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EL ESTADO, EL PODER Y LAS MUJERES: UNA RELACIÓN AMBIGUA

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María Flórez-Estrada Pimentel


University of Costa Rica
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Revista de Ciencias Sociales (Cr)
Universidad de Costa Rica
ceciliaa@cariari.ucr.ac.cr
ISSN (Versión impresa): 0482-5276
COSTA RICA

2005
María Flórez Estrada Pimentel
EL ESTADO, EL PODER Y LAS MUJERES: UNA RELACIÓN AMBIGUA
Revista de Ciencias Sociales (Cr), año/vol. III-IV, número 109-110
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica
pp. 139-149

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México

http://redalyc.uaemex.mx
Rev. Ciencias Sociales 109-110: 139-149 / 2005 (III-IV)
ISSN: 0482-5276

EL ESTADO, EL PODER Y LAS MUJERES:


UNA RELACIÓN AMBIGUA*

María Flórez-Estrada Pimentel

El discurso de la lucha no se opone al inconsciente: se opone al secreto.


(…) En la medida en que el secreto es una de las formas importantes de
poder político, la revelación de lo que ocurre, la “denuncia”,
desde el interior, es algo políticamente importante.

Michel Foucault, Un diálogo sobre el poder, 1972-73.

RESUMEN

El reconocimiento de algunos derechos de las mujeres por parte de los Estados occi-
dentales modernos, es una consecuencia no deseada de las revoluciones liberales, que
proclamaron la universalidad de los derechos —literalmente— del hombre.
Por eso, la relación de los Estados occidentales modernos con las mujeres es, ante
todo, ambivalente, y los adelantos logrados por ellas han respondido más a su propia
decisión de luchar por su plena soberanía, que a la voluntad política hegemónica.

PALABRAS CLAVE: MUJERES * ESTADO * GÉNERO * RELACIONES DE PODER * PÚBLICO


* PRIVADO

ABSTRACT

The acknowledgement of the rights of women on behalf of the western modern states,
is a miscalculated and undesired consequence of the bourgeoisie revolutions, which
proclaimed the universality of the rights of —literally— men.
Thus, the relationship between modern western states and women is ambivalent, and
the advancements achieved by the latter have been a result of their resolve to fight in
order to obtain their full sovereignty, rather than a consequence of the hegemonic
political will.

KEY WORDS: WOMEN * STATE * GENDER * POWER RELATIONS * PUBLIC * PRIVATE

* Artículo elaborado para la Maestría Centroamericana en Sociología, de la UCR, 2005.


140 María Florez-Estrada Pimentel

INTRODUCCIÓN para delimitar, representar y ordenar


su campo de investigación, como para
En el presente trabajo se hace un breve permanecer en el ámbito de las ciencias
recorrido por la historia de la incómoda y ambi- sociales (…) (Pg. 11).
valente relación del Estado occidental con las
mujeres, al final del cual se llega a la siguiente Es decir, que en el derecho romano
conclusión general: encontramos ya una alta estructuración de esta
Puesto que el Estado es el reflejo de las dicotomía. Pero, ¿cuál es su origen? ¿Sobre qué
relaciones de poder existentes en un momento se funda?
dado, estas relaciones de poder, que en nuestra En El origen de la familia, la propie-
sociedad siguen teniendo una fuerte hegemonía dad privada y el Estado, Engels recuerda que
patriarcal y androcéntrica, marcan el límite esta dicotomía nace en el mundo ateniense al
más allá del cual el Estado no puede garantizar constituirse las ciudades —como agrupaciones
la igualdad real de los derechos de las mujeres. de tribus—, y comienza a perfilarse el Estado
No obstante, y de manera dialéctica, como una fuerza pública:
el hecho paradójico de que el actual Estado
democrático no es cualquier fuerza coactiva En una época indeterminada, anterior
y coercitiva, sino que detenta el monopolio de a Solón, se instituyeron las naucrarias,
la coacción y la coerción legítimas —legitimi- pequeñas circunscripciones territoriales
dad que se basa en su mandato de garantizar a razón de doce por tribu; cada naucraria
los derechos universales—, se ve en la obliga- debía suministrar, armar y tripular un
ción de impulsar, aunque lo haga en medio de barco de guerra, y proporcionar además
retrocesos y de resistencias, los derechos de las dos jinetes. Esta institución socavaba por
mujeres al menos en el plano formal. dos conceptos a la gens: en primer tér-
Lo anterior también ratifica que los avan- mino, porque creaba una fuerza pública
ces en la igualdad formal logrados hasta la fecha que ya no era en nada idéntica al pue-
en cuanto a los derechos de las mujeres, han sido blo armado; y en segundo lugar, porque
resultado de sus propias luchas y no una conce- por primera vez dividía al pueblo, en los
sión graciosa —ni mucho menos producto de un negocios públicos, no con arreglo a los
destino manifiesto— de la democracia liberal. grupos consanguíneos, sino con arreglo
Pero, veamos, como ocurrió este proceso. al lugar de residencia común (Engels, s/f:
pg. 115).
ESTADO, RELACIONES DE PODER Y LAS
MUJERES EN EL PENSAMIENTO OCCIDENTAL Agrega Engels que las reformas esta-
blecidas en la constitución de Solón, en el año
Según Bobbio (1992) una de las “gran- 594 antes de nuestra era, se sustentaron en un
des dicotomías” presentes en el pensamiento amplio descontento popular frente al abuso de
Occidental, la de público/privado, fue introduci- los aristócratas y en defensa de los deudores.
da por el derecho romano: Estas reformas fueron, entonces, una acción
(política) pública sobre la esfera privada, porque
La pareja de términos público/privado atentó contra la propiedad de los acreedores:
ingresó en la historia del pensamiento
político y social de Occidente a través Como el régimen gentilicio no podía pres-
de un uso constante y continuo, sin tarle ningún auxilio al pueblo explota-
cambios sustanciales, y terminó por vol- do, lo único que a este le quedaba era el
verse una de las “grandes dicotomías” Estado naciente, que le prestó la ayuda
de las que una o más disciplinas —en por él esperada mediante la constitución
este caso no solamente las disciplinas de Solón (…) Solón inició la serie de lo
jurídicas sino también las sociales y en que se llama revoluciones políticas, y lo
general las históricas—, se sirven tanto hizo con un ataque a la propiedad. Hasta

