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Diagnósticos Participativos Locales

Una estrategia para la defensa por el


derecho a la educación
Noviembre 2007

Ámbito Educación
Diagnósticos Participativos Locales
Una estrategia para la defensa por el derecho a la
educación

- Noviembre de 2007 -

Coordinación General del Material


Marcelo Krichesky y Nancy Fior

Material elaborado
en el marco del Programa
Promoción de Nuevas Comunidades de Aprendizaje,
gestionado por FUNDACION SES
en alianza con Organizaciones Sociales
de la Argentina y del Uruguay- (2004- 2007)

Equipo Responsable de la elaboración de esta publicación


* Coordinación general: Marcelo Krichesky y Nancy Fior
* Desarrollo de contenidos: Leandro Bottinelli, Roberta Ruiz, Valeria Sirviente, Nancy Fior y Ianina Tuñón
* Correcciones generales y edición: Marcelo Krichesky

1
INDICE
Presentación……….………………….……………………….………........3

La situación de los jóvenes en Argentina…………….………………..5


1. El problema de la educación y el trabajo…..…………………………….…..……………….5

2. El valor del Diagnóstico Participativo Local. Una estrategia para la visibilidad de los
problemas…………………………………...…………………………………………………....9

Resultados de los DPL en Argentina (2004-2005)….……….……….10


1. Educación………………………………………………………..…………………………......10

2. Trabajo……………………….……………………………..……………….…………....….…12

3. Participación y protagonismo……………………………………………….…………….…..14

4. Los jóvenes y sus derechos……….…………………………………….……………………16

Aprendizajes….…….………………………………………………………19

1. Condiciones sociales de vulnerabilidad como limitantes de los procesos de


participación juvenil…………………………………………………………………………19

2. La conformación de las Mesas Locales y el involucramiento de los jóvenes en el


proceso de los Diagnósticos……………………………………….………………………20

3. El Diagnóstico Participativo Local: una herramienta para generar


incidencia…………………………………………………………..………………………...21

4. Visibilidad e incidencia en Políticas Públicas de los resultados de los Diagnósticos


Locales………………………………………………………………………………...……..22

5. A modo de síntesis: Tensiones y Desafíos………………….…………………………...23

2
Presentación

La juventud como problemática y como categoría social ha ido ganando espacio en las
últimas décadas tanto en los debates académicos, como en las políticas públicas, en el sentido
común y en los discursos comerciales. La juventud aparece como algo que no está dado y que no es
natural, sino como una condición histórica, particular, definida en cada contexto social y cultural. Ser
joven en el hoy de la Argentina y de América Latina es una de las expresiones particulares de esta
condición histórica.

El empeoramiento de las condiciones de vida de la población en nuestro país al calor de las


políticas neoliberales de la década de los 90´, produjo múltiples situaciones de exclusión y de falta de
horizonte en los jóvenes de nuestro país. Este contexto produjo resistencia juvenil, vocación de
cambio y ganas de participar en buena parte de la población joven.

Fundación SES, trabaja de manera comprometida por la defensa de los derechos sociales,
laborales y educativos de la jóvenes apoyándolos en la construcción su proyecto de vida. Por otra
parte, pone foco en su accionar en el rescate de la mirada de los jóvenes como sujetos de cambio,
como colectivo transformador lo que nos moviliza para trabajar en el fortalecimiento de ese rol.

En esta publicación presentamos y analizamos la experiencia de los Diagnósticos


Participativos Locales (DPL) realizados en las 15 localidades de Argentina en las que se implementó
el Programa Nuevas Comunidades de Aprendizaje realizado en conjunto con Organizaciones
Sociales de la Argentina y el Uruguay.1 Este componente tuvo como propósito llevar adelante un
diagnóstico colectivo previo al diseño e implementación de las acciones del programa por parte de los
actores locales vinculados al desarrollo de la estrategia en cada localidad. El DPL tuvo diferentes
dimensiones destinadas a analizar la situación de los jóvenes, identificar los actores que podían ser
socios de la estrategia de trabajo que se iba a realizar y caracterizar el contexto general de la
localidad en que se implementaría el programa.

Para construir el contenido que se presenta, por una parte se compilaron los datos de
informes de los DPL realizados por las Organizaciones Nodo en cada localidad y sistematizados por
el Área de Monitoreo, Evaluación y Sistematización de Fundación SES. Por otra parte, se
desarrollaron talleres de reflexión y análisis con equipos técnicos y jóvenes en Buenos Aires,
Mendoza y Neuquén. Con la participación de actores de las Organizaciones Replicadoras y de

1 El programa Nuevas Comunidades de Aprendizaje (PNCA) se puso en marcha en el año 2003, con el apoyo de la
Internacional Yout Foundation y Lucent Foundation. Tuvo como propósito fundamental mejorar la situación de adolescentes y
jóvenes con menores oportunidades sociales y educativas, a partir del desarrollo de una propuesta de trabajo a escala en la
Argentina y el Uruguay con incidencia en las políticas educativas de dichos países. El programa se propuso llegar a un total de
3100 jóvenes que no asistían a la escuela y se buscó en consecuencia acompañar su re-inserción escolar; o bien, asistían a la
escuela pero en situación de riesgo de abandonarla, motivo por el cual el trabajo realizado apuntó a fortalecer su trayectoria
educativa. Los objetivos específicos apuntaron a: a) replicar la metodología de asociación local de Fundación SES para la
Promoción de Nuevas Comunidades de Aprendizaje llevándola a 15 localidades de Argentina (en Buenos Aires, Mendoza y
Neuquén, a partir del trabajo de replicación de las Organizaciones: Fundacion FOC, Crear desde la Educación Popular,
AVOME, KAYROS, Fundacion Otras Voces) y a 5 de Uruguay (Montevideo, La Teja, Durazno, Paysandú, y Chui, a partir del
trabajo de las Organizaciones Sociales: Foro Juvenil, Centro El Tejano, CAMI, e Iniciativa Latinoamericana ); b) lograr una
mayor incidencia social y en las políticas públicas a partir de un trabajo conjunto con el Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología de la Nación de la Argentina y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) del Uruguay, y los
Organismos Provinciales, y Municipales de ambos países que se involucren en el proceso de escala y c) desarrollar un proceso
de aprendizaje sobre la metodología de los proyectos a escala

3
algunas Nodo, estos talleres fueron de gran utilidad para sistematizar conclusiones, identificar su
impacto, sus limitaciones y fortalezas a casi dos años de realizados los diagnósticos.

Nos parece muy importante reconocer y agradecer el tiempo destinado por los compañeros
de las organizaciones a este espacio de talleres que resultó clave para capitalizar los saberes
colectivos e individuales generados en una experiencia de organización y participación social como
fue el Programa Nuevas Comunidades de Aprendizaje.

4
La situación de los jóvenes en Argentina

1. El problema de la Educación y el Trabajo

Las transformaciones sociales y económicas que vivió Argentina en las últimas décadas,
estrecharon las oportunidades sociales para buena parte de la población. Para los jóvenes
pertenecientes a sectores populares y a sectores medios en declive, el impacto ha sido muy
significativo no sólo en cuanto al empeoramiento de la situación material de vida de sus hogares,
sino también a la crisis en la imagen de futuro asociado sin dudas al contexto familiar,
comunitario, educativo, laboral y político que los jóvenes transitan.

