a los daños
morales causados al país y a todos sus ciudadanos por los hechos descritos. Hemos
sido víctimas todos de una burla incluso por parte de las empresas transnacionales
del cobre, que han venido a llevarse nuestras riquezas básicas en la práctica
gratuitamente. Autoridades incautas o ingenuas, en el mejor de los casos, nos han
expuesto al ridículo. Piense Ud. como no va a ser ridículo, ser el único país del
mundo que con su sola producción de cobre tiene la cualidad y calidad de establecer
el precio de esa riqueza a nivel mundial y es capaz de cometer la barbaridad de

20
hacer o permitir que la oferta de cobre sea de tal naturaleza que el precio llega al
mínimo nivel en un siglo. Yo creo que debemos ser el hazmerreír de todos aquellos
que conocen la mecánica del mercado a nivel básico. La verdad es que ese daño
moral, esa vergüenza, debería pagárnosla los gobernantes chilenos a todos los
conciudadanos.

VI.- LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE CHILE, LOS


DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL CONCESIONARIO MINERO, Y EN
PARTICULAR DEL DERECHO DEL CONCESIONARIO DE LOS YACIMIENTOS DE
LA GRAN MINERÍA DEL COBRE.

La misma Constitución en el artículo 19° numeral 24, señala en el inciso


séptimo que el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e
imprescriptible de todas las minas, no obstante la propiedad de las personas
naturales o jurídicas sobre los terrenos en cuyas entrañas estuvieren situadas,
encomendando a la ley señalar las sustancias que pueden ser objeto de concesiones
de exploración como de explotación, y determinando que tales concesiones se
constituirán siempre por resolución judicial, las que tendrán la duración y conferirán
los derechos e impondrán las obligaciones que la ley exprese.
Además, se encarga de señalar que la concesión minera obliga al dueño a
desarrollar la actividad necesaria para satisfacer EL INTERÉS PUBLICO QUE
JUSTIFICA SU OTORGAMIENTO, lo que nos da la razón en cuanto a que sobre la
actividad que desarrollan las empresas concesionarias de pertenencias mineras,
prima un criterio de evidente interés público por sobre cualquier otra consideración.
No existe cabida, por ende, en nuestro ordenamiento jurídico, la permanencia
de concesiones mineras que perjudiquen los ingresos, tanto del Estado, como de
todos los chilenos, puesto que no satisface EL INTERÉS PUBLICO QUE JUSTIFICA
SU OTORGAMIENTO, como analizaremos en particular mas adelante.
En el presente trabajo, pondré a su disposición todos los antecedentes que
han llevado a la convicción seria, de que el enorme daño causado a nuestro país
entero ha sido el producto de acciones ilícitas, imprudentes y graves.
Las empresas Privadas de la Gran Minería del Cobre, no solamente no han
cumplido con el mandato del constituyente, que las obliga a desarrollar su actividad
para satisfacer el interés público que justificaría el otorgamiento de las concesiones
hechas, sino lo que es más grave, tales empresas HAN HECHO JUSTAMENTE LO

21
CONTRARIO, PERJUDICANDO EL INTERÉS PUBLICO. Con esto no solo se ponen
en la obligación de indemnizar los daños causados, sino que se hace imprescindible
la nacionalización de dichas empresas.

VII.- ANTECEDENTES ECONÓMICOS DE LOS PERJUICIOS CAUSADOS AL


ESTADO DE CHILE, POR LA EXPLOTACIÓN DE COBRE DE LAS EMPRESAS
PRIVADAS.

Adam Smith, admitido como fundador de la ciencia económica, y considerado por la mayor
parte de los economistas, como el más grande economista de todos los tiempos, establecieron las
bases de la ley de la oferta y de la demanda, en su obra magna LA RIQUEZA DE LAS NACIONES,
publicado en 1776, quien al respecto en el capítulo VII titulado "El precio natural de las mercancías, y
su precio de mercado", sostiene: "Cuando la cantidad puesta en el mercado excede la demanda
efectiva, ella no puede ser enteramente vendida a aquellos que consienten a pagar el valor colectivo
de la renta, salarios y ganancias que han costado. Es necesario que una partida sea vendida a
aquellos que desean pagar menos que el valor total, y el bajo precio que ellos ofrecen, disminuye el
precio del todo".
Alfred Marshall, uno de los más grandes economistas del siglo XIX, en el capítulo III de su
obra PRINCIPIOS DE ECONOMÍA, publicado en 1890, escribía: "Existe, pues, una ley general de la
demanda, que puede expresarse así: cuando mayor es la cantidad que ha de venderse, tanto menor
debe ser el precio que se ofrecerá para que pueda encontrar compradores, o, en otros términos, la
demanda aumenta cuando el precio baja y disminuye cuando el precio sube".
Si la ciencia económica desde sus inicios nos enseña, que en una economía de mercado
como la que existe en Chile, y que domina sin contrapeso en el mundo actual, cuando mayor es la
cantidad que se produce, tanto menor es el precio que se ofrecerá para alcanzar compradores.
Esta es la ley de la oferta y la demanda, que nos obliga a respetar el necesario equilibrio entre estos
dos parámetros. Las empresas privadas de la Gran Minería del Cobre, filiales de enormes
conglomerados internacionales, con varias décadas de funcionamiento en los mercados
internacionales, no pueden aducir, a manera de disculpa, que desconocían este principio económico
fundamental, cuando con un comportamiento negligente e imprudente, pusieron en el mercado
una cantidad de cobre de mina, muy superior al crecimiento que históricamente había tenido la
demanda de cobre, lo que se tradujo en una caída del precio del cobre a menos de la mitad del
precio promedio de 1989, y que por lo tanto, los ingresos que recibía el Presupuesto Nacional de
esta actividad disminuyeran de 2.300 millones de dólares, 25 % del Presupuesto, a sólo 450 millones
de dólares en promedio de los 3 últimos años, lo que representa apenas el 2,5 % del Presupuesto.
VII.1.- La sobreproducción mundial de cobre, generada por las empresas mineras privadas de
la Gran Minería del Cobre.
La responsabilidad de las empresas mineras privadas de la Gran Minería del Cobre, en la
sobreproducción mundial de cobre de mina, que generó la caída de su precio y de los ingresos del
Estado por esta actividad, queda en evidencia con el siguiente cuadro de la producción chilena y
mundial de cobre.

22
CUADR0 1.- Producción de cobre en miles de toneladas desde 1980
PRODUCCIÓN CRECIMIENTO PERIODO

AÑOS 1980 1989 1994 2000 80- 89-94 94/00 89-


89 00
1) Total mundial 7714 9025 9574 13244 1311 549 3670 4219
2) Resto del mundo 6646 7416 7354 8642 770 62 1288 1226
3) Chile 1068 1609 2220 4602 541 611 2382 2993
a) Codelco 790 1243 1134 1516 453 109 382 273
b) Privados 278 366 1086 3086 88 720 2000 2720

FUENTE.- Cochilco

Las cifras del cuadro Nº 1, o las que daremos más adelante son irrefutables,
puesto que han sido elaboradas sobre la base de las estadísticas oficiales de la
Comisión Chilena del Cobre, en adelante Cochilco. En este cuadro se puede apreciar
que entre el 1º de enero de 1990 y el 31 de diciembre de 2000, las empresas
privadas chilenas, que aparecen en la línea 3 b), aumentaron su producción en
2.720.000 toneladas, mientras que todas las restantes empresas mineras de todo el
mundo, con la excepción de las de Chile, cifras que aparecen en la línea 2 del
cuadro Nº 1, aumentaron su producción en solamente en 1.226.000 toneladas. Esto
quiere decir, que las mineras privadas de Chile, aumentaron su producción en 2,2
veces más que todo el resto de las empresas mineras del mundo. El 90 % de ese
aumento lo aportaron las empresas mineras privadas de la Gran Minería del
Cobre.
Esta imprudente sobreproducción, es aún más evidente, si se la compara con el crecimiento
de la producción de cobre de la década inmediatamente anterior. Entre 1980 y 1989, la totalidad de las
empresas privadas chilenas, aumentaron su producción solamente en 88.000 toneladas, lo que es 8,7
veces menos que las 770.000 toneladas en que aumentaron su producción todas las empresas
productoras de cobre en el resto del mundo. Esto cambia radicalmente a partir de 1990, cuando las
empresas mineras privadas de la Gran Minería del Cobre, con su imprudente Inversión-
Sobreproductiva, sobrepasaron en 4,5 veces el crecimiento de la producción que efectuaron TODAS
LAS RESTANTES EMPRESAS MINERAS DEL MUNDO, durante los años ochenta.
Esta última comparación demuestra en forma patente, el imprudente y negligente
comportamiento de las empresas mineras privadas de la Gran Minería del Cobre, puesto que a
comienzos de los años noventa, nada hacía presagiar que la crisis económica mundial, que se inició
en 1974 llegaría a su término. Los economistas más reputados en el mundo, las instituciones
internacionales de investigación económica, tanto privadas como públicas, no preveían en sus
estudios y análisis, el término a mediano plazo de la crisis económica. Ningún economista digno de
ese nombre, había pronosticado que la economía mundial entraría en un período de expansión
o crecimiento similar al del período de posguerra, que pudiera justificar que las empresas
mineras privadas de la Gran Minería del Cobre, se embarcaran desde Chile, en un tan

23
perjudicial para nuestro país, aumento de la producción chilena y mundial de cobre.
El gobierno chileno tampoco desconocía las proyecciones de escaso crecimiento de la
producción mundial de cobre, puesto que en 1991, durante la discusión en el parlamento de la ley que
permitiría la privatización de las pertenencias mineras de Codelco (Ley 19.137), se argumentaba lo
siguiente: "La oferta de cobre, en los próximos años -incluidos la producción de "La Escondida" y los
principales proyectos de lixiviación de cobre en el mundo-, tenderá a disminuir en 1993-94 para
situarse en 9.600.000 toneladas en el año 2000". Esto demuestra que tanto las empresas privadas de
la Gran Minería del Cobre como el gobierno, conocían perfectamente estas proyecciones de las
instituciones internacionales sobre la producción y consumo mundial de cobre en la década de los
noventa, por lo que la errada política iniciada en 1990 no tiene ninguna justificación económica, ni
política, ni matemática, a la luz de las informaciones que manejaban las mismas empresas y
organismos competentes en el ámbito mundial.
En lugar de los 9,6 millones de toneladas, que todas las instituciones internacionales
proyectaban, al terminar el año 2000, como aparece en el cuadro Nº 1, la producción mundial de cobre
de mina alcanzó los 13,2 millones de toneladas, superando en más de 3 millones de toneladas las
proyecciones mundiales existentes en 1990, sobreproducción a la que las empresas privadas,
aportaron 2,7 millones de toneladas, lo que representa un 84 % más que la producción
proyectada en 1990, por todos los especialistas mundiales del tema. Lo irracional, negligente e
imprudente, de esta sobreproducción, con relación al crecimiento histórico de la producción de cobre.
El crecimiento promedio de la producción de cobre de Chile en la década de los noventa,
sobrepasa incluso el crecimiento promedio MUNDIAL de producción de cobre de las décadas de los
cincuenta y de los sesenta, que es el período de mayor crecimiento económico e industrial que haya
registrado la humanidad en toda su historia. Resulta difícil admitir, que en una economía de mercado,
las empresas privadas de la Gran Minería del Cobre, no hayan tenido para nada en cuenta las leyes
del mercado, al invertir en una tal sobreproducción, que obligatoriamente llevaría a una estrepitosa
caída del precio del cobre, y a una no menos colosal caída de los ingresos que el Presupuesto
Nacional recibía de esta actividad.
Esta política, de las empresas mineras privadas de la Gran Minería del Cobre, de provocar
imprudentemente y negligentemente una sobreproducción de cobre, y la consecuente estrepitosa
caída del precio del cobre y de los ingresos del fisco chileno, es un DAÑO EVIDENTE A LOS
INTERESES GENERALES DE LA NACIÓN, intereses por los cuales debe velar no sólo el Estado,
sino que todas las personas, tanto naturales o como jurídicas, que se encuentren en nuestro país,
aunque estas personas no sean chilenas. La existencia de la sobreproducción y su efecto directo
sobre el precio, ha sido explícitamente reconocido por algunas de las mismas empresas
mineras privadas de la Gran Minería del Cobre, porque durante el año 2001, cuando el precio del
cobre se situaba alrededor de los 61 centavos de dólar la libra, varias de estas empresas mineras
suspendieron planes de expansión ya programados, y otras anunciaron reducciones de la
producción, incluido Codelco, con el fin de lograr que esta reducción de la producción de cobre,
produjera un aumento de su precio. A las pocas semanas de estos anuncios, el precio del cobre
aumentó en alrededor de un 15 %, valor que se ha mantenido hasta la actualidad.
Ello demuestra, que las mismas empresas mineras, han reconocido explícitamente el
efecto directo de la sobreproducción en la baja del precio del cobre.
Pero además del comportamiento negligente e imprudente, que provocaron los

