Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
autor para afirmar que la tierra se ha con- términos de la predominancia del espacio
vertido en una isla. El cielo como límite de a partir del siglo XX— con la escritura de
lo mensurable, el hombre como medida dos robinsones: el de Defoe y el de Elizo n-
de todas las cosas, las medidas precisas y do; las experimentaciones del poeta Or s val
absolutas de todo lo contenido bajo el fir- en el sentido de empezar a liberar al len-
mamento pierden los claros contornos y se guaje de la representación; las preguntas
difuminan: “las islas son espacios de pru e b a de Samuel Beckett que sirven como índices
con un afuera”: lo que impera es el movi- para marcar posiciones, entre otras. El inte-
miento, el acontecimiento, la conve r g e n- rés de este apartado y del recorrido a través
cia de trayectorias. Las islas irrumpen. Las de la forma isla es remarcar su posibilidad
islas también han re p resentado en el imagi- intrínseca de apertura: “Si la nueva conste-
nario el espacio que colmaría un vacío: más lación de satélites artificiales pliega la tierra
allá de las cartografías de lo conocido hasta conve rtirla en isla usando como palan-
habría islas acechando la representación ca el cielo, una isla corta el mar y lo desplie-
de lo mensurable (y sosteniéndolo). ga: lo despierta de su pura interioridad,
La narración del ensayo avanza de for- transformando su línea flotante, sin con-
ma discontinua, como bordeando una es- torno, en fruto abierto”.
pecie de límite imaginario —la isla que es la La segunda parte del ensayo nos ubica
propia escritura—, y en ese rodeo se abor- en los desiertos, y la escritura gira en torno
da lo que el autor denomina la “apariencia a la pregunta “¿cómo se experimenta con
lógica”: la reconstrucción del mundo desde uno mismo para conectar con otros deve-
“El espacio reina. Una onda aérea resbala el cálculo estratégico de la mecánica que sus- nires o para salir de puntos muertos?”. La
sobre las superficies, se impregna de sus tenta el “absolutismo de los cuerpos; toda atención se centra en el camino como movi-
emanaciones, las define y moldea propa- una estrategia de representación lógica de miento, como migración, como aprendizaje,
gándolas como un perfume, como un eco los espacios”. Un mundo así reconstruido como articulación: como transformación.
sobre los alrededores de polvo impondera- se transforma en el de la apariencia lógica, El desafío: resistir a los poderes de contro l
ble”, lee una voz en off al inicio de Pierrot donde se sustituye el devenir, el mov i m i e n- a partir de la experimentación con uno mis-
el loco, de Jean-Luc Go d a rd. El espacio, to, por la postulación de una supuesta cone- mo, abrazar el cambio bajo el horizonte de
afirma Sa l vador Ga l l a rdo, constituía el xión lógica y orden de las cosas existentes, la vida compartida como generación de es-
afuera de la filosofía; el espacio, sin embar- en donde imperarían relaciones mecánicas. pacios que posibiliten otros procesos de
go, desapareció de los discursos filosóficos a Pero el espacio así constituido, la geografía subjetivación.
p a rtir del siglo XVII. ¿Cómo, a partir de esta mensurable, no es inocente, tiene una fun- “Los que parten siempre dicen la ver-
categoría olvidada, abrir el cerco del dis- ción de dominio: son las islas del estratega. dad”. Gallardo narra la historia de un pue-
curso filosófico replegado sobre sí mismo? “Detrás de la modernidad occidental está blo que abandona su condición nómada
¿Cómo pensar el espacio no como medida la guerra y la exigencia de una representa- para optar por el sedentarismo, y en ese esta-
sino como campo de interve n c i ó n? De s d e ción cartográfica exacta y unitaria a la vez”. blecimiento pierde su capacidad de volver
el pliegue espacial que forma una isla, un Escribir, dice el autor, es aparecer en una atrás, las huellas de la marcha han sido bo-
desierto y un bucle en el mar, Ga l l a rdo en- isla. La escritura también se juega con un rradas y la armonía con la divinidad está
saya la morfología de estos tres espacios. afuera. El lenguaje también se despliega en rota: “toda historia comienza con una estra-
El recorrido inicia en las islas. La circun- el espacio y se articula con él. En el desarro- tegia de olvido”. El intento de los mexicas
n a vegación de satélites artificiales, como el llo de este tema hay varias paradas: el con- por remontar el camino que los llevara has-
Sputnik, alrededor del planeta da pie al traste de la concepción de Foucault —en ta su origen no está imposibilitado tan sólo
por la pérdida de todo trazo, de toda marca: que gorriones volando para desaparecer al
“Quien hace el camino al pasado no es el instante. Nada más; ninguna permanen-
mismo que lo inició ni aun cuando lleve cia que nos salve de migrar de los lugares
un registro”, el pasado, en este sentido, no m u e rtos ni que nos asegure la dirección de
es sólo un tiempo distinto, es también un los encuentros”); lo importante es conec-
espacio modificado. El paso de quien ha tar siempre con algo afuera de uno mismo
o l v i d ado el movimiento, el vaivén incan- (“Se empuja hacia afuera, no se cava en uno
sable de los pies sobre una tierra en perpe- m i s m o. Se busca un manantial, no un
tuo cambio, se vuelve pesado y torpe: ya pozo”); lo importante es, sobre todo, d e s-
se han acostumbrado a las trayectorias fijas t e r ra r la divisa occidental que proclama al
y estables; el espacio difuso los abisma. hombre como medida de todas las cosas;
El autor aborda otra peculiar forma del en suma, lo importante es “que la tierra
olvido. El hombre moderno se enfrenta a la continúe sin medida alguna”.