Cada una de estas instancias ha acusado de diferentes formas el impacto del proceso de
decadencia mencionado. En lo familiar, el desempleo y la pérdida de ingresos; en lo comunitario
las situaciones de violencia social que afectan la vida cotidiana en los barrios populares; en lo
educativo, un sistema de educación evidentemente en crisis y devaluado en cuanto a su carácter
habilitante para acceder a mejores condiciones de vida; en lo laboral, el complicado acceso al
primer empleo y el tránsito por experiencias laborales sumamente precarias que ofrece un
mercado de trabajo con altos niveles de desempleo e informalidad.

1.1) Una mirada desde la información estadística

A continuación haremos una descripción de la situación actual de los jóvenes, a través de


análisis de los datos de dos indicadores: Trabajo y Educación2.

Trabajo
Desde lo laboral, y aún cuando se comprueba que en los últimos años el nivel de desempleo
juvenil ha venido disminuyendo de manera sostenida (ubicándose en el 16,5 % a fines de 2006,
esto es, 10 puntos por debajo del nivel alcanzado durante la crisis de 2001/ 02) los datos indican
que para fines del año 2006 había más de medio millón de jóvenes de entre 18 y 29 años
(554.281 exactamente) desocupados en las principales ciudad del país. Este indicador por su
puesto, nos muestra sólo la punta de un iceberg que bajo la superficie invisibiliza una variedad
de problemáticas muy complejas constituidas por la precariedad, la inestabilidad laboral y los
bajos niveles de ingresos laborales que perciben los jóvenes. Por otra parte, los niveles de
desocupación varían de manera significativa si analizamos la información por sexo y,
especialmente, por edad: en los jóvenes de 18 a 23 años, no baja del 20%, con picos que
superan el 30% en los últimos años (especialmente en las mujeres).

2
La información sobre jóvenes se ha elaborado a partir de las bases de datos de la Encuesta Permanente de Hogares
realizada trimestralmente por el INDEC y las Direcciones Provinciales de Estadística. Esta encuesta se realiza a una muestra
de unas 130.000 personas en las 31 aglomeraciones urbanas más importantes del país (las 24 capitales provinciales más otras
7 ciudades de más de 100.00 habitantes). En estas aglomeraciones urbanas reside aproximadamente las 2/3 partes de la
población del país.

5
Educación3

Los datos del último censo 2001 demuestran el 17,4 % de los jóvenes de entre 14 y 17 años no
está asistiendo a la escuela. En números absolutos esto representa a 450.000 jóvenes de que
están fuera del sistema educativo. Este grupo de edad debería estar escolarizado, ya que esos
años corresponden a las edades teóricas de asistencia al último año de la EGB (o 2º del
Secundario) y al Polimodal (o 3 últimos años del colegio Secundario). La inequidad del sistema
educativo refleja las desigualdades sociales de nuestro país, por lo que nos parece fundamental
detenernos en este punto4.

Para la construcción de los deciles de clima educativo del hogar la estrategia es similar, pero se
utiliza la variable clima educativo para la organización de los hogares. El clima educativo del
hogar es el promedio de años de escolaridad de los adultos (de 18 años o más) que integran el
hogar. Digamos por último, que el clima educativo es una aproximación más rigurosa que el nivel
de ingreso, al nivel socio-económico de los hogares ya que nos habla de características más
estructurales (menos variables) del hogar. Por último, es importante tener muy en cuenta que los
datos sobre inequidad educativa están construidos con información de la Encuesta Permanente
de Hogares, motivo por el cual los datos sólo se refieren a las 28 ciudades (aglomerados
urbanos) más grandes o importantes del país. Las estimaciones puntuales de estos datos
contienen un margen de error muestral, como toda estimación generada a partir de un
relevamiento muestral. Este margen de error va del 10 al 25 % en diferentes estimaciones.

3
Para el desarrollo de este punto hemos tomado como referencia al fascículo “Escuela y Comunidad: Desafíos para la
inclusión educativa” desarrollado en el marco del Proyecto Hemisférico “Elaboración de Políticas y estrategias para la
prevención del fracaso escolar” del MECyT de la República Argentina con el apoyo de la OEA Este material fue
elaborado por un equipo de Fundación SES, coordinado por Marcelo Krichesky.
4
Para analizar el diferente nivel de acceso a educación de los jóvenes “por ingreso” (deberíamos decir “por ingreso per
cápita de los hogares”) los pasos metodológicos son: identificar el ingreso total de cada uno de los hogares, dividir ese
ingreso por la cantidad de miembros del hogar, organizar a los hogares de menor a mayor según el resultado de este
cociente e identificar 10 tramos iguales (deciles) que contengan cada uno el 10 % de hogares. La pertenencia de un
joven a uno u otro decil de ingresos se define por la pertenencia del hogar en que vive a un determinado decil.

6
Brecha en la asistencia a la escuela por deciles de ingreso.
Jóvenes de 14 a 17 años. Año 2002.
120%

100% 0%
20%
80%
No asisten
60% Asisten

100%
40% 80%

20%

0%
10 % más pobre 10 % más rico

Fuente: Elaboración propia en base a EPH-INDEC, Onda Mayo 2002,

Entre los jóvenes que pertenecen al 10 % más rico de los hogares (el décimo decil), el nivel de
asistencia es del 100 %, en tanto que entre los que pertenecen al 10 % más pobre (primer decil)
la asistencia es del 79,7 %. Esto significa una diferencia de 20 puntos porcentuales, que en
términos de brecha (es decir de distancia relativa entre un grupo social y otro) es un 25,5 %. En
otras palabras: los jóvenes del sector social más alto tienen un nivel de asistencia 25 % mayor a
los del sector más pobre.

Si analizamos la evolución reciente de este indicador de inequidad, vemos que la distancia entre
grupos sociales, en cuanto a acceso a la escuela, se redujo en el período 1998 – 2002.

En cuanto a lo educativo, la sanción de la nueva Ley Nacional de Educación, plantea un


importante desafío en relación a la forma en que esta se implementará en cada provincia para
mejorar la situación educativa de los niños y jóvenes de la familias en situación de pobreza y por
la necesidad de garantizar el derecho a una educación con calidad para todos y todas. En este
debate, se destaca el hecho de que el nivel de escolarización general de la población
adolescente de nuestro país ha estado históricamente en niveles aceptables para el contexto de
la región. La extensión de la escuela secundaria en las últimas décadas ha llegado a niveles
cercanos al 90% para los adolescentes del total del país (87,4% según el Censo de 2001 para el
grupo de 12 a 17 años).

7
La evolución reciente de la tasa de escolarización, estimada a partir de la Encuesta Permanente
de Hogares (INDEC) para los aglomerados urbanos más importantes del país, muestra valores
estabilizados por encima del 90%. En el grupo de edad que va de los 12 a los 17 años el nivel de
escolarización es muy variable. Hay diferencias significativas entre los adolescentes de 12 a 14
años (período que corresponde a la edad teórica de asistencia al 3º ciclo de EGB) y los de 15 a
17 (correspondientes en teoría al Polimodal y edades donde se hace importante el
desgranamiento educativo).5

5
En el año 2003 la Encuesta Permanente de Hogares modificó su diseño muestral y los instrumentos para relevar información.
Esto puede explicar en parte el cambio en los datos de la serie en entre los años 2002 y 2003, en particular en cuanto a
escolarización.