24
perjuicios que cuantificaremos más adelante, las empresas privadas de la Gran Minería del
Cobre han tenido también un comportamiento deliberadamente doloso y fraudulento, al utilizar
una serie de subterfugios, para evadir el cumplimiento de las obligaciones tributarias, que les impone
la legislación chilena.
VII.2.- La violación de las leyes tributarias chilenas, por las empresas mineras privadas de la
Gran Minería del Cobre
Para no pagar impuesto a la renta en Chile, las empresas mineras extranjeras, han recurrido a
una serie de subterfugios para no declarar utilidades en Chile y así evitar precisamente el pago del
impuesto a la renta. Los principales subterfugios que estas empresas han empleado, y que los
expertos en tributación denominan Planificación Tributaria, son los siguientes:
VII.2.a) Los precios de transferencia.- Para evitar tener utilidades en Chile, las empresas mineras
venden la mayor parte de su producción a empresas filiales o relacionadas con la casa matriz, o a
empresas que dependen de las fundiciones y refinerías que participaron en el financiamiento a largo
plazo del yacimiento en Chile. Se les vende el cobre chileno a estas filiales a valores que son en 20 a
30 % inferiores a los precios del mercado. Además, por lo general estas filiales comerciales que
compran el cobre a las filiales chilenas, se domicilian en islas o países con paraísos fiscales, para a su
vez eludir el pago de impuestos por las utilidades que obtienen con la compraventa de cobre chileno.
Los precios de transferencia, es el principal subterfugio empleado por las mineras extranjeras
para reducir significativamente el monto de sus utilidades, subterfugio al que desde siempre han
recurrido estas empresas, como lo demostró el profesor de la Universidad de Chile Sr. Patricio Meller,
quien en un documentado estudio, publicado en la revista Nº 24 del CIEPLAN en 1988, estableció que
gracias a la nacionalización, entre 1974 y 1987 el gobierno militar obtuvo 17 mil millones de dólares de
ingresos de exportación suplementarios, sólo gracias al hecho que el Estado chileno podía vender la
producción de Codelco al precio del Mercado de Londres. El Sr. Meller, demostró que en los años
cincuenta y sesenta y hasta la nacionalización, las empresas de la gran minería exportaban el cobre a
precios en un promedio de 30,8 % inferiores a los de la Bolsa de Metales de Londres, y de los precios
que exportaba en ese tiempo la Enami.
Exportar a precios inferiores al mercado, es una abierta violación de la legislación tributaria
chilena, y en particular de la Ley 19.506 de 1997, que modifica el art. 38 de la Ley de la Renta en el
siguiente sentido: "Cuando los precios que la agencia o sucursal cobre a su casa matriz, no se ajusten
a los valores que por operaciones similares se cobren entre empresas independientes, la Dirección
Regional podrá impugnarlos fundadamente, tomando como base de referencia para dichos precios
una rentabilidad razonable a las características de la operación, o bien los costos de producción más
un margen razonable de utilidad. Igual norma se aplicará respecto de precios pagados o adeudados
por bienes o servicios provistos por la casa matriz, sus agencias o empresas relacionadas, cuando
dichos precios no se ajusten a los precios normales de mercado entre partes no relacionadas". Pero
ya desde 1974, el DL 824 o Ley de la Renta, retomando una disposición de 1965, entregaba
facultades a las Direcciones Regionales del SII para impugnar los precios o valores de las empresas
que efectúen importaciones al establecer en su art. 36 que: "Sin perjuicio de otras normas de esta ley,
para determinar la renta efectiva de los contribuyentes que efectúen importaciones o exportaciones, o
ambas operaciones, la Dirección Regional podrá, respecto de dichas operaciones, impugnar los
precios o valores en que efectúen sus transacciones o contabilicen su movimiento, cuando ellos
difieran de los que se obtienen de ordinario en el mercado interno o externo. Para estos efectos,

25
la Dirección Regional podrá solicitar informe al Servicio Nacional de Aduanas".
La ley 19.506 ya tiene cinco años, el art. 36 de la Ley de la Renta, prácticamente 40 años. Las
mineras extranjeras no pueden alegar en su favor, que la exportación de cobre mediante precios de
transferencia no viole la legislación tributaria chilena. En realidad nada justifica que estas
empresas vendan gran parte de su producción a empresas relacionadas, a precios inferiores al
mercado. Si ellas lo hacen, es solamente para hacer desaparecer sus utilidades en Chile, y quedar
exentas del pago al impuesto a la renta, y de esta manera trasladar las utilidades a una empresa
relacionada domiciliada en el extranjero. Este es un proceder doloso y fraudulento que perjudica
los ingresos del Presupuesto Nacional.
VII.2.b) El pago de elevados intereses.- Las transnacionales mineras, para aumentar los gastos en
Chile y disminuir o eliminar sus utilidades, alrededor de los dos tercios de la inversión para la
instalación y explotación de los yacimientos mineros, la efectúan mediante créditos de filiales
financieras de sus propias casas matrices, las que además están domiciliadas en islas del caribe con
paraíso fiscal, para así poder eludir también de tributar por las utilidades financieras que obtienen en
Chile. Con el fin de aumentar aún más los gastos financieros de las filiales mineras chilenas, las tasas
de esos créditos, son además muy superiores a los que existen en el mercado financiero
internacional.
Es el Banco Central de Chile, el que autoriza que las inversiones en la minería se realicen
principalmente con créditos, pero la legislación chilena castiga los excesos de intereses pagados
sobre los corrientes en el mercado. En efecto el art. 33 de la Ley de la Renta establece: "Para la
determinación de la renta líquida imponible se aplicarán la siguientes normas. 1º Se agregarán a la
renta líquida las partidas que se indican a continuación y siempre que hayan disminuido la renta
líquida declarada". Entre las partidas que se agregan a la renta imponible, la letra f de este Nº 1 del
art. 33, dice: "Exceso de intereses pagados, arriendos pagados o percibidos que se consideren
desproporcionados".
Pero nada se ha hecho para frenar y castigar esta evidente evasión tributaria, puesto que es
públicamente conocido que La Disputada de Las Condes paga a filiales de Exxon en Bahamas y
Bermuda en promedio US$ 70 millones anuales en intereses financieros, lo que equivale al 30 % de
sus costos de explotación o 20 % de sus ingresos por ventas. En la Memoria de Codelco de 1998, se
sostiene que SCM El Abra que pertenece en un 49 % a Codelco, pagó en ese año US$ 68,1 millones
en intereses financieros lo que representa alrededor del 23 % de sus costos de explotación o 17 % de
sus ingresos por ventas. El Abra terminó el ejercicio con una pérdida US$ 8,7 millones, mientras que
en comparación, por el mismo año la División Radomiro Tomic, que comenzó a operar dos años
después que El Abra, le entregó utilidades a Codelco por US$ 75,2 millones, los que fueron de US$
113,5 millones en 1999, de US$ 146,8 millones el 2000 y 131,5 millones de dólares en el año 2001, lo
que quiere decir que en los últimos 4 años la División Radomiro Tomic le entregó a Codelco 467
millones de dólares de excedentes, mientras que por El Abra Codelco no registra utilidades.
De las dos mayores empresas mineras extranjeras, con relación a los préstamos que reciben
podemos decir lo siguiente: Minera Escondida Ltda. en su balance público por el año 2000, a 11 años
de haber iniciado su explotación, admite gastos financieros por US$ 112 millones, equivalente al 15,7
% de sus costos de explotación o de 8,6 % de sus ventas. Con un capital de US$ 98 millones, esta
empresa tiene una deuda de alrededor de US$ 1.400 millones, y paga además US$ 64,4 millones a
SCM Escondida por arriendo de la mina y US$ 70 millones por administración, comisiones por ventas