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ahora, todas las revoluciones han sido a de tierra cívica (bien inmueble portador de
favor de un tipo de propiedad y en contra ciudadanía para el hombre que la recibe) como
de otro. (…) En la gran Revolución fran- otra parte de riquezas portadoras de estatus
cesa, la propiedad feudal fue sacrificada (joyas y otros bienes muebles):
para salvar la propiedad burguesa; en la de
Solón, la propiedad de los acreedores fue Del siglo VIII al IV, es siempre un hombre
la que tuvo que sufrir en provecho de los quien entrega una mujer a su marido
deudores. Las deudas fueron, sencillamen- (dídomi), y el hombre con capacidad para
te, declaradas nulas (Engels: s/f, pg. 115). darla, da siempre riquezas por añadidu-
ra (epidídomi). Sean cuales fueren las
Aunque las reformas de Solón no esta- modalidades que el grupo social haya
ban centradas, en lo absoluto, en la reivindica- conservado, la madre de los hijos legí-
ción de los derechos de las mujeres, ni fueron timos —los hijos que heredarán a su
duraderas, quizás constituyeron la primera padre y las hijas que su padre dará en
acción de política pública que les reconoció matrimonio— en el momento en que
algún derecho, aunque solo fuese de manera es dada, va unida a (en griego se dice
tangencial y con el fin de beneficiar a los hijos colocada sobre) bienes o esperanzas. Se
bastardos: les permitió heredar1. impone aquí una observación: en tierra
Antes de estas reformas, la transmisión helena, la condición de la mujer y la de
de la herencia era un privilegio exclusivo de los su “prolongación patrimonial” nunca
hombres, que estos se atribuyeron después de se presentan disociadas, como si entre
producida lo que Engels llamó “la gran derro- ellas hubiera una suerte de consustan-
ta del sexo femenino”, esto es, cuando, tras el cialidad original (Pgs. 271-272).
dominio de la agricultura, las mujeres fueron
Con el crecimiento de las primeras “ciu-
expropiadas de la tierra para efectos de la trans-
dades” helénicas, se producen modificaciones
misión patrilineal de la herencia.
en las estructuras de transmisión de la tierra
En su excelente investigación sobre el
cívica, pero únicamente en el sentido de per-
surgimiento de las ciudades de Atenas y Gortina,
mitir el ingreso a la ciudadanía y a la posesión
la historiadora francesa Claudine Leduc (2000),
de la riqueza a hombres que no pertenecen a la
explica este proceso de transmisión de la tierra
gens originaria.
y de la riqueza por los hombres utilizando lo
Estos cambios, pues, no benefician en
que podría ser la primera forma de moneda
absoluto a las mujeres, quienes continuaron
existente: la mujer dada en matrimonio atada
perteneciendo al padre o, en su ausencia, al
a una “dote” que incluye tanto una parcela pariente masculino consanguíneo más próxi-
mo, como un “bien” que estos pueden transar
para acrecentar la riqueza material y simbólica
1 Vistas desde el siglo XXI (y, de paso, para decons-
truir la linealidad del tiempo en el imaginario de la “casa”.
Occidental) las reformas de Solón aparecen como Así nació la democrática ciudad de
espectaculares: 1. impuso un tope máximo a las Atenas, considerada cuna de la civilización occi-
tasas de interés, 2. devaluó la moneda, 3. estable- dental. Pero nació sobre la opresión de las muje-
ció un sistema tributario con carácter progresivo
según la fórmula: “de cada quien según su capa-
res, de las mujeres que son parte del patrimonio
cidad”, 4. quien demostrara que un ciudadano privado (propiedad privada) de los hombres:
estaba evadiendo el pago de impuestos tenía el
derecho de quedarse con todo el patrimonio de Para retomar la célebre clasificación de
este, 5. abolió el derecho exclusivo de los primo- C. Lévi-Strauss había, pues, en Grecia
génitos para recibir la herencia, 6. estableció que
“ciudades frías” y “ciudades calientes”.
las mujeres podían heredar, 7. se estableció por
primera vez el derecho a hacer un testamento, Las ciudades frías (Esparta) optaron por
8. se prohibió a los padres vender a sus hijos y se ignorar su historicidad, por preservar
eliminó la prisión por deudas. la organización en casas y por limitar