8
2. El valor del Diagnóstico Participativo Local: Una estrategia para la visibilidad de
los problemas.

Un Diagnóstico Participativo Local (DPL) es un conjunto de acciones llevado adelante por una
mesa de actores locales comprometidos con su localidad para producir conocimiento. Su punto
de partida conceptual reside en la propuesta de la Educación Popular respecto de la forma en
que los sujetos sociales producen conocimiento como visión de la realidad.
Este conocimiento, en tanto visión de la realidad, es un insumo para la definición de problemas y
el diseño e implementación de un plan de trabajo destinado a promover el desarrollo socio-
educativo local. Para esta definición es clave el hecho de que los actores asociados y
comprometidos con el desarrollo de su localidad sean protagonistas del proceso de diagnóstico.

2.1) La estrategia de los DPL


El Diagnóstico Participativo Local se lleva adelante a través del relevamiento de datos
secundarios, de datos primarios (mediante encuestas a personas e instituciones de interés) y
entrevistas a líderes de opinión de la localidad. El análisis de la información relevada y
sistematizada, es realizado en forma colectiva por los actores en el marco de talleres de trabajo.
Además de los actores locales, que son protagonistas del diagnóstico definiendo ejes de
indagación y claves de análisis de la información, un equipo técnico acompaña y asiste todo lo
relacionado con la tarea de diseñar instrumentos de relevamiento y sistematizar los datos.

Los DPLs presentan cuatro (4) ejes de indagación de la realidad. Estos ejes fueron identificados
a partir de su relación con el tipo de trabajo que se pretendía realizar luego del diagnóstico. Los
ejes y sus objetivos fueron:
• Jóvenes: describir y analizar la situación de los jóvenes
• Organizaciones: identificar y conocer las organizaciones sociales y comunitarias para
convocarlas al trabajo con jóvenes
• Escuelas: profundizar el conocimiento de las escuelas de la localidad para convocarlas
• Mapa de actores: identificar los actores más significativos de la comunidad y su rol potencial en el
marco de la propuesta de trabajo.

Tanto el colectivo de actores que impulsa la estrategia socio-educativa local como otros actores
de la comunidad son destinatarios de la información de los DPL. Estos actores clave a los que
los resultados de los DPL buscarán llegar son por un lado la propia comunidad a través de sus
instituciones: escuelas, empresas, organizaciones sociales, por otra parte, los medios de prensa
locales y provinciales. Por último los gobiernos también en estos 2 niveles. Es importante tener
presente, que aquella información que resulta más significativa para interpelar a estos actores es
la relativa al primer eje de los DPLs, el de los jóvenes, ya que en general no se cuenta con
información local sobre ellos, y menos aún con información relativa a las opiniones y
aspiraciones de los mismos en su comunidad. Difundir esta información posiciona en un lugar
importante al colectivo que impulsó el DPL y los constituye como actores legítimos respecto del
tema de los jóvenes, la educación, el trabajo, en la localidad.

9
Resultados de los DPL en Argentina (2004-2005)
Los datos relevados a través de los Diagnósticos Participativos Locales han provisto información
sobre diferentes aspectos de la realidad de los jóvenes en las localidades. En esta sección se
presentan y analizan los principales resultados en cuanto a educación, trabajo, participación,
derechos y percepciones juveniles.

I) Educación
En el grupo encuestado, caracterizado por su pertenencia al 40% de los hogares más pobres de
cada población, casi 3 de cada 10 jóvenes de entre 13 y 19 años se encontraba fuera del ámbito
educativo formal. A su vez, en las tres regiones bajo análisis se observaba un mayor nivel de
asistencia escolar en las jóvenes mujeres que en los varones y un claro descenso de la
asistencia a medida que aumenta la edad.
Si sumamos a esto el análisis de un indicador sintético que nos aproxima a los resultados
educativos de estos jóvenes -la condición de asistencia o finalización de la escuela media-,
observamos también que, entre los entrevistados, un 21% no asistía a la escuela ni había
finalizado sus estudios.
Por último, para ampliar los perfiles de la problemática educativa de estos jóvenes, los DPL
relevaron información que brinda una aproximación a la vulnerabilidad educativa: la proporción
de jóvenes que estaban en las escuelas pero con sobre-edad para el año que cursaban. A través
de este indicador, que se resume como riesgo educativo, nos aproximamos a una problemática
extendida entre estos jóvenes, que afectaba al 40% de los entrevistados.

Gráfico 1 : Nivel de asistencia a la educación


formal por provincia

0% 20% 40% 60% 80% 100%

84%
Región Neuquén
17%

65%
Región Mendoza
36%
Asiste
No Asiste
Región Buenos 70%
Aires 30%

73%
Total
28%

Fuente: Entrevistas domiciliarias a 1822 jóvenes pobres residentes en pequeñas y medianas


poblaciones urbanas y semi-urbanas de la Provincia de Mendoza, Neuquén y Buenos Aires.

10
Gráfico 2: Riesgo educativo de los jóvenes que
asisten a algún nivel de la educación formal por
provincia. Base: 73% en promedio de los jóvenes que asisten a algún
nivel de la educación formal.
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80%

55%
Región Neuquén
45%

60%
Región Mendoza
40%

Región Buenos 67%


Aires 33%

60%
Total
40%

Sin Déficit Con Déficit

Fuente: Entrevistas domiciliarias a 1822 jóvenes pobres residentes en pequeñas y medianas


poblaciones urbanas y semi-urbanas de la Provincia de Mendoza, Neuquén y Buenos Aires.

Si desagregamos estos datos para cada una de las provincias y localidades en las que se
implementaron los diagnósticos podemos resaltar lo siguiente:
En la provincia de Neuquén la tasa de asistencia escolar alcanzaba el 84% y un 87% de los
jóvenes encuestados asistía a la escuela o había finalizado sus estudios medios.
Comparativamente, estos datos eran significativamente mayores a los observados en las
restantes regiones. Sin embargo, en esta provincia aproximadamente 5 de cada 10 jóvenes que
asistían a la escuela presentaban déficit educativo, por lo que podemos decir que la ventaja
comparativa fundada en los mayores índices de asistencia se relativizan.
La provincia de Buenos Aires presentaba una tasa de asistencia escolar del 70%, pero la
proporción de jóvenes que asistía o había finalizado la escuela ascendía al 80% y un 67% de los
jóvenes entrevistados se encontraba cursando el año que le correspondía por su edad, por lo
que el déficit educativo era significativamente menor al que observamos en las restantes
provincias analizadas.
En la provincia de Mendoza la tasa de asistencia escolar era del 65%, por lo que cerca de 4 de
10 jóvenes entrevistados se encontraba en una situación de exclusión educativa. A su vez, el
30% de estos adolescentes no asistía a la escuela ni la había finalizado y 4 de cada 10 asistía a
la escuela cursando un año inferior al que le correspondía por su edad.