26
y fletes y seguros a otras empresas relacionadas. Doña Inés de Collahuasi SCM, en el balance
publicado por el año 2000, declara pago de intereses financieros por US$ 124,8 millones, lo que
equivale al 24 % de sus costos de explotación o 15,1 % de sus ingresos por venta. Su capital social es
de US$ 185 millones, pero con un endeudamiento con empresas relacionadas de US$ 1.235,5
millones. Las pérdidas tributarias acumuladas hasta el año 2000 ascienden a U$ 339,3 millones.
Es así como mediante la autorización de invertir con créditos de sus propias filiales
financieras, las transnacionales evitan de pagar impuestos sobre las utilidades en Chile, cuyo
adicional es de 35 %, y retiran de Chile varios cientos de millones de dólares anuales que están
afectos a un tributo de solamente 4 %.
VII.2.c) Pérdidas en los mercados de futuro del cobre.- Si a pesar de la utilización de los métodos
que hemos indicado, alguna empresa minera de todas maneras llegara a obtener utilidades en algún
ejercicio, por ejemplo en épocas de alto precio del cobre, en ese caso pueden recurrir aún a un
método muy efectivo para hacer desaparecer esas utilidades, el que consiste en obtener cuantiosas
pérdidas en los mercados de futuro del cobre. Para realizar estas pérdidas, se vende una cierta
cantidad de opciones de cobre a un precio determinado, comprando posteriormente esas mismas
opciones a precios superiores de veinte o más por ciento. Esto genera una pérdida contable para la
filial minera chilena, pero que se transforma en una utilidad para la empresa extranjera que efectuó la
compraventa de opciones de futuro, que necesariamente debe ser otra filial de la casa matriz de la
empresa minera chilena que realizó la pérdida, filial que además, para que todo quede bien amarrado
debe domiciliarse en un país o isla con paraíso fiscal.
Este método de perder dinero en los mercados de futuro del cobre, en favor de otras
empresas, lo hizo públicamente conocido Juan Pablo Dávila, al provocar pérdidas por cerca de
200 millones de dólares en contra de Codelco en 1993.
Como ejemplo de este tipo de pérdidas, hemos tomado los balances por los años 1994 y 1995
de la Empresa Minera Mantos Blancos S.A., -que pertenece a la transnacional Anglo-Americain, que
recientemente se adjudicó La Disputada-, que declaró millonarias pérdidas en los mercados de
futuro del cobre, por 19 millones de dólares en 1994, y por 49 millones de dólares en 1995.
Hemos tomado como ejemplo el año 1995, porque ese año el precio del cobre alcanzó 1,33 dólares la
libra como promedio anual, por lo cuál obligatoriamente Minera Mantos Blancos obtuvo utilidades
operacionales por 48 millones de dólares, sin embargo en ese año esta empresa pudo declarar
pérdidas tributarias, gracias al hecho que perdió 49 millones de dólares en los mercados de futuro
del cobre. Sin embargo por el ejercicio 2000 con bajo precio del cobre, Mantos Blancos S.A. que
declara pérdidas por este ejercicio no efectuó operaciones en los mercados de futuro del cobre, ni
siquiera con el pretexto de obtener ganancias que compensen las pérdidas de explotación.
Cualquier ejecutivo de una empresa minera que pierda el 25 % de sus ingresos por venta, en
los mercados de futuro del cobre, debería ser despedido inmediatamente por ineficiente, como fueron
despedidos en 1994 el Presidente Ejecutivo y casi todos los Vicepresidentes Ejecutivos de Codelco,
cuando Dávila perdió en los mercados de futuros no el 25 % si no que apenas el 8 % de los ingresos
por ventas de Codelco. Sin embargo, el Sr. Diego Hernández, que dirigía Minera Mantos Blancos en
esos años, en lugar de ser despedido por ineficiencia, fue premiado por Anglo Americain con un
ascenso a Presidente de Minera Collahuasi, segunda empresa minera privada en Chile, y sus pares
de las mineras extranjeras lo eligieron Presidente del Consejo Minero. Esto significa que perder
decenas de millones de dólares en los mercados de futuro, no es para estas empresas ineficiencia y

27
dilapidación de los activos de los accionistas, bien por el contrario, ello es considerado el ejemplo a
seguir en reingeniería financiera.
Las pérdidas en favor de empresas relacionadas en los mercados de futuro del cobre,
transgreden la legislación chilena, y en particular la ya citada ley 19.506 sobre los precios de
transferencia, y varias otras disposiciones del Código Tributario, como los artículos 63º, 64º y 65º, y
ser sancionadas además penalmente en virtud del artículo 97º del mismo código. Es entonces
evidente que, la práctica de perder dinero en los mercados de futuro, es una violación de las leyes
tributarias chilenas.
En el Memorándum Nº 60 del 17 de octubre de 1997, del Sr. Javier Etcheverry, Director a la
época del SII, dirigido al Senador Jorge Lavandero Illanes, reconoce la existencia de los precios de
transferencia y el exceso en el pago de intereses a empresas relacionadas, así como la casi
inexistente tributación de estas empresas en relación a Codelco. El Director del SII también se
muestra de acuerdo con la tesis que la única forma que las empresas mineras extranjeras no
puedan eludir de tributar en Chile, es la instauración de un tributo sobre las ventas de cobre,
tributo que existe en todos los países donde se sitúan las casas matrices de las empresas mineras
extranjeras, que se conoce como "royalty", y que en Chile sólo Codelco está obligado de pagar, al
tener que entregar el 10 % de sus ventas a las Fuerzas Armadas, tributo del que discriminatoriamente
están exentas las empresas mineras extranjeras, lo que incluso debería ser considerado
inconstitucional, por transgredir los Nº 20 y 22 del art. 19º de la Constitución, que establecen la igual
repartición de los tributos y la no discriminación arbitraria del Estado en materia económica.
Resulta difícil admitir y comprender, que las mismas empresas mineras, sean las que
deliberadamente persigan no generar utilidades en Chile, siendo que obtener ganancias es la esencia
misma de toda actividad económica. En la realidad, las empresas mineras extranjeras generan
cuantiosas utilidades, pero lo que es irregular, es que esas utilidades las realicen en el extranjero por
interposición de empresas relacionadas, y en Chile sólo declaran pérdidas. Ellas pueden hacer esto,
porque son filiales de gigantescos conglomerados minero-metalúrgicos transnacionales, que fuera de
las minas, poseen además fundiciones, refinerías, empresas de seguro, transporte, industrializadoras
y comercializadoras del cobre y de otros minerales, con plantas y fábricas en diferentes países
desarrollados o "emergentes" de Asia, que en gran parte además se sitúan en paraísos fiscales,
donde no pagan impuestos a las utilidades.
El objetivo primordial de las inversiones que realizan en Chile los conglomerados que
poseen el capital de las empresas mineras extranjeras, no es obtener utilidades en nuestro
país, sino controlar y asegurar el abastecimiento de sus fundiciones, refinerías, y diferentes
tipos de fábricas elaboradoras y comercializadoras de cobre. Son precisamente las filiales
comerciales, financieras o metalúrgicas de estos conglomerados, domiciliadas por lo general en
paraísos fiscales, las que obtienen en el extranjero, las utilidades que les generan sus relaciones de
negocio con filiales mineras chilenas, que declaran sólo pérdidas en Chile. Y si las empresas
extranjeras del cobre, no generan utilidades en Chile y no pagan impuesto a la renta en nuestro país,
y tampoco generan más trabajo, ni valor agregado en nuestra economía, entonces, ¿ donde están
los "beneficios" para Chile de la inversión extranjera en la minería ?., y sobretodo, ¿ DONDE SE
ENCUENTRA EL INTERÉS PUBLICO QUE JUSTIFIQUE QUE SE LES MANTENGA LA
CONCESIÓN MINERA ?.
Ni siquiera el empleo en la minería se ha visto favorecido con la sobreproducción generada

28
por las empresas mineras privadas de la Gran Minería del Cobre, porque según las estadísticas de
Cochilco, de 45.047 personas empleadas en la minería del cobre en 1989, se ha pasado a 31.849
personas en 1999, últimas cifras disponibles, lo que indica una disminución igual al 29,2 %. Esta
notable disminución del empleo se explica por el hecho que las grandes empresas mineras, están muy
mecanizadas y emplean muy poca mano de obra, pero por otro lado, la espectacular caída del precio
del cobre, que las empresas privadas de la Gran Minería del Cobre han generado con su
sobreproducción, ha obligado a cerrar gran parte de las minas de la mediana minería nacional, y ha
hecho desaparecer a los pirquineros y pequeños mineros, que aportaban lo esencial del empleo
minero. Y es así, como podemos observar en la actualidad, que algunas ciudades y muchos pequeños
pueblos que vivían de la minería, se encuentran en gran parte despoblados o en recesión, con tasas
de cesantía que alcanzan al 30 % de la población activa, como es el caso de Illapel, que hace un
tiempo atrás se paralizó completamente, embanderando de negro toda la ciudad, mostrando el luto
por la desaparición de la pequeña minería, que era la vida de la ciudad.
VII.3.- La magnitud del problema
Es tal la importancia del cobre para nuestra economía, que nos parece necesario abordar
algunas informaciones globales, para tener presente la verdadera MAGNITUD DEL PROBLEMA.
VII.3.a) Dimensión.- Con sus 742 mil km. cuadrados, el territorio chileno es apenas el 0,25 % de la
superficie terrestre, sin embargo en este minúsculo porcentaje del planeta, en este cero como veinte y
cinco por ciento de la superficie de la tierra, se concentra el 37 % DE LAS RESERVAS MUNDIALES
DE COBRE. Poco importa que ciertas estimaciones digan que Chile posee sólo un tercio de las
reservas mundiales, y que otros digan que estas reservas sobrepasan el 40 %, lo que importa en este
caso, es comprender LA DIMENSIÓN que tienen esas reservas, para un país tan pequeño como
Chile.
Es necesario considerar que el 37 % de las reservas mundiales de cobre, no se encuentran
en el país más grande del mundo, Rusia que tiene una superficie 24 veces superior a la chilena, ni
en el país más poblado del mundo, China, que tiene una población 83 veces superior a la chilena,
sino que en un pequeñísimo país donde viven a penas 15 millones, de los 6.000 millones de
habitantes de este planeta. Es entonces un extraordinario fenómeno de la naturaleza, que una
tan colosal concentración de riqueza se encuentre en un muy pequeño espacio del planeta,
como lo es Chile. Es un extraordinario regalo de la Providencia, como hace décadas lo señalara
Radomiro Tomic.
VII.3.b) Porvenir-Futuro.- Después del petróleo, el cobre es el recurso básico más estratégico y de
mayor importancia en la economía mundial, por las siguientes razones:
Los electrodomésticos, los computadores, han invadido los hogares en todo el mundo, así
como la automatización y los robots han invadido las fábricas de todos los países desarrollados, y en
el curso de este nuevo siglo, la automatización también se está expandiendo a la industria de todos
los países subdesarrollados. La única fuente de energía que mueve los procesos productivos
automatizados es LA ELECTRICIDAD. Todo lo que se denomina Nueva Economía, internet, la
sociedad de la información o la Tercera Ola como ya hace años la llamó Alvin Toffler, tienen además
como única fuente de energía a LA ELECTRICIDAD. Por su parte, la electricidad, fuera de la
plata y el oro, tiene como único soporte en su distribución AL COBRE. Esto quiere decir que,
gracias solamente a LA ELECTRICIDAD, por los siglos de los siglos, la humanidad seguirá
consumiendo cobre, por lo que no existe absolutamente ninguna necesidad de sobre producirlo hoy a