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la pertenencia a la comunidad cívica a universalidad de su extensión, el dere-


los poseedores del suelo. Las “ciudades cho privado romano adquiere el valor de
calientes” (Atenas) se han querido histó- derecho de la razón, es decir, un derecho
ricas. Han puesto fin a la estructura en cuya validez es reconocida independien-
casas y se han negado a limitar la comu- temente de las circunstancias de tiempo
nidad cívica a los poseedores de la tierra y lugar que la originaron y está basada
cívica. En las “ciudades frías” la despo- en la “naturaleza de las cosas” a través de
sada, unida a la tierra cívica, es dueña de un proceso semejante a aquel por el que,
su persona y de su “prolongación patri- muchos siglos más tarde, la doctrina de
monial”. En las “ciudades calientes”, la los primeros economistas, posteriormen-
desposada, unida a una dote consistente te llamados clásicos (al igual que fueron
en dinero, es una eterna menor de edad llamados clásicos los grandes juristas
bajo la autoridad de su marido. En otros de la época de oro del derecho romano),
términos, y quizás con una pizca de pro- será considerada como la única econo-
vocación, la mujer es la gran víctima de mía posible porque descubre, refleja, des-
la invención de la democracia (Leduc: cribe, relaciones naturales (propias del
2000, pgs. 275-276). dominio de la naturaleza o “fisiocracia”).
En otras palabras: el derecho privado
De lo anterior resaltan los siguientes romano, aunque originalmente fue un
elementos: derecho positivo e histórico (codifica-
do en el Corpus iuris de Justiniano), se
1. En la Antigüedad, las mujeres, en tanto pro- transforma en un derecho natural (…)
piedad de los hombres, se encuentran ubica- (Bobbio: 1992: 22 y 23).
das dentro de la esfera de lo privado.
2. Es como consecuencia de la lucha social, y Puede afirmarse, entonces, que el dere-
por la intervención coactiva del Estado (el cho romano también institucionalizó la estruc-
poder público), que las mujeres lograron tura social patriarcal y las relaciones de poder
obtener algún derecho, aunque solo fuese en el ámbito privado de la familia.
temporalmente y referenciado a sus hijos, y Bobbio también explica que la tendencia
no a ellas mismas. a que prevalezca el derecho privado sobre el
público se basa en la defensa del derecho a la
Como sabemos, luego de un período no propiedad privada:
exento de luchas por la igualdad entre los hom-
bres, la democracia ateniense —y con ella las Uno de los hechos que ilustra mejor la
reformas de Solón— finalmente fueron sus- persistencia del derecho privado sobre el
tituidas por el régimen imperial romano. Y el derecho público es la resistencia que el
derecho romano —que como dice Bobbio ins- derecho de propiedad opone a la injerencia
titucionalizó la dicotomía público/privado— no del poder del soberano y en consecuencia
solo privilegió el derecho privado, sino que al derecho del soberano de expropiar (por
“naturalizó” las relaciones de poder existentes causa de utilidad pública) los bienes del
en el mundo social (privado): súbdito (Bobbio: 1992: 26).

La supremacía del derecho privado se Es esta defensa de los derechos de propie-


afirma a través de la difusión y recep- dad privada, frente a la propiedad feudal, la que
ción del derecho romano en Occidente: culminará en la gran revolución burguesa de
el llamado derecho de las Pandette es 1789 y en la reivindicación de “igualdad, libertad
en gran parte derecho privado, cuyos y fraternidad”, que inauguró el Estado moderno.
institutos principales son la familia, la Pero se trataba de igualdad para los hombres,
propiedad, el contrato y los testamentos. de libertad para los hombres y de fraternidad
En la continuidad de su duración y en la entre los hombres, pues esta nueva revolución