Al realizar la apertura de la información de cada provincia por localidad, se observan las


siguientes particularidades al interior de cada una:

11
Del 83% de los jóvenes neuquinos que asisten a establecimientos educativos
formales, las localidades de la provincia en las que se observa mayor nivel de
asistencia escolar son Plaza Huincul y Aluminé y un nivel de asistencial menor
en Comunidades de Cayupán y Loncolúan (88%, 86% y 76%, respectivamente).
Asimismo, cabe señalar que las Comunidades Mapuches registran una tasa de
asistencia 6 puntos porcentuales menor a la observada en las localidades no
mapuches. En términos de los indicadores educativos, se observan importantes
desigualdades en el interior de la provincia de Neuquén que ubican a las
localidades de Las Coloradas, El Huecú y las Comunidades de Cayupán y
Loncolúan entre las más deficitarias y a las de Centenario y Plaza Huincul entre
las menos deficitarias. Estas dos últimas localidades son también las
comunidades más urbanas de la provincia.
En términos generales, la provincia de Mendoza presenta una situación
claramente deficitaria en términos de inclusión educativa, ya que el 36% de los
jóvenes no asisten a la escuela. Esta situación resulta más grave en la localidad
de La Consulta donde el 60% de los jóvenes se encuentra en una situación de
exclusión educativa, por lo que puede decirse que el problema estructural de
inclusión educativa que se observa en la provincia responde básicamente a la
baja tasa de asistencia escolar registrada en la localidad de La Consulta1.
Finalmente, la situación de exclusión educativa que afecta a 3 de cada 10
jóvenes pertenecientes a la provincia de Buenos Aires es especialmente más
grave en las localidades de Avellaneda y Remedios de Escalada, donde el 36%
y el 35% de los jóvenes no asisten a la escuela, respectivamente. Si bien en
términos de los indicadores educativos, no son significativas las diferencias
locales observadas en el nivel de asistencia escolar, Avellaneda se ubica en una
posición relativa más deficitaria.

II) Trabajo
En términos generales, la información obtenida por los DPL constata que es significativo el
porcentaje de jóvenes activos, es decir, aquellos que trabajan o buscan empleo y que por lo
tanto no focalizan su actividad en el estudio, tal como correspondería por la edad de la mayor
parte de estos jóvenes. En efecto, el 44% de los encuestados tenía o buscaba un trabajo,
situación particularmente significativa entre los entrevistados de las localidades bonaerenses.
Si nos detenemos en el análisis de los jóvenes que se encontraban en actividad al momento de
implementarse los DPL, observamos que la mayor parte (el 54% de los activos) estaba
desocupado, situación aún más marcada en las localidades de la provincia de Buenos Aires.
Por su parte, entre aquellos que tenían un trabajo se observa que si bien la mayor parte de los
mismos (el 70%) realizaba una actividad en relación de dependencia, el hecho de que un 30%
de estos jóvenes fueran cuentapropistas nos brinda un primer indicio acerca de su precaria
inserción en el mercado de trabajo6. Asimismo, entre quienes se desempeñaban en relación de
dependencia, el 64% tenía un trabajo en negro y era extendido el porcentaje de jóvenes que

6
Las actividades por cuenta propia que requieren baja calificación conforman el denominado “sector informal urbano”, una de
cuyas principales características está dada por los bajos ingresos que perciben aquellos que desarrollan este tipo de trabajos
autogenerador MONZA, A.: Los dilemas de la política de empleo en la coyuntura argentina actual, OSDE/CIEPP, Buenos Aires,
2002.

12
trabajaba con contratos a plazo, cuestiones que dan cuenta de la extensión de su inserción
precaria en el mercado de trabajo de los jóvenes. De hecho, sólo un 10% trabajaba en blanco. Si
incorporamos también la información acerca de la estructura de ingresos de los jóvenes, otro
dato que refuerza la importancia de la problemática acerca de la calidad de los empleos es el
hecho de que la mitad de aquellos que trabajaban obtenía 150 pesos o menos como ingreso
mensual (año 2004 y 2005).
Por último, si sumamos a nuestro análisis la situación educativa de estos jóvenes, podemos
observar que aquellos que “no estudiaban, ni trabajaban, ni buscaban un empleo” representaban
un 7% del total de los encuestados, poniendo así de manifiesto una problemática aún más
profunda de exclusión tanto del espacio institucional de la escuela como del mundo del trabajo.

Gráfico 3: Situación Ocupacional de los jóvenes


por Provincia. Base: 44% en promedio de los jóvenes activos.
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70%

Región 44%
Neuquén 56%

Región 53%
Mendoza 47%
Ocupados

Región Buenos 40% Desocupados


Aires 60%

46%
Total
54%

Fuente: Entrevistas domiciliarias a 1822 jóvenes pobres residentes en pequeñas y medianas


poblaciones urbanas y semi-urbanas de la Provincia de Mendoza, Neuquén y Buenos Aires.

Gráfico 4: Participación juvenil en la


estructura de la actividad laboral y educativa.
0% 20% 40% 60% 80%

59%
Región 9% Sólo estudia
Neuquén 28%
4%

47%
Región 8% Estudia y trabaja o
Mendoza 36% busca empleo
9%

42% No estudia y trabaja


Región 7%
45% o busca empleo
Buenos Aires
6%

49% Ni estudia, ni trabaja,


8% ni busca empleo
Total 36%
7%

Fuente: Entrevistas domiciliarias a 1822 jóvenes pobres residentes en pequeñas y medianas


poblaciones urbanas y semi-urbanas de la Provincia de Mendoza, Neuquén y Buenos Aires.

Al realizar la apertura de estos datos por provincia, observamos algunas diferencias en cuanto a
la vinculación de los jóvenes con el mercado de trabajo.
En la provincia de Neuquén, la proporción de jóvenes que trabajaban o buscaban empleo
ascendía al 44% y entre ellos un 56% se encontraba desocupado. De los jóvenes que
trabajaban, el 75% lo hacía en relación de dependencia y dentro de este grupo el porcentaje

13
contratado en blanco alcanzaba al 16% -duplicando la proporción de las restantesprovincias-.
Por último, en esta provincia sólo 4 de cada 100 jóvenes no estudiaban, ni trabajaban ni
buscaban un empleo.
Buenos Aires presentaba la mayor proporción de jóvenes activos (52%) y también la mayor tasa
de desocupación con un 60% de los jóvenes activos buscando un empleo. Por su parte, entre
aquellos que trabajaban, un 60% lo hacía en relación de dependencia, pero sólo un 9% estaba
contratado en blanco. Finalmente, en esta región un 6% de los entrevistados no estudiaba, ni
trabajaba ni buscaba un empleo.
En la provincia de Mendoza, la tasa de actividad entre los jóvenes encuestados era del 44% y la
de desocupación del 47%. A su vez, entre los que trabajaban, un 75% lo hacía en relación de
dependencia, pero entre ellos la contratación en negro ascendía al 71%. Por último, los jóvenes
que no estudiaban, ni trabajaban, ni buscaban un empleo, representaba un 9% en esta provincia.

En particular, en las localidades en las que se implementaron los DPL en cada provincia, se
destacan las siguientes particularidades acerca del impacto del desempleo entre los jóvenes:

Entre los jóvenes neuquinos, los activos son más en las localidades de Comunidades de
Cayupán y Lonco Lúan y Las Coloradas. Es también en esta última localidad, Las Coloradas,
donde se registra la mayor tasa de desocupación, junto a la localidad de El Huecú (66% y 64%,
respectivamente).
En la provincia de Mendoza, Luján de Cuyo es la localidad donde se registra la mayor tasa de
desocupación, que alcanza al 57% de los jóvenes, diez puntos porcentuales por encima de la
tasa registrada para el conjunto de la región. Por su parte, la localidad de Malargüe es aquella
que presenta la menor tasa de desocupación (32%).
En la provincia de Buenos Aires Villa Fiorito y Berisso registran las mayores tasas de
desocupación (75% y 74%, respectivamente).