29
precios miserables, para que dentro de 20 0 30 años, ya no quede cobre en Chile, cuando su
precio alcance valores hoy insospechados.
A este gran polo de desarrollo de la electricidad y del consumo de cobre, debido al progreso
general de la humanidad, se sumará un aspecto económico que también ya está en marcha, que es la
necesaria e ineludible electrificación, e ingreso al desarrollo de los países del Tercer Mundo. Como
ejemplo de ello, tomemos sólo el ejemplo de China, que actualmente consume alrededor 1,1 kg. de
cobre por habitante, mientras que los EEUU consumen alrededor de 12 kg. Esto quiere decir que
dentro de 50 años, cuando China alcance el nivel de desarrollo de los EEUU, solamente China
consumirá casi el doble de cobre, que lo que actualmente consume todo el mundo. Las estadísticas
de Cochilco nos muestran que China a triplicado su consumo de cobre desde 1990. Si a ello
agregamos la India, Indonesia, Indochina, América Latina, Africa, el cobre alcanzará niveles de
consumo y de precio extraordinarios, pero para ese entonces, con la sobreproducción actual,
ya no quedará cobre chileno, pero quedará el cobre en los EEUU, Canadá, Australia, etc., de
donde son originarias las empresas mineras privadas de la Gran Minería del Cobre.
El cobre es para Chile un regalo de la Providencia, y por mandato de la Constitución, estas
riquezas pertenecen a todos los ciudadanos chilenos. Es por esta razón, que es del interés de nuestro
país, que, en vez de sobreproducir cobre a bajo precio hoy, se debe regular su producción, para
obtener elevados ingresos hoy y aún más elevados mañana.
VII.4.- Chile es más que la OPEP.-
En 1974, el precio del petróleo era de 1,8 dólares el barril, hoy ese precio se sitúa alrededor
de 25 dólares el barril, y existen épocas en que ha sobrepasado los 35 dólares. Este extraordinario
aumento del precio del petróleo, se produjo porque los 13 países que integraban la Organización de
Países Exportadores de Petróleo, en adelante OPEP, que controlaban alrededor de un tercio de la
producción mundial de petróleo, decidieron en 1974 cuadruplicar el precio del petróleo. Desde 1974, la
OPEP ha continuado controlando, con altibajos, su producción y el precio del cobre. Es necesario
decir, que esta organización ha tenido serios problemas, para hacer cumplir sus decisiones, pero aún
así, desde 1974, jamás el precio del petróleo ha bajado de los 10 dólares el barril, es decir un precio
mínimo 5 veces superior al de 1974, y con un precio actual 13 veces superior al de 1974.
En comparación con el petróleo, en 1974 el precio promedio del cobre era de 94 centavos de
dolar la libra, y hoy con un promedio de 71 centavos de dolar, no tan sólo está muy lejos de ser por lo
menos 5 veces superior al de 1974, si no que además es inferior de 24 % al precio existente en
1974. Comparar el precio del petróleo con el cobre es necesario por varias razones: a) el cobre es
después del petróleo, el recurso mineral de mayor importancia estratégica en el mundo; b) el
crecimiento del consumo mundial de cobre es superior al crecimiento del consumo mundial de
petróleo, c) y principalmente, porque Chile, sin aliarse con ningún otro país, tiene un peso
mayor en la producción y comercio mundial de cobre, que el que tienen en el petróleo, los 11
países que integran la OPEP.
En el siguiente cuadro, de producción y consumo mundial de cobre, deja en evidencia que
Chile tiene en la producción, y sobretodo en al comercialización de cobre en el mundo, un peso muy
superior al de la OPEP.

CUADRO Nº 2.- BALANCE PRODUCCION-CONSUMO MUNDIAL DE COBRE EN 2000


PRODUCCIÓN CONSUMO DISPONIBLE

30
N° PAIS % %
1° Chile 4602.0 34.7% 83.0 4519.0 52.2%
2° EE.UU. 1480.0 11.2% 2979.0 0 0.0%
3° Indonesia 1005.0 7.6% 55.9 949.6 11.0%
4° Australia 829.0 6.3% 168.2 660.8 7.6%
5° Canadá 624.0 4.8% 270.6 363.4 4.2%
6° China R.P. 588.5 4.4% 1182.5 0 0.0%
7° Perú 553.9 4.2% 55.0 498.9 5.8%
8° Rusia 510.0 3.9% 130.0 380.0 4.4%
9° Polonia 463.0 3.5% 257.1 205.9 2.4%
10 Kazaitan 433.0 3.3% 16.0 417.0 4.8%
°
11 México 344.6 2.6% 523.9 0 0.0%
°
12 Zambia 320.1 2.4% 13.0 307.1 3.5%
°
13 Papua N. G. 199.7 1.6% 55.3 144.4 2.3%
°
14 Argentina 145.2 1.1% 51.6 93.6 1.1%
°
15 Sudáfrica 136.7 1.0% 76.7 60.0 0.7%
°
TOTAL 13243.7 92.5% 6562.5 8658.4 100.0%

Total mundo 13.243.7 100.0% 15123.2

FUENTE.- A partir de estadísticas de Cochilco en miles de Ton.

El peso de Chile en el comercio mundial de cobre se ve incrementado, por el hecho que el


segundo productor mundial de cobre, los EEUU, que produce menos de un tercio que Chile, en vez de
vender cobre en el mercado mundial, retiran del mercado 1,5 millones de toneladas, y China otro
mediano productor también retira de ese mercado 1,3 millones de toneladas. De ello resulta, que de
los 8,6 millones de toneladas, que los países productores dejan en disponibilidad para el consumo de
los países no productores, Chile deja disponible para el mercado 4,5 millones de toneladas, lo que
equivale al 52,2 % del cobre que los países productores aportan al comercio mundial de este metal.
Esto nos indica, que un sólo país, Chile, tiene un poder en el cobre, muy superior al que tiene
en el petróleo, la poderosa organización que es la OPEP.
Chile es LA SUPERPOTENCIA MUNDIAL DEL COBRE, que puede controlar su producción y
establecer el precio que desee, sin que ello transgreda ninguna reglamentación internacional sobre
comercio. Para controlar la producción y el precio del cobre, nuestro país cuenta incluso con la
legislación adecuada, puesto que desde 1974, el artículo 18º del DL 1.349 o Ley Orgánica de
Cochilco, le otorga facultades al Presidente de la República, para decretar el monopolio de todo el
cobre chileno, y de fijar su precio.

VIII.- EL DERECHO APLICABLE ANTE LOS HECHOS ANTERIORMENTE


SEÑALADOS.

31
VIII.1) EL ABUSO DEL DERECHO. De acuerdo con nuestras leyes y de conformidad
con lo resuelto por nuestros tribunales de justicia, todo daño que se causa por culpa
debe ser indemnizado.
La responsabilidad en nuestro derecho es de dos clases, o contractual,
derivada del incumplimiento de un contrato o, extracontractual, que resulta de un
acto culpable negligente o doloso, imputable a alguien, que origina daños a personas
determinadas o indeterminadas, no obstante que entre ambos no exista ningún
vínculo jurídico.
En la especie, por obra de la imprudencia, negligencia y, debemos suponer,
irresponsable conducta, de determinadas empresas mineras que hemos
individualizado, se ha producido un daño enorme al país entero y, en particular a
decenas de grupos intermedios formados por ciudadanos de esta nación, al crear,
como hemos dicho, una sobre oferta desmesurada e imprudente de cobre que trajo
consigo la caída de su precio en los términos y forma que se han descrito con
detalle.
La actitud que asumieron las empresas privadas de la Gran Minería del Cobre
no puede sino sindicarse como negligente e imprudente, porque no pudo menos de
preverse el gravísimo daño que causarían con la sobre explotación del recurso y la
consiguiente sobre oferta que traería esta consigo. Además, la conducta de las
empresas privadas de la Gran Minería del Cobre sobrepasaron los objetivos
normales del negocio e inversión previstos, que pueden colegirse de los hechos de la
causa, transformando su quehacer en claro abuso del derecho en perjuicio
justamente de quienes estaba previsto el constituyente beneficiar: la sociedad
chilena, esto es, el beneficio público. (art.19 número 24, inciso sexto de la
Constitución).
Esto constituye lo que derecho se ha denominado, Abuso del Derecho,
situación que han considerado nuestros tribunales de justicia en numerosos fallos, y
que, además, sancionan todas las legislaciones y la doctrina jurídica modernas.
Para concluir aceptando que hubo abuso del derecho no puede dejar de
considerarse que las empresas causantes de este desastre estaban perfectamente
conscientes y muy bien informadas que Chile es lejos el mayor productor de cobre
del mundo.
Destacados parlamentarios, como el señor Jorge Lavanderos y otros, han
hecho oír su voz en el Parlamento y ante la prensa, y los medios de difusión,
reclamando de estos hechos y otros que nos dejaban en la indefensión ante la

32
codicia de las empresas transnacionales, sin embargo, no lograron revertir esta
situación.
VIII.2.- EL DERECHO APLICABLE AL DAÑO. Don Arturo Alessandri Rodríguez en
su clásica obra “De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno”
ha expresado que: “daño es todo detrimento, perjuicio, menoscabo o molestia que
sufre un individuo en su persona, bienes, libertad, honor, crédito, afectos, creencias,
etc.,” añadiendo que supone “ la destrucción, por insignificante que sea, de las
ventajas o beneficios patrimoniales de que goza el individuo”.
Sostuvo que esa posición se fundaba en que el Código Civil no exigió “que el
perjuicio, detrimento o menoscabo consista en la lesión de un derecho de que la
víctima sea dueña o poseedora, como sostienen algunos,” sino que se limita a decir
“que el que ha inferido daño a otro es obligado a la indemnización (arts. 1437, 2314,
2316, 2323, 2326 a 2329) y daño, según su sentido natural y obvio, es el detrimento,
perjuicio o menoscabo, dolor o molestia causado a alguien”.14
VIII.3.- PROCEDENCIA DE UNA ACCIÓN POPULAR. Si el daño contingente se
produce por la imprudencia o negligencia de alguien, amenazando a personas
indeterminadas, originando acción popular, con mayor razón se tendrá derecho al
ejercicio de esta acción cuando alguien, en la especie, las compañías mineras
privadas de la Gran Minería del Cobre, con manifiesta negligencia, no ya amenacen
solamente, sino que afecten y perjudiquen a millones de personas indeterminadas,
cuyo es el caso. El daño ya se produjo, si por daño emergente consideramos el
empobrecimiento o pérdida patrimonial ya ocurrida, como en efecto puede
determinarse, y por lucro cesante, lo que dejaremos TODOS de percibir por el
ejercicio abusivo de un derecho, que seguirá produciéndose, en tanto no se ponga fin
a su explotación imprudente, así como por los frutos del patrimonio que dejamos de
percibir.
No puede ser que se piense que carecemos de los medios legítimos de
defensa, que en el fondo es lisa y llanamente la manifestación del ejercicio de la
soberanía, la que según nuestra Carta Fundamental, solo admite como límite el
respeto irrestricto de los derechos esenciales de la persona humana. Si
consideramos que justamente son esos derechos esenciales los que han sido
vulnerados al privársenos de los ingresos que nos ha dado la naturaleza, es nuestro
deber exigir que se ponga en movimiento el ejercicio de la soberanía para su
protección. Si no ha sido capaz de hacerlo la autoridad administrativa, tendrán que
hacerlo los tribunales de justicia a requerimiento de todos los chilenos.
14José Luis Diez Schwerter, “El Daño Extracontractual, Jurisprudencia y Doctrina”, Edit. Jurídica, pag.21

33
Como demostraremos más adelante, según los hechos económicos, la
sobreproducción de cobre tenía necesaria y fatalmente que traer como consecuencia
lógica la caída del precio del metal a escala mundial, dada la condición de Chile
como principal productor de cobre del mundo, condición que ningún otro país tiene ni
siquiera asociado con otros productores.
De esta manera tenemos legitimidad activa al ejercer la acción que entrega el
artículo 2.333 del Código Civil, el cual dice: “Por regla general, se concede acción
popular en todos los casos de daño contingente que por imprudencia o
negligencia de alguien amenace a personas indeterminadas; pero si el daño
amenazare solamente a personas determinadas, sólo alguna de estas podrá
intentar la acción.”(Este artículo conserva el texto originario del Proyecto completo
de Bello del Código Civil de 1853, publicado en Santiago de Chile en enero de 1853,
luego en Obras Completas de Andrés Bello, tomo XII. Las negrillas y el subrayado es
mio)
La disposición transcrita nos permite accionar por los daños causados a todos
el país en general y a todos los ciudadanos en particular, por la imprudencia y
negligencia de las empresas privadas de la Gran Minería del Cobre, las cuales se
han agrupado bajo el nombre de Consejo Minero de Chile A.G. que comprende las
principales compañías mineras (Según el “Compendio de la Minería Chilena, 2001”,
página 173,).
Dicha acción es ha favor de todas las personas afectadas por el daño causado
por tales empresas. La actitud de irresponsable omisión por parte del Estado chileno,
al no resguardar los intereses del país, nos obliga a los simples ciudadanos a asumir
este papel.
El único camino que resulta viable es el de la justicia, ya que por obligación
constitucional son los Tribunales ordinarios los únicos que tienen la facultad de
conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo
juzgado en forma exclusiva y excluyente, no pudiendo ni el Presidente de la
República ni el Congreso Nacional en caso alguno ejercer tales funciones.(Art. 73 de
la Constitución Política del Estado).