paradoja de tornar su memoria en ausencia “La gran máxima política del mar dice
a medida que aumenta la memoria art i f i- que éste nunca es el mismo, en la forma de
cial. Esta aparente superación del olvido límite extremo de la tierra o espacio estriado humanidad. En otras palabras, se intro d u-
tiene como consecuencia la obsolescencia diagonalmente, sino lo que resta del orden ce el concepto de relatividad del conoci-
de los recuerdos propios, pero también la en un mundo totalmente inundado. De miento y de las culturas. Pero esta noción
eliminación del azar, de la selección, de la ahí la intensa artificialidad de los usos de relatividad se la puede abordar desde el
discriminación natural y necesaria que se da marítimos, los océanos reglamentados y espacio de la geopolítica: analizarla como
en todo proceso de recordar y consecuen- humanizados”. El mar es el último punto una cuestión de escalas. Y para Gallardo,
temente olvidar. Bajo el modelo de la del recorrido del ensayo. En él predomi- el Gulliver de Swift es un gran maestro de
informática que procura almacenar la nan dos temas que se enlazan íntimamen- quien se puede aprender que una cosa es
mayor cantidad posible de información en te: la política y la representación rota en la grande o pequeña con respecto a otra sólo
el menor espacio, la memoria se constitu- modernidad. En primer lugar, el autor, en tanto hay una relación de por medio, la
ye en función de la producción. Si n siguiendo a He i d e g g e r, da cuenta del cual no es reducible a sus términos: “en un
embargo, el mayor riesgo que se corre en tránsito, en la modernidad, a la “edad de sistema de relatividad no hay relaciones
la cultura del flujo de datos es vernos la imagen del mundo”: a partir de Descar- sino presupuestos. Por ello las distinciones
imposibilitados para actuar, para consti- tes lo real deja de ser lo que aparece para que se establecen dan cuenta de un ideal,
tuirnos a nosotros mismos, pero también convertirse en la mera objetivación del nunca de la difere ncia que escapa a cual-
la inminente producción de millones de representar. En este viraje también se quier regla de juicio”.
Funes más bien siniestros: llevando sí un constituye el sujeto pues se convierte en el Muy relacionado con lo anterior está
re g i s t ro de todos los acontecimientos, punto de referencia de lo real; el mundo el segundo punto de quiebra que re a l i z a
pero habitados por una memoria ausente. deviene imagen: lo existente se manifiesta Nietzsche mediante su crítica a la noción
Viajeros, nómadas y vagabundos: Ke- en tanto hay un sujeto que lo representa. de verdad: la coloca en el terreno de las re l a-
rouac, el mítico pueblo de los hiperbóreos Sin embargo, esta re p resentación así ciones (lo “verdadero” y lo “falso” no refiere
o los chichimecas, animales que migran y entendida sufrirá fracturas; el autor habla a lo “en sí” de los seres sino a las relaciones
en su desplazarse mutan, el desierto como de cuatro. La idea kantiana re f erente a una entre ellos), y, en este sentido, fuera d e l
laberinto todo el tiempo mudando la dis- estructura inherente a todos los seres ámbito de la epistemología. El nexo ent re
posición de su espacio: variaciones sobre humanos de todas las épocas que i m p o n- verdad y pensamiento queda roto junto
un tema, reiteraciones desde otras tonali- dría límites al conocimiento será cues- con la pretensión de un “mundo verdade-
dades, aproximaciones desde otros derro- tionado por pensadores como Georg ro” cerrado y autosuficiente.
t e ros: todo sirve, lo importante es poner de Hamman y Johann Herder, entre otros, La tercera ruptura tiene que ver con el
re l i e veel movimiento, el cambio, la mudan- en el sentido de señalar la intención de espacio técnico. La rapidez con que a part i r
za; lo importante es desplazar cualquier universalizar los valores e intereses de una del siglo XX avanza la lógica de dicho espa-
t e n t a t i va de fijeza (“Así es y no hay más época, de una cultura, a la totalidad de la cio, que es la recomposición infinita, supera