III) Participación y protagonismo

La mayor parte de los jóvenes de las localidades en las que se puso en marcha este proceso (un
73%), no tenían una participación en organizaciones de la comunidad, es decir que mientras la
vinculación con los ámbitos educativos y laborales era extendida, el vínculo con instituciones de
otro carácter era más acotado.
Si se analiza el tipo de institución con la que se vinculaban los jóvenes que sí tenían algún tipo
de participación, la información obtenida indicaba que un elevado porcentaje de ellos se
vinculaba con lugares religiosos (45,8%) seguidos de los clubes o espacios deportivos, y que lo
hacía con la escuela (como espacio extra-curricular) sólo un 16,2%. En esas instituciones, los
jóvenes realizaban principalmente actividades deportivas y recreativas (46,1%), culturales (28%)
y religiosas (26,6%), motivados por satisfacción (72,6%) y para relacionarse con otros (23,1%).

14
Gráfico 5: Participación comunitaria de los Gráfico 6: Tipo de Participación comunitaria de
jóvenes por provincia los jóvenes por Provincia. Respuestas Múltiples. Base: Jóvenes
que participan.
0% 20% 40% 60% 80% 100%
Región Región Región
Neuquén Mendoza Buenos Aires Total
Región 34%
Sociedad de fomento / Junta
Neuquén 65% 2.9 4.5 5.8 4.2
Vecinal / Cooperativa
Lugar religioso / Iglesias / 47.8 48.1 40.3 45.8
Región 25% En la escuela 13.9 11.9 24.7 16.2
Participa
Mendoza 75% Radio local 2.7 .6 .8 1.5
Organizaciones comunitarias del 4.6 17.1 12.1 10.7
No participa
Espacios del gobierno local 1.8 4.2 .7 2.2
Región 24%
Local partidario .4 .7 .4
Buenos Aires 73%
Clubes / espacios deportivos 26.4 17.1 22.1 22.2
Centro cultural 3.4 6.3 9.3 6.0
27% Grupo de jóvenes 18.1 11.8 13.6 14.8
Total
73% Otras 4.8 9.2 6.0 6.6

Fuente: Entrevistas domiciliarias a 1822 jóvenes pobres residentes en pequeñas y medianas Fuente: Entrevistas domiciliarias a 1822 jóvenes pobres residentes en pequeñas y medianas
poblaciones urbanas y semi-urbanas de la Provincia de Mendoza, Neuquén y Buenos Aires. poblaciones urbanas y semi-urbanas de la Provincia de Mendoza, Neuquén y Buenos Aires.

En la provincia de Neuquén es donde se observaba la mayor prevalencia de este fenómeno de la


participación social. En efecto, allí 3 de cada diez jóvenes reconocía participar de una institución
social. Entre ellos, se destacaba básicamente la participación en 3 instituciones u espacios
sociales: las iglesias, templos (46%), los clubes o espacios deportivos (20%) y los grupos de
jóvenes (12%).
Entre los jóvenes de la provincia de Mendoza, el 75% no participaba de espacios comunitarios.
Entre el 25% que sí lo hacía se destacaba la participación en espacios religiosos (48%),
organizaciones comunitarias, barriales (14%) y espacios deportivos (10%).
En Buenos Aires, por su parte, poco más de 2 jóvenes de cada diez reconocían este tipo de
práctica. Entre ellos, en primer lugar participaban de espacios religiosos (39%), y luego de
espacios de participación social en el ámbito de la escuela (18%) y espacios deportivos (11%).

15
IV) Los jóvenes y sus derechos

Con respecto al mundo de las representaciones juveniles vinculadas con el mundo educativo, en
el que se indagó a partir del acuerdo o desacuerdo con distintas frases, en términos generales se
observa una valoración positiva de la escuela, tanto para “abrirse camino” como en su calidad de
vehículo para incorporarse en el mercado de trabajo. Así lo indica el elevado nivel de acuerdo de
los jóvenes entrevistados con las frases que dan cuenta de estas opiniones, al igual que el
desacuerdo general con la frase “no vale la pena estudiar”. Esta percepción atraviesa tanto a
aquellos que están incluidos en el sistema educativo como a quienes no lo están, aunque es más
marcada entre los primeros. Sin embargo, el nivel de acuerdo con otras frases tales como: “Lo
único que importa es aprender lo que te sirve para trabajar, o “Muchos jóvenes irían a la escuela
si enseñaran un oficio” (43% y 71% respectivamente) dan cuenta de que existe una particular
valoración de la escuela en su rol de vehículo de inserción laboral. A su vez, entre estos jóvenes
el trabajo está asociado con la independencia (45,4%), la posibilidad de cubrir gastos personales
(43,1%), ayudar a la familia (34,6%), y progresar (25,7%), tal como señalaron cuando se les
preguntó para qué le sirve trabajar a un joven
Por otro lado, mientras existen niveles similares de acuerdo y de desacuerdo con la frase “la
escuela discrimina a los pobres”, entre aquellos jóvenes que están excluidos del sistema
educativo esta percepción es notablemente mayor que entre los que van a la escuela.

Gráfico 7: Nivel de acuerdo de los jóvenes con distintas


afirmaciones acerca del valor de la educación
100
0% 20% 40% 60% 80% %

"Estudiar sirve para abrirse


95% 2%
2%
1%
camino"

"No vale la pena estudiar, la plata De acuerdo o muy de acuerdo


12%14% 72% 2%
se consigue en otro lado"

"El estudio ayuda a conseguir Ni de acuerdo ni en desacuerdo


87% 6%
5%
1%
trabajo"

En desacuedo o muy en
"Lo que importa es aprender lo que
43% 12% 43% 2% desacuerdo
te sirve para trabajar"

NS / NC
"Muchos jóvenes irían a la escuela
71% 11%13%5%
si enseñaran un oficio"

"En la escuela discriminan a los


43% 15% 39% 3%
pobres"

Fuente: Entrevistas domiciliarias a 1822 jóvenes pobres residentes en pequeñas y medianas poblaciones urbanas y semi-urbanas de la
Provincia de Mendoza, Neuquén y Buenos Aires.

Indagando en las percepciones de los jóvenes sobre la deserción escolar, en particular en los
motivos con los cuales asocian el hecho de dejar la escuela o no estar estudiando, un dato a
destacar -fundamentalmente por tratarse de jóvenes pertenecientes a hogares atravesados por

16
problemáticas socioeconómicas- es el elevado porcentaje de menciones al “desinterés” como
causa.

Respecto de los atributos positivos de la escuela, los jóvenes entrevistados destacan


principalmente la calidad educativa (33,8%) y el servicio de refrigerio (26,1%). Este último, como
se observa, no se vincula directamente con cualidades relacionadas con la enseñanza, sino con
la atención social de la escuela. El primero de estos atributos es también el que más mencionan
-aunque en menor medida- a la hora de identificar los aspectos negativos de la institución (18%).
Para finalizar, la indagación acerca de los principales problemas que afectan a los jóvenes arrojó
como resultado una fuerte presencia de la problemática de las adicciones, mencionada por la
mayor parte de los chicos entrevistados (78,2%). El resto de los problemas juveniles tenía en
cambio una presencia diferencial entre los jóvenes de las tres provincias en las que se
implementaron los DPL. Aún así, puede destacarse la falta de trabajo y educación, así como la
violencia como problemáticas destacadas.