IX.- EL DAÑO EN PARTICULAR.

El daño producido no requiere que vulnere derechos de los cuales la víctima


sea dueña o poseedora, como seguramente sostendrán las empresas privadas de la
Gran Minería del Cobre, puesto que el resarcimiento se debe a quien injustamente

34
ha sido privado de una ventaja de que gozaba o de un interés legítimo que tenía
sobre algo de que fue privado por obra de la acción u omisión de quien causó el
daño o perjuicio . De esto se desprende con claridad que el interés legítimo que todo
ciudadano tenía y tiene son los de contar con el apoyo del Estado en los planes y
medidas de que este dispone para la realización de sus fines, entre los cuales se
cuentan incontables obligaciones que nos llevan a la realización del bien común
como suprema razón de su existencia, de conformidad con el artículo 1° de la
Constitución Política del Estado.
El daño causado es de tal naturaleza cierto, que ha sido público y notorio,
producto de la irresponsable sobreproducción de la explotación minera en lo que se
refiere al cobre.
Si se llegare a negar el perjuicio producido, bastaría con establecer todos los
planes de carácter social que no han podido cumplirse por falta de medios de parte
de la caja fiscal y, por otra parte, a cuanto ascienden los créditos que ha debido
recurrir el gobierno para cumplir siquiera en parte con sus obligaciones mínimas.
También deben contabilizarse los créditos recabados para fines específicos, como
por ejemplo, los setenta mil millones de pesos que el Fondo Nacional de Salud
(FONASA) debió pedir para cumplir con sus proveedores por no disponer el Estado
de los medios para pagar tales obligaciones. Y se da el caso que esos créditos se
pagan con rebajas saláriales y con despidos masivos de trabajadores.
Si el daño o perjuicio supone todo menoscabo, detrimento, dolor o molestia
que experimente un individuo, en su persona, familia, bienes, libertad, honor, crédito,
afectos o creencias; la pérdida de ventajas o beneficios de naturaleza material o de
carácter moral, o de unos u otros, de orden patrimonial o de orden extrapatrimonial,
estamos frente a ese caso. Las empresas privadas extranjeras fundamentalmente
persiguieron apoderarse de enormes cantidades de cobre, como en el hecho lo
obtuvieron y mantienen en su poder, sin pagar por ello ni tributar ya que
permanentemente pudieron acreditar “pérdidas” en lugar de utilidades, causando al
país en general y al Estado chileno, pérdidas por miles de miles de millones de
dólares.
El daño es evidente y se encuentra comprobado, lo que también es producto
de la negligencia de las autoridades responsables en corregir las medidas que
hicieron posible la sobre explotación irresponsable de las grandes empresas mineras
extranjeras, en especial, y que derivaron a la larga en la natural caída del precio del
metal a límites increíbles y escandalosos, límites que no se pusieron por las dichas
autoridades como producto de su absoluta y total negligencia e imprudencia

35
inexcusables al punto de ser responsables directos del daño al igual que dichas
empresas, sin perjuicio en algunos casos de perseguir la responsabilidad criminal en
contra de aquellos que resulten responsables de delitos por acción u omisión,
cualquiera que sean las consecuencias, tema que deberá abocarse en otro estudio.
Los perjuicios además, sea que provengan directamente del hecho que se
persigue como culpable o doloso, o sean indirectos, deben naturalmente ser
indemnizados, porque sus víctimas no tienen porqué sufrir el daño que les ha
causado el hecho, aunque ni siquiera su autor haya tenido el propósito de
causárselos. Lo importante es la existencia del daño y que exista el nexo causal
entre el hecho culposo o doloso y el daño que se ha causado.
Puedo agregar que nuestro país sería un Edén de abundancia y prosperidad
para todos sus habitantes, si las famosas y cacareadas señales del mercado se
hubieran seguido. No tenían derecho los gobernantes que permitieron que ocurriera
lo que ocurrió y merecen ser sancionados como corresponde. Lo único que nos
queda a quienes hemos visto impotentes la tragedia de que hemos sido víctimas
todos los ciudadanos de este país, es buscar una formula que permitan de alguna
manera el resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos, de parte de aquellos que
los originaron. Hecho logrado, en el pasado con la nacionalización del Cobre en el
año 1971.
Después de lo analizado, puedo concluir que de no haber existido la
sobreexplotación de Cobre, y de existir una política país respecto a su explotación
habríamos disfrutado de un precio magnífico del cobre, que no tendría porqué haber
variado, con o sin crisis mundial como se ha demostrado, y lo más importante, es
que sin perder millones de toneladas y exponiéndonos a auto rebajarnos el precio del
más preciado y único de nuestros bienes.
Es un hecho reconocido, según las estadísticas de Cochilco que reproducimos
en el cuadro N°3, que Chile aporta más del 50% del cobre de mina que se
comercializa en el mundo. La producción chilena de cobre adquiere entonces un
peso muy superior al peso que tiene el cartel de la OPEP en cuanto al petróleo, y
adquiere un carácter monopólico en el metal rojo que no existe en ningún otro
producto en el comercio mundial. Lo más importante sin embargo es que, teniendo el
peso económico de un cartel, la decisión de congelar o reducir la producción propia y
aumentar el precio del cobre por consiguiente, sería una DECISIÓN INTERNA, DE
CHILE, A LA CUAL NINGÚN TRATADO U ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL
PODRÍA OPONERSE U OBJETAR.
Al contrario, -nosotros agregamos - según la Resolución 1803 (XVII)

36
denominada “Resolución Sobre Soberanía Permanente de los Recursos Naturales”
de las Naciones Unidas de 14 de diciembre de 1962, se reconoce el “derecho
inalienable de todo Estado a disponer libremente de sus riquezas y recursos
naturales EN CONFORMIDAD CON SUS INTERESES NACIONALES...”. Esto lo
trataremos con profundidad más adelante.
Resulta por lo demás ilógico que una economía de mercado, una empresa
privada de los otros 5 o 6 países de una cierta importancia en la producción de
cobre, que ya tienen grandes dificultades económicas para mantener sus
explotaciones, se atrevan a aumentar su producción para hacer bajar el precio y que
así disminuyan sus propias utilidades. Sería absurdo.
En consecuencia, y en vista de las leyes de la economía, del mercado mundial
de cobre en particular, de la naturaleza, que ha hecho de Chile un país monopólico
en la comercialización del cobre, son las mismas leyes del mercado las que obligan a
Chile a proceder soberanamente al establecimiento del precio de venta de su propia
y única riqueza natural, el cobre.
Para que se observe con mayor claridad Codelco en 1973 producía
seiscientas quince mil toneladas de cobre y en 1999 un millón quinientas siete mil
toneladas, o sea, más que duplicó su producción en 26 años. Al lado de esto, las
empresas privadas del cobre de producir ciento veinte mil toneladas en 1973,
pasaron a producir en 1999 dos millones ochocientas setenta y seis mil toneladas de
cobre. Aumentando en más de veintitrés veces su producción.
Puede observarse así que la sobre oferta de cobre a nivel mundial que produjo
el precio a la baja se debió únicamente a la responsabilidad de las empresas
extranjeras del cobre que operaban en Chile, puesto que la producción de Codelco
encajaba perfectamente con la tasa normal de aumento del consumo de cobre del
orden del 3% anual. Para llegar a esta conclusión, basta con examinar el aumento de
la producción del resto del mundo entre los años 1973 y 1999, que sube de seis
millones setecientos mil toneladas a los siete millones novecientos ochenta mil
toneladas.

X.- LA CUANTIFICACIÓN DE LOS DAÑOS PRODUCIDOS POR LA SOBRE EXPLOTACIÓN DE LAS


EMPRESAS PRIVADAS DE LA GRAN MINERÍA DEL COBRE.
En dólares de 1999, Codelco aportaba al Presupuesto Nacional 1.758 millones de dólares y
2.243 millones de dólares en 1989, lo que hacía un promedio por esos dos últimos años de la década
de los ochenta, de 2.001 millones de dólares, lo que representaba el 25 % del Presupuesto Nacional.
Como consecuencia de la sobreproducción y la consecuente caída del precio del cobre, en 1998
Codelco aportó al Presupuesto Nacional 366,5 millones de dólares y solamente 274,7 en 1999, lo que

37
representa un promedio de 315,1 millones de dólares, alcanzando apenas al 1,8 % del Presupuesto
Nacional. Es decir que Codelco bajó su porcentaje de aporte al Presupuesto Nacional desde el 25 %
en los dos últimos años de la década de los ochenta, a solamente 1,8 % en los dos últimos años de la
década de los noventa, con una caída de 13,8 veces en su porcentaje de aporte.
Si bien, del conjunto de empresas mineras, sólo Codelco realiza aportes importantes al Fisco,
la importante baja en los aportes de Codelco al Fisco, no da cuenta de la totalidad del perjuicio
provocado a nuestro país, con la sobreproducción generada por las empresas mineras privadas de la
Gran Minería del Cobre. Una dimensión más completa de estas pérdidas se encuentra en la
comparación de lo que el país Fisco recibía por cada libra de cobre que se producía en 1989, y lo que
el fisco recibía por cada libra producida en 1999. Para ello es necesario recibir los aportes de Codelco
en 1989 de 2.243 millones de dólares, por la producción total del país que era de 1.609.000 toneladas,
lo que nos daba un aporte al fisco de 63 centavos de dolar por cada libra de cobre que se producía en
el país. En 1999, sumando los 274,7 millones de dólares que pagó Codelco, más una generosa
estimación de alrededor de 60 millones de dólares de impuestos pagados por las empresas mineras
privadas de la Gran Minería del Cobre, los ingresos percibidos por el Fisco de toda la actividad
cuprífera, alcanzaría a los 334,7 millones de dólares, los que divididos por la producción chilena de
cobre durante 1999 fue de 4.391.200 toneladas, nos arroja un insignificante aporte al fisco de
solamente 3 centavos de dolar por cada libra de cobre que se producía en el país, lo que significa
una increíble caída de 21 veces de los aportes del cobre al erario nacional. No estamos diciendo 21
%, si no que 21 veces menos en 1999 que en 1989.
Si el aporte al Fisco, de las empresas mineras privadas de la Gran Minería del Cobre es tan
bajo, es porque como ya lo señalamos anteriormente, la mayor parte de ellas evaden sus obligaciones
tributarias, al declarar permanentemente pérdidas. Por esta razón, para poder calcular los perjuicios
para el Presupuesto Nacional, de la sobreproducción y consecuente caída del precio del cobre, sólo
nos queda el camino de calcularlo esencialmente en base a la muy importante disminución de los
ingresos de Codelco.
A este respecto, una primera aproximación, es proyectar los aportes al Fisco efectuados por
Codelco en 1989, que alcanzaban a los 2.243 millones de dólares. Multiplicando los aportes de
Codelco en 1989, por los 12 años transcurridos hasta el 2001, nos daría 26.916 millones de dólares
de aportes proyectados, los que al ser comparados con los 10.950 millones de dólares efectivamente
aportados por Codelco en estos últimos 12 años, nos arroja ya una pérdida aproximada de 15.966
millones de dólares. Estas pérdidas serían aún mayores, si incorporaramos a este cálculo: a) que en
estos 12 años la producción de Codelco ha aumentado hasta alcanzar en el año 2001 alrededor de
300.000 toneladas más que en 1989, b) que durante estos 12 años, Codelco ha notablemente
reducido sus costos, gracias al despido de un tercio de sus trabajadores. Pero además, es necesario
tener en consideración que para este cálculo tomamos el precio real del cobre en 1989, lo que se
justifica plenamente, porque el daño generado por las empresas mineras privadas de la Gran Minería
del Cobre, tiene precisamente si origen en la baja del precio del cobre, como consecuencia de la
sobreproducción.
Codelco produjo 15,3 millones de toneladas de cobre, entre 1989 y 2001, con los cuales
entregó al Estado 10.950 millones de dólares. Las empresas mineras privadas de la Gran Minería del
Cobre, en este mismo lapso de tiempo, produjeron 15,2 millones de toneladas de cobre fino, como
aparece en el cuadro Nº 4, y según informaciones de las mismas empresas habrían pagado impuestos