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tampoco significó una transformación política amar y honrar por ellos, criarlos de peque-
de la condición de las mujeres, sino una nueva ños, cuidarlos de mayores, aconsejarlos,
rebelión por los derechos de propiedad burgueses consolarlos, hacerles la vida dulce y agra-
—que continuaron incluyendo el derecho de dable: estos son los deberes de las mujeres
posesión masculina sobre ellas. en cualquier edad de la vida y esto hay que
En el pensamiento de la Ilustración, la enseñárselo desde la infancia (Rousseau
razón y la ciudadanía siguen siendo masculinas. citado por Tommasi: 2002, pg. 110).
El estatuto político y ciudadano de las mujeres,
ni siquiera existe como problema. Y cuando una 2. No obstante lo anterior, el hecho de que
mujer, como Olympia de Gouges, lo planteó, formalmente, la Revolución Francesa ins-
apenas cuatro años después de la Revolución titucionalizara que todos los seres huma-
Francesa, fue sentenciada a muerte. De Gouges nos tienen los mismos derechos, en esa
murió guillotinada, en 1793, por difundir su suerte de constitución política que fue la
“Declaración Universal de los Derechos de la Declaración Universal de los Derechos del
Mujer”, es decir: Hombre, fue otro momento en que la inter-
vención pública abrió un portillo, aunque
(…) por haber olvidado las virtudes fuese tangencialmente, en el ámbito de
que convienen a su sexo y por haberse lo privado, para que las mujeres pudiesen
inmiscuido en las cosas de la República reclamar sus derechos, con mayor recono-
(Bruzzese de Martino, citado por Tommasi: cimiento social.
2002, pg. 108).

Tommasi lo plantea de la siguiente forma: MARX, FOUCAULT Y LAS MUJERES

“No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por


(…) la mayor parte de los filósofos de el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”.
la Ilustración está en una posición
Karl Marx, Prólogo de la Contribución a la crítica de la
paradójica al reconocer la igualdad de economía política 1859.
todos los seres humanos y, al mismo
tiempo, al negarla a la mitad del género
La breve lectura anterior sobre las rela-
humano que pertenece al sexo femenino
ciones de poder en la sociedad, el Estado y la
(Tommasi: 2002, pg. 109).
condición de las mujeres, en Occidente, no
Sobre lo anterior, señalo dos aspectos: hubiera podido hacerse si no se hubieran desa-
rrollado conceptos y sistemas de interpretación
1. La sujeción de las mujeres al ámbito de lo de la realidad social como el marxismo y el
privado, en tanto son consideradas patrimo- feminismo.
nio de los hombres, continuó incluso des- Entre la filosofía griega que natura-
pués de la Revolución Francesa. La dicoto- lizó la condición de inferioridad de las muje-
mía público/privado, en términos políticos, res (Aristóteles decía que ellas eran “hombres
continuó teniendo la misma referencia que incompletos”), la inferiorización ontológica
en la Antigüedad: lo público y lo político son de las mujeres en el pensamiento de la Iglesia
para los hombres, lo privado y el servicio de Católica, el racionalismo androcéntrico de
los hombres (la reproducción de la fuerza de Descartes, Kant y Hegel, y el materialismo histó-
trabajo), son el área propia de las mujeres. rico de Marx o la genealogía del poder y del saber
Repasemos cómo lo plantea el “padre del en Foucault, aunque igualmente androcéntricos,
contrato social”, Juan Jacobo Rousseau: discurre un proceso de transformación episte-
mológica del pensamiento filosófico occidental
De este modo, toda la educación de las hegemónico, que produjo instrumentos cada
mujeres debe estar en función de los vez más cercanos a —y también útiles para—
hombres. Agradarles, serles útiles, hacerse la propia elaboración teórica feminista, que se