Gráfico 8: Principales problemas que afectan a


los jóvenes. Respuestas Múltiples.
Región Región Región Buenos
Neuquén Mendoza Aires Total
Las adicciones 82.9 78.3 73.2 78.2
La inseguridad / violencia 8.1 30.9 7.8 16.2
La Falta de trabajo 23.2 26.9 27.8 26.0
La falta de educación 19.8 17.6 46.4 27.4
Son discriminados 1.6 1.3 .9
La falta de contención familiar 19.0 17.5 10.2 15.7
Exclusión social 9.0 1.0 3.2
La apatía/ desidia 6.5 4.3 5.2 5.3
Dificultades para relacionarse 2.5 14.0 1.8 6.4
Embarazo adolescente 1.0 7.0 .2 2.9
Falta de espacios de recreación 10.3 15.6 8.3
Problemas de Salud 14.4 4.5
Otros Problemas 2.4 5.8 6.4 4.9
No tiene opinión 11.6 10.3 31.7 17.5

Fuente: Entrevistas domiciliarias a 1822 jóvenes pobres residentes en pequeñas y medianas


poblaciones urbanas y semi-urbanas de la Provincia de Mendoza, Neuquén y Buenos Aires.

En términos comparativos, los niveles de acuerdo y desacuerdo de los jóvenes de las tres
provincias analizadas con respecto a las afirmaciones “Estudiar sirve para abrirse camino”, “No
vale la pena estudiar: la plata se consigue por otro lado”, “El estudio ayuda a conseguir trabajo” y
“Los que van a la escuela son los jóvenes más importantes en el barrio”, no presentan
diferencias significativas. Sólo se observaron algunas leves diferencias en cuanto al acuerdo o
desacuerdo respecto de las siguientes frases:

ƒ “Lo único que importa es aprender lo que te sirve para trabajar” :en las provincias de
Neuquén y Buenos Aires las opiniones de los jóvenes se alejan levemente del promedio, en
tanto en la primer provincia el nivel de acuerdo es mayor al promedio (48%) y en Buenos Aires lo
es el nivel de desacuerdo (6%)
ƒ “Mucho jóvenes irían a la escuela si enseñaran un oficio”: el nivel de acuerdo es mayor en
Neuquén y Mendoza (70% y 75%), mientras que en Buenos Aires el porcentaje de jóvenes que
no manifestaron opinión al respecto alcanza al 13%.
ƒ “En la escuela discriminan a los pobres”: el nivel de acuerdo es mayor en las provincias de
Mendoza y Buenos Aires (45% en ambas) que en Neuquén (38%)

17
Respecto de los motivos a los cuales estos jóvenes atribuían la deserción escolar, el desinterés,
la apatía, etc. es el motivo más mencionado en la provincia de Neuquén (45,9%), seguido de la
falta de recursos materiales (38,8%). Este último es el motivo que más mencionaron los jóvenes
de la provincia de Buenos Aires (34,5%), que también le dieron importancia al desinterés (32%)
al igual que los jóvenes mendocinos (36%). A su vez, en Mendoza es significativa la relevancia
que presentan los problemas escolares, ya que tres de cada diez jóvenes mencionaron dicho
problema como motivo de la deserción escolar.

18
Aprendizajes
A mediados de 2007, las Organizaciones que coordinaron los procesos a nivel provincial,
Fundacion FOC y Crear desde la Educación Popular de Buenos Aires, AVOME y KAYROS de
Mendoza, Fundacion Otras Voces de Neuquén, junto con las Organizaciones Nodo que
implementaron el programa en cada localidad, participaron de una serie de talleres en los que
se evaluaron distintos aspectos de las experiencias desarrolladas en la puesta en práctica de los
Diagnósticos Participativos Locales llevados a cabo durante 2004 y 2005, y la implementación de
las estrategias que surgieron a partir de los resultados obtenidos.
Como producto de esta reflexión colectiva, los integrantes de las organizaciones reconstruyeron
las principales problemáticas que atravesaban a los jóvenes de cada localidad en ese momento;
el carácter que tuvo la participación de los adolescentes en los procesos de relevamiento, el
procesamiento de la información, y el rol de los diversos actores de la comunidad en la
conformación de las mesas locales que dieron impulso a la experiencia. Estos encuentros
también propiciaron la reflexión sobre los impactos que las experiencias tuvieron en distintos
planos, las tensiones que surgieron en su implementación, los aprendizajes que dejaron en las
organizaciones y los desafíos que se plantearon tras cada una de ellas. En los párrafos que
siguen, presentamos las principales reflexiones que sobre estos puntos se realizaron en las 3
provincias del programa, apoyando nuestras conclusiones en la “voz” de los propios actores.

I). Condiciones sociales de vulnerabilidad como limitantes de los procesos de


participación juvenil.

En las provincias donde se realizaron estos nuevos Diagnósticos Participativos Locales, se


visibilizaron situaciones de alta vulnerabilidad de la población joven encuestada. Condiciones
que van desde la problemática de la desocupación, la desvalorización y desvinculación de la
escuela, la falta de medios de transporte y de atención a la salud de los jóvenes, hasta los
problemas de adicciones, escasos espacios de recreación y ámbitos de participación, necesidad
de apoyo escolar y acompañamiento pedagógico. Estas condiciones dan cuenta entre otras
carencias, de las múltiples limitaciones que impiden el pleno desarrollo del ejercicio de la
ciudadanía de los jóvenes de estas provincias, como sujetos plenos de derecho y la inclusión de
estos mismos jóvenes en procesos de participación democrática.

Los integrantes de las organizaciones de las localidades donde se llevaron adelante los
diagnósticos, nos describieron el panorama por provincia:

• Una de las principales problemáticas que observaban los integrantes de las


organizaciones se vinculaba con lo económico, a partir de la falta de trabajo o su
precariedad. En relación a la escuela, la desvalorización de la institución y el
desconocimiento de los derechos vinculados al acceso a la educación se presentaba
como otra problemática común. Sin embargo, tal como ellos mismos observaban “el
70% de los que estaban fuera de la escuela querían volver”.

• A estos problemas se sumaban los vinculados con la falta de medios de transporte


(principalmente el destinado a concurrir a la escuela), la atención de la salud de los
jóvenes, en particular “el seguimiento de problemáticas como el embarazo adolescente
y las drogas” y muy fuertemente, los escasos ámbitos de participación con los que
contaban los jóvenes, principalmente de los destinados a la recreación.

19
• Los Diagnósticos Participativos, se implementaron -según la visión de las
Organizaciones- en un contexto en el que la problemática de los jóvenes de los
sectores populares, de por sí caracterizada por las dificultades económicas, estaba
fuertemente atravesada por la desvinculación de la escuela. En este sentido, cuando se
pusieron en marcha los DPLs, la educación media no era obligatoria, por lo tanto había
muchos más chicos fuera del sistema educativo.