38
por 1.400 millones de dólares. Es decir, no tan sólo disminuyeron los ingresos que el cobre producía,
sino que además han salido del país más de 15 millones de toneladas de esta fundamental riqueza no
renovable, que nunca más recuperaremos, y sin generar los ingresos correspondientes al país.
Tampoco tomaremos en cuenta, que nuestro país pierde anualmente 1.500 millones de
dólares anuales, por concepto de fundición y refinación, y ha perdido cerca de 20.000 empleos de alta
calificación profesional, debido al hecho que lo esencial de la producción de las empresas mineras
privadas de la Gran Minería del Cobre se efectúa en forma de concentrados, y no se crean en Chile
las fundiciones y refinerías para procesarlo. Estos cálculos aparecen en un trabajo escrito en 1999 por
el Sr. Alfonso Dulanto Rencoret, actual Ministro de Minería, publicado en el libro El cobre NO, es de
Chile. El cobre no es de Chile, del Senador Jorge Lavandero Illanes.
Es evidente que no todas las empresas tienen el mismo grado de responsabilidad en la
sobreoferta y caída de los ingresos del cobre, siendo solidariamente responsables de la indemnización
de los perjuicios ocasionados, puesto que algunas de ellas han tenido una mayor responsabilidad en
esta sobreproducción, la que podemos ver en el siguiente cuadro.

Cuadro Nº 3.- Producción empresas privadas de la Gran Minería del Cobre entre los años
1989 y 2000
PRODUCCION 90-94 1995 1996 1997 1998 1999 2000 TOTAL %
ESCONDIDA 1515,8 66.9 841.4 932.7 867.6 958.5 916.6 6499.5 44,2
DISPUTADA 720,4 198.5 200.7 202.4 215.9 248.4 253.8 2040.1 13,9
MANTOS BLANCOS 372,8 76.0 122.4 132.9 138.1 151.6 155.3 1149.1 7,8
CANDELARIA 30,9 150.3 136.8 155.7 215 226.9 203.9 1119.5 7,6
COLLAHUASI 48.1 434.6 436 918.7 6,2
EL ABRA 51 194.1 198.7 220.1 197.2 861.1 5,9
ZALDIVAR 22.4 77.5 96.2 135 150.4 147.7 629.2 4,3
CERRO COLORADO 21.3 36.4 59.3 60.3 75 100.2 119.2 471.7 3,2
QUEBRADA BLANCA 6.9 46.4 67.7 66.8 71.1 73.1 68.6 400.6 2,7
LOS PELAMBRES 12.3 308.8 321.1 2,2
EL INDIO 138,9 34.6 34.7 32.1 27.8 15.2 13.9 296.4 2,0
TOTAL 2806,2 1031,5 1591,5 1873,2 1992,3 2591,3 2821,0
14707 100,0
Fuente.- Cochilco. Las cifras son en miles de toneladas.

Con todo, dichas empresas son solidariamente responsables por los daños ocasionados, por
provenir esta responsabilidad y obligación de indemnizar, de un ilícito civil.
Si perjuicio de lo anterior, entregamos los correspondientes porcentajes de cada empresa
privada de la Gran Minería del Cobre en la imprudente sobreproducción de cobre, que quizás pueda
servir para ilustrar la situación: Estos porcentajes son los siguientes: Minera Escondida en 44,4 %,
Compañía Minera La Disputada de Las Condes Ltda. en 13,9 %, Empresa Minera Mantos Blancos
S.A. en 7,8 %, Compañía Contractual Minera Candelaria en 7,6 %, Compañía Minera Doña Inés de
Collahuasi SCM en 6,2 %, Sociedad Contractual Minera El Abra en 5,9 %, Compañía Minera Zaldivar
en 4,3 %, Compañía Minera Cerro Colorado Ltda. en 3,2 %, Compañía Minera Quebrada Blanca S.A.
en 2,7 %, Minera Los Pelambres en 2,2 %, Compañía Minera El Indio en 2,0 %.

XI.- DEL TRATADO MINERO ENTRE LAS REPÚBLICAS DE CHILE Y DE


ARGENTINA.

Ante la firma y luego tramite del tratado minero, y respecto a sus consecuencias,

39
sin duda el estudio más cabado de ello, lo hizo uno de los asesores del Senador Jorge
Lavanderos, don Julian Alcayaga, el cual al introducir al tema del Tratado Minero expone:
“Según el gran biólogo chileno Humberto Maturana, los seres humanos estamos
biológicamente predispuestos para vivir en armonía con los demás seres humanos y con
la naturaleza que nos rodea, por lo que todo acto que nos lleve a mantener buenas
relaciones entre diversos grupos humanos, responde a una necesidad natural e
intrínseca. En este sentido, cualquier tratado que busque una mejor integración entre
Chile y Argentina, pueblos hermanos en historia, cultura y común lucha por la
independencia, encuentra el apoyo tácito e instintivo de la comunidad nacional, aún antes
de conocer siquiera el contenido del tratado. Por las mismas razones anteriores, esta
misma predisposición a la aceptación de un tratado con Chile, debe seguramente existir
en el pueblo argentino. Por biología e historia, vemos con buenos ojos cualquier acción
que sirva para unir a nuestros países.

Los autores del TRATADO SOBRE INTEGRACION Y COMPLEMENTACION MINERA,


están perfectamente al corriente de esta predisposición natural del pueblo chileno y
argentino a la integración, y han aprovechado esta circunstancia para que chilenos y
argentinos aceptemos este tratado con entusiasmo, a lo menos con indiferencia y que a
priori nadie sea contrario a su aprobación. Sólo después de analizar en forma consciente
su contenido, podemos darnos cuenta que el objetivo de este tratado no es
propiamente la integración de Chile y Argentina, si no que sólo la utilización de
parte de sus territorios fronterizos, llamado Area de Operaciones, para crear en él una
suerte de "país virtual", que estará a disposición de los grandes conglomerados
metalúrgicos multinacionales, pero que cual singular Caballo de Troya, es introducido
como un tratado de integración que favorecería a los pueblos chileno y argentino.

Al comenzar el estudio de este Tratado, lo primero que nos hace pensar, es que no
ha sido redactado por funcionarios de los gobiernos de Chile o Argentina, si no que por
juristas remunerados por las multinacionales metalúrgicas que desean su aprobación,
puesto que sólo extranjeros a los intereses legítimos de nuestros dos pueblos, pueden
tener la audaz idea de crear "un país virtual" en pleno territorio fronterizo chileno y
argentino, que cuente con su propio gobierno: la Comisión Administradora, a la que
se le otorgan también atribuciones legislativas al poder ampliar (legislar) el Ambito de
Aplicación del Tratado, y lo más grave de todo, esta entidad queda facultada para generar
la Constitución Política de este "país virtual", llamado Reglamento Interno.

Al no establecer absolutamente nada sobre el Reglamento Interno de la Comisión


Administradora, este Tratado es más peligroso por lo que no dice o no establece, que por
lo que estipula en su articulado, ya que al dejar que la misma Comisión Administradora
pueda decidir autónomamente su forma de funcionamiento, la designación y la
revocación de sus miembros, su forma de financiarse, etc., sin que nada de lo que
concierna su reglamento interno sea previamente sometido a la aprobación de los

40
gobiernos y/o parlamentos de Chile y Argentina. Se está en los hechos legitimando un
territorio autónomo en relación a ambos países, que llamamos virtual porque existe sólo
como creación jurídica sin territorio propio, pero que permite explotar las riquezas
mineras del territorio físico de Chile y Argentina. "País virtual" al cual además, sólo Chile
queda obligado a facilitar el resto de su territorio, para que las multinacionales
situadas en ese "territorio virtual", puedan exportar concentrados de minerales,
utilizando nuestra infraestructura vial y portuaria y administrativa, sin aportar nada al
fisco chileno, y puedan obtener colosales ganancias en paraísos fiscales muy lejanos de
las costas chilenas y argentinas, donde se sitúan las empresas relacionadas que
aportarán el financiamiento y comprarán los concentrados que saldrán de los puertos
chilenos.

Este tratado es negativo para la economía de ambos países, porque


conglomerados metalúrgicos extranjeros se llevarán para siempre una riqueza minera no
renovable, sin pagar impuesto a la renta ni en Chile ni en Argentina; pero ante todo es
peligroso para ambos países, desde un punto de vista político y jurídico, porque las dos
naciones ceden soberanía sobre una parte de sus territorios, a un novedoso y hasta
ahora desconocido a nivel mundial ente jurídico artificial, que constituye sólo el primer
paso hacia un nuevo orden de una bien dirigida globalización, creando un nuevo tipo de
jurisdicción supranacional, que permita a las multinacionales explotar en toda libertad
nuestros recursos naturales.

Por ahora, esta jurisdicción supranacional se limita sólo a dos países, pero si este
tratado se llega a aprobar, en un futuro cercano podríamos encontrarnos frente a un
nuevo Tratado de Integración y Complementación Pesquera y Minera, incluido los
hidrocarburos, los nódulos oceánicos y la pesca en aguas marítimas continentales de toda
América del Sur, donde las empresas americanas, europeas y japonesas actúen en toda
libertad en la explotación de nuestros recursos naturales. Es precisamente este aspecto
político-jurídico, que sentaría jurisprudencia internacional, el más peligroso de este
tratado.

En consecuencia, el Senado de nuestro país, es entonces, la última esperanza que


le queda al pueblo chileno y argentino, y podríamos decir, que le queda a todas las
naciones del Tercer Mundo, para impedir que esta nueva y globalizada legislación, les
arrebate la soberanía sobre sus riquezas naturales.