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realizaba desde su exclusión o marginación de Con la división del trabajo… que a su vez
ese pensamiento hegemónico. se basa en la división natural del trabajo
Pero esto no ocurre exento de contradic- en la familia y la separación de la sociedad
ciones. Veamos. en familias individuales opuestas las unas
En cuanto a la reflexión de Marx sobre el a las otras, se da simultáneamente (…) la
Estado, me parece esencial la siguiente reflexión distribución desigual, tanto cuantitativa
de Moore (1997): como cualitativa del trabajo y de sus pro-
ductos, es decir de la propiedad: el núcleo,
Marx arribó a la primera formulación la primera forma de lo cual se encuentra
de su visión a través de una crítica de en la familia, donde la esposa y los hijos
la Filosofía del Derecho de Hegel, en el son los esclavos del marido. Esta esclavi-
curso de la cual invirtió su doctrina de tud latente en la familia, aunque todavía
la primacía del Estado sobre la sociedad muy cruda, es la primera propiedad, pero
civil. “Mi investigación desembocaba en incluso en esta etapa temprana correspon-
el resultado de que tanto las relaciones de perfectamente a la definición de econo-
jurídicas como las formas de Estado no mistas modernos que la llaman el poder de
pueden comprenderse por sí mismas ni disponer de la fuerza de trabajo de otros.
por la llamada evolución general del espí- La división del trabajo y la propiedad pri-
ritu humano, sino que radican, por el vada son, más aún, expresiones idénti-
contrario, en las condiciones materia- cas: en una se afirma la misma cosa con
les de vida cuyo conjunto resume Hegel referencia al trabajo como se afirma en la
siguiendo el precedente de los ingleses y
otra en referencia al producto del trabajo
franceses del siglo XVIII, bajo el nombre
(Marx: Internet, el destacado es mío)2.
de ‘sociedad civil’…”. Hegel afirma que la
sociedad civil es la apariencia externa del Es decir, que si bien el análisis marxista
Estado, que es él mismo una encarna- logró establecer la unidad estructural entre
ción de la Idea. Marx niega la existencia patriarcado y capitalismo, devino en un aná-
de la Idea, y arguye que el desarrollo de lisis “incompleto” de este último, porque no
las instituciones políticas se basa en el
estudió la dimensión patriarcal del capitalismo,
desarrollo de la sociedad civil.
la expropiación que se hace del trabajo de las
mujeres en la esfera doméstica ni la función y el
La anatomía de la sociedad civil, continúa
valor económico de este trabajo y de esta expro-
Marx, puede ser estudiada en la economía
piación para el capital.
política. Engels define la economía políti-
ca como una ciencia histórica que investi- Pero, a pesar de esta carencia, el mar-
ga las formas y condiciones bajo las cuales xismo significó un “salto adelante” para el pen-
las diferentes sociedades humanas han samiento de los oprimidos en Occidente, pues
producido, intercambiado y distribuido los abrió la posibilidad de que este pensamiento
bienes materiales (Pgs. 49 y 50). se reencontrara con la realidad. Cuestionar la
naturalización idealista que —heredada del
Para el marxismo, el Estado es, pues, la derecho romano— Hegel hizo del Estado, como
“superestructura” en la cual se reflejan las rela- supuesto reflejo del orden “natural” que orga-
ciones sociales materialmente existentes en un nizaba lo social y, por lo tanto, de las relaciones
momento histórico dado y no la materialización de poder subyacentes, también abrió la posibili-
del “orden natural de las cosas”. dad de transformar el estado de cosas existente.
A pesar de esto, Marx —más que Engels—
naturalizó la opresión de las mujeres por los
2 Es paradójico que Marx naturalizara las relaciones
hombres en el ámbito privado cuando, en La
de poder en la familia, cosa que es importante
ideología alemana, analizó el origen de la divi- hacer notar, aunque no me expandiré en este pro-
sión del trabajo y del capital: blema ahora.

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Recordemos la poderosa onceava tesis de mucho antes de que Olympia de Gouges fuese
Marx sobre Feuerbach: ejecutada por el Gobierno revolucionario de la
“libertad, igualdad y fraternidad”3.
Los filósofos no han hecho sino interpre- Pero, incluso con este aporte, a mi pare-
tar al mundo de diversas maneras; de lo cer el marxismo siguió adoleciendo de ser
que se trata es de transformarlo (Marx: una “macrofísica” del poder, una teoría de
s/f, Internet). “grandes” categorías que, como tales, invisi-
bilizaban, pues las “contenían en sí” y de esta
Al poner la filosofía hegeliana “sobre sus manera reificaban, entre otras, a las mujeres
pies”, desde el lugar del Saber o del propio Poder y a la opresión patriarcal. Me refiero a cate-
—como diría Foucault—, esto es, desde la filo- gorías colectivas —Weber diría “conceptos
sofía clásica alemana, y en el propio terreno del colectivos”— como “clase”, “proletariado”,
conocimiento institucionalizado (la Academia), “burguesía”, etc. que, con el tiempo, probaron
el marxismo cuestionó el orden de las cosas y de sus límites para comprender e interpretar las
las ideas —subvirtió el orden— y en esta misma realidades del capitalismo.
medida “armó” al conjunto de personas oprimi- Por su parte, Michel Foucault realizó una
das con el poder simbólico de (poder) liberarse
“operación liberadora” a la vez similar y diferen-
de la opresión.
te a la de Marx, en dos aspectos: por una parte,
Como vimos, el marxismo no elaboró
al plantearse desarrollar una “microfísica” del
este saber revolucionario para las mujeres, a
poder, aportó un nuevo punto de partida epis-
pesar de ser ellas, como lo reconocieron Engels
temológico para cuestionar y de-sustancializar
y Marx, las primeras oprimidas de la historia
el poder —el poder no lo “tiene” alguien, sino
humana. El marxismo lo hizo para “el prole-
que está disperso en toda la sociedad. Pero, por
tariado” al que consideró la última clase del
la otra, igual que Marx, lo hizo desde su propia
capitalismo industrial y por ello mismo llamada
generalización —que en este caso también es
a “redimir” a la Humanidad en su conjunto.
una (andro) generización: el “sujeto”, que una
Sin embargo, al empoderar al proletariado en
vez más invisibilizó, “conteniéndolas”, a las
tanto clase oprimida, y aun sin proponérselo, el
mujeres y a la opresión basada en el sexo.
marxismo contribuyó al empoderamiento de las
mujeres, en tanto oprimidas. Dice Foucault:
Más aún, al nombrar como producto de
Es una forma de poder que transforma a
intereses concretos aquello que se daba por
los individuos en sujetos. Hay dos signi-
sentado como “natural”, al hacer evidente el
ficados de la palabra sujeto: sometido a
carácter históricamente condicionado de las
otro a través del control y la dependen-
ideas, y con ello la existencia y relatividad de las
cia, y sujeto atado a su propia identidad
ideologías, el marxismo, sin proponérselo, tam-
por la conciencia o el conocimiento de sí
bién contribuyó a fortalecer la crítica y la lucha
feministas, que eran silenciadas o, en el mejor mismo. Ambos significados sugieren una
de los casos, descalificadas desde el poder. forma de poder que subyuga y somete
En este sentido, es bueno recordar que (Foucault, 1988: 94).
las feministas cuestionaron la naturalización de
Esta epistemología de la microfísica del
la división sexual del trabajo y de las posiciones
poder, llevó a Foucault a desarrollar un proceso
materiales y simbólicas a que esta naturaliza-
de investigación arqueológico y genealógico,
ción condena a las mujeres, antes de que Marx
más que histórico, que también acercó teoría
y Engels relativizaran la esencialización del
Estado y las demás instituciones sociales. Las y práctica, porque hurgó en la microestructura
mujeres lo hicieron, por ejemplo, enfrentándose
al discurso de la Iglesia Católica en la “Querella 3 Sobre esto, pueden verse, entre otras, las investi-
de las mujeres”, un debate intelectual que ocupó gaciones de Claude Thomasset y Claudine Leduc
varios siglos de la Baja Edad Media europea, en (Duby y Perrot: 2000).