• La falta de espacios de recreación y capacitación para los jóvenes, o en términos


más generales la falta de espacios de contención eran -al momento de iniciarse el
proceso de los DPL- problemáticas que identificaban las organizaciones entre los
chicos de las localidades en las que se llevó a cabo la experiencia. A ello, se sumaba -
en lo específicamente escolar-, la necesidad de apoyo escolar y pedagógico.

Los integrantes de las organizaciones destacan que los datos que más los alarmaron fueron: la
visión muy negativa del futuro entre los jóvenes encuestados que se reflejaba en frases como:
“en el futuro me veo sin laburo, chupando”, y las adicciones en el 50% de los casos. Saber que
la falta de horizontes era una problemática generalizada disparó la necesidad de incorporar a los
jóvenes en proyectos que implicaran participación y expectativas de futuro, desarrollando
estrategias que articularan los proyectos de inclusión socioeducativa desarrollados en el
programa PNCA.

II). La conformación de las Mesas Locales y el involucramiento de los jóvenes en el


proceso de los Diagnósticos.

El proceso de identificar y convocar a otros actores de la comunidad para involucrarlos en la


tarea de analizar la realidad local, no es sencillo pero es un pilar básico del diagnóstico.
De la misma manera, las encuestas realizadas a jóvenes, por los mismos jóvenes, son instancias
significativas donde se escuchan de manera directa, sus propias voces. El impacto que muchas
veces esto produce sobre los jóvenes encuestadores y encuestados, es de tal importancia que
los impulsa a querer involucrarse de manera activa en los procesos para el cambio.
En relación a este punto las organizaciones y jóvenes describieron:

• Los integrantes de las organizaciones refirieron que, “no costó que la gente se
sumara y participara, el objetivo fue compartido y gustó la propuesta”. Así, se decidió
dentro de los espacios de las Mesas cuáles serían los barrios en el que se iba a
impactar. La clave de esta motivación -admiten- “tuvo que ver con acercar la
oportunidad a la necesidad”.

• Una vez iniciado el proceso, los integrantes de las organizaciones señalan que en la
mayoría de los casos fue significativa la participación de los jóvenes que se sumaron a
la experiencia como encuestadores, así como la de aquellos que respondieron la
encuesta.

• En algunas localidades, la constitución de las Mesas de las que formaban parte las
Organizaciones locales se llevó a cabo de manera dispar: en ocasiones con una
participación activa de los actores de la comunidad, en otros casos con un trabajo de
articulación permanente por fuera de los marcos de la mesa.

20
• Si hablamos particularmente de la participación de los jóvenes, en todas las
localidades estos fueron los encargados de hacer las encuestas, a la vez que los
chicos de Plaza Luego, se fueron capitalizando algunas participaciones, ya que algunos
de estos jóvenes siguieron participando en los proyectos impulsados y “quedó
capacidad instalada a la que hay que buscarle funcionalidad desde otro lugar”.

III). El Diagnóstico Participativo Local: una herramienta para generar incidencia

Los datos obtenidos a partir de la aplicación de los DPL, intentan ser un punto de partida para
generar en la comunidad en que se desarrolla, la movilización y el involucramiento de distintos
actores alrededor de una problemática común y sentida colectivamente, para incidir sobre esa
realidad y transformarla.
Estos datos, compartidos por el colectivo que participó en el proceso de construcción y
decodificación de la información, es apropiado por los actores en el devenir del propio proceso,
que se empoderan al generar un “nuevo saber”, una visión propia de la realidad que los convierte
en un nuevo referente sobre la temática, con potencial para incidir sobre los actores que toman
decisiones sobre una problemática determinada.

En consonancia con lo anterior y a partir de la información obtenida, las organizaciones dieron


cuenta de los aprendizajes que surgieron a partir de la puesta en marcha del proceso de
aplicación de los Diagnósticos Participativos Locales.
Las principales reflexiones fueron:

• El Diagnóstico Participativo Local “es una herramienta válida que da visibilidad,


permite ampliar la mirada y abarca muchos aspectos que las metodologías de
relevamiento de datos tradicionales no puede relevar”. Por eso, evalúan la experiencia
como enriquecedora más allá de los datos en tanto “permite historizar y sistematizar
nuestras experiencias y ayuda a “confirmar” la necesidad de que las escuelas y las
organizaciones deben trabajar articuladamente”.

• Los datos obtenidos constituyeron recursos vitales para profundizar el conocimiento


que las organizaciones tenían acerca de los jóvenes de los sectores populares,
reflexionar sobre sus dificultades, y principalmente para poner en marcha proyectos
que tuvieran verdadero impacto sobre su problemática cotidiana: las adicciones, la
violencia, la necesidad de capacitación.

• A partir del diagnóstico, las organizaciones no sólo reconocen haber incorporado


conocimiento acerca de los jóvenes de su localidad, sino también haber obtenido
información para “tener una postura crítica frente a la realidad”, a partir de las
potencialidades que genera la posibilidad de trabajar desde la heterogeneidad.

• Tal como admiten quienes participaron del proceso, “una de las cosas que hizo la
encuesta fue darnos mayor seguridad en el camino en el que veníamos trabajando
desde hacía tiempo” e involucrarlos en una nueva modalidad de trabajo en red, que si
bien reconocen como “más complicada”, también consideran mejor para conseguir los
objetivos.

21
Los principales aprendizajes relacionados con este punto fueron:

¾ Los datos obtenidos, son valorados y adquieren significatividad por ser el resultado de
un trabajo colectivo, y porque muchas veces son los únicos datos existentes, con
cierto nivel de rigurosidad, acerca de una determinada problemática sentida en una
comunidad.
¾ Es posible utilizar una herramienta metodológica como “herramienta de búsqueda de
sentido” para la acción, para “el quehacer” con otros.
¾ Los datos ayudan a confirmar o cuestionar supuestos que rigen prácticas instituidas
para mejorarlas, cambiarlas o desestimarlas.
¾ La problemática de los jóvenes no puede ser abordada unilateralmente sino que es
necesario pensar estrategias que articulen distintas iniciativas a partir de la
incorporación de una mirada integral de la problemática de la inclusión, reforzada por
el diagnóstico participativo local, y que es necesario el trabajo en red.

IV). Visibilidad e incidencia en Políticas Públicas de los resultados de los Diagnósticos


Locales

Dar a conocer la información obtenida a partir de los Diagnósticos Participativos Locales, es una
etapa fundamental de dicho diagnóstico e imprescindible para concretar el objetivo de incidencia.
La voz de las organizaciones se amplifica para llegar a más actores al darle visibilidad a los
datos, sensibilizando a la comunidad acerca de las problemáticas locales.

Los principales aprendizajes respecto a este punto fueron:

• La divulgación de los datos del Diagnóstico Participativo Local, posibilitó la


generación de nuevos vínculos con actores del Estado y de la comunidad, tanto a partir
de “la participación fuerte y el involucramiento de la comunidad” que se logró en la
presentación pública de la información, como de la repercusión que tuvo la experiencia
en los medios locales.

• Una vez implementado el diagnóstico, sus resultados les otorgaron a muchas de las
organizaciones la posibilidad de obtener presencia en los medios locales y poner en la
agenda de nuevos actores la problemática de los jóvenes de sus localidades.

• Una vez implementados los diagnósticos, uno de los impactos que destacan las
organizaciones se vincula con la difusión que tuvo la experiencia, principalmente en los
medios locales y las posteriores consultas realizadas a las organizaciones sobre las
problemáticas detectada por parte de dichos medios.