Pero en el corto plazo, Chile es el país más afectado económicamente con el


tratado minero con Argentina, esencialmente porque se acrecentará aún más la actual
sobreproducción mundial de cobre, induciendo a una baja aún mayor del precio y de los
ingresos de Codelco y del fisco, situación que los partidarios del tratado ni siquiera
mencionan, con el fin que esta realidad no sea debatida en el parlamento
chileno. Es precisamente sobre esta realidad que debiera ser debatida en el parlamento

41
chileno antes de aprobar el tratado, es decir la sobreproducción, el colapso del precio del
cobre, y la falta de tributación de las empresas mineras extranjeras, que
fundamentaremos el daño económico que se acrecentará para Chile si se aprueba el
Tratado de Complementación Minera con Argentina. Pero terminaremos este análisis, con
una nota de esperanza, porque pensamos que este Tratado no puede ser aprobado por el
Senado chileno, porque es inconstitucional tanto en la forma como en el fondo, y sobre
ello ya existe jurisprudencia constitucional que es imposible no tener en cuenta.”15
Este estudio enfatice los distintos matices que podría adquirir el referido
Tratado y la necesidad para el estado de que este no sea aprobado, dicho texto sólo
se contiene en un informe y no ha sido publicado.
XI.- del objeto del Tratado.
El objetivo del tratado, es el ofrecer un libre paso de, tanto de sustancias
substraídas desde las entrañas de la tierra como a las maquinarias necesarias para
dicha explotación o exploración, sin que existan restricciones de ningún tipo, ello con
el objeto de facilitar la explotación minera y con ello aumentar su producción, Uds. Ya
se pueden imaginar como es ello en una economía con sobre Stock en la producción
de cobre, o sea, un suicidio para Chile.
Lo más curioso es que las empresas extranjeras desde hace varios años
atrás, ya habían empezado a realizar estudios respecto a la posibilidad de ello, y la
única posibilidad para ello, es la firma de un Tratado Internacional, puesto que sólo
de esa forma se puede tratar de alguna forma, de corregir las normas internas sobre
la territorialidad del derecho, puesto que en el derecho interno chileno, no puede una
propiedad ser gravada por una servidumbre, ya sea judicial o convencional, en
beneficio de otra propiedad, minera o no, situada en el extranjero.

XI.2.- De la inconveniencia y de los vicios del tratado. Las inconveniencias del


tratado en cuestión , son las mencionadas Anteriormente y que podriamos resumirlas
como:
a) Sobreproducción y colapso del precio del cobre.
b) La pérdida de ingresos para el fisco.
c).- La tributación de las empresas mineras extranjeras.
d) Los Precios de Transferencia.-
e) Pago de elevados intereses por sobre el mercado internacional.-
f) Pago de asesorías de gestión a las casas matrices.-

“La importante sobreproducción de cobre en los mercados mundiales, generada


desde Chile por empresas extranjeras, el consecuente colapso de su precio, y la casi
desaparición de los aportes de este sector al erario nacional, se verán fuertemente
incrementados por la incorporación de varios yacimientos argentinos pertenecientes a
empresas norteamericanas y australianas. En este aspecto el tratado no sólo no otorga

15 JUALIAN ALCAYAGA, “TRATADO ENTRE LA REPUBLICA DE CHILE Y ARGENTINA SOBRE


INTEGRACION Y COMPLEMENTACION MINERA”, año 2000.

42
beneficios económicos para Chile, sino que tampoco le aporta beneficios a Argentina.
Donde están los beneficios del que nos hablan, las multinacionales mineras y los
partidarios chilenos del tratado ?
Estos beneficios se encontrarían en la importante actividad económica nacional y
regional; generación de una gran demanda de profesionales y mano de obra calificada en
la minería, (exportaríamos know-how) que los argentinos por ahora no poseerían, y otra
series de sinergias en el comercio, industria y servicios. Pero la realidad es muy distinta,
porque las sinergias regionales y nacionales generadas por estos proyectos son muy
bajas; porque en los grandes yacimientos mineros:
a) Sus inversiones y gastos más importante y esenciales lo constituyen la tecnología
automatizada y las maquinarias, que no son hechas ni en Chile ni en Argentina.
b) Por el peso de esta moderna tecnología automatizada, emplean muy poca mano de
obra en su explotación, y sólo alcanza una cierta importancia en los dos primeros años de
su construcción y puesta en marcha.
c) Los insumos y servicios de origen nacional, no son muy relevantes en los gastos de
estos grandes yacimientos, y se limitan a la alimentación y servicios de salud para los no
muy numerosos trabajadores, los explosivos de Enaex, la electricidad, y algunos servicios
como telecomunicaciones, ingeniería, etc.
d) El aporte de estos proyectos a la economía y actividad regional es casi nulo, como es el
caso del yacimiento La Candelaria en Tierra Amarilla y Copiapó; y de Los Pelambres en
Salamanca e Illapel, que emplean a un número de trabajadores que no sobrepasan los
800, y nada aportan al comercio y economía de estas localidades.
Del total de la inversión estimada en estos proyectos, la mayor parte de ella sólo
se traducirá como un valor contable en las cuentas nacionales de Chile y/o Argentina,
porque la inversión efectiva y real se efectúa en los países desarrollados, desde
donde vienen las maquinarias, la tecnología y los servicios de ingeniería asociados a esa
tecnología. Esta cuantiosa inversión-compra en el extranjero, estas empresas las pagarán
con créditos que vienen de otras filiales financieras de sus casas matrices ubicadas en
paraísos fiscales del caribe, con intereses superiores a los del mercado, que sumados a la
depreciación de esos mismos activos que se pagan con esos créditos, les permiten
cargarlas a gastos, y durante varios años declarar pérdidas y no pagar impuestos ni en
Chile ni en Argentina.  Es qué alguien puede demostrar que este tipo de organización
puede generar beneficios para Chile y Argentina ?.
Ciertos partidarios del tratado nos indican que habrá mucho trabajo para
ingenieros, técnicos y trabajadores chilenos, sobretodo en el período de instalación y
construcción de estos proyectos. Sin embargo, en la construcción de Los pelambres por
ejemplo, varias de las empresas constructoras y de ingeniería eran extranjeras; y en la
construcción del mineroducto hasta Los Vilos, los maestros soldadores y los ayudantes de
los soldadores eran todos argentinos, y los chilenos eran trabajadores sin calificación que
hacían las zanjas y las bases para los tubos de acero del mineroducto, tubos que también
se importaban de países desarrollados.”16

III.- LAS INSUPERABLES DIFICULTADES CONSTITUCIONALES DEL TRATADO.

Tal como está redactado, y por la forma como ya fue aprobado en la Cámara de
Diputados, este tratado no respeta la constitución y la legislación chilenas, tanto en la
forma como en el fondo, por lo que creemos que es muy difícil sino imposible su
aprobación en el Senado. Si a pesar de su inconstitucionalidad, el llegara de todos modos
a ser aprobado por el parlamento, cualquier ciudadano u organización podría presentar
recursos de inaplicabilidad ante los Tribunales de Justicia chilenos.

1.- El régimen de concesión minera en Chile

a) Inconstitucionalidad en el fondo.

El inciso 2 del art. N 1 del tratado establece lo siguiente: "Las prohibiciones y


restricciones vigentes en las legislaciones de cada Parte, referidas a la adquisición de la
propiedad, el ejercicio de la posesión o mera tenencia o la constitución de derechos reales
sobre bienes raíces, o derechos mineros, establecidos en razón de la calidad de
extranjero y de nacional chileno o argentino, no serán aplicables a los negocios mineros
16 JULIAN ALCAYAGA, op. Cit. Paginas 3 y siguientes.

43
regidos por el presente Tratado.

Las prohibiciones y restricciones existente en la legislación chilena a las que hace alusión
el art. N 1 del tratado, y que dejarían de aplicarse, se encuentran en primer lugar
establecidas en la Constitución Política de la República de Chile, que en el inciso 9 del N
24 del art. 19 estipula que: "La exploración, la explotación o el beneficio de los
yacimientos que contengan sustancias no susceptibles de concesión, podrán ejecutarse
directamente por el Estado o por sus empresas, o por medio de concesiones
administrativas o de contratos especiales de operación, con los requisitos y bajo las
condiciones que el Presidente de la República fije, para cada caso, por decreto supremo.
Esta norma se aplicará también a los yacimientos de cualquier especie existentes en
las aguas marítimas sometidas a la jurisdicción nacional y a los situados, en todo o
parte, en zonas que, conforme a la ley, se determinen como de importancia
para la seguridad nacional".

La Constitución establece una prohibición absoluta a la concesión minera sobre todo


tipo de yacimientos situados en zonas fronterizas consideradas de importancia para la
seguridad nacional, y la ley sólo se encarga de especificar las zonas donde rige la
prohibición establecida en la Constitución. La ley que especifica las zonas en que rigen
estas restricciones, es el DL 1.939 del 5 de octubre de 1977 que en su art. 6 establece:
"Las tierras fiscales situadas hasta una distancia de 10 kilómetros, medidos desde la
frontera, sólo podrán ser obtenidas en propiedad, arrendamiento o cualquier otro título,
por personas naturales o jurídicas chilenas". Esto quiere decir que por disposiciones
constitucionales, ningún no chileno o sociedad no chilena, puedan adquirir derechos
mineros en una franja de 10 kilómetros a lo largo de toda la frontera chilena, lo que
incluye a argentinos, canadienses, estadounidenses o australianos.

Por su parte el art. 7 amplia esta zona de restricción a la adquisición propiedad para los
ciudadanos y empresas de países limítrofes al establecer que: "Por razones de interés
nacional se prohíbe adquirir el dominio y otros derechos reales o ejercer la posesión o
tenencia de bienes raíces situados total o parcialmente en las zonas del territorio
nacional, actualmente declaradas fronterizas en virtud del decreto con fuerza de ley N
4, de 1967, del Ministerio de Relaciones Exteriores, a los nacionales de países
limítrofes salvo que medie la autorización prevista en el inciso tercero del presente
artículo". Esto quiere decir que los argentinos, peruanos o bolivianos, no pueden tener
acceso a cualquier tipo de propiedad en zonas fronterizas, que varían según la Región,
pero que pueden sobrepasar los 30 kilómetros desde la frontera, salvo que medie
autorización por decreto caso a caso.

Es entonces la Constitución Política de la República de Chile, la que establece las


prohibiciones a la propiedad minera de cualquier tipo en zonas fronterizas, por lo
cual ninguna ley puede levantarlas, puesto que estas prohibiciones tienen rango
constitucional. Por lo tanto, el inciso 2 del art. N 1 del tratado adolece de
inconstitucionalidad, que no puede ser subsanado, salvo que previamente se proceda a
suprimir o modificar el inciso 9 del N 24 de la Constitución. Si el tratado de todas maneras
se llegase a aprobar por el Congreso Nacional, su anulación puede ser solicitada al
Tribunal Constitucional por vicio de fondo.