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146 María Florez-Estrada Pimentel

cotidiana del poder, generando un saber más Durante mucho tiempo se ha intentado
detallado y apegado a la realidad material (a las atar a la mujer a su propia sexualidad.
relaciones cotidianas y concretas de poder). “No sois más que sexo”, se les repetía una
La característica épica-heroica y mesiá- y mil veces, siglo tras siglo. Y ese sexo,
nica de la filosofía clásica alemana, tanto en la añadían los médicos, es frágil, casi siem-
versión idealista de Hegel como en la materia- pre enfermo y en todo momento inductor
lista-dialéctica de Marx, que teleológicamente de enfermedad. “Sois la enfermedad del
destinaba a los hombres (el proletariado) a hombre”. Ese antiquísimo movimiento
redimir a la Humanidad, es contestada por se precipitó hacia el siglo XVIII y la con-
Foucault, quien aterriza la producción de cono- secuencia fue una patologización de la
cimiento a la artesanía cotidiana del poder. mujer: el cuerpo de la mujer se convierte
En esta medida, Foucault también con- en cosa médica por excelencia. Trataré
tribuyó a empoderar simbólicamente a las más tarde de hacer la historia de esa
mujeres, pues al visibilizar los “regímenes de inmensa “ginecología” en el sentido nato
saber”, dio una pizca de legitimidad —por si del término.
hiciera falta— a la larga tradición feminista de
generar —desde “el margen” del Saber— su Ahora bien, los movimientos feministas
propia elaboración teórica sobre su lugar en las han recogido el guante. ¿Somos sexo por
relaciones de poder. naturaleza? Muy bien, seámoslo, pero en
En Foucault, por ejemplo, las relaciones su singularidad, en su especificidad irre-
de poder en el ámbito privado de lo doméstico ductibles. Saquemos las consecuencias
tienen más valor epistemológico que la gran y reinventemos nuestro propio tipo de
categoría de Estado: existencia, política, económica, cultu-
ral… Siempre idéntico movimiento: par-
En el fondo, el poder es menos una con- tir de esa sexualidad en la que se trata de
frontación entre dos adversarios o la vin- colonizarlas, de atravesarlas, para llegar
culación de uno con otro, que una cuestión a otras afirmaciones (Foucault, 2000:
de gobierno. Se le debe dar a esta palabra 152-153).
el amplio significado que poseía en el siglo
XVI. “Gobierno” no se refería únicamente Simultáneamente a Foucault, y aprove-
a las estructuras políticas o a la gestión de chando los aportes del marxismo, feministas
los estados; más bien designaba el modo de inglesas y estadounidenses trabajaban en una
dirigir la conducta de los individuos o gru- dirección similar.
pos: el gobierno de los niños, de las almas, En 1975, la antropóloga Gayle Rubin
de las comunidades, de las familias, de los publicó El tráfico de mujeres: notas sobre la
enfermos (Foucault, 1988: 103). economía política del sexo. Allí desarrolla un
agudo análisis sobre la opresión de las mujeres
En lo que respecta a la liberación de las basándose, entre otros, en Engels, Marx, Levi-
mujeres de su opresión en razón de su sexo, Strauss, Freud y Foucault, lo cual se refleja, por
Foucault proporcionó otra herramienta esencial ejemplo, en este párrafo:
que sería desarrollada luego por la teoría femi-
nista, esta es, su genealogía del orden sexual o Un sistema de parentesco es una imposi-
de la prescripción social de la “sexualidad”, pero ción de fines sociales sobre una parte del
lo hizo principalmente en función de la homo- mundo natural. Por lo tanto, es “produc-
sexualidad masculina. ción” en el sentido más general del tér-
En una entrevista de los años 70, mino: una modelación, una transforma-
Foucault reconoce esta dimensión en la opre- ción de objetos (en este caso, personas)
sión de las mujeres y expresa su interés en pro- por un propósito subjetivo (por este sen-
fundizar en ello, aunque finalmente murió sin tido de la producción). Tiene sus propias
haberlo concretado: relaciones de producción, distribución e

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El Estado, el poder y la mujeres: una relación ambigua 147

intercambio, que incluyen ciertas formas la historia”—, Foucault, el Bourdieu de “La


de “propiedad” de personas. Esas formas dominación masculina”, y diversas pensadoras
no son derechos de propiedad exclusivos y teóricas feministas, tradición que ha termi-
y privados, sino más bien tipos diferentes nado por “poner sobre sus pies” las relaciones
de derechos que unas personas tienen entre Estado, poder y control de la sexualidad
sobre otras. Las transacciones de matri- de las mujeres.
monio —los regalos y el material que
circulan en las ceremonias que marcan CONCLUSIÓN
un matrimonio— son una rica fuente
de datos para determinar con exactitud
¿QUÉ HAY EN EL FUTURO?
quién tiene derechos sobre quién. No es
difícil deducir de esas transacciones que Diversas investigaciones sociológicas e his-
en la mayoría de los casos los derechos tóricas afirman que el proceso de “liberación de
de las mujeres son bastante más resi- la mujer”, entendido como la conquista creciente,
duales que los de los hombres (Rubin, por las mujeres, de derechos políticos, económicos
1986: 56). y sexuales, constituye uno de los fenómenos más
destacados del siglo XX (Boron, 2000; Hobsbawm,
Otro ejemplo: en 1978, la teórica femi- 1996; Anderson, 1996).
nista Adrienne Rich, escribió su célebre ensayo Tomemos un ejemplo, en Costa Rica, este
Heterosexualidad obligatoria y existencia les- proceso tiene hitos como la conquista del dere-
biana, publicado por primera vez en 1980, en el cho al sufragio, en 1949 y, más recientemente,
cual analiza la institución de la heterosexuali-
la adopción, por el Estado costarricense, de
dad obligatoria como una de las instituciones
iniciativas legales de “acción afirmativa”, como
“que han controlado tradicionalmente a las
la Ley de Promoción de la Igualdad Social de
mujeres” (Rich, 1986: 42).
las Mujeres, por la cual al menos el 40% de los
Tanto Rubin como Rich logran identi-
puestos elegibles de los partidos políticos deben
ficar las bases materiales de la opresión de las
ser ocupados por ellas.
mujeres, que se oculta mediante institucio-
En el plano de los derechos económicos y
nes de control naturalizadas, como la hete-
sociales, existe legislación que prohíbe discrimi-
rosexualidad obligatoria, el matrimonio y la
maternidad, la familia nuclear y otras formas nar a las mujeres en el empleo debido a embarazo
de prescripción compulsiva, principalmente o maternidad, y sanciona que han de recibir igual
sostenidas y reproducidas por el Estado y la salario que los hombres de su misma calificación
Iglesia, de los cuerpos de las mujeres, que les por realizar igual trabajo. En el plano de los
prohíben tener soberanía sobre sí mismas, derechos de las mujeres a vivir sin violencia, el
como sucede, por ejemplo, con la penalización Estado costarricense se ha sujetado a legislación
del aborto, el control de las esterilizaciones, internacional como la Convención para Erradicar
la exclusión y prohibición de prácticas sexua- Todas las Formas de Discriminación contra la
les distintas de la heterosexual, así como del Mujer (CEDAW), firmada y ratificada por Costa
uso de métodos anticonceptivos diferentes a Rica en 1985, y la Convención Interamericana
la abstinencia (esto último, una prohibición para Prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia
religiosa). contra la Mujer, conocida como Belém do Pará,
Es decir, que puede seguirse la trama firmada en 1994 y ratificada por el Estado costa-
de una tradición teórica que primero avanza rricense en 1995.
paralela, pero que luego se entrecruza, en la Asimismo, en términos institucionales,
que se encuentran Engels y Marx —principal- en 1998 se creó el Instituto Nacional de las
mente con el concepto de la división sexual Mujeres (INAMU), y se aprobó legislación que
del trabajo y de la conceptualización de las ordena el uso del lenguaje inclusivo en los docu-
mujeres como “primera clase oprimida de mentos oficiales de la administración pública.

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No obstante, en contraposición a estos Es poca, en cambio, la producción de aná-


avances formales, se constatan políticas públi- lisis y reflexión teórica acerca de las prácticas,
cas, en terrenos decisivos como la sexualidad y instituciones y representaciones en la sociedad
el empleo, que presionan en el sentido inverso, costarricense contemporánea, —de sus normas
es decir, que buscan preservar la subordinación e instituciones actuales, de sus mecanismos
y el control social sobre las mujeres, o extraer actuales de control y subordinación material y
beneficios de su condición subordinada, en simbólica de las mujeres—, a pesar de que, con
tanto ese control y subordinación de las muje- todo y los avances logrados, aquellos siguen ope-
res continúa siendo una de las “piezas” básicas rando y formando parte fundamental del actual
sobre la cual se articulan el orden económico sistema económico y social.
y social, y la distribución de los poderes en la En otras palabras, hay una tendencia a
sociedad costarricense 4. visibilizar a las mujeres, más no a visibilizar y
Incluso en la Academia, el reconocimien- criticar los mecanismos institucionales vigen-
to de las mujeres como protagonistas sociales tes y actuantes de subordinación y control de
queda por lo general reducido a actos de volun- las mujeres en Costa Rica, hoy, y que están
tad epistemológica discretos, como aproximarse implícitos en la política social del Estado.
a un objeto de estudio “desde una perspectiva A propósito, conviene recordar estas pala-
de género”, esto es, desde una voluntad de visi- bras de Bourdieu:
bilizar a las mujeres en relación con tales obje-
tos de estudio. De hecho, visibilizar lo que se ha Si la sociología del sistema de enseñanza
mantenido históricamente invisible en los pro- y del mundo intelectual me parece pri-
cesos y realidades sociales —en este caso, a las mordial es porque también contribuye al
mujeres—, esto es, “completar” lo que “faltaba” conocimiento del sujeto de conocimiento
en los distintos discursos académicos, aunque al introducir, más directamente que nin-
es un esfuerzo de gran importancia social y gún análisis reflexivo, las categorías de
política, parece ser el límite. pensamiento impensadas que delimitan
lo pensable y predeterminan lo pensado:
baste con evocar el universo de presu-
puestos, de censuras y de lagunas que
4 El Estado costarricense es confesional —católico— toda educación superada con éxito hace
según la Constitución Política. De este elemento se aceptar e ignorar, trazando el círculo
derivan políticas públicas en materia de educación y
salud, que impiden desarrollar programas de educa-
mágico de la suficiencia desnuda en que
ción sexual de carácter científico en escuelas y cole- las escuelas de élite encierran a sus ele-
gios, así como educar acerca de los derechos sexua- gidos. No hay crítica epistemológica sin
les y reproductivos, principalmente de las mujeres. crítica social (Bourdieu: 2002).
El aborto y la homosexualidad —“sodomía”— están
penalizados, con lo cual el Estado coerciona y coac-
La trascendencia de estos silencios —que
ciona hacia la heterosexualidad como única práctica
e identidad sexual aceptada. Si bien la legislación en la “masa” pueden ser resultado de la inercia
permite a las mujeres —y a los hombres—, esteri- del “sentido común pre-reflexivo”, pero que en
lizarse, las relaciones de poder concretas que se dan la Academia y en las políticas del Estado solo
en la relación médico-paciente, en los hospitales, pueden ser silencios interesados— implicaría
muchas veces se utiliza para obstruir este derecho
una revolución sin precedentes.
de las mujeres. En el plano laboral, si bien la legisla-
ción, como se dijo, obliga a pagar “igual salario por Sin duda alguna, esta revolución tendría
igual trabajo” independientemente del sexo de la que estar en la base de cualquier nuevo proyec-
persona, en la práctica, existe discriminación sala- to utópico que se pregone solidario.
rial por sexo (las mujeres costarricenses ganaron, Creo que Perry Anderson intuye esta
por igual trabajo, un 14% menos que los hombres,
antigua hipótesis feminista cuando afirma:
por causa de esta discriminación, durante la déca-
da de los 90, según una investigación de la UCR
—Jiménez y Morales, 2004— a vista y paciencia de (…) las consecuencias estructurales que
las autoridades del Ministerio de Trabajo). Etcétera. tendría para la sociedad una igualdad

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real de los sexos parecen imponderable- . “El sujeto y el poder”. Revista


mente grandes (Anderson, 1996:167). Mexicana de Sociología 3/1988, INSUNAM.
(Antología).
Pero, tampoco en esto puede dejarse de
notar la desigual jerarquía simbólica entre los Hobsbawm, Eric. Historia del siglo XX . 3ª.
dos únicos sexos y géneros permitidos por la Rei mpre sión , B a rc elon a Gr ija l b o
sólida vigencia de la hegemonía androcéntrica Mondadori, SA . 1996. (Antología).
y heterosexual: ¿tiene que ser un hombre aca-
démico como, en este caso, Anderson, quien
Leduc, Claudine. “¿Cómo darla en matrimonio?
recoja el guante de las feministas, para que la
La novia en Grecia, siglos IX-IV a.C”. En:
Academia incorpore estos planteamientos que Duby, Georges y Michelle Perrot, Historia
ellas llevan siglos desarrollando? de las mujeres. “1. La antigüedad”.
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María Flórez-Estrada Pimentel


maria@iis.ucr.ac.cr

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