Resumiendo, los mayores impactos registrados a partir de dar visibilidad a los resultados
producto de la implementación de los Diagnósticos Participativos Locales tuvieron que ver con:

¾ Puesta en agenda de las problemáticas juveniles a través de la repercusión en los


medios locales.
¾ Sensibilización y mayor involucramiento de la comunidad.
¾ La generación de nuevos vínculos con autoridades de los gobiernos locales.
¾ Obtención de nuevos recursos.
¾ Articulación con otros programas.

22
¾ Ampliación de los recursos sociales de las organizaciones.
¾ Ampliación de los recursos sociales de los propios jóvenes participantes de los
proyectos.
¾ Posicionamiento de las organizaciones como referentes de la temática de la inclusión
de los jóvenes en sus localidades.

V). A modo de síntesis: Tensiones y Desafíos

Los Diagnósticos Participativos Locales realizados en el marco del Programa Nuevas


Comunidades de Aprendizaje, al igual que los diagnósticos implementados en los inicios por
Fundación SES y sus organizaciones aliadas (1999 – 2001), significó una experiencia de
participación y organización colectiva novedosa y de mucha potencialidad.
Para las organizaciones sociales muy hechas, en las últimas décadas, a la gestión particular de
proyectos o a la participación en redes con bajo nivel de organización, la posibilidad de
implementar un proyecto de escala con vocación de incidencia en las políticas públicas las
enfrenta a desafíos nuevos como la forma de movilizar recursos desde un colectivo, de tomar
decisiones con los socios o de diseñar de forma participativa los cursos de acción a seguir.
En Argentina, los procesos de gestión de los diagnósticos estuvieron atravesados además por
las características actuales de la relación entre el Estado y las organizaciones sociales. Los
integrantes de estas organizaciones caracterizaron esta relación como una relación que ha
sufrido cambios que se manifiestan al contraponer dos períodos: en el contexto inmediato
posterior a la crisis del 2001 y hasta el 2003, el Estado, otorgó cierta importancia al rol de las
organizaciones, apoyándose y reconociendo el trabajo que venían realizando legitimándolas
como actores válidos para la implementación articulada de proyectos sociales en un intento de
comenzar a apalear las consecuencia de la implementación de las políticas neoliberales de los
90’ que causaron la “desaparición” del mismo Estado del ámbito de lo social y la desarticulación
del entramado de ese mismo ámbito. Posteriormente, y hasta la actualidad, se restó espacio a
las organizaciones sociales, a partir de políticas estatales más activas pero también tendientes a
“abarcarlo todo” y que no promueven alianzas con las organizaciones sino más bien estrategias
de cooptación de los líderes sociales. Sumado a ello, se observa que no hay políticas estatales
de juventud sino una sumatoria de acciones que se implementan, desconociendo muchas
veces, la realidad de la comunidad local. Todo lo expuesto además, se encuentra atravesado por
la sensación de amenaza sentida por los miembros de las organizaciones, de politización
partidaria de los espacios comunes de trabajo existentes, a través de prácticas clientelares. En lo
local, la consecuencia de lo planteado, es el surgimiento de un distanciamiento en la relación
entre las organizaciones, los municipios y otras instancias estatales.

En este marco, los Diagnósticos Participativos Locales se constituyen en un espacio para la


construcción colectiva del problema sobre el que se quiere trabajar en cada localidad, tomando
en cuenta la necesidad de ser rigurosos en la forma en que se produce el conocimiento y la
importancia de que los actores significativos vinculados al tema participen del proceso o por lo
menos sean interpelados y sensibilizados de algún modo por esta iniciativa. El devenir del
proceso de la aplicación de los diagnósticos, no solo dimensiona los problemas de una
comunidad acerca de un determinado tema, sino que pone de manifiesto las tensiones que
atraviesan la propia dinámica de implementación de esta propuesta metodológica.

23
Una estas principales tensiones tuvo que ver con un tipo de vinculación desarrollada entre las
escuelas y las organizaciones. Los integrantes de las organizaciones enumeran una serie de
situaciones conflictivas que atravesaron los procesos: actitudes expulsivas desde las
instituciones educativa y otras de cuestionamiento de legitimidad de competencias en relación a
lo educativo, que dieron lugar a un paulatino distanciamiento o poco acompañamiento de los
proyectos allí donde -desde la Escuela- relacionaban la actividad de las Organizaciones con
algún partido político, o frente a la presencia de establecimientos de educación no formal entre
los actores que se vincularon con los proyectos. En otros momentos las tensiones se
manifestaron bajo la forma de prejuicios sobre las OSC en relación al origen de los fondos que
financian los proyectos (“no se sabe de donde viene la plata, del lavado, de empresas que
explotan a la comunidad”) y posturas ideológicas que plantean que el Estado es el único que
debe hacerse cargo de las problemáticas que se plasmaban en la frase “no queremos suplir el
rol del Estado”. A su vez, otro aspecto de esta relación se manifestó en la falta de apertura de
espacios de democratización y participación juvenil en el interior de las propias escuelas, y poca
voluntad de involucramiento en las mesas locales.
La aplicación de los instrumentos técnico metodológicos por los actores sociales, en los
contextos locales se constituyó en otro foco de tensión. Las principales dificultades se
presentaron entre quienes los aplicaron en poblaciones semi-rurales y rurales, por padecer
estos instrumentos de un “sesgo muy urbano”. Esto puso de manifiesto la necesidad de que
estos instrumentos puedan contemplar ciertos niveles de adaptabilidad a los contextos locales.
En otras ocasiones, estos mismos instrumentos relacionados con los estándares de calidad que
requiere el Diagnóstico Participativo Local, implican la necesidad de contar con jóvenes y
organizaciones con un alto grado de capacitación para llevar adelante el proceso. Esta
necesidad, cuyo cumplimiento se dificulta en los contextos en los cuales se llevan adelante los
diagnósticos, plantea una tensión entre el rigor y la calidad de los datos que se obtienen, y la
participación de los jóvenes en el proceso, que obliga a repensar los contenidos de la instancia
de capacitación a los jóvenes entrevistadores que incluya la realización de una instancia piloto
para chequeo de los instrumentos e identificación de dificultades.
La conocida tensión metodológica entre los datos cuantitativos y cualitativos también se
hizo presente en la elaboración de los Diagnósticos Participativos Locales. Las
organizaciones observaron que la “mirada medio censal” que tiene el Diagnóstico Participativo
Local, prioriza la obtención de una muestra representativa que permita la generalización de las
conclusiones obtenidas y la comparabilidad de los datos respecto de los obtenidos en otras
provincias, lo que en ocasiones actúa en desmedro de lo particular de cada pequeña localidad.
En cuanto a la participación de los jóvenes esta se fue dando con distintas modalidades y en
algunos casos se ha señalado su carácter limitado. Por razones laborales, por estudio, por falta
de motivación o interés o porque Escuela y Organizaciones no lograron articular estrategias que
los impulsaran a seguir participando, muchos de los chicos que estuvieron en la toma de la
encuesta luego se desvincularon del proyecto. Esta situación les plantea a las organizaciones el
reto de articular estrategias que promuevan no sólo la participación en una instancia particular,
sino su continuidad en el tiempo.

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