Pero además existe otro precepto constitucional que debe ser modificado o suprimido,
como es el N 22 del artículo 19 de la Constitución que estipula: "La no discriminación
arbitraria en el trato que deben dar el Estado y sus organismos en materia económica.
Sólo en virtud de una ley, y siempre que no signifique tal discriminación, se podrán
autorizar determinados beneficios directos o indirectos en favor de algún sector o
zona geográfica, o establecer gravámenes especiales que afecten a unos u otras. En el
caso de las franquicias o beneficios indirectos, la estimación del costo de estas deberá
incluirse anualmente en la ley de Presupuestos".

Sin la derogación o modificación de este precepto constitucional, el tratado sería también


inconstitucional, porque no es posible levantar restricciones y otorgar beneficios, para un
sólo sector económico, el sector minero, dejando vigente estas restricciones para todos
los otros sectores económicos, como el inmobiliario, turismo, agrícola; y para una sola

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zona fronteriza, el Area de Operaciones del Tratado, que va de la Segunda a la
Undécima Región, dejando estas restricciones para la parte austral de la zona fronteriza
con Argentina, y para toda la zona fronteriza con Perú y Bolivia. Se discrimina entonces a
todos los sectores económicos fuera del minero, y a todas las zonas geográficas del
territorio chileno no incluidas en el Tratado. En consecuencia, esta es una razón más, por
la cuál puede ser solicitada la inconstitucionalidad del proyecto de ley del tratado, por
vicio de fondo.

b) Inconstitucionalidad en la forma.

Además de la inconstitucionalidad de fondo, el párrafo 2 del art. N 1 del tratado adolece


de inconstitucionalidad en la forma, porque para modificar el régimen de concesiones
mineras, se requiere de una ley Orgánica Constitucional, porque así lo establece la
Constitución Política y la Ley 18.097 sobre Concesiones Mineras, que tiene ese rango.

En efecto, el inciso 7 del N 24 del art. 19 de la Constitución Política del Estado establece
que: "Corresponde a la ley determinar que sustancias de aquellas a que se refiere el
inciso precedente, exceptuando los hidrocarburos líquidos o gaseosos, pueden ser objeto
de concesiones de exploración o de explotación. Dichas concesiones se constituirán
siempre por resolución judicial y tendrán la duración, conferirán los derechos e impondrán
las obligaciones que la ley exprese, la que tendrá el carácter de orgánica
constitucional". Además la misma ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones
Mineras N 18.097, establece que en zonas fronterizas que la ley determine como de
importancia para la seguridad nacional que no son susceptibles de concesión minera los
yacimientos en esas zonas; por lo que la ley que pretenda modificar o suprimir dicha
disposición, como lo hace el tratado, también debe imperativamente ser aprobada como
ley orgánica constitucional.

El art. N 82 de la Constitución Política, sobre las atribuciones del Tribunal Constitucional,


en su N 1 establece que debe: "Ejercer el control de la constitucionalidad de las leyes
orgánicas constitucionales antes de su promulgación y de las leyes que interpreten
algún precepto de la Constitución". Se trata entonces de un control obligatorio y
preventivo, que necesariamente debe efectuar el Tribunal Constitucional antes que dichas
leyes sean promulgadas, sobretodo si dichas dudas constitucionales han sido planteadas
en el curso de la tramitación de una ley, como ya ha sido el caso de la discusión del
tratado en la Cámara de Diputados.

A este respecto existe jurisprudencia constitucional, en el fallo dictado por el Tribunal


Constitucional rol N 5 del 8 de noviembre de 1981, ante un requerimiento de la Junta de
Gobierno sobre la constitucionalidad de la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones
Mineras (18.097), que en el considerando N 3 de este fallo establece : "Que antes de
analizar la redacción gramatical del texto, conviene determinar el sentido o intención del
constituyente al establecerlo. Nuestro régimen de propiedad minera está contenido en
cinco incisos del N 24 del artículo 19 de la Constitución Política. El inciso sexto sienta la
tesis general de que el dominio de las minas le corresponde al Estado, pero considerando
que la Nación tiene también interés en que estas se descubran y exploten, pues ello
significa prosperidad y trabajo en beneficio del país, en los incisos siguientes se otorga a
los particulares el derecho de explorar y explotar mediante concesiones las sustancias
fósiles que se declaren concesibles y se establece que el dominio del titular sobre su
concesión minera queda protegido por la garantía constitucional de que trata el N 24 ya
citado. Ciertas sustancias, por razones de bien común, se reservan en el propio texto
constitucional desde luego al Estado para que los explote por sí mismo. Todos estos
preceptos, de tanta trascendencia, están trabados entre sí, de tal manera que resulta
evidente que la remisión a una ley orgánica constitucional contenida en el inciso séptimo,
en la intención del constituyente ha de comprenderla a todos."

El Tribunal Constitucional ya ha entonces dictaminado que todo lo que concierna al


régimen de propiedad minera; en lo que respecta al dominio absoluto del Estado de todas
las minas, las sustancias concesibles, la concesión minera y su régimen de amparo, las
servidumbres, los derechos del Estado; quedaron establecidos en 5 incisos del N 24 del
artículo 19 de la Constitución Política, y sólo puede ser modificados por ley orgánica

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constitucional.

2.- Las servidumbres a los titulares de concesión minera

El régimen de servidumbres a las concesiones mineras, esta reglamentado por el art. N 8


de la Ley 18.097 sobre Concesiones Mineras que establece: "Los titulares de concesiones
mineras tienen derecho a que se constituyan las servidumbres convenientes a la
exploración y explotación mineras. Respecto de esas concesiones, los predios
superficiales están sujetos al gravamen de ser ocupados en toda la extensión necesaria
para trabajos mineros, por canchas y depósitos de minerales, desmontes, relaves y
escorias; por plantas de extracción y de beneficios de minerales; por subestaciones y
líneas eléctricas y de comunicación, canales, tranques, cañerías, habitaciones,
construcciones y obras complementarias ; y los gravámenes de tránsito y de ser ocupados
por caminos, ferrocarriles, cañerías, túneles, planos inclinados, andariveles, cintas
transportadoras y todo otro medio que sirva para unir las labores de la concesión con los
caminos públicos, establecimientos de beneficio, estaciones de ferrocarril, puertos de
embarque y centros de consumo".

En relación a las servidumbres el art. N 1 del tratado minero con argentina establece:
"Asimismo, las Partes permitirán, conforme a sus respectivos ordenamientos jurídicos: a)
El acceso, desempeño y protección de todas las actividades y servicios que tengan
relación con el negocio minero, mediante el ejercicio de los derechos establecidos en la
legislación de cada una de las Partes, entre los cuales se incluyen las servidumbres y
otros derechos contemplados en favor de las concesiones mineras y las plantas de
beneficio, fundición y refinación, todos los cuales se extenderán a las concesiones y
plantas del territorio de la otra Parte en que se aplique el Tratado. El protocolo
Adicional Específico a que se refiere el art. 5, determinará al área de constitución de las
servidumbres necesarias y de ejercicio de los derechos consagrados en el párrafo
precedente".

Esto quiere decir que el tratado está tácitamente modificando o extendiendo hacia la
Argentina, el beneficio del régimen de servidumbres y gravámenes establecidos en una
Ley Orgánica Constitucional chilena. No nos pronunciaremos sobre el hecho que una
ley chilena, pueda ser válida fuera del territorio chileno, pero lo que si queda bien
establecido, es que esta extensión de la ley 18.097 a concesiones mineras argentinas,
constituye una razón más para que la ley que apruebe el Tratado de Complementación
Minera con Argentina, deba imperativamente tener el rango de Ley Orgánica
Constitucional. Aún más grave nos parece, el art. 5 del tratado, que también parece
modificar la ley 18.097, porque los inversionistas deberán solicitar las servidumbres y
otros derechos del párrafo 3 letra a), ya mencionado, a la Comisión Administradora, la que
podrá negarlos (nada se dice al respecto) o recomendar a las Partes ( Los gobiernos ?) la
adopción de Protocolos Adicionales Específicos, cuando la constitución y la ley 18.097
establecen que es a los Tribunales de Justicia que se deben solicitar dichas servidumbres y
gravámenes.

Si el Tribunal Constitucional no es requerido por a lo menos 12 Senadores, la ley que


apruebe el tratado adolecerá de un vicio de carácter sustantivo, por lo que cualquiera
persona puede solicitar su inaplicabilidad ante los Tribunales de Justicia. Por ejemplo, en
los Tribunales de la Provincia del Choapa, o del Huasco, podrán oponerse al otorgamiento
de concesiones mineras en zonas fronterizas, y de servidumbres y gravámenes en favor
de concesiones mineras argentinas: las municipalidades de las regiones concernidas, las
asociaciones de pequeños mineros, de canalistas, de agricultores, organizaciones del
resguardo del medio ambiente o cualquiera persona natural o jurídica chilena que sea
afectada por estas servidumbres.

XII.-CONCLUSIÓN

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Todo lo anterior se puede enmarcar en una política nacional de explotación,
beneficio y venta de nuestra principal riqueza que es el cobre, se debe contemplar
una renta minera o como lo hemos señalado un royalty, que permita una buena
satisfacción del interés público que justifica el otorgamiento de concesiones mineras,
a fin de ello suponga un beneficio a ambas partes tanto al Estado como al
concesionario, o de no prosperar dicha formula, debe ser el Estado el único
explotador de aquellos yacimientos que comprenden la Gran Minería del Cobre, y de
esta manera manejar el precio internacional del metal lo cual es un derecho
reconocido internacionalmente, a fin de beneficiar a la nación toda y a los demás,
medianos y pequeños productores del metal. Ahora bien, de existir dicha política
nacional, ya sea por la acción directa en forma monopolica del Estado, o por la
mayor ingerencia de este en la explotación y comercialización que realicen los
particulares, con una renta minera y controlando los precios de ventas, sin duda los
ingresos del Estado, a lo menos, se triplicarían cubriendo todos los déficit
presupuestarios, a fin de poder cubrir los sectores más sensibles de la economía y a
la vez eliminar todos los impuesto y demás gravámenes que afectan
proporcionalmente más a los más pobre, o también llamados impuestos regresivos,
como el I.V.A. Y poder entregar mayores servicios sin cargo a los usuarios como
salud y educación gratuita, etc...
No puede ninguna persona quedar ajena a esta situación, y mucho menos
sabiendo que todo ello se encuentra en conocimiento del Estado, los datos
entregados pertenecen a Cochilco, como ya señalé en el prologo, no hay nada
inventado o una interpretación ideologica de los datos que pudiera entregar una
visión subjetiva, son hechos claros y concretos, que no se pueden desvirtuar. Ello
también esta en conocimiento de los partidos políticos, no es una mera interpretación
de un grupo reducido de personas, sólo no es público.
A esto sólo puedo agregar lo que dijo el gran poeta francés Alfredo de Vigny
“seul le silence est grand, tout le reste est faiblesse”. (Y es que frente a lo insólito
sólo resta el silencio).

Memorándum Nº 60 del 17 de octubre de 1997, del Sr. Javier Etcheverry, Director a la época del SII,
dirigido al Senador Jorge Lavandero Illanes
De la Responsabilidad Extracontractual Indirecta.” Ricardo Veas Pizarro, pag.128

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“Resolución Sobre Soberanía Permanente de los Recursos Naturales” de las
Naciones Unidas de 14 de diciembre de 1962